Você está na página 1de 51

1

El Hijo de Dios bajará en una nube no tardando


mucho y mandará a sus ángeles que sieguen la mies
seca de la tierra que no da fruto; que sus escogidos
estén preparados;

Nace en la provincia de Albacete el 13 - 3 - 31. Casada.


Siete hijos. Reside en San Lorenzo de El Escorial.
Apenas sabe leer y escribir. Gravemente enferma de
corazón, sanó en una peregrinación a Lourdes. Su
marido, de poca salud, cultiva un huerto y es portero
suplente en la casa donde Amparo trabaja de
asistenta.
Criada en suma pobreza, sacrificio y duro trabajo,
desde niña, sin saber rezar, ha invocado filialmente a
la Stma. Virgen. Siempre ha sentido tierno amor
compasivo hacia el prójimo necesitado. Afirma ella
que, aunque suponía ha de haber un Ser Supremo,
vivía despreocupada de sus deberes religiosos que no
practicaba. Pero, a mediados de noviembre de 1.980,
oye una voz que le dice: "reza por la paz del mundo y
por la conversión de los pecadores. Amaos los unos a
los otros. Vas a recibir pruebas de dolor".
Efectivamente, comienza a sangrar por la frente y las
manos sintiendo agudos dolores y clama: "Pero ¿qué
es esto?". Se le muestra el Señor clavado en la cruz y le
2
dice: "Hija mía, esto es la Pasión de Cristo. La tienes que
pasar entera". Dice Amparo: "Yo no lo resisto". Le
arguye Él: "Si tú en unos segundos no lo resistes,
¿cuánto pasaría Yo, horas enteras en una cruz,
muriendo por los mismos que me estaban
crucificando? Puedes salvar muchas almas con tus
dolores". Le pregunta Jesús si acepta, y ella responde:
"Con vuestra ayuda, Señor, lo soportaré".
Desde este momento Amparo es otra: al mismo tiempo
que intensifica ejemplarmente su vida espiritual, se
multiplican en ella tan raros como extraordinarios
fenómenos: sangraciones por la frente, ojos, boca, un
hombro, espalda, costado, manos, rodillas, pies; unas
veces con llagas visibles, otras con sangre sin llagas y
otras sin llagas y sin sangre, pero con el
correspondiente agudo dolor, según la escena de la
pasión que contempla. Se le ha visto en relieve un
corazón en el centro del pecho, sangrante atravesado
por una espada en figura.
- Apariciones del Señor, de la Virgen y de ángeles.
- Intenso aroma como de rosas percibido de lejos y
como a oleadas.
- Idioma desconocido.
- Bilocación.
- Repetidos mensajes.
- Profecías.
- Multiplicación de alimentos.
- Signos en el cielo.
3
- Numerosas conversiones.
- Levitación.
- Comunión mística.
- Inexplicable grabación de cintas magnetofónicas.
- Curación de ajenas dolencias tomándolas en sí
misma, etc.
Varios de estos fenómenos son muy recientes.
Parece que el Señor permite al "Poder de las tinieblas"
actuar contra ella, ya por el mismo diablo, ya por
quienes la insultan, se burlan de ella y de estas cosas,
y la calumnian con palabras por ella oídas o por
escritos. Pero también parece que el Señor le tiene
anunciado todo esto y le da paciencia para soportarlo.

CONTENIDO DE LOS MENSAJES RECIBIDOS


POR AMPARO:
Desde su conversión, Amparo considera su ideal
preferente ayudar a Jesús a salvar almas. Es lo que
entiende que le pide el Señor con tan variados
carismas. Así lo expresa sus mensajes recibidos en
éxtasis frecuentemente muy dolorosos. Veamos el
principal contenido de tales mensajes.
El Señor y la Virgen instan a los hombres a convertirse;
de no hacerlo, vendrá un gran castigo.
- Se quejan de los pecados de blasfemia, impureza,
incredulidad, hipocresía, ingratitud, difusión de
doctrinas falsas, incumplimiento de votos religiosos,
desamor al prójimo.
4
- En algunos sacerdotes: vida impura, abandono de la
oración y del vestido distintivo.
- Recepción sacrílega de la sagrada Eucaristía; no se
cree en la presencia real; olvido del Sagrario.
- No hay agradecimiento ni compasión para el
Corazón de Jesús al que se rechaza.
- Ofensas a la Stma. Virgen.
- Se inculcan la Confesión sacramental y la dirección
espiritual.
- Se pondera el poder impetratorio del santo Rosario
cuya devota recitación diaria se recomienda.
- La Virgen promete asistir en la muerte a quienes lo
rezan diariamente y comulgan los primeros sábados.
- Aconseja algo de meditación sobre cada misterio.
- Se piden sacrificios para que se salve el mayor
número posible de almas.
- El dolor es camino ordinario para el cielo.
- Comunión los primeros viernes y sábados y también
diaria.
- Se inculcan repetidamente la humildad y la
obediencia.
Se insiste en la necesidad y el poder de la oración.
- Orar por los que no oran y hacer penitencia por los
que no la hacen.
- Pedir mucho por España, especialmente por el País
Vasco y por todo el mundo.
- Acudir al Padre Eterno. La Virgen nos protegerá
5
siempre.
- Pedir por la conversión de Rusia y por el Papa que
va a sufrir mucho.
- Oración especial por los sacerdotes.
- Rezar por los pecadores y los incrédulos.
- Ha tenido visiones del cielo y del infierno.
- Vida eterna feliz sobre los astros.
- La Virgen Dolorosa está siempre pidiendo
misericordia por nosotros. Dice la Virgen que se ha
manifestado en varios lugares de España, pero que
no creen en Ella. Con sus lágrimas está deteniendo el
castigo que provocan nuestros pecados.
- No hacemos caso de sus avisos.
- El Señor y la Virgen dan sus mensajes valiéndose de
los más incultos y humildes para que se vea que no
son falsos, que son de Dios.
- A mediados de junio de 1.981 la Virgen Dolorosa,
sobre la copa de un fresno, junto a la fuente, en Prado
Nuevo, le ha dicho:
"Soy la Virgen Dolorosa. Quiero que se construya en
este lugar una capilla en honor de mi nombre. Que se
venga a meditar la pasión de mi Hijo que está
completamente olvidada. Si se hace lo que Yo digo,
habrá curaciones: este agua curará... Haced
penitencia, haced oración."
"El castigo está muy próximo. Será el juicio de las
naciones, el día del Creador. Si no hacemos caso de la
Virgen, no habrá trabajo, habrá muchas miserias,
6
sobre todo en España. Los que están en gracia de Dios,
que no teman no les afectará en nada el castigo que
enviará el Señor".
- "Di a todos que procuren hacer apostolado en
cualquier parte del mundo; que necesitan muchas
almas el mensaje de su Madre celestial".
- "Haced, hijos míos, haced muchos sacrificios por los
pecadores. Muchos están en el infierno porque no
han tenido quien rece por ellos".
- "Haced caso. Mandad mis mensajes por todo el
mundo".
- "Sé humilde. Sin humildad no se ganan almas".
- "Muchos creen que esto tuyo es obra de Satanás. No
lo creas, hija mía, Satanás destruye, no construye".
- "Para darles las moradas celestiales a las almas su
Padre misericordioso está esperando que se
conviertan".
- "Me están crucificando diariamente por su falta de
amor a los demás. Por su impiedad, Dios va a castigar
sin piedad".
- "Llamo a los que han sido humillados, calumniados
por mi causa. Hijos míos, estoy en vosotros ¿a quién
podéis tener miedo?".
-"Tenéis que ser fuertes. Date cuenta, hija mía, de que
Yo estoy con todos los que tienen buena voluntad. Y,
estando Yo, nada temáis".
- "Reparemos ¡pobres almas, qué pena me dan!".
- "Estoy día y noche en el Sagrario por todos. Me
7
encuentro allí presente como el mejor de los padres,
como el amigo más fiel, con un amor inmenso ¡Pobres
pecadores! No merecen estos sacrificios tuyos, míos y
los de tantas almas escogidas para su salvación. Tú,
hija mía, no te alejes de Mí. Te espero día y noche,
Dame consuelo. Abandónate en Mí y diles a todos que
los espero, que quiero salvarlos a todos con mi
Corazón. Que visiten a su Prisionero".
- "Sé humilde. No te abandones. Haz penitencia por
los pobres pecadores. Adiós, hija mía, te doy mi santa
Bendición."

8
MENSAJES 1998
MENSAJE DEL DÍA 3 DE ENERO DE 1998
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hijos míos, os empiezo diciendo orad, orad, para que
los hombres no provoquen la ira de Dios con sus
maldades. Hijos míos, a la Divina Majestad de Dios le
dan arcadas las maldades de los seres humanos. Yo
pido a los hombres que vengan a Mí, para conocerme,
amarme y servirme; pues es la misión que tienen aquí
en la tierra. Que vengan a Mí y Yo los cogeré en mis
brazos y los meteré en mi Corazón, y los llevaré a
beber de fuentes de agua viva. Es lo que quiero, que me
sirvan y me amen y me conozcan en la tierra para
verme en el Cielo y glorificar mi Nombre eternamente.
Éste es mi mensaje, hijos míos.
LA VIRGEN: Acudid todos, hijos míos, a este lugar, para
bendeciros. Mi Corazón Inmaculado ama a los
pecadores que se arrepienten. Orad y haced
sacrificios, hijos míos.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con bendiciones muy especiales, para los pobres
pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.
Todos los objetos han sido bendecidos con una

9
bendición muy especial, hijos míos.

MENSAJE DEL DÍA 7 DE FEBRERO DE 1998


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hija mía, aquí estoy con mi Misericordia para
emplearla con los miserables.
Hijos míos, sólo os pido: orad, convertíos y arrepentíos.
Recordad vuestro pasado, hijos míos, y reparad todos
vuestros pecados. Sed fieles a las leyes que hay
impuestas, cumplid con los mandamientos; el que no
sea fiel a esta ley no comerá del "maná" del Cielo; pero
aquel que sea fiel lo cogeré con mis brazos, lo reclinaré
en mi pecho y lo sentaré a mi mesa. ¡Ay, hijos míos,
cuánta infidelidad hay hoy en las almas! La infidelidad
a Dios es algo que Dios no olvida, hijos míos. El que ha
sido infiel no verá el rostro de Dios.
Vosotros, religiosos, religiosas, todos aquellos que
habéis hecho promesa y no la cumplís, ni cumplís
vuestros votos, jamás veréis el rostro de Dios.
Mujer, sé fiel a tu marido. Hijos, respetad a vuestros
padres. Consagrados, sed firmes en vuestras
promesas. ¡Pobres almas, siempre vivirán en la tiniebla!
Acudid a este lugar, hijos míos; todos los que acudáis,
seréis bendecidos, y muchos marcados con una cruz
en la frente. Es la hora de las tinieblas, hijos míos;
buscad la luz. El mundo está al borde del precipicio.
LA VIRGEN: Levantad todos los objetos; todos serán
10
bendecidos con bendiciones especiales para "el día de
las tinieblas"; todos han sido bendecidos, todos los
objetos.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 7 DE MARZO DE 1998


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hija mía, aquí estoy como Pura Dolorosa
y Madre de los afligidos. Pido oración, hijos míos;
oración, sacrificio, penitencia. Lo habéis olvidado, hijos
míos, el sacrificio y la penitencia, la oración es la que
ayudará a los hombres a cambiar sus vidas. Dios ama
tanto al mundo y lo amó, que mandó a su único Hijo a
él, para salvarlo. Para salvar el mundo mandó a su
único Hijo, para sacar a los hombres de la tiniebla y
transportarlos a la luz; pero los hombres quieren vivir
en la tiniebla, y el que vive en la tiniebla no se salvará.
EL SEÑOR:
Yo vine para salvarlos pero ellos permanecen en la
oscuridad. El que está en la oscuridad hace malas
obras y no hace el bien. El que está en la luz está en la
verdad, y camina con pasos firmes y seguros haciendo
buenas obras que le agraden a Dios. El que quiera
salvarse que permanezca en la luz y el que quiera
condenarse que permanezca en la tiniebla. Yo soy la
luz, el que venga a Mí, tendrá vida eterna.
Yo prometo que el que acuda a este lugar los primeros
11
sábados de mes, acercándose al sacramento de la
Penitencia y de la Eucaristía, le daré gracias especiales
para caminar en la tierra, y le aseguro la vida eterna,
porque lo conservaré en la luz y no se perderá.
LA VIRGEN: Penitencia, hijos míos, oración y sacrificio.
Levantad todos los objetos, todos serán bendecidos
para el día de las tinieblas, con bendiciones especiales.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 4 DE ABRIL DE 1998


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hija mía, lo primero, vas a beber unas gotas del cáliz
del dolor. Quiero fortalecer tu espíritu débil por el
sufrimiento y el dolor. (Se oye cómo bebe Luz Amparo,
le da una gran arcada y tose.) Estas gotas, hija mía, son
amargas, pero fortalecerán tu espíritu.
LA VIRGEN: Orad, hijos míos, si vuestra oración es
buena, oiré vuestros gritos y vuestros lamentos y os
llevaré un día al Reino de los Cielos, pero todos aquellos
que tienen falta de oración, de sacrificio, no habrá
Reino para ellos. Alimentad vuestro espíritu, hijos míos.
La oración es el alimento del alma; como el trabajo
edifica al hombre y lo ejercita físicamente, la oración
ejercita el espíritu. No puede haber una cosa, sin otra,
hijos míos. ¿Cuántas veces te he dicho, hija mía, que la
oración lleva al hombre a la acción?
12
En este lugar he derramado muchas gracias, es mi
lugar preferido, es mi jardín; aquí estaré siempre con
vosotros. Aquí he consolado muchos tristes. Aquí se
han convertido muchos pecadores. Aquí muchos
atribulados han sentido la paz.
EL SEÑOR:
Hijos míos, la paz, la unidad entre los hombres es lo
más importante. Tú, hija mía, sigue repitiendo a los
hombres que a Dios no le agrada la discordia, ni la
desunión. Tu misión es unir. Unidad, amor, es lo que
enseño a los hombres. Los hombres que se dedican a
discordiar y a desunir no viven el Evangelio. Me gusta
mucho que los hombres sean pacíficos. Sigue uniendo,
aunque te encuentres en el camino desprecios,
calumnias... Tu misión es unir, y donde haya guerra,
intenta llevar paz, hija mía.
LA VIRGEN: Quiero que se excave al lado del manantial
y que las aguas vuelvan a su cauce; así lo pido, como
sigo pidiendo una capilla de oración, oración y
exposición del Cuerpo de Cristo.
Acudid a este lugar. Este lugar es sagrado pues ha sido
bendecido muchas veces por la Divina Majestad de
Dios, y he plantado mis plantas en él.
Orad, hijos míos, orad y amaos unos a otros. La
caridad no debe de faltar entre los hombres.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para los pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
13
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 2 DE MAYO DE 1998


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hija mía, hoy vengo con un manto de
rosas. En este manto, hija mía, están puestas todas las
oraciones de tantos y tantos peregrinos como han
pasado por este lugar. Mira qué manto más inmenso y
qué flores más bellas. Aunque a veces la oración ha
sido pobre, pero ¡cuántas almas han consolado mi
Corazón con tantas y tantas "avemarías"!
LUZ AMPARO: ¡Ay, qué bonito es el manto ... !
(Profundos suspiros.)
LA VIRGEN: Así quiero que los peregrinos cubran mi
cuerpo con un manto blanco y amarillo, para tapar sus
miserias, hija mía. Mira qué inmensidad tiene este
manto y cuántos pecadores he protegido con él. Las
rosas son "avemarías", hija mía. Aquí están todos los
frutos de mi manifestación. Mira las obras en esta
parte. Mira los pecadores que han vuelto al rebaño de
Cristo. Mira todos los que han muerto, que han pisado
este lugar: están bajo mi manto, hija mía. Hoy también
está tu hijo por ser un día tan especial como el que es;
mira, aquí te lo muestro.
LUZ AMPARO: ¡Ay, hijo mío, hijo mío! (Suspiros.) ¡Ay,
qué belleza!
LA VIRGEN: ¿Ves las oraciones de una madre cómo
tienen mucho valor, hija mía?
14
LUZ AMPARO: Jesús ... ¡Ay, Dios mío! También están ahí
Aquilina, Rosa... Uy ... cuántos de los que venían aquí ...
(Suspiros.)
LA VIRGEN: ¡Cuántas gracias he derramado en este
lugar, hija mía! Y los hombres no quieren reconocer los
frutos!
LUZ AMPARO: ¡Ay, hijo mío!
LA VIRGEN: Por eso te digo, hija mía, que quiero que
esta Obra sea una empresa de amor, que tu caridad
sea perfecta; cuanto más perfecta sea tu caridad, hija
mía, más fuerza tiene la oración y más perfecta es la
oración.
Cubrid mi cuerpo con un manto amarillo y blanco, hijos
míos, bordado de amarillo y el fondo en blanco.
¡Cuántos consuelos han recibido las almas en este
lugar, que han venido tristes y afligidos! ¡Cuántos
pecadores se han convertido! ¡Cuántos males físicos y
morales se han curado en este lugar! Hijos míos,
reconoced los frutos. ¿Pero cómo sois tan ciegos que
no queréis reconocer el árbol del fruto?
LUZ AMPARO: ¡Qué felicidad! ... ¡ Ay, Dios mío, todos ahí
tan felices... y aquí abajo lo mal que se está!
LA VIRGEN: Hijos míos, no mováis sólo los labios,
moved el corazón, pues la oración os tiene que servir
para llegar a la obra, pues la oración sin obra es vana,
hija mía. ¡Cuántos hay que mueven los labios sin mover
el corazón y luego se encuentran a un pobre
necesitado y le dicen: ¡"Dios te ampare, hermano"!
15
¿Qué clase de oración hacen los hombres? Si te lo dije,
hija mía, y te lo repito: que grites que no todo el que
dice "¡Señor, Señor!" entrará en el Reino de los Cielos.
Pues sin amor el hombre no entrará en el Reino del
Cielo.
Amaos unos a otros, hijos míos, ese es el primer
mandamiento, unido al de "amarás a Dios sobre todas
las cosas y al prójimo como a ti mismo". El que ama a
Dios, ama al prójimo, pero el que lo ama con
perfección.
Acudid a este lugar, hijos míos, y recibiréis gracias muy
especiales.
Amaos unos a otros.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con una bendición especial, para la conversión de los
pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 6 DE JUNIO DE 1998,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Aquí estoy, una vez más, como Madre de
todos los pecadores, como Madre de la Gracia, para
derramar la Gracia sobre todos los que acudan a este
lugar. Tú, hija mía, eres el instrumento que mi Hijo ha
escogido para comunicar a los hombres las palabras
de mi mensaje. No temas ¿a quién puedes temer, hija
16
mía? Si Dios es poderoso, el más poderoso de todos los
hombres; tú di los mensajes que mi Hijo te comunique.
Sé que tu corazón sufre porque ves nuestros
Corazones lastimados por las desobediencias de los
hombres; y no de aquellos que no nos conocen, sino de
los que nos conocen. No digas, hija mía, como dices
muchas veces: "es que no te conocen". Sí conocen a mi
Hijo, por eso hieren más nuestros Corazones. Las
desobediencias angustian mucho nuestro Corazón. Tú
di siempre lo que mi Hijo te diga, pero no te angusties.
La responsabilidad caerá sobre los demás; sobre los
que escuchen la palabra y no la pongan en práctica.
¡Hasta cuándo, mi Hijo tiene que estar dando avisos, y
a las almas que más aman nuestros Corazones!
Anteponen los apegos a la carne y a la sangre, hija mía,
a las palabras de todo un Dios. Tú ora, hija mía, y no
desperdicies ni un solo instante en reparar las
desobediencias y las infidelidades. ¡Cuántas almas, hija
mía, huyen de nuestra voz, porque nuestra voz no da
nada más que cruz y no gozos temporales, gozos
eternos; y ¡cuántas almas, hija mía, después de haber
lavado sus iniquidades, sus pecados, sus infidelidades,
sus desobediencias con la sangre de Cristo, cuando mi
Hijo les dice "ven", huyen despavoridos, sin querer
escuchar sus palabras. ¡Qué ingratitud la de los
hombres, hija mía, corren a lo que les ofrece el mundo
y los enemigos que hay en el mundo. Hacen caso, hija
mía, del mundo, del demonio y de la carne; esos son los
tres enemigos más grandes a los que obedecen.

17
¿Cómo no va a estar triste mi Corazón?, sí, hija mía,
aunque todavía hay almas, aunque sea un número
reducido, que consuela nuestros Corazones; pero, ¡qué
tristeza, los hombres, hija mía, cómo cierran sus oídos
a la llamada de salvación!
Orad, hijos míos, acercaos al sacramento de la
Eucaristía y de la Penitencia, amad a la Iglesia,
reconciliaos con ella.
Yo os prometo, hijos míos, que todos los que acudáis a
este lugar seréis protegidos el "día de las tinieblas".
(Luz Amparo respira profundamente y ve cómo la
Virgen protege con su manto a las almas.) Así
protegeré a todos, hija mía. Y Yo cumplo mis promesas.
Amaos unos a otros como Cristo os ama.
Levantad todos los objetos, todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para el "día de las
tinieblas"; todos han sido bendecidos.
Os bendigo hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 4 DE JULIO DE 1998,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Ya estoy aquí, hija mía, como Madre de
todos los pecadores.
EL SEÑOR:
¡Cuánto gozo siente mi Corazón cuando un pecador se
18
convierte y, cuando andando en la muerte por el
pecado, ha buscado la vida por la Gracia! Por eso,
quiero que a mi Madre se la venere y se le dé culto,
porque los hombres no la ponen en el lugar que le
corresponde. Mi Madre se merece algo más; Ella es la
llena de Gracia, el instrumento que mi Padre escogió,
para participar en el misterio de la Encarnación. Si
veneran a María, los hombres conocerán más a Jesús
y lo honrarán más, pues el que rechace a María
rechaza a Jesús. Mi Padre la ensalzó a los Cielos y la
hizo participar de todos los misterios. La dio por Madre
a los hombres, fue Corredentora con Cristo y ¿cómo
los hombres dicen que María no puede aparecerse?, es
Madre de los hombres, y una madre no puede olvidar
a sus hijos.
LA VIRGEN: Hija mía, Yo me consagré toda a Dios mi
Creador, toda mi vida, con estas palabras: "He aquí la
esclava del Señor, hágase en Mí según tu palabra". Y
ahí consagré toda mi vida y presenté a mi Hijo a los
hombres y lo entregué para su redención. Hijos míos,
¿cómo puedo olvidar a los pecadores si Dios me ha
nombrado Madre de ellos? Acudid, hijos míos, a
protegeros bajo mi manto, que Yo aliviaré vuestros
dolores y vuestras penas y os consolaré.
Acudid a este lugar, que estoy distribuyendo muchas
Gracias, para los pobres pecadores. Todo el que acuda
será bendecido y recibirá muchas Gracias, para su
salvación.
Amaos unos a otros, hijos míos. Amad a la Iglesia,
19
amad al Santo Padre, el Vicario de Cristo al que mi
Corazón ama y ha protegido de muchos males.
Os repito, hijos míos, como Madre de la Iglesia:
acercaos a los sacramentos y a la Eucaristía, no la
dejéis, hijos míos, esa es vuestra fortaleza. Amaos unos
a otros como Cristo os amó, hijos míos; no olvidéis su
Pasión, que su Pasión está olvidada. Fue el amor que
tuvo a los hombres, su Pasión y su muerte.
Levantad todos los objetos, hijos míos; todos serán
bendecidos, con bendiciones especiales para el "día de
las tinieblas".
Yo os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 1 DE AGOSTO DE 1998


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Yo, el Hijo de Dios vivo, el Hijo de María, Jesús, quiero
que conozcáis su Nombre, quiero que sepáis el poder
de María. María tiene poder de aplastar la cabeza del
enemigo. María es la Joya pura del Cielo. María es el
Canal de todas las gracias. María es la Medianera de
los hombres y Yo. ¿Cómo los hombres no acuden a
María? ES LA HORA DE MARÍA Y YO HE PUESTO EL
MUNDO EN SUS MANOS.
¡Qué alegría siente mi Corazón cuando los hombres
van a María a comunicarle su dolor, sus penas, sus
alegrías, sus tristezas y angustias; y Ella con sus manos
20
maternales me las presenta a Mí! Yo no puedo negar a
mi Madre las gracias que me pide, por eso pido que se
conozca el Nombre de María y que no lo rechacen los
hombres; y ¡ay de aquéllos, que merodean por estos
lugares, pican aquí y allí, con mentes destructoras,
enfermizas, para destruir mi Obra! ¿No se dan cuenta
que todo lo que estorba en ella lo he ido retirando? Lo
mismo va a pasar con vosotros, hijos míos, aquéllos
que os dedicáis a coger de aquí y de allí calumnias,
mentiras, guerras para destruir esta Obra que he
puesto en las manos de mi Madre. ¿No tenéis miedo a
la Divina Majestad de Dios? ¡Mentes enfermas por la
soberbia y por el pecado, cómo perdéis el tiempo
queriendo destruir mi obra y las almas! Días cortos os
quedan en la Tierra, como sigáis intentando destruirla.
¡No perdáis el tiempo, que toda la vida lo habéis estado
perdiendo en destruir vuestras familias y en el pecado
y en la ofensa a Dios vuestro Creador! Sed humildes y
arrepentíos, hijos míos, y pedid perdón de vuestras
culpas, y vuestras culpas quedarán perdonadas; pero
no os unáis todos los que estáis en tinieblas ... que os
buscáis unos a otros para maquinar, en la oscuridad,
la mentira y el engaño.
Haced penitencia, y no pidáis largos años, porque
pedís largos años, porque no me conocéis, y os da
miedo presentaros ante lo desconocido, porque todo
el que me conoce no le da miedo de Mí. Aquéllos que
temen, hija mía, es porque no me conocen; soy un
desconocido para ellos y piden aplazar su vida. No les

21
importa las guerras, no les importa el pecado, la
destrucción; destruyen hasta sus propios hijos, porque
sus corazones están llenos de tibieza.
Penitencia pido, hijos míos, penitencia y sacrificio.
Amaos unos a otros; éste es el mandamiento que más
insiste Dios en que cumpláis. Sed humildes, hijos míos;
acudid a este lugar y seréis revestidos de mi Gracia.
LA VIRGEN: Levantad todos los objetos, hijos míos;
todos serán bendecidos con bendiciones especiales
para los pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1998


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Aquí estoy otra vez, avisando a los
hombres, aunque los hombres se hacen los sordos a
mis llamadas; pero una madre insiste constantemente,
para bien de sus hijos. Los hombres sólo quieren
libertad, hija mía, y en esa libertad pisotean las virtudes
teologales, las leyes de Dios; no quieren que nadie los
gobierne y no quieren tener conciencia de Dios; sólo
piensan, hija mía, en el mundo, en lo doméstico, en la
sangre. Los padres no educan a los hijos en el santo
temor de Dios y ¡cuántos participan con ellos en las
ofensas y en los pecados, que hacen contra la divina
majestad de Dios! El rey de la mentira siembra cizaña
y discordia en el mundo y se está haciendo el dueño
22
de los corazones, porque el hombre sin Dios no puede
vivir, hija mía, es como una planta que no tiene luz ni
agua, acaba muriéndose, así está el hombre sin Dios.
¡Qué pena, se hacen los sordos a mis llamadas! Están
materializados en el mundo y tienen unos apegos
carnales y, materiales; por eso Yo he querido formar
una OBRA y desprenderlos de todos esos apegos
mundanos, carnales y materiales. Por eso quiero que
huyan de la sangre y de la carne, porque muchos
mueren en una trampa mortal, por el apego de la
sangre y de la carne. ¡Hay tan pocos, hijos míos, que
estén desprendidos de las cosas del mundo y de lo
doméstico!
EL SEÑOR:
¡Hasta cuándo tiene la divina majestad de Dios que
estar avisando a las criaturas! ... Porque quiero hacer
un gran rebaño, donde pueda Yo refugiarme y
consolarme, pero es tan difícil poder consolarme en
sus corazones... porque sus corazones están ocupados
en la materia. ¡Ay, qué pocos hay que amen el espíritu,
o que se amen por el espíritu, de alma a alma, que se
transmitan el amor, no de carne a carne ni de sangre
a sangre; esos amores son deformados, interesados,
no lo consigo, hijos míos.
Mi Corazón goza con los retoños, los retoños que Yo he
traído a la luz. Y los hombres se amargan, están
amargados, porque no han sido fieles un día a su
palabra. ¡Ay, cómo veis la paja en el ojo ajeno, hijos
míos, teniendo una viga tan grande en el vuestro! No
23
podéis ver esa pajita, hijos míos, porque tenéis una
gran viga en vuestros ojos. Amad a los niños. Mi
consuelo ha sido los niños. Dejad que los niños se
acerquen a Mí. Son querubines con los querubines, que
adornan una corona de gloria y dan un gozo a
nuestros Corazones; sed amables y cariñosos con
ellos.
Y tú, hija mía, repara las infidelidades de los hombres.
Los hombres, la infidelidad, no le dan importancia, no
cumplen las promesas ni los votos que hacen, hija mía.
¡Cuán dolido está mi Corazón por esas almas que
falsean sus promesas!
LA VIRGEN: Haced penitencia, hijos míos, haced
oración. Amaos unos a otros. Sed buenos cristianos. Es
lo que viene a avisaros vuestra Madre Celestial, pero
los hombres, están sordos y ciegos y quieren hacer
una doctrina a su antojo. ¡Cuán pocos serán los que
entren por la puerta estrecha, y muchos llegarán a la
puerta ancha!
Acudid a este lugar, que seréis bendecidos y
derramaré muchas gracias sobre vosotros, hijos míos.
Yo os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice,
por medio del Hijo, y con el Espíritu Santo.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para "el día de las
tinieblas".
Os bendigo, hijos míos, con una bendición especial
para todos vosotros.

24
MENSAJE DEL DÍA 3 DE OCTUBRE DE 1998
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hijos míos, aquí está otra vez vuestra
Madre. Mi Corazón está lleno de dolor por la situación
del mundo. Aunque muchas veces mi Corazón siente
un gozo de tantas y tantas avemarías como suben al
Cielo de este prado, pero aunque los hombres se
empeñen que el mundo está bien, el mundo está cada
día peor, hija mía. Los hombres están ciegos y no
quieren ver. Las madres no quieren dejar nacer a sus
hijos. Los hijos no respetan a los padres. Los hogares
están destruidos. Los religiosos, muchos de ellos,
después de haber hecho votos y promesas, buscan
una vida más fácil y se salen de los conventos para ser
funcionarios en el mundo, no ministros de Dios.
Muchos de los conventos, hija mía, están marchitos. La
moral en la juventud se ha perdido, el pudor, la
modestia no existen, hija mía. Y dicen los hombres que
el mundo está muy bien. Sólo los ciegos, que no quieren
ver, protestan contra los mensajes, porque no les
conviene escucharlos, hija mía.
Mi Corazón siente gozo de tantas y tantas almas como
se convierten en este lugar y tantos y tantos años
retirados de los sacramentos y del camino del
Evangelio, y han vuelto a nuestro rebaño. Pedid, hijos
míos, para que los padres enseñen a los hijos el camino
del Evangelio, antes que las carreras y los estudios;
que sólo se preocupa el hombre por el estudio y por las
carreras, olvidando la carrera más importante que es
25
la carrera del Evangelio.
Amad mucho a la Iglesia, hijos míos, amad mucho al
Santo Padre. Pedid por los sacerdotes y por aquellos
religiosos que son fieles a su ministerio. Seguid
acudiendo a este lugar, hijos míos, que derramaré
gracias especiales sobre vuestras almas.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para los pobres pecadores.
Todos han sido bendecidos, hija mía, con bendiciones
especiales para los pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 7 DE NOVIEMBRE DE 1998


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Aquí estamos, hija mía, otra vez más, avisando a los
hombres. Los hombres siguen obstinados en no
obedecer a Dios. La ingratitud de los hombres aflige
mucho nuestros Corazones. Te pido, hija mía, no te
aflijas, ten seguridad en mi amor. Yo, ya sabes que te
voy poniendo almas para realizar mi obra. Sé que las
flaquezas humanas te angustian y te afligen, y que tus
fuerzas se agotan, hija mía, pero acércate a la savia de
mi Corazón, que Yo te fortaleceré. No es el discípulo
más que el maestro. A Mí me perseguían, me
calumniaban, me maldecían e incluso decían que
estaba endemoniado, porque decía la verdad. A los
26
hombres no les gusta que se les digan las verdades,
hija mía, ni que se los reprenda. Tú sé humilde y piensa
que te escogí víctima, y prefiero tu sufrimiento al oro y
la plata, hija mía.
Los hombres, a veces, son ingratos, y quieren
escudriñar y sacar de donde no hay; pero sé valiente
y ten fortaleza. Si Dios está contigo a nadie puedes
tener miedo, hija mía. Por eso te pido humildad, y a los
hombres les pido buena voluntad, sobre todo aquéllos
que os llamáis míos. Escoged los frutos y reconoced el
árbol. Y el que está conmigo no puede ir contra Mí. No
persigáis tanto. Si Yo estoy con ellos, ¿qué podéis hacer
contra ellos?
¡Cuántas gracias se han derramado en este lugar, hija
mía! ¡Cuántas almas se han convertido, cuántos
pecadores han cambiado sus vidas, y los hombres se
hacen los sordos, sin querer coger los frutos!; por eso
está triste mi Corazón.
Acudid a este lugar, hijos míos, que recibiréis gracias
muy especiales. Amad mucho a la Iglesia, amad al
Santo Padre. Orad, hijos míos, orad mucho, para que
los pastores vean la luz. Y tú, hija mía, que nada te
angustie, y no desfallezcas. Nada hay que ocultar. Te
he dicho que todo es transparente como el cristal.
Haced apostolado, hijos míos. Amaos unos a otros y
sed muy humildes.
LA VIRGEN: Levantad todos los objetos; todos serán
bendecidos para los pobres pecadores.
Yo os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice,
27
por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 5 DE DICIEMBRE DE 1998


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hija mía, una vez más, estoy aquí como
Madre de los afligidos, como Madre de los pecadores.
El mundo está necesitado de oración y de sacrificios,
penitencias. Ya sé, hija mía, que los hombres pierden el
tiempo en persecuciones, en calumnias y en difamar.
Tú, ten confianza en Nosotros, hija mía. Yo te
impregnaré de mi amor. El que participa en mi dolor,
participa en mi gozo. Ya he dicho todo a los hombres,
hija mía, y los hombres siguen sordos a mis palabras.
Se necesitan almas que prediquen el Evangelio, pero
que crean en él, no que lo prediquen y no lo practiquen
ni lo crean. Hay mucha mies, hija mía, y pocos
operarios; pero los hombres, cada día, escuchan
menos la palabra de Dios; por eso el mundo camina a
pasos agigantados a la perdición. Sólo pido, hijos míos,
que no os abandonéis en la fe, que perseveréis en la
oración. Oración pido y sacrificio; lo demás, todo está
dicho, hijos míos.
Acudid a este lugar que recibiréis gracias especiales
para los pobres pecadores y para vuestras propias
almas, hijos míos.
Orad y amaos unos a otros. Amad a la Iglesia y amad
al Papa, hijos míos.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
28
con una bendición especial para las almas del
Purgatorio. Estas gracias, que hoy reciben los rosarios,
servirán para salir muchas almas del Purgatorio. Todo
el que rece con él sacará un alma del Purgatorio.
Todos han sido bendecidos con unas bendiciones
especiales para las almas del Purgatorio.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

29
MENSAJES 1999
MENSAJE DEL DÍA 2 DE ENERO DE 1999,
PRIMER SÁBADO DE MES,
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hija mía, mi Corazón está muy afligido por
la ingratitud de los hombres. Los hombres no aceptan
mi palabra, les cansan mis mensajes, y vengo a
recordarles el Evangelio. Sólo vengo a decirles lo que
está escrito; que Cristo lo dejó escrito, y no creen.
¿Cómo iban a creer en cualquier doctrina que se les
quisiera enseñar, hijos míos?
EL SEÑOR:
Sólo digo, hijos míos, que vendré a la tierra y no
encontraré amor entre los hombres, ni paz. Y dije: "Yo
bajaré con mi Padre y con el Espíritu Santo y moraré
con aquéllos que hayan cumplido los Mandamientos y,
sobre todo, con aquéllos que se amen unos a otros";
eso es lo que he venido a recordar a los hombres, y los
hombres cierran sus oídos a mis palabras. ¡Ingratos!
Y tú, hija mía, no te angustien ni los anónimos ni las
calumnias ni las palabras. Son seres diabólicos que se
han dejado arrastrar por el enemigo y ellos tienen la
verdad en su mentira porque hablan por la boca de
Satanás. ¿Quieres hacerme un gran regalo, hija mía?:
ámalos con todo tu corazón, ora por ellos y sacrifícate,
sé víctima de reparación por ellos. No van contra ti, van
contra Mí, hija mía. Por eso te pido: sé muy humilde,
30
hija mía, y te repito que el discípulo no es más que el
Maestro. ¡Si a Mí me llamaban Belcebú y tantas y
tantas perversidades, hija mía! ¿Cómo vas a ser tú más
que el Maestro?
Ora por ellos, hija mía, y no guardes en tu corazón
ningún resquicio. Yo prometo que con todos tus
sufrimientos, todas esas calumnias, hija mía, y toda esa
persecución, vendrán muchas almas a mi redil. Y
prometo no desaparecer de este lugar. Mis palabras se
acabarán pero mi presencia seguirá.
LA VIRGEN: Acudid, hijos míos, a este lugar que
recibiréis gracias en abundancia.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 6 DE FEBRERO DE 1999,


PRIMER SÁBADO DE MES,
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hijos míos...
AMPARO: ¡Ay, qué belleza...!
LA VIRGEN: Hija mía, hoy vengo con el manto de fiesta.
Son tantas las avemarías que recibo en este lugar, que
aunque mi Corazón está dolorido por la situación del
mundo, siente un gran gozo porque estas avemarías
que se rezan en este lugar, la mayoría de ellos vienen
con ansia de Dios, y sale de lo más profundo de su
corazon. Pero ¡ay, hija mía, cuántos no quieren seguir
esta Obra!
31
EL SEÑOR:
Sé que te entristeces y que tu corazón sufre cuando
ves que un alma ha recibido tantas gracias de este
lugar y se van por otros lugares donde los halagan y
donde hurtan mi gloria, porque los glorifican. Se
glorifican, hija mía, en la oración ellos mismos; por eso
muchos no quieren seguir esta Obra, porque aquí, te lo
he dicho, que son uno de tantos, y en otros lugares
resplandecen. Pero ¡cuántos se presentan ante Mí, hija
mía, con un celo negro, que no es ese celo bajado del
Cielo, sino es celo terreno, celo diabólico a veces,
porque se presentan llenos de vanidades y de
vanagloria!
Y Yo intercedo a mis hijos que oren con pureza de
corazón para la gloria de Dios; que no se vanaglorien
de la oración ni de los trabajos que hagan; que no dejen
que los hombres los halaguen y los glorifiquen; que
trabajen por los prójimos y para la gloria de Dios; que
hagan la voluntad de Dios en todo.
Sí, hija mía, por eso los hombres no quieren seguir esta
Obra; porque aquí no son halagados, son perseguidos,
calumniados, difamados; pero eso hicieron con Cristo.
LA VIRGEN: Orad bien, hijos míos, orad bien, para que
cuando os presentéis ante la divina majestad de Dios,
recibáis vuestro galardón.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
para la salvación de las almas, para las almas del
Purgatorio.

32
Yo os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice,
por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 6 DE MARZO DE 1999


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hijos míos, una vez más, hago mi presencia y no vengo
a deciros nada nuevo, hijos míos, porque ya os lo he
dicho; pero no escucháis mi palabra. Yo soy la Puerta
del Cielo, y mi Madre es el Puente para venir a la
Puerta. El que no pasa por esta puerta es un ladrón que
quiere hurtar a mi Iglesia pero no vive para la Iglesia.
Hijos míos, si fueseis sordos o ciegos tendríais disculpa,
hijos míos, pero ni sois ciegos ni sordos y no queréis ver
ni escuchar mi palabra; sois salteadores. Muchos de
vosotros os saltáis lo que queréis, y todo el que no pasa
por esta Puerta, no tendrá vida eterna. Recoged los
rebaños que hay esparcidos, hijos míos, y llevadlos al
aprisco, porque Yo he dado mi vida por todos.
¿Cómo rechazáis a los que queréis y os quedáis con lo
que os agrada, hijos míos? El que no está contra Mí está
conmigo; muchos sois asalariados y no queréis oír mi
voz; huís del rebaño y dejáis solo ese rebaño, porque
os importa más el salario que las almas. Hijos míos, el
pastor que es bueno no abandona a sus ovejas y no
huye cuando viene el lobo; y vosotros huís cuando oís
hablar del lobo. Yo tengo un rebaño al que he redimido
con mi Sangre y vosotros no queréis saber nada de él.
Y he ido llamando a este rebaño y mis ovejas han
33
conocido mi voz y me han seguido, tal como Yo he
pedido. ¿Por qué sois tan necios, hijos míos, y no
queréis escuchar mis palabras? ¡Pobres de vosotros,
no tendréis disculpa, porque mi palabra es la verdad y
nada va en contra! Sed pastores de almas y no seáis
funcionarios ni asalariados, dedicaos a las almas, que
hay mucho trabajo, hijos míos.
LA VIRGEN: Besa el suelo, hija mía, en reparación de
tantas ofensas como se cometen contra nuestros
Corazones.
Hijos míos, sed humildes, porque vuestra soberbia no
os deja ver, y ¿quién sois vosotros para limitar a Dios?
Acudid a este lugar, que recibiréis gracias muy
especiales, hijos míos, para vuestra salvación.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
para la conversión de los pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 3 DE ABRIL DE 1999,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Aquí estoy, hija mía, otra vez. Aquí está la
llena de gracias, para enseñar a los hombres las
virtudes y para que no se les olvide la principal virtud
que es la caridad, vínculo de perfección. Hija mía, mis
palabras dije que serían cortas; pero los hombres, hija
mía, echan en olvido todas las palabras que se les
34
recomienda.
Toda esta multitud que viene a este lugar, ordenada y
unida, sería una gran jerarquía para la Iglesia. Hijos
míos, todo lo que habéis aprendido y las gracias que
habéis recibido de este lugar, los hombres no saben
aprovecharlas.
Estad todos juntos, hijos míos, tened una misma
voluntad, amaos unos a otros y no os desunáis ni
separéis. Todo lo que es separado, te repito, hija mía,
está roto y destruído; por eso pido que os unáis unos a
otros y que viváis juntos la palabra de Dios. Toda
desunión no es buena, hija mía; por eso pido que todos
viváis la ley, la ley del Evangelio, que la tenéis olvidada.
Y es lo que quiero enseñaros, hijos míos, a conocer a mi
Hijo, porque mi Hijo es el gran desconocido.
Y todos, hijos míos, unidos en amor y unidad viviréis
vida de ángeles y estaréis viviendo un cielo; pero
cuanto más os separéis, hijos míos, menos cumpliréis
la ley. Y es lo que vengo a deciros a todos, hijos míos,
que Dios está con todos vosotros y el Espíritu Santo
está para enseñar a las almas. Estad muy unidos y
amaos unos a otros; este mandamiento hay que
repetirlo constantemente.
Besa el suelo, hija mía, en reparación de tantas ofensas
como se cometen en el mundo.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para la conversión de los
pecadores.

35
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 1 DE MAYO DE 1999


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hijos míos, si es verdad que me amáis, respetad mis
leyes y amad mis leyes, porque los hombres se han
abandonado en Dios. Los padres sólo piensan que sus
hijos estudien buenas carreras, y tienen, la mayoría,
atados el pensamiento y el corazón a los libros; quieren
mejor que sean hombres de ciencia que hombres de
Dios. Pero ¿hasta cuándo, hijos míos, puede todo un
Dios estar avisando a los hombres, del gran peligro que
acecha al mundo? Sois sordos a mis palabras y ciegos
a la realidad de lo que hay en el mundo. Y todo es
porque falta Dios en los hombres. La mayoría de los
hombres son desertores de Dios; han desertado, y
donde no está Dios no puede reinar la paz.
LA VIRGEN: Orad mucho, hijos míos, orad, que se ha
olvidado el diálogo con Dios. Los hombres sólo mueven
los labios y no meditan las palabras que hay en el
Padrenuestro. Y fue el mismo Jesús el que enseñó a los
hombres esa oración.
Digo que mis palabras se acaban, pero mis gracias
seguiré derramándolas sobre todos vosotros. Acudid,
hijos míos a este lugar; son tiempos muy graves, y aquí
os enseño a amar a la Iglesia, amar a Dios y a todo lo
36
que compone el camino recto y seguro para llegar al
Cielo. ¡Ay, cómo los hombres desaprovechan tantas y
tantas gracias y tantos y tantos frutos como hay en
este lugar!
Que los hombres no hagan la guerra entre las familias,
ni entre las comunidades. Ya hay bastantes desertores
y almas que no quieren saber nada de Dios, para
armar guerras, matanzas, destrucciones. ¡Qué pena
de almas! ¡Todo un Dios pidiendo a sus criaturas que
cumplan las leyes; la ley del espíritu, que a los hombres
se les olvida esa ley!
Besa el suelo, hija mía, en reparación de tantas y
tantas ofensas como se cometen contra nuestros
Corazones.
Sed humildes unos con otros y reuníos todos para
practicar unos con otros, y que se conserve la unidad
entre los hombres. Quiero amor entre vosotros, hijos
míos, y unidad.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para los pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo, con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 5 DE JUNIO DE 1999,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID )
LA VIRGEN: Hija mía, aquí está tu Madre, Madre de los
desconsolados, Madre del triste y afligido. Sé que a
37
veces tu alma siente una soledad muy grande, hija mía,
pero no te angustie esa soledad; aquí estamos
nosotros para extenderte los brazos.
EL SEÑOR:
Tú, sigue reprendiendo a las almas, hija mía, aquello
que no les beneficia y aquello que a Mí no me agrada.
Las almas, hija mía, cuestan dolor y alegrías; pero tú,
sigue aplicando la caridad. Nunca, hija mía, abandones
esa virtud aunque te calumnien, aunque te desprecien.
Tú repréndelos, hija mía. Si ellos no tienen gratitud a
esos favores, son dignos de compasión. Pero tu misión
es ayudar a las almas y corregir la mala deformación.
Pero, hija mía, les cuesta mucho agachar la cerviz; el
orgullo no las deja.
También hago un llamamiento a todos los monitores
que traen almas a este lugar: que todos unidos
encuentren la paz unos con otros y que nadie forme
discordia porque uno hace más que otro; que todos lo
hagan para la gloria de Dios; que no sea ni para
beneficio propio ni para vanidad ni para glorias
terrenas; que todo sea para la gloria de Dios, hijos
míos, y para beneficio de las almas. Trabajad, hijos
míos, que todos seréis remunerados con una gran
recompensa en la eternidad; pero que nadie se crea
más que el otro, ni que ninguno se vea más valores que
los demás, todos trabajáis para la gloria de Dios.
Conducid a las almas para que beban de esta fuente,
que muchas vienen sedientas, hijos míos. Eso es lo que
os tiene que preocupar: la salvación de las almas, hijos
38
míos; pero no arméis discordias unos con otros y
queráis unos abarcar todas las cosas. Compartid, hijos
míos, y ayudaos unos a otros. Todo el que trabaje para
mi Obra recibirá gracias especiales, pero no encendáis
una vela a Dios y otra al diablo, hijos míos; el que está
conmigo no está contra Mí. Amaos unos a otros, ese es
el mandamiento más importante: la unidad, el amor y
la paz, hijos míos.
LA VIRGEN: Levantad todos los objetos; todos serán
bendecidos con bendiciones especiales para los
pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 3 DE JULIO DE 1999,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: Hija mía, aquí está tu Madre y Madre de
todas las almas. Vengo como Consoladora de los
afligidos. Pocas palabras me quedan que decir, hija
mía, porque ya he dicho todo lo que hay en el
Evangelio.
EL SEÑOR:
Mira, hija mía, cuántos cadáveres pasan por el mundo.
Desde el principio de sus vidas son cadáveres. Están
muertos, hija mía, porque para ellos no hay ninguna
ley; la única ley que hay es su pensamiento. El
pensamiento lo tienen puesto en el mundo, y allí donde
39
está el pensamiento está el tesoro, hija mía.
Yo he creado hombres vivos, no cadáveres. He creado
hombres con luz, no con tiniebla. Quiero hombres
alegres, no tristes; almas que pongan el pensamiento
en Dios, no en las cosas caducas, hija mía. Pero los
hombres no hay más ley para ellos que la que a ellos
les gusta, hija mía; por eso te digo que, desde el
principio de su existencia, son cadáveres que han
pasado por el mundo y no han llegado a la luz; son
almas lánguidas, hija mía; almas que no piensan nada
más que en sí mismo, nunca piensan en la existencia
del Creador.
LA VIRGEN: Hijos míos, cambiad vuestras vidas.
Acercaos al sacramento de la Eucaristía, al
sacramento de la Penitencia. Haced visitas al
Santísimo. Trabajad con ilusión, hijos míos, que en el
trabajo se aprende a ser humilde. Pero los hombres se
han olvidado del trabajo y se han olvidado de las leyes,
de los mandamientos. Y el hombre está hecho para
trabajar y para glorificar a Dios. Y el hombre se
enfrasca en la carne, en los vicios, y su pensamiento lo
tiene en las cosas terrenas.
No penséis tanto en vosotros mismos, hijos míos, y
pensad en vuestra alma. No miméis tanto vuestros
cuerpos. Amaos los unos a los otros. Unidad pido entre
todos los hombres, amor, hijos míos, entre todas las
criaturas.
Acudid a este lugar que seréis bendecidos y marcados
en la frente con una cruz. Orad, hijos míos, y haced
40
penitencia.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para el día de las tinieblas.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 7 DE AGOSTO DE 1999


EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hija mía, quiero que todos los días me repitas muchas
veces: gracias, Dios mío; te adoro, espero en Ti, te amo
y te glorifico. En este mundo, hija mía, tan moderno
como los hombres lo han hecho, es poco glorificado
Dios. Se glorifican los hombres, ellos mismos, unos a
otros, y olvidan al Dios Creador.
Repito, que pocas palabras quedan que decir, hija mía.
No vengo a decir nada nuevo y nada que no sepáis,
hijos míos; sino a recordaros que tenéis un alma y que
tenéis que alabar y glorificar a Dios. Os impongo la ley
del amor, hijos míos. Los hombres no se aman, no se
soportan unos a otros, porque no hay amor en sus
corazones. ¿Sabéis por qué vencí la muerte, hijos míos?
Por la Cruz. ¿Y por quién me puse la cruz en las
espaldas, y di mi vida? Por el amor a los hombres. Con
amor todo lo comprenderéis y todo lo entenderéis;
pero sin amor, hijos míos: las guerras, las discordias, las
envidias, la destrucción del mundo. Los hijos se
emancipan de los hogares sin respetar a los padres.
41
Yo les di una libertad a los hombres, pero una libertad
moderada; y ellos la convierten en libertinaje, y se
quieren gobernar por sí mismos, y no quieren que
exista el poder eclesiástico ni el civil. Y todo esto está
llegando, hijos míos. Y os dije que cuando llegase todo
este tiempo, echaos a temblar, hijos míos; pues todo
está sucediendo: los hijos han perdido la moral y la
dignidad; y la atracción del mundo los embulle y no ven
el pecado en nada, hijos míos. Sabéis que los tres
enemigos mayores son el mundo, el demonio y la
carne; esos son los que vosotros buscáis, hijos míos, y
os persiguen.
Amaos unos a otros. Penitencia, oración y sacrificio,
hijos míos.
LA VIRGEN: Acudid a este lugar, que todos seréis
bendecidos y marcados con una cruz en la frente.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
para el día de las tinieblas.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 4 DE SEPTIEMBRE DE


1999, PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN: ¡Cuánto gozo siente mi Corazón, hija mía,
por tantas y tantas avemarías como se han
desgranado en este lugar! ¡Cuántas conversiones,
cuántos frutos salen de él! ¡Qué gozo sienten nuestros
42
Corazones!
Hijos míos, acudid a este lugar con pureza de corazón,
para alegrar nuestros Corazones.
EL SEÑOR:
¡Ay, guías de los pueblos, que no queréis reconocer los
frutos que salen de este lugar! ¿No os dais cuenta, hijos
míos, que exigís cumplir las leyes y vosotros las
infringís y no dejáis a los que las cumplen? Cogéis el
fruto y apaleáis el árbol. Pero, hijos míos, ¿no tenéis
orejas para oír ni ojos para ver? ¿Cómo no os dais
cuenta, hijos míos, que coláis el mosquito y os tragáis
el camello? ¿No os dais cuenta de vuestra soberbia,
que no os deja reconocer que Dios puede manifestarse
a quien quiera y donde quiera? ¿Por qué ponéis un
límite a Dios? Queréis coger vosotros los signos, no los
signos que Yo mande, sino los que vosotros queráis.
¿Hasta cuándo os tengo que estar avisando, hijos
míos? Cambiad vuestras vidas, dejad el hombre viejo y
revestíos del hombre nuevo. Algunos de vosotros, hijos
míos, sois un desierto helado. Yo quiero almas que sean
como la mostaza, que sean levadura y que crezcan las
virtudes en su alma. Sólo el amor os puede ayudar,
hijos míos. ¿Cómo podéis atropellar y perseguir y
calumniar así a los que se llaman míos y me quieren
seguir? Ni entráis en el Cielo ni dejáis entrar, hijos míos.
¡Ay de vosotros, que no queréis escuchar mi palabra!
Hija mía, sigue pidiendo por ellos. Mi Corazón los ama
a pesar de todo.
Orad, hijos míos, orad, para no caer en tentación.
43
Y vosotros, guías de los pueblos: el que no está contra
Mí está conmigo. Quedaos con lo bueno. ¿Cómo un
árbol bueno puede dar mal fruto, hijos míos? ¿Por qué
reconocéis el fruto y pisoteáis el árbol? ¡Ciegos, necios!
¿Hasta cuándo, hijos míos? No os deja ver vuestra
soberbia. Si sois puros de corazón, creeréis en los
signos. Es Dios el que hace al hombre, no el hombre a
Dios. El hombre es la criatura. No queráis quitarle el
puesto al Creador.
Orad, hijos míos, pedid por ellos. Sacrificio y penitencia.
Mi Corazón sufre porque hay una rebelión entre ellos,
que no quieren reconocer.
Besa el suelo, hija mía, en reparación de todas las
ofensas que cometen contra mi Corazón.
LA VIRGEN: Levantad todos los objetos; todos serán
bendecidos para la conversión de los pobres
pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 2 DE OCTUBRE DE 1999,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hija mía, mira la situación del mundo. El mundo está
salvaje. El mundo está sin amor, hija mía. El mundo está
pere... ¡uy!... perezoso para los rezos, para las
oraciones, y ¡cómo se ejercita en los estudios, hija mía,
44
en los trabajos! Está el mundo a punto de perecer,
porque el hombre está sin Dios. No piensan nada más
que en las cosas materiales. Dejad a Dios, hijos míos,
que os enseñe la caridad y el amor perfecto. El amor
de la sangre, el amor de la carne... y ¿dónde dejáis el
amor a Dios, hijos míos? Antes, los hombres dejaban la
sangre y la carne por Dios. Ahora cogen la sangre y la
carne y dejan a Dios, hijos míos. ¿No os da pena de la
Majestad de Dios?
LA VIRGEN: Convertid muchas almas, hijos míos;
contentaréis a Jesús y le pondréis una corona. Orad,
hijos míos; tened ilusión. Ya te lo digo, hija mía, que en
esta Obra hay que tener ilusión, para sacarla adelante.
Con ilusión y con alegría, trabajad todos para la gloria
de Dios. Convertíos, hijos míos, y arrepentíos. Dejad la
materia y uníos al espíritu.
EL SEÑOR:
¡Ay, los conventos, muchos cerrados y otros relajados,
hija mía!; ¿sabes por qué, hija mía?, por las salidas; las
idas y venidas los han relajado, y han perdido su
vocación.
Amaos los unos a los otros en el mandamiento del
amor. Convertíos y arrepentíos. Acudid a este lugar
que todos seréis bendecidos y marcados con una cruz
en la frente.
LA VIRGEN: Levantad todos los objetos; todos serán
bendecidos, con bendiciones especiales para los
pobres pecadores.

45
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

MENSAJE DEL DÍA 6 DE NOVIEMBRE DE 1999,


PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Siéntate, hija mía; que no te sirva de humillación. Soy
Yo el que quiero y el que te escojo para sufrir, hija mía.
Tu cuerpo está enfermo. Tu espíritu está sano y fuerte.
Nada tienes que temer, nada te preocupe, hija mía. Es
la señal clara de los hijos de Dios: la persecución, la
calumnia, la difamación; por los mismos defensores de
la fe. Sí, hija mía, muchos guías de los pueblos son los
que se dedican a perseguiros.
¡Ay, guías de los pueblos, sois defensores de la fe y
perseguís a los que la tienen! Tenéis obligación de
coger lo bueno, protegerlo y defenderlo; pero, en vez
de protegerlo y defenderlo, os juntáis para clavar el
aguijón.
Sí, hija mía, la historia se repite, hija mía; si se lo hicieron
a Jesús, ¿cómo no van a seguir haciéndolo a la
criatura?
Guías orgullosos, que muchos de vosotros estáis llenos
de soberbia y no comprendéis ni queréis entender que
Dios se manifiesta a los humildes, para confundiros y
para enseñaros; pero vosotros no lo aceptáis, hijos
míos. ¿No veis que están conmigo? ¿Por qué vais en
46
contra de ellos?
Sí, hija mía, la persecución y la calumnia duele más de
los propios que están dentro que de los de fuera. Pero
no tengas duda de que eres hija fiel de la Iglesia, hija
mía. Ocúpate de traer almas y de contentar nuestros
Corazones, hija mía.
¡Ay, muchos de vosotros! ¿Por qué no miráis para abajo
y veis el mal que tenéis dentro, los odios... (El que os
odia a vosotros me odia a Mí)... y sacáis todo lo que
tenéis dentro, hijos míos? Entonces podréis levantar la
cabeza para que se os vea el rostro, porque vuestro
corazón, en muchos de ellos, está lleno de desamor a
Dios, de mundo y de apegos del mundo. Quitad la viga
para ver la paja, hijos míos, y venid a Mí, que mi
Corazón os espera. Dad un giro a vuestra vida y
cambiad, hijos míos. Dad buen ejemplo e imitad a
Jesús.
Orad, hijos míos, orad mucho por ellos y seguid con la
Obra, hijos míos; que muchos de vosotros todavía no
os habéis entregado bien a ella. Extended la mano al
necesitado, al desvalido y al pobre, hija mía. Esto os
llevará a conseguir la eternidad. Entregaos en cuerpo
y alma, que Yo prometo, a todo el que trabaje y ayude
para esta Obra, para los pobres y los necesitados,
estar en este lugar para toda la eternidad. No perdáis
la eternidad, hijos míos, porque estáis apegados al
tiempo, y el tiempo se acaba, y la eternidad no se
acaba nunca, hijos míos.
Orad por el mundo, hijos míos. Orad por las pasiones
47
de los hombres, para que los hombres amen a Dios. Los
hombres han dejado de amar a Dios, y por eso la
Naturaleza se está rebelando con los hombres, contra
los hombres, hija mía. Porque el hombre sin Dios está
muerto, por eso pido a todos lo que vienen a este lugar:
convertíos, hijos míos, acercaos al sacramento de la
Confesión, al sacramento de la Eucaristía, y confesad
vuestras culpas y poneos a bien con Dios. Dios
mendiga el amor de los hombres.
Criaturas todas del Señor, amad al Señor. ¿No veis el
mundo que está en manos de Satanás? Los hombres
han dejado de amar a Dios. Los conventos, la mayoría
están vacíos. Muchos de mis pastores no son pastores
de mi rebaño, son funcionarios y abandonan el rebaño.
El mundo se arreglaría, hija mía, si los pastores se
ocuparan del rebaño y en los conventos no salieran;
porque las vocaciones han fallado desde que los
conventos se han abierto a esa libertad, que luego la
han convertido en libertinaje.
Las pocas almas consagradas que quedáis, hijos míos,
en los conventos con las reglas antiguas, no las
modernicéis, hijos míos. Seguid y orad por los
pecadores, que el mundo necesita oración y sacrificio,
y los hombres se han olvidado de la oración y del
sacrificio.
Orad, para no caer en tentaciones. Amaos unos a
otros. El hombre está sin corazón. El hombre se ha
olvidado de amar, sólo piensa en gozar. No se aman los
hombres, unos a otros.
48
Hija mía, qué tristeza siente mi Corazón cuando veo
que los hombres, cada día, se olvidan más de Nosotros.
Ámanos mucho, hija mía. Ámanos y sigue trayendo
almas, que nuestro Corazón tiene sed de almas.
Y vosotros, guías de los pueblos, he dicho que tenéis
obligación a preocuparos de las almas y de lo bueno, y
defenderlo y protegerlo. No de poner trabas y
obstáculos en sus caminos. Muchos de vosotros no
aceptáis la "manifestación", porque no estáis limpios
por dentro y no sois humildes. Dejad a Dios, que Él
haga a su antojo lo que quiera, y caminad por el
camino de la verdad y sed pastores de almas. Mi
Corazón os ama, hijos míos, y ¡qué habéis hecho de ese
amor! Vivís en el mundo y para el mundo, no para Dios.
Y a aquéllos que quieren vivir el Evangelio y caminar
por el camino de la verdad, entorpecéis el camino.
Venid a Mí, hijos míos, que por muy graves que sean
vuestras culpas, Yo las limpiaré y nos daremos un
abrazo de amigos.
LA VIRGEN: Acudid a este lugar, hijos míos. Todo el que
acuda a este lugar será bendecido y marcados con
una cruz en la frente, de protección, hijos míos. Amaos
unos a otros. El mundo está necesitado de amor, un
amor sin egoísmos, un amor sincero y limpio.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos
con bendiciones especiales para los pobres pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

49
MENSAJE DEL DÍA 4 DE DICIEMBRE DE 1999,
PRIMER SÁBADO DE MES
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL SEÑOR:
Hija mía, oración pido; oración, sacrificio, penitencia. El
mundo está en esta situación, porque los hombres se
han olvidado de la oración, del sacrificio y de la
penitencia. Sí, hija mía, la Iglesia está pasando por
unos momentos... Mira el Santo Padre, hija mía.
AMPARO: Está el Santo Padre en una habitación muy
grande; está apoyado sobre una mesa, muy triste,
fatigado, enfermo, desconsolado; hay muchos
sacerdotes, obispos y cardenales a su alrededor.
EL SEÑOR:
Hija mía, mira todos los obispos... el Santo Padre cree
que son amigos fieles de él; la mayoría, hija mía, son
falsos amigos, muchos de ellos no cumplen las órdenes
que él da y se rebelan contra sus palabras; otros, mira,
hija mía, cómo son sumisos, obedientes a la Iglesia y al
Santo Padre, los de esta parte; pero estos otros, hija
mía, son infieles, no son leales.
¡Ah, hijos míos, empezasteis con el espíritu y habéis
terminado con la carne!
AMPARO: Empujan como para demoler la Iglesia los
de esta parte, pero estos otros la sostienen con su
fidelidad y con su amor.
LA VIRGEN: Besa el suelo, hija mía, en reparación de
50
tantos y tantos pecados y ofensas como se cometen
contra mi Iglesia.
¡Sacerdotes de mi Iglesia, dejad el mal y haced el bien!
Predicad el Evangelio y dad frutos buenos de la
palabra de Dios. Oración, sacrificio, penitencia, que lo
habéis olvidado, hijos míos.
Ora por ellos, hija mía, haz sacrificio y penitencia.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos,
con bendiciones especiales para el día de las tinieblas.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice, por
medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

**************

Mensajes tomados de
http://pradonuevo.tripod.com/

51

Você também pode gostar