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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN

Facultad de Ciencias Médicas

Carrera de Medicina y Cirugía


Asignatura:
Medicina Legal

Iter criminis: El Perfil Criminal

Curso: 4° año
San Lorenzo - Paraguay
2016
El Perfil Criminal – Medicina Legal y Deontología – 2016

Tutor:

Dr. Carlos Stevens

Responsables:
Julio César Amarilla Acosta.
Walter Blas Guillén.
Arturo Trinidad.
Violeta Ricart Mas.
Oscar Ruiz Diaz Politeo Smith

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El Perfil Criminal – Medicina Legal y Deontología – 2016

Índice

Introducción……………………………………………………………………….......…….3

Marco Teórico
Evolución histórica del perfil criminal. La psicología en el crimen……………….........…..4
Ámbitos de aplicación del perfil criminológico………………………………………....…..7
Diferentes modelos, resultados y controversias............................................................8
Tipos de perfiles criminales…………………………………………………………………15
Principales aplicaciones de perfiles criminales……………………………………………..17
Problemas con el perfil criminológico…………………………………………………...…18

Conclusión………………………………………………………………………………..…21

Anexos………………………………………………………………………………………23

Bibliografía…………………………………………………………………………………27

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Introducción
El término offender profiling («perfil del delincuente») fue creado por los agentes del
FBI en el centro de entrenamiento de Quantico (Virginia Oeste) en los años 70, para designar
la técnica de describir el comportamiento y características probables del autor desconocido de
un asesinato. El primer caso que se conoce es el de Susan Jaeger, una niña que desapareció en
1973 en el estado de Montana (EE.UU.), y a la que la policía llevaba más de medio año
buscando infructuosamente. Había sido secuestrada mientras dormía en su tienda de campaña,
haciendo camping con sus padres. Siete meses más tarde apareció muerta en un bosque cercano,
gravemente mutilada.(1)

El FBI sugirió que el asesino era un varón blanco, que vivía cerca del camping, y que
posiblemente contara con algún arresto previo. Probablemente, se anotó también, habría
guardado algún recuerdo físico del hecho. El perfil condujo ante un sospechoso, David
Meirhofer, quien sin embargo, negó los cargos. Cuando, más tarde, la madre grabó una llamada
anónima que recibió, en la que se le informaba de que su hija había sido secuestrada, se
comprobó que el sospechoso había hecho esa llamada. Antes de que se ahorcara en su celda, la
policía comprobó que también había cometido otros tres asesinatos.(1)

En un sentido amplio, el perfil criminológico consiste en la descripción, la explicación


y la predicción de las características sociodemográficas (edad, sexo, ocupación, etc.),
criminológicas (carrera delictiva) y psicológicas (personalidad, patrones conductuales,
motivación, patrones de pensamiento, etc.) de las personas que han cometido algún delito (2)

Tal y como escriben Holmes y Holmes en su libro clásico Profiling violent crimes («La
perfilación de los delitos violentos»), la técnica del perfil, o la evaluación aplicada a la
investigación criminal, es un «intento elaborado de proporcionar a los equipos de
investigación con la información específica en torno al tipo de individuo que ha cometido un
cierto crimen». Usualmente los perfiles son más eficaces en aquellos casos en los que un
delincuente desconocido ha mostrado indicios de psicopatología. En esta categoría
incluiríamos delitos como el asesinato serial, la violación, la piromanía, robos de bancos y el
secuestro y abuso sexual de niños.(1)

El perfilador aparece así como un miembro más de un equipo que ha de basarse en el


trabajo combinado de todos los que intervienen en la investigación. Por ello, los perfiles
deberían basarse en el examen adecuado de todos los aspectos del caso, esto es, los informes
de la policía, del laboratorio forense, de las autopsias, fotografías y vídeos, dibujos de la escena
del crimen, mapas de las diversas zonas implicadas, e incluso de la impresión de los propios
investigadores. Igualmente, los perfiles deben de ser capaces de ubicar al responsable en lo que
Keppel ha denominado un continuo de violencia, es decir, «en qué lugar se halla el criminal
en su secuencia de acciones violentas, con objeto de determinar cuál es la firma del asesino y
adónde le puedan llevar sus fuerzas psicológicas». (1)

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En junio de 1992, el Comité Policial ACPO Association of Chief Police Officers del
Reino Unido concluyó que era viable el desarrollo de la elaboración del perfil criminal como
herramienta operacional. La evaluación de la técnica aportó 26 recomendaciones que
contribuirían a fortalecerla, las principales fueron:

1. El perfilamiento del criminal es esencialmente viable.


2. El trabajo comenzaría suministrando un sistema operacional.
3. El programa puede ser implementado por la policía, pero manejado por el grupo de
investigación policial. La implementación es importante en el sentido de entrega del servicio,
mas no como investigación académica.
4. Se crearía una base de datos en el ámbito nacional, para permitir la suficiencia estadística
con miras al mejoramiento del perfilamiento; la factibilidad del uso de un sistema de
computación de inteligencia artificial sería explorada utilizando a CATCHEM.(1)

Es muy importante tener en cuenta que para realizar un perfil criminal se necesita del
personal entrenado y capacitado científicamente, el cual debe reunir una serie de características
como un investigador con especial capacidad de análisis, con experiencia práctica de casos
trabajados para conocer cada tipo de delincuente y poder reproducirse mentalmente lo que
sienten.(1)

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EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PERFIL CRIMINAL. LA


PSICOLOGÍA EN EL CRIMEN.

El uso de la psicología para combatir y estudiar el crimen debe estar relacionado desde
el inicio mismo de ésta, sin embargo, ha sido relativamente reciente en el tiempo la intención
de algunos expertos de elaborar una metodología más o menos sistemática que nos ayude a
capturar a criminales usando las aportaciones que la psicología nos brinda. Esta metodología
ha estado basada principalmente en la creación, desarrollo y uso de técnicas clasificatorias y
de etiquetajes del delincuente criminal, teniendo inicialmente como principal objetivo la
captura del criminal. El acopio de datos ha posibilitado un estudio más en profundidad, que ha
dado lugar a diversas teorías psicológicas del crimen, teorías que tratan de explicar el hecho
criminal al igual que hace con cualquier patología mental. El desarrollo de técnicas terapéuticas
y de rehabilitación del crimen está en un estadio muy precoz: (2)

• 1888. Gran Bretaña. El Dr. George B. Philips diseña el método “modelo-herida”, basado en
la relación que existe entre las heridas que sufre la víctima y su agresor. En función de las
características de éstas, se podría diseñar un perfil del delincuente.
• 1870. Italia. Lombroso es considerado el padre de la criminología. Estudia desde el punto de
vista evolutivo y antropológico prisioneros, dando lugar a una clasificación de delincuentes
que tienen en cuenta características físicas:

1. Criminal Nato: Ofensores primitivos caracterizados por un proceso de


degeneración evolutiva que podían ser descrito por determinadas características
físicas.
2. Delincuente demente: Ofensores que padecen patologías mentales
acompañadas o no de físicas.
3. Criminaloides: Serían los que no pertenecen a ninguno de los dos grupos
anteriores pero determinadas circunstancias les han llevado a delinquir.

• 1955. Alemania. Kretschmer hace un estudio de más de 4.000 casos y diseña una clasificación
basada también en características físicas:
4. Leptosómico: Delgado y alto.
5. Atlético: Musculoso, fuerte.
6. Pícnico: bajos y gordos.
7. Mixtos: no puede encajar completamente en ninguna de las anteriores y sí en
varias de ellas.

Según esta clasificación cada tipo de delincuente se relacionaría con un tipo de delito,
así los leptosómicos son propensos al hurto, los atléticos a crímenes donde se use la violencia
y los pícnicos al engaño y el fraude.(2)
Las anteriores aportaciones tienen un fuerte componente biologicistas y fueron siendo
abandonadas por la poca utilidad que ofrecía, así como por sus carencias científicas.

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Posteriormente y junto con el desarrollo que la psicología iba atesorando, las teorías dejaron a
un lado las características físicas para detectar a criminales y empezaron a usar características
psicológicas.(2)

• 1957. USA. Brussel compara conductas delictivas con conductas de pacientes mentales. Su
perfil del Bonbardero de Nueva York puede ser considerado el primer perfil psicológico
criminal.
32 paquetes explosivos en Nueva York en ocho años. Brussel examinó las escenas de
los crímenes y dio un perfil a la policía. El bombardero es un inmigrante de Europa de entre
40- 50 años que vivía con su madre. Hombre que era muy aseado y que por la forma redondeada
de sus “w” adoraba a su madre. y detestaba a su padre. Predijo que en su detención vestiría un
traje cruzado y abotonado.Poco más tarde, y tras las pistas aportadas por Brussel, George
Metesky, un empleado enfadado de la compañía donde puso el primer artefacto fue detenido,
llevaba un traje cruzado y abotonado.

Según Brussel, su perfil fue fruto del uso del razonamiento deductivo, su experiencia y
el cálculo de probabilidades. Brussel apuntó hacia un hombre paranoico, trastorno que tarda
alrededor de 10 años en desarrollarse, lo que, junto a la fecha de la primera bomba le llevó a la
edad del perfil. Este trastorno explica el resentimiento perdurable, la pulcritud y perfección de
sus acciones y artefactos, así como su vestimenta. Las notas que dejaba permitieron evaluar su
procedencia, parecía como si estuviera traduciendo, lo que nos lleva a un inmigrante, en
concreto del Este de Europa, donde históricamente se ha usado las bombas como armas de
terrorismo.(2)

La exactitud del perfil tuvo una gran repercusión en la policía, que empezó a respetar
y a usar las aportaciones que la psicología podía hacer en este tipo de casos.
A pesar de que era aún una técnica poco precisa y con fallos, como se demostró entre
otros, en los casos del Estrangulador de Boston, el perfil criminal fue ganando aceptación y
demanda. A esto ayudó el aumento de homicidios en los que el asesino no era una persona
conocida para la víctima, lo que complicaba su resolución a la policía.

• 1970.USA. A partir de esta fecha, resulta vital para el desarrollo de esta técnica las
aportaciones y desarrollos realizados por el FBI. El perfil psicológico del criminal queda
establecido como técnica de investigación policial para resolver los casos difíciles, se crea la
Unidad de Ciencias del Comportamiento en el FBI, unidad especializada en el diseño de este
tipo de perfiles. Agentes del FBI se preocupan por este tema y se van especializando, entre
ellos Robert Ressler. Ressler entrevistó a cientos de criminales violentos en las cárceles, analizó
y sistematizó toda esa información en el Proyecto de Investigación de la Personalidad Criminal,
creado por él mismo y empezaron a documentar ciertos patrones y comportamientos de
asesinos.(2)
Una de sus mayores aportaciones fue la del término de “asesino en serie”, que veremos
más adelante y su clasificación de asesinos en serie.(2)

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1. Asesinos en serie Organizados: Muestran cierta lógica en lo que hacen, no sufren trastornos
mentales que puedan explicar en parte lo que hace, planifican sus asesinatos, son premeditados
y nada espontáneos, suelen tener inteligencia normal o superior, eligen a sus víctimas y las
personaliza para que exista una relación entre él y su presa.
2. Asesinos en serie no Organizados: Sus actos no usan la lógica, suelen presentar trastornos
mentales que se relacionan con sus aberrantes actos, tales como la esquizofrenia paranoide. No
selecciona ni elige a sus víctimas, ya que sus impulsos de matar le dominan tanto que
improvisa, actúa espontáneamente y con una mayor carga de violencia y saña sin ningún
mensaje. Su deterioro mental hace también que no se ocupe de la escena del crimen ni haga
nada especial para no ser detenido. No quiere relacionarse con su víctima, solo destruirla.

Esta clasificación es actualmente usada en el desarrollo de perfiles, aunque en muchas


ocasiones no existen los asesinos organizados o desorganizados puros y son más mezcla de
ambos. No obstante la división sí ha resultado fructífera y de gran ayuda a la hora de perfilar
un asesino ya que dentro de su clasificación, las características que describen a uno y a otro
tipo de asesino si tiene una gran consistencia estadística. Los términos de organizados y
desorganizados son, como dice Ressler, de fácil uso para los policías porque se escapa un poco
de la terminología psicológica y médica.

ÁMBITOS DE APLICACIÓN DEL PERFIL CRIMINOLÓGICO.(2)

Generalmente, el uso del perfil criminológico se restringe generalmente a crímenes


importantes tales como homicidios y violaciones. Como mencionamos anteriormente, las
características de estos hechos hace que la policía deba trabajar contrarreloj para resolver estos
casos. Cuando se trabajan en homicidios donde el culpable es un desconocido para la víctima,
el perfil puede ayudar a dar luz sobre el crimen y encaminar a la policía en sus investigaciones.

Cuando se quiere evaluar la posibilidad de relacionar varios homicidios, realizar un


perfil sobre el autor de los asesinatos puede ayudar a determinar si estamos ante un asesino en
serie o ante asesinos inconexos.

En otras ocasiones, el perfil ayuda a conocer ante qué tipo de personas nos enfrentamos
y éste arma puede usarse antes de su captura, provocando por ejemplo al agresor en los medios
de comunicación, y después de su captura, preparando los interrogatorios.
Otro ámbito de aplicación del perfil es su función teórica, en cuanto a que el análisis y
evaluación de casos sirven para aumentar el conocimiento que se tiene sobre la propia técnica
y sobre el hecho criminal.(2)

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DIFERENTES MODELOS, RESULTADOS Y CONTROVERSIAS

Énfasis clínico: tipologías de delitos y de delincuentes

El origen de la elaboración de perfiles de delincuentes está estrechamente relacionado


con la lógica deductiva que recurre a la experiencia acumulada por los investigadores gracias
al análisis de múltiples casos previos y a su conocimiento sobre la conducta humana (4, 5).

Con los datos recabados en esta línea se han propuesto diversas tipologías que clasifican
a los delitos y a los delincuentes teniendo en cuenta los motivos que tuvieron para cometerlos
(8, 9)
o sus características (5, 6).

Quizás la tipología más reconocida y utilizada en el mundo es la del FBI, que propone
el estudio de escenas organizadas y desorganizadas. Este modelo puede enmarcarse en lo que
se ha denominado la metodología clínica. De acuerdo con esta propuesta, las escenas
organizadas indican la planeación y los esfuerzos del agresor por ocultar evidencias. Los
agresores responsables de este tipo de escenas son descritos como metódicos, inteligentes,
controlados y competentes en su interacción social y sexual. En general, esta categoría se
refiere a delitos cometidos por psicópatas. (6, 7, 10, 11).

Las escenas desorganizadas caracterizan a las personas impulsivas e incompetentes en


su interacción social y sexual, poco inteligentes y que padecen alguna enfermedad mental. Los
agresores en esta categoría no planean sus ataques ni se preocupan por los rastros que dejan en
la escena del crimen. Posteriormente, en concordancia con la información obtenida de casos
analizados, el FBI incluyó una tercera categoría que denominó «escenas mixtas». En ésta se
contemplan aquellos delitos que presentan características de escenas organizadas y
desorganizadas. También se han planteado otras clasificaciones con base en «los motivos de
los delincuentes». Uno de los estudios más representativos en esta área es el de Holmes y
Holmes (9) que sugirió una clasificación de los homicidas en función de cuatro motivos: los
visionarios, que cometen el delito durante un brote psicótico en el que hacen caso de alguna
alucinación; los orientados a la misión donde se llega a cometer delitos por odio o intolerancia;
los hedonistas que buscan placer o ganancias secundarias como el dinero y aquellos que
cometen el delito para obtener poder o control sobre sus víctimas, caracterizados por la
brutalidad con que las tratan.(9)

A pesar de la popularidad de los modelos descritos, vale la pena señalar que en el ámbito
académico han recibido fuertes críticas. Por ejemplo, dado que la metodología empleada suele
ser la entrevista, se han encontrado sesgos en la información proporcionada por los delincuentes
(12)

Otra crítica, con relación a la clasificación propuesta por el FBI, argumenta que la
mayoría de los homicidios tiene características organizadas y por eso mismo, éste no sería un

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criterio fiable para clasificar las escenas de los homicidios. En la investigación de Canter,
Alison, Alison y Wentink (14) se evaluó la co-ocurrencia de 39 aspectos de 100 casos de
homicidios seriales. Los resultados señalaron que las características típicas de la categoría
organizadas se encuentran en la mayor parte de los homicidios y que las características
relacionadas con la categoría de desorganizadas, no llegaron a ser tan claras como para
conformar una categoría independiente. De igual forma, en la investigación de Busch y
Cavanaugh (13), la clasificación de homicidios seriales del FBI también fue cuestionada debido
a su carácter descriptivo pero no generalizable.

En otra investigación, Canter y Wentink (15) no encontraron datos que apoyaran la


clasificación propuesta por Holmes y Holmes (9). A partir de los datos de 100 asesinos seriales,
encontraron que más de 50% de los homicidios se caracterizaron por el poder y el control de
los agresores, de tal forma que no corresponden a una categoría independiente debido a que no
constituye un criterio que permita discriminar unos homicidios de otros.

Los investigadores también encontraron poco apoyo para las categorías hedonista y de
crímenes cometidos por odio. Además, estos autores no hallaron diferencias en la organización
y la desorganización de los delitos, pero sí las encontraron en la manera en que el agresor
establecía relación con la víctima. Estos resultados han llevado a proponer tipologías de delitos
y de delincuentes con base en el tipo de relación que el agresor establece con la víctima, lo que
hace evidente una clasificación no dicotómica de acuerdo a las categorías conductuales
fácilmente observables a través del análisis de la forma en que se comete un delito o un conjunto
de ellos.(15)

Investigaciones como las descritas han dado origen a un modelo diferente y menos
difundido que opta por la lógica inductiva y los análisis estadísticos.(15)

Enfoque estadístico: el modelo de facetas

Uno de los principales representantes del método de análisis estadístico es David


Canter. Este psicólogo ha llamado la atención sobre el gran número de variables implicadas en
este procedimiento y sobre el poco respaldo empírico de las relaciones que se asumen entre
ellas (16, 17). .La línea de Canter ha generado un conocimiento valioso en el estudio de grandes
muestras de casos cerrados en los que se conoce al autor de los delitos. Aunque gran parte de
los estudios sobre perfiles han tomado en cuenta los delitos de homicidio y de violación en
serie, desde el enfoque estadístico se propone una hipótesis interesante: si es posible hacer
perfiles en casos de delitos violentos, también debe ser posible hacerlos en otros delitos como
el robo, la piromanía, el terrorismo, la desaparición de personas, las amenazas e incluso el
crimen organizado y las redes criminales. (14,18, 19, 20, 21, 22).

Desde este modelo se propone la identificación de patrones conductuales (facetas) que


se pueden observar o inferir en la escena del crimen y en la información sobre la comisión de

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un delito. El principal objetivo de este enfoque es someter a prueba empírica los supuestos de
la elaboración de perfiles criminológicos: (23, 24, 25).

Se pueden observar semejanzas y diferencias en las conductas de los delincuentes que


se infieren de las escenas de los delitos, con lo cual se pueden proponer tipologías. Por ejemplo,
la forma de acercarse a la víctima, la cantidad y gravedad de las heridas causadas, etc., son
conductas con similitudes y/o variaciones de un homicidio a otro, facilitando así su
clasificación. Las diferencias y las semejanzas de las características personales, así como los
antecedentes delictivos y sexuales de los agresores, hacen posible identificar diferentes tipos
de delincuentes. Existen relaciones entre los diferentes tipos de delitos (supuesto 1) y los
distintos delincuentes (supuesto 2) (23, 24, 25).

La evaluación de estos supuestos ha permitido identificar algunos patrones


conductuales que sugieren tipologías en la comisión de delitos y que sustentan desde lo
empírico los supuestos antes revisados. Dentro de los principales patrones ya identificados se
encuentran: la violencia utilizada (18, 24, 25), el nivel de planeación y la relación agresor–víctima
(26, 27, 23, 28, 29, 30).

Así, la información relacionada con estas variables muestra mayor poder predictivo con
respecto de las características o el perfil del responsable de los hechos, que las clasificaciones
con base en los motivos o las propuestas de tipologías dicotómicas. En este sentido, la
investigación arroja datos sobre el tipo de información útil para la identificación y la captura
de agresores desconocidos. Por ejemplo, los hallazgos sobre el tipo de violencia indican dos
temas predominantes: expresivo e instrumental. En el primero, la violencia es el resultado de
un estado emocional del delincuente en el que la conducta se presenta como respuesta a
situaciones que inducen ira o frustración y cuyo objetivo es herir a la víctima. En estos delitos
es frecuente que la víctima sufra un gran número de heridas, que el agresor se aproxime de
manera sorpresiva y que se utilice un arma de oportunidad. (23, 29, 30, 24).

Por otro lado, la violencia instrumental se ejerce como medio para satisfacer alguna
necesidad del agresor. Por ejemplo, la satisfacción sexual, el dinero, el reconocimiento, etc. A
su vez, los resultados de este método de análisis sugieren la existencia de relaciones entre el
tipo de violencia ejercida sobre la víctima y las características propias de los agresores, como
el historial delictivo y las estrategias de interacción social, además de las variables
sociodemográficas como edad, ocupación y estado civil (23, 29, 30, 24).

Las conductas en la comisión del delito también han permitido identificar niveles
distintos de planeación que indican la preparación o la impulsividad con la que se cometieron
los actos delictivos. La planeación se ha asociado con agresores auto-controlados, inteligentes
y con mayor probabilidad de estar integrados en el ámbito social y laboral. La impulsividad en
cambio, se asocia con personas poco controladas, que aprenden con mayor dificultad de la
experiencia y por lo mismo no perfeccionan de manera substancial su carrera delictiva (23).

Por último, en cuanto al nexo agresor-víctima se han identificado las siguientes formas
en que el primero trata a la segunda. Cuando la víctima es tratada como objeto, existe una

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reducida interacción con la misma. A su vez este tipo de relación agresor–víctima se ha


encontrado asociada con heridas post mortem, actos sexuales, violencia excesiva y
desmembramiento del cadáver. Cuando la víctima es tratada como medio, el agresor se interesa
por controlar a quien ataca y la puede mantener con vida por un determinado periodo de tiempo.
En este caso la víctima es el medio para lograr otros objetivos. Cuando el trato del agresor es
como persona, la víctima resulta significativa y por ello el atacante utiliza niveles bajos de
violencia e incluso cuando se dan relaciones sexuales, éstas no son "patológicas". (26, 27, 23, 28, 30)

Los resultados de la investigación desde la perspectiva estadística sugieren que las


tipologías no pueden verse de manera estática o rígida y es necesario revisar la evidencia que
respalda dichas tipologías antes de utilizarlas en delitos de agresores desconocidos y en
contextos diferentes de aquellos en los que se han propuesto. En resumen, los principales
aportes de este enfoque son: primero, poner en duda las tipologías utilizadas desde los años 70
en la elaboración de perfiles criminológicos. Segundo, proponer tipologías con base en criterios
no considerados en modelos anteriores, producto de la investigación empírica. (26, 27, 23, 28, 30)

El significado del lugar

En esta línea de investigación se han estudiado las relaciones entre las zonas donde se
cometen los delitos y las posibles características de los delincuentes. Una de las teorías más
importantes en esta aproximación es la de actividades. Esta teoría propone que los crímenes
son cometidos en sitios conocidos y convenientes (en términos de ganancias y riesgos
percibidos por los agresores) para que los delincuentes encuentren a sus víctimas, y que éstos
se ubican donde confluyen las actividades diarias de unos y otros (30). Por ejemplo, en los
datos de abusadores sexuales de niños analizados por la «Far County Law Enforcement
Agencie» (32), el mapa de los sitios donde vivían los agresores y cometían sus delitos mostró
que las casas de los delincuentes estaban ubicadas muy cerca de los colegios, probablemente
porque allí tenían mayor posibilidad de contacto con sus víctimas potenciales.

Las investigaciones sobre la distribución geográfica de los delitos seriales y de las casas
de los perpetradores de homicidio, violación, piromanía y robo, han encontrado que las
actividades delictivas suelen acontecer alrededor de un sitio base (hipótesis de
domocentricidad) y que el delincuente establece una distancia alrededor de su foco central (que
puede ser su casa) a manera de anillo de seguridad, en el que no se cometen delitos (33, 28, 34, 35,
36, 37).

En un estudio realizado por Godwin y Canter (28) se encontraron patrones espaciales


muy claros donde los asesinos seriales contactaban a la víctima muy cerca de su casa y se
deshacían de los cuerpos a una distancia cada vez mayor. Además, la distancia entre los sitios
en los que dejaban los cuerpos y la casa de los homicidas fue disminuyendo a medida que se
incrementaba el número de víctimas.

Otro aporte importante en esta área ha sido el de Kim Rossmo, quien desarrolló un
modelo matemático denominado "Criminal Geographic Targeting" –CGT– (Blanco
Geográfico Criminal). El perfil geográfico se realiza teniendo en cuenta datos como la

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ubicación del área donde los homicidas buscan a sus víctimas, las asesinan y se deshacen de
sus cuerpos. Este modelo genera una superficie tridimensional que indica la probabilidad de
que un área sea significativa para el asesino serial (porque vive, trabaja o pasa la mayor parte
de su tiempo allí). Su utilización ha permitido reducir las listas de sospechosos teniendo en
cuenta el área de búsqueda sugerida por el modelo tanto a nivel geográfico como a través de
códigos postales o telefónicos; asimismo, este modelo ha sido útil para sugerir ubicaciones
geográficas y estratégicas para los patrullajes de la policía (37, 35).

En general, los resultados anteriores indican que la elección de los lugares y de las
víctimas no se debe al azar, incluso en delitos que pudieran catalogarse como impulsivos.
Aunque es posible que no haya un proceso consciente por parte del agresor, se pueden
identificar criterios de elección del lugar y de la víctima con base en una racionalidad
reconocible (33, 23, 34).

La cronoecología y la conducta delictiva

Otro factor relacionado con los perfiles criminológicos ha sido el "momento" en que se
cometen los delitos. Este punto se ha estudiado poco y aún menos en el contexto de la
cronoecología. El principal supuesto de la cronoecología es que los patrones conductuales son
el resultado de la interacción entre los programas temporales endógenos de los organismos (que
son la causa de los ritmos biológicos) y las modificaciones causadas por los estímulos externos
ambientales y sociales (38, 39).

Con respecto al crimen, se ha estudiado la influencia de variables como los ciclos


lunares, los ritmos anuales, los patrones estacionales y la latitud sobre la actividad criminal, en
especial en casos de homicidio y violación. En el estudio de la relación entre el ciclo lunar y el
homicidio, los resultados han sido contradictorios, algunos han informado de la existencia de
correlación entre estos dos fenómenos (40, 41, 44) mientras que otros no la han encontrado (41, 43).

La investigación sobre los ciclos anuales señala que los delitos de violación (42) y homicidio (44)
están asociados con estos ritmos. Estos resultados sugieren que este tipo de delitos pueden estar
asociados con los ritmos observados en la transmisión de la serotonina. En cuanto al nexo entre
patrones estacionales y la comisión de delitos, también se han encontrado correlaciones, en
especial con aquellos delitos que implican un alto grado de violencia. Por ejemplo, Tiihonen,
Räsänen y Hakko (44) encontraron que en Finlandia, durante el invierno, la tasa de homicidio
fue 6% más baja y durante el verano 6% más alta que las tasas esperadas. Aunque la variación
estacional en la agresión impulsiva se relaciona con los ritmos anuales, aún hay poco
conocimiento sobre la estacionalidad en la ocurrencia de homicidios.

Aunque se ha hecho investigación sobre ritmos anuales, mensuales y semanales, aún es fuente
de curiosidad saber cómo los ciclos lunares (29,5 días) pueden afectar la fisiología humana y
la conducta en general (45), así que esta pregunta también está vigente en el caso de las
actividades delictivas.Tal como lo sugieren Michael y Zumpe (46), la violencia humana como
la agresión en los primates no humanos, puede estar influenciada por factores ambientales

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exteroceptivos. Estos hallazgos podrían ser importantes para sugerir áreas y fechas que
requerirían mayor atención policial y para recomendar estrategias no convencionales en la
prevención y el tratamiento de la delincuencia.

Por otro lado, estudios como los de Hicks y cols (47) que han estudiado la conducta agresiva en
mujeres hospitalizadas que presentaban retardo mental, sugieren una alta relación causal con
la luna llena. Este punto indica la importancia de estudiar las diferencias entre hombres y
mujeres en función de sus ritmos cronoecológicos y de las relaciones con las actividades
delictivas (nivel de violencia) cometidas.

Criminogenia(48)

Si bien el hombre es dotado de libre albedrío, es decir de voluntad libre para hacer o no
hacer, se reconocen factores de criminalidad y que el crimen tiene doble origen: es el resultado
de factores o fuerzas originados en el propio individuo; factores endógenos, u originados en
el ambiente físico o social en que viva, factores exógenos. Entre los factores individuales,
biológicos o endógenos, se considera la raza, la herencia, el sexo, la edad, la constitución o
perfil endocrinológico; entre los factores mesológicos se consideran: (48)

● El medio físico: influencia climática, estaciones, temperatura;


● El medio social: familia, ambiente social, religión, situación económica, educación;
pasión política; urbanismo.

Del estudio de estadísticas de varios países se deduce la importancia variable de estos diversos
factores, así: (48)

 La raza: se sabe que en ciertos pueblos son más frecuentes los crímenes pasionales,
por venganza; en otras razas prevalecen los delitos contra las personas, y en algunas
contra la propiedad.

 Herencia: hay predisposiciones familiares para el crimen, como las hay para el
alcoholismo, las enfermedades mentales, la prostitución, etc.

 Sexo: entre las mujeres es menos frecuente la delincuencia; ellas cometen con más
frecuencia crímenes pasionales, envenenamientos, el infanticidio; es delito más
frecuentemente femenino, el aborto.

 Edad: los menores cometen más delitos contra la propiedad; la delincuencia es más
frecuente entre las edades de 18 a 30 años.

 Constitución endocrina: los delitos sexuales y atentados contra el pudor son más
frecuentes en individuos de constitución hipersexual e hipercórtico-suprarrenal, los
hipertiroideos son más emotivos e impulsivos.

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 Clima: en general, en verano y en países cálidos son más frecuentes los delitos de
sangre; y en países fríos, son más frecuentes los delitos contra la propiedad.

 Familia: es fundamental como factor delincuencial la familia irregularmente construida


así como la falta de disciplina, afecto, moralidad, forma de vida, etc., entre sus
miembros.

 Ambiente social: amistades, ambiente de trabajo, compañías, educación, religión, son


también factores de importancia a tener en cuenta. Y no debemos olvidar que son
factores de equilibrio social y antidelincuencial, policía y justicia que merecen respeto
y confianza de la población; cuando hay arbitrariedades, falta de justicia, es más
frecuente el crimen, cada uno hace justicia por sus propios medios.

 Situación económica: la pobreza es el medio más propicio para el crimen; el hambre,


las necesidades, la falta de medios para una buena alimentación y educación, el odio de
clases, son los caminos que llevan al delito.

 Educación: tiene gran influencia la educación, como factor de formación del carácter.

 El urbanismo: puede crear un ambiente favorable a la comisión de delitos, y está visto


que, en los grandes centros de población, existe un gran número de marginales, vagos,
desocupados, y población que vive sin habitación condigna, en promiscuidad.

Clasificación de los Delincuentes Morales de acuerdo con la causa eficiente (no


desencadenante) de sus delitos. Mira y López.(48)

 Delincuente nato o instintivo: es el perverso por instinto, reemplazando el antiguo


término “loco moral”. N. Rojas.

Son sus características, según Ferri: insensibilidad moral, falta de comprensión de la


gravedad del delito, falta de comprensión de la gravedad del delito e indiferencia ante
el sufrimiento ajeno, ante la víctima o el cadáver; cometen los mayores delitos de
sangre; impasibilidad después del hecho, futilidad de motivos por el crimen, ferocidad
fría, vanidad del delito, confesión clínica, falta de remordimiento; ineficacia de la
intimidación penal.(48)

 Delincuente loco: es el que comete un delito en estado de alienación mental.

 Delincuente pasional: es el individuo emotivo que comete un crimen movido por


factores de carácter afectivo. Son sus caracteres, según Ferrri: poca frecuencia
delincuencial, ausencia de recidiva; juventud del autor, que es de buenos antecedentes;
individuos con desequilibrio neuropático y de exagerada sensibilidad. Hay proposición
entre el motivo y la reacción delictuosa e intensa conmoción afectiva antes, durante y

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después del crimen, que es ejecutado repentina y abiertamente. Confesión y


remordimiento. (48)

 Delincuente habitual: es el que vive de la delincuencia, es el delincuente profesional.

 Delincuente ocasional: comprende los delitos cometidos ocasionalmente por


individuos sin malos antecedentes y sin tendencia para la criminalidad y con raras
reincidencias.

 Delincuente de causa social: son individuos de voluntad, débil, que caen en la


delincuencia no por causa individual preponderante sino por razones de ambiente. Son
corregibles, reeducables, poco peligrosos.

 Delincuente por taras psíquicas: son los que caen en la delincuencia por razones de
anormalidad psíquica (congénita o adquirida), poco o nada reeducables, muy
peligrosos.

 Delincuente de causa biológico-social: caen en la delincuencia por combinación de


causas o razones individuales y ambientales (48).

(49,50)
TIPOS DE PERFILES CRIMINALES
● Perfiles de agresores conocidos, perfil psicológico o método inductivo
● Perfiles de agresores conocidos, perfil psicológico o método deductivo
● Perfil geográfico.

Método inductivo
Se conoce por Perfiles de agresores conocidos, perfil psicológico método inductivo:
Consiste en la caracterización de los agresores conocidos o población carcelaria para
extraer características generales; es decir, se parte de lo particular a lo general; por ejemplo: si
el investigador está elaborando perfiles de agresores dentro de una cárcel, entonces entrevistará
a un violador y nota que no es asertivo, luego a otro y observa lo mismo entonces, si se repite
el patrón, el investigador podrá extraer una característica general de los violadores.

Para obtener estos datos, los investigadores realizan entrevistas de criminales violentos
condenados sin posibilidades de salir de la cárcel, para que así brinden amplia información y
con esta no tengan nada que ganar o perder. Además, se basan en la observación conductual y
en informes de la conducta del delincuente brindada por otras personas (allegados, víctimas o
guardianes penitenciarios). También se nutren los investigadores de datos provenientes del
expediente judicial y con base en todas estas fuentes se construye el perfil inductivo. Este perfil
se usa para la estrategia de entrevista y testimonios de individuos, determinando si sus
características emparejan con las características de una base de datos de una clase de agresores
determinada. La ventaja de este modelo es que es un gran facilitador de características, pues

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ofrece premisas con características básicas del agresor que permiten perfilarlo y predecir su
comportamiento.

Método deductivo
El método deductivo también no es más que los Perfiles de agresores conocidos, perfil
criminal o método deductivo.

Este método se desarrolla haciendo inferencias con base en el análisis de la evidencia


psicológica de la escena del crimen. Se trata de ir de lo general a lo particular; es decir, de
premisas generales como la edad del agresor, la raza de la víctima, las agresiones específicas
que el criminal hizo a la víctima como cubrirle la cara o dejar algún tipo de simbología, etcétera
de la evidencia psicológica se extraen rasgos del agresor para dar como resultado un perfil
particular. Por ejemplo: agresor adulto, joven y blanco que es psicópata porque siente
arrepentimiento.

Para realizar este perfil resulta de mucha utilidad hacer comparaciones con las
características de otros comportamientos criminales similares de población conocida
(penitenciaria o carcelaria) obtenida mediante el método inductivo
.
Este método se puede usar como un tipo investigativo y adjudicativo, ya que como
primera medida, el análisis de la evidencia conductual puede ser sistemáticamente examinada
e interpretada para los hechos del caso, y después de esto puede ser usado para asistir en el
proceso que se ponga a disposición en una corte legal. El perfil criminal deductivo no implica
un individuo específico ni un crimen específico. Puede ser usado para sugerir un tipo de
individuo con características psicológicas y emocionales específicas; describe solo las
características evidentes en la conducta criminal a la mano, así como las circunstancias de tal
conducta.

Los encargados de hacer perfiles deductivos, recopilan información de la escena del


crimen para analizarla y poder revelar qué tipo de persona lo cometió. Los casos reales de
crímenes no se resuelven por pequeñas pistas, sino por el análisis de todas las pistas y los
patrones del crimen. El perfil de criminales desconocidos el mismo método deductivo y
consiste en el proceso de interpretación de la evidencia forense que incluye observar la escena
del crimen, tomar fotografías, reportes de autopsia, fotografías de la autopsia, además del
estudio individual del agresor y la víctima partiendo de los patrones de conducta se deducen
las características del agresor(es), la demografía, emociones y motivaciones.

Fases del método deductivo


El método de perfil deductivo incluye dos fases:
● La fase investigadora: en la que como su nombre lo indica se investiga todo lo que tiene
que ver con las evidencias ya sean físicas o conductuales.
● La fase del ensayo: esta fase involucra el análisis de evidencias conductuales de
crímenes conocidos donde ya existe un sospechoso, por esta razón la meta en este caso
es ayudar en el proceso de entrevista o interrogatorio y ayudar a desarrollar la visión de

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la fantasía en la mente del ofensor, para este fin se debe ser imparcial, es decir, tener
una mente abierta y un pensamiento crítico, se debe pensar como delincuente, en sus
necesidades, experiencias y motivaciones, por último se debe tener en cuenta la
experiencia de vida pues esto puede influir de manera determinante en las personas.

Perfil geográfico
Está relacionado con las características físicas del lugar, podría llamarse perfil de la
escena del crimen, ya que intenta generalizar la vinculación de las localizaciones de la escena
del crimen con la probable residencia de un agresor desconocido. Aunque este tipo de perfil es
primordialmente empírico, emplea el concepto de mapa mental y trata de reconstruir una
representación psicológica relevante de las áreas del crimen en donde el agresor se sienta
confortable. Un perfil geográfico es de gran ayuda para refinar el perfil de la escena del crimen,
ya que lo que se intenta es generalizar la vinculación de la localización de la escena del crimen
con la posible residencia del agresor, además de ayudar a formular el mapa mental. Para el caso
colombiano, es importante mencionar que La Policía Nacional está utilizando técnicas de
georeferenciación, es decir que se está implementando la técnica del perfil geográfico.

Siendo importante en el estudio:


● Etapa previa a la elaboración del perfil
● Información del contexto sociocultural donde ocurrió la escena del crimen.
● Protección de la escena del crimen
● Durante la elaboración del perfil
● Análisis y /o entrevista de la victima
● Entrevista a testigos
● Información de la escena o lugar de los hechos
● Evidencia forense y de conducta.
● El análisis del lugar de los hechos
● Criterios de clasificación de la información del delito.
● Tipo y estilo de homicidio.
● La intención primaria del asesino.
● El riesgo para la víctima.
● El riesgo para el agresor.
● La escalada del crimen
● Violencia expresiva y violencia instrumental
● El tiempo
● El lugar
● La reconstrucción del crimen.

(49,50)
PRINCIPALES APLICACIONES DE PERFILES CRIMINALES
Principales aplicaciones de la técnica de elaboración de perfiles criminales son:
● Crímenes violentos y seriales.
● Identificación del autor y eliminación de sospechosos.
● Técnicas investigativas con base en la identificación del tipo decriminal.

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● Provocar al agresor a través de los medios de comunicación.


● Preparación de interrogatorios.
● Justificación de solicitud de otras pruebas.
● Vincular crímenes.

(49,50)
ELEMENTOS DE PERFILACIÓN CRIMINAL
Elementos que integran la perfilación criminal son:
● Estudio del lugar del hecho.
● Fotografía y Fílmica forense.
● Autopsia médico legal.
● Autopsia psicológica.
● Infografía forense.
● Levantamiento operativo o situación criminológica.
● Evidencia recolectada y posteriormente revisada o analizada más sus resultados.
● Planimetría forense.

PROBLEMAS CON EL PERFIL CRIMINOLÓGICO (51)

En la actualidad, el problema fundamental que tiene el profiling es el de constituirse en


una disciplina con un método definido, aceptado por todos, que descanse en la «validez» de los
procedimientos (esto es, que exista una lógica racional que establezca cómo proceder) y en la
comprobación de la «utilidad» o eficacia de su aplicación (es decir, que pruebe de modo
empírico que tal procedimiento provee resultados en las investigaciones reales). Ésta es la razón
por la que actualmente los perfiladores se ufanan en evitar saltos deductivos o inferencias que
pudieran parecer fantasiosas o poco acreditadas, al estilo de los insights o deducciones
sorprendentes que hicieron famosos y éxitos de ventas los libros de los perfiladores del FBI.
La dificultad fundamental que está detrás de la validez y eficacia de esta técnica o disciplina
forense se relaciona con el problema de la consistencia.

Existen dos tipos de consistencia:


• La consistencia en el actuar criminal del sujeto en las diferentes escenas del crimen. Aquí
el problema está en ser capaces de afirmar que un asesino o violador (o cualquier otro tipo de
delincuente que actúe de modo serial) mostrará un patrón en todas esas escenas, de tal modo
que se pueda vincular esas escenas a un único autor. Este presupuesto es el que fundamenta el
llamado «análisis de vinculación» (linkage analysis),

• La consistencia o proyección de los atributos del criminal en su comportamiento en la escena


del crimen. Éste es el punto más débil del método, el más difícil de realizar con veracidad,
porque exige demostrar que la personalidad y el estilo de vida del sujeto, junto con otros
atributos como la edad o el sexo, definen un conjunto de obsesiones y necesidades que se
plasman necesariamente en sus actos criminales, es decir, en las huellas de comportamiento
que deja en la escena del crimen.

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Para determinar ambos tipos de consistencia resulta crucial el análisis del modus
operandi, de la «firma» del delincuente y del perfil geográfico. Así —a modo de ejemplo—, se
puede llegar a precisar que un asesino ha cometido cinco crímenes porque identificamos, a
pesar de las variaciones o diferencias que se aprecien en cada una de ellos, un mismo modus
operandi y una misma firma, y se entiende que su ubicación habitual estimada (residencia o
lugar de trabajo) está dentro de los parámetros espaciales predichos. Pero, por otra parte, si se
llega a poder afirmar que —de nuevo como ejemplo— «el asesino debe tener experiencia
delictiva dado que las conductas que vierte en las escenas son todas muy controladas y
muestran una clara premeditación», entonces esta afirmación sólo será verdadera si hay una
correspondencia (o consistencia) entre «tener experiencia delictiva» y «actuar de forma
controlada y premeditada en la comisión del crimen».Esto es justamente lo que permite definir
un perfil, la convicción de que determinados asesinos (o violadores, incendiarios, etc.) se
expresan de un modo peculiar en la escena del crimen.

La investigación, en la actualidad, muestra que, en efecto, los delincuentes tienen una


consistencia más o menos importante cuando cometen sus delitos, lo que se ha comprobado en
el caso de homicidas, violadores, incendiarios y ladrones de diferente tipo. Es decir, la primera
de las hipótesis (la consistencia en la actividad criminal o la existencia de un patrón que se
repite en los diferentes crímenes) cuenta con un importante apoyo empírico, si bien está lejos
de ser perfecta. Una razón importante de esta variabilidad comportamental de los sujetos en los
diferentes crímenes es que los delincuentes cambian y evolucionan. Además, pueden
reaccionar de formas diferentes si las víctimas o las circunstancias se han salido de lo normal
o de lo esperado por el delincuente. Este elemento situacional o contextual y de aprendizaje es
siempre una amenaza que debe considerar el perfilador, amenaza que afecta tanto a la hipótesis
de la consistencia entre las escenas del crimen como a la hipótesis de la correspondencia entre
los atributos socio-psicológicos del criminal y sus conductas en esos escenarios.

Se ha definido el proceso por el que el perfilador realiza el paso del estudio de la escena
del crimen a la descripción del delincuente desconocido como un proceso hipotético
denominado de «abducción», según el cual de los antecedentes o datos de que se dispone nunca
se tiene la seguridad de que lo que se concluye sea cierto. Por ello, en su opinión, la veracidad
de los hallazgos de los perfiladores siempre será una cuestión de probabilidad. Ellos plantean
el siguiente ejemplo para ilustrar por qué el modelo de inferencia seguido en el perfil
criminológico es el «abductivo» o probabilista:

— Si el patrón de conducta X (modus operandi y firma) se ha observado en el crimen actual


(Resultado)
— Y muchos asesinos conocidos con el perfil psico-sociológico a han mostrado este patrón de
conducta X en el pasado (Regla)
— Entonces es posible que un asesino desconocido con el mismo perfil psico-sociológico a de
los asesinos conocidos haya cometido el crimen actual (Inferencia abductiva aplicada al caso
de la investigación).
Entonces, el tipo de razonamiento adoptado por los perfiladores mediante las inferencias
abductivas se corresponde con una estructura narrativa en donde éstos deben por consiguiente

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organizar la información dentro de un todo orgánico mediante su encaje dentro de una trama
(plot) de acciones y eventos que no es sólo estructuralmente similar a una narración, sino que
“es” una narración. El perfilador, en su esfuerzo por comprender la conducta de un delincuente
en la escena del crimen, recoge, evalúa y conecta diferentes conjuntos de datos, crea una
narración la cual nunca se podrá corresponder del todo a los hechos realmente acaecidos.

Ahora bien, el perfilador no necesita que su narración sea «completamente» cierta en relación
con lo que realmente sucedió, sino que basta, para probar su utilidad o eficacia, que los hechos
que suministre a la policía con su relato supongan un impulso en la dirección correcta hacia la
resolución del caso, es decir, hasta la captura del delincuente desconocido. (51)

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Conclusión
Una de las funciones que se puede desempeñar, en el área de la Psicología Forense, es
la elaboración de perfiles psicológicos. En la técnica de elaboración de perfiles se pueden
identificar algunos supuestos que son base o punto de partida, entre ellos están: la posibilidad
de una clasificación de las escenas del crimen en función de características de lugar, del
momento, del arma utilizada, de la víctima, de la evidencia física recogida en el caso, con ello
es posible caracterizar a los delincuentes, y estas categorías a su vez están relacionadas con
diferentes escenas del crimen y con el tipo y características específicas del delito cometido.

La técnica del perfil criminológico es una ciencia joven en metodología, pero senil en
cientificidad, siendo la criminología y las ciencias sociales (psicología y psiquiatría) las que le
han tendido su mano para realizar su objetivo. Así el mismo, no es otro que elaborar una serie
de datos a través de un método deductivo/inductivo/mixto que llevará a un patrón de conducta
de un autor criminal desconocido, siendo elaborado por un equipo multidisciplinar. Este patrón
tendrá mayor o menor fiabilidad en relación directa con la preparación de los investigadores
que lo realicen, y está, se constatará en el momento de la detención del autor. Ello se producirá
cuando el perfil criminológico realizado por el equipo multidisciplinar se aporte a las Fuerzas
policiales encargadas del caso y se relacione con los datos de la investigación. Por último, se
debe de señalar la satisfacción que produce a los investigadores que han elaborado un perfil
criminológico que da como resultado la detención del autor.

Pero es evidente que los perfiladores más modernos son conscientes del difícil salto que
tienen que realizar para determinar las características del delincuente a partir de los datos de la
escena del crimen. Ante esto, no cabe sino seguir procedimientos que, disponiendo del mayor
conocimiento posible acerca del tema estudiado, permitan que las deducciones de los analistas
se integren dentro de un equipo de investigación donde pueda decidirse cuál es el grado de
validez con el que se formulan. Sin embargo, ésta es la grandeza y al mismo tiempo la miseria
del perfil criminológico moderno: el conocimiento científico —que en ciencias sociales
determina patrones sobre lo general— no basta para asegurar que la deducción del investigador
sea necesariamente cierta.

Por otra parte, no debe olvidarse que la propia investigación criminal procede siempre
con hipótesis provisionales mediante el cual los policías realizan una inferencia a través de la
cual perciben las relaciones entre los hechos (en el curso de una investigación dada) mediante
la selección de vínculos causales y/o analogías, formulando hipótesis para el desarrollo de la
situación. Nunca se puede tener la certeza absoluta de que una hipótesis va a ser necesariamente
verdadera; pueden aparecer aspectos excepcionales que escondan una verdad que no fue
prevista en la inferencia de investigación que impulsó el trabajo policial, dejando frustrados y
desolados al equipo.

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Sin embargo, la técnica del perfil criminológico goza de buena salud: abundan los
artículos y libros especializados, y progresivamente un mayor número de policías en el mundo
están incorporando esta disciplina forense. A partir de las aportaciones del FBI, la técnica del
perfil criminal ha ido evolucionando y adoptándose por otros cuerpos de policía de otros países;
se han creado diversas titulaciones académicas, agencias y organizaciones privadas encargadas
de realizar perfiles criminales y aunque no hay y, posiblemente no haya; una sistematización
absoluta de esta técnica, es en gran parte un arte, el perfil ha quedado incluido como una técnica
de investigación criminal. Hace tan poco tiempo que se está empleando, poco más de veinte
años, que podemos permitirnos ser pacientes.

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Anexos

Figura 1. Tipología de agresores con base en la escena del crimen de acuerdo al Análisis de
Investigación Criminal del FBI53

¡Cómo se elabora un Perfil Criminal? Ps Milton Leonardo Cubillos


1. Para esto debemos consultar al FBI que son los más expertos en el tema.
Para el FBI la elaboración de un perfil se define como una técnica que sirve para identificar la
personalidad principal y las características conductuales de un delincuente basándose en el
análisis del delito cometido. Este proceso suele implicar 7 pasos:
1. evaluación del acto criminal en sí mismo
2. evaluación exhaustiva de las particularidades de la escena del crimen
3. análisis exhaustivo de la víctima
4. evaluación de los informes preliminares
5. evaluación del informe sobre la autopsia forense
6. desarrollo de un perfil con las características fundamentales del delincuente, y por ultimo
7. sugerencias de investigación basadas en la construcción del perfil.
¿Se puede definir una estructura y contenido del perfil criminal?

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Para esto citaremos a Morales (2.002) la estructura y contenido de un perfil, es el siguiente:

Perfil

1. Correspondencia del delito analizado con una cadena de crímenes similares.

2. ¿Diferentes delitos corresponden a un mismo delincuente?

3. ¿El delincuente actuó en solitario o con la complicidad de otras personas?

4. Características demográficas del delincuente:

5. Características físicas

6. Antecedentes delictivos

7. Características psicológicas

8. Relación con la víctima

9. Ubicación geográfica

10.Predicciones sobre un nuevo crimen

11.Predicciones de su comportamiento respecto a la investigación

12.Recomendaciones para el caso


Información sobre las víctimas

Datos de la (s) víctima (s)

1.Características demográficas

2.Características físicas

3. Nivel de riesgo de la víctima

4.Ubicación geográfica

5.Evidencia de las reacciones que pudo tener la víctima durante el delito (especialmente
útil cuando las víctimas sobreviven, como es el caso de las víctimas de violadores en
serie)

6.Análisis de la información de la víctima


Datos de lo ocurrido en la escena del delito

1.Ubicación temporal

2.Ubicación geográfica

3.Descripción del modus operandi

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4.Análisis de la escena del delito

¿Cuál es el proceso para la generación del Perfil Criminal?


En cuanto al proceso de generación del perfil criminal citaremos a, Campazas B. (2001), yesta
a su vez cita el proceso que realiza el Centro Nacional para el Análisis del Crimen Violento del
FBI, el cual consta de 5 etapas, que termina con una 6: la detención del sospecho.

1. Los inputs para el perfil


Toda la información obtenida por la policía en la escena del crimen se recopila y examina.
La escena del crimen es examinada minuciosamente.
A continuación la investigación se centra en las victimas a través de la aplicación de la técnica
de Autopsia Psicológica.
El informe forense determina la causa y el tipo de muerte, las heridas que presentaba antes y
después de la muerte, y los actos sexuales cometidos con la victima si tuvieron lugar.
Se evalúan los informes policiales preliminares y los documentos de investigación, con
información de fondo.
Entrevistas a testigos que tengan información sobre el hecho.

2. Los modelos para la toma de decisiones


La siguiente fase es el proceso de toma de decisiones, en el los inputs son organizados. En este
sentido se pueden establecer siete decisiones que permiten diferenciar y organizar la
información obtenida en la primera etapa y que forman una base sobre la cual se construye el
perfil:
- Tipo y estilo de homicidio: los homicidios se pueden clasificar por tipo y estilo. Un
homicidio simple tiene una sola victima; uno doble tiene dos víctimas en un único suceso y en
un solo lugar; y uno triple tiene tres víctimas que mueren en un mismo lugar durante un único
suceso. De tres víctimas en adelante se clasifica como asesinato múltiple, el cual puede ser en
masa, en serie y spree killer.
- La intención primaria del asesinato: en un asesino puede haber tanto intensiones
primarias como secundarias. El motivo primario es la meta fundamental que se logra a través
de otras que se denominan secundarias. En la motivación primaria pueden incluirse razones
emocionales, egoístas o especificas.
- Riesgo para la víctima: para calcular el riesgo que corre la víctima se usan factores tales
como la edad, profesión, estilo de vida, y este se clasifica en alto, moderado o bajo. Esta
información sobre la victima ayuda a formar una imagen del tipo de asesino que se busca.
- Riesgo para el agresor: este hace referencia al riesgo que corrió el agresor para poder
cometer el crimen-
- La escalada del crimen: los investigadores que hacen perfiles saben deducir la secuencia
de los actos, y así, determinan el potencial del asesino, no solo para aumentar la violencia de
sus crímenes, sino también para repetirlos en serie. El estudio del desarrollo de la conducta
criminal de los agresores sistemáticos indica que cuando codifican a la víctima, es decir
mantienen un trato impersonal y se comunican poco y solo con fines instrumentales, irán
mostrando una mayor violencia a medida que van acumulando asaltos (Garrido, 2000) .

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- El tiempo: se tiene en cuenta el tiempo necesario para: matar a la víctima, cometer actos
adicionales con el cuerpo, deshacerse del cadáver. El momento en que se comete el delito si
es de día o de noche también es importante para conocer estilos de vida y la ocupación del
sospechoso.
- El lugar: el lugar donde la víctima fue abordada, el lugar donde ocurrió el crimen y el
lugar de la muerte, no siempre es uno solo, sino varios lugares que sirvieron de contexto para
el hecho. El hecho de que se utilicen varios lugares para cometer el hecho implica planeación
del delito, mayor edad cronológica y mayor tiempo trascurrido en la carrera delictiva.

3. La Evaluación del Crimen


En esta fase se reconstruyen la secuencia de los sucesos y el comportamiento tanto del agresor
como de la víctima. Esta reconstrucción se basa en las decisiones tomadas en la etapa anterior
y nos proporciona datos que ayudan en la elaboración del perfil criminal.

4. El perfil criminal
En esta fase se procede a la elaboración del perfil criminal, trata el tema del tipo de persona
que ha cometido el crimen y su manera de comportarse en relación al mismo.
Se incluyen las características físicas, costumbres, creencias, comportamiento antes, durante y
después del crimen.
Igualmente e incluyen recomendaciones para la investigación, específicamente en entrevistas,
interrogatorios, estrategias para la captura del criminal.

5. La Investigación
Una vez el perfil criminal tiene congruencia, se remite un informe escrito al departamento que
lo solicitó y se incorpora a la investigación se efectúan las actuaciones recomendadas y los
sospechosos que encajan en el perfil son evaluados.
Si este proceso termina con la identificación, detención y confesión del asesino, el perfil ha
cumplido su objetivo.

6. La detención
Una vez detenido un sospechoso, se compara el resultado con lo que indican las distintas etapas
de la elaboración del perfil.
Cuando el sospechoso confiesa, es importante hacerle una entrevista detallada para controlar
que todo el proceso del perfil ha sido válido.
Por último y como conclusión podemos afirmar: Siempre el victimario se lleva algo de su
víctima, y la víctima se queda con algo de su victimario, y esta es la clave para descubrir que
lo paso: Milton Cubillos.

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