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sanitaria
Manual del Celador de
Instituciones Sanitarias
Manual del Celador de
Instituciones Sanitarias
Materias específicas
Autores
ALVARO GORDÓN FERNÁNDEZ DOLORES PIÑA RUIZ
TÉCNICO ESPECIALISTA DIPLOMADA UNIVERSITARIA EN ENFERMERÍA
CELADOR
M.ª JOSÉ GARCÍA BERMEJO
MIGUEL ÁNGEL ÉSTEVEZ LICENCIADA EN BIOLOGÍA
CELADOR TÉCNICÁ ESPECIALISTA EN LABORATORIO
JEFE DE PERSONAL SUBALTERNO
JAIME BOCETA OSUNA
JOSÉ MANUEL PÉREZ SANTANA MÉDICO ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR Y COMUNITARIA
DIPLOMADO UNIVERSITARIO EN ENFERMERÍA HOSPITALIZACIÓN DOMICILIARIA
Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento
sin la autorización por escrito del editor.
Presentación
Tercera edición del Manual de Celadores de Instituciones Sanitarias diseñado
como producto de un aplicado desarrollo por parte de sus autores, que puede facilitar
al opositor una herramienta útil para superar las pruebas selectivas, así como llegar a
ser considerado por este como un material muy valioso para conseguir una inmejorable
formación, tanto a nivel individual como a nivel grupal, a través de cursos de formación.
La base de este material está fundamentada en la competencia profesional de
sus autores, así como en la experiencia y conocimiento de Editorial Mad de las distintas
pruebas de oposiciones que se celebran en todo el territorio nacional.
Para lograr sus fines en cuanto a didáctica se refiere, ha sido estructurado en 23
capítulos donde se analizarán todas las funciones que deben realizar los celadores,
también se abordará el traslado de objetos y documentos junto con un análisis riguroso
sobre los derechos a la información y a la confidencialidad y funciones que los celadores
tienen en los diferentes servicios (generales, especiales y urgencias) de una Institución
Sanitaria. Por último se hace un recorrido por la diferentes normas que legislan la
prevención de riesgos laborales y se desarrolla la participación de los celadores en los
planes de emergencia de un centro sanitario.
Para completar el estudio de los temas le será muy útil el libro de test, y el libro
de simulacros y supuestos prácticos, indispensable, para autoevaluar el aprendizaje de
cada uno de los aspectos tratados.
Sólo nos queda animarle para que obtenga de este material el mejor aprove-
chamiento posible y pueda, así, acceder al puesto de trabajo deseado.
Índice
Capítulo 1. Funciones de los Celadores y del Jefe de Personal Subalterno.... 11
Capítulo 11. Actuación del Celador en las Unidades de Psiquiatría ............. 243
Capítulo 12. Actuación del Celador en relación con los pacientes falleci-
dos. Actuación en las salas de autopsias y los mortuorios ................................ 271
Capítulo 16. Actuación del Celador en relación con el enfermo terminal . 347
Capítulo 17. Actuación del Celador en relación con el enfermo contagioso .... 357
1. Introducción
2. Funciones del Celador
1
1. Introducción
Después de la promulgación de la Constitución Española, el personal estatutario sanitario
no se había actualizado, siendo regulado por estatutos preconstitucionales; es por ello que ha
sido necesario actualizar y adaptar el régimen jurídico de este personal. Esto se lleva a cabo
por medio de una nueva Ley (Ley 55/2003, 16 diciembre, del Estatuto Marco del personal es-
tatutario de los Servicios de Salud), que establece las normas básicas relativas a este personal
y aprueba su Estatuto Marco, todo ello de conformidad con la Constitución Española, en su
artículo 149.1.18.
Hasta hace bien poco, el personal que prestaba sus servicios en Instituciones Sanitarias de
la Seguridad Social se regían por tres estatutos:
Los pediatras se regían por el Estatuto Jurídico Los Celadores se regían por el Estatuto
del Personal Médico de la Seguridad Social de Personal no Sanitario al servicio de las
Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social
12
CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE LOS CELADORES Y DEL JEFE DE PERSONAL SUBALTERNO [[[[\
Estos tres Estatutos son: el estatuto de personal médico, el estatuto de personal sanitario
no facultativo y el estatuto de personal no sanitario de tales centros e instituciones.
Como comentamos al principio del tema, estos fueron publicados hace más de 30 años,
por lo que cuando se publicó la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de
la Función Pública, en su disposición transitoria cuarta se establecía que, el personal regulado
por estos tres Estatutos citados, se regirían por la legislación que al respecto se dictare.
Así, la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública, man-
tuvo vigente en su totalidad el régimen estatutario de este personal.
Asimismo, la Ley 14/1986, General de Sanidad, determina que los profesionales se regirán
por lo establecido en el Estatuto Marco que tendría que aprobar el Gobierno, así como los
diferentes Reales Decretos sobre reestructuraciones del Ministerio responsable de sanidad
y sus correspondientes Órdenes de delegación de las atribuciones, han ido detallando las
competencias que en materia de personal tienen los diversos Órganos del Departamento.
Una vez aprobada la Ley 55/2003, de 16 de diciembre, se regula este personal estatutario.
En este nuevo Estatuto Marco las funciones de los Celadores no vienen recogidas, pero en la
disposición transitoria sexta de la Ley 55/2003 se da validez a las antiguas funciones (Estatuto
Personal no sanitario de las Instituciones sanitarias de la seguridad social) mientras no se desa-
rrollen normas nuevas.
17. Bañarán a los enfermos masculinos cuando no puedan hacerlo por sí mismos, siempre
de acuerdo con las instrucciones que reciban de las Supervisoras de plantas o servicios
o personas que las sustituyan.
18. Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo no pueda éste ser mo-
vido sólo por la Enfermera o Ayudante de planta, ayudará en la colocación y retirada de
las cuñas para la recogida de excretas de dichos enfermos.
19. Ayudarán a las Enfermeras o personas encargadas o amortajar a los enfermos falleci-
dos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio.
15
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
17
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno (2 preguntas), funciones de los Celadores
según el Estatuto de Personal no Sanitario, escala general del personal subalter-
no, jefatura del personal subalterno (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –
SESCAM– convocatoria 2008).
2 Número de Estatutos preconstitucionales (Servicio de Salud Castilla y León .SACYL-,
convocatoria 2006).
2 Jefatura del personal subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario, funciones
de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario (Servicio de Salud Castilla y
León –SACYL–, convocatoria 2009).
2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario,
normativa que regula las funciones de los Celadores, funciones de los Celadores se-
gún el Estatuto de Personal no Sanitario (6 preguntas) (Servicio Andaluz de Salud
–SAS–, convocatoria 2009).
2 Funciones del Celador (2 preguntas) (Servicio Gallego de Salud-SERGAS- convoca-
toria 2007).
2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno (2 preguntas), funciones de los Celadores
(Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2 Jefatura del personal subalterno, funciones de los Celadores (Servicio Madrileño de
Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Jefatura del personal subalterno (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convo-
catoria 2008).
2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno, año de publicación del Estatuto de
Personal no Sanitario, artículo del Estatuto donde se regulan las funciones de los
Celadores (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010).
2 Estatutos preconstitucionales, funciones del Jefe de Personal Subalterno según
el Estatuto de Personal no Sanitario (2 preguntas), funciones de los Celadores se-
gún el Estatuto de Personal no Sanitario (3 preguntas) (Servicio Vasco de Salud –
OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario
(2 preguntas), funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario
(3 preguntas), grupo laboral al que pertenece el Celador, normativa que regula las
funciones de los Celadores (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria
2009).
2 Funciones del Jefe de Personal Subalterno según el Estatuto de Personal no Sanitario
(9 preguntas), funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario
(18 preguntas) (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009).
2 Funciones del Celador según el Estatuto de Personal no Sanitario (Servicio Murciano de
Salud –SMS–, convocatoria 2009). Funciones de los Celadores (Servicio Aragonés de
Salud –SALUD– convocatoria 2010).
18
CAPÍTULO 1. FUNCIONES DE LOS CELADORES Y DEL JEFE DE PERSONAL SUBALTERNO [[[[\
19
2
Funciones de asistencia
al Personal Estatutario
Sanitario
4. El liderazgo en el grupo
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Estas funciones de asistencia suponen el desempeño en los centros sanitarios de las si-
guientes tareas por parte de los Celadores:
– Ayuda en el aseo de los pacientes hospitalizados.
– Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo no pueda éste ser mo-
vido sólo por la Enfermera o Ayudante de planta, ayudará en la colocación y retirada de
las cuñas para la recogida de excretas de dichos enfermos.
22
CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\
23
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Ayudar a colocar los pacientes que van a ser intervenidos en la mesa de quirófano.
– Colaborar en las maniobras de reducción de pacientes psiquiátricos agitados.
– Acompañar a los pacientes y el personal de enfermería en los paseos de los enfermos
psiquiátricos.
– Inmovilizar o practicar sujeción mecánica a los enfermos mentales agitados que lo re-
quieran, a indicación del personal sanitario.
– Sujetar a los pacientes a los que se les va a realizar lavados gástricos o suturas.
– Ayudar al personal sanitario en la colocación de yesos en pacientes traumatizados,
cuando se le requiera.
– Ayudar al personal sanitario en la preparación de cadáveres.
– Ayudar a mover de posición a los enfermos ingresados que por su estado lo requieran.
2. El Grupo de trabajo
2.1. Concepto
Para que pueda considerarse como un grupo a un nú-
mero de personas, es preciso que concurran una serie de
elementos o circunstancias:
– Decisión voluntaria y consciente por parte de los
que lo forman, de conseguir la obtención de un fin
común, que será el propio del grupo.
– Perfecta integración de todos sus miembros de
modo que estén atemperados los caracteres de
los mismos, para que resulten lo más homogéneos
posibles.
– Existencia propia, esto es, tener personalidad propia
distinta a la de sus miembros.
En consecuencia, puede definirse al grupo como «conjunto de individuos que actúan in-
tegrados hacia la consecución de un fin común».
2.2. Funcionamiento
La dinámica o funcionamiento de un grupo de trabajo puede estudiarse desde dos puntos
de vista:
– Subjetivo: desde el cual se incluirían los factores tales como: procurar la adecuación de
carácter con los demás miembros para una mejor integración; identificación total con
el fin del grupo al que se pertenece; capacidad y eficacia en la ejecución del trabajo; y
entusiasmo ante los obstáculos y resistencia ante la frustración.
24
CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\
– Objetivo: que exige las siguientes características de la actividad: determinación del fin
a obtener de modo transparente y conocido para todos sus miembros; descripción de
soluciones mediante la utilización de las sugerencias y soluciones expuestas por los
miembros; decisión por el superior, teniendo en cuenta los niveles de sugerencias ex-
puestos por los miembros; ejecución, a través de las funciones de cada miembro, e in-
tentando evitar todo conflicto entre los mismos.
3. El trabajo en equipo
3.1. Concepto de equipo
El trabajo en equipo representa, hoy día, la forma de funcionamiento a la que aspiran todas
las organizaciones modernas.
Es importante aclarar y diferenciar los conceptos, pues el término “trabajo en equipo” hace
referencia a una forma muy específica de desarrollar unas funciones, que va más allá del he-
cho de trabajar en grupo o muy cerca los unos de los otros.
Grupo y equipo son dos conceptos diferentes. En el contexto de los trabajadores de la
salud, un grupo sería un conjunto de personas que desarrolla su labor en un espacio o institu-
ción sanitaria. Cada uno realiza su trabajo, responde individualmente del mismo y no depende
directamente del trabajo de sus compañeros. Por ejemplo el grupo de Celadores de un deter-
minado centro, o el grupo de personal de un determinado servicio.
Un equipo, sin embargo, sería un grupo de personas que se organiza para realizar una
actividad con un objetivo preciso. Responden en conjunto del trabajo realizado por cada uno
de ellos, por ejemplo, los diferentes miembros de una UCI-móvil.
El equipo se refiere a un conjunto de personas interrelacionadas que se organizan para lle-
var a cabo una determinada tarea, mientras que el grupo se refiere a ese conjunto de personas
sin considerar un objetivo común y sin interrelación.
En el grupo de trabajo cada miembro puede tener una manera particular de funcionar, mien-
tras que en el equipo es necesaria la coordinación, lo que va a exigir establecer unos estándares
comunes de actuación, que propiciará la estrecha colaboración y la cohesión entre sus miembros,
que no encontramos habitualmente en los grupos de trabajo.
Para que exista un equipo, debe haber un conjunto de personas relacionadas entre sí que
trabajan para conseguir objetivos comunes y que, además, están convencidas de que los ob-
jetivos se alcanzan mejor trabajando juntas.
La organización en los grupos de trabajo es muy jerárquica, mientras que en los equipos
las jerarquías, aun existiendo, se diluyen. Existe un responsable, pero dentro del equipo todas
las categorías laborales funcionan con igualdad porque comprenden que todas son necesa-
rias para conseguir su objetivo.
Todos los equipos son grupos, pero no todos los grupos son equipos.
La salud de la población es un fenómeno complejo que no puede ser entendido sólo desde
el punto de vista de un profesional: médico, enfermero, farmacéutico, psicólogo, fisioterapeuta,
auxiliar de enfermería, Celador, etc.; son necesarias diferentes perspectivas en los análisis y las
intervenciones. La noción de equipo implica, por un lado, una visión global que se aporta desde
diferentes puntos de vista y, por otro, el aprovechamiento del talento colectivo, producido por
cada persona en su interactuación con las demás.
Todos los miembros de los equipos de salud tienen como objetivo último la mejora de la
salud de la población y en esta aspiración, son en gran medida interdependientes los unos de
los otros y cada uno de ellos debería apreciar el valor de los conocimientos y las habilidades
de los demás. El espíritu del equipo al enfrentar cada nuevo problema sería: “todos nosotros
contra el problema, y no los unos contra los otros”. Es por esto que la decisión de trabajar en
equipo va más allá de ser una “imposición de la institución” y tiene necesariamente que ser
compartida por cada uno de los integrantes.
La utilidad del funcionamiento en equipos está fuera de toda duda, y aporta beneficios que
pueden ser constatados:
– Disminuye la carga de trabajo, ya que varias personas colaboran.
– Se desarrolla el respeto y la escucha.
– El trabajo, la reflexión y la discusión conjunta producen mejores resultados que los
aportes individuales.
– Permite organizarse de una manera mejor.
– Mejora la calidad de los resultados. Con una mayor satisfacción percibida por el pacien-
te y su familia.
– Optimización de recursos materiales y humanos.
– Aumenta la motivación de los profesionales.
Pero para que un equipo pueda ser eficiente debe cumplir con determinadas características:
– Complementariedad. Los diferentes miembros deben dominar todas las parcelas del
proyecto que aspiran a realizar.
– Coordinación. El grupo de profesionales, con un responsable bien definido a la cabe-
za, debe actuar de forma organizada con vista a sacar el proyecto adelante. Es funda-
mental la elaboración consensuada de protocolos y guías de actuación. 27
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Valoración. La labor que cada miembro del grupo desempeñe debe ser reconocida y
valorada por el resto, y al mismo tiempo ser satisfactoria para él mismo. Estas dos ca-
racterísticas, valoración de los demás y autovaloración, se convierten en el mejor factor
motivacional de los individuos y del equipo.
– Motivación-incentivación. Acción encaminada a impulsar el comportamiento de
otras personas en una determinada dirección, que se estima conveniente.
– Comunicación. El trabajo en equipo exige una comu-
nicación abierta entre todos sus miembros, esencial
para poder coordinar las distintas actuaciones indivi-
duales. Hay que asegurarse de que existan suficientes
canales de comunicación que permitan a todos los
miembros conocer los objetivos generales que guían
su trabajo. Las estructuras muy jerarquizadas dificultan
la comunicación, por lo que conviene desarrollar un es-
tilo de relación que, aun respetando las funciones de
cada cual, permita la expresión franca y directa.
– Compromiso. Cada miembro asume voluntariamen-
te el compromiso de aportar lo mejor de sí mismo,
para conseguir los objetivos del grupo y de la organi-
zación en general.
– Aprendizaje. El aprendizaje colaborativo se caracteriza por la interdependencia positiva
entre las personas participantes en un equipo, quienes son responsables tanto de su
propia formación como la del equipo en general. Sus miembros se necesitan unos a
otros y cada uno aprende de los demás compañeros con los que interactúa día a día.
– Confianza y empatía. Si bien los miembros no tienen por qué ser amigos íntimos,
sí es importante que entre ellos exista una buena relación de trabajo y que cada uno
confíe en el trabajo de los demás. Cada persona se fía del buen hacer del resto de sus
compañeros. Esta confianza le lleva a aceptar anteponer el éxito del equipo al propio
lucimiento personal.
– Cohesión. Para que un equipo funcione es fundamental que esté cohesionado. La co-
hesión probablemente aparecerá si se cumplen algunas de las características anterio-
res: si hay confianza y empatía entre sus miembros se pueden comunicar con libertad y
se sienten valorados y motivados.
3.3.6. Autoevaluación
Los equipos más eficaces son aquellos capaces de realizar su propia autocrítica. Un equipo
necesita examinarse periódicamente y revisar su proceder. Las reuniones de autoevaluación
deben estar incluidas dentro de la planificación de actividades grupales. Se debe remarcar
equilibradamente lo positivo y lo negativo, sin ignorar ninguno de los dos aspectos.
– Agotamiento. Los equipos pueden funcionar con eficacia durante años, pero en
ocasiones, alguno de sus miembros debe ser reemplazado, bien por cuestiones ad-
ministrativas o personales o bien por padecer el síndrome de burnout. Sea cual fue-
re el motivo, deberemos afrontar la incorporación de un nuevo miembro que habrá
de pasar por las diferentes etapas por las que pasó el equipo en su conjunto. Al
estar el equipo consolidado, la incorporación de nuevos miembros resultará menos
traumática.
Pero además de ser un proceso complejo y laborioso, presenta otras dificultades, entre las
que cabe destacar:
– La dilución de responsabilidades. Si la responsabilidad cae sobre todo el grupo, pue-
de ocurrir que determinadas actividades asistenciales no se realicen convenientemen-
te y no se sepa exactamente quién es el responsable. Aunque la responsabilidad global
debe ser de todo el grupo, debe quedar claro qué profesional se ocupa de cada uno de
los aspectos.
– Lentitud en la respuesta. Al tender a tomar las decisiones de forma colegiada, puede
ocurrir que una respuesta necesaria se demore en el tiempo.
– Diferente consideración de los miembros del equipo. En la dinámica de funciona-
miento se considera a todos los miembros del equipo por igual, pero social y adminis-
trativamente esto no es así. Unas profesiones están mejor remuneradas y consideradas
que otras y esto puede ser fuente de conflictos.
– Las actitudes individuales. El individualismo o la falta de visión de conjunto de uno
de los miembros puede afectar al trabajo de todos ellos.
– La dificultad para mantener la cohesión. Los equipos de trabajo más eficientes son
aquellos en los que existe una gran cohesión entre sus miembros. La cohesión depen-
de de muchos factores y no es algo que tienda a surgir de forma espontánea.
– El pensamiento de equipo. Una de las dificultades para el buen funcionamiento de los
equipos es lo que se denomina “pensamiento de equipo”. Es un proceso que se desarro-
lla a veces dentro de los equipos de trabajo que les lleva a tener una visión particular,
propia, de la realidad. Sería algo así como “Nosotros tenemos razón y los demás están
equivocados”. Este fenómeno es muy habitual en los equipos sanitarios, que en ocasio-
nes tienden a pensar que sólo ellos hacen las cosas “bien”.
3.5. Roles
Al margen de la distribución oficial de funciones, que vendrá determinada prioritariamen-
te por la categoría profesional de cada uno de los miembros, en todos los equipos podemos
encontrar diferentes roles (entendidos como funciones o papeles que alguien cumple dentro
de un grupo humano, sin haberle sido asignados), que en ocasiones pueden ser de mucho
interés para el grupo y en otras dificultar el normal funcionamiento.
Cada uno de los miembros del equipo, tiene tendencia a desarrollar más un tipo de rol que
otro, aunque una misma persona puede desarrollar en el tiempo roles diferentes e incluso
antagónicos. Este cambio de roles puede producirse incluso durante una misma jornada.
Se habla de roles funcionales y disfuncionales. 31
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Los roles disfuncionales son aquellos orientados a la satisfacción de los intereses individua-
les y suelen expresar las dificultades por las que pasa el equipo.
– El crítico. Es una persona destructiva, todo le parece mal pero no aporta soluciones.
Suele deteriorar el ambiente de trabajo.
– El negativo. Tiene una visión negativa y tortuosa de todo lo que le rodea. No le parece
bien lo que se hace pero tampoco considera que se pueda hacer otra cosa.
– El pícaro. Se aprovecha de manera sutil del resto de los compañeros. Su aportación al
equipo es nula y suele terminar deteriorando el ambiente de trabajo.
Los roles funcionales se dividen en roles de producción y de mantenimiento.
Los roles funcionales de producción son todos aquellos comportamientos que contribuyen
al desarrollo del grupo y a la productividad:
– El iniciador. Es el que siempre está dispuesto a probar cosas nuevas. Suelen ser poco
permanentes pero son ideales para implantar nuevos procedimientos.
– El activador. Su principal característica es el dinamismo. Es la persona idónea para
impulsar proyectos que estén funcionando con poca fuerza.
– El intelectual. Es el que tiene mayor gusto por las cuestiones teóricas. No es especial-
mente dinámico, pero suele ayudar a aclarar ideas y procedimientos.
– El colaborador. Siempre está dispuesto a ayudar a sus compañeros.
Los roles funcionales de mantenimiento son aquellos comportamientos que contribuyen a
que el grupo continúe unido mediante la creación de una atmósfera agradable para los miembros.
– El empatizador. Son individuos con mucho gusto y facilidad para las relaciones huma-
nas. Es imprescindible para convertir al equipo en un lugar acogedor.
– El gracioso. No suele faltar en los equipos. Sus aportaciones profesionales suelen ser muy
discretas pero en cambio cumple un papel fundamental: relaja el ambiente, quita tensión,
crea una atmósfera más cálida, lo que puede contribuir a una mayor cohesión del equipo.
– El positivo. Empuja hacia delante, busca el éxito del equipo y se involucra decididamen-
te en el proyecto; contagia su entusiasmo al resto de los compañeros.
Estos roles son modelos teóricos que difícilmente encontraremos “puros” en nuestra práctica
diaria, pero que sí pueden ayudarnos a comprender la dinámica dentro de los propios equipos.
4. El liderazgo en el grupo
4.1. Consideraciones generales
Partiendo de la distinción entre autoridad y poder, basadas en la legitimación y en la fuerza
respectivamente; la dirección, en cualquier organización, debe ser considerada en un doble
aspecto: jefatura y mando; la primera corresponde a la estructura lógico formal de la organi-
zación, mientras que el segundo se refiere a la capacidad de formación de las personas que la
integran, a la autoridad que se ejerce sobre otros, de ahí la diferencia entre jefatura y mando
32 y entre jefe y líder.
CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\
33
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
34
CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE ASISTENCIA AL PERSONAL ESTATUTARIO SANITARIO [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Funciones de los Celadores en ausencia de los peluqueros (Servicio de Salud de
Castilla la Mancha –SESCAM– convocatoria 2008).
2 Ausencia del peluquero, retirada de cuñas (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–,
convocatoria 2006).
2 Concepto de trabajo en equipo, finalidad de las unidades de gestión clínica, funcio-
nes de asistencia del Celador, condiciones básicas para una Unidades de Gestión
Clínica, realización de curas al paciente, colocación y retirada de cuñas (Servicio
Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2 Transmisión de órdenes, rasurado en consulta, responsable de la movilización de en-
fermos (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2 En UCI responsable de rasurar (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convoca-
toria 2006).
2 Funciones de los Celadores (Servicio de Salud de las Illes Balears -IBSALUT-, con-
vocatoria 2010).
2 Colaboración con el fisioterapeuta (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, con-
vocatoria 2009).
2 Retirada de cuñas (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Funciones de los Celadores antes las curas, ayuda a los enfermeros ante una cura,
retirada de cuñas (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009).
2 Retirado de cuñas (2), rasurado de enfermos (Servicio de Salud de Castilla la
Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).
35
3
Documentación clínica
y no clínica
c) Ciudadanos: contendrá información sobre sus derechos y deberes y los riesgos para la
salud, facilitará la toma de decisiones sobre su estilo de vida, prácticas de autocuidado
y utilización de los servicios sanitarios y ofrecerá la posibilidad de formular sugerencias
de los aspectos mencionados.
d) Organizaciones y asociaciones en el ámbito sanitario: contendrá información sobre las
asociaciones de pacientes y familiares, de organizaciones no gubernamentales que ac-
túen en el ámbito sanitario y de sociedades científicas, con la finalidad de promover la
participación de la sociedad civil en el Sistema Nacional de Salud.
El sistema de información sanitaria contendrá información sobre las prestaciones y la car-
tera de servicios en atención sanitaria pública y privada, e incorporará, como datos básicos,
los relativos a población protegida, recursos humanos y materiales, actividad desarrollada,
38
CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\
farmacia y productos sanitarios, financiación y resultados obtenidos, así como las expectativas
y opinión de los ciudadanos, todo ello desde un enfoque de atención integral a la salud, des-
agregando por sexo todos los datos susceptibles de ello.
Con el fin de lograr la máxima fiabilidad de la información que se produzca, el Ministerio
responsable de Sanidad, previo acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de
Salud, establecerá la definición y normalización de datos y flujos, la selección de indicadores y
los requerimientos técnicos necesarios para la integración de la información y para su análisis
desde la perspectiva del principio de igualdad entre mujeres y hombres.
El sistema de información sanitaria estará a disposición de sus usuarios, que serán las
Administraciones públicas sanitarias, los gestores y profesionales de la sanidad y los ciuda-
danos, en los términos de acceso y difusión que se acuerden en el Consejo Interterritorial del
Sistema Nacional de Salud.
Las Comunidades Autónomas, la Administración General del Estado y las Entidades
Gestoras de la Seguridad Social aportarán a este sistema de información sanitaria los datos
necesarios para su mantenimiento y desarrollo. Del mismo modo, las Administraciones au-
tonómicas y estatal tienen derecho de acceder y disponer de los datos que formen parte del
sistema de información que precisen para el ejercicio de sus competencias.
La cesión de los datos, incluidos aquellos de carácter personal necesarios para el siste-
ma de información sanitaria, estará sujeta a la legislación en materia de protección de datos
de carácter personal y a las condiciones acordadas en el Consejo Interterritorial del Sistema
Nacional de Salud.”
2. Historia Clínica
2.1. Historia Clínica en Atención Primaria
¿Qué es la Historia Clínica?
– Información necesaria para cumplir el objetivo asis-
tencial.
– Incluye:
* Área Social: datos familiares, laborales, educacio-
nales, etc.
* Área Preventiva: perfil de las actividades preventi-
vas, de vacunaciones previas.
* Área médica: problemas atendidos y su segui-
miento.
¿Cuál es la utilidad de la Historia Clínica?
– Asistencial (médico, enfermera, auxiliar de enfermería, trabajador social, facilitando la
atención sanitaria del paciente individual, estableciendo un seguimiento y detectando
problemas).
39
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Actual:
– Nombre de la empresa.
– Profesión.
– Mutuas de accidentes.
Anteriores:
3. Antecedentes familiares: referidos a padres, hermanos, etc., sobre todo los referidos a
IAM, ACV, HTA, diabetes, dislipemia, cáncer, e. renal.
6. Hábitos tóxicos:
A. Primaria A. Hospitalaria
– Atención intermitente al paciente/sano. – Comienza desde el ingreso hasta el alta al
paciente no/sano.
– Dificultad de defini-
ción del principio y fin de las – Se delimitan con mayor exactitud ambas
enfermedades y los episodios. fases y episodios.
– Se trabaja con problemas y no con diag- – Se trabaja con enfermedades que casi
nósticos. siempre se diagnostican.
– Los pacientes/sanos conservan grandes – Registros uniformes.
parcelas de libertad.
– Los pacientes se ven desvinculados de su
– Dilema continuo cura/cuidados. medio y carecen de libertad.
– Pluralidad de ambientes, necesidad de – Dilema muy evidente.
adaptarse a los mismos.
– Ambiente único.
Centro
HABITACIÓN CAMA
• •
• •
• •
Profesión ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Entidad colaboradora---------------------------------------------------------------------------------------------
DIAGNÓSTICO
Cód 55 13 12
43
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
44
CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\
– Curso Clínico.
– Listado de problemas.
– Informe de analítica.
– Petición de estudios complementarios.
– Hoja Clínico-Estadística.
3. Al alta del paciente: informe de enfermería e informe médico.
La Historia Clínica tendrá como finalidad principal facilitar la asistencia sanitaria, dejando
constancia de todos aquellos datos que, bajo criterio del facultativo, permitan el conocimien-
to veraz y actualizado del estado de salud.
El contenido mínimo de la Historia Clínica será el siguiente:
a) La documentación relativa a la hoja clínico-estadística.
b) La autorización de ingreso.
c) El informe de urgencia.
d) La anamnesis y la exploración física.
e) La evolución.
f ) Las órdenes médicas.
g) La hoja de interconsulta.
h) Los informes de exploraciones complementarias.
i) El consentimiento informado.
j) El informe de anestesia.
k) El informe de quirófano o de registro del parto.
l) El informe de anatomía patológica.
m) La evolución y planificación de cuidados de enfermería.
n) La aplicación terapéutica de enfermería.
ñ) El gráfico de constantes.
o) El informe clínico de alta.
En todo caso, la autorización de ingreso, el informe de urgencia, el consentimiento infor-
mado, el informe de anestesia, el informe de quirófano o de registro del parto, el gráfico de
constantes, y el informe clínico de alta, sólo serán exigibles en la cumplimentación de la
Historia Clínica cuando se trate de procesos de hospitalización o así se disponga (art. 15.2.
de la Ley 41/2002).
La cumplimentación de la Historia Clínica, en los aspectos relacionados con la asistencia
directa al paciente, será responsabilidad de los profesionales que intervengan en ella
(art. 15.3. de la Ley 41/2002).
La Historia Clínica se llevará con criterios de unidad y de integración, en cada institución
asistencial como mínimo, para facilitar el mejor y más oportuno conocimiento por los facul-
tativos de los datos de un determinado paciente en cada proceso asistencial (art. 15.4. de la
Ley 41/2002).
En algunas Comunidades Autónomas hay desarrollos normativos sobre la Historia Clínica,
como por ejemplo en Castilla y León por el Decreto 101/2005 de 22 de diciembre.
46
CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\
El acceso a la Historia Clínica con fines judiciales, epidemiológicos, de Salud Pública, de in-
vestigación o de docencia se rige por lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre,
de Protección de Datos de Carácter Personal y en la Ley General Sanidad (art. 16.3. de la Ley 41/2002).
El acceso a la Historia Clínica con estos fines obliga a preservar los datos de identificación
personal del paciente, separados de los de carácter clínico-asistencial, de manera que como
regla general quede asegurado el anonimato, salvo que el propio paciente haya dado su
consentimiento para no separarlos. Se exceptúan los supuestos de investigación de la auto-
ridad judicial en los que se considere imprescindible la unificación de los datos identificativos
con los clínico-asistenciales, en los cuales se estará a lo que dispongan los jueces y tribunales
en el proceso correspondiente. El acceso a los datos y documentos de la Historia Clínica queda
limitado estrictamente a los fines específicos de cada caso (art. 16.3. de la Ley 41/2002).
En el ámbito procesal, la Historia Clínica es el documento que permite constatar si se ha dado
cumplimiento a los derechos de los pacientes en la relación médico-paciente y, además sirve
como medio de prueba principal en los procesos de responsabilidad de los profesionales sanitarios.
El personal de administración y gestión de los centros sanitarios sólo puede acceder a los
datos de la Historia Clínica relacionados con sus propias funciones (art. 16.4. de la Ley 41/2002).
El personal sanitario debidamente acreditado que ejerza funciones de inspección, evalua-
ción, acreditación y planificación, tiene acceso a las Historias Clínicas en el cumplimiento de
sus funciones de comprobación de la calidad de la asistencia, el respeto de los derechos del
paciente o cualquier otra obligación del centro en relación con los pacientes y usuarios o la
propia Administración sanitaria (art. 16.5. de la Ley 41/2002).
El personal que accede a los datos de la Historia Clínica en el ejercicio de sus funciones
queda sujeto al deber de secreto (art. 16.6. de la Ley 41/2002). 47
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
49
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Servicio sanitario: la unidad asistencial con organización propia, dotada de los recur-
sos técnicos y del personal cualificado para llevar a cabo actividades sanitarias.
– Usuario: la persona que utiliza los servicios sanitarios de educación y promoción de la
salud, de prevención de enfermedades y de información sanitaria.
– Informe clínico de alta. Lo redacta y firma el médico del Servicio encargado del pa-
ciente. Es una especie de resumen de su Historia Clínica en el que se recogen los ante-
cedentes personales y familiares, motivo de ingreso, diagnóstico, tratamientos médi-
cos y quirúrgicos aplicados, y recomendaciones terapéuticas para el médico de familia.
– Impreso de alta voluntaria. Al igual que el anterior lo rellena el médico encargado del pa-
ciente. Se hace a petición del propio paciente y debe ser firmado por él o quien lo represente.
4. Archivo
El archivo es el lugar donde quedan almacenadas y ordenadas todas las Historias Clínicas de los
pacientes que son atendidos por un centro sanitario. Las funciones generales del archivo son la con-
servación de los documentos, acceso a la documentación, sistematización del archivo, información,
educación… Las historias se ordenan según el número que se les asignó cuando se abrieron.
El Celador es el responsable del traslado de las Historias Clínicas y documentación com-
plementaria desde la unidad hospitalaria correspondiente al archivo central. La periodicidad
en la recogida de Historias Clínicas por el Celador será fijada por el Jefe del Archivo Central de
Historias Clínicas.
La información clínica de un paciente puede quedar almacenada de la siguiente manera:
– En un fichero. En él van a quedar archivados únicamente los datos esenciales del enfermo.
Este fichero podemos encontrarlo en todas las consultas y salas de un centro sanitario.
– En el archivo de consulta o de planta. En él permanece guardada la Historia Clínica
del enfermo mientras está siendo tratado de su enfermedad. En el caso de que el pa-
ciente fuera ingresado dicha ficha pasaría a planta.
– Archivo central. En él quedan almacenadas todas las historias del centro una vez que
se han cerrado, es decir, cuando el enfermo ha sido dado de alta o ha fallecido. En este
54 archivo permanecen almacenadas durante años.
CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\
– Libro de urgencias. En él van a quedar registrados los datos más esenciales de todo
paciente que requiere de una atención urgente. Dichos datos serán: los datos de identi-
ficación del paciente, la hora a la que acude al servicio de urgencia, si es traslado a otra
unidad y a cuál, el juicio clínico y la hora en la que es dado de alta o, en último caso, la
hora a la que ha fallecido.
sición de las Administraciones sanitarias. En todo caso, la información que se facilite a estos
fines será previamente objeto de disociación.
El Ministerio de Sanidad y Consumo atenderá con los medios de que disponga el funcio-
namiento de la base de datos.
Otras disposiciones recogidas en el Real Decreto 183/2004, de 30 de enero, por el
que se regula la tarjeta sanitaria individual
a) Respecto a la cesión de datos recoge la norma que el Consejo Interterritorial del Sistema
Nacional de Salud, en caso de considerar necesaria la cesión de los datos de esta base,
recabará la asistencia de la Agencia Española de Protección de Datos, a fin de que por
ésta se determinen los supuestos bajo los que podrá efectuarse la cesión a terceros.
Dicha cesión se atendrá, en todo caso, a la normativa vigente en materia de protección
de datos personales.
b) Asimismo y por lo que respecta a colectivos asegurados a través de regímenes especia-
les, establece que las Administraciones públicas competentes en materia de cobertura
sanitaria por razón de determinados colectivos expedirán a cada uno de sus asegurados
una tarjeta sanitaria, con soporte informático y con las características básicas que se defi-
nen en este Real Decreto, incluida la asignación de código de identificación personal del
Sistema Nacional de Salud, y se incorporarán al sistema de intercambio de información
que la base de datos de población protegida del Sistema Nacional de Salud proporciona.
c) En la medida en que se establezcan por la Unión Europea criterios de normalización
que faciliten la circulación y mejora de la asistencia sanitaria de pacientes en el ámbito
comunitario, las tarjetas sanitarias individuales del Sistema Nacional de Salud deberán
adaptarse a aquéllos.
d) El proceso de sustitución de las tarjetas actualmente existentes por las que cumplan los
requisitos establecidos en este Real Decreto deberá iniciarse dentro del plazo de seis
meses a partir de su entrada en vigor.
La sustitución, una vez iniciado el proceso, se producirá a medida que las tarjetas vayan
caducando, o cuando por cualquier motivo vayan a renovarse.
El periodo de validez consta en la Tarjeta Sanitaria Europea. Con carácter general será de 1
año, desde la fecha de expedición.
El concepto de documento abarca, pues, mucho más que el documento escrito. Así,
distinguimos los siguientes tipos de documentos:
– Según su forma, hay documentos:
* Gráficos: manuscritos, Historias Clínicas.
* Tipográficos: libros, impresos, fotocopias.
* Iconográficos: retratos, grabados, fotografías, mi-
crofichas, planos, ilustraciones, radiografías.
* Plásticos: sellos, monedas, medallas.
* Fónicos: discos, compactos de música.
* Audiovisuales: diapositivas, películas, vídeos.
* Informáticos: cintas magnéticas, CD ROM, disquetes.
– Según su origen, hay documentos:
* Primarios: libros, folletos, informes catálogos,
Historias Clínicas.
* Secundarios: revistas de sumarios, de resúmenes o citas.
* Terciarios: perfiles bibliográficos.
Son documentos de traslado ordinario por los Celadores: hojas de interconsulta, pe-
didos a almacén (general, almacén de fungibles, farmacia, lencería…), partes de
mantenimiento, Historias Clínicas, peticiones y resultados de analíticas y pruebas
diagnósticas (radiografías, ecografías, urografías, arteriografías, etc.), peticiones de
ambulancia, partes de quirófano, petición de exploración en otros centros e institu-
ciones, órdenes de hospitalización, etc.
61
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
3. Trabajo en oficinas. Los Celadores que trabajen en oficinas del hospital dependerán
del área de Gerencia y de Dirección , y se encargarán del:
– Traslado de correspondencia. Reparto de correspondencia (cartas, impresos, revistas
y correo externo o interno, en general) dentro del centro, franqueo de las corres-
pondencia que se emita al exterior, devolución al remitente cuando el destinatario
esta ilegible, traslado de documentos y de la correspondencia que impliquen sali-
das al exterior del centro sanitario, etc.
Lo tipos de correspondencia son:
* Carta ordinaria. Es la modalidad más utilizada entre particulares cuando el envío
no supera los 2 kg y no requiere entrega urgente.
* Carta certificada. Entregas en las que se garantiza la recepción mediante la firma
del destinatario o una persona autorizada. Si no pudiera entregarse, se advertirá
al receptor mediante un aviso de que dispone de 15 días para recoger el envío
en una oficina de Correos.
* Carta certificada urgente. Para aquellos envíos más urgentes. El envío de su
documentación estará registrado y controlado, la entrega se realiza en domi-
cilio y mediante firma del destinatario en 24 horas (promedio según origen/
destino) cuando los envíos se han depositado en oficinas antes de las 18.00
horas, y antes de las 19.00 horas en unidades de admisión masiva para clientes
con contrato.
* Postal Exprés. Con Postal Exprés dispone de un tratamiento que le garantiza en
el ámbito nacional, la entrega de sus documentos en un máximo de 48 horas, a
domicilio y bajo firma.
* Carta urgente. Estos envíos llegan a su destino en un día hábil en el caso de
España y tres en el de Europa. Siempre se entregan en el domicilio del destinata-
rio y pueden tener carácter certificado entregándose bajo firma en los mismos
plazos.
– Traslados de documentos; tanto internos que competan a su oficina, como el trasla-
do de documentos al exterior.
– Realización de fotocopias.
4. Traslado de muestras biológicas. Los Celadores se encargarán de trasladar las mues-
tras a los laboratorios correspondientes y recoger los resultados de las mismas.
Debido a que la proliferación bacteriana es muy intensa a temperatura ambien-
te el traslado de algunas muestras no admite demoras, otras se pueden posponer
refrigerándolas:
– Gasometría arterial; debe ser enviada de forma inmediata al laboratorio porque se
alteran los valores.
– Examen básico de orina y urocultivo; si no puede ser procesado inmediatamente se
mantendrá en el frigorífico a una temperatura de 4 ºC, no más de 24 horas.
– Coprocultivo (estudio de heces); si no puede ser procesado antes de 30 minutos se
conservará en la nevera.
62
CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\
5. Traslado de objetos
Todos los de uso común en las Instituciones sanita-
rias: cajas, carros, envases, medicamentos, tubos y
muestras y enseres en general. Traslado de muestras al Laboratorio
En los casos en los que no exista personal de hostelería en algún servicio concreto po-
dría trasladar material desde el almacén de hostelería (como por ejemplo ir al almacén
de hostelería y traer por mandato de la supervisora una caja de botellines de agua para
los pacientes que van a realizar pruebas en radiología).
En caso de haber peones en la plantilla del Hospital (categoría creada por el Real Decreto
Ley 3/1987, de 11 de septiembre), habrá que delimitar las funciones entre éstos y los Celadores
en esta función de traslado de aparatos y mobiliario.
El modo en que los superiores «confían» a los Celadores el traslado de documentos, corres-
pondencia, objetos, aparatos y mobiliario no ha de ser siempre mediante una orden verbal
directa. Lo habitual es asignar por escrito los deberes que corresponden a los Celadores de
cada servicio y su ejecución puede realizarse por iniciativa del propio Celador o a petición de
otros profesionales, aunque no sean sus superiores, y, por supuesto, por orden de aquéllos.
64
CAPÍTULO 3. DOCUMENTACIÓN CLÍNICA Y NO CLÍNICA [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Tiempo de conservación de la documentación clínica, funciones del Celador en el tras-
lado de documentación clínica, concepto de tarjeta sanitaria individual, finalidad de la
Tarjeta Sanitaria individual, concepto de médico responsable (Servicio de Salud de
Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008).
2 Código de una historia clínica, validez de la tarjeta sanitaria, funciones del Celador
en el traslado de aparatos, tramitación de documentos, artículo derogado de la LGS
(Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006).
2 Funciones del Celador en el traslado de aparatos, funciones del Celador en relación a
la documentación sanitaria, obligaciones del Celador para con la Historia Clínica, con-
cepto de documentación clínica, manejo de fotocopiadoras, consulta de la Historia
Clínica (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009).
2 Funciones de traslado de mobiliario, traslado de la Historia Clínica, transporte de do-
cumentación clínica, conducir documentos sin tardanza, entrega de Historia Clínica
(Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2 Traslado desde el almacén, traslado del mobiliario, traslado de hostelería, traslado
de muestras, reparto de correspondencia (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–,
convocatoria 2007).
2 Tipos de documentos, traslado de las balas de oxígeno, traslado del carro de curas
(Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2 Concepto de tarjeta sanitaria individual, gestión de la Historia Clínica (Servicio
Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Criterios de atención de la Tarjeta Sanitaria Individual, acceso a las prestaciones, fun-
ciones de traslado de documentación (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–,
convocatoria 2008).
2 Celadores destinados en las oficinas, organismos que emiten la tarjeta sanitaria, con-
cepto de tarjeta sanitaria individual, funciones de trasporte de documentación clíni-
ca, concepto de usuario (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convo-
catoria 2010).
2 Regulación de acceso a las Historias Clínicas, derecho de acceso a la Historia Clínica
(Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Historia Clínica en la Ley General de Sanidad, funciones de trasporte de documen-
tación clínica, concepto de archivo central, orden de tratamiento, finalidad de la
tarjeta sanitaria, reparto de correspondencias, documentos de traslado ordinario de
los Celadores, contenido de la tarjeta sanitaria, manejo de fotocopiadora, servicio
responsable de la custodia de las Historias Clínicas, traslado de mobiliario (Servicio
Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Norma que regula la tarjeta sanitaria individual, acceso al contenido de la Historia
Clínica, regulación del uso de Historias Clínicas, artículo 53 de la Ley 16/2003, traslado
de mobiliario (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009).
65
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
66
4
Confidencialidad,
consentimiento
informado y derecho de
la información
1. El secreto profesional
2. El consentimiento informado
3. El derecho a la intimidad (Art. 7)
4
1. El secreto profesional
1.1. Concepto
En sentido objetivo se entiende por secreto, aquello que debe permanecer oculto a los
demás y sobre lo que hay que guardar sigilo. Subjetivamente, es la obligación de no revelar lo
conocido que contrae quien ha llegado a saberlo de forma justa o injusta.
El secreto profesional del sanitario es «la obligación permanente de silencio que contrae
el sanitario respecto a todo lo sabido o intuido sobre una o más personas en el transcurso de
su relación profesional».
En esta definición se incluyen los tres elementos básicos del secreto profesional, que son:
68
CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\
1.2. Naturaleza
Se trata de un secreto confiado mediante el cual el profesional se obliga a mantener ocul-
tas todas aquellas confidencias que reciba en el ejercicio de su profesión.
– Desde el punto de vista moral, existe el deber de guardar el hecho conocido cuan-
do éste pueda producir resultados nocivos o injustos sobre el paciente si se viola el
secreto.
– En el ámbito legal existen diversas normas que imponen al profesional tanto el deber
legal de guardar secreto como el de revelarlo en determinados casos.
1.4. Objeto
Son objeto de secreto profesional todas las circuns-
tancias y situaciones conocidas por el profesional en el
ejercicio de sus funciones: todo aquello que el pacien-
te le haya confiado, lo que haya visto, haya deducido y
El Celador cuando traslada
toda la documentación producida en su ejercicio pro-
documentación sanitaria esta
fesional, y procurará ser tan discreto que ni directa ni obligado a mantener el secreto de lo
indirectamente nada pueda ser descubierto. que haya visto
Se incluyen además de los datos sobre salud y enfermedad del paciente todos los datos
que se conocen por causa del trabajo realizado con o sin autorización y consentimiento del
paciente, todas las confidencias que proceden o deriven del entorno del paciente y cualquier
otra circunstancia sobre la que éste desee guardar el secreto, aunque su conocimiento no
parezca que pueda acarrear daños objetivos.
69
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
1.6.1. Constitución
El art. 20.1.d) establece que la Ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secre-
to profesional en el ejercicio de estas libertades. Este apartado parece referirse sólo al secreto
profesional de la profesión periodística en su ejercicio del derecho a la libertad de expresión
y de información.
El artículo 24.2 de la Constitución, en su inciso final, precisa que la Ley regulará los casos en
que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se estará obligado a declarar sobre
70 hechos presuntamente delictivos.
CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\
gistro público o privado. Iguales penas se impondrán a quien, sin estar autorizado, acceda por
cualquier medio a los mismos y a quien los altere o utilice en perjuicio del titular de los datos
o de un tercero.
(...)
5. Igualmente, cuando los hechos descritos en los apartados anteriores afecten a datos
de carácter personal que revelen la ideología, religión, creencias, salud, origen racial o vida
sexual, o la víctima fuere un menor de edad o un incapaz, se impondrán las penas previstas
en su mitad superior.
Artículo 199.
1. El que revelare secretos ajenos, de los que tenga conocimiento por razón de su oficio o
sus relaciones laborales, será castigado con la pena de prisión de uno a tres años y multa de
seis a doce meses.
2. El profesional que, con incumplimiento de su obligación de sigilo o reserva, divulgue los se-
cretos de otra persona, será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, multa de doce
a veinticuatro meses e inhabilitación especial para dicha profesión por tiempo de dos a seis años.
También es posible quebrar el secreto debido a la empresa.
Artículo 200.
Lo dispuesto en este capítulo será aplicable al que descubriere, revelare o cediere datos re-
servados de personas jurídicas sin el consentimiento de sus representantes, salvo lo dispuesto
en otros preceptos de este Código.
2. El consentimiento informado
2.1. Introducción
En su acepción general consentir consiste en permitir una cosa y condescender en que se haga.
Desde un punto de vista jurídico, el Código Civil determina que el consentimiento es uno
de los requisitos esenciales para la validez de los contratos (art. 1.261 y siguientes). Los otros
dos requisitos necesarios son el objeto y la causa del contrato. En este sentido el consen-
timiento es la conformidad de voluntades entre los contrarios, o sea, entre la oferta y su
aceptación.
2.2. Antecedentes
– Aunque en la literatura científica médica el concepto “Informed Consent” es citado en
nueve ocasiones entre 1930 y 1956, fue utilizado como tal por vez primera en la le-
gislación en 1957 en un recurso judicial en California. Varias sentencias posteriores en
Estados Unidos hicieron que el Consentimiento Informado se convirtiera en un dere-
cho de los pacientes y un deber de los médicos.
– En España, ya en 1972, el Reglamento General de Gobierno y Servicio de las Instituciones
Sanitarias de la Seguridad Social establecía que los enfermos tenían derecho a autorizar
–directamente o a través de sus allegados– las intervenciones quirúrgicas y actuacio-
nes terapéuticas que implicaran riesgo notorio previsible, así como a ser advertidos de
su gravedad.
– En 1976, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó un documento en
el que se hacía un llamamiento a los Estados miembros para que tomaran medidas
de forma que los pacientes estuvieran completamente informados, y recomendaba
la armonización de los derechos de los pacientes, entre ellos el derecho básico del
Consentimiento Informado.
– Pero es con la Constitución de 1978, cuando en España el concepto de consentimiento
informado comienza a tener auténtico sentido e importancia, a partir de la defensa que
en ella se hace del libre desarrollo de la personalidad sobre la base de la libertad, y del
reconocimiento, en su artículo 43, del derecho a la protección de la salud.
– En 1986, el Instituto Nacional de la Salud puso en marcha un plan de humanización de
la atención sanitaria, con la implantación de una Carta de Derechos de los Pacientes.
– Basándose en los principios recogidos en la Carta Magna, la Ley 14/1986, General de
Sanidad, reconoce para todos el derecho al consentimiento y a la información en los
apartados 5 y 6 del artículo 10.
– Más recientemente, la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la auto-
nomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y docu-
mentación clínica, trata específicamente el consentimiento informado.
En el mismo sentido y dirección inciden también:
– El Convenio para la protección de los derechos humanos y la dignidad del ser humano
74 con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina de 4 de abril de 1997.
CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\
2.3. Concepto
A lo largo de su corta historia el Consentimiento Informado ha sido definido de múltiples
formas:
ciente sino una persona con unos derechos y libertades fundamentales (y unas emociones,
sentimientos, pensamientos, valores y deseos propios), han provocado un salto a un nuevo
tipo de relación médico-paciente, basado fundamentalmente en la autonomía y en la capa-
cidad de decisión del paciente.
Los fundamentos éticos se estructuran hoy en dos niveles:
1. El primero es de obligado cumplimiento, cuyos contenidos suelen estar recogidos en
las leyes de los países democráticos y hacen referencia a:
– La no maleficencia (principio que exige que todas las personas sean tratadas con el
mismo respeto y consideración en los órdenes físico y psíquico).
– A la justicia (que exige que todas las personas sean tratadas con el mismo respeto
y consideración en el orden social).
2. El segundo nivel no es de obligado cumplimiento si la Ley no lo menciona explícita-
mente, pero constituye un objetivo al que los profesionales de la salud, como personas
civilizadas, deben tender, y está relacionado:
– Con la beneficencia (que supone la obligación de hacer el bien tal y como cada uno
lo entiende, procurando siempre minimizar los riesgos previsibles).
– Con la autonomía (que defiende la necesidad de considerar a todos los seres hu-
manos capaces de tomar decisiones por sí mismos en relación con todo lo que afec-
ta a su modo de vida).
Por resumirlo, podemos afirmar que los profesionales sanitarios tienen el deber ético de:
– Evitar el mal.
– Actuar con justicia y sin discriminación.
– Buscar el bien de los pacientes.
– Respetar su autonomía, su voluntad y sus decisiones.
76
CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\
77
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
.../...
Artículo 22. Emisión de certificados médicos.
Artículo 23. Obligaciones profesionales de información técnica, estadística y administrativa.
Disposición adicional primera. Carácter de legislación básica.
Disposición adicional segunda. Aplicación supletoria.
Disposición adicional tercera. Coordinación de las historias clínicas.
Disposición adicional cuarta. Necesidades asociadas a la discapacidad.
Disposición adicional quinta. Información y documentación sobre medicamentos y
productos sanitarios.
Disposición adicional sexta. Régimen sancionador.
Disposición transitoria única. Informe de alta.
Disposición derogatoria única. Derogación general y de preceptos concretos.
Disposición final única. Entrada en vigor.
La renuncia del paciente a recibir información está limitada por el interés de la salud del
propio paciente, de terceros, de la colectividad y por las exigencias terapéuticas del caso.
b) Actuación en el paciente sin su consentimiento
Existen determinados casos en los que los facultativos pueden llevar a cabo las inter-
venciones clínicas indispensables en favor de la salud del paciente, sin necesidad de
contar con su consentimiento:
– Cuando existe riesgo para la Salud Pública a causa de razones sanitarias establecidas
por la Ley. En todo caso, una vez adoptadas las medidas pertinentes, de conformi-
dad con lo establecido en la Ley Orgánica 3/1986, se comunicarán a la autoridad
judicial en el plazo máximo de 24 horas siempre que dispongan el internamiento
obligatorio de personas.
– Cuando existe riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica del enfermo
y no es posible conseguir su autorización, consultando, cuando las circunstancias lo
permitan, a sus familiares o a las personas vinculadas de hecho a él.
c) Actuación en el paciente con el consentimiento de su representante
Se otorgará el consentimiento por representación en los siguientes supuestos:
– Cuando el paciente no sea capaz de tomar decisiones, a criterio del médico responsa-
ble de la asistencia, o su estado físico o psíquico no le permita hacerse cargo de su
situación. Si el paciente carece de representante legal, el consentimiento lo presta-
rán las personas vinculadas a él por razones familiares o de hecho.
– Cuando el paciente esté incapacitado legalmente.
– Cuando el paciente menor de edad no sea capaz intelectual ni emocionalmente de
comprender el alcance de la intervención. En este caso, el consentimiento lo dará
el representante legal del menor después de haber escuchado su opinión si tiene
doce años cumplidos. Cuando se trate de menores no incapaces ni incapacitados,
pero emancipados o con dieciséis años cumplidos, no cabe prestar el consenti-
miento por representación. Sin embargo, en caso de actuación de grave riesgo, se-
gún el criterio del facultativo, los padres serán informados y su opinión será tenida
en cuenta para la toma de la decisión correspondiente.
La práctica de ensayos clínicos y de técnicas de reproducción humana asistida se rige por
lo establecido con carácter general sobre la mayoría de edad y por las disposiciones especia-
les de aplicación (modificación aportada por la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud
sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo).
La prestación del consentimiento por representación será adecuada a las circunstancias y
proporcionada a las necesidades que haya que atender, siempre en favor del paciente y con
respeto a su dignidad personal. El paciente participará en la medida de lo posible en la toma
de decisiones a lo largo del proceso sanitario.
Para asegurar la eficacia de las instrucciones previas la Ley prevé la creación de un Registro
de instrucciones previas de ámbito nacional.
– Dicha persona deberá recibir previamente una información adecuada acerca de la finali-
dad y la naturaleza de la intervención, así como sobre sus riesgos y consecuencias.
2.5.2.2. Protección de las personas que no tengan capacidad para expresar su consentimiento
– Sólo puede efectuarse una intervención a una persona que no tenga capacidad para
expresar su consentimiento cuando redunde en su beneficio directo.
– Cuando, según la Ley, una persona mayor de edad no tenga capacidad, a causa de
una disfunción mental, unaS enfermedad o un motivo similar para expresar su con-
sentimiento para una intervención, ésta no podrá efectuarse sin la autorización de su
representante, una autoridad o una persona a institución designada por la Ley.
83
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
84
CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\
2.7.1. Preámbulo
En esta parte figuran el nombre o nombres de las personas que son informadas y deben
consentir, así como el del facultativo responsable, los testigos y representantes, en su caso. 85
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
2.7.2. Cuerpo
Recoge la información que suministra al usuario. Esta variará según el acto médico, la in-
tervención el procedimiento, etc., de que se trate. En todo caso la información debe ser «ade-
cuada» (art. 2.2. Ley 41/2002) y comprender «como mínimo la finalidad y la naturaleza de cada
intervención, sus riesgos y sus consecuencias» (art. 4.1.).
A título de ejemplo se expone el contenido de la información a transmitir en el caso de una
intervención quirúrgica o técnica exploratoria:
– Técnica quirúrgica a seguir o procedimiento exploratorio que va a llevarse a efecto.
– Riesgos o peligros que conlleva la intervención quirúrgica o exploratoria, enumerando
los más frecuentes y los más importantes: si la muerte estuviera entre ellos, sería preci-
so indicar su incidencia.
– Existencia de procedimientos alternativos para llevar a la curación o al diagnóstico.
2.7.3. Aceptación
Recoge la manifestación de conformidad del usuario de acogerse a la intervención o el
procedimiento, debiendo suscribirla con su firma o la de su representante.
En esta parte el usuario manifiesta que ha sido informado por el facultativo, que ha enten-
dido lo que ha dicho y que consiente en acogerse a la actuación médica propuesta.
También firmarán el facultativo y los testigos o representantes que, en su caso, proceda.
Tal y como establecen distintas leyes autonómicas, el documento formulario de consen-
timiento informado debe contener, además de la información del procedimiento diagnóstico
o terapéutico, los siguientes datos mínimos:
– Identificación del centro.
86 – Identificación del procedimiento.
CAPÍTULO 4. CONFIDENCIALIDAD, CONSENTIMIENTO INFORMADO Y DERECHO DE LA INFORMACIÓN [[[[\
– Identificación del paciente, representante legal, familiar o allegado que presta el con-
sentimiento.
– Identificación del médico que informa.
– Consentimiento del paciente o del familiar, allegado o representante legal que autoriza.
– Declaración del paciente de que conoce que el consentimiento puede ser revocado en
cualquier momento sin expresión de la causa de la revocación.
– Lugar y fecha.
– Firmas del médico y persona que presta el consentimiento.
– Apartado para la revocación del consentimiento.
En el documento de consentimiento informado quedará constancia de que el paciente
o la persona destinataria de la información recibe una copia de dicho documento y de que
comprendió adecuadamente la información.
El Código Deontológico Médico en su art. 31 establece: «El médico en ningún caso dejará
de prestar asistencia al paciente que la necesitara por intento de suicidio, huelga de hambre
o rechazo al tratamiento. Respetará la libertad de los pacientes y tratará de persuadirlos para
que depongan su actitud, aplicando, en las situaciones límites, previo requerimiento de la
autorización judicial, la imprescindible asistencia médica». 87
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Se han de respetar las decisiones del usuario aun cuando, incluso, la ciencia médica consi-
dere que perjudique a su propia salud.
No obstante, cuando lo que se pone en juego es ya el derecho a la vida, el Tribunal
Constitucional ha declarado en Sentencia 121/1990, que la preservación de la vida prevalece
sobre el respeto de la autonomía de la persona. En consecuencia, el derecho a la vida prevale-
ce sobre el derecho a la libertad.
89
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Derecho a la información de los pacientes, negación del tratamiento (Servicio de
Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008).
2 Modo de facilitar la información asistencial al paciente, Ley que regula la autonomía
del paciente (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006).
2 Titular del derecho a la información asistencial, derecho a la intimidad, consentimien-
to informado (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009).
2 Concepto de secreto profesional (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria
2009).
2 Características del consentimiento informado (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–,
convocatoria 2007).
2 Información a los familiares, prohibición del paciente de información a algún familiar
(Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2 Consentimiento informado por escrito, derecho a la intimidad (Servicio Madrileño de
Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Derecho del paciente a ser o no informado, confidencialidad de la información
(Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008).
2 Información a los usuarios, revocación del consentimiento (Servicio de Salud de las
Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010).
2 Concepto de secreto profesional, información a familiares, negativa al tratamien-
to, tipo de información al paciente, consentimiento informado, titular del derecho
de información, forma de expresar el consentimiento, forma de expresar la renun-
cia a la información, obligación del secreto profesional, derecho a no ser informado
(Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Concepto de documento de instrucciones previas, consentimiento por represen-
tación, consentimiento por escrito, titular del derecho de información, derecho de
información, características del consentimiento, revocación del consentimiento, re-
velación de secretos (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009).
2 Revocación del consentimiento, facilitar información a los familiares de los pacientes,
persona que garantiza la información (Servicio Murciano de Salud–SMS–, convo-
catoria 2009).
2 Excepciones al consentimiento, quebrantamiento del secreto profesional, derecho
a la intimidad (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010).
2Garantía del secreto profesional, forma de recibir la información, negación al trata-
miento, acceso a la Historia Clínica, forma de proporcionar la información (Servicio
de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).
90
5
El Servicio de Admisión
de Pacientes. El Servicio
de Atención al Paciente.
Actuación del Celador
en la vigilancia
de centros
3. Vigilancia
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
A) Funciones
Las funciones en Admisión de Ingresos son:
1. La gestión de las camas de hospitalización, según la ordenación establecida por
la Dirección del Hospital:
– Asignación de cama: cuando sea precisa una cama, tanto solicitada de urgencias,
consultas externas o lista de espera, admisión se encarga de localizar y adjudicar
dicha cama (todo ingreso o consulta en el hospital se realizará siempre a través del
Servicio o Unidad de Admisión).
B) Actividades
Las actividades más relevantes en Admisión de Ingresos son:
– Registro de datos administrativos, tanto en soporte manual como informático: libro de
ingresos-altas, historia clínica, ficha u hoja de ingreso-alta, libro de ambulancias, etc.
– Localización en archivo de Historia Clínica de ingreso anterior, en los reingresos.
– Confección diaria y actualización constante de la «Planilla» (o «Planning») de situación
de enfermos. El censo diario de pacientes ingresados se referirá a una única hora censal,
normalmente a las 00:00 horas de cada día, independientemente de la hora real a la
que se realice.
– Recuento diario de movimientos para proceder al «cuadre» de datos sobre camas dis-
ponibles, ocupadas, libres, en relación con los ingresos, altas y traslados.
– Impresión de listados diarios de ingresos y altas (gestión por ordenador).
– Confección y entrega de pases de visita. Entrega de documentación o folletos infor-
mativos sobre los servicios del hospital e información de la existencia del servicio de
información al usuario.
A) Funciones
Son funciones específicas de Admisión de urgencias:
1. Recepción y registro de los pacientes: se registrarán los siguientes datos, tanto en los
soportes manuales como mecanizados de que disponga la Unidad (libro de urgencias,
HC de urgencias, etc.):
– Número de orden.
– Nombre y apellidos del paciente.
– Sexo y fecha de nacimiento.
– Números de DNI y de Documento de Seguridad Social.
– Teléfono.
– Persona que lo remite a urgencias: médico de familia, especialista, autoridad, propia
iniciativa.
– Nombre del facultativo encargado del paciente que ha solicitado el ingreso.
– Motivo de la urgencia.
– Medio de acceso.
– Fecha y hora de ingreso.
– Servicio que lo atiende.
– Si ingresa cadáver.
– Diagnóstico provisional.
– Destino: ingreso en observación, en planta, traslado a otro hospital, remisión a las
consultas externas del hospital, a su médico de cabecera o al especialista.
2. Remisión del paciente al Servicio que corresponda.
3. Determinación del régimen económico provisional.
4. Custodia de pertenencias del paciente, si es necesario.
B) Actividades
Las principales actividades en Admisión de urgencias son:
– Registro de datos administrativos, tanto en soporte manual como informático: libro de
urgencias, HC de urgencias, libro de ambulancias, etc.
– Avisos al servicio de ambulancias.
– Cumplimentación de partes por lesiones al Juzgado de Guardia o partes de defunción.
– Cumplimentación de modelos estadísticos básicos.
– Todas las derivadas de las funciones de Admisión de hospitalización en los horarios en
que urgencias funcione como unidad central de Admisión en noches y festivos. 95
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
96
CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\
2.1. Funciones
1. Orientación al usuario durante su estancia en el centro sanitario, referida al pro-
pio centro:
– Ubicación de los servicios y unidades del centro.
– Horarios de los distintos Servicios.
– Información a los pacientes sobre las horas de visita y consulta para la información médica.
– Referida a servicios ciudadanos ajenos al centro:
* Medios de transporte.
* Hospedería para familiares.
97
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
2. Procurar una mayor colaboración entre los usuarios y el personal que trabaja a su
servicio.
3. Tutelan el cumplimiento de los derechos de los/as pacientes y usuarios/as.
4. Atención personalizada a familiares:
– Disminuir la preocupación de los familiares.
– Información a los familiares sobre la planta o servicio en el que se encuentran los
pacientes, incidencias, tiempos de espera, traslados, etc.
– Localización de familiares por el servicio de megafonía para traslado de avisos, in-
formación o llamadas telefónicas del exterior.
5. Proponer a la Dirección las normas de estancia en el centro:
– Normas de régimen interno.
– Recomendaciones de estancia.
– Organizar el sistema de visitas.
– Acreditar a los visitantes en horarios especiales.
– Realizan encuestas entre los usuarios, comunicando sus resultados a la dirección
del centro.
– Confeccionar y entregar a los usuarios protocolos conteniendo documentación re-
lativa a los servicios de Admisión, plantas, urgencias, servicios generales, etc. y toda
la información y servicios que puede ofrecer; se incluye la carta de derechos y debe-
res de los usuarios de los Servicios de Salud.
6. Canalizar las quejas, reclamaciones y sugerencias:
– Existe un Libro de Reclamaciones oficial a disposición de los usuarios. Toda reclama-
ción es atendida puntualmente y contestada por el Director Gerente o persona en
quien delegue del centro. La tramitación que se deriva de la reclamación es confi-
dencial.
– En el caso de los centros sanitarios donde no exista Servicio de Atención al paciente
existirá igualmente Libro de Reclamaciones. Otra entidad donde se puede presen-
tar una reclamación es en el Registro de la Delegación Provincial de Salud.
– Existen buzones de sugerencias, dispuestos para recoger felicitaciones y propues-
tas para la mejora de la atención sanitaria, así como los impresos cumplimentados
de la encuesta de opinión.
– La encuesta de posthospitalización es un impreso que se entrega a todo paciente
hospitalizado, durante su estancia o en el momento del alta, para que conteste a las
cuestiones que se le plantean, con la finalidad de conocer el estado del centro desde
el punto de vista del usuario para corregir posibles deficiencias y mejorar los servicios.
– Los Servicios de Información al Usuario (SIU) complementan su función informativa
con medios técnicos que, además, aportan entretenimiento a los usuarios:
* Puntos de información interactiva.
98 * Información en pantallas de televisión.
CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\
* Videos de entretenimiento.
* Paneles de «cinta sin fin».
– Los impresos de quejas, encuestas y de sugerencias pueden ser cumplimentados en
forma anónima o nominativa si así lo desea el paciente.
2.2. Actividades
Las principales actividades que se desarrollan en el SIU/SAP son:
– El servicio de atención al paciente estará a disposición de atender personalmente al
mismo, o a sus parientes próximos, representantes o acompañantes.
– En particular proporcionar información a los pacientes y a sus familiares sobre la organiza-
ción del hospital, servicios disponibles, horarios de funcionamiento y de visitas y otras acti-
vidades que puedan contribuir a ayudarles, facilitarles y mejorar su estancia en el mismo.
– Las reclamaciones a que hubiere lugar se tramitarán por escrito a través de este servicio,
siendo estas sometidas a los responsables de la división que corresponda, debiendo dar-
les respuestas por escrito, firmada por el Director Gerente, o persona en quien delegue.
– Coordinar la atención a la persona maltratada.
– Transmisión inmediata de la información solicitada.
– Recepción y aviso de llamadas telefónicas.
– Elaboración de informes referidos a las reclamaciones.
– Coordinación con otros servicios y unidades del centro.
– Elaboración de estadísticas:
* Nivel de satisfacción de los usuarios.
* Motivos de queja o reclamación.
* Tipo de información solicitada.
– Mantenimiento y actualización de la cartelería de Información.
99
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
3. Vigilancia
3.1. Consideraciones generales
Una de las funciones de los Celadores es la vigilancia tanto de las entradas de la institución,
como el acceso y estancias de los familiares y visitas de los enfermos, al igual que el compor-
tamiento de los enfermos y visitantes dentro de la institución.
El Celador de puerta (ya sea del hospital general como el de urgencias) recibirá con pron-
titud y cortesía a los visitantes que accedan a la institución dispuesto a atender y contestar las
preguntas que puedan formularle y estén dentro de su competencia. Con carácter general, no
se permiten las visitas de niños menores de 12 años.
Informará de las consultas externas, indicando lugar, día y hora de las mismas. Controlará
así mismo la entrada de toda persona prohibiendo el paso a toda aquella que no vaya provista
del correspondiente justificante. Cuidarán para que no deambulen por los pasillos más de lo
necesario para llegar al lugar concreto donde esté el paciente.
El Celador podrá también desempeñar la misión de vigilancia nocturna interior y exterior del
edificio (en muchos hospitales estas funciones han sido delegadas a guardias de seguridad), cui-
dando que las puertas de los servicios complementarios queden bien cerradas, el control de las lu-
ces, tanto interiores como exteriores y dar parte a sus superiores de cualquier anomalía que observe.
En cuanto a las funciones sobre control de entrada y salida de personas ajenas a las de-
pendencias, tales como trabajadores de reparto de objetos adquiridos, mensajeros, etc., o de
usuarios o administrados que vengan a efectuar gestiones administrativas, procederá a con-
trolar la identificación de dichas personas. Las visitas externas programadas sin relación con
los pacientes suelen portar un pase especial emitido por la dirección del centro.
La labor de vigilancia conlleva también el control sobre la apertura y cierre de los accesos
a la misma, su iluminación, etc. Siempre que se les solicite, por parte de alguna persona de la
institución (médicos, jefes de servicios, etc.), que dejen abierta alguna puerta, deben ponerlo
en conocimiento del Jefe de Personal Subalterno.
Tomarán también las medidas necesarias en aras a la seguridad de los edificios, locales o
espacios confiados, anotando y dando cuenta a sus superiores de las anomalías e incidencias
que observen. En los casos en que alguna anomalía pueda ocasionar peligro inminente a los
usuarios (un extintor en el suelo, una cornisa a punto de caer, un ascensor con la puerta abier-
ta sin la cabina dando paso al foso, etc.) y el Celador no pueda solucionarlo permanecerá allí
hasta que pueda comunicárselo a alguien.
El Celador, con la necesaria prudencia y buen criterio, deberá comprobar si las personas
que están en el interior de los locales han sido debidamente autorizadas para ello, no permi-
tiendo la presencia de quienes no lo estén. Así mismo prohibirá la entrada a toda persona que
presente muestras de suciedad, promueva alborotos o vaya embriagada.
Tampoco permitirá la entrada de personas que lleven comida o bebida, obligándoles a
dejar ésta en la portería para su posterior entrega a la salida de la Institución. Si observara al-
guna persona fumando le recordaría la prohibición de fumar en toda el área hospitalaria (Ley
28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la
100 venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco).
CAPÍTULO 5. EL SERVICIO DE ADMISIÓN DE PACIENTES [[[[\
Mientras hacen labores de control y vigilancia pueden encontrar o les pueden hacer llegar
algún objeto que se haya olvidado en la institución; en ese caso el Celador lo entrega en la
unidad destinada a objetos perdidos, o en su defecto a su inmediato superior.
Otro supuesto que puede encontrarse un Celador mientras hace sus funciones de vigilan-
cia es encontrar a alguien haciendo fotos sin permiso dentro de la institución (alguna persona
ingresada de relevancia social, fotos de las instalaciones, etc.), la actuación del Celador sería no
permitir que saque más fotos y avisar al Jefe de Personal Subalterno.
Por último, hay que añadir que este personal controlará visualmente la salida de las visitas,
procediendo cortésmente a su despedida y, en su caso, recogiendo los correspondientes pa-
ses de visita emitidos. Al finad de cada jornada elaborará un parte de incidencias.
Deben declararse a la entrada los objetos que a la salida pudieran dar lugar a dudas sobre
la licitud de su tenencia. Todo el personal ha de colaborar con estos vigilantes facilitándoles
estas comprobaciones, de acuerdo con el art. 18 del Estatuto de los Trabajadores, el cual decla-
ra lo siguiente: «Sólo podrán realizarse registros sobre la persona del trabajador, en sus taqui-
llas y efectos particulares, cuando sean necesarios para la protección del patrimonio empre-
sarial y del de los demás trabajadores de la empresa, dentro del centro de trabajo y en horas
de trabajo. En su realización se respetará al máximo la dignidad e intimidad del trabajador y
se contará con la asistencia de un representante legal de los trabajadores o, en su ausencia del
centro de trabajo, de otro trabajador de la empresa, siempre que ello fuera posible».
No se deberá permitir la salida sin autorización de ningún objeto o material de servicio que
no hubiese sido declarado a la entrada.
Cuando por obras u otra causa, alguna dependencia precise dar salida a un considerable
volumen de objetos o material, deberá participarlo al personal de control de entrada y salida
para su debido control.
Si la persona afectada por estas comprobaciones se negase a facilitarlas, se le identificará
y retendrá dando cuenta al responsable de seguridad en la unidad respectiva, quien se perso-
nará inmediatamente en el lugar de los hechos resolviendo lo procedente.
Si se tratase de un individuo al servicio del propio organismo, el mismo podrá solicitar la pre-
sencia de su Jefe inmediato para que informe o esté presente en las comprobaciones necesarias
y en tanto se produce la presencia de dicho Jefe y del de Seguridad, el interesado podrá ausen-
tarse dejando en depósito los objetos o paquetes sospechosos, de los que se le dará recibo.
105
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposi-
ciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Dirección responsable del Servicio de Atención al Paciente, de la vigilancia nocturna de
las instituciones, y de la vigilancia de las entradas de urgencias (Servicio de Salud de
Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008).
2Dirección responsable del Servicio de Atención al Paciente, funciones del Servicio de
Atención al Paciente, funciones del Celador del Servicio de Admisión, detección de des-
perfectos en la institución, cierre de instalaciones, control de pacientes (Servicio de
Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006).
2Características de las quejas y sugerencias (Servicio de Salud de Castilla y León –
SACYL–, convocatoria 2009).
2 Prohibición de fumar en las Instituciones, lugar de presentación de reclamaciones, detec-
ción de desperfectos en la institución, funciones del Servicio de Atención al Paciente, vigi-
lancia de personas sin autorización, funciones del Servicio de Admisión, alta del paciente
(Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2 Funciones de control de accesos de visita, objetos perdidos, funciones de apertura y cie-
rre de instalaciones, vigilancia del interior de la institución, actuación ante una persona
que está fotografiando el interior de la institución, acceso de personas autorizadas, con-
trol de bultos o paquetes (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007).
2 Servicio de Admisión de Urgencia, apertura y cierre de oficinas, acceso de familiares, con-
cepto de pase especial, detección de desperfectos en la institución, funciones en el servi-
cio de admisión de urgencias, funciones del Servicio de Admisión (Servicio Gallego de
Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2 Acceso de familiares, funciones del servicio de admisión, funciones del Celador de puer-
ta (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Funciones de la unidad de admisión (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convo-
catoria 2008).
2 Responsable de firmar el ingreso, responsable de la vigilancia nocturna (Servicio de Salud
de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010).
2 Funciones de la unidad de admisión, detección de desperfectos en la institución,
funciones del Celador de admisión, control de accesos (Servicio Vasco de Salud –
OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Funciones del Servicio de Atención de Pacientes, función de vigilancia y control, acceso de
personas autorizadas, acceso de personas con muestras de suciedad, ingreso de forma pro-
gramada, personas que atiende el Servicio de Atención de Pacientes, control de la ilumina-
ción, funciones de acceso, asignación de camas, introducción de paquetes en la Institución,
orden de ingreso (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Dirección responsable del Servicio de Atención al paciente, funciones del Servicio de
Atención de Pacientes, control de paquetes y bultos, contro de quejas y sugerencias
(Agencia Valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009).
2 Cierre de instalaciones (Servicio Murciano de Salud –SMS–, convocatoria 2009). Dirección
responsable del Servicio de Atención al paciente, funciones de la unidad de admisión, cierre
de instalaciones (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010).
2 Responsable de la vigilancia nocturna, responsable de la vigilancia exterior, notifica-
ción de desperfectos del edificio (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-
106 convocatoria 2010).
6
Actuaciones del Celador
en las habitaciones de
los enfermos y en las
estancias comunes
La silla o sillón para el enfermo debe estar al lado contrario de la mesita de noche, cerca
de la cabecera de la cama, de manera que al paciente le resulte fácil sentarse sin tener que
desplazarse.
1.2. Características
El Celador debe conocer las características mínimas que debe reunir la habitación del
enfermo, cuidando de manera especial de que las condiciones sean las mejores posibles.
Estas son:
– Espacio suficiente.
– Debe recibir luz directa del sol, a ser posible.
– De fácil ventilación.
– Tranquila y a poder ser sin ruidos.
– Pintada en tonos claros, sin manchas ni deterioros importantes en las paredes.
– Temperatura adecuada.
– A poder ser con baño incorporado o posibilidad de acceder a un baño próximo.
– Con mobiliario adecuado.
1.2.1. Espacio
La habitación debe tener el espacio suficiente para que los cuidados al paciente puedan
hacerse de la mejor manera posible. Además, si es amplia, permite al paciente sentirse más
cómodo y confortable.
En las habitaciones de dos o más camas debe existir el espacio suficiente entre cada dos,
siendo el mínimo espacio aconsejado de 1,20 m.
Entre la cama y la pared lateral también debe existir un mínimo de 1,10 m. 109
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
1.2.2. Iluminación
La luz natural es un elemento indispensable en las
habitaciones de los enfermos. La luz del sol influye po-
sitivamente en el estado de ánimo de los pacientes y
favorece su recuperación.
La entrada del sol directamente en las habitacio-
nes es también un agente desinfectante importante
(agente antituberculoso).
No siempre es posible en la habitación conseguir
una iluminación natural de intensidad suficiente para
favorecer el estado de ánimo. Cuando ello no sea así
debe complementarse con la iluminación artificial, cuya
intensidad debe estar bien calculada.
1.2.3. Ventilación
Cuando el hospital no disponga de aire acondicionado habrá que ventilar abriendo la ven-
tana de la habitación (10-15 minutos día). En otras bibliografías consultadas indican que se
debe abrir las ventanas en espacios cortos de tiempo y alternativamente. En definitiva, para
que el aire no esté viciado, debe renovarse todos los días, ya sea por aire natural o de aparato
acondicionado.
Hay que procurar que, cuando se abra la ventana, el aire que entre no incida directamente
sobre el enfermo, evitando así cambios bruscos de temperatura en el aire que respira, sobre
todo en invierno.
En los hospitales modernos, con circuito cerrado de aire acondicionado, no deben abrirse
las ventanas para ventilar. El aire se renueva constantemente y, además, si se abre, el circuito
se descompensa.
1.2.5. Sonorización
Las habitaciones deben ser tranquilas y sin ruidos, ya que un excesivo ruido ambiental
puede provocar trastornos nerviosos a los pacientes. Los modernos hospitales son construi-
dos teniendo en cuenta la necesidad de un aislamiento acústico de las habitaciones.
El personal sanitario utilizará calzado con suela de goma, para que no haga ruido.
Los aparatos de radio y TV en las habitaciones deben tener el volumen muy bajo. La con-
versación con los enfermos debe hacerse también en tonos bajos.
A las horas del descanso, el Celador/a debe bajar las persianas para evitar una gran inten-
sidad de luz, o apagar las luces y velar porque no se produzcan ruidos.
1.2.7. Humedad
Definimos la humedad como la cantidad de agua que permanece en el ambiente. Los lími-
tes que se consideran aceptables oscilan entre 40-60%, si bien, existen patologías que requie-
ren una disminución del grado de humedad.
Como norma general entendemos que el calor se hace más insoportable con un grado
de humedad alto y una temperatura elevada, ya que se ralentiza la evaporación a través de
la piel.
111
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
1.2.8. Mobiliario
Es imprescindible que en toda habitación exista: cama, mesita de noche, armario, silla y/o
sillón, baño incorporado si es posible y si no fuera así un lavamanos, toma de oxígeno, toma
de aspiración e interfono.
La cama y el mobiliario en general debe estar adaptado a las características de los pacien-
tes. Así, por ejemplo, el servicio de traumatología debe disponer de camas ortopédicas, entre
otros.
1.2.9. Baño
El baño está incorporado a las habitaciones y consta de todas las piezas de un baño com-
pleto. Además presenta barras de seguridad en sanitario, ducha, bañera para evitar accidentes.
2. La cama hospitalaria
Las camas de hospital tienen unas características adaptadas particularmente a las perso-
nas que están continuamente o durante mucho tiempo en ellas.
Otro de los dispositivos con los que está equipada esta cama es de ruedas para su
transporte, además de un sistema de frenado.
– Cama metálica de somier rígido. Es una variación de la anterior pero no permite la
movilidad por segmentos, presenta el inconveniente de no poder colocar a los pacien-
tes en determinadas posiciones anatómicas importantes como, por ejemplo, Fowler.
– Cama ortopédica, traumatológica o de Judet. Está indicada para pacientes que su-
fren fracturas o parálisis de las extremidades. Posee un marco, marco de Balkan, cuya
finalidad es la de sujetar las poleas y el resto del equipo de tracción, que cuelga de él. 113
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Cama libro. Es una variedad de la cama articulada con la particularidad de que per-
mite la angulación lateral. En cuanto a su utilidad se reserva a personas que deben
permanecer largos periodos de tiempo inmovilizadas.
– Cama de levitación. Utiliza un flujo continuo e inten-
so de aire que permite que el paciente permanezca en
suspensión, de esta forma se evita el contacto con cual-
quier accesorio de la cama. Se emplea en unidades de
grandes quemados.
– Cama roto-test. Es una cama que mantiene en un giro
continuo al paciente, por lo que es considerada un
magnífico mecanismo para la prevención de úlceras
por presión (UPP), ya que produce una disminución de
los puntos de roce en el cuerpo del enfermo.
– Camillas. Son camas ampliamente utilizadas en los
ámbitos sanitarios, principalmente para traslados de
pacientes o bien en consultas para exploración. Las hay
rígidas y articuladas.
– Almohada. Facilita que el paciente pueda adoptar diferentes posiciones sin resbalarse.
Siempre se utilizan varias para cada paciente, ya que ayudan en los cambios posturales
(actualmente hacen estas función los denominadas cuñas-tope).
– Colchón. Hoy día podemos encontrar en el mercado una amplia variedad de colcho-
nes, entre los que destacamos:
* Colchón de muelles. Es el tipo de colchón que podemos ver en el hospital con más
asiduidad. Dependiendo de su demanda, podrá constar de una o varias piezas.
* Colchón antiescaras o alternating. Está compuesto por dos motores que accionan un
compresor-descompresor, que permiten el llenado y vaciado sucesivo de una espe-
cie de bolas neumáticas. Generalmente, cada cuatro minutos se invierte el ciclo. Su
finalidad no es otra que la de evitar la aparición de úlceras por presión sobre una
misma zona del cuerpo facilitando la circulación sanguínea. Es muy utilizado.
118
CAPÍTULO 6. ACTUACIONES DEL CELADOR EN LAS HABITACIONES DE LOS ENFERMOS Y EN LAS ESTANCIAS COMUNES [[[[\
5. Para quitar la sábana bajera hay que seguir el mismo procedimiento empleado para la
entremetida.
6. Una vez que se haya retirado toda la ropa sucia hay que lavarse las manos.
7. A continuación se extiende la sábana bajera so-
bre la cama de tal manera que no queden ni plie-
gues ni arrugas que puedan contribuir a la for-
mación de úlceras por presión y a que el enfermo
se sienta incómodo. Las esquinas se doblan en
forma de mitra, inglete o pico. Seguidamente se
procede a remeter los lados.
El procedimiento a seguir para realizar la esquina de
mitra o inglete es el que a continuación se detalla:
1. Remeter la sábana en la parte de la cama en la que
se quiera realizar la esquina.
2. Levantar la sábana para formar un triángulo.
3. Traer hacia abajo la parte superior del triángulo.
4. Remeter la parte que queda debajo del colchón.
Mitra o inglete
2.4.5.1. Técnica
1. Explicar el procedimiento al paciente y pedir su colaboración si es posible.
2. Lavarse las manos.
3. Preparar la ropa de lencería.
4. Retirar la ropa superior, a excepción de la sábana, doblando el borde superior hacia el
inferior y luego en cuartos.
5. Colocar la ropa sucia en la bolsa destinada para ello.
6. Colocar al enfermo en decúbito lateral y retirar por el lado libre de la cama la bajera, el
hule y la entremetida, enrollándolo todo hacia el centro de la cama procurando que no
entren en contacto con el enfermo.
7. A continuación se procederá a extender la sábana bajera limpia y sobre ella el hule y la
entremetida.
8. Posteriormente se colocará al paciente en la otra posición de decúbito lateral, para en-
tonces retirar, por el lado de la cama que queda ahora libre, la ropa sucia y colocar
luego correctamente la limpia.
9. Una vez realizado el paso anterior, proceder a la colocación de la ropa superior como se
describió anteriormente, procurando extender la sábana encimera desde la cabecera
hacia los pies.
10. Eliminar la bolsa de la ropa sucia según la política del centro.
11. Por último proceder al lavado manos y al cambio de guantes, para evitar la transmisión
de microorganismos.
121
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Cuidarán, al igual que el resto del personal, de que los enfermos no hagan uso indebido
de los enseres y ropas de la Institución, evitando su deterioro o instruyéndoles en el uso
y manejo de las persianas, cortinas y útiles de servicio en general.
– Se evitará al enfermo o a los familiares tocar equipos o aparatos que sólo deben mani-
pular los profesionales.
– Servirán de ascensoristas cuando se les asigne especialmente ese cometido o las nece-
sidades del servicio lo requieran.
es el caso de los pacientes pediátricos ya que se les permite estar al familiar con pase
permanente). No olvidemos que el acceso y las estancias de los familiares está condi-
cionado a las necesidades asistenciales.
– Vigilarán el comportamiento de los enfermos y visitantes, evitando que estos últimos
fumen en las habitaciones (está prohibido fumar en todas las instituciones sanitarias),
traigan alimentos o se sienten en las camas y, en general, toda aquella acción que per-
judique al propio enfermo o al orden de la Institución.
– Cuidarán que los visitantes no deambulen por los pasillos y dependencias más que lo
necesario para llegar al lugar donde concretamente se dirijan.
124
CAPÍTULO 6. ACTUACIONES DEL CELADOR EN LAS HABITACIONES DE LOS ENFERMOS Y EN LAS ESTANCIAS COMUNES [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Funciones de los Celadores en las habitaciones de los enfermos (Servicio de Salud
de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008).
2 Acceso y estancia de visitas en las habitaciones, comportamiento de los visitantes
y enfermos, actuación ante desperfectos de una habitación, armazón para volteo,
asistencia según las necesidades asistenciales (Servicio de Salud de Castilla y León
–SACYL–, convocatoria 2006).
2 Concepto de cuadro balcánico (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, con-
vocatoria 2009).
2 Condiciones de temperatura y humedad en las habitaciones, características de la
cama articulada, mal uso de enseres y ropa de la Institución, ruidos en las habitacio-
nes, manejo de las persianas, acceso y estancia de visitas en las habitaciones, con-
cepto de barandillas de seguridad, funciones del Celador en las habitaciones de los
enfermos (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2 Montaje de un cuadro balcánico, desperfectos en las habitaciones de los enfermos,
accesorios de la cama, responsable de una planta de hospitalización, cama de somier
rígido (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007).
2 Concepto de centinelas de la cama, características de las ruedas de las camas, dimen-
siones de una cama hospitalaria, cama de Gatch, concepto de unidad del paciente,
límites de camas en cada habitación, iluminación piloto, actuación ante la visita mé-
dica, funciones de la gobernanta (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convoca-
toria 2009).
2 Control de visitas (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Situación de la cama hospitalaria (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convo-
catoria 2008).
2 Control del comportamiento de las visitas, tipos de colchón (Servicio Vasco de
Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Temperatura de las habitaciones, concepto de unidad del paciente, tablas de cama,
camas más utilizadas, actuación ante el uso indebido de enseres y ropa, cama de so-
mier rígido, camas para la prevención de úlceras, cama electrocircular, características
del armazón de Balkan (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Funciones de repaso de la lenceria, funciones de los Celadores en las habitaciones de
los enfermos (Agencia Valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009).
2 Utilidad del arco de la cama, cuadro balcánico, condiciones medioambientales de la
habitación de los enfermos (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria
2010).
2Funciones del Celador en las habitaciones de los enfermos (Servicio de Salud de
Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).
125
7
El traslado y la movilidad
de enfermos. Actuación
del Celador en el servicio
de rehabilitación y
fisioterapia
1. Conceptos fundamentales
2. Movilización de pacientes
3. Principios de mecánica corporal para la correcta manipulación de personas
inmovilizadas
4. Técnicas de movilización de pacientes con importantes limitaciones de
movilidad
5. Traslados
6. Deambulación del paciente
7
1. Conceptos fundamentales
Dos de las funciones más importantes de los Celadores de Instituciones Sanitarias son el
traslado de los enfermos, en camilla o en silla de ruedas, a las consultas o dependencias de
la institución (también en el servicio de ambulancias) y la participación junto con otros pro-
fesionales en la movilización de pacientes. Para llevar a cabo este cometido el Celador debe
conocer una serie de conceptos, que ayudarán a realizar su labor correctamente.
– Cuadrantes medios: vacío renal derecho, vacío renal izquierdo y zona periumbilical.
– Cuadrantes inferiores: fosa ilíaca izquierda, fosa ilíaca derecha e hipograstrio en el
centro.
a. Abducción b. Adducción
– Supinación: giro del antebrazo que coloca la palma de la mano hacia delante o hacia
arriba.
a. Pronación b. Supinación
b) Posición de Fowler.
c) Posición de Sims o semiprona.
d) Posición ginecológica o de litotomía.
e) Posición mahometana o genupectoral.
Los cambios frecuentes de postura en los pacientes encamados tienen como finalidad:
– Evitar la aparición de isquemia en los llamados puntos de presión, debido a la acción de
la gravedad y al propio peso.
– Evitar que la ropa que cubre la cama roce la piel y llegue a producir lesiones.
– Prevenir la aparición de úlceras por presión (anteriormente denominadas úlceras por
decúbito).
– Proporcionar comodidad al paciente.
Para ello el Celador debe prestar atención a que:
– Las sábanas estén limpias, secas y bien estiradas.
– Las zonas de mayor presión corporal estén protegidas.
– Las piernas estén estiradas y los pies formen ángulo recto con el plano de la cama.
Para realizar los cambios posturales se necesitan los siguientes materiales:
– Almohadas y cojines.
– Férulas.
– Ropa limpia para cambiar la cama.
– Protectores de protuberancias si fueran necesarios.
Las tres posiciones son fundamentales para los enfermos encamados, ya que los cambios
posturales realizados frecuentemente (cada 2-3 horas) evitan la aparición de úlceras por pre-
sión, al evitar una presión excesiva, mantenida durante mucho tiempo sobre una parte o zona
corporal.
133
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Los enfermos con patologías cardiacas, digestivas como la hernia de hiato y respiratorias (en-
fermedades pulmonares obstructivas crónicas –EPOC–), tales como el asma, enfisema, bronqui-
tis crónica, etc., prefieren esta posición para estar en la cama, puesto que facilita la respiración.
Se utiliza para cambios posturales y exploraciones de cabeza, ojos, cuello, oídos, nariz (oto-
rrinolaringología), garganta (ej. cambios de cánula traqueal) y pecho. Es una posición usada
muy frecuentemente en los traumatismos costales.
En esta postura hay que colocar a los pacientes con shock hipovolémico, desmayos, lipoti-
mias para intentar restablecer y salvaguardar el riego sanguíneo cerebral.
135
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Posiciones no quirúrgicas:
– Posiciones decúbito:
* Posición decúbito dorsal, supino o anatómica.
* Posición de decúbito lateral izquierdo y derecho.
* Posición de decúbito prono.
– Posición de Fowler.
– Posición de Sims.
Posiciones quirúrgicas:
– Posición de litotomía o ginecológica.
– Posición de Trendelenburg.
– Posición genupectoral.
– Posición de Morestin.
2. Movilización de pacientes
Definimos movilización como el desarrollo de un programa de ejercicios encaminado a
conseguir el restablecimiento de las funciones disminuidas por la enfermedad.
Hay dos tipos de movilización:
– Activa: las realiza el propio paciente bajo la supervisión del profesional. Consiste en la
movilización de los segmentos corporales que quiera ejercitar por medio de los mús-
culos y articulaciones de esos segmentos.
136 Se puede realizar con resistencia o contrarresistencia (poleas, manos, etc.).
CAPÍTULO 7. EL TRASLADO Y LA MOVILIDAD DE ENFERMOS [[[[\
– Pasiva: son realizadas sobre los distintos segmentos corporales del paciente por fisio-
terapeutas. Se trata de pacientes que, por su incapacidad o bien por indicación médica,
no pueden realizar el esfuerzo que requiere el ejercicio.
La inmovilidad se define como la disminución o interrupción de la capacidad para desem-
peñar las actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones motoras o también como
la incapacidad para desplazarse de forma independiente en su espacio vital.
Causas físicas
Dentro de las causas físicas se encuentra el envejecimiento fisiológico, el cual es responsa-
ble de una disminución de las facultades físicas y psíquicas y, como consecuencia de ello, po-
drá llegar la inactividad del anciano. El otro gran grupo de causas físicas que son productoras
de inmovilidad tenemos que relacionarlo con determinadas enfermedades:
– Enfermedades musculoesqueléticas: son responsables de dolor y rigidez (osteopo-
rosis, artrosis, fracturas, etc.) y es una de las causas más frecuentes de invalidez.
– Enfermedades neurológicas: las más frecuentes son la enfermedad de Parkinson,
los accidentes cerebrovasculares, las neuropatías, etc.
– Enfermedades cardiorrespiratorias: insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, vasculopatías periféricas, cardiopatía isquémica, etc.
– Alteraciones de la marcha y el equilibrio: hipotensión ortostática, caídas, síndrome
postcaída, problemas podológicos, etc.
– Pérdidas sensoriales auditivas y de visión: presbiacusia, tapones de cera, presbicia,
cataratas, glaucoma, etc.
– Enfermedades endocrinometabólicas: diabetes mellitus, hipotiroidismo, deshidrata-
ción, hiponatremia, etc.
– Enfermedades agudas: traumatismos, fracturas, posoperatorio, etc.
Causas psíquicas
Dentro del conjunto de causas psíquicas que pueden desencadenar un síndrome de in-
movilismo se encuentran: la depresión, las demencias y los estados confusionales. Además
de estos grandes grupos reseñados como elementos clave en el síndrome de inmovilismo, no
debemos desmerecer la repercusión que tienen otros elementos como los que se citan a con-
tinuación: las recomendaciones erróneas de reposo, el consumo de determinados fármacos,
la hospitalización, las barreras arquitectónicas en el domicilio y en el exterior, la ausencia de
ayudas técnicas, la falta de apoyo social y la soledad y el aislamiento. 137
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
3. Proteger la espalda:
– No doblarla incorrectamente.
– Hacer uso de los músculos de las piernas para moverse y levantarse. De este modo
el levantamiento estará a cargo de los músculos más grandes y fuertes (abdomina-
les y glúteos) que no se fatigan tan rápidamente como los pequeños.
– Considerando exclusivamente la fuerza, el ángulo de tracción óptimo para cual-
quier músculo es de 90 grados.
4. Contraer los músculos abdominales y glúteos para estabilizar la pelvis antes de mo-
vilizar un objeto. Esto protege los ligamentos y articulaciones contra la tensión y las
lesiones. Espirar en el momento de la fuerza.
5. Reducir al mínimo la fricción o el roce entre el objeto en movimiento y la superficie en
que está siendo movida. Esto requerirá menos energía.
Poner a favor del cuidador la fuerza de gravedad, a ser posible no trabajar en contra de ella.
6. Hacer que alguien le ayude o usar un medio mecánico, cuando se tenga alguna sospe-
cha de que la carga resulte demasiado pesada o difícil.
7. Colocar correctamente el pie en dirección hacia donde debe hacerse el giro para no
hacerlo con la columna.
8. Utilizar el contrapeso del propio cuerpo para aumentar la fuerza aplicada al movimiento.
9. Ayudarse con puntos de apoyo exteriores.
10. Siempre es mejor empujar o deslizar un objeto que tirar.
11. Trabajar, si es posible, a una altura adecuada. Demasiado alto: hipertensión lumbar.
Demasiado bajo: espalda doblada.
12. Antes de mover a un enfermo es necesario saber qué enfermedad o lesión tiene, si se le
puede mover y por dónde se le puede coger.
13. Explicarle lo que se le va a hacer y buscar su colaboración. 139
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
c) El Celador debe colocar sus brazos por debajo de las caderas del paciente.
d) Pedirle que haga fuerza con sus pies y brazos intentando elevarse. En ese momento los
brazos del Celador deben ayudarle a subir hacia la cabecera.
e) En la posición anterior puede desplazarse incluso sólo si se encuentra ágil. 141
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
c) Colocarla al paciente por debajo, de forma que llegue desde el hombro hasta el muslo.
d) Se enrolla la sábana por los laterales sujetándola cada persona fuertemente, pudiendo
mover al paciente hacia cualquier lado de la cama.
5. Situar un brazo debajo del hombro más alejado del paciente, de forma que la cabeza
de éste descanse en el antebrazo manteniendo el codo doblado. Poner el otro brazo
debajo de la curvatura lumbar del paciente.
6. Tensar los músculos glúteos y abdominales, para de esta forma prepararlos para el mo-
vimiento y proteger a la vez a los órganos internos de lesiones.
7. Tirar de la cabeza, hombros y tórax del paciente hacia el lado que se quiere mover, ba-
lanceándose hacia atrás y cambiando el propio peso al pie trasero.
8. Para mover la zona de los glúteos del paciente, poner un brazo debajo de la cintura de
éste y el otro debajo de los muslos. Repetir los pasos 6 y 7 tirando de los glúteos.
9. Para mover los miembros inferiores del paciente, situar un brazo debajo de los muslos
y el otro debajo de las piernas. Repetir los pasos 5 y 6 tirando de las piernas.
143
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
5. Situar el brazo del paciente que se encuentre más cerca lo más próximo a ti que pue-
das y fuera de su cuerpo. Realizando esta maniobra se impedirá que el paciente rue-
de sobre él.
6. A continuación flexiona el otro brazo del paciente sobre su tórax y coloca la pierna más
alejada sobre la más cercana. Al tirar hacia adelante del brazo y de la pierna más aleja-
dos se facilita que el paciente se vuelva hacia este lado.
7. Tensa tus músculos glúteos y abdominales y flexiona tus rodillas.
8. Coloca una mano sobre el hombro más alejado y la otra sobre la cadera más alejada.
9. A continuación gira al paciente hacia ti balanceándote hacia atrás y cambiando el peso
hacia el pie trasero a la vez que flexionas tu rodilla y bajas la pelvis.
10. Finalmente proceder a la alineación correcta del paciente y a la colocación de la ropa
de la cama.
Primer Procedimiento
Se emplea cuando los enfermos no cooperan, lo cual implica que se necesitan para llevarlo
a cabo dos Celadores. Los diferentes pasos a seguir son:
1. Explicar al paciente el procedimiento.
2. Quitar la almohada.
3. Cada uno debe de colocarse a un lado de la cama con el cuerpo girado ligeramente
hacia la cabecera de la cama, con el pie más cercano a la cabecera de la cama mirando
en esa dirección y con las rodillas flexionadas.
4. A continuación cada Celador colocará su brazo más cercano al hombro del paciente
por debajo de éste mientras que el otro lo colocarán debajo de los muslos del paciente.
5. Finalmente, proceder a levantar y mover al enfermo manteniendo las rodillas rectas.
No debemos olvidar que el grupo de músculos que interviene de forma decisiva en el
levantamiento del paciente es el de los miembros inferiores.
Segundo Procedimiento
Tiene la misma indicación que el anterior pero se lleva a cabo con la sábana de arrastre.
Para su ejecución es necesaria también la presencia de dos Celadores.
1. Desnudar la cama, dejando únicamente cubierto al enfermo con la sábana encimera.
2. Cada uno se situará a un lado de la cama.
3. Para la colocación de la sábana se pondrá primero al paciente a un lado de la cama y
por el lado que queda libre se colocará la sábana doblada por la mitad. A continuación
se volverá al paciente hacia el otro lado de la cama y el Celador que ahora queda libre
144 terminará de colocar la sábana.
CAPÍTULO 7. EL TRASLADO Y LA MOVILIDAD DE ENFERMOS [[[[\
4. Coger la sábana entre los dos Celadores y, a la vez que se levanta al enfermo, moverlo
hacia arriba.
5. Retirar la sábana siguiendo el mismo procedimiento que se ha empleado para colocarla.
Tercer Procedimiento
Se ejecuta cuando el enfermo coopera. Se requiere sólo una persona.
1. Utilizar el procedimiento del entrecruzamiento de brazos para levantar al paciente y así
poder retirar la almohada.
2. Acostar al enfermo de nuevo e indicarle que flexione las rodillas apoyando los pies en
la cama y que se agarre al cabecero de la cama con las manos.
3. Seguidamente pasar el brazo que se encuentra más cercano al hombro del paciente por
debajo del cuello de éste, mientras que el otro brazo lo situamos debajo de sus muslos.
4. Una vez que se esté preparado, se le indica al paciente que tire con sus manos hacia la
cabecera, a la vez que se le ayuda moviendo su cuerpo hacia la misma.
5. Por último, se le coloca la almohada y se le arregla la cama.
Primer Procedimiento
1. Incorporar al paciente aplicando el procedimiento de entrecruzamiento de brazos.
2. A continuación proceder a girar las piernas del enfermo hacia nosotros, dejándolas caer
por el borde de la cama.
3. Una vez que el enfermo se encuentra sentado en el borde de la cama, debemos colocar
un pie delante de los pies del enfermo y el otro a un lado. Seguidamente le metemos
por debajo de la axila la mano que tenemos libre.
4. El siguiente movimiento consiste en doblar nuestras rodillas para así obtener la fuer-
za necesaria para levantar de forma suave y rítmica al enfermo. Para facilitar aún más
la movilización le indicaremos al enfermo que, mientras nosotros realicemos el movi-
miento, se apoye en nuestro hombro.
Segundo Procedimiento
1. Colocar al paciente en decúbito lateral (el tipo de decúbito lateral debe coincidir con el
lado hacia el cual se va a levantar al paciente).
2. Elevar el segmento superior de la cama hasta conseguir un ángulo comprendido entre
45º y 60º. De esta forma la movilización requerirá menos esfuerzo y resultará más fácil. 145
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
3. A continuación nos colocamos en la posición opuesta a las caderas del paciente. Esta
posición mejora el equilibrio y previene la torsión de nuestro cuerpo.
4. El paso inmediato es pasar nuestro brazo más cercano a los hombros del enfermo por
debajo de ellos, mientras que el otro brazo lo colocamos sobre el muslo más lejano.
Con este movimiento prevenimos que el paciente se caiga hacia atrás cuando esté
sentado.
5. Girar hacia la pierna de detrás de forma que las piernas del paciente se columpien hacia
adelante y nuestro peso cambie a la pierna de atrás.
6. Una vez que el enfermo está sentado en el borde de la cama, proceder como en el pri-
mer procedimiento.
– En caso de pacientes tetrapléjicos, para realizar su higiene no se les debe girar hacia la
posición de decúbito lateral, sino levantarlos en bloque para llevar a cabo la higiene
posterior.
– Al movilizar pacientes con fracturas en las extremidades inferiores y que como medida
terapéutica las tienen enyesadas se sostiene la extremidad respetando su posición. 147
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– En la sala de reanimación con pacientes recién operados que tengan prescrito por el
cirujano una movilización precoz, se pondrá especial atención en acomodar al pacien-
te, alinearlo y el movimiento/levantamiento se hará por fases. Al comienzo se harán
movilizaciones simples donde se precise menor ayuda del paciente.
– Para proceder a la movilización de un paciente asistido por ventilación artificial debe
estar presente un DUE/ATS que vigile los sistemas y conexiones del respirador, así
como los tubos y cánulas, de manera que en ningún momento se altere o interrumpa
la ventilación.
5. Traslados
En las instituciones sanitarias los traslados constituyen una práctica diaria; son muy co-
munes los desplazamientos de pacientes de unas áreas a otras (generalmente a servicios
como: radiología, quirófanos, etc.). En el Estatuto de Personal No Sanitario se recoge que los
Celadores “tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institución como
en el servicio de ambulancias”.
Cuando el Celador es requerido para trasladar un paciente a un determinado lugar
del hospital, debe hacerlo con profesionalidad, proporcionando a la persona seguridad y
bienestar.
El traslado es la movilización del paciente de una zona a otra dentro del Hospital; para ello
el Celador debe cumplir una serie de normas:
– Cuando un Celador va a recoger a un paciente para trasladarlo a algún servicio del
hospital se presentará a la supervisora o persona delegada de esta explicándole su
misión.
– Una vez que explica al paciente el propósito del traslado se comienza con este. Desde
ese momento el Celador es el responsable del paciente y de la documentación que le
acompañe.
– Si no es un traslado urgente y el paciente está estable el traslado se hará proporcionan-
do seguridad y bienestar al paciente y sin prisas.
– Una vez llegado al destino el Celador, y si el paciente se queda allí, se volverá cuando la
persona responsable se haga cargo de él.
Hay dos medios habituales para el traslado de los enfermos: la silla de ruedas y la camilla.
Se realiza el transporte en un medio u otro según sea el estado físico del paciente.
De igual forma se hace cuando se cruza una puerta de hojas elásticas (volverá la silla y pa-
sará el Celador antes que el paciente, caminando hacia atrás) o se baja una rampa (el Celador
camina hacia atrás).
Otros supuestos que ocurren muchas veces a lo largo de la jornada laboral de un Celador
(sobre todo en urgencias) son:
– El acompañar a un paciente en silla de ruedas hacia un vehículo cuando es dado de
alta. Aquí se coloca la silla paralela al coche, frenada con los reposapiés levantados y se
sigue el mismo procedimiento.
– Levantar a un paciente del suelo (desmayo, lipotimia, etc.) para colocarlo en una silla
de ruedas; para ello situamos la silla detrás del paciente y lo cogemos por las axilas le-
vantándolo y llevándolo hacia atrás hasta sentarlo. Si el paciente está consciente puede
colaborar sujetando los hombros de los que le van a sentar.
Forma de hacerlo:
– Uno de los Celadores coloca uno de sus brazos por debajo de los hombros del paciente
y el otro brazo por debajo de la espalda.
– El otro Celador debe colocar uno de sus brazos bajo la región sacra del paciente (nal-
gas) y el otro debajo de las rodillas. Si fuera necesario una tercera persona se encargaría
de cogerle a la altura de los pies.
Los tres al unísono deben levantar al paciente y colocarlo en la camilla.
– Se cubre el cuerpo del paciente con la ropa de la camilla.
– Si el paciente llevase una sonda colocada o un gotero de perfusión, la tercera persona
se encargará de atenderlo, mientras que los dos Celadores restantes harían el traslado.
En este caso el primer Celador colocaría uno de sus brazos bajo los hombros del paciente
y el otro brazo bajo la cintura.
El segundo Celador colocaría uno de sus brazos debajo de la región sacra y el otro debajo
de los muslos.
Poner el bastón a unos 10 cm de la A continuación se desplazará el peso a la Mover el pie o pierna afectada
pierna no afectada. Distribuir el peso pierna no afectada y se moverá el bastón hacia adelante, de forma que
entre los pies y el bastón unos 10 cm por delante del cuerpo quede paralelo con el bastón
Desplazar el peso a la pierna no afectada y al bastón. Mover la pierna Adelantar la pierna afectada, de forma que
no afectada por delante del bastón. Si se ha dado correctamente este quede paralela a la otra pierna
paso, el talón quedará ligeramente más allá del extremo del bastón
Con las muletas en su sitio, se Adelantar la pierna lesionada Equilibrar el peso en ambas
pondrá de pie erguido, con los al mismo tiempo que mueve muletas mientras hace
hombros relajados y los brazos las muletas hacia adelante. avanzar la pierna lesionada
ligeramente doblados. Utilizar las Mantener el equilibrio,
manos para apoyar el peso cargando algo de peso en la
pierna no lesionada
Todos los hospitales con servicio de rehabilitación disponen, al menos, de una o varias
consultas médicas, donde pasarán consulta los diferentes especialistas (médico rehabilitador,
foniatra, psicólogo, etc.) Y una o más áreas de fisioterapia, además de las áreas administrativas.
− También serán misiones del Celador todas aquellas funciones similares a las anteriores
que les sean encomendadas por sus superiores y que no hayan quedado específica-
mente reseñadas.
Es también importante estar pendiente de las reacciones adversas que produce ese posi-
cionamiento (por ejemplo, una incorporación o verticalización puede inducir mareos o vérti-
gos por hipotensión ortostática).
Sillas de ruedas
Constan de diferentes elementos cuya correcta conservación y mantenimiento favorecen
la comodidad y la alineación corporal adecuada en sedestación (posición sentada), la seguri-
dad, las transferencias y el desplazamiento.
Hay que considerar la idoneidad de: la anchura del asiento, la altura a la que está del suelo,
la altura del respaldo y de los apoyabrazos y la longitud de los apoyapiés.
– Ruedas: hay que comprobar el buen estado de las cubiertas así como de los aros ma-
nuales (si posee) para realizar el autoimpulso.
– Frenos: los frenos han de trabar correctamente el giro de las ruedas. Esta es una ma-
niobra básica para realizar cualquier traslado o transferencia. Los frenos deben soltarse
fácilmente y permitir el giro de las ruedas.
– Apoyabrazos: la altura del apoyabrazos ha de ser 2,5 cm más alta que la distancia entre
el asiento de la silla y el codo del paciente. Los apoyabrazos se han de poder retirar con
facilidad para poder despejar el campo de acción en los traslados y transferencias y así
poder actuar con mayor seguridad.
– Apoyapiés: para las transferencias es importante que éstos sean móviles y giratorios.
Si posee un soporte para apoyar las piernas, ha de evitarse la compresión sobre el hueco
poplíteo (parte posterior, de la rodilla), posicionando este soporte 2,5 cm inferior a éste.
Hay que evitar que el paciente se incline hacia delante para evitar las caídas. Si al paciente
se le cae un objeto hay que instruirle para que sobrepase ese objeto y que para recogerlo se
incline hacia un lado de la silla de ruedas.
En los casos de amputaciones bilaterales se lastrarán ambos apoyapiés para corregir el
desequilibrio.
En el caso de amputación por debajo de las rodillas, para prevenir el flexo de rodillas se
utilizará una tabla almohadillada para favorecer la extensión de la rodilla.
160
CAPÍTULO 7. EL TRASLADO Y LA MOVILIDAD DE ENFERMOS [[[[\
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\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2Posición de Fowler, decúbito prono, concepto de cambios posturales, preparación de cami-
nar para el traslado, uso de bastones y muletas (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha
–SESCAM– convocatoria 2008).
2Indicaciones de la posición de Fowler, posición de Trendelenburg, posición en la ex-
tracción de fecalomas, posición en la hernia de hiato, beneficios de la movilización
del paciente encamado, traslado en camilla, posición de Fowler, traslado de la cama
a camilla, decúbito prono, silla de ruedas ante una puerta de hojas elásticas (Servicio
de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006).
2 Tabla de Bohler, posición de antitrendelenburg, traslado de la cama a camilla, utilidad
plano inclinado, movilización de un paciente encamado, posición semiprona, trasla-
do de camilla a cama, traslado en silla de ruedas (Servicio de Salud Castilla y León
–SACYL–, convocatoria 2009).
2Posición anatómica básica, posición de litotomía, protección de las articulaciones, técni-
cas de movilización y transporte, decúbito supino, posición de Morestin, Trendelenburg,
traslados con piernas enyesadas, colocación de los tubos de drenajes en los traslados,
responsabilidad en el traslado, camilla por una rampa, posición de tendido a sentado,
posición de Proetz, posición inglesa, decúbito prono, posición genupectoral, técnicas
de movilización de pacientes, bajar la rampa con una camilla, movimiento de un pa-
ciente hemipléjico, colocación de drenajes, concepto de movilización activa, bolsa de
orina en el traslado (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2Efectos de la inmovilización, indicación del uso de bastones, movilización del paciente
hemipléjico, concepto de sedestación, tracciones cruentas, traumatismo dorso-lumbar,
principios básicos de mecánica corporal, posición de decúbito supino, movilización
con miembro traccionado, funciones del Celador en el traslado de pacientes, control
del ascensor, traslado de la cama a la silla de ruedas, movilización de pacientes tras
intervención, deambulación de un paciente hemipléjico, colaboración en la moviliza-
ción, colocación de los drenajes en el traslado (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–,
convocatoria 2007).
2Utilidad de los saquitos de arena en los servicios de rehabilitación, principios bási-
cos de mecánica corporal, acercamiento al plano medio, posición de decúbito lateral
derecho, secuencia de movilización de un paciente, plano sagital o medio, incorpo-
ración de la cama, movilización de un lesionado medular, levantar un paciente hemi-
pléjico de la cama al sillón, funciones de los auxiliares de enfermería en rehabilitación
(Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2Movilización del paciente que no colabora, transferir cama a sillón, entrar y salir
del ascensor, posición de Fowler, decúbito supino (Servicio Madrileño de Salud –
SERMAS–, convocatoria 2006).
2Traslado de cama a la camilla, concepto de cambio postural, decúbito prono, sentar
al paciente en el borde de la cama, bipedestación, bolsa de diuresis en el traslado,
responsable de los traslados, complicaciones del inmovilismo (Servicio Madrileño
de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008).
164
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CAPÍTULO 7. EL TRASLADO Y LA MOVILIDAD DE ENFERMOS [[[[\
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165
8
2. Concepto de higiene
La higiene es una suma de procesos que permite una mejor
defensa de la piel contra las enfermedades. Sin higiene perso-
nal corporal, la enfermedad es más grave ya que el organis-
mo se hace menos resistente. El auxiliar de enfermería (como
hemos visto en temas anteriores, el Celador podrá ayudar al
auxiliar e incluso realizar la higiene él solo) es el responsable
de la limpieza del enfermo; su papel consiste en dejarlo en las
mejores condiciones de defensa posible, asegurándole una hi-
giene perfecta.
En la persona enferma la higiene debe hacerse más minu-
ciosamente que en un individuo sano, ya que los cuidados de
limpieza se efectúan con objeto de que la piel cumpla eficaz-
mente sus funciones.
168
CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\
La piel sucia de orina o excrementos corre el riesgo de macerarse e infectarse. Por eso se
explica igualmente la importancia de los cuidados de limpieza y la necesidad de aseo en los
genitales varias veces al día (todas las veces que sea necesario).
Con un correcto aseo del paciente se pretende:
– Conservar el buen estado de la piel, eliminando la suciedad y el sudor (con este proce-
dimiento eliminamos también el mal olor). Sólo con una buena limpieza e higiene se
consigue que la piel realice sus funciones con normalidad y no se produzcan infeccio-
nes, etc. 169
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
3.1. El enfermo
– Tener en cuenta el pudor de la persona, pues a nadie le gusta mostrar su desnudez en
esas circunstancias y ante personas extrañas. Para minimizarlo se cubre al paciente con
una sábana de forma parcial.
– Moverlo con suavidad.
– Actuar rápidamente para disminuir el riesgo de cansancio.
– Evitar el enfriamiento. Para esto, descubrir sólo la región a limpiar y cubrir el resto del
cuerpo. Utilizar biombos o cortinas que eliminen las corrientes de aire.
– Secar después de los cuidados y recalentarlo si se ha enfriado.
– Reinstalar cómodamente a la persona.
3.2. La técnica
Se actuará con metodología durante el aseo. Se limpiará cada zona del cuerpo una a una.
La secuencia del procedimiento seguirá este orden:
1. Preparación del material antes del procedimiento, que se instalará al alcance de la mano.
2. Informar al paciente del procedimiento a realizar y pedir su ayuda si es posible.
3. Posición sistemática del enfermo, la más cómoda posible, reduciendo al máximo sus
movimientos.
4. Protección del enfermo y de la cama.
5. Evacuación de las aguas, ropas sucias, etc.
6. Volver a poner todo en orden.
7. Los cuidados se administrarán desde la derecha, a excepción del lavado, que se hará
desde arriba hacia bajo.
3.3. El material
– Los elementos de protección: hule, sábana pequeña, manta de baño.
– Los elementos de lavado: toallas, guantes, esponjas, palangana, agua, jabón, crema hi-
170
dratante, jarra, etc.
CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\
172
CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\
– Jabón desinfectante.
– Jarra con agua.
– Alcohol.
– Gasas y pinzas de Kocher y de Duval.
– Cuña.
– Tijeras de punta roma para uñas.
– Pasta de dientes, cepillo y seda dental para la boca.
– Champú, peine, cepillo y secador para el pelo.
4.3.3. Procedimiento
Para hacer el baño en cama, completo, se procede de la siguiente manera:
– El Celador debe lavarse las manos previamente.
– Informar al paciente del procedimiento a realizar.
– Paciente en decúbito supino, retirar la colcha y la manta de la cama. Tapar al enfermo
con una manta de baño, destapando sólo las partes que vayamos a lavar.
– El aseo se realiza por partes, haciendo enjabonado, enjuague y secado antes de pasar a
la zona siguiente.
– En todos los pasos a seguir se colocará la toalla de forma que proteja la almohada o la cama.
– El orden de lavado es el siguiente:
* Cara, cuello y orejas. Se moja una torunda en el agua, cogiéndola con las pinzas
para limpiar los párpados (una para cada ojo); seguidamente el pabellón auricular y
posteriormente el contorno de la boca y aletas de la nariz. Finalmente cara y cuello,
secándolos con otra toalla.
* Brazos y manos. Se coloca una toalla debajo y se lava de arriba hacia abajo. Meter
las manos del paciente en un recipiente con agua caliente, para facilitar la limpieza
y el cortado de las uñas. Se lavan las axilas.
* Tórax. En las mujeres lavar y secar bien el pliegue submamario. Para limpiar la zona
pectoral hay que tenerla descubierta el menor tiempo posible o bien hacerlo por
debajo de la toalla que la cubre.
* Abdomen. Proceder igual que en todas las partes descritas.
* Extremidades inferiores. Se le coloca el pie en un recipiente con agua como ocurría
con la mano. Primero se lava un miembro siempre de arriba hacia abajo y después se
hace lo mismo con el otro. Se prestará especial atención a la limpieza entre dedos.
Hay que secar muy bien los pliegues interdigitales (entre los dedos) para evitar
complicaciones como la maceración, esto nos llevaría a edemas y rotura de la piel
provocando la aparición de úlceras.
La humedad también facilitaría la aparición de hongos precursores de enfermeda-
174 des micóticas.
CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\
* Espalda y nalgas. Colocar al paciente en decúbito lateral con una toalla extendida
a lo largo de la espalda. El lavado se hace también de arriba hacia abajo.
* Genitales externos (región perineal). Se le coloca una cuña debajo del periné con
las piernas separadas y flexionadas.
La higiene de los genitales se hace siempre en la dirección de genitales a región anal y
nunca a la inversa. Se trata de evitar el arrastre de gérmenes del ano hacia los genitales,
sobre todo en las mujeres.
Se hace con agua y un antiséptico no irritante, en lugar de jabón.
Después del baño se le cambia el pijama o camisón y a continuación se cambia la cama.
– Quitar el bote del palo de suero y después sacar la manga del brazo que tiene el siste-
ma, considerando el sistema de suero y el recipiente del mismo como partes del brazo.
Es decir, pasar la manga por el brazo, sobre el sistema y hacia el bote de suero.
– Tener la precaución de no bajar el bote de suero por debajo de la zona del brazo del
paciente en la que está insertado el catéter, ya que si ocurre lo contrario refluirá sangre
por el sistema de suero.
– Colocar de nuevo el bote sobre el palo de suero.
– Poner el camisón sucio sobre la silla o en la bolsa de la ropa sucia.
– Para poner el camisón limpio, comenzar por el brazo que tiene el sistema de suero. Para
ello, desenganchar el frasco y hacer pasar el camisón por el bote de suero y por el sistema.
– Enganchar de nuevo el frasco y deslizar la manga del camisón por el brazo. Luego, des-
lizar la otra manga por el brazo libre.
176
CAPÍTULO 8. EL ASEO DEL PACIENTE [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Actuación del Celador en relación con el baño de pacientes, funciones del Celador en
el aseo según el Estatuto de Personal No Sanitario (Servicio de Salud de Castilla-La
Mancha –SESCAM– convocatoria 2008).
2 Lavado de los pies, complicaciones de la higiene de los pies, orden correcto del aseo
(Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006).
2 Actuación del Celador en relación con el aseo de pacientes, funciones del Celador
en el aseo según el Estatuto de Personal No Sanitario (Servicio Andaluz de Salud
–SAS–, convocatoria 2009).
2 Complicaciones en el aseo de pacientes (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–,
convocatoria 2007).
2 Actuación del Celador en relación con el baño de pacientes (Servicio Madrileño de
Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Aseo de un paciente con perfusión intravenosa, aseo de paciente encamado (Servicio
Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008).
2 Personal que puede ordenar a un Celador el aseo de un paciente, temperatura del
agua en el aseo (Servicio Vasco de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Personal que puede ordenar a un Celador el aseo de un paciente, características de la
ropa del paciente (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Funciones del Celador en el aseo según el Estatuto de Personal No Sanitario (Agencia
Valenciana de Salud –AVS–, convocatoria 2009).
2Funciones en el aseo de pacientes (3) (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-
convocatoria 2010).
177
9
Atención al usuario
y a los familiares
5. Empatía: ofrecer acceso fácil para el ciudadano; entender sus necesidades; mantener
una comunicación constante en un lenguaje claro y sencillo.
En primer lugar, el profesional debe centrarse en el factor más importante para el ciudada-
no: el cumplimiento. Todos solicitamos servicios con la finalidad de recibirlos a tiempo y en
la forma correcta.
En opinión del ciudadano, atención y servicio no es lo mismo, como se demuestra en esta
analogía, enfocarnos en mejorar la atención al público o la imagen de los elementos tangibles
(modernizar las instalaciones, uniformar al personal, etc.) no nos ayuda a que el ciudadano
perciba un servicio de calidad si no hay cumplimiento de ejecución del servicio.
Aunque cumplir los objetivos del servicio debe ser la regla en todas las organizaciones,
más de la mitad de las quejas y problemas que experimentan los ciudadanos se derivan del
incumplimiento de los mismos.
Atención y servicio no son lo mismo; el ciudadano evalúa un servicio con base en los
cinco factores mencionados anteriormente y, de entre estos, el cumplimiento es el más impor-
tante, pues representa más de la mitad de la evaluación.
Por eso, enfocarse en el cumplimiento permitirá a la Institución Sanitaria mejorar inicial-
mente el servicio y su usuario quedará satisfecho.
Los factores para lograr que una estrategia de relaciones con el usuario sea exitosa son los
siguientes:
1. La gestión de relaciones con el ciudadano debe de ser lo más eficaz posible.
2. Se debe definir hasta dónde se desea llegar en la atención al público.
3. Siempre hay que recordar que el ciudadano desea negociar con quien le conozca, que
comprenda lo que necesita y que satisfaga sus necesidades. Gestionar la relación con
él significa asegurarse de disponer de la información para realizarla.
4. Las mejores herramientas no son necesariamente las de más alta tecnología. Son
aquellas que permiten recopilar y preservar información para la organización y para el
ciudadano.
181
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
4. Derecho a ser tratado con respeto y deferencia por las autoridades y funcionarios al
servicio de la Administración.
5. Derecho a conocer, en cualquier momento, el estado de la tramitación de los procedi-
mientos en los que tenga la condición de interesado, y a obtener copias de los docu-
mentos contenidos en ellos.
6. Derecho a obtener copia sellada de los documentos que presente, a la devolución de
los documentos originales y a no presentar documentos no exigidos por las normas o
que ya se encuentren en poder de la Administración.
7. Derecho a formular alegaciones y a aportar documentos, en los términos legalmente
establecidos, que deberán ser tenidos en cuenta por la Administración al resolver.
8. Derecho a que la Administración dicte resolución expresa ante sus peticiones, solicitu-
des o reclamaciones, y a que le notifique dicha resolución en los términos establecidos
legalmente.
9. Derecho a acceder a los archivos y registros de la Administración, con los límites legal-
mente establecidos.
10. Derecho a presentar sugerencias y quejas en relación con el funcionamiento de los
servicios públicos y los órganos y unidades de la Administración.
Además, los rasgos de personalidad, junto con otros factores “ambientales” (características
educativas, económicas, sociales, etc.), determinarán las motivaciones que llevan al usuario a
requerir un servicio.
Tradicionalmente se han distinguido los siguientes tipos de usuarios más habituales:
– Usuario prepotente. Cree saberlo todo y es dominante. La actitud correcta respecto al mis-
mo será: no discutir, demostrarle interés por sus asuntos, y pedirle su consejo y su opinión.
– Usuario desconfiado. Duda de todos y de todo, rechaza hasta los argumentos más ló-
gicos y es susceptible. La actitud correcta respecto al mismo será: no contradecirle, res-
petar sus ideas, buscar puntos comunes y no afirmar nada que no podamos demostrar.
– Usuario discrepador. Quiere discutir, no importa sobre qué cosa. Es polémico y agre-
sivo. Buscará algún punto discordante, el que sea, para generar polémica. La actitud
correcta respecto al mismo será: con educación y respeto no polemizar, dar servicio
prescindiendo de sus provocaciones y argumentar a partir de sus propias palabras.
– Usuario indeciso. Nunca está seguro. No sabe lo que le conviene. Se decide y retrocede.
Impreciso en sus argumentos. La actitud correcta respecto al mismo será: darle argumentos
aclaratorios y tomar la decisión por él, poniendo las ventajas de una opción sobre la otra.
– Usuario agresivo. Hay situaciones donde los pacientes o sus familiares pierden la cal-
ma ante una situación límite relacionada con su enfermedad. La actitud correcta res-
pecto al mismo será: intentarlo calmar, escuchándole, transmitiéndole comprensión y
razonándole la situación.
Como vemos, las tipologías aquí recogidas reflejan bastante bien lo que nos podemos en-
contrar cuando atendemos a un usuario. Lógicamente existirán muchas más, y la principal
misión del Celador será identificar las principales pautas de su comportamiento, sus moti-
vaciones y necesidades, y así adaptar su comportamiento para atenderle de la manera más
satisfactoria.
pañero. El primero deberá asegurarse con absoluta certeza que ha sido correcta su
orientación, y el segundo, debe atender con suma cortesía al usuario, de manera que
perciba un mismo nivel de atención en ambos, sin fisuras.
– Necesidad de sentirse cómodo, de estar bien instalado. La sensación de bienestar provie-
ne de un conjunto de elementos: local, mobiliario, materiales, temperatura, espacio, luz
y sobre todo de la limpieza y orden que encuentre.
Para cubrir adecuadamente las necesidades de atención al usuario, debemos atenderle
transmitiendo:
– Seguridad: emitiendo confianza sobre el servicio que ofrecemos y en lo que decimos
sobre el mismo.
– Eficacia: trabajando rápido y bien.
– Amabilidad: tratando con agrado al usuario y siendo considerados.
– Cortesía: siendo respetuosos y educados.
– Discreción: en el manejo de la información interna y de los usuarios.
– Profesionalidad: asesorando con honestidad a los ciudadanos y conociendo con detalle
el servicio.
En general se usarán fórmulas sociales de cortesía habituales en nuestra cultura, tanto en
la comunicación oral como en la escrita, siendo absolutamente respetuosos.
Uno de los puntos principales de la atención al público es el de las relaciones con el usua-
rio satisfecho o insatisfecho.
El usuario satisfecho es aquel que encuentra el servicio que necesita y ha sido atendido
de la forma que esperaba. Los usuarios satisfechos, sobre todo los asiduos, comentan a sus
conocidos el servicio recibido, e incluso animan a otros a visitar el organismo. Un usuario sa-
tisfecho es el mejor indicador de calidad que existe, ya que publicita el buen servicio de forma
desinteresada.
Pero hay que tener en cuenta el lado contrario, pues un ciudadano que considere que se le
ha atendido mal, por muy bueno que sea el servicio que ofrecemos, no hablará bien de nues-
tro departamento, y seguramente dará malas referencias de nosotros a la gente de su entorno.
Es de suma importancia proporcionar una buena atención y servicio a los usuarios, solucio-
nando todas sus quejas y objeciones a fin de evitar su insatisfacción.
Por otra parte, el comportamiento del Celador ha de ser el de un profesional, y esto implica
respetar la regla de oro de la organización de calidad:
Las autoridades y profesionales tienen el deber general de tratar con respeto y deferencia
a los ciudadanos, facilitándoles la atención precisa para el ejercicio de sus derechos y el cum-
plimiento de sus obligaciones.
187
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Emisor Receptor
Los ruidos pueden ser físicos o psíquicos. Son ruidos físicos la contaminación acústica gene-
rada por múltiples elementos (circulación, herramientas, voces, etc.). Los ruidos psíquicos se
refieren al estado psíquico y emocional en que se encuentra el individuo, por lo que dependen
de factores subjetivos (grado de interés, atención, motivación, ansiedad, etc.). 191
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Para que la comunicación sea efectiva han de cumplirse varios requisitos: claridad (acce-
sible para quien va dirigida), prudencia (permita la cooperación para conseguir un objetivo),
aprovechamiento (tenga utilidad), equilibrio (no lo discrimine de otros), moderación (la es-
trictamente necesaria y lo más concisa posible), difusión (llegue a otros) y evaluación (revisar
y perfeccionar con el fin de mejorar).
También es importante mantener una relación de confianza con los pacientes, respetando
su intimidad, para que la comunicación sea fluida y sincera. Es importante animar, fomentar y
favorecer las relaciones sociales para que realice actividades que le mantengan ocupado.
El proceso de comunicación utiliza el modelo de comunicación de Shannon y Weaver basa-
do en la “teoría de los códigos”. Existiendo dos tipos de códigos:
– Código lingüístico: aquel que utiliza letras o grafos (para formar lexemas).
– Código no lingüístico: el que no utiliza grafos. Puede ser:
* Código no lingüístico visual: aquel que se utiliza en las señales, carteles, etc. (mediante
dibujos, fotografías, etc.) o el que se hace mediante gestos y signos (código semió-
tico). Para captar el mensaje, el receptor debe ver la señal que el emisor le envía. No
debemos confundir ver con leer. Si bien es cierto que el código lingüístico escrito
también hay que verlo, más cierto es que no sólo basta con eso, sino que también hay
que saber leer y conocer el idioma para entender el mensaje. En cambio, cuando nos
comunicamos con el código no lingüístico visual, sólo basta con ver.
192
CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\
2.3. Actitudes
La actitud es una disposición estable de la personalidad para reaccionar ante ciertas situa-
ciones mediante conductas sistemáticas y uniformes.
Otros autores definen la actitud como una forma organizada y duradera de pensar, sentir y
reaccionar hacia un objeto, situación o persona. Teniendo en cuenta lo anterior, se establecen
tres aspectos a considerar en las actitudes:
– Objeto: es todo aquello frente a lo cual el sujeto puede reaccionar (personas, objetos,
situaciones, etc.).
– Dirección: las actitudes se relacionan con el estado afectivo de la persona y pueden
oscilar entre una aceptación total o un rechazo total, pasando por todas las situaciones
intermedias posibles.
– Intensidad: las actitudes varían según la fuerza o intensidad con que se vive el fenómeno. 193
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– El Celador debe ser consciente de que su actitud general, forma de presentación ante
los pacientes y/o familiares, aspecto físico y forma de vestir, expresión corporal y mí-
mica influyen de manera favorable o desfavorable en la comunicación con el paciente.
Manifestar una actitud positiva.
– Los familiares y el paciente no deben percibir, en ningún caso, en los Celadores desin-
terés por su situación, bien sea porque se trata de un proceso habitual, por prisas, falta
de empatía, etc.
– El Celador debe evitar emitir cualquier juicio de valor u opinión sobre el proceso del
enfermo, tanto al propio enfermo como a la familia. Tiene que ofrecer soluciones no
nuevos problemas.
– El tono de voz debe adecuarse a cada paciente y circunstancia y las expresiones cor-
porales y mímicas deben ser mínimas, ya que se trata de un lenguaje ambiguo, poco
preciso y susceptible de valoraciones muy subjetivas.
– Descubrir la importancia que tiene entender al paciente como persona teniendo en
cuenta sus necesidades (fisiológicas, de autorrealización, religiosas y culturales, de au-
toestima, de afecto, etc.).
– Adecuarse, en la medida de lo posible, al tipo de paciente (quirúrgico, psiquiátrico, geriátrico,
pediátrico, etc.), teniendo en cuenta la clase y características de la enfermedad que padece.
Por parte del paciente y los familiares:
– Deben conocer la carta de derechos y deberes del paciente, ya que tienen derecho a
recibir cuanta información deseen sobre aspectos de las actividades asistenciales que
afectan a su proceso de tratamiento y situación personal.
– Los familiares deben conocer las horas de atención que el hospital tiene establecidas
para poder hablar con el médico responsable.
Las relaciones interpersonales son deficientes cuando producen: frustración (no se consi-
gue lo que se esperaba), ansiedad (produce inquietud, zozobra, agitación), enojo (origina ira
contra alguien), agresividad (provoca respuesta violenta, desproporcionada), actitud negativa
(provoca repulsa) y deserción (provoca desamparo o abandono).
El enfermo, casi siempre, se encuentra deprimido por los problemas que la enfermedad
acarrea a su familia y para esta es un momento muy difícil, la preocupación por su estado de
salud, por saber cuándo recibirá los primeros cuidados, quién va a ocuparse de él, etc.; en estas
circunstancias, enfermo y familiares se hacen más susceptibles y detectan con mayor facilidad
los pequeños detalles; una desatención por parte del Celador al entrar en el hospital es sufi-
ciente para crear un estado de desánimo. 199
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
200
CAPÍTULO 9. ATENCIÓN AL ENFERMO Y A LOS FAMILIARES [[[[\
– Información general a los pacientes sobre las horas de visita y consulta para la infor-
mación médica.
Como referida a los servicios ajenos al centro:
* Medios de transporte.
* Hospedería para familiares.
b) Procurar una mayor colaboración entre los usuarios y el personal que trabaja a su servicio.
c) Atención personalizada a familiares:
– Disminuir la preocupación de los familiares.
– Información a los familiares sobre la planta o Servicio en el que se encuentra el pa-
ciente, incidencias, tiempos de espera, traslados, etc.
– Localización de familiares por el servicio de megafonía para traslado de avisos, in-
formación o llamadas telefónicas del exterior.
d) Canalizar las quejas, reclamaciones y sugerencias de los usuarios.
201
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposi-
ciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2Responsable de la información a los familiares (Servicio de Salud de Castilla-La
Mancha –SESCAM–convocatoria 2008).
2Responsable de la información a los familiares, actuación de los celadores ante la de-
manda de información por parte de los pacientes (Servicio de Salud de Castilla y León
–SACYL–, convocatoria 2006).
2Funciones de los celadores en la información a pacientes (Servicio de Salud de Castilla
y León –SACYL–, convocatoria 2009).
2Concepto de comunicación asertiva, clasificación de la comunicación, pensamiento y
lenguaje, actuación ante un cliente conflictivo, relación profesional con los usuarios,
concepto de receptor, concepto de interferencia en la comunicación, elementos que
integran la comunicación, actitudes que favorecen la comunicación, funciones de los
celadores en la información a pacientes, actuación ante un cliente agresivo (Servicio
Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2Formas de hablar del celador a los pacientes (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, con-
vocatoria 2007).
2Tipos de comunicación, actuación de los celadores ante la demanda de información
por parte de los familiares, información general (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–,
convocatoria 2009).
2Responsable de la información a los familiares (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, con-
vocatoria 2006).
2Responsable de la información a los familiares, actuación de los celadores ante la de-
manda de informaciónpor parte de los familiares, relación del celador con los pacientes
(Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008).
2Responsable de la información a los familiares (Servicio de Salud de las Illes Balears
–IBSALUT–, convocatoria 2010).
2Concepto de empatía, funciones de orientación, concepto de retroalimentación, facto-
res que obstaculizan la comunicación (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, con-
vocatoria 2009).
2Primer contacto de los pacientes en la Institución, responsable de la información a los
familiares, actuación de los celadores ante la demanda de información por parte de los
familiares (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2Responsable de la información a los familiares, actuación de los celadores ante la de-
manda de información por parte de los familiares (Agencia Valenciana de Salud –
AVS–, convocatoria 2009).
2Componentes de la comunicación no verbal, concepto de feedback, elementos subjetivos
de la comunidad humana (Servicio Murciano de Salud–SMS–, convocatoria 2009).
2 Trato de los celadores a los pacientes (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convoca-
toria 2010).
2Información que puede proporcionar un celador a los familiares (Servicio de Salud de
202 Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).
10
Actuación del Celador
en el quirófano
1.3.1. Instalaciones
El bloque quirúrgico suele situarse en una zona del hospital tranquila y con poco tránsito,
aunque bien comunicada con el resto de las unidades.
Atendiendo a las normas de asepsia y antisepsia, se divide en varias áreas con diferente
tipo de restricciones en lo referente a la circulación de personal, enfermos y material:
– Área de intercambio. Aquí encontramos el área de recepción de pacientes, los despa-
chos, los vestuarios y la sala de estar del personal:
* Los almacenes, en el bloque quirúrgico existen diversos almacenes para guardar el
material quirúrgico, aparatos, sueros, camillas, farmacia en general, etc.
* La zona de descanso del personal está compuesta por salas acondicionadas para el
descanso del personal entre cada intervención.
* Los vestuarios son zonas de intercambio, poseen dos puertas, una por la que se ac-
cede con ropa de calle y otra de salida al pasillo de quirófano, una vez uniformado
o vestido con el traje de quirófano. Existen vestuarios para los profesionales que
forman el quirófano y otros para los pacientes que llegan en régimen ambulatorio.
* La zona de recepción de pacientes es la sala donde se instala y permanecen los enfer-
mos que vienen en cama o camilla hasta que se les pasa a la camilla quirúrgica para
ser operados, también denominada transfer o zona de transferencia de camas. La
cama vacía se deposita en la esclusa.
– Área limpia. Para esta área es necesario el uso de gorro y “papis”. A este espacio perte-
nece el pasillo limpio y el almacén de material estéril.
– Área estéril o aséptica. En esta área será necesario el uso de gorro, papis o calzas y
mascarilla, incluso cuando no se esté realizando ninguna intervención. Está formada
por los quirófanos, la zona del lavado quirúrgico y las áreas de preparación del instru-
mental estéril:
* La sala de lavado de manos quirúrgico es la sala anexa al quirófano, donde el per-
sonal estéril (el cirujano, sus ayudantes y la enfermera instrumentista), realizará el
206 lavado quirúrgico de manos, para así, proceder al acto quirúrgico.
CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\
209
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
211
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
3. Las mesas cubiertas con paños se consideran estériles sólo en la superficie. Cualquier
objeto que pase del extremo de la mesa se considera contaminado y no puede ser co-
locado otra vez sobre ésta.
4. Las superficies estériles deben contactar sólo con otras superficies estériles. Las perso-
nas lavadas deben mantenerse cerca del campo estéril y, si cambian de posición, deben
girar cara a cara o espalda contra espalda.
5. Los extremos de un paquete o contenedor estéril se consideran no estériles (los límites
de lo estéril no están siempre bien definidos).
6. El campo estéril debe crearse lo más cerca posible del momento en que va a ser utili-
zado. El grado de contaminación es proporcional al tiempo que permanecen sin tapar
las cosas. Las zonas estériles deben estar siempre a la vista, y una vez que se abren los
paquetes de cosas que se van a utilizar, alguien debe permanecer en la habitación para
asegurar la esterilidad.
213
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Concentrado de hematíes
Técnica de rasurado
Todas las posiciones quirúrgicas, aunque algunas más que otras, pueden ser potencial-
mente peligrosas a causa de sus efectos sobre la respiración, la circulación, los nervios peri-
féricos y la piel. Una colocación segura debe tener en cuenta las alteraciones fisiológicas pro-
ducidas por la anestesia y por la ubicación. Los cambios de postura de los pacientes aneste-
siados deben hacerse de forma lenta, para permitir que el aparato circulatorio se adapte a los
cambios de la distribución de la sangre. Bajo los efectos de la anestesia, pueden superarse las
limitaciones del paciente, como las limitaciones de la movilidad articular, causando lesiones
o dolores postoperatorios. Las limitaciones o restricciones de los enfermos deben valorarse
antes de inducir la anestesia.
– Decúbito supino: plano sobre la espalda con los brazos a un lado, las palmas hacia
abajo y las piernas rectas con los pies ligeramente separados. Es la posición utilizada
con más frecuencia, usándose para intervenciones de hernias, laparatomía explorado-
ra, colecistectomía, resección intestinal y gástrica, y mastoidectomía.
– Decúbito prono: el paciente yace sobre el abdomen con la cara girada a un lado, los
brazos a los lados con las palmas pronadas, los codos ligeramente flexionado y los pies
elevados sobre la almohada para prevenir la flexión plantar. El paciente se anestesia
en decúbito supino, luego se pasa a prono. Se utiliza para cirugía de la espalda, espina
dorsal y área rectal.
– Litotomía o ginecológica: el paciente yace sobre la espalda con las nalgas en el ex-
tremo de la mesa; los muslos y las piernas se colocan simultáneamente sobre estribos
para prevenir la lesión muscular; la cabeza y los hombros se sujetan para prevenir lesio-
nes. Se utiliza para cirugía perineal rectal y vaginal.
– Decúbito lateral: el paciente yace sobre el costado; la mesa puede estar doblada por
la mitad. Se utiliza para cirugía renal.
– Posición de Roser o Proetz: paciente tumbado sobre su espalda con el cuello en hipe-
rextensión. Se emplea en exploraciones, intervenciones quirúrgicas de las vías respira-
torias, intubación endotraqueal, etc.
La almohada
Faja de sujeción protege cadera
e ingle
La almohada
protege la oreja
La almohada Abrazadera de
protege pies, Mesa quebrada seguridad
rodillas, piernas a nivel de la cadera
– Posición de laminectomía, el paciente se coloca boca abajo sobre la mesa con el tron-
co sobre un soporte especial que eleve el tronco sobre la mesa (trineo). Se emplea
sobre todo en intervenciones de la columna torácica o lumbar (laminectomías).
217
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Abrazadera
de seguridad
La almohada
protege la rodilla
La almohada
protege las piernas
NOTA: existe una clasificación clásica que refiere que las posiciones quirúrgicas básicas son litotomía o
ginecológica, Trendelenburg, genupectoral y Morestin.
Los colores de la ropa de quirófano y, especialmente, las batas, deben ser sólidos, relajantes y
que absorban la luz, de manera que no reflejen la luz emitida por las lámparas, y enmascaren el co-
lor rojo de la sangre. Los colores más usados son el verde quirófano, azul verdoso y verde aceituna.
Este tipo de ropa se utiliza para evitar que el personal entre con la ropa de la calle o desde
otras dependencias del hospital a la zona quirúrgica. El uniforme incluye: guantes, mascarillas
(evita el paso de gérmenes del aparato respiratorio al paciente), batas, calzas y gorro (el pelo
contiene gérmenes que pueden afectar al paciente).
El orden de la colocación de estas prendas son: calzas, gorro, mascarilla (en el caso del
equipo estéril aquí es donde se procede al lavado quirúrgico), bata estéril y guantes estériles.
El Celador, al entrar en quirófano, llevará gorro, mascarillas y calzas.
2. Normas de higiene
2.1. Conceptos generales
2.1.1. Asepsia
Se habla de asepsia para referirse a un conjunto de técnicas que garantizan la ausencia de
materia séptica o microorganismos infecciosos, tanto en superficie como en profundidad, de
los materiales expuestos o de los seres vivos.
Utiliza agentes físicos como medio para conseguir matar y eliminar los microorganismos.
El calor seco y húmedo son los más utilizados.
En la práctica clínica la asepsia se refiere al empleo de material estéril (no posee nin-
gún tipo de microorganismo, ni siquiera sus formas de resistencia) y su protección contra la
contaminación.
Las principales técnicas de asepsia que se emplean en clínica son:lavado de manos, utili-
zación de guantes, limpieza de instrumental, desinfección, esterilización, etc.
2.1.2. Antisepsia
Consiste en utilizar productos químicos para intentar destruir los microorganismos
contaminantes.
En la práctica, la antisepsia consiste en el uso de desinfectantes. No se consigue la esterili-
zación, es sinónimo de desinfección.
2.1.3. Infección
Se conoce como infección la invasión y entrada
en el organismo humano de agentes extraños vivos,
ya sean bacterias, virus u hongos.
No siempre que hay una infección se produce
una enfermedad infecciosa, dado que el organismo
dispone de mecanismos de defensa capaces de lu-
char contra el agente agresor. Bacteria en el torrente circulatorio
Cuando el agente infeccioso vence a los mecanismos de defensa, crece y prolifera inva-
diendo tejidos y células a los que lesiona. Aparecen signos y síntomas (fiebre, malestar gene-
ral, erupciones cutáneas, etc.) y se habla de enfermedad infecciosa.
Se habla de Infestación cuando la agresión se produce por parásitos, como es el caso del
220 plasmodium, tenias, helmintos, ascaris y oxiuros.
CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\
2.2. Desinfección
Consiste en suprimir los microorganismos patógenos existentes en la habitación del enfer-
mo, ropa, manos, piel, etc. No elimina todos los microorganismos ni sus formas de resistencia
(esporas). Es un procedimiento de antisepsia.
Para conseguir la desinfección hay que:
– Hacer un cepillado y lavado con agua y detergente del objeto que se quiere desinfectar.
– Utilizar sustancias químicas con acción desinfectante o antiséptica.
Se denominan desinfectantes los productos químicos usados para la desinfección de ob-
jetos y materiales clínicos. Son de uso frecuente la lejía, jabón, formol, etc. Los desinfectantes
son bactericidas, es decir, capaces de matar los microorganismos.
Clasificación de los desinfectantes
– Aquellos que desarrollan su acción sobre la pared y las membranas celulares.
– Aquellos que desarrollan su acción sobre las proteínas (fenol, alcohol, etc.) y las enzi-
mas (cloro, yodo, etc.).
– Aquellos que desarrollan su acción sobre el núcleo celular (aldehídos).
Se dice que un buen desinfectante es aquel que tiene amplio espectro, no es tóxico ni
corrosivo, es de bajo costo, olor agradable, biodegradable y se puede usar diluido en agua o
alcohol.
Se denominan antisépticos aquellos productos químicos utilizados para la desinfección
de piel, heridas y cavidades del organismo. Son de uso frecuente la tintura de yodo, agua oxi-
genada, alcohol 70º, clorhexidina, mercurocromo (cada vez menos utilizado), etc. Impiden o
retardan el crecimiento de los microorganismos.
Pueden ser bactericidas (matar) o bacteriostáticos (inhiben en el crecimiento) de las bacterias.
Un material desinfectado no está esterilizado; la desinfección no elimina a todos los micro-
organismos y sus formas de resistencia (esporas). Pero un material que ha sido sometido a la
esterilización está por ende desinfectado, puesto que se ha eliminado cualquier forma de vida
o resistencia de las bacterias, virus, etc.
En una desinfección de alto nivel para material de riesgo (semicrítico), el tiempo de actua-
ción del desinfectante será de 20-30 minutos. Para la desinfección de bajo nivel, es suficiente
con 10 minutos.
Una vez conocidos los niveles de desinfección existentes, hay que tener en cuenta varios
conceptos:
² Desinfección final: es aquella que se realiza cuando se ha producido el alta del pacien-
te y las circunstancias lo indican (ej.: paciente que presentaba infección por Neisseria
meningitidis).
– Desinfección concomitante o concurrente: es aquella que se realiza cuando el pa-
ciente está ingresado.
Pasteurización
Esta técnica consiste en calentar el producto durante 30 minutos a una temperatura de
68 ºC, produciéndose posteriormente un enfriamiento rápido del producto. Con este proce-
dimiento se suele tratar la leche, zumo de frutas, etc.
Existe una diferencia importante entre la leche pasteurizada y la leche esterilizada y con-
siste en que la primera no contiene gérmenes patógenos y la esterilizada no contiene ningún
tipo de germen.
La leche esterilizada es la que más se utiliza actualmente, ya que es más cómodo y sencillo
realizar la esterilización, consiguiéndose así un mayor tiempo de conservación.
Una técnica similar a la pasteurización es la uperización, que consiste en calentar la leche
a 130-140 ºC durante 1-2 segundos. Cuando el calentamiento de la leche es a 110-115 ºC du-
rante 30 minutos hablamos de la leche esterilizada.
Rayos solares
Por medio de la acción de los rayos ultravioletas. Estos rayos son uno de los muchos tipos
de radiación producidos por la luz solar.
Son rayos que tienen una cierta acción bactericida, pero sólo a una determinada longi-
tud de onda. Actualmente se utilizan lámparas de rayos ultravioletas en quirófanos, salas de
prematuros y, en especial, en el tratamiento de la tuberculosis; la luz ultravioleta se usa en las
habitaciones de aislamiento de tuberculosos para disminuir la posibilidad de contagio.
Este tipo de radiación tiene como inconvenientes que puede llegar a producir cáncer de
piel (melanoma) y daños en la conjuntiva (conjuntivitis).
Ultrasonido
Se trata de ondas ultrasónicas producidas por la alta velocidad de giro del aparato. Estas
ondas actúan destruyendo las paredes de las bacterias.
Fenol y derivados
El fenol como tal es poco usado en la actualidad al haber sido sustituido por los metil-
fenoles en la limpieza de superficies. El hexaclorofeno, debido a su eficacia antimicrobiana
limitada, no se recomienda su uso para el lavado quirúrgico o la preparación de los pacientes.
Los alcoholes más utilizados en clínica son el isopropílico y el etílico. El alcohol etílico de
70° es un potente bactericida, mucho mayor que el de 90°. Se usa en la desinfección de la piel.
Aldehídos
El formaldehído es un importante bactericida. Se usa para la esterilización de material de
goma, caucho, etc.
El glutaraldehído 2% es también un bactericida muy potente capaz de destruir también
esporas, hongos y virus. Se usa en desinfección por inmersión durante 10 minutos y en este-
rilización durante 10 h.
La limpieza del instrumental debe hacerse lo antes posible, para evitar que las manchas
biológicas (sangre, heces, pus, restos de tejidos, etc.) se sequen y adhieran al mismo. Además
se limpiará también el material que no ha sido utilizado, pero sí seleccionado en un acto
quirúrgico.
– Una vez que se ha comprobado que está bien limpio, hay que sacarlo del medio líqui-
do, enjuagarlo con agua caliente y secarlo perfectamente para evitar posibles oxidacio-
nes y la proliferación de microorganismos en las juntas o ranuras húmedas.
225
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
3. La esterilización
Es un procedimiento empleado para la destrucción de todos los microorganismos y formas
de resistencia de los mismos (esporas). Los métodos utilizados deben garantizar la destruc-
ción total de cualquier forma de vida, ya sea tanto en la superficie como en la profundidad del
objeto a esterilizar.
Todo objeto esterilizado está desinfectado, pero ningún objeto desinfectado está esterili-
zado, al menos por principio. Cuando un objeto está esterilizado se dice que es aséptico.
Esto se explica porque en la desinfección sigue habiendo microorganismos en el material des-
infectado. Sólo se han eliminado los patógenos que son los más sensibles a los agentes utilizados.
Cuando se ha sometido el objeto a la esterilización se eliminan los microorganismos pató-
genos y además los saprofitos o no patógenos. Por eso se dice que un objeto esterilizado está
siempre desinfectado.
227
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
7HPSHUDWXUD 7LHPSR
121º 15-20 minutos
126º 10 minutos
134º 5-7 minutos
Mechero Bunsen
B) Incineración
Consiste en el uso de hornos crematorios (horno de Pasteur) para quemar el material de
un solo uso (jeringas, guantes, catéteres, agujas, etc.), así como otros materiales contaminados
biológicamente.
C) Estufa Poupinel
– Utiliza únicamente el calor seco.
– El calor seco es bactericida (mata las bacterias) y actúa por oxidación física o por coagu-
lación de las proteínas bacterianas debido a la acción exclusiva del calor.
– Hay que tener en cuenta que el calor seco en forma de aire caliente es de difícil control
y su penetración en los materiales es lenta y desigual, no llegando uniformemente a
todas las partes. Para conseguirlo hay que exponer el material a la acción del calor du-
rante largos períodos de tiempo.
228
CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\
7HPSHUDWXUD 7LHPSR
180 ºC 30 minutos
170 ºC 60 minutos
160 ºC 120 minutos
150 ºC 2 h 30 minutos
140 ºC 3 h.
120 ºC Más de 6 h
– Rayos ultravioleta:
Son radiaciones que se producen en lámparas específicas para su aplicación germicida,
que posee un tubo emisor de las mismas. Éste debe colocarse a 40 cm de la superficie
del material.
La radiación ultravioleta es considerada como un buen procedimiento esterilizante,
aunque debido a su aplicación en grandes espacios ha ocasionado que se le incluya
dentro del grupo de las técnicas desinfectantes. No obstante, el efecto que posee so-
bre los microorganismos es puramente esterilizante, siempre que estas funcionen de
manera adecuada y con el espectro ultravioleta antimicrobiano deseado.
Los rayos del sol emiten radiaciones ultravioleta que tienen efectos esterilizantes.
Además de los inconvenientes anteriormente expuestos existe otro, ya que algunos de los
materiales esterilizados con óxido de etileno deben ser aireados para evitar que los restos de
este gas produzcan efectos negativos en el paciente.
– Aireación normal: dejando el objeto en el ambiente hasta que desaparezcan los restos
de gas.
Los materiales que se pueden esterilizar con óxido de etileno son: material de goma, plástico,
caucho (guantes, sondas, etc.), antibióticos, etc.
3.4.1. Almacenamiento
Para que la conservación del material estéril sea la más adecuada el almacén debe reunir
los siguientes requisitos:
– Las paredes deben ser lisas, sin rugosidades, para facilitar su limpieza.
– El lugar donde se ubicará el almacén debe tener un acceso restringido.
– Las condiciones climáticas ideales para el mantenimiento son: ventilación (6 renovacio-
nes 1 hora), temperatura (15 ºC-25 ºC) y humedad: 40%-60%.
El procedimiento a seguir, una vez esterilizado el producto, para proceder a su almacena-
miento es el siguiente:
– El material se dejará enfriar una vez esterilizado para evitar condensaciones.
234
CAPÍTULO 10. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL QUIRÓFANO [[[[\
3.4.2. Transporte
Cuando se transporta material esterilizado a los distintos servicios del hospital, se tiene
que hacer de manera que se garantice la integridad del envoltorio. Se suele utilizar para su
transporte:
– Material voluminoso o carros herméticos.
– Material pequeño o bolsas de plástico cerradas.
El material que se vaya a almacenar en las plantas debe ser utilizado en 24-48 horas y se
colocará por orden de caducidad.
El material esterilizado y debidamente empaquetado y sellado debe guardarse en lugar seco,
en cajones o vitrinas fuera del contacto directo con el aire y polvo de las habitaciones. Debe evitar-
se que esté próximo a fuentes de calor o humedad que puedan alterar su envase de aislamiento.
3.4.3. Caducidad
La caducidad de un material esterilizado está estrechamente relacionada con las condicio-
nes del envasado y almacenamiento. Este tiempo de caducidad garantiza la viabilidad de la
esterilización.
importancia así como por la falta de recursos disponibles (lavabos suficientes o si-
tuados de forma incorrecta, carencia de toallas de papel, jabones no aceptados por
el personal). Deben identificarse cuáles son los factores responsables de la posible
práctica incorrecta del lavado de manos.
– Los guantes de plástico o goma se utilizarán de conformidad con los protocolos de
actuación en cada unas de las Unidades del Hospital.
– El uso de mascarillas de alta resolución es imprescindible para el manejo de enfer-
mos ingresados en planta con infecciones respiratorias como la tuberculosis.
– En las zonas y servicios en los que se exija (área quirúrgica) el Celador llevará la ropa
aséptica, gorro, calzas y mascarilla obligatorios.
e) Si padece una exposición accidental (pinchazo, salpicadura, ingestión) con sustan-
cias biológicas o materiales potencialmente contaminados, debe acudir al Servicio de
Medicina Preventiva inmediatamente y en todo caso en un plazo de tiempo no supe-
rior a 24 horas.
f ) Si presenta alguna enfermedad infecciosa transmisible (diarrea, herpes, infecciones cu-
táneas...) debe extremar el cumplimiento de las Normas de Higiene. Debe consultar en
cualquier caso con el Servicio de Medicina Preventiva.
g) Este Servicio facilita la vacunación contra: el tétanos, hepatitis B, gripe y fiebre tifoidea.
El lavado de manos en clínica se puede clasificar, según la tarea que se vaya a desarrollar, en:
– Lavado de manos rutinario o preventivo. Es aquel que debe realizarse como una medida
de higiene personal, después de las tareas habituales y cotidianas de la vida.
– Lavado de manos especial. Se diferencia del anterior en que precisa de mayor tiem-
po de dedicación, generalmente se realiza durante un minuto y se hace con jabón
antiséptico.
– Lavado de manos quirúrgico. Hay que enjabonarse las manos y antebrazos con jabón
antiséptico durante dos minutos. El antiséptico más utilizado es la clorhexidina cuyo
nombre comercial es hibiscrub® o hibitane®.
237
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
El lavado de manos debe realizarse, en la medida de lo posible, con jabón líquido, en do-
sificador que no sea necesario pulsar con las propias manos. Es preferible hacer el lavado con
agua fría.
Procedimiento
A) Lavado de manos rutinario de tipo preventivo
1. Se aplica sobre las manos agua y jabón frotándolas entre 10 y 30 segundos, prestando
especial atención a los espacios interdigitales y uñas. Los movimientos de lavado serán
desde el brazo hacia los dedos.
2. Aclarado con agua templada.
3. Secado con toalla desechable de papel, desde la punta de los dedos hacia el codo.
4. Cerrar el grifo con el codo si tiene el dispositivo adecuado, o bien con una toalla seca de
papel.
B) Lavado de manos especial
1. Se realizará con jabón antiséptico.
2. La duración será de 1 minuto.
3. Proceder según los pasos 2, 3, 4 del lavado de manos rutinario.
C) Lavado de manos quirúrgico
1. Enjabonado con jabón antiséptico durante 2 minutos, aclarado con agua tibia.
2. Cepillado de uñas 30 segundos cada mano con un cepillo jabonoso, aclarado con agua tibia.
3. Enjabonado de 2 minutos, aclarando con las puntas de los dedos hacia arriba.
4. Secado por aplicación, sin frotar, con una toalla estéril.
239
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Finalidad del lavado de manos, funciones del Celador asignado a quirófano, el Celador
y el personal de quirófano (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM–
convocatoria 2008).
2 Concepto de antiséptico, fases del acto quirúrgico, controles integrados en los apara-
tos esterilizadores, métodos de esterilización, estufa poupinel, funciones del Celador
en las intervenciones de urgencias, información al paciente preoperatorio, funcio-
nes de la ventilación en quirófano, temperatura de quirófano (Servicio de Salud de
Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006).
241
11
Actuación del Celador
en las Unidades
de Psiquiatría
1. Introducción
Con la Ley General de Sanidad en el año 1986 (Ley 14/1986, de 25 de abril) se produjo la
plena equiparación del enfermo mental con los demás pacientes y usuarios que requieren
servicios sanitarios y sociales, sobre la base de la plena integración de las actuaciones relativas
a la Salud Mental en el sistema sanitario general (art. 20 LGS).
Como consecuencia, en el ámbito de la Salud Mental, las Administraciones Sanitarias com-
petentes adecuarán su actuación a los siguientes objetivos:
– La atención a los problemas de salud mental de la población se realizará en el ámbito
comunitario, potenciando los recursos asistenciales a nivel ambulatorio y los sistemas
de hospitalización parcial y atención a domicilio, que reduzcan al máximo posible la
necesidad de hospitalización.
– Se considerarán de modo especial aquellos problemas referentes a la psiquiatría infan-
til y psicogeriatría.
– La hospitalización de los pacientes por procesos que así lo requieran se realizará en las
unidades psiquiátricas de los hospitales generales.
– Se desarrollarán los servicios de rehabilitación y reinserción social necesarios para una
adecuada atención integral de los problemas del enfermo mental, buscando la necesa-
ria coordinación con los servicios sociales.
– Los servicios de salud mental y de atención psiquiátrica del sistema sanitario general
cubrirán, asimismo, en coordinación con los servicios sociales, los aspectos de preven-
ción primaria y la atención a los problemas psicosociales que acompañan a la pérdida
de salud en general.
En aplicación de estos objetivos:
1. La Salud Mental se aborda desde la Atención
Primaria y de la Atención Especializada, para
ello se han creado múltiples dispositivos en
ambos niveles asistenciales que asisten al en-
fermo mental en el ámbito extrahospitalario.
2. Han ido desapareciendo los Hospitales Psiquiá-
tricos o Manicomios que aislaban al «loco» de la
sociedad y del resto del sistema sanitario.
En efecto, la red de Hospitales Psiquiátricos
constituía un subsistema sanitario propio y
excluido del Sistema de la Seguridad Social
hasta la Ley General de Sanidad. El propósito
de la LGS es integrar al enfermo mental en el
sistema general de asistencia sanitaria.
3. Se han creado, en los Hospitales Generales, Unidades de Psiquiatría/Salud Mental de
pacientes agudos como una unidad asistencial especializada más del Centro para in-
gresar a los enfermos mentales que, finalmente, requieren hospitalización.
244
CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\
Hasta hace poco tiempo, toda la atención sanitaria estaba centrada en la enfermedad; ac-
tualmente, el énfasis se sitúa cada vez más en la promoción y prevención de la salud. La defini-
ción de la OMS sobre la salud deja claro que el estado mental forma parte de la idea de salud
de las personas y de las sociedades.
Según la OMS, se define la salud como el estado completo de bienestar físico, psíquico y
mental, y no solamente la ausencia de enfermedades. Y la salud mental como la capacidad
para conseguir unas relaciones armoniosas con los demás y para participar o contribuir de
manera constructiva a la modificación del medio social o físico.
¿Es posible tener un adecuado nivel de salud sin salud mental?, la respuesta es claramente
negativa. A pesar de ello, la sociedad sigue marcando unas líneas de comportamiento y de
pensamiento, unos elementos culturales que sistemáticamente excluyen esta parte del ser
humano relegándola a lo marginal.
La asistencia psiquiátrica ha estado segregada del resto de la atención sanitaria, hasta que
la Ley General de Sanidad lo recuperó en la red asistencial general.
a) Dispositivos sanitarios.
245
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
4.2. La ansiedad
El temor y la ansiedad son una experiencia universal. Se siente ansiedad desde el naci-
miento, y los métodos que se aprenden para combatirla forman la base de la personalidad. La
ansiedad no se puede considerar por sí sola como un estado patológico. Se podrá considerar
como tal cuando su duración e intensidad sean excesivas.
La ansiedad es un trastorno neurótico cuando se caracteriza por cansancio mental, alte-
raciones de la personalidad, estado intenso de la ansiedad, pensamientos obsesivos y actos
compulsivos, que producen sentimientos de angustia y sufrimiento desproporcionados a la
realidad de la situación.
Según Bernard Chauveau, la ansiedad y angustia son independientes de cualquier objeto o
situación real. Es un sentimiento de peligro indefinible; es la espera de una amenaza inminen-
te. Resumiendo: la ansiedad es «un miedo sin causa». Este es el motivo por el que se diferencia
del miedo.
Existen varios tipos de ansiedad:
– Trastorno por ansiedad simple: no tiene tratamiento farmacológico, siendo el equipo
de salud el que colabora para una resolución positiva.
– Trastorno por ansiedad generalizada: la alteración emocional es de carácter más o me-
nos persistente con tendencia a la cronicidad. Se trata con terapias de apoyo y relajación.
– Trastorno de ataque de angustia: crisis recurrentes de angustias que surgen espontá-
neamente. Sólo se ve seguro con un profesional a su lado.
– Trastornos fóbicos: rasgo especial, es la presencia de un temor irracional y persistente
ante un objeto específico, actividad y situación que determina una conducta de evita-
ción (evitación, negación, racionalización...) del objeto o situación temidos:
250 * Agorafobia: temor a los espacios abiertos.
CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\
* Fobia social: el sujeto teme y evita situaciones en las que puede estar expuesto a las
miradas de otros.
* Fobia simple: temor irracional a situaciones concretas, distinta de las dos fobias an-
teriores.
Los síntomas y signos de la ansiedad son:
Ira, hostilidad, sentimientos «inestables», alteraciones en el apetito, ya sea aumento o dis-
minución, expectativas inquietantes y aprensión intensa. Dolor torácico, malestar, quemazón,
achaques, palpitaciones, sensación de opresión y sofoco, sequedad de boca, disnea, etc.
Psicopatología
Alteraciones de la sensopercepción
Trastornos centrales de las sensaciones
– Hiperestesia. Aumento de la percepción o sensibilidad sensorial. Se presentan en
neurosis (hipocondrías, depresiones, ansiedades).
– Hiperalgias. Aumento de dolor persistente, sordo y por lo general de intensidad
moderada.
– Hiperacusia. Los sonidos se perciben con mayor intensidad de lo normal.
– Hipoanalgesias. Disminución de dolor.
– Analgesia. Carencia de dolor sin pérdida de consciencia.
Errores sensoriales
– Ilusiones: percepciones reales alteradas (en síndromes encefálicos agudos y psico-
sis). Se falsifica la percepción del objeto.
– Alucinaciones: percepciones sin objeto real. El paciente tiene el convencimiento
absoluto de que se trata de algo real. No es voluntario. No se debe confundir con
delirios, que constituyen trastornos del pensamiento. Pueden ser visuales, acústi-
cas, gustativas olfativas...
Alteraciones del pensamiento
Según el curso del pensamiento
– Fuga de ideas: se observa en los estados maníacos; se nota porque el paciente
empieza a hablar sin parar, pasando de un tema a otro. El individuo presenta dis-
traibilidad por las cosas de alrededor, lo cual conduce a que se aparte del tema que
estaba tocando y prosiga con otro totalmente diferente.
– Inhibición del pensamiento. Va ligado a cuadros depresivos; el sujeto tiene dificul-
tad en el curso del pensamiento, que se ve enlentecido y con poca verbalización.
Predominan los monosílabos. El paciente no tiene interés por la charla, puesto
que tiene gran dificultad para cambiar de pensamiento, centrándose en uno solo.
Todas las ideas son pesimistas, tristes, desagradables y desgraciadas.
251
.../...
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
.../...
252 .../...
CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\
.../...
Alteraciones de la consciencia
– Confusión. El sujeto no recuerda lo que percibe, es incapaz de integrarlo en el pen-
samiento. Es una pérdida del control voluntario sobre las facultades intelectuales.
Por lo tanto hay desconexión de los tres procesos psíquicos: percepción, recuerdo
y pensamiento.
– Delirio. Son trastornos de curso rápido que están unidos a trastornos sensopercep-
tivos (alucinaciones) y a la configuración que se hace de ellos (ideas delirantes). El
pensamiento es incongruente o inconexo y casi siempre hay un sustrato orgáni-
co que lo justifique: delirium tremens (alcoholismo), delirios causados por fiebres
altas…
.../... 253
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
.../...
Alteraciones de la memoria
Alteraciones cuantitativas
– Hipermnesia. Aumento anormal de la capacidad de recordar en determinadas
situaciones.
– Amnesia. Incapacidad para el recuerdo de forma total o parcial. Puede ser:
* Retrógrada (respecto al período previo a la aparición del trastorno).
* Anterógrada (comprende el período siguiente a la aparición del trastorno).
* Lagunar (respecto a un período concreto).
* Afectiva (ciertos factores afectivos y emocionales hacen que la persona olvide
acontecimientos determinados de su vida).
.../...
254
CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\
.../...
Alteraciones cualitativas
– Paramnesia. Lo constituyen los falsos recuerdos, las distorsiones y los errores am-
nésicos patológicos. Puede referirse al recuerdo y al reconocimiento.
– Paramnesia del recuerdo. Se trata de una distorsión del recuerdo que la persona
hace respecto a situaciones ya vividas.
– Paramnesia del reconocimiento. El sujeto distorsiona el reconocimiento de lo vivi-
do, quizá por una codificación errónea.
Alteraciones de la afectividad
– Tristeza patológica. La persona se siente abatida y triste, con una disminución de
su autoestima. Se acompaña de aislamiento, inhibición psicomotriz, tendencia al
llanto, etc. Es característica de la depresión.
– Angustia patológica. La angustia es un estado de inquietud que el sujeto no puede
concretar; es una situación de miedo que tiene la característica de la expectativa, y
que mantiene al paciente en estado de alarma, a la espera de que algo le suceda.
– Alegría patológica. El paciente se siente eufórico, enérgico, optimista, hiperactivo y
con una alta autoestima. Se acompaña de expresividad, desinhibición, atención fu-
gaz, hiperactividad motora, verborrea, etc. Es característica de episodios maníacos.
Pero también puede aparecer en cuadros hipomaniacos cuando va acompañado
de esquizofrenia o neurosis.
– Labilidad afectiva. Variabilidad en la afectividad del paciente, que se manifiesta por
cambios súbitos que no guardan relación con los estímulos externos. Suele apare-
cer en los estados demenciales.
Psicopatología de la psicomotricidad
– Estereotipia. Es la repetición continua e innecesaria de un movimiento simple (ras-
car, flotar) o complejo (alisarse el cabello). Determinados movimientos se estereo-
tipan y el sujeto los ejecuta de manera repetitiva, perdiendo finalmente el sentido
que tenían en un momento determinado.
– Tics. Son movimientos rápidos automáticos, repetidos e involuntarios. Aumentan
en situaciones de ansiedad.
– Catalepsia. Actitud de inmovilidad mantenida por el sujeto, incluso con posturas
que suponen incomodidad; se acompaña con otros síntomas como obediencia au-
tomática, negativismo, y estupor.
– Ataxia (trastorno patológico). Caracterizado por la disminución de coordinar movi-
mientos. La marcha tambaleante y el desequilibrio postural se deben a lesiones de
la médula espinal o cerebelo que pueden ser, a su vez, secuelas de traumatismos
del parto, trastornos degenerativos, neoplasias, infecciones...
.../... 255
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
.../...
Psicopatología de la inteligencia
– Retraso mental. Funcionamiento intelectual por debajo del promedio, que aparece
junto a déficit de adaptación, y que se manifiesta durante el período de desarrollo.
Coeficiente Intelectual; menor 69 (deficientes), entre 70 y 79 (borderline o de inte-
ligencia límite), entre 90 y 109 (inteligencia normal), entre 110 y 119 (superdotado)
y mayor de 140 (genio).
Esquizofrenia
La OMS la definió como (1958):
“Grupo de psicosis en las que se presenta una deformación fundamental de la personali-
dad, una distorsión característica del pensamiento, una sensación de ser dominado por fuer-
zas extrañas, delirios que pueden ser extravagantes, percepción perturbada, anormalidades
en el aspecto y que no se ajustan a la situación real y autismo. Sin embargo, se mantiene
usualmente una consciencia clara y una capacidad intelectual intacta.”
Es una psicosis de inicio precoz, de curso crónico, que se caracteriza por una gran distor-
sión de la realidad, con trastornos del lenguaje y la comunicación, aislamiento social y des-
organización y fragmentación del pensamiento, la percepción y las reacciones emocionales. 257
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Con frecuencia hay también apatía y confusión, delirios y alucinaciones, formas del len-
guaje peculiares con evasividad, incongruencias y ecolalia, conducta extraña y labilidad emo-
cional. Este trastorno puede ser leve o requerir una hospitalización prolongada. No se conoce
su etiología (origen), aunque, por lo general, se invocan factores genéticos, bioquímicos, psi-
cológicos, interpersonales y socioculturales.
El tratamiento consiste en la administración de tranquilizantes y antidepresivos junto con
ansiolíticos.
La terapia ambiental y la psicoterapia de grupo pueden resultar muy útiles para conseguir
un ambiente adecuado en el cual el paciente pueda ponerse en contacto con la realidad, au-
mentar su capacidad de comunicación y aprender a adaptarse al estrés.
4.5.1. Alzheimer
“Proceso degenerativo con cuatro estadios de gravedad y dependencia. De curso crónico.
Inicio insidioso (pérdida de memoria) hasta alcanzar un estadio máximo incapacitante”.
Demencia presenil caracterizada por confusión, inquietud, agnosia, alteraciones del len-
guaje, incapacidad para realizar movimientos intencionados y alucinaciones. El paciente pue-
de caer en hipomanía, rechazar los alimentos y perder el control de la función esfinteriana. Los
hallazgos patológicos son las placas miliares de la corteza y la degeneración fibrilar en las cé-
lulas piramidales ganglionares. No existe tratamiento para la curación, pero el mantenimiento
258 de una nutrición adecuada puede retrasar la progresión de la enfermedad.
CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\
4.5.1.1. Etiología
La etiología de tipo Alzheimer es desconocida aunque algunos estudios apoyan que es de
transmisión genética. Las investigaciones demuestran que en familias con esta demencia, más
de un miembro está afectado.
Otros estudios señalan que los agentes virales, desórdenes metabólicos, y los pesticidas
son causa de esta demencia, pero estos estudios no son concluyentes.
4.5.1.2. Clínica
Período inicial o estadio inicial (leve)
En esta etapa temprana la actividad social y laboral está alterada pero se mantiene la ca-
pacidad para el autocuidado. Este estadio tiene una duración aproximada de 2-4 años y se
observan:
– Pérdida lenta y progresiva de la memoria, incapacidad de asimilar nueva información,
pérdida de la capacidad de abstracción.
– El paciente en esta fase se encuentra apático y desinteresado.
– Comienzan las alteraciones del lenguaje (afasia). Tiene dificultad para nombrar perso-
nas y cosas (agnosia).
– Desorientación espacial, no reconoce bien el lugar donde está.
– Cambios de humor y síntomas de depresión.
En esta etapa el paciente es capaz de mantener una conversación, comprende bien y utili-
za los aspectos sociales de la comunicación.
260
CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\
6.3.2. Indicaciones
1. Conducta violenta de un paciente que resulte peligrosa para él mismo o para los demás.
2. Agitación no controlable con medicamentos.
3. Representan una amenaza para su integridad física debido a la negación del paciente a
descansar, beber, dormir, etc.
4. En situaciones de riesgo que no puede ser controlado de ninguna otra manera, pueden
contenerse temporalmente, para recibir la medicación, o durante largos periodos, si
no se pueden administrar los fármacos o no le hacen el efecto esperado y continúan
siendo peligrosos.
Es frecuente que los pacientes sujetos se calmen después de transcurrido algo de
tiempo.
5. A nivel psicodinámico, estos pacientes incluso pueden recibir con satisfacción el con-
trol de sus impulsos, pero deben estar indicados terapéuticamente.
– El tronco se debe sujetar firmemente a la cama con la correa especial (más ancha) di-
señada para ese efecto. Cuidando que no esté floja, porque podría deslizarse por ella y
ahorcarse, ni tampoco excesivamente fuerte, que le dificulte la respiración.
– La sujeción debe permitir administrar perfusión endovenosa por el antebrazo, así
como recibir líquidos o alimento.
– Mantener la cabeza del paciente ligeramente levantada para disminuir sus senti-
mientos de indefensión y para reducir la posibilidad de aspiración pulmonar.
– Comprobar periódicamente cada poco tiempo las sujeciones por la seguridad y la
comodidad del paciente.
– Después de contener al paciente, el médico debe comenzar el tratamiento mediante
una intervención verbal.
– Incluso cuando están sujetos, la mayoría de los pacientes necesitan medicación antip-
sicótica de manera concentrada y por vía intramuscular.
– Cuando el paciente esté bajo control, se deben ir eliminando las restricciones a inter-
valos de cinco minutos, hasta que el paciente tenga sólo dos. Las restantes se elimina-
ran al mismo tiempo, ya que el paciente no se puede contener con una sola sujeción.
– La sujeción mecánica debe continuar el menor tiempo posible, a medida que el pa-
ciente se va tranquilizando se le deben ir retirando sujeciones.
Prevenir los tromboembolismos:
a) Para evitar tromboembolismos, sobre todo en ancianos, debe liberarse una extremidad
de las cuatro cada 30 minutos.
b) Para una inmovilización superior a las 24 h o en pacientes con factores de riesgo reque-
rirá hacer profilaxis de trombosis, con heparina de bajo peso molecular (HBPM).
8. Traslado psiquiátrico
El Celador es el personal encargado de acompañar al paciente psiquiátrico en su traslado
tanto a unidades del mismo centro como a otras instituciones (ambulancia).
Son pacientes que presentan especiales dificultades en el manejo previo y durante el
traslado. En los casos de agitación psicomotriz será preciso la contención física y, en muchas
ocasiones, la administración de fármacos que procuren la sedación suficiente, sin olvidar, en
ningún momento, la utilización de habilidades comunicativas y otro tipo de intervenciones
de tipo psicológico.
No debería, en ningún caso, iniciarse el traslado de un paciente agitado hasta que se ofrez-
can las garantías de seguridad imprescindibles para su realización.
268
CAPÍTULO 11. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS UNIDADES DE PSIQUIATRÍA [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Año de integración de la Salud Mental en el SNS (Servicio de Salud de Castilla-La
Mancha –SESCAM–convocatoria 2008).
2 Indicaciones de la sujeción de los pacientes (Servicio de Salud de Castilla y León
–SACYL–, convocatoria 2006).
2 Atención a la salud mental como prestación del SNS, indicaciones de la sujeción te-
rapéutica, funciones del Celador en Salud Mental (Servicio de Salud de Castilla y
León –SACYL–, convocatoria 2009).
2 Concepto de salud de la OMS (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria
2009).
2 Concepto de Salud Mental, valoración de la sujeción mecánica, requisitos de ingre-
so de enfermos psiquiátricos (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria
2009
2 Traslado de enfermos psiquiátricos, indicaciones de la sujeción de los pacientes
(Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Papel del Celador en la sujeción mecánica (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–,
convocatoria 2008).
2 Centros de Salud Mental en Atención Primaria, tipos de reducción del paciente psi-
quiátrico, actuación ante un paciente agitado, indicaciones de la sujeción terapéu-
tica, cómo proceder a una inmovilización (Servicio de Salud de las Illes Balears
–IBSALUT–, convocatoria 2010).
2 Norma jurídica que posibilita la integración del enfermo mental en el SNS, funciones
de los Celadores en los servicios de salud mental, sujeción ante procedimiento cruen-
to (Servicio Vasco de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Necesidades fisiológicas del enfermo mental, funciones de los Celadores en los ser-
vicios de Salud Mental, concepto de paranoia, objetivos de la Administración ante
la salud mental, actuación ante la depresión, concepto de neurosis, paciente de los
centros de día, control y orden de las unidades de psiquiatría, ansiedad ante un shock
emocional, concepto de paramnesia, síndrome de Korsakoff, síntomas en la depre-
sión, cociente intelectual normal, cómo proceder a una inmovilización, trastorno de
la percepción (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Funciones de los Celadores en los servicios de Salud Mental (Agencia Valenciana de
Salud –AVS–, convocatoria 2009).
2 Dispositivos asistenciales para la Salud Mental (Servicio Aragonés de Salud–SALUD–
convocatoria 2010).
269
12
Actuación del Celador
en relación con los
pacientes fallecidos
1. Conceptos generales
12
1. Conceptos generales
El trabajo a realizar en el área del tanatorio por parte del Celador conlleva una serie de
situaciones que precisan del conocimiento de algunos conceptos:
– Exitus: palabra que proviene del latín y que significa muerte. Se utilizan también como
sinónimo defunción, deceso u óbito.
– Tanatorio, mortuorio: el tanatorio es una institución situada en un edificio separado
del hospital que presta servicios funerarios.
– Mortaja o sudario: la mortaja se emplea como vestimenta que envuelve al cadáver
para enterrarlo.
– Tanatopsia, autopsia y necropsias postmorten: consiste en la disección y examen
del cuerpo de una persona fallecida, para determinar la causa de la defunción o la pre-
sencia de un proceso patológico.
Se distinguen dos tipos de autopsias:
* Autopsia clínica: es el examen realizado sobre el cadáver de una persona fallecida a
causa de enfermedad y que tiene como objetivo final la confirmación de las causas
de la muerte.
* Autopsia médico-forense: es el estudio de un cadáver o restos humanos con el fin de
informar a la autoridad judicial de las causas y circunstancias de su muerte.
– Tanatología: se entiende por tal la suma de conocimientos relativos a la muerte, desde
el punto de vista médico-legal especialmente.
– Cadáver: todo cuerpo humano durante los cinco primeros años siguientes a la muerte
real. Esta se computará desde la fecha y hora que figure en la inscripción de defunción
en el Registro Civil.
– Restos cadavéricos: todo lo que queda del cuerpo humano terminados los fenóme-
nos de destrucción de la materia orgánica, una vez transcurridos los cinco años siguien-
tes a la muerte real.
– Restos humanos: partes del cuerpo humano de entidad suficiente procedentes de
abortos, mutilaciones, operaciones quirúrgicas o autopsias. Para su inhumación o cre-
mación sólo se necesita el certificado facultativo en que se acredite la causa y proce-
dencia de tales restos. Cuando el médico que lo extienda deduzca la existencia de posi-
bles riesgos de contagio lo pondrá inmediatamente en conocimiento de Sanidad, que
adoptará las medidas oportunas.
– Cuidados postmortem: conjunto de atenciones que se presta a la persona fallecida
para su posterior traslado al mortuorio.
– Rigor mortis o rigidez cadavérica: es el endurecimiento del cuerpo que se produce
de dos a cuatro horas después de la muerte.
– Livideces cadavéricas: como consecuencia del cese de la circulación sanguínea, los
hematíes comienzan a romperse liberando hemoglobina y decolorando los tejidos. A
esta decoloración se la conoce con el nombre de livor mortis.
272
CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\
– Algor mortis: es el enfriamiento del cuerpo después del fallecimiento; se realiza en con-
diciones normales a razón de un grado por hora. También denominado frío de la muerte.
– Putrefacción: es la descomposición de la materia orgánica muerta por la acción de las
bacterias.
– Tanatopraxia: es toda práctica mortuoria que permite la conservación y exposición
del cadáver con las debidas garantías sanitarias.
Tienen esta consideración los siguientes métodos:
a) Climatización: acondicionamiento térmico que permite mantener al cadáver duran-
te las primeras veinticuatro horas retardando los procesos de putrefacción. En todo
caso la climatización mantiene las condiciones ambientales de temperatura, hume-
dad y ventilación mínimas necesarias para la vida.
b) Refrigeración: mantenimiento de un cadáver a temperatura muy baja mediante su
introducción en cámara frigorífica con el fin de retrasar los procesos de putrefacción.
La actuación de los Celadores en relación con los pacientes fallecidos, según el Estatuto de
274 Personal No Sanitario, se centrará en ayudar a las enfermeras o personas encargadas de amor-
CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\
tajar a los enfermos fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio.
Sobre esta función conviene destacar dos aspectos, en primer lugar nos habla de una cola-
boración o ayuda al personal sanitario relativa a la movilización y aseo del paciente fallecido
para que el personal sanitario proceda al amortajamiento. La segunda parte de esta función
establece una función exclusiva del Celador del servicio correspondiente como es el traslado
del cadáver hasta el mortuorio (si fallece en urgencias será el Celador de urgencias quien tras-
lade el cadáver al tanatorio).
La situación que se produce entre los familiares cuando el paciente agoniza y especial-
mente en el momento del óbito es muy particular, por lo tanto es necesario prestar especial
atención a dichas personas. En dicho momento se debe tranquilizar a la familia, pedirles sere-
nidad y silencio y, con cierta amabilidad, que se retiren a otras dependencias.
Ante cualquier pregunta de los familiares relacionada con la muerte del paciente, causas,
patología, etc., el Celador les remitirá al facultativo responsable.
275
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
El traslado al mortuorio deberá realizarse, una vez recibido el parte de traslado correspon-
diente, por lugares poco frecuentados y de una forma discreta frente al resto de los enfermos
o familiares que los visitan.
Si al cadáver debiera realizársele previamente una autopsia, deberá ser conducido por el
Celador hasta la sala correspondiente, donde será depositado en una cámara frigorífica.
El Estatuto de Personal no Sanitario establece con respecto a las funciones del Jefe de
Personal Subalterno: “Es misión suya informar a los familiares de los pacientes fallecidos
en la Institución, sobre los trámites precisos para llevar a cabo los enterramientos, y si
es necesario los pondrán en contacto con la oficina administrativa correspondiente para
completar dicha información”.
276
CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\
según la OMS como abortos, y deben ser considerados como biopsia o patología
quirúrgica. La autopsia fetal hace referencia, según este criterio, a la practicada a un
feto muerto en la fase fetal intermedia y la fase fetal tardía.
b) Técnica de Ghon: consiste en extraer los órganos en tres bloques, cuello y tórax, abdo-
men y retroperitoneo, realizándose la disección separada de cada bloque.
c) Técnica de Letulle: se trata de la extracción en un solo bloque de todas las vísceras. La
disección se realiza fuera del cadáver.
– Muertes misceláneas:
* Muerte de personas detenidas en centros de detención carcelaria, centros de me-
nores, prisiones, etc.
* Muertes sospechosas de personas que mantienen litigios.
* Muerte de pacientes por procedimientos clínico-quirúrgicos.
* Cadáveres no identificados.
c) La mesa deberá estar diseñada con unos parámetros determinados: 2,10 m de longi-
tud por 0,75 m de anchura para que pueda albergar cadáveres de todas las tallas. Uno
de sus lados puede estar graduado en centímetros para facilitar la lectura de la talla.
d) Constará de: conexión eléctrica, lavabo ahondado para la apertura intestinal, conexión
para aspirador, destinado a la extracción de líquidos y limpieza de cavidades del cuer-
po, sistema de balanza ubicado en una mesa contigua, para la pesada de vísceras…
285
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
e) Mesita anexa para colocar los distintos objetos que se van a necesitar en el curso de
la autopsia, cuyo tablero sea de metal o de cristal para facilitar su limpieza. También
es aconsejable disponer de otra para practicar los cortes de las vísceras.
– Equipo de dictado accionado por pedal.
– Equipo fotográfico.
– Equipo de rayos X.
– Campana extractora para eliminación de olores desagradables.
– Congelador.
– Sierra.
– Balanza.
– Microscopio de disección.
– Depósito de formol.
– Caja de instrumental.
– Pila con agua.
– Estantes.
9. Tijeras de disección:
– Con las dos puntas romas que permitirán hacer disecciones sin dañar ningún órgano.
– Con una punta roma y una aguda.
10. Enterótomo: tijera especial que se utiliza para apertura de intestinos, estómago o trá-
quea. Para cortar con el enterótomo, se mete por el orificio por el que salga luz la punta
redondeada y con el filo de la punta aguda corta. Este instrumento se utiliza para no
dañar las paredes de los órganos.
11. Sonda metálica: su diámetro oscila entre 1 y 4 mm
de diámetro. Sirve para explorar el conducto de la
uretra, el conducto cístico, las arterias coronarias y el
útero.
12. Costótomo: es una especie de tijera muy grande
que corta los cartílagos costales. Sus dos puntas son
agudas.
13. Sistema de aumento (lupas estáticas, lentes de den-
tista, microscopio de disección, etc.).
A todos estos materiales imprescindibles deben aña-
dirse utensilios de limpieza (gasas, esponjas, etc.), jeringas
y agujas estériles para extracción de líquidos para cultivo,
material portaagujas de sutura, recipientes de distintos ta-
maño para depositar los órganos y diferentes líquidos de
fijación según las necesidades.
Las batas actuales son perfectamente impermeables por lo que la seguridad es mucho
mayor.
3. Mascarillas y gafas
Las mascarillas y las gafas, al igual que las batas, se utilizan para prevenir las salpicaduras
de los fluidos corporales. Asimismo existen enfermedades que se transmiten por las vías respi-
ratorias (tuberculosis, etc.). Ante estas situaciones se recomienda el uso de mascarillas de alta
resolución para evitar el contagio.
4. Lavado de manos
El procedimiento del lavado ordinario de manos es uno de los pilares básicos para evitar la
contaminación a través de microorganismos.
– Fenoles. El fenol puro no se usa ya como antiséptico, lo que se emplean son sus deri-
vados. El más utilizado de todos ellos es el hexaclorofeno. Se emplea sobre todo en el
lavado quirúrgico.
– Biguanidas. La forma de utilización más conocida es la Clorhexidina (Hibitane®, Alco-
Aloe©). Esta última se puede emplear en solución acuosa o en solución alcohólica al
0,5-1-2%. Se usa para el lavado quirúrgico y para la desinfección de objetos pequeños,
sobre todo de caucho y polietileno.
8. Levantamiento de carga
Las lumbalgias suelen ser problemas habituales en personas que levantan cargas. El traba-
jo en los servicios de tanatorios y autopsia se desarrolla en parte manipulando cadáveres, por
lo que las técnicas correctas de manipulación deben ser conocidas.
291
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Funciones del Celador en la sala de autopsias, funciones del Celador en el amortaja-
miento de cadáveres, limpieza de la mesa de autopsias, funciones del jefe de perso-
nal subalterno en relación a los pacientes fallecidos (Servicio de Salud de Castilla la
Mancha –SESCAM– convocatoria 2008).
2 Funciones del Celador en la sala de autopsias, traslado del cadáver al mortuorio, in-
formación de la autopsia a familiares, concepto de tanatopsia, riesgos en las autop-
sias, indicaciones de la autopsia, limpieza de la sala de autopsias (Servicio de Salud
Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006).
2 Funciones del Celador en el amortajamiento de cadáveres, traslado de un enfermo
fallecido, limpieza de la sala de autopsias y de la mesa, funciones del Celador en las
autopsias (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009).
2 Concepto de autopsia clínica, traslado del cadáver al mortuorio, funciones del Celador
en el amortajamiento de cadáveres, funciones del jefe de personal subalterno en rela-
ción a los pacientes fallecidos (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2 Concepto de autopsia medico-forense, características del formol, riesgos de la sala
de autopsias (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007).
2 Dimensiones de la sala de autopsias, funciones del Celador en la sala de autopsias,
traslado de un enfermo fallecido (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convoca-
toria 2009).
2 Información a los familiares sobre las autopsias, archivo de las biopsias, funciones del
Celador en las autopsias, funciones del Celador después de las autopsias (Servicio
Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Funciones del Celador en las autopsias, funciones del Celador después de las autop-
sias, concepto de cuidados postmortem, medidas preventivas en la sala de autopsias,
posición de la persona fallecida (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convo-
catoria 2008).
2 Tiempo mínimo para introducir al fallecido en una cámara frigorífica, material de relle-
no de huecos después de una autopsia, funciones del Celador en las autopsias, posi-
ción de la persona fallecida, funciones del Celador en las autopsias, concepto de amor-
tajamiento (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010).
2 Funciones del Celador en el amortajamiento de cadáveres, concepto de tanato-
praxia, concepto de livor mortis, prevención de riesgo en la sala de autopsias, con-
cepto de autopsia medico-forense, traslado del cadáver al mortuorio (Servicio Vasco
de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Concepto de mortaja, información a la familia del fallecido, posición de la persona
fallecida, concepto de livor mortis, desinfectante más común utilizado en las autop-
sias, concepto de autopsias, cerramiento del cadáver después de una autopsia, cer-
tificación de la muerte, preparación del cadáver, funciones del Celador en las autop-
sias, conservación de las piezas anatómicas, indicaciones de la autopsia, concepto de
tanatopraxia, funciones del Celador en las autopsias (Servicio Extremeño de Salud
–SES–, convocatoria 2009).
292
CAPÍTULO 12. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON LOS PACIENTES FALLECIDOS [[[[\
293
13
Actuación del Celador
en el servicio de
farmacia y almacén
13
b) A los servicios de farmacia de los hospitales, de los centros de salud y de las estructuras
de Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud para su aplicación dentro de dichas
instituciones o para los medicamentos que exijan una particular vigilancia, supervisión
y control del equipo multidisciplinar de atención a la salud.
296
CAPÍTULO 13. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL SERVICIO DE FARMACIA Y ALMACÉN [[[[\
– Los hospitales que no cuenten con servicios farmacéuticos deberán solicitar de las Comunidades
Autónomas autorización para, en su caso, mantener un depósito de medicamentos bajo la su-
pervisión y control de un farmacéutico. Las condiciones, requisitos y normas de funcionamien-
to de tales depósitos serán determinados por la autoridad sanitaria competente.
1.2. Definiciones
– Medicamento de uso humano: toda sustancia o combinación de sustancias que se pre-
sente como poseedora de propiedades para el tratamiento o prevención de enfermedades
en seres humanos o que pueda usarse en seres humanos o administrarse a seres humanos
con el fin de restaurar, corregir o modificar las funciones fisiológicas ejerciendo una acción
farmacológica, inmunológica o metabólica, o de establecer un diagnóstico médico.
– Medicamento de uso veterinario: toda sustancia o combinación de sustancias que se
presente como poseedora de propiedades curativas o preventivas con respecto a las
enfermedades animales o que pueda administrarse al animal con el fin de restablecer,
corregir o modificar sus funciones fisiológicas ejerciendo una acción farmacológica,
inmunológica o metabólica, o de establecer un diagnóstico veterinario. También se
considerarán «medicamentos veterinarios» las «premezclas para piensos medicamen-
tosos» elaboradas para ser incorporadas a un pienso.
– Medicamentos de origen humano: se considerarán medicamentos los derivados de
la sangre, del plasma y el resto de sustancias de origen humano (fluidos, glándulas,
excreciones, secreciones, tejidos y cualesquiera otras sustancias), así como sus corres-
pondientes derivados, cuando se utilicen con finalidad terapéutica.
298
CAPÍTULO 13. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL SERVICIO DE FARMACIA Y ALMACÉN [[[[\
– La Real Farmacopea Española: es el código que establece la calidad que deben cum-
plir los principios activos y excipientes que entran en la composición de los medica-
mentos de uso humano y veterinario. Se actualizará y publicará periódicamente.
– Preparado o fórmula oficinal: es aquel medicamento elaborado y garantizado por
un farmacéutico o bajo su dirección, dispensado en una oficina de farmacia o servicio
farmacéutico, enumerado y descrito por el Formulario.
5. Áreas de citostáticos
Los citostáticos son sustancias farmacológicas que impiden o retardan la división celular.
Se utilizan en el tratamiento contra el cáncer.
En el área de preparación de medicamentos citostáticos se preparan medicamentos cuya
manipulación inadecuada puede ser peligrosa para la salud. El manejo de este tipo de prepa-
rados debe garantizar su composición, estabilidad y la seguridad del manipulador y del medio
ambiente. Esta área dispone de una zona estéril donde existe una campana de flujo laminar
vertical de alta seguridad biológica con salida de aire filtrado al exterior. En ella se realiza la
dosificación y preparación de medicamentos citostáticos.
Esta zona debe reunir una serie de características mínimas, tales como:
– Área o zona aislada físicamente del resto del servicio en la que no se realicen otras
operaciones.
– Sin recirculación de aire ni aire acondicionado ambiental.
– Habitación separada con presión negativa.
– Campana de flujo laminar vertical.
– Acceso limitado solamente al personal autorizado.
– El suelo del recinto donde se encuentra ubicada la cabina no se barrerá y se limpiará
con una fregona de uso exclusivo y lejía.
Protección del manipulador. El personal responsable de la preparación de mezclas de citos-
táticos deberá usar el siguiente equipo de protección individual: guantes, bata, mascarilla,
gafas y gorro.
Transporte de productos citostáticos en el hospital. Los Celadores efectúan el traslado de los
citostáticos desde el Servicio de Farmacia hasta la unidad peticionaria (normalmente Hospital
de Día o Plantas de Oncología).
Para dicho traslado se deben usar contenedores específicos que deben reunir las siguien-
tes características:
– Resistencia al transporte.
– Contener exclusivamente productos citostáticos.
– Etiquetado adecuado. En el exterior del paquete se debe hacer constar la naturaleza
del contenido y paciente destinatario.
– Aislante térmico para el necesario mantenimiento de la temperatura.
Tratamiento de contaminaciones accidentales. En las zonas donde se manipulen este tipo
de medicamentos deben existir procedimientos escritos de actuación para saber en todo mo-
mento cómo se debe actuar ante una contaminación accidental.
Si el agente citostático contacta directamente con la piel de la persona que lo manipula, se
lavará inmediatamente la zona afectada con agua y jabón, durante unos 10 minutos. Si la piel
se encontrara irritada, deberá ser examinada por un especialista.
Si el agente citostático salpica los ojos se enjuagará el ojo afectado con agua o solución
isotónica durante al menos 15 minutos y luego acudir al especialista (oftalmólogo).
302
CAPÍTULO 13. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL SERVICIO DE FARMACIA Y ALMACÉN [[[[\
1.5.2. La unidosis
En la actualidad en los hospitales el suministro de medicamentos desde el Servicio de
Farmacia se realiza mediante la fórmula o método de “unidosis” o dosis única, es decir, en
envases individualizados por paciente (dispensación individualizada de medicamentos). Los
medicamentos que han de ser administrados a éstos son solicitados desde las diferentes
unidades hospitalarias por los supervisores o por los enfermeros a la Farmacia, mediante el
correspondiente documento (orden médica) firmada por el médico correspondiente especifi-
cando la medicación diaria por paciente que se ha de suministrar.
En el Servicio de Farmacia se prepara la medicación individual en su correspondiente bolsa
o envase que será trasladada por el Celador hasta el Servicio peticionario. 303
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Transporte de productos desde otras unidades del hospital hasta la farmacia: de-
terminados productos que puedan recepcionarse en el Almacén General del Hospital,
deberán ser transportados hasta la farmacia por el Celador. Igualmente, en el caso de
haber más de una farmacia (en los complejos hospitalarios compuestos por varios
Hospitales) se desplazará y se encargará del traslado de material entre las mismas.
– Dispensación de determinado material: aunque la labor de dispensación correspon-
de a otro personal, el Celador de la farmacia se encarga, normalmente, de dispensar de-
terminado material que él mismo ha ordenado o acondicionado (botes de suero, alco-
hol). En caso de que alguien con competencia (por ejemplo un médico de Urgencias) se
dirija al Celador solicitándole la entrega de algún medicamento, el Celador se limitará a
pasar la comunicación al farmacéutico responsable. Cuando un paciente o un familiar
solicite algún medicamento debemos recordar que el Celador no esta autorizado para
dárselos ni para administrarlos.
– Preparación de alcohol: el alcohol que se utiliza en las unidades del Hospital está
«rebajado» porque se mezcla con agua destilada, por ser más conveniente en el uso
terapéutico, suministrándose a 70 grados. La tarea de mezclar el alcohol con el agua 305
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Vigilar las entradas y salidas del almacén, así como el cierre de puertas de la zona de
almacenaje. No permitirá el acceso al almacén a personas no autorizadas.
– Dispensar el material que le sea solicitado mediante un vale firmado debidamente por
un superior responsable. Es importante comprobar que los vales de pedido están cum-
plimentados correctamente.
– Distribuir los productos en las estanterías.
– Distribuir o trasladar desde el almacén a las distintas unidades el mobiliario y aparatos.
Tanto las jaulas de transporte como las plataformas para mercancias se enpujará desde
atras para movilizarlas, salvo en los casos donde se sale de un ascensor que se procede
tirando de ellas y caminando hacia atras.
307
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
308
CAPÍTULO 13. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL SERVICIO DE FARMACIA Y ALMACÉN [[[[\
Las diferencias de inventario son las que se producen entre los stocks teórico y real. El
control de las entradas y salidas permite determinar el stock teórico de un artículo, cuando
éste no coincide con el recuento de dichos artículos se produce la diferencia. Estas diferencias
reflejan las pérdidas que se producen a consecuencia de errores administrativos, roturas o
robos. Tiene gran importancia para medir la eficacia en el control del almacén.
El criterio de valoración de mercancías FIFO (first in, first out) considera que las unidades
que salen del almacén son las más antiguas, según el criterio de renovación de artículos “pri-
mero en entrar, primero en salir”.
Por el contrario el método LIFO, contempla que la valoración de las salidas del almacén se
hace teniendo en cuenta que la primera unidad que sale es la que entró la última.
Esta actividad, al igual que las demás, está directamente relacionada con las prestaciones
de la institución de que se trate y está encaminada a que éstas sean posibles mediante el es-
tudio de los medios necesarios para ello.
309
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Almacén de lencería:
* En este se dan conjuntamente los dos usos anteriores, pues su finalidad es tanto la
provisión de ropa personal y de cama a los enfermos, como el dotar del vestuario
reglamentario al personal.
La primera patente para un código de barras, que tenía forma circular, fue solicitada en
1949 en Estados Unidos por N.J. Woodland; los códigos de barras se emplearon por primera
vez a principios de la década de 1960 para identificar material rodante ferroviario.
En las distintas industrias y aplicaciones se emplean varias «simbologías» (convenciones
de codificación) diferentes para los códigos de barras. Una de las más utilizadas es el símbo-
lo internacional de número de artículo, llamado símbolo EAN por las siglas en inglés de la
Asociación Europea para la Numeración de Artículos. Este símbolo se emplea en el comercio
abierto para identificar los productos al pasar del fabricante a los mayoristas, distribuidores
minoristas, y de ahí al cliente final.
La principal razón para la introducción de códigos de barras en un sistema de almacena-
miento, es el adelanto que supone para la identificación de los productos en stock. La dispo-
nibilidad del equipo necesitado para operar con ellos, puede justificar también el uso de estos
códigos de barras para una buena identificación de las ubicaciones.
Los códigos de barras utilizados como identificadores para las operaciones de almacenaje
tienen que ser frecuentemente leídos por aparatos manuales. Estos aparatos iluminan la eti-
queta por medio de una luz emitida por diodos y leen la luz reflejada mediante un receptor
comparador electro-óptico.
Aparte del equipo de lectura, se requerirá, además, un decodificador para interpre-
tar las lecturas en caracteres alfabéticos y números decimales y también para realizar los
chequeos.
315
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Notificación de órdenes en el almacén de farmacia, funciones del Celador en el alma-
cén de farmacia, funciones del Celador en el almacén hospitalario (Servicio de Salud
Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009).
2 Funciones del Celador de almacén, funciones del Celador en el servicio de farma-
cia, concepto de unidosis, control de existencias de un almacén, concepto de criterio
FIFO en el almacén, concepto de código de barras, concepto de rotación en un alma-
cén, concepto de inventario, concepto de albarán de entrega (Servicio Andaluz de
Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2 Repercusión de la unidosis, finalidad del almacén hospitalario, fase más importante
del suministro, funciones del Celador en el almacén hospitalario (Servicio Gallego
de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007).
2 Concepto de medicamento biológico, concepto de inventario (Servicio Gallego de
Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2 Material fungible, funciones del Celador en el almacén (Servicio Madrileño de
Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Funciones del Celador de almacén, áreas del servicio de farmacia, método de unidosis,
Dirección responsable de la actividad de suministros (Servicio Madrileño de Salud
–SERMAS–, convocatoria 2008).
2 Suministro de medicamentos, comprobación de los albaranes de entrega, prepara-
ción de alcohol en farmacia, funciones del Celador de almacén (Servicio de Salud de
las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010).
2 Finalidad de un almacén, concepto de suministro externo, trasporte de material den-
tro de la farmacia (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Concepto de inventario, funciones del Celador en el almacén de farmacia, respon-
sable de pedidos a farmacia desde planta, objetivo último de los almacenes, tras-
porte de material dentro de la farmacia, material inventariable, dispensación de al-
cohol, preparados de farmacia, material fungible, recepción de suministros, dispen-
sación de sueros, periodicidad del inventario general, tipos de almacenes (Servicio
Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Funciones del Celador en el almacén general (Agencia valenciana de Salud –A.V.S–,
convocatoria 2009).
2 Concepto de almacenaje, funciones del Celador en el almacén, finalidad del almacén,
comprobación de albaranes, norma que regula al Celador de almacén, concepto de
suministros internos (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010).
316
14
Cuidado de los animales
utilizados para
experimentación y
otros fines científicos
1. Conceptos generales
2. Condiciones generales de alojamiento y manejo
3. Identificación y registro
14
4. Los procedimientos
5. Funciones de los celadores en el animalario
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
1. Conceptos generales
A los efectos del Real Decreto 1201/2005, de 10 de octubre, sobre protección de los anima-
les utilizados para experimentación y otros fines científicos se entenderá por:
a) Animal: cualquier ser vivo vertebrado no humano, incluidas las crías de vida propia o
las formas de cría en reproducción, excluidas las formas fetales o embrionarias.
b) Animales de cría: los animales especialmente criados para su utilización en los proce-
dimientos en establecimientos aprobados o registrados por la autoridad competente.
k) Locales de alojamiento: locales donde se aloja normalmente a los animales, bien para
cría y mantenimiento, bien durante la realización de un procedimiento.
l) Persona competente: cualquier persona que, en función de su formación, se encuen-
tre capacitada legalmente, al amparo de este Real Decreto, para realizar las funciones
previstas en el Real Decreto 1201/2005.
m) Procedimiento: toda utilización de un animal para los fines establecidos que pueda
causarle dolor, sufrimiento, angustia o daño prolongados, incluida toda actuación que
de manera intencionada o casual pueda dar lugar al nacimiento de un animal en las
condiciones anteriormente mencionadas. Se considera, asimismo, procedimiento la
utilización de los animales, aun cuando se eliminen el dolor, el sufrimiento, la lesión,
la angustia o el daño prolongados, mediante el empleo de anestesia, analgesia u otros
métodos. Quedan excluidos los métodos admitidos en la práctica moderna (métodos
humanitarios) para el sacrificio y para la identificación de los animales. Se entiende
que un procedimiento comienza en el momento en que se inicia la preparación de un
animal para su utilización y termina cuando ya no se va a hacer ninguna observación
ulterior para dicho procedimiento.
n) Transportista: cualquier persona física o jurídica que proceda al transporte de ani-
males de experimentación por cuenta propia, por cuenta de un tercero o mediante la
puesta a disposición de un tercero de un medio de transporte destinado al transpor-
te de animales de experimentación, transporte que deberá tener carácter comercial y
efectuarse con fines lucrativos.
ñ) Autoridad competente: los órganos competentes de las Comunidades Autónomas y los
órganos competentes de la Administración General del Estado en sus respectivos ámbitos.
o) Métodos alternativos: aquellas técnicas o estrategias experimentales que cumplen con
el principio de las tres erres (reducción, refinamiento y reemplazo):
1. Reducción: estrategia encaminada a utilizar el mínimo número de animales necesa-
rio para alcanzar el objetivo propuesto en el procedimiento.
2. Refinamiento: incluye la mayoría de aquellos procedimientos que afectan a la vida del
animal de experimentación y permiten aliviar o reducir el posible dolor o malestar. 319
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Cobayas
b) Que se limite al mínimo imprescindible cualquier restricción que les impida satisfacer
sus necesidades fisiológicas y etológicas.
c) Que las instalaciones y las condiciones ambientales en las que se críen, mantengan,
custodien o se utilicen los animales de experimentación les garanticen un adecuado
nivel de bienestar y que ello se verifique diariamente.
d) Que se disponga de medidas, medios e instalaciones que garanticen la eliminación, en el
plazo más breve posible, de cualquier deficiencia que provoque alteraciones en el estado
de salud o bienestar de los animales, con las alarmas necesarias.
e) Que las normas de trabajo e instrucciones de uso de todos los elementos consten por escrito.
f ) Que tengan previsto por escrito un plan de actuación en caso de emergencia o
catástrofe.
g) Que se evite el acceso al interior de las instalaciones de personal no autorizado.
h) Que el bienestar y la salud de los animales sean supervisados por el personal compe-
tente, para prevenir el dolor, así como el sufrimiento, la angustia o el daño duraderos.
6. Formación específica, en caso necesario, para todo trabajo de asistencia durante los
procedimientos.
– Personal de la categoría B: personal que lleva a cabo los procedimientos. Los progra-
mas de enseñanza para esta categoría incluirán, como mínimo:
1. Conocimientos básicos apropiados sobre el mantenimiento de los animales y acer-
ca de la normativa sobre la seguridad, la administración, el transporte, la recepción
y el aprovisionamiento de animales y la eliminación de los cadáveres.
2. Conceptos básicos relativos a los aspectos éticos y normativos de los cuidados pro-
porcionados a los animales de experimentación.
3. Manipulación y principios básicos del mantenimiento de los animales:
a) Características biológicas, en particular, fisiológicas y del comportamiento, de
las especies, razas y líneas de los animales, de acuerdo con las tareas que se va-
yan a cumplir.
b) Manipulación y contención de los animales.
c) Métodos de eutanasia humanitaria de las especies afectadas.
4. Reconocimiento del estado de salud y de las enfermedades: aspectos prácticos del
seguimiento del estado de salud y de las enfermedades.
5. Implicaciones del estatus microbiológico de los animales.
6. Reconocimiento del dolor, el sufrimiento y la angustia.
7. Formación apropiada para la realización de los procedimientos. En la medida en
que sea necesario para las tareas que se vayan a realizar:
a) Apreciación de los elementos que se deben tener en cuenta desde la concep-
ción de un procedimiento, incluyendo el refinamiento, la reducción y el reem-
plazo.
b) Importancia del sistema de alojamiento y del ambiente inmediato de los anima-
les para los procedimientos.
c) Anatomía de los animales utilizados para fines experimentales.
d) Anestesia, analgesia y apreciación de la necesidad de poner fin al procedimiento
para reducir lo más posible los sufrimientos del animal.
e) Técnicas apropiadas e intervenciones quirúrgicas.
El programa de formación del personal de categoría B debe tener un importante
componente práctico, aspecto este último que se llevará a cabo bajo la supervisión
de una persona con amplia experiencia en los aspectos estudiados.
– Personal de la categoría C: personal responsable para dirigir o diseñar los procedi-
mientos. Se considerará que los científicos responsables del diseño y de la dirección de
procedimientos son competentes cuando:
1. Sean titulados superiores con nivel equivalente a una licenciatura en una disciplina
como la Biología (animal), la Medicina, la Veterinaria u otra disciplina con formación
adecuada en zoología, anatomía y fisiología.
322
CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\
Los Celadores con titulación homologada con los programas de formación propuestos
pueden pertenecer a las categorías A y B.
– Personal asesor:
Los centros dispondrán de personal especialista en bienestar animal y en salud animal.
El responsable de la salud de los animales será un veterinario con formación comple-
mentaria especializada en animales de experimentación.
Las siguientes funciones podrán ser asumidas tanto por el responsable en salud animal
como por el responsable en bienestar animal:
a) Supervisar las instalaciones, el bienestar, el manejo y el cuidado de los animales, con
el fin de detectar cualquier deficiencia existente.
b) Si decide al final de un procedimiento que el animal no se sacrifica, supervisar que
reciba los cuidados adecuados a su estado de salud bajo control de un especialista
en salud animal.
c) En general, de todas las tareas de asesoramiento en materia de bienestar animal,
con el fin de prevenir en todo momento el dolor, el sufrimiento, la angustia o daños
perdurables a los animales.
– Las instalaciones que formen parte de un edificio mayor se protegerán mediante nor-
mas de construcción y disposiciones que limiten el número de accesos e impidan la
circulación de personas no autorizadas.
Locales de alojamiento
– Se tomarán todas las medidas necesarias para garantizar la limpieza regular y eficaz de
los locales, así como el mantenimiento de un nivel higiénico satisfactorio. Los techos
y paredes serán resistentes, con superficies lisas, impermeables y fácilmente lavables.
Se prestará especial atención a las juntas con puertas, conductos, tubos y cables. Las
puertas y ventanas, en su caso, estarán construidas o protegidas de forma que eviten el
acceso de animales ajenos al establecimiento. Los suelos serán lisos, impermeables, no
deslizantes y fácilmente lavables y soportarán el peso de las estanterías u otros mate-
riales pesados. En el caso de que haya sumideros, estarán cubiertos adecuadamente y
dispondrán de una barrera que evite el acceso de animales ajenos al centro.
– Las zonas donde los animales se mueven libremente tendrán paredes y suelos con un
revestimiento especialmente resistente para soportar el gran desgaste causado por és-
tos y las operaciones de limpieza. Dicho material no será perjudicial para la salud de los
animales ni que pueda causar heridas a estos. En esas zonas son aconsejables los sumi-
deros. Los equipos y accesorios deberán protegerse, especialmente para evitar que los
animales los estropeen o se hieran con ellos.
– Los locales destinados al alojamiento de animales de experimentación de granja (vacu-
no, ovino, caprino, porcino, equino, aves de corral, etc.) cumplirán la normativa vigente
referente a los animales de granja.
326
CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\
2.2.3. Enjaulado
– Las jaulas y cercados deben ser de materiales no perjudiciales para la salud de los
animales.
– Se proyectarán de forma que los animales no puedan lesionarse y, a menos que sean
desechables, de material resistente a la limpieza y la descontaminación.
– Los suelos de jaulas y cercados serán apropiados a la especie y edad de los animales y
se proyectarán de forma que facilite la eliminación de los excrementos.
Ratón 180 12
Rata 350 14
Cobaya 600 18
Conejo 1 kg 1.400 30
Conejo 2 kg 2.000 30
Conejo 3 kg 2.500 35
Conejo 4 kg 3.000 40
Conejo 5 kg 3.600 40
NOTA: por «altura de la jaula» se entenderá la distancia vertical entre el suelo de la jaula y la parte
horizontal superior de la tapa o de la jaula.
328
CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\
Especie Días
Ratón 5-15
Rata 5-15
Jerbo 5-15
329
.../...
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
.../...
Cobaya 5-15
Conejo 20-30
Gato 20-30
Perro 20-30
D) Alimentación
La elaboración de alimentos se atendrá a la normativa vigente. Los comederos, bebederos
y demás utensilios utilizados para la alimentación se limpiarán de forma regular y, en su caso,
se esterilizarán. Si se utilizan alimentos húmedos o que se contaminen fácilmente con agua,
orina, etc., será necesaria su limpieza diaria.
Aunque el proceso de distribución de comida puede variar según la especie, debe realizar-
se de forma que satisfaga las necesidades fisiológicas del animal. Todos los animales podrán
acceder al alimento.
E) Agua
Todos los animales dispondrán siempre de agua potable no contaminada. Los biberones
serán de material transparente para permitir el control de su contenido. Conviene que sean
de boca ancha para facilitar su limpieza y, si se utiliza material plástico, no liberarán sustancias
solubles. Tapas, tapones y tubos serán esterilizables y de fácil limpieza. Los biberones y acce-
sorios serán desmontables y se limpiarán y esterilizarán a intervalos regulares.
Los sistemas automáticos de bebida se controlarán, revisarán y limpiarán regularmente
para evitar accidentes y la propagación de infecciones. Si se utilizan jaulas de suelo liso, con-
viene tomar medidas a fin de reducir el riesgo de inundaciones. También es necesario el con-
trol bacteriológico periódico del sistema para garantizar la calidad del agua.
El agua procedente de la red pública contiene microorganismos que generalmente se con-
sideran inocuos, a menos que se trabaje con animales de definición microbiológica. En estos
casos habría que tratar el agua. El agua de suministro público suele estar clorada para reducir
el crecimiento de microorganismos. Dicha cloración no siempre basta para impedir el cre-
cimiento de algunos gérmenes patógenos potenciales, como, por ejemplo, las Pseudomonas
spp. Como medida complementaria, cabe elevar el nivel de cloro del agua o acidificarla para
conseguir el efecto deseado.
En los peces, anfibios y reptiles la tolerancia a la acidez, al cloro y a muchas otras sustancias
químicas varía ampliamente según las especies. Por lo tanto, es necesario tomar las medidas
necesarias para adaptar el suministro de agua de los acuarios y viveros a las necesidades y
límites de tolerancia de cada especie.
F) Cama
La cama será absorbente, sin polvo, no tóxica y libre de agentes infecciosos, parásitos o
cualquier otra forma de contaminación. Se pondrá especial cuidado en evitar la utilización de
serrín u otro material de cama derivado de madera tratada químicamente.
330
CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\
G) Ejercicio y manipulación
– Se aprovechará cualquier oportunidad para que los animales hagan ejercicio.
– El comportamiento de un animal durante un procedimiento depende en gran medi-
da de su confianza en las personas que lo van a desarrollar. Se recomienda mantener
contactos frecuentes para que los animales se acostumbren a la presencia y actividad
humana.
H) Limpieza
– La calidad de una instalación depende en gran medida de una buena higiene. Se darán
instrucciones claras para cambiar la cama de las jaulas y cercados.
– Se establecerá un programa adecuado para la limpieza, el lavado, la descontaminación
y, cuando sea necesario, la esterilización de las jaulas, accesorios, biberones y cualquier
otro material. También conviene mantener un alto grado de limpieza y orden en los
locales de alojamiento, lavado y almacenamiento.
– El material que recubre el suelo de las jaulas, cercados y corrales se renovará periódi-
camente para evitar que se conviertan en un foco de infección o de infestación por
parásitos.
I) Sacrificio con métodos humanitarios de los animales
– Todo método humano de sacrificio de los animales exige conocimientos que sólo pue-
den adquirirse mediante una formación adecuada.
– No debe permitirse la eliminación de los cadáveres antes de que sobrevenga el rigor
mortis.
3. Identificación y registro
El método de identificación estará concebido de manera que no se pueda falsificar, que
sea inviolable, fácilmente legible a lo largo de toda la vida del animal, que no pueda volver a
utilizarse y no afecte a su bienestar.
Concretamente, los perros, gatos y primates no humanos deberán ser identificados indi-
vidualmente, preferiblemente antes de su destete, con un sistema permanente realizado de
forma que se les cause el menor dolor posible. Cuando un perro, gato o primate no humano
sea trasladado de un centro o establecimiento a otro antes de su destete y no sea posible
identificarlo previamente, el centro o establecimiento receptor conservará un registro docu-
mental completo, en particular, de los datos de la madre, y se procederá a su identificación lo
más pronto posible.
Cuando el sistema de identificación utilizado pueda producir dolor al animal, se le propor-
cionará la anestesia o analgesia adecuada.
Todas las jaulas o sistemas de confinamiento de animales deberán estar etiquetados y en la
etiqueta se consignarán los datos de identificación de los animales allí alojados.
En los centros usuarios, esta etiqueta debe, además, en su caso, permitir su relación con el
procedimiento en el que el animal esté siendo utilizado.
331
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Los centros deben llevar un libro de registro aprobado por la autoridad competente. La
autoridad competente determinará el formato de dicho libro de registro, que podrá ser lleva-
do de forma manual o informatizada. El libro de registro debe encontrarse permanentemente
en el centro y a disposición de la autoridad competente. El centro deberá conservar este libro
de registro durante, al menos, 3 años a partir de la fecha de la última inscripción.
4. Los procedimientos
No deberá realizarse un procedimiento, si se dispone de otro método científicamente satis-
factorio y contrastado, que permita obtener el resultado perseguido sin implicar la utilización de
animales, excepto cuando la normativa de aplicación lo requiera.
Los procedimientos deberán realizarse de forma que eviten la angustia y el dolor o el sufri-
miento innecesario a los animales de experimentación.
Para evitar duplicaciones innecesarias de procedimientos que tengan como fin cumplir las
disposiciones de las legislaciones nacionales o comunitarias en materia de salud y seguridad, las
autoridades competentes deberán reconocer, en la medida de lo posible, la validez de los datos
obtenidos mediante los procedimientos llevados a cabo en el territorio comunitario, a no ser
que alguna prueba posterior sea necesaria para la protección de la salud pública y la seguridad.
Las autoridades competentes deben fomentar la investigación sobre el desarrollo y la con-
firmación de técnicas alternativas que puedan aportar el mismo nivel de información que el
obtenido en procedimientos con animales, que supongan el uso de menos animales o que
impliquen procedimientos menos dolorosos.
Ante la elección entre diversos procedimientos, se seleccionará aquel que permita obtener
los resultados más satisfactorios y que:
a) Utilice el menor número de animales.
b) Se realice en animales pertenecientes a especies cuya elec-
ción haya sido cuidadosamente valorada y cuyo grado de
sensibilidad neurofisiológica sea el menor posible.
c) Cause el menor dolor, sufrimiento, angustia o lesión a los
animales.
Los procedimientos sólo podrán ser realizados por personas
competentes o bajo la responsabilidad directa de ellas, o cuando se
autoricen con arreglo a las disposiciones de la Normativa Nacional.
Quedan prohibidos los procedimientos:
– En los que se utilicen los animales considerados en peligro
Están prohibidos los
de extinción a menos que se ajusten a la normativa y que procedimientos que utilicen
los objetivos del procedimiento sean la investigación ten- los animales considerados en
dente a la protección de las especies de que se trate o fines peligro de extinción, salvo que
los objetivos del procedimiento
biomédicos esenciales, cuando se compruebe que tales es- sean la investigación tendente a
pecies son excepcionalmente las únicas adecuadas para ta- la protección de las especies
les fines, y previa autorización de la autoridad competente.
332
CAPÍTULO 14. CUIDADO DE LOS ANIMALES UTILIZADOS PARA EXPERIMENTACIÓN Y OTROS FINES CIENTÍFICOS [[[[\
En cualquier caso, y siempre que se prevea que el animal puede sufrir un dolor grave o pro-
longado, será necesaria la autorización previa del procedimiento por la autoridad competente.
En ningún caso podrá utilizarse un animal más de una vez en procedimientos que conlle-
ven dolor intenso, angustia o sufrimiento equivalente.
5.1. Cuidados
Como cuidadores se encargarán del adecuado manejo de cada uno de los animales según
sus características.
5.2. Alimentación
– Los Celadores suministrarán al animal los alimentos que precise, en las cantidades
adecuadas a sus características y necesidades. La ración suministrada ha de ser sa-
brosa, económica y bien equilibrada. Una vez mezclado el alimento, este será ad-
ministrado al animal por varios sistemas: cilindros, comprimidos (pellet), gránulos,
galletas, etc.
5.3. Limpieza
² /RV&HODGRUHVGHEHUiQODYDUODVFXEHWDV\MDXODVGHORVDQLPDOHVFRQODSHULRGL
FLGDGQHFHVDULDVHJ~QODVFDUDFWHUtVWLFDVVDQLWDULDVGHFDGDDQLPDO
² 7DPELpQUHQRYDUiQ\OLPSLDUiQORVOHFKRVFRPHGHURV\EHEHGHURVGHODVMDXODV
VHJ~QODSHULRGLFLGDGLQGLFDGD
² 5HWLUDUiQHQWRGRPRPHQWRORVHOHPHQWRVTXHSURYRTXHQPDORVRORUHVRFRQ
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² $VHDUiQDORVDQLPDOHVDQWHV\GHVSXpVGHVHUVRPHWLGRVDODVSUXHEDV
/RV&HODGRUHVDGVFULWRVDO$QLPDODULRWLHQHQUHFRQRFLGRDHIHFWRVUHWULEXWLYRVXQ
FRPSOHPHQWRHVSHFtILFRGLIHUHQFLDGRUHVSHFWRGHORVGHPiV&HODGRUHV
335
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Responsable del aseo de los animales en experimentación (Servicio de Salud de
Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008).
2 Categorías del personal competente para trabajar en los centros de experimentación
con animales, periodo de cuarentena de los conejos, renovación del aire de los loca-
les de alojamiento, altura mínima de las jaulas para ratas (Servicio Gallego de Salud
–SERGAS–, convocatoria 2007).
2 Funciones de los Celadores destinados en el animalario, alimentación de los animales
(Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2006).
2 Condiciones ambientales del animalario, funciones de los Celadores destinados en el
animalario (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008).
2 Funciones de los Celadores destinados en el animalario, renovación del aire de los
locales de alojamiento, concepto de animales de experimentación (Servicio Vasco
de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Funciones de los Celadores destinados en el animalario (Servicio Extremeño de
Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Funciones de los Celadores destinados en el animalario, responsable del aseo de los
animales en experimentación (Agencia valenciana de Salud –AVS–, convocatoria
2009).
2Funciones de los Celadores con los animales de experimentación (2) (Servicio de
Salud de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).
336
15
Actuación en la Unidad
de Cuidados Intensivos
(UCI/UVI)
15
Por todo ello, se puede definir como un área específica del hospital en la que, de una mane-
ra adecuada, se puede monitorizar, realizar los procedimientos diagnósticos, ayudar de forma
controlada al mantenimiento de las funciones vitales, y administrar el tratamiento definitivo
a aquellos pacientes cuya vida se encuentra en peligro a causa de enfermedades potencial-
mente reversibles.
UCI/UVI
UCI/UVI neonatal
± Cirugía general.
± Politraumatizados.
Son salas muy especializadas donde existen gran cantidad de aparatos, muchos de los
cuales no se encuentran en otros servicios del hospital, entre los que se pueden citar: desfi-
briladores, caudalímetros, respiradores automáticos, aparatos de radiología portátil, autoa-
nalizadores, bombas de infusión de medicamentos y sueroterapia, monitores de frecuencia
cardíaca, marcapasos, etc.
Los tipos de pacientes que nos podemos encontrar en
estas unidades son: pacientes con infartos, con arritmias
inestables, pancreatitis, shock séptico, trasplantados he-
páticos, pacientes sometidos a cirugía cardiovascular, re-
cién nacidos con patologías varias que entrañen riesgo
vital, traumatismos craneoencefálicos, tetrapléjicos, etc.
340
CAPÍTULO 15. ACTUACIÓN EN LA UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS (UCI/UVI) [[[[\
Es importante que cuando abandonen la UCI para algún traslado de personas y objetos
dejen la bata dentro de la UCI para ponérsela cuando regresen o bien utilicen una nueva al
entrar otra vez.
Otras de sus funciones es controlar la entrada de visitas
así como su salida y que los visitantes estén debidamente
autorizados. Asimismo, cuidarán de que durante los ho-
rarios de visita de familiares a pacientes (en las Unidades
de Cuidados Intensivos no se permite la permanencia de
ningún familiar acompañando al enfermo) estos vistan
correctamente las batas, gorros y calzas para acceder a la
unidad, número de visitantes por paciente, etc.
La visita de familiares se ajustará al horario establecido
en la Unidad, generalmente coincidiendo en las comidas
y cenas o después de las mismas, por tanto vigilarán que
se cumplan las debidas normas higiénicas e impidiendo a
los mismos el acceso fuera del horario establecido, orien-
tándolos hacia dichas bandas horarias.
Proveerán que el material limpio (gorros, batas, calzas
y mascarillas si fuesen necesarias) no falte en la habita-
ción habilitada, para que los familiares de pacientes in- Grúa para movilización de
gresados en UCI puedan proveerse de las mismas. pacientes
En los supuestos de traslado del paciente de UCI a servicios de diagnóstico (TAC, Ecografía,
etc.), el Celador que acompañe al mismo permanecerá constantemente junto al equipo de
dicho traslado hasta la finalización del mismo.
– Infección nosocomial.
– Problemas nutricionales.
– Dolor.
– Problemas psicológicos.
– Alteración de los patrones de sueño.
– Problemas en el autocuidado.
2.1.2. Hipervolemia
– Restringir los líquidos y el sodio.
– Valorar la presencia de edema periférico, sistémico o pulmonar.
– Pesar al paciente. En una hipervolemia suele aparecer un aumento agudo de peso.
343
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Para evitar la aparición de infección nosocomial en estas Unidades se llevan a cabo una
serie de técnicas y cuidados:
– Cada vez que se abandone la UCI para traslado de pacientes se debe desechar la bata
(o en su defecto dejarla dentro para que cuando vuelva la utilice otra vez), desechar
papis, gorro, guantes, etc.
– Si existe posibilidad de que los líquidos orgánicos del paciente pueden salpicar al per-
sonal, se utilizarán gafas protectoras y mascarilla.
– Ayudar al paciente a mantener una buena alineación corporal y a realizar cambios fre-
cuentes de postura, ya que esto ayuda a prevenir contracturas y espasmos musculares.
– Facilitar al paciente medidas de distracción como son revistas, periódicos, radio, etc.
– Pedir al paciente que nos avise cuando aparezca el dolor.
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Concepto de Unidad de Vigilancia Intensiva y Unidad de Cuidados Intensivos
(Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM– convocatoria 2008).
2 Traslados de pacientes a la UCI (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria
2009).
2 Movilización de pacientes graves (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convoca-
toria 2007).
2 Colocación de las camas en UCI, frecuencia de visitas en la UCI, manejo del portátil en
UCI, horario de visitas (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2 Funciones de los Celadores en la UCI (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, con-
vocatoria 2008).
2 Indicaciones de trabajo dentro de la UCI, movilización de pacientes graves (Servicio
de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010).
2 Realización de la cama de los enfermos graves, sujeción de pacientes (Servicio Vasco
de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Traslado de aparato de Rx, indumentaria del Celador, manejo del aparato de Rx, tipos
de pacientes atendidos en las UCI, cambios posturales, funciones de los Celadores en
la UCI, movilización de pacientes graves, traslado de enfermos desde la UCI (Servicio
Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Ayuda al facultativo en la movilización de pacientes (Servicio Aragonés de Salud
–SALUD– convocatoria 2010).
2Funciones de ayuda de los Celadores a las enfermeras en la U.V.I. (Servicio de Salud
de Castilla la Mancha –SESCAM-convocatoria 2010).
346
16
Actuación del Celador
en relación con el
enfermo terminal
Principios básicos
El confort y la calidad de vida de los enfermos terminales deben ser alcanzados utilizando
de forma correcta los instrumentos básicos de los que disponen los cuidados paliativos:
1. Control de síntomas. Es necesario saber reconocerlos, evaluarlos y tratarlos de la for-
ma más adecuada. Mientras algunos podrán ser controlados, como por ejemplo el do-
lor, otros deberán ser asumidos por el paciente, de modo que sea capaz de adaptarse a
ellos, por ejemplo la debilidad.
2. Apoyo emocional y comunicación con el
enfermo, la familia y el equipo terapéutico.
3. Cambios en la organización que permitan
el mejor desempeño del equipo de profesio-
nales encargados del cuidado del enfermo, y
que a su vez, faciliten la adaptación a los ob-
jetivos cambiantes en la fase terminal.
348
CAPÍTULO 16. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO TERMINAL [[[[\
4. Equipo interdisciplinar. Este equipo estará formado por distintos profesionales, cada
uno de los cuales darán su propia visión a las diferentes necesidades que demanden el
enfermo y/o su familia en esta etapa de la enfermedad.
5. La asistencia debe ser realizada según unos principios básicos que resulten aceptables
de modo universal, sea cual sea la referencia cultural, moral o ética de cada individuo.
– Derecho a ser tratados con la mayor dignidad y a ver su dolor aliviado y su sufrimiento
reducido de la mejor forma posible.
* El paciente puede nombrar a otra persona para ejercer este derecho en el caso de
ser él mismo incapaz. Podrá anular su declaración en cualquier momento.
* Los pacientes que rechazan el tratamiento tienen pleno derecho al alivio de su do-
lor y a la atenuación del sufrimiento.
2. Saber escuchar
Cuidados a administrar
El apoyo a la familia del paciente terminal incluye la realización de una serie de cuidados,
como son:
– Facilitar por parte del médico a la familia la mayor cantidad de información posible
sobre el estado del paciente. Proporcionar información sobre lo que ha ocurrido, lo que
está ocurriendo y, según los casos, lo que se espera que suceda. La falta de información
y la no participación en los cuidados por parte de la familia hace que ésta genere mie-
dos y ansiedades.
– El personal de enfermería explicará a todos los miembros de la familia que es benefi-
cioso para el paciente la participación de ellos en los cuidados. Repartir el trabajo entre
todos para que no existan sobrecargas.
– Si existe un familiar al cual el enfermo no desea ver o experimenta sentimientos nega-
tivos hacia él, debemos evitar en la medida de lo posible que visite al paciente.
– Estimular a la familia a que pase el mayor tiempo posible con el paciente, ya que la
presencia de seres queridos hace que se sienta más tranquilo y además se favorece la
interrelación paciente-familia.
– Aconsejar a la familia que exprese sus sentimientos y hable sobre la persona perdida.
– Facilitar a la familia un ambiente tranquilo y agradable para que puedan desahogarse
hablando sobre sus temores y esperanzas para el futuro.
– Proporcionar a la familia apoyos religiosos y consejos espirituales, poniéndola en con-
tacto con el sacerdote.
– Informar a la familia de la existencia de grupos de apoyo que pueden ser de gran ayuda. 353
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
5.3. Negociación
Esta fase no siempre es detectable, suele asociarse de forma alternante, con los periodos
de rebeldía y depresión. El enfermo trata de negociar la situación que lo amenaza con la ex-
pectativa próxima de muerte, lanzándose a conseguir, a pactar con cualquier medio una solu-
ción desesperada que le permita un indulto o el cambio de su destino. En la práctica ésta ne-
gociación se puede llevar directamente con la divinidad o bien para obtener la mejor atención
posible a través de nuevos tratamientos, intervención quirúrgica, etc.
5.4. Depresión
A medida que el paciente toma conciencia gradual de que va a morir y no puede hacer
nada para evitarlo, aparece un estado de depresión. A menudo, un factor externo que com-
plica las cosas, es el hecho de reconocer que los últimos días en el hospital contribuirán a las
dificultades económicas de la familia, lo que aumenta el estado depresivo del enfermo.
La Dra. Kübler-Ross identifica dos periodos de depresión:
– El primero lo denomina depresión reactiva. Durante esta etapa el paciente se concen-
tra en cosas del pasado que ha perdido. Se preocupa por su familia, cómo se las arreglará
sin él, quién lo reemplazará, etc.
En estos momentos es probable que el enfermo exprese verbalmente sus sentimien-
tos, y el personal sanitario puede ayudarlo convirtiéndose en un atento interlocutor.
También puede solicitar los servicios de una trabajadora social para tomar medidas
prácticas de ayuda, como lograr que alguien preste atención a los hijos pequeños, etc.
355
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Aun cuando el paciente no manifieste deseos de comunicarse, conviene que el personal sani-
tario pase algunos momentos a su lado, aunque no le hable, sobre todo al terminar el día. Este sim-
ple acto le demostrará que existe preocupación por él y que no se le ha abandonado a su suerte.
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Etapas de aceptación de la muerte (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, con-
vocatoria 2009).
2 Últimas voluntades del enfermo terminal (Agencia valenciana de Salud –AVS–,
convocatoria 2009).
356
17
Actuación del Celador
en relación con el
enfermo contagioso
3. Barreras higiénicas
4. Aislamiento hospitalario
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
358
CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\
Existen una serie de factores epidemiológicos secundarios, que modifican los elementos de la ca-
dena epidemiológica (sexo, edad, clima, hábitos de la población, condiciones socioeconómicas, etc.).
1.3.1. Reservorio
Es todo ser animado o inanimado, en los que el agente etiológico se reproduce y se per-
petúa en un ambiente natural (vive y se desarrolla), del que depende para su supervivencia. Si
se hace referencia al suelo, se habla de reservorio adicional o de depósito. Cuando el agente
pasa desde el reservorio al hombre susceptible, éste (reservorio) actúa como fuente, por lo
que pueden ser o no coincidentes. Otras veces es necesario un ciclo intermedio en animales
domésticos, roedores o parásitos (garrapatas, etc.). Los agentes pueden transmitirse desde
otro ser humano, animal o del medio ambiente.
Reservorio animal
Son enfermedades transmisibles que el hombre adquiere des-
de un animal (zoonosis), excluyéndose las agresiones y las toxinas.
Se incluyen las infecciones y las infestaciones. En la transmisión se
pueden implicar uno o más huéspedes intermediarios. Sus carac-
terísticas son:
a) En la mayoría de los casos la transmisión se termina en el
hombre, no se transmite a otros hombres.
b) Los casos son esporádicos o agrupados en pequeños bro-
tes, pero algunas zoonosis producen epidemias (fiebre Q).
Transmisión directa
Se produce el paso de la enfermedad desde la fuente de infección al sujeto sano sus-
ceptible, sin intermediarios. Suele producirse por microorganismo con poca resistencia al
medio externo (enfermedad de transmisión sexual, gérmenes piógenos, etc.), por lo que
ocurre en un período muy corto de tiempo, en el que los gérmenes apenas experimentan
modificaciones.
Tipos de transmisión directa:
1. Por contacto:
– Transmisión sexual: enfermedades de transmisión sexual como la sífilis, sida, candi-
diasis, gonorrea, etc.
– Transmisión por mucosas: mononucleosis infecciosa, difteria.
– Transmisión por las manos: impétigo, erisipela. Contaminación por heces, orina,
mucosas nasales (salmonella, coli, shigella, pseudomona, acinetobacter). En uñas,
huevos y quistes de protozoos (oxiuros, toxoplasma). Toxiinfecciones alimentarias.
– Transmisión intrapartum: oftalmía neonatorum.
2. Por mordeduras: rabia.
3. Transplacentaria.
4. Arañazo.
5. Transmisión aérea: se caracteriza por no existir contacto directo, pero sí requiere
una distancia mínima, que clásicamente se define como 1 metro (sobre todo si
son agentes de escasa resistencia), salvo en los agentes que se transmiten por el
polvo que no requieren esta cercanía. Se transmite por gotitas de Flügger y gotas
de Wells, ambas se transmiten al hablar, toser, estornudar. Es la vía de transmisión
más frecuente.
Transmisión indirecta
El contagio se produce con separación en el tiempo y el espacio entre la fuente y el hués-
ped y actúa a través de seres animados (animales o artrópodos) o inanimados (alimentos,
agua, fomites). Se suele relacionar con condiciones higiénicas deficientes.
Hay que diferenciar un mecanismo de transmisión homólogo (cólera) y otro heterólogo
con dos (brucelosis) o tres eslabones (peste).
Mecanismos de transmisión indirecta:
a) Por el aire.
b) Por vehículos de transmisión; agua, alimentos, fomites, etc.
c) Desde el suelo: necesita agentes resistentes como son los esporulados (tétanos, gan-
grena gaseosa, botulismo), existiendo ciertos parásitos que precisan pasar por el suelo
para completar su ciclo (áscaris, anquilostomas, etc.).
d) Baños (leptospirosis), aerosoles.
363
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
2. Infección nosocomial
La historia de las infecciones nosocomiales (hospitalarias) es tan antigua como la del hos-
pital; existen infecciones hospitalarias desde el momento en que se agrupan los enfermos
para su cuidado. Las infecciones nosocomiales son un importante problema de Salud Pública
ya que producen una morbilidad y mortalidad destacadas, dando lugar a elevados costes so-
ciales y económicos. Se estima que en nuestro medio, del 6 al 10% (prevalencia media del
7,10% en España en el año 2010) de los enfermos ingresados en un hospital de agudos ad-
quieren una infección nosocomial. La estimación de la mortalidad podría situar el problema
dentro de las diez primeras causas de muerte, lo que ha hecho que el conocimiento de las
364 tasas de infección se considere necesario para las estadísticas vitales.
CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\
Por lo que respecta a los costes, la prolongación de las estancias se ha estimado en 5-7 días,
lo que, unido a los costes indirectos, permite intuir la magnitud real del problema.
A raíz de los estudios publicados del proyecto EPINE en el año 2002, las enfermedades respi-
ratorias (neumonías, vías respiratorias bajas, tuberculosis, etc.) desbancaron por primera vez a las
infecciones urinarias consideradas como la infección nosocomial más frecuente. En el último infor-
me publicado perteneciente al año 2009-2010 las infecciones urinarias retornan el primer lugar.
Respiratorias 20,93%
Quirúrgicas 20,16%
Bacteriemias 14,02%
Resto 20,73%
La frecuencia de las infecciones nosocomiales varían de un hospital a otro, siendo los hos-
pitales universitarios y aquellos con mayor número de camas los que presentan más frecuen-
cia. Con respecto a las unidades de hospitalización la Unidad de Cuidados Intensivos es la que
ostenta mayor prevalencia.
Cirugía Limpia 1 al 5%
Cirugía Limpia-contaminada 5-15%
Cirugía Contaminada 15-30%
Cirugía Sucia 40 al 60%
2.2.4. Bacteriemias
La mayoría son secundarias a un foco infeccioso de otra localización, principalmente del
tracto urinario, neumonía o herida quirúrgica.
La bacteriemias primarias están en relación con la instrumentalización intravascular y, aun-
que no se han descrito brotes debidos a la contaminación de líquidos de perfusión, son los
catéteres intravenosos la principal fuente de patógenos.
3. Grado III, eficacia dudosa o desconocida: desinfección del suelo, paredes y pilas, luz
ultravioleta, nebulizadores, flujo laminar, quimioprofilaxis en cirugía limpia, control ru-
tinario bacteriológico del ambiente, filtros intravenosos terminales y medios de barrera
(calzas, batas, mascarilla), y de forma sistemática en todos los familiares de pacientes de
UCI o reanimación.
3. Barreras higiénicas
Constituyen junto con la vacunación (inmuniza-
ción activa), normas de higiene personal, cuidado
con los objetos cortante y esterilización y desinfec-
ción, las denominadas “precauciones universales”.
Estas barreras físicas van desde el lavado de manos como la principal barrera hasta el uso
de prendas de aislamiento como las mascarillas, bata, guantes, etc. Otras barreras serían las
de tipo químico donde se incluyen los desinfectantes y los antisépticos.
También existen barreras estructurales como son los box de aislamiento, los círculos de
aire de presión positivo o negativo (según se pretenda que no entre aire del exterior o salga
del interior), filtros de los dispositivos de ventilación y aire acondicionado.
La propia anatomía de la persona está preparada para evitar la penetración de microorga-
nismos basándose en estructuras de barrera como es la piel, saliva, moco digestivo, cerumen,
cilios y vellosidades nasales, etc.
369
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
4. Aislamiento hospitalario
4.1. Introducción
Se conoce como aislamiento hospitalario, al conjunto de normas que hay que tomar en
el hospital para evitar la propagación de las enfermedades infecciosas dentro de las distintas
estancias y servicios hospitalarios.
Mediante el aislamiento se pretende evitar la propagación de microorganismos entre los
pacientes, interrumpiendo la cadena epidemiológica en la vía de transmisión sobre todo.
Cabe señalar que en muchas ocasiones es difícil conseguir el aislamiento completo, pero
cuando a la propagación de los gérmenes se le ponen barreras es siempre más difícil que la
infección y/o enfermedad infecciosa se extienda.
370
CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\
* Neumonía estafilocócica.
* Rubéola congénita.
* Herpes simple neonatal.
– Material contaminante en el aislamiento estricto:
* Secreciones rinofaríngeas o bronquiales.
* Exudados cutáneos.
* Gotas de saliva.
Material contaminante
– Secreciones respiratorias.
– Gotas de Flügge (saliva en forma de aerosol).
Normas de aislamiento
– Habitación: individual (mantener la puerta cerrada).
– Bata: no es necesaria.
– Mascarilla: debe usarla toda persona que entre en la habitación. Si se permanece más
de 10 minutos dentro debe usarse una mascarilla tipo quirúrgico (alta resolución).
– Manos: siempre se deben lavar al salir de la habitación.
– Guantes: no son necesarios. Sólo deben usarse si se manipulan pañuelos u otros obje-
tos contaminados por secreciones respiratorias.
– Pañuelos y sondas de aspiración: deben ser desechables. Envolverlos en material imper-
meable antes de tirarlos. 373
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Sondas de aspiración
– Otros artículos: no suelen precisar cuidados especiales salvo que estén contaminados
por secreciones respiratorias en cuyo caso deben ser desinfectados.
– Traslados: si el paciente sale de la habitación debe hacerlo con mascarilla.
– Visitas: solamente los familiares más próximos. Usarán mascarilla tipo quirúrgico.
Aislamiento contra tuberculosis
Aislamiento contra bacilos acidorresistentes, categoría de personas con tuberculosis pul-
monar TBC, con frotis de esputo o radiografía torácica positivos que sugieren TBC activa.
Especificaciones
a) Es necesario una habitación privada con ventilación especial. La puerta debe mantener-
se cerrada. El enfermo puede compartir con otro paciente que tenga igual diagnóstico.
b) Están indicadas las mascarillas si el paciente tose y no se cubre la boca.
c) Están indicadas las batas para prevenir la contaminación burda de la ropa.
d) No están indicados los guantes.
e) Lavado de manos (igual que en el aislamiento estricto).
f ) Los artículos rara vez participan en la transmisión de la tuberculosis, sin embargo, los
que estén contaminados deben limpiarse y desinfectarse a conciencia o desecharse.
Material contaminante
– Productos de excreción: heces.
– Vómitos.
Normas de aislamiento
– Habitación: es aconsejable que sea individual.
– Bata: es necesaria si se va a tener contacto con el pa-
ciente (hacer la cama, movilizar al enfermo, poner la
cuña).
– Mascarilla: no es necesaria.
– Manos: lavado con un jabón antiséptico al salir de la
habitación.
– Guantes: son necesarios si se va a tener contacto di- Recipientes rígidos donde se
recto con el enfermo y se van a manipular objetos o desechan las agujas utilizadas
enseres contaminados.
– Cuñas y orinales: serán de uso exclusivo mientras dure el aislamiento. Una vez finalizado
deberán ser desinfectados con lejía.
– Agujas y hojas de bisturí: hay que introducirlas en recipientes rígidos para ser desechadas.
– Otros artículos: no es preciso tomar precauciones especiales, salvo si están contamina-
dos por heces, orina, sangre o contenido gastrointestinal.
– Traslados: avisar del riesgo, especialmente si hay incontinencia.
– Visitas: advertirles de que no presten al paciente servicios especiales (poner la cuña,
orinal, etc.)
– Limpieza de la habitación: no es necesario tomar precauciones especiales, salvo si
se mancha el suelo con heces, sangre, orina, etc., en cuyo caso hay que realizar
la desinfección con lejía durante 5 minutos y limpiar después según el sistema
habitual.
Material contaminante
– Exudado de las heridas.
– Secreciones vaginales en las sepsis puerperales.
Normas de aislamiento
– Habitación: es aconsejable que sea individual.
– Bata: es necesario su uso por toda persona que tenga contacto directo con el paciente.
– Mascarilla: sólo cuando se haga una cura.
– Manos: hacer un lavado riguroso con ja-
bón antiséptico al entrar y al salir de la
habitación.
– Guantes: cuando se manipula o realizan
curas de las heridas.
– Ropa de la cama: no sacudir nunca las sá-
banas y manipular la ropa manchada de
exudados de heridas con cuidado y guan-
tes. Es necesario proteger el colchón con
hule impermeable para evitar que sea
manchado y contaminado.
– Otros artículos: no es necesario tomar me-
didas especiales.
– Traslados: para cualquier traslado, las le-
siones (quemaduras, heridas, etc.) deben
cubrirse con apósitos limpios, envolver la
zona en paños estériles y avisar al nuevo
servicio del riesgo de infección.
– Visitas: no es necesario tomar precauciones especiales, salvo advertir de que no mani-
pulen ni toquen los apósitos o las lesiones descubiertas.
– Limpieza de la habitación: tampoco se precisan precauciones especiales, salvo si se
mancha el suelo o paredes con material contaminado en cuyo caso debe procederse
376 como en el caso anterior.
CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\
Pacientes inmunodeprimidos:
– Aplasia medular.
– Agranulocitosis. Mientras dure la inmunosupresión
– Tratamiento con citostáticos.
– Tratamiento con inmunosupresores.
Normas de aislamiento
– Habitación: precisa habitación individual.
– Bata: siempre debe hacerse uso de la bata limpia para entrar en la habitación del pa-
ciente y debe ser estéril para realizar cualquier tipo de cura, maniobra o contacto.
– Mascarilla: obligatorio su uso.
– Lavado de manos: obligatorio al entrar y salir de la habitación.
– Guantes: deben usarse siempre que se tenga contacto directo con el paciente.
– Cuñas y orinales: deben estar desinfectadas y ser de uso exclusivo.
– Tensiómetro: destinarlo para uso exclusivo mientras dura el aislamiento.
– Termómetro: de uso exclusivo. Desinfectarlo después de cada uso introduciéndolo en alcohol.
– Traslados: se harán sólo aquellos que resulten imprescindibles y se realizarán lo más rá-
pido posible. El paciente debe llevar mascarilla tipo quirúrgica. La ropa de cama y otros
materiales que entren en contacto con el paciente estarán esterilizados.
377
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
380
CAPÍTULO 17. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN RELACIÓN CON EL ENFERMO CONTAGIOSO [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de oposicio-
nes relacionadas con esta unidad didáctica son:
2 Concepto de profilaxis (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, parte 2 convo-
catoria 2006).
2 Características del aislamiento invertido (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–,
convocatoria 2009).
2 Medidas profilácticas para prevenir infecciones (Servicio Andaluz de Salud –SAS–,
convocatoria 2009).
2 Características del aislamiento de protección inversa, aislamiento entérico, porcen-
taje de infecciones urinarias (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria
2007).
2 Características del aislamiento hemático, orden de retirada de prendas de protec-
ción al salir de un aislamiento, característica del aislamiento respiratorio (Servicio
Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2 Concepto de infección nosocomial (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, con-
vocatoria 2006).
2 Característica del aislamiento respiratorio, uso de contenedores rígidos (Servicio
Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2008).
2 Orden de retirada de prendas de protección al salir de un aislamiento, tipos de barre-
ra contra la infección (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convoca-
toria 2010).
2 Eslabones de la cadena epidemiológica, concepto de reservorio, tipos de cirugía se-
gún el grado de contaminación, concepto de infección nosocomial, precauciones en
el control de infecciones (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria
2009).
2 Tipos de barrera contra la infección, concepto de reservorio (Servicio Extremeño de
Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Concepto de reservorio, orden de retirada de prendas de protección al salir de un
aislamiento, concepto de infección, tipos de infecciones nosocomiales, enfermeda-
des trasmitidas por la sangre (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria
2010).
381
18
Actuación del
Celador en unidades
de urgencias y
ambulancias
1.2.1.1. Descripción
Todo hospital debe garantizar la asistencia en todo momento a cualquier tipo de urgencia
médica, tanto interna como externa, bien de forma completa o bien parcial, para, una vez
asistida, poder remitirla a otro centro de nivel superior.
Según los servicios que sea capaz de ofertar el Servicio de Urgencias de un hospital, pode-
mos distinguir hospitales de:
– Nivel 1. Es el de menor especialización.
– Nivel 2. Aumenta el número de especialidades médicas con respecto al anterior.
– Nivel 3. hospitales de referencia en los que se atienden urgencias de todas las especia-
lidades médicas.
– Circuito administrativo.
– Circuito asistencial.
– Historia Clínica.
– Programa de formación continuada del personal.
– Sistemas de control y evaluación de resultados.
1.2.1.4. Equipamiento
Los medios técnicos asistenciales con que se cuenta en urgencias son:
– Oxígeno y medios para su administración.
1.2.1.5. Asistencia
Todas las especialidades médicas con que cuente el hospital son susceptibles de ser aten-
didas por el Servicio de Urgencias, al menos integradas en otras especialidades más generales
(por ejemplo, el médico internista de urgencias atenderá las urgencias de reumatología, der-
matología, endocrinología, etc.).
La asistencia sanitaria prestada por la Unidad de Urgencias del hospital comprende:
– Régimen ambulatorio: asistencia en urgencias y alta al domicilio.
– Régimen de observación: permanencia en cama en sala de observación durante un
máximo de 24 horas, para ser dado de alta a domicilio o pasar a ingresar en planta de
hospitalización.
Sala de observación
1.2.1.6. Dependencia
La unidad de Urgencias hospitalaria depende del Servicio de Cuidados Críticos y
Medicina Intensiva del hospital (también denominado cuidados críticos y urgencias en otras
Comunidades Autónomas).
1.2.1.7. Personal
a) Responsables:
– Un coordinador médico de urgencias.
– Una supervisora de enfermería.
– Un jefe de personal subalterno.
b) Personal facultativo:
– Facultativos no especialistas:
* Médicos de urgencias hospitalarias.
* Médicos generales/de familia de hospital.
Son los llamados «médicos de puerta». Prestan sus servicios exclusivamente en el
Servicio de Urgencias del hospital. Su tarea fundamental es prestar a los pacientes
la primera asistencia médica y derivarlos, en su caso, al médico especialista que co-
rresponda. Tratan y resuelven la mayoría de las urgencias.
– Facultativos en formación:
Son los llamados MIR (médicos internos residentes) que están recibiendo formación
de especialistas en el hospital durante varios años. Entre los distintos servicios en
que se han de formar se encuentra urgencias.
– Facultativos especialistas del hospital:
Son los facultativos especialistas de área y médicos adjuntos que realizan guardias
médicas (de presencia física o localizadas) en la unidad de urgencias del hospital y
en otras unidades hospitalarias. Atienden las urgencias que les remiten los médicos
de puerta.
c) Personal sanitario no facultativo:
– Enfermeros (ATS/DUE).
– Técnicos especialistas.
– Auxiliares de enfermería.
– Como responsable de enfermería habrá un enfermera Supervisora de Urgencias.
d) Personal administrativo:
En admisión de urgencias.
e) Otro personal no sanitario:
388
Celadores de urgencias.
CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\
C) Personal
Aparte de la estructura directiva y administrativa, el personal de los SNU y los SEU lo
conforman:
– Médicos generales/de familia.
– Enfermeros (ATS/DUE).
– Celadores, conductores o Celadores–conductores.
El personal de los SNU/SEU pertenece a un dispositivo sanitario propio y no al ambulatorio
o consultorio en donde pueden desarrollar su labor. De este modo, la población protegida por
dichos centros sanitarios es atendida tanto en la asistencia ambulatoria ordinaria como en la
domiciliaria y la urgente por el médico general y resto del personal de dicho centro, hasta las
17 horas. Pero a partir de las 17 horas, y hasta las 9 del día siguiente se garantiza la asistencia
sanitaria permanente por el personal del SNU/SEU.
El régimen horario es muy peculiar: realizan una jornada de 16 horas (de 17 a 9 h) cada
cuatro días.
390
CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\
B) Asistencia
La asistencia de urgencias comprende tanto la que se presta en el propio centro como la domiciliaria.
Como Centros de Atención Primaria que son, las urgencias de los Centros de Salud no in-
cluyen régimen de internamiento, sino sólo ambulatorio y domiciliario.
C) Personal
El personal que presta servicios en urgencias de los Centros de Salud es el propio personal
del Equipo de Atención Primaria de la Zona de Salud:
– Médicos generales/de familia.
– Enfermeros y otro personal de enfermería.
– Personal no sanitario (Celadores, entre ellos).
Los servicios prestados fuera de la jornada establecida para la atención de las urgencias en
los Centros de Salud, se retribuyen como complemento de atención continuada.
Como se observa, la organización de las urgencias de los Centros de Salud es análoga a la
de los SNU/SEU.
La progresiva implantación de Centros de Atención Primaria con Puntos de Atención
Continuada y la cobertura por éstos de las urgencias, implica la desaparición de los SNU/SEU,
por lo que ya hoy se consideran un dispositivo a extinguir que permanece como dispositivo
sanitario no reconvertido (en la nueva organización de la Atención Primaria).
* Servicios diagnósticos.
* Cualquier unidad del hospital a la que haya que remitir al enfermo para la realiza-
ción de pruebas.
Los pacientes serán trasladados a pie, en camilla o en silla de ruedas, según lo requiera
su estado.
– Traslado de parturientas a Paritorio o zona de Urgencias de Tocoginecología.
– Traslado de pacientes encamados para ingreso en Planta de hospitalización llevando la
documentación del ingreso que realiza admisión.
– Traslado de pacientes a quirófano de urgencias, así como la Historia Clínica del mismo.
– Revisar las balas de oxígeno que se emplean en los traslado para que estén en perfecto
estado cuando vayan a ser utilizadas.
– En caso de no haber cama para un paciente que deba ingresar, el Celador deberá traer
una desde la unidad del hospital en que se localice.
– Avisar a los allegados de los pacientes que ingresan en Planta para que los acompañen.
– Traslado de documentos:
* Hojas de interconsulta.
* Cursar analíticas, mediante traslado de petición.
* Pedidos de almacén, fungibles, lencería, farmacia, etcétera.
* Partes de mantenimiento.
– Trasladar a Urgencias determinado material desde el Servicio de Lencería (almohadas, mantas).
– Trasladar al Servicio de Mantenimiento Electromédico la instrumentación médica ave-
riada, y traslado a Urgencia de la instrumentación médica ya reparada.
– Colaborar en la inmovilización y sujeción mecánica de los enfermos mentales agitados.
– Sujeción de pacientes a los que se les realiza lavado gástrico o cosido de suturas (en
especial niños).
– Ayudar al personal sanitario en la colocación de férulas de yeso y yesos en general a los
pacientes, cuando por alguna circunstancia se les requiera.
– Ayudar al personal sanitario en el lavado de pacientes (en Sala de Observación) y en
la realización de determinadas pruebas (por ejemplo, las punciones lumbares que se
realizan a los pacientes encamados en Observación).
– Ayudar al personal sanitario en la realización de placas radiográficas, bien portátiles en
Sala de Observación, bien normales en el Servicio de Radiología.
– Ayudar al personal sanitario de Observación a la preparación de los cadáveres.
– Traslado de fallecidos (exitus) desde Urgencia hasta el Tanatorio del hospital, y coloca-
ción de los cadáveres en las cámaras frigoríficas.
– Hay ocasiones en los que se notifica al Celador que en las afueras del hospital hay al-
gún individuo que, aquejado por alguna patología, puede necesitar ayuda urgente
(por pérdidas de consciencia, desmayo, parada cardiorrespiratoria, etc.), en este caso
el Celador se cerciorará de los hechos e informará de inmediato al personal sanitario,
394 siguiendo sus instrucciones para movilizar al paciente.
CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\
Podemos hacer una primera clasificación de los tipos de transporte, dependiendo de:
– El carácter del transporte: primario, secundario o terciario.
– La urgencia vital: emergente, urgente o demorable.
– Según el medio de transporte: terrestre aéreo o marítimo.
Son especialmente importante los efectos de los ruidos (en torno a los 100 dB), que impe-
dirán una auscultación correcta o detectar las alarmas sonoras de los equipos.
Las turbulencias durante el vuelo y las vibraciones, provocan sacudidas bruscas, que obliga-
rán a fijar al enfermo, personal y equipo con cinturones de seguridad. Es por esto que los flui-
dos a administrar deben estar contenidos en envases de plástico, empleando para su perfusión
bombas de infusión alimentadas con baterías, ya que el conteo de gotas se hace imposible.
Los efectos de la altura pueden provocar la disminución parcial de oxígeno, pero pueden
ser minimizados si se vuela por debajo de los 1000 metros. Puede ser conveniente la reduc-
ción del volumen a administrar en los pacientes conectados a ventilación asistida debido a la
expansión de los gases con la altura.
A pesar de la creencia generalizada, no se ha demostrado que existan interferencias reales
entre el uso del desfibrilador y el instrumental de vuelo, por lo que la desfibrilación cardiaca
debe realizarse siempre que sea necesaria con la única precaución de avisar al piloto del mo-
mento en que se realice.
Barco-hospital 399
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Son los menos habituales porque, por un lado, el número de accidentes en el mar es mu-
cho menor que en tierra firme y, por otro, en numerosas ocasiones, aun ocurriendo el acciden-
te en el mar, se emplean transportes aéreos para trasladar a los enfermos.
En el transporte marítimo con embarcación rápida, que sólo se emplea para cubrir cortas
distancias, hay que hacer referencia a la importancia de la fijación del paciente y del material
a la estructura de la embarcación para evitar accidentes.
3.1.3.3.Transporte terrestre
El transporte terrestre se realiza en vehículos especialmente acondicionados al efecto, de-
nominados ambulancias.
Este tipo de transporte viene regulado en los artículos 133 a 138 del ROTT (Reglamento de
la Ley de Ordenación del Transporte Terrestre) y en el Real Decreto 836/2012, de 25 de mayo,
en el que se establecen las características técnicas, el equipamiento sanitario y la dotación de
personal de los vehículos de transporte sanitario por carretera.
402
CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\
En cuanto a las hojas de reclamaciones, estas son el principal instrumento que tiene el
paciente para dejar constancia ante la Administración de su disconformidad con el servicio
prestado y reclamar su restitución o una indemnización por el daño causado.
Todos los establecimientos de las empresas están obligados a facilitarlas a los usuarios
cuando éstos la soliciten, incluido las ambulancias. Es un documento con tres copias: una para
404 el establecimiento, otra para el consumidor y una para la Administración.
CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\
– Los hechos reclamados que, de forma sencilla y clara, expongan de manera concisa la
razón que ha provocado su insatisfacción, y cuál es la solución que desea obtener.
La negación al traslado es un derecho que tienen los pacientes; para poderse llevar a cabo
es el mismo paciente el que tiene que firmarlo. Es parecido a una alta voluntaria. Cuando se
atiende a un enfermo y se necesita el traslado, éste tiene que dar su conformidad, en caso
contrario debe firmar ese documento. Por cuestiones prácticas suele ser un apartado de la
hoja de registros.
Es preciso hacer uso de las señales luminosas y acústicas en todos aquellos casos en que la
ambulancia se encuentre activada y prestar una especial atención a:
– Circulación colapsada.
– Cruces con semáforos en rojo o en ámbar, haciendo uso de las mismas por lo menos
cincuenta metros antes.
Por otra parte, podemos decidir no emplear la señal acústica cuando hay circulación fluida
sin densidad de tráfico, cuando se adelante en vías de más de un carril por sentido sin densi-
dad de tráfico, cruzando semáforos en verde, en la cercanía de hospitales y cuando la patolo-
gía del paciente no lo haga aconsejable. 405
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las señales luminosas deben ser perfectamente vistas tanto desde la parte anterior del
vehículo como de la posterior.
Hay que tener presente que el uso de señales acústicas o luminosas no exime al conductor
de responsabilidad en caso de colisión o accidente.
Tipo de Control y
Indicaciones Contraindicaciones
instalación precauciones
Inconscientes
Decúbito supino Víctimas graves
Algunos heridos en Nivel de consciencia
Piernas extendidas Algunos heridos leves
tórax
Decúbito supino Estabilidad de
Heridas en abdomen Inconscientes
Piernas flexionadas miembros inferiores
Decúbito supino Hipovolemia Estabilidad del pa-
Inconscientes
Piernas elevadas Shock ciente en la camilla
Alteraciones del nivel de Algunos heridos en Estabilidad del pa-
Posición lateral
consciencia tórax ciente en la camilla
Heridos en tórax, conscientes Estabilidad del
Trastornos de cons-
Semisedestación Trastornos de la ventilación paciente en la ca-
ciencia
(cabeza elevada 30º) Traumatismos craneoence- milla
Shock
fálicos Nivel de consciencia
Heridos muy leves Control global para
Sedestación
Edema Agudo de Pulmón ver empeoramiento
Posiciones especiales de transporte
4.1. Neonatos
Posiblemente el traslado más diferenciado sea el traslado de niños recién nacidos, para los
que se hace preciso el empleo de una incubadora.
Las características que diferencian la estabilización del neonato durante su traslado com-
prenden los siguientes aspectos:
– Ruido excesivo. Un sonido permanente superior a 80 dB puede incrementar especta-
cularmente la desaturación de oxígeno en la sangre arterial del neonato.
– Vibración. La vibración durante el transporte del neonato tiene un efecto incierto so-
bre él, pero puede dificultar en gran medida su observación.
– Temperatura ambiental variable. Las condiciones ambientales pueden influir, nota-
blemente, en la temperatura de los neonatos, haciendo indispensable el control rigu-
roso de un ambiente térmico neutro.
Conocidos los inconvenientes que subyacen al transporte del neonato en situación crítica,
se impone el empleo de estrategias que reduzcan al mínimo el impacto de estas dificultades:
– Estabilizar cuidadosamente al neonato antes de transportarlo, empleando para ello el
tiempo y los medios necesarios.
– Anticiparse al agravamiento, preparando al paciente no sólo para solucionar proble-
mas ya instaurados, sino para prevenir dificultades y complicaciones que puedan surgir
durante el transporte.
– Preparar minuciosamente el vehículo con los medios necesarios para prestar un ade-
cuado cuidado al recién nacido.
– Vigilar electrónicamente el mayor número posible de parámetros fisiológicos. 407
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
4.3. Embarazadas
En el caso de mujeres gestantes, lo importante en el traslado es asegurar la comodidad de
la paciente; para traslados por patologías de carácter general, se atenderá, de forma general a
instalarla en función de su patología, pero si el traslado sobreviene como consecuencia de su
embarazo, la colocación de la gestante en la camilla seguirá las recomendaciones expresadas
en la siguiente tabla:
El segundo operador colocará el collarín cervical (en caso de traumatismo). Alineará los
miembros superiores e inferiores y se situará de rodillas junto al enfermo en el lado hacia el
que se vaya a realizar el giro.
Siempre bajo la dirección del primer operador que estará permanentemente al cuidado
de la columna, el segundo y tercer operador introducirán sus manos por el lado del paciente
opuesto al que se vaya a realizar el giro, el segundo sujetará a la altura de los hombros y cade-
ra, el tercero a la altura de las caderas, haciendo un cruce de brazos con el segundo y sujetan-
do a la altura de la espinilla, para poder rotar el tronco hacia sí mismo.
Con el cuerpo semirrotado, se introducirá la primera mitad de la camilla, dejando nueva-
mente al enfermo en la posición original.
A continuación se realiza la misma operación pero desde el lado opuesto, con lo que ten-
dremos situado al enfermo sobre la camilla.
En la última parte de la operación, cerraremos los anclajes superiores e inferiores de la ca-
milla y sujetaremos al enfermo a ella al menos con tres correas (existen muchos modelos en el
mercado con diferente número de correas de afloje rápido, siendo los modelos con 4 correas
los más utilizados). 409
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
a) Tronco semiincorporado
Es como la posición de Fowler o semifowler (dependiendo de los grados de inclinación)
y se utiliza sobre todo para trasladar enfermos con patologías respiratorias (asma, enfise-
ma, bronquitis crónica, edemas de pulmón, etc.), y para los que han sufrido un traumatismo
craneoencefálico.
b) Decúbito supino
Sobre todo se emplea para trasladar a enfermos en los que se sospeche un posible trau-
matismo medular.
410
CAPÍTULO 18. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN UNIDADES DE URGENCIAS Y AMBULANCIAS [[[[\
d) Posición antishock
Pacientes con hipoglucemia. Hipotensión.
Cumple la misma función que la posición de Trendelenburg, pero es más cómoda para el
traslado. Se emplea, al igual que esta, para los pacientes que han sufrido un síncope o puedan
realizar un shock hipovolémico por pérdidas hemáticas, a fin de intentar restablecer y salva-
guardar el riego cerebral.
e) Posición antitrendelenburg
Esta posición requiere sujeción axilar y pélvica y se emplea en posibles TCE y fracturas de
columna.
413
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2Funciones del Celador de ambulancia (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –
SESCAM– convocatoria 2008).
2Actuación del Celador de urgencias ante una fractura de fémur, actuación del Celador
de urgencias ante un traumatismo craneal, actuación del Celador de urgencias ante
una fractura de húmero, actuación del Celador de urgencias ante un paciente con
dolor en el pecho (precordial), traslado de pacientes a quirófano, custodia y traslado
de la documentación clínica, actuación del Celador de urgencias ante una fractura
de rodilla, concepto de triaje, concepto de SUAP, tipos de ambulancias, funciones
generales del Celador de puerta, atención primaria de urgencias (Servicio de Salud
de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006).
2Vehículo de transporte sanitario colectivo, concepto de transporte sanitario, concep-
to de triaje, ambulancias de traslado de pacientes, actuación del Celador de urgen-
cias (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009).
2Funciones del Celador de urgencias, funciones del Celador en la ambulancia, formas
de realizar el traslado en urgencias, procedimiento de llegada de una ambulancia,
tipos de traslados, funciones de vigilancia, actuación del Celador de urgencias ante
una fractura de rodilla (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2Funciones del Celador en los puntos de atención continuada, información a pacientes en
los PAC, hojas de reclamaciones, actuación del Celador ante una urgencia, actuación del
Celador de puerta al llegar una ambulancia, traslado de pacientes a urgencias (Servicio
Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2007).
2 Números de correas en la camilla de rescate, certificaciones técnico–sanitarias, con-
cepto de emergencia médica, tipos de ambulancias, funciones del Celador, funciones
del auxiliar de enfermería en urgencias, funcione del Celador de puerta, funciones
del Celador del PAC, funciones del Celador de ambulancia (Servicio Gallego de
Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2Funciones del Celador de puerta (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convo-
catoria 2006).
2 Tipos de ambulancias (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria
2008).
2Funciones del Celador de ambulancia, funciones de los Celadores de urgencias
(Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–, convocatoria 2010).
2Tipos de ambulancia, clasificación en urgencias, áreas de urgencias, concepto de
urgencia médica, tiempo máximo en observación, traslado de pacientes en ur-
gencias, tipos de ambulancias, Real Decreto que regula las ambulancias, funciones
del Celador, características del transporte sanitario en ambulancias, funciones del
Celador en puerta de urgencias, ambulancia medicalizada, vehículos de trasporte
sanitario, profesionales de los equipos de emergencia, Real Decreto que regula el
transporte en ambulancias, tipos de urgencias,, funciones del conductor–camillero,
dónde está adscrita la unidad de urgencias, tipos de ambulancias, transporte indivi-
dual de enfermos, responsable de la unidad de urgencias (Servicio Extremeño de
Salud –SES–, convocatoria 2009).
2Concepto de camilla de tijera, funciones del Celador en el servicio de urgencias, co-
municación a los familiares, traslado en puerta de urgencia (Servicio Aragonés de
Salud–SALUD– convocatoria 2010).
2Funciones del Celador de urgencias (Servicio de Salud de Castilla la Mancha –SESCAM–
convocatoria 2010).
414
19
19
persona que presenció el paro. En algunas ocasiones, pueden ser personal sanitario,
pero que no forman parte del sistema sanitario de emergencia.
– Personal de emergencias: son individuos que responden a una emergencia sanita-
ria, de manera oficial, formando parte de un sistema de respuesta organizado. Según
esta definición, médicos, enfermeras o técnicos que presencian un paro cardíaco en un
lugar público e inician RCP, pero que no han respondido al suceso como parte de un
sistema organizado de respuesta, no son personal de emergencia.
– Ritmo desfibrilable o no: se refiere al ritmo inicial monitorizado; que cuando requie-
re choque eléctrico se subdivide en fibrilación ventricular (FV) o taquicardia ventricu-
lar sin pulso (TVSP); y cuando no lo requiere se subdivide en asistolia y disociación
electromecánica.
– Desfibriladores externos automáticos o semiautomáticos (DEA / DESA):este térmi-
no, genérico, se refiere a desfibriladores que analizan el ritmo en el electrocardiograma
de superficie del paciente, para detectar fibrilación ventricular o taquicardia ventricular
rápida. Los automáticos (poco frecuentes) producen la descarga al detectar la altera-
ción, mientras que los DESA avisan de la alteración pero requieren de la intervención
del operador para efectuar su descarga.
– Recuperación de la circulación espontánea (RECE): recuperación de la circulación
espontánea, comprobada por la existencia de respiración, tos o movimientos. Para el
personal sanitario la RECE puede incluir la palpación de un pulso central espontáneo,
usualmente carotídeo en niños mayores y braquial o femoral en niños pequeños o lac-
tantes, o la toma de la presión arterial.
– RECE mantenida: cuando no se requiere MCE durante 20 min consecutivos, persistien-
do los signos de circulación.
– Recuperación de la ventilación espontánea (REVE): consiste en la reaparición de la
respiración espontánea en un niño previamente apneico. La respiración agónica no es
una REVE.
– Fármacos: se refiere a la administración de cualquier medicación durante la RCP, inde-
pendientemente de la vía de elección (intravenosa, intraósea, intratraqueal).
– Finalización del suceso: una resucitación finaliza cuando se determina la muerte, o se
restablece la circulación espontánea de manera sostenida más de 20 min consecutivos.
La unificación de la terminología mediante el estilo Utstein, supuso un incuestionable
avance al propiciar que todos los profesionales “hablasen el mismo idioma”. Esto ha contri-
buido enormemente en la protocolización de las recomendaciones, facilitando los estudios
comparativos y los análisis pormenorizados de las intervenciones. Desde el punto de vista de
la práctica diaria, el avance ha sido también muy notable al permitir una comunicación preci-
sa, entre los diferentes grupos de profesionales.
2. RCP básica.
3. Desfibrilación precoz.
4. Soporte vital avanzado.
Los dos primeros corresponderían con SVB (Soporte Vital Básico) y los dos últimos con lo
que genéricamente se conoce como SVA – Soporte Vital Avanzado.
Los cuatro eslabones de esta cadena imaginaria, se enlazan secuencialmente y los buenos
resultados que obtengamos dependerán directamente de lo rápido que se activen y de lo
correctamente que se realice cada uno de ellos.
Peter Safar, uno de los pioneros en la enseñanza de RCP, dice al respecto que “la ense-
ñanza de algo de RCP a todas las personas, probablemente salve más vidas, que la perfección
obtenida por unos pocos”.
Son actuaciones sencillas que la población general debería conocer, siendo especial-
mente importante el adiestramiento del personal de los servicios públicos, de aquellos que
trabajen en lugares donde se produzcan grandes concentraciones humanas y del perso-
nal sanitario, para que puedan intervenir, aun sin contar con equipos o material específico
alguno.
Ante una supuesta situación de PCR, lo primero será identificar la situación. Antes que
pedir ayuda o realizar ninguna actividad, tenemos que saber qué está pasando.
La estrategia para que cualquier ciudadano pueda identificar y valorar a una víctima con
una aparente PCR es muy simple y consiste en observar, de una manera secuencial, únicamen-
te dos aspectos clínicos: consciencia y respiración. Según la valoración que realicemos de
cada uno de estos aspectos, corresponderá realizar una u otra intervención.
Tráquea
Esófago
Tráquea
Obstrucción
421
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Responde
COMPROBACIÓN (Contesta o se mueve)
DE LA CONSCIENCIA (Consciente) • Dejar como está
Oiga ¿qué le pasa? • Pedir ayuda
COMPROBACIÓN
DE LA RESPIRACIÓN
422
CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\
Para valorar la ventilación del paciente, se debe colocar a la víctima en decúbito supino
y realizar la apertura de la vía aérea (maniobra frente-mentón), acercando a continuación la
mejilla a la boca-nariz de la víctima, para de esta forma oír y sentir la respiración del paciente,
así como ver los movimientos ventilatorios de la caja torácica.
VER, OÍR y SENTIR durante 5 a 10 segundos (máximo de 10 segundos), es la manera de
comprobar si el paciente está respirando con normalidad.
423
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
− Traccionar del brazo del paciente más alejado a nosotros, cruzándolo sobre su tórax y
colocando la palma de la mano sobre el hombro contrario (foto 3).
− Levantar la pierna del paciente más alejada a nuestra posición, dejándola con la rodilla
levantada y el pie apoyado en el suelo (foto 4).
− Con una mano en la rodilla levantada y la otra en el hombro del mismo lado, tirar con
fuerza para girar a la víctima sobre su costado (foto 4).
− Colocar la pierna que ha quedado encima, de forma que la cadera y la rodilla estén
dobladas en ángulo recto (foto 5).
424
CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\
− Inclinar la cabeza asegurándose de que la vía aérea permanezca abierta (foto 6).
− Ajustar la mano bajo la mejilla para mantener la cabeza inclinada (foto 6).
− Retirar cualquier objeto que pueda molestar al paciente.
Una vez el paciente se encuentra en PLS, se debe pedir ayuda si aún no se ha hecho y re-
gresar a su lado, para comprobar periódicamente que mantiene sus funciones vitales.
No respira
• Pedir ayuda
• Comenzar maniobras de RCP
(Dependiendo del caso se hará antes una cosa u otra)
Oiga, Responde
¿Qué le (Contesta
pasa?
COMPROBAR o se mueve) – Dejar como está
(Consciente)
LA CONCIENCIA – Pedir ayuda
– Evaluar
periódicamente
No responde
(Inconsciente)
En traumatismos
– Pedir ayuda cervicales, abrir la vía aérea,
– Abrir la vía aérea mediante la maniobra
Maniobra Frente-Mentón de tracción mandibular
Ver Respira
COMPROBAR Oír
Sentir
LA RESPIRACIÓN
Ver, oír y sentir
(No emplear más
de 10 segundos) – Poner en posición
lateral de seguridad
NO Respira – Buscar ayuda
Para evitar el excesivo cansancio del reanimador será importante la altura desde la
que realicemos el masaje, siendo en ocasiones conveniente ayudarnos de un taburete o
similar.
El objetivo debería ser, comprimir hasta una profundidad de al menos 5 cm (pero no más
de 6 cm) y a una frecuencia de al menos 100 compresiones/min (pero no más de 120 compre-
siones/min), permitiendo el retroceso completo del tórax, y reduciendo al máximo las inte-
rrupciones de las compresiones torácicas.
ADULTOS
30 compresiones torácicas
/ 2 ventilaciones
428
CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\
Con el masaje cardiaco externo se consigue un suficiente soporte circulatorio, tanto por la
presión ejercida directamente sobre el corazón (Bomba Cardíaca), como por la realizada sobre
el tórax (Bomba Torácica). A modo de esponja, durante las compresiones se expulsa sangre
del corazón y los pulmones hacia los diferentes órganos, que volverá en el momento de la
descompresión.
Debe evitarse insuflar muy rápidamente o con mucha cantidad de aire, para evitar que se
desvíe hacia la cavidad gástrica, lo que por una parte no tendría ninguna utilidad, y por otra,
facilitaría la aparición de vómitos, aumentando el riesgo de broncoaspiración.
Las maniobras de reanimación deben continuar con la misma cadencia, hasta que el en-
fermo se recupere, llegue ayuda con equipo especializado o se produzca el agotamiento de
los reanimadores.
429
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Paciente consciente
Mientras el paciente está consciente, daremos 5 golpes in-
terescapulares con el sujeto ligeramente inclinado hacia ade-
lante, para que, si conseguimos movilizar el cuerpo extraño,
salga hacia el exterior. Es posible que esta maniobra resuelva la
situación pero, si no es así, continuaremos realizando 5 compre-
siones abdominales (Maniobra de Heimlich).
El reanimador se sitúa por detrás de la víctima, rodeando con
sus brazos el abdomen de ésta. Una de las manos, cerrada y con el
pulgar hacia dentro, se sitúa en el epigastrio, alejado de la apófisis
xifoides y del reborde costal. La otra mano agarra a la primera,
para realizar de esta forma una fuerza mayor.
Se realizan compresiones enérgicas del abdomen hacia arri-
ba y hacia adentro.
En embarazadas y en pacientes muy obesos se puede realizar la maniobra de modo similar,
pero abrazando el tórax del paciente (tercio inferior torácico, alejado de la apófisis xifoides,
430 coincidiendo con el área de masaje cardiaco) en lugar del abdomen.
CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\
Estas maniobras se repetirán hasta la expulsión del cuerpo extraño o hasta la inconsciencia
del paciente, alternando 5 palmadas interescapulares y 5 compresiones abdominales.
Paciente inconsciente
Si la obstrucción no se resuelve en poco tiempo, el paciente perderá la consciencia. En este
caso, trataremos de que no sufra daño en la caída y con el paciente en posición de decúbito
supino, comenzaremos las maniobras de RCPb. Procederemos exactamente igual que en los
casos de paciente inconsciente sin respiración, repitiendo la secuencia de 30 compresiones
torácicas y 2 ventilaciones.
Algoritmo de actuación en adultos, en los casos de asfixia por obstrucción de vía aé-
rea, por un cuerpo extraño
EVALUAR LA OBSTRUCCIÓN
¿Oiga qué le pasa ?
Contesta
Habla, tose, respira NO Contesta
CONSCIENTE INCONSCIENTE
– 5 Palmadas interescapulares – Maniobras RCP b
– 5 compresiones abdominales
– Reevaluar
Aplíquese presión directa sobre la herida con uno o varios apósitos 431
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Dependiendo del fabricante, existen diversos modelos, pero todos están construidos en
PVC semirrígido (o material similar) y poseen un refuerzo al principio de la misma, para evitar
que, una vez colocada, se obstruya al morderla el enfermo.
Tienen un tamaño que oscila entre 5 y 12 centímetros y que se identifica por una numera-
ción y, en algunos modelos, también por un color diferente.
Dependiendo del paciente al que se destine, se seleccionará la longitud adecuada, que
debe ser igual a la distancia que existe entre la comisura de los labios y el lóbulo del pabellón
auricular. Lo correcto, antes de colocarla, es medir la cánula adecuada a cada paciente.
La cánula de Guedel se coloca introduciéndola en la boca del afectado, con la concavidad
hacia el paladar para, una vez metida hasta aproximadamente la mitad, rotarla 180º, mientras
se termina de introducir hasta la faringe.
Una vez colocada, la parte más dura de la cánula debe quedar entre los dientes del pacien-
te, de esta manera, evitaremos posibles obstrucciones si la mordiese.
Desfibrilador manual
434
CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\
Si tiene un DEA disponible úselo de inmediato, si no, comience con las maniobras de RCP
hasta su llegada.
− Coloque los electrodos sobre el pecho del paciente, en posición antero-lateral (posi-
ción esternón-ápex). La placa adhesiva del esternón se coloca en la parte superior de-
recha del tórax del paciente, a la derecha del esternón debajo de la clavícula. La placa
del ápex se coloca en la parte inferior izquierda del pecho sobre el ápex del corazón, a
la izquierda del pezón en la mitad de la línea axilar.
Para realizar el análisis del ritmo con las máximas garantías, debe evitarse el movimiento
de la víctima y el contacto físico con ella, por lo que en este momento y durante el menor
tiempo posible, deberá detener las maniobras de RCP.
Tenga presente que cuanto más se demore en realizar la desfibrilación, menor es la proba-
bilidad de éxito.
Si no dispone de un DEA, comience con las maniobras de RCP hasta disponer de uno de
estos dispositivos o hasta la llegada de los equipos especializados.
436
CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\
El de los adultos, suele tener un volumen aproximado de 1.600 ml, siendo menor en el
pediátrico, al objeto de evitar barotraumas.
Pueden emplearse con mascarilla o directamente sobre el tubo endotraqueal (u otro de los
dispositivos para aislar la vía aérea).
Poseen una toma de oxígeno y como accesorio se suele acompañar de un reservorio con
el que se pueden alcanzar concentraciones de oxígeno cercanas al 100%.
Hay que prestar especial atención a la limpieza y correcta colocación de la válvula. Un error
en esa comprobación, puede anular la funcionalidad del dispositivo.
A pesar de su aparente sencillez, es un dispositivo difícil de usar correctamente. Es necesa-
rio sellar la mascarilla sobre la cara y presionar el balón al mismo tiempo, lo que exige cierto
entrenamiento.
El reanimador se coloca por detrás de la cabeza del paciente, la extiende hacia atrás, coloca
una cánula orofaríngea (Guedel) y aplica la máscara sobre el rostro con la mano izquierda co-
locando los 2-3 últimos dedos sobre la mandíbula y los demás sobre la mascarilla. Se exprime
la bolsa con la mano derecha y se observa el tórax para comprobar cómo tiene lugar la venti-
lación pulmonar.
Si hay dos reanimadores, uno puede realizar las 30 compresiones y el otro las 2 insuflacio-
nes mediante el resucitador manual.
437
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
(obstrucciones agudas, neumonías, depresión respiratoria...) seguido del fallo circulatorio por
sepsis o hemorragias. La PCR también puede afectar a niños sanos por los accidentes (sobre
todo domésticos) o por muerte súbita.
Cuando el pronóstico se compara con el del adulto, suele ser peor, debido a que en la
mayoría de los casos el niño lleva en hipoxemia un periodo prolongado de tiempo, antes de
producirse la PCR, con la consecuente lesión de diversos órganos, en tanto que en el adulto la
PCR se suele producir de forma brusca sin hipoxia previa.
En los niños, es preferible modificar la secuencia de RCP que se emplea en el adulto.
Por un lado, una vez diagnosticada la situación de PCR se realizaran 5 ventilaciones de resca-
te y un minuto de masaje cardiaco, antes de buscar ayuda. Por otro lado, la relación más co-
rrecta entre compresiones y ventilaciones es de 15 compresiones y 2 ventilaciones, aunque
los reanimadores legos, podrían utilizar la misma relación que en el adulto (30:2).
2.5. Circulación
Una vez abierta la vía aérea y realizadas las 5 insuflaciones, el reanimador debe comprobar
si el niño permanece arreactivo o si aparecen signos de que hay circulación, para valorar la
necesidad de iniciar las compresiones cardiacas.
Hay que buscar durante un máximo de 10 segundos signos de vida: movimientos, tos…
incluso si se está cualificado, se puede comprobar el pulso (el femoral en todos los caos, o el
braquial en los lactantes o en los niños mayores de un año el carotideo).
Si el niño continúa arreactivo y sin signos de circulación, tras las 5 insuflaciones co-
menzaremos con las compresiones cardiacas con una cadencia de 15 compresiones y 2
ventilaciones.
técnica “del abrazo” (rodeando el tórax con las dos manos y con ambos pulgares sobre el
esternón). En los niños más mayores o corpulentos, se puede emplear el talón de una sola
mano.
Las compresiones se realizan siguiendo un eje perpendicular y con la fuerza suficiente para
comprimir el tórax al menos un tercio de su diámetro.
En los niños, al igual que en los adultos, las compresiones deben durar el 50% del ciclo,
permitiendo en la segunda parte de éste, la relajación del tórax. La frecuencia de las compre-
siones debe ser de al menos 100 por minuto (sin pasar de 120).
– Pedir ayuda
– Abri r la vía aérea Respira P. Lateral Seguridad
COMPROBACIÓN DE LA Reevaluar
RESPIRACIÓN
NO Respira
5 Ventilaciones de rescate
No reacciona
No signos de circulación
MANIOBRAS RCP b
15 compresiones / 2 ventilaciones
441
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
442
CAPÍTULO 19. SOPORTE VITAL BÁSICO [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2Concepto de parada cardiorrespiratoria, concepto de maniobra de Heimlich, secuen-
cia del SVB, secuencia de masajes con un solo reanimador (Servicio Andaluz de
Salud –SAS–, convocatoria 1999).
2Indicaciones de la maniobra de Heimlich, ausencia de pulso (Agencia Valenciana de
Salud, convocatoria 1999).
2Desobstrucción de vías respiratorias en niños, actuación del auxiliar de enfermería en
SVB, actuación del auxiliar de enfermería ante una parada cardiorrespiratoria, con-
cepto de maniobra de Heimlich (Servicio Madrileño de Salud –SERMAS–, convo-
catoria 2006).
2Concepto de reanimación cardiopulmonar, concepto de maniobra de Heimlich, ac-
tuación del auxiliar de enfermería ante una parada cardiorrespiratoria, indicaciones
de la cánula Guedel (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria
2007).
2Tipos de maniobras de apertura de la vía aérea, secuencia de masajes con dos reani-
madores, concepto de combitubo, concepto de triple maniobra, actuación ante un
niño inconsciente (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2008).
2Materiales del carro de paradas (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –SESCAM–,
convocatoria 2008).
2Tipo de energía que emplea un desfibrilador (Servicio de Salud de Castilla y León
–SACYL–, convocatoria 2008).
2Diferencia entre RCP y SVB, colocación del paciente para RCP, concepto de maniobra
de Heimlich, definición de parada cardiorrespiratoria, revisión del carro de parada
(Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2Pinzas de Maguill, orden del SVB, indicaciones del balón de resucitación, indicaciones
de la maniobra de Heimlich, lugar del masaje cardiaco (Servicio Aragonés de Salud
–SALUD– convocatoria 2009).
2Síntomas de parada respiratoria (Servicio Gallego de Salud –SERGAS–, convocato-
ria 2009).
2Secuencia del SVB, material imprescindible de un carro de parada (Servicio
Madrileño de Salud –SERMAS–, convocatoria 2009).
2Valoración de la consciencia, indicaciones de la pinza de Maguill, fármacos del carro
de paradas (Servicio Cántabro de Salud –SCS–, convocatoria 2010).
2Lesiones cerebrales en una PCR, zona anatómica del masaje cardiaco, secuencia de
masaje y ventilaciones, indicaciones de la maniobra de Heimlich (Servicio de Salud
de Castilla-La Mancha –SESCAM–, convocatoria 2010).
443
20
Actuación del Celador
en las urgencias
respiratorias.
Oxigenoterapia
1. Introducción
2. Insuficiencia respiratoria aguda
3. Asma agudo
20
1. Introducción
Los trastornos respiratorios constituyen un conjunto de emergencias muy habituales es-
pecialmente durante determinadas épocas del año.
Es imprescindible que nos familiaricemos con determinadas patologías, técnicas y procedi-
mientos que vamos a necesitar conocer a la hora de enfrentarnos a una urgencia respiratoria.
Aunque todos estos trastornos suelen ir acompañados de una importante carga de ansie-
dad, la actitud de calma que con nuestro comportamiento podamos transmitir al enfermo es
probablemente, en estos casos, más importante que en ningún otro.
Cuando uno o más componentes del sistema respiratorio fracasan en el logro de estos
objetivos del intercambio se produce la insuficiencia respiratoria.
La insuficiencia respiratoria (IR) se define como todo cuadro pulmonar que da lugar a una dis-
minución de la PO2 (hipoxemia) en sangre arterial, con o sin aumento de la PCO2 (hipercapnia).
Más que una enfermedad en sí misma, es la consecuencia final común de gran variedad de
procesos específicos, respiratorios en su mayoría, pero también cardiológicos, neurológicos,
tóxicos, traumáticos, etc.
Existen diferentes tipos de IR según el mecanismo por el que se produzca:
– Anomalías que causan hipoventilación alveolar.
– Alteración en la relación ventilación/perfusión.
– Shunt.
446 – Anomalías de la difusión.
CAPÍTULO 20. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS URGENCIAS RESPIRATORIAS. OXIGENOTERAPIA [[[[\
3. Asma agudo
El asma es un síndrome de hiperactividad bronquial desen-
cadenado por múltiples causas, que produce estrechamiento
de la vía aérea de severidad variable, que puede mejorar de
forma espontánea o con tratamiento y que desde el punto de
vista clínico se caracteriza generalmente por disnea, tos y sibi-
lancias de curso paroxístico.
Los ataques pueden durar de minutos a horas, y en un pe-
queño grupo de pacientes pueden ser de mucha gravedad.
5. Oxigenoterapia
El oxígeno (O2) es un gas incoloro, inodoro, explosivo y altamente inflamable, por lo que su
manejo en oxigenoterapia requiere importantes medidas de seguridad.
La oxigenoterapia consiste en la administración de oxígeno gaseoso (mezcla de aire enri-
quecida con oxígeno) a un paciente, con la finalidad de establecer la tasa normal de oxígeno
en sangre. La administración de oxígeno se realiza en situaciones de hipoxia.
La administración de oxígeno puro mantenida por periodos prolongados, es peligrosa
puesto que produce lesiones en el pulmón y cerebro además de ser un irritante de las muco-
sas. Su uso en estado puro está desaconsejado y muy restringido.
La oxigenoterapia está indicada en todas aquellas personas que sufren hipoxia, acompa-
ñada o no de hipercapnia (asfixia, elevaciones a grandes alturas donde desciende la Pp de O2,
intoxicaciones por gases que bloquean la hematosis normal, insuficiencia respiratoria, lesiones
del Sistema Nervioso Central que afectan al centro regulador de la respiración y alteraciones del
transporte de oxígeno en sangre como en grandes hemorragias, intoxicaciones por monóxido
de carbono etc.).
La importancia de este tema para el Celador es máxima; a menudo realizan traslados de
pacientes que estén sometidos a esta técnica y deben conocer todo el sistema para actuar
ante cualquier incidencia.
Es importante durante el traslado valorar el aspecto y el estado del paciente para detectar
situaciones de hipoxia que indicarían, o bien, un empeoramiento del cuadro o un mal funcio-
namiento de los sistemas de administración de oxigenoterapia.
Bala de oxígeno
– Manómetro. Todo tanque está provisto de un manómetro que mide la presión de oxí-
geno en el interior de la bala. El manómetro consta de un reloj con una circunferencia
graduada expresada en l, mm de Hg, atmósferas, etc. y una aguja que expresa en cada
momento la presión existente en la bala.
Vaso y caudalímetro
Gafas nasales
Las concentraciones de oxígeno que se alcanzan son superiores a las conseguidas con la
sonda nasal pero, al igual que la anterior, se usan cuando se requiere administrar concentra-
ciones bajas de oxígeno.
Mascarilla oronasal
Además del anterior hay varios modelos en el mercado, con características peculiares:
– Mascarilla con bolsa reservorio, para administrar concentraciones superiores; 60% de oxígeno.
– Mascarilla de traqueotomía.
– Mascarilla oronasal de no reinhalación, la que produce una concentración de oxígeno
más alta (90-95%).
– Material necesario:
* Sonda de calibre adecuado.
* Esparadrapo hipoalérgico.
* Lubricante.
* Gas y cremas para el cuidado de la nariz.
* Sistema completo de administración de oxígeno.
* Guantes estériles.
* Material para la higiene bucal.
– Técnica para instalarlo:
* Hay que calcular los cm de sonda que hay que introducir. Para ello se mide la distancia nariz-
oreja-cuello.
* Colocarse guantes estériles.
* Lubricar la sonda en su extremo distal.
* Colocar al paciente con la cabeza en hiperextensión (Roser).
* Introducir la sonda despacio, sin forzar, hasta que llegue a la altura de la úvula.
* Fijar la sonda con el esparadrapo, a un lado de la cara, procurando que quede fijada a la altura
de la oreja.
* Conectar la sonda al sistema de administración de oxígeno.
* Calibrar el flujo de salida de oxígeno.
* Cambiar la sonda de fosa nasal cada 48 h aproximadamente. A veces es necesario hacerlo
antes.
* Hacer la higiene bucal.
* Cuidados de las fosas nasales (limpieza y aplicación de cremas).
* Vigilar su funcionamiento.
– Material:
* Mascarilla nasal u oronasal, del calibre adecuado, y con la concentración y flujo de oxígeno
adecuado (24/2, 28/4, 35/6, etc.).
* Gasas.
* Sistema de administración de oxígeno.
* Material para la higiene de la boca y nariz.
– Técnica para instalarla:
* Colocar la mascarilla sujetándola con la goma por detrás de las orejas.
* Hay que tener la precaución de que al instalarla el oxígeno no llegue
a los ojos para evitar irritaciones.
* Regular el flujo de oxígeno que hay que administrar.
* Conectar la mascarilla con el sistema de administración.
* Abrir la llave de paso.
* Vigilar su funcionamiento.
454
CAPÍTULO 20. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS URGENCIAS RESPIRATORIAS. OXIGENOTERAPIA [[[[\
Respirador de presión
BIPAP
5.3. Aerosolterapia
La aerosolterapia es un tratamiento habitual en los servicios de ORL, pediatría, neumología
y alergología, aunque también se vienen utilizando en Atención Primaria. La aerosolterapia es
la forma de tratamiento que utiliza aerosoles de manera que éstos son pulverizados para ser
empleado por inhalación.
El fármaco más utilizado es el salbutamol, que es un agonista beta-adrenérgico de los re-
ceptores E2. Este fármaco en aerosol es utilizado en el tratamiento del asma bronquial y del
broncoespasmo asociado a EPOC, bronquiectasia o infecciones pulmonares.
Como reacciones adversas del salbutamol destacan la taquicardia, palpitaciones, temblor,
ansiedad y cefaleas. 457
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
5.4.2. Traqueostomía
Denominamos la traqueostomía como técnica quirúrgica mediante la cual se abre un ori-
ficio entre el segundo o tercer anillo traqueal, cuyo objetivo es el paso de aire entre la tráquea
y el exterior, para permitir la respiración, por medio de una cánula.
La traqueostomía se practica en los casos de perturbación grave de la función ventilatoria,
de forma que asegure la entrada de aire en el árbol traqueobronquial.
Dichas perturbaciones pueden ser debidas a:
– Obstrucción respiratoria a nivel de orofaringe, laringe o tráquea, secundaria a: edema
local (infección, alergia o reacción a tóxicos), traumatismos, tumores, malformaciones,
disfunciones neurológicas o cuerpos extraños.
– Intubación prolongada.
– Retención de secreciones con aspiraciones frecuentes y neumonía de repetición.
– Reducción del espacio muerto en la insuficiencia respiratoria crónica.
Se puede dar el caso de que ante una disnea severa, en la que no sea posible la intu-
bación y se prevea una parada cardiorrespiratoria, haya que realizar una traqueotomía de
urgencia. 459
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Además de la traqueotomía reglada o la urgente, existen otras formas para permitir la en-
trada de aire por la tráquea:
– Traqueotomía percutánea, menos cruenta, reduciendo el riesgo de estenosis tra-
queal y disminuyendo la incidencia de infecciones, pudiéndose además realizar en la
cama del paciente.
– Traqueotomía translaríngea, aunque al igual que la anterior también puede realizar-
se en la cama del paciente, tiene un menor uso por su complejidad, riesgos y medio de
abordaje (desde el interior de la tráquea).
460
CAPÍTULO 20. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN LAS URGENCIAS RESPIRATORIAS. OXIGENOTERAPIA [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son2:
2Traslado de enfermos con oxígeno (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha –
SESCAM–convocatoria 2008).
2Posición para una intubación endotraqueal (Servicio de Salud Castilla y León –
SACYL–, convocatoria 2006).
2Colocar pacientes con EPOC (Servicio de Salud Castilla y León –SACYL–, convoca-
toria 2009).
2Colocar pacientes con patología respiratoria, concepto de manómetro (Servicio
Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2Posición para una intubación endotraqueal, EPOC como patología respiratoria, concepto
de hipoxia, colocar pacientes con insuficiencia respiratoria (Servicio Gallego de Salud
–SERGAS–, convocatoria 2007).
2Posición para una intubación endotraqueal (Servicio de Salud de las Illes Balears
–IBSALUT–, convocatoria 2010).
2 Relación del trastorno respiratorio con la ansiedad, concepto de disnea, colocar pa-
cientes con insuficiencia respiratoria, colocar pacientes con EPOC, tratamiento para
pacientes con insuficiencia respiratoria, indicaciones de la oxigenoterapia, toma de
oxígeno hospitalario, sistemas para la administración de oxígeno, características de
la sondas nasales (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2Síntomas respiratorios, traslado de enfermos con oxígeno (Servicio Extremeño de
Salud –SES–, convocatoria 2009).
2 Colocación de la cabeza en la posición de Roser (Servicio Aragonés de Salud–SALUD–
convocatoria 2010).
461
21
Traumatismos, heridas
y quemaduras
1. Traumatismos: introducción
2. Fases del decálogo prehospitalario
3. Hemorragias
4. Heridas
5. Las fracturas
6. Gran quemado
7. Alteración de la consciencia
21
8. Esguinces
9. Luxaciones
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
1. Traumatismos: introducción
Se ha estimado que entre el 15 y el 20% de las muertes en politraumatizados devienen
como consecuencia de un rescate defectuoso y un inadecuado transporte, por lo que es ne-
cesario contar con personal cualificado que acuda al lugar del siniestro y que emprenda inme-
diatamente la evaluación, estabilización y transporte de las posibles víctimas.
La complejidad de las situaciones que se presentan y su diversidad justifican que seamos
meticulosos en cada uno de los pasos a dar, de manera que cada uno lleve al siguiente.
La intervención prehospitalaria debe establecerse mediante una serie de pautas estandari-
zadas, basadas en experiencias amplias y contrastadas, que minimicen la necesidad de decidir
ante los problemas que se presenten y permitan dar una respuesta óptima.
Con fines prácticos se ha desarrollado un decálogo de acciones, que contiene la estructura
táctica de intervención ante cualquier situación crítica y da las claves para la asistencia pre-
hospitalaria en todo tipo de emergencia, tanto individual como colectiva, consiguiendo así los
criterios de seguridad y eficiencia que exige nuestra intervención.
No se debe iniciar un traslado sin haber contestado correcta y racionalmente las siguientes
preguntas:
– ¿A dónde? El centro de destino será el Centro Útil para esa víctima según su patrón le-
sional, es decir, aquel que garantice su asistencia completa.
– ¿Por dónde? Por la ruta más accesible, segura y confortable, que no siempre es la más
corta.
– ¿Cómo? Con las mejores garantías y soporte asistencial posible.
– ¿Cuándo? Una vez resueltas racionalmente las anteriores cuestiones.
Iniciaremos el transporte cuando el paciente se encuentre estabilizado, siempre que sea
posible.
El medio de transporte seleccionado entre los disponibles será aquel que asegure la conti-
nuidad de los cuidados para el nivel de gravedad de la víctima.
3. Hemorragias
La hemorragia se define como la salida masiva de sangre de los vasos sanguíneos, por
la rotura de los mismos. La rotura de un vaso sanguíneo puede ser debida a causas mecá-
nicas (heridas, desgarros, cortes, etc.) o bien hemorragias patológicas sin trauma aparente
alguno.
Una hemorragia es tanto más grave cuanto más cantidad de sangre sale y con mayor rapi-
dez. Si hay una pérdida de más de un litro de sangre en una persona adulta o más de medio
litro en un niño, puede considerarse una hemorragia grave y puede dar lugar a un shock
hipovolémico. 467
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las pérdidas de sangre que tienen lugar en un corto periodo de tiempo son más peligrosas
que las que se producen en un tiempo mayor.
Para controlar las hemorragias se produce la unión de plaquetas alrededor del vaso sangrante
para formar un coágulo que impida que siga saliendo sangre fuera del mismo.
Por todo ello, una atención urgente de la hemorragia puede resultar muy efectiva para
evitar consecuencias más graves.
Las hemorragias pueden ser:
– Internas: la hemorragia interna es aquella en la cual la sangre no sale al exterior
del cuerpo, sino que se queda acumulada debajo de la piel o en una cavidad del
organismo.
– Externas: la hemorragia externa es aquella en la cual la sangre sale hacia el exterior del
organismo.
Según sea el tipo de vaso sanguíneo que sangra, se habla de:
– Hemorragia arterial: la sangre es de color rojo intenso y sale a presión, siendo más
acentuada la salida con la sístole cardiaca.
– Hemorragias venosas: la sangre que brota lo hace de forma continua y babeante. Es de
color rojo menos intenso que la sangre arterial (color rojo azulado).
– Hemorragias capilares: brota de múltiples puntos en forma de sábana (como si de manan-
tiales de agua se tratara). Es de color intermedio entre los dos anteriores.
Según la procedencia de la hemorragia se habla de:
– Hematemesis: sangre procedente del aparato digestivo que es expulsada con el vó-
mito. Generalmente del tracto superior. La sangre puede ir desde un color rojo hasta el
negro, propio de la sangre ya digerida. Puede presentarse en forma de vómitos con gru-
mos que recuerdan a los posos del café, de ahí su nombre; «vómitos en poso de café».
– Melenas: sangre procedente del aparato digestivo que es expulsada con las heces.
Generalmente procede del tracto digestivo inferior.
468 – Gingivorragia: hemorragia de las encías.
CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\
– Comprimir sobre la ventana que sangra con los dedos índice y pulgar unos minutos.
– Si habiendo aplicado estas medidas el paciente sigue sangrando, se le colocará un ta-
pón de gasa humedecido en agua destilada.
– Si no se controla el sangrado trasladar a un hospital.
Una pérdida de sangre del 10-30% de la volemia (500-1.500 cc) crea problemas al orga-
nismo que deben solucionarse reponiendo el volumen de líquido perdido. Una pérdida
entre 30-60% (1.500-3.000 cc) es muy grave y exige una transfusión inmediata. Si la
pérdida es superior al 60% es mortal.
Los signos y síntomas más frecuentes en todas las hemorragias son: palidez, sudoración
fría, pulso rápido y débil, alteración del nivel de consciencia, evolución a shock hipovolémico.
Signos y síntomas más frecuentes en hemorragias internas: presencia de sangre en el
vómito, por vagina o recto, hematomas en distintas zonas del cuerpo, abdomen duro o muy
sensible y signos y síntomas de shock.
4. Heridas
Las heridas son lesiones que producen rotura (pérdida de la continuidad) de la piel, con
peligro de que surjan infecciones por contaminación microbiana.
Las heridas se manifiestan clínicamente por: dolor, hemorragia, separación de los bordes
de la herida.
* Heridas por mordeduras: son heridas contaminadas por flora anaerobia bucal
(perros, gatos, humanos, etc.); las más graves son las humanas, debido a la
diversidad de la flora bacteriana de la boca. Pueden ser incisas o punzantes,
interviniendo a veces el factor arrancamiento. Estas heridas nunca deben su-
turarse porque son heridas altamente contaminadas y con gran riesgo de in-
fección.
* Heridas por aplastamiento: las lesiones por compresión pueden ocasionar des-
garros y necrosis de la zona implicada.
5. Las fracturas
La fractura es una interrupción de la continuidad de un hueso y se define según su tipo y
magnitud. Estas lesiones tienen lugar cuando el hueso se ve sometido a esfuerzos mayores de
los que pueda soportar. Debemos diferenciarlas de las fisuras, que son fracturas longitudina-
les de un hueso (no llega a romperse por completo).
Las fracturas pueden depender de golpes directos, fuerzas aplastantes, movimientos re-
pentinos de torsión, contracciones musculares muy fuertes y por patología propia del hueso
(gran debilitamiento por descalcificación o por un tumor óseo).
Aunque el hueso es el que sufre la rotura, las estructuras adyacentes también se ven afec-
tadas, ocasionando edemas en tejidos blandos, hemorragia muscular y articular, luxación, ro-
tura de tendones, rotura de nervios y lesiones vasculares. Las vísceras también pueden verse
afectadas por la fuerza que origina la fractura o por fragmentos de la misma.
Los huesos tienen cierta elasticidad, lo que les permite absorber presiones potentes hasta
un punto dado sin romperse.
Las fuerzas que ocasionan las fracturas se clasifican en:
– Fuerza directa. Una fuerza violenta de alta energía con potencia suficiente para oca-
sionar fracturas graves. Incluye:
* Fuerza en cuña, que fractura el hueso e impulsa un fragmento dentro de otro o den-
474 tro de la articulación.
CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\
* Fuerza de compresión, que impulsa los huesos y los introduce mutuamente, con lo
cual se produce una fractura incompleta, de manera que la corteza se rompe en un
lado y hay sección en el lado contrario.
* Fuerza de aplastamiento, que rompe los huesos en fragmentos.
– Fuerza indirecta. Una fuerza menos violenta con poca energía que fractura los huesos
a cierta distancia en el sitio en que se aplicó. Incluye:
* Fuerza de torsión, que es aquella que gira al hueso con potencia suficiente para romperlo.
* Fuerza de cizallamiento tangencial, que es la que se ejerce cuando parte de un hueso
queda fijo y hay una fractura de la zona por arriba o por debajo.
* Fuerza de anulación, que es la que se ejerce con un ángulo tal que en él precisamen-
te se fractura el hueso.
6. Gran quemado
6.1. Concepto. Generalidades
La quemadura es definida como la destrucción de los tegumentos, incluso de los tejidos
subyacentes, bajo el efecto de un agente térmico, eléctrico, químico o radiactivo. El traumatis-
mo producido no sólo destruye la capa protectora cutánea, sino que, además, causa alteracio-
nes fisiopatológicas en otros órganos y sistemas, las cuales vendrán relacionadas con el grado
y extensión de las quemaduras. Como consecuencia de ello, se producen grandes pérdidas
de líquidos (fluidos) y electrolitos originados por la masiva destrucción de los tejidos, que
determinan la utilización de medidas urgentes y agresivas de tratamiento. Las infecciones,
las complicaciones gastrointestinales, la desnutrición y la pérdida de masa muscular son las
causas tardías determinantes de la supervivencia y calidad final del gran quemado.
Es de suma importancia el estudio de la atención prehospitalaria al gran quemado, puesto
que después de los accidentes de tráfico son los segundos causantes de mayor mortalidad en
los grupos jóvenes de la población.
Con el nombre genérico de quemado encuadramos cuatro etiologías:
– El quemado térmico.
– El quemado eléctrico.
– El quemado químico.
– El quemado por radiaciones.
Consideramos al gran quemado como un poliagredido y se presenta en el medio prehos-
pitalario como quemado politraumatizado o quemado intoxicado por humo. La tríada que-
mado-politraumatizado-intoxicado por humo, presente en un 10% de los casos, supone un
476 riesgo pronóstico en estos sujetos.
CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\
Criterios de gravedad
– Extensión. – Patología previa.
– Edad. – Lesiones asociadas.
– Profundidad. – Localización.
478 Criterios de gravedad en las quemaduras
CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\
7. Alteración de la consciencia
Son varias las causas que pueden llevar a una persona a la pérdida de conocimiento o
de su estado de vigilia: síncope, traumatismo craneoencefálico, epilepsia, accidente cerebro-
vascular, coma hipoglucémico e hiperglucémico, uremia, etc.
– Se llama síncope, desmayo o lipotimia a la pérdida brusca y transitoria del cono-
cimiento. La pérdida brusca del conocimiento se debe a la disminución del aporte de
sangre al cerebro, que da lugar a una isquemia cerebral que lleva a un estado de anoxia.
Las aglomeraciones, el calor, las emociones y el ayuno son, entre otras, causas frecuen-
te de la aparición de lipotimias.
Es posible que la aparición de un desmayo se acompañe previamente de la sensación
de mareo. Para evitar la pérdida de la consciencia es necesario en ese caso tumbarse
en posición horizontal, boca arriba (decúbito supino), procurando elevar las piernas. Si
esto no es posible hay que procurar sentarse y agachar la cabeza entre las piernas. A su
vez hay que indicarle que respire de forma tranquila y profunda.
– Si la pérdida de consciencia se ha producido como consecuencia de un accidente, trau-
matismo craneoencefálico, u otro tipo de lesión orgánica, hay que manipularlo con
mucho cuidado ya que el movimiento incorrecto puede dar lugar a la aparición de otro
tipo de lesiones.
479
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
8. Esguinces
Se trata de una lesión de las estructuras ligamentosas periarticulares a causa de torsión;
hay estiramiento o desgarro de los ligamentos de la articulación afectada. Las superficies arti-
culares permanecen en contacto.
Como consecuencia del desgarro, se rompen vasos sanguíneos y surge equimosis e infla-
mación. La articulación aparece dolorida a la palpación y sus movimientos también provocan
dolor. El grado de incapacidad funcional y dolor aumentan durante las primeras horas (dos o
tres horas después de ocurrida la lesión), en virtud de la hinchazón y hemorragia consecuentes.
Cuando se produce un esguince, las primeras medidas a poner en marcha son:
– Venda de sostén y hielo alrededor de la articulación lesionada.
– Elevación de la articulación, si es posible, para disminuir la hinchazón y el dolor. Evitar
la posición colgante de la articulación lesionada.
– Colocar un cabestrillo si la articulación afectada es de la extremidad superior. Por contra, si
se trata de una articulación del miembro inferior, se procederá a mantener elevado dicho
miembro, evitando apoyar peso en ella. Las muletas sólo se usan bajo prescripción médica.
9. Luxaciones
Para que exista una luxación los ligamentos deben encontrarse desgarrados y las superfi-
cies articulares desplazadas.
Las luxaciones pueden ser:
a) Congénitas.
b) Espontáneas o patológicas.
c) Traumáticas.
Los signos y síntomas de una luxación traumática son: dolor, deformación de la articula-
ción, cambios de la longitud de la extremidad, pérdida de movilidad normal y movimientos
muy dolorosos.
Cuando se produce una luxación de hombro (generalmente es la más frecuente), se debe
proceder a la inmovilización de la articulación en la posición en que se encuentre, colocando
para ello una almohadilla grande en la axila y procediendo a inmovilizar el codo y la almoha-
dilla con un cabestrillo oblicuo.
482
CAPÍTULO 21. TRAUMATISMOS, HERIDAS Y QUEMADURAS [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2Actuación ante una lipotimia (Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, con-
vocatoria 2006).
2Actuación ante un paciente desorientado y que presenta vómitos (Servicio Gallego
de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2Camilla de tijera para traslado de un politraumatizado (Servicio Andaluz de Salud
–SAS–, convocatoria 2009).
2Control de las hemorragias, administración de bebidas en una urgencia (Servicio
Vasco de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2Actuación del Celador ante un politraumatizado (Servicio Aragonés de Salud–SALUD–
convocatoria 2010).
483
22
Estudio de los riesgos
laborales más
importantes en el
puesto de trabajo de
Celador
1. Introducción
2. Exposición laboral a los patógenos transmitidos por la sangre
3. Riesgos laborales consecuencia del tratamiento de residuos sanitarios
22
1. Introducción
Antes de proceder al estudio específico y más amplio de riesgos laborales más importan-
tes que el puesto de trabajo de Celador conlleva según las diferentes disciplinas preventivas
(seguridad, higiene, ergonomía y psicosociología aplicada), conviene realizar una sencilla ex-
posición del catálogo de riesgos y medidas preventivas más comunes y que pueden ser de
aplicación a todos los centros sanitarios donde se desenvuelve el desempeño de las tareas
inherentes a esta ocupación.
Las medidas de protección individual indicadas se utilizarán tanto para realizar cualquier
técnica como en la manipulación, el transporte y la limpieza de objetos posiblemente conta-
minados por sangre y/o fluidos corporales.
Antes de comenzar la tarea, se protegerá convenientemente cualquier erosión o herida
para evitar cualquier posible contacto.
Se deberá actuar con precaución al manipular objetos punzantes o cortantes para evitar
sufrir heridas.
No se deberán enfundar de nuevo las agujas ya utilizadas en el capuchón protector, ni se
doblarán ni se separarán manualmente de las jeringas. Las agujas ya utilizadas, así como los
objetos punzantes o cortantes de un solo uso, se depositarán en los correspondientes conte-
nedores de seguridad para la eliminación de residuos de grupo III. 487
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Siempre deberán desecharse los guantes utilizados después de cada contacto y siempre
que se rompan o perforen.
Cualquier zona corporal que haya estado en contacto con sangre y/o fluidos corporales
deberá lavarse inmediatamente a fondo, utilizando la técnica necesaria.
Se comunicará el accidente siguiendo los cauces establecidos.
En el caso de derrames o vertidos, deberá ponerse en contacto con el responsable quien le
indicará los medios de protección necesarios y las pautas de actuación.
Siempre que tenga que manipular cualquier objeto o material que haya estado en contac-
to con un enfermo, se lavará o desinfectará en su casa, a fin de evitar contagio.
Cuidará en extremo su aseo personal, pues, aparte de la mala impresión que causa una
persona desarreglada o sucia, es un descrédito para la Institución, que está tipificado como
falta en el Estatuto Marco del personal estatutario de los Servicios de Salud.
Por último, al concluir su trabajo es deseable y aconsejable la ducha previa a vestirse con el
traje de calle para eliminar cualquier posible contaminación.
El riesgo de transmisión profesional durante el cuidado de personas con una afección muy
grave pero poco frecuente como la infección por VIH (virus de la inmunodeficiencia humana,
causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, SIDA), ha comportado una moviliza-
ción más importante que la que habían suscitado los riesgos ligados al virus de la hepatitis
B (VHB), mucho más frecuentes y colectivamente más graves en términos de morbilidad y
de mortalidad para las profesiones dedicadas al cuidado de enfermos. Actualmente existe
también mucha preocupación en el ámbito sanitario para la protección frente al virus de la
hepatitis C (VHC).
Entre los colectivos laborales de riesgo que señala la Nota Técnica de Prevención, se en-
cuentra el de Celadores por estar dentro de los profesionales y trabajadores que realizan su
actividad laboral en las instituciones de la red sanitaria. 489
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
1. Identificar el riesgo
Las actividades de riesgo laboral son aquellas que comportan la exposición a sangre y
otros fluidos corporales potencialmente infecciosos. Las empresas tienen la obligación de va-
lorar la situación de riesgo de todos los trabajadores.
El VHPB señala, por otro lado, que el riesgo debería basarse no en la cualificación profe-
sional o la ubicación del puesto de trabajo sino directamente en el grado de exposición física
a los fluidos biológicos reflejados en la siguiente tabla. Ello implica que deben considerarse
490 como factores de riesgo los diferentes fluidos mencionados y no solamente la sangre.
CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\
5. Supervisar el cumplimiento
Es indispensable la existencia de una persona competente que sea responsable de garantizar
técnicamente la puesta en práctica de las políticas de prevención de la exposición. Las empresas
deben facilitar los recursos necesarios para permitir una supervisión adecuada, por ejemplo me-
diante la instauración de un inspector de bioseguridad integrado en el Servicio de Prevención.
491
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Accidentado Accidentado
Petición Estucio Serológico
VHB (Completa)
Parte accidente VHC
Encuesta vacunal VIH
No vacunados
Gammaglobulina antihepatitis B
desconocidos o
(tras extracción)
vac. incompleta
VHB
Vacunados Ver esquema control vacunación
c) Los cadáveres de animales que hayan muerto de forma diferente al sacrificio, inclui-
dos los que han sido muertos con el fin de erradicar epizootias, y que son eliminados
con arreglo al Reglamento (CE) n.º 1069/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo,
de 21 de octubre de 2009.
d) Los residuos resultantes de la prospección, de la extracción, del tratamiento o del al-
macenamiento de recursos minerales, así como de la explotación de canteras cubiertos
por el Real Decreto 975/2009, de 12 de junio, sobre gestión de los residuos de indus-
trias extractivas y de protección y rehabilitación del espacio afectado por actividades
mineras.
Sin perjuicio de las obligaciones impuestas en virtud de la normativa específica aplicable,
se excluirán del ámbito de aplicación de esta Ley los sedimentos reubicados en el interior de
las aguas superficiales a efectos de gestión de las aguas y de las vías navegables, de preven-
ción de las inundaciones o de mitigación de los efectos de las inundaciones y de las sequías,
o de creación de nuevas superficies de terreno, si se demuestra que dichos sedimentos son
no peligrosos.
3.1.2. Definiciones
A los efectos de esta Ley se entenderá por:
a) Residuo: cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención o
la obligación de desechar.
Se incluyen también en esta categoría los residuos que se generan en los hogares
de aparatos eléctricos y electrónicos, ropa, pilas, acumuladores, muebles y enseres
así como los residuos y escombros procedentes de obras menores de construcción y
reparación domiciliaria.
c) Residuos comerciales: residuos generados por la actividad propia del comercio, al por
mayor y al por menor, de los servicios de restauración y bares, de las oficinas y de los
mercados, así como del resto del sector servicios.
e) Residuo peligroso: residuo que presenta una o varias de las características peligrosas
enumeradas en el apartado 2.1.5., y aquel que pueda aprobar el Gobierno de conformi-
dad con lo establecido en la normativa europea o en los convenios internacionales de los
que España sea parte, así como los recipientes y envases que los hayan contenido. 495
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
3.1.3. Subproductos
Una sustancia u objeto, resultante de un proceso de producción, cuya finalidad primaria
no sea la producción de esa sustancia u objeto, puede ser considerada como subproducto y
no como residuo, cuando se cumplan las siguientes condiciones:
a) Que se tenga la seguridad de que la sustancia u objeto va a ser utilizado ulteriormente.
b) Que la sustancia u objeto se pueda utilizar directamente sin tener que someterse a una
transformación ulterior distinta de la práctica industrial habitual. 497
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Las sustancias y los preparados que pueden calentarse y finalmente inflamarse en con-
tacto con el aire a temperatura ambiente sin aporte de energía.
– Las sustancias y los preparados sólidos que pueden inflamarse fácilmente tras un breve
contacto con una fuente de ignición y que continúan ardiendo o consumiéndose des-
pués del alejamiento de la fuente de ignición.
– Las sustancias y los preparados gaseosos que son inflamables en el aire a presión
normal.
– Las sustancias y los preparados que, en contacto con el agua o el aire húmedo, des-
prenden gases fácilmente inflamables en cantidades peligrosas.
H 3-B Inflamable: se aplica a las sustancias y los preparados líquidos que tienen un punto de
inflamación superior o igual a 21 ºC e inferior o igual a 55 ºC.
H 4 Irritante: se aplica a las sustancias y los preparados no corrosivos que pueden causar
una reacción inflamatoria por contacto inmediato, prolongado o repetido con la piel o las
mucosas.
H 5 Nocivo: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, ingestión o pe-
netración cutánea pueden entrañar riesgos de gravedad limitada para la salud.
H 6 Tóxico: se aplica a las sustancias y los preparados (incluidos las sustancias y los pre-
parados muy tóxicos) que por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden entrañar
riesgos graves, agudos o crónicos e incluso la muerte.
H 7 Cancerígeno: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, ingestión
o penetración cutánea pueden producir cáncer o aumentar su frecuencia.
H 8 Corrosivo: se aplica a las sustancias y los preparados que pueden destruir tejidos vivos
al entrar en contacto con ellos.
H 9 Infeccioso: se aplica a las sustancias y los preparados que contienen microorganismos
viables, o sus toxinas, de los que se sabe o existen razones fundadas para creer que causan
enfermedades en el ser humano o en otros organismos vivos.
H 10 Tóxico para la reproducción: se aplica a las sustancias y los preparados que por
inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden producir malformaciones congénitas no
hereditarias o aumentar su frecuencia.
H 11 Mutagénico: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, inges-
tión o penetración cutánea pueden producir defectos genéticos hereditarios o aumentar su
frecuencia.
H 12: residuos que emiten gases tóxicos o muy tóxicos al entrar en contacto con el aire, con
el agua o con un ácido.
H 13* Sensibilizante: se aplica a las sustancias y los preparados que, por inhalación o pe-
netración cutánea, pueden ocasionar una reacción de hipersensibilización, de forma que una
exposición posterior a esa sustancia o preparado dé lugar a efectos nocivos característicos.
H 14 Ecotóxico: se aplica a los residuos que presentan o pueden presentar riesgos inme-
diatos o diferidos para uno o más compartimentos del medio ambiente.
H 15: residuos susceptibles, después de su eliminación, de dar lugar a otra sustancia por
un medio cualquiera, por ejemplo, un lixiviado que posee alguna de las características antes
enumeradas. 499
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
1
Se consideran centros sanitarios aquellos que desarrollan actividades de atención humana o veteri-
naria, de forma temporal o permanente, como son los siguientes:
– Clínicas, sanatorios y centros hospitalarios
– Centros de salud
– Consultas de profesionales sanitarios
– Promoción de la salud y atención sociosanitaria
– Centros de planificación familiar
– Laboratorios de análisis clínicos, de salud pública o investigación médica
– Docencia
– Obtención o manipulación de productos biológicos
– Medicina preventiva
– Centros y servicios veterinarios asistenciales
– Centros de experimentación animal
Además, determinadas comunidades añaden otros centros:
– Centros de tratamiento y rehabilitación de drogodependientes (Baleares)
– Centros o unidades sanitarias de los servicios de prevención (País Vasco)
– Servicios funerarios y forenses y tanatología humana de carácter clínico o médico legal (Balea-
res, Madrid). 501
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
a los residuos citostáticos o el caso del País Vasco, Extremadura y Castilla y León, que incluyen
los medicamentos caducados, determinados residuos químicos, etc., que en otras zonas están
explícitamente excluidos, como es el caso de los medicamentos caducados en la Comunidad
Autónoma de Baleares.
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CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\
7DEOD(QIHUPHGDGHVLQIHFFLRVDVSRU&&$$
505
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Recogida
El primer paso a seguir en la gestión de los residuos sanitarios es su clasificación y su pos-
terior recogida. Para ello se recomienda adoptar los siguientes criterios:
– La recogida de residuos sanitarios deberá atender a criterios de segregación, asepsia e
inocuidad, al objeto de no trasladar la posible contaminación a otro medio receptor.
– Determinadas Comunidades Autónomas permiten el depósito mezclado de los re-
siduos siempre que se identifique el contenido, como ocurre en las comunidades
autónomas de Extremadura y Aragón. Sin embargo, se recomienda no mezclar en un
mismo recipiente residuos sanitarios de tipos diferentes, según se indica de forma
explícita en algunas normativas (Madrid, Castilla y León, Canarias y Galicia), con la fi-
nalidad de que no supongan un aumento de su peligrosidad o su posible reciclado, ni
trasvasarlos de unos recipientes a otros.
– La recolección de residuos sanitarios debe llevarse a cabo lo antes posible, especial-
mente con los residuos punzantes y cortantes, cuya acumulación debe ser inmedia-
ta. Por eso es aconsejable colocar los envases de los distintos tipos de residuos en las
zonas de su generación. Una vez los envases han sido cerrados se almacenarán en los
lugares previstos para ello.
– Todos los residuos sanitarios se deben almacenar en envases de un solo uso.
– Los envases de los residuos sanitarios no deberán compactarse hasta el momento de
su eliminación. Sin embargo, si se recurre a la normativa autonómica, se observa que
algunas comunidades permiten la pretrituración y/o compactación de los residuos asi-
milables a urbanos (Cataluña y Baleares).
– Los envases deben trasladarse herméticamente cerrados, no pudiéndose volver a abrir.
Los envases que estén rotos deberán ser reenvasados.
– En el caso de la Comunidad Gallega, se hace una especial mención a la recogida y
eliminación de los residuos procedentes de la enfermedad de Creutzfel-dt-Jakob, cuya
eliminación sólo puede realizarse por incineración.
Los residuos sanitarios se recogerán en bolsas y recipientes con las siguientes características
técnicas comunes:
– Impermeables.
– Opacos.
– Resistentes a la humedad.
– No generarán emisiones tóxicas por combustión y reducirán la contaminación en su
506 eliminación.
CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\
– Con cierre hermético (Baleares, Valencia y Extremadura) y que impida la apertura acci-
dental (Castilla y León, Valencia, País Vasco y Galicia).
– Sin posibilidad de apertura una vez cerradas (Extremadura). Las bolsas deben co-
locarse directamente en contenedores para realizar su posterior traslado hasta el
lugar de almacenamiento. Los medios de transporte han de cumplir una serie de
características, como ser exclusivos para el traslado, estar situados en las zonas de
producción de los residuos, permitir su fácil limpieza y desinfección (en algunos ca-
sos, como es el de las CCAA de Valencia, Extremadura, Aragón y Navarra, los medios
de transporte se deben desinfectar después de cada operación), ser resistentes a la
corrosión, no contener elementos cortantes y punzantes, debiendo estar diseñados
de tal manera que impidan la caída de las bolsas al suelo o sobre el trabajador, du-
rante el transporte, siendo aconsejable no llenarlos en toda su capacidad. Además,
se deben llevar a cabo revisiones periódicas de los mismos (ruedas, integridad del
carro, etc.) sustituyendo aquellos que estén defectuosos. Desde el punto de vista de
preventivo deben elegirse medios de transporte ergonómicos.
– En función de cada normativa, las bolsas estarán identificadas como “residuos de ries-
go” (Cataluña) o “residuos sanitarios específicos” (Valencia) o “residuos biocontamina-
dos” (País Vasco).
b) Características de los recipientes rígidos y semirrígidos:
– Libre sustentación.
– Resistentes a la perforación interna, externa y a la rotura.
– Estancos y con cierre hermético. En algunas comunidades (Cataluña y Valencia) el cierre
debe ser de fácil apertura, pero, a la vez, no debe poder abrirse de forma accidental.
En otros casos, como en la Comunidad Autónoma de Extremadura, el cierre no puede
tener posibilidad de apertura una vez cerrado.
– Con identificación de peligro biológico y señalización como: “residuos de riesgo”, “resi-
duos biocontaminados” o “residuos infecciosos de riesgo”.
– Provistos de etiquetas con identificación del productor, fecha de apertura y cierre del
recipiente y normativa de aplicación (Canarias).
– De color amarillo (Canarias) o rojo (Aragón). En otros casos sólo indican que las bolsas y
recipientes utilizados en el mismo centro deben ser del mismo color para evitar errores
en la gestión (Navarra).
– Resistentes a la carga estática (Aragón).
– De volumen inferior a 60 l, 70 l o 90 l.
En algunas comunidades se especifican los lugares donde se encuentran estos recipien-
tes rígidos: salas de operaciones, servicios ginecológicos, anatomía patológica, laboratorios
sexológicos y/o, bancos de sangre.
cuado para la eliminación de sangre y sus derivados, así como de secreciones orgánicas, es el de
verterlos por el desagüe conectado a la red de sanea- miento del centro sanitario. Ha de tenerse
en cuenta que las redes de alcantarillado están concebidas para recibir grandes cantidades de
materias orgánicas infecciosas. Debe tenerse en cuenta que los residuos biológicos sanitarios
líquidos representan un volumen ínfimo en comparación con las materias orgánicas fecales que
se eliminan normalmente para la red de saneamiento. La única excepción a esta práctica la cons-
tituyen los residuos sanitarios específicos líquidos procedentes de pacientes con infecciones no
endémicas en España (por ejemplo, las fiebres hemorrágicas víricas) y los cultivos líquidos de
microbiología, que han de gestionarse y tratarse como a residuos sanitarios específicos sólidos.
En este punto, hay que valorar que la eliminación por el desagüe de un volumen consi-
derable de fluidos corporales genera exposición a agentes biológicos de los trabajadores que
realizan esta tarea. Por ello, es aconsejable la eliminación de estos residuos líquidos (por ejem-
plo, de más de 100 ml., que es la cantidad fijada en algunas normativas) como si fueran resi-
duos específicos de riesgo. Si se opta por su eliminación por el desagüe, porque así lo permite
la legislación aplicable, es importante realizar el vertido con especial precaución, evitando al
máximo posibles salpicaduras y la formación de aerosoles, dotando a los trabajadores que los
manipulan de los medios de protección individual adecuados (guantes, mascarillas y ropa de
protección), de manera que la eliminación por el desagüe resulte una práctica segura.
Transporte intracentro
El transporte interno se debe realizarse siguiendo criterios de responsabilidad, agilidad,
rapidez, asepsia, inocuidad y seguridad, evitando riesgos de infección a pacientes, personal y
visitantes del centro sanitario.
Es recomendable que los residuos sanitarios recogidos en las diferentes zonas del centro
sean transportados al almacén final con una periodicidad máxima de 12 horas, aunque en algu-
510 nas CCAA, este tiempo puede ser mayor.
CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\
No se debe arrastrar ningún envase por el suelo, ni deben utilizarse trampillas, ni bajantes
que puedan afectar su integridad. Los envases han de trasladarse perfectamente cerrados.
Para su transporte se deben utilizar los carros o contenedores con las características definidas
anteriormente para residuos sanitarios asimilables a urbanos.
En las distintas CCAA se especifican las condiciones en las que debe realizarse el transporte
interno, siendo mucho más exigentes en algunas comunidades que en otras.
Almacenamiento
A) Almacenamiento intermedio
En centros sanitarios grandes, como puede ser un hospital, o en centros que por su ac-
tividad así lo requieran se pueden habilitar almacenes intermedios. Éstos sirven para depo-
sitar temporalmente los residuos sanitarios debidamente segregados hasta su transporte y
depósito en el almacén final.
Las características exigibles a un almacén intermedio de residuos sanitarios difieren en
gran medida entre las diferentes CCAA. En algunas se indican claramente los requisitos que
deben reunir estos almacenes y en otras no son nombrados o sólo se señala la posibilidad de
su existencia. En general, se contemplan los siguientes condicionantes:
– Está prohibido el almacenamiento intermedio en pasillos, zonas de paso, ascensores,
etc. Deben ser zonas delimitadas, definidas y señalizadas. Estarán situados cerca de las
zonas de producción.
– Los almacenes intermedios deben ser zonas exclusivas para almacenaje de residuos, ex-
cepto para residuos cortantes y punzantes, vacunas, residuos urbanos, restos de medi-
camentos y en los centros sanitarios sin bloque quirúrgico y que no generen más de 100
kg/mes del resto de los residuos especiales. En estos últimos casos se pueden utilizar
también los almacenes intermedios para almacenar productos y medios de limpieza.
– Los envases de residuos se deben almacenar, en estas zonas intermedias, en soportes o
carros para su posterior traslado al almacén final.
– La evacuación del depósito intermedio debe ser al menos cada 12 horas o diaria.
– Los depósitos intermedios deben ser locales ventilados, de fácil limpieza, con medios
para realizar la limpieza y desinfección, cerrados, y con suelos sin ángulos. Se limpiarán
y desinfectarán periódicamente. No deberán disponer de conexión directa con la red
de saneamiento, pero pueden tener un sumidero que recoja los restos líquidos de for-
ma sectorizada.
– Deben estar señalizados con: “Área de depósitos de residuos. Prohibida la entrada a
toda persona no autorizada”.
B) Almacenamiento final
Los residuos sanitarios pueden almacenarse en el mismo edificio (en el denominado
“almacén final”) durante un período máximo de 72 horas, que puede ampliarse a una semana
(15 días en Galicia) si el almacén de residuos dispone de un sistema de refrigeración (tempera-
tura máxima de: 4º C). Sin embargo, en el caso de Baleares, el periodo máximo de recogida del
almacén final es de 24 horas y si está refrigerado puede llegar a ser de 5 días. En el País Vasco,
511
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
la frecuencia de recogida está relacionada con el tipo de residuos generado, como se indica en
la tabla 2 (expuesta al final del epígrafe).
Además, en algunas CCAA como Canarias y Madrid la frecuencia de recogida de los resi-
duos especiales y citotóxicos, está ligada a la cantidad que se genera, tal y como se indica en
las tablas 3 y 4 (expuestas al final del epígrafe).
Como norma general, se aconseja que el almacén final tenga las siguientes características:
– Será un local separado de la actividad sanitaria y de uso exclusivo para los residuos
sanitarios. Si dispone de zona refrigerada, sólo se utilizará para almacenar residuos y
deberá estar señalizada.
– Deberá estar ventilado, será espacioso, bien iluminado, señalizado y protegido de la
intemperie (cubierto), de elevadas temperaturas y de animales (insectos, roe- dores y
animales domésticos).
– Estará acondicionado para poder realizar la limpieza y desinfección. Se realizará la lim-
pieza diaria y se desinsectará y desratizará periódicamente.
– El suelo y las paredes deberán ser de materiales que permitan una fácil limpieza.
Dispondrán de puntos de agua y tomas de desagüe, sistemas de limpieza y des-
infección de soportes y lavamanos con accionamiento no manual.
– Estará situado de manera que no pueda afectar a espacios vecinos y alejado de entra-
das de aire (ventanas y rejillas del sistema de ventilación).
– Se evitará la entrada de suministros por el depósito final.
– Contará con fácil acceso desde el exterior, con vías de acceso sin escalones, con pen-
diente inferior al 5% y de fácil utilización por los medios de transporte.
– La entrada estará permitida sólo a personal autorizado. Deberá mantenerse cerrado.
– Los envases se almacenarán en los soportes y nunca en el suelo.
– Estará dotado de sistemas de detección y medios de extinción de incendios y dispondrá
de alumbrado de señalización y emergencia.
De todas formas han de tenerse en cuenta determinados requisitos que son específicos,
según la Comunidad Autónoma de que se trate.
Señalización
En función de la normativa autonómica, los envases utilizados para la recogida de los resi-
duos de los diferentes grupos, deben estar adecuadamente señalizados. En algunos casos, con
el pictograma de riesgo biológico o de citotóxico y en otros, además, se incluye la indicación
del tipo de residuo que contiene. Aunque el pictograma es el mismo (figura 1), el color del
símbolo y el color del fondo cambia en las diferentes legislaciones.
512 )LJXUD
CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\
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\FLWRWy[LFRVHQ0DGULG 513
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Recogida y transporte
La recogida y transporte de los residuos específicos de riesgo y citotóxicos se debe realizar
a través de un transportista autorizado, no debiéndose aceptar residuos mal envasados o mal
etiquetados. La entrega de los mismos debe ir acompañada de los preceptivos documentos
de seguimiento y control. El responsable de residuos debe comunicar a la autoridad compe-
tente cualquier incidente que ocurra.
Entre la retirada de los residuos del centro productor hasta la entrega al gestor autoriza-
514 do no debe transcurrir más de 72 horas y si se excede de este tiempo (hasta 5 días en el País
CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\
Vasco), el transporte debe ser refrigerado (Cataluña). En Madrid y en Canarias se limita este
tiempo máximo de transporte a 24 horas. En Baleares sólo se puede realizar el transporte
refrigerado (<7º C).
El transporte de estos residuos ha de cumplir con los siguientes requisitos:
– Los vehículos utilizados estarán dotados de caja cerrada con seguridad, las superficies
internas deberán ser lisas y fáciles de limpiar, dispondrán de sistemas para contener de-
rrames líquidos y para realizar su retirada y limpieza, se desinfectarán periódicamente,
estarán correctamente señalizados y dispondrán de la ropa de trabajo y equipos de
protección individual (EPI) necesarios.
– Cumplimiento de la normativa vigente relativa a mercancías peligrosas.
– Los envases no rígidos deben introducirse en contenedores rígidos de alta resistencia
previamente a su transporte
– Los envases y contenedores ha de estar correctamente etiquetados, incluyendo los da-
tos del productor.
Tratamiento y eliminación
La eliminación de los residuos sanitarios asimilables a urbanos, ya sea por separado o con-
juntamente con los residuos generales, deberá respetar como mínimo, los mismos requeri-
mientos técnicos, operativos y de seguridad, que la normativa vigente exija con carácter ge-
neral para los residuos urbanos.
Los residuos sanitarios específicos de riesgo y citotóxicos deberán ser tratados y eliminados
atendiendo a criterios de inocuidad, asepsia y salubridad con el fin de garantizar la eliminación
de los gérmenes patógenos y la protección del medio ambiente. El gestor de estos residuos
debe estar autorizado para realizar el tratamiento y eliminación de estos residuos. En general,
las dos opciones que se indican en las distintas normativas autonómicas son las siguientes:
– Residuos específicos de riesgo:
* Incineración, en hornos preparados para esta finalidad y construidos con unas
características técnicas definidas.
* Desinfección mediante esterilización por vapor caliente a presión por la técnica
de autoclave. Posteriormente, los residuos desinfectados podrán ser eliminados
como residuos urbanos. Este método puede realizarse en el propio centro produc-
tor. Los residuos cortantes y punzantes deben ser desinfectados o esterilizados,
eliminándose como residuos urbanos, aunque pueden ser reutilizados ya que no
existe contaminación biológica.
– Residuos citotóxicos:
* Incineración a una temperatura que pueda garantizar su destrucción.
* Neutralización química.
En la mayoría de las CCAA se contemplan todas estas opciones, aunque siempre con al-
guna excepción, como por ejemplo en Galicia y en Madrid, en las que los residuos citotóxicos
sólo pueden ser incinerados. Por el contrario, en Aragón el método de eliminación princi-
pal de estos residuos es la neutralización química. Sin embargo en el País Vasco y Galicia la
incineración sólo esta permitida en el caso de residuos contaminados por la enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob y otras enfermedades producidas por priones. 515
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Mesas elevadoras: como las anteriores, existen numerosas clases, permiten subir y bajar
las cargas situándolas a la altura idónea sin necesidad de esfuerzo manual.
– Cajas y estanterías rodantes: por su característica de ir sobre ruedas, facilitan el empuje
y tracción.
– Carros de plataforma elevadora: unen las ventajas de las carretillas y carros con las de las
mesas elevadoras. 517
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
En general 25 kg 1 85 %
60 cm
50 cm
60 cm
Las cargas deberán tener el centro de gravedad fijo y centrado, en la medida de lo posible. Si
no fuera así, se deberá advertir en una etiqueta o informar de ello al trabajador. Las cargas con
el centro de gravedad descentrado se manipularán con el lado más pesado cerca del cuerpo.
Siguiendo la norma UNE-EN ISO 780:2000 Envases y embalajes. Símbolos gráficos para la ma-
nipulación de mercancías (ISO 780:1997), para indicar el centro de gravedad de la carga –cuando
522 no es idéntico al centro de gravedad sugerido por la forma del embalaje–, se utilizará el símbolo
CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\
que aparece en la figura anterior, que indica dónde se halla situado el centro de gravedad real,
siendo éste el punto de interacción de tres ejes determinados por el emplazamiento de los sím-
bolos. Dichos símbolos deben ir colocados sobra cada una de las caras de la carga.
13 kg 7 kg
20 kg 12 kg
V
Altura de media pierna
14 kg 8 kg
523
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Cuando se manipulan cargas en más de una zona se tendrá en cuenta la más desfavorable,
para mayor seguridad.
El mayor peso teórico recomendado es de 25 Kg, que corresponde a la posición más favo-
rable de la carga, es decir, pegada al cuerpo, a una altura comprendida entre los codos y los
nudillos.
Por ejemplo, si un trabajador debe manipular una carga que se encuentra en una mesa y la
debe colocar en un estante que se encuentra elevado, el peso teórico recomendado sería de
7 Kg, puesto que la zona más desfavorable de manipulación está comprendida entre la altura
de la cabeza y la altura del hombro del trabajador, y separada del cuerpo.
Para la manipulación de cargas en postura sentada, no deberían manipularse cargas de
más de 5 Kg, siempre que sea en una zona próxima al tronco, evitando manipular cargas a
nivel del suelo o por encima del nivel de los hombros, o hacer giros e inclinaciones del tronco.
Ello es debido a que la capacidad de levantamiento, mientras se está sentado, es menor
que cuando se manejan cargas en posición de pie, ya que no pueden ser utilizadas las piernas
en el levantamiento, el cuerpo no puede servir de contrapeso y el esfuerzo mayor recae en los
músculos, más débiles, de los brazos y tronco.
Además la curvatura lumbar está modificada en esta postura y ello aumenta el riesgo de
lesiones.
Para la manipulación en equipo hay que tener en cuenta que las capacidades individuales
disminuyen debido a la dificultad de sincronizar los movimientos y obstaculización de la vi-
sión de unos a otros. En general, la capacidad de levantamiento es dos tercios de la suma de
las capacidades individuales cuando son dos personas, y la mitad de la suma de las capacida-
des cuando son tres personas.
Tronco Tronco
derecho inclinado
Dicha inclinación puede deberse tanto a una pésima técnica de levantamiento como a una
falta de espacio, fundamentalmente vertical.
La postura correcta al manejar una carga es con la espalda derecha.
SÍ NO
525
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Si sus agarres son mediocres, con asas o hendiduras no tan cómodas como en el caso
anterior. O también cargas sin asas que pueden sujetarse flexionando la mano 90º alre-
dedor de la carga.
90º
Hasta 10 m 10.000 Kg
Más de 10 m 6.000 Kg
4.6.3.9. El calzado
Debe ser antideslizante, con protección adecuada del pie contra la caída de objetos, esta-
ble y no debe provocar caídas.
531
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Por otro lado, los equipos de protección individual, tal y como establece el RD 773/1997
relativo a su utilización, proporcionarán una protección eficaz frente a los riesgos que motivan
su uso, sin suponer por sí mismos u ocasionar riesgos adicionales ni molestias innecesarias.
Para ello deben:
c) Adecuarse al usuario, tras los ajustes necesarios. En el caso de que existan riesgos múl-
tiples que exijan la utilización simultánea de varios equipos de protección individual,
éstos deberán ser compatibles entre sí y mantener su eficacia en relación con el riesgo
o riesgos correspondientes.
.../...
– Posible manipulación de pacientes o – Mascarilla quirúrgica.
muestras contaminadas. – Gorro.
– Contacto con sangre y otros líquidos – Guantes de un solo uso quirúrgico.
orgánicos.
Quirófanos – Delantal impermeable, cuando se consi-
– Formación de aerosoles y gotículas. dere necesario.
– Riesgo de pinchazos o cortes. – Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar:
gafas protectoras herméticas y mascarilla,
o pantallas de seguridad.
– Posible manipulación de pacientes – Ropa de trabajo.
Rehabilitación contaminados. – Guantes de un solo uso, cuando sea
necesario.
Servicios – Posible manipulación de pacientes o – Ropa de trabajo.
Hospitalarios muestras contaminadas. – Guantes de un solo uso, cuando sea necesario.
– Posible manipulación de pacientes o – Ropa de trabajo.
Urgencias muestras contaminadas. – Guantes de un solo uso.
– Riesgo de pinchazos o cortes.
Medicina – Posible manipulación de muestras – Ropa de trabajo. (2)
Nuclear contaminadas. – Guantes de un solo uso.
– Posible manipulación de muestras y – Ropa de trabajo.
Oncología pacientes contaminados. – Guantes de un solo uso.
Radiología – Riesgo de pinchazos o cortes. – Ropa de trabajo. (2)
– Riesgo de pinchazos o cortes. – Ropa de trabajo. (2)
Radioterapia
– Guantes de un solo uso
– Antes de efectuar cualquier trabajo de Indumentaria básica:
mantenimiento debería hacerse una – Ropa de trabajo.
Mantenimiento
valoración del riesgo y adoptar la pro-
tección adecuada al mismo. (3) – Trabajar con guantes industriales.
.../...
Manipulación de – Pinchazos o heridas en las manos. – Ropa y calzado de trabajo.
residuos – Guantes industriales.
biosanitarios
– Arañazos y mordeduras. – Ropa de trabajo.
– Aspiración de aerosoles. – Guantes. (4)
Trabajo con
– Proyecciones a las mucosas. – Botas de goma.
animales de
experimentación – Riesgo de pinchazos o cortes. – Mascarilla desechable.
– En áreas de cuarentena: guantes gruesos
de trabajo y mascarilla de alta eficacia.
Uso de delantal en
En caso de posible En caso de posible En caso de posible
caso de posible
Generales contacto con lí- contacto con lí- contacto con líquidos
contacto con
quidos biológicos. quidos biológicos. biológicos.
líquidos biológicos.
Uso de delantal
En caso de posible En caso de posible Obligatorio siempre
Aislamiento en caso de posible
contacto con lí- contacto con lí- antes de entrar en la
Respiratorio (2) contacto con lí-
quidos biológicos. quidos biológicos. habitación.
quidos biológicos.
Por otro lado, es habitual la utilización de algunos EPI de forma permanente, como es el caso
de los guantes cuando existe contacto directo con pacientes, muestras o fluidos biológicos.
536
CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\
5.1.4. Distribución
Los EPI están destinados en principio a un uso personal. Debe tenerse en cuenta que los
EPI han de ajustarse a las características anatómicas de cada trabajador, lo que ha de consi-
derarse en el momento de su adquisición. A su vez, cada usuario debe ser responsable del
mantenimiento y conservación del equipo que se le entrega y ser informado e instruido sobre
las características y uso del mismo. Ello sólo es posible si la asignación de los equipos es per-
sonalizada y se establece un mecanismo de seguimiento y control.
Sin embargo, en algunas áreas, y considerando sus condiciones específicas de trabajo, los
EPI pueden ser utilizados por varios usuarios a la vez (véase la siguiente tabla). En el caso de
que esto ocurra deberán tomarse las medidas necesarias para que ello no origine problemas
de salud o de higiene a los distintos trabajadores. Cuando ello no pueda garantizarse, se sus-
tituirán aquellas partes del mismo que sean necesarias, como sería el caso del grupo D de la
siguiente tabla expuesta en la Nota Técnica de Prevención. La gestión de los EPI utilizados
por distintas personas recae en el Servicio de Prevención. Tomando el laboratorio a modo de
ejemplo, y en función de los riesgos más frecuentes en el mismo, se indica un posible modelo
de distribución:
– Equipos de uso general (como los guantes de látex): se distribuirán por todas las uni-
dades del laboratorio, teniendo en cuenta que puede haber personal cuya estancia en
el mismo sea eventual (contratos temporales, estudiantes en prácticas o becarios). Una
vez se hallen en uso, se considerarán asignados de forma personalizada. Hay que tener
en cuenta que algunos de estos equipos son de un solo uso, con lo que el problema de
la “personalización” carece de sentido.
– Gafas de seguridad: aunque no se establezca su obligatoriedad con carácter general,
se recomienda su asignación personalizada a todo el personal del laboratorio, dispo-
niéndose siempre de un excedente para el personal eventual. Es importante que quede
claramente establecida la protección que ofrecen.
– Viseras, delantales y ropa de protección específica: suelen tener un uso esporádico
y puntual. Deberá disponerse de un stock mínimo en un almacén centralizado y su
asignación tendrá carácter personal o no, según cada caso.
– Equipos de protección respiratoria: tendrán siempre una asignación personalizada.
Las mascarillas autofiltrantes desechables se guardarán en un almacén centralizado;
pero conforme vayan solicitándose se considerarán de uso personalizado.
5.2. Conclusiones
La correcta utilización de los EPI frente al riesgo biológico en el medio laboral sanitario
como herramienta de protección complementaria a las medidas generales de tipo higiéni-
co, organizativas, de aislamiento y vacunación, es aun hoy en día una asignatura pendiente.
Sin embargo, con el descubrimiento en los años 80 del virus de inmunodeficiencia humana,
causante del SIDA, el personal sanitario empezó a tener conciencia del riesgo profesional que
supone la exposición a determinados agentes biológicos. Este hecho fue el detonante para
que la cultura preventiva frente al riesgo biológico cambiara y en consecuencia se empezaron
538 a utilizar protecciones personales adecuadas.
CAPÍTULO 22. ESTUDIO DE LOS RIESGOS LABORALES MÁS IMPORTANTES EN EL PUESTO DE TRABAJO DE CELADOR [[[[\
A esta situación no son ajenos una serie de aspectos que se enumeran en los siguientes
puntos:
1. En el ámbito sanitario existe una marcada tendencia a confundir los equipos destina-
dos a evitar la contaminación del material estéril, de un producto, de una muestra o de
un paciente, con los destinados a la protección del trabajador, usándose aquéllos como
protecciones personales frente al riesgo biológico, cuando en la mayoría de situaciones
no sólo no son eficaces, sino que provocan la sensación de falsa protección frente al
riesgo. Un ejemplo típico en este sentido es la utilización de mascarillas quirúrgicas
para la protección frente la inhalación de un bioaerosol infeccioso.
2. No existen en el mercado comunitario EPI destinados es-
pecíficamente a este tipo de protección. En el caso de las
protecciones respiratorias, la teórica necesidad de emplear
filtros HEPA para filtrar el aire que contenga bioaerosoles
parece una medida lógica desde el punto de vista preven-
tivo; sin embargo, ante la falta de este tipo de filtros, se vie-
nen empleando y recomendando filtros o mascarillas auto-
filtrantes para partículas tipo P3.
3. En la actualidad no existen guantes específicos frente al
riesgo biológico. Se cree que los guantes que protegen
contra los productos químicos, constituyen una barrera
efectiva contra los riesgos microbiológicos.
4. El uso incorrecto de la ropa y uniformes de trabajo, como sucede habitualmente, anula
su posible función de protección.
5. Algunas de las actividades que se realizan en la práctica de la asistencia sanitaria se verían
seriamente dificultadas, sino impedidas, por la utilización de los EPI adecuados al riesgo
de la situación. No sería posible, por ejemplo, el adecuado contacto en una palpación o el
diálogo con el paciente infectado. También debe considerarse el impacto que produciría
a un paciente infeccioso la aparición de personal sanitario pertrechado con EPI respirato-
rios técnicamente adecuados. En estos casos debe preverse la utilización de otro tipo de
barreras o medidas organizativas que reduzcan en lo posible la exposición.
6. En muchos casos el riesgo no se puede eliminar completamente. La manipulación de
una jeringa con aguja es en sí misma una situación peligrosa, ya que aunque se tenga
experiencia y se conozca perfectamente el procedimiento y los movimientos a realizar,
siempre existirá la posibilidad de un pinchazo o una rozadura con la aguja, situación
sólo eliminable mediante la utilización de EPI específicos frente a ello, por otro lado,
totalmente fuera de lugar.
7. Deben tenerse en cuenta los aspectos subjetivos relacionados con la edad y aspecto
del paciente. Es habitual tomar medidas de protección frente a algunos pacientes (con
bajo nivel de aseo, tatuajes o mal aspecto de su vestimenta) y no utilizarlas frente a
otros (niños de corta edad o personas educadas con aspecto externo excelente).
8. En el trato con enfermos, deben aplicarse las misma precauciones universales que al
manejar muestras biológicas, es decir tratar todos los casos como si fuesen potencial-
mente infecciosos para los virus de inmunodeficiencia humana, hepatitis B y hepatitis C
y otros agentes patógenos transmitidos por sangre. En estos casos la protección frente
al riesgo biológico es esencial. 539
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son4:
2Quién designa las medidas de emergencia (Servicio de Salud Castilla y León –
SACYL–, convocatoria 2009).
2Evitar accidentes laborales, inclinación del tronco, peso máximo en la manipulación
de cargas, eliminación de agujas usadas, recomendaciones del INSHT, altura idónea
para la manipulación, pasos para levantar una carga, colocación de los pies para le-
vantar una carga, centro de gravedad, movilizar cargas pesadas, características de los
equipos de protección individual, postura correcta de manipular una carga, medios
mecánicos (Servicio Andaluz de Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2Principios en la manipulación de la carga, colocación de cargas (Servicio Gallego de
Salud –SERGAS–, convocatoria 2007).
2Concepto de ergonomía geométrica, colocación de cargas, protocolo ante un pin-
chazo con una aguja hipodérmica, medidas de prevención, ayudas técnicas, peso
máximo en la manipulación de cargas, accidentes de riesgo biológico (Servicio
Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2 Postura para levantar una carga (Servicio de Salud de las Illes Balears –IBSALUT–,
convocatoria 2010).
2 Características de la manipulación manual de cargas, calzado en la manipulación de
cargas, exigencias en torno al EPI (Servicio Vasco de Salud –OSAKIDETZA–, convo-
catoria 2009).
2Concepto de higiene, gestión de residuos, residuos radiactivos, concepto de ergono-
mía (Servicio Extremeño de Salud –SES–, convocatoria 2009).
2Secuencia correcta a la hora de levantar objetos (Servicio Murciano de Salud –SMS–, con-
vocatoria 2009).
2 Gestión de residuos (Servicio Aragonés de Salud –SALUD– convocatoria 2010).
540
23
Actuación del
Celador en el Plan de
Emergencia de una
Institución Sanitaria
1. Introducción
2. Los planes de emergencia. Conceptos básicos. Medidas preventivas
3. Medios técnicos de protección
23
1. Introducción
Como señala la Nota Técnica de Prevención (NTP) 045 –Plan de Emergencia contra
Incendios– del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), se debe partir
del hecho de que la multitud de variables que confluyen en un plan de emergencia contra
incendios, imposibilita el diseño de un plan tipo que sirva para todas las situaciones y activida-
des. Sin embargo, se pueden establecer las pautas y principios básicos que deben seguirse en
el diseño de cualquier plan, para que tenga posibilidades de éxito. Se exponen a continuación:
544
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
4. Diseño del proceso temporal a seguir para cada acción: quién lo va a hacer, cómo se le
avisará, cómo y con qué lo hará.
5. Ordenación de las acciones, cuáles se ejecutarán simultáneamente, con qué prioridad.
6. Crítica de los medios técnicos y humanos disponibles. ¿Es posible llevar a cabo las ac-
ciones planeadas con garantías de éxito?
7. Establecer la estructura orgánica y decisoria de los servicios de intervención. Líneas
jerárquicas y de responsabilidad.
8. Selección del personal, formación y adiestramiento del mismo.
9. Programa de simulacros.
10. Previsión de posibles adaptaciones por evolución del riesgo, variaciones del personal y
experiencias adquiridas en simulacros o emergencias reales.
3. Posible alerta a la persona encargada de avisar a los bomberos, informada de las condi-
ciones en que debe dar el aviso.
Equipo de Segunda Intervención (ESI): este equipo representa la máxima capacidad ex-
tintora del establecimiento. Su ámbito de actuación será cualquier punto del establecimiento
donde se pueda producir una emergencia de incendio.
Deben ser personas localizables permanentemente durante la jornada laboral mediante
algún medio de transmisión fiable (llamada colectiva, buscapersonas, radio. etc.).,
Deberán tener formación y adiestramiento adecuados en el combate del tipo de fuegos
que puedan encontrar en establecimiento con medios de primera intervención (extintores
portátiles), de segunda intervención (mangueras) y, en su caso, equipos especiales (sistemas
fijos de extinción, equipos de respiración autónoma, etc.). Deben asimismo conocer exhausti-
vamente el plan de emergencia.
La composición mínima del ESI debe ser de tres personas, pudiendo formar más de un
equipo cuando las circunstancias de amplitud del establecimiento lo requieran (tiempos de
intervención demasiado dilatados, etc.).
El Documento 4, para la implantación del Plan de Emergencia, con el conjunto de medi-
das a tomar o secuencia de acciones a realizar para asegurar la eficacia operativa del mismo
(responsabilidad, organización, medios técnicos, medios humanos, simulacros, programa de
implantación, programa de mantenimiento e investigación de siniestros).
Actualmente, tras la entrada en vigor de la Norma Básica de Autoprotección, aproba-
da mediante el Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, con alcance para todas aquellas
actividades, centros, establecimientos, espacios, instalaciones y dependencias recogidas en
su Anexo I, se regulan los Planes de Autoprotección como documento que establece el
marco orgánico y funcional previsto para un centro, establecimiento, espacio, instalación
o dependencia, con el objeto de prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los
bienes y dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencia, en la zona bajo
responsabilidad del titular de la actividad, garantizando la integración de estas actuaciones
con el sistema público de protección civil.
Esta Norma Básica de Autoprotección, como señala el artículo 3.1 del Real Decreto 393/2007,
recoge las obligaciones de autoprotección que serán exigidas como norma mínima o supletoria.
La elaboración de los planes de autoprotección previstos en la Norma Básica de
Autoprotección se sujetarán a las siguientes condiciones:
a) Elaborar el Plan de Autoprotección correspondiente a su actividad, de acuerdo con el
contenido mínimo definido en el anexo II y los criterios establecidos en el apartado 3.3
de esta Norma.
b) Presentar el Plan de Autoprotección al órgano de la Administración Pública compe-
tente para otorgar la licencia o permiso determinante para la explotación o inicio de la
actividad.
c) Desarrollar las actuaciones para la implantación y el mantenimiento de la eficacia del
Plan de Autoprotección, de acuerdo con el contenido definido en el Anexo II y los crite-
rios establecidos en esta Norma Básica de Autoprotección.
d) Remitir al registro correspondiente los datos previstos en el anexo IV de esta Norma
Básica de Autoprotección.
550
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
551
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
10. Anexos:
– Anexo I: Directorio de comunicación:
* Teléfonos del Personal de emergencias.
* Teléfonos de ayuda exterior.
* Otras formas de comunicación.
– Anexo II: Formularios para la gestión de emergencias.
– Anexo II. Planos.
El documento del Plan de Autoprotección incluirá todos los procedimientos y protocolos
necesarios para reflejar las actuaciones preventivas y de respuesta a la emergencia.
C) Criterios para la elaboración del plan de autoprotección. Los criterios mínimos que
deben observarse en la elaboración del Plan de Autoprotección son los siguientes:
1. El Plan de Autoprotección habrá de estar redactado y firmado por técnico competente
capacitado para dictaminar sobre aquellos aspectos relacionados con la autoprotec-
ción frente a los riesgos a los que esté sujeta la actividad, y suscrito igualmente por el
titular de la actividad, si es una persona física, o por persona que le represente si es una
persona jurídica.
2. Se designará, por parte del titular de la actividad, una persona como responsable única
para la gestión de las actuaciones encaminadas a la prevención y el control de riesgos.
3. Los procedimientos preventivos y de control de riesgos que se establezcan, tendrán en
cuenta, al menos, los siguientes aspectos:
– Precauciones, actitudes y códigos de buenas prácticas a adoptar para evitar las cau-
sas que puedan originar accidentes o sucesos graves.
– Permisos especiales de trabajo para la realización de operaciones o tareas que ge-
neren riesgos.
– Comunicación de anomalías o incidencias al titular de la actividad.
– Programa de las operaciones preventivas o de mantenimiento de las instalaciones,
equipos, sistemas y otros elementos de riesgo, definidos en el capítulo 5 del anexo
II, que garantice su control.
– Programa de mantenimiento de las instalaciones, equipos, sistemas y elementos
necesarios para la protección y seguridad, definidos en el capítulo 5 del Anexo II,
que garantice la operatividad de los mismos.
4. Se establecerá una estructura organizativa y jerarquizada, dentro de la organización y
personal existente, fijando las funciones y responsabilidades de todos sus miembros en
situaciones de emergencia.
5. Se designará, por parte del titular de la actividad, una persona responsable única,
con autoridad y capacidad de gestión, que será el director del Plan de Actuación en
Emergencias.
6. El director del Plan de Actuación en Emergencias será responsable de activar dicho plan
de acuerdo con lo establecido en el mismo, declarando la correspondiente situación de
553
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Conceptos y definiciones
Los conceptos y términos fundamentales utilizados en la Norma Básica de Autoprotección
de los centros, establecimientos y dependencias, dedicados a actividades que puedan dar
origen a situaciones de emergencia, deben entenderse así definidos:
– Actividad: conjunto de operaciones o tareas que puedan dar origen a accidentes o
sucesos que generen situaciones de emergencia.
– Aforo: capacidad total de público en un recinto o edificio destinado a espectáculos
públicos o actividades recreativas. 555
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
– Alarma: aviso o señal por la que se informa a las personas para que sigan instrucciones
específicas ante una situación de emergencia.
– Alerta: situación declarada con el fin de tomar precauciones específicas debido a la
probable y cercana ocurrencia de un suceso o accidente.
– Altura de evacuación: la diferencia de cota entre el nivel de un origen de evacuación
y el del espacio exterior seguro.
– Autoprotección: sistema de acciones y medidas, adoptado por los titulares de las ac-
tividades, públicas o privadas, con sus propios medios y recursos, dentro de su ámbito
de competencias, encaminadas a prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y
los bienes, a dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencia y a ga-
rantizar la integración de estas actuaciones en el sistema público de protección civil.
– Centro, establecimiento, espacio, dependencia o instalación: la totalidad de la
zona, bajo control de un titular, donde se desarrolle una actividad.
– Confinamiento: medida de protección de las personas, tras un accidente, que consiste
en permanecer dentro de un espacio interior protegido y aislado del exterior.
– Efecto dominó: la concatenación de efectos causantes de riesgo que multiplican las
consecuencias, debido a que los fenómenos peligrosos pueden afectar, además de los
elementos vulnerables exteriores, otros recipientes, tuberías, equipos o instalaciones
del mismo establecimiento o de otros próximos, de tal manera que a su vez provoquen
nuevos fenómenos peligrosos.
– Evacuación: acción de traslado planificado de las personas, afectadas por una emer-
gencia, de un lugar a otro provisional seguro.
– Intervención: consiste en la respuesta a la emergencia, para proteger y socorrer a las
personas y los bienes.
– Medios: conjunto de personas, máquinas, equipos y sistemas que sirven para reducir o
eliminar riesgos y controlar las emergencias que se puedan generar.
– Ocupación: máximo número de personas que puede contener un edificio, espacio, es-
tablecimiento, recinto, instalación o dependencia, en función de la actividad o uso que
en él se desarrolle. El cálculo de la ocupación se realiza atendiendo a las densidades de
ocupación indicadas en la normativa vigente. No obstante, de preverse una ocupación
real mayor a la resultante de dicho cálculo, se tomará esta como valor de referencia. E
igualmente, si legalmente fuera exigible una ocupación menor a la resultante de aquel
cálculo, se tomará esta como valor de referencia.
– Órgano competente para el otorgamiento de licencia o permiso para la explotación o
inicio de actividad: el Órgano de la Administración Pública que, conforme a la legislación
aplicable a la materia a que se refiere la actividad, haya de conceder el título para su realización.
– Peligro: probabilidad de que se produzca un efecto dañino específico en un período
de tiempo determinado o en circunstancias determinadas.
– Plan de Autoprotección: marco orgánico y funcional previsto para una actividad, cen-
tro, establecimiento, espacio, instalación o dependencia, con el objeto de prevenir y
controlar los riesgos sobre las personas y los bienes y dar respuesta adecuada a las
posibles situaciones de emergencias, en la zona bajo responsabilidad del titular, garan-
556 tizando la integración de estas actuaciones en el sistema público de protección civil.
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
Por ello, si las características de estos aparatos, equipos y sistemas, así como su instalación
y mantenimiento, no satisfacen los requisitos necesarios para que sean eficaces durante su
empleo, además de no ser útiles para el fin para el que han sido destinados, crean una situa-
ción de falta de seguridad, peligrosa para personas y bienes.
En el caso de aparatos, equipos o componentes de las instalaciones de protección con-
tra incendios procedentes de los Estados miembros de la Comunidad Económica Europea,
se considerará que satisfacen las especificaciones técnicas de seguridad exigidas en este
Reglamento si cumplen las disposiciones nacionales vigentes en sus países respectivos,
siempre que éstas supongan un nivel de seguridad para las personas y los bienes, recono-
cido como equivalente por el Ministerio de Industria y Energía (actualmente Ministerio de
Industria, Turismo y Comercio).
Cuando se compruebe que la utilización de un producto con marca de conformidad re-
sulta manifiestamente peligrosa, los servicios competentes en materia de industria de la
Comunidad Autónoma podrán ordenar, cautelarmente, la puesta fuera de servicio del apara-
to, equipo o sistema en que se haya puesto de manifiesto la situación peligrosa y, en su caso,
tramitará la cancelación de dicha marca.
El artículo 10 del Reglamento dispone que la instalación de aparatos, equipos, sistemas y
sus componentes, a que se refiere este Reglamento, con excepción de los extintores portátiles,
se realizará por instaladoras debidamente habilitadas. La Comunidad Autónoma correspon-
diente, llevará un libro Registro en el que figurarán los instaladores autorizados.
Con independencia de las obligaciones derivadas del cumplimiento de las prescripciones
establecidas en este Reglamento, relacionadas con la instalación y montaje de equipos, apara-
tos y sistemas de protección contra incendios que ejecuten los instaladores autorizados, éstos
deberán abstenerse de instalar los equipos, aparatos u otros componentes de los sistemas de
protección contra incendios que no cumplan las disposiciones vigentes que le son aplicables,
poniendo los hechos en conocimiento del comprador o usuario de los mismos. No serán re-
anudados los trabajos hasta que no sean corregidas las deficiencias advertidas.
Una vez concluida la instalación, el instalador facilitará al comprador o usuario de la misma
la documentación técnica e instrucciones de mantenimiento peculiares de la instalación, ne-
cesarias para su buen uso y conservación.
558
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
Según el artículo 15 del Reglamento, los mantenedores autorizados adquirirán las siguien-
tes obligaciones en relación con los aparatos, equipos o sistemas cuyo mantenimiento o
reparación les sea encomendado:
a) Revisar, mantener y comprobar los aparatos, equipos o instalaciones de acuerdo con
los plazos reglamentarios, utilizando recambios y piezas originales.
b) Facilitar personal competente y suficiente cuando sea requerido para corregir las defi-
ciencias o averías que se produzcan en los aparatos, equipos o sistemas cuyo manteni-
miento tiene encomendado.
c) Informar por escrito al titular de los aparatos, equipos o sistemas que no ofrezcan ga-
rantía de correcto funcionamiento, presenten deficiencias que no puedan ser corregi-
das durante el mantenimiento o no cumplan las disposiciones vigentes que les sean
aplicables. Dicho informe será razonado técnicamente.
d) Conservar la documentación justificativa de las operaciones de mantenimiento que
realicen, sus fechas de ejecución, resultados e incidencias, elementos sustituidos y
cuanto se considere digno de mención para conocer el estado de operatividad del apa-
rato, equipo o sistema cuya conservación se realice. Una copia de dicha documenta-
ción se entregará al titular de los aparatos, equipos o sistemas.
e) Comunicar al titular de los aparatos, equipos o sistemas, las fechas en que corresponde
efectuar las operaciones de mantenimiento periódicas.
Los aparatos, equipos, sistemas y sus componentes sujetos a este Reglamento se somete-
rán a las revisiones de conservación que se establecen, en el cual se determina, en cada caso,
el tiempo máximo que podrá transcurrir entre dos revisiones o inspecciones consecutivas.
Las actas de estas revisiones, firmadas por el técnico que ha procedido a las mismas, es-
tarán a disposición de los servicios competentes en materia de industria de la Comunidad
Autónoma al menos durante cinco años a partir de la fecha de su expedición.
1. Los medios materiales de protección contra incendios se someterán al programa míni-
mo de mantenimiento. 559
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
TABLA I.
Programa de mantenimiento de los medios materiales de lucha contra incendios
Operaciones a realizar por el personal del titular de la instalación del equipo o sistema
Comprobación de funcionamiento de la
instalación (con cada fuente de suministro).
Sistema manual de
–
alarma de incendios Mantenimiento de acumuladores (lim-
pieza de bornas, reposición de agua desti-
lada, etc.).
Comprobación de la accesibilidad de la
entrada de la calle y tomas de piso.
Comprobación de la señalización.
Comprobación de las tapas y correcto
funcionamiento de sus cierres (engrase si
Columnas secas – es necesario).
Comprobar que las llaves de las conexiones
siamesas están cerradas. Comprobar que las
llaves de seccionamiento están abiertas.
Comprobar que todas las tapas de
racores están bien colocadas y ajustadas.
560 .../...
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
.../...
Comprobación de que las boquillas del
agente extintor o rociadores están en
buen estado y libres de obstáculos para su
funcionamiento correcto.
Comprobación del buen estado de los
componentes del sistema, especialmente
Sistemas fijos de de la válvula de prueba en los sistemas
extinción: rocia- de rociadores, o los mandos manuales de
dores de agua. Agua la instalación de los sistemas de polvo, o
agentes extintores gaseosos. –
pulverizada. Polvo.
Espuma. Agentes Comprobación del estado de carga de la ins-
extintores gaseosos talación de los sistemas de polvo, anhídrido
carbónico, o hidrocarburos halogenados y de
las botellas de gas impulsor, cuando existan.
Comprobación de los circuitos de seña-
lización, pilotos, etc., en los sistemas con
indicaciones de control.
Limpieza general de todos los componentes.
561
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
TABLA II.
Operaciones a realizar por el personal especializado del fabricante o instalador del equipo o sistema
562
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
.../...
Comprobación integral, de
acuerdo con las instrucciones
del fabricante o instalador, inclu-
yendo en todo caso:
Verificación de los compo-
Sistemas fijos de extinción: nentes del sistema, especial-
– Rociadores de agua mente los dispositivos de dis-
– Agua pulverizada paro y alarma.
– Polvo Comprobación de la carga de
– Espuma agente extintor y del indicador de
– Anhídrido carbónico la misma (medida alternativa del
peso o presión).
Comprobación del estado del
agente extintor.
Prueba de la instalación en las
condiciones de su recepción
Gama de mantenimiento anual
de motores y bombas de acuerdo
con las instrucciones del fabri-
cante
Limpieza de filtros y elementos de
retención de suciedad en alimen-
tación de agua
Sistema de abastecimiento de
agua contra incendios Prueba del estado de carga de
baterías y electrolito de acuerdo
con las instrucciones del fabri-
cante
Prueba, en las condiciones de
su recepción, con realización de
curvas del abastecimiento con
cada fuente de agua y de energía
(*) Rechazo: Se rechazarán aquellos extintores que, a juicio de la empresa mantenedora presenten defectos
que pongan en duda el correcto funcionamiento y la seguridad del extintor o bien aquellos para los que no
existan piezas originales que garanticen el mantenimiento de las condiciones de fabricación.
(**) Nota: En esta revisión anual no será necesaria la apertura de los extintores portátiles de polvo con
presión permanente, salvo que en las comprobaciones que se citan se hayan observado anomalías que lo
justifique.
En el caso de apertura del extintor, la empresa mantenedora situará en el exterior del mismo un sistema indi-
cativo que acredite que se ha realizado la revisión interior del aparato. Como ejemplo de sistema indicativo
de que se ha realizado la apertura y revisión interior del extintor, se puede utilizar una etiqueta indeleble, en
forma de anillo, que se coloca en el cuello de la botella antes del cierre del extintor y que no pueda ser retira-
da sin que se produzca la destrucción o deterioro de la misma.
4. En todos los casos, tanto el mantenedor como el usuario o titular de la instalación, con-
servarán constancia documental del cumplimiento del programa de mantenimiento
preventivo, indicando, como mínimo: las operaciones efectuadas, el resultado de las
verificaciones y pruebas y la sustitución de elementos defectuosos que se hayan reali-
zado. Las anotaciones deberán llevarse al día y estarán a disposición de los servicios de
inspección de la Comunidad Autónoma correspondiente.
563
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Detectores de incendio
Los pulsadores de alarma se situarán de modo que la distancia máxima a recorrer, desde
cualquier punto hasta alcanzar un pulsador, no supere los 25 metros.
3. Sistemas de comunicación de alarma
El sistema de comunicación de la alarma permitirá transmitir una señal diferenciada, genera-
da voluntariamente desde un puesto de control. La señal será, en todo caso, audible, debiendo
564 ser, además, visible cuando el nivel de ruido donde deba ser percibida supere los 60 dB (A).
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
El nivel sonoro de la señal y el óptico, en su caso, permitirán que sea percibida en el ámbito
de cada sector de incendio donde esté instalada.
El sistema de comunicación de la alarma dispondrá de dos fuentes de alimentación, con
las mismas condiciones que las establecidas para los sistemas manuales de alarma, pudiendo
ser la fuente secundaria común con la del sistema automático de detección y del sistema ma-
nual de alarma o de ambos.
4. Sistemas de abastecimiento de agua contra incendios
Cuando se exija sistema de abastecimiento de agua contra incendios, sus características y
especificaciones se ajustarán a lo establecido en la norma UNE 23.500.
El abastecimiento de agua podrá alimentar a varios sistemas de protección si es capaz de
asegurar, en el caso más desfavorable de utilización simultánea, los caudales y previsiones de
cada uno.
5. Sistemas de hidrantes exteriores
– Definimos hidrante como una conducción de agua de gran sección, que está alimen-
tada por la red de abastecimiento público, para uso exclusivo de equipos contra in-
cendios. Los sistemas de hidrantes exteriores estarán compuestos por una fuente de
abastecimiento de agua, una red de tuberías para agua de alimentación y los hidrantes
exteriores necesarios.
Los hidrantes exteriores serán del tipo de columna hidrante al exterior (CHE) o hidrante
en arqueta (boca hidrante).
– Las CHE se ajustarán a lo establecido en las normas UNE 23.405 y UNE 23.406. Cuando
se prevean riesgos de heladas, las columnas hidrantes serán del tipo de columna seca.
Los racores y mangueras utilizados en las CHE necesitarán, antes de su fabricación
o importación, ser aprobados de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 2 de este
Reglamento, justificándose el cumplimiento de lo establecido en las normas UNE
23.400 y UNE 23.091.
565
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
D (Metales
Agente extintor A (Sólidos) B (Líquidos) C (Gases)
especiales)
Agua pulverizada 2 xxx x – –
Agua a chorro 2xx – – –
Polvo BC (convencional) – xxx xx –
Polvo ABC (polivalente) xx xx xx –
Polvo específico metales – – – xx
Espuma física 2xx xx – –
Anhídrido carbónico 1x x – –
Hidrocarburos halogenados 1x xx – –
Siendo:
xxx Muy adecuado.
xx Adecuado.
x Aceptable.
(1) En fuegos poco profundos (profundidad inferior a 5 mm) puede asignarse xx.
(2) En presencia de tensión eléctrica no son aceptables como agentes extintores el agua
a chorro ni la espuma; el resto de los agentes extintores podrán utilizarse en aquellos
extintores que superen el ensayo dieléctrico normalizado en UNE 23.110.
Agentes extintores y su adecuación a las distintas clases de fuego (UNE 23.010).
6. Extintores de incendio
– Los extintores de incendio, sus características y especificaciones se ajustarán al
«Reglamento de aparatos a presión» y a su Instrucción técnica complementaria
MIE-AP5.
– Los extintores de incendio necesitarán, antes de su fabricación o importación, con in-
dependencia de lo establecido por la ITC-MIE-AP5, ser aprobados de acuerdo con lo
establecido en el artículo 2 de este Reglamento a efectos de justificar el cumplimiento
de lo dispuesto en la norma UNE 23.110.
– El emplazamiento de los extintores permitirá que sean fácilmente visibles y accesibles,
estarán situados próximos a los puntos donde se estime mayor probabilidad de iniciar-
se el incendio, a ser posible próximos a las salidas de evacuación y preferentemente
sobre soportes fijados a paramentos verticales, de modo que la parte superior del ex-
tintor quede, como máximo, a 1,70 metros sobre el suelo.
– Se considerarán adecuados, para cada una de las clases de fuego (según UNE 23.010),
los agentes extintores, utilizados en extintores, que figuran en la tabla que aparece en
la siguiente página.
566
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
La toma de fachada y las salidas en las plantas tendrán el centro de sus bocas a 0,90 m
sobre el nivel del suelo.
Las llaves serán de bola, con palanca de accionamiento incorporada.
El sistema de columna seca se someterá, antes de su puesta en servicio, a una prueba de
estanqueidad y resistencia mecánica, sometiéndole a una presión estática de 1.470 kPa (15
kg/cm2) durante dos horas, como mínimo, no debiendo aparecer fugas en ningún punto de
la instalación.
Los racores antes de su fabricación o importación deberán ser aprobados de acuerdo con
este Reglamento, ajustándose a lo establecido en la norma UNE 23.400.
9. Sistemas de extinción por rociadores automáticos de agua
Los sistemas de rociadores automáticos de agua, sus características y especificaciones, así
como las condiciones de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.590 y UNE 23.595.
.../...
UNE 23.007/5 1990. Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 5:
1ª modificación. Detectores de calor. Detectores puntuales que contienen un elemento estático.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 6:
UNE 23.007/6 1993.
Detectores térmicos termovelocimétricos puntuales sin elemento estático.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 7:
UNE 23.007/7 1993. Detectores puntuales de humos. Detectores que funcionan según el principio de
difusión o transmisión de la luz o de ionización.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 8:
UNE 23.007/8 1993.
Detectores de calor con umbrales de temperatura elevada.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 9:
UNE 23.007/9 1993.
Ensayos de sensibilidad ante hogares tipo.
UNE 23.007/10 1996. Sistemas de detección y de alarma de incendios. Parte 10: Detectores de llamas.
Sistemas de detección y de alarma de incendios. Parte 14: Planificación, diseño,
UNE 23.007/14 1996.
instalación, puesta en servicio, uso y mantenimiento.
UNE 23.091/1 1989. Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 1: Generalidades.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 2 A: Manguera
UNE 23.091/2A 1996.
flexible plana para servicio ligero de diámetros 45 milímetros y 70 milímetros.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 2 B: Manguera
UNE 23.091/2B 1981.
flexible plana para servicio duro de diámetros 25, 45, 70 y 100 milímetros.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 3 A: Manguera
UNE 23.091/3A 1996.
semirrígida para servicio normal de 25 milímetros de diámetro.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción de
UNE 23.091/4 1990.
procesos y aparatos para pruebas y ensayos.
UNE 23.091/4 1994. Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción de
1ª modificación. procesos y aparatos para pruebas y ensayos.
UNE 23091/4 1996. Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción de
2ª modificación. procesos y aparatos para pruebas y ensayos.
Extintores portátiles de incendios. Parte 1: Designación. Duración de funciona-
UNE 23.110/1 1996.
miento: Hogares tipo de las clases A y B.
Extintores portátiles de incendios. Parte 2: Estanqueidad. Ensayo dieléctrico.
UNE 23.110/2 1996.
Ensayo de asentamiento. Disposiciones especiales.
Extintores portátiles de incendios. Parte 3: Construcciones, resistencia a la presión
UNE 23.110/31 1994.
y ensayos mecánicos.
UNE 23.110/4 1996. Extintores portátiles de incendios. Parte 4: Cargas, hogares mínimos exigibles.
Extintores portátiles de incendios. Parte 5: Especificaciones y ensayos comple-
UNE 23.110/5 1996.
mentarios.
Extintores portátiles de incendios. Parte 6: Procedimientos para la evaluación de la
UNE 23.110/6 1996.
conformidad de los extintores portátiles con la Norma EN 3, partes 1 a 5.
UNE 23.400/1 1998. Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 25 milímetros.
UNE 23.400/2 1998. Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 45 milímetros.
UNE 23.400/3 1998. Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 70 milímetros.
UNE 23.400/4 1998. Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 100 milímetros.
UNE 23.400/5 1998. Material de lucha contra incendios. Racores de conexión. Procedimientos de verificación.
UNE 23.405 1990. Hidrante de columna seca.
570 .../...
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
.../...
UNE 23.406 1990. Lucha contra incendios. Hidrante de columna húmeda.
UNE 23.407 1990. Lucha contra incendios. Hidrante bajo nivel de tierra.
UNE 23.500 1990. Sistemas de abastecimiento de agua contra incendios.
UNE 23.501 1988. Sistemas fijos de agua pulverizada. Generalidades.
UNE 23.502 1986. Sistemas fijos de agua pulverizada. Componentes del sistema.
UNE 23.503 1989. Sistemas fijos de agua pulverizada. Diseño e instalación.
UNE 23.504 1986. Sistemas fijos de agua pulverizada. Ensayos de recepción.
UNE 23.505 1986. Sistemas fijos de agua pulverizada. Ensayos periódicos y mantenimiento.
UNE 23.506 1989. Sistemas fijos de agua pulverizada. Planos, especificaciones y cálculos hidráulicos.
UNE 23.507 1989. Sistemas fijos de agua pulverizada. Equipos de detección automática.
UNE 23.521 1990. Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Generalidades.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos para
UNE 23.522 1983.
protección de riesgos interiores.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos para pro-
UNE 23.523 1984.
tección de riesgos exteriores. Tanques de almacenamiento de combustibles líquidos.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos para
UNE 23.524 1983.
protección de riesgos exteriores. Espuma pulverizada.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas para
UNE 23.525 1983.
protección de riesgos exteriores. Monitores lanza y torres de espuma.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Ensayos de recepción
UNE 23.526 1984.
y mantenimiento.
UNE 23.541 1979. Sistemas fijos de extinción por polvo. Generalidades.
UNE 23.542 1979. Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de inundación total.
UNE 23.543 1979. Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de aplicación local.
UNE 23.544 1979. Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de mangueras manuales.
UNE 23.590 1998. Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Diseño e instalación.
UNE 23.595-1: 1995. Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 1: Rociadores.
Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 2: Puestos
UNE 23.595-2: 1995.
de control y cámaras de retardo para sistemas de tubería mojada.
Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 3:
UNE 23.595-3: 1995.
Conjuntos de válvula de alarma para sistemas de tubería seca.
571
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
3.1.1. Introducción
En la organización de un plan de protección contra incendios en un centro de trabajo me-
rece especial importancia la elección de los elementos materiales más adecuados y eficaces.
Si se tiene en cuenta que el extintor es el primer elemento que se usa en los primeros minutos
de iniciación de un fuego se puede afirmar que de él depende que la propagación del fuego
se aborte o no. Elegir un buen extintor significa conocer qué agente extintor es el más ade-
cuado y qué tipo y eficacia de extintor conviene. Además la efectividad de su uso depende de
que se efectúe la actuación según lo recomendado por las entidades de reconocido prestigio
en la lucha contra incendios y de que su mantenimiento y ubicación sea el correcto según la
reglamentación o normativa correspondiente.
excepción de que no lleva el agujero roscado para un manómetro. Este tipo de extintor lle-
va una válvula de seguridad 6 tarada a 0,8 veces la presión de prueba, porque suponemos
que su capacidad es superior a tres litros. Además el botellín, si es de anhídrido carbónico
y su capacidad es superior a 0,40 litros, dispone de un disco de seguridad tarado a una
presión aproximada de 190 kg/cm2.
Para el accionamiento del extintor se comienza por quitar el pasador de seguridad tiran-
do de su anilla, desbloqueándose así la palanca que al apretarla hacia la maneta fija abre la
salida del agente impulsor del botellín 2 que, a través del tubo 3, se aloja en la cámara 4.
Posteriormente, si se empuña la boquilla de la manguera 7 y se acciona su palanca el agente
impulsor que estaba presionando desde su cámara al agente extintor, obligará a este a pasar
por el tubo 1 y salir por la boquilla de la manguera.
574
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
EXTINTOR DE INCENDIOS
6 kg Polvo ABC
21 A 113B C
MODO DE EMPLEO
1. Quitar el pasador de seguridad
2. Apretar la maneta
3. Dirigir el chorro a la base de las llamas
PRECAUCIÓN
No apto para su uso en presencia de tensiones supe-
riores a 35.000 voltios
El polvo ABC no es tóxico ni corrosivo
FABRICANTE:
DISTRIBUIDOR:
En la casilla superior se indica la marca comercial del extintor. En la siguiente casilla viene la
información sobre el tipo y cantidad de agente extintor y la eficacia del extintor. En el caso de
la figura se indica que el extintor es de 6 kg de masa total (suma de las masas de los agentes
extintor e impulsor y la del recipiente). El agente extintor es polvo polivalente antibrasa ABC
a base de fosfatos que extingue fuegos de las clases A (sólidos), B (líquidos) y C (gases) con las
eficacias correspondientes a 21 A, 113 B y C, respectivamente, según la norma UNE–23110 que
especifica el tamaño y clase de fuego que es capaz de extinguir considerando unas determi-
nadas condiciones.
575
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
A continuación viene una casilla sobre el modo de empleo del extintor. La casilla que in-
dica PRECAUCIÓN es para advertir sobre los tipos de fuego para los que no debe utilizarse el
extintor y además se añade la información de que el agente extintor no es tóxico ni corrosivo.
En la siguiente casilla se da la referencia del fabricante que cumple con las exigencias legales.
En la próxima casilla se indica la marca de la entidad autorizada que ha intervenido para
la homologación del aparato. Conjuntamente a esta marca se da la información sobre las ca-
racterísticas del continente del extintor y la norma seguida para homologar con los códigos
correspondientes al aparato extintor.
A continuación viene la casilla con las referencias del distribuidor y otra última con las refe-
rencias del mantenedor y/o encargado. Todos ellos deben cumplir con las exigencias legales.
En la Figura 4 se presenta un ejemplo de placa de diseño según normas. En ella se puede
apreciar el nombre del organismo autonómico como autoridad competente para controlar las
pruebas periódicas de presión. La casilla superior esta reservada para el número de registro.
En la primera casilla de la izquierda se indica la presión de diseño o de timbre que corresponde
a la presión máxima de servicio (en este caso 20 kg/cm2).
Las otras cuatro casillas están reservadas para indicar la fecha y marca de quien realiza las
pruebas de presión con periodicidad de cinco años. En la placa de la figura se indica la fecha
de la primera prueba de presión: 09–97. En este caso la última prueba se realizará en la fecha
del mes 09 del año 2012 que dará de validez al extintor cinco años más hasta el mes 09 del
año 2017 en que ya habrán pasado 20 años de servicio y por esto el extintor deberá retirarse.
En la Figura 5 se presenta una etiqueta correspondiente a un extintor de anhídrido car-
bónico. Puede comprobarse que la distribución de la información dada es similar a la de la
etiqueta de la Figura 3. Este tipo de extintores no lleva placa de diseño, pues por pertenecer al
grupo de botellas de gases licuados deberán llevar las inscripciones reglamentarias grabadas
directamente sobre la botella. Además dichas botellas disponen de un disco de seguridad ta-
rado a una presión de ~190 kg/cm2. Otra característica peculiar de los extintores de anhídrido
carbónico es que la boquilla de la manguera es más grande que la de los otros tipos. Está rea-
lizada en material aislante para evitar que la temperatura especialmente baja del gas licuado
produzca quemaduras.
576
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
EXTINTOR
5 Kg CO2 (Anhídrido carbónico)
34 BC
MODO DE EMPLEO
1. Posición vertical
2. Tirar de la anilla
3. Dirigir el chorro a la base de las llamas
PRECAUCIÓN
No utilizar en fuegos metálicos y productos radioactivos
FABRICANTE:
DISTRIBUIDOR:
AGENTE EXTINTOR D
A B C
(Metales
(Sólidos) (Líquidos) (Gases)
especiales)
Notas:
1. En fuegos poco profundos (profundidad inferior a 5 mm) puede asignarse xx.
2. En presencia de corriente eléctrica no son aceptables como agentes extintores el agua a chorro ni la es-
puma; el resto de los agentes extintores podrán utilizarse en aquellos extintores que superen el ensayo
dieléctrico normalizado en UNE–23.110.
Otro parámetro a tener en cuenta sería el tamaño del fuego que viene indicado por la
parte numérica del código que nos define la eficacia del extintor. Este código está determi-
nado por la norma correspondiente. Si los recintos que se desean proteger están en edificios
habrá que recurrir a lo dispuesto en la Norma Básica de la Edificación que corresponda se-
gún la fecha de construcción del inmueble o, en caso que exista, a la ordenanza municipal
correspondiente.
Antes de usar un extintor contra incendios portátil se recomienda realizar un cursillo prác-
tico en el que se podrían incluir las siguientes reglas generales de uso (ver fig. 6):
1. Descolgar el extintor asiéndolo por la maneta o asa fija que disponga y dejarlo sobre el
suelo en posición vertical.
2. En caso de que el extintor posea manguera asirla por la boquilla para evitar la salida
incontrolada del agente extintor. En caso de que el extintor fuese de CO2 llevar cuidado
especial de asir la boquilla por la parte aislada destinada para ello y no dirigirla hacia las
personas.
3. Comprobar, en caso de que exista válvula o disco de seguridad, que están en posición
sin peligro de proyección de fluido hacia el usuario.
4. Quitar el pasador de seguridad tirando de su anilla.
5. Acercarse al fuego dejando como mínimo un me-
tro de distancia hasta él. En caso de espacios abier-
tos acercarse en la dirección del viento.
6. Apretar la maneta y, en caso de que exista, apre-
tar la palanca de accionamiento de la boquilla.
Realizar una pequeña descarga de comprobación
de salida del agente extintor.
7. Dirigir el chorro a la base de las llamas.
8. En el caso de incendios de líquidos proyectar su-
perficialmente el agente extintor efectuando un
barrido horizontal y evitando que la propia presión
de impulsión pueda provocar el derrame incon-
trolado del producto en combustión. Avanzar gra-
dualmente desde los extremos.
Definiciones
Si se plantea un itinerario cualquiera de evacuación, antes del estudio de optimización
se debería poner atención en los siguientes conceptos generales extractados de la Norma
Básica de la Edificación NBE-CPI/96.
581
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
Salida de edificio: Puerta o hueco utilizable como paso a un espacio exterior seguro. Si
el espacio exterior seguro no tiene capacidad para todos los ocupantes se podrá buscar otro
espacio adicional capaz con la condición que el recorrido sea menor que 50 m y cumpla con
la normativa específica.
Además, la NTP comentada contempla los Tiempos de evacuación, el Cálculo de vías de
evacuación y su aplicación práctica y el Cálculo de los tiempos de evacuación.
En general, se pueden indicar como normas a tener en cuenta en una evacuación en caso
de incendio las siguientes:
– Al activarse la señal de evacuación, comprobar que las vías de evacuación se encuen-
tran practicables, en caso contrario notificarlo el hecho al Jefe de Emergencia.
– Mantener la calma. Indicar al personal de la zona la necesidad de evacuar el centro, por
las salidas definidas (siempre que estas estén practicables).
– Guiar a los ocupantes hacia las vías de evacuación.
– Tranquilizar a las personas durante la evacuación, pero actuando con firmeza para con-
seguir una evacuación rápida y ordenada.
– Ayudar a las personas impedidas, disminuidas o heridas.
– No permitir la recogida de objetos personales.
– No permitir el uso de los ascensores.
– Siempre que sea posible verificar que los distintos lugares asignados han sido evacua-
dos correctamente.
– Una vez en el exterior, dirigirse al Jefe de Emergencia, indicándole la completa evacua-
ción de la zona o, en caso contrario, las incidencias producidas en la misma (heridos,
lugares que no se pudieron comprobar, etc.).
do, en principio, por el escaso o limitado tiempo con el que se cuenta, y por la necesidad de
solventar las reacciones de pánico que suelen provocar los siniestros. Como norma general de
actuación debe recordarse, una vez más, el principio básico de la Medicina de Catástrofes, en
el sentido de primar el interés colectivo frente al individual.
En toda sistemática de evacuación han de constar, al menos:
– Unas normas generales para el personal.
– Una definición de prioridades igualmente en función del área a evacuar, tipo de enfer-
mos y disponibilidad de personal.
– Una metodología del traslado de enfermos, en virtud del tipo de Unidad a evacuar.
Los planes de emergencia pretenden con su implantación optimizar la utilidad de los re-
cursos técnicos y humanos disponibles, con el objetivo de controlar con rapidez la evolución
de la emergencia y minimizar sus consecuencias. En un plan de autoprotección se pretenden
los mismos objetivos pero además se incluye el de implantación de medidas de prevención
que reduzcan la probabilidad de inicio de emergencias.
Los conceptos de accidente y emergencia están muy ligados entre sí, pudiendo definir-
se como sucesos inesperados y no deseados que interrumpen el desarrollo normal de una
actividad. En algunos casos sólo entrañan consecuencias económicas pero en otros pueden
ocasionar daños a personas. Algunos son de evolución rápida, como puede ser la muerte de
alguien por electrocución o explosión. Otros pueden ser de evolución más lenta como un
incendio o sequía. El desarrollo de actividades lleva implícito una serie de riesgos que con el
paso del tiempo pueden dar lugar a accidentes que ocasionarán situaciones de emergencia.
Las medidas contra los accidentes-emergencias son: la prevención, la protección y la repa-
ración. Podemos definir la prevención como el conjunto de medidas tendentes a que no se
produzcan situaciones no deseadas, la protección como el conjunto de medidas que intentan
neutralizar la emergencia producida y la reparación como el conjunto de medidas tendentes
a reparar los daños ocasionados por un accidente.
En un establecimiento sanitario las emergencias pueden ser muy variadas pudiendo ir des-
de una situación de catástrofe externa que pueda ocasionar la llegada de numerosos enfer-
mos o heridos, pasando por situaciones potenciales de emergencia interna como una alarma
de bomba o también los posibles accidentes que puedan originarse por las instalaciones o
actividades que se desarrollan en el propio establecimiento.
587
\[[[[ MANUAL DEL CELADOR DE INSTITUCIONES SANITARIAS
b) Por arrastre directo: está indicado cuando hay mucho humo, son imposibles de utilizar en eva-
cuación vertical, requieren gran esfuerzo y algunos son lentos y requieren entrenamiento.
c) Por arrastre con silla: son rápidos, son bastante confortables para los pacientes pero
no se pueden utilizar, generalmente, para la evacuación vertical.
d) Por arrastre por colchón: son seguros y confortables, son muy lentos y complicados,
las vías de evacuación deben ser amplias y se necesita un gran esfuerzo físico.
588
CAPÍTULO 23. ACTUACIÓN DEL CELADOR EN EL PLAN DE EMERGENCIA DE UNA INSTITUCIÓN SANITARIA [[[[\
Las cuestiones más comunes que se plantean en las distintas convocatorias de opo-
siciones relacionadas con esta unidad didáctica son:
2Detectores de fuego que no se dispara por el humo, agente extintor menos indicado
en fuegos de tipo B, método de evacuación de enfermos más aconsejable con humo
(Servicio de Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2006).
2Concepto de hidrante, utilización de ascensores durante un incendio (Servicio de
Salud de Castilla y León –SACYL–, convocatoria 2009).
2Concepto EPI, normas básicas de autoprotección en los centros, Ley sobre protección
de incendios, medidas preventivas de incendios, agentes extintores, funciones del
Equipo de Primera Intervención, evacuación de incendios, misiones del EPI, concepto
de BIE, tipos de fuegos, peligro ante los incendios, tipos de agentes extintores, mé-
todos de evacuación, orden de evacuación de pacientes, documentos obligatorios
en un plan de emergencia, establecimiento de zonas seguras (Servicio Andaluz de
Salud –SAS–, convocatoria 2009).
2Atención a una emergencia parcial, medios de protección pasiva, evacuación con
humo, responsable ante una emergencia, fines de los planes de emergencia, se-
ñalización de seguridad, orden de evacuación, actuación ante un fuego (Servicio
Gallego de Salud –SERGAS–, convocatoria 2009).
2Preparación ante una emergencia, factores de riesgo de las emergencias, estructura y
contenido de un Plan de emergencias, concepto de alarma, concepto de evacuación,
actuación básica ante un incendio, normas ante una evacuación, vigencia del plan de
autoprotección (Servicio Vasco de Salud–OSAKIDETZA–, convocatoria 2009).
2 Señales de salvamento, manipulación de extintor (Servicio Murciano de Salud–SMS–,
convocatoria 2009).
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