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La Radiación Ultravioleta

La radiación ultravioleta (UV) es una radiación electromagnética cuya


longitud de onda va aproximadamente desde los 400 nm, el límite de
la luz violeta, hasta los 15 nm, donde empiezan los rayos X. El exceso
de los rayos UV puede tener consecuencias graves para la salud, ya
que es capaz de provocar cáncer, envejecimiento y otros problemas
de la piel como quemaduras. Además puede causar cataratas y otras
lesiones en los ojos y puede alterar el sistema inmunitario. Los niños
deben aprender a cuidarse del sol porque la exposición excesiva
durante la infancia y juventud puede provocar cáncer de piel más
adelante. Hay una serie de factores que afectan de manera directa a
la radiación ultravioleta que llega a la superficie terrestre; estos son:
Ozono atmosférico Elevación solar
Altitud Reflexión
Nubes y polvo Dispersión atmosférica

El Índice UV es una unidad de medida de los niveles de radiación


ultravioleta relativos a sus efectos sobre la piel humana. Este índice
puede variar entre 0 y 16 y tiene cinco rangos:

11 ó
12 3 4 5 6 7 8 9 10
Índice mayor
UV Muy
Bajo Moderado Alto Extremado
alto

Cuanto menor es la longitud de onda de la luz ultravioleta, más daño


puede causar a los seres vivos, pero también es más fácilmente
absorbida por la capa de ozono. Existen tres tipos de radiación
ultravioleta, que tienen distinta energía o longitud de onda: UVA, UVB
y UVC. La mayoría de la radiación UV que llega a la tierra es del tipo
UVA (mayor longitud de onda), con algo de UVB.
Es divertido jugar bajo el sol y a muchos les gusta ponerse morenos,
pero como bien sabes en exceso te puede hacer daño. Si alguna vez
te quemaste con el sol, ya conoces algunos de los efectos dañinos y
de la radiación ultravioleta.
Afortunadamente, tú puedes evitar que la radiación UV te haga daño.
Tienes que desarrollar buenos hábitos de protección contra los
efectos de la radiación solar desde ahora. Y protegerte del sol durante
toda la vida. Algunas formas sencillas de protegerte son:

 Reducir el tiempo que estás al sol al mediodía, sus rayos son


más fuertes entre las 10 a.m. y las 4 p.m., por lo que es
aconsejable siempre que sea posible, evitar una
sobreexposición al sol durante estas horas incluso en invierno.

 Permanecer en la sombra. Ésta es una buena fuente de


protección, pero hay que tener en cuenta que los árboles, las
sombrillas y los toldos no proporcionan una protección total de
los rayos solares.

 Llevar un sombrero. Los sombreros protegen partes muy


expuestas al sol como la cara, los ojos, orejas o el cuello.

 Llevar gafas de sol que filtren el 99-100 % de la radiación UV.


Así se pueden evitar la aparición de cataratas y otros daños en
los ojos.

 Usar siempre una crema protectora que cuente al menos con


un factor de protección 15. Aplicar la crema cada dos horas o
después del baño.

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