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Lírica andina

Manto tejido
de flores llevas
su trama es hecha
con hilos de oro
sus finos flecos
están atados
a mi ternura.

Popol Vuh
(libro de los quechés Maya-Quiche)

A continuación (los Progenitores) entraron en pláticas acerca


de la creación y la formación de nuestra primera madre y padre.
De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de
maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente
masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro
hombres que fueron creados.

De Literaturas Hispanoamericana y Argentina.


A. VEIRAVÉ

ESTE CANTO ES AMÉRICA

Este Canto es América - 24 - Héctor D. Gatica


Poesía Indígena

Poesía lírica indígena

Lloro y me aflijo, cuando recuerdo


que dejamos las bellas flores, los bellos cantos,
... no por segunda vez serán engendrados,
no por segunda vez serán hechos hijos
y ya están a punto de salir de la tierra ...
¿Dónde ha de vivir este corazón mío?
¿Dónde será mi casa? ¿Dónde mi mansión duradera?
Ah, sufro desamparo en la tierra.

Lírica amazónica

Escucha el ladrar de los perros,


mi hijo, duerme, pues, ven.
Duerme, pues niño, que tu padre
va a traer un venado moreado para tu animalito,
y una oreja de liebre para tu collar,
y frutas moreadas de la espina para tus juguetes.

Héctor D. Gatica - 23 - Este Canto es América


Héctor David Gatica

Este canto es
América
Integración Latinoamericana

Tomo I – Segunda Edición

- 2016 -
PRIMERA PARTE

Diseño
Carlos Paigés

© Copyright 2016. Héctor David Gatica

IMPRESO EN ARGENTINA

Héctor D. Gatica - 21 - Este Canto es América


Mi agradecimiento
a las siguientes Empresas:

Bibliografía: Karam Automotores S.A.


Rioja Gomas S.A.
La nómina de la bibliografía consultada va en el jemplar Nº 2 Arturo Arias S.A.
de “Este Canto es América”, dedicado a la Argentina y España. Julio Arias S.R.L.
En cuanto a la Argentina, en lugar de reproducir a los poetas Pablo D´Alessandro
que fueron apareciendo en los distintos números de “Poesía Boot Minimarket
Amiga” -más de sesenta- se ha optado por una selección más María Linda
amplia, fruto en parte del conocimiento personal por viajes,
asistencia a congresos, canje de libros y revistas, y por el aporte
invalorable de algunas antologías. Y se la ha tomado por región
y por provincia. Tambien mi agradecimiento a Fernando Montero
por ayudarme a encontrar estos esponsor.
Y al Ing. Carlos Paigés por acompañarme
generosamente en la compaginación de este libro.

Este Canto es América - 20 - Héctor D. Gatica


Es sabido que no hay escritor que no haya pensado alguna vez
en fundar su revista. Es sabido también que cuando ello se logra,
se cumple un hecho de muy digno destino, una tentativa más hacia
la comunicación, hacia la voluntad de expresar el mundo.

Los Autores
Buenos Aires, noviembre de 1967

Héctor D. Gatica - 19 - Este Canto es América


abnegada y maravillosa vida de las revistas en su incesante nacer
y morir. Empresas de jóvenes -casi sin excepción- les ha sido dada
como una fatalidad la vida breve. Sólo muy pocas perviven sobre
el camino de las dificultades financieras, el silencio o la indife-
rencia. Todas, en su esfuerzo conjunto y permanente alimentan
la arteria profunda del proceso cultural argentino.
Ellas configuran el rostro de las épocas y son, no pocas veces, el
signo o la clave de ciertos instantes de crisis o de transformación.
PRÓLOGO
En su varia sustancia tiene lugar el germen de la obra de aliento:
allí conviven el gesto inmaduro y la tendencia nueva, la actitud no
conformista y la voluntad de insertarse en los hechos. Son sobre
todo, la presencia viva de voces y de juicios, y en esa especial
condición que las hace hijas de su tiempo y de la inmediatez, su
material es pulpa que alimenta, aunque sea tangencialmente, la ¿ Cuál es la importancia de esta obra? Que en ella, en
historia literaria.
su poesía, está reflejada el alma de América, mereciendo
Poseen, aunque el rigor no es siempre su principal virtud, un
significado antológicos sobre el tiempo que pasa. Decía Alfonso por tanto leerla desde la primera hasta la última página.
Reyes que “a veces las antologías marcan hitos de las grandes Cada país muestra algo de lo suyo: El agua del Río de La
controversias críticas, sea que las provoquen o que aparezcan Plata en las palabras de los uruguayos; el mineral en el
como su consecuencia”. rostro araucano de Chile y en el dolor coya de Bolivia;
Para concluir, permítanos el lector arriesgar una opinión: las la devastación de la guerra en Paraguay; el latido que-
revistas pueden ser efímeras y mortales, pero su constante renacer
chua en Perú; la poesía negra en Venezuela, Ecuador,
las hace imprescindibles e inmortales. Y es fundamental saber
cuál es el tono de su voz y el por qué de su contenido. Creemos América Central.
que ahora, aquí y para un futuro inmediato, ninguna revista A la par de poetas poco conocidos, no por ello menos
literaria tiene derecho a existir si no está dispuesta a combatir, buenos, también las grandes expresiones de nuestra lite-
destruir concienzudamente los últimos escombros de un país ratura continental. No fue tarea fácil lograr este cometi-
“demorado”, como lo ha denominado precisamente una revista do, hubo que viajar por América sin ningún apoyo oficial,
literaria; pulverizar esquemas viejos y falsos y agitar, promover,
conectándonos con personalidades como Nicanor Parra,
inventar, recrear y rescatar la imagen de un antiguo dios cuyo
rostro es el rostro verdadero de una comunidad que pugna por Chile -varias veces candidato al premio Nóbel, autor
encauzar su destino. de sus afamados “Antipoemas”-, Josefina Pla, máxima
Este Canto es América - 18 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica -  - Este Canto es América
poeta paraguaya al momento de su encuentro con ella en
estos viajes, Yolanda Bedregal, famosa poeta peruana
reconocida por sus “alegatos”, Juan Quirós, sacerdote
y crítico del arte boliviano. Amén de venir en nuestra
ayuda revistas literarias como Alcor, paraguaya, dirigi-
da desde Francia por Barbeiro Saguier, Orfeo, de Chile
-Revista de poesía y teoría poética- , Índice de la Poesía Homenaje
Boliviana Contemporánea, de Juan Quirós, Cuadernos
Julio Herrera Y Reisig, de Uruguay, fundados por Ortiz Con este trabajo queremos rendir el más sentido de los home-
Saralegui y dirigidos después por Arsinoe Moratorio, najes a las revistas literarias todas, por la invalorable labor que
Lírica Hispana de Venezuela, directoras Conie y Jean; ellas cumplen.
Y porque una revista literaria, “Poesía Amiga”, nos abrió
solo por nombrar algunas de las más de cien revistas
las puertas del mundo permitiéndonos viajar, volar, navegar;
literarias que recibíamos de América y Europa en una conectarnos con lejanísimos poetas, recibir numerosas revistas;
estafeta a 15 kms., adonde había que ir a buscarlas a intercambiar libros; crear un puente de integración, de conoci-
caballo, y los cientos de libros que nos enviaban sus miento poético.
autores por canje con nuestra revista Poesía Amiga, tras Y el apoyo mutuo y la identificación en una empresa común,
dedicarle un número suyo a cada país visitado. llevando y trayendo un mensaje de fraternidad universal.
Incluimos aquí el siguiente trabajo:
Su primera edición fue en 1993, en 2 tomos de un total
de 840 págs., Ediciones Culturales Argentinas (ECA),
por mediación del Senador Eduardo Menem. Las revistas literarias argentinas
Lamentablemente, en lugar de ser difundida por los 1893-1967
países involucrados, la CONABÍP la envió a las bibliote-
cas, donde quién puede consultar algo cuya existencia se Por: H. Lafleur, S. Provenzano y F. Alonso
desconoce. Los grandes medios gráficos metropolitanos
Articular un panorama de las revistas literarias argentinas
tampoco se hicieron eco. nacidas en el presente siglo, es el propósito de este trabajo.
Ante tamaña frustración me puse a memorizar po- Nos ha guiado al emprender esta tarea el deseo de rescatar del
emas de diversos autores dedicándome a dar recitales olvido -sobre todo para los escritores de hoy- ésa a veces secreta,

Este Canto es América -  - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 17 - Este Canto es América
mos, más los viajes, se logró un intercambio muy singular. por el país a manera de una difusión oral, como en los
La intención era completar toda América. Falta un escalón, lejanos tiempos de los juglares ¿Se acuerdan?
faltó un viaje para cubrir Ecuador, Colombia y Venezuela.
De manera que primero me quedé con el dolor de
El último número estuvo dedicado conjuntamente a Perú y a
España -a esta última sin viajar-. no cumplir el recorrido de toda América con la revista
Poesía Amiga, llegando solo hasta Perú, faltándome dos
viajes, uno a Ecuador, Colombia y Venezuela y el otro a
Cantata Riojana España, deuda que saldé con la edición del libro ESTE
CANTO ES AMERICA, apareciéndome una pena más
Si bien no corresponde que trate de esto acá, no me resisto a
por su difusión truncada. No se lo merecía, creo, pasar
la tentación de agregar algo acerca de ella:
Además de esa gira de un mes por la provincia, estuvo presente inadvertida después de tanto empeño y con el riquísimo
en trece provincias más, en el festival nacional de Cosquín y en material que atesora.
Buenos Aires con un lleno total en el Teatro Cervantes y en el Con los ejemplares que me correspondieron como au-
Teatro Colón, siendo vista por TV en todo el país y escuchada tor y ante la imposibilidad de enviarla por correo dado
en esa oportunidad por más de cien delegaciones del extranjero el alto costo y más todavía al exterior, lo cual hubiera
y por presidentes de numerosos países.
llevado alegría a algunos de tantos que aquí aparecen,
Por su contenido, si bien se trata de la historia contada y canta-
da de una provincia argentina, su temática es propia de cualquier aproveché congresos a los cuales me invitaron para
pueblo americano. (La música pertenece a Ramón Navarro) hacer unas pocas entregas, así, en Santa Fe al difundido
Nos hubiera hecho muy felices poderla pasear por América. cuentista y novelista boliviano Néstor Teerán para que
Pero en esto se quedó con un sueño no cumplido, como con “Este le hiciera entrega a Yolanda Bedregal, en San Luis a
Canto es América”. Nicanor Parra, que tras hojearla me dijo que le sería muy
Al cumplir los treinta años sigue más vigente que nunca.
útil para sus talleres literarios y al catedrático paraguayo
Hugo Rodríguez Alcalá, para que se la entregara a Jose-
fina Pla, en Rosario a Tiago Da Mello -poeta traducido
al castellano por Pablo Neruda y Mario Benedetti- que
manifestó querer llevarla a Brasil pues pensaba trabajar
en una antología.

Este Canto es América - 16 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica -  - Este Canto es América
Gracias a la Ley del Libro de La Rioja, tras esperar solicitaban material de poetas paraguayos contemporáneos. Lo
más de veinte años con la ilusión de reeditarlo, vengo a notable de esto es que ellos, viviendo en una de las más grandes
capitales de América, nos pedían material paraguayo y boliviano
cumplir con esta cuasi utopía y como si fuera la primera
a quienes habitamos en un lugar donde no llegaban colectivos,
lectura, al releerlo para corregir las pruebas, he gozado rodeado de obrajes de hacheros, ni había estafeta tan siquiera,
su contenido poético, me he emocionado. de modo que ese telegrama transradio que ellos nos enviaban,
Salvo unas pocas y calificadas excepciones, este debíamos contestarles “transcaballo”, pues la correspondencia era
material llega hasta poco después de mediados del siglo llevada a lomo de caballo hasta la estafeta más próxima, distante
pasado, quedando lo posterior para otro trabajo. quince kilómetros y por donde despachabamos tantas revistas al
exterior y a otras provincias.
En cuanto a la Argentina y España, será para el segun-
Carta de Braceli: No creo que en el país, e incluso en América,
do tomo, ahí también irá la bibliografía consultada. se haga una tarea tan significativa como la de Poesía Amiga. Es
Amigo lector, sea Ud. poeta o no, le hago entrega de un puente increíble. Una guía poética, un apostolado poético. Y
este canto americano, disfrútelo, difúndalo, que tiene el la misma precariedad material multiplica su potencial.
perfume de una flor silvestre potenciada por el beso del Me emociona casi hasta las lágrimas cada vez que el cartero
rocío al amanecer. me trae un ejemplar de Poesía Amiga. Poemas de gente muy
distinguida, muy lejana... y esa incomparable letrita irregular
del mimeógrafo.
HECTOR DAVID GATICA Héctor David, lo de Poesía Amiga no tiene nombre. Es impor-
La Rioja, Argentina, otoño de 2016 tante. Y es hermoso. Es hermosamente importante.
En prólogo de P.A. Nº 13 leo: “Posiblemente a P.A. le esté
quedando poca vida, se conforma con autopersuadirse de que su
trayectoria está cumplida”.
Por favor, si de verdad es cierta nuestra amistad, nada de pudor,
dime con todas las letras que se necesita.

Integración Latinoamericana y con otros continentes

Con “Poesía Amiga” y las direcciones que consignábamos de


las publicaciones que nos llegaban, de los poetas que publicába-

Este Canto es América - 10 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 15 - Este Canto es América
Molino de Papel”, entre varias otras de España; “Idea”, de Perú;
“Lírica Hispana”, de Venezuela, hasta la edición 231; “Alcor” de
Paraguay, dirigida desde Francia por Rubén B. Saguier en tiem-
pos de la tiranía de Stroessner; “El Corno Emplumado”, “Pájaro
Cascabel” y “Panoramas” -revistas de 300 páginas- venidas de
México; “Testimonio”, de la República Dominicana; “Panorama
Poética Luso Hispánica”, de Portugal.
La conexión con revistas del país de distintas provincias: “Uto-
Introducción
pía”, de San Juan; “Azor”, de Mendoza; “Verborama” y “Arauco
Literario”, de La Rioja; “Arbol”, de Catamarca; “Signo”, de Tu-
Ganas y juventud. O haber nacido ya con un destino. Porque
cumán; “Tarja”, de Jujuy; “Laurel”, de Córdoba; “La Diligencia”,
bien podría decirse: Como de la nada surgió todo.
de Santa Fe. Y suplementos literarios y revistas menos conocidas
Vivíamos en el límite de la provincia de La Rioja, a 150 Kms.
de las otras provincias. Y numerosas revistas de Capital Federal.
de la ciudad más próxima y en un lugar donde, qué vamos a decir
En fin que, nos llegaban, más de cien revistas literarias.
correo, ni estafeta había; qué vamos a decir caminos provinciales
En Nº VIII de “Poesía Amiga”, por dar un ejemplo, estuvo
o rutas nacionales, apenas si huellas vecinales ahondadas por
dedicado exclusivamente a poetas riojanos; el Nº XI a 34 poetas
sulkys y carros.
argentinos. A partir del Nº 9 correspondió uno por país.
Lugar de obrajes donde los hacheros talaban el monte o criaban
También es digno señalar la entrevista al pie de la Cordillera
cabras los puesteros, ahí, aunque parezca imposible e increíble,
de los Andes que en Chile le hiciéramos al poeta Nicanor Parra,
editábamos simultáneamente tres publicaciones distintas y en
hermano de la folklorista Violeta Parra, autor de los renombrados
respetable tirada, valiéndonos de un mimeógrafo, haciendo llegar
“Antipoemas”.
nuestros mensajes a la provincia, al país y a lejanas naciones y
Las veces que estuvimos juntos con el poeta Víctor Hugo
continentes.
Cúneo, antes de prenderse fuego en la plaza Independencia de
A eso, sumarles los libros que escribíamos en el lugar.
Mendoza -aún quemado siguió escribiendo hasta morir-.
Mas, acá no termina todo: Fundamos una asociación de ex
La estadía en “El Fogón de los Arrieros” en el Chaco -editaron
alumnos de una escuela rural primaria de cien socios, la mayoría
más de cien de sus boletines- o la tarde que pasamos con el gran
hacheros, carreros, pequeños puesteros; creamos una biblioteca
poeta entrerriano Juan L. Ortíz, a orillas del río Paraná, al volver
pública -a muchos ranchos llegaban sus libros en calidad de prés-
del Paraguay.
tamo-; levantamos una capilla; formamos un conjunto folklórico
Carta de Milton de Lima Sousa, Sao Pablo, solicitando ejem-
de tres guitarras; hicimos teatro representando una serie de obras,
plares de “Poesía Amiga” para distribuir en Brasil.
la mayoría escritas por nosotros mismos. Y jugamos numerosos
Hubo aquel extenso telegrama desde México, donde nos de-
partidos de fútbol en distintas localidades.
cían que habían utilizado textos nuestros dedicados a Bolivia y
Este Canto es América - 14 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 11 - Este Canto es América
Revista Alborada Estas crónicas, que fueron acompañando número tras número
“Poesía Amiga” desde la edición nueve en adelante, aparecieron
Corría enloquecidamente el viento norte por los llanos riojanos después en forma de libro con el título “Geografía poética de
y corriá también el helado mes de agosto de 1956, cuando en un América”.
lugar que por lo desconocido ni figuraba en los mapas provinciales,
“Villa Nidia”, 350 Kms. al sur de la ciudad de La Rioja, decidi-
mos comenzar la aventura de editar una revista mimeografiada Respuestas a esta increíble aventura
a la cual denominamos “Alborada”, que habríamos de mantener
durante una década, completando cuarenta y cinco ediciones. Carta del conocido escritor chileno Antonio de Undurraga,
Posteriormente sale “Caminando”. saludando a “Poesía Amiga” como a una compañera de su revista
americana “Caballo de Fuego”.
Extensa carta -después de visitarla personalmente- de la famosa
Revista Poesía Amiga escritora paraguaya Josefina Pla. Y el libro “Hijo de Hombre”
dedicado y enviado por el no menos conocido novelista Augusto
Cinco años después de iniciar con la revista “Alborada”, le Roa Bastos.
enancábamos una nueva publicación, que comenzaría como su- Carta de la Universidad de Texas requiriendo la colección
plemento para luego independizarse: “Poesía Amiga”, de mayores completa de “Poesía Amiga” y haciéndonos saber que cuentan
pretensiones literarias, con vuelos esta vez hacia remotos lugares con más de cien mil volúmenes de literatura latinoamericana.
de otros continentes. Carta del norte de África, desde Marruecos, del poeta Armando
Rojo León, solicitándonos le publiquemos una poesía de su autoría
en homenaje a los sesenta años del poeta Rafael Alberti, lo cual
Crónicas viajeras no podía hacer en España por la censura franquista.
Saludo desde España de nada menos que Cansinos Assens y
No satisfechos con enviar ambas revistas por correo -contando poesías -que le publicamos- del hoy académico Pere Ginferrer.
con la colaboración de poetas de lejanas tierras, habiendo creado Carta desde el Océano Atlántico de Ariel Ganzani, al ir
un puente por sobre naciones, océanos y continentes- decidimos viajando en su barco carguero. Ganzani publicaba una revista
salir por América para recoger personalmente la poesía, país por internacional de poesía: “Cormorán y Delfín”.
país, conocer sus escritores y de regreso a la Argentina, dedicar Conceptuosa adhesión de Arsinoe Moratorio, directora de los
un número de “Poesía Amiga” a cada nación visitada. cuadernos uruguayos de poesía “julio Herrera y Reissig”.
Surge de esto la necesidad de crear una tercera publicación, El canje de “Poesía Amiga” con revistas internacionales de
para contar en ella de viajes y violencias. larga y brillante trayectoria: “Caracola” hasta el Nº 148, y “El

Este Canto es América - 12 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 13 - Este Canto es América
Cantaba el alba sus pájaros
y nunca se equivocaba.
Uruguay
Los eucaliptos su aroma País Charrúa
confiaban a la extensión.

María Eugenia Vaz Ferreira (1875-1924)

Único poema

Mar sin nombre y sin orillas,


Soñé con un mar inmenso,
Que era infinito y arcano
Como el espacio y los tiempos.

Daba máquina a sus olas,


Vieja madre de la vida,
La muerte, y ellas cesaban
A la vez que renacían.

Cuánto nacer y morir


Dentro la muerte inmortal!
Jugando a cunas y tumbas
Estaba la Soledad ...

De pronto un pájaro errante


Cruzó la extensión marina:
“Chojé... Chojé...” repitiendo
Su quejosa mancha iba.

Este Canto es América - 48 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 25 - Este Canto es América
Letras Uruguayas Me alcanza con tu voz para mirarte
y crearte de nuevo.

Julio Herrera y Reissig


Jules Supervielle (1884-1960)
Rebelde en la vida, sumiso al ensueño, se dio por entero al
último. Todo menos la poesía le era extraño. Fue un inadaptado. Montevideo
De ahí sus fracasos materiales; su incapacidad absoluta para
participar en esa batalla de lobos que es la vida, donde el éxito 1
se apoya en el zarpazo o en la dentellada. (…)
Puede afirmarse que Herrera y Reissig trató de realizar belleza Nacía y por la ventana
sin sujetarse a ninguna norma preestablecida, bien que alguna una volanta pasaba.
vez, por excepción, su entusiasmo por lo nuevo desequilibra
su propósito. Pero ello fue un accidente en su obra. Salvo dos o Con la fusta del cochero
tres composiciones acuñadas violentamente en los troqueles del la aurora despertaba.
simbolismo francés, el resto de su lírica se acompasa en el ritmo
de su propia sensibilidad. Un nocturno archipiélago
Pablo de Grecia flotaba en el alba líquida.

Despertaban las paredes


Evocación de Julio J. Casal y la arena que allí duerme.

La poesía no era solamente para él un ejercicio personal, sino Resbalaba algo de mi alma
un estado de gracia que se manifiesta por la inmediata necesidad al azul, a contra-cielo
de transformarse en un estado de comunión. Así Casal ha sido
el perpetuo compañero de las generaciones de poeta y él mismo, y otro poco se mezclaba
perpetua joven poesía. con un papel volador
En España y en América ha sido el amigo de los amigos, poeta
entre poetas, a causa de ellos, servidor del espíritu y director de después rozando una piedra
la sociedad del espíritu; es decir, soplo y llama. Un verdadero su fervor aprisionaba.
latino. Sobre todo de esta América, particularmente latina y

Este Canto es América - 26 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 47 - Este Canto es América
El verdadero mar fue mío y te lo di particularmente americana que es el Uruguay, ideal patria de
Tu mano era de viento y se perdió. cortesía y de humanismo.
Jean Cassou

Oigo tu voz ...


Julio J. Casal en Argentina
Oigo tu voz, viene desde tan cerca
y estoy tan lejos. En Buenos Aires escribe el crítico Romualdo Brughetti:
“En Julio J. Casal recordamos al fervoroso animador de “Alfar”,
Canto en mis rodillas la revista en cuya acción se colocara, en su hora, a la vanguardia
en lo más escondido de mi pecho. del movimiento de la poesía y del arte de su país, ceñido a las ex-
En mi oído el amor, te está mirando. presiones nuevas que alentaba con generosidad jamás desmedida.
El poemario “Cuadernos de Otoño” contiene lo más perdurable
Te escucho con mi sangre. Por la hierba de su trabajo poético. Sabía que la “poesía es aquello que vemos
andas descalza con tu acento. por la última vez con ojos inocentes al primer encuentro”...”
Para tus manos
playas hago nacer,
arena invento. Julio J. Casal ha muerto
Para tus barcos de papel
me nacen Casi impreso este cuaderno así como el número 91 de su re-
ríos pequeños. vista “Alfar”, muere repentinamente el 7 de diciembre de 1954
el gran poeta uruguayo Julio J. Casal, fraterno amigo nuestro.
Algo de luna y tierra en tu figura. El duelo de la poesía del Uruguay se extiende en este caso, a la
Así te estoy sintiendo. de todos los pueblos del idioma. Paralelamente todas las revistas
Ya no es el frío de tu soledad de poesía y de arte compartirán el dolor de “Alfar” que con su
nacida de mi fuego heroico director desaparece.
lejana en el ayer Julio J. Casal físicamente no está más con nosotros en su
cerca en el tiempo. diaria presencia. Pero lo hemos despedido sin despedirlo; se ha
ido, quedándose entrañablemente a nuestro lado, con su poesía,
Todo por ti su amor y su amistad sin tránsitos.
toma color
de carne y sueño.
Este Canto es América - 46 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 27 - Este Canto es América
María Eugenia Vaz Ferreira Delmira Agustini (1890-1914)

María Eugenia Vaz Ferreira, es sin disputa la primera poetisa Tu amor ...
de América y la más grande que ha tenido el país. Su personalidad
artística sólo puede equipararse a la de Zorrilla de San Martín, Tu amor, esclavo, es como un sol muy fuerte;
por la intensidad del sentimiento, lo hondo de la emoción y lo jardinero de oro de la vida,
exquisitamente delicado de su arte. jardinero de fuego de la muerte,
Es discípula de Heine y ha formado su estilo en el oscuro en el carmen fecundo de mi vida.
germanismo del poeta de Düsseldorf, que ella ha sutilizado en su
exquisito temperamento. Pertenece a la raza de los sensitivos, y sin Pico de cuervo con olor de rosas,
duda en su emotividad de apasionada, hay una mórbida aspiración aguijón enmelado de delicias
de “más allá”. Escribe desde niña y en todas sus composiciones tu lengua es. Tus manos misteriosas
está el sello de su alma poderosa e inquieta. son garras enguantadas de caricias.

Raúl Montero Bustamante Tus ojos son mis medianoches crueles,


De El Parnaso Oriental. 1905. panales negros de malditas mieles
que se desgranan en mi acerbidad;
crisálida de un vuelo del futuro
es tu abrazo magnífico y oscuro
María Eugenia Vaz Ferreira al lado de Julio Herrera y Reissig torre embrujada de mi soledad.
y de Delmira Agustini, es uno de nuestros clásicos; nos ha dejado
los cánticos más desolados y puros de la lírica continental.
Julio J. Casal
Uruguay González Poggi
Poemas
XIII

La autenticidad de su voz lírica correspondió siempre al sen- Este mar monótono,


timiento más profundo y delicado, aquel solivianta a las grandes de peces y de orilla siempre,
almas cuando se enfrentan con el misterio y la soledad, porque ya no es aquél.
ellas mismas participan de tales signos. La obra poética de María Es otro mar,
uno distinto...
Este Canto es América - 28 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 45 - Este Canto es América
¡Descíñeme, amante! ¡Descíñeme, amante! Eugenia Vaz Ferreira, prevalecerá, más allá de cualquier contin-
Bajo tu mirada surgiré como una gencia formal, como un verdadero milagro.
estatua vibrante sobre un plinto negro,
hasta el que se arrastra, como un can, la luna. Manuel De Castro

(Lenguas de diamante, 1918)


Delmira Agustini

Como la primavera Para las gentes de habla española, la poesía de Delmira fue
una revelación, en su más profundo sentido de verdad oculta y
Como un ala negra tendí mis cabellos descubierta por caminos ultrahumanos.
sobre tus rodillas.
Cerrando los ojos su olor aspiraste, Leopoldo Benítez Vinueza
diciéndome luego:
-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgo?
¿Con ramas de sauces te atas las trenzas? Es la primera vez que en lengua castellana aparece un alma
¿Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras femenina en el orgullo de la verdad de su inocencia y de su amor,
porque acaso en ellas exprimiste un zumo a no ser Santa Teresa en su exaltación divina.
retinto y espeso de moras silvestres?
¡Qué fresca y extraña fragancia te envuelve! Rubén Darío
Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Qué perfume usas?
Y riendo, te dije: Juana de Ibarbourou
-¡Ninguno, ninguno! fue homenajeada por la U.N.E.S.C.O.
Te amo y soy joven, huelo a primavera.
Este olor que sientes es de carne firme, La VIII Asamblea de la U.N.E.S.C.O. reunida en Montevideo
de mejillas claras y de sangre nueva. rindió homenaje, en sesión solemne, a la ilustre poetisa Juana de
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo Ibarbourou.
las mismas fragancias de la primavera! “Más que por mi misma -dijo Juana- recibo este honor para
mi país, porque seguro es que he sido elegida para que él fuese
(Raíz salvaje, 1922) honrado en una de las mujeres uruguayas que más sueña y anhela

Este Canto es América - 44 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 29 - Este Canto es América
la confraternidad de todos los países del mundo”. y florecieron bajo tus pupilas,
Es un nuevo laurel que la autora de “Lenguas de Diamante” como sonrisas muertas de tus ojos,
recoge, esta vez, de los representantes de la cultura universal. dos diminutas mariposas lilas.
Junto al regocijo unánime de su pueblo y de sus compañeros de
letras, unimos el nuestro, con la más profunda solidaridad de los (Los parques abandonados)
poetas de los “Cuadernos Julio Herrera y Reissig”.

Juana de Ibarbourou (1895-1979)


Carlos Sabat Ercasty
La cita
Obedecí a mi vocación durante medio siglo, sin detenerme
jamás ante el erizamiento de las dificultades. He buscado los Me he ceñido toda con un manto negro.
obstáculos con premura, para probarme a mí mismo y para que Estoy toda pálida, la mirada extática.
los otros tentasen mi anhelo. He saqueado las horas al sueño Y en los ojos tengo partida una estrella.
nocturno, y he arado el descanso para que no lo fuera. La edad ¡Dos triángulos rojos en mi faz hierática!
no pudo sumarse, porque cada día fue un nacimiento. Acumulé
trabajosamente todas mis experiencias, y no viví una sola jornada Ya ves que no luzco siquiera una joya,
que no fuese jornada de esfuerzo y tiempo de siembra. Y podría ni un lazo rosado ni un ramo de dalias.
decirse ahora, recordando las palabras del Maestro, que esa ha Y hasta me he quitado las hebillas ricas
sido mi Pampa de Granito. Una alegría de la crueldad. de las correhuelas de mis dos sandalias.
Hay instantes en que la única belleza es el olvido de nosotros
mismos. ¡Este! Mas soy esta noche, sin oros ni sedas,
esbelta y morena como un lirio vivo.
(Del discurso pronunciado en el Homenaje que la In- Y estoy toda ungida de esencias de nardos.
telectualidad uruguaya tributó a Carlos Sabat Ercasty Y soy toda suave bajo el manto esquivo.
por haber obtenido el Premio Nacional de Literatura del
bienio 1951-53).
Y en mi boca pálida florece ya el trémulo
clavel de mi beso que aguarda tu boca.
Y a mis manos largas se enrosca el deseo
como una invisible serpiente loca.

Este Canto es América - 30 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 43 - Este Canto es América
Rayan el panorama, como espectros agudos, José Enrique Rodó
tres álamos en éxtasis... Un gallo desvaría,
reloj de medianoche. La grave luna amplía Ariel (Fragmento)
las cosas, que se llenan de encantamientos mudos.
Ariel, genio del arte, representa en el simbolismo de la obra
El lago azul de sueño, que ni una sombra empaña, de Shakespeare, la parte noble y alada del espíritu: Ariel es el
es como la conciencia pura de la montaña... imperio de la razón y el sentimiento sobre los bajos estímulos de
A ras del agua tensa, que riza con su aliento. la irracionalidad, es el entusiasmo generoso, el móvil alto y desin-
teresado en la acción, la espiritualidad de la cultura, la vivacidad
Albino, el pastor loco, quiere besar la luna. y la gracia de la inteligencia, el término ideal a que asciende la
En la huerta sonámbula vibra un canto de cuna... selección humana, rectificando en el hombre superior los tenaces
Aúllan a los diablos los perros del convento. vestigios de Calibán, símbolo de sensualidad y de torpeza, con el
cincel perseverante de la vida.
(Los éxtasis de la montaña)
No hay dos géneros de poesía; no hay sino una.
Lautreamont
Muerte blanca
Juan Carlos Onetti
Morías, como un pájaro en su nido,
en tu trono emoliente de escarlata; Tierra de nadie
tus dedos picoteaban al descuido
la fresa que asomaba entre la bata... Aquí estaba él sentado en la piedra, con la última mancha de
la gaviota en el aire y la mancha de grasa en el río sucio, quieto,
A ratos delirabas la sonata endurecido.
que te inspiró un amor desvanecido;
y, ¡oh resurrexit!, con la aurora beata
se abrió a tus ojos un Edén florido. Eduardo Galeano

Plegose en suavidades de paloma Los cultivos


tu honda mirada. Un religioso aroma
fluyó del alma, entre los labios flojos, Antes de antes, en el más remoto pasado, los machiguenga se
alimentaban de barro cocido que tragaban sin masticar.
Este Canto es América - 42 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 31 - Este Canto es América
Fue la luna quien les dio dientes y les entregó las plantas, que Nos llama el torbellino.
son sus hijas, y les enseñó a cultivarlas. Tus lunas han pasado; el sueño negro
La luna escucha a sus hijas. Cuando los machiguenga limpian Anda en tus venas derramando frío.
mal la yuca, o desparraman por ahí las cáscaras, o la comen sola
o mal acompañada, la yuca se queja. Cuando la tratan bien y Te vuelca el suelo. ¿No lo sientes? Vente;
juntan las cáscaras, como es debido, en el sitio que está prohibido Vente, sigue conmigo;
pisar, la luna también se entera. Y la yuca le cuenta su alegría ¿No sientes el aliento de otra raza
cuando los machiguenga hacen con ella una bebida sabrosa y Que te sopla del suelo en que han nacido?
bien fermentada.
Los machiguenga saben. Por eso son muy cuidadosos con la Es la raza de vírgenes tan pálidas
yuca, el maíz, el plátano o el quequisque. Si las plantas se sintie- Como la flor del lirio,
ran infelices, la luna se las llevaría de vuelta y ellos tendrían que Hermosas cual la luna, cuando se hunde
comer tierra, como sus antepasados. Entre las aguas trémulas del río;

Y tiene luz de aurora en la mirada,


La música Y sus ojos tranquilos
Miran con odio al indio de los bosques,
Mientras el espíritu Bopé-joku silbaba una melodía, el maíz se Y te llaman maldito.
alzaba desde la tierna, imparable y luminoso, y ofrecía mazorcas
gigantes, hinchadas de granos que hacían agua la boca. TABARÉ
Una mujer estaba recogiéndolas de mala manera. Al arran-
car brutalmente una mazorca, la lastimó. La mazorca se vengó
hiriéndole la mano. La mujer insultó a Bopé-joku y maldijo su
silbido. Julio Herrera y Reissig (1875-1910)
Bopé-joku cerró sus labios. El maíz se marchitó y se secó.
Nunca más se escucharon sus alegres silbidos que hacían brotar La noche
los maizales y les daban vigor y hermosura. Desde entonces, los
bororos cultivan el maíz con pena y trabajo y cosechan frutos La noche en la montaña mira con ojos viudos
mezquinos. de cierva sin amparo que vela ante su cría;
Silbando se expresan los espíritus. Cuando los astros aparecen y como si asumieran un don de profecía,
en la noche, los espíritus los saludan así. La estrella responde a en un sueño inspirado hablan los campos rudos.
un sonido que es su nombre.
Este Canto es América - 32 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 41 - Este Canto es América
-¡No te detengas; huye! Juvenal Ortiz Saralegui
Aquí en mi seno no hallarás abrigo;
Ya para ti la patria es un recuerdo, De “La amorosa búsqueda poética”
¿No te sientes llamar? Es el abismo. (Fragmentos)

Tabaré oyó la voz, cual si brotara Los ferrocarriles ampliaron el horizonte de mis ojos. ¡Cuánto
De las grietas del suelo removido: hacen los viajes -aún los más intrascendentes- en una formación
Lejanas muchedumbres poética! De ahí la necesidad de los libros.
A sus pies agitaban el vacío. El amor le da a la poesía, la fantasía. Nunca concebí un realismo
poético, una poética objetiva. Tampoco un amor fuera del valle
Crujían las raíces de los árboles, de lo poético. Pero ved qué fácil es traspasar el valle y perderlo.
Cual si un extraño fluido La poesía como el amor es una magia: abundan los pruebistas,
Las retorciera al circular en ellas, los malabaristas, los magos de circo, no los auténticos. La magia
Dándoles movimientos convulsivos. es un secreto de Dios, que no se encuentra en cualquier templo.
Ni en ninguna escuela literaria de moda. Darío es, en América
Y del añoso ceibo el más alto ejemplo poético. Y nuestro Julio Herrera y Reissig,
Cayó, volteando en animados giros, también. Uno y otro fueron jugadores de la destreza, gobernaron
Una hoja seca que miró al charrúa a su antojo los elementos literarios necesarios: pero su gloria está
Que a su vez la miraba, y ella dijo: en lo que existe más allá de lo intelectual. En lo mágico. (…)
Tengo que sólo puede alcanzarse la poesía en el goce total de
Yo rodaré a tus pies ensangrentados, la plenitud. Y afirmo esto por encima de las excepciones de un
Realidad de mi símbolo; Rimbaud, más acerca de una Delmira Agustini. Juana de Ibar-
El viento me ha arrancado de mi rama, bourou la logra también -de manera excepcional- en su mocedad.
A ti te empuja el viento del destino. Pero para mí es la plenitud -el verano casi otoño, más otoño- la
edad propicia a los logros. ¿Será porque el amor se entronca más
Yo vivo con la vida de tu estirpe a los sueños?
Con tu fiebre palpito; En el mundo de todo poeta, otros poetas gravitan de manera
Y mi polvo y el polvo de tus huesos singular. Yo debo a muchos, y sobre todo a los dos más cercanos
Van a formar el légamo del río. de mi vida: a Vicente Basso Maglio y a Julio J. Casal. En mi
“Diálogo con Julio J. Casal” expresé que éste debía también algo
Vamos, charrúa; sígueme, salvaje: a Basso Maglio. La cadena de deudores se sucede, pues.

Este Canto es América - 40 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 33 - Este Canto es América
La lección de “Canción de los Pequeños Círculos y de los Y para demostrarlo, nada mejor que el material de este Cua-
Grandes Horizontes” (1927) nos cayó en el Uruguay ejemplar- derno que, cuidadosa y fielmente transcribo, sorprenderá a más
mente. Detrás dejamos un vanguardismo literario de novelería de un olvidadizo y tendrá la misión, además, de informar a los
ante el impacto literario de aquel libro. Empezamos a dar pasos en que aún desconocen la trayectoria completa de “Cuadernos Julio
serio por el camino de la poesía. Treinta años después otros siguen Herrera y Reissig”.
“descubriendo” los poemas de oficina o de la calle. Sin duda el Arsinoe Moratorio
tema tiene poco que ver con la poesía, aunque grandes espíritus
hayan dignificado deleznables temas. Lo feo nunca es poético.
El feismo puede sostener una excelente literatura; tal vez nunca
una gran poesía. La descomposición literaria de nuestro siglo, sus La Poesía
vitales líderes de poesía política, humanística, desesperanzada
(oh Leautreamont, oh Elliot, oh Neruda, oh Vallejo!) derivada de
muchos ismos; realismos, surrealismo, ultraísmo, vanguardismo, Juan Zorilla de San Martín (1855-1931)
etc. hasta su secuela actual existencialista, llenan de confusión
a sus epígonos actuales. Todavía no advierten que de ellos va a IV
quedar la sustancia y que el tiempo molerá los elementos impuros
que manejan con habilidad más o menos singular. Y a los pies del charrúa
Basso Maglio y Casal -en mi país- quedan como unos de los La tierra daba gritos.
últimos representantes de la poesía- poesía, sin aditamentos de Retorcían los árboles sus troncos
otra índole. Poesía desnuda en su temblor profundo, musical, Como animados de un airado espíritu:
descarnado de sensualismos o sensaciones falsas de belleza. ¿Es
el poeta, me pregunto entonces, una torre de panoramas? Sí, pero -¡El genio de la tierra
no para rodearse de las eternas bellezas del paisaje sino para dar Ha de morder tus pies, con los colmillos
las de su propio ser, con la ventana abierta de su fantasía. Rilke De sus víboras negras, que se arrastran.
es para mí, uno de los severos ejemplos de la intimidad trascen- Silbando como el viento! ¡No eres indio!
dente. Las pequeñas cosas no le estorban porque las ennoblece.
Va siempre el poeta despojándose de abalorios, enriqueciéndose -¡Pasa! ¿Por qué me huellas?
con sus propias esencias. La sangre brota de tus pies heridos.
Nuestras jóvenes generaciones pagan los tributos que les exige ¿Por qué me manchas? De tu sangre nacen
la época actual. Nosotros pagamos los que nos tocó al debido Malas serpientes, negros cocodrilos.
tiempo. Por eso -salvo excepciones- se nutren de especias extra-

Este Canto es América - 34 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 39 - Este Canto es América
De “Cuadernos Julio Herrera y Reissig” poéticas. Priva la inteligencia en composiciones subordinadas a
la mente. La búsqueda de la originalidad es hermosa, pero cuesta.
Con esta edición -Nº 9 de la 2ª Época- se cierra la Serie Nume- Algunos originales de hoy sonreirán piadosamente de sí mismos,
rada de “Cuadernos Julio Herrera y Reissig” que iniciara Juvenal mañana. Convengo sin embargo que es menester buscar, y que
Ortiz Saralegui en 1948. una actitud conformista de los jóvenes sería suicida. Para ellos
Se ha querido dar en este número, una visión completa de no está hecha la defensa pasiva, sino la lucha. Deben morir en los
la labor realizada por los Cuadernos durante trece años -hasta frentes, lo mismo que en las guerras. El drama nuestro es que, tal
1961- la que demuestra el incansable empeño difusor de Ortiz vez, muramos en nuestros resignados castillos.
Saralegui, quien no se inmutó ante los problemas de la impresión, En 1927, como eco del martinfierrismo de la vecina orilla,
las críticas incisivas que buscan destruir ni las protestas de los yo publicaba “Palacio Salvo”, mi primer poemario. Y Alfredo
que se consideran desplazados. Mario Ferreiro hacía gran ruido con El hombre que se tragó un
Para sortear los inconvenientes de carácter económico que le autobús. La poesía se nos presentaba como un juego ingenioso,
presentaba la publicación de los Cuadernos se vio precisado, en atlético, de anti-todo. La nota urbana, la exaltación de la urbe en
varias oportunidades, a reducir el formato de los mismos. Pero su despertar, de los primeros rascacielos y autobuses, cubrían en
estos inconvenientes fueron superados por su Director, en parte, apariencia nuestras almas románticas, derivadas del primer cuarto
cuando en 1959 alcanzó a editar diez títulos. La muerte le impidió, de siglo rioplatense. Lejanos ecos de los ismos europeos éramos
en ese mismo año, cumplir su propósito de ofrecer a sus lectores sucursales a destiempo, como acontece en América con todas las
un Cuaderno por mes. influencias literarias, lentamente asimiladas.
“Cuadernos Julio Herrera y Reissig” fue, en sus comienzos una ¡Cuán pasajero y fugaz todo, aún estos necesarios impulsos
pequeña revista bimensual de poesía, que se convirtió luego en renovadores!
una solicitada editorial que presentó tanto a poetas noveles como a Retomé en Línea del Alba (1931) los rieles poéticos que se
los mundialmente conocidos. A esto es preciso agregar, que nunca ahondaron dolorosamente en Flor Cerrada (1989) y en Las dos
la sostuvo un interés comercial ni recibió subvenciones oficiales. Niñas y otros poemas (1943). Y he aquí cómo la vida es la que
De cada edición, novecientos ejemplares se han distribuido pun- dirige nuestros pasos, gobiernan nuestra pluma, cuando el dolor
tualmente en el Uruguay, en las Américas y en Europa. -la pérdida de una hija, en mi caso- nos da un libro o dos, jamás
Desde 1959 hasta la fecha los Cuadernos han estado bajo la imaginado. Esta experiencia hace pensar en que el dolor es un
responsabilidad absoluta de quien firma estas líneas. alivio y una ayuda para el poeta. Lo estremece, lo baña, lo des-
La Serie numerada de “Cuadernos Julio Herrera y Reissig” borda; ahonda su sensibilidad en el desgarramiento de un suceso
ha cumplido, aunque de manera forzosa, con un ciclo evolutivo humano, purificándolo. Las vidas felices, suelen empobrecerse
en lo que respecta a formatos y al número de ediciones anuales, poéticamente. ¿Sin dolor puede haber poesía? (…)
y, especialmente, con el propósito de su fundador: la difusión de
la poesía.
Este Canto es América - 38 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 35 - Este Canto es América
J. J. Casal montañas, mares, ríos, perdidas arboledas, eternas fuentes... Pude
llegar a una definición propia de la poesía:
Supo escribir poemas que vivirán siempre y definir la poesía
con las más acertadas palabras: “La poesía es aquello que vemos Oh poesía, mi hueso y mi sustancia,
por la última vez con ojos inocentes, al primer encuentro”. “Todo mi perpetua visita.
lo que levanta la voz pierde categoría”. “Prefiero a lo que se dice lo ..................................................................
que se oye en lo que apenas se ha escrito”. En esta gama de cate-
gorías corren sus definiciones, elaboradas pacientemente. ¡Oh gran Encontrar la expresión, he ahí el sentido de nuestra vida. Ella
amigo, gran señor, nunca he cesado el dialogo contigo! (…) es la que nos da personalidad, identificándonos en el porvenir.
La guerra de España fue, asimismo, un trágico puente de acer- No hay poeta sin tradición, no es deleznable ser tampoco una voz
camiento a los troncos eternos de la poesía, de este pueblo madre más del pasado, pero a esa tradición, a ese pasado agreguémosle
de nuestra formación cultural, o sea de aquella “madre patria” la voz nueva, que sea suma y no eco y que solamente así nos hará
de los días escolares. La voz del tiempo intemporal de Quevedo perdurables.
hizo surco en el corazón. El que escribe para el día actual, para su limitada temporalidad,
ganará los beneficios efímeros del aplauso y perderá permanencia,
Serán ceniza, mas tendrán sentido, que es altura en el tiempo. (…)
polvo serán, más polvo enamorado. Amor, soledad, poesía, amar, noche, ...
................................................................. Los “pequeños dioses” del poema de Huidobro nos perdemos
en el majestuoso escenario que aquellas constituyen, como las
Soledad, te soy fiel, dijo Juan Ramón y antes Bécquer: La hojas de los árboles wildeanos, también “encontrando la expre-
soledad es el imperio de la conciencia y antes aún Lope: A mis sión”.
soledades voy, de mis soledades vengo, fueron permanentes lemas Los conformistas no tendrán papel en la amorosa búsqueda de
míos. (…) la poesía. Ella será de los anhelosos y de los heroicos. Las revolu-
Otros viajes -ya no los del lejano niño- alimentaron muchos ciones líricas de los jóvenes en general son naturales, espontáneas,
de los poemas de Retratos y Cartas de la Montaña, Poesía Fiel pero su destino debemos medirlo en lo mediato, mirándolas con
o Torre de Otoño, 1952, 1953 y 1957, respectivamente. Conocí los ojos profundos del tiempo, no con los de la circunstancia.
los secretos de la llanura, la montaña, el mar, los ríos; envolví Los “pequeños dioses” nunca serán párvulos sino que su edad
en mil rostros distintos y en callejuelas o fuentes enriquecí mi alcanzará más allá de sus vidas y de sus muertes, sus necesarios
corazón trashumante. He gustado siempre -como viajero para tránsitos, camino de la inmortalidad.
adentro- retratar a otros seres de mi devoción poética o amorosa.
A Gil Vicente, Góngora, el más admirado mío, Quevedo, Bécquer, Juvenal Ortiz Saralegui
Darío, Julio Herrera y Reissig. ¡Tantos! Ellos son también llanuras, Montevideo, 1959
Este Canto es América - 36 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 37 - Este Canto es América
Sepultóse en lontananza
Goteando “Chojé... Chojé...”
Desperté y sobre las olas
Me eché a volar otra vez.

En la feroz inadaptada, contemporáneos y críticos han visto


siempre la silueta fuerte de la Walkiria mitológica. La leyenda
nórdica presenta a la Walkiria como a una diosa justa e inexo-
rable. Y así lo fue María Eugenia, rigurosa de ensueños, ungida
de conflictos que superaban los límites de la carne, victoriosa de
noches, más allá de las tradicionales convenciones. Fue la virgen
guerrera en actitud agonal con su suerte, con su sensibilidad, con
su sangre, con el medio y con los hombres.

Dora Isella Russell

Barcarola de un escéptico

Alma mía
que tomas al viejo lar
con la red seca y vacía
de las orillas del mar,
con la red seca y vacía
que en la plenitud del día
no te atreviste a arrojar.

Yo he visto los pescadores


pescando gloria y amores
que dispararon después.
Unos llevan cosas muertas;

Este Canto es América - 72 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 49 - Este Canto es América
otros las llevan desiertas:
lo mismo es.

Alma mía
que la red seca y vacía
no te atreviste a arrojar.
Entre la arena y las olas
existen dos cosas solas:
morir o matar.

Alma mía
que traes la red vacía
de las orillas del mar...

La gran desterrada del amor, la poetisa erigida sobre la roca


solitaria de su orgullo...

Alberto Zum Felde

Acaso sólo en el corazón sagrado de Rubén Darío, resuene en


América con pureza tal, la nota de maravilloso cristal humano
que seres y cosas del mundo inmenso dieron sobre este pecho
de mujer ...

Juan Parra del Riego


De Exposición de la Poesía Uruguaya, 1940. J. J. C.

Este Canto es América - 50 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 71 - Este Canto es América
Revista “Poesía Amiga” Nº 9, diciembre de 1963 Felipe Novoa

El barco
(Fragmento)

Bajo los cielos del sur americano


en la ciudad alegre de gaviotas
salpicada del viento salitrero

Junto al mar hecho río


sobre la arena suave
estoy dentro de mí, aún y todavía

Dentro de mi ¡señor!, bajo este cielo

Aún sin nacer, aún no empezado


y ya en este final de una jornada

Veo el gran estuario como a un nido


y el mundo ¡tan inmenso! que no espera
y el tiempo que se va junto a tus aguas

(Y yo dentro de mí, junto a tu orilla


buscando como un ciego la salida)

Buscándome los ojos en el río


y así de pronto viene
la ráfaga del mar, hembra bravía
a despertar al Plata de su sueño
y encresparlo de mar y fina espuma.

Este Canto es América - 70 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 51 - Este Canto es América
Vienen las olas, las grandes olas del sur
novias del viento, ebrias de mar infiel
las grandes olas

A morir, a morir tal vez ya sin espuma


sin vuelo de gaviotas ni alegría
mezclada con el barro de los ríos
besadas por lentos camalotes
así, así tal vez las grandes olas Chile
han de morir así
dentro del río Heredad Araucana
Ya sin retorno al mar donde está el viento
danzando a cielo abierto
alegre como un dios adolescente
siempre acompañado por sus cantos

El viento no está sólo en el mar


ni está sólo frente a las estrellas

El viento es una selva de sonidos


de árboles de sal, de sutiles amigos
que conviven con él cuando la noche
infinita de amores se le entrega

Nunca lo está, ni aun cuando en el barco


muerde rabiosa la soledad marina
El hombre sí, está solo en el mar

Contempla las estrellas de lejanas edades


los lívidos reflejos de la estela profunda

Este Canto es América - 52 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 69 - Este Canto es América
las formas de la nada, los fantasmas
que surgen del abismo y de la espuma

Y se siente pequeño como un niño perdido

Y ama su barco porque es algo humano


que gime entre las olas con su proa al viento
como un grito terrestre lanzado al infinito
como un girón de gracia girando entre los astros

Viene la verde mar


vienen las olas, las grandes olas del sur
las olas de los páramos del frío

Traen la sal hondísima del fondo


del ancho mar parido por las furias

Y sufren con el viento que las muerde


y vienen a morir las grandes olas

Vienen las olas locas del sur


hasta estas aguas de siestas y de ceibos.

Walter González Penelas

“Evoco la dulzura de tu rostro en la tarde...”

Evoco la dulzura de tu rostro en la tarde,


antes de que te pierdas, oh evaporada niña,

Héctor D. Gatica - 53 - Este Canto es América


mi memoria apacible como una lluvia lenta, que quede disponible en el mercado
moja mi voz de cielo pensando en tu sonrisa. ninguno de nosotros podrá odiarte

Te busco largamente donde todo es posible, como vos mismo te odiarás.


donde puedo decir que las cosas que te digo.
Las palabras me salen con un gusto a inocencia, De La casa y el ladrillo
y el recuerdo me entra como un gajo florido.

No hubo más. Brevemente. Todo de piel lejana.


Eso extraño que viene no se sabe de dónde.
Me queda la penumbra, algo de miel herida,
un tacto en la tristeza y el rumor de tu nombre.

Estoy como saliendo del sueño de ti misma,


esa sutil atmósfera para entrar a un espejo
y asirse de una rosa que retorna a la niebla
y nos deja en los dedos la mitad del silencio.

Evoco la dulzura de tu rostro en la tarde


y todo se me queda por la sombra del verso.

De Elegías y otros poemas

Manuel de Castro

Elegía

Al resplandor de Otoño, mi tierra, remembranza


a destiempo buscaba su dicha de jazmines;

Este Canto es América - 54 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 67 - Este Canto es América
cuánto mejor lo estarías pasando revive, a cada instante, migratoria esperanza,
si te olvidaras para siempre en la luz que naufraga por velados confines.
de ese recuerdo tan fresquito
tan acabado de nacer Cuando ornaban mi frente los cabellos de oro,
el corazón me daba su flor de adolescencia;
tan intacto que es como si vieras esa flor, que entre sueños, otra vez rememoro,
la boca que llegaba hasta el mismísimo perdido tras un muro de llorada inocencia.
borde de la derrota y se mordía
y empezaba a morirse de victoria ... Y una luna olvidada sobre el patio velaba
mi candor distraído. ¿Qué sueño de pesebre
cómo será la cosa que no te odiamos flotaba en la penumbra donde siempre dejaba,
fíjate vos cómo será la cosa intacto de fragancias, mi corazón alegre?
que no te hacemos ese amargo honor
hombre de mala voluntad pobre hombre De Pastoral melancólica

quizá te alcance con que los ojos


de tu botija macanudo y frágil
mañana o pasadomañana te miren Mariano Olivera Ubios
porque estas cosas siempre se propagan
El cerco
o el mes que viene o el año próximo
te miren esos ojos como no creyendo De la nieve crecida
claros también y no creyendo pero del látigo de un sueño,
ya no será mirada de gorrión del entreabierto muro,
metafísico y solo,
ojos claros te miren como no creyendo apartando una rama
pero creyendo al fin y al cabo para alojar un tiempo,
no con mirada de gorrión voy doblando una noche
pero creyendo al fin y al cabo de rostro interminable.
Sobre el surco erizado
entonces pobre hombre de mala voluntad -manantial de tinieblas-,
ni siquiera juntando todo el odio
Este Canto es América - 66 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 55 - Este Canto es América
desgajado de llantos, como si no pudiera con la carga
con un brazo extendido
para hacer un espacio, cuando tu mujer diga buenas noches
siento el verde de un trébol y no vaya a dormir sino a esperarte
quebrarse en un relámpago bajo las sábanas almidonadas
de miedo. que cambió en tu homenaje
Y sin embargo,
impávido y erguido, cuando todos te dejen en el living
el campanario a solas con tu húmedo bigote
sobre el clamor en llamas. y la mirada opaca como nunca
y el tocadiscos que se detiene solo
Es la señal
del trigo encadenado mejor lo pasarías si no tuvieras
y del volcán sorbiendo en la retina y en los tímpanos
sus raíces. el rostro el puño el alarido
del muchachito de ojos claros
Sobre el labio de un río
siento mi piel de mejillas pecosas
secarse las heridas de bien marcado costillar
con la acerada de rodillas casi puntiagudas
cólera del frío. de piernas que saltaban como peces

Siento el pecho cuánto mejor lo pasarías


volcado sobre un cedro, si la memoria no fuese tan cabrona
midiendo sus metales, como para mostrarte y volverte a mostrar
y el racimo aquella desnudez indoblegable
de un grito calcinado
latiendo un desafío. y sobre todo aquellos ojos clarísimos
que te miraban como no creyendo
Es el juego del pan que vos el de corbata fueras
y de la angustia, tan sólo una palanca de patíbulo

Este Canto es América - 56 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 65 - Este Canto es América
y ves en las ventanas el otoño es la razón opaca
esa reflexiva estación de lealtades del minero,
de la curva del hierro
cuando una paz tan expugnable derribando el impulso
trata de instalarse nada menos que en vos de las manos.
y te das cuenta de que algo no marcha
porque ya no sabés qué hacer con ella Es el círculo oscuro:
el eco fatigado,
cuando el calorcito del hogar te acepta la guirnalda estrujada,
y tu vieja entorna los ojos para oír el aire endurecido,
eine kleine nachtmusik o la última curda el ¡levántate! estéril.
o los cierra con modorra octogenaria Es simplemente
el cerco.
cuando toda la jornada se resume
en la gran disculpa que te enceniza De El cerco
y preferís no abrir el diario de la noche
porque sabés todo lo que se calla

cuando metés el índice en el vaso de bohemia Arsinoe Moratorio


para mover el hielo en el old smuggler
y el frío te sube de la yema al corazón VII
y después te baja del cuore a las tripas un pétalo
Yo tenía una mano
cuando tu hijo diga buenas noches si un secreto.
y te bese el mentón y se pinche un amigo. Agua la de mis manos
y comprendas que sos para él Color de la ternura que bebía.
más o menos la bienaventuranza eran sus ojos Canción la de mis labios
su piel que escuchaba.
cuando tu madre diga buenas noches y sus palabras. Yo tenía
y se retire con tu infancia a cuestas Su ademán era de amor si
y la veas moverse paso a paso si acariciaba un amigo.

Este Canto es América - 64 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 57 - Este Canto es América
Un amigo VIII Si tú no estás en mi ¿por quién cantaba
si. su música mi grillo desvelado?
Un amigo No sirven las palabras ¿por quién mi pensamiento se agitaba?
yo no sirven.
tenía. Amasemos el pan. Si tú no estás en mí, venga el cansado
crepúsculo que amansa la tristeza,
De Aunque sea la tarde y ciegue para siempre el río amado.

Amor que hubo perdido la belleza


ya nunca más de amor será nombrado! ...
Selva Casal
De Comarca del rocío
III

No suceden fiebres intermitentes


vuelos interespaciales
Mario Benedetti
vivimos desde nuestras vísceras
hombre mar hombre viento
Hombre de mala voluntad
mordiendo los teléfonos
todo televisado.
Cuando volvés a la tarde como a un oasis
y tu mujer te espera linda y ávida
Quisiera poder vivir
y cree en la provincia de tu silencio
morir como esa hoja.
que hace tiempo vendiste al enemigo
Estamos numerados y quietos en abril
viendo como se caen las reglas de moral
cuando volvés de tarde como un padre mágico
los paraísos.
y el gurí te salpica de inocencia
Desde la tierra
y te mira como mira un gorrión a ese cielo
grita otra vida.
del que hace tiempo te descolgaste
Tras de las piedras
de los hombres
cuando te arrellanás en la dulzura
hay un hálito oscuro una inocencia.
y la seguridad te envuelve como un aliento
Y somos estas calles bajo la hora de la tarde

Este Canto es América - 58 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 63 - Este Canto es América
la tibia soledad de su regazo, con aromas violentos.
el espectro asombrado de su brazo Desde una esquina
y la red de su alado movimiento. veo como se llevan mi alma los semáforos.
Ella es su cruz -tinieblas-, cielo aroma, El teléfono los precios
ya proporción, altura, guía, mente, todo se vuelve aire.
fulgor su ausencia, manantial idioma.
Vibrada obstinación de su sentido, De Poemas 65
desde la orilla de su azul fluyente
que me dice: No hay muerte ni hay olvido.

De La desarraigada Paulina Medeiros

Cantar como pastora


Amnerys Boscogaibisso
El nido de mis manos quedó sin su pañuelo
Si tú no estás en mi pues corazón en nube, se me fue muy ligero.
Por sus ojos el humo de mi pena lejana.
Si tú no estás en mi; si no te encuentro, Dime a correr tras ella
perdido ruiseñor, lirio extraviado por campos de nostalgia.
en cuyas soledades me concentro;
¡Cuánta hierba crecía! Y apenas la rozaba
si tú no estás en mi; si me es vedado que por dolor antiguo, es mayor la distancia.
aquel camino tuyo, alegoría
de frondas y palomas, que he soñado; Se alzaron en mi búsqueda
las flores ya marchitas;
¿Qué puede ya esperar el alma mía, en atavíos de infantas,
bajel entre zargazos prisioneros las casas se movían.
soñando su visión de lejanía? ¿Por dónde andaba mi alma?
A la fiesta no iba.
¿Qué puede ya saber mi tesonero
y heroico corazón, que te aguardaba Vi la tierra girando en encendido estío,
venciendo la colina y el otero?
Este Canto es América - 62 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 59 - Este Canto es América
vi agitarse los negros ojos de la arboleda. No tengo a nadie y en la torre el viento
Vi el jardín, escaparse por el aro de un niño. entra y sale
en silencio.
Cuántas aves de sombra
acosan los paisajes. Mi pájaro de loza ni imagina
La nube, que alto andaba, fue enterrada cómo volar hacia una azul y en torno
en la arena; no vuelan, ay! no vuelan las cortinas.
flotó como un pañuelo,
fantasma de algún viaje. No tengo a nadie que en la noche tiemble,
que escarbe hasta el azul,
La peino con los ojos, echados a su vera, en mi ventana;
rogándole a los vientos que me ayude en las uñas,
pueda subir yo ahora. que me ayude
arañar los azogues, que me salvan.
Si el sol a mí se inclina,
abrir su gran corola, No tengo a nadie que en la puerta obstruya
ceñirla contra el pecho, pensativa y ya sin nadie que detenga,
de aromas; salgo!
y unciendo el sol, sumiso, a mi mano con tules,
cantar entre la esquila, De Sitio tardío
como incauta pastora,
que ignora es remontada por praderas azules.
Juan de Gregorio

Gladys Burci III

II Todo empieza y termina en un lamento.


El tiempo anuda su implacable lazo,
No tengo a nadie que en la noche cante y no hay sino un nombre, un golpe, un trazo,
que en la casa toque el eco entristecido de su acento.
mi ebriedad del tiempo. Corre en su vuelo inexorable el viento,

Este Canto es América - 60 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 61 - Este Canto es América
y al apoyarme en el pasado siento
silbar sobre mi espalda la navaja.

Los muertos gritan, suben a la tierra,


y junto al árbol otra vez quemado
el sol levanta el enterrado hueso.

¡Oh ternura feroz; todo se cierra


sobre mi corazón, todo el pasado
me aúlla que se fue, que no hay regreso!

Biblioteca del diario El Mercurio, Santiago

Eliana Navarro

Las nubes

Deja mirarte, cielo,


ver tus altos torreones incendiados,
tus arcángeles de oro,
tus fantásticos potros elásticos, desbocados,
golpeando en riberas verde jade,
en arenas bermejas o amarillo Van Gogh.
Así, tendida sobre el musgo,
contemplándote,
yo no siento el cansancio
del día fragoroso.
Con tus ingenuos príncipes, me yergo,
desfallezco,
me dejo conducir en el viento profundo...

Este Canto es América - 96 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 73 - Este Canto es América
Ecos derretida en alcohol de maleficios
el domingo de ramos y el otoño.
Amigo Gatica:
Las raíces de mis ojos, arduamente,
Leí su “Poesía Amiga”; justamente hace poco que he regresado flotan por el mundo,
de ese Chile que describe tan bien. Recién ahora lo conozco; me e impongo mi señorío democrático
parece hermosa, sencillamente hermosa esa misión suya -misio- a la casaca dorada de los tejados viudos
nero lírico- de recorrer países hermanos en busca de sus hombres, y a las anclas que en el Atlántico
de sus poetas. En las ciudades ásperas donde hay máscaras y resucitan a las algas
cemento, sentimos como un viento puro estas comunicaciones y asaltan su oscura cesantía letárgica.
con amigos como usted, que viven afortunadamente “perdidos en
los llanos”, de cara al cielo. Ya somos amigos, Gatica, de vez en Y América del Sur, la única hoja armoniosa,
cuando intercambiemos versos y reflexiones, eso hace bien. cacatúa sublime, plumas y sangre al vivo sur
unta su reloj de caimanes e infinito,
Noemí Paz mientras la lluvia se apoza en el cuenco de mi ombligo.,
Buenos Aires pozo y carnal hoya hidrográfica
que clama a gritos por el sicomoro de Judas
¡y que pronto va a parir un nuevo mundo!
Muchas gracias por el envío cordial de “Poesía Amiga”, que
me traen unas páginas suyas de andanzas chilenas, que me han
hecho revivir mi viaje por esa noble tierra del Pacífico. Miguel Arteche
Y al mismo tiempo mis mejores augurios para este 1964.
Su amiga affma. Primavera

Dora Isella Rossell Resuena el cielo como entonces; taja


Montevideo la fría tierra inaugurada. Cuento
la mano que no está sobre ese viento
que arrastra a bocanadas la mortaja.
Infinitas gracias por la hermosa y fraternal “Poesía Amiga”
de diciembre del año pasado dedicada a poesía chilena. Estoy tan Abajo, a oscuras, sin cesar, trabaja
agradecida y orgullosa de figurar en ella, de ver los nombres de la flor, todo el ayer en movimiento;

Este Canto es América - 74 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 95 - Este Canto es América
¿Vale más el arroyo que se mueve algunos amigos y los excelsos nombres de Vicente y Gabriela.
O la chépica fija a la ribera? Por encima de este sentir el cariño con que están hechas estas
A lo lejos se oye una campana páginas que lleva su calor a toda América, en un afán de unión y
Que abre una herida más, o que la cierra: de recuerdo de un pasado común y de un porvenir que también
¿Es más real el agua que la fuente debe ser común. Reciba por mi voz y con mi cariñoso abrazo el
O la muchacha que se mira en ella? agradecimiento de todos los poetas chilenos por esta pequeña
No se sabe, la gente se lo pasa antología. Dios quiera que podamos retribuir en alguna forma tu
Construyendo castillos en la arena. noble gesto de amistad (...)
¿Es superior el vaso transparente Eliana Navarro
A la mano del hombre que lo crea? Chile
Se respira una atmósfera cansada
De ceniza, de humo, de tristeza:
Lo que se vio una vez ya no se vuelve Alonso de Ercilla
A ver igual, dicen las hojas secas.
Hora del té, tostadas, margarina. Descanso, destocado, a pie, desnudo,
Todo envuelto en una especie de niebla. dos pesadas cadenas arrastrando,
con una soga al cuello y grueso ñudo,
de la cual el verdugo iba tirando,
Antonio de Undurraga cercado en torno de armas, y el menudo
pueblo detrás, mirando y remirando
El nuevo mundo si era posible aquello que pasaba,
que, visto por los ojos, aún dudaba.
Las ratas escalofriantes y profundas
atadas a los dientes de la inmortalidad De esa manera, pues, llegó al tablado,
a veces se insertan fabulosos que estaba un tiro de arco del asiento
riñones de esmeraldas líquidas. media pica del suelo levantado,
de todas partes a la vista exento:
En la lengua de los asnos baila donde con el esfuerzo acostumbrado,
una lejanía devorante; sin mudanza y señal de sentimiento,
y en las encías de la lluvia por la escala subió tan desenvuelto
sollozan como una pluma como si de prisiones fuera suelto.

Este Canto es América - 94 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 75 - Este Canto es América
Pues ya en lo más alto, revolviendo Sois el dormido génesis de mi América de hoy,
a un lado y otro la serena frente, mas, por vuestras canciones, soy ahora quien soy.
estuvo allí parado un rato viendo
el gran concurso y multitud de gente, Vamos hacia una aurora de unidad hecha de luz;
que el increíble caso y estupendo entonces, nuestra América bajará de la cruz.
atónita miraba atentamente,
teniendo a maravilla y gran espanto En los dolores de hoy habita una esperanza
haber podido la fortuna tanto. y en cada hijo de América la esperanza descansa.

Llegóse él mismo al palo, donde había Dejadme amar sin tregua ese día profundo
de ser la atroz sentencia ejecutada, en que cante, por fin la voz del Nuevo Mundo.
con un semblante tal, que parecía
tener aquel terrible trance en nada, De su obra El mundo como reino, 274 páginas. Madrid 1967
diciendo: “Pues el hado y suerte mía
me tienen esta muerte aparejada,
venga, que yo la pido, yo la quiero,
que ningún mal hay grande, si es postrero.” Poesía Amiga
Año 3 - Nº 9 - Diciembre de 1963
Luego llegó el verdugo dirigente,
que era un negro gelofo mal vestido, A continuación la poesía que recogí de los poetas chilenos en
el cual viéndole el bárbaro presente oportunidad de mi viaje a Chile (H.D.G.)
para darle la muerte prevenido,
bien que con rostro y ánimo paciente
las afrentas demás había sufrido, Nicanor Parra
sufrir no pudo aquella, aunque postrera,
diciendo en voz alta desta manera: Preguntas a la hora del té

“¿Cómo? ¿Que en cristiandad y pecho honrado Este señor desvaído parece


cabe cosa tan fuera de medida, Una figura de un museo de cera:
que a un hombre como yo tan señalado Mira a través de los visillos rotos:
le dé muerte una mano así abatida? ¿Qué vale más el oro o la belleza?

Este Canto es América - 76 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 93 - Este Canto es América
y tu vientre maduro es un racimo de uvas Basta, basta morir al más culpado,
colgado del parrón colosal de la muerte. que al fin todo se paga con la vida:
y es usar deste termino conmigo
Ay, amiga, mi amiga, tal amiga mi amiga, inhumana venganza y no castigo”.
cariñosa, lo mismo que el pan del hombre pobre;
naciste tú llorando y sollozó la vida; “¿No hubiera alguna espada aquí de cuantas
yo te comparo a una cadena de fatigas contra mí se arrancaron a porfía,
hecha para amarrar estrellas en desorden. que usada a nuestras míseras gargantas,
cercenara de un golpe aquesta mía?
Cosmogonía Que aunque ensaye su fuerza en mí de tantas
maneras la fortuna en este día
acabar no podrá que bruta mano
Alberto Baeza Flores toque al gran general Caupolicano”.

Dejadme ser sencillamente ... Esto dicho, y alzando el pie derecho


(aunque de las cadenas impedido)
Dejadme ser sencillamente un ciudadano así. dió tal coz al verdugo, que gran trecho
Amo la honra de Juárez en la flor de Martí. le echó rodando abajo mal herido;
reprehendido el impaciente hecho,
La soledad de O´Higgins en la llama de Duarte, y él del súbito enojo reducido,
y esta América insomne que en sueños se reparte. le sentaron después con poca ayuda
sobre la punta de la estaca aguda.
Van los ríos al mar sin fatigarse nunca,
aunque saben que un día toda canción se trunca. No el aguzado palo penetrante,
por más que las entrañas le rompiese
La vastedad de América se levanta en nosotros barrenándole el cuerpo, fue bastante
y sus cielos y siglos van con trotar de potros. a que al dolor intenso se rindiese:
que con sereno término y semblante,
Días de piedras Indias, de ensalmos guaraníes, sin que labio ni ceja retorciese,
rumores africanos y sangre entre alhelíes. sosegado quedó de la manera
que si asentado en tálamo estuviera.

Este Canto es América - 92 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 77 - Este Canto es América
En esto, seis flecheros señalados, Pablo de Rokha (1895-1968)
que prevenidos para aquello estaban,
treinta pasos de trecho desviados Círculo (Fragmento)
por orden y de espacio le tiraban:
y, aunque en toda maldad ejercidos, Llenas de tierra entera, como un viento rodante,
al despedir la flecha vacilaban, y sus cabellos huelen a tonada oceánica,
temiendo poner mano en un tal hombre naranjo de los pueblos terrosos y joviales,
de tanta autoridad y tan gran nombre. tienes la soledad llena de soledades,
y tu corazón tiene la forma de una lágrima.
Mas fortuna cruel, que ya tenía
tan poco por hacer y tanto hecho, Semejante a un rebaño de nubes, arrastrando
si tiro alguno avieso allí salía, la cola inmensa y turbia de lo desconocido
forzando el curso le traía derecho, tu alma enorme rebasa tus hechos y tus cantos,
y en breve, sin dejar parte vacía, y es lo mismo que un viento terrible y milenario
de cien flechas quedó pasado el pecho, encadenado a una matita de suspiros.
por do aquel grande espíritu hecho fuera,
que por menos heridas no cupiera. Te pareces a esas cántaras populares,
tan graciosas y tan modestas de costumbres,
De La Araucana tu aristocracia inmóvil huele a yuyos rurales,
muchacha del país, florida de velámenes,
y la greda morena, triste, de aves azules.
La compuerta número 12
Derivadas de mineros y de conquistadores,
- Juan -exclamó el hombrecillo, dirigiéndose al recién llegado-, ancha y violenta gente llevó tú sangre extraña,
lleva a este chico a la compuerta número 12, reemplazará al hijo y tu abuelo, Domingo Sánderson fue un hombre;
de José, el carretillero, aplastado ayer por la corrida. yo los miro y los veo cruzando el horizonte
Y volviéndose bruscamente hacia el viejo, que empezaba a con tu actitud futura encima de la espalda.
murmurar una frase de agradecimiento, díjole en tono duro y
severo: Eres la permanencia de las cosas profundas
- He visto que en la última semana no has alcanzado a los cinco y la amada geografía llenando el Occidente;
cajones que es el mínimo diario que se exige de cada barretero. tus labios y tus pechos son un panal de angustia,

Este Canto es América - 78 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 91 - Este Canto es América
Oh, mar de Chile, oh, agua No olvides que si esto sucede otra vez, será preciso darte de baja
alta y ceñida como aguda hoguera, para que ocupe tu sitio otro más activo.
presión y sueño y uñas de zafiro, Y haciendo con la diestra un ademán enérgico, lo despidió.
oh, terremoto de sal y leones! (…)
Vertiente, origen, costa Desde algún tiempo su decadencia era visible para todos,
del planeta, tus párpados cada día se acercaba más el fatal lindero que una vez traspasado
abren el mediodía de la tierra convierte al obrero viejo en un trasto inútil dentro de la mina. En
atacando el azul de las estrellas. balde desde el amanecer hasta la noche, durante catorce horas mor-
La sal y el movimiento se desprenden de ti tales, revolviéndose como un reptil en la estrecha labor, atacaba
y reparten océano a las grutas del hombre la hulla furiosamente, encarnizándose contra el filón inagotable
hasta que más allá de las islas tu peso que tantas generaciones de forzados como él arañaban sin cesar
rompe y extiende un ramo de substancias totales. en las entrañas de la tierra.
Mar del desierto norte, mar que golpea el cobre Anduvieron aún un corto trecho y se encontraron, por fin,
y adelanta la espuma hacia la mano delante de la compuerta número 12.
del áspero habitante solitario, - Aquí es -dijo el guía, deteniéndose junto a la hoja de tablas
entre alcatraces, rocas de frío sol y estiércol, que giraba sujeta a un marco de madera incrustado en la roca.
costa quemada al paso de una aurora inhumana! Las tinieblas eran tan espesas que las rojizas luces de las lám-
Mar de Valparaíso, ola paras, sujetas a las viseras de las gorras de cuero, apenas dejaban
de luz sola y nocturna, entrever aquel obstáculo.
ventana del océano Pablo, que no se explicaba este alto repentino, contemplaba
en que se asoma silencioso a sus acompañantes, quienes, después de cambiar en-
la estatua de mi patria tre sí algunas palabras breves y rápidas, se pusieron a enseñarle
viendo con ojos todavía ciegos. con jovialidad y empeño el manejo de la compuerta. El rapaz,
siguiendo sus indicaciones, la abrió y cerró repetidas veces, des-
Mar del Sur, mar océano, vaneciendo la incertidumbre del padre, que temía que las fuerzas
mar, luna misteriosa, de su hijo no bastasen para aquel trabajo. (…)
por Imperial aterrador de robles, Una luz brilló a lo lejos en la galería y luego se oyó el chirrido
por Chiloé a la sangre asegurado de las ruedas sobre la vía, mientras un trote pesado y rápido hacía
y desde Magallanes hasta el límite retumbar el suelo.
todo el silbido de la sal, toda la luna loca, -¡Es la corrida! -Exclamaron a un tiempo los dos hombres.
y el estelar caballo desbocado del hielo.

Este Canto es América - 90 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 79 - Este Canto es América
-Pronto, Pablo -dijo el viejo-, a ver cómo cumples tu obliga- Y no es vino el que bebo sino tierra,
ción. tierra escondida, tierra de mi boca,
El pequeño, con los puños apretados, apoyó su diminuto cuerpo tierra de agricultura con rocío,
contra la hoja que cedió lentamente hasta tocar la pared. Apenas vendaval de legumbres luminosas,
efectuada esta operación, un caballo oscuro, sudoroso y jadeante, estirpe cereal, bodega de oro.
cruzó rápido delante de ellos, arrastrando un pesado tren cargado
de mineral.
Los obreros se miraron satisfechos. (…) XVI
Pero aquel sentimiento de rebelión que empezaba a germinar Mares de Chile
en él, se extinguió repentinamente ante el recuerdo de su pobre
hogar y de los seres hambrientos y desnudos de los que era el En lejanas regiones
único sostén, y su vieja experiencia le demostró lo insensato de tus pies de espuma, tu esparcida arcilla
su quimera. La mina no soltaba nunca al que había cogido y, regué con llanto desterrado y loco.
como eslabones nuevos, que se sustituyen a los viejos y gastados
de una cadena sin fin, allí abajo, los hijos sucedían a los padres y Hoy a tu boca vengo, hoy a tu frente.
en el hondo pozo el subir y bajar de aquella marea viviente no se
interrumpía jamás. Los pequeñuelos, respirando el aire empon- No al coral sanguinario, no a la quemada estrella,
zoñado de la mina, crecían raquíticos, débiles, paliduchos, pero ni a las incandescentes y derribadas aguas
había que resignarse, pues para eso habían nacido.
Y con resuelto ademán, el viejo desarrolló de su cintura una entregué el respetuoso secreto, ni la sílaba.
cuerda delgada y fuerte, y a pesar de la resistencia y súplica del Guardé tu voz enfurecida, un pétalo
niño, lo ató con ella por mitad del cuerpo y aseguró enseguida, la de tutelar arena
otra extremidad en un grueso perno incrustado en la roca. Trozos entre los muebles y los viejos trajes.
de cordel adheridos a aquel hierro indicaban que no era la primera
vez que prestaba un servicio semejante. Un polvo de campanas, una mojada rosa.
La criatura, medio muerta de terror, lanzaba gritos penetrantes
de pavorosa angustia y hubo que emplear la violencia para arran- Y muchas veces era el agua misma
carle de entre las piernas del padre a las que ya se había asido con de Arauco, el agua dura:
todas sus fuerzas. Sus ruegos y clamores llenaban la galería, sin pero yo conservaba mi sumergida piedra
que la tierna víctima, más desdichada que el bíblico Isaac, oyese y en ella, el palpitante sonido de tu sombra.

Este Canto es América - 80 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 89 - Este Canto es América
el temible estandarte de la muerte en la selva, una voz amiga que detuviera el brazo paternal armado contra su
los pasos invasores deshaciéndose, el grito propia carne, por el crimen y la iniquidad de los hombres.
de los guerreros, el crepúsculo de las lanzas dormidas, Sus voces llamando al viejo que se alejaba, tenían acentos tan
el sobresaltado sueño de los soldados, los grandes desgarradores, tan hondos y vibrantes, que el infeliz padre sintió
ríos en que la paz del caimán chapotea, de nuevo flaquear su resolución. Mas, aquel desfallecimiento sólo
tus recientes ciudades de alcaldes imprevistos, duró un instante, y tapándose los oídos para no escuchar aquellos
el coro de los pájaros de costumbre indomable, gritos que le atenazaban las entrañas, apresuró la marcha apartán-
en el pútrido día de la selva, el fulgor dose de aquel sitio. Antes de abandonar la galería, se detuvo un
tutelar de la luciérnaga, instante y escuchó una vocecilla tenue como un soplo, que clamaba
cuando en tu vientre existo, en tu almenada allá muy lejos, debilitada por la distancia: “¡Madre! ¡Madre!”.
tarde, en tu descanso, en el útero de tus nacimientos, Entonces echó a correr como un loco, acosado por el doliente
en el vagido y no se detuvo sino cuando se halló delante de la veta, a
terremoto, en el diablo de los campesinos, en la ceniza la vista de la cual su dolor se convirtió de pronto en furiosa ira, y,
que cae de los ventisqueros, en el espacio, empuñando el mango del pico, la atacó rabiosamente. En el duro
en el espacio puro, circular, inasible, bloque caían los golpes como espesa granizada sobre sonoros
en la garra sangrienta de los cóndores, en la paz cristales, y el diente de acero se hundía en aquella masa negra y
humillada brillante, arrancando trozos enormes que se amontonaban entre
de Guatemala, en los negros las piernas del obrero, mientras un polvo espeso cubría como un
en los muelles de Trinidad, en la Guayra: velo la vacilante luz de la lámpara.
todo es mi noche, todo La cortante arista del carbón volaba con fuerza, hiriéndole el
es mi día, todo rostro, el cuello y el pecho desnudo. Hilos de sangre mezclábanse
es mi aire, todo al copioso sudor que inunda su cuerpo, que penetraba como una
es lo que vivo, sufro, levanto y agonizo. cuña en la brecha abierta, ensanchándola con el afán del presi-
América, no de noche diario que horada el muro que lo oprime: pero sin la esperanza
ni de luz están hechas las sílabas que canto. que alienta y fortalece al prisionero: hallar al fin de la jornada una
De tierra es la materia apoderada vida nueva, llena de sol, de aire y de libertad.
del fulgor y del pan de mi victoria,
y no es sueño mi sueño sino tierra. Baldomero Lillo (1867-1923)
Duermo rodeado de espaciosa arcilla
y por mis manos corre cuando vivo
un manantial de caudalosas tierras.

Este Canto es América - 88 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 81 - Este Canto es América
Vicente Huidobro (1893-1948) y era su vida humana la dilatada brecha
que suele abrirse el Padre para echar claridad.
Canto II
(Fragmento) Por eso aún el polvo de sus huesos sustenta
púrpura de rosales de violento llamear.
Mujer el mundo está amueblado por tus ojos ¡Y el cuidador de tumbas, como aroma, me cuenta,
Se hace más alto el cielo en tu presencia las plantas del que huella sus huesos, al pasar!
La tierra se prolonga de rosa en rosa
Y el aire se prolonga de paloma en paloma De Desolación

Al ir dejas una estrella en tu sitio


Dejas caer tus luces como el barco que pasa Pablo Neruda
Mientras te sigue mi canto embrujado
Como una serpiente fiel y melancólica XVII
Y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro América

¿Qué combate se libra en el espacio? Estoy, estoy rodeado


Esas lanzas de luz entre planetas por madreselva y páramo, por chacal y centella,
Reflejo de armaduras despiadadas por el encadenado perfume de las ligas:
¿Qué estrella sanguinaria no quiere ceder el paso? estoy, estoy rodeado
En dónde estás triste noctámbula por días, meses, aguas que sólo yo conozco,
Dadora de infinito por uñas, peces, meses que sólo yo establezco,
Que pasea en el bosque de los sueños estoy, estoy rodeado
por la delgada espuma combatiente
Heme aquí perdido entre mares desiertos del litoral poblado de campanas.
Solo como la pluma que se cae de un pájaro en la noche La camisa escarlata del volcán y del indio,
Heme aquí en una torre de frío el camino, que el pie desnudo levantó entre las hojas
Abrigado del recuerdo de tus labios marítimos y las espinas entre las raíces,
Del recuerdo de tus complacencias y de tu cabellera llega a mis pies de noche para que lo camine.
Luminosa y desatada como los ríos de montaña La oscura sangre como en un otoño
¿Irás a ser ciega que Dios te dio esas manos? derramada en el suelo,
Te pregunto otra vez
Este Canto es América - 82 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 87 - Este Canto es América
¡Dulce ser! En su río de mieles, caudaloso El arco de tus cejas tendido para las armas de los ojos
largamente abrevaba sus tigres el dolor! En la ofensiva alada vencedora segura con orgullos de flor
Los hierros que le abrieron el pecho generoso Te hablan por mí las piedras aporreadas
¡más anchas le dejaron las cuencas del amor! Te hablan por mí las olas de pájaros sin cielo
Te habla por mí el color de los paisajes sin viento
¡Oh, labriego, cuyo hijo de su labio aprendía Te habla por mí el rebaño de ovejas taciturnas
el himno y la plegaria, nunca viste el fulgor
del lucero cautivo que en sus carnes ardía: Dormido en tu memoria
pasaste sin besar su corazón en flor! Te habla por mí el arroyo descubierto
La yerba sobreviviente atada a la aventura
Campesina, ¿recuerdas que alguna vez prendiste Aventura de luz y sangre de horizonte
su nombre a un comentario brutal o baladí? Sin más abrigo que una flor que se apaga
Cien veces la miraste, ninguna vez la viste Si hay un poco de viento
¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más de ti!
Las llanuras se pierden bajo tu gracia frágil
Pasó por él su fina, su delicada esteva, Se pierde el mundo bajo tu andar visible
abriendo surcos donde alojar perfección. Pues todo es artificio cuando tú te presentas
La albada de virtudes de que lento se nieva Con tu luz peligrosa
es suya. Campesina, ¿no le pides perdón? Inocente armonía sin fatiga ni olvido
Elemento de lágrima que rueda hacia adentro
Daba sombra por una selva su encina hendida Construido de miedo altivo y de silencio
el día en que la muerte la convidó a partir.
Pensando en que su madre la esperaba dormida, Haces dudar al tiempo
a La de Ojos Profundos se dio sin resistir. Y al cielo con instintos de infinito
Lejos de ti todo es mortal
Y en su dios se ha dormido, como un cojín de luna; Lanzas la agonía por la tierra humillada de noches
almohada de sus sienes, una constelación; Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad
canta el Padre para ella sus canciones de cuna
¡y la paz llueve largo sobre su corazón! He aquí tú estrella que pasa
Con tu respiración de fatigas lejanas
Como un henchido vaso, traía el alma hecha Con tus gestos y tu modo de andar
para volcar aljófares sobre la humanidad;
Este Canto es América - 86 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 83 - Este Canto es América
Con el espacio magnetizado que te saluda VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti
Que nos separa con leguas de noche el primero.
VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará
el corazón de los hombres.
José Donoso (1925) VIII. Dará su obra como se da un hijo: restando sangre de tu
corazón.
“Oírla hablar de la muerte le parecía aún más grosero que IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino genero-
todas las obscenidades que tan a menudo ensuciaban los labios so que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o
de la anciana, y lo asaltaba una profunda y oscura incomodidad. mujer, dejarás de ser artista.
Pero sólo incomodidad, porque dejarse arrastrar por temores era X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue infe-
morboso, propio de vidas devastadas por una sensibilidad a la que rior a tu sueño, inferior a ese sueño maravilloso de Dios que es
no ha sabido refrenar ni dar forma, de mentes desequilibradas en la Naturaleza.
fin, y él, precisamente, se enorgullecía del magnífico equilibrio
de la suya, de su sentir armónico y ordenado (...)”
La maestra rural
De Coronación
A Federico de Onís.

Gabriela Mistral La maestra era pura. “Los suaves hortelanos”,


decía, “de este predio, que es predio de Jesús,
IV.- Decálogo del artista han de conservar puros los ojos y las manos,
guardar claros sus óleos, para dar clara luz”.
I. Amarás en la belleza, que es la sombra de Dios sobre el
Universo. La Maestra era pobre. Su reino no es humano.
II. No hay arte ateo. Aunque no ames al creador, lo afirmarás (Así en el doloroso sembrador de Israel).
creando a su semejanza. Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano
III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como ¡y era todo su espíritu un inmenso joyel!
el natural alimento del alma.
IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino La Maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida!
ejercicio divino. Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.
V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque Por sobre la sandalia rota y enrojecida,
la Belleza es virgen, y la que está en las ferias no es Ella. tal sonrisa, la insigne flor de su santidad.
Este Canto es América - 84 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 85 - Este Canto es América
HERNAN VALDEZ Pero ya no son príncipes, son naves,
las benditas naves veleras, argentadas,
... sólo hay períodos en que estamos despiertos y no son otros con sus extraños nombres balbucidos,
que los períodos de asombro y de pasión las presurosas naves de mi infancia.
Apariciones y desapariciones, 1964. Corinto, Agamenón.
Y es el rumor del mar,
el prodigioso idioma de llanto y arrecifes,
DELIA DOMINGUEZ el rumor insondable:
humedecidos remos fulguran, se deshacen;
... y vas al espejo con insistencia a buscar tu juventud por alguna y es el rumor del mar, que sube de los árboles,
parte y así empezar: “Dios mío alguna cosa que sea tu obra” ... del mar y sus lejanas campanas de cristal,
Asalto de mata. del mar y su nostalgia y su sollozo espuma.
La lavandera aprende mi secreto:
WALDO ROJAS Mira el cielo sonriendo
mientras sus manos baten
Llama a mi puerta una voz temerosa como el viento / y como arreboles de nube y de jabón.
el viento eterna. En la ventana sólo queda
Sequía, del libro “Agua removida”, 1964. la dulce, testaruda cabeza de la abuela.
El ángel de la noche suena su corno de ámbar.
Oscuros galgos vaporosos,
Grupo Amereida, 1967. mastines de anchas fauces sombrías aparecen.
MANUEL SILVACEVEDO Los arqueros del sol lanzan sus flechas rojas.
Las piedras de sus hondas multicolores nacen,
A mí me gustaría morirme en sueños, como un halcón en mueren grises.
vuelo. Cierro los ojos antes que la sombra
Instantáneas, del libro Perturbaciones, 1967. deshaga mis castillos, mis corceles,
mis atrevidos príncipes con penachos de llamas.
GONZALO MILLAN Quiero guardarme su visión eterna.
No me la robe el viento. No la borre la bruma.
Oliendo a pasto me levanté / del tibio espinazo de la tierra.
Me había besado las mejillas / o revuelto el pelo con los dedos

Este Canto es América - 120 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 97 - Este Canto es América
Braulio Arenas MIGUEL ARTECHE

La gran vida ¡Oh padre nutricio: no envejezcas ahora que te has puesto de
camino hacia el puente, y te llevas los clavos y el martillo a las
Mujeres insomnes como el cielo, sombras, y a las nubes tu silla donde Dios se ha asentado!
todo lo esperaban de la aurora, Agonía del carpintero, 1965.
sus ojos todo lo esperaban del amor,
más repentino que el verano.
JORGE TEILLIER
Toda la espera del mundo
cabía en un beso tuyo, Ceniza de un cielo antiguo que hace quedar solo frente al fuego
para ti yo nada tenía escuchando los pasos del amigo que se fue.
salvo el amor que tú me dabas. Nieve nocturna, 1947.

Yo borraba los caminos,


tú borraba los precipicios, EFRAIN BARQUERO
pronto un beso nos mantuvo
en el cielo de nuestra imagen. ... los seres trabajaban sin ruido en el perfume eran viejos
como el azafrán (...) en la madurez vivían como en un fruto que
La vida mostraba su amor aplastaba el mundo en la blandura de una madre.
como la nieve su cabaña. Antigüedad, 1967.
Para ti yo nada tenía
salvo el amor que tú me dabas.
GABRIEL CARVAJAL

Pedro Lastra Este aire que ya no vemos tan azul un día, intenso como hoy
lo es el más alto cielo; el tiempo lo ha condenado a la lejanía y
Palabra terrenal por los poetas perdidos apenas ahora es huella de un ala en vuelo.
Este aire, 1957.
Ellos soñaron y amaron sobre la tierra implacable,
sobre la tierra amaron las dulces criaturas,
las terribles, veloces criaturas del mundo.
Este Canto es América - 98 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 119 - Este Canto es América
CARLOS DE ROKHA Quedan sus bellos días, queda el aire, la noche
siempre igual a su imagen,
Trae, pues, las semillas del cielo, dónalas a cada sonrisa y que un repetido espejo que no refleja a nadie,
tus manos tejan un tapiz para el alba. ¡Un tapiz para el alba! y queda el mar clavado dentro de sus ojos.
Un tapiz para el alba, 1967.
Nosotros disputamos a otro reino sus nombres,
a otros dioses sus cuerpos siempre ardientes
ENRIQUE LIHN que arrastraron los sueños, el amor, cuanto existe
encima del abismo,
Y el buen amigo de la infancia -que sería de ella sin él-, ¿encon- abrimos las ventanas selladas de ese reino
trará esta noche el buen camino entre su corazón y el nuestro? y hablamos con la voz del hermano perdido,
Navidad, 1963. nosotros, que hoy soñamos
y amamos el breve tiempo de este cielo implacable.

ARMANDO URIBE ARCE


Gustavo Adolfo Cáceres
No sé mi nombre, / podría ser / hueso o gusano. Vivo en el
huerto / bajo el olivo. La morada de los sueños
No sé mi nombre, 1961.
Recuerdo las cosas como un secreto ausente
y me apena que la tierra me hable de sus sueños.
ALBERTO RUBIO Será porque nada me espera cuando llego
y los árboles son mudos vigilantes
Amarillo de invierno, brillas el sol lejano. Lo combates amante, que su lenguaje extraño
brillando aquí en la tierra. Sonrisa-resplandor que en el vuelo te sólo las aves saben tocar
alcanzas. en la callada morada de sus ramas.
Muchacha contra-sol, 1952. Si toco el aire
como un ciego visitante me buscan los hechos olvidados
y hay un mundo de campanas que no abandona mis pasos
hasta verme saludando sus ocultos rincones
porque en el ocultamiento de las cosas del cielo nos muestra
sus estrellas.
Este Canto es América - 118 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 99 - Este Canto es América
Entro un día a la ciudad sin que nadie me vea GUSTAVO OSSORIO
y todo me escucha el vuelo de mi ausencia.
¡Ay, hombres que se funden como cirios reblandecidos!
Jamás sabrán porque me oculto en los rincones ... Un día llegará en que todos caigan como terrones
y me dejo tapar como los musgos húmedos
en la verde estructura del silencio. y queden desechos y negros...
Contacto terrestre.
Por dentro está la dulce forma de las cosas
y el que pide la llave de un secreto
es un ciego en el fondo de un domingo NICANOR PARRA
callando entre los pájaros del templo.
En resumidas cuentas / Sólo nos va quedando el mañana: Yo
levanto mi copa / Por ese día que no llega / Pero que es lo único
Armando Uribe Arce / De lo que realmente disponemos.
Último brindis, 1967.
Llega un hombre a mi casa

Llega un hombre a mi casa: es el sastre. MAHFUD MASSIS


En la noche viene a entregar su trabajo de toda la semana.
Yo estoy departiendo con un amigo, en el tira y afloja de la Mas como su mano estuviese fría como la muerte dícele Jesús:
conversación, y llega el sastre con sus agujas y con un par de De cierto Judas, no te calentaron los denarios.
tijeras enormes y plateadas. Leyendas del Cristo Negro, 1963.
Adiós alma mía.
El ángel de las sastrerías dejó triste mi alma
y espero desnudar mi memoria del pensamiento del sastre ANDRES SABELLA
para vestir sabiamente con este traje nuevo.
El sastre se aleja camino a su casa Este es el rudo mar del Norte, el que acaricia la soledad de
y yo no sé lo que un sastre significa, sus desiertos.
pero me temo que signifique un hombre Los tejedores de red están junto a él, las piernas como rieles
y yo, un Maniquí. perdidos en la arena.
La sangre y sus estatuas, 1940.

Este Canto es América - 100 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 117 - Este Canto es América
JORGE CACERES Hernán Lavín

Pero a través de esa luz pasan unos ojos de piedras que Poema para una casa en el mar
ruedan.
Y unos labios de manchas que no salen. A modo de mar:
Poema, 1957. verde invierno. Verde mesa.
Verde pez. Verde y líquido.
Verde manzano. Verde y lluvia.
EDUARDO ANGUITA
A modo móvil de mar:
No lamentes la ausencia de la semilla, pensamiento verde.
ama grandemente el fruto dado. La misma casa húmeda
La semilla debe morir. de sillas con olas.
Venus en el pudridero, 1967.
Y habitación de arena verde.
Y puerta de ola.
GONZALO ROJAS Y pez rubio.
Y sal y un árbol.
No hay cielo sino sangre, y únicamente sangre de mujer
donde leen su estrella los desnudos. Y tú,
... ¡Te oigo en la madre oscura cuando empiezan a modo de alimento,
llorando las raíces! pan y mar.
Leo en la Nebulosa, 1964.
Mar: manera de invierno.

OMAR CACERES Manera movediza:


a modo de mar, tú,
Pasa el viento a estirones con el mar, desarraigándolo; y la extensión del nacimiento.
ráfaga de músculos azules, recoge sus cenizas perfumadas.
Ángel de silencio, 1934.

Este Canto es América - 116 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 101 - Este Canto es América
Elsa Bobadilla Guerra HUMBERTO DIAZ CASANUEVA

Hambre Ser es un signo opuesto


en cada uno
Buen día, Amado de siempre, según su fortaleza.
fuego quieto que no entiendo. Los penitenciales, 1960.
Ábreme tu huerto, abrázame en tu voz,
compárteme tu pan,
y no me beses hoy, BRAULIO ARENAS
porque ya el alba me besó con sus rocíos.
La casa pasa por sus vidrios rotos,
penetra al comedor que está hecho trizas,
anida en las paredes desplomadas.
Francisca Ossandon La casa fantasma, 1962.

I
TEOFILO CID
Arde la humana transparencia.
La piel desvisto Y los recuerdos calzan zapatos puntiagudos.
y sólo inmensos cauces Sobre el cojín de las sienes apagadas.
restituyen mi vida. Camino del Ñielol, 1954.
Recuerdo lo que me ha marcado.
La sombra enamorada es la más blanca.
Soy un puente entre la luz ENRIQUE GOMEZ CORREA
y la roca final.
Entre un sol azul Sin embargo sabedlo por última vez.
y el olvido jamás apaciguado. Esta voz es el puente sin fin.
Mandiágora Siglo XX, 1947.

Este Canto es América - 102 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 115 - Este Canto es América
Aquí no existe poesía ni prosa. Aquí sólo existe la palabra Paolo Longone
-potente, indiferenciada- mentando al mundo en su conjunto -o (Publicado a los 18 años)
tratando de hacerlo como en los primeros tiempos.
Los hombres trabajan, conversan entre sí, piensan en sus cuar- Autopresentación:
tos en asuntos concretos. O intentan explicarse todo lo anterior
en vastos sistemas metafísicos. Nace el 6 de noviembre de 1950 en Roma.
Dentro de la luz, la sombra -Tomás de Quincey recuerda la Desde la infancia reside en Chile.
muerte de su hermana en una mañana de verano. Escribe desde los 15 años en forma sistemática. Cuando los pa-
Trotzki poetiza la Revolución de Octubre. La produce. peles colman el cajón del escritorio, los incinera sin ceremonia.
El hombre se piensa con palabras. Pinta poco, mira, escucha, habla, intrusea en todo.
En enero del 68 decide dejar de estudiar para vivir. No se trata
Jorge Etcheverry de incompatibilidades, sino de aburrimiento. Hace largos viajes
recorriendo Chile “a dedo”. Comprende que la escolástica vale
un pepino. Prepara sus bagajes para un largo viaje por América,
buscando las raíces propias del continente, las corrientes subte-
Actual poesía chilena rráneas que conducirán el destino del hombre americano hacia
la rebeldía.
La revista “Orfeo” -de la cual hemos extraído los fragmentos
anteriores, revista que nos fue enviada por su director, Jorge Vé-
lez-, publica también en 1968 una lista de “33 nombres claves de Carta a casa
la actual poesía chilena”.
De esa nómina, extraemos dos o tres versos de cada poeta, Hola madre
como una manera de ofrecer un brevísimo pantallazo y no la hola Sonia.
nómina fría de los nombres de esos poetas. Nótese que hay una Estoy en la prisión de San Fernando de Atabapo,
sola mujer. por las ventanitas
escucho las motas de polvo
ROSAMEL DEL VALLE que recorren este nuevo atardecer.

Yo sí te digo adiós, es que ando Esta es una zona de selva y humedad,


al compás de la muerte. pero al terminar el día se viene el polvo
El amor mágico, 1949. dejando todo como allá,

Este Canto es América - 114 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 103 - Este Canto es América
cuando en Domeyko sopla el norte Apreciamos la realidad como la dimensión mágica que nos
que acarrea el salitre desde todas partes. es posible habitar. Su acceso es asunto de párpados, porque
Quería decirles no más conducimos la eternidad del hombre, hecha de acabamiento y
cuánto las extraño, luminosas multiplicadas raíces, en el pleno del hombre, y no nos
especialmente el cariño de Sonia, pesa su plenitud y temblor y no nos pesa su aspecto cicatrizado
pues en este lugar a todos los extranjeros nos tratan mal. y fértil ni nos pesa su interior indescifrable; no nos pesa ni nos
acosa su hedor y dulzura cultivada sobre civilizaciones y necró-
Creo que me obligarán polis sumergidas, como que estalláramos arango “los últimos
a trabajar en el ferrocarril, vestigios putrefactos de la razón, del pensamiento lógico, la vida
tender una línea a través de toda la región no es lógica ni razonable”.
atravesando el monte lado a lado.
En tres años más salgo de aquí de Venezuela Carlos Zarabia
para Valparaíso.
Por lo menos allá estaremos más cerca,
así podré escribir más o incluso Es por ello que la poesía más todavía que un modo de cono-
si quisieran me visitarían los domingos cimiento es un modo integral de vida, y por ello que la más alta
después del almuerzo. poesía ni siquiera se escribe; sino que viaja junto a la mochila de
Adiós madre, los hombres que habitan la montaña.
adiós Sonia.
Erik Martínez

Revista “Orfeo”
La poesía, nuestra poesía, crece a la sombra de las ciudades.
Revista de poesía y teoría poética Existen grupos de jóvenes vinculados a las vanguardias, recep-
Santiago de Chile - 1968 tores y transmisores de convulsiones internas, que cada vez más
frecuentemente llegan desde el centro del continente, de llanos
“Singular prueba es reconstituir la aventura poética chilena, y selvas, y bajo los mismos pies de nuestros transeúntes, de los
medir su impulso y la trascendencia de sus hallazgos. Orgulloso proletariados los que se hacinan en las barriadas periféricas;
estoy de haber participado en ella sin otra pretensión que la fide- pero el centro dinámico de la acción y la palabra se esboza en
lidad estricta a la poesía considerada como ejercicio sudoroso de las ciudades. Languidecen focos en los pantanos. El lenguaje
las potencias más ocultas del espíritu. Y ello, no por el afán de abrumado por la naturaleza se extingue en los labios de los poetas
de provincia.
Este Canto es América - 104 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 113 - Este Canto es América
a la humanidad, haciéndola revelarse a sí misma en su esencia gozar viéndome inmerso en abismo tan vigoroso, prisionero de
más íntima.” un subjetivismo estéril, sino por la certidumbre de que el descen-
Omar Cáceres so órfico, de que una mayor amplitud de la conciencia humana,
De la antología de Anguita y Teitelboim, “Poesía Chilena Nue- conducirán al hombre al conocimiento de sus contradicciones a
va”, 1934. fin de insertarse en el mundo y frente a su destino, con renovada
fuerza extraída de su inacabable misterio. Aparece este número
antológico en un momento crucial, confuso, intrincado por ad-
Agregad a esto la extraña lección que Gustavo Ossorio no la versas líneas de pensamiento, en que la poesía no es pura crista-
ha buscado, sin duda. Pero pudo haberla rechazado como tantos lización sonora ni descripción de estados de ánimo o perspectiva
otros que prefieren hacerse un buen lecho de lirios de la sangre elocuente de una realidad estimada como acabada en sí misma.
responsable de su juventud. “Presencia y Memoria” pasará Vivimos una nueva experiencia de la humanidad, acosados por
sin ruido al través de nuestras estatuas. Pero su paso logrará una multiplicación de sensaciones y de imágenes. Parece que la
sumarse al de la poesía que le basta respirar y hace crecer un poesía no se siente bien dentro del poema escrito en que palpita
árbol en la arena nocturna. reclusa. Aspira a nuevas formas, a coordinarse con otros artes
Rosamel del Valle y actividades de la vida. Un poeta solamente poeta, un literato
Prólogo escrito para el libro de Gustavo Ossorio “Presencia y profesional, no puede crear una auténtica poesía en nuestro tiempo
Memoria”. si no se abre a las solicitaciones del mundo que avanza, si no se
hunde en la historia del espíritu humano para recuperar lo lavado
o mutilado, si no logra entrever que la existencia está llegando a
“Todo individuo genuinamente vivo es un poeta: padece de modificaciones profundas. La poesía vuelve a agitar libremente
ese exceso vital que lo hace saltar por encima de sí mismo y des- sus alas escapando de todo amo y de todo dogma para sentirse de
entenderse de la medianía.” nuevo impulsada por la búsqueda y el riesgo. La poesía lleva en sí,
“Si se tratara de asumir una misión, yo diría que la poesía ac- latentes, concepciones y valores, y penetra con temeridad en zonas
tual debiera enfrentar el mundo con un rostro lo suficientemente desconocidas, asemejándose en parte a la ciencia actual. Siempre
despejado como para que se reflejaran en él los monstruos que me ha atraído la poesía por el enigma que me propone más que
engendra el sueño de la razón, los maniquíes que engendra la por la gracia o belleza que desprende. El poeta ve la realidad con
duermevela de la inteligencia práctica, futurizando todos los vicios rayos X., revela sus signos interiores, lo maravilloso o lo absurdo
del mundo moderno en imágenes de presumibles catástrofes.” en lo más material y cotidiano. Trata la realidad como si fuera una
posibilidad constante y compleja. Lo más extraordinario es llegar
Enrique Lihn a una visión poética que manifieste, directa o simbólicamente, la
Tomado de la revista “Trilce”, Nos. 10-11. complicación humana. A la revelación de un estado de espíritu,

Este Canto es América - 112 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 105 - Este Canto es América
el más intenso, el más lúcido posible, aunque para percibir su representa íntegramente, y lo estremece a menudo con su inten-
sentido tenga que vadear la locura. Se trata de algo tan fluido, tan sidad de largos fuegos.”
fugitivo, un juego ininterrumpido de apariciones y desapariciones. Eduardo Anguita
Entonces se tiembla no sólo por coherencia del lenguaje, sino por Antología de Poesía Chilena Nueva, 1935.
la validez del lenguaje mismo. La cuestión no es sólo escribir
versos: hay que reflexionar sobre la función poética dentro de la
sociedad actual y adentrarnos en las sugestiones de un lenguaje “Libros, libros y más libros que digan el ser contradictorio y
que trasciende su rol instrumental. Años de sequedad ha vivido unitario de nuestro desarrollo, o subdesarrollo”.
la poesía porque se la consideró destinada al entretenimiento o “Revistas, revistas vivas y creadoras; la polémica más allá de
a la didáctica, nivelándola con trucos de sencillez o vulgaridad toda complacencia”.
pero los poetas somos “expertos de la sensibilidad consciente” “Algo hicimos, entre todos, amigos míos. Algo hicimos con
y a través de la poesía podemos enriquecer la sensibilidad y la lucidez y con coraje”.
imaginación. La poesía lleva en sí los gérmenes de la revolución “¿Realismo, surrealismo, espacialismo?”
integral, en la medida que en ella se expresa la nueva conciencia “La realidad detrás de la realidad, pero desde el relámpago”.
de la humanidad. “Vienes corriendo y eres el mismo niño, y ya no eres. Adiós.
Agradezco que se me incluya en este número, junto a valiosos Lo que de veras amas no te será arrebatado”.
compañeros, cada uno siguiendo su propia vía, pero todos impreg-
nados por el mismo amor a la poesía, amor, asombro o temor; por Gonzalo Rojas
el conocimiento de que el don poético es una responsabilidad, y De un discurso en el homenaje que le rindiera la Sociedad de
por la confianza en un hombre más pleno y digno. Escritores de Chile. 1965.

Humberto Díaz Casanueva: Uno de los más altos valo-


res de la poesía contemporánea en el mundo de habla No he escrito, pues, como se lo dije un día a un poeta, “llevado
hispana, pertenece a la directiva de Orfeo.
del afán de hacer literatura, achaque tan común en nuestra tierra,
sino obedeciendo a irresistibles impulsos; a la necesidad, más bien,
de definir por medio de la expresión de mis estados interiores la
1.- Un poema debe ser una creación del espíritu, no un comen-
verdadera situación de mi yo en el espacio y en el tiempo...
tario alrededor de. El verbo creador. No el verbo comentador.
Y ese es el punto de partida desde el cual y a través de esfuerzos
(Poeta: tienes delante de ti un papel, hay que llenarlo con todo
mejores, los jóvenes que verdaderamente odiamos el pasado y el
lo que no esté de más).
presente, a fuerza de amar el porvenir, logramos, si no alcanzar,
2.- Por el poema el hombre se pone en contacto con el univer-
por lo menos preparar, aquel vasto equilibrio que habrá de liberar
so, descubre el sentido de la unidad, se convierte en un pequeño

Este Canto es América - 106 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 111 - Este Canto es América
adquirir ese olfato especial que distingue, por un matiz apenas, Dios, crea su cosmos.
la obra maestra de lo falso. Comprender lógicamente la poesía no 3.- Hay que proyectarse en el mundo, y que el mundo se pro-
lo logrará nadie jamás. Por otra parte, el explicar un poema no yecte en vosotros.
significa avanzar ni un paso, pues casi todo lo poético propiamente 4.- Toda poesía auténtica tiende a los últimos límites de la
tal es justamente lo que se escapa de la lógica corriente con que imaginación, y nadie tiene el derecho de señalar al poeta un “non
apreciamos el mundo real.” plus ultra”.
“El artista actual va a la realidad, apartándose del realismo 5.- El poeta es el hombre que rompe los límites. Él escucha a
superficial, buscando lo profundo desconocido, formulando al cada momento el eco de sus pasos en la eternidad.
mismo tiempo -tal es la aspiración general, creo yo- esta nueva, 6.- La poesía es un desafío a la razón, pues ella es la superra-
por desconocida, realidad, con una simplicidad de naturaleza.” zón.
“El poeta nuevo recepta, sensorialmente, las cualidades simples 7.- El poeta es el hombre que recuerda los sueños seculares
del hecho u objeto, pero en él los sentidos cooperan en forma que que los demás han olvidado.
el hecho u objeto se representa totalmente, adquiriendo cualidades 8.- El poeta es el hombre que conoce el drama del tiempo que
no percibidas. Así, si Rosamel del Valle dice: “Una flor de negra se juega en el espacio, y el drama del espacio que se juega en el
música”, atribuye una cualidad auditiva a la flor, que sólo apa- tiempo.
rentemente las tiene visuales, olfativas, táctiles, de gusto. Luego 9.- Él es el puente que va del universo al hombre. Hay que saber
la música, que es sólo lo auditivo, se totaliza y completa con una mirar el mundo, y, sobre todo, saber mirarse en el mundo.
visual, color. Esta como doble mirada del poeta hace hablar a 10.- La poesía es la revelación de sí mismo. Esta revelación nace
los críticos de “ intelectualización del arte”. Esta interrelación del contacto de un hombre especial (el poeta) con la naturaleza.
es real en la poesía actual, pero en lugar de quitarle valor, es su La poesía es la chispa que brota de ese contacto.
más alta cualidad. La poesía anterior -no toda, pero en general- 11.- El poeta es el hombre que se siente en el Ser. Aquel que
fue privativa del sentimiento, esto es, de la voluntad. ¿Y quién se presenta al Universo diciendo: te pertenezco porque me per-
puede ordenar que la poesía sea de tal o cual parte del hombre? teneces.
La inteligencia es la facultad capital del ser humano, pues sin ella 12.- No se trata de hacer “Belleza”; se trata de hacer “Hombre”.
la voluntad no podría tomar su dirección, no conocería el objeto Yo no creo en la belleza. Las obras de arte de todos los tiempos
(bien) que le es propio.” son, para mí, simples documentos humanos. Jamás he abierto un
“La poesía de hoy es de conocimiento, esa es su cualidad es- libro o he ido a los museos en busca de belleza, sino para saber
pecífica. Nuestro “cerebralismo”, como llaman ciertos críticos a cómo se han expresado los hombres en las diferentes épocas de
nuestra característica superior (como si se pudiera hacer poesía la historia.
con los pies), es nuestra conquista en el arte, y le da una cualidad 13.- Debemos liberar nuestro infinito, nuestro eterno. Hay
tanto más humana cuanto que la inteligencia comanda el ser, lo que poner en libertad nuestras fuerzas. Los que no consigan esta

Este Canto es América - 110 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 107 - Este Canto es América
liberación quedarán en el terreno de lo efímero. Sus obras serán leyes propias, en medio de una atmósfera exacta, en el centro de
pasajeras. un clima cuya mayor dificultad no es sentirlo, sino expresarlo.
14.- Es preciso creer en el arte como en un acto mágico, el más En esto, como en otras cosas, el sentimiento es algo secundario.
puro “totem”. Es el gran misterio. Es el secreto inexplicable. Luego, me parece una experiencia cuando lo que despierta en el ser
tiene que valerse de un lenguaje para dar forma a algo que desea
Vicente Huidobro tocar, retener, ver una vez más todavía antes que el pensamiento
vuelva a su sueño.
Por otra parte, nada más inútil que creer que el poema no obe-
“Yo tengo un concepto dramático de la vida, y romántico; no dece a ley alguna y que su contenido no es en sí sino la síntesis
me corresponde lo que no llega profundamente a mi sensibili- de uno o varios sentimientos expresada de una o de otra manera.
dad. Al contrario, la poesía obedece a un esfuerzo de inteligencia, a
Para mí fue muy difícil aliar esta constante de mi espíritu con un control vigoroso de la sensibilidad y su expresión extrae al ser
una expresión más o menos propia. En mi segundo libro Veinte del sueño en que se agita. La imagen de este otro espacio bien
poemas de amor y una canción desesperada, ya tuve algo de no puede ser real del todo. Pero, entonces, ¿qué sería la poesía?
trabajo triunfante. Esta alegría de bastarse a sí mismo no la pue- Nada más irreal que la existencia.
den conocer los equilibrados imbéciles que forman una parte de Cuando el pensamiento se desprende de sus raíces, el ser ve
nuestra vida literaria. claro, interpreta en sí el sentido de un lenguaje simbólico o místico
Como ciudadano, soy hombre tranquilo, enemigo de las leyes, que desea traducir este contacto. Hace lo posible por moverse en
gobiernos e instituciones establecidas. Tengo repulsión por el torno a esta lucidez y ordena el golpe que viene desde el país de
burgués, y me gusta la vida de la gente intranquila e insatisfecha, adonde.
sean estos artistas o criminales.”
Pablo Neruda
Rosamel del Valle

De ahí el punto de partida de la videncia poética. Porque, ¿qué De la Antología de Poesía Chilena Nueva, 1935: Es una
es lo que distingue al poeta del resto de los seres? Nada, si no obra clásica dentro del desarrollo de la poesía en Chile.
Sus autores fueron: Eduardo Anguita y Volodia Teitel-
fuera por la posesión de este extraño secreto. A veces, y por lo que boim, ambos destacados escritores chilenos.
ella puede importarme, creo que este secreto no es sino un débil
contacto exterior o una experiencia. El calor -siempre humano, “La última y más importante, desde el punto de vista práctico,
por lo demás- de este contacto despierta al ser entre sus tinieblas. conclusión a que llegamos es que nadie, de buenas a primeras,
Y este despertar no puede ser representado ni invadido sino por comprenderá la poesía. Todo lo hace el hábito, para así poder

Este Canto es América - 108 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 109 - Este Canto es América
ya acento solidario a la medida de estos hombres sin canto. Pero en cambio / con una mano me subí los pantalones y acaricie con
pronto vivencias milenarias compartidas irrumpen con su carga la otra todas las estrellas.
urgente desde el subsuelo del ser, y brotan los poemas del exilio, A campo abierto, 1968.
que es como decir los poemas del regreso.
Este regreso, auténtico en su gravitación, no es sólo el literal CLAUDIO TORRES
de un hombre a su centro nativo. Es también el de todo un pueblo
al ámbito de su configuración en el tiempo y en el espíritu. Y Mis manos creando / el viento para conocer tu vuelo.
hasta el de la humanidad hacia una conciliación con olvidados Canto para una mujer casada.
ritmos telúricos. (Tal vez si hubiese que definir la poesía de hoy
diríamos que es poesía de destierro. El hombre de la hora es un
expulsado, un ser en éxodo, para el cual el planeta mismo se hace Escuela de Santiago.
poco a poco materia desmesurada de extrañamiento). NAIN NOMEZ
Un lenguaje agrio, sorpresivo, plástico construyendo un clima
bronco en que no falta la ráfaga breve de una ancestral ternura; Sucedían las desnudas dimensiones de arena / la soledad en
lenguaje con color y violencia de paisaje recién descubierto, pero su hueco / los muros horizontales de las aguas.
organizado con patente sabiduría de laberinto, de cause en ecos Fisepolys.
versiculares a este mensaje situado en el fin del tiempo.
CARLOS ZARABIA
Josefina Plá
Zumos - Ediciones ALCOR Enteramente culpables y atrapados / en la oleaginosa red / de
cierto elemento /la tibieza de la escritura / fermentada a cierto
elemento es bella.
Rubén Bareiro Saguier (1930) Desde entonces.

Panorama de la Literatura Paraguaya - Cuento y Novela (en


colaboración con Manuel Argüello). Dirige la más importante ERIK MARTINEZ
de las revistas paraguayas de literatura: “Alcor”, dirección que
mantiene actualmente desde Francia donde se halla estudiando; La nocturna lechuza señora pestilente de los árboles redondos
la revista se compone y edita en Asunción. / dibujó su vuelo como una línea perdida / una espiral y se enterró
bajo tierra en castigo.
Sueños de la tarde sobre la tierra húmeda.

Este Canto es América - 144 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 121 - Este Canto es América
Elvio Romero (1927)

Bibliografía: Días roturados, Resoles áridos, Despierten las


fogatas, El sol bajo las raíces, Miguel Hernández, De cara al
corazón, Esta guitarra dura.

José Luis Appleyard (1927)

“Abogado. Premio Municipal del Teatro en 1961. Premio de la


Universidad Nacional de Asunción por su poema “Tres motivos
de don Carlos”, 1963. De él dice José Ramón Heredia: “Poeta
afincado a la tierra y a su tierra, Appleyard gusta de cantar motivos
criollos, y lo hace con elevación buscando así para sus poemas
inspirados en lo nativo la universalidad, como el que sabe que lo
nativo, tratando de nativa vulgar manera, queda horro de gracia
y reducido de alcance. Posee imaginación y vuelo lírico y cree
en la poesía y su alto destino. Su voz, que avanza alejándose de
cualquier extraño influjo, cada día se encuentra más a sí misma.
Cabe esperar de este poeta, que ya ocupa puesto de vanguardia
entre los de su país, un vigoroso mensaje nacional de continental
eco”.

R amiro Domínguez (1929)

Una lírica no es inevitablemente una filosofía; pero es im-


prescindible una fe. Y por lo tanto un mensaje. El de Ramiro
Domínguez asciende desde lo profundo del ser descuajado de su
ámbito. El poeta se inicia dando voz a la angustia indiferenciada
que nos envuelve y anega como marea espesa y silenciosa. Ensa-

Héctor D. Gatica - 143 - Este Canto es América


sereno fluir, a través de nuevas formas -y normas- de expresión, a
las que se unen después jóvenes poetas, discípulos suyos: Hérib
Campos Cervera y Augusto Roa Bastos...

Raúl Amaral
Ediciones Diálogo

Augusto Roa Bastos (1918) Paraguay


Uno de los más notables narradores paraguayos. Su novela Hijo Tierra Guaraní
de hombre obtuvo el primer premio del concurso de la Editorial
Losada en 1959. Una parte de su obra poética fue reunida por
primera vez en El naranjal ardiente, editado por Diálogo.

Hugo Rodríguez Alcalá (1919)

Es actualmente profesor de la Universidad de California. Ha


publicado varios libros de ensayos y de crítica. Una parte de su
labor poética de los últimos años la ha reunido en Abril, que cruza
el mundo (1960).

Oscar Ferreiro (1922)

Poeta y etnólogo. Tiene en prensa su primer libro de poe-


mas.

Este Canto es América - 142 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 123 - Este Canto es América
“Poesía Amiga” Nº 10. Junio de 1964 Josefina Plá

Herib Campos Cervera y Josefina Plá inician el actual movi-


miento poético en el Paraguay. Pertenecen al tiempo violento de
la angustia. En la altísima tensión de sus moldes intelectuales, la
emoción resuena como un gemido sepultado cuya sonoridad ter-
mina por impregnar todo el canto. Esto les permite interpretar en
su poesía de fina aleación emotivo-racional, no elaboradas como
podría suponerse sino espontánea y urgente, en el grito multitu-
dinario de la sangre que siente el acecho de la muerte. Vetas de
violácea tortura en la una. Surcos de invencible nostalgia en el
otro... Su ensimismamiento lírico tiene la voz plena y entera de los
estremecimientos y de los sordos mutismos colectivos, realizando,
por su verdad y profundidad, la significación ecuménica de toda
línea profunda y verdadera... Josefina Plá comprime su mundo
poético sometiéndolo al rigor de unas limitaciones casi crueles,
que tornan vertiginosamente leve su arrebato emocional. Sus poe-
mas son casi todos cortos y poseen una tensión sobrecogedora.

Augusto Roa Bastos, 1945


Cuadernos de la Piririta, 1960

Con posterioridad a 1934 Josefina Plá emprende ponderable


magisterio junto a Julián de la Herrería, ceramista paraguayo de
proyección continental, pero más que ello su esposo, su amigo,
su maestro, y ahora su sombra fidelísima. Comienza también su
rumbo decisivo con el despojo del aleamiento modernista y su
enfoque de corrientes estéticas ultramarinas, en especial españo-
las, que inauguran su influencia en el ambiente. Puede afirmarse
que a partir de 1940 surge con un dejo menos asombrado, de más

Este Canto es América - 124 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 141 - Este Canto es América
El conflicto interno de la poesía de Campos Cervera, es el de Poesía Amiga
siempre; la pugna abierta entre absurdo y trascendencia. El prime- Año 4 - Nº 10 - Junio de 1964
ro erigido en símbolo (la cal en este caso) como frontera inapelable
del ser; lo segundo la trascendencia, como reivindicación humana
del padecimiento y de la muerte cotidiana. Trascender en el hom- El pasar de años vio al Paraguay asomarse con poetas de no
bre y desde el hombre pareciera ser la perspectiva existencial de mucha resonancia. La ausencia de intercambios y corrientes
Campos Cervera, con su poesía de humanismo evangélico (donde renovadoras y la falta de publicaciones nacionales hicieron de este
es casi una obsesión aquello de la “resurrección de la carne”) pero pueblo mediterráneo difícil tierra. A la selva humana le faltaron
de extraña indiferencia a lo sobrenatural. pájaros y el canto paraguayo se dejó oír más que todo en la voz
Toda poesía debe servir, ha dicho y en efecto su poesía es un cargada de los fusiles.
perpetuo combate al servicio del hombre. En cualquiera de los La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil del 47 la integran
planos: social, íntimo o metafísico, lema revolucionario cuya más directamente al universo.
profundidad es más que aquella que supone la pura servidumbre En este momento los poetas trabajan seriamente la poesía para-
de la poesía a lo social que fue un estallido contra un conformis- guaya y mantienen comunicación con principalísimos centros de
mo retórico, de evidente correlato espiritual. Campos Cervera México, Brasil, Argentina, Uruguay, Perú, Venezuela, Francia,
inaugura con Josefina Plá la poesía agnóstica del Paraguay. Por Inglaterra.
primera vez se luchará dentro del arte con los grandes problemas En el interior de la Argentina muy poco sabíamos del mov-
del ser. El ser de adentro y el ser de afuera. La poesía de la más- imiento guaraní, fue necesario viajar, llegar hasta las mismas
cara y del grito. Es tal vez por ello que su permanencia en nuestra calles de Asunción para descubrir su voz.
lírica sea extraordinaria. Porque hizo de cada herida humana un “Poesía Amiga” hace todo lo que sus medios le permiten para
dolor suyo, y resumió en su agonía el perpetuo luto de este país servir en el Nº 10 al Paraguay, sus letras, su amistad.
de sombras. Anhelamos ver la extensa América Latina reunida en sus
Queda en pie su mensaje para que cada cual tome conciencia nombres: Una sola familia.
de su destino: “Yo he devuelto a la tierra lo que era de la tierra,
pero os queda a vosotros lo que será mañana”.

R. V. - Revista “ALCOR” Nº 27

Este Canto es América - 140 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 125 - Este Canto es América
para actualizar definitivamente la poesía paraguaya y procurar su
vigencia dentro de la lírica continental.

Josefina Plá
Asunción -Paraguay
De Revista lírica hispana
Venezuela

LOS POETAS Y LOS ESCRITORES

Revista ALCOR
Herib Campos Cervera

Hay almas que nacen más cerca de la muerte que de la vida,


y que orientan su tiempo y su destino en función de esta extraña
paradoja. El hombre -ha escrito Unamuno- es un animal esencial
y sustanciosamente enfermo, su única salud posible: La muerte.
Por ello podríamos afirmar que Campos Cervera es el gran en-
fermo de nuestra literatura. Su obra de dramática equivalencia
vital, tal vez no sea otra cosa, que la vía crucis dolorosa de un
alma en retirada, en angustiosa búsqueda no de otra vida sino de
otra muerte.
Pero esta actitud suicida no es única resultante de una enferme-
dad individual, de una ontología morbosa, sino conjuro de hechos
y climas colectivos, identificables con una nación, un continente, o
todo un momento universal. Así el sentimiento trágico de la vida
que de la península nos llega navegando la sangre aventurera de
los conquistadores, habría que sumar el fatalismo indígena de
extracción telúrica, y la angustia ecuménica que desde Kierker-
gaard, nos golpea la conciencia como existencialismo.

Este Canto es América - 126 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 139 - Este Canto es América
simplemente se rehusaron a servir la poesía agonística, como
José Bilbao Zubizarreta (1919) o se actualizan muy tarde, como
Manuel Verón de Astrada (1903).
La guerra civil de 1947 dispersó el grupo rector. Unos se exi-
lian forzosa o voluntariamente. Otros se vuelcan al afán político,
abandonando la literatura. En 1953 fallecen Julio Correa y Herib
Campos Cervera. Hugo Rodríguez Alcalá sólo en 1960 publica
un nuevo manojo de poemas. Oscar Ferreyro escribe muy poco,
ha publicado menos. Elvio Romero siempre en el exterior, nos da
la obra más consecuente y nutrida, en seis volúmenes editados
de 1950 a 1962. Poesía de neto perfil combativo, que exprime la
dura experiencia político-social y humana de este pueblo a raíz
de su toma de conciencia en 1947.
La promoción siguiente -la del 50- a la cual pertenece en
rigor Elvio Romero, constituida por poetas de más homogénea
formación humanista y unificada cosmovisión, hereda del dis-
perso grupo del 40 la pesada carga de una obra fragmentada en
vertientes y conclusiones. La favorece el creciente intercambio,
negado hasta muy tarde a sus predecesores. Sin embargo, la inedi-
tez continúa siendo su signo. Sólo dos han publicado libros: Elsa
Wiezell (1927), Ramiro Domínguez (1929). La mayoría -Rubén
Bareiro Saguier (1930), Carlos Villagra Marsal (1932), José Luis
Appleyard (1927), Ricardo Mazó (1927), Rodrigo Díaz Pérez
(1924), María Luisa Artecona, han publicado poemas dispersos.
Aparece la mujer en la poesía de combate, con los aún escasos
versos de Carmen Soler.
Las promociones posteriores -Francisco Pérez Maricevich
(1937), Miguel Ángel Fernández (1938), Roque Vallejos Pérez
Garay (1943) más activos, se han hecho presentes con cuadernitos
de poemas, cuando no con algún breve volumen como Luis María
Martínez (1933) que revelan su decisión de conquistar posiciones
Josefina Pla, dibujo de Livio Abramo

Este Canto es América - 138 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 127 - Este Canto es América
Ecos sólo con su ejemplo y su obra perseverante y entusiasta. Individual
pero unánimemente expresaron estos escritores su convicción de
Parece mentira el tiempo que ha pasado desde que me man- que la literatura -y en primer lugar la poesía- debía ser reconocida
daste tu hermosa publicación contando tu viaje y cosas del Fogón. en todo el alcance de su rol humano y social, como instrumento
Gracias hermano por tu recuerdo, ya sabes que el Fogón es tu casa esencial y actividad por excelencia del espíritu.
y una “catrera” y vino nunca te faltará. La ausencia de manifiesto o de programa tuvo su reflejo en
la fragmentación de vertientes; pero si no cultivó este grupo un
Aldo Boglietti “ismo” dado, fue constante en el ánimo de todos sincronizar la
Fogón de los arrieros, Resistencia, Chaco. onda universal del hombre en crisis de valores. Parodiando una
frase: si no sabían bien lo que querían, sabían perfectamente lo
que no querían. Por razones de edad y de personal magnetismo
Héctor David Gatica es un poeta argentino de una inusitada por el prestigio también labrado en nobles y penosas luchas. Herib
sencillez y de una humildad cordial, clara y afable. Se llegó si- Campos Cervera (1908-1953) vio algunas de sus manifestaciones
lenciosamente a Asunción atraído por el deseo de conocerla y de elevadas a eslogan entre los más jóvenes y sobre todo los poetas
trabar contacto personal con los poetas nacionales. Los mismos de las promociones siguientes, llegadas tras el vendaval de 1947.
le acogieron con amabilidad, llegando con todos y cada uno de Así su manifestación de que “toda poesía debe servir”, postulado
ellos a trabar amistad fraternal, que puede ser particularmente que más de uno tomó a la letra, negando todo valor a la poesía que
fecunda para el conocimiento mutuo entre las literaturas paragua- no llevase carga polémica o ideológica; o la expresión “poesía de
yas y argentinas. Su viaje al Paraguay tiene relación al próximo máscara y poesía del grito”, alusiones respectivamente a la poesía
número de su revista “Poesía Amiga”, que el poeta se propone de evasión y a la destinada a servir la dialéctica ideológica o por
dedicar a nuestra literatura (...) lo menos humanista. Esta expresión tuvo también su versión equi-
vocada, y de ahí que más de uno llegó a menospreciar la poesía de
“Tribuna” intimidad, de espíritu adentro, considerándola vertiente menor e
Paraguay, febrero de 1964. inoperante; olvidando que la poesía minera de la veta interior es
también grito, y grito entrañable, y que a esta poesía del hombre
profundo debe la lírica sus más insignes aventuras estéticas.
Mil gracias por “Poesía Amiga” Nº 10. Asimismo por su carta. No faltaron los poetas que sin pertenecer de hecho al movi-
Ahora no tenemos la otra mano, también amiga, de “Caballo de miento lo siguieron de lejos, tomando de él en virtud de lo apunta-
Fuego” para ampliar la carrera de postas secretas de la poesía de do más la temática que la rectriz profunda, por lo cual derivaron a
América, en esta hora sórdida para los creadores de belleza (...) menudo a lo retórico. Algunos, incapaces de reaccionar, anclados
en módulos pasatistas, se perdieron irremediablemente. Otros

Este Canto es América - 128 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 137 - Este Canto es América
El decenio 1930-1940 es el de mayor desorientación para esta Me hizo meditar Esteban Cabañas con su “Poema”. En los
poesía, dentro del siglo. Dispersa la promoción de Juventud, los días de hoy, sobre poesía paraguaya, no he visto nada más que su
poetas que surgen carecen, no sólo de órganos literarios, sino hasta recopilación. Todo lo poquísimo que hay es pasado irremediable.
de cenáculos que polaricen sus afanes y proporcionen un centro Loor a ustedes que se preocupan, todavía, por Latinoamérica.
de gravedad a sus inquietudes. Estos casos son también de agudo Nuevas felicitaciones y varios abrazos.
aislamiento intelectual para el país entregado a graves conflictos
internacionales. Durante esos años sin embargo se producen Antonio de Undurraga
algunos hechos en los cuales se ha visto el signo precursor de la Santiago, Chile.
renovación anhelada, que Crónica no alcanzó a consumar y que
Juventud no encaró siquiera. Hacia el final del decenio regresan
al país aquellos poetas de que se habló, exiliados o simplemente Acabo de receber o excelente número de “Poesía Amiga” de-
viajeros, que inician su influencia individual en cenáculos y hojas dicada a Herib Campos Cervera e outros poetas paraguaios.
literarias. Pertenecen también a estos años los versos de Julio Co- En gustaría le ayudar v. a difulgá-lo. Por isso, se quiser en-
rrea (1890-1953) más tarde recogidos en un volumen: versos que a viarme uns 10 exemplares en os distribuiría entre jovens poetas
menudo no rebasan el nivel panfletario, pero que representan una amigos.
etapa efectiva en la marcha hacia la economía y simplificación de Milton de Lima Sousa
la forma, hacia la autenticidad íntima, en esta poesía herrumbrada Sao Paulo, Brasil.
de romanticismo y retórica.
La Segunda Guerra Mundial trajo al Paraguay una atmósfera
favorable para las realizaciones culturales, al dar al país perso- Mil gracias por el envío del Nº
nería en el juego político internacional. La cultura experimentó, 10 de la revista dedicada al Para-
como el resto de las actividades locales, el impacto del intercam- guay. Leí el ejemplar con sumo
bio. Las corrientes de pensamiento penetraron ampliamente por placer. Exuda juventud y generosi-
esos portillos recién abiertos, y los poetas antes mencionados se dad. No sabe usted cuánto quisiera
convirtieron por derecho propio en sus vectores. En torno a ellos visitar esa Rioja de ustedes, que no
se nuclean otros más jóvenes, estimulados por aquella ráfaga conozco más que a través de libros.
renovadora: Augusto Roa Bastos (1917), Hugo Rodríguez Alcalá A ver qué gran poeta sale del grupo
(1917), Ezequiel González Alsina (1917), Oscar Ferreyro (1922), de ustedes y de esa región para mí
Elvio Romero (1926). casi mítica.
El grupo así formado no lanzó manifiesto alguno, no se hizo Voy en gira de conferencias ma-
presente a la multitud con programas o actividades teóricas. Operó ñana y no volveré hasta fin de mes.

Este Canto es América - 136 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 129 - Este Canto es América
Hubiera querido decirle muchas cosas. No deje de escribirme y ni alcanzar altura homologable en su producción, salvo en raros
suscríbame, por favor. Su amigo. hechos individuales y aislados y al amparo de la distancia.
La historia de esta poesía marca un gráfico discontinuo: aquí
Hugo Rodríguez Alcala las etapas señaladas en el desarrollo de la literatura iberoame-
University of California, Riverside. ricana están ausentes las unas, se retrasan o se prolongan las
otras. La poesía colonial (1537-1811) se reduce a manifestaciones
He recibido su revista “Poesía Amiga” y su libro En busca muy esporádicas; la romántica, muy tardía, sólo se afianza con
del hombre. Los he leído con fascinación y deleite. Su viaje por la posguerra del 70. Rubén Darío prende aquí sus llamaradas
el Chaco, Corrientes, Formosa, el Paraguay, el Brasil, vibra en póstumas en el tercer decenio del siglo. En compensación se
las descripciones breves que usted nos da de aquellas tierras y producen desde el exterior algunos hechos que podrían señalar
paisajes (...) aislados accesos a la contemporaneidad: los versos modernistas
La antología de los poetas paraguayos ha sido para mí de mucho de Francisco L. Bareiro (1879-1931) en 1898; el Cantor Secular
provecho. Veo que en aquella tierra del arpa y del musical guara- de Eloy Fariña Núñez (1885-1926) en 1911, desde Buenos Aires;
ní hay poetas admirables. La selección está hecha con acierto y pero estos hechos, como se dijo más arriba, se producen desde el
gusto refinado. La he leído repetidas veces y debo confesar con exterior y no hallan eco local.
toda sinceridad que siento por aquellos poetas de Asunción una La promoción llamada de Crónica (1913-15) se propuso hacia
simpatía profunda y una gran admiración. esa fecha remover la poesía paraguaya, “actualizarla”. Pero le
fallaron los instrumentos para ello, y esa promoción en la que
Primo Castillo se contaban poetas de noble aliento, como Pablo Max Insfrán y
Grenwich, Conn. U.S.A. Guillermo Molinas Rolón (1889-1946) se dispersó a poco.
Diez años más tarde surgió el grupo numeroso de Juventud
(1923-27). Buscando su norte estético, creyó hallarlo en Rubén
He recibido regularmente, en estos dos últimos años y más, Darío. Ello da idea del aislamiento y desorientación que fueron
“Poesía Amiga”, y cada número es un aldabonazo venoso al co- la dote de estos poetas. Al llegar 1930, su ciclo estaba cerrado.
razón, pensando en lo desagradecido que nuestro silencio debió Algunos de estos jóvenes, sin embargo, exiliados o viajeros al
pintarse a sus ojos. Querido y quijotesco hermano, no sé que puedo exterior, están destinados a salvar más tarde el crédito de su
decir en descargo. No hemos olvidado por cierto su visita, ni su generación.
afectuoso y fraternal gesto al dedicar a esta poesía un número Uno de ellos es Heriberto Fernández (1903-1927) que va a Pa-
de “Poesía Amiga”. Yo se que a usted que trabaja en medio del rís en 1924, publica dos volúmenes de versos y muere lejos de la
yermo con tanta soledad y aridez en torno suyo, le resultará difícil patria. En algunos poemas suyos póstumamente publicados (Los
comprender que poetas que viven aquí en una ciudad de trescien- sonetos a la hermana, 1957) apuntan rasgos renovadores.

Este Canto es América - 130 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 135 - Este Canto es América
noticia en la misma revista, instalado en Chile. Mañana mismo
lo iré a buscar.
Hermosísima labor de manifestación y conexión, “Poesía Ami-
ga”, con la mayor dignidad, dentro de su formato ejemplificador,
se suma a la obra que vienen emprendiendo con tanto tesón y
esfuerzo otros poetas de nuestra América y de España, a través
de revistas cuya colección completa sería muy bueno obtener
para una visión de la poesía actual de habla castellana. Vista así Josefina Pla
en su conjunto, esta obra merece una especial consideración de (Paraguay)
organismos mayores, que ojalá nacieran de un intercambio directo
entre los mismos poetas, ya sea como usted lo ha hecho, viajando
y visitando cada centro de poesía y casa por casa a cada escritor, tos mil habitantes, con más medios a su alcance, no encuentran
obra misionera y fecundísima, ya sea a través de reuniones inter- tiempo y fervor para hacer lo que usted hace. Pero es así, y ello
nacionales de poetas destinados exclusivamente a esta tarea (...) explica cosas, entre ellas esta desconexión de nuestra poesía con
las “poesías amigas” de afuera, y su mote final de incógnita ame-
José Miguel Vicuña ricana. No que toda sea culpa suya, por cierto. Pero si una gran
Chile. parte. Nuestros poetas tienen pocas oportunidades, pero las pocas
que tienen no las aprovechan ciertamente. En verdad también que
sobre ellos pesa, y muy pesada la carga psicológica -entre tantas
La poesía paraguaya otras cargas- de una situación que se prolonga demasiado ya, cuya
única salida se concibe sea la ataraxia. Cada promoción hereda
de la anterior una carga de desengaños y de flojera. Nos hace
Historia de una incógnita intituló su libro el primer autor ex- falta una mística, una conciencia plena de lo que poesía significa,
tranjero que se ocupó orgánicamente de la literatura paraguaya1(1). como construcción del hombre, como afirmación de espíritu, más
El título denunciaba la larga penitencia de esta lírica creciendo necesaria que nunca en ciertas situaciones, cuando todo conspira
parvamente de sus propios juegos al margen de la gran literatura a echarnos a tierra y someternos al rasero del funcionalismo co-
iberoamericana. tidiano, del “saber vivir” y del “vivir y dejar vivir”.
Hasta fecha muy reciente no consiguió esta poesía sintonizar Han surgido muchos poetas en el último año. Pero está por
corrientes o movimientos literarios vigentes en los países vecinos, ver cuántos entre estos que se llaman poetas, lo son. Tal como
está el mundo, desconfío totalmente del poeta que no lleva sobre
  Walter Wey: Poesía Paraguaya. Historia de una incógnita. Montevideo, si el signo del dolor. Estos jóvenes no llevan entre sí más que el
1951.

Este Canto es América - 134 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 131 - Este Canto es América
signo del juglar. Dicho sea con perdón de aquellos tipos que lle-
varon la poesía sobre sus alforjas a través de siglos, junto con un
mendrugo de pan y a veces sin él. Lo que el poeta de hoy pocas
veces sabe hacer.
Con un recuerdo de Miguel Ángel Fernández -que debería Con Carolina Kautson
escribirle- y con un afectuoso abrazo de su siempre amiga. y la familia del poeta
Oscar Ferreira, cerca de
Josefina Plá Asunción, en su casa de
Capilla Cue.
Asunción, Paraguay.
(Paraguay)

pronto. Aún sin su “Poesía Amiga” sería inolvidable para nosotros


por esa rara cualidad tan humana y sin embargo tan difícil de ha-
llar: ¡Amistad! Usted es feliz dando, si lo retribuyen, bien, si no,
bien lo mismo. Hace mucho tiempo yo descubrí que lo admiro y
que hoy siento la necesidad de decírselo. En una próxima le daré
noticias de los Ferreiros.

Oscar Ferreiro y Ana Iris de Ferreiro


familia
Capilla Cue, Paraguay.
(Paraguay)

Con mucha gratitud y simpatía recibimos estos mensajes


Si le hubiésemos escrito una carta por cada vez que su recuerdo suyos, constantes y puros, plenos de ese amor grande que une a
nos hacía nombrarlo, usted estaría con mil cartas nuestras en sus los hombres en sus ideales más altos y lejanos. Aquí el temblor
manos tan cordiales. Pero... no tenemos ese don tan precioso que de “Poesía Amiga”, de sus rumores de mil voces de tantos poe-
desborda en usted y que lo lleva a acercarse a todos y a cada uno tas de América. Altos valores que no conocíamos, o poemas de
de sus amigos. nombres que nos eran familiares y como legendarios, qué alegría
encontrarlos de nuevo, como a este querido amigo Carlos Villa-
Oscar trabaja, lee y escribe, viaja y ¡charla! (...) No quiero que gra Marsal de quien tanto deseábamos saber, y lo mismo aquí,
piense que ha sido para nosotros un poeta más conocido y olvidado en un soneto magnífico y, lo que es más extraordinario, según su

Este Canto es América - 132 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 133 - Este Canto es América
Carlos Villagra Marsal Carlos Villagra Marsal (1932)

Cacería Tiene en preparación un volumen de poesías. Actualmente se


encuentran en Santiago de Chile contratado por la UNESCO.
Monteando despacio, va el corazón oscuro
de cacería. Acecha gritos elementales,
sangres, fiebres y sueños en hondos animales,
como su pulso más quieto, con su fusil más duro. Francisco Pérez Maricevich (1937)

Y en el barrero insomne, junto al silencio puro, Formó la nucleación “Asedio” y dirige la colección “La Gar-
que yugula sus astros y remueve sus sales, za”. Colabora en la revista portuguesa Miscelánea de estudios a
el corazón que tira con sentidos cabales, Joaquín de Carvalho, en cuyo cuerpo de colaboradores figura al
alza contra la luna su pómulo seguro. lado de nombres universales. Obtuvo el premio otorgado por la
Universidad Nacional en el concurso abierto en honor de D. Carlos
Corazón de mi cuerpo, cazador bajo el viento, Antonio López. De extraordinaria cultura humanística. Francisco
rastreando sin término por palmares quemantes Pérez Maricevich es un brillante exponente de las nuevas genera-
la pisada sin tigre y el olor sin venado. ciones intelectuales paraguayas. “Ediciones Comuneros”.
Pérez Maricevich es uno de los jóvenes poetas que están bus-
Continúa tu búsqueda y aún recorre tu aliento, cando afanosamente actualizar la poesía paraguaya y llevarlo a
espartillar de sombras, esteros trashumantes, situarse hombro con hombro con la de otros países americanos
la noche inmemorial, solo y agazapado. y del mundo. Adscripto, como lo está, a la poesía moderna, de
más amplia expresión por razón de sus conquistas y de mayor
preocupación por el Ser y sus problemas; su voz, de auténtica
Rubén Bareiro Saguier resonancia poética, se revela cargada de palpitaciones humanas,
de testimonios de la presencia interrogante del hombre...
Al filo de Omega
“... se quedan...” José Ramón Heredia
Paso de hombre
Por este barro cierto del tránsito;
por este barro agónico;
en que me he de eternizar;

Este Canto es América - 168 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 145 - Este Canto es América
Esteban Cabañas (1937) Quién te podrá negar
que te revienta el pecho de nodriza
Ediciones Diálogo tiene en prensa su cuaderno Los monstruos bajo el almidonado mandil de las obras intactas.
vanos.
Tú sola, como una insubordinación de espumas
cegándonos la pausa y el número. Tú
Miguel Ángel Fernández (1938) percutiendo los tímpanos
de la más empinada desmesura.
Ex presidente del Centro de Estudiantes de Colegios Incor-
porados. Como tal, fue uno de los dirigentes del movimiento Desde la resolana del último embeleco
estudiantil de 1959, contra la dictadura imperante. vas por agua con tu cántaro prieto
Ex presidente de la Academia Literaria del Colegio de Goethe. trajinando el alboroto de tus selvas
Director de las Ediciones Diálogo Cuadernos de la Piririta, Co- el desmoronamiento sideral de la siesta. La cuchillería
lección Stylos, Cuadernos del Colibrí. del cañaveral. El matorral hirsuto.
Corresponsal en el Paraguay del Centro Internacional de Es-
tudios Poéticos, con sede en Bruselas. Miembro de la Asociación Tierra amasada en tierra. Desertora
Internacional de Críticos de Arte (París). Miembro fundador de del alba. Amiga liberal
la Asociación Paraguaya de Críticos de Arte. desmemoriada,
Ha publicado: Oscuros días - Aspectos de la Cultura Paraguaya si al menos
(en colaboración con Josefina Plá) Cuadernos Americanos, de sobre tu cañamazo hostil tus hilanderas
México, 1961. estamparán su nombre.
Traducción: Jours Obscurs. Profils poétiques Des Pays Latins.
Niza, 1964. Si hubiera luz
Corresponsal de Leitura, Río de Janeiro. acercándome todas las bujías
para alumbrar tu nombre.

Roque Vallejos (1943) Acaso


no aposentara entonces tu desvelo.
Miembro de la Academia Hispanoamericana de Letras. Cola-
bora en la Nueva Democracia de New York, El escarabajo de oro
de Buenos Aires, Telégrafo de Guayaquil, Caracola de España.

Este Canto es América - 146 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 167 - Este Canto es América
Huyen las tardes, Algunos juicios acerca del más joven de los poetas paraguayos:
laten los veranos, Sus poemas flotan en un ambiente donde el misterio antológico
los perros muerden el osario cárdeno se torna inmantador, imperioso, alucinante. Parece evidente que
de la desesperación de los crepúsculos. Roque Vallejos asimiló con naturalidad y buena fortuna la prác-
Las viejas cuentas de gastados brillos tica del surrealismo, cuyos postulados esenciales -la poesía es un
amparan la mudez de los rosarios, modo directo del conocimiento- gravitan venturosamente sobre
la tarde, el tiempo, el sol, la lluvia, el viento, “Pulso de sombra”...
las palabras amargas,
los ojos que miraban y se han ido Carlos Mastronardi
y dentro de mí mismo, El Mundo, Buenos Aires, 1961
crepitante,
este reloj de carne que se muere,
que sigue yendo siempre,
que sigue trajinando, He leído con atenta simpatía los versos de este alucinado e
este pedazo de mi vida en siempre inquieto muchacho guaraní. Buen gusto: Surrealismo que nos
necesita y no puede alcanza el entendimiento a nosotros los de la otra generación con
regresar. menos problemas metafísicos y menos angustia humana. Bien
plantado en su época, Roque Vallejos, con el arco tenso apunta
a dar justo en el puño apretado del triunfo. Sabe su misión pues
R amiro Rodríguez todo adolescente sensible se halla en este momento como un au-
gur lleno de premoniciones. En su mirada se percibe “el tiempo
Poemas del exilio cinco horas”. Su verso es del “día vertical desafiante”. Nada ha
de “escapar de sus manos”. Empieza la ruta brumosa y sabe que
A pesar de tu mano abierta hoy ya está borrando el límite.
sobre la cicatriz de la sonrisa Juana de Ibarbourou
que supura un adiós de sucia baba.

Está usted en esa edad admirable del crecimiento impetuoso.


Quién dijo Sus versos, su sensibilidad delicada, la esperanza, las primeras
que no cabe contigo el verde acoso anotaciones ciertas frente al mundo; todo concierta en el poema
y la palabra escondida -tibio aceite de lámparas- joven, jovenísimo, cuando él es de verdad, como estos primeros

Este Canto es América - 166 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 147 - Este Canto es América
latidos de usted denotan. Latidos en “pulso de sombra” como Tal vez sólo de espera,
usted acertadamente enuncia. de estrella y campo abierto,
Vicente Alexandre de senderos que sigan esperando
que podamos abrirles más senderos...

Esta poesía de cara a la muerte le hubiera gustado a Miguel Tal vez sólo de espera...
de Unamuno. ¡O sólo de fusil con boca hambrienta
Salvador de Madariaga de espera y grito atento!

José Luis Appleyard


R afael Barrett
Entonces era siempre
Otro modo de estar Barrett presente en nuestras letras sería Colofón
en forma de la influencia que él haya podido ejercer en ellas, con
el ejemplo de su pluma y de su vida. Por la brecha que él abrió Todo puede volver,
en la huella trazada por su prédica se echaron a caminar los que pero este amargo corazón de patios,
vinieron tras él, como algunos escritores nuestros que en adelante esta víscera ardiente que revuelca
se interesaron por los temas relacionados con la situación de los su agónica vivencia entre la sangre,
obreros y el abandono en que yace la campaña. Para demostrarlo, que late, sueña, duele y se desvela,
basta citar el caso de Julio Correa... este pedazo viejo de mi carne
¿Para qué, sin embargo, ir lejos si en nuestros días los relatos adherida a un pasado,
de Roa Bastos son casi todos ellos de franca y patética denuncia apretujada a él como en un beso,
de las realidades que revela el autor de “El dolor paraguayo”? horizonte de ayeres,
Por fin, aunque al margen de la literatura propiamente dicha, adustamente mía,
más siempre a través de la palabra oral o escrita, Barrett ha esta víscera trágica y absurda
estado además presente en el despertar del movimiento obrero que se está yendo siempre
en el país, siendo él y Bertotto “Los primeros en acercarse a las y que se aferra,
masas obreras del Paraguay para decirles que tenían derechos este pedazo de mi vida en siempre
que reivindicar”, según manifiesta un historiador de nuestras necesita y no puede
letras y Manuel Aznar señaló que “gracias a la pluma de Barrett regresar.

Este Canto es América - 148 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 165 - Este Canto es América
sonriéndose al espejo pudieron pensar los excluidos de toda dicha, que sus dolores no
los cabellos mojados. caían en la indiferencia”.

Adorable muchacha Revista Diálogo, Asunción


con tu iodo implacable
mordiendo las manzanas de mi deseo.

De la prosa
Elvio Romero
No mintáis
Noche
¿Por qué habláis del pueblo? Hablad de vuestros honorarios,
Será noche de espera de vuestros expedientes, de vuestros informes, sesudos, de folle-
larga, de quedarse en silencio, titos académicos que os dedicáis llamándolos ilustres, insignes
de enloquecido viento de verano y salvadores de la patria. Hablad de vuestros pleitos. Hablad de
grávido en los esteros. política. No habléis del pueblo. No.
Pero si queréis ver a ese pueblo, cara a cara, si queréis tocar
Será noche de espera, y oler esa carne que suda y que sufre, no tenéis necesidad, no de
de apretarse los unos a los otros bebiendo que os lleve a las soledades de Yabebyry. Id a vuestra cocina, oh
sigilosa amistad, inquietud de intemperies, doctores, y allí encontraréis alguna sierva que os lava platos y
tensión de grito adentro; hace vuestras sobras. Preguntadle cómo se alimenta “el pueblo
de calentar la frente dura sobre la manta, soberano” y como vive. Preguntadle por la salud de sus hijos, y
de confundir el sueño y el desvelo... si sus hijos pueden contestar, preguntadles quien fue su padre.
Oh, hermanos escribas, acaso entendáis de finanzas. Acaso el
De apretarse los unos presupuesto no tenga misterios para vosotros. Pero no entendéis
a los otros como el calor de un leño, de pueblos. No mintáis de pueblos. No mintáis de lo que no en-
grises caras de barro, saludables tendéis. No mintáis.
caras de barro ardiendo Mientras el dolor no os abrase las entrañas, mientras un día de
atrincherando un gesto de aliento y de coraje, hambre y abandono -siquiera un día- no os haya devuelto a la vasta
adiestrando los ojos avizores y atentos. humanidad, no la comprenderéis. Creeréis “fracesitas de efecto”

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las que se escribieron llorando. Sois incapaces ya de distinguir la tras un esfuerzo largo de raíces
verdad de la mentira, los que aman vuestro país de los que le sacan y de hojas verdecidas de aire puro.
el jugo. Callaos, pues, única manera de que no mintáis. Esperad
en silencio a que el sagrado dolor os abra los ojos. Ser el que soy, Señor, en tu promesa,
Y dejadnos hablar a los que sufrimos, a los enfermos, si, a los ser el ser prometido desde siempre;
que hemos conocido el hospital y la cárcel. Pero no escribo para no sólo un suspirar de fuertes ramas
vosotros, sino para aquellos de mis dolientes hermanos paraguayos que abracen altos vientos de tu frente.
que han aprendido a leer.
Rafael Barrett Tu promesa, Señor, no me abandona;
es llama vacilante nunca distinta,
eco que repercute en las visiones
del fugitivo sueño de mi vida.
La América Latina vista desde París
¿No habrá de erguirse el árbol a tus luces,
Existe en América Latina una literatura muy pujante y de alta el que es semilla sorda todavía?
calidad que merecería ser conocida en París, tanto más que ella
expresa la vocación artística de escritores, jóvenes en su mayoría
y que ella nos daría razón de las inquietudes y las tendencias Oscar Ferreiro
espirituales de un continente donde la latinidad se expande bajo
la influencia de la tierra del Dios Sol y de la raza de bronce. No Aquel viernes de agua
hablaré aquí de los libros que comienzan a ser leídos en Francia, perdido yo nadaba en el mar de Venus
gracias a Roger Caillois y a los editores Gallimard, Seghers, porque Venus tenía su propio mar
Stock. Ni siquiera de las grandes revistas americanas de Sur, y entornaba los ojos en una mar con senos
que refleja el talento de Victoria Ocampo más que el clima de la un mar anaranjado con sus copas de sol.
Argentina; ni de la mexicana Cuadernos, de redacción y difusión
internacional; ni mismo de la Revista de Cultura de Caracas, que Todo color de ojeras
es un órgano muy oficial, por lo demás excelente, sino de revistas acabada en azul
más modestas creadas por instituciones parauniversitarias, como con música de sexos
Letras del Ecuador, que publica La Casa de la Cultura, o más sexos de amor
humildemente aún, de aquellas que son la expresión de grupos y su viento en las ondas
de jóvenes. ondas de su desnudo

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deja que diga a tu sombra En septiembre último, un profesor de la Universidad de Asun-
este canto de palomas. ción, Rubén Bareiro Saguier, me hizo entrega de ejemplares
recientemente aparecidos de una publicación: “Alcor”, editada
en el Paraguay por un grupo de intelectuales. Yo los he leído con
Elsa Wiezell interés creciente, luego, al felicitar a Bareiro Saguier, que es el
director de la misma, le he dicho con verdadera admiración: son
Pequeña historia ustedes poco numerosos, y sin ninguna duda no muy ricos, porque
en el Paraguay como en cualquier parte, los jóvenes encuentran
Cauce de voz, incendio. raramente mecenas. ¿Cómo hacen pues para publicar un periódico
Febrero prodiga su tersura caliente. cuyos artículos son todos excelentes y cuya presentación es lujosa?
Después, fueron los ojos claro puente Yo sé cuánto cuesta esto, en esfuerzo y en dinero, pues guardo
y un decir sin crepitar palabras el recuerdo de revistas que yo he fundado y que han muerto de
pensando siempre el nombre perseguido. miseria poco tiempo después de su nacimiento. Saguier sonrió:
Verano, esfuerzo, aullido. cada uno de nosotros aporta su parte, me dijo. No he profundi-
Tiemblan evaporados con el día zado el misterio... que resulta insondable para un francés o un
innumerables ángeles de cielos norteamericano...
desde la imagen tensa de los ojos.
Profesor Raymond Ronze
Timbal de verde el viento, flauta de gris el agua
en el turbión cansado de este sueño.
Redoble y sangre súbita Hijo de hombre
en el verso.
Me costaba concebir el viaje del vagón por esa planicie seca
y cuarteada, que las lluvias del invierno y el desborde del arroyo
transformaban en páramo. Se me hacía cuesta arriba imaginarlo
Hugo Rodríguez Alcalá rodando sobre rudimentarios rieles de madera, arrastrado más
que por una yunta de bueyes o dos o tres y aún cuatro yuntas
El árbol en las lomadas, por la terca, por la endemoniada voluntad de un
hombre que no se cejó hasta meterlo, esconderlo, hasta incrustarlo
Señor, quiero crecer como un gran árbol literalmente en la selva.
en cuya plenitud madura el fruto Es decir, si; ahora que marchaba detrás del guía imposible, sin

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otra cosa para contemplar que el cruzarlo sin puente por alguna José Antonio Bilbao Zubizarreta
parte, tal vez por algún vado muy playo.
- ¿Se seca a menudo el Kaañavé? Capilla
- El curso principal, nunca. Este es un brazo no más.
- La sequía está durando. Pequeña y simple. El ojo
- Sí. la descubre acurrucada,
- Así lo trabajan las olerías. tímida, puesta de hinojos,
- No. sobre la verde lomada.
Sobre el lecho arenoso centelleaban los cantos rodados y alguno
que otro espinazo podrido de mojarra, cubierto de hormigas. Diminuta. Blanqueada.
Pensé en el destino de ese arroyo. En el Kaañavé bebían y se Cinco por cuatro. Ya está.
bañaban los leprosos. Era el único remedio que tenían para sus Tiene cara de lavada
llagas, el único espejo para sus fealdades. Ahora estaba seco; sin colores de cristal.
pero no siempre lo estaba. El afluente buscaba el tronco de agua.
Luego el arroyo bajaba mansamente hacia otros pueblos. En sus Por dentro, casi vacía.
recodos también bebían y se bañaban los sanos, lavaban montones Apenas hay un altar
de ropas las lavanderas de Akahay y Karapeguá. con San Blas de mitra roja
Con la misma inocencia había pasado seguramente el vagón, y cayado pastoral.
indiferente a los vivos y a los muertos. Miré de improviso a Cris-
tóbal Jara. El pensaba sin duda en otra cosa, que no era el arroyo Tiene una esquila pequeña
ni el vagón. Pero nada decía esperando tal vez el momento. para decir la oración,
En eso apareció el hocico del tatú en un agujero de la barranca. que llega, dulce y profunda,
Esperé a que asomara toda la cabeza, saqué el revólver y le disparé envuelta en un claro son.
un tiro. El armadillo se hizo una bola y quedó quieto. Recogí la
bestezuela que goteaba y la metí en mi bolsa. En su ámbito desnudo
El baqueano se levantó y echó a andar de nuevo, los carapachos el ruego suena mejor.
de los pies raspando la tierra, cada uno parecido a un achatado, Quizá porque allí los pobres
córneo armadillo, como el que iba goteando a mi costado. Yo no son pobres de corazón.
hacía más que seguirlo pasivamente. Su espalda, llena de cicatri-
ces, estaba aceitada de sudor bajo los guiñapos. No tendría veinte Capillita de Montiel
años, pero las cicatrices de su espalda y las cicatrices del terreno, el acurrucada en la loma,

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su combatiente estrella cielo arriba turbio, una lámina de amianto, podría tal vez concebir
y el pulso musical de su destino. el viaje alucinante del vagón sobre la llanura, un viaje sin rumbo
................................... y sin destino, al menos en apariencia, razonables.
En el libro viviente Podía ver al hombre eligiendo pacientemente del terreno, em-
del pueblo, en sus rugosas páginas plazando los durmientes y las pesadas secciones de quebracho,
de Verdad y Justicia unciendo las yuntas de bueyes enlazadas al azar en el campo o
amasadas con dolor, con sudor, con esperanza, en los potreros; podía verlos picaneándolas, exigiendo a las bes-
quedó tu testimonio de combate, tias escuálidas que cubrieran en esas pocas horas de la jornada
tu gesto interrumpido, nocturna un nuevo y corto tramo sobre los rechinantes listones,
una flor chamuscada azuzándolos con su apagada ronca voz, con una desesperación
y un puñado de tierra. tranquila en sus ojos de enajenado. Así siempre, bajo el tórrido sol
................................... del verano o en las lluvias y las heladas del invierno, inquebranta-
Aquí dejo mi adiós en estos versos ble y absorto en esa faena que tenía la forma de su obsesión. Y esa
finales que te escribo, mujer junto a él, contagiada, sometida por la fuerza monstruosa
para callar después, para cerrar la puerta que brotaba del hombre como una virtud semejante al coraje o a la
que me enseñaste a abrir inconsciente sabiduría de la predestinación, atendiendo y cuidando
sobre el resplandeciente jardín de la poesía. los mil detalles del viaje, pero atendiendo y cuidando además al
hombre y al crío de meses, esa pequeña liendre humana nacida y
Mi mano de poeta rescatada del yerbal, cuyos días iba marcando el lentísimo y por
queda clavada aquí, sobre tu cruz, eso mismo vertiginoso voltear de las ruedas del vagón; el pequeño
por siempre. crío lactante transformado en niño, un muchacho, en hombre; a
través de leguas y leguas y años y años y ayudándolos también a
Hace once años que Roa Bastos escribió este poema, empujar con sus primeras fuerzas el arca rodante y destrozada,
desde entonces -que sepamos- no escribió más poesía: inmune sin embargo a la locura del progenitor, como los hijos de
“Aquí dejo mi adiós en estos versos finales...”
los leprosos o los sanos del pueblo no estaban necesariamente
condenados a contraer el mal, puesto que las defensas del ser
humano son inagotables y se bastan a veces para anular y trans-
formar ciertos estigmas al parecer irremediables.
Todo esto podía entender forzando un poco la imaginación.
Yo sabía la historia; luego, la parte pelada y pobre que puede
saberse de una historia que no se ha visto.

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Lo que no podía entender era que el robo del vagón, primero, como la voz de un hijo más pequeño,
y el viaje después -ambas cosas se implicaban- pasaran inadver- y en la mirada de mi perro,
tidos. Ese viaje lentísimo e interminable tuvo forzosamente que como bajo de un agua intransitable,
haber llamado la atención; tuvo que haber transmitido su locura vea desnudo aquel hombre hijo del tiempo.
-como lo hizo con la mujer- a un número cada vez mayor de gen-
tes, pues era demasiado absurdo que el vagón pudiera avanzar o Me iré en el umbral del jeroglífico,
huir tranquilamente a campo traviesa sin que nadie hiciese algo de pie en el escalón del primer sello,
para detenerlo; el jefe político, el juez o el cura, cada cual en su la mano como flor apretada
jurisdicción, puesto que hasta de brujería se habló. La delación en el libro de estampas de los sueños.
de un simple telegrafista habría bastado para frustrar la manio- (Los ojos casi por encender,
bra de los insurrectos y provocar la catástrofe. Pero en el caso casi prendiendo,
del vagón todos se callaron. El jefe de estación, los inspectores casi casi una luz...) Me iré cuando comprenda
del ferrocarril, los capataces de cuadrillas. Cualquiera, el menos que estaba todo el tiempo equivocada,
indicado, habría podido alzar tímidamente la voz de alerta. Pero y que debo volver a comenzar de Nuevo.
eso no sucedió. Una omisión que a lo largo de los años borronea
la sospecha de una complicidad o al menos un fenómeno de su-
gestión colectiva, sino un tácito consentimiento tan disparatado Augusto Roa Bastos
como el viaje. Es cierto que el vagón ya no servía para nada; no
era más que un montón de hierro viejo y madera podrida. Pero Adiós a Herib Campos Cervera
el hecho absurdo estribaba en que todavía podía andar, alejarse, (Fragmentos)
desaparecer, violando todas las leyes de propiedad, de gravedad,
de sentido común. Junto a esas murallas
El espanto y el éxodo, la mortandad que produjo la terrible batidas por mi puño, ensangrentado
explosión, dejaron por largo tiempo, como el cráter de las bombas, de golpear tercamente en tu piedra invisible,
una desmemoriada atonía, ese vacío de horror o indiferencia que como un mendigo ciego
únicamente poco a poco se iría rellenando en el espíritu de la yo imploraba en secreto tu voz, tus alas rotas,
gente, igual que el cráter con tierra. tu vida de soldado destruida,
Sólo así se podía explicar que nadie notara el comienzo del el resplandor visible de tu fuego
viaje, o que a nadie le importara ese hecho nimio en sí, aunque que en el costado izquierdo de la patria,
incalculable en sus proyecciones, en su significación. La noche lejos o cerca de ella,
del desastre había durado más de dos años. Iba a durar mucho era su antorcha melodiosa,

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de estos inaccesibles guerrilleros del alba. más tiempo aún para la gente de Sapukai, en esa especie de lenta,
No fueron al encuentro de una selva de bronce; dolorosa, inexplicable ceguera, de estupefacción rencorosa en que
no buscaron metales solemnes; no quisieron se arrincona una mujer violada.
anchas investiduras, ni charangas, ni cantos. Sólo así se podía explicar que el hombre, la mujer y el niño al
regreso del yerbal, al cabo de su inconcebible huida por páramos
Simplemente de suplicio y de muerte, hubieran logrado refugiarse primero en
bajaron a morir para dejarnos el vagón, convertido en su morada, en su hogar, y luego empujarlo
otros tiempos más limpios y otras tierras más claras; lentamente por el campo sin que nadie lo advirtiera.
algún laurel más alto y un aire más sencillo; En un principio el hombre y la mujer habrían trabajado al am-
otra categoría de nubes y otra forma paro de la doble oscuridad, la del estupefacto y aplastante vacío,
de dar un aposento, de nombrar una cosa; la casa de las noches sin luna; habrían trabajado sin duda hasta
o acaso otra manera de abrir una ventana en las de tormenta, en las ateridas noches de lluvia y frío. Ahora
para llamar el Día del Hombre Venidero. se sabían o se imaginaban ciertos detalles.
Con cera silvestre encolaban coyuyos a los bordes de las ruedas
para encarrilarlas sobre la almadía de quebracho. Ahora podía
Josefina Plá imaginarme la sonrisa implacable del hombre al voltear las ruedas
en las tinieblas con las pestañas parpadeando por las motas fos-
Me iré fóricas de los mus. De esas ruedas untadas de fuego fatuo habría
salido la leyenda de que el vagón estaba embrujado.
Me iré cuando comience Durante el día, daba la impresión de estar siempre inmóvil; lo
a conocer el calendario exacto del ensueño, que se deslizaba o parecía deslizarse a los ojos de los demás sería
cuando el código de banderas de la tarde la tierra, como en la lenta erosión de las barrancas.
no tenga para mí ningún secreto. Acabó por desaparecer.
Me iré cuando yo sepa traducir La sugestión de su presencia persistió sin embargo en el
la palabra húmeda del viento corte que se había ido ensanchando hacia el campo. Espejismo,
lamiendo la pestaña del lucero, alucinación, vaya uno a saberlo. Podía ser también, a su modo y
y el susurro del álamo contándome los días a su escala, un fenómeno semejante al de las estrellas muertas,
de fiero sol, como monedas del infierno. cuya luz continúa incrustada en el cosmos, milenios después de
su extinción. Así se habrían habituado a ver el vagón sin verlo,
Me iré cuando el piar del pájaro sediento permaneciendo con su presencia fantasmal donde ya no estaba.
me sea entrañable y familiar Salvo que la explosión lo hubiera hecho volar para dejarlo allí,

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enclavado a leguas y leguas de la vía muerta. Pero el vagón no La Poesía
voló. Se alejó lentamente, en una marcha imperceptible y tenaz
sobre los rieles de quebracho. Y ya en la tierra salvaje y desierta,
merodeadores, vagabundos, parias perseguidos y fugitivos, hasta Herib Campos Cervera
los leprosos de la colonia fundada por el médico ruso, habrían
ayudado al hombre, a la mujer y al chico a empujar el vagón para Testimonio
compartir un instante ese simulacro de hogar que avanzaba por la (Fragmento)
llanura o retrocedía hacia el pasado, sin rumbo, sin destino, pero
desplazando una victoria, impávida, salvaje, alucinada atmósfera I
de seguridad, de coraje, de misterio, lo que también a ellos les
comprometía a guardar en secreto. No sé; yo no podría nombrarlos de otro modo
Meras conjeturas, versiones, ecos deformados. Acaso los he- que enterrando en las venas sedientas de la pólvora
chos fueran más simples. Ya no era posible saberlo. Sólo que había sus simples iniciales de símbolos caídos.
comenzado veinte años atrás. No quedaban más que vestigios,
sombras, testimonios incoherentes. Ese vagón hacia el cual me Este que está a mi lado, redimido de luces,
encaminaba, tras el único baquiano que no podía llevarme hacia palpando espesos muros de abrumados silencios;
él, era uno de esos vestigios irreales de la historia. No esperaba o aquél en cuyos párpados
encontrarlo; más aún, no creía en su existencia, muñón de un mito se demoró el relámpago del plomo,
o leyenda que alguien había enterrado en la selva. no fueron al estrago, no acudieron al riesgo
mortal, ni al alto duelo
Augusto Roa Bastos contra el nivel pesado del agua traicionada;
no se echaron de bruces detrás de la pequeña
frontera de sus huesos
para vestir de mármoles y nubes
la fragorosa arcilla combatiente
de su dulce estatura.

No serviría de nada labrarles una máscara


a quienes desde siempre
nacieron y habitaron entre chispas de piedra.
No: Eran otros los rumbos que intentaban los pasos

Este Canto es América - 156 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 157 - Este Canto es América
ránea, a saber: “Ya sé que una antología es un error. Error para el por la misma noche ambigua del génesis
propio antólogo al momento siguiente de ultimarla, y error más de y la del apocalipsis;
bulto y sin disimulo ante la posteridad (que, a su turno, también se por el hueco de horas
equivoca). Hay que arriesgar ese riesgo inevitable con sinceridad por su brizna de luces
y buena fe, porque el error mismo es el día de mañana un hecho yo no quiero que nadie
histórico que ilustra y completa el conocimiento de la época”. se acerque a mi nostalgia:
Díez Canedo, el crítico español a quien hemos visitado al Ni la ventana clara
comienzo de esta nota, afirmó que, aunque en el panorama de con su herida de mares,
nuestras letras no existieran sino Ricardo Jaimes Freyre y Gre- ni la pupila ardida
gorio Reynolds, Bolivia debía enorgullecerse de sus poetas. Hoy con su letargo de voces.
a esos nombres pueden agregarse los de Franz Tamayo, Oscar
Cerruto, Primo Castrillo, Antonio Avila Jiménez, Guillermo Viz- Desde esta latitud
carra Fabre como un testimonio del aporte boliviano a la poesía de la afiebrada arcilla,
de América y, en algunos casos, simplemente a la poesía. yo he de volver un día,
-el día de la hora-,
Juan Quirós por la marea oscura,
hasta que el sueño muerda
con su raíz telúrica
el embriagado vértigo
Los poetas de cal y de delirio.

Y allí donde la angustia


Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933) desmiga su presagio;
allí donde la sombra
Es uno de los tres vértices del modernismo con Darío y Lugo- de la ceniza describe
nes. Es el poeta por excelencia de Bolivia. sobre la dura escoria
su enmudecida cifra,
-ausente y despoblado-,
Franz Tamayo yo no estaré ya sólo.

Rubén Darío le dio el espaldarazo.

Este Canto es América - 192 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 169 - Este Canto es América
Esteban Cabañas de nuestro romanticismo y sus derivados, no constituyen fianza
suficiente como para decir que en la pasada centuria hubiésemos
Poema tenido poesía. “Romanticismo y posromanticismo, efectivamen-
te -observa Enrique Díez Canedo-, nos muestra personalidades
Deshabitado el viento, yo busqué la paloma. algo borrosas y algunos versos bien hallados, pero no, quizá, un
Deshabitado el pez, hallé los ríos. verdadero poeta. No suelen coincidir el acierto expresivo con la
Deshabitado el hombre, su soledad tenía fuerza del sentimiento”.
la vestidura de sus huesos. Este índice -no catálogo ni museo- lo es, primordialmente, de
poetas, no de poemas y con exclusividad caben en él los líricos
Deshabitado el tiempo, su angustia se ladea bolivianos con cierto valor de permanencia en la historia de nues-
como un viejo caballo sin querencia. tra literatura. Los demás no están aquí.
Deshabitado el lento deshacer de sus horas En cambio, están algunos jóvenes. Vienen a desplazar a varias
en su cristal de fuego innumerable figuras tenidas como venerables, e inamovibles. Éstas, en otras
la soledad de Dios muestra su espalda vacía. horas, hicieron noticia, tal vez agradaron y fueron aplaudidas,
pero su voz ya se ha desvanecido.
El crítico no es ningún profeta, mas tiene que arriesgar algo y
Miguel Ángel Fernández correr albures. Por las cualidades de que se hallan dotados esos
jóvenes y por la realización estética demostrada ya por ellos, ba-
Sueño de Dios rruntamos lo que pueden ofrecer en el futuro. Si, con el discurrir
A Carlos Mastronardi de los años, esta obra tuviese una nueva edición, casi seguro estoy
de que más de alguno de los nombres incluidos en sus páginas
Bosteza Dios y sueña dejará de figurar en ellas para ceder el sitio a otros nuevos. No
que no hay mundo solamente a los libros débese aplicar aquello de habent sua fata,
que tanta guerra inútil, sino también a los autores.
tanto afán de nada, En cuanto a la selección del material antológico reunido en este
tanta vida, índice, debo decirle que, por encima de corrientes, tendencias,
sólo un sueño, modalidades y escuelas literarias, se ha tenido presentes sólo la
Nada, calidad intrínseca de las composiciones, prefiriendo aquellas que
cosas que en su delirio creara trasuntan lo esencial de cada poeta. A este propósito, no tengo
y deshiciera en su vigilia reparo en suscribir para la mía lo escrito por Gerardo Diego al
de un solo manotazo displicente, margen de su ya clásica antología de la poesía española contempo-

Este Canto es América - 170 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 191 - Este Canto es América
falta una suma viva, testimonio de la madurez alcanzada por el Señor que todo puede,
lenguaje de nuestra lírica. Es lo que se ha propuesto y ha logrado Dios de todo,
con gallardía Juan Quirós en este Índice de la poesía boliviana Todo.
contemporánea. Más sólo es un bostezo,
Crítico dotado de lucidez interpretativa y equilibrio de juicio, un sueño,
consigue una selección en la que cada poeta figura personal- y nada
mente, es decir, con los poemas que representan sus específicas detiene al mundo en su girar airado,
peculiaridades. La labor impersonal, para alcanzar ese fin, es la en su vivir sin sueño,
del antologador; una labor que Juan Quirós ha realizado con un que Dios en vano mira morir,
rigor excepcional por lo infrecuente en nuestras letras, propensas atado,
siempre a la transigencia. Ni quiso envanecer el índice ni su gusto como una bestia
particular, y el resultado es lo que Alfonso Reyes, en su Teoría que no puede ya detener la noria
de la antología, califica de “cauce histórico” y asume, según él, del pozo seco,
la temperatura de una creación. abandonado,
Así, a quienes quieran acercarse a la poesía de Bolivia, cono- en que se afana.
cer lo que han hecho y están haciendo sus poetas, la dirección
de sus sentimientos y su modo de expresarlos, el material de sus
experiencias y de su estética, y, en fin, su comportamiento emo- Francisco Pérez Maricevich
cional frente al mundo, hallarán en este índice un panorama de
respuestas hasta ahora difíciles de rastrear. Y si la poesía sigue Paso de hombre
siendo, contra todo los avatares, el rostro espiritual de un país,
tendrán oportunidad de acceder a su verdad estable. Calle y casas
Todo ello merced a la gestión acuciosa, preocupada e inteligente y yo, en medio.
del mayor de sus críticos literarios.
El medio día suelta
Oscar Cerruto sus animales ágiles.
La vida es una gota
de sudor; el cansancio
Unos años antes o unos años después -fenómeno que también se nos hunde
da en otras naciones americanas de habla española- la poesía nace, en su arenal grisáceo.
en Bolivia, con el siglo. Cuatro o cinco composiciones logradas

Este Canto es América - 190 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 171 - Este Canto es América
Todo A las 12 se hizo un silencio vibrante. Los pilas se habían ido.
está hundido en sí mismo Entonces recogimos los muertos. Los pilas habían dejado cinco
irreductible, bronco. y entre los ocho nuestros estaban el Cosñi, Pedraza, Irusta y
El resplandor aturde Chacón, con los pechos desnudos, mostrando los dientes siempre
y nos penetra cubiertos de tierra.
con su fino cuchillo El calor, fantasma transparente echado de bruces sobre el
de filo innumerable. monte, calcinaba troncos y meninges y hacía crepitar el suelo.
Para evitar el trabajo de abrir sepulturas pensé en el pozo.
La soledad de todo Arrastrados los trece cadáveres hasta el borde fueron pausada-
se hace agresiva mente empujados al hueco, donde vencidos por la gravedad daban
y duele, un lento volteo y desaparecían, engullidos por la sombra.
duele... - ¿Ya no hay más?...
Entonces echamos tierra, mucha tierra adentro.
Calle y casas Pero, aún así, ese pozo seco es siempre el más hondo de todo
y yo, en medio. el Chaco.

De Sangre de mestizos
Roque Vallejos

Los arcángeles ebrios


Para Augusto Roa Bastos Índice de la poesía boliviana
contemporánea
Hay veces en que nadie de Juan Quirós
recuerda
que existimos; Es cierto que toda antología, poética o no, es una contingencia.
que la vida se encoge ¿Pero no es ésa, en fin de cuentas, condición inherente al humano
y nos aprieta, quehacer? Además de que, con todas sus implicaciones adventi-
y que es difícil despertar cias, una antología es una aventura fascinante para el crítico, sin
cada mañana hablar de su necesidad. Porque todas las excertas, florilegios o
la sangre en nuestras venas. parnasos de la poesía boliviana que emprendieron hace muchos
años otros autores, están ya borrados por la caducidad y hacía

Este Canto es América - 172 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 189 - Este Canto es América
en medio de nosotros siempre un intruso, un enemigo estúpido Días de conversar
y respetable, invulnerable a nuestro odio como una cicatriz. No al esqueleto, doblados hacia adentro,
sirve para nada. y de llorar a oscuras
sobre estos mismos huesos,
de usar la propia piel
7 de diciembre (Hospital Platanillos) como mortaja, y decirle
¡Sirvió para algo, el pozo maldito!... a la vida que no estamos,
Mis impresiones son frescas, porque el ataque se produjo el día y que vuelva otro día.
4 y el 5 me trajeron aquí con un acceso de paludismo.
Seguramente algún prisionero capturado en la línea, donde la
existencia del pozo era legendaria, informó a los pilas que detrás
de las posiciones bolivianas había un pozo. Acosados por la sed, Luis María Martínez
los guaraníes decidieron un asalto.
A las 6 de la mañana se rasgó el monte, mordido por las ame- Muelle muerto
tralladoras. Nos dimos cuenta de que las trincheras avanzadas
habían sido tomadas, solamente cuando percibimos a 200 metros Muelle muerto,
de nosotros el tiroteo de los pilas. Dos granadas de sotke cayeron madera con la piel
detrás de nuestras carpas. que va a la muerte.
Armé con los sucios fusiles a mis zapadores y los desplegué
en línea de tiradores. En ese momento llegó a la carrera un oficial Barcos que ya no vienen,
nuestro con una sección de soldados y una ametralladora y los pescados,
posesionó en línea a la izquierda del pozo, mientras nosotros nos guitarras de las cuerdas,
extendíamos a la derecha. Algunos se protegían en los montones cartas y marineros,
de tierra extraída. Con un sonido igual al de los machetazos las pantalones campanas,
balas cortaban las ramas. Dos ráfagas de ametralladoras abrieron mensajes ya perdidos
grietas de hachazos en el palobobo. Creció el tiroteo de los pilas y por el viento...
se oía en medio de las detonaciones su alarido salvaje, concentrán- .............................................
dose la furia del ataque sobre el pozo. Pero nosotros no cedíamos Muelle muerto...
un metro, defendiéndolo ¡como si realmente tuviese agua! Te miro y creo verte
Los cañonazos partieron la tierra, las ráfagas de metralla hen- con tus muñones tristes de madera.
dieron cráneos y pechos, pero no abandonamos el pozo, en cinco
horas de combate.
Este Canto es América - 188 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 173 - Este Canto es América
todos ansiamos en una concentración mental de enajenados que
se vierte por ese agujero sordo y mudo.

4 de julio
¿Es que en realidad hay agua?... ¡Desde el sueño del Cosñi
todos la encuentran! Pedraza ha contado que se ahogaba en una
erupción súbita del agua que creció más alta que su cabeza. Irusta
dice que ha chocado su pica contra unos témpanos de hielo, y
Chacón, ayer, salió hablando de una gruta que se iluminaba con
el frágil reflejo de las ondas de un lago subterráneo.
¿Tanto dolor, tanta búsqueda, tanto deseo, tanta alma sedien-
ta acumulados en el profundo hueco originan esta floración de
manantiales?...

29 de julio
Hoy se ha desmayado Chacón y ha salido, izado en una lúgubre
ascensión de ahorcado.

1º de octubre
Hay orden de suspender la excavación. En siete meses de tra-
bajo no se ha encontrado agua.
Entretanto el puesto ha cambiado mucho. Se han levantado
pahuichis(2) y un puesto de comando de batallón. Ahora abrire-
mos un camino hacia el este, pero nuestro campamento seguirá
ubicado aquí.
El pozo queda también aquí, abandonado, con su boca muda
y terrible y su profundidad sin consuelo. Ese agujero siniestro es

  Pahuichis: Cabañas de palos y ramas.

Héctor D. Gatica - 187 - Este Canto es América


mos detener este trabajo inútil, y con este objeto he elevado una
“representación” ante el comandante de batallón quien me ha
citado para mañana.

9 de mayo
Sigue el trabajo. El pozo va adquiriendo entre nosotros una
personalidad pavorosa, substancial y devoradora, constituyéndose
en el amo, en el desconocido señor de los zapadores. Conforme Bolivia
pasa el tiempo, cada vez más les penetra la tierra mientras más
la penetran, incorporándose como por el peso de la gravedad al Dolor Colla
pasivo elemento, denso e inacabable. Avanzan por aquel camino
nocturno, por esa caverna vertical, obedeciendo a una lóbrega
atracción, a un mandato inexorable que les condena a desligarse
de la luz, invirtiendo el sentido de sus existencias de seres hu-
manos. Cada vez que los veo me dan la sensación de no estar
formados por células, sino por moléculas de polvo, con tierra en
las orejas, en los párpados, en las cejas, en las aletas de la nariz,
con los cabellos blancos, con tierra en los ojos, con el alma llena
de tierra del Chaco.

24 de mayo
Bebe el líquido tibio y denso de la cara caramañola que se
consume muy pronto, porque la ración, a pesar de ser doble para
“los del pozo” se evapora en sus fauces, dentro de aquella sed
negra. Busca con los pies desnudos en el polvo muerto la vieja
frescura de los surcos que él cavaba también en la tierra regada
de sus lejanos valles agrícolas, cuya memoria se le presenta en
la epidermis.
Luego golpea, golpea con el pico, mientras la tierra se desploma
cubriéndoles los pies sin que aparezca jamás el agua. El agua, que
Este Canto es América - 186 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 175 - Este Canto es América
“Poesía Amiga” Nº 12 - Mayo 1965 Un abrazo, el más amistoso y fraterno de que soy capaz.

Juan Bautista Sprumont


Argentina

De la narrativa boliviana

Augusto Céspedes (1904)

El pozo

17 de enero
A veces yo me dedico a derrochar un puñado de agua, echán-
domelo sobre la nuca, y unas abejitas, que no sé con qué viven,
vienen a enredarse entre mis cabellos.

1º de febrero
- De hambre no se muere. De sed sí que se muere. Yo he visto
en el pajonal del Siete a los nuestros chupando el barro la tarde
del 10 de noviembre.
Hechos y palabras se amontonan sin huella. Pasan como una
brisa sobre el pajonal sin siquiera estremecerlo.
Yo no tengo otras cosas que anotar.

28 de abril
Pienso que hemos fracasado en la búsqueda del agua. Ayer
llegamos a los 30 metros sin hallar otra cosa que polvo. Debe-

Este Canto es América - 176 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 185 - Este Canto es América
No se olvide que aquí, en Bolivia, en esta cuenca andina y a Poesía Amiga
una altura bastante respetable, tiene usted amigos que siempre Año 5 - Nº 12 - Mayo de 1965
estarán a sus órdenes, deseando eso sí, que no sea ingrato y que
de vez en cuando nos haga llegar sus noticias, pues no quiero que
en mi casa piensen que los argentinos son ingratos, quedaría yo Con la República de Bolivia nos ocurrió algo similar a lo que
muy mal pues siempre he contado que los argentinos son muy nos sucedió con el Paraguay: Fuimos creyendo encontrar poco o
buena gente y excelentes amigos. nada, y volvimos asombrados.
Afectuosos saludos de mamá, de mis hermanas, hermano y de En nuestro reciente viaje al país del estaño no pudimos tomar
mi sobrino Fernando que siempre pregunta por usted. los contactos suficientes como para un número especial de “Poesía
Amiga”, por lo que debimos recurrir a la obra del eximio crítico
(Coronel) Alberto Lanza Quesada boliviano y sacerdote Juan Quiroz: Índice de la poesía boliviana
Bolivia contemporánea, de donde seleccionamos las composiciones que
integran el Nº 12 de nuestra revista al cumplir los cinco años de
su existencia viajera.
Hermano en la Poesía: Hubiéramos querido tener la antología preparada por Yolanda
Bedregal que debía aparecer en dos tomos en Buenos Aires.
Ayer recibí “Poesía Amiga” Nº 11 de diciembre con la muestra Lamentamos en esta oportunidad dar tan pocas direcciones.
de la poesía argentina. Editar un cuaderno de las características del El padre Quiroz nos obsequió voluminosos ejemplares de unas
que usted dirige es empresa titánica. Casi imposible. Seleccionar cuantas revistas que se editan en La Paz, ni esas direcciones
el material. Confeccionar los sténsiles. Imprimir. Encuadernar. podemos darlas por cuanto las revistas fueron despachadas por
Quinientos años después de haberse inventado la imprenta, cuando correo y hasta hoy no llegaron, ni creemos ya que lleguen.
en todas partes salen periódicos y folletos detestables por inútiles De nuestro poeta homenajeado dijo Rubén Darío: “Bolivia
y por perjudiciales, los poetas se hallan atados, con el canto en el tiene un representante en el joven poeta Franz Tamayo... Este
pecho, sin poder publicar. Y el mundo tiene hambre de Poesía! ... culto talento, cuyo contrapeso está en la difícil digestión de
No puede quedar sin agradecimiento un esfuerzo de envergadura unas cuantas filosofías y variedades de erudiciones, honrada, si
semejante. su voluntad persevera, el pensamiento de su patria, ya glorioso
Lo felicito por “linyera”: un cuadernillo para viajar, un itine- en el mundo de la nueva poesía con el solo nombre de Ricardo
rario de viajes hechos por usted para los viajes que nos invita a Jaimes Freyre”.
hacer en prosa y en verso.
Le deseo ventura personal y renovados éxitos en las letras, (Director Poesía Amiga)
tanto al dar sus creaciones como al dar las creaciones ajenas en
los bien nutridos cuadernillos de “Poesía Amiga”.
Este Canto es América - 184 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 177 - Este Canto es América
nada más de usted. La poetisa boliviana Beatriz Schulze Arana
me encarga decirle que aguarda con impaciencia la revista de
usted.
Dígame si le llega Testimonio y si tiene la colección comple-
ta.

Dr. Julio Jaime Julia


Santo Domingo, República Dominicana

Soy antólogo. Llevo publicadas cinco recopilaciones, la última


en su décima edición (“Los grandes poetas”).
Preparo una antología de poetas del mar, universal, y llevo
más de 500 carillas copiadas. Abarcará desde Horacio, Homero,
Virgilio hasta la fecha. Tengo entendido que usted lleva publicados
varios números, todo lo cual me interesa sobremanera.

Francisco Galano Serra


Maipú, Chile

Mi buen amigo Héctor:

Esperando que haya obtenido todo el éxito que usted bien se


merece y que haya encontrado colaboración en su noble peregri-
naje, le envío en estas líneas todo mi recuerdo y mi afecto, así
como el de toda mi familia, en cuyo hogar lo recordamos cons-
tantemente. Mi querida viejita cada día pregunta: ¿Donde estarán
nuestros amigos? Y al decirle la verdad, tanto usted como Pedroso
y Avellaneda dejaron muy buen recuerdo en casa donde en el poco
tiempo que estuvieron se captaron toda la simpatía y afecto.

Este Canto es América - 178 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 183 - Este Canto es América
Urgente favor auxílienos nuestra intención difusión poesía. Ecos
Arte. Relaciones (Vía Transradio) México, 19 de agosto de
1965.
Nota: A este pedido transradio de la gran metrópoli Mi querido amigo:
mexicana, yo, que venía de un lugar ignorado, de obrajes,
hacheros, carboneros, contestaba transcaballo pues para
poder corresponder el pedido, debía cabalgar tres leguas Buena obra esa de darnos la poesía paraguaya, cenicienta de
hasta donde había una estafeta de correo (H.D.G.) la poesía hispánica. Gracias a ti, a “Lírica Hispánica” y algún
otro esfuerzo aislado esa poesía va siendo conocida entre todos
nosotros. Muy bueno el suplemento “En busca del hombre”. ¿Sabes
Ignoraba sus viajes, sus versos, su prosa. Hombre de América que eres un estupendo prosista? Y que no lo digo por esta obra:
del Sur (...) Ud. debe insistir en estas cosas. Inmediatice Ud. sus ello ya se hacía evidente en el suplemento dedicado a tu viaje a
experiencias y en el estilo singular de América siga alargando Chile. Tu prosa -algo desdibujada como tu poesía- tiene color y
sobre el Ande el eco de una literatura peregrina que busca la raíz gracia exquisitos. Inesperadas virtudes, que la hacen muy grata.
del horizonte (...) Tenemos que decir con Francisco Lucio, con No me extrañaría, pues, que nos sígas sorprendiendo con gran-
Iris Ferreiro y con Castillo, pero más con Antonio de Undurraga des realizaciones en este aspecto. Claro que -sobre todo para mí,
-formidable testigo de las artes y del destino singular de Améri- español- algunas referencias quedan sin comprender, pero esto
ca- que la vigencia, la validez, la voluntad, el ansia de los propios en nada impide el pleno gusto de la belleza de tu palabra. De la
poetas bolivianos y del propio Gatica, por lo menos superan con belleza y de la gracia, como he dicho antes.
largueza la depresión, la arritmia y aún la desolada superficie, de Me place tu propósito de dedicar algún número de tu revista a
algunos exponentes de estas letras que nos quieren dejar por sobre la poesía española actual, no sólo por razones poéticas, sino, por
todo, lo más profundo de una historia erguida sobre el yunque de decirlo al modo de tu revista, por razones amistosas. A parte de
piedra de los Andes y sobre el hombre mineral de América. su contenido esencial, la poesía, y en general la literatura, puede
Saludamos al hombre de La Rioja que supo dirigir sin estri- ser un medio formidable para el acercamiento entre nosotros
dencias este justo homenaje a Franz Tamayo. (aquí Rubén y sus manes optimistas) y tú, con tus revistas y tu
entusiasmo, tienes un arma poderosa.
Pablo R. Troise
Montevideo, Uruguay Francisco Lucio
España

¿Qué es de “Poesía Amiga”? ¿Ha salido de nuevo? Desde el


número dedicado a los poetas bolivianos, no he vuelto a recibir

Este Canto es América - 182 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 179 - Este Canto es América
México, 24 de agosto de 1965 una de sus primeras reuniones del año, en casa de su presidenta,
la poetisa Yolanda Bedregal.
Estimado amigo: Grabaciones. Gatica, luego de dar algunas noticias sobre las
agrupaciones afines y las publicaciones que sustentan, hizo co-
El diploma que le adjunto, le ha sido otorgado por la Agru- nocer la poesía de sus últimos libros. Posteriormente desarrolló
pación México en el Arte y en la Cultura, a la que pertenezco en una grabadora portátil las cintas obtenidas por él en su viaje
y de la que es coordinador el escritor y periodista don Ricardo hacia Bolivia, conteniendo poemas recitados por sus propios
Alfonso Sarabia y González Zorrilla, y le ha sido en reconoci- autores en Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Salta, La Rioja.
miento fraternal a su labor cultural, literaria y periodística en pro La poesía argentina de reciente data, así grabada, resultaba un
de nuestras letras, lo que me es muy satisfactorio comunicarle, singular mensaje no sólo para los otros poetas del continente sino
haciéndoselo llegar: también para quienes lo oían sin serlo.
“Diploma al Sr. Héctor David Gatica en su calidad de escritor A la conclusión el poeta visitante invitó a los componentes del
y periodista y le confiere el grado de miembro activo correspon- grupo “Fuego de la poesía” que leyeran antes su grabadora versos
diente de esta institución, en reconocimiento a sus relevantes propios y así lo hicieron (...) La anfitriona y presidenta cerró la
méritos en el arte y la cultura universales. Firmado: Ricardo Al- breve sesión grabada con uno de sus celebrados “alegatos”.
fonso Sarabia (Coordinador), Alfonso Ortiz Palma (Realizador), En el Perú. Al presente, esta muestra de poesía boliviana con
Francisco Struck (Impulsor)”. comentarios del secretario permanente del grupo, el periodista
Me agradaría tener nuevas noticias suyas. Quedando en es- Luis Raúl Durán, es conocida en el Perú, siendo su portador el
pera de las mismas, le reitero mi sincera amistad y lo saludo poeta Gatica.
cordialmente.
“El Diario”, La Paz, Bolivia, 23 de febrero de 1965
Alfonso Ortiz Palma
México, 19 de agosto de 1965
(Telegrama)

Organización Internacional Cultural, Departamento Litera-


Difundirá poesía actual de Bolivia en varios países. De paso tura, destinó revista poesía segundo número dedicado a poesía
al Perú el joven poeta argentino Héctor David Gatica, editor de paraguaya. Gracias “Poesía Amigas”, tenemos su domicilio.
los cuadernos “Poesía Amiga”, de La Rioja, ofreció entre nosotros Solicitamos material poetas paraguayos contemporáneos. Primer
una interesante muestra de la actual producción poética argentina. número revista dedicado poesía Bolivia hemos usado textos suyos
Con este motivo el grupo “Fuego de la poesía” de La Paz promovió Dolor Coya.

Este Canto es América - 180 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 181 - Este Canto es América
Beatriz Schulze Arana (1929) Antonio Avila Jiménez (1898)

En medio tono La voz más pura de toda la lírica boliviana.

La irremediable señal de la “distancia”


gravita en nuestra frente, Oscar Cerruto (1912)
aquel signo fatal de los caminos
que trae y lleva a nuestro espíritu, Exponente máximo de la poesía boliviana actual.
negándole el puerto del descanso.
¡No!
No nos es dada la gracia del descanso Gregorio Reynolds (1886-1948)
ni de la música abierta.
Sólo el eco, Entre nosotros, nadie ha cantado como Reynolds a todos los
la flor desdibujada, sentimientos que forman el cuadro del tránsito del hombre por
la nube huidiza, la tierra.
tienen cabida en el altar de nuestra alma.
Apenas el rosal nos pertenece
en el umbral de sus marchitas rosas Yolanda Bedregal (1916)
y la vida
en el adiós de las calladas naves. Es la más representativa figura de mujer que ha producido la
poesía boliviana.
Sería inútil intentar
que la aurora flamee sus sonrisas
de madreselva en flor Alcira Cardona Torrico
sobre el puente campanero
de nuestras manos unidas. Es en Bolivia la figura señera de la poesía social.

La irremediable señal de la “distancia”


que gravita en nuestra frente Gonzalo Vásquez Méndez (1927)
pone a distancia tus pasos
de los míos. El más lírico de nuestros poetas jóvenes.

Este Canto es América - 216 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 193 - Este Canto es América
Pedro Shimose (1940) Distante del lugar de mis secretos,
con mi dádiva
Joven como es, tiene sitial distinguido en el ámbito de la actual de taciturnos ángeles alertas,
poesía boliviana. de cuerpos ateridos en callejas,
de nardos peregrinos de blancura.

Me separo
Poesía boliviana de este mirar continuamente el sueño,
del buceo dolido de mi sangre
que se torna caudal profundo,
Manuel María Pinto (1872-1942) incontenible canto de alegrías.

Ya callan las huankaras, ya callan los pinquillus, Libre de la prisión de mi garganta,


se paran las imillas, callan los corazones, mi acento se introduce
y radian en los ojos antiguas ilusiones, a la existencia vertical del hombre,
y callan las huankaras y callan los kusillus. y toca sus arterias
conmoviendo el silencio de sus huesos.
Huankaras
Me voy así, en transparente paso,
desligado del tiempo
Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933) que cerraba mis ojos en sus cuencas,
que imponía a mi lengua
Flotaron sobre el agua / las hojas como miembros mutilados la mudez del cadáver disecado.
y confundidos con el lodo negro, / negras, aún más que el lodo,
se tornaron. Rebaso de mi propio territorio,
Pero en las noches puras y serenas / se sentía vagar en el espacio distante de la cueva
un leve olor de rosa / sobre las aguas turbias del pantano. donde el sol agostaba las semillas.

Lo Fugaz

Este Canto es América - 194 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 215 - Este Canto es América
Escupen jugos alcaloides. Claudio Peñaranda (1883-1921)
Con los hijos al hombro
renuevan su dureza, Yo quisiera llorarte con fervor infinito...
duramente imprecan por lo bajo Y siento que se aduerme la intención de mi grito
sus violencias. en una sombra de laurel.
Circula un grito sordo por sus venas,
adjetivos enormes los circundan, Elegía a Rubén Darío
tuercen su ceño amable,
amasan su soledad de carne dura
letales ausencias trepan por sus sentidos José Eduardo Guerra (1893-1943)
y afloran por sus ojos asombrados.
Son como son. Jugué todos mis sueños a la vez / contra una realidad que era
Idean maleficios otro sueño / sin repasar que en el doloso empeño / jugándome la
contra los rubios capataces del estaño. vida iba tal vez, / y tan porfiado en la ceguera fui / de arriesgar
mi existencia en el envite, / que por perderlo todo y sin desquite,
/ hasta la gracia de soñar perdí.
Gonzalo Vázquez Méndez (1927)
Jugué todos mis sueños
Integración

Rebaso de mi propio territorio, Man Cesped (1874-1932)


salgo
del continente de mis venas, Abeja, hermana de las ideas, abejas del pensamiento que re-
de la cárcel de piel cogen la gracia de la belleza para hacer miel de luz.
que aprisiona mis símbolos internos.
La abeja
Camino lejos de mí mismo,
a deshacer la voz,
a repartir tu huella y tu vendimia, Primo Castrillo (1896)
a disgregar el manantial
de este culto milagro de ser todo. Baila un sueño, / baila un mundo...
baila los caminos de todos los vientos,
Este Canto es América - 214 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 195 - Este Canto es América
baila los recuerdos de todos los años imprecan por lo bajo,
esparcidos entre las arrugas de la llanura. crispan los puños duros,
imaginan violencias,
Sicuri contra los rubios capataces del estaño.

Sueños de alcohol de reé... o


Octavio Campero Echazu (1900) en noche dura,
riñón y tabla
Amancaya, amancayita / frescura de la mañana en noche dura y duradera;
cántaro al hombro las mozas / se van al río por agua, se duelen para sí
y en el aire flota un limpio / color de ropa lavada. amarrando en la coca sus silencios,
se enredan en su miseria rudamente,
Amancaya vuelan su sangre pura,
trajinan sus pulmones brozas de mineral.
¡Rosas de fuego lento los consume!
Guillermo Vizcarra Fabre (1901) Matan a veces
buscando en los cadáveres su jornal
Los pulmones de cristal / de los mineros sombríos y se vuelven al mundo desolados
se rompen con un martillo / de tos verde y cavernosa. preguntando el por qué del alboroto,
En tanto, el viento delgado / baila una danza de arena se vuelven hacia Dios,
sobre los lomos sonoros / de kirkinchos de aluminio. pisan su sangre pura
que es como pisar a Dios dos veces,
Oruro patean en el suelo duramente,
le dan a Dios la espalda castigada
toman del brazo al tío
Luciano Durán Boger (1904) y se nos pierden
por las entrañas sangrantes de la roca.
Sones / son, / sones viejos que se van
son -al fin- los mismos sones eternos... Son como son.
Son / los sones sin entierro, / sones son del corazón. Se miran entre sí sin comprenderse
trajinando sus hambres renovadas.
Batintin
Este Canto es América - 196 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 213 - Este Canto es América
¡Pedro Marca! Luis Felipe Vilela (1906-1963)

Arrastra hasta mis muelas a tus hijos, Un paisaje de trinos y de auroras


frescos como llegaste tú, sin saber nada, en las Sierras matizan las Kantutas.
que aún siento hambre de tuberculosis El indómito colla disparó su arco tenso.
de reír tanto, como río ahora... Un sollozo ancestral desgarró las montañas.
Con sus manos cobrizas enjugó la mañana.
¡Pedro Marca!
De montaña me has hecho otra montaña El colla
e igual dentro la mina, que en la ciudad que habites,
¡he de aplastarte con esta carcajada!
Javier del Granado

Héctor Borda (1927) Sofrena el sol su cuadriga en el lago


salpicando de nubes los neveros
N. 1927. Duro y seco, el poeta social más visible después de y, en el lomo de fuego del embriago
Alcira Cardona Torrico. Su visión directa de la vida de nuestros emergen de la bruma del pasado
mineros está cristalizada en un haz de composiciones, que posee las sombras de los incas y flecheros,
una preocupación llena de piedad para la condición miserable de bajo el palio de un cielo constelado.
los habitantes del subsuelo. Es la suya una poesía social pero no
política. El lago

Mineros Julio Ameller R amallo (1913)


(Fragmento)
Llegaste cuando el otoño / me hablaba de soledad,
I. cuando mis viejos laúdes / ya no sabían cantar.

Son como son. Laura Liliana


Se anuncian taciturnos,
a veces me miran entre sí sin comprenderse,

Este Canto es América - 212 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 197 - Este Canto es América
Fernando Ortiz Sanz (1914) Enovillé tu fuerza en la medida pulgada
de tu descuido indio;
Todo está muerto / excepto el mar / y esta palabra. ¡Pedro Marca!...
Ella guarda espumas / fragores / el color verde / y la Arrúgate ahora corazón de coca
distancia Y hiérete los pies hasta la cara.
que cubre mi corazón / y canta. / Amigo / es tuya /
para siempre. Cinco pelos de barba tenías al llegar,
te trajo el no saber de nada
Carta del ahogado y empezaste a golpear con ojos ciegos
el fuego de mi entraña.

Jaime Canelas (1927-1961) Yo te di la ubre negra de mi estaño


para sacarte arriba la canalla
Padre / el molle que dejaste / crece junto conmigo. desnudándote el hambre,
Él en la mano pétrea, cerca de la montaña y hoy está canosa ya tu alma...
¡Y yo en el río! (...)
Él en la choza humilde. ¡Te he tullido la risa,
Yo en la mitad de los campos, como el trigo. Pedro Marca!

Vida que dejaste, padre Ahora, bebe el sabor de copajira


y sacude tu sangre congelada,
que te guíe el carburo pestilente
Gregorio Reynolds (1886-1948) hasta encontrar tu nada.

La llama Molienda, gira y regírale el complejo,


escupe Ingenio, ácido, hipnótico humo, agua,
Inalterable, por la tierra avara que tiemble la concentradora de sus huesos
del altiplano, luce la mesura hasta que de su llanto surja mi mañana.
de su indolente paso y su apostura,
la sobria compañera del aymara. Arden sus sesos en el horno rojo
y agiganten mi duelo...

Este Canto es América - 198 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 211 - Este Canto es América
y en beso vertical hacia las nubes Parece, cuando lánguida se para
un bosque de álamo se hizo, y mira la aridez de la llanura,
y fue creado el horizonte que en sus grandes pupilas la amargura
en adyacente abrazo hacia los árboles... del erial horizonte se estancara.
la trashumante continuó su obra:
trazando en vuelo ejércitos de aves O erigida la cerviz al sol que muere,
y para que cantaran y de hinojos, oyendo el miserere
habló su voz pavoroso del viento de la puna,
y así nació la música;
y se pobló de ruidos el paisaje espera que del ara de la nieve
y fue una máscara de risa el sacerdote inmaterial eleve
colgada a la derecha del lucero. la eucarística forma de la luna.
Y lluvias fecundantes nacieron de sus lágrimas
y sus pestañas inspiraron lianas
y con sus labios fue besando árboles,
porque sabía la trashumante Quechua
que el territorio precisaba frutas.
Irguió su pecho y sugirió colinas, Indiecita que llevas tus andrajos
girando el torso originó los ríos, por los zarzales de las rutas viejas,
y cuando al sol sus músculos se mostraron has aprendido a sofocar tus quejas
nacieron los espejos de los lagos... sin que claudique tu alma en los trabajos.

Sigues, medrosa, con los ojos bajos


Alcira Cardona Torrico (1926) y las facciones graves y perplejas,
la blanca procesión de las ovejas
Carcajada de estaño en su lento ondular por los atajos.

Nadie más que yo ha de reírse Padeciendo sin culpa y sin alivio,


babeándote mi olor sobre la cara, por los abrojos del fatal declivio
mascándote los huesos, los labios y los ojos. tu vida igual que hoy irá mañana

Este Canto es América - 210 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 199 - Este Canto es América
en busca de su mísero sustento, Jaime Sáenz (1921)
con el fluir indefinido y lento
del hilo que en tu rueca se devana. Como una luz

Llegada la hora en que el astro se apague,


Antonio Avila Jiménez (1898) quedarán mis ojos en los aires que contigo fulguraban.
Silenciosamente y como una luz
Mi país reposa en el camino
la transparencia del olvido.
Astas nevadas de ciervo;
montañas: cúspides blancas; Tu aliento me devuelve a la espera y a la tristeza de la tierra,
ventiscas de color rosa no te apartes del caer de la tarde
en el azul de los campos. -no me dejes descubrir sino detrás de ti
lo que tengo todavía que morir.
enormes mares de sombra
son las noches estrelladas
y un lente de telescopio Julio de la Vega (1924)
es el lago entre las cumbres.
III
es mi esencia la conciencia “Rondó allegro”
telúrica de sus campos;
de sus llanos, Después nació el milagro:
de sus horizontes blancos; cuando miró la trashumante
desde sus ojos salía luz,
de sus palmeras que beben miradas que cuajaron en estrellas,
ansias en copas azules; suspiro de su boca que creó la luna.
del torrente de sus ríos Y se alumbró el contorno:
y el zumo de sus naranjos! la noche negra se pobló de antorchas,
el frío ambiente transformó su soplo
y un vaho cálido se enseñoreó en los aires.
A su pisada floreció la tierra

Este Canto es América - 200 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 209 - Este Canto es América
Me confronto distante en esa imagen, Olga Bruzzone (1909)
mejillas con pelusa de durazno,
y un hoyuelo infantil como si un ángel Indio: recio vocablo,
hubiera hundido un dedo pequeñito. indómito y sonoro.
En el vaso del cuello la premura
del latido invisible que enraíza Canción del pajonal libre del hierro.
el diminuto pie a las manos finas;
palidez matinal bajo la noche, Luz replegada en ardientes lavas.
partida en dos, de relucientes trenzas.
Petrificada audacia de los Andes.
Cinco años están fijos esos rasgos
hendiendo la ventana del vacío. Adjetivo del Sol.

Mientras tanto llovieron muchas lágrimas Bronce de eco distante


-cinceles en la pulpa de la vida-. enraizado en la paja brava.
Un expectante albor flota en el rostro;
pero de norte a sur, de este a oeste, Polen del páramo.
tormenta en primavera hirió mi frente.
Una ausencia, una muerte y una vida Vendaval retenido en el surco, en la huella.
desdibujaron el retrato antiguo.
Oteador de la Aurora.
Estoy ahora como he sido siempre
y como nunca más habré de ser. Dios de ti mismo.

Estaba escrito todo en hoja blanca. Conoces el lenguaje de la estrella,


Aprendo a deletrear mi adolescencia; el idioma del agua,
y sólo podré leer mi vida toda la voz de las tormentas.
cuando, como hoy me miro en el retrato,
pueda un día, mirarme desde el marco Autóctono. Telúrico.
sereno, inmarcesible de la muerte. Fecundo en la tierra por el viento.

Este Canto es América - 208 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 201 - Este Canto es América
Agresivo dice enredor toda su gloria. Scopas.
desafiante, Mira cómo tus mármoles sin ojos
nos miran, faces rojas, torsos rútilos
audaz bañados en la sangre que les falta
tímido, que el sol fugaz les da por despedida!
desconfiado, Tanta gloria no te habla, Scopas fiero,
huidizo. de reposar como un titán cansado
y amar dichoso cual triunfante Heracles!
Huanacu y Cóndor. Blanquean continente y archipiélago
del don fulgente de tus manos mágicas.
Inmersión de la altura en el abismo. Vuela tu fama cual aural Pegaso.
Cerca tu nombre un loor como un parhelio.
Vivificada piedra. ¿Qué quieres más de gloria a tus anhelos?

Alma del suelo.

Trasmutación estática del tiempo. Yolanda Bedregal (1916)

Rastreador de milenios. Frente a mi retrato

Zampoña de dolor, amante quena, Enmarcada en rectángulo de sombras


Rebelión encerrada en el pututu. -como de una ventana en el vacío-
mi cara adolescente me contempla.
Enturbiado caudal,
remanso claro. Viene de lejos la mirada limpia
bajo el ala extendida de las cejas
Tienes los ojos nuevos y se arrodilla, tímida, en los labios.
y aunque en el día leas la cartilla,
lees en la noche las estrellas. Limpia mirada en la que cae el mundo
intacto como gota de rocío.

Este Canto es América - 202 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 207 - Este Canto es América
y confundidas con el lodo negro, Oscar Cerruto (1912)
negras, aún más que el lodo, se tornaron.
Altiplano
Pero en las noches puras y serenas
se sentía vagar en el espacio 1.
un leve olor de rosa
sobre las aguas turbias del pantano. El Altiplano es inmensurable como un recuerdo.
Piel de kirquincho, toca con sus extremos las cuatro puntas
del cielo,
Franz Tamayo (1879-1956) sopla su densa brisa de bestia.
El Altiplano es resplandeciente como un acero.
Habla Doris Su soledad de luna, tambor de las sublevaciones,
solfatara de las leyendas.
Este día vernal de ardor estivo Pastoras de turbiones y pesares,
preludia un trance como mi ansia lánguido. las vírgenes de la tierra alimentan la hoguera de la música.
Me siento viva en este cielo púrpura, Los hombres, en el metal de sus cabellos,
y ese arrebol me inunda y transverbera. asilan el caliente perfume de los combates.
Crepúsculo! Ansiedad! Naturaleza!
Dora los montes el titán que cae Altiplano rayado de caminos y de tristeza
como mi alma que suspira y trema. como palma del minero.
No sé por qué, ya espejó de este cielo,
siento en mi pecho como un sol poniente. 2.
Son de alegría hay en la fuente próxima.
El rumor del follaje es una queja El Altiplano es frecuente como el odio.
el aura vesperal como un suspiro. Ciega, de pronto, como una oleada de sangre.
Langor de amar; sufrir de haber amado; El Altiplano duro de hielos,
en plena dicha columbrar la muerte, y donde el frío es azul como la piel de los muertos.
y al sentirse morir clamar por vida! Sobre su lomo tatuado por las agujas ásperas del tiempo
Igual desmaya este arrebol sangriento, los labradores aymaras, su propia tumba a cuestas,
punta de oro de las Horas leves con los fusiles y la honda le ahuyentan pájaros de luz a la
himno triunfal que el nochecer preludia! noche.
Jardín nielado en héspero oricaldo,
Este Canto es América - 206 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 203 - Este Canto es América
La vida se les tizna de silencio en los fogones Y por el dulce sendero
mientras las lluvias inundan sus huesos y el canto del que cruza los olivares
jilguero. sigue regando cantares
el borriquillo coplero.
3.
Sobre su lomo de seda
Altiplano sin fronteras, descienden los ruiseñores
desplegado y violento como el fuego. como una lluvia de flores
desde la fresca arboleda.
Sus charangos acentúan el color del infortunio.
Su soledad horada, gota a gota, la piedra. Y el borriquillo paciente,
cubierto de aves y trinos,
es un concierto viviente
Oscar Alfaro (1921-1963) que viaja por los caminos...

El borriquillo
Ricardo Jaimes Freyre (1869-1933)
El borriquillo del cerro
cruza sembrando canciones Lo fugaz
con su canoro cencerro
por calles y callejones. La rosa temblorosa
se desprendió del tallo,
Y con ritmo cantarino y la arrastró la brisa
los sellos de sus herrajes sobre las aguas turbias del pantano.
van dibujando tatuajes
sobre el papel del camino. Una onda fugitiva
le abrió su seno amargo,
En el paisaje de estío y estrechando a la rosa temblorosa
tocan su líquida orquesta la deshizo en sus brazos.
las ranas que están de fiesta
bajo las aguas del río. Flotaron sobre el agua
las hojas como miembros mutilados,
Este Canto es América - 204 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 205 - Este Canto es América
Me emociona casi hasta las lágrimas cada vez que el cartero Héctor Cossio Salinas
me trae un ejemplar de Poesía Amiga. Poemas de gente muy
distinguida, muy lejana... y esa incomparable letrita irregular Vida
del mimeógrafo.
Héctor David, lo de Poesía Amiga no tiene nombre. Es impor- Hoy canta tu extensión sus atributos
tante. Y es hermoso. Es hermosamente importante. más allá de los signos minerales.
En prólogo de P.A. Nº 13 leo: “Posiblemente a P.A. le esté Nuevo coro de voces primiciales
quedando poca vida, se conforma con autopersuadirse de que su hincha tus campos de lucientes frutos.
trayectoria está cumplida”.
Por favor, si de verdad es cierta nuestra amistad, nada de pudor, Envidiable de brazos y tributos,
dime con todas las letras que se necesita. abriendo sementera de trigales,
sigue mancera -bueyes fraternales-
Rodolfo Eduardo Braceli uncida a los senderos absolutos.
Mendoza, Argentina
De tus llanuras nace mi cantiga,
debe tu mudar sin fuerza de atadura,
... Dicho lo anterior acerca de “El Cantor”, primera obra de de tu ofrecido idilio, tierra amiga.
Héctor David Gatica, quiero añadir un comentario final para
completar debidamente su verdadero perfil de poeta. Como ya ¡Rama de tu pureza es mi aventura,
he indicado, vive en un lugar perdido en los vastos llanos de La fresco hontanar devuelto por la espiga,
Rioja, y si es ya meritorio llevar a cabo desde un lugar semejante cosecha innumerable por la hondura!
su propia actividad de poeta, mucho más lo es haber añadido a ella
la dirección de una revista poética que, con el nombre de “Poesía
Amiga”, difunde por casi todos los países hispanoamericanos y por Félix Rospigliosi (1930)
España. Esta revista, de la que han aparecido ya nueve números,
se imprime a ciclostil al cuidado del poeta. Consideremos lo que III
esta empresa supone -lejos de todo centro cultural, de toda ayu-
da directa, a más de quince kilómetros de la estafeta de correos Para qué habré crecido en agonía
más próxima, en un lugar donde no hay luz eléctrica ni ninguna preguntando el motivo sin motivo,
comodidad de las normales en cualquier ciudad del mundo. En siempre oculto a mi mano, siempre esquivo,
tales circunstancias, este joven poeta argentino no sólo ha sabido casi turbia mañana, cada día!...

Este Canto es América - 240 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 217 - Este Canto es América
Frente a frente una llaga me desvía Acabo de recibir el Nº 13 de Poesía Amiga y su suplemento
y me arroja espiral humo cautivo, Silencio Quechua. Por él me he enterado que continúa usted
para ser sólo un caos combativo recorriendo mundo y comunicándose con los poetas de distintos
corazón laberinto... lejanía... lugares.
Hoy quiero enviarle estas líneas sólo por un motivo y muy
Para qué mi liturgia... ¡Qué estatura hondo: Me han emocionado sus primeras palabras de Poesía
más dolida y atroz la que el incienso Amiga. Y me ha emocionado porque he sentido esa soledad, ese
en su trémula audacia se procura! aislamiento en Villa Nidia, y ese heroico esfuerzo de lucha contra
la soledad, contra el silencio, contra el alejamiento, pero dándole
¡Qué estatura, señor o piedra, o criba: el puñado de poesía que debe enriquecerle.
quien pudiera otorgarme mi descenso Creó amigo Gatica, que los que sabemos lo que significa el her-
en ceniza voraz... definitiva! moso trajinar de editor, tenemos la obligación de acompañarnos,
estimularnos y de extender nuestras manos llenas de amistad.

Jorge Suárez (1932) Arsinoe Moratorio


Cuadernos Julio Herrera y Reissig
Múltiplo de luna Montevideo, Uruguay

Cada bosque se alumbra con su propio racimo,


cada rama recoge su milésima luna; He recibido uno a uno los números de Poesía Amiga y Albo-
multiplicada en lagos de lagos cada luna rada, puntuales, ejemplares, conmovedores.
reconoce su rostro luminoso en las aguas. Tengo a mi lado el ejemplar Nº 13 de Poesía Amiga, homenaje
a César Vallejo, con poesías peruanas y españolas.
Yo te miro y comprendo que mis ojos se miran Cómo me hubiera gustado estar con dos líneas en este home-
en los ojos recientes de tus ojos profundos... naje. Amo a España bestialmente. César Vallejo es la humanidad
multiplicada por mil. Perú es un país que no conozco, pero que
Multiplicado en lunas por lunas repercute siento mío por “culpa” de un gran amigo que nació en él.
mi corazón la tierra tapizada por lagos; No creo que en el país, e incluso en América, se haga una tarea
tu corazón en cambio se aleja rutilante tan significativa como la de Poesía Amiga. Es un puente increíble.
por un claro y sereno laberinto de lunas. Una guía poética, un apostolado poético. Y la misma precariedad
material multiplica su potencial.

Este Canto es América - 218 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 239 - Este Canto es América
Es de admirar el entusiasmo que anima a usted para lograr Yo crezco y le doy mástil en mi sien levantada,
ese puente de unión espiritual, entre poetas que nos conocemos tú lloras y desnuda sollozando le ofreces
tan poco. tu morada profunda:
De su país sólo conozco Buenos Aires, ciudad con la que tengo
contraída una deuda de gratitud, ya que en mi permanencia allí, y la luna se baja por arroyos lunares
me fueron franqueadas, generosamente, las puertas de la prensa, a fundirse en tus campos armoniosos y verse
radio, sala de conferencias, etc., para que pudiera dar a conocer bajo el agua en tus senos, en tu cuerpo,
la vasta literatura boliviana y su arte en general. en tus ojos,
Junto con los versos suyos, espero impaciente a “Poesía de toda en ti difundida,
América”. toda en ti cuando siento que milagrosamente
la ciudad reverbera guiñando sus faroles
Beatriz Schulze Arana y en el parque recóndito de nuestro amor alumbra
La Paz, Bolivia nuestra luna, la luna, nuestra mínima luna
la que nos pertenece, la que no se nos niega,
la que nunca se vende
... Respecto a su deseo de viajar a España y/o América en y que nunca nos cobra su alimento sencillo.
ELMA (Empresa Estatal de Navegación de la Argentina) no hay
descuentos, salvo para el que posee una beca. Si usted recalara
en Buenos Aires conversaríamos sobre el particular, pues el pro- Edgar Avila Echazu (1932)
blema es complejo.
De mis viajes, como buen vagabundo de la sal, no tengo rumbo V
fijo. Actualmente navego por las costas de América; mañana tal
vez el derrotero sea oriente... Algunos escritores argentinos ya El doctor Jung miraba rosas,
han viajado en el barco, lo hemos pasado de maravilla. La pena olía el tiempo amortajado del geranio,
que mi buque actual es solamente de carga. escuchaba la música que las estrellas
No olvide que la revista Cormorán y Delfín está abierta a todos entregaban al silencio de los amaneceres;
los poetas honestos de Argentina y del mundo. en el viento descubría los latidos temblorosos
de los árboles, de las palabras no escuchadas,
Ariel Canzani D. de las imágenes olvidadas sin razón,
1965, Océano Atlántico -y en los ríos contemplaba la loca
efigie evanescente de la muerte.

Este Canto es América - 238 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 219 - Este Canto es América
Significados ebrios de ansiedad, cansados tienen 62 años el gran poeta español- y me gustaría publicarlo
del azul tenebroso que los horizontes en ésa su revista.
señalaban: Espero, pues, sus noticias, y en el gran amor a la poesía, lo
-sus sueños ya sólo esperan saluda muy cordialmente su compañero de ideales.
las frases como máscaras que defiendan
lo que él no pudo evitar... Armando Rojo León
Marruecos, norte de África

Mery Flores Saavedra (1935)


Me llega tu Poesía Amiga, esa poesía amiga que lo es de todos,
Hijo y pese a esa Villa Nidia -que como tú dices de villa no tiene nada-
y a las dificultades de comunicaciones, tú, como poeta, saltando
Y en mitad del sendero barreras y esforzándote al máximo, haces llegar tu Poesía Amiga
te has de abrir como la flor a otros pueblos y ciudades para comunicarte con los hombres y
-anunciación del fruto-. comunicar a los poetas y a aquellos que tengan un poco de luz en
el alma; porque tú sabes que ahora la poesía es más necesaria que
Te espero, nunca, ella sólo puede dar la libertad al Hombre en este mundo
heridos los pulmones de la ansiedad del mundo de máquinas.
y la mirada abierta Me ha llegado el último número dedicado a César Vallejo.
al horizonte nuevo de tu presencia, Es bueno, con escogidos poemas dedicados a este gran poeta;
sangre derramada en mis cofres vacíos de esperanza. también me llega la separata de tu Silencio Quechua. Me gusta
mucho tu prosa, aunque en verdad no es prosa lo que haces en
Soy tierra que te aguarda esas relaciones de viajes, es poesía en prosa pero de la buena.
a la orilla de un mar atormentado;
final y principio Manuel Pacheco
de un camino vertical y distinto Badajoz, España, diciembre de 1965
proyectado al infinito.

Eres el sonido guardado en caracolas Está en mi poder Poesía Amiga Nº 13. No se imagina usted
barridas por la niebla, la gratísima impresión que me ha causado su lectura. Gracias
capullo prometido a esta mi primavera desolada amigo, los poemas registrados son de verdadera calidad literaria
y tan mía... (desearía vivamente conocer algunos suyos).
Este Canto es América - 220 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 237 - Este Canto es América
Ecos Aún tú nombre es mañana
y en mitad del sendero has de ser el milagro.
Hemos elaborado una bibliografía de Revistas Literarias o re-
lacionadas con la materia. Consta de quinientas fichas, incluyendo Soy la orilla infinita que aguarda tu llegada
una sección de publicaciones en lengua extranjera. Le rogamos
escribirnos a la mayor brevedad posible a fin de verificar la super-
vivencia de su revista, ya registrada en nuestro repertorio. (...) Roberto Echazu Navajas (1937)

Víctor Fuenmayor Ruiz Si todos nos abandonáramos a la confianza...


Director Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela Si todos nos abandonáramos a la confianza de esperar,
el futuro de las ilusiones volvería al mundo
sensible.
La Biblioteca de la Universidad de Texas posee una sección
denominada Colección Latino Americana, la cual contiene más Pero con qué palabras enterneceremos al olvido,
de cien mil volúmenes. Estamos haciendo lo posible por hacerla al saberlo todo injusto, todo vano!,
lo más completa y representativa de la vida y cultura latinoame- la confianza de los destinos nos volvería locos;
ricana, y por esta razón tenemos gran interés en obtener todos los La paz, extraños; el amor, torpes.
números de su publicación, “Poesía Amiga”, que han publicado
hasta la fecha. Si no pudieran enviarnos esos números por correo Si todo lo diéramos, sabríamos de una vez
ordinario en calidad de canje o regalo, les rogamos se sirvan in- que nada nos pertenece. Todo tiene una muerte natural;
dicarnos como los podríamos adquirir. nosotros, sólo la esperanza.

Dra. Nettie Lee Benson La paz pura, el amor puro, desligado de su sombra,
University of Texas, Texas lavándonos la cara con su propia luz:
un río donde los peces son acróbatas del cielo,
y la inocencia pura, sólo su palabra.
Me autoriza a escribirle un común amor a la poesía, y lo hago
con un poema que no puedo ser publicado en España por causas Si todo lo dijera, me bastaría como siempre,
que en el mismo poema se explican por sí solas. El poema va aún con la inocencia de saberlo olvidado.
dedicado a Rafael Alberti en homenaje a su 60 aniversario -ahora

Este Canto es América - 236 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 221 - Este Canto es América
Pedro Shimose

N. 1940. Pedro Shimose aparece con “Triludio en el exilio”,


1961, en el panorama literario del país, con vetas desconocidas
por nuestros jóvenes poetas. Con voz que bien pudiera venirle de
Paul Claudet o de Saint-John Perse se enfrenta a los problemas
del destino humano y proclama los derechos del espíritu por sobre
los de la materia. El elemento religioso crepita en sus estrofas
iluminando oscuridades. Joven como es, Pedro Shimose a obte-
nido una envidiable madurez estética y no constituye hipérbole
afirmar de él que ya tiene sitial distinguido en el ámbito de la
actual poesía boliviana.

Biografía de mi padre

Hombre que se hizo hombre. Universal


semilla de mí,
isla de viento derramada en el viento,
por su ola retumba el caracol con su canción de espuma en
cofre de aire.

Brazo de mar crecido,


hacia tí convergen los violines de la noche con su luna de
junio.

He aquí el Rey labrador de sus hijos labradores,


amigo de sus amigos y juez de sus enemigos.
Vedlo en el nocturno madrigal
con su rostro de sol y lluvia, En Perú, Río Rimac.
con un ciclón en el pecho y una esperanza en la sangre. Casa del escritor
Alejandro Romualdo.

Este Canto es América - 222 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 235 - Este Canto es América
“Para conseguir material peruano con calor de presencia debi- Es éste que siempre habéis visto por los cerezales,
mos cruzar el mapa hasta andar tierra quechua, recorrer la ciudad envuelto en surazos,
de los virreyes, llamando a la puerta de los poetas limeños, tocar el soñando estrellas de rocío en el agua diurna de la rosa,
agua del Pacífico en el Callao y recibir el sol que hace quinientos y aquel que no habéis visto, padre de siete hijos,
años guardaban los incas en un templo”. que por la yerbabuena va al mercado
“De la misma manera nos hubiera gustado llegar a la tierra y riega sus luciérnagas con espliegos de tarde
celtíbera...” y se marcha al barranco a contemplar la muerte
“España nos enseñó su bello idioma, nos acercó al viejo mundo, entre árboles azules y ríos de oro.
nos habló de Dios en el sayal de San Francisco Solano y en el
testimonio de los jesuitas. Pero también se llevó riquezas y nos Balandra de crisantemo alucinado.
impuso vicios. Y fueron exterminados millones de aborígenes”. Ecos del canto de la última sirena.
“Continúa el intercambio. En esta oportunidad “Poesía Amiga”, El Rey sabía de una tierra donde las tortugas se asoleaban en
sin proponérselo, simplemente dejando oír la voz de los poetas las playas,
hermanos, ha resultado un grito, que hace ponerse de pie”. donde las centellas doraban el plumaje de la noche
“Posiblemente a “Poesía Amiga” le está quedando poca vida. y los árboles daban panes jugosos y rosados.
Se conforma con autopersuadirse de que su trayectoria está Las palmeras cantaban con el mar y el viento cuando llegó
cumplida”. el peregrino.
“Poesía Amiga”, Año 5, Nº 13, Villa Nidia, primavera de ¡Oh, cómo amó esta tierra de ojos negros
1965 y hojas brillantes con lágrimas de luna!

El Rey anduvo por senderos de tigres y maderas


hasta que conoció a la Reina.
Ella veló el sueño del Rey entre luceros,
siemprevivas, nomeolvides y oncehoras,
mientras el cosía trinos y encordaba laúdes.
Mas aconteció que un día de malva y primavera
el Rey dijo: “- Le partiré el corazón a la vida, con amor...”
Aró la tierra y le arrebató poemas a la tierra,
fue al aire y le arrebató poemas al aire,
sembró arroz y tuvo pan,
sembró caña y tuvo azúcar

Este Canto es América - 234 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 223 - Este Canto es América
y cultivó jazmineros de arrullos para las palomas del aljibe. Poesía Amiga Nº 13
El Rey me enseñó a amar la tierra.
Me enseñó a ser la tierra.
Por el amé a Dios y a todas sus criaturas. Trayectoria cumplida
Por él precié mi libertad y aprendí a ser digno.
Me educaba con parábolas “Hacer en el mundo algo que nadie haya hecho, empleando los
mientras la lluvia de alazanes corría. medios que se tengan a mano”.
Mariposas transparentes, pájaros de arcoíris, “Desde un lugar que no figura en los mapas por ser en pleno
toros azules en la floresta de limón y una lengua invisible y desolado campo de los secos y ventosos llanos de La Rioja,
que llegaba en el viento perfumado por las flores silvestres: iniciamos hace diez años, con pastas y una tinta violeta, una
“Es doloroso ser hombre... La vida exige doble pequeña revista, “Alborada”, que destinamos muy en especial a
recompensa...”. los hacheros, a los carboneros, al hombre que vive en el rancho y
Los peces en el agua. Navegábamos, que no recibe ningún periódico. Hoy es ya una publicación mim-
zambullida aleta y ola eografiada que recorren la patria con el número 43 de su edición
en el vuelo a ras del vidrio de los martín pescadores con sus sin haberse desviado de su primer testimonio”.
redes y puñales. “Sí de los matorrales de las áridas mesetas de Somalín los af-
ricanos extraen mirra e incienso. ¿Por qué nosotros no podíamos
El Rey venía de la pólvora que lo perseguía como el rumor sembrar un árbol que para poder crecer tuviese que enterrar las
de su sombra. raíces en toda América?”.
Lago y cielo de paz, ahora y siempre, “Aquí, en Villa Nidia, mal puesto nombre ya que de villa nada
no lo he visto guerrero, tiene pues las casas están casi la legua una de la otra, donde la
pero le he visto arrancarse la camisa para dársela al hombre ciudad más cercana dista cien kilómetros, donde no llega el tren
de hambre y frío. ni hay correo, ni pasa la ruta nacional ni hay ómnibus y donde el
¡El Rey no amaba la guerra! hombre para subsistir voltea el algarrobo y lo hace carbón, nos
¡La guerra no era sólo muerte en la piel sino muerte en el propusimos sembrar ese árbol, esto es, crear una revista de poesía
alma! que se mezclara con los balidos de las cabras y los golpes de las
El Rey no amaba la guerra hachas y que fuera luego a confundirse con el ruido y la fiebre
pero le incendiaron su vida y le despojaron de sus sueños. de las grandes ciudades.”
“Así nació “Poesía Amiga”, para ser primero riojana, luego
Los caballos se fueron echando chispas por la madrugada. argentina, después americana y ahora, ya en su cumbre, inter-
¿Qué culpa tenía el Rey de que los hombres se mataran? continental”.

Este Canto es América - 224 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 233 - Este Canto es América
“Poesía Amiga” - Nº 13 – 1965 ¿Cuál era su participación en Pearl Harbor
para estar incluido en la venganza?

Perdonando fue a la cárcel con el desprecio de la gente en


las entrañas.
Allí lo visitábamos
ante la mirada
congelada
del odio.
Aún lo veo entre la humedad de sus prisiones:
encadenado a las sombras,
mil dedos señalándole las manos hundidas en la noche;
aún lo veo: altivo como un Rey condenado a muerte,
sereno como un Capitán de barco en el momento del
naufragio.
Mas los cuervos pasaron con su ceniza sangrienta.

“La vida hay que aceptarla primero, después hacerla...”, dijo


el Rey
y comenzó de nuevo a construir guitarras en su predio de
árboles talados.

Nos enseñaba a recobrar la risa.


Juntos partíamos la sandía de fuego con su agua fresca.
Juntos orábamos.
Los duendes llegaban en sus carrozas de orquídeas
y se iban en sus buques de niebla dejándonos sonetos de
diamante.

He aquí el Rey. Vedlo como yo lo veo:


con un siglo en la cabeza,

Este Canto es América - 232 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 225 - Este Canto es América
soñando su próxima aventura.
He aquí el Rey. Mas joven cada vez que vengo a visitarlo,
con luceros en las manos,
rodeado de sus hijos y de nuevas amistades.

Yo llevo mi naranjo florido para adornar la casa de la


música.
Él me muestra su jardín de laureles,
me dice que está construyendo un barco Perú
y me pregunta por mis amigos que son también suyos
y si aprendí a fumar Silencio Quechua
y si tengo novia...

El Rey peregrino labrador de sus hijos labradores,


sabe de su humilde grandeza del hombre y sabe
que como él respeta lo respetan y como el amó lo aman.
Este es mi padre.

Jesús Urzagasti

N. 1941. Arraigado a su tierra chaqueña, paso a paso va impo-


niendo su nombre en medio de nuestra más reciente promoción
poética. Algo desigual ahora, pero con sentido de autocrítica y
una innegable traza de hacer bien las cosas. Jesús Urzagasti se
perfila como un poeta de muchas posibilidades.

Alabanza Nº 2 al gran Chaco

Tu historia no es la más triste cuando la relato yo.

Este Canto es América - 226 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 231 - Este Canto es América
Aquí estoy, mirando cómo se incorpora mi vida a la tuya.
Cuando salto velozmente como un gato
entre tus árboles sorprendidos por la primavera
comprendo que te pertenezco desde mi origen salvaje.
Y es que siempre estoy retornando a tu lecho;
soy el jinete más veloz de tus regiones ardientes;
yo bajo desde la Esmeralda y me detengo en Crevaux
y mientras cesa la lluvia y el viento pasa hacia D´Orbigny,
veo que no hay nada que me haga llorar
después de mi galope enfurecido, después de tantas leguas
que me separaban de tu punto más doloroso;
sólo el estallido elegante de la noche
se apodera de mis venas y te abruma goces primitivos.
Desde aquí salen los habitantes que sobrevivieron
la conquista y al fuego que devoró la mayoría de los árboles
y se dispersan plácidamente en busca del verano,
imitan tu voz, a gritos sonoros, cuando hablan de la libertad;
levantan tu bandera de vegetales
para cruzar, apartando las desdichas, tu largo océano sólido.

Oscar Rivera Rodas (1942)

(Fragmento)

El Mar está muy lejos,


tengo que retornar por el camino de la Piedra
para que mis dedos acaricien
las entrañas de las algas.
Pero el Mar vivió en mi alcoba hace mucho tiempo,
el Mar vivió en mi alcoba,
vivió,
Héctor D. Gatica - 227 - Este Canto es América
y ha dejado colgada su fragancia en las paredes. que, sin dejar de serlo, dice con su lenguaje de sugerencia más
Soy Mar también. que las enunciaciones rotundas y directas.
................................
Mar,
mírame crucificado Elegía
en el vértice del horror.
No hay flujo de sangre por mis heridas Está el viento nuevo de este enero
quebrantadas por la sal. rodando por los días con su lluvia
Por mis sienes, cortina dulce de las horas
por mis grietas, está la angustia
por mis poros, con su palabra que ya crece en río.
corre tierra enloquecida de fiebre. El plazo del ensueño está cumplido.
Es una cruz de piedra que cosieron a mi espalda Ha llegado una nueva soledad con tiempo nuevo.
con agujas infestadas y torcidas. ¡Cuánto ha muerto en los iguales y pasados días!
Quita las arenas que crecieron en mis ojos, Ha quedado mi voz frente al misterio
arranca las hierbas que han cubierto mi garganta, de brumosos jardines
apaga el fuego que carboniza mis entrañas. donde se escriben poemas en las hojas
de un sauce
Mar, y el llanto es un reloj de acuáticos
40 grados y mis nervios se endurecen. minutos.
Inerte está la muerte en su aposento de astros,
¡Oh, Mar! inerte está la vida en los rostros amigos
yo también habitaciones comunes de las noches añejas.
tengo sed. ¡Cuánto ha quedado en la memoria azul de los caminos!

Silvia Mercedes Avila

N. 1942. - Ha publicado “ Tú nominas los sueños”, 1963. Poesía


sin estridencias, estallidos y sonajeras verbales. La joven poetisa
busca para su canción la palabra pequeña y frágil, y la insinuación

Este Canto es América - 228 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 229 - Este Canto es América
Perry Gibson (1885-1960) mantener su propia vocación, sino crear esa revista y, pese su
modesta presentación, dotarla de una categoría similar a la de las
Dios no está en todas partes, sino en la ingenua villa, mejores revistas poéticas de su país y de España.
durmiendo en el establo sobre la paja sana, Gatica ha conseguido que en las páginas multicopiadas de
y en el corazón puro de la gente sencilla... “Poesía Amiga” colaboren, junto con los más jóvenes poetas de
los más notables entre los que allí y aquí prestigian con su obra la
¡Oh dulce amanecer! poesía de nuestra lengua. Y todavía, a todas estas cualidades -y
no ciertamente como la menor- hay que añadir ese puro y hondo
sentimiento de la amistad que adorna a este poeta y que hace que
José Gálvez (1885-1967) cada número de su revista, además de un medio de delectación,
un abrazo verdaderamente fraternal que goza y siente uno en el
Curva el crinado cuello con viril elegancia, alma.
como si estuviera su fuerza en su arrogancia, Bien merece, por tanto, el lejano y querido poeta, que se le
dócil a los manejos del vivo amansador, dediquen estas líneas de admiración, y de afecto por su generoso
que de gran jipijapa y poncho entrelistado esfuerzo en pro de la poesía y la amistad.
alborota la aldea con el paso golpeado
del potro que camina como un conquistador... F. Lucio
España
El caballo de paso.

Alcides Sepelucín Escritores peruanos


La dejarán podrirse como a cosa inservible,
le robarán las tablas para hacer combustible Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616)
los portuarios lobeznos y los viejos tatuados.
Comentarios reales
Elegía de la Musardina.
y envió del cielo a la tierra un hijo y una hija de los suyos
para que los doctrinasen en el conocimiento de nuestro Padre el
Sol, para que los adorasen y tuviesen por su dios, y para que les

Este Canto es América - 264 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 241 - Este Canto es América
diesen preceptos y leyes en que viviesen como hombres en razón Alberto Ureta
y urbanidad; para que habitasen en casas y pueblos poblados,
supiesen labrar las tierras, cultivar las plantas y mieses, criar los ... que al volar de los días
ganados, y gozar dellos y de los frutos de la tierra, como hombres cuando el pasado sea ante tus ojos como una flor marchita,
racionales, y no como bestias. Con esta orden y mandato puso han de quedar tan sólo de todos tus dolores y alegrías
nuestro Padre el Sol estos dos hijos suyos en la laguna Titicaca, un recuerdo muy tenue que se esfuma
que está ochenta leguas de aquí, y les dijo que fuesen por do qui- y un puñado de tiempo hecho ceniza.
siesen, y doquiera que parasen a comer o a dormir, procurasen
hincar en el suelo una varilla de oro, de media vara en largo y Se quema el tiempo.
dos dedos en grueso que les dio para señal y muestra; de donde
aquella vara se les hundiese, con sólo un golpe que con ella die-
sen en tierra, allí quería el Sol nuestro Padre parasen y hiciesen Juan Parra del Riego (1894-1925)
su asiento y corte. A lo último les dijo: “Cuando hayáis reducido
esas gentes a nuestro servicio, los mantendréis en razón y justicia, La pelota hierve un ruido seco y sordo de metralla,
con piedad, clemencia y mansedumbre, haciendo en todo oficio se revuelca una epilepsia de colores
de Padre piadoso para con sus hijos tiernos y amados, a imitación y ya estás frente a la valla con el pecho... el alma... el pie.
y semejanza mía, que a todo el mundo hago bien, que les doy mi Y es el tiro que en la tarde azul estalla
luz y claridad, para que vean y hagan sus haciendas, y les caliento como un cálido balazo que se lleva la pelota hasta la red.
cuando han frío, y crio sus pastos y sementeras; hago fructificar
sus árboles, y multiplico sus ganados; lluevo y sereno a sus tiem- Polirritmo dinámico a Gradín, jugador de fútbol.
pos, y tengo cuidado de dar una vuelta cada día al mundo por
ver las necesidades que en la tierra se ofrecen, para las proveer y
socorrer, como sustentadores y bienhechor de las gentes; quiero ¡Ah, correr localmente convencido
que vosotros imitéis este ejemplo como hijos míos, enviados a la de alcanzar como los pájaros hasta el confín azul;
tierra sólo para la doctrina y beneficio de esos hombres, que viven escuchando, inclinado, /al oído, / el motor
como bestias. Y desde luego os constituyo y nombro por Reyes y cual si fuera el nervioso corazón de un amigo
Señores de todas las gentes doctrinándoles con vuestras buenas que se quema en un terco secreto del amor!
razones obras y gobierno.” Habiendo declarado su voluntad nues-
tro Padre el Sol a sus dos hijos, los despidió de sí. Ellos salieron Polirritmo dinámico a la motocicleta.
de Titicaca y caminaron al Septentrión, y por todo el camino,
doquiera que paraban, tentaban hincar la barra de oro, y nunca

Este Canto es América - 242 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 263 - Este Canto es América
Juan de Arona (1839-1895) se les hundió. Así entraron en una venta o dormitorio pequeño,
que está siete u ocho leguas al Mediodía desta ciudad, que hoy
Y así a pesar de su anhelo / muchos a un palmo del suelo llaman Pacarec Tampu, que quiere decir de venta, o dormida,
sólo se pueden alzar, / y otros con rápido vuelo / que unos que amanece. Púsole este nombre el Inca porque salió de aquella
“golondrinas” son, / y otros “águilas reales”. dormida al tiempo que amanecía. Es uno de los pueblos que este
príncipe mandó poblar después; y sus moradores se jactan hoy
Los poetas. grandemente del nombre, porque lo impuso nuestro Inca. De allí
llegaron él y su mujer, nuestra reina, a este valle del Cozco, que
entonces todo él estaba hecho montaña brava.
Leónidas Yerovi (1881-1917)

Titina, tina, tontina, Ricardo Palma (1833-1919)


la de la voz argentina
y el aliento de jazmín, Tradiciones peruanas
sal de tu ventana, ingrata,
y oye la mandolinata El caballero de Jáuregui llegó a Lima el 21 de junio de 1780,
que te doy en el jardín. y francamente, que ninguno de sus antecesores recibió el mundo
bajo peores auspicios.
Mandolinata. Por una parte, los salvajes de Chanchamuyo acababan de in-
cendiar y saquear varias poblaciones civilizadas; y por otra, el
recargo de impuestos y los procedimientos tiránicos del visitador
José Eufemio Lora y Lora (1885-1908) Areche habían producido serios disturbios, en los que muchos
corregidores y alcabaleros fueron sacrificados a la cólera popu-
Súbito, abrí el balcón. El viento helado lar. Puede decirse que la conflagración era general en el país, sin
me hirió como un puñal. Temblé azorado. embargo, de que Guirior había declarado en suspenso el cobro
Un búho lanzó un grito y rompió el vuelo. de las odiosas y exageradas contribuciones, mientras con mejor
acuerdo volvía del monarca sobre sus pasos.
Sugestión. Además, en 1779 se declaró la guerra entre España e Inglaterra,
y reiterados avisos de Europa afirmaban al nuevo virrey que la
reina de los mares alistaba una flota con destino al Pacífico.
Jáuregui (apellido que, en vascuense, significa demasiado
señor), en previsión de los amagos piráticos, tuvo que fortificar y
Este Canto es América - 262 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 243 - Este Canto es América
artillar la costa, organizar milicias y aumentar la marina de guerra, José Arnaldo Márquez (1831-1903)
medidas que reclamaron fuertes gastos, con los que acrecentó la
penuria pública. ¡Mi corazón rebosa de armonía! / Nadie sabe el aroma y la
Apenas hacía cuatro meses que don Agustín de Jáuregui ocu- pureza
paba el solio de los virreyes, cuando se tuvo noticias de la muerte de esta olvidada flor que noche y día / de su rincón perfuma
dada al corregidor Arriaga, y con ella de que en una extensión de la maleza.
más de trescientas leguas era proclamado por Inca y soberano del
Perú el cacique Túpac-Amarú. A solas.
No es del caso historiar aquí esta tremenda revolución que,
como es sabido, puso en grave peligro al gobierno colonial. Po-
quísimo faltó para que entonces hubiese quedado realizada la Clemente Althaus (1835-1881)
obra de la Independencia.
El 6 de abril, viernes de Dolores del año 1781, cayeron prisione- El fresco nocturno ambiente / todo empapado se siente
ros el Inca y sus principales vasallos, con los que se ejercieran los en el aroma sutil, / que hurta a vecinos jardines
más bárbaros horrores. Hubo lenguas y manos cortadas, cuerpos y olorosas flores mil.
descuartizados, horca y garrote vil. Areche autorizó barbaridad
y media. Entre cien luces.
Con el suplicio del Inca, de su esposa doña Micaela, de sus hijos
y hermanos, quedaron los revolucionarios sin un centro de unidad.
Sin embargo, la chispa no se extinguió hasta julio de 1783, en que Luis Benjamín Cisneros (1837-1914)
tuvo lugar en Lima la ejecución de don Felipe Túpac, hermano
del infortunado Inca, caudillo de los naturales de Huarochiri. ¡Gloria a Dios mismo, / que en el alma del hombre
“Así -dice el deán Funes- terminó esta revolución, y difícilmente puso la aspiración del idealismo, / como creciente incendio
presentará la historia otra ni más justificada ni menos feliz.” en la maleza
Las armas de la casa de Jáuregui eran: escudo cortinado, el y la sed insaciable / de la verdad, el bien y la belleza.
primer cuartel en oro con un roble copado y un jabalí pasante; el
segundo de gules y un castillo de plata con bandera; el tercero de Canto al siglo XX.
azur, con tres flores de lis.
Es fama que el 26 de abril de 1784 el virrey don Agustín de
Jáuregui recibió el regalo de un canastillo de cerezas, fruta a la
que era su excelencia muy aficionado, y que apenas hubo comido

Este Canto es América - 244 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 261 - Este Canto es América
Manuel Ascencio Segura (1805-1871) dos o tres cayó al suelo sin sentido. Treinta horas después se abría
en palacio la gran puerta del salón de recepciones; y en un sillón,
Deja, oh viuda, el morir / y toma al pie del altar / muy lúcida; bajo el dosel, se veía a Jáuregui vestido de gran uniforme. Con
Vuelve, señora, al vivir, / vuelve al vivir del amar, / que es la arreglo al ceremonial del caso, el escribano de cámara, seguido de
vida. la Real Audiencia, avanzó hasta poco pasos distante del dosel, y
dijo en voz alta por tres veces: ¡Excelentísimo señor don Agustín
A una viuda. de Jáuregui! Y luego, volviéndose al concurso, pronunció esta
frase obligada: Señores, no responde. ¡Falleció! ¡Falleció! ¡Falle-
ció! Enseguida sacó un protocolo, y los oidores estamparon en
Felipe Pardo y Aliaga (1806-1868) él sus firmas.
Así vengaron los indios la muerte del Túpac-Amarú.
Dichoso, hijo mío, tú, / que veintiún años cumpliste:
dichoso que ya te hiciste / ciudadano del Perú
.... viendo que ya eres igual, / según lo mandan las leyes, José María Arguedas
al negro que unce tus bueyes / y al que te riega el maizal.
Los ríos profundos
A mi hijo en sus días. Novela

El canto del zumbaylly se internaba en el oído, avivaba en la


Carlos Augusto Salaverry (1830-1891) memoria la imagen de los ríos, de los árboles negros que cuelgan
en las paredes de los abismos.
¡Oh! cuando vea en la desierta playa, / con mi tristeza y mi Miré el rostro de Antero. Ningún niño contempla un juguete de
dolor a solas, ese modo. ¿Qué semejanza había, qué corriente, entre el mundo
el vaivén incesante de las olas, / me acordaré de ti; de los valles profundos y el cuerpo de ese pequeño juguete móvil,
cuando veas que un ave solitaria / cruza el espacio en casi proteico, que escarbaba cantando la arena en la que el sol
moribundo parecía disuelto?
espacio, buscando un nido entre la mar y el cielo, / Antero tenía cabellos rubios, su cabeza parecía arder en los días
¡acuérdate de mí! de gran sol. La piel de su rostro era también dorada; pero tenía mu-
chos lunares en la frente. “Candela” le llamaban sus condiscípulos;
Acuérdate de mí. otros le predecían en quechua “Markask´a”, “El Marcado”, a causa
de sus lunares. Antero miraba el zumbaylly con un determinado

Este Canto es América - 260 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 245 - Este Canto es América
contagio. Mientras bailaba el trompo todos guardaban silencio. tu cruz yo abrace, y me deleite en ella,
Así atento, agachado, con el rostro afilado, la nariz delgada y alta, y con su ilustre púrpura me adorne.
Antero parecía asomarse desde otro espacio.
De pronto, Lleras gritó, cuando aún no había caído el trom- La cristiada.
po:
- ¡Fuera, akatank´as! ¡Mirando esa brujería de la “Candela”! Amarilis
¡Fuera, zorrinos!
Nadie le hizo caso. Ni siquiera el “Añuco”. Seguimos oyendo Y tendré gran disculpa, / si el amarte sin verte, fuera culpa,
el zumbaylly. que el mismo, que lo hace, / probó primero el lazo en que
- ¡Zorrinos, zorrinos! ¡Pobres k´echas! (meones) - amonestaba me enlace
Lleras, con voz casi indiferente. durando para siempre las memorias / de los sucesos tristes,
El zumbaylly se inclinó hasta rozar el suelo; apenas tocó el que en su vergüenza cuentan las historias.
polvo, la esfera rodó en línea curva y se detuvo.
- ¡Véndemelo! -Le grité a Antero- ¡Véndemelo! Epístola a Belardo.
Antes de que nadie pudiera impedírmelo me lancé al suelo y
agarré el trompo. La púa era larga, de madera amarilla. Esa púa
y los ojos abiertos con clavo ardiendo, de bordes negros que aún Juan del Valle y Caviedes (1652-1697)
olían a carbón, daban al trompo un aspecto irreal. Para mí era un
ser nuevo, una aparición en el mundo hostil, un lazo que me unía En tu pie miro el centro / de todo el mundo,
a ese patio odiado, a ese valle doliente, al Colegio. Contemplé mas, ¿qué mucho lo sea / si es sólo un punto?
detenidamente el juguete, mientras los otros chicos me rodeaban
sorprendidos. Pintura de una dama en seguidillas.
- ¡No le vendas al foráneo! -pidió en voz alta el “Añuco”.
- ¡No le vendas a ése! -dijo el otro.
- ¡No le vendas! -exclamó con voz de mando, Lleras-. No le Mariano Melgar (1791-1815)
vendas, he dicho.
Lleras se abrió paso a empujones y se paró frente a Antero. Porque ¿cómo viviera / sin su amoroso arrullo
Le miré a los ojos. Yo sé odiar, con pasajero pero insofrenable mi pecho, siempre amante, / que en su pecho tiempo ha su
odio. En los ojos de Lleras había una especie de minas de poco nido puso?
fondo, sucia y densa.
¿Alguien había detenido el relámpago turbio en esos ojos? ¿Al- Yaravi 5.
gún pequeño había permanecido quieto delante de él, mirándolo
Este Canto es América - 246 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 259 - Este Canto es América
Ollantay con odio creciente, arrollador de todo sentimiento?
- Te lo vendo, forastero. ¡Te lo regalo, te lo regalo! -Exclamó
Y sus pestañas, agudas flechas, a los que intentan siquiera Antero, cuando aún la mirada de Lleras chocaba con la mía.
verlas Abracé al “Markask´a”, mientras los otros hacían bulla, como
muertes les dan. si aplaudieran.
Amor florido de resplandores en ellos vive Al día siguiente me levanté muy temprano. Me bañé en la
y arranca fácil el corazón. fuente del primer patio para refrescarme la cabeza. Luego me
vestí con gran cuidado sin despertar a los internos. Y me dirigí
Arawi o yaraví del Ollantay (célebre drama incaico). al patio de tierra.
La madrugada se extinguía. Los pequeños sapos asomaban la
cabeza entre las yerbas que rodeaban el pozo de la fuente. Bajo
Huaynos las nubes rosadas del cielo, los pocos árboles que podían verse
desde el patio interior, y las calandrias amarillas que cantaban en
Hondo río / de los bosques de tara, / el que se pierde / las ramas, se dibujaban serenamente; algunas plumas de las aves
en el recodo del abismo, / el que grita se levantaban con el aire tibio del valle.
en el barranco donde tienen su guarida los loros. Encordelé mi hermoso zumbaylly y lo hice bailar. El trompo
dio un salto armonioso, bajó casi lentamente, cantando por todos
Cristalino río. sus ojos. Una gran felicidad fresca y pura, iluminó mi vida. Estaba
solo, contemplando y oyendo a mi zumbaylly que hablaba con
voz dulce, que parecía traer al patio el canto de todos los insectos
El ischu está llorando! / ¡Ay, cómo lloran los ojos en pueblo alados que zumban musicalmente entre los arbustos floridos.
ajeno! - ¡Ay zumbayllu, zumbayllu! ¡Yo también bailaré contigo! -le
Lloran los ojos como llora el ischu / dije.
cuando pasa la lluvia y sopla el viento. Y bailé, buscando un paso que se pareciera al de su pata alta.
Tuve que recordar e imitar a los danzantes profesionales de mi
El ischu está llorando. aldea nativa.
Cuando tocaron la campanilla para despertar a los internos, yo
era el alumno más feliz de Abancay. Recordaba al “Markask´a”,
Diego de Ojeda (1571-1615) repasaba en mi memoria la carta que había escrito para su reina,
para su amada niña, que según él tenía las mejillas del color del
Dame, Señor, que cuando el alba bella zumbayllu.
el cielo azul de blancas nubes orne,
Este Canto es América - 258 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 247 - Este Canto es América
- ¡Al diablo el “Peluca”! -decía-. ¡Al diablo el Lleras, el Valle, advertir al lector, no sólo ha tenido en cuenta las creaciones del
el Flaco! ¡Nadie es mi enemigo! ¡Nadie, nadie! lirismo puro, sino, además, las que son vehículo de emociones
religiosas, de intenciones festivas o satíricas y aún de trazos ple-
namente descriptivos.
Mario Vargas Llosa Con Eguren y Vallejos raya en la poesía peruana una nueva y
más honda y encendida aurora. Con ellos y la valiosa obra de las
La ciudad y los perros generaciones siguientes habrá de conformarse otra antología que
Novela con la presente ceñirá de modo cabal un perceptible panorama
de la poesía peruana.
- No soy un desgraciado, Jaguar -murmuró Cava-. Si nos cha-
pan, pago solo y ya está. Extractado del libro “Poesía del Perú”
El Jaguar lo miró de arriba abajo. Se rio.
- Serrano cobarde -dijo-. Te has orinado de miedo. Mírate los
pantalones. A Wiracocha
Ha olvidado la casa de la avenida Salavery, en Magdalena
Nueva, donde vivió desde la noche en que llegó a Lima por pri- ¡Qué resplandor!, diciendo; me posternaré ante ti;
mera vez, y el viaje de dieciocho horas en automóvil, el desfile de mírame, Señor, adviérteme, / Y vosotros, ríos y cataratas, y
pueblos en ruinas, arenales, o valles minúsculos, a ratos el mar, vosotros pájaros, / dadme vuestras fuerzas.
campos de algodón, pueblos y arenales. Iba con el rostro pegado
a la ventanilla y sentía su cuerpo roído por la excitación: “Voy a Jailli o himno quechua.
ver Lima”. A veces, su madre lo atraía hacia ella, murmurando:
“Richi, Ricardito”. El pensaba: “¿Por qué llora?” Los otros pasa-
jeros dormitaban o leían y el chofer canturreaba alegremente el Limacha
mismo estribillo, hora tras hora. Ricardo resistió la mañana, la
tarde y el comienzo de la noche sin apartar la mirada del horizon- Voy a llorar a bárbaros lugares;
te, esperando que las luces de la ciudad surgieran de improviso, mucho más el dolor acrecienta;
como una procesión de antorchas. El cansancio adormecía poco me recuerdan a ti, amado mío,
a poco sus miembros, embotaba sus sentidos; entre brumas, se la alta paja, la pampa, el abismo, el monte.
repetía con los dientes apretados: “No me dormiré”. Y, de pronto,
alguien lo movía con dulzura. “Ya llegamos, Richi, despierta”. Llanto o canción de la viuda.
Estaba en las faldas de su madre, tenía la cabeza apoyada en su

Este Canto es América - 248 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 257 - Este Canto es América
poemas se trasunta el connubio de poesía y verdad. En Carlos hombro, sentía frío. Unos labios familiares rozaron su boca y él
Augusto Salaverry, en “Acuérdate de mí” particularmente; en tuvo la impresión de que, en el sueño, se había convertido en un
unos versos de Clemente Althaus y de Carlos Germán Amézaga gatito. El automóvil avanzaba ahora despacio: veía vagas casas,
resuena lo más acendrado de nuestro episodio romántico. “La gran luces, árboles y una avenida más larga que la calle principal de
ironía -a decir del crítico José Miguel Oviedo- es que en el siglo Chiclayo. Tardó unos segundos en darse cuenta que los otros
que debió ser del romanticismo aparecieron los mejores talentos viajeros habían descendido. El chofer canturreaba.
satíricos de la República, florece el periodismo humorístico y nace
el teatro criollo-realista del Perú. El siglo XIX se fue por el lado
de la burla, llevándose de encuentro a los románticos”.
En la obra de Manuel González Prada se abre el camino al mo- Los poetas peruanos
dernismo. El soplo de un nuevo espíritu se deja oír en sus versos
rotundos y pulcros. González Prada es el poeta necesario en el
pasaje del romanticismo al modernismo. Con él ingresamos al si- César Vallejo
glo XX, en que también se hará escuchar, americana y estentórea,
la voz del más famoso de los poetas peruanos de este siglo: José Ágape
Santos Chocano (antes de la revelación de César Vallejo, el único
universal en nuestra historia poética); de abundante producción, Hoy no ha venido nadie a preguntar;
modulada sobre todo en el tono épico, se caracteriza tanto por su ni me han pedido en esta tarde nada.
énfasis retórico como por su exaltación americana. A diferencia
de Rubén Darío, en la temática de Chocano está más cercano, más No he visto ni una flor de cementerio
visible el telón de fondo, naturaleza y paisaje, de nuestra América. en tan alegre procesión de luces.
Después de una casi total negación, en estos últimos años van Perdóname, Señor: qué poco he muerto!
concediéndosele sus justas dimensiones.
Al lado de Chocano consideramos las obras de Leónidas Ye- En esta tarde todos, todos pasan
rovi, José Eufemio Lora y Alberto Ureta; así como a Abraham sin preguntarme ni pedirme nada.
Valdelomar, en un “modernismo terminal”, según Luis Monguió; y
a Juan Parra del Riego que, con palabras del mismo crítico, “como Y no sé que se olvidan y se queda
Valdelomar, oscila entre el modernismo y su salida”. Aunque José mal en mis manos, como cosa ajena.
María Eguren se halla en los términos de este movimiento, no lo
incluimos aquí por la originalidad señera de su obra. Con Parra, He salido a la puerta,
pues, llegamos al límite de nuestra antología, que como habrá de y me dan ganas de gritar a todos:

Este Canto es América - 256 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 249 - Este Canto es América
Si echan de menos algo, aquí se queda! sos acentos. Y la sátira, tan ligada a nuestra idiosincrasia, tuvo
en Caviedes un fecundo e incisivo cultor. La propia poesía (“el
Porque en todas las tardes de esta vida, metrificar dulce y sabroso”) fue objeto de canto y discernimiento
yo no sé con qué puertas dan a un rostro, de sus virtudes y prestigios en los tercetos de anónima poetisa,
y algo ajeno se toma el alma mía. y con Amarillis tuvimos un poema digno del elogio del Fénix.
Tal vez si la mejor poesía de esta época, poesía como esencia
Hoy no ha venido nadie; impregnante, encontró su más puro cauce en la prosa evocadora
y hoy he muerto qué poco en esta tarde! y nostálgica de Garcilaso el Inca, el primer mestizo ejemplar en
el orden de la cultura y de la sangre.
De Los heraldos negros La gesta emancipadora (fines del siglo XVIII y comienzos del
Piedra negra sobre una piedra blanca XIX) tuvo en Mariano Melgar, uno de sus mártires, un cantor
elocuente de la libertad civil. Pero es a su estro amoroso al que
Me moriré en París con aguacero, le debemos las vibraciones imperecederas de sus yaravíes de tan
un día del cual tengo ya el recuerdo. genuino linaje vernacular.
Me moriré en París -y no me corro- Con la Independencia, en las primeras décadas de la República,
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño. se despertó el interés por lo que ya se sentía nuestro, bien como
excelencias bien como defectos; las costumbres, los tipos, fueron
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso fuente y arsenal de inspiración. Tal en Felipe Pardo y Aliaga y en
estos versos, los húmeros me he puesto Manuel Ascencio Segura, máximos y opuestos representantes del
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, costumbrismo criollo; exponentes, respectivamente, del rechazo
con todo mi camino, a verme solo. y de la entrega a un nuevo modo de vida colectiva. En Pardo la
crítica mordaz adquirió sus más tajantes filos a la vez que contri-
César Vallejo ha muerto, le pegaban buyó notablemente a trazar la vigorosa línea de nuestra expresión
todos sin que él les haga nada; satírica en la que muchos ingenios han figurado con luz propia,
le daban duro con un palo y duro entre ellos Juan de Arona (Pedro Paz Soldán y Unanu) y Ricardo
Palma. Poniéndonos adentro de las denominaciones de escuela,
también con una soga; son testigos Pardo es, por lo demás, un clasicista típico.
los días jueves y los huesos húmeros, El romanticismo contó con la fácil y, por lo general, destem-
la soledad, la lluvia, los caminos... plada inspiración de poetas más atentos a la música de los versos
foráneos, españoles o franceses, que a la música brotada del pro-
De Poemas humanos pio corazón. Sus quimeras rebosaron ecos y sólo en muy escasos

Este Canto es América - 250 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 255 - Este Canto es América
ción oral. Mitos y leyendas; fábulas y cuentos, cantos de amor y Alberto Hidalgo (1897-1967)
de guerra, máximas de conducta y poemas corales que exaltaban
la faena colectiva circulaban con profundo sentido musical por la De cuando en cuando una visita protocolar siquiera
fabulosa memoria de la raza, nocturno cielo que resplandecía con al cementerio
el doble sistema enigmático del universo y el hombre. para ir tomándole confianza
El poema quechua integraba un todo rítmico, plástico y mu- para ir acostumbrándose a sus calles de lápidas
sical. Era un ingrediente, la letra de una canción (y, a su vez, la perplejas
canción lo era de una danza) que adaptaba naturalmente a las el césped lleno de estremecimientos
exigencias del canto la medida de sus versos. Los aravicos poe- a la respiración irresponsable de las tumbas
tizaban en formas que responden a los nombres de jailli, haraui, al celo policial de los cipreses
huayno, y otras más, de las que en esta selección insertamos montando guardia para que no puedan fugarse los
algunas muestras. extintos
Producida la conquista del Imperio, se impuso la laboriosa al tacto de magnolia con que se da la mano
empresa de colonizarlo, uno de cuyos principales objetivos fue la a fin de hacer patético el saludo
conversión del nativo al cristianismo. Con este fin, el misionero más en correspondencia con el medio
católico compuso en quechua poesía catequista. Operada la con- al verde ceniciento que las hojas asumen
versión, el quechua, durante la Colonia quedó relegado por una en un intento prolongado de vestirse de luto
parte a la servidumbre y por otra a la expresión de una poesía al canto de entrepico de las aves
erudita de muy escaso horizonte, sin la íntima y necesaria vincula- que es como si dijéramos su voz de condolencia
ción con el pueblo que lo hablaba. Sin embargo, la poesía quechua a ese desperezarse de los huesos
sobreviviría a través del período colonial, llegando a nuestros días que más que oírlo se lo advierte.
adherida al mágico imán del canto y de la música.
Entre el Incaico y la Colonia, la Conquista (primera mitad del De cuando en cuando una visita protocolar al
siglo XVI) no pudo ofrecer, en su turbulento desenvolverse, obras cementerio
de especie y valor poéticos. Y el Coloniaje fue siempre tributario para ir perdiéndole entre tanto el miedo.
de la poesía peninsular. De sus tres siglos de vida nos quedan,
no obstante, algunas manifestaciones meritorias de españoles A la muerte debemos estudiarla
residentes en el Perú, cuyas creaciones afortunadamente pudieron es preciso saberla de memoria
librarse del fárrago idiomático y del juego retórico insustancial. decirla
La inspiración religiosa alcanzó -con fray Diego de Hojeda, Diego recitarla a cada rato
Mexia de Fernangil y Juan del Valle y Caviedes- nobles y hermo- para que no se nos olvide nunca.

Este Canto es América - 254 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 251 - Este Canto es América
Ante todo su idioma, con todos los pedazos de su vida
su griego tan difícil y los aniversarios sin que falte ninguno
que ni aún en años puede hablárselo sin acento con lo de aquí y que nos esté esperando
extranjero con todas las exequias programadas
lenguaje de señales y de nieblas todo su traje de carpintería.
de letras escondidas y de sílabas vagas
jamás domadas por el diccionario Hay que alcanzar un óbito con los capítulos enteros
pero que ha de aprenderse un deceso por partes y en conjunto
para las horas inconmensurables del diálogo y las en el cual no esté ausente ni el silencio
nupcias. y uno pueda tener toda su muerte.

Absurdo entrar en relación con ella


antes de conocerla íntimamente
de recabar informes sobre la dimensión de sus Poesía del Perú
privanzas.
Averiguar cuál es su clase
de qué familia de noser procede Javier Sologuren
cuáles sus soterradas intenciones
y en forma explícita y premiosa si fue nacida para Se ha dicho que la literatura del Perú nace con la célebre y
nuestra quejosa copla que los soldados españoles dirigieron al gobernador
corresponde a otro espíritu de Panamá en la esperanza de escapar a su ya tan probada exis-
o nos ocurre por acción fortuita tencia en la isla del Gallo. Así, en efecto, amanece la literatura
quizá de yapa o por error. peruana, pero no la poesía de nuestro país, cuya preciosa vena
No vaya a ser que por desprevenidos caigamos en fluye, remontando siglos, desde el viejo Imperio de los Incas (siglo
estafa XIII aproximadamente). Poesía reveladora de la honda raigambre
y usufructuemos una muerte ajena. telúrica del indígena, de su espíritu solidario y comunitario, de
su intenso sentimiento panteísta. El quechua fue el dócil, eficaz
No se debe morir por dispersión instrumento de que se valió el aravico, el poeta incaico, para su
sino con todo su cadáver tarea creadora. Careciendo de una escritura evolucionada (los
con el sujeto físico completo quipos eran presumiblemente un procedimiento nemotécnico y
y el sujeto moral también rotundo estadístico), sus obras nacían y tomaban curso dentro de la tradi-

Este Canto es América - 252 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 253 - Este Canto es América
la luz en una mano Poesía quechua
y el estruendo en la otra,
y habían trazado mil fronteras
hasta casi llegar al padre y a la madre. A Wiracocha

Un día terrible (Poesía quechua). Fragmento de un jailli o himno quechua al


se arrasaron Hacedor transcrito por Juan Santa Cruz Pachacuti en Relación
y quedaron a la intemperie de antigüedades deste Reyno del Pirú.
como bestias sin rumbo.
Entonces sintieron los hincones de la lluvia
y el ardor del sol, ¡Qué resplandor!, diciendo
observaron el reventar de las hojas, me prosternaré ante ti;
el bramar de la espuma mírame, Señor, adviérteme
y el cabalgar de las nubes Y vosotros, ríos y cataratas,
en el cielo naranja.
Y vosotros pájaros,
Se miraban dadme vuestras fuerzas,
y se decían unos a otros todo lo que podáis darme;
¡mira! ¡escucha! ¡toca! ayudadme a gritar
como descubriendo recién.
Y dejaron de hacer nada con vuestras gargantas,
para ponerse a mirar, a tocar, aún con vuestros deseos,
a escuchar por todos lados; y recordándolo todo
y como también pensaban, regocijémonos,
pensaron:
estamos rodeados de eternidad tengamos alegría;
y sin embargo vivimos. y así, de ese modo, henchidos,
Jubilosos exclamaron: yéndonos, nos iremos.
¡somos hombres!

Y empezaron a entenderse.

Este Canto es América - 288 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 265 - Este Canto es América
Ijmacha Claudio, en tus ojos,
en los tuyos, Gerardo.
(Poesía quechua). Literalmente, “viudita”, en castellano, por
mejor título, Llanto o canción de la viuda. “Pudo haber sido es- 19
crita -según afirma su traductor José María Arguedas- en el siglo
pasado por alguien que conocía profundamente las dos fuentes de CUERPO a cuerpo,
la literatura quechua: la vasta y secreta de la poesía y narrativa hombre y mujer,
orales, y la escasa pero originalisima poesía escrita”. se irán quemando
en el fuego blanco
del amor.
Abatida, la amante paloma Mano a mano
que ha perdido a su amado; levantarán el árbol
aturdida, sin sentido, de la vida,
errabunda; vuela, huye, torna. y su aire y sus pájaros.
.......................................................
Voy a llorar a bárbaros lugares; 20
mucho más el dolor acrecienta;
me recuerdan a ti, amado mío, Hombre y mujer
la alta paja, la pampa, el abismo, el monte. descubrirán que el mundo
es compañía
y un mismo sol,
Apu Inca Atawallpaman calentará sus huesos,
y un mismo anhelo
(Poesía quechua). La muerte del Inca Atahualpa estrujó do- los mantendrá despiertos.
lorosamente el corazón del pueblo indio, y su congoja cuajó en
esta desesperada y hermosa elegía. Ha sido escrita por un poeta
mestizo y su traducción pertenece a José María Arguedas. Eugenio Buona

¿Qué arco iris es este negro arco iris Somos hombres


que se alza?
Para el enemigo del Cuzco horrible flecha Vivían rodeados de paredes
que amanece. y sin miedo,
Este Canto es América - 266 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 287 - Este Canto es América
Porque evadí geranios Por doquier granizada siniestra
y supe volar sobre sus pétalos. golpea.

Porque yo fui pequeña Mi corazón presentía


y tuve a cada instante,
mis rodillas pálidas. aún en mis ensueños, asaltándome,
en el letargo,
Porque fui a la mosca azul anunciadora de la muerte;
temerosa luciérnaga dolor inacabable.
de naves...
El sol vuélvese amarillo, anochece,
Porque tuve niñez misteriosamente;
y la perdí, amortaja a Atahualpa, su cadáver
soñando. y su nombre;
la muerte del Inca reduce
al tiempo que dura una pestañada.
Javier Sologuren
Su amada cabeza ya la envuelve
Estancias el horrendo enemigo;
y un río de sangre camina, se extiende,
18 en dos corrientes.

Por ti, Gerardo, y por ti, Claudio. Sus dientes crujidores ya están mordiendo
Hijos míos, la bárbara tristeza;
vuelvo a ser lo que fui, se han vuelto de plomo sus ojos que eran como el sol,
canta en mi corazón una luz nueva ojos de Inca.
una vieja canción que desoí.
Se ha helado ya el gran corazón
Hoy me asomo al asombro de Atahualpa.
y al confiado El llanto de los hombres de las Cuatro Regiones
estar el mundo, ahogándole.

Este Canto es América - 286 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 267 - Este Canto es América
Las nubes del cielo han dejado Mercedes Ibáñez Rosazza
ennegreciéndose;
la madre Luna, transida, con el rostro enfermo, El sueño empieza
padeciendo.
Porque yo fui pequeña
La tierra se niega a sepultar como un grano de quinua
a su Señor, y ya soñaba...
como si se avergonzara del cadáver
de quien la amó, Porque crecí y supe
como si temiera a su adalid que los hombres
devorar. toman sus píldoras
de pie
Y los precipicios de rocas tiemblan por su Amo frente a un espejo
canciones fúnebres entonando, donde
el río brama con el poder de su dolor los males
su caudal levantando. no muestran
su figura.
Las lágrimas, en torrentes, juntas,
se recogen. Porque las olas son,
¿Qué hombre no caerá en el llanto si lo requiero,
por quien le amó? enérgicamente
¿Qué hijo no ha de existir mías...
para su padre? Porque mi fe
en su espuma
Gimiente, doliente, corazón herido se agiganta.
sin palmas.
Porque mi asombro
¿Qué paloma amante no da su ser fue
al amado? del propio tamaño
¿Qué delirante e inquieto venado salvaje de los pueblos...
a su instinto no obedece?

Este Canto es América - 268 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 285 - Este Canto es América
abrirán nuestras vidas como un álbum de cuero, Lágrimas de sangre arrancadas, arrancadas
y el agua cien mil veces lavadas por nuestros ojos de su alegría;
muertos, se deshará en sus manos. espejo vertiente de sus lágrimas
Y años sacrificados, amores, desalientos ¡retratad su cadáver!
(luna de cartón de los desesperados, Bañad todos en su gran ternura
humeantes alas de los que cayeron vuestro regazo.
vencidos, victoriosos)
se irán amarilleando como fotografías Con sus múltiples, poderosas manos,
que nadie entiende ni recuerda”. los acariciados;
con las alas de su corazón
Estamos vivos. Mira. Estamos vivos. La noche oscila y se los protegidos;
hunde, y es un arpón sonámbulo en la proa el canto de los ga- con la delicada tela de su pecho
llos. Tendida entre los ficus amanece la Calle de los que Nunca los abrigados;
Duermen, más larga que la sed. (Se sabe sin embargo que esta claman ahora,
calle da al mar, pues está escrito: alguien habrá de descender por con la doliente voz de las viudas tristes.
ella y sin tocar las puertas ni las olas ha de entrar y ha de entrar
hasta la muerte). Las nobles escogidas se han inclinado, juntas,
todas de luto,
La mañana resbala ya en los techos de la ciudad dormida. el Willaj Umu se ha vestido de su manto
Vaho de ron apaga ya el insomnio que ardió toda la noche como para el sacrificio.
un cirio en mi frente. Todos los hombres han desfilado
a sus tumbas.
Oye a donde tornan los ríos y los sueños:
detengan esta noche Mortalmente sufre su tristeza delirante,
para siempre. la Madre Reina;
Otros pies más hermosos andarán por nosotros. los ríos de sus lágrimas saltan
al amarillo cadáver.
Su rostro está yerto, inmóvil,
y su boca, (dice)
“¿A dónde te fuiste, perdiéndote
de mis ojos,

Este Canto es América - 284 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 269 - Este Canto es América
abandonando este mundo Soleado estaba el muro
en mi duelo; en donde todo viaje terminaba
eternamente desgarrándote, y en lima una ventana
de mi corazón?” era tarde de Abril.

Enriquecido con el oro del rescate Mi pie de reo


el español. recorría la casa con el último paso
Su horrible corazón por el poder devorado; oxidando los sitios.
empujándose unos a otros,
con ansias cada vez, cada vez más oscuras, Eras tú un navegante
fiera enfurecida. cuya mano de adiós
Les diste cuanto pidieron, los colmaste; alzaba un vaso en el Pireo
te asesinaron, sin embargo. y otro en Valparaíso.

Sus deseos hasta donde clamaron los henchiste Bien lo recuerdo.


tú sólo;
y muriendo en Cajamarca La sal de los caminos
te extinguiste. del muro a la ventana
de la ventana al muro.
Se ha acabado ya en tus venas
la sangre;
se ha apagado en tus ojos César Calvo
la luz;
en el fondo de la más intensa estrella ha caído Fragmento
tu mirar.
“Tan sólo la indulgencia podrá mirar mañana
Gime, sufre, camina, vuelve enloquecida, estos ciegos trajines, estos cuerpos que un césped invisible
tu alma, paloma, amada; defendió de la dicha, estos suelos manchados
delirante, delirante, llora, padece por el sol y el hastío.
tu corazón amado. Los hijos de los hijos, junto al fuego, bebiendo
apacibles licores,

Este Canto es América - 270 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 283 - Este Canto es América
Con mi cantata nocturna Con el martirio de la separación infinita
quiero perfumar la urna el corazón se rompe.
sacra de tu corazón,
y aquí tengo en la petaca, El límpido, resplandeciente trono de oro,
para incienso, mirra y laca y tu cuna;
que me ha prestado Fiansón. los vasos de oro, todo,
se repartieron.

Bajo extraño imperio, aglomerados los martirios,


Poesía Amiga y destruidos;
perplejos, extraviados, negada la memoria,
Poetas Peruanos y Españoles aparecidos solos;
en el Nº 13 de Poesía Amiga muerta la sombra que protege;
lloramos; sin tener a quién o a dónde volver,
Primavera argentina de 1965 estamos delirando.

¿Soportará tu corazón
Reynaldo Naranjo Inca,
nuestra errabunda vida
Los encuentros dispersada,
por el peligro sin cuento cercada, en manos ajenas,
(Canto II dedicado “Para Andreas, marino griego que conocí pisoteada?
en prisión”).
Tus ojos que como flechas de ventura herían
Yo recuerdo tu rostro. ábrelos;
Rostro el tuyo tus magnánimas manos
de pronto confundido extiéndelas;
entre habitantes y con esa visión fortalecidos
de extenuadas hogueras. despídenos.

Era Abril.

Este Canto es América - 282 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 271 - Este Canto es América
Cristalino río Leónidas Yerovi (1881-1917)

(Poesía quechua). Son letras de huaynos del acervo folclórico Nació en Lima en 1881 y fue asesinado en 1917 en esa misma
quechua. El huayno es la expresión más vital del sentimiento ciudad. Por su musa sentimental, retazona y zumbona, y su ha-
poético indio. Es verso, música y danza. Traducidos asímismo por lagüeño virtuosismo sonoro, tiene un lugar propio en la poesía
José María Arguedas se hallan en su libro Canciones y cuentos festiva nacional. Su obra poética se encierra en Poesías líricas
del pueblo quechua (Lima, 1940). (Lima, 1921).

Cristalino río Mandolinata


de los lambras,
lágrimas Titina, tina, tontina,
de los peces de oro, la de la voz argentina
llanto y el aliento de jazmín,
de los grandes precipicios. sal a tu ventana, ingrata,
y oye la mandolinata
Hondo río que te doy en el jardín.
de los bosques de tara,
el que se pierde Oye la trova que roba
en el recodo del abismo, con su dulcísima coba
el que grita la calma del corazón,
en el barranco donde tienen su guarida los loros. descorre la celosía
Lejano, lejano y acoge, princesa mía,
Río amado, los ecos de mi canción.
llévame
con mi joven amante Soy el bardo decadente
por en medio de las rocas de numen incandescente,
entre las nubes de lluvia. que ama sin saber a quién:
el de las japonerías
y ritmos y melodías
aprendidos a Rubén.

Este Canto es América - 272 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 281 - Este Canto es América
“Hijo, el pecho de los Blancos El Ischu está llorando
no se conmueve jamás”.
Cae la lluvia en las lomadas,
queda la escarcha en los pajonales.
José Santos Chocano (1875-1934) Pasa la lluvia, sacude el viento,
el ischu gotea el agua,
Nació en Lima y murió asesinado en Santiago de Chile. El gotea el agua limpia.
modernismo peruano tuvo en él su máxima figura.
¡El ischu está llorando!
¡Ay, cómo lloran los ojos en pueblo ajeno!
La quena Lloran los ojos como llora el ischu
cuando pasa la lluvia y sopla el viento.
No la flauta del dios, alegre avena
del bosque griego, en que trinar solía: Cuando sopla el viento el ischu se agacha,
es flauta cual paloma en agonía el ischu alto de las lomadas se agacha
la que en las noches de los Andes suena. cuando sopla el viento.
¡Ay, cómo se dobla el corazón en pueblo ajeno!
¡Cuán profundo lamento el de la quena! Como el ischu alto cuando sopla el viento.
La quena, en medio de la puna fría,
desenvuelve su larga melodía
más penetrante cuanto más serena. Juan de Arena (1839-1895)

Desgranando las perlas de su lloro, (Fragmento)


a veces hunde el musical lamento
en el hueco de un cántaro sonoro; Y corren a galope tras la gloria,
y la quieren coger por los cabellos,
y entonces finge, en la nocturna calma, mas la deidad esquiva se retira,
soplo del alma convertido en viento, y desde lejos con desdén los mira.
soplo del viento convertido en alma ...
Y así a pesar de su anhelo
muchos a un palmo del suelo

Este Canto es América - 280 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 273 - Este Canto es América
sólo se pueden alzar; mas ¿por qué me ves y lloras?
y otros con rápido vuelo ¿A qué regiones te vas?”
se elevan hasta tocar
“La injusta ley de los Blancos
las bóvedas inmortales, me arrebata del hogar:
por la sencilla razón voy al trabajo y al hambre,
que unos “golondrinas” son, voy a la mina fatal”.
y otros “águilas reales”.
“Tú que partes hoy en día,
dime ¿cuándo volverás?”
Carlos Germán Amegaza (1862-1906) “Cuando el llama de las punas
ame el desierto arenal”.
Nació en Lima en 1862, donde murió en 1906. Escribió teatro,
y poesía en la que hay muestras de delicada sensibilidad tal como “¿Cuándo el llama de las punas
el madrigal que en esta antología se incluye. Obras completas las arenas amará?”
(Lima, 1948). “Cuando el tigre de los bosques
beba en las aguas del mar”.
Ojos y cielo
“¿Cuándo el tigre de los bosques
La flor del tropical algodonero en los mares beberá?”
no es más blanca que tú, “Cuando del huevo de un cóndor
ni ante el cristal movible de tus ojos, nazca la sierpe mortal”.
el cielo es más azul.
El cielo... ¡todos hablan de este cielo!, “¿Cuándo del huevo de un cóndor
inspiración común, una sierpe nacerá?”
nada dice en favor de una belleza “Cuando el pecho de los Blancos
cuál la que tienes tú. se conmueva de piedad”.
Al cielo un claro sol presta sus rayos;
ya es negro, ya es azul... “¿Cuándo el pecho de los Blancos
En tus ojos no hay noche, ellos son astros, piadoso y tierno será?”
y al cielo de tu rostro le dan luz.

Este Canto es América - 274 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 279 - Este Canto es América
o el ojo de una tapada Hernán Velarde (1863-1935)
ceñida de saya y manto
que les infiltró el encanto Nació en Lima en 1863. Desempeñó diversos cargos diplomá-
turbador de su mirada, ticos. De su juventud datan, según su antólogo Ventura García
Calderón, las frescas y fáciles estampas de su Lima colonial.
si es que no armas las de Troya Cuadros costumbristas.
mulata de malos fines
perfumada con jazmines
y flores de chirimoya. Lima colonial
Relato de mi abuela

Miguel González Prada (1848-1918) Ni pararrayos ni tejas,


grandes casas con blasones,
Limeño, nacido en 1848. Fue uno de los grandes precursores artesonados balcones
del modernismo. Su poderosa personalidad de ensayista y pole- y celosías y rejas.
mista forjó su propia prosa, volcándose también en parte de sus
poemas. Curioso de lenguas y literaturas (romances, germánicas, Plaza con pila y canales
orientales), tradujo, imitó y adaptó sus creaciones. González Prada y palacio virreinal
es un innovador de metros y estrofas, y un sabio y original técnico y cabildo, catedral,
del verso. Murió en Lima en 1918. Son sus obras poéticas más covachuelas y portales.
importantes: Minúsculas (Lima, 1901); Exóticas (Lima, 1911).
Cien iglesias de amplios coros,
de torres gran profusión,
El Mitayo plaza de la Inquisición
y además plaza de toros.
“Hijo, parto; la mañana
reverbera en el volcán: Calles estrechas y largas,
dame el báculo de chonta, tres o cuatro o cinco escuelas,
las sandalias de jaguar”. barberos que sacan muelas
“Padre, tienes las sandalias, y aguadores con sus cargas.
tienes el báculo ya;

Este Canto es América - 278 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 275 - Este Canto es América
Hay verdugo y hay oidores practican los gallinazos
y cárcel y ayuntamiento servicios municipales.
y hoguera y horca y tormento
y tercianas y temblores. Cerca del Ayuntamiento
que está en la plaza mayor,
Gordos frailes mercedarios, se escucha de un surtidor
dominicanos ladinos, el continuado lamento,
y casuistas agustinos
y flacos hospitalarios. y a veces, en ciertos días,
se oyen cantados latines,
Hay también en la partida, son vísperas o maitines,
y la cosa es algo fuerte, rosarios o avemarías.
padres de la Buena Muerte
que son de la buena vida. No surge ningún rumor
que pueda causar sorpresa,
Gime el viento cuando hay viento, y si surge, es la calesa
las obras, inútilmente, del Virrey o un oidor,
marca lenta y tristemente
la esquila de algún convento. o la pesada carroza
del Marqués de la Ensenada;
Corre de oriente a poniente, esto es que no pasa nada
con caudal que es mucho o poco, o que no pasa gran cosa.
un torrente turbio y loco
que se pasa por un puente. Señores y señoritos
viven en la paz del alma;
Las casas tienen abiertas sólo perturban su calma
sus puertas de par en par, y encienden sus apetitos,
pero ni salir ni entrar
se ve por aquellas puertas. el magnífico jamón
aderezado y sin hueso
En las calles principales, que prepara ño Cerezo,
entre acequias y ribazos, o un buen pato o un capón.

Este Canto es América - 276 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 277 - Este Canto es América
Alejandro Romualdo

España en el fuego

El fuego está en el fuego,


como España en su lengua natural.
Si conjugo su luz es triste el tiempo...
Si conjugo su tiempo es cruel su luz.

El fuego está en el fuego,


como España en su sangre universal,
como España en su voz abrasadora,
como España en su fénix inmortal.

Hijos del hombre,


sobre vuestras cabezas cae su lengua
de furia,
arde su voz, cae su clavel colérico,
sube su voz, como una enredadera,
asciende, sube, crece, sigue creciendo, trepa
por el cielo,
y a la diestra de Dios
(y a la siniestra)
se coloca, se sienta, se eterniza.

Su corazón es un antiguo, rojo


instrumento musical de puro púlpito.
¡Es un viejo semáforo en peligro!
¡Es un fúnebre alto en la avanzada!
¡Es una hoguera en la señal del hombre!
¡Es dar un golpe a cada instante ausente!

Héctor D. Gatica - 289 - Este Canto es América


Cuarenta días y cuarenta golpes,
doliéndole el espacio acribillado,
a fuego lento hicieron sus monedas,
acuñaron con muerte sus monedas.
Y salió cruz
de cara contra el cielo!
Vieja madre por parte de la sangre,
vino a grandes latidos tú edad crítica.
Llameando llamo. Clamo. Te reclamo. SEGUNDA PARTE
Rujo y rasgo las sombra. Sangre y grito.
A ver si con mis gritos te ilumino
yo a ti. Que no das luz,
que no das cara
ni cruz. ¡Oh cruz de ti, clavada y viva!

¡Por qué me quemas, di, por qué


ardor en tu infierno! ¿Por qué con tu tamaño
universal,
me das en pleno
pecho, en pleno
espejo, en plena
imagen tuya?

Ya la muerte nació de tu ceniza.


Creció. Se reprodujo.
Volvió al fuego. Volvió
dejándote un fulgor en la palabra,
y un síntoma de sombra en el acento

Este Canto es América - 290 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 311 - Este Canto es América
aldea riojana de Villa Nidia, deja mucho. Y por cierto, de la más ESPAÑA
alta dignidad biográfica.
Al no poder viajar a España, donde teníamos tantos contactos
Ariel Ferraro. como para armar un número especial, incluimos aquí estos poetas
Radio Nacional, Córdoba, 4 de mayo de 1967. españoles.

Pere Ginferrer (3)


Barcelona

Periplos con Melville

Mucho tiempo ha pasado sin escribir poemas.


No era propicio el viento que en noviembre
de tafetán orinaba las esquinas.
Mucho he vivido, pero nunca
sentiré lo que entonces, recalando en Nantucket
mi osamenta y mis botas remendadas,
como el viejo Ismael, en las callejas
combatidas de trochas y tifones,
tanto tiempo hace ya, en esta ¿o en otra?-
Nantucket sumergido
en la luz ambarina del pasado y el mito.
Mucho viví, podéis creerme, pero
nunca supe de estrella
tan polar, de derrota
tan luminosamente perpetrada.
Hora es ya, viejo Herman,

  En carta del novelista Daniel Moyano (Madrid, 20 de febrero de 1987) nos


decía: “Un escritor español de quien publicaste cosas en Poesía Amiga, creo
que Pere Ginferrer, es ahora académico y famoso”.

Este Canto es América - 310 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 291 - Este Canto es América
de abandonar los cantos dorados de La Biblia americanas, para concretar en cada regreso de los mismos, núme-
y requerir arpones y cordajes. ros de carácter antológico que merecieron siempre una señalada
Pregón de los alisios, distinción de su cada vez más numerosa cantidad de lectores.
donde la cofa oteó a Levistán. Primero fue Uruguay, luego Chile, Paraguay y posteriormente
Singla, espira volante, Bolivia y Perú.
gallardete del mar y su alígera fronda, Críticos y estudiosos de alta solvencia de aquellas naciones
singla, que tras ti voy, como Tasbtego hermanas, tuvieron a su cargo la supervisión, el comentario y el
en el mástil que trunca el temporal. respaldo cotizado de estas entregas. Y todo ello, he aquí lo más
Mucho he vivido, mucho, pero nunca importante, sin subvenciones ni otro apoyo económico que no
como entonces, Nantucket, en tu rugoso mapa salino fuese el encendido fervor de su responsabilidad.
estriado de nombres y epopeyas, Sin embargo, luego de siete años de intensa brega y de crea-
cohorte de gaviotas más allá de este tiempo ciones excepcionalmente constructivas, debemos consignar que
que a ti regurgitóme, Poesía Amiga acaba de despedirse de los suyos.
sinrazón augural de las espumas, Urgido por otros nobles propósitos, el poeta Héctor David Ga-
Nantucket de tifón y eternidad. tica ha dejado su tierra por una larga temporada y ha decretado el
adiós definitivo de su boletín poético cada vez más difundido. No
hay convencimiento de que esta situación pueda remediarse.
Manuel Pacheco En verdad a nosotros nos entristece plenamente esta defección
Badajoz de Poesía Amiga, pero dentro de todo, y pese al irremediable
vacio que la misma genera para nuestra cultura y su haber limi-
Poema para nombrar a Panamá tadísimo, nos queda compensatoriamente el consuelo de que, tal
como sucede en otros órdenes de la existencia, con la cancelación
Ellos no dieron la vida por un pedazo de trapo. de muchas obras que nacieron y crecieron desgajando la preocu-
Ellos no dieron la vida por una tela pintada ondeando sobre pación, más noble del hombre, aquí también se da una muerte
un palo. digna y espléndida.
Ellos vieron un zapato gigante pisando las entrañas de su No es magnífico acaso aquello de que una desaparición así,
pueblo y gritaron: sea lamentada y llorada por poetas y escritores de indiscutible
Gritaron como piedras y el Dólar como un garfio bajó proyección ecuménica?
tanques de fuego sobre Pocas cotizaciones existenciales del hombre y su obra, se ele-
la piel del pueblo y una campana tocó a rojo rebato. van tanto como un buen recuerdo. Y claro está que esta Poesía
Panameños del alba Amiga, que viera la luz se proyectara desde la casi inadvertida
un poeta de España os da la mano.
Este Canto es América - 292 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 309 - Este Canto es América
Por espacio de varios años, la revista Alborada, fue una espe- Poema para nombrar al Brasil
cie de regalo bimensual que reflejaba las alternativas totales de
la vida sin milagros y a veces sin esperanza, de la tierra riojana Las Favelas.
del sur. Tanto en los ranchos humildes como en las casas de los Los yanquis han puesto sus manos sobre tu piel inmensa
poderosos, Alborada fue siempre recibida como un presente codi- para arrancar el oro de tus tierras.
ciado, único y carísimo, puesto que hablaba de todo y de todos. Y Extranjeros te comen,
porque era algo así como un denso libro de bitácora en el cual se el dólar es un cáncer que te chupa la entraña.
consignaban con la sabrosura de un idioma rural reconocible, los Brasilia es un esputo sobre el rostro de anemia de tus niños,
sucesos protagonizados por pobres o por ricos y más aún, porque el carnaval de Rio es como un grito de rebeldes caretas.
identificaba sus prédicas enjundiosas, con el acento de timbre más Suena el tan tan como el llanto de los niños en tus noches
accesible en el oído y el corazón lugareño. eternas
Pero Héctor David Gatica, antes que periodista era poeta, y y el pueblo muere de hambre en las Favelas!
sin perjuicio o menoscabo de su tarea de editar la revista ya nom- ¡Oh Brasil de miseria y de RIQUEZA!
brada, se le ocurrió que el mismo mimeógrafo heroico y servicial
de los ya añosos tirajes de Alborada podría servir también para
imprimir una revista poética. Y así nació esa otra gran aventura Francisco Lezcano
de amor que se denominó Poesía Amiga. Islas Canarias
Desde su lejano e increíble reducto de confín oculto de los
llanos de La Rioja, el poeta realizador se había convertido por Final
obra y gracia de su propia iniciativa, en una especie de novísimo
Orfeo, el cual, desde su misterioso palomar de oficios y elocu- TODO esto ha de terminar:
braciones, domesticaba y desparramaba hacia todas las latitudes La sombra y la sequía.
-primero del país y luego del mundo- sus blancas bandadas de Terminarán, sí, los días de hambre,
papel, ennegrecidas y dignificadas con el mensaje cotidiano de aquellos con un inacabable cero de sol a sol,
otros muchos soñadores. donde los niños se miran consternados
Al cabo de un año, Poesía Amiga había conseguido adquirir en la brillante palidez de sus padres.
para sus páginas la colaboración de connotados valores de la Y los padres ocultan las lágrimas
poética nacional, proyectándose hacia las principales ciudades en el fondo de sus platos vacíos;
del continente y también de España y Portugal. se buscan inútilmente
Y por si esto fuese poco, su director, ya vinculado con esos un poco de calor en el hueco de la mano.
centros, comenzó a viajar año tras año por las principales capitales Planto sobre tanto dolor
mi grano de trigo y mi martillo.
Este Canto es América - 308 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 293 - Este Canto es América
Dibuja conmigo sobre la tierra Y Héctor David Gatica, con poco tiempo de su tiempo, hizo
la geometría paralela: Los surcos; rápidamente suyos los pormenores de la preceptiva y los conven-
cunas donde nuestra esperanza recién nacida cionalismos usuales y difíciles del lenguaje gramatical. Es decir,
va depurando el aire todo lo que a veces este endiablado oficio de expresarse complica
con su aroma de niño nuevo. en desesperantes dificultades, le resultó a la postre accesible y
Al frente la mirada! Al frente el pecho! fácil, justamente tal vez porque llevaba dentro de sí esa sagrada
Florecerán nuevos tallos llama de lo difícil.
con sus raíces en el arado y en el yunque. Un día, un aparato sencillo pero prodigioso, un mimeógrafo,
Escucha el clamor que viene desde la montaña... como el niño que por primera vez observa la piedra imán, comenzó
Mira! que se acerca el reino, la luz del libro a subyugarlo, a golpearle insistentemente sobre el vértice del sue-
y de la tahona. ño, deslumbrándolo con la magia de incontables perspectivas.
Sal a la calle que el hombre está naciendo! A los pocos días, sin conocer las principales digitaciones de
“Gloria al hombre en la tierra aquel aparato multiplicador, estaba ya entregado de lleno a la en-
Paz para su buena voluntad”. tusiasta tarea de preparar con sus hermanos y un grupo de docen-
tes, la primera entrega de una revista que reflejara las vivencias,
hasta entonces ciertamente inéditas, de los hombres de su tierra,
Armando Rojo León (4) que transcribiera la alternativa del carnal y a la vez descarnado
Marruecos universo silvestre de esa su comarca penosa de arrieros, hacheros
y pastores donde la redondez de la tierra se debatía secularmente
Homenaje a Rafael Alberti (En su 60 aniversario) en la posibilidad de los más ásperos olvidos.
Así nació primeramente Alborada, aquella entrañable y cui-
Toda su luz de rama dadosa publicación consagrada a decir su mensaje de y para ese
el laurel en tu nombre. extraño mundo inmerso en el precario habitad de su páramo
Por el pan y la rosa luchas; tu verso lucha legendario y tal vez irremediable.
por el pan y la rosa, preciosos para el hombre. Acaso el mismo Gatica con las excelencias de su voz introverti-
Río eres del Canto ble, había tipificado la circunstancia exacta de su territorio, en ese
y por mis venas siento límpido poema de su autoría: «Vuelo par de pupilas desplegadas/
que amontonan su voz sobre la siesta/ masticando caminos./ Sobra
la fe del viento martirizando arenas/ por una lluvia lerda que no
  El poeta Rojo León nos pedía desde Marruecos (norte de Africa), le
publicáramos en Poesía Amiga este poema, con motivo de cumplirse el sesenta tiene palabras, / postergara limosna/ que clava las rodillas de un
aniversario del poeta Rafael Alberti, ya que en España no podía publicarlo sol excomulgado./ La tierra se abre heridas que ya no se desangran/
por la tiranía de Franco. y el instinto sin pasto muestra lunas de hueso».
Este Canto es América - 294 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 307 - Este Canto es América
REQUIEM PARA POESIA AMIGA fluir hermosamente el agua de tu Canto,
Del poeta Ariel Ferraro para Radio Nacional de Córdoba alzarme el pensamiento, besarme el sentimiento.
Río eres del Canto
-no se sabe tu afluente-
Poesía Amiga Se desborda en mi pecho tu caudal, oh alto río.
Requiem para una revista Con poderosa música entra en mí tu corriente
y tu voz llena España
No sólo los hombres que concluyen su ciclo terrestre, son los y un Continente llena.
únicos que merecen un requiem. Rio eres del Canto, y de España hasta América
También hay ciertas obras, de aquellas creadas a imagen y fluyó un día tu agua impetuosa y serena.
semejanza de algún sentimiento perdurable que, por haber sido Rio eres del Canto,
impulsados por la dinámica enjundiosa del corazón, se hacen y en tu voz se refleja
acreedores indiscutibles de palabras que traducen con sinceridad España iluminada de alfabetos y trigos.
acabada, la exégesis más encendida de un adiós entrañable. España joven, mientras otra España se aleja...
Hoy justamente pensamos hablar de estas cosas, porque nos En tu nombre de dulce
ha servido para ilustrar este sincero ejemplo que consignamos, arcángel una espada
todo cuanto deriva del pre-anuncio de cierre definitivo de una furiosamente ígnea vuela contra la noche
revista literaria. para vencer la sombra, para abrir la alborada.
Hace alrededor de siete años, en Villa Nidia, una modesta Y en la luz de tu frente
población rural en el confín paupérrimo de los llanos de la Rioja, la libertad culmina.
de la cual se olvidan muchas veces los cartógrafos más avezados, Esa luz de tu frente es la luz de mi frente.
un joven poeta lugareño que dio nombradía y promoción a su lar Volverá un día a España -lo sé- la golondrina,
insospechado, se entregó a la nobilísima tarea de instaurar una en sus alas trayendo
publicación que denominó Poesía Amiga. toda la primavera.
El padre y tutor de la iniciativa, que no era otro que Héctor Oye como en el tiempo se aproxima su vuelo
David Gatica, un autor de cuño original y prolífico que desde los que inundará de júbilo a toda España. Espera.
días de su infancia sintió sobre sí el violento imperativo de darse La más hermosa aurora
y comunicarse con sus semejantes. canta en tu Poesía,
Así fue como, en la soledad cómplice, y cordial de los monteci- la más hermosa aurora que en tu sien es desvelo
llos recoletos, o en la quietud profunda de las noches invariables, y con fe esperas siempre. Espera todavía.
nuestro rapsodia comenzaba a escribir sus primeras églogas. Se acabará la noche

Este Canto es América - 306 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 295 - Este Canto es América
larga que horror se nombra, Mirar.
noche llena de llanto y sangre donde un toro Cumplir hoy ese oficio tan profundo:
encadenado muge fieramente en la sombra. mirar, mirar el mundo,
Larga es la noche, larga... pensarlo, amarlo, amar, pensar, amar.
lento madura el Día,
pero su luz que esperas, inevitablemente Ver la colina; verla bien.
vendrá, la luz que es tuya y arde en la frente mía. El monte,
Se acabará la noche el camino, la tierra, la retama:
y saldrá el toro fiero, verlo... Ver la lección del horizonte
ya no furioso, dulce a beber hombre al alba... su sonrisa de llama.
Si aún vivo, en el gozo de ese día te espero.
¿Qué hace brillar la tarde? ¿El viejo puso
del tiempo? ¿La hora de oro? ¿La amistad apasionada
Luis Molina Santaolalla de la luz y los olmos? ¿El impulso
Madrid casi de tierra ya de la mirada?

Urgencia (Fragmento) Sentir el fondo de la edad; la lumbre


del ser junto a no ser.
Sería gran dolor que unos periódicos
cubrieran su cuerpecito destrozado, Ver la pasión severa de la cumbre.
en espera de un juez, también ausente, Emocionarse, sí: mirar y ver.
juzgando entre los muertos su delirio, Emocionarse ante esto que es tan breve
a través de agujeros en sus sienes. y que tanto se ama.
Sería una pena que ni eso,
un recuerdo en mármol, una lápida, Recordar al maestro aquí, frente a la nieve
pudieran decirnos, levemente: serena del sereno Guadarrama.
aquí yace tal o cual, o yace el otro,
con su nombre, sus años y su sexo.
Para ello, trabajad las horas extra
sepultureros gigantes de este mundo,
que urgen las tumbas, si la muerte llega

Este Canto es América - 296 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 305 - Este Canto es América
Siempre tu alegre Poesía Amiga perversamente, en tromba desatada.
rozando con sus alas mis tejados, Sería una pena que el cadáver
siempre tus viajes, tus andanzas todas menudo y amparado de una niña
como una lluvia fina acariciando. nos mirara fijo con sus glaucos ojos,
llamándonos, gritándonos, diciéndonos
Siempre el desvelo de tus años mozos asesinos, asesinos, ASESINOS,
convertidos en obra y en trabajo con voces rotas de horroroso eco
por ese corazón que late fresco en pavidez del terror introducido,
y el trajinante duende de tus manos. golpe de metralla, por sus huesos,
por sus blandos huesos de pureza,
A todos entregando la “Alborada” por su alba sonrisa destrozada.
riojana de tu sangre, de esos campos Sería una pena, lo estáis viendo,
que verso a verso vas lumbreando recio pero urgen las tumbas, si es que viene,
con esa luz tan tuya de milagro. a cubrirnos de oprobio, la vergüenza
de matar o morir, con desenfado.
Y cuando menos lo esperaba, llega No surgen tumbas que, ocultando el crimen,
-fiebre de gaucho herido por el canto- nos permitan fingir, cínicamente,
a sorprender mis pájaros de agosto que aún tenemos tranquila la conciencia.
tu reciente MEMORIA DE LOS LLANOS. Sería horrible tropezar al paso,
a cada instante, en el montón de huesos.

Félix Grande (6)


Francisco Sánchez Bautista
Recordar al maestro Murcia

Sentarse aquí, esta hora Carta desde la tierra (Fragmento)


de la tarde que abdica.
Sentir que la distancia se incorpora ..............................
dentro de la conciencia y ahí repica Si el león ha perdido su decoro,
a eternidad. dejadme que me abrace
a esta tierra, donde el caballo yace
  El poeta Félix Grande nos visitó en La Rioja, Argentina.

Este Canto es América - 304 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 297 - Este Canto es América
y desespera, de violento, el toro con unas “sandalias honradas” en cada pie.
mientras un cerco ensangrentado pace. Y Cristo vino a la tierra en forma de paloma
pero en su blanca voz traía la guerra,
Por estos andurriales preteridos la lucha responsable por la herida de todos,
a España se le ven muchos remiendos Cristo no creía en la felicidad del hombre,
al igual que no pocos descosidos, en la grasa oscura de la felicidad del hombre,
y otros males y achaques conocidos. en las campanas de plata de la felicidad del hombre
y por eso las “sandalias honradas” lo clavaron en forma de
............................. cruz.

En estos pedregales se agoniza Y el poeta pregunta quién puede ser feliz,


un poco cada día. podridamente feliz en el mundo fusilado de ahora,
Decid ¿con qué alegría en el mundo hambriento de ahora,
esperará quien siempre en la ceniza en el mundo apresado, laminado y rígido de ahora.
sus últimos recursos? La felicidad, señores, tiene color de porcelana de hombre,
Falta hacía de idea de hombres de porcelana,
-hace- apagar la sed y la agonía de cerebros de porcelana,
de esta tierra caliza. y de eructos-ladridos apaciguados por una copa de coñac.
Nacer el sufrimiento La felicidad tiene el color del cerdo
y morir de dolor definitivo durmiendo en el pantano el barro de la siesta.
en un exacerbado allanamiento;
pues vivir es trágicamente vivo,
y morir es caótico y violento. Adolfo Gustavo Pérez
Se rabia aquí la vida, no se vive. Gijón
¿Gozará de qué? Se desconoce el gozo.
La alegría es un pozo. Sr. D. Héctor David Gatica
Y en el agua se escribe La Rioja - Argentina
cuando tiene ribetes de alborozo.
El hombre clama, implora Querido amigo: siempre tu palabra
vida, trabajo, bienestar... acercándose a mi -a mi remanso-
Fatiga y en el dejando el sueño corpulento,
dilatado y seguro, de tus cantos.
Este Canto es América - 298 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 303 - Este Canto es América
Su naciente crepúsculo, su instinto miserable. vanamente a su afán a cada hora.
No yaces enterrada, el visionario estampido Su angustia corrobora
te hará salir del frente mejorada a su necesidad, que a tal le obliga.
al tumulto del mundo en tu heredad, mañana. Y aún no falta quien diga
Bajo nueva salud camina hacia adelante, que nunca se ha vivido como ahora.
por pan y libertad la aventura del pueblo. Oh, si prefiero
Jura ofrecer la vida a su boca de madre, el callar y sentir la quemadura
la martirizada extensión de la fe en la victoria, de esta rugosa piel de toro ibero,
España nuestra que es catedral del combate. de este león sumido en calentura.
Cuesta renunciaciones ser sincero.
Por eso vuelvo al campo, a la rutina,
Manuel Pacheco casi animal, de amar cuanto uno pisa.
Badajoz España es una esquina
incandescente.
Poema en forma de felicidad

La felicidad es como un cuarto de baño, Eduardo de la Rica


como un nacarado bidet, Cuenca
como la tasa de un retrete -color de traje de niño marinero
como los azulejos -color de ángel- cuando se anuncia el alba. Ballet
La felicidad tiene color de sexos limpios,
color de casa lujosamente limpia, Aunque soñando aún con la esperanza
color de corazones y riñones y cerebros limpios, de saberla colmada, apenas llega
la felicidad es como “una ramita de azucena” pierde furor la vertical del fuego
tocando unos ojos asombrados por el blancor del mundo. por la razón del mito y de la danza.
Y la felicidad tiene olor de estómagos llenos, Pierde rigor la llama, el viento avanza,
de habitaciones acondicionadas para que no se pudran los a las abiertas aguas se doblega,
pulmones, y el ritmo se suaviza porque luego
la tierra es lo que impone confianza.
de la mesa limpiamente dispuesta a calorías; Girar y perdurar, seguir la vía
la felicidad tiene la forma de un hombre grueso del agua remansada, todavía

Este Canto es América - 302 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 299 - Este Canto es América
en ámbitos de un viento misterioso. niegan la soldadesca que España necesita!
Del fuego chispas quedan; van bajando Antes estaba viva en su andanza habitable.
lentamente hasta el suelo para cuando Rebosaba grandeza desde su hidalgo espíritu.
deba alcanzarse el punto de reposo. Hoy la siento unificarse en sus límites
manejada por Dios contra viento y marea.
Por ofenderla la creo con rabiosa fidelidad,
Mario Angel Marrodan (5) por su noble causa de horizonte rojo,
Vizcaya por su fama insigne la conciencia negra le acongoja.
La imagen de la historia hoy hierve en lucha
Pan y libertad (Elegía Española) hacia la militante persecución
por estar encerrados en la noche,
En mi hoguera recóndita me avergüenzo de España, en una tumba o en el exilio.
de su viejo paisaje de imponente crecida, Retrocedo al laurel en que antes moraba
de la amargura estéril de su nombre. con un poema de paz sobre su lomo:
Me avergüenzo de amarla porque me está doliendo Cuando el sol iluminaba la meseta,
destruida por el terror y pequeña en la llaga, la diaria oración en las ciudades,
en cárcel abandonada y muerta por el poder. el rico tesoro de las regiones
Más apasionada que una agonía íntima (el andaluz sonajero, el castellano leal,
esta sublevación puesta al concierto de equis millones de el levantino marítimo, el galaico antiguo, el catalán
patriotas profundo,
entonando la canción española del martirio. el extremeño pobre, el vasco separatista).
Vencido se alza el nervio íbero de la raza Sobre esta piel de Iberia, águila asesinada,
porque sangra entrañable la nueva redención. amapola sangrienta, secreta sepultura,
Ahora que el pueblo español sueña con liberarse el defensor resiste a la ciudad terrestre, su ilustración y
organizándose en fraternal comunidad honor,
y con calmar la sed de sus aspiraciones. la peste vengadora defiende su bandera
Más vasallaje no cabe en esta tregua. derribada por pólvora de odio. ¡Arma de la victoria
¡Mi idolatrado infierno! ¡Oh mi alcoba maldita! machacada en las ruinas como un duelo de azotes!
¡Cuánto padezco heridas de esclavitud, en tanto Ahogo mi cruel pena del orgullo implacable
su tiniebla en los huesos! ¡Cuánto traidor, cobarde, ante el país cobarde que ha perdido la furia.
Oh semilla desierta, territorio tirano.
  Este poeta ha escrito más de doscientos libros.

Este Canto es América - 300 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 301 - Este Canto es América
Jorge de Lima
Brasil
Y así llegamos a 1938, año en que aparece Túnica inconsútil
que dos años más tarde recibiría el máximo galardón de la Aca-
demia de Letras; en este libro muere la madre-tierra, pero nace el
Jorge Amado
poema-prosa, de estilo bíblico, encontrando la forma sálmica que
enaltece la sonoridad. “En la noche cuando escribes”, pertenece
Capitanes de la arena
a esta obra:
Ahora comanda una brigada de choque formada por los Capi-
En la noche cuando escribes un poema cualquiera
tanes de la arena. Su destino ha cambiado, ahora todo es diferente.
sin sentir que lo escribes,
Intervienen en formaciones, en huelgas, en las luchas obreras. Su
mírate tu mano -tu mano no te pertenece más;
destino es otro. La lucha les cambió el destino. La organización
mira cómo parece un ala venida de lejos.
envió órdenes. Alberto debía quedarse con los Capitanes de la
Mira la luz poco a poco
arena y Pedro Bala debía ir a organizar a los Indios Maloqueiros
sale de entre sus dedos recurvados.
de Aracaju. Y que después continuase modificando el destino de
¡Mira la Gran Mano que sobre la tuya cae
los otros chicos abandonados de todo el país.
y la hace deslizar sobre el papel estrecho,
Pedro Bala entra en el depósito. La noche cubrió la ciudad. La
con el clamor silencioso de la sabiduría,
voz del negro canta desde el mar. La estrella de Dora brilla casi
con la suavidad del Cielo
tanto como la luna en el cielo más lindo del mundo. Pedro Bala
o con la dureza del Infierno!
entra y mira a los muchachos. Barandao se le acerca, ahora tiene
Si no lo crees, toca con la otra mano inactiva
quince años el negrito.
las llagas de la Mano que escribe.
Pedro Bala los observa. Están acostados, algunos ya duermen,
otros charlan, fuman, se ríen con la gran carcajada de los Capi-
tanes de la arena. Bala los reúne a todos y mantiene a Barandao
Augusto Federico Schmidt (1906)
junto a sí:
- Muchachos, yo me voy a ir, los voy a dejar. Yo me voy y
El posmodernismo
Barandao queda como jefe. Alberto va a venir siempre, ustedes
deben hacer lo que él les mande. Y oigan todos: Ahora Barandao
Mar desconhecido (1942), Poesías escolhidas (1946), y más
es el jefe.
recientemente Fonte invisível, marcan los pasos del autor por el
El negrito Barandao dice:
mismo camino emprendido en el anteriormente analizado: un fon-
- Muchachos, Pedro Bala se va. ¡Viva Pedro Bala!

Este Canto es América - 336 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 313 - Este Canto es América
Los puños cerrados de los Capitanes de la arena se levantan. Carlos Drummond de Andrade
- ¡Bala! ¡Bala! -gritan todos en la despedida.
Los gritos llenan la noche, acallan la voz del negro que canta En Permanencia, que ahora vamos a recordar, el poeta se
desde el mar, estremece el cielo estrellado y el corazón de Pedro. despoja de la curiosidad por todo aquello que vibra, para inter-
Los puños cerrados de los muchachos en alto. Las bocas gritando narse en la subjetividad de lo apenas revelado, o de lo imposible
al unísono como despedida al jefe: ¡Bala! ¡Bala! de revelar.
Barandao se pone al frente de todos. Es ahora el jefe. Pedro
Bala parece ser Volta Seca, el Sem-Pernas, el Gato, el Profesor, Ahora recuerdo uno, antes recordaba otro.
Pirulito, el Boa-Vida, Joao Grande y Dora, todos están entre ellos. Día vendrá en que ninguno será recordado.
Ahora su destino ha cambiado. La voz del negro desde el mar Entonces en el mismo olvido se fundirán.
canta el samba del Boa-Vida: Cumpliéndose en sí mismas, como ayer y siempre.
“Companheiros, vamos pra luta...”
Con los puños cerrados en alto, los muchachos saludan a Pedro Pues eterno es el amor que une y separa, eterno el fin
Bala, que se marcha para que también cambien los destinos de (Ya comenzara antes de ser) y somos eternos,
otros chicos. Barandao grita al frente de todos, es ahora el jefe. Frágiles, nebulosos, tartamudos, frustrados: eternos.
Desde lejos, Pedro Bala todavía ve a los Capitanes de la arena.
Bajo la luna, en un viejo depósito abandonado, levantan los brazos. Y el olvido todavía es memoria, y lagunas de sueño
Están de pie, su destino ha cambiado. Cierran en su negrura lo que amamos y fuimos un día,
En la noche misteriosa de las macumbas, los atabales resuenan O nunca fuimos, y que con todo arde en nosotros
como clarines de guerra. A la manera de la llama que duerme en la leña apilada en el
galpón.
De Capitanes de la arena
Esquema Histórico de la Literatura Brasileña Y Drummond de Andrade, el hombre cordial de palabra inci-
Hayde M. Jofré Barroso siva y personalidad impermeable, gloriosamente sólo, prosigue el
sendero que se señalara, ajeno a elogios interesados y a críticas
suspicacias, fijos los ojos en la única luz que le ilumina y guía
José de Anchieta en su rumbo: la seguridad de que la vida “es una orden. La vida
sola, sin mistificaciones...”
Literatura colonial ¡Y él se empeña en obedecerla!

Por sus justos méritos, el padre José de Anchieta prestigia este


período de la evolución literaria brasileña. Sacerdote obstinado y
Este Canto es América - 314 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 335 - Este Canto es América
estoico sacerdote, la de Egun con la de Nuestro Señor de Bonfim, ardoroso en el servicio de Cristo, era de aquellos que se necesi-
la del desesperado suicida con la del ángel-niño. taban en los duros tiempos en que le tocó actuar, que ilustraban
Estos matices particulares aparecen nuevamente en Estrela de con la palabra y convencían con el ejemplo, pero que eran capaces
Manha y la Lira dos cinqüenta anos, editados en 1936 y 1940, de defender con la espada los frutos de esa ilustración. Uníanse,
respectivamente. Polirrítmicos por excelencia, en ambos está pre- pues, en su equipaje, en un mismo afán de bien servir al Señor,
sente una actitud poética sin desfiguraciones, y los versos recorren las cuentas del rosario de la catequesis y el acero templado de
lentamente el camino que conduce a la sensibilidad del lector, con la defensa. Su figura noble es merecedora del afecto con que le
la naturalidad de una conversación entre amigos durante la que se evocan cuantos nacieron en la tierra a la que se adaptara con
intercambian las más íntimas confidencias, las menudencias del tanto amor, y en la que con su compasión fraternal intentó hacer
diario convivir, las insignificantes alternativas de la vida, que él olvidar que las bellas prédicas del sacerdocio, eran el vehículo que
sabe fútil y efímera; por eso nos dice en “Momento num café”: el soldado fiero y el traficante bárbaro usaban para la sumisión
de los pueblos.
Cuando el entierro pasó Nació en la isla de Tenerife el año 1530, de padres nobles y de
Los hombres que se hallaban en el café fortuna, no bien su edad lo permitió marchó a Coimbra.
Se descubrieron maquinalmente. El padre Anchieta vivió y sufrió entre sus “pobrecitos”, tenien-
do como modelo el resplandeciente ejemplo del Santo de Asís; y
Saludaban al muerto, distraídos. se alejó de los oropeles de la distante Lisboa que le reclamaba,
Todos estaban vueltos hacia la vida, para mejor gozar el curioso privilegio de compartir las miserias
Absortos en la vida. que le rodeaban.
Confiados en la vida. Si bien su obra fue tardíamente publicada, puede considerar-
se al padre Anchieta el iniciador de la literatura nacional. Sus
Sin embargo, uno se descubrió con un gesto amplio y lento escritos, destinados a los brasileños, conforman, sin embargo, la
Mirando el féretro largamente. primera fuente de información que Europa tuvo sobre el Brasil.
Este sabía que la vida es una agitación feroz y sin finalidad, ... ejemplo, modelo de fervor y de candorosa expresión, disculpa
la rudeza inconsciente de sus versos:
Que la vida es traición,
Y saludaba a la materia que pasaba Él nos da vida inmortal;
Liberta para siempre del alma extinta. Toda hambre humana nos quita;
Pues Dios en el mundo habita
Con luz pura.

Este Canto es América - 334 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 315 - Este Canto es América
Fuente de toda ventura - Pero esa es la ley de la vida -repuso Lentz-, ese es el destino
Todo por Él sublimado; fatal de este país.
No hay nadie ya desdichado - Nosotros renovaremos la nación, nos extenderemos sobre ella,
No hay pecar. la cubriremos con nuestros cuerpos blancos y la engrandecere-
mos para la eternidad. Esa vieja ciudad de Minas de que me has
Oh qué divino manjar: hablado, no me interesa; mis ojos se proyectan hacia el futuro;
Tiene todos los sabores... Porto de Cochoeiro tiene ahora mayor significación moral por la
Venid pobres pecadores fuerza de vida y de energía que en sí contienen, que los lugares
Al llamado. muertos de un país que va a extinguirse... Para decirlo con entera
franqueza, la civilización de esta tierra está en la inmigración de
los europeos, pero es preciso que cada uno de nosotros traiga la
Gregorio de Matos voluntad de gobernar y dirigir”.

Literatura barroca Y como si chocaran al artista los acordes desafinados de su


último libro, el 26 de enero de 1931 cerraba sus ojos en Río de
Poeta que salió al encuentro de su pueblo con el alma angus- Janeiro el escritor de la actividad constante y el conferencista de
tiada y corrompida, su obra es amarga y áspera porque refleja invencible poder de convicción; el orador de las memorables jor-
la época que vivió; alma confusa, se dejó inspirar a veces por nadas modernistas que arrollaron con su palabra, que sabía tener
Quevedo sin alcanzarlo nunca, mientras que, como bohemio y la cadencia de la melodía o la fuerza de un torrente; el hombre que
gran improvisador, volcó en hojas garabateadas la corrupción de permaneció inolvidable a todo lo largo de aquel período nacional
costumbres que veía (y a las que él mismo sucumbiera), dándolas a y literario que le tocó vivir, porque supo ser -al decir de Manuel
conocer en reuniones de amigos o en los antros de vida miserable Bandeira- el profesor de todos los entusiasmos.
por los que arrastraba su existencia bohemia.
Pero siempre justo, oportuno en el ataque, despiadado en las
descripciones que hace de los usos y costumbres de su tiempo,
como en su celebrada poesía “Aos costumes de Bahía”: Manuel Carneiro de Sousa Bandeira (1886)

De los beatos fingidos El modernismo


Cabizbajos, encogidos,
Dentro fatales manganos, Porque Manuel Bandeira es el alma del Brasil; un alma en
Por fuera cara de santos, la que se confunden la marchita de la prostituta junto con la del

Este Canto es América - 316 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 333 - Este Canto es América
Tristán de Athayde- “quizás cerró uno de los caminos de la poesía. Que hacen de vicios alarde...
Pues él fue, realmente, un poeta, un gran poeta, capaz de abrir ¡Dios me guarde!
caminos”.
Y quien hiere a la justicia
Y falsa virtud esquicia
José Pereira da Graca Aranha (1868-1931) Fingiéndose, delincuente,
Y castiga al inocente
El premodernismo Por un leve pensamiento
¡Lleve el viento!
Canaán

Este libro, publicado en 1922, de estética simbolista y tema Tomás A. Gonzaga


social, revela y estudia los graves problemas de la formación futura
del Brasil; enfrenta la ideología europea, violenta y batalladora, a El neoclasicismo
la americana que preconiza el amor en todas sus formas, y “en-
cara aquellos evangelios de progreso y ternura que creara Zola: Tomás A. Gonzaga, el valor más representativo de un momento
Fecundidad, Trabajo, Verdad y Justicia”. “Canaán” abre camino literario de protesta mental, es anillo de unión entre la literatura
a la novela de ideas; sus protagonistas, Milkau y Lentz, van des- colonial y el romanticismo, enlazando la cadena de la evolución
cifrando el misterio de la ideología del viejo continente frente a del pensamiento literario en el Brasil.
la corriente americana. Brillan en este libro de tesis, altos vuelos Así cantó Gonzaga a su amada:
poéticos, y asoman en él deliciosas descripciones de la naturaleza
tropical, aunque no siempre es así. El diestro Cupido un día
extrajo lindos colores
“Milkau remató su cuadro con algunas reflexiones: de frescos lirios y rosas,
- Me considero muy feliz por haber venido a tiempo para ver de jazmines y otras flores.
todo esto, porque dentro de no mucho tiempo todo este conjunto
de poesías, de tradición nacional, va a acabar. Con las más finas plumas
- Es verdad; siento con dolor que ya se acerca el desmorona- usa de una y de otra tinta,
miento de aquella ciudad circundada de colonias extranjeras, y en los ángulos de cobre
que la van estrechando hasta vencerla y transformarla un día sin a cuatro bellezas pinta.
misericordia.

Este Canto es América - 332 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 317 - Este Canto es América
Para hacer pensar a todos R aúl de Leoni R amos (1895-1926)
en su liso centro escribe
un letrero que pregunta: El neoparnasianismo
¿Este espacio, quién lo elige?
En casi treinta años de vida su inspiración alentó en una pro-
Venus, que vio la pintura, ducción ininterrumpida, que hoy nos encanta como antaño a su
y leyó la letra engañosa, generación, y sus poesías que marcan la trayectoria de su vida,
puso abajo: “Yo lo cedo; tienen en cada una de sus palabras -amorosamente colocadas,
dése a Marilia, la hermosa”. con el cuidado de un artista nato- el secreto de la intuición de la
brevedad de su vida.

Domingos José Goncalves de Magalhaes Jamás me olvidaré. Era criatura


Y en mi jardín de niño, al sol naciente,
El preromanticismo Sembré con esta mano ingenua y pura
Un magnífico almendro adolescente.
Domingos José Goncalves de Magalhaes es el iniciador de la
primera y más dura etapa de este momento luminoso de la litera- Era como una lírica aventura.
tura brasileña, el romanticismo al que impulsó desde París, ciudad Creció y, poco a poco, suavemente
en la que funda la revista “Niterói”, que tan señalados servicios Echó su rama a la pared de enfrente
prestaría a la cultura del país. Nacido el 13 de agosto de 1811 en Y la rama se hizo ancha y madura.
Río de Janeiro, en 1856 escribe su gran epopeya indianista, el
poema A confederacao dos Tamoios, cuyo valor acentúan las inte- Y desde entonces por la tierra entera,
resantes páginas de crítica polemista que inspirara, especialmente Todos los grandes árboles que en mis
a Alencar; intentando arrancarlos de ese clima de oposición, el Pensiles siembro de esperanzas llenos.
emperador, su generoso y liberal protector, llegó a escribir páginas
en su favor... Pero son innegables en la obra su elocuente patrio- Como el almendro de mi primavera,
tismo y su ternura; se engrandecía del poeta cuando a su fuego Florecen cometiendo este desliz
se unía el fervor del patriota, al que la raza y la tierra prestaban De dar su fruto al manzanar ajeno...
voces nuevas, como ocurre en el “Hino dos bravos”:
El 21 de noviembre de 1926 cerraba los ojos en Itaipava, una
Brasileños al arma corramos de las voces más sinceras de la poesía brasileña. Su muerte -dijo
Que hoy la patria afrentada nos llama;
Este Canto es América - 318 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 331 - Este Canto es América
el mundo, para ti, fue negro y duro. ¿No escucháis esos ecos terribles,
Esa fiera canción que rebrama?
Atravesaste en el silencio oscuro Torpe gente de sangre sedienta
la vida, atada a trágicos deberes, Arrogante nos hiere y afrenta:
Y llegaste al saber de altos saberes
Siempre volviendo, más sencilla y pura. ¡A las armas! Ardientes juremos
¡Que al feroz invasor venceremos!
No advirtió nadie el sentimiento inquieto, Defendiendo este suelo sagrado,
Herido, oculto, aterrador, secreto, Con valor, al luchar contra esclavos,
Que en el corazón te apuñaló el mundo. Que hombres somos, y libres y bravos;
¡Tiemblen ellos al vernos unidos
Mas yo que siempre te seguí los pasos, A vencer o morir decididos!
Sé qué Cruz infernal ciñó tus brazos
¡Y cómo tu suspiro fue profundo...!
Antonio Goncalves Díaz
Él, a semejanza de Goethe, que en el siglo XVI tratara de in-
troducir el horror por las formas concretas, creó un estilo agudo El romanticismo
por su emoción y valiente por la honestidad con que expresaba
sus sentimientos, donde naufragaba el poeta frente a la presencia Nacido en Boa Vista, estado de Maranhao, el 10 de agosto de
agrandada del hombre; pero los críticos de su momento, ciegos 1823, desde sus primeros años de poeta su personalidad es tan
a su valor, ridiculizaron e ignoraron deliberadamente al artista, perturbadora que llegan a sufrir su influencia los autores más
que hoy resulta vencedor del tiempo y la injusticia. extraños, como en el caso de Machado de Assís; primera figura
......................................................................................................... poética integral del país, él marca toda la producción románti-
Su obra es el triunfo de la fidelidad a sus propios sueños... y ca que le continúa, siendo la gran puerta por la que se entra al
ellos, la ambición de un mundo mejor, en que hombres y mujeres nacionalismo romántico, por sus poesías que recuperan el color
más generosos, unidos en absoluta comprensión, se aliaran en la brasileño, y correspondiéndose con Alencar en la prosa.
creación de un arte noble; esa misma comprensión que él, pobre Hijo de un rico comerciante portugués, refugiado en los al-
poeta negro, despreciado y humillado en toda su existencia, jamás rededores de la ciudad de Caxais con él y su amante brasileña,
pudo alcanzar para sí. nadie presenta tan racionalmente como él un fenómeno nacional,
corriendo por sus venas sangre india, portuguesa y africana; el
choque entre Brasil y Portugal que existía en su sangre, le mar-

Este Canto es América - 330 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 319 - Este Canto es América
ca con un profundo complejo de inferioridad, exagerado por el Joao de Cruz E. Sousa
carácter ilegal que revestía la unión de su padre con una pobre
mujer casi esclava. El simbolismo
Su poesía más popular es “Cancao do exilio”, pequeño poema
simple y sin pretensiones que, no obstante, alcanzó un prestigio El destino no permitió que fuera concebido en la tranquila
nunca alcanzado por composiciones similares; admira en ella su tibieza de un lugar dichoso, ni que debiera la vida a un vientre
delicada musicalidad y la emoción natural, que la hacen inolvi- libre; por el contrario, le arrojaría al ministerio de la existencia
dable: desde la desesperanzada humildad de su sino un vientre esclavo;
en su piel estarían presentes las células de infelicidades milena-
Mi tierra tiene palmeras rias, y desde su cuna serían sus eternas compañeras de rumbo la
En donde canta el sabiá; privación de una paternidad legítima, y la atmósfera doliente que
Las aves de aquí gorjean, envuelve a su raza cautiva.
No gorjean como allá. En 1885 publica Tropos e fantasías, opúsculo en prosa, y casi
a fines del mismo año edita en su ciudad el diario que será su
Nuestro cielo tiene más estrellas, campana de alarma y portavoz en la campaña abolicionista, “O
Nuestros prados tienen más flores, moleque”. Definitivamente establecido en Río, en 1891 y colabo-
Nuestros bosques tienen más vidas, rando en diversas publicaciones de la capital, a poco debió huir
Nuestra vida más amores. a Buenos Aires para protegerse de las venganzas, por su parti-
cipación en la revolución de 1893; recién a su regreso adornará
En pensar noches enteras, su hogar y embellecerá su vida con el perfume de su “tenebroso
Más placer encuentro allá; lirio”, como ha de llamar a la mujer que compartirá su vida, negra
Mi tierra tiene palmeras como él... ¡cómo él hija de esclavos!
En donde canta el sabiá. Poco habría de saborear las dulzuras de su nueva vida, porque
la fiel compañera caerá imprevistamente, víctima por la demen-
Mi tierra tiene primores, cia, en el hogar enfermo y miserable, junto al hijo tuberculoso;
Que no es dado hallar acá; le dejó, sin embargo, antes de la partida final, la inspiración para
En pensar -sólo, en la noche- ese epitafio genial que es “Vida obscura”:
Más placer encuentro allá;
Mi tierra tiene palmeras, Nadie entendió su éxtasis oscuro,
En donde canta el sabiá. ¡Oh, ser humilde en medio a humildes seres!
Ebrio y atontado, entre placeres

Este Canto es América - 320 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 329 - Este Canto es América
híper-emotivo que fue Euclides da Cunha. Anti idealista, ¿con qué No permita Dios que muera,
seguridad, con qué vigor no sería capaz de reflejar el doloroso Sin que yo retorne allá,
paisaje espiritual del Brasil? Por lo mismo era un sociólogo na- Sin que aviste el aura buena
cionalista, sí, pero carente de prejuicios, atacaba los problemas de Que no encuentro por acá;
frente, no ilusionándose con disfraces, posibilitando la aparición Sin que aviste las palmeras
de un documento del que están ausentes preciosismo ficticios, En donde canta el sabiá.
imaginosos detalles o episodios idealizados; con él nacía un re-
gionalismo auténtico, casi fotográfico. Goncalves Díaz es el eslabón que une la primera y la segunda
Es en la tercera parte donde da Cunha despliega con sin igual generación romántica; la obra de nuestro poeta, que como Shelley
maestría todos los recursos de su talento de escritor y de celoso murió en el mar, inspiró para siempre la poesía nacionalista.
patriota, y donde su apelación se hace más trágicamente apasio- Luis Delfino Dos Santos (1834-1910), recorriendo en su vida
nada; así nos dice finalmente el libro: las etapas románticas, parnasiana y simbolista, sin abdicar nunca
totalmente de la primera, es una de las figuras más importante de
“Cayó el arrabal del día 5. El día 6 se acabó de este período; sus numerosas poesías dispersas; fueron reunidas
destruirlo, echando abajo todas sus casas: cinco mil después de su muerte.
doscientas, cuidadosamente contadas...” El bahiano Luis Gonzaga Pinto da Gama (1830-1882), de
“Antes, en el amanecer de ese día, una comisión es- escurridizo esclavo pasó a servidor de la poesía abolicionista, y
cogida de exprofeso, descubrió el cadáver de Antonio destacado cultor de la sátira.
Consejero. Yacía en una de las taperas cercanas a los Pedro Luis Pereira de Sousa (1839-1884), impetuoso orador,
refugios, y fue encontrado gracias a la indicación de fue autor de discursos políticos en verso, que conocieron el halago
un prisionero. Removida una breve camada de tierra, del éxito popular.
apareció en el triste sudario de una sábana inmunda, A su vez Narcisa Amalia de Oliveira Campos (1852-1924)
en la que manos piadosas habían esparcido algunas es la única voz femenina del grupo, emancipada durante este
flores marchitas, y reposaba sobre una estera vieja, de período para decir con emoción su inspiración de reivindicación
tabla, el cuerpo del ardiente y bárbaro agitador”. humana.
“Estaba hediondo. Envuelto en el viejo hábito azul
de brin americano, las manos cruzadas sobre el pecho,
el rostro tumefacto y escuálido, los ojos hondos llenos Antonio de Castro Alves
de tierra; mal lo reconocieron los que más de cerca lo
habían tratado durante su vida”. Y a los que le reprochan el abuso de la licencia poética, el tono
grandilocuente, las desmesuradas proporciones de su sensibilidad,

Este Canto es América - 328 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 321 - Este Canto es América
o las concesiones hechas al gusto del público, puede recordárseles poética. La poesía de Bilac tiene mucho del donaire renacentista
que no hubo tiempo para ser perfecto en su corta vida. español e italiano, y del exotismo de Baudelaire, con algo del
Sus extraordinarios paneles sobre los esclavos fueron reali- hechizo de Heredia.
zados con la idea de reunirlos, más tarde, en un gran poema que “Ouvir estérlas” es una de las poesías que más se han popu-
llevaría el nombre de Os escravos, y que incluiría dos de sus ex- larizado:
presiones más logradas, “Vozes d’Africa”, y “Navío negreiro”; la
primera de ellas, soberbia oración dirigida por el continente negro “¡Oir estrellas! -me diréis- por cierto
a Dios, reviste las características de un apóstrofe, a veces, y de una Perdiste el seso”. Yo os diré, entretanto,
súplica embebida en lágrimas, otras. Por su parte, “Navío negrei- Que, a veces para oírlas me despierto
ro” (también llamada “Tragédia no mar”), mezcla de imploración Y abro ventanas, pálido de espanto.
a la compasión humana, y a la justicia divina, es una evocación
de los padecimientos sufridos por los esclavos durante la travesía ¡Todas las noches conversamos tanto!
desde el África hasta Brasil, amontonados en las bodegas de los La Vía Láctea, como un palio abierto
navíos que los transportaban, encadenados: Brilla. Al amanecer brota mi llanto
Que aún las busca en el cielo ya desierto.
Era un sueño dantesco. Un remolino
Que en las lucernas luce rojizo Diréis ahora: “Trastornado amigo,
¡Como de la sangre un mar! ¿Qué les conversas? Tiene qué sentido
Trinar de fierros, rechasquear de azotes; ¿Lo que dicen cuando están contigo?”
Legiones de carbón, de monigotes
Que hace al látigo danzar. Y yo os diré: “amad para entenderlas;
Sólo quien ama es, buen amigo,
Negras mujeres, los caídos senos ¡Capaz de oír y entender estrellas!”
De magras criaturas negras, llenos,
Que lloran por beber;
Otras, mozas, desnudas, espantadas, Euclides de Cunha
En el turbión de espectros arrastradas,
El llanto hace correr. El impresionismo

Libro hecho de capítulos negros el de la esclavitud; pero Estilo y asunto -firme y reseco- se confunden, como buscando
de entre todos el que alcanza tintes más sombríos fue el de la ser la válvula de escape a las insatisfacciones y ansiedades de ese

Este Canto es América - 322 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 327 - Este Canto es América
se transformaban en conchas de nácar por el suelo, prostitución de las esclavas, y que hasta hoy acapara al lente del
mustios, expirando en el ambiente el alma libre del investigador y a la pluma del reportero. Promotores de ese co-
aroma”. mercio bochornoso fueron los señores de la época, ambiciosos sin
“Nosotros, arrodillados, resentidos de la influen- escrúpulos, que no podían permitir que la mercancía adquirida
cia moral del escenario, orábamos sinceramente. No los beneficiase solamente con el trabajo de sus brazos en las duras
había mucho mal a coger en los corazones de aquella tareas del hogar patriarcal, o con el sudor derramado en los surcos
juventud en ese instante, reposando en la tregua de del campo; también habían de beneficiarse con el infame comercio
la oración de las miserias de la hora común. Yo no de sus cuerpos, allí, en los sucios burdeles de la época, en que se
miraba hacia el altar. Allá estaba, rica en el trono arrastraba a las infieles a llorar el único bien que les restaba, su
iluminado bajo tres órdenes de palmas, la imagen de propio pudor. Patentizando tan atroz delirio -verdadero asesinato
N. S. de la Inmaculada Concepción; ciñendo su frente de conciencias y de sentimientos en el encanallado transcurrir de
la corona de plata donde se engastaba la pedrería y su cada noche- Castro Alves nos hace llegar su grito de repudio en A
reflejo de luces. Mi constricción, mi canto, pertene- cachoeira de Paulo Afonso, historia de dos esclavos, Lucas y su
cían a Santa Rosalía, la querida estampa sencilla que novia María, violentada por el hijo del amo y de quien el infeliz
yo traía adentro de mi nebulosa de brin, que oprimía no puede vengarse, ante la revelación de su madre de que ambos
con la mano contra el pecho, exacerbando el éxtasis son hijos del mismo hombre.
de la fe por el magnetismo del santo contacto”. De esta obra, que nos revela a Castro Alves como el tierno
enamorado del paisaje, el realista pintor de las visiones de la
naturaleza, y el poeta de la sugestión, dijo el profesor George Le
Olavo Braz Martins dos Guimaráes Bilac Gentil en la Sorbona, allá por 1922, que era, junto con La cabaña
del tío Tom de Beecher Stowe, la mayor contribución de América
El parnasianismo a la literatura antiesclavista.

Bilac fue periodista: sus fuerzas, su tiempo y sus sentimientos


hicieron de él el más completo hombre de prensa del parnasia- Machado de Assis
nismo.
Muy joven aún, Olavo Braz Martins dos Guimaráes Bilac, La reacción antiromántica
ingresó a la Facultad de Medicina por permiso especial del em-
perador; pero la musa que le visitaba en sueños era más poderosa ... apartarse de la realidad, es la invención de un realismo li-
que la sombra de Hipócrates, y por encima de la severidad de los terario más intenso que el de su vida; la primera de sus novelas,
tratados, sus ojos soñadores volaban hacia su precoz producción Helena, aparecida en 1876 y de cuño romántico, a pesar de la

Este Canto es América - 326 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 323 - Este Canto es América
permanente adhesión del público no da idea de la verdadera talla R aúl D’Avila Pompéia (1863)
del autor, que sólo aflora en 1878, con Iaiá Garcia.
A partir de 1880 el escritor cubre triunfalmente la literatura El naturalismo
continental, con la aparición de la trilogía máxima de la prosa
brasileña: Memórias póstumas de Braz Cubas, Quincas Borba, Aparecido en “Gazeta de Noticias” y luego impreso como
y Dom Casmurro. En estas novelas el paisaje aletea débilmente, libro, este trazado de un fenómeno duplo (la adolescencia en lo
oculto por el estilo que le dicta su sensibilidad de introvertido, y psicológico, y la escuela en lo social) es el primer esfuerzo de esta
sus ardides inteligentes de monologuista que no dice, apenas si índole realizado en el país, plasmado magistralmente los rasgos
insinúa, permitiendo el ejercicio mental del lector. más destacados del colegio como institución, de su director, y de
los fenómenos interiores del adolescente, surgen escenas (el des-
“Así, pues, lo que parecía voluntad imperiosa se pertar del sexo, el trabajo de las aulas, las rivalidades del grupo,
reducía a veleidad pura, y con algunas horas de in- la aparición de las primeras señales vocacionales...) que revelan
tervalo, todos los malos pensamientos se recogieron al auténtico escritor, que rivaliza sin perjuicio con los mejores
a sus alcobas. Si me preguntáis por algún remordi- descriptivos del mundo infantil, y que sabe otorgar a los pasajes
miento de Sofía, no sé qué deciros. Hay una escala más crudos el matiz de poesía necesaria para suavizarlos.
de resentimiento y de reprobación. No es sólo en las
acciones que la conciencia pasa gradualmente de la “Iban a comenzar los himnos de la mañana en el
novedad a la costumbre, y del temor a la indiferencia. oratorio del Ateneo. Benditos momentos de constric-
Los simples pecados de pensamiento están sujetos ción y ternura, en que a la disposición venturosa del
a esa misma alteración, y el uso de cuidar de estas cuerpo después del baño, se unía el recogimiento de
cosas nos afecciona tanto a ellas que, finalmente, ese la poesía cristiana en el magnífico salón, guardando
espíritu no las extraña ni la repele. Y en estos casos, aún, como los vapores matinales de los acantilados,
existe siempre un refugio moral en la extensión ex- las últimas sombras de la noche por entre los encres-
terior que es, en otros términos más explicativos, el pados revoques”.
cuerpo sin mácula”. “El sol venía a la capilla filtrándose desde afuera
por los vidrios, blandos aún del despertar naciente,
frescos de la toilette de la aurora, con miedo de entrar
rojo de vergüenza por no rezar, ¡pobre astro ateo! Por
las abiertas ventanas desparramábanse hacia adentro
frondosas ramas del jazminero, como una invasión
de la floresta; y los jazmines de la víspera, cansados,

Este Canto es América - 324 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 325 - Este Canto es América
y se queda conmigo por poemas enteros, do humano, atardecido en una nostalgia infinita, un instrumento
gorjeo tras gorjeo, sabiamente manejado -el paisaje-, y una permanente altivez que
palabra tras palabra. ni la consecuente idea de la muerte consigue hacer descender
Yo contemplo en silencio su afable llamarada un solo grado. Y en el interrogante inquietante de la vida, la
cuando con devoción anida entre mis versos turbia obsesión de lo fatal, las ansias latentes que no le dejan y
y permanece quieto la alucinación del mar y de la noche, la voz del poeta del lirismo
mirándome, nocturno, se va apagando...
mirándome,
como queriendo ver si también tengo alas. Deseo de no ser héroe ni poeta
Deseo de no ser sino feliz y plácido.
Deseo de amores castos y sin sombra
De sobremesas en hogares simples.
Rumbera
Deseo calmo de cántaros con agua fresca
Morena, la rumba tiene De flores eternas en vasos verdes.
lo que busca tu cadera, Deseo de hijos creciendo vivos y sorprendentes
óyela cerca, ya viene Deseo de vestidos de lino azul para la esposa amada.
enredada en la candela.
¡Oh! no las tentaculares embestidas hacia lo alto
Revulú pa tu cintura Y el tedio de las ciudades sacrificadas.
es el bum bum de la rumba, Deseo de integración en lo cotidiano.
oye que viene la rumba,
¡suelta tu cuerpo, rumbera! Deseo de pasar en silencio, sin brillo
Y desaparecer en Dios -con poco sufrimiento
Caliente, Petra, caliente, Y con ternura del que no atormentó la vida.
la cosa se desenfrenta,
y en el fuego de tu vientre Así habla el poeta en “Momento”. Queda en pie su coloquio con
el mismo fuego se quema. Dios, revestido de austera dignidad, dejándole perdido en medio
de la soberana grandeza, como aquella estrella que él avista en
¡Caramba!, en las piernas locas su último libro, imágenes de desesperación sin forma.
la tormenta se desata,

Este Canto es América - 360 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 337 - Este Canto es América
Conclusión Pero no consigue
Apagarte los labios:
Consagrados a la elaboración de un arte directo cuyos pies
permanecen unidos a la estructura nacional, y sus ojos pierden Tu sonrisa se adelanta triunfadora,
sus miradas hacia un promisorio paisaje universal, aclimatados Quemándose y quemando
a tiempo y espacio, y con la llave inapreciable que es la propia -lluvia arriba-
valoración, dejamos ahora a los hombres de letras del Brasil en- Todas las aguas del cielo
tregados a su trascendental menester. Y el cielo mismo.
En las feroces tierras que se extienden desde las Guayanas
hasta el Uruguay, y desde el Atlántico hasta las fronteras frater-
nales, artistas natos sueñan, trabajan y luchan para extender los Antonio Preciado
límites del arte y alcanzar a todos sus beneficios. Encerrados en
sus templos de trabajo, estos sacerdotes incansables de una sola
religión, nos entregan en cada creación su mejor creación.

Haydee M. Jofre Barroso (1959)


De Esquema histórico de la literatura brasileña.

Jorge de Lima (1895)

Esa negra Fuló Antonio


Preciado, en
Cosquín.
Un día llegar se vió
(de esto hace ya mucho tiempo)
al barracón de mi abuelo
a una negritilla linda Poema con pájaro rojo
nombrada negra Fuló.
Ya está de nuevo aquí
Essa negra Fuló. el pájaro de fuego
Essa negra Fuló. que viene por las tardes cuando escribo

Este Canto es América - 338 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 359 - Este Canto es América
estar...
hasta que nos despierten ¡Oh, Fuló! ¡Oh, Fuló!
con un golpe en el alma. (Habla y habla la Señá)
- Ven a tenderme la cama,
corre a peinarme después;
David Ledesma Vázquez Y ayúdame a desvestirme
que tengo prisa, Fuló.
Oración de octubre
Essa negra Fuló.
Concédeme -oh, cerebro- los cielos del olvido, Essa negra Fuló.
esa gracia severa
de no pedir, de no esperar ya nada; Esa negrita Fuló
para que así pueda mirar un día de mucama se quedó
la dulce luz de los momentos idos pa’ almidonarle la ropa
la inquietud de las cosas no logradas y pa’ plancharle al Señor.
con la serena paz de quien no ansía
sino tomar los dones sencillos de la vida: Essa negra Fuló.
un pan... una canción... una mujer... Essa negra Fuló.

Para que alguien cante alguna vez, ¡Oh, Fuló! ¡Oh, Fuló!
desde mi corazón, simple y robusto, (Así llama la Señá)
esa antigua canción que dice así: - Ven a ayudarme, Fuló,
“Bendito sea el corazón del Hombre ven para que me abaniques,
que guarda sólo memoria de lo grato”. que estoy sudando, Fuló.
Ven a mecerme la hamaca,
ven a rascarme el piojito,
César Dávila Torres inventa un cuento bonito
para dormirme, Fuló.
Mujer bajo la lluvia
Essa negra Fuló.
Llueve y el agua te besa
La cara,
Este Canto es América - 358 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 339 - Este Canto es América
“Era, Niña, una princesa Cada día es un viaje de ida y vuelta
que vivía en un castillo hacia ninguna parte, hacia la noche.
y que tenía un vestido
bordado con pececillos De Transformaciones
y con perlas de la mar.
Entró en la pata de un pato,
salió del guineo pinto. Ana María Iza
El Rey Señor me mandó
que sólo cuente hasta cinco”. Fórmula

Essa negra Fuló. Para soñar:


Essa negra Fuló. no hay que pedir permiso,
ni clamar,
¡Oh, Fuló! ¡Oh, Fuló! ni humillarse,
(Habla siempre la Señá, ni pintarse la boca;
llamando a negra Fuló.) basta entornar los ojos
- ¿Dónde está el pomo de esencia y sentirse distante.
que tu señor me mandó? Tal vez sueñe la noche
Fuiste tú quien lo robo, que deja de ser noche;
fuiste tú, negra Fuló. los peces en ser barcos
los barcos en ser peces
Essa negra Fuló. y en ser cristal el agua.
Essa negra Fuló. Soñar...
es cosa simple;
El señor buscó a la negra no cobran un centavo,
con el fuerte del mayor. basta dar las espaldas
Ella se quitó la ropa a las horas que pasan
y el señor dice: ¡Fuló! y taparse el dolor,
(La vista se le nubló los oídos,
y todo en torno es oscuro los ojos,
más que la misma Fuló.) y así estar,

Este Canto es América - 340 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 357 - Este Canto es América
Jorge Carrera Andrade Essa negra Fuló.
Essa negra Fuló.
Transformaciones
¡Oh, Fuló! ¡Oh, Fuló!
Mi trabajo se trueca en dos ventanas (Vuelve a decir la Señá.)
a la calle, en diez metros de terreno, - Tráeme el pañuelo de encaje
en un plato de luna cada noche y el broche... y el cinturón.
y un bostezo de cántaros vacíos. ¿Dónde está el broche de oro
que Nuestro Señor me dio?
Todos los días para mí son lunes; Ya sé quién se lo robo
siempre recomenzar, pasos en círculo ¡Tú misma, negra Fuló!
en torno de mí mismo, en los diez metros
de mí alquilada tumba con ventanas. Essa negra Fuló.
Essa negra Fuló.
El mundo abandoné por una silla
eterna donde cumplo El amo fue a castigar
mi trabajo de abeja y de fantasma él mismito a la Fuló.
que cambia los suspiros en monedas Ella se quitó la saya
y se zafó el camisón.
para comprar el sol cada domingo Brilló la carne desnuda
y guardar mi país en un armario, de la negrita Fuló.
encontrar el amor en la escalera,
oponer un paraguas al relámpago. Essa negra Fuló.
Essa negra Fuló.
Mi trabajo se trueca en una calle
vendedora de rostros por hilera, ¡Oh, Fuló! ¡Oh, Fuló!
entre casas que saben de memoria ¿En dónde está tu Señor
el calor de las ropas y las nubes. si... el señor que es mi señor
que Nuestro Señor me dio?
Inspector de ventanas Ya sé quién se lo robo:
me pierdo por la calle de los signos: ¡Tú también, negra Fuló!

Este Canto es América - 356 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 341 - Este Canto es América
Essa negra Fuló. Ileana Espinel
Essa negra Fuló.
Recado casi póstumo para César Vallejo

Vinicus de Moraes “No sé para quién es esta amargura!”


César Vallejo
Isla del gobernador
Hoy que me muero de vivir y el peso
Esos ruidos dentro del mar invisible son barcos que pasan del frío teje red hospitalaria
Ese ei-ou que permanece en mis oídos son los pescadores para mi calentura sedentaria
olvidados vuelvo a verte en el pueblo de mi beso.
Que vienen remando bajo el peso de grandes tristezas.
Vienen de lejos y murmurando desaparecen en la quieta Hoy que me muero de vivir, regreso
oscuridad. a tu choza purísima de paria
¿De dónde llega esa voz que canta a la juventud tranquila? donde yace tu furia legendaria,
¿De dónde sale ese sonido del piano antiguo soñando la clamando por el aire de tu beso.
“Berceuse”?
¿Por qué vinieron los grandes carros derramando cal Hoy que acabo de morir, amigo,
en el barro mojado? camarada del llanto y del castigo,
Los ojos de Susana eran dulces pero Eli tenía lindos senos llaga multiplicada en mi pellejo,
Yo sufría junto a Susana; ella era la contemplación
de las largas tardes. sangro el gemido de mi faz de feria
Eli era el beso ardiente sobre la arena húmeda. con mis uñas pintadas de miseria
Yo me miraba hora y hora en el espejo. y de amor por tu rota luz. Vallejo.
Un día ordené: “Susana, olvídame, no soy digno de ti.
Siempre tuyo...”
Después Eli y yo nos fuimos caminando... ella temblaba en
mi brazo
Yo temblaba en el brazo de ella, los senos de ella temblaban
La noche temblaba en los ei-ou de los pescadores...

Este Canto es América - 342 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 355 - Este Canto es América
el pecho firme de asfalto Mis amigos se llamaban Mario y Quincas, eran humildes
la carne canela tibia nada sabían
y el corazón con ardor Con ellos aprendí a hachar leña y buscar caracolas sonoras
de hierro en la llama viva! en el mar profundo
Conmigo ellos aprendieron a conquistar jóvenes playeras
¡No era blanca! ¡No era rubia! tímidas y risueñas
¡La niña era morenita! Yo mostraba mis sonetos a mis amigos; ellos me mostraban
¡Morenita retrechera sus grandes ojos abiertos.
de esas que roban la vida!

Ausencia
Alejandro Carrión
Yo dejaré que muera en mí el deseo de amar tus ojos que son
Solamente en la oscura noche, dulces
solamente en el claro silencio, Porque nada te podré dar sino la tristeza de verme
solamente en la flor, solamente en el agua, eternamente exhausto
en la tenue neblina, en la densa humareda, Sin embargo tu presencia es algo así como la luz y la vida
solamente en el alma, oscura y tímida, Y yo siento que en mi gesto está tu gesto y en mi voz, tu
salobre y tierna, alta y escondida, voz.
solamente en su aire, en su sed, en su sueño, No quiero tenerte porque si no en mi ser todo estaría
solamente en su nicho, terminado
te encontraremos, limpia, verdadera, solemne, Sólo quiero que surjas en mí como la fe en los desesperados
separadora de los juntos, acogedora de los solitarios, Para que pueda acercar una gota de rocío a esta tierra
entenebrecedora de los claros, aclaradora de los tenebrosos, maldita
simple y compleja, fácil y difícil, Que permaneció sobre mi carne como una mancha del
amarga y suave, ardua y fresca, pasado
amiga y enemiga, Yo permaneceré... tú te irás, pondrás tu rostro en otro rostro
solamente allí, solamente. Tus dedos enlazarán otros dedos abriéndose a la madrugada
Y no sabrás que yo te poseí, porque fue el gran amigo de la
De Solamente noche.
Porque puse mi rostro en el rostro de la noche y oí

Este Canto es América - 354 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 343 - Este Canto es América
tus palabras amorosas Tan estrecha su cintura
Porque mis dedos enlazaron los dedos de la niebla que en la pulsera entraría.
suspendidos en el espacio Cuando iba por las calles
Y traje hasta mí la misteriosa esencia de tu abandono tempestades producía,
tumultuoso vendaval de admiración
Quedaré solo como los barcos en los puertos silenciosos con truenos de simpatía:
Porque te poseeré más que ninguno porque podré partir ¡Qué negra más estupenda,
Y todas las quejas del mar, del viento, del cielo, de las aves, que mulata tan bonita!
de las estrellas
Estarán en tu voz presente; tu voz ausente, tu voz No era ni blanca ni rubia.
tranquilizada. La niña era morenita.
Y sin saberlo por qué
De Antología Poética, 1969 al pensarlo entristecía.
Hubiera querido ser
blanca como margarita.
Thiago da Melo Tener la carne color
de la pulpa de la piña.
No se oiría llamar:
¡Negra! ¡zamba! ¡mulatilla!
(Ay, no poder desteñirse
lo mismo que una camisa.)

No era ni blanca ni rubia.


¡La niña era morenita!
¡Qué más galardón que ser
Venus tallada en diorita!
¡Criolla como lo fue
la Emperatriz Josefina!
Thiago da Melo, traducido
al castellano por Pablo ¡Qué más suerte que tener
Neruda y Mario Benedetti. el talle de leve espiga

Este Canto es América - 344 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 353 - Este Canto es América
Sacuden sus sones bárbaros Los estatutos del hombre
a los blancos, a los de hoy,
invade la sangre cálida Artículo 1
de la raza de color. Queda decretado que ahora vale la vida,
Porque el alma, la del África que ahora vale la verdad,
que encadenada llegó y que de manos dadas
a esta tierra de América trabajaremos todos por la vida verdadera.
canela y caldela dio.
Artículo 2
Queda decretado que todos los días de la semana,
Abel Romeo Castillo (1904) inclusive los martes más grises,
tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.
Romance de la niña morenita
Artículo 3
No era ni blanca ni rubia. Queda decretado que, a partir de este instante,
La niña era morenita. habrá girasoles en todas las ventanas,
Pelo de hule encharolado, que los girasoles tendrán derecho
brillante sin brillantina, a abrirse dentro de la sombra;
ondulado natural y que las ventanas deben permanecer el día entero
sin ir a peluquerías. abiertas para el verde donde crece la esperanza.
Boca de abultados labios
recién picados de avispa. Artículo 4
(Cuando estaba en el colegio Queda decretado que el hombre
las otras niñas decían: no precisará nunca más
No juguemos con la zamba, dudar del hombre.
que no es de buena familia.) Que el hombre confiará en el hombre
como la palmera confía en el viento,
No era ni blanca ni rubia. como el viento confía en el aire,
La niña era morenita. como el aire confía en el campo azul del cielo.
Tan grande eran sus ojos
que en su cara no cabían.

Este Canto es América - 352 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 345 - Este Canto es América
Parágrafo único:
El hombre confiará en el hombre
Ecuador
como un niño confía en otro niño.

Artículo 5
Adalberto Ortiz
Queda decretado que los hombres
están libres del yugo de la mentira.
Contemporáneo N. en Esmeraldas (Ecuador), vasta llanura
Nunca más será preciso usar
selvática cortada por millares de ríos. Es mestizo de negros y de
la coraza del silencio
blancos. Su abuela era una blanca sonrosada, de ojos azules. “Sus
ni la armadura de las palabras.
poemas negros y mulatos -asegura Joaquín Gallegos Lara- no se
El hombre se sentará a la mesa
parecen a los brasileños, cubanos o norteamericanos. Son el típico
con la mirada limpia,
acorde que no puede surgir de los libros sino de la vida. Brotan
porque la verdad pasará a ser servida
al contacto del espíritu negro y la tierra ecuatoriana”. Obras: Yu-
antes del postre.
yungo, novela. Tierra, son y tambor (Cantares negros y mulatos),
ediciones “La Cigarra”, México, D.F., 1945 - MPNA.
Artículo 6
Queda establecida, durante diez siglos,
la práctica soñada por el profeta Isaías,
Contribución
y el lobo y el cordero pastarán juntos
y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.
África, África, África,
tierra grande, verde y sol
Artículo 7
en largas filas de mástiles
Por decreto irrevocable
esclavos negros mandó.
queda establecido
Qué trágica fue la brújula
el reinado permanente
que nuestra ruta guió.
de la justicia y de la claridad.
Qué amargos fueron los dátiles
Y la alegría será una bandera generosa
que nuestra boca encontró.
para siempre enarbolada
Siempre han partido los látigos
en el alma del pueblo.
nuestra espalda de cascol
y con nuestras manos ágiles
tocamos guasá y bongó.

Este Canto es América - 346 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 351 - Este Canto es América
Artículo 8
Queda decretado que el mayor dolor
siempre fue y será siempre
no poder dar amor a quien se ama,
sabiendo que es el agua
quien da a la planta el milagro de la flor.

Artículo 9
Queda permitido que el pan de cada día
tenga en el hombre la señal de su sudor.
Pero que sobre todo tenga siempre
el caliente sabor de la ternura.

Artículo 10
Queda permitido a cualquier persona,
a cualquier hora de la vida,
el uso del traje blanco.

Artículo 11
Queda decretado, por definición,
que el hombre es un animal que ama,
y que por eso es bello,
mucho más bello que la estrella de la mañana.

Artículo 12
Decrétese que nada estará obligado ni prohibido.
Todo será permitido.

Héctor D. Gatica - 347 - Este Canto es América


La creación del mundo Tanto conocimiento no podía
ser sino innato, pienso ahora.
No desfloré a nadie. Pero no.
La primera mujer que vi desnuda Era un saber hecho de experiencia,
(era adulta de alma y de cabellos) más que ingenio para transmitirlo.
fue la primera que me mostró los astros, Ella era de otras aguas, una fuente
pero no fui el primero a quien se los mostró. de treinta años, que vino desde el Sena
con el destino de darme de beber
Vi el resplandor de sus nalgas - en la aurora de sus ojos, en sus pechos,
de espaldas a mí: era morena, en la boca musical, en el mar del vientre,
mas al darse vuelta quedó dorada. en la risa de azucena, en la voz densa,
en las cejas y en el vértice de las piernas -
Sonrió porque sus pechos me asombraron, la miel antigua de la sabiduría,
por mi mirada de adolescente no acostumbrado de saber que el deseo crece cuando entiende
a la gloria de la belleza corporal. que la chispa se enciende en la ternura,
Era de mañana en la selva, pero nacían que las antesalas se prolongan
estrellas de sus brazos y resbalaban hasta que uno esté listo para entrar en el cielo.
por el cuello, lo recuerdo, era el cuello
lo que me enseñaba a deletrear secretos
guardados en la clavícula. Pedía,
ya echada de bruces y llamándome,
que posara mis labios por los pétalos
con rocío de la nuca, eran lilas;
que alisara, levemente, con las yemas
las espaldas de espumas y esmeraldas;
quería que mi mano recorriera,
yendo y viniendo, el valle de la columna,
trés doucement, porque me cuidaba.
ella inauguró en mí la alegría
inefable de dar felicidad.

Este Canto es América - 348 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 349 - Este Canto es América
¿por qué ahora permanece muda y tus pechos se alborotan
la tosca lira de cuernos y tortura? como la mar agitada.
¿Sí fue lira de Sapho? ¿Sí fue
como esta estampa metáfora desnuda? Se empuja, gira, taladra
¿Fue tal vez recipiente de vinos tu cuerpo de berbiquí,
esta ánfora libre de egoísmo? ¡eso!, ¡muy bien!, ¡dale así!,
(Le dejo a Jean que responda ahora ¡dale que dale, mulata!
al grito de Ariadna y se decida
a continuar su profesión de musa).
Tapao
Londres, 1960
Hierve otra vez este furioso aroma
en esta misma olla en que también
Benito R aúl Losada hierven mis pensamientos.

Orinoco en el rumbo En realidad es un hervor enorme,


A Conie Lobell y Jean Aristeguieta y a medida que, absorto, avivo del fuego
humean carnes,
Río eterno, tremenda cabellera invencible: continentes,
Tú no vas hacia el mar como acostumbras, plátanos,
no clavarás tus dedos en la muerte salada hambrunas,
ni lanzarás tu paso a rumbo que no sea hojitas de chillangua,
del corazón. olvidos
Con tu cauda potente de días y de noches, y recuerdos.
de olor a esencia tropical, a bosques
ignorados, a fuente codiciada, Total,
desde el origen reposado que fluye y se encabrita, en esta olla se cuece todo un mundo
desde tú nombre, viajero de la inmensidad, y el inefable olor se desparrama,
por tu cintura de horizonte caído, de guitarra cruza los mares
alargada en el júbilo, por tu aire integral, y trajina oloroso por el tiempo.
hallarás la respuesta
del corazón.
Este Canto es América - 384 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 361 - Este Canto es América
En realidad es un olor inmenso, Se ilumina la sombra de las cumbres
tanto que desde antaño ya olía en el futuro, y baja por los árboles el río
olor inmensurable a hervido suculento, sonando lirios blancos de penumbra
irresistible olor con impaciencia hasta la oscura casa del silencio
este jututo olor que va de apuro donde enciende el maíz perlas quebradas.
para ser el furioso olor primero Nos circunda la noche grano a grano
en aromar la mesa con música de fronda en los confines,
a la hora postergada de sentarnos con guaruras indígenas que llaman
a merendar los negros. la tristeza sombría de los muertos.
En la luz de la lámpara va huyendo
un espacio de yerbas, de tabaco,
de terrones azules y de ranas.

Mario Lope-Bello

Friso este del Partenón

Metopas del Partenón enclaustradas


en esta soledad del abandono
Seres de perfección inusitada
con el rostro apagado
(Sólo vemos
las siluetas que fueron del ayer
en máximo esplendor y nos señalan
la eternidad de la renuncia).

Figura roja de una copa ática.

Si en tanto la amistad antes pudo


crear y decidir a la belleza

Este Canto es América - 362 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 383 - Este Canto es América
Escucha tú la montaña, antes que baje
su cresta de ola inmóvil, su dormida inquietud.
Venezuela
Recuerda los pájaros alucinantes
entrando al horno rojo de los viejos crepúsculos.

Me voy. Está la brisa.


Está el agua. Está -enorme-
la tierra, viaje mío profundo.

Viene un instante. Nadie


dirá que me vio. Nadie.

Un día ¿traerá el aire mi nombre?


Aquel árbol ¿me arrebató mi sombra suave?

En este sitio que hoy


puebla de amor mi sangre y defienden mis huesos,
no habrá sino la luz de un sol en marcha, Revista Lírica Hispana
una instantánea mano de tiniebla, o el viento
que viene y canta -súbito-, se aleja, vuelve, canta...
Y encendida en la noche mi verdad de silencio.

Vicente Gerbasi

Rostros campesinos

Un olor agrio de café maduro


dispersa grupos rojos en la luna,
grillos de luz violenta cascabeles
que envenenan el aire del helecho.

Este Canto es América - 382 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 363 - Este Canto es América
Andrés Bello (7) Y manos de tu polvo
apaguen mis palabras
La vida del campo. Como en la Alocución a la Poesía, Bello si lo niego.
canta las ventajas de la vida en el campo, en contacto con la
naturaleza, en la labor agrícola. Existe aquí una contraposición Pueblo donde la luz: montaña y puerto
entre dos polos: naturaleza-labrador frente a la vida ilusoria de agitando banderas de neblina.
las ciudades. En la Alocución contraponía Europa-América. En
la Silva a la agricultura ciñe aquel esquema a campo-ciudad.
Nombra a “las míseras ciudades”, al “ocio pestilente ciudadano”, Luis Beltrán Guerrero
al “falaz ruido”, frente a la “fértil zona”, “labrador sencillo”,
“dichosa tierra y pingüe y varia”. Describe la vida de la ciudad, Tierra. Madre. Dios.
juegos ilícitos, vicios morales, lisonjas que corrompen, criminal Trinidad del verbo protége-
lujuria, y luego la vida del campo, virtuosa, retirada, pacífica y Nos!
“asilo seguro de sus patrios hogares”.
Hombre soy y busco al hombre
Identificación de la patria con el trabajo rural. La Silva se En la estela del llanto y la sonrisa.
cierra con una invocación a Dios solicitando paz para los pueblos Hombre soy, hermano de la pluma y la piedra,
americanos, y una exhortación dirigida a las “jóvenes naciones” Obligado a decir la palabra imprecisa.
para que honren el campo y “la simple vida del labrador”. Identifi- A encontrarla debajo del escombro y la yedra
ca el trabajo con la libertad y con los valores morales que surgirán Y alcanzarla por cima de la nube y la brisa.
de esta nueva generación.
Tierra. Madre. Dios.
Trinidad del verbo protége-
Las Silvas como programa civilizador Nos!

La Silva a la agricultura y la Alocución a la Poesía forman


parte de un programa civilizador. La poesía está al servicio de la R afael Angel Insausti
independencia que se logrará según el ideario de Bello, cuando
Me voy
  Un trabajo del historiador Roberto Rojo denominado Andrés Bello y
Joaquín V. González, vidas paralelas hace una comparación minuciosa de la Se enciende en silencio, en la noche, sin tregua.
obra de estos dos grandes de América (H.D.G.)

Este Canto es América - 364 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 381 - Este Canto es América
Un pueblo. Allí la niebla se hayan roto los vínculos de dependencia política y económica.
desdobla los pañuelos de la tarde La fertilidad de la naturaleza y las riquezas naturales de Amé-
y apuñala el pecho de la noche rica deben ser explotadas por un trabajo regular, metódico y
la daga musical del campanario. consciente. La Silva a la agricultura, en particular, idealiza a la
geografía para incitar los trabajos de los nuevos colonizadores de
Atraviesan mi nombre sus caminos. la patria. La agricultura era considerada desde el enciclopedismo
Su redonda soledad apaga mis palabras. una invención de los dioses para servir a la libertad del hombre.
Una savia vertical gira en mi sangre En el Resumen de la historia de Venezuela había señalado sus
desde mis manos aferradas. preocupaciones en un mercado europeo.
La Europa sabe por la primera vez que en Venezuela haya
Vengo de cierto pueblo: allí el crepúsculo algo más que cacao, cuando ve llegar cargados los bajeles de la
es un barco incendiado. compañía, de tabaco, de añil, de cueros, de dividivi, de bálsamos,
¡Paisanos de mi voz: hasta la muerte oscuros y otras preciosas curiosidades que ofrecía este país a la industria,
con ojo y corazón de navegantes! a los placeres y a la medicina del antiguo mundo.
En la Oda a la vacuna, de 1804, había observado acerca de las
Vengo: aquí ancló su piedra del monumento. grandes posibilidades que la agricultura ofrecía a los hombres
Hay una turbia orfandad de mares en todas las pupilas americanos.
y alza su mano gris el rascacielos
sobre la ruta de las golondrinas. La agricultura ya de nuevos brazos
Vengo: aquí podría callar de donde los beneficios siente, y los bellos
y disfrazar el rudo golpe abrupto días del siglo de oro nos traslada;
de alguna suave voz cosmopolita ya no teme esta tierra que el comercio
y ocupar con un vocablo extraño entre sus ricos dones la conduzca
el poema habitado de caminos. al mayor de los males europeos,
Pueblo donde la luz: y a los bajeles extranjeros, abre
con presuroso júbilo los puertos.
Que no haya mares para viajar los ojos,
que se cierren las manos, La trascendencia de estas Silvas radica en ese programa civi-
que no diga mi nombre ningún niño. lizador. Forma parte de las preocupaciones de otros pensadores
Que huya de mis ojos como un río y estadistas del siglo XIX, como Domingo Faustino Sarmiento,
el día que tu me diste. quien invierte los términos programados por Bello en el conflicto
básico de la civilización y barbarie.
Este Canto es América - 380 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 365 - Este Canto es América
La influencia de las Silvas, desde el punto de vista literario, se José Miguel Ferrer
refleja en la obra de los grandes poetas que a partir del romanticis-
mo y el modernismo entonan su canto para magnificar el paisaje, El patriota
la naturaleza y el hombre americanos.
El Canto a la Argentina, de Rubén Darío; Alma América, de Soy la greda del pueblo,
José Santos Chocano; las Odas seculares, de Leopoldo Lugones, con mi riachuelo alegre,
y hasta el Canto general a América, de Pablo Neruda son, en el con mi Héroe en hombros, con mi mochila vagabunda,
siglo XX, ecos de una poesía didáctico-histórica iniciadas con mis escapularios oscuros,
las Silvas americanas de Andrés Bello. y mi perdida gente arrodillada en las esquinas.

Por Alfredo Veiravé Una rama azul barre la lengua del verano,
Poeta de Entre Ríos, Argentina y arde -como ayer- la yedra que ampara mi corazón.
Dijo “hoy” con la voz llena, turbia, del sembrador.
Con mi pie deleznable, bajo el cielo
Doña Bárbara
soy una leyenda: “Yo...!”
Lo cierto era que había desaparecido, dejando sus últimas vo- Sobre el río de piedras
luntades en una carta para el doctor Luzardo, y la carta decía: cae, cae de nuevo el aguacero.
“No tengo más heredera sino a mi hija Marisela, y así la re- Mi perro flaco aúlla,
conozco por ésta, ante Dios y los hombres. Encárguese usted de echado en las escalinatas del pasado.
arreglarle todo los asuntos de la herencia”.
Pero como era cosa sabida que tenía mucho oro enterrado y
de esto nada decía la carta, y demás, en el cuarto de las brujerías Carlos Gottberg
se encontraron señales de desenterramientos, a la presunción de
suicidio se opuso la de simple desaparición, y se habló mucho de Pueblo donde la luz
aquel bongo que, navegando de noche, ya eran varias las personas
que lo habían sentido pasar, Arauca abajo... Vengo de cierto pueblo acurrucado
Llegó el alambre de púas comprado con el producto de las en la ríspida falda de la tierra.
plumas de garza y comenzaron los trabajos. Ya estaban plantados Pasada la vigilia de los cardos.
los postes, de los rollos de alambres iban saliendo los hilos y en
Vengo de un pueblo pescador que siembra;
vengo de un pueblo sembrador que canta.
Este Canto es América - 366 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 379 - Este Canto es América
pero son como tuyas puesto que vienen de las raíces sagradas de la tierra de los innumerables caminos por donde hace tiempo se
la patria. pierden, rumbeando, las esperanzas errantes, el alambre comen-
zaba a trazar uno solo y derecho hacia el porvenir.
De Revista Lírica Hispana, Nº 219, 1961. Mister Danger, como viese que sus lambederos iban a quedar
encerrados y ya no podrían las reses ajenas venir a caer bajo sus
lazos por lamer el amargo salitre de sus barracas, se encogió de
hombros y se dijo:
J. A. Escalona-Escalona - ¡Se acabó esto, mister Danger!
Cogió su rifle, se lo terció a la espalda, montó a caballo y, de
Los barcos de mi noche submarina paso, les gritó a los peones que trabajaban en la cerca:
- No gasten tanto alambre en cercar los lambederitos. Díganle
Por la desolación de mi aislamiento al doctor Luzardo que mister Danger se va también.
oigo que pasan -negros y lejanos- Transcurre el tiempo prescrito por la ley para que Marisela
abandonados a su ciego rumbo pueda entrar en posesión de la herencia de la madre, de quien no
los barcos de mi noche submarina. se ha vuelto a tener noticias, y desaparece del Arauca el nombre
de El Miedo, y todo vuelve a ser Altamira.
Bajo su peso de dolor sin voces ¡Llanura venezolana! ¡Propicia para el esfuerzo, como lo fue
hundidos van en brumas de nostalgia, para la hazaña, tierra de horizontes abiertos, donde una raza
con mástiles de sombra, destrozados buena, ama, sufre y espera!...
por un viento de antiguas tempestades.
De Doña Bárbara, por Rómulo Gallegos
En tierras del amor, inaccesibles,
-porque el olvido destruyó sus puertos-
quedó su azul tripulación de estrellas. Andrés Eloy Blanco

¿Encontrarán, acaso, en el retorno N. en Cumaná, Venezuela, hacia 1897. En 1916 obtuvo el


el país de la aurora que perdieron Premio Nacional de Poesía en los Juegos Florales de Caracas.
los barcos de mi noche submarina? En 1923 alcanzó el primer premio en el concurso de poesía de la
Academia Española. Ha viajado por Europa y América y varias
veces ha sido huésped de la Habana. Su manera criolla es la más
caracterizada de su estro y en ella se mueve con soltura bebiendo

Este Canto es América - 378 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 367 - Este Canto es América
de las fuentes de lo popular venezolano. Ignoramos si ha hecho Conie Lobell y Jean Aristeguieta
más intentos de poesía negrista como el romance que enriquece
esta selección. -MPNA. Razón de este cuaderno

Lírica Hispana ha observado la frialdad con que los organiza-


Píntame angelitos negros dores de las fiestas del Sesquicentenario (incluidos los encargados
de las ediciones de libros conmemorativos) han guardado hacía
¡Ah, mundo... la negra Juana los poetas venezolanos. Ninguno fue invitado en su condición de
la mala que le pasó!... poeta para asistir y menos todavía para tomar parte en los actos
¿Se le murió su negrito? llevados a cabo. Por eso, humilde homenaje de quien como nuestra
Si seño. Ah, compadrito del alma, Casa de Poesía nada material puede ofrecer, tan humilde homenaje
lo sano que estaba el negro. que ni siquiera es una edición con más páginas, es el presente
Yo no le miraba el pliegue, cuaderno: poetas venezolanos de hoy, poetas vivientes, poetas
yo no le acataba el güeso; marginados por tanto oropel acomodaticio, por tanta consigna
como yo me enflaquecía extraña (de una aterradora demagogia), aquí los ha reunido Lírica
lo medía con mi cuerpo. Hispana en una fiesta de maravillosas facultades, recordando así
Se me iba poniendo flaco a quienes pretendiendo olvidarlos se rebajan a sí mismos, que la
como yo me iba poniendo. patria de Bolívar no es ámbito limitado de ciudadanos que relum-
bran, sino que hay mujeres y hombres que transitan por nuestros
“Ya se murió mi negrito, caminos y calles buscando el sustento cotidiano pero también la
Dios lo tenía dispuesto. esperanza confortadora de la belleza, y así mismo, hombres y
Ya lo tendrá colocao mujeres aherrojados en oficinas, que “mañana”, sin embargo, a
como angelito del cielo”. despecho del “jefe” de turno que los supedita, nadie recordará al
- Desengáñese, comae, jefe suficiente, en cambio, en algún lugar del país, o del mundo,
si no hay angelitos negros. se leerán sus poesías, el mejor testimonio de las inquietudes del
alma de Venezuela.
Pintor de santos de alcoba, Bolívar, Libertador: aquí en esta pequeña Lírica Hispana, tú,
pintor sin tierra en el pecho poeta-poeta, libertador-libertador, recibe el mensaje de poesía
que cuando pintas tus santos escrita por herederos de la tierra que te vio nacer y a la cual en-
no te acuerdas de tu pueblo. grandeciste con el don de tu fragua visionaria. Las poesías que
Y cuando pintas tus vírgenes aparecen aquí no están dedicadas expresamente a tu sustancia,

Este Canto es América - 368 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 377 - Este Canto es América
y el rebaño. pintas angelitos bellos
Protégelos, Señor, llueve, pero nunca te acordaste
no hay cercas y el sueño me abate. de pintar un ángel negro.
.............................
Señor, Pintor nacido en mi tierra
las ovejas se quedan en el valle con el pincel extranjero,
mientras el pastor asciende por el risco pintor que sigues el rumbo
en busca de una flor. de tantos pintores viejos,
Cuídalas, la flor es para Ti. aunque la Virgen sea blanca,
............................. píntame angelitos negros.
Te bendigo por el amor que dispone de tiempo
para amasar el pan, No hubo pintor que pintara
para el que cuida de los pájaros, angelitos de mi pueblo,
para el que hila. ángel de buena familia,
Por el que viste con una túnica blanca y no necesita no basta para mi cielo.
adornos. Yo quiero angelitos rubios
Por el que limpia el estanque sin rozar el loto con angelitos trigueños.
y reconoce el tiempo de mudar las orquídeas.
Por el que es capaz de improvisar una fiesta con chamizos Aunque la Virgen sea blanca,
y jazmines para alegrar tu corazón. ¡píntame angelitos negros!
.............................
Señor, tu plan en mí tiene un diseño Si queda un pintor de santos,
de águilas, tormentas, oscuridad y rocas, si queda un pintor de cielos,
de una casa de palmas y un tejedor de cestas. que haga el cielo de mi tierra
............................. con los tonos de mi pueblo;
Yo soy también la noche y el estanque dormido y esa con sus ángeles catires,
piedra lamida por el agua, esta cabra en la cima con sus ángeles trigueños;
y la mata de olivo. con sus angelitos blancos,
con sus angelitos negros;
De Revista Lírica Hispana con su ángel de perla fina.

Este Canto es América - 376 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 369 - Este Canto es América
Manuel F. Rugeles el suelo donde corres mensajero,
más en el canto que se descalabra
Nacido en San Cristóbal (Estado de Táchira), Venezuela, en tu miedo valeroso recupero.
1904. Ha sido exiliado político en Colombia. Obras: Cántaro. Su Toco la rosa dura en que se cuaja
poesía está hecha con los temas de la montaña venezolana y con los tu fina militancia de obediencia,
mitos del autoctonismo indígena. Su preocupación por los temas la mente en que tu lápida trabaja,
vernáculos le han acercado un momento al tema negro, recordando tu mano que esta roja de insurgencia.
un curioso episodio de la esclavitud venezolana: el alzamiento La flámula caída donde baja
del negro Miguel, trabajador en las minas de San Felipe, que se el cielo que te dieron por licencia,
proclamó a sí mismo rey, y reina una negra llamada Guiomar, el humo del fragor que te amortaja,
de quien tenía un hijo que fue hecho príncipe, al igual que hizo la vida que derramas sin violencia.
nombrar obispo a otro negro de los suyos. - MPNA. Insisto en tu color emancipada
después del pecho atado a la camisa,
en tu verde risueño sin mirada
El romance del Rey Miguel donde un ánimo fijo nos avisa
cuando asciende la tierra inexhumada
Ya otro siglo, Rey Miguel, bajo su excavación llena de prisa.
perdido acaso en el cielo, Insisto en que tu vida está guardada
buscando minas de oro y amarro la bandera a tu sonrisa.
para adornar los cabellos
de tu reina. Ya otro siglo.
Rey Miguel, rey de los negros. María Inmaculada Barrios

Andabas aquella noche Señor,


con el demonio en el cuerpo. detente en mi plegaria,
En tus venas, en tus ojos, por el aljibe roto,
en tu alma de aventurero por el resorte fatigado,
llamas de odio encendía por la primavera vencida.
la sangre de tus abuelos. .............................
Fiel a tu mandato
En Buria como en Aroa cuido de mantener limpio el estanque, el limonero herido
se paga bien tu recuerdo.
Este Canto es América - 370 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 375 - Este Canto es América
Guillermo Austria Hoy los esclavos se doblan
curvados por el tormento
El rosal sobre los feudos que guardan
minas de olvidado imperio.
Buenas tardes, rosal, ¿cómo te ha ido?
Estás muy bien, muy lleno de frescura; Tristes esclavos que un día
yo sigo mal, aunque algo más sufrido... príncipes contigo fueron.
¡ya tiene tanto tiempo mi amargura! Mayorales o soldados
de tus negros regimientos
Yo pensaba venir esta mañana, que dieron vida al milagro
pero no pude, me quedé pensando de tu alucinado reino.
en ella, mi cordial Samaritana,
¡y el tiempo se me fue sin saber cuándo! Gritos de la negrería
desde el socavón minero,
Y ahora vengo, rosal, porque quisiera horadan flechas de odio
oír, en el silencio que te viste tus más negros pensamientos.
de fragante frescor de primavera,
Sordos tambores de Nirgua
aquella voz de musicales preces, sacuden penas y duelos
la que ha dulcificado tantas veces con su bárbaro tam-tam
esta vieja costumbre de estar triste. sobre los ocios del viento.
Guiomar en su reino de oro,
sonriendo va entre el sahumerio
Lucila Velázquez de palabras y aleluyas
de los esclavos libertos.
Canto vivo por Antonio Pinto (Fragmento)
Claro amanecer de Buria
Vengo a pedir permiso a la palabra, pisando tierra sin dueños.
alzo la voz y callo en un lucero, Tierra de júbilo y cantos
en él toco la forma donde labra ya libre de cautiverios
la muerte tu medalla de guerrero.
Pido silencio y luz para que se abra
Este Canto es América - 374 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 371 - Este Canto es América
sin los hierros del oprobio Dionisio Aymara
sin las trompetas del miedo.
No soy yo solo
Con tizonas y arcabuces,
adelantados y tercios, Porque no soy
gentes de España en América yo solo
llegan por todos los cerros. quien inclina la frente
bajo el peso de sus propias imágenes.
Vetas abiertas en chorros
de sangre y flor de silencios No soy yo solamente
mana de carne en suplicio quien calla
de negros fusilamientos. junto a la vida.

Lejos de roncos tambores Tu también


y clarinadas de incendio, en tus hombros, donde se abren
corre la turba desnuda y cierran
cien caminos sin saberlo. los labios de la luna,
sostienen la arquitectura del silencio,
Triste en la flor de tu sangre las nubes
que va prendida a tu pecho de la pasión, el lento cielo
como antorcha lastimosa, del olvido.
Rey Miguel, Rey de los negros.
Desde la oscura manigua No soy yo sólo
lloran los tamborileros el ávido, el alucinado.
tu muerte exhausta de sombras,
libre de llanto y de ruegos. No soy yo sólo. Tu también,
Tu muerte en mitad del alba bajo el fuego nocturno.
sin pájaros ni luceros. Te embriagas con un zumo de inmensidad serena
cuyas ciegas fascinaciones no conoces.

Este Canto es América - 372 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 373 - Este Canto es América
Llamadme por el nombre de una bestia nocturna Ah, peregrino del deseo insatisfecho
y acudiré, voz de la tierra fértil, rito inicial.
porque mi confusión es parte de la noche
y mi angustia un zarpazo a su abismo. Venimos a tu borde desde el sueño por verte,
con la comarca viva en el retorno, en tránsito
Abandonaré metrópolis de cal donde se cumple mi destierro. por estos presagios que delatan tu génesis,
Allí me aguardan vegetaciones oscurísimas para impregnar la piel de ruta verdadera,
y toros con tormentas en los cuernos; de suelo estremecido que señala tesoros
obsidiana en los ojos y pezuñas, a tu embestida de sinfonía desbordada,
y cuerpo de canela que se vuelve en busca de la estrella primigenia
misterioso en las cúspides sin astros. la raíz más profunda, el mito
Así América implacable en su hermosura; arrancado a mortales por brazos de Canaima,
vital bajo sus légamos caribes donde mora el secreto del mensaje
y pobre entre sus ídolos de oro. hasta el día inmortal.
A ti ¡oh, poderoso solitario! que traes el destello
He de volver a sus desiertos a engrandecer mi espíritu. del Druida, más ávido y nocturno, más sortilegio
Su sombra es luz de mis poderes veteranos. impenetrable, retenido ministerio de luciérnagas
Su pan el hambre de mi boca. y lo plasmas en voces de señera altitud,
dispersas, confundidas, ansiosas en
Su tempestad mi sosiego. el corazón.
Su maldición el más salvaje de mis gozos.
Yo soy el compañero de sus tribus que caminan Llegamos, empujados por milenarias fuerzas,
sobre savias vigorosas preguntando llamados por destinos ancestrales, por el limo que cubres
por el instante mismo de la muerte. con tu peso gigante,
Abandonaré ciudades, olvidaré metrópolis simplemente, a sabiendas
y volveré a tenderme a la orilla de un río silencioso; de que aún no serás indescifrable,
uno de esos turbios ríos de nombres musicales: Inírida, de que aún seguiremos los linderos
Vaupés, perdidos en la meta inalcanzable,
a esperar como las serpientes el amparo de la noche de ¡ah! pero habrá algo de ti,
América. de tu impasible humedad, de tu presencia
para elevarlo siempre en la mano febril
De Y. Z. Llama al espacio
Este Canto es América - 408 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 385 - Este Canto es América
impregnando las horas que se niegan desde el Darién al Putumayo.
a recoger el ancla, a soñar Asi mi nación de ríos que ningún mar resume.
Así Colombia acuática y agobiadoramente vegetal.
llevando los ramajes a tu nivel, hurgando .....................................................................................................
las huellas blancas para aventar el polen Me tenderé a esperar la sombra cerca de silencioso río,
que hace siglos germina, se levanta porque agua, oscuridad y hermetismo selvático
del corazón! son la terrible clave hereditaria
del hombre de América.
Tres buitres anclados en escuetos farallones.
Marco R amírez Murzi Tres Orinocos desaguando siempre en nuestra sangre.
....................................................................................................
La lluvia Únicamente los que nacimos en América
comprendemos la enormidad del telúrico luto.
Miro caer la lluvia. Decid a un americano auténtico la palabra “penumbra”,
y agitará los brazos
Por ella van pasando como un ofidio constrictor.
tiempos, rostros y olvidos. Es su nocturno instinto, su inclinación de selva
buscando sus orígenes.
Los veo danzar Decidle “agua” y entonces descubriréis lagunas
con su pequeño en sus ojos manchados de crepúsculos.
lucero de ceniza, ..........................................................................
con su pequeña luz, Yo llamo a la noche americana: ¡madre!,
con su verdad salvada entre los años, y ella me grita desde sus cóncavas regiones: ¡hijo!
volviéndose imprecisos No conocí a mi madre. Murió cuando mis ojos
bajo un cristal de lluvia. ignoraban las transformaciones de la luz.
No conservo su memoria o si la guardo
Y estoy, aquí, despierto, es como río doloroso fluyendo entre lo oscuro.
con la altura de un hombre La noche protegió mi formidable desamparo.
que cae sobre el mundo Crecí como algo suyo; como se desarrolla el trueno
sin raíces ni sombras. en sus velocidades enemigas.
Hay un rencor en mi contra la claridad y la esperanza
y una insubordinación irredimible.
Este Canto es América - 386 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 407 - Este Canto es América
de las cosas nutricias; de los bosques sedientos; Y el olvido,
del alcance horizontal de las raíces y el silencio,
y la fidelidad del hombre a las montañas. y los rostros,
............................................................................................ todos pasan, ausentes,
Me tenderé a la orilla de un lago porque América, bajo un costal de lluvia.
desde el Yukón a la Patagonia,
salió del agua en el principio de los tiempos
como una balsa llena Pablo Rojas Guardia
de plátanos y piñas;
balsámicas maderas; Ron Martiniqueño
azules mariposas;
venenos y volcanes; En la Isla canta el ron.
defensa pectoral hecha de pieles En la Isla sueña el ron.
de caimán aletargado en la manigua, En la Isla vive el ron.
y plumas de quetzal En el tope de la caña de azúcar
escondido cual una móvil esmeralda un pájaro multicolor bebe ron.
bajo las selvas del Petén. La ciudad no tiene cloacas
pero hay ron.
Hacía América lacustre, bestial y cataclísmica; La ciudad con las tripas afuera
recuérdanlo figuras de batracios que los indios pero hay ron.
esculpieron suplicantes en las rocas, Fort de France no tiene agua
para pedir que se alejaran pero hay ron.
los líquidos poderes invasores. El agua tiene bilharzia
El agua retirándose dejó sus venas repartidas pero hay ron.
en las vertientes amazónicas; En los ojos del gendarme hay ron.
sus ojos en los lagos de la dulce Guatemala En la nariz del sacerdote hay ron.
y su cabellera al pie del Iguazú. En la mano del funcionario tiembla el ron.
........................................................................... La plegaria no sube hasta tu corazón
América es un río que nunca desemboca porque en el incensario hay ron.
y ante las sordas cumbres del Chimborazo clama. Un negrito muerto -¡Ave María!- ron.
Así creo en mi país meciéndose con ruidos de selva Las niñas -Ave María!- ron,
irremediable
Este Canto es América - 406 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 387 - Este Canto es América
caminan entre cuchillos, ron, Corza herida, la gracia en que descuellas
sádicos, cuchillos, ron, derramas efluvios de indecible albura,
baboso cuchillos, ron, y con todo el pudor de sus querellas
vidriosos cuchillos, ron, se escurre de tu sombra en la espesura.
de los blancos blancos, ron,
de los negros negros, ron, Quemó tu sol interno en un derroche
de los blancos negros, ron, de luz tu piel, y si alguien te importuna,
de los negros blancos, ron, cuando afligidas sueltas, como una
de los blancos negros blancos, ron.
virgen rehén, de tu mirada el broche,
La tierra no da más ron una vertiente pálida de luna
pero hay que sembrar el ron. baña la negra seda de tu noche.
No se vende el ron,
se paga el salario en ron,
para mantener el ritmo Germán Pardo García
del pensar en ron
soñar con ron Teoría de la noche americana (Fragmento)
comer con ron
amor con ron. .................................................
Como un emperador indio
Es una esquina del alba envuelto en su soberbia casta legítima;
el grito del ron nocturno: de pie sobre las rocas sagradas y los ojos
¡Viva la Revolución! ron. fijos en los holocaustos del sol en su poniente,
Mañana en el cañaveral de ron, así en rojo tezontle cimentaré mi sueño;
para salir del ron, en lo más mexicano de un peñón borrascoso,
para cerrar la sed del ron, donde mis sienes puedan sentir los tránsitos del aire
recitarán un poema de Aimé Cessaire, y comprender mi espíritu la fuerza de unos pueblos
nostálgico de ron -Marx con ron- que amaron como yo estas mismas cordilleras de América,
y entonces vendrá la France Eternelle aquí se arrodillaron;
y sacará la espada tinta en ron. aquí se engrandecieron
y aquí como profetas agrícolas hablaron

Este Canto es América - 388 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 405 - Este Canto es América
R afael Maya (1897) Hay un negro de fuego en el ron.
Hay un blanco dormido en el ron.
Azul Un mulato encadenado en el ron
a un blanco dormido en el ron
Este azul de las noches de verano a un negro de fuego en el ron.
tan hondamente azul, llanto provoca.
Sombras eternas la memoria invoca,
y el alma lucha con la muerte en vano. Alfredo Silva Estrada

Tiene este azul tanto dolor humano De la unidad en fuga (Fragmento)


que el alma en trance de orfandad coloca.
Este esplendor que, en la locura loca, Cuando señas de mundo se entrefugan
se afirma con hastío soberano. en los ojos cerrados y en vigilia
de ese lento reflujo
Es un acto divino de tristeza de rotas espirales dislocando
todo ese azul, fundido en desconsuelo profundidad que agolpa su inmediato
como en hondo tormento la belleza. cielo llegado en una sola bruma
a sincopar distancias y caminos,
Y es que, diverso en su silencio mismo, sigue un mundo signado por el azar discreto
junta a la clara cercanía del cielo de las luces tajadas y envolventes
una tremenda soledad de abismo. alargando por siempre este continuo
total secreto sesgo del origen.

Jacinto Añez Y abismado en trasombra


-desparramado tras la visión del ilímite compacto
Belleza negra su primera extrañeza de presencia-
dura y palpita el cuerpo en surgimiento
De la luz que en tu espíritu fulgura de lo inicial constante.
la noche de tu piel tiene las huellas,
y se abren de esa noche en la negrura Aquí trasombra dual en sostenido acorde
tus grandes ojos como dos estrellas. todo dice el comienzo desde el ahondado límite.

Este Canto es América - 404 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 389 - Este Canto es América
Persuasión ya distante que centra lo infinito en retraído coctante y ficme laj penas;
campo, ¡No hay ná!... ¡no hay ná!...
divinidad oscura e inmediata, acaso
desbocada promesa que murmura la muerte. Qué ejcura que etá la noche;
la noche que ejcura etá;
asina é ejcura la ausencia
Luisa del Valle Silva ¡Bogá! ¡Bogá!

Poema
Luis Carlos López
No era un árbol caído;
reclinado más bien sobre la tierra. Añoranza
Vigor de savia desde las raíces
hasta el gran toldo de abanicos verdes. Íbamos en la tarde que caía
Su cuerpo echado al suelo nos ponía rápidamente sobre los caminos.
el peldaño inicial de una escalera Su belleza, algo exótica, ponía
para llegar a su regazo, nido aspavientos en los ojos campesinos.
de fantásticos juegos.
Bajo nuestro dominio -Gozaremos el libro -me decía-
se desata mágica corriente. de tus epigramáticos y finos
El árbol no era un árbol. Sucesiva versos. En el crepúsculo moría
transmutación tocaba su materia. un desfile de pájaros marinos...
Y entonces era un bosque. En los caminos
de sus ramas decíamos perdernos. Debajo de nosotros, la espesura
Después era el refugio de una isla aprisionaba en forma de herradura
solitaria batida por el viento. la población. Y de un charco amarillo
Luego un barco. Viajeros detenidos
en mares de verdor. Como de lejos surgió la luna de color de argento,
las voces de la casa nos traían y a lo lejos, con un recogimiento
anunciación de puerto. sentimental lloraba un caramillo...
El tiempo se salía de sí mismo
De mi villorrio,1908
Este Canto es América - 390 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 403 - Este Canto es América
Candelario Obeso desintegrado en espiral de tiempos.
Cada minuto era una vida,
Nació en Manpox (Colombia), el 12 de enero de 1849. De origen otros soles regían nuestro cielo.
afroamericano y de cuna humilde, ascendió por esfuerzo propio y Una llamada. El tiempo sometido
tuvo un lugar distinguido en la enseñanza y en la vida pública. al cauce de las horas y sus leyes.

El descender del árbol resumía


Canción der boga ausente la afirmación exacta de un regreso.

Qué trijte que etá la noche; Del libro Sin tiempo y sin espacio.
la noche que trijte etá: En Lírica Hispana.
No hay en er cielo una ejtrella...
¡Remá!... ¡remá!...
Jean Aristeguieta
La negra re mi arma mía
mientra yo brego en la má, Texto en Bolívar
bañaro en suró por ella, A Conie
¿qué hará? ¿qué hará? en su pasión por Bolívar - Venezuela.

Tar vé por su zambo amáo Ahora que estás solo entre abismos de tiempo
doiente suspirará; cuando indefenso queda tu perfil de diamante
o tar vé ni me recuedda yo quiero reintegrarme a tu arcilla severa
¡Llorá!... ¡llorá!... sumergirme en tu huella desvelada y terrible
en el laurel herido de tu gloria sin mengua
Las jembra son como é toro beberme tu cicuta de rojo desengaño
lo retá tierra ejgraciá: y arar como tú araste en el mar de la vida.
con acte se saca er peje
¡der má!... ¡der má!... Padre transido pedernal insondable dominio
asombrado en tu fragua donde vibra el amor
Con acte se abranda er jierro, dame tu cáliz denso tu exilio delirante
se roma la mapaná; soy tu imán en el pacto de esta alianza terrosa

Este Canto es América - 402 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 391 - Este Canto es América
el amianto que alumbra el agua que perdura y siempre te hallo, ¡oh, dádiva del cielo!,
quiero guardar tu hechizo de Capitán indómito fresca y radiante en mi.
esa sufrida llama con que te reverencio.
Porque a mí te envió él y yo he guardado
El oro que pervierte no transmutó tu sombra tu mejor luz en ánfora inmortal;
ni los fieros anillos de vertientes sectarias porque a cosa de Dios morir no es dado,
fuiste Orinoco en verdes fronteras primitivas y eres tú claro espíritu encarnado
el sol alucinante de piaches y guaruras en diáfano cristal.
la libertad que enciende la fe como un relámpago
esa profunda imagen de la patria surgiendo No hay flor cuyo matiz no degenere
por entre las zozobras de visiones oscuras. al pasajero sol que la esmaltó.
Tan sólo propia luz firmeza espere.
Nadie con tu heroísmo solitario de páramo La perla de la mar se opaca y muere;
nadie Padre en tu linde de Caroní sonámbulo. la de los cielos, no.
A tu caudal entrego estas palabras-lumbres
tenaces como limos rompientes como olas Nuestra querida estrella leve gasa
doy a tu signo esta ansia esta flor aborigen o negro temporal veló tal vez;
el ramaje incesante de mis duras vigilias mas, ¿que a ella el furor que al golfo arrasa?,
Capitán de la paz en medio de batallas. parece cada nubarrón que pasa
doblar su brillantez.
Angustia hay en tu acento de realidad insomne
Cuquenán esto sabía que jamás se consume La copa del banquete postrimera
Capitán de los Andes oh silencio profético deja el gusto encantado. En tu vergel
prócer triste difuso que vagas en terrores mi hora sonó de juventud postrera,
Capitán de la patria con la faz del misterio y el ángel me hallará cuando yo muera
(semejante al destello del Faro Catatumbo) saboreando tu miel.
dame tus limpios fueros tu verdad que no muere.
La tarde de la vida árida y fosca,
Bolívar en esta noche arcana araño en el recuerdo pide un hogar con su genial color.
-hoy es 5 de Julio y que dédalo impera
sobre el espejo fiel de tu nombre y tu aliento-

Este Canto es América - 392 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 401 - Este Canto es América
de las mortuorias sábanas; A tu raíz vital yo aproximo estos versos
era el frío del sepulcro, era el hielo de la muerte, estas rotas cadenas con que te nombro Padre
era el frío de la nada. Bolívar hoy es 5 de Julio y se oculta tu juego
Y mi sombra, y se niega tu marcha en su corcel rotundo.
por los rayos de la luna proyectada,
iba sola Ten estas claras manos que te escriben Bolívar
iba sola ten esta frente (muro de una rosa en la niebla)
iba sola por la estepa solitaria; ten en fin la nostalgia con que te reconstruyo
y tu sombra, esbelta y ágil, Capitán del Roraima desafiador errante
fina y lánguida, ten Bolívar la tabla de esta canción sumida
como en esa noche tibia de la muerta primavera, sobre tu vaticinio de pasión-patria-rumbo
como en esa noche llena de murmullos, de perfumes y de respirando en el pueblo tu rebeldía infinita.
músicas de alas,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella... ¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras de los cuerpos que se juntan con las
sombras de las almas!
¡Oh las sombras que se buscan en las noches de tristezas y
de lágrimas!

De Poesías Completas

R afael Pombo (1833-1912)

Siempre (Fragmento)

Bien puede su hojarasca y polvo y hielo


acumular los años sobre ti.
Mi corazón sacude el turbio velo,

Este Canto es América - 400 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 393 - Este Canto es América
caminabas;
y la luna llena
por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz
blanca;
y tu sombra,
fina y lánguida,
y mi sombra,
por los rayos de la luna proyectadas,
sobre las arenas tristes
de la senda se juntaban
y eran una
y eran una
y eran una sola sombra larga
y eran una sola sombra larga
y eran una sola sombra larga.
Esta noche,
solo, el alma
llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
separado de ti misma por el tiempo, por la tumba y la
distancia,
por el infinito negro
donde nuestra voz no alcanza,
mudo y solo
por la senda caminaba...
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
a la luna pálida,
y el chirrido
de las ranas...
Sentí frío... era el frío que tenían en tu alcoba
tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
entre las blancuras níveas

Héctor D. Gatica - 399 - Este Canto es América


demasiados conocidos, y empezó a descifrar el instante que estaba
viviendo, descifrándolo a medida que lo vivía, profetizándose a
Colombia
sí mismo en el acto de descifrar la última página de los perga-
minos, como si estuviera viendo en un espejo hablado. Entonces
dio otro salto para anticiparse a las predicciones y averiguar la
Jorge Isaacs
fecha y las circunstancias de su muerte. Sin embargo, antes de
llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás
María
de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos
(o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la
... Frondosos naranjos, gentiles y verdes sauces que conmigo
memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babi-
crecisteis ¡cómo os habréis envejecido! rosas y azucenas de Ma-
lonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito
ría, ¿quién las amará si existen?; aromas del lozano huerto, ¡no
en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las
volveré a aspiraros; susurradores vientos, rumoroso ríos... ¡no
estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda
volveré a oíros!
oportunidad sobre la tierra.
La medianoche me halló levantado en mi cuarto. Todo estaba
allí como yo lo había dejado; solamente las manos de María ha-
bían removido lo indispensable, engalanando la estancia para mi
José Asunción Silva
regreso; marchitas y carcomidas por los insectos, permanecían
en el florero las últimas azucenas que ella había puesto. Ante esa
Nocturno
mesa abrí el paquete de cartas que me había devuelto al morir.
Aquellas líneas borradas por mis lágrimas y trazadas por mí
Una noche
cuando tan lejos estaba de creer que serían mis últimas palabras
dirigidas a ella...
Una noche llena de murmullos, de perfumes y de música de
Teniendo entre mis manos las trenzas de María, y recostado
alas, una noche
en el sofá en que Emma le había oído sus postreras confidencias,
en que ardían en la sombra nupcial y humedad las
sonaron las dos en el reloj, él había medido las horas de aquella
luciérnagas fantásticas,
noche angustiosa, víspera de mi viaje; él debía medir también las
a mi lado lentamente,
de la última que pasé en la morada de mis mayores.
contra mi ceñida toda, muda y pálida,
Ya en el corredor, Tránsito y Lucía, después de recibir mí
como si un pensamiento de amarguras infinitas
adiós, sollozaban cubierto el rostro y sentadas en el pavimento;
hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara,
la señora Luisa había desaparecido; José, volviendo a un lado la
por la senda florida que atraviesa la llanura
faz para ocultar sus lágrimas, me esperaba teniendo el caballo del

Este Canto es América - 398 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 395 - Este Canto es América
cabestro al pie de la gradería; Mayo, meneando la cola y tendido que allí mismo, de pie, sin la menor dificultad, como si hubieran
en el gramal, espiaba todos mis movimientos, como cuando en estado escritos en castellano bajo el resplandor deslumbrante del
sus días de vigor salíamos a caza de perdices. mediodía, empezó a descifrarlos en voz alta. Era la historia de la
Faltome la voz para decir una postrera palabra cariñosa a José y familia, escrita por Melquíades hasta en sus detalles más triviales,
a sus hijas; ellas tampoco la habrían tenido para responderme. con cien años de anticipación. La había redactado en sánscrito,
A pocas cuadras de la casa me detuve antes de emprender la que era su lengua materna, y había cifrado los versos pares con
bajada, a ver una vez más aquella mansión querida y sus con- la clave privada del emperador Augusto, y los impares con cla-
tornos. De las horas de felicidad que en ella había pasado, sólo ves militares lacedemonias. La protección final, que Aureliano
llevaba conmigo el recuerdo; de María, los dones que me había empezaba a vislumbrar cuando se dejó confundir por el amor de
dejado al borde de su tumba. Amaranta Úrsula, radicaba en que Melquíades no había ordenado
Llegó Mayo, entonces fatigado, y se detuvo a la orilla del to- los hechos en el tiempo convencional de los hombres, sino que
rrente que nos separaba: dos veces intentó vadearlo y en ambos concentró un siglo de episodios cotidianos, de modo que todos
hubo de retroceder; sentóse sobre el césped, y aulló tan lastimosa- coexistieran en un instante. Fascinado por el hallazgo, Aureliano
mente como si sus alaridos tuviesen algo de humano; como si con leyó en voz alta, sin saltos, las encíclicas cantadas que el propio
ellos quisiera recordarme cuánto me había amado, y reconvertirme Melquíades le hizo escuchar a Arcadio, y que eran en realidad
porque lo abandonaba en su vejez. las predicciones de su ejecución...
Aureliano lo reconoció, persiguió los caminos ocultos de su
descendencia, y encontró el instante de su propia concepción entre
Gabriel García Márquez los alacranes y las mariposas amarillas de un baño crepuscular,
donde un menestral saciaba su lujuria con una mujer que se le
Cien años de soledad entregaba por rebeldía. Estaba tan absorto, que no sintió tampoco
la segunda arremetida del viento, cuya potencia ciclónica arrancó
Aureliano no había sido más lúcido en ningún acto de su vida de los quicios las puertas y las ventanas, descuajó el techo de la
que cuando olvidó sus muertos y el dolor de sus muertos, y volvió galería oriental y desarraigó los cimientos. Sólo entonces descu-
a clavar las puertas y las ventanas con las crucetas de Fernanda brió que Amaranta Úrsula no era su hermana, sino su tía, y que
para no dejarse perturbar por ninguna tentación del mundo, por- Francis Drake había asaltado a Riohacha solamente para que ellos
que entonces sabía que en los pergaminos de Melquíades estaba pudieran buscarse por los laberintos más intrincados de la sangre,
escrito su destino. Los encontró intactos, entre las plantas pre- hasta engendrar el animal mitológico que había de poner término
históricas y los charcos humeantes y los insectos luminosos que a la estirpe. Macondo ya era un pavoroso remolino de polvo y
habían desterrado del cuarto todo vestigio del paso de los hom- escombros centrifugados por la cólera del huracán bíblico, cuando
bres por la tierra, y no tuvo serenidad para sacarlos a la luz, sino Aureliano saltó once páginas para no perder el tiempo en hechos

Este Canto es América - 396 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 397 - Este Canto es América
tos, nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de
indómito amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura,
como riachuelo de oro natural, que va entre arena y aguas turbias
y raíces, o como hierro caldeado, que silba y chispea, o como
surtidores candentes? ¿Y mis VERSOS CUBANOS tan llenos de
enojo, que están mejor donde no se los ve? ¿Y tanto pecado mío
escondido, y tanta prueba ingenua y rebelde de literatura? ¿Ni a
qué exhibir ahora, con ocasión de estas flores silvestres, un curso
de mi poética, y decir porque repito un consonante de propósito, América Central
o los graduó y agrupo de modo que vayan por la vista y el oído
al sentimiento, o salto por ellos, cuando no pide rima ni soporta
repujos la idea tumultuosa? Se imprimen estos versos porque el
afecto con que los acogieron, en una noche de poesía y amistad,
algunas almas buenas, los ha hecho ya público. Y porque amo
la sencillez, y creo en la necesidad de poseer el sentimiento en
formas llanas y sinceras.

La niña de Guatemala

Quiero, a la sombra de un ala,


contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos,


y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda.

... Ella dio al desmemoriado


una almohadilla de olor:
Este Canto es América - 432 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 409 - Este Canto es América
Cuba

José Martí (1853-1895)


De “Versos Sencillos”

1891

Introducción

Mis amigos saben cómo se me salieron estos versos del co-


razón. Fue aquel invierno de angustia, en que por ignorancia, o
por fe fanática, o por miedo, o por cortesía, se reunieron en Was-
hington, bajo el águila temible, los pueblos hispanoamericanos.
¿Cuál de nosotros ha olvidado aquel escudo, el escudo en que el
águila de Monterrey y de Chapultepec, el águila de López y de
Walter, apretaba en sus garras los pabellones todos de la América?
Y la agonía en que viví, hasta que pude confirmar la cautela y el
brío de nuestros pueblos; y el horror y vergüenza en que me tuvo
el temor legítimo de que pudiéramos los cubanos, con manos
parricidas, ayudar el plan insensato de apartar a Cuba, para bien
único de un nuevo amo disimulado, de la patria que la reclama y
en ella se completa, de la patria hispanoamericana, me quitaron
las fuerzas mermadas por dolores injustos. Me echó el médico al
monte: corrían arroyos, y se cerraban las nubes: escribí versos.
A veces ruge el mar, y revienta la ola, en la noche negra, contra
las rocas del castillo ensangrentado: a veces susurra la abeja
merodeando entre las flores.
¿Por qué se publica esta sencillez, escrita como jugando, y no
mis encrespados VERSOS LIBRES, mis endecasílabos hirsu-

Héctor D. Gatica - 431 - Este Canto es América


Y tal amor del indio indómito era
como una florecida enredadera
Guatemala
sobre la desnudez de una muralla.

De Poesía Latinoamericana Contemporanea


Miguel Angel Asturias
Raúl Saint Mezard, 1991
El señor Presidente

... podía dormir con tanta bulla, y el “Mosco”, un ciego al que


le faltaban las dos piernas, porque esa manera de divertirse era
de amujerados.
A los ciegos los oían oír barrer y al “Mosco” ni siquiera lo oían.
¡Quién iba a hacer caso de sus fanfarronadas! -¡Yo, que pasé la
infancia en un cuartel de artillería, onde las patadas de las mulas
y de los jefes me hicieron hombre con oficio de caballo, lo que me
sirvió de joven para jalar por las calles la música de carreta! ¡Yo,
que perdí los ojos en una borrachera sin saber cuándo, y la otra
en otra borrachera, víctima de un automóvil, sin saber ónde!...”
Contado por los mendigos, se regó entre la gente del pueblo
que el “Pelele” se enloquecía al oír hablar de su madre. Calles,
plazas, atrios y mercados recorría el infeliz en su afán de esca-
par al populacho que por aquí, que por allá; le gritaban a todas
horas, como maldición del cielo, la palabra madre. Entraba a las
casas en busca de asilo, pero de las casas le sacaban los perros o
los criados. Lo echaban de los templos, de las tiendas, de todas
partes, sin atender a su fatiga de bestia ni a sus ojos que, a pesar
de su inconsistencia, suplicaban por don con la mirada.
La ciudad grande, inmensamente grande para su fatiga, se fue
haciendo pequeña para su congoja. A noches de espanto siguieron
días de persecución, acosado por las gentes que, no contentas con
gritarle: “Pelelito, el domingo te casás con tu madre..., la vieja....,

Este Canto es América - 430 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 411 - Este Canto es América
somato..., chicharrón y chaleco!”, le golpeaban y arrancaban las si es que lo dejan
ropas a pedazos. Seguido de chiquillos se refugiaba en los barrios allá donde Dios lo habrá rempujado
pobres, pero allí su suerte era más dura; allí, donde todos anda- al fin y al cabo Dios
ban a las puertas de la miseria, no sólo le insultaban, sino que, es el único que reparte los golpes y los premios
al verlo correr despavorido, le arrojaban piedras, ratas muertas a El me encomiendo
y latas vacías. y a la Santísima Virgen de Guadalupe
De uno de esos barrios subió hacia el Portal del Señor un día aquí
como hoy a la oración, herido en la frente, sin sombrero, arrastran- bien jodido
do la cola de un barrilete que de remeda remiendo le prendieron interinamente
por detrás. Le asustaban las sombras de los muros, los pasos de en la Penitenciaría de Ahuachapán.
los perros, las hojas que caían de los árboles, el rodar desigual
de los vehículos... Cuando llegó al Portal, casi de noche, los men-
digos, vueltos a la pared, contaban y recontaban sus ganancias.
“Patahueca” la tenía con el “Mosco” por alegar, la sordomuda se Alfredo Spino
sobaba el vientre para ella inexplicablemente crecido, y la ciega
se mecía en sus sueños colgada de un clavo, cubierta de moscas, Atlacatl
como la carne en las carnicerías.
El idiota cayó medio muerto; llevaba noches y noches de no Aquel indio Atlacatl con su figura
pegar los ojos, días y días de no asentar los pies. Los mendigos de recios bíceps y de pecho erguido,
callaban y se rascaban las pulgas sin poder dormir, atentos a los y que en una leyenda hubiera sido
pasos de los gendarmes que iban y venían por la plaza poco alum- de un hércules de bronce la escultura,
brada y a los golpecitos de las armas de los centinelas, fantasmas
envueltos en poncho a rayas, que en las ventanas de los cuarteles pasó en la vida como en la pavura
vecinos velaban en pie de guerra, como todas las noches, al cui- de virgen selva, un viento enfurecido.
dado del Presidente de la República, cuyo domicilio se ignoraba Murió de pie, al igual que árbol herido
porque habitaba en las afueras de la ciudad muchas casas a la vez, por el hacha de un rayo en la llanura...
cómo dormía porque se contaba que al lado de un teléfono con un
látigo en la mano, y a qué hora, porque sus amigos aseguraban Aquel indio Atlacatl, supo de amores,
que no dormía nunca. que también en las rocas nacen flores
Por el Portal del Señor avanzó un bulto. Los pordioseros se y un oleaje entre espumas se avasalla...
encogieron como gusanos. Al rechino de las botas militares

Este Canto es América - 412 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 429 - Este Canto es América
que se ha hecho en este país respondía el graznido de un pájaro siniestro en la noche oscura,
el tuerce de ser pobre también jode navegable, sin fondo....
no es lo mismo si se lo hubiera tronado “Patahueca” peló los ojos; en el aire pesaba la amenaza del fin
el Comandante de un Cuartel del mundo, y dijo a la lechuza:
hasta me han llegado a decir que yo -¡Hualí, hualí, tomá tu sal y tu chile...; no te tengo mal ni dita
no tenía vela en este entierro y por si acaso, maldita!
pero ya qué me metí en la camisa de once varas El “Mosco” se buscaba la cara con los gestos. Dolía la atmósfera
debo saber que el difunto como cuando va a temblar. El “Viuda” hacía cruz entre los ciegos.
fue una vez el Señor Presidente de El Salvador Sólo el “Pelele” dormía a pierna suelta, por una vez, roncando.
y ese es un baño de oro El bulto se detuvo -la risa le entorchaba la cara-, acercándose
que le queda pegado a uno para siempre al idiota de puntapié y, en son de broma, le gritó:
tocarlo -¡Madre!
pues No dijo más. Arrancado del suelo por el grito, el “Pelele” se le
era tocarle los huevos al tigre fue encima y, sin darle tiempo a que hiciera uso de sus armas, le
no importa la matazón enterró los dedos en los ojos, le hizo pedazos la nariz a dentelladas
que él hizo en sus buenos tiempos y le golpeó las partes con las rodillas hasta dejarlo inerte.
al fin y al cabo Los mendigos cerraron los ojos horrorizados, la lechuza volvió
eso le puede pasar a cualquier Presidente a pasar y el “Pelele” escapó por las calles en tinieblas enloquecido
contando a mi Coronel que hoy está en la estaca bajo la acción de espantoso paroxismo.
ya que la cosa a cada rato se pone color de hormiga Una fuerza ciega acababa de quitar la vida al coronel José
porque parece que los comunistas Parrales Sonriente, alias “el hombre de la mulita”.
no acaban de morirse nunca Estaba amaneciendo.
pero quizás hasta aquí vamos a dejar la plática
no vaya a terminar yo hablando de política De El señor Presidente
a la vejez
viruela
como decía aquel Es el caso de hablar
porque yo no me doy cuenta de eso
en realidad lo mejor es callarse Madre, te bendigo porque supiste hacer
para que mi General acabe de tu hijo un hombre real y enteramente humano.
de descansar en paz El triunfará en la vida. Se marcha y es el caso
de hablar de su regreso. Cuando veas volver,
Este Canto es América - 428 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 413 - Este Canto es América
en un día de fiesta, un viador que en la mano yo no se de esas cosas
luzca joyas preciosas y haga notorios pasos para hablar de cincuenta colones para arriba
y ademán -¿insolencia, dinero o buena suerte?-; en mi pueblo hay que ser doctor
no salgas a su encuentro, puede no ser tu hijo. cuando lo registré ya dije que sólo tenía quince lempiras
a saber qué se hicieron los bujuyazos
Madre, si mirando el camino se acongoja tu alma que le emprestaban en los Estados Unidos
y tras la tapia entonces asoma un caminante de poco le sirvieron sus Médicos Invisibles
que trae gran renombre, espada poderosa, y su Tropa de Espíritus
ceñidas armaduras, en la frente la palma chucús-chucús me sonaba el cuchillo en la mano
de la victoria y gesto de sigamos adelante, como cuando uno puya un saco de sal
por mucho que eso valga vale muy poca cosa con una espina de cutupito
el poder de la espada, el oro y el renombre; claro que esto de tanto hablar es demás
no salgas a su encuentro, puede no ser tu hijo. ahora para qué dijo la lora
y ya me llevó el gavilán
Madre, si aspirando el aroma de una flor para mí que todo el mundo merece irse al carajo
en un día de otoño gris y meditabundo, porque a mí tampoco me fue muy bien que se diga
oyes que alguien te llama y te dice: ¡Señora, a la hora de la necesidad
allá por el camino viene un gran señor nadie vino a ayudarme
del brazo de su amada, conoce todo el mundo, me echaron atrás toda la Guardia Nacional
en la pupila clara trae la mar que añora y la policía de Hacienda
y en su copa de mieles un sabor de aventura!; y a unos orejas que dicen que son del Estado Mayor
no salgas a su encuentro, puede no ser tu hijo. y a todas las patrullas de Oriente
ni que las puñaladas
Madre, si en invierno, después de haber cenado, se las hubiera metido al Salvador del Mundo
éstas junto al bracero y pensando con desgana, Dios me perdone
oídos a la lluvia que cae sobre el techo, lo hice por pura cólera de ratero
y en eso, puerta y viento... Es alguien que ha entrado lo que muchos deberían
descubierta la frente y herramienta en la mano, haber hecho por necesidad de salvar su honor
levántate a su encuentro porque tienes derecho o por el bien del país hace más de treinta años
de abrazar a tu hijo, de quien hiciste un hombre yo no digo que me aplaudan
que vuelve de la vida con el jornal ganado. pero tampoco creo haber hecho lo peor

Este Canto es América - 414 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 427 - Este Canto es América
pero claro que en este clavo le ayudaron bastante R afael Arévalo Martínez (1884)
no fue él solito
quien se los fue echando al pico uno por uno Ropa limpia
bastantes ayudantes tuvo a quienes Dios
no va a olvidar Le besé la mano y olía jabón;
lo más que va a pasar es que Dios va a tardar yo llevé la niña contra el corazón.
o se va a ser de al tiro el olvidado
para que los joda solito el Diablo Le besé la mano breve y delicada
y así Nuestro Señor no tener responsabilidad y la boca mía quedó perfumada.
de tanta grosería ojo por ojo que
no deja de manchar un poquito las manuelas Muchachita limpia, quien a ti se atreva,
como decía aquel que como tus manos huela a ropa nueva.
es cierto
también Besé sus cabellos de crencha ondulada;
que hasta muy peores que mi General ¡si también olían a ropa lavada!
requetepeores
han de haber en El Salvador todavía vivos ¿A qué linfa llevas tu cuerpo y tu ropa?
y con la cola parada ¿En qué fuente pura te lavas la cara?
porque los crímenes fueron como para que nos Muchachita limpia, si eres una copa
tocaran un par a cada uno llena de agua clara.
los ahuevados los apaleados los hambreados
los presos por puro gusto que también fueron un montón De Las rosas de Engaddi, 1927
y de los que anduvieron en la huida de por vida ¿qué me
dicen?
y la aflicción de todo el mundo ¿no va a entrar en la cuenta? Werner Ovalle López
cómo no va a entrar
si a la hora de confesarse Diálogo de América
uno debe contar hasta las malas miradas
mi General decía que el dinero nunca le había manchado Substancia de maíz, substancia aérea,
las manos milagro de azúcar y chirimía,
que la sangre si pero el dinero no suceso de sudor y piel morena,

Este Canto es América - 426 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 415 - Este Canto es América
gota de sol, compacta clorofila, donde le decían adoradito agüelito
substancia de maíz, substancia aérea, debe haber tardado su buen rato en morirse
grano de amor, abeja conmovida. porque las puñaladas fueron medio gallo-gallina
hoy que lo pienso bien me pongo un poco molesto
El hombre que trabaja y el que ríe, pero le di tan suave
y el que busca en el agua la ternura, porque creí que así se debe matar a un viejito
y el que besa la tierra con los dedos, aunque haya sido un hombre tan grande y tan cuerudo
y el que acaba su sangre en la cosecha, como antes fue mi General
y el que consume libros y ciudades, otros le habrían dado más duro
¡veneran al maíz, pan de la sangre! le habrían dado de puñaladas como
El hombre que se asoma a la esperanza si lo quisieran matar pero
tiene dolor de milpa en sus pupilas. quebrándole antes los huesos con el zopapo del cuchillo
Padre nuestro, maíz, agua maciza, yo no
alimento del son, uva del indio, si no me hubiera esculpido
grano de sol, vestido de las venas. no me agarra la tarabilla de matarlo
¡Padre maíz, varón de las estrellas! ahí anduviera él todavía para arriba y para abajo con la
regadera
en el jardín
Isabel de los Angeles Ruano todo viejito y regañado
como era la pura cáscara amarga
El gran torero (Fragmento) pero
otros
Viejo León, tú has toreado a la muerte ay mamita de mi alma
y le has gritado ¡salta! lo que le hubieran hecho para cobrarle
y la muerte, Felipe, León tremendo aunque sea un pedacito de lo que debía
del ruedo más temible de lo humano, otros
te ha tenido miedo. de barato
repito
Aventaste el capote, le diste el cuerpo entero le habrían dado más duro
para que te embistiera con sus cuernos de frío, sólo de muertes él tenía un costal de más de treinta mil
y ella, la muerte, León Felipe de carne imagínese tamaño volcán

Este Canto es América - 416 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 425 - Este Canto es América
yo le saqué la cara de la sopa huyó de las dos banderillas de tu mirada
y le metí cinco tradones más y del cuerpo desnudo que la estaba llamando.
valiente el hombre la mera verdad Mientras. Desde la historia
las lágrimas que le salieron de los ojos se levantó un ¡olé! de fuego
fue de apretarlos demasiado para parar las ganas de gritar que aplaudiendo tu hazaña
quién lo mandó a escupirme hoy en la mañana dejó roncas a todas las gargantas.
yo lo estimaba porque se le veía lo macho en lo zamarro
siempre punteaba contra los escándalos de las mujeres
creo que todavía le metí otro trabón
cuando fue Gobierno tampoco fue gritador
mientras más quedito hablaba más temblaban los Generales
y el Señor Obispo que también secretea
se escapaba a orinar
no por nada le mandó una vez una foto a mi
General Somoza
Presidente de Nicaragua
donde aparecía mi General Martínez
sentado en un canasto de huevos
quería decirle que era valiente y cuidadoso a la vez
digo yo
porque lo que más quiso huevos
fue no quebrar entonces ni un huevo
lo que nunca le entendí fue todo eso de la telepatía
risa me daba cuando decía hablar en musaraña
aquí está tu telepatía pensé
Dios me perdone
pues vi que aún me pelaba los ojos cuando lo estaba
bolseando
quince lempiras mierdas era todo lo que cargaba
y las llaves de la casa y dos pañuelos medios sucios
y unas cartas que le habían llegado de sus nietos de
San Salvador
Este Canto es América - 424 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 417 - Este Canto es América
Roque Dalton

La vida del poeta estuvo marcada por una opción fundamental:


Su participación en las luchas por la liberación de su patria. El
10 de mayo de 1975 fué asesinado en su país. Su obra ya había
alcanzado dimención continental.

La segura mano de Dios

El
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ex presidente de la República General don Maximil-
iano Hernández Martínez fue brutalmente asesinado el
día de ayer por su chofer y mozo de servicio. El hecho
ocurrió en la finca de Honduras donde el anciano militar
transcurría su pacífico exilio. Se disponía a almorzar,
según las informaciones, cuando el asesino lo cosió
virtualmente a puñaladas,, por motivos que aún se
ignoran. Los servicios de seguridad de ambos países
buscan al criminal...
(De la prensa salvadoreña).

En el fondo pobrecito mi General


hoy creo que debí pensarlo dos veces
uno sigue siendo cristiano
pero de vez en cuando va de bruto y le pide consejo al
alcohol
se vino a dar cuenta cuando ya le había zampado
cinco o seis puñaladas
y a la docena se tiró un pedito el viejo
y se medio ladeó en la silla
él siempre decía que era el incomprendido
y que se moriría como don Napoleón Bonaparte un su
maestro

Héctor D. Gatica - 423 - Este Canto es América


cia, en cierto tramo del dolor. Esto no es simple deducción crítica.
Hay constancia en sus versos: “Mis derrotas, / mis luchas, / me
El Salvador
han hecho el llanto fácil. / Pienso en ti mientras digo. Pienso en
mí, / en las cosas que ocurren”; “Aquí estoy con mis llagas, con
mi dolor / a solas”.
Claudia Lars
..............................
(El Salvador, 1899)
Vía única es un libro de cuentas claras: con las raíces, con el
contorno, con el pasado, pero sobre todo de cuentas claras con el
Sobre rosas y hombres
abismo personal (“Un abismo a mi lado. / No lo ven los demás”).
(Poema Tercero)
Quizá la única vía que propone el título sea la de la verdad sin
ripios, sin excusas. Por eso esta instancia de decisiones, de auto-
Estoy hablando de la rosa
franqueza, tiene una fuerza interior que por lo menos no era tan
con un hombre dormido.
perceptible en los libros que la precedieron. Y cuando el poeta
asume la responsabilidad de su invención (“Hay algo que me
¿Sabéis que escucha el hombre, en su trasmundo,
acecha: / el pozo, / el cuarto oscuro. / Se vuelve el agua fría / Y
como se escucha el mar a medio sueño,
malévolo el viento. / Invento una gaviota, / invento lágrimas”);
y apenas sabe que la rosa vive
cuando, a pesar de las previsibles complicaciones, se decide por
perdida en mi palabra
fin a inventar su gaviota, ya es consciente de que en esa opera-
y en el alcance oscuro de su cuerpo?
ción, en ese ejercicio de sus derechos, está también creando su
llanto, concibiendo una más humana dimensión de su angustia.
Duerme el hombre -mi hombre-
Después de todo, compensar la inevitable espesa desolación real,
sobre la fiel presencia de la rosa
por la despojada invención de otras lágrimas, puede ser una forma
y sus limpias bondades.
(acaso la única que nos es permitida) de despistar al dolor, y, con
Duerme sobre el abril de las semillas
un poco de suerte, de vencerlo.
sobre su guerra joven
y su memoria de divinos pájaros.
Mario Benedetti
Las sábanas recogen
el vocero balbuceante, el “yo te amo”,
y alzan una región de dulces pliegues,
secreta, preferida,
donde la rosa casi le despierta...

Este Canto es América - 422 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 419 - Este Canto es América
Yo interpreto la rosa, Claribel Alegría, huésped de su tiempo
pero cae a sus pies y no la mira.
Una extraña vergüenza nos aparta. “Acepto pleitos, / insomnios, / desengaños. / no puedo tolerar
Una súbita helada nos castiga. la indiferencia”. Nada mejor que este autodiagnóstico de Clari-
bel Alegría (nació en Nicaragua, en 1924, pero se considera a sí
El hombre duerme y duerme... misma salvadoreña, ya que desde muy niña vivió en Santa Ana,
nocturnamente busca lo que es suyo. segunda ciudad de El Salvador) para definir su militante interés
Tanteando va por valles de alimento, por la vida. Claribel Alegría toma partido frente a las cosas, aún
y apaga las señales las tradicionalmente inanimadas, polemiza con ellas, las provoca:
y encuentra su cabeza en mi cintura. “Los vitrales, / las velas, / han perdido su magia”; “Con las rodi-
llas / con los dedos / camino el rostro de una roca”. Naturalmente
¿Cómo explicar la rosa y su destino? de las cosas se vengan y la hieren: “Me espantó el crujir de la
¿Su incendio azul y su ribera frágil? madera”; “El ritmo de las olas / me martilla”; “Me cerraron el
¿Cómo decirle -sin herir su lecho- cielo / los ladrillos”. De ese constante conflicto con el mundo,
mi patria solitaria? de ese amarlo y odiarlo al mismo tiempo, nace una poesía vital,
llena de estupores y reclamos.
A la tiniebla el paso. ..................................................
Mi pequeñez tras los sombríos muros. Los sentidos son, en esta poesía, una suerte de indicaciones
Ya vendrán voces nuevas, nueva casa, camineras que conducen al núcleo inspirador, al ser humano y
y el horizonte que me entregue el mundo. femenino que brinda la existencial materia prima a un intelecto
que quiere -y felizmente lo consigue- imponerse. “A cada paso
¡Primavera colmada, tropiezo con sabores / con olores que me cierran el camino”;
para vivir la rosa del dormido! “Exploro mi mundo en el tacto. / A veces el oído”. “Soy víctima
Dos torcaces mellizas le consienten de mis ojos, / mis oídos”. Entonces el núcleo que aparece es un
y un adiós le desgrana ser egocéntrico, generoso. (“Ni falta me hago a veces”) y egoísta
en la rosa humillada y fugitiva. a la vez (“Mírame / no te distraigas de mí”), seguro (“Tengo tanto
que hacer / dentro de mí”) y a la vez vulnerable (“¿Estaré sola
De Donde llegan los pasos hasta la muerte? / Todas las mañanas lo sabré”).
......................................................................................
Es probable que, antes de llegar a Vía única, la poesía de Clari-
bel Alegría haya cumplido alguna escala imprevista, de emergen-

Este Canto es América - 420 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 421 - Este Canto es América
Sus cabezas unidas sembradas de piojos; él volvió, volvió casado:
sus pies muy juntos y descalzos; ella se murió de amor.
las bocas insaciables en un mismo frenesí de mandíbulas,
y sobre la comida grasienta y agria, Iban cargándola en andas
dos manos, una negra y otra blanca. obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
¡Qué unión sincera y fuerte! todo cargado de flores.
Están sujetos por los estómagos, y por las noches foscas,
y por las tardes melancólicas en los paseos brillantes, ... Ella, por volverlo a ver,
y por las mañanas explosivas, salió a verlo al mirador:
cuando despierta el día con sus ojos alcohólicos. él volvió con su mujer:
ella se murió de amor.
Están unidos como dos buenos perros...
Juntos así, como dos buenos perros, Como de bronce candente
uno negro, otro blanco, al beso de despedida
cuando llegue la hora de la marcha, era su frente -¡la frente
¿querrán marchar también, como dos buenos hombres, que más he amado en mi vida!
uno negro, otro blanco?
... Se entró de tarde en el río,
Dos niños, ramas de un mismo árbol de miseria, la sacó muerta el doctor:
están en un portal, bajo la noche calurosa. dicen que murió de frío:
yo se que murió de amor.

Manuel Serafín Pichardo (1865) Allí, en la bóveda helada,


la pusieron en dos bancos;
El último esclavo besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.
Recia espalda y anchurosa,
corta frente, cuerpo bajo, Callado, al oscurecer,
y la pasa entrecanosa me llamó el enterrador:
como gris espumarajo. ¡Nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor!
Este Canto es América - 456 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 433 - Este Canto es América
Versos sencillos Aé,
bengan a bé:
El rayo surca sangriento, aé, bamo pa bé;
el lóbrego nubarrón: bengan, sóngoro cosongo,
echa el barco ciento a ciento, ¡sóngoro, cosongo de mamey!
los negros por el portón.
Ayé me dijeron negro
El viento fiero quebraba pa que me fajara yo;
los almácigos copudos: pero e que me lo desía
andaba la hilera, andaba era un negro como yo.
de los esclavos desnudos.
Tan blanco como te bé
El temporal sacudía y tu abuela sé quién é.
los barracones henchidos: ¡Sácala de la cosina:
una madre con su cría Mamá Iné!
pasaba dando alaridos.
Mamá Iné, tú bien lo sabe;
Rojo como en el desierto, Mamá Iné, yo bien lo sé;
salió el sol al horizonte Mamá Iné, te dise nieto,
y alumbró a un esclavo muerto ¡Mamá Iné!
colgado a un ceibo del monte.

Un niño lo vio: tembló Dos niños


de pasión por los que gimen:
¡y al pie del muerto juró Dos niños, ramas de un mismo árbol de miseria,
lavar con su sangre el crimen! juntos en un portal, bajo la noche calurosa,
dos niños pordioseros llenos de pústulas,
comen en una misma lata, como perros hambrientos,
la comida lanzada por el pleamar de los manteles,
dos niños, uno negro, otro blanco.

Este Canto es América - 434 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 455 - Este Canto es América
Tanto tren en tu cuerpo, Alejo Carpentier (1904)
tanto tren;
tanto tren con tu boca, El siglo de las luces
tanto tren;
tanto tren con tu sojo, Salinas de la Grande Terre. Pronto se avistó la María Galante,
tanto tren... en un difumino de brumas opalescentes, y fue el zafarrancho. Y
mientras cundía el ruido de cureñas rodadas, chirridos de cables
Si tú supiera, mulata, y poleas, gritos preparativos y formaciones presurosas, sobre el
la beddá, relincho de los caballos que ya husmeaban la tierra próxima y el
que yo con mi negra tengo, pasto fresco, Víctor Hugues se hizo a entregar por los tipógrafos
¡y no te quiero pa ná! varios centenares de carteles impresos durante la travesía, en
espesos caracteres entintados, donde se ostentaba el texto del
¡Ay, negra, Decreto del 16 Pluvioso, que proclamaba la abolición de la escla-
si tú supiera!... vitud y la igualdad de derechos otorgados a todos los habitantes
de la isla, sin distinción de raza ni estado. Luego cruzó el combés
Anoche te vi pasá, con paso firme, y, acercándose a la guillotina, hizo volar la funda
y no quise que me biera. alquitranada que la cubría haciéndola aparecer, por primera vez,
desnuda y bien filosa la cuchilla, a la luz del sol. Luciendo todos
A é tú le hará como a mí, los distintivos de su Autoridad, inmóvil, pétreo, con la mano de-
que en cuanto no tube plata recha apoyada en los montantes desde la Máquina, Víctor Hugues
te corrite de bachata se había transformado, repentinamente, en una Alegoría. Con la
sin acoddadte de mí. Libertad, llegaba la primera guillotina al Nuevo Mundo.

Sóngoro, cosongo; XXI


songo bé;
sóngoro, cosongo Todavía quedaban algunos focos de resistencia en la Basse-
de mamey; Terre. Pero el arresto de los hombres traicionados por Graham se
sóngoro la negra esfumaba en cuanto lograban apoderarse de alguna balandra para
baila bien; huir a una isla vecina. Cuando cayó el Fort-Saint-Charles, diose
sóngoro de uno, por terminada la campaña. La Desirade y la María Galante -cuyo
sóngoro de tre. gobernador, ex constituyente pasado al servicio de Inglaterra,

Este Canto es América - 454 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 435 - Este Canto es América
prefirió suicidarse antes que presentar combate- estaban en poder Aé, aé,
los franceses. Víctor Hugues era dueño de la Guadalupe, pudien- volvió el diablito:
do anunciar a todos que ahora se trabajaría en paz. Y, para apoyar los muertos comieron,
sus palabras con algún gesto simbólico, plantó los árboles que la botija cayó.
habían de dar sombra en el futuro a la Place de la Victoire. En- Aé, aé,
tonces tuvo lugar el acontecimiento que todos esperaban, desde la luna se va,
hacía tiempo, con angustiada curiosidad: la guillotina empezó a ¡ánima la danza!
funcionar en público. El día de su estreno, en las personas de dos el diablito se fue.
capellanes monárquicos que habían sido sorprendidos en una ¡Diez nuevos escobios
granja donde se ocultaban fusiles y municiones, la ciudad entera bendice Eribó!
se volcó en el ágora donde se alzaba un fuerte tablado con esca- Retumban las tumbas
lera lateral, al estilo de París, montado en cuatro horcones de en casa de Acué,
cedro. Y como las modas republicanas ya se habían insinuado en ¡yamba ó!
la colonia, aparecieron mestizos vestidos de cortas chaquetas ¡El gallo cantó!
azules y pantalón blanco listado de rojo, en tanto que las mulatas
lucían madrases nuevos con los colores del día. Nunca pudo ver-
se una multitud más alegre y bulliciosa, con aquellos tintes de Nicolás Guillén (1904)
añil y de fresa que parecían tremolar al mismo ritmo de las ban-
deras, en la mañana límpida y soleada. Las fámulas del Comisa- Motivos de son
rio estaban asomadas a las ventanas, gritando y riendo -y riendo
más aún cuando la estremecida mano de un oficial se les subía Mulata
por encima de las corvas-. Muchos niños se habían trepado al
techo de los edificios para ver mejor. Humeaba la fritura, derra- Ya yo me enteré, mulata,
mábanse las jarras de jugos y garapiñas, y el ron clarín, tempra- mulata, ya sé que dise
namente bebido, sobrealzaba los ánimos. Sin embargo, cuando que yo tengo la narise
Monsieur Anse se presentó en lo alto del patíbulo llevando sus como nudo de corbata.
mejores ropas de ceremonia -tan grave en su menester como bien
descañonado por el barbero- se hizo un hondo silencio. Pointe-a- Y fíjate bien que tú
Pitre no era el Cabo Francés, donde, desde hacía tiempo, existía no ere tan adelantá,
un excelente teatro, alimentado de novedades por compañías poqque tu boca e bien grande,
dramáticas de tránsito para la Nueva Orleáns. Aquí no se tenía y tu pasa colorá.

Este Canto es América - 436 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 453 - Este Canto es América
arden ya nada semejante; nunca habíase visto un escenario abierto a todos,
con pólvora negra y por lo mismo descubrían las gentes, en aquel momento, la
-incienso arará-. esencia de la Tragedia. El Fatum estaba ya presente, con su filo
Los muertos llaman en espera, inexorable y puntual, acechando a quienes, por mal
¡cucha el majá! inspirados, habían vuelto sus armas contra la Ciudad. Y el espí-
Teclean las claves ritu del Coro se hallaba activo en cada espectador, con las estro-
a la tibia con tibia, fas y antiestrofas que brincaban y rebrincaban por encima del
tic-tic de palitos. tablado. De pronto apareció un mensajero, abrieron paso las
¡Retumba y zumba! guardias, y la carreta hizo su entrada en el vasto decorado de la
Tam-tam de atabal, Plaza Pública, trayendo a los dos condenados, de manos unidas
timbal de tambor. por un mismo rosario, encima de las muñecas amarradas. Se
¡Rumba en tumba! oyeron solemnes redobles de cajas; funcionó la báscula, cargando
Tambor de cajón con el peso de un hombre obeso, y cayó la cuchilla en medio del
y ecón con ecón. clamor de expectación. Minutos después las dos primeras ejecu-
ciones estaban consumadas... Pero no se dispersó la multitud
Papá Montero, acaso sorprendida, al momento, de que el espectáculo trágico
Marimbulero: hubiese sido tan breve -con aquella sangre aún fluida que se es-
ñañigo chévere, curría entre las rendijas del escenario-. Pronto, por sacarse del
bongosero. horror que los tenía como estupefactos, pasaron muchos, repen-
tinamente, al holgorio que habría de alargar aquel día que ya se
El Iyamba gritó: daba por feriado y de asueto. Había que lucir las ropas recién
¡yamba ó! estrenadas. Había que hacer algo que fuese afirmación de vida
¡quien robe comida ante la Muerte. Y como los bailes de figuras eran los más apro-
palo tendrá! piados para valorar aquellos atuendos y alborotar el tornasol de
las faldas carmañolas, se dieron a algunos a armar contradanzas
Un negro corrió, de adelantar y retroceder en ringlera, mudar de parejas, hacerse
¡yamba ó! reverencias y contornear las cinturas, desatendiendo a los basto-
¿Tú la cogiste? neros improvisados que trataban, en vano, de mantener alguna
¡Por boca rodó! compostura en las filas, y grupos. Al fin, tanta era la algarabía,
tantas eran las ganas de bailar y saltar y reír y gritar, que se liaron
todos en una enorme rueda, pronto rota en farándula, que, luego

Este Canto es América - 452 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 437 - Este Canto es América
de dar vueltas en torno a la guillotina, se lanzó a las calles ale- El gallo murió,
dañas, yendo y regresando, invadiendo traspatios y jardines, ¡yamba ó!
hasta la noche. Ese día se inició el Gran Terror en la isla. No en el rojo altar
paraba ya la máquina de funcionar en la Plaza de la Victoria, el gran Obatalá.
apretando el ritmo de sus tajos. Y como la curiosidad por presen-
ciar las ejecuciones era siempre viva donde todos se conocían de Aé, aé,
vista o de tratos -y guardaba éste sus rencores contra aquél, y no salió el diablito
olvidaba el otro alguna humillación parecida...- la guillotina em- -¡cangrejo de Regla!-
pezó a centralizar la vida de la ciudad. El gentío del Mercado se saltando de lao.
fue mudando a la hermosa plaza portuaria, con sus aparadores y
hornillas, sus puestos esquineros y tenderetes al sol, pregonán- En su gorro miran
dose a cualquier hora, entre desplomes de cabezas ayer respetadas ojos de cartón:
y abultadas, el buñuelo y los pimientos, la corosola y el hojaldre, ¡brujo del Senegal,
la anoma y el pargo fresco. Y como era muy apropiado para tra- tabú y carnaval!
tar negocios, el lugar se transformó en una bolsa volante de es-
combros y cosas abandonadas por sus amos, donde a subasta Aé, aé,
podía comprarse una reja, un pájaro mecánico o un resto de va- cencerro de latón,
jilla china. Allí se cambiaban arneses por marmitas; naipes por de paja la barba,
leña; relojes de gran estilo por perlas de la Margarita. En un día de sabio el bastón.
se elevaban, el mostrador de hortalizas, el escaparate de buhone-
rías, a la categoría de tienda mixta -tremendamente mixta- donde ¡Tiembla, congo! ¡Dale candela!
aparecían baterías de cocina, salseras armoriadas, cubiertos de ¡Chivo lo rompe! ¡Chivo lo pagó!
plata, piezas de ajedrez, tapicerías y miniaturas. El patíbulo se
había vuelto el eje de una banca, de un faro, de una perenne al- Endoco endiminoco
moneda. Ya las ejecuciones no interrumpían los regateos, porfías efimere bongó.
ni discusiones. La guillotina había entrado a formar parte de lo Enkiko baragofia
habitual y cotidiano. Se vendían, entre perejiles y oréganos, unas ¡yamba ó!
guillotinitas minúsculas, de adorno, que muchos llevaban a sus
casas. Los niños, aguzando el ingenio, construían unas maquini- ¡Hierve botija!
llas destinadas a la decapitación de gatos. Una hermosa parda, ¡Calienta pimienta!
muy distinguida por un lugarteniente de De Leyssegues, ofrecía Siete cruces

Este Canto es América - 438 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 451 - Este Canto es América
como un faro que ilumina tus noches, licores a sus invitados en unos frascos de madera, de forma hu-
solitario y seguro, aquí me quedaré. mana, que al ser colocados en una báscula largaba los tapones -con
graciosos rostros pintados, claro está- bajo la acción de una cu-
Yo me quedo con todas esas cosas, chilla de juguete, movida por un pequeño verdugo automático.
que hoy lucen más hermosas, Pero, a pesar de las muchas novedades y diversiones traídas en
sin traicionar mi fe. aquellos días a la vida pastoril y recoleta de la isla, podían obser-
var algunos que el Terror empezaba a descender los peldaños de
Aquí yacen mis abuelos y mis padres, la condición social, segando ya a ras del suelo. Sabedor de que
aquí yacerán mis huesos, numerosos negros, en la comarca de las Abysses, se negaban a
porque no voy a morir en tierra extraña. trabajar en el cultivo de fincas expropiadas, alegando que eran
Aquí somos como seres humanos, hombres libres, Víctor Hugues hizo apresar a los más díscolos,
hoy nos equivocamos, mañana a rectificar, condenándolos a la guillotina. Esteban observaba, con alguna
sin claudicar. extrañeza por lo demás, que el Comisario, después de tanto haber
pregonado la sublimidad del Decreto del 16 Pluvioso del Año II,
Yo me quedo con todas esas cosas, no mostraba mayor simpatía hacia los negros: “Bastante tienen
que hoy lucen más hermosas, con que los consideremos como ciudadanos franceses”, solía
sin traicionar mi fe. decir con tono áspero. Algún prejuicio racial le quedaba de su
larga permanencia en Santo Domingo, donde los colonos habían
sido particularmente duros en el trato de sus esclavos -siempre
Alejo Carpentier calificados de holgazanes, idiotas, ladrones, cimarrones en po-
tencia, “propres-a-rien”, por quienes los hacían trabajar de sol a
Liturgia sol-. Los soldados de la República, por otra parte, muy llevados
hacia la carne parda cuando de hembras se trataba, no perdían
La Potencia rompió, oportunidad de apalear y azotar a los negros con cualquier pre-
¡yamba ó! texto, reconociendo, sin embargo, que algunos, como un corpu-
Retumban las tumbas lento leproso llamado Vulcano, llegaban a ser magníficos artille-
en casa de Acué. ros. Hermanados en la guerra, negros y blancos se dividían en la
paz. Por lo pronto, Víctor Hugues decretó el trabajo obligatorio.
El Juego firmó Todo negro acusado de perezoso o desobediente, discutidor o
¡yamba ó! levantisco, era condenado a muerte. Y cómo había que llevar el
con yeso amarillo escarmiento a toda la isla, la guillotina, sacada de la Plaza de la
en la puerta fambá.
Este Canto es América - 450 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 439 - Este Canto es América
Victoria, se dio a viajar, a itinerar, a excursionar: el lunes ama- la pobre, casa
necía en Le Moule; el martes trabajaba en Le Gozier, donde había ya,
algún convicto de holgazanería; el miércoles daba razón de seis ni cara.
monárquicos, ocultos en la antigua parroquia de Sainte-Anne. La
llevaban de pueblo en pueblo, pasándola por las tabernas. El eje- Mi abuela,
cutor y sus asistentes la ponían a funcionar en vacío, mediante que
copas y propinas, para que todos quedaran enterados de su me- en paz
canismo. Y como en esos paseos no podía trasladarse la escolta descanse.
de redoblantes que, en la Pointe-a-Pitre, servía para acallar cual-
quier gritería postrera de los condenados, cargaban con una gran
tambora en el carricoche -tambora que comunicaba una feriante Pablo Milanés
alegría a las demostraciones-. Los campesinos, deseosos de com-
probar la fuerza de la máquina, ponían troncos de bananos en la Aquí me quedaré
báscula -nada se parece más a un cuello humano, con su haz de
conductos porosos y húmedos, que un tronco de banano- para ver Yo me quedo, valdría repetirlo,
cómo quedaban cercenados. Y hasta llegóse a demostrar, por para aquellos que no lo oyeron bien
zanjar una porfía, que la cuchilla no era detenida por un mazo de y para otros que aún eran unos niños,
seis cañas de azúcar. Luego, los festejados visitantes proseguían y su amor y su orgullo, clamaban por nacer.
el viaje hacia el lugar de su destino, fumando y cantando al com-
pás de la tambora, con los gorros frigios pasados de rojo a casta- Pero ahora no quiero recordar esas cosas,
ño por el sudor. La báscula, al regreso cargaba con tantas frutas que día a día se palpan si salgo a recorrer.
que parecía llevada por la Carreta de la Abundancia. Esas tierras que Bolívar soñaba
que desde mi ventana, yo soñaba también.

Letras del Continente Yo me quedo, porque ya he comprobado


Por Mario Benedetti que una risa vale más que un millón,
ya no quiero hacer comparaciones,
Pablo Armando o el desafío subjetivo sólo veo las regiones que el Maestro soñó.

La palabra, como culto y como deleite, como paisaje y casi Yo me quedo para ver el futuro
como religión, parece constituir un rasgo propio de la actual novela construyendo lo que canto y amé,

Este Canto es América - 440 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 449 - Este Canto es América
si luego nos dijeran qué se hizo la tarde, cubana (no así del cuento, más austero y directo, más despojado
qué secretos perdimos que ya no sabe, y contundente). Desde El siglo de las luces hasta Celestino antes
que ya no sabe nada. del alba, desde Paradiso hasta De dónde son los cantantes, la
palabra asume un papel poco menos que cardinal.
2 En el resto de América Latina, y salvo las confirmatorias
excepciones de siempre (Yáñez, Guimaraes, Rosa), el máximo
Y hablando de la suerte sean los espejos desvelo suele dedicarse a otros resortes: la aventura imaginativa
por un ejemplo comprobación de los difuntos, en García Márquez, la denuncia social en Viñas, el escándalo
y hablando y trabajando objetivo en Vargas Llosa, la implacable estructura en Fuentes, la
en las reparaciones imprescindibles del invierno, fatalidad sin retroceso en Onetti, el pasado lustral en Rulfo, la
sean los honorables como fardos de lino búsqueda fermental en Cortázar. Aún novelistas tan avezados en
y al más pesado trábelo el despliegue verbal, como Ernesto Sábato, Martínez Moreno y
una florida cuerda y sea presidente, Salvador Garmendia usan la palabra como instrumento, la obli-
que todo lo componen, gan a que los sirva. De los novelistas cubanos, cuyas obras cité
el hígado morado de mi abuela y su entierro al comienzo, podría decirse en cambio que se ponen al servicio
que nunca hicimos como quiso porque llovía tanto. de la palabra; es ésta la que da el tono, el color, el sentido a la
narración.
3 Sin embargo, nunca hasta ahora había sido tan evidente esta
singularidad como en la novela Los niños se despiden, de Pablo
Ella, siempre Armando Fernández(8). El es el primero en confesarlo: “Si yo
lo dijo: tápenme hubiese perdido el sentido del olfato dormiría como un lirón,
bien los espejos, pero las palabras tienen un olor intenso para que yo pueda disi-
que la muerte presume. mularlo. Me intoxica, me asfixia sin que yo pueda identificarlo
con alguien o algo conocido. Si yo hubiese perdido el sentido del
Mi abuela, siempre gusto, soñaría toda la noche que ayuno, libre del grosero pecado
lo dijo: guarden de la gula, en un país donde la gente medita seriamente sobre su
el pan, destino, entregada a las labores más nobles”.
para que haya
con qué alumbrar la casa.

Mi abuela, que no tiene,


  Premio Casa de las Américas, 1968.

Este Canto es América - 448 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 441 - Este Canto es América
Fernández Retamar: poesía desde el cráter de Writers in the New Cuba. La simple omisión pasa a convertirse
en profunda injusticia si se conoce un libro como En la calzada
Si aún en los mercados mejor organizados y más aptos para el de Jesús del Monte (1949), que por cierto no propone una versión
consumo del producto literario, la poesía es un género de escasos estallante de la realidad, ni adhiere a ninguno de los diversos en-
lectores, en América Latina suele ser, además, un género de cir- tusiasmos que con frecuencia embargan a los cronistas literarios
culación poco menos que clandestina. Salvadas las excepciones de esa misma realidad. En la calzada de Jesús del Monte es un
de un Pablo Neruda, un Nicolás Guillén, o un Octavio Paz (para libro fundamental, ejemplar en más de un sentido, y considero
nombrar tres poetas vivos), es improbable que un libro de poemas que en la irradiación a las más jóvenes promociones cubanas, su
se reedite. Hoy en día, ya es bastante difícil encontrar en Santia- lección de autenticidad es verdaderamente inapreciable.
go un ejemplar de Cancionero sin nombre, de Nicanor Parra; o .................................................................................................
en México, uno de Horal, de Jaime Sabines; o en Buenos Aires, De Letras del continente mestizo
uno de Violín y otras cuestiones, de Juan Gelman. Pero juntarse
con cualquiera de esos títulos en otro país que no sea el del poeta
respectivo, es algo sencillamente imposible. Ello impide, no sólo Eliseo Diego
al lector, sino también al crítico, llegar a calibrar por sí mismos
la obra total de un determinado autor. Si bien eso se remedia a El sitio en que tan bien se está
veces con las antologías, lo cierto es que la estatura humana de un
poeta no sólo se forma con sus momentos cumbres, sino también 1
con sus desfallecimientos, sus vacilaciones, sus corazonadas, sus
fracasos. Como lector, siempre me ha apasionado buscar el ver- El sitio donde gustamos las costumbres,
dadero rostro del escritor, y éste sólo es reconocible en las obras las distracciones y demoras de la suerte,
completas, no en las antologías, por lo general son una serie de y el sabor breve por más que sea denso,
instantáneas selectas, y en consecuencia proporcionan un enfoque difícil de cruzarlo como fragancia de madera,
algo rígido o artificial de aquel rostro verdadero. (¿Que antología el nocturno café,
podría dar la calidad humana que transmiten las Poesías comple- bueno para decir esto es la vida,
tas de Antonio Machado?) confúndanse la tarde y el gusto,
.Por eso me parece que la reciente aparición de Poesía re- no pasa nada, todo sea
unida (que incluye ocho libros, escritos entre 1948 y 1965), del lento y paladeable como espesa noche,
cubano Roberto Fernández Retamar, tiene sobre todo el valor de si alguien pregunta díganle
proporcionarnos la imagen íntegra del poeta. (...) la permanente aquí no pasa nada, no es más que la vida,
indagación. La verdadera cuenta hay que sacarla en los enfoques y usted tendrá la culpa como un lío de trapos
serios, decididos, como el que consta en Por otro rey:
Este Canto es América - 442 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 447 - Este Canto es América
la tortura ajena, de la agonía ajena de la muerte ajena. Fernández Largos, infinitos poemas vienen; yo los rechazo;
Retamar transcribe ese sentimiento con ejemplar honestidad, con Vuelven como en oleadas insistentes, en paños,
un lenguaje despojado que reduce la enorme interrogante a sus En aguas vastas y golpeantes; yo los empujo
términos escuetos, perentorios. Creo que vale la pena transcribirlo Contra su propio fragor, yo los hundo
en su integridad. Unos en otros; regresan otra vez, van a los ojos,
Van al rostro, buscan la boca, el cuerpo;
Nosotros, los sobrevivientes, Yo los resisto, los alejo, vuelven, siempre vuelven.
¿A quienes debemos la sobrevida? Multitud espesa de letras
¿Quién se murió por mí en la ergástula, Está ya en marcha, y es inútil el rechazo.
Quien recibió la bala mía,
La para mí, en su corazón? ............................................................................
¿Sobre qué muerto estoy yo vivo, Esto es poco menos que una mecánica de los procederes
Sus huesos quedando en los míos, poéticos. Ese empujar los poemas contra su propio fragor, ese
Los ojos que le arrancaron, viendo hundirlos los unos en otros, explica en cierto modo la recurrencia
Por la mirada de mi cara, de temas, la iteración de algunos tópicos que vuelven con rasgos
Y la mano que no es su mano, adicionales, con deformaciones o complementos, o apéndices, o
Que no es ya tampoco la mía, culminaciones, que les dan un rostro y un sentido diversos, pero
Escribiendo palabras rotas que no tienen por qué estorbar al anterior. Más bien lo enriquecen,
Donde él no está, en la sobrevida? le otorgan una dimensión nueva. La tesis es que todos los poemas
son uno solo, o, tal como se expresa en El poema de hoy,

Sobre Eliseo El solo poema que una mano


Traza sin cansarse y alegre
Resulta demasiado fácil atribuir sólo a la balcanización cultural Sobre un papel que vuela vasto,
de nuestros países un hecho tan absurdo como la escasa difusión Y en donde pone cielos,
que Eliseo ha tenido hasta ahora fuera de Cuba. Por ejemplo, Astros, ígneas llamadas
ninguno de los últimos antologistas de la actual poesía latinoa- Que a la tarde regresarán
mericana lo incluye en sus selecciones: ni Aldo Pellegrini en su A conversar con nosotros.
discutible Antología de la poesía viva latinoamericana ni J. M.
Cohen en Latin American Writing Today, y, lo que es más incon- Sin embargo, donde el poeta aprende mejor el secreto de su
cebible, tampoco en la necesariamente menos estricta selección propia creación, es en dos tentativas (Uno escribe un poema; La

Este Canto es América - 446 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 443 - Este Canto es América
poesía, la piadosa) por cierto muy dispares, tanto en su contexto Si el Universo fuera limitado en sus combinaciones,
como en sus propósitos. Una refiere la conmoción reveladora de Cabría alguna esperanza. Pero no hay ninguna.
un instante, el mero enfrentamiento con “un árbol sólo con flor Por eso le digo esta especie de adiós,
rosada”; el poeta se limita a registrar como imposibles, la solitaria Asegurándole que en el río de mis azares,
perfección del árbol y su propia, aislada alegría. “Entonces, / uno Y en los de muchos como yo,
escribe un poema.” O sea que el poema asciende directamente, Hay uno que fue usted,
sin intermediarios, de una experiencia vital; es un lazo insospe- Y que esa es la única inmortalidad posible:
chado, una hipótesis provisional. La segunda tentativa supone a Que ya yo no pueda ser como era
la poesía como apegada torpemente a las cosas “ para que se le Antes de haberlo conocido y querido mucho.
queden a su lado”: Todo no es más que un soplo:
Usted, yo, el universo, pero
Hijos que van creciendo y que una noche Puesto que ha habido gente como usted,
Salen cantando, aullando salen, salen Es probable, bastante probable,
Hacia las imperiosas servidumbres. Que todo esto tenga algún sentido.
Y tras ellos va fiel, la poesía, Por lo pronto, ya sé: no bajar la cabeza.
La piadosa, la lenta, recreando Gracias, y adiós.
Sus rasgos, su manera de ser ciertos
En aquella mañana de aquel día. ..........................................................................

..................................................................... Entonces llega la Revolución, y el acontecimiento sacude,


entre otras cosas, la vida familiar y hasta la vida interior de cada
El poeta se dirige a sus amigos como si hablara con una parte cubano. Son palabras (ahora en prosa) del propio Fernández
de sí mismo: sin énfasis, con recuerdos, con confianza. Algunos Retamar: “Una revolución no es un paseo por un jardín: es un
de los mejores momentos de esta lectura completa, están, curio- cataclismo, con desgarramientos hasta el fondo. Pero es sobre
samente, en esos poemas con nombre y apellido. El mejor me todo la deslumbrante posibilidad de cambiar de vida”. El poeta
parece el dedicado a Ezequiel Martínez Estrada, con motivo de siente, como todos, la tremenda conmoción y la registra en su
su muerte. Entremezclada con el afecto y el respeto que le inspira poesía, denominándola significativamente Vuelta de la antigua
el singular escritor argentino (que vivió en Cuba en la etapa pos- esperanza, y fechando en 1º de enero de 1959 un breve poema, El
terior al triunfo de la Revolución), hay una severa interrogación otro, que es uno de los frutos literarios más nobles, más auténti-
del poeta a sus propios temores, a sus propias esperanzas, a sus cos, de ese repentino acceso a un destino nacional. En rigor, es la
propios fantasmas: dolorosa conciencia de convertirse en imprevisto beneficiario de

Este Canto es América - 444 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 445 - Este Canto es América
Viejo puente Tez abrupta, sin perfil,
cual escamoso terrón,
Mi risa está tan adentro donde blanquea el marfil
que estoy triste cuando rio. en la grieta del carbón.

Enséñame viejo puente, Vino en un barco negrero


a dejar pasar el río. del África Occidental,
y le atezó el más fiero
toque del sol tropical.

Cuál profundos arponazos,


Oda escrita en la piedra
de la esclavitud testigos,
muestra en tobillos y brazos
Hay algo más que el viento buscando ser instinto, las huellas de sus castigos.
algo más que la ola
que quiere andar de pie como la sangre. Sin encono y sin piedad,
Hay algo más que aquello que rezaba a las piedras, cuando el cubano guerreaba,
suave como la muerte del cabello del indio, peleó por la libertad
simple como el secreto transparente del agua. sin saber por qué peleaba.
Hoy aquellos que fueron siempre mudos, Y concluida la guerra,
los que siempre llevaron en la sombra premiado por el desvío,
la dignidad del loto que crece sobre el cieno, y echado sobre la tierra
se acercan a la tierra, a la puerta del bohío;
y echan voces por granos, como quien va regando
la conciencia. mientras tuerce a su manera
la vitola de un habano,
Llegan horas que nacen para la alondra insigne. y del café, en la caldera,
La tierra tiene ahora la cualidad del ave. tuesta el oloroso grano,
Y el horizonte crece, crece en aquellas manos
que saquearon a sangre la esperanza. desfilan ante sus ojos
por la vejez azulados,
Este Canto es América - 480 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 457 - Este Canto es América
cual nostálgicos despojos Es que es un poco de tierra
de tiempos nunca olvidados, que no se quiere dormir.
Aire eterno que da al aire
el verde cañaveral, su raíz.
el trapiche y el batey;
su verdugo: el mayoral, El negrito la cantaba
y su compañero: el buey; no queriéndola decir.
La tierra estaba en su voz
su tambor y sus verduras, como el campo está en un diente
su conuco y su machete, le maíz.
del cepo las herraduras.
y el herraje del grillete; Cuando bajaba la cuesta,
(cielo claro o cielo gris)
sin que, en su antiguo gozar, siempre en los ojos tenía
nuevamente su alma vibre, más campo que aquel que pica
y sin saberse explicar la perdiz.
la aventura de ser libre...
Hoy duerme sin tiempo, duerme
cuando no debe dormir.
Diego Vicente Tejera (1844-1903) Hoy temprano le da el sol
más allá de su nariz.
Negro y blanco
Pero al negrito, al negrito
Dos Niños están jugando yo no lo dejo de oír.
en el batey de un ingenio. Aquel negrito, que a ratos,
¡Dos niños! De pie está el uno tras el monte de su bemba
y el otro echado en el suelo. le salía
Aquel, con un bejuquillo, como un cuernito de luna
acaricia al compañero si reía
que revolcándose ríe al sentir el cosquilleo. (no queriéndose reír.)
El niño que ríe es blanco...
El que lo acaricia, negro.
Este Canto es América - 458 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 479 - Este Canto es América
Ella no supo qué sucedió, pero cerca, junto a la puerta, estaba Dos hombres están furiosos
la piedra; una piedra como lava, rugosa, casi negra, pesada. Sintió en el batey de un ingenio.
que le nacía una fuerza brutal. La alzó. Sonó seco el golpe. Qui- ¡Dos hombres! De pie está el uno,
co, primero soltó el pescuezo del otro, luego doblo las rodillas, y el otro atado en el suelo.
después abrió los brazos con amplitud y cayó de espaldas, sin Aquél con un fuerte látigo,
quejarse, sin hacer un esfuerzo. despedaza al compañero
La tierra del piso absorbía aquella sangre tan roja, tan abun- que revolcándose grita
dante. Chepe veía la luz brillar en ella. de dolor y rabia lleno...
La mujer tenía las manos crispadas sobre la cara, todo el pelo El hombre verdugo es blanco;
suelto y los ojos pugnando por saltar. Corrió. Sentía flojedad en el hombre víctima, negro.
las coyunturas. Quería ver si alguien venía; pero sobre la gran
carretera muerta, totalmente muerta, sólo estaba el sol que la mató. De Mapa de la poesía negra americana (1946)
Allá, al final de la planicie, la colina de arenas que amontonaron Por Emilio Ballagas
los vientos. Y cactos, embutidos en el acero.

José Lezama Lima

Manuel del Cabral (1907) Las siete alegorías


(Fragmento)
Voz de tierra
Teseo trae la luz,
Tenía el negrito a ratos el sextante alegórico.
como un lunar de marfil; La luz es el primer animal visible de lo invisible.
el sol le daba en la punta, Es la luz que se manifiesta,
la punta de su nariz. la evidencia como un brazo
que penetra en el pez de la noche.
Por sus venas le subía Oh luz manifestada
algo que pudo salir. que iguala al ojo con el sol.
(Aquella canción de campo Un grupo de encinas
ya no se deja de oír.) derribadas oculta las prolongaciones
de la luz sobre la repisa fría

Este Canto es América - 478 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 459 - Este Canto es América
con objetos inmutables. deseos de llorar, de gritar mucho. De seguro mamá moriría si
Es lo primero que se manifiesta seguía sangrando.
y será lo último manifestado. Todo fue porque la mujer no vendió la leche de cabra, como
Teseo frente al monstruo cuadrado él se lo mandara; al volver de las lomas, cuatro días después, no
trae la luz evidente halló el dinero. Ella contó que se había cortado la leche; la ver-
y la manifestada. dad es que la bebió. Prefirió no tener unas monedas más a que la
Las repisas brillan criatura sufriera hambre tanto tiempo.
y se hunden a los hachazos. Le dijo después que se marchara con su hijo:
- ¡Te mataré si vuelves a esta casa!
La mujer estaba tirada en el piso de tierra; sangraba mucho
y nada oía. Chepe, frenético, la arrastró hasta la carretera. Y se
quedó allí, como muerta, sobre el lomo de la gran momia. Quico
tenía agua para dos días más de camino, pero casi toda la gastó
en rociar la frente de la mujer. La llevó hasta el bohío, dándole
el brazo, y pensó en romper su camisa listada para limpiarla de
sangre. Chepe entró por el patio.
- ¡Te dije que no quería verte má aquí, condená!
Parece que no había visto al extraño. Aquel acero blanco,
transparente, le había vuelto fiera, de seguro. El pelo era estopa
y las córneas estaban rojas.
Quico llamó la atención, pero él, medio loco, amenazó de nuevo
a su víctima. Iba a pegarle ya.
Entonces fue cuando se entabló la lucha entre los dos hom-
bres.
El niño pequeñín, pequeñín, comenzó a gritar otra vez; ahora
se envolvía en la falda de su mamá.
La lucha era como una canción silenciosa. No decían palabra.
Sólo se oían los gritos del muchacho y las pisadas violentas.
La mujer vio cómo Quico ahogaba a Chepe: tenía los dedos
engarfiados en el pescuezo de su marido. Éste comenzó por cerrar
los ojos; abría la boca y le subía la sangre al rostro.

Este Canto es América - 460 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 477 - Este Canto es América
La carretera muerta, totalmente muerta, está ahí, desenterrada,
gris. La mujer se veía, primero como un punto negro, después
Guayana Francesa
como una piedra que hubieran dejado sobre la momia larga. Estaba
allí, tirada, sin que la brisa le moviera los harapos. No la quemaba
el sol; tan sólo sentía dolor por los gritos del niño. El niño era
L.G. Damas (1937)
de bronce, pequeñín, con los ojos llenos de luz, y se agarraba a
la madre tratando de tirar de ella con sus manecitas. Pronto iba
Han venido esta noche
la carretera a quemar el cuerpecito, las rodillas por lo menos, de
aquella criatura desnuda y gritona.
Han venido esta noche donde el tam-tam
La casa estaba allí cerca, pero no podía verse.
hace girar
A medida que avanzaba, crecía aquello que parecía una piedra
de ritmo en ritmo y ritmo
tirada en medio de la gran carretera muerta. Crecía, y Quico se
el frenesí
dijo: “Un becerro, sin duda, estropeado por auto”.
Tendió la vista: la planicie, la sabana. Una colina lejana, con
de los ojos
pajonales, como si fuera esa colina sólo un montoncito de arena
el frenesí de las manos
apilada por los vientos. El cauce de un río; las fauces secas de la
el frenesí
tierra que tuvo agua mil años antes de hoy. Se resquebrajaba la
de las piernas de estatuas de los negros.
planicie dorada bajo el pesado acero transparente. Los cactos, los
Después de que habían muerto
cactos, coronados de aves rapaces.
cuantos de los míos han venido
Más cerca ya, Quico vio que era persona. Oyó distintivamente
y están esta noche
los gritos del niño.
en que el tam-tam
El marido la había pegado. Con la única habitación del bohío,
caliente como horno, la persiguió, tirándola de los cabellos y
Hace girar
machacando a puñetazos su cabeza.
de ritmo en ritmo y ritmo
- ¡Hija de mala madre! ¡Hija de mala madre! ¡Te voy a matar
el frenesí
como a una perra, desvergonsá!
el frenesí de las manos
- ¡Pero si nadie pasó, Chepe; nadie pasó! -quería ella expli-
el frenesí
car.
de las piernas de estatua de mis negros.
- ¿Qué no? ¡Ahora verá!
Y volvía a golpearla.
El niño se agarraba a las piernas de su papá. El veía a la mujer
sangrando por la nariz. La sangre no le daba miedo, no, solamente
Este Canto es América - 476 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 461 - Este Canto es América
República Dominicana

Juan Bosch (1909)

La mujer

La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará. Larga,


infinitamente larga, ni en la piel gris se le ve vida. El sol la mató;
el sol de acero, de tan candente al rojo -un rojo que se hizo blanco-.
Tornóse luego transparente el acero blanco, y sigue ahí, sobre el
lomo de la carretera.
Debe hacer muchos siglos de su muerte. La desenterraron
hombres con pico y palas. Cantaban y picaban; algunos había,
sin embargo, que ni cantaban ni picaban. Fue muy largo todo
aquello. Se veía que venían de muy lejos; sudaban, hedían. De
tarde el acero blanco se volvía rojo; entonces en los ojos de los
hombres que desenterraban la carretera, se agitaba una hoguera
pequeñita, detrás de las pupilas.
La muerte atravesaba sabanas y lomas y los vientos traían
polvo sobre ella. Después aquel polvo murió también y se posó
en la piel gris.
A los lados hay arbustos espinosos. Muchas veces la vista
se enferma de tanta amplitud. Pero las planicies están peladas.
Pajonales, a distancia. Tal vez aves rapaces coronen cactos. Y los
cactos están allá, más lejos, embutidos en el acero blanco.
También hay bohíos, casi todos bajos y hechos con barro.
Algunos están pintados de blanco y no se ven bajo el sol. Sólo se
destaca el techo grueso, seco, ansioso de quemarse día a día. Las
cañas dieron esas techumbres por las que rueda agua.

Héctor D. Gatica - 475 - Este Canto es América


Haití

Pierre Moraviah Morpeau

Himno a la noche haitiana

Glorificada de misterio, yo vi salir la luna llena.


Yo vi los árboles generosos de mi tierra:
los flamboyanes y las palmeras
reteniendo sus soplos
en éxtasis de paz,
bajo los rayos de la luna llena.

Glorificada de misterio, yo vi salir la luna llena.


En la hora tibia de los atavismos; hora de sortilegios y
de encanto
el que revive y palpita, la abuela, África;
África portentosa, la de los ritos tristes y ardientes.
El tam-tam del vodú,
el tam-tam nostálgico, consolador del paria haitiano,
se mezcla con el alma, el paisaje,
el dolor, el stacatto monocorde de las cigarras en celo
y la luz de la luna.

Allá abajo, en el llanto cálido y sensual,


allá arriba, sobre la ruta de Petionville,
los autos son coyuyos que ruedan.
Y en la avenida que conduce a la fuente Turgeau
yo voy solo, en la penumbra que me identifica con las cosas,

Héctor D. Gatica - 463 - Este Canto es América


voy, solo, abrazado del misterio
ante el misterio de la luna llena.
Jamaica

Roland Morisseau
Claude Mc K ay (1889)
Poemas
La bailarina de Harlem
Tristeza de muerte invade mi corazón
Los jóvenes reían con las prostitutas
Deseoso de cantos secretos
y aplaudiendo contemplaban
su cuerpo perfecto y semidesnudo;
Para aprisionar
su voz era como el sonido de las flautas
La parca alegría que tu rostro me brinda
de negros tañedores paseando por el campo.
Entre nosotros dos
Ella bailó y cantó grácil y tranquila
Tus miradas
con las flotantes gasas en torno de sus formas.
Lago inmenso donde nadan nuestros deseos
Me pareció una palma majestuosa y flexible
...............................................................
erguida y adorable después de la tormenta.
Abro las puertas de la inmensidad
Sobre el clima que ilumina tu rostro
Sobre su cuello moreno
Y llevo en mi corazón
caían profusamente brillantes ondas
El arca de amores renacidos
y agitadas monedas de estímulo.
El símbolo de días eternos
Te amo por todos los que no son armados
Los embriagados jóvenes y las mismas muchachas
Te amo por los que jamás amaron
la devoraban con miradas de admiración y asombro.
Te amo por los que murieron sin ser amados
Pero observando en ella esa falsa sonrisa
Oh mundo, henos aquí
yo la sabía ausente de aquel lugar extraño.
Qué importa si corren los días
Si tus ojos son mi sol
Qué importa si pasan las noches
Sí tengo tus miradas para mis noches solas

Este Canto es América - 464 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 473 - Este Canto es América
El mundo es un sueño azul
En el rincón de tu sonrisa
Hemos refundido
El Cielo con la tierra
Por el reino de nuestro amor.

Anthony Phelps

Poemas

Pronto acabará ya
el tiempo de la miseria
el tiempo del mediodía vacío
y de las segregaciones
y cuando el estío
en la encrucijada de los hombres de mi raza
llamará a nuestras puertas
con estampidos de sol
nuestras voces
todas las voces del universo
nuestras voces se elevarán sobre el mundo asombrado
para cantar el himno
del estío puro del hombre.

Jeanine Tavernier Louis

Poema

He saboreado la pasión
hasta quemar mis labios
Héctor D. Gatica - 465 - Este Canto es América
ya que sólo extinguía mi sed Francisco Matos Paoli
con la sangre de mis venas
He saboreado la amistad Yo no puedo
y sólo me quedó en la boca
la insipidez de sus renuncias Yo no puedo
en el miedo y respeto humano esperar
He probado la riqueza la palabra,
que hallé acre ser el maestro loco que afina el horizonte.
la religión
que hallé rancia (Cristo viene y me trae
la rebelión el rosal).
que hallé amarga
Pero llega el día Lo entrego al Dirigente del rocío,
de los labios llenos de miradas de fuego al fundador del alba
de brazos extendidos alrededor del mundo en la isla de todas las reconciliaciones.
para la ronda fraternal de los corazones
Llega ese día y sólo entonces
podrán hablarme de amor.

De Poesía Latinoamericana Contemporánea

Este Canto es América - 466 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 471 - Este Canto es América
¡Oh el aguacate de Santo Domingo,
y el caldo denso de la Martinica!
Puerto Rico
Ahora eres, mulata,
glorioso despertar de mis Antillas.
Luis Pales Matos

Tambores
Pachín Marín (1863-1897)
La noche es un criadero de tambores
El trapo
que croan en la selva,
A Puerto Rico
con sus roncas gargantas de pellejo
cuando alguna fogata los despierta.
Cuando un pueblo no tiene una bandera,
bandera libre que enarbole ufano,
En el lodo compacto de la sombra
en pos de su destino soberano
parpadeando de ojillos de luciérnagas,
y el patriotismo, la gentil quimera;
esos ventrudos bichos musicales
con sus patas de ritmo chapotean.
si al timbre faltan de su gloria entera
bríos de combate en contra del tirano,
Con soñoliento gesto de batracios
la altiva dignidad del ciudadano,
alzan pesadamente la cabeza,
o el valor distintivo de la fiera;
dando al cálido viento la pringosa
gracia de su energía tuntuneca.
con fe gigante y singular arrojo
láncese al campo del honor fecundo,
Los oye el hombre blanco
tome un lienzo, al azar, pálido o rojo
perdido allá en las selvas
Es un tuntún asiduo que se vierte
y, al teñirlo con sangre el iracundo,
imponderable por la noche inmensa.
verá cambiarse el mísero despojo
en un trapo que asombre a todo el mundo.
A su conjuro hierven
las oscuras potencias;
fetiches de la danza,

Este Canto es América - 470 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 467 - Este Canto es América
tótemes de la guerra, mientras sobre mi barca va cayendo
y los mil y un demonios que pululan la noche de tus ojos, como tinta.
por el cielo sensual del alma negra.
En ti ahora, mulata,
¡Ahí vienen los tambores! ¡Oh despertar glorioso en las Antillas!
Ten cuidado, hombre blanco, que a ti llegan Bravo color que el do de pecho alcanza,
para clavarte un aguijón de música. música al rojo vivo de alegría.
Tápate las orejas,
cierra toda abertura de tu alma Y calientes cantáridas de aromas
y el instinto dispón a la defensa; -limón, tabaco, piña-
que si en la torva noche de Nigricia zumbando a los sentidos
te picara un tambor de danza o guerra, sus embriagadas voces de delicia.
su terrible ponzoña
correrá para siempre por tus venas. Eres ahora, mulata
todo el mar y la tierra de mis islas,
sinfonía frutal cuyas escalas
Mulata-Antilla rompen furiosamente en tu catinga.

En ti ahora, mulata, He aquí en su traje verde de guanábana


me acojo al tibio mar de las Antillas, con sus finas y blandas pantaletas
aguas sensual y lenta de melaza, de muselina; he aquí el caimito
puerto de azúcar, cálida bahía, con su leche infantil; he aquí la piña
con la luz en reposo con su corona de soprano... Todos
dorando la onda limpia, los frutos ¡oh mulata! tú me brindas
y el soñoliento zumbo de colmena en la clara bahía de tu cuerpo
que cuajan los trajines de la orilla. por los soles del trópico bruñida.

En ti ahora, mulata, ¡Oh Cuba! ¡Oh Puerto Rico!


cruzo el mar de las islas. Fogosas tierras líricas...
Eléctricos mininos huracanes ¡Oh los rones calientes de Jamaica!
en tus curvas se alargan y se ovillan,

Este Canto es América - 468 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 469 - Este Canto es América
después las de viudas y huérfanos Aquellas manos simples
después las del pueblo que traen en los filos de picas y hachas
y las tierras del Inca aradas por último el oro de las minas de los amaneceres.
Un Imperio de ayllus
ayllus de familias trabajadoras Es la América inédita,
animales vegetales minerales la que estaba en el tacto,
también divididos en ayllus la que estaba en la carne,
el universo entero todo era un gran ayllu como aquello que a veces se nos queda
(y hoy en vez del ayllu: los latifundios) en el vientre materno que se revienta en vida.
No se podía enajenar a la tierra
Llacta Mama (la tierra) era de todos La América que un día se quedó entre los hombres
Madre de todos y creció entre sus manos como el río en el mar.

Las cosechas eran hechas con cánticos y chicha América también:


hoy hay pánico en la Bolsa por las buenas cosechas la que pinta de verde el aguacero,
-el Espectro de la Abundancia- la que suena en el fuete como un tiro de paz,
AP. NUEVA YORK la que muerde en la miga dura de tiempo el negro,
(en la larga tira de papel amarillo) la que un poco se duerme tirada en una esquina
AZUCAR MUNDIAL PARA ENTREGAS FUTURAS mientras la sangre antigua moja aun las espadas,
BAJO HOY mientras todos los siglos caben en la garganta,
LAS VENTAS FUERON INFLUIDAS POR LA BAJA DE mientras el indio andino no conoce a Bolivar,
PRECIOS mientras por los caminos de los Andes las llamas
EN EL MERCADO EXPORTADOR Y POR LAS bajan a paso manso sin que lo sepa el mundo
PREDICCIONES DE QUE una pequeña caja de pino en donde viene
LA PRODUCCION MUNDIAL ALCANZARA UNA tal vez no un niño muerto, sino el sueño profundo
CIFRA SIN PRECEDENTES de toda la montaña.

como estremece también a la Bolsa Ya la mañana viene sobre carretas pobres,


el Fantasma de la Paz carretas que traen de lejos su catedral de fatiga.
tiembla el teletipo
Parece gente el aire que da contra la frente.
Viene la sangre niña como el agua primera.
Este Canto es América - 504 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 481 - Este Canto es América
Raíz de madrugada, ... en el indio remoto. El heredero del trono
La sonrisa se ha puesto de pie como una hazaña. sucedía a su padre en el trono
La mañana de ahora trae durezas de estatua.
Hoy la tierra que sube municipal es cósmica. MAS NO EN LOS BIENES
Nadie fundó la urbe... Fueron antiguas rocas ¿Un comunismo agrario?
que crecieron a fuerza de pensar en las alas. Un comunismo agrario
Hoy no lanza el hondero la piedra suelta al tiempo “EL IMPERIO SOCIALISTA DE LOS INCAS”
sino que se levanta con ella misma el hombre.
Neruda: no hubo libertad
Mientras pasa la muerte resucitando espadas. sino seguridad social
Y no todo fue perfecto en el “Paraíso Incaico”
Censuraron la historia contada por nudos
Moteles gratis en las carreteras
Tony R aful sin libertad de viajar
¿Y las purgas de Atahualpa?
Pronóstico paternal ¿El grito del exiliado
en la selva amazónica?
Vendrá Virginia y vendrá en pañales El Inca era Dios
como vienen las cosas que se quieren todavía. era Stalin
(Ninguna oposición tolerada)
Será puntual la cigüeña Los cantores sólo cantaron la historia oficial
y los girasoles y la témpera de colores desvaneciéndose en Amaru Tupac fue borrado de la lista de reyes
el arcoiris
mientras un surgimiento de geranios enternecerá la tierra Pero sus mitos
con el arco de tus pequeñas manos. no de economistas!
La verdad religiosa
Una libertad de besos difundirá tu nombre y la verdad política
en los muros más altos de la noche eran para el pueblo una misma verdad
pretenciosa luz retrayéndonos al acuario de la niñez. Una economía con religión
las tierras del Inca eran aradas por último
No hay júbilo tan inmenso como el de la inocencia primero las del Sol (las del culto)

Este Canto es América - 482 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 503 - Este Canto es América
Hubo tierra para todos ni retinas tan limpias como las de los niños
El agua y el guano gratis ni sonrisas tan grandes como las de los pequeños.

(no hubo monopolio de guano) Un padre con sueños a bordo te espera Virginia
Banquetes obligatorios para el pueblo con las manos un poco sucias por el tiempo
Y cuando empezaban las labores del año y el corazón un poco grande por la esperanza.
con cantos y chichas se distribuían las tierras
y al son del tambor de piel de tapir De Poesía Latinoamericana Contemporánea
al son de la flauta de hueso de jaguar
el Inca abría el primer surco con su arado de oro
Aún las momias se llevaban su saquito de granos Norberto James R awlings
para el viaje del más allá
Retorno inesperado
Hubo protección para los animales domésticos
legislación para las llamas y vicuñas Tú que vienes de lejos con los pasos elásticos
aún los animales de la selva tenían su código y traes viejas humedades en los ojos.
(que ahora no lo tienen los Hijos del Sol) Tú que llevas la boca untada de cantos
y en la vestimenta polvo de caminos.
De la Plaza de la Alegría en el Cuzco Dime antes que nada:
(el centro del mundo) Qué de la alegría?
partían las 4 calzadas Detenta y responde;
hacia las 4 regiones en que se dividía el Imperio Bajo las alas de que mariposa
“Los Cuatro Horizontes” se esconden tus palabras
TAHUANTINSUYU que hoy vienes callada y
Y los puentes colgantes casi cansada
sobre ríos nutrientes con tus pasos elásticos.
carreteras empedradas
caminitos serpenteantes en los montes Mi estancia es sólo sombras.
todo confluía Como las que ajaron tu blusa
a la Plaza de la Alegría en el Cuzco y tu cuerpo
el centro del mundo y cambiaron tu ruta.

Este Canto es América - 502 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 483 - Este Canto es América
Yo recuerdo el día que partiste y no ha hecho nada sino pensar...
y las palabras que iban contigo indiferente a los rascacielos
como el agua perdida. a la Alianza para el Progreso
¿Pensar? Quién sabe
Hoy llegas y no sé de dónde. El constructor de Machu Picchu
Quizás del otro lado de la noche, en casa de cartón
y traes la inseguridad de tu palabra ausente. y latas de Avena Quaker
Cansada El tallador de esmeraldas hambriento y hediondo
ajada la blusa (el turista toma su foto)
manchada de llanto. Solitarios como cactus
silenciosos como el paisaje -al fondo- de los Andes
Son cenizas
son cenizas
que avienta el viento de los Andes
Y la llama llorosa cargada de leña
mira mudamente el turista
pegada a sus amos

No tuvieron dinero
Nunca se vendió a nadie
Y no explotaron a los mineros
PROHIBIDA
la extracción de mercurio de movimientos de culebra
(que daban temblores a los indios)
Prohibida la pesca de perlas
Y el ejército no era odiado por el pueblo
La función del Estado
era dar de comer al pueblo
La tierra del que la trabajaba
y no del latifundista
Y las Pléyades custodiaban los maizales

Este Canto es América - 484 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 501 - Este Canto es América
el mes de la Danza del Maíz Tierno
ahora secas y en cuclillas en Museos
Costa Rica
Manco Capac! Manco Capac!
Rico en virtudes y no en dinero
Max Jiménez (1902)
(Mancjo: “virtud”, Capacj: “rico”)
“Hombre rico en virtudes”
Rumberas
Un sistema económico sin MONEDA
la sociedad sin dinero que soñamos
Don Quijote dejó la jaca,
Apreciaban el oro pero era
sin cargamento de uva,
como apreciaban también la piedra rosa o el pasto
porque crece la maraca
y lo ofrecieron de comida
en toda la isla de Cuba.
como pasto
a los caballos de los conquistadores
Ya por huesos tengo clave;
viéndolos mascar metal (los frenos)
no hace falta la ilusión
con sus espumosas bocas
ya que el esqueleto mío
No tuvieron dinero
tiene pasito de son.
y nadie se moría de hambre en todo el Imperio
y la tintura de sus ponchos ha durado 1.000 años
Yo he visto volar un güiro
aún las princesas hilaban en sus husos
tras el palito de un chino
los ciegos eran empleados en desgranar el maíz
el ave cortó el camino
los niños en cazar pájaros
en el palo de un guajiro.
MANTENER LOS INDIOS OCUPADOS
era un slogan inca
Mi corazón es maraca
trabajaban los cojos los mancos los ancianos
que no necesita maña
no había ociosos ni desocupados
por un lado mete caña
se daba de comer al que no podía trabajar
y por otro azúcar saca.
y el Inca trabajaba pintando y dibujando
A la caída del Imperio
Deja queditas las nalgas
el indio se sentó en cuclillas
que se va a salir el mar
como un montón de cenizas

Este Canto es América - 500 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 485 - Este Canto es América
quiere regalarte algas -cada 2 años
pa’ que le enseñe a menear. daban cuenta de sus actos en el Cuzco
porque no hubo comercio ni moneda
Nada podrá contra ti no hubo
ningún norteño animal la venta de indios
la vida la lleva aquí Nunca se vendió ningún indio
y hay abeja en el panal. Y hubo chicha para todos

¿Por dónde se entra la rumba? No conocieron el valor inflatorio del dinero


Negra de mi corazón. su moneda era el Sol que brilla para todos
Dos maracas en mi tumba el Sol que es de todos y a todo hace crecer
pa’ que allí bailemos son... el Sol sin inflación ni deflación: Y no
esos sucios “soles” con que se paga el peón
(que por un sol peruano te mostrará sus ruinas)
Francisco Amighetti Y se comía 2 veces al día en todo el Imperio

Tallé tus iniciales Y no fueron los financistas


los creadores de sus mitos
Tallé tus iniciales en el tronco de los árboles
y grabé con la cuchilla simbólicas flechas. Después fue saqueado el oro de los templos del Sol
Yo le confié a los bosques el secreto del nombre, y puesto a circular en lingotes
el árbol mientras viva lo llevará en el pecho. con las iniciales de Pizarro
En soledad de pájaros, trabajé cada letra, La moneda trajo los impuestos
fue mi primer poema el poema de tu nombre. y con la Colonia aparecieron los primeros mendigos
Después que vi el Océano y los puertos y del mundo,
hallé que los marinos lo escriben en las barcas, El agua ya no canta en los canales de piedra
lo esculpen en las proas salpicadas del mar, las carreteras están rotas
lo tatúan en los brazos con sirenas y anclas las tierras secas como momias
igual que yo en la infancia lo hice en la montaña, como momias
tu nombre, hoy tan lejano de mi primera edad. de muchachas alegres que danzaron
en Airiway (Abril)
De Poesía Latinoamericana Contemporánea
Este Canto es América - 486 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 499 - Este Canto es América
Ernesto Cardenal Jorge Debravo

Digo

Economía de Tahuantinsuyu El hombre no ha nacido para tener las manos


amarradas al poste de los rezos.
No tuvieron dinero
el oro era para hacer la lagartija Dios no quiere rodillas humilladas
y NO MONEDAS en los templos,
los atavíos sino piernas de fuego galopando,
que figuraban como fuego manos acariciando las entrañas de hierro,
a la luz del sol o las hogueras mentes pariendo brasas,
las imágenes de los dioses labios haciendo besos.
Ernesto Cardenal en
y las mujeres que amaron Cosquín.
y no monedas Digo que yo trabajo,
Millares de fraguas brillando en la noche de los Andes vivo, pienso,
y con abundancia de oro y plata y que esto que hago es un buen rezo,
no tuvieron dinero que a Dios le gusta mucho
supieron y respondo por ello.
vaciar laminar soldar grabar
el oro y la plata Y digo que el amor es el mejor
el oro: el sudor del sol sacramento,
la plata: las lágrimas de la luna que os amo, que amo,
Hilos cuentas filigramas y que no tengo sitio en el infierno.
alfileres
pectorales De Poesía Latinoamericana Contemporánea
cascabeles
pero no DINERO
y porque no hubo dinero no hubo prostitución ni robo
las puertas de las casas las dejaban abiertas
ni Corrupción Administrativa ni desfalcos

Este Canto es América - 498 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 487 - Este Canto es América
Sonatina

La princesa está triste. ¿Qué tendrá la princesa?


Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro;
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

Caupolicán

Es algo formidable que vió la vieja raza:


robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
blandiera el brazo de Hércules o el brazo de Sansón.

Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,


pudiera tal guerrero, de Arauco en la región,
lancero de los bosques, Nemrod que toda caza,
desjarretear un toro o estrangular un león.

Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,


le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
y siempre el tronco del árbol a cuesta del titán.

“¡El Toqui, el Toqui!”, clama la conmovida casta.


Anduvo, anduvo, anduvo. La Aurora dijo: “Basta”,
e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.

Azul, 1890

Héctor D. Gatica - 497 - Este Canto es América


Las ondas que mueven su vientre de plomo
debajo del muelle parecen gemir.
Panamá
Sentado en un cable, fumando su pipa,
está un marinero pensando en las playas
de un vago, lejano, brumoso país.
Demetrio Korsi (1899)
Es viejo ese lobo. Tostaron su cara
Incidente de cumbia
los rayos de fuego del sol del Brasil;
los recios tifones del mar de la China
Con queja de indio y grito de hombo,
le han visto bebiendo su frasco de gin.
dentro de cantina de Pancha Manchá,
trasumando ambiente de timba y kilombo
La espuma impregnada de yodo y salitre
se oyó que la cumbia resonando esté...
ha tiempo conoce su roja nariz,
sus crespos cabellos, sus bíceps de atleta,
Baile que legara la abuela africana
su gorra de lona, su blusa de dril.
de cadena chata y pelo cuscú;
fuerte y bochinchosa danza interiorana
En medio del humo que forma el tabaco
que bailó cual nadie Juana Calambú.
ve el viejo el lejano, brumoso país,
adonde una tarde caliente y dorada
Pancha Manchá tiene la cumbia caliente,
tendidas las velas partió el bergantín...
la de Chapigana y la del Chocó,
y cuando borracha se alegra la gente,
La siesta del Trópico. El lobo se duerme.
llora el tamborero, llorar el Chimbombó...
Ya todo lo envuelve la gama del gris.
Parece que un suave y enorme esfumino
Chimbombó es el negro que Meme embrujara,
del curvo horizonte borrara el confín.
Chimbombó es el negro del gran corazón;
le raya una vieja cicatriz la cara;
La siesta del Trópico. La vieja cigarra
tiene mala juma y alma de león.
ensaya su ronca guitarra senil,
y el grillo preludia un solo monótono
¡Y el tambor trepita! ¡Y la cumbia alegra!
en la única cuerda que está su violín.
Meme baila... El negro, como un animal,

Este Canto es América - 496 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 489 - Este Canto es América
llora los desprecios que le hace la negra
y es que quiere a un gringo la zamba fatal.
Nicaragua
Como un clavo dicen que saca otro clavo,
aporrea el cuero que su mano hinchó;
Rubén Darío (1867-1916)
mientras más borracho su golpe es más bravo;
juma toca cumbia, dice Chimbombó.
Era un aire suave (Fragmento)
Vengador celoso se alza de un respingo
Era un aire suave, de pausados giros;
cuando Meme acaba la cumbia, y se va,
el hada Harmonía ritmaba sus vuelos,
cogida del brazo de su amante gringo
e iban frases vagas y tenues suspiros
(rumbo al dormitorio de Pancha Manchá.)
entre los sollozos de los violoncelos.
Del puñal armado los persigue, y ambos
Sobre la terraza, junto a los ramajes,
mueren del acero del gran Chimbombó,
diríase un trémolo de liras eolias
y la turbamulta de negros y zambos
cuando acariciaban los sedosos trajes,
sienten que, a la raza, Chimbombó vengó.
sobre el tallo erguidas, las blancas magnolias.
Húyese hacia el Cauca el negro bravío
y otra vez la cumbia trepidando está...
Sinfonía en gris mayor
¡Pero se dijera que no tiene el brio
de la vieja cumbia de Pancha Manchá!
El mar, como un vasto cristal azogado,
refleja la lámina de un cielo de cinc;
Es que falta Meme, la ardiente mulata,
lejanas bandadas de pájaros manchan
y es que falta el negro que al Cauca se huyó:
el fondo bruñido de pálido gris.
siempre habrá clientela y siempre habrá plata.
¡Pero nunca otro hombre como Chimbombó!
El sol, como un vidrio redondo y opaco,
con paso de enfermo camina al cenit;
De Mapa de la Poesía Negra Americana
el viento marino descansa en la sombra
teniendo de almohada su negro clarín.

Este Canto es América - 490 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 495 - Este Canto es América
Lidio Dimas

Cuento
Fino como una aguja
fuerte como una espada - PAUL ELUARD

Era un pueblo sin brújula


ni estrella
Un pueblo de pequeños hombres
de pequeñas casas
de pequeños ríos
y horas
y madres
y cosechas mínimas
Está escrito
Era débil
de pequeña vida
y cielo pequeño
Era un pueblo diminuto
pero sus héroes más grandes que el olvido.

De Poesía Latinoamericana Contemporánea

Rogelio Sinan

Júbilo y súplica

Tiernos soles benignos han rasgado la niebla


y esta vigilia ahuyenta mil temores ocultos.

Héctor D. Gatica - 491 - Este Canto es América


¡Ya te he vencido, noche, y en plenitud de vida Mi bisabuela o mi tatarabuela,
puedo lanzar más flechas hacia océanos posibles! mujer de mar, mulata retrechera
y arisca, llamarada de canela
¡Hoy es, oh mar, el alba! ¡Pregonemos el júbilo!
¡Barcos, pájaros, rocas, vuelvo a estar con ustedes! radiante, puso fin a su carrera
¡Miradme transparente, cristalizado, exangüe (es la pura verdad, aunque me duela)
de tanta vena abierta para dar paso al grito! con el temblor letal de sus caderas.

¡Que sacudan las torres sus ramazones pétreas!


¡A vuelo las montañas! ¡Que repiquen las nubes! César Young Nuñez
¡Ya no habrá espinos sordos triturando mi angustia
ni torrentes de sombras aullando bajo el sueño! Testamento por si las moscas

¡Por fin, ya germinado de mí mismo y del miedo Desde el Asilo de Charenton


me hundiré en los poemas que tu presencia augura! les escribo estas líneas
Repartan mis calzoncillos entre los pobres
Donen mis libros al Club 20-30
Tristán Solarte Mi trabajo en la compañía de seguros
deberá ser ocupado por Ernest Hemingway
Retrato Un último y cariñoso recuerdo
a la mujer que más quise en este mundo
Mi bisabuelo o mi tatarabuelo a mi madre y a mis hermanos
paterno, el de la tétrica sonrisa, que me envíen un par de medias
contrabandista audaz, varón de pelo Quiero morir con las medias puestas
en pecho y luengas barbas de ceniza.
De Poesía Latinoamericana Contemporánea
Distante, altivo, frío como el hielo,
no quiso a nadie por vivir de prisa
(lo vieron los océanos y los cielos
pasar como una ráfaga de brisa).

Este Canto es América - 492 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 493 - Este Canto es América
¿Qué fiessa? ¡Como su cala!. EL MERCADO DE VALORES SUFRIO HOY SU BAJA
“Eia dici que ridimi. MAS PRONUNCIADA
¡Cosa palece encantada! U.S. STEEL 3.1 A 322.5, BASE METAL. 42 A 70.98,
¡Porque yo la oblaje vivo! MC1038AES
¡Y los Parre no mi saca! (en la larga tira amarilla)
La otra noche con mi conga
turo sin durmí pensaba, Ahora
que no quiele gente plieta la cerámica está desteñida y triste
como eya só gente branca.” el carmín del achiote
ya no rigen los tejidos
“Sólo saco al Pañola el tejido se ha hecho pobre
¡pues Dioso! ¡Mila la tlampa! ha perdido estilo
que aunque negla, gente somo menos hilos de trama por pulgada
aunque nos dici ¡cabaya! y ya no se hila el “hilo lo perfecto”
Llacta Mama (la Tierra) es de los terratenientes
“Mas ¿qué digo? diosa mío, esta presa en el Banco la mariposa de oro
los demonios que me engaña, el dictador es rico en dinero y no en virtudes
pala que essé mulmulando y qué melancolía
a esa Redentola casa. que melancolía la música de los yaravíes
A los reinos irreales de la coca
El santo me lo perrone, o la chicha
que so una malo hablala confinado ahora el Imperio Inca
que aunque padezca la cuepo (sólo entonces son libres y alegres
en ese, libla las almas.” y hablan fuerte
y existen otra vez en el Imperio Inca)

Manuel Acuña (1849-1873) En la Puna


una flauta triste
Nocturno a Rosario una
tenue flauta como un rayo de luna
Pues bien, yo necesito y el quejido de una quena
decirte que te adoro,
Este Canto es América - 528 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 505 - Este Canto es América
con un canto quechua... Sor Juana Inés de la Cruz
Chuapi punchapi tutayaca
(“anocheció en mitad del día”) Nació el 12 de noviembre de 1651 en la alquería de San Miguel
pasa un pastor con su rebaño de llamas de Nepauthla, a doce leguas de México. Su nombre en el siglo
y tintinean las campanitas fue doña Juana de Asbaje y Ramírez de Cantillana. Notable por
entre las peñas su precocidad intelectual profesó en el convento de monjas de
que en antaño fueron San Jerónimo. Autora de liras, redondillas y sonetos admirables
muro pulido por su fuerza lírica y plasticidad formal, en los últimos años de
su vida extremó los rigores del ascetismo religioso y murió en
¿Volverá algún día Manco Capac con su arado de oro? 1695. - MPNA.
¿Y el indio hablará otra vez?
¿Se podrá
reconstruir con estos tiestos Villancico dedicado a San Pedro Nolasco
la luminosa vasija?
¿Trabar otra vez Un negro entró en la iglesia
en un largo muro de su grandeza admirado,
los monolitos por regocijar la fiesta,
que ni un cuchillo quepa en las junturas? cantó al son de un calabazo:
Que ni un cuchillo quepa en las junturas
¿Reestablecer las carreteras rotas “¡Tumba, la, la, la! ¡Tumba, le, le, le!
de Suramércia que donde ya Pilico esolaba...
hacia los Cuatro Horizontes no quedé!
con sus antiguos correos?
¿Y el universo del indio volverá a ser un Ayllu? “¡Tumba, le, le, le! ¡Tumba, la, la, la!
que donde ya Pilico esclaba
El viaje era al más allá y no al Museo no quedé.
pero en la vitrina del Museo
la momia aún aprieta en su mano seca “Oy dicí que en las melcede
su saquito de granos. estos Parre Mercenaria
hace una fiesta a su Padle.

Este Canto es América - 506 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 527 - Este Canto es América
Carlos Fuentes Poesía Campesina de Solentiname
Agua quemada
Mayra Jiménez (1980)
Cómo ladran los perros, para eso está la luna esta noche, para
eso nomás salió, para que le ladren los perros y oye Luisito, oye la Y pienso en Felipe, tan disciplinado en el combate, tan cons-
música y deja que yo te lleve, que bien bailas. Niño, olvídate que tante en la poesía. Escribió mientras se entrenó para la guerra,
yo soy yo, haz de cuenta que bailas con mi linda Lupe Lupita,, que escribió en las horas de receso durante el combate, escribió cuando
la tienes tomada de la cintura y que al bailar hueles los perfumes estuvo preso, escribió en el exilio y su último poema se lo llevó en
de mi niña, oyes su risa, miras sus ojos, de venadito tonto, y yo me el corazón. Llegó a Costa Rica, afiebrado por agotamiento, y me
hago de cuenta que todavía sé recordar el amor, mi único amor, dijo: “voy a aprovechar estos días para escribir un largo poema
el papá de Lupe, amor de criada, a oscuras, a tientas, rehusado, que tengo en la cabeza; necesito darle forma, coordinar bien las
nocturno, hecho de una sola palabra repetida mil veces. ideas”. Nos despedimos por la mañana y cuando regresé a verle
- No... no... no... no... en la tarde lo habían mandado a llamar para que se reincorporara
Atarantada por el baile, embriagada por tantos recuerdos, doña a la guerra. Digo yo que se llevó el poema pero sería más justo
Manuelita perdió el paso y cayó. Cayó con ella el Niño Luisito, decir que realizó el poema porque Felipe, tan sabio para la vida,
abrazados los dos, riendo, mientras la música se apagó y los la- fue ingenuo para la muerte.
dridos aumentaron. .............................................
- ¿Prometemos ayudar a los perros, Niño Luisito? Elvis y Donald solamente escribieron en la preguerra. Sus
- Prometemos, Manuela. poemas, como todos los que escribieron los demás compañe-
- Tú puedes gritar. El perro no. El perro toma. ros que irían al combate, están llenos de pueblo, de elementos
- No te preocupes. Vamos a cuidarlos siempre. naturales que conforman su mundo, sin artificios, sin imágenes
- No es cierto lo que dicen, que quiero a los perros porque no metafísicas, ni babosadas literarias. Esta poesía campesina será
quise a mi hija. Eso no es cierto. un ejemplo para las clases proletarias del mundo. Esta poesía es
- Claro que no, Manuela. una excelente muestra de cuál es la función del verdadero arte y
Y sólo entonces doña Manuelita se preguntó por qué, en medio su acercamiento a los intereses del pueblo.
de tanto escándalo de ladridos y música y risas, nadie se había Ahora, en Nicaragua, estamos trabajando la poesía intensa-
asomado, ninguna puerta se había abierto, ninguna voz había mente en todo el país con los sectores populares. No solamente
protestado. ¿También esto le debía a su amiguito el Niño Luis? la poesía, claro. Pero por lo que a ella respecta hemos organizado
¿Nadie la molestaría más, nunca más? grupos de jóvenes, niños y adultos que reciban formación poética
y entiendan el sentido correcto del arte como una manifestación

Este Canto es América - 526 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 507 - Este Canto es América
estrechamente vinculada a la vida, es decir, al trabajo, la lucha,
la guerra, la liberación, la reconstrucción, el amor.
México
He de agregar que la poesía surge en Solentiname como un
producto artístico colectivo. En las primeras sesiones que tuvieron
conmigo nos dedicamos a leer a los grandes poetas nicaragüen-
Juan Rulfo
ses como José Coronel Urtecho, Pablo Antonio Cuadra, Ernesto
Cardenal, Fernando Silva, Ernesto Gutiérrez, Fernando Gordillo,
Pedro Páramo
Leonel Rugama y a otros de Nicaragua y de la literatura universal.
Los leíamos y los comentábamos desde las primeras horas de la
El sol se fue volteando sobre las cosas y les devolvió su forma.
tarde hasta la caída del sol. Como estábamos en una isla de Solen-
La tierra en ruinas estaba frente a él, vacía. El calor caldeaba su
tiname, y habitaban allí pocas familias, veía yo sobre el lago -a la
cuerpo. Sus ojos apenas se movían; saltaban de un recorte a otro,
distancia- las lanchitas que venían de otras islas con muchachas y
desdibujando el presente. De pronto su corazón se detenía y pare-
muchachos y niños que acudían a las sesiones de poesía. Nunca
cía como si también se detuviera el tiempo y el aire de la vida.
le pedí a nadie que escribiera. La poesía empezó a surgir de un
“Con tal de que no sea una nueva noche”, pensaba él.
modo natural y muy pronto entre ellos. Mi inspiración, desde
Porque tenía miedo de las noches que le llenaban de fantas-
luego, era esa, pero jamás me lo propuse pedagógicamente. Y no
mas la oscuridad. De encerrarse con sus fantasmas. De eso tenía
se trató de una trampa.
miedo.
....................................
“Sé que dentro de pocas horas vendrá Abundio con sus manos
La poesía de estos jóvenes se ha publicado en Venezuela, Costa
ensangrentadas a pedirme la ayuda que le negué. Y yo no tendré
Rica, México, España, Cuba y la misma Nicaragua. Por eso digo
manos para taparme los ojos y no verlo. Tendré que oírlo; hasta
yo que constituye un buen ejemplo para las clases trabajadoras que
que su voz se apague en el día, hasta que se le muera su voz.”
nunca han tenido acceso al arte. Los poetas que aparecen en este
Sintió que unas manos le tocaban los hombros y enderezó el
libro, como señalo, vivieron en Solentiname y eran pescadores-
cuerpo, endureciéndolo.
agricultores-pintores primitivos-artesanos y luego, combatientes.
- Soy yo, don Pedro -dijo Damiana-. ¿No quiere que le traiga
La mayoría de ellos jóvenes entre los diecisiete y veintidós años,
su almuerzo?
pero se encontraban algunos niños de cinco, siete y diez años y
Pedro Páramo respondió:
también personas mayores como doña Olivia madre de seis gue-
- Voy para allá. Ya voy.
rrilleros sandinistas, Dónald entre ellos.
Se apoyó en los brazos de Damiana Cisneros e hizo intento
Hoy los que sobrevivieron a la guerra están por todo el territorio
de caminar. Después de unos cuantos pasos cayó, suplicando
trabajando en la reconstrucción. Para aquel entonces me vine, a
por dentro; pero sin decir una sola palabra. Dio un golpe seco
solicitud de Ernesto Cardenal, de Caracas a la isla. Ahora me he
contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón
de piedras.
Este Canto es América - 508 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 525 - Este Canto es América
un rechazo de apelación venido de Costa Rica Managua consciente de cuál es la misión.
batuque Podemos decir que con este libro se cerró una etapa de cierta
cuando el mundo sea una mina a cielo abierto poesía nicaragüense: la poesía campesina de Solentiname y se
cuando el mundo sea desde lo alto de la pasarela abre un tiempo nuevo con la creación de los Talleres de Poesía
mi deseo donde se están integrando los poetas de los barrios y de los pue-
tu deseo blos de todo Nicaragua a trabajar su obra. Será la nueva poesía
conjugados de un salto en el vacío aspirado. revolucionaria escrita después del triunfo.

De Poesía Latinoamericana Contemporánea


Felipe Peña

Vos crees

Vos crees que yo no me enamoro


y pensás que soy pendejo porque me hago el que no entiendo
el contenido de tus palabras, el acento de tu voz, la malicia
de tus miradas.
Posiblemente dudás de tu belleza, por la poca importancia
que aparento darle,
no quisiera pensar que tenés esa imagen de mí,
te pido que reflexionés y que pensés qué puede
ofrecerte un guerrillero que anda chapoteando lodo
en los caminos de la montaña, durmiendo en tapescos de
varas,
o envuelto en un plástico en el suelo. Qué puedo ofrecerte yo
si mi vida se la he ofrecido al pueblo,
no tengo más que la mochila, el fusil, la dotación de tiros
y mi uniforme de verde olivo.

Este Canto es América - 524 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 509 - Este Canto es América
Despedida del padre (9)
Martinica
Me despedí de vos
el lunes 10 de octubre.
Estabas enfermo con la mirada baja.
Aimé Cesaire
Me quedaste viendo.
Te prometí volver pronto.
Batuque (Fragmento)
Entrecerraste tus ojos maliciosamente
queriendo decirme: vos no volvés.
..........................................
Tu cara triste
batuque del río hinchado de lágrimas de cocodrilos y de
sentado en el viejo taburete
látigos a la deriva
me echaste el brazo y sin pronunciar palabras
batuque del árbol de serpientes de los danzarines de la
te resignaste a decirme adiós.
pradera
Abrazándote por última vez me sonreía
las rosas de Pensilvania miran los ojos la nariz las orejas
pero mi corazón lloraba.
las ventanas de la cabeza serruchada
Sólo yo sabía hacia dónde iba
del supliciado
y por qué te dejaba.
batuque de la mujer de brazos de mar de cabellos de fuente
submarina
la rigidez cadavérica transforma a los cuerpos en lágrimas
Elvis Chavarría
de acero
todos los plasmas frondosos forman un mar de yucas azules
Verano
y balsas
todos los fantasmas neuróticos han atrapado el freno con los
Se mira el rosado de la flor del madero,
dientes
el rojo naranja del elemeque;
batuque
el correr de la iguana
cuando el mundo sea de abstracción seducida, de retoños de
amarillo intenso del poroporo,
sal gema
verde frondoso del sonzonate.
los jardines del mar
Los llanos ya secos;
por primera y última vez
las tortugas ya están subiendo a desovar.
un mástil de carabela olvidada arde almendro de naufragio
  Poema profético. El poeta fue asesinado por la Guardia Nacional.
un cocotero un baobab una hoja de papel

Este Canto es América - 510 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 523 - Este Canto es América
Seguramente Olor a pinol de iguana en cada rancho.
ven Los pescados secos colgando en los patios.
en los amaneceres El sol fuerte, el monte seco.
múltiples edificios Las guatuzas bajo los palos de coyol.
donde ellos Los gorriones brincando de flor en flor.
quisieran habitar con sus hijos. Es el tiempo de los jocotes, mangos, marañones,
y del almíbar en Solentiname.
Pueden
llevar en hombros
el féretro de una estrella. Amor en el campo
Pueden
destruir el aire como aves furiosas, Güises que picotean a sus güisas.
nublar el sol. Mantis religiosa que se come a sus amados.
Con su ternura los palomos arrullan a sus palomas.
Pero desconociendo sus tesoros Chicharras que cantan todo el día llamando a sus chícharros.
entran y salen por espejos de sangre; Quiebra-platas que alumbran en busca de sus amores.
caminan y mueren despacio. Mariposas que vuelan en sus noches de bodas.
Grillos que cantan largas tonadas para que vengan sus
Por eso amadas.
es imposible olvidarlos. Sapos que llaman a sus preferidas.
Chayules en grandes ruedas sobre los árboles.
Poema del libro “Los pobres” De cuánto amor está lleno el campo.

Donald Guevara

Vida en Solentiname

Solentiname
pequeño archipiélago del lago
lugar donde el poeta

Este Canto es América - 522 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 511 - Este Canto es América
da sabor a sus poesías. Si hubiéramos tenido una casa
A causa de su silencio inmenso tibia como una mano,
sólo se escucha el güir güir de los patos chanchos, como un pecho de madre,
el canto de los güises una casa con lámparas
y el clarín de los zanates para alumbrar las horas,
y el escándalo de los tijules aún las más difíciles,
cuando la chocalla llega a sus pichones todo hubiera marchado mejor,
el romper de las olas contra las empedradas costas te lo aseguro.
que dan origen y final a cada isla
sólo las tortugas pasan y disfrutan de los calientes rayos del Si hubiéramos tenido una casa,
sol. una casa tranquila
Solo miro y escucho un bote de remos con estantes y espejos,
que a lo lejos alguien, extraño, pudiera creer que es una casa con muebles sosegados,
alguna lechuga de río que va a la deriva con sol en las ventanas
y es mi querida Mimí y el comedor con cuadros
que va de pesca. y flores en los vasos,
es posible que entonces
fuéramos aun las notas
Bosco Centeno de un suave y bello canto.

Tenle miedo a los poetas tirano De Poesía Latinoamericana Contemporánea

Tenle miedo a los poetas tirano


porque ni con tus tanques Sherman Roberto Sosa
ni con tus aviones a reacción
ni con tu batallón de combate Los pobres
ni con tu seguridad
ni con tu nicolasa Los pobres son muchos
ni con cuarenta mil marines y por eso
ni con tus súper-entrenados ránger es imposible olvidarlos.
ni siquiera tu Dios
evitará que te fusilen en la historia.
Este Canto es América - 512 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 521 - Este Canto es América
es una espada amable, Pedro Pablo Meneses
y la agonía huele a casa nueva,
Mangos maduros
de donde vengas, amor y adonde vayas,
seas un huracán amaestrado Mangos maduros, helequemes,
maderos, sonsonantes,
o una calle sucia, abandonada, todos florecidos,
porque ya no hay espacio donde poner los pies, manada de chocoyos,
el rostro de una niña loros copete amarillo,
donde el deseo aún no ha meditado, clarineros,
una hoja arrancada y vuelta al árbol, todos en un palo de mango cantando.
un papel amarillo nunca escrito, La casa de doña Olivia reflejada en el lago,
una rosa apretada hasta la espina, don Julio Guevara con su vara de pescar,
una tarde apaleada, un sol borracho el bote parece cortar vidrio,
o lo que sea al fin, pero que me ame su sarta de mojarras rojas,
toda esta larga noche, hasta que el mundo palometas y guapotes, roncadores.
con su parto de luz nos despedace. Don Julio sabe en qué cueva hay cusucos
y donde hay garrobos.
La Ceiba, Honduras, 1968

En Nicaragua el gran asalto


Pompeyo del Valle
En Nicaragua el gran asalto al cuartel de San Carlos
Si hubiéramos tenido una casa... aquella madrugada fría.
El 12 desde la fortaleza miré Solentiname.
Si hubiéramos tenido una casa, El río San Juan corriendo con camalotes y gallinas
una casa tranquila de playa, los patos viajando en una tuca rio abajo.
con la luz por todas partes, El tiempo pasa como una estrella fugaz.
todo hubiera sido distinto, mi amor, Iremos hasta la victoria final.
entre nosotros. Seremos libre o seremos mártires.

Este Canto es América - 520 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 513 - Este Canto es América
Elena Pineda Tulio Galeas

Cuando los muchachos de Solentiname Tregua


asaltaron San Carlos
En el amor total quiero asilarme
El botecito azul y blanco toda la noche como un fugitivo
color de cielo y agua de la espesa república del tedio,
salió del muelle y por última vez en el amor mis oídos perseguidos
di un vistazo a mi lindo quieren santificarse.
archipiélago Solentiname.
Aquel caserillito a la orilla En el amor entero quiero hundirme
de la costa, algunas con mi dolor que ruge como un motor cansado,
garzas volando bajo el cielo con mi vegetación de soledades,
gris de la tarde, el pato-aguja con mis pañuelos y mis cartas viejas
comiéndose un pez que saben a bandera arrinconada,
debajo de un guabo en el amor ansío suicidarme
el zanate clarinero saltando con la misma pasión que los ahogados tienen para la sed,
los güises, las viudas, y de un y el que murió peleando por la olvidada cama,
momento a otro ya no vi nada.
toda la noche, amor, quiero morirme
Y por fin salimos del lago en tu costado herido y remendado,
entrando al río hasta golpear la desnudez del alma,
hacia Costa Rica. hasta incendiar la encarnecida espera,
Anochece, sólo se oye el canto hasta el rojo subido de la sangre,
de los grillos en el silencio hasta la grada superior del beso,
y de nuevo vuelvo quiero tocarte, amor, debilitarme,
a recordar el canto de llenarme el puño con tu horrible usura,
todos los pájaros de Solentiname provocar tu guitarra vengativa,
como el güis con su güiiis güiiis arrugarte la angustia hasta que llores,
el pijul con su pijul, pijul, pijul y la
viuda. quiero marcharme, amor, que me bendigas
en tu templo maldito, donde el dolor
Este Canto es América - 514 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 519 - Este Canto es América
La falta de antologías, de libros y de liberación de impues- Y de pronto me despertaron
tos para las librerías y el papel impreso (con la sola excepción el pun, pun, pun, el traca
de México que ha tenido visión) ha producido el hecho de que traca de las ametralladoras lejanas.
América Latina sea un continente medio ausente para la cultura
europea y norteamericana. La última colección de UTHEA de la
fábula, en cuatro tomos, excluye a todo fabulista latinoamericano. Olivia Silva
La tradujo del italiano un poeta español que hoy es catedrático
en los Estados Unidos. 12 de octubre de 1977
La selección de Roberto Sosa y Oscar Acosta está hecha con
mucha pulcritud. Al no conocer todo el material disponible (un Son las cuatro. Tenemos que irnos a cruzar el lago.
enigma), nosotros no podemos decir si se ha seleccionado lo Olas, vientos, más olas.
mejor o no. Pensamos que Acosta pudo estar mejor representa- Al norte quedó Solentiname con frescura
do. Asimismo Jaime Fontana, con los sonetos de su padre. Pero garzas volando al Zacatón
estos son asuntos de detalle y siempre problemáticos. A su vez, arrozales en corta,
el continente ha demostrado muy poco apetito por la poesía líri- milpa con olor a chilote
ca. Sólo han hallado eco y aplauso a través de cuarenta años las pájaros chillones.
canciones de Gabriela Mistral y los poemas de amor de Neruda. Y todo eso, pienso yo,
Todo lo demás sólo ha obtenido aplauso clandestino en círculos violado por la G. N.
medio secretos. como violaron a Amada Pineda.
.............................................
Se ve que los poetas hondureños y centroamericanos han cap-
tado bien la estética formal de los decenios, las modas de tránsito, Eddy Chavarría
pero el problema de todo gran artista es ser o no ser; tener la dosis
de combustible como para elevar, de una vez por todas el cohete Los garrobos
“Mercurio” y poner la navecilla en órbita. Finalmente, diremos que
los poetas como los astronautas necesitan del diálogo y este tipo Los garrobos a la punta
de fervor, cada día, en América Latina, lo vemos más escaso. de un palo seco
calientan en el sol de mediodía.
Agosto de 1967, Honduras. Los mangos y naranjos
Revista “Pen Club de Honduras” se mecen
continuamente

Este Canto es América - 518 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 515 - Este Canto es América
con el zumbar del viento
y allá en la punta de una isla
Honduras
las olas se rompen donde
más adelante
en una ensenada muy mansa
Nueva Antología
se encuentra un ranchito
de paja,
muy natural, En un cuadernillo de 118
que sirve para pintar la humildad páginas que incluye 14 poetas
de sus habitantes. acaba de aparecer la “Antología
de la Nueva Poesía Hondure-
De Poesía campesina de Solentiname ña”, debido a una iniciativa feliz
de los poetas Oscar Acosta, Ro-
berto Sosa (los antologistas), y
del rector de la Universidad de
Honduras, el ingeniero Arturo
Mario Montaperto Toledo y
Quesada. Jorge Riestra en Santa Fe.
Desde hace 20 años la poe-
sía lírica ha ido desapareciendo
de los libros y el papel impreso. Parece interesar poco en la era
de los economistas y de los políticos socialistas y su estrategia
para adueñarse del poder. Sólo los diarios de Centroamérica y
algunos de Colombia publican poemas. Las roscas periodísticas
de la América del Sur los rehuyen o sólo publican a los poetas
de la “rosca”, como sucede en Buenos Aires. En Chile, patria de
grandes poetas, el poeta está excluido del periódico. Pensando
un poco más diremos que en Ecuador y Venezuela hay en los
diarios algún espacio para los poetas. Mirando mucho más atrás
diremos que Góngora murió inédito, sin deudos, pero sí con
muchas “deudas”.

Este Canto es América - 516 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 517 - Este Canto es América
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro
y mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto,
y al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.

Yo quiero que tú sepas


que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías,
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías
que ya no sé ni en dónde
se alzaba el porvenir.

De noche, cuando pongo


mis sienes en la almohada
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
caminó mucho, mucho
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.

Héctor D. Gatica - 529 - Este Canto es América


Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos,
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás,
y te amo y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos,
te quiero mucho más.

A veces pienso en darte


mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y hundirte en mi pasión;
mas si es en vano todo
y el alma no te olvida,
¿qué quieres tú que yo haga,
pedazo de mi vida,
qué quieres tú que yo haga
con este corazón?

Y luego que ya estaba


concluido tu santuario,
tu lámpara encendida, Se terminó de imprimir en Otoño de 2016
tu velo en el altar, en los talleres de ALTA CORDOBA IMPRESOS
el sol de la mañana Juan B. Justo 2381 - Barrio Alta Córdoba
detrás del campanario, 5001 - Córdoba - Argentina
chispeando las antorchas, Tel/Fax: 0351-4740924
humeando el incensario altacordobaimpresos@yahoo.com.ar
y abierta allá a lo lejos
la puerta del hogar...
Este Canto es América - 530 - Héctor D. Gatica
Cuba 431 ¡Qué hermoso hubiera sido
Guayana Francesa 461 vivir bajo aquel techo,
Haití 463 los dos unidos siempre
Puerto Rico 467 y amándonos los dos;
Jamaica 473 tú siempre enamorada,
República Dominicana 475 yo siempre satisfecho,
Costa Rica 485 los dos una sola alma,
Panamá 489 los dos un solo pecho,
Nicaragua 495 y en medio de nosotros
Honduras 517 mi madre como un Dios!
Martinica 523
México 525 ¡Figúrate que hermosas
Pequeñas Antillas 547
las horas de esa vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida;
y al delirar en eso,
el alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por ti, no más, por ti.

¡Bien sabe Dios que ese era


mi más hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
bien sabe Dios que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
bajo el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vio nacer!
Este Canto es América - 550 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 531 - Este Canto es América
Esa era mi esperanza...,
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡adiós, por vez última,
amor de mis amores,
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores,
Índice general
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!

Agradecimiento 5
Manuel Gutiérrez Nájera Prólogo 7
Introducción 11
La serenata de Schubert Homenaje 17
Bibliografía 20
¡Oh, qué dulce canción! Límpida brota
esparciendo sus blandas armonías, PARTE 1
y parece que lleva en cada nota Uruguay 25
muchas tristezas y ternuras mías! Chile 69
Paraguay 123
¡Así hablara mi alma... si pudiera! Bolivia 175
¡Así dentro del seno, Perú 231
se quejan, nunca oídos mis dolores!
Así, en mis luchas, de congoja lleno PARTE 2
digo a la vida. -¡Déjame ser bueno! Brasil 313
-¡Así sollozan todos mis amores! Ecuador 351
Venezuela 363
¿De quién es esa voz? Parece alzarse Colombia 395
junto del lago azul, en noche quieta América Central
subir por el espacio, y desgranarse Guatemala 411
El Salvador 419

Este Canto es América - 532 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 549 - Este Canto es América
al tocar el cristal de la ventana
que entreabre la novia del poeta.
¿No la oís cómo dice: “hasta mañana”?

¡Hasta mañana, amor! El bosque espeso


cruza, cantando, el venturoso amante,
y el eco vago de su voz distante
parece decir: “¡hasta mañana, beso!”

¿Por qué es preciso que la dicha acabe?


¿Por qué la novia queda en la ventana,
y a la nota que dice: “¡hasta mañana!”
El corazón responde: “¿quién lo sabe?”

¡Cuántos cisnes jugando en la laguna!


En el sereno ambiente ¡cuánta luna!
Mas las almas ¡qué tristes y que solas!
...........................................................................
... Todo lo vuelvo a ver... ¡pero no existe!
Todo ha pasado ahora... ¡y no lo creo!
Todo está silencioso, todo triste...
¡y todo alegre, como entonces, veo!

... Esta es la casa... ¡su ventana aquella!


Ese, el sillón en que bordar solía...
la reja verde... y la apacible estrella
que mis nocturnas pláticas oía!

Bajo el cedro robusto y arrogante


que allí domina la calleja obscura,
por la primera vez y palpitante
estreché con mis brazos su cintura!
Héctor D. Gatica - 533 - Este Canto es América
¡Todo presente en mi memoria queda!
La casa blanca, y el follaje espeso...
Pequeñas Antillas
el lago azul... el huerto... la arboleda,
donde nos vimos, sin pensarlo, un beso!
Derek Walcott (1930)
Alfonso Reyes (1889)
Le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura 1992. Nació en
las pequeñas Antillas, en Santa Lucía; sus estudios universitarios
La amenaza de la flor
los hizo en Jamaica y hoy vive en Trinidad.
Flor de las adormideras:
Soy sólo un negro rojo que ama el mar
engáñame y no me quieras.
tuve una educación con sonido colonial
tengo al holandés, al negro y al inglés en mi
¡Cuánto el aroma exageras,
y no soy nadie o soy una nación entera.
cuánto extremas tu arrebol,
flor que te pintas ojeras
y exhalas el alma al sol.

Flor de las adormideras

Una se te parecía
en el rubor con que engañas,
y también porque tenía,
como tú, negras pestañas.

Flor de las adormideras.

Este Canto es América - 534 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 547 - Este Canto es América
Amado Nervo

A Kempis

“Sicut nubes, quasi naves, volut umbra”...

Ha muchos años que busco el yermo,


ha muchos años que vivo triste,
ha muchos años que estoy enfermo,
¡es por el libro que tú escribiste!

¡Oh Kempis!, antes de leerte, amaba


la luz, las vegas, el mar Océano;
mas tú dijiste que todo acaba,
que todo muere, que todo es vano!

Yo gocé el privilegio de encontrarla en mi via


dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar,
y cadencias arcanas halló mi poesía.
Era llena de gracia como el Avemaría;
¡quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diez años fue mía;


pero flores tan bellas nunca pueden durar!
¡Era llena de gracia como el Avemaría;
y la Fuente de gracia de donde procedía,
se volvió... como gota que se vuelve a la mar!

La amada inmóvil, 1912

Héctor D. Gatica - 535 - Este Canto es América


En paz y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
Artifez vitae, artifex sui para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo. Vida, a los presos y a los desencantados.
porque nunca me diste ni esperanza fallida, Para los condenados a muerte
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida. y para los condenados a vida
Porque veo al final de mi rudo camino no hay mejor estimulante que la luna
que yo fui el arquitecto de mi propio destino; en dosis precisas y controladas.
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

... Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno;


¡mas tú no me dijiste que Mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas,
y en cambio tuve algunas santamente serenas.

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.


¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

De Elevación

Octavio Paz

Visitas

A través de la noche urbana de piedra y sequía


entra el campo a mi cuarto.

Este Canto es América - 536 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 545 - Este Canto es América
tú blando seno oculto y apretado Alarga brazos verdes con pulseras de pájaros
y el bajo y suave respirar de tu vientre con pulseras de hojas.
sin mis labios. Lleva un río de la mano.
Te digo a media voz El cielo del campo también entra
cosas que invento a cada rato con su cesta de joyas acabadas de cortar.
y me pongo de veras triste y solo Y el mar se sienta junto a mí,
y te beso como si fueras tu retrato. extendiendo su cola blanquísima en el suelo.
Tú, sin hablar, me miras Del silencio brota un árbol su música.
y te aprietas a mí y haces tu llanto Del árbol cuelgan todas las palabras hermosas
sin lágrimas, sin ojos, sin espanto. que brillan, maduran, caen.
Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas En mi frente, cueva que habita un relámpago.
se ponen a escuchar lo que no hablamos. Pero todo se ha poblado de alas.
Dime ¿es de veras el campo que viene de tan lejos
La luna O eres tú, son los sueños que sueñas a mi lado?

La luna se puede tomar a cucharadas


o como una cápsula cada dos horas. El sediento
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia Por buscarme, Poesía
a los que se han intoxicado de filosofía. en ti me busqué;
Un pedazo de luna en el bolsillo desecha estrella de agua,
es mejor amuleto que la pata de conejo: se anegó en mi ser.
sirve para encontrar a quien se ama, Por buscarte, Poesía
para ser rico sin que lo sepa nadie en mi naufragué.
y para alejar a los médicos y las clínicas. Después sólo te buscaba
Se puede dar de postre a los niños por huir de mi
cuando no se han dormido, ¡espesura de reflejos
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos en que me perdí!
ayudan a bien morir. Mas luego de tanta vuelta
otra vez me vi:
Por una hoja tierna de la luna el mismo rostro anegado
debajo de tu almohada
Este Canto es América - 544 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 537 - Este Canto es América
en la misma desnudez quién sabe qué cosas
las mismas aguas de espejo que sus ojos blancos
en las que no he de beber: se le vuelven rosas.
y en el borde del espejo
el mismo muerto de sed. Anda entre toda la gente
trabajosamente.
No puede disimular,
Cerro de la estrella pero, a punto de llorar,
la cojita, de repente,
Aquí los antiguos recibían al fuego se mira el vientre
Aquí el fuego creaba al mundo y ríe. Y ríe la gente.
Al mediodía las piedras se abren como frutos
El agua abre los párpados La cojita embarazada
La luz resbala por la piel del día ahorita está en su balcón
Gota inmensa donde el tiempo se refleja y se sacia y yo creo que se alegra
calentándose una canción:
A la española el día entra pisando fuerte “cojita del pie derecho
Un rumor de hojas y pájaros avanza y también del corazón”.
Un presentimiento de mar o mujeres
El día zumba en mi frente como una idea fija
En la frente del mundo zumba tenaz el día Tu cuerpo está a mi lado
La luz corre por todas partes fácil, dulce, callado.
Canta por las terrazas Tu cabeza en mi pecho se arrepiente
Hace bailar las casas con los ojos cerrados
Bajo las manos frescas de la yedra ligera y yo te miro y fumo
El muro se despierta y levanta sus torres y acaricio tu pelo enamorado.
Y las piedras dejan caer sus vestiduras Esta mortal ternura con que callo
Y el agua se desnuda y salta de su lecho te está abrazando a ti mientras yo tengo
Más desnuda que el agua inmóviles mis brazos.
Y la luz se desnuda y se mira en el agua Miro mi cuerpo, el muslo
Más desnuda que un astro en que descansa tu cansancio,

Este Canto es América - 538 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 543 - Este Canto es América
Ayer la luz estuvo Y el pan se abre y el vino se derrama
todo el día mojada, Y el día se derrama sobre el agua tendida
y Miss X salió con una capa Ver oír tocar oler gustar pensar
sobre sus hombros, leve, enamorada. Labios o tierra o viento entre veleros
Nunca ha sido tan niña, nunca Sabor del día que se desliza como música
amante en el tiempo tan amada. Rumor de luz que lleva de la mano a una muchacha
El pelo le cayó sobre la frente, Y la deja desnuda en el centro del día
sobre sus ojos, mi alma. Nadie sabe su nombre ni a qué vino
Como un poco de agua se tiende a mi costado
La tomé de la mano, y anduvimos
toda la tarde de agua. El sol se para un instante por mirarla
La luz se pierde entre sus piernas
¡Ah, Miss X, Miss X, escondida La rodean mis miradas como agua
flor del alba! Y ella se baña en ellas más desnuda que el agua
Como la luz no tiene nombre propio
Usted no la amará, señor, no sabe. Como la luz cambia de forma con el día.
Yo la veré mañana.
De Libertad bajo palabra

La cojita está embarazada Jaime Sabines

Se mueve trabajosamente, La poesía para multitudes logra efectos curiosos. Lo que yo


pero qué dulce mirada había leído como un texto de burla y amargura, se convierte en
mira de frente. el himno donde la muerte resulta continuidad de la especie, y
la resurrección es alternativa hogareña. El aplauso es inmenso.
Se le agrandaron los ojos Jaime mira el reloj:
como si su niño - Ya tenemos una hora. ¿Todavía aguantan?
también le creciera en ellos - Hasta mañana.
pequeño y limpio. Risas y aplausos. Lee “La luna”. Mira el reloj.
A veces se queda viendo - ¡Otra, otra, otra!

Este Canto es América - 542 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 539 - Este Canto es América
Miss X

Miss X, sí, la menuda Miss X,


llegó, por fin, a mi esperanza:
alrededor de sus ojos,
breve, infinita, sin saber nada.
Es ágil y limpia como el viento
tierno de la madrugada,
alegre y suave y honda
como la yerba bajo el agua.
Se pone triste a veces
con esa tristeza mural que en su cara
hace ídolos rápidos
y dibuja preocupados fantasmas.
Jaime Sabines Yo creo que es como una niña
preguntándole cosas a una anciana,
como un burrito atolondrado
entrando a una ciudad, llena de paja.
Sabines se incorpora, y el aplauso arrecia y las jovencitas suben Tiene también una mujer madura
a entregarle flores, los jóvenes van en pos del autógrafo, la vigi- que le asusta de pronto la mirada
lancia de Bellas Artes actúa para vetar la ingestión simbólica. y se le mueve dentro y le deshace
- ¡Sabines al poder! a mordidas de llanto las entrañas.
Bellas Artes entero canta “Las mañanitas”. El aplauso se ex- Miss X, sí, la que me ríe
tiende, y apenas interrumpe para una breve ceremonia. El telón y no quiere decir cómo se llama,
continúa su descenso y en el desbordamiento, los asistentes se me ha dicho ahora, de pie sobre su sombra,
rehúsan a que el poeta desaparezca. De pie, Jaime Sabines pre- que me ama pero que no me ama.
side este tumulto irrepetible. Mañana proseguirá la relación de Yo la dejo que mueva la cabeza
los solitarios con los poemas. Es tiempo de reposar, aflojar los diciendo no y no, que así se cansa,
músculos del corazón y poner a dormitar el alma. y mi beso en su mano le germina
bajo la piel en paz semilla de alas.
por Carlos Monsiváis

Este Canto es América - 540 - Héctor D. Gatica Héctor D. Gatica - 541 - Este Canto es América

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