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de Salud Laboral
Gobernua de Navarra Nafarroako Lan Osasunaren Institutua
Unidad didáctica 17
EXPLOTACIONES PECUARIAS
Índice
INTRODUCCIÓN 3
OBJETIVOS 3
CONTENIDOS
1. ESPACIOS DE TRABAJO E INSTALACIONES PECUARIAS 3
2. PURINES Y ESTIÉRCOL 6
3. ENFERMEDADES ASOCIADAS AL MANEJO DEL GANADO 10
4. RUTINAS DE PROFILAXIS 15
5. GANADO VACUNO Y EQUINO 18
6. GANADO PORCINO 20
7. GANADO OVINO Y CAPRINO 21
8. OTRAS EXPLOTACIONES PECUARIAS 23
EJERCICIOS DE AUTOCOMPROBACIÓN
PREGUNTAS 25
RESPUESTAS 27
1.
2. PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN EL SECTOR AGRARIO
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INTRODUCCIÓN
Cada subsector agrario presenta sus características específicas, muy condicionadas por el
marco territorial donde se desarrollan y por las actividades que las definen.
Por ello, en el presente capítulo, en primer lugar se van a tratar los riesgos más habi-
tuales inherentes a las instalaciones, después se hará referencia a las enfermedades más
comunes, y posteriormente se efectuarán subapartados en relación a los diferentes ámbitos
de explotación.
OBJETIVOS
• Conocer los principales riesgos asociados a las explotaciones pecuarias.
• Conocer las zoonosis más habituales.
• Establecer las rutinas higiénicas y las medidas de protección y prevención necesarias
en las explotaciones ganaderas.
• Orientar sobre los riesgos particulares asociados a los diferentes tipos de especies
ganaderas.
CONTENIDOS
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extremadamente explosivos, y
su deflagración se puede provo-
car ante chispas derivadas de la
electricidad estática. Asimismo,
de operaciones de reparación y
mantenimiento con soldadura.
• Un riesgo de caída a distinto nivel
frecuente en estas instalaciones
está asociado a las reparaciones de
cubierta, dado que en la mayoría de
los casos éstas son de fibrocemento.
Al estar sometidas a las inclemen-
cias del tiempo, dicho material se
degrada, presentando una resisten-
cia característica muy inferior a la
de diseño –de por sí baja- por lo que
el riesgo de caída es muy elevado si
se pisa sobre ellas.
• Asimismo es preciso citar los pro-
blemas higiénicos y de accidentes
asociados al manejo de estiércol y
purín, a los que se dedica un capí-
tulo específico.
• Y el de apilamiento y manejo de
macropacas, incluido en el de
maquinaria de recolección. Figura 2
• Finalizar citando los riesgos biológicos asociados a determinadas especies que son prácti-
camente imposibles de eliminar de las granjas y establos: moscas, roedores y pulgas.
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Figura 3
2. PURINES Y ESTIÉRCOL
El estiércol es la mezcla de la cama de los animales y sus deyecciones sólidas y líquidas.
Dadas las condiciones de humedad, composición y carga microbiana sufre una fermentación
progresiva en la que modifica su composición química, la de su población de microorganismos
y su porcentaje de humedad. Al principio del proceso se habla de estiércol fresco, y maduro
cuando se estabiliza el proceso y las fermentaciones se completan.
El purín es el residuo líquido de las explotaciones ganaderas procedente de los orines del
Figura 4
Bacterias:
Escherichia coli
Entamoeba histolytica
Yersinia enterocolítica
Clostridium tetani
Clostridium perfringens
Protozoos:
Balentidium sp.
Giardia lambia
Entamoeba histolytica
Entamoeba polecki
Helmintos:
Ascaris lumbricoides
Fasciola hepática
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Figura 5
Taenia saginata
Taenia solium
Equinococcus granulosus
Equinococcus multilocularis
De ello cabe deducir que es preciso extremar las medidas higiénicas en el manejo del
estiércol. Asimismo, es preciso recordar que constituye un hábitat óptimo para diferentes
vectores de enfermedades (pulga, mosca doméstica...).
Los purines y las deyecciones líquidas poseen otro campo de riesgo específico asociado
a los depósitos de almacenamiento, en los que ocasionalmente es preciso entrar por labores
de limpieza o mantenimiento (Figura 5).
• El mecanismo en el caso de los depósitos de residuos ganaderos es, sin embargo, dife-
rente, dado que el agente real causante de la muerte es el ácido sulfhídrico (SH2). El
sulfhídrico presenta un olor muy característico a huevos podridos, que se detecta a
concentraciones tan bajas como de 0,05 p.p.m. Sin embargo, constituye un grave
error emplear esta característica como único elemento de alerta. Está comprobado
que a concentraciones tan bajas como la descrita, el ácido sulfhídrico satura la pitui-
taria olfativa en pocos minutos, dejando de percibirse. Y lo que es más peligroso, a
concentraciones superiores a 100 p.p.m. provoca la parálisis del nervio olfativo, por lo
que ya no se detecta. Y se convierte en una sustancia mortal con concentraciones de
tan solo el 0,2% (2.000 p.p.m.) Por lo tanto, en cualquier circunstancia laboral en la
que es previsible la presencia de SH2 hay que actuar como si dicho gas estuviera pre-
sente a concentraciones peligrosas. Respecto al mecanismo habitual de accidentes
acontecidos en relación con los sistemas de recolección, conducción y almacenamien-
to de purín, es preciso hacer una serie de puntualizaciones:
• Aunque se suele referir a ellos como accidentes ocasionados por asfixia, el término es
inexacto: el factor envenenamiento por SH2 es el que realmente ocasiona la muerte,
teniendo el resto de los gases, en la mayoría de los casos, una relevancia muy inferior
en el resultado final.
• Existen dos elementos que justifican la letalidad del proceso: las bajas concentracio-
nes a las que puede transformarse el ácido sulfhídrico en un veneno mortal y el pro-
ceso de saturación o inadversión olfativa.
• El SH2 se halla difundido en el seno del purín y el lisier. La concentración que se halla
en la atmósfera es notoriamente inferior a la existente en el seno de las deyecciones.
Los procesos de agitación y turbulencias provocan un súbito afloramiento del gas a la
superficie, pudiendo alcanzar en segundos concentraciones mortales.
• Los casos en los que se junta dicho proceso con áreas deprimidas carentes de ventila-
ción como alcantarillas, conducciones o depósitos, la combinación resultante es
extremadamente peligrosa, y como tal debe ser tenida en consideración por cualquier
trabajador que circunstancialmente deba desempeñar sus labores en ellas.
• En base a los más elementales principios de higiene, jamás se debe ingerir alimento o
bebida alguno, ni fumar mientras se efectúan las limpiezas de cuadras y corrales u ope-
raciones de cualquier tipo con estiércol o purín.
• En este tipo de trabajos, mantener siempre las manos por debajo de los hombros.
• Se considera equipo de protección individual a las botas de agua y los guantes.
Mascarilla en el caso de estiércol seco o distribución de purín. Y ropa de trabajo el
buzo en buenas condiciones y gorro o visera.
• Extremar las medidas de higiene personal en los periodos de trabajo con este tipo de
subproductos.
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Sin embargo, no todas las enfermedades habituales del ámbito ganadero se pueden cate-
gorizar como zoonosis. En otros casos, son las condiciones específicas de los hábitats pecua-
rios las que favorecen su aparición.
A continuación se citan las enfermedades más comunes asociadas al manejo del ganado.
Advertir que todas ellas tienen la categorización de enfermedades profesionales, a excepción
de la rabia y el pulmón de granjero:
Figura 7
• Vías de contagio:
• A través de la piel, por manipulación de productos fetales, contacto con polvo con-
taminado, o trato habitual con ganado.
• Inoculación accidental por rotura de agujas durante labores de vacunación, inyec-
ción de medicinas, toma de muestras...
• Vía respiratoria: Inhalación del polvo del establo, que se levanta en labores de lim-
pieza de cuadras, movimiento del ganado...
• Vía digestiva: Especialmente importante es la asociada a consumo de leche o deri-
vados lácteos realizados con leche de animales enfermos.
• Medidas de prevención a adoptar:
• Seguimiento y respeto escrupuloso de las campañas de vacunación.
• Limpieza y desinfección de locales tras el parto, y en especial, en caso de abortos.
• En caso de abortos, enterrado de todos los restos con cal viva y desinfección meti-
culosa del material empleado.
• Deposición y almacenamiento de estiércol en zonas alejadas de áreas habitadas, a
sotavento y a ser posible, recubierto o humedecido para evitar la generación de
polvo por el viento.
• En el caso de autoconsumo de la producción láctea, directamente o como derivados,
proceder siempre a la ebullición de la leche.
3.2. TÉTANOS
Figura 8
• Vías de contagio:
• Por heridas sucias, con herramientas manuales, caídas, clavos salientes...
• Medidas de prevención a adoptar:
• Vacunación: Cualquier trabajador del sector agropecuario posee un riesgo potencial
de padecer tétanos, por lo que debe vacunarse. La rutina es la primera vacuna antes
de 24 horas de producirse la herida, otra al mes y otra al año. Después, una vacuna
de recuerdo cada diez años.
• En caso de heridas superficiales, limpiarlas con abundante agua y jabón, evitando
otro tipo de sustancias.
3.3. CARBUNCO
Figura 9
3.5. RABIA
Figura 10
3.6. TOXOPLASMOSIS
3.7. LEPTOSPORIASIS
4. RUTINAS DE PROFILAXIS
En las instalaciones pecuarias las medidas de limpieza y desinfección son elementales si
se desea garantizar la viabilidad de la explotación.
Pero sus repercusiones no se limitan a los aspectos económicos, dado que inciden de
manera directa en la salud de las personas que trabajan en las instalaciones. Cuanto más sanos
se hallen los animales de la explotación y mejores condiciones higiénicas imperen en las ins-
talaciones, menor probabilidad de que las personas que trabajen en las instalaciones contrai-
gan alguna enfermedad profesional.
Para ello, existe una serie de aspectos elementales a los que es preciso prestar total aten-
ción, y son los siguientes:
• Conforme menor sea el lapso de tiempo que se deja transcurrir entre limpiezas conse-
cutivas de establos y cuadras, menor producción de olores, menor presencia de mos-
cas y parásitos y mejor estado sanitario.
• El tipo de procedimiento estará en función de las características de las instalaciones.
Los procedimientos mecánicos son siempre preferibles a los manuales.
• El empleo de agua a pre-
sión consigue una adecua-
do grado de limpieza, pero
implica un grave problema
de lixiviados.
• Respecto al estiércol, con-
forme menores volúmenes
se acumulen, menores
problemas sanitarios. En
dicho sentido, es conve-
niente aportarlo (y apar-
tarlo) al campo cuanto
antes (Figura 11).
• Asimismo, aportar algo de Figura 11
superfosfato superficial in-
cide favorablemente en la producción de moscas, pulgas e insectos en general.
• Por los riesgos higiénicos asociados al manejo de animales, y por las molestas caracte-
rísticas organolépticas de dicho entorno de trabajo, todo trabajador de instalaciones
pecuarias debe de emplear unas rutinas de higiene muy estrictas. Aparte de las espe-
cies puramente patógenas, muchas de las especies saprófitas inherentes a las instala-
ciones pecuarias, como Staphilococcus aureus, puede convertirse en patógenas al
infectar pequeñas heridas
• Es IMPRESCINDIBLE disponer en la granja de un área habilitada para vestuarios, donde
poder ducharse y cambiarse totalmente de ropa.
• Dicha área comunicará de forma independiente con la granja y con el exterior, de tal
modo que el operario pueda volver a su casa duchado y cambiado sin necesidad de vol-
ver a atravesar el área de trabajo.
• Los animales aplastan al operario contra la pared. Casi siempre en operaciones de ali-
mentación o limpieza, y asociado a cuadras sobrecargadas e instalaciones anticuadas,
Figura 12
Asimismo, aunque cada raza tiene unas ciertas tendencias, y son habituales las excep-
ciones individuales, sí existe una serie de agravantes a tener en cuenta:
• En los periodos de celo y posterior a los partos los animales se hallan especialmente
excitados y agresivos (Figura 13).
• Las razas habituadas al pastoreo extensivo (p.ej. pirenaica) son más agresivas que las
que están habituadas a un contacto cotidiano con el ganadero (p. ej. frisona).
• Tras el periodo estival, los animales que han pasado largos periodos pastando solos en
los puertos y terrenos comunales son más testarudos e inmanejables.
• Los animales con heridas o enfermedades pueden presentar conductas atípicas.
6. GANADO PORCINO
Si en el caso del ganado vacuno y equino, los riesgos venían en gran medida asociados a
la envergadura y conducta de los animales, en el caso del porcino, sin despreciar dicho aspec-
to, cabe citar que cobra carta los riesgos higiénicos asociados a las condiciones de numerosas
granjas de cría.
Con frecuencia, los alojamientos de porcino se hallan sobrecargados, y por evitar estrés tér-
mico al animal, insuficientemente ventilados. Bajo dichas circunstancias, cabe citar que el
ambiente que se puede inhalar en una granja porcina es una mezcla, entre otros de amoniaco,
sulfuro de hidrógeno, dióxido de carbono y polvo orgánico. Dentro de éste —y dentro de la frac-
ción de 10 µ— es posible hallar materias tan dispares como silicatos, polen, restos vegetales, res-
tos orgánicos, animales diversos, bacterias, hongos, ácaros, pesticidas y toxinas microbianas.
Dentro de toda esa miscelánea cabe destacar que no todos los componentes poseen igual
repercusión sobre el organismo. Y aunque no se sabe con certeza las repercusiones de parte
de los componentes, si se conoce que alguno de los microorganismos (y sus antígenos) que
caracterizan el polvo orgánico de las granjas –y en especial de porcino- son los responsables
de diferentes transtornos respiratorios.
Dentro del riesgo asociado a la etología de la especie, citar la peligrosidad de los verra-
cos, por su envergadura, agresividad, y sus grandes colmillos.
Figura 15
Ambas comparten una situación de riesgo peculiar, que la experiencia ratifica como real,
pero cuyo mecanismo no es bien conocido, asociado al recubrimiento de poliuretano de los
techos. En caso de incendio, se produce un frente de llama que se expande velozmente por el
poliuretano, con tal violencia de fuego que el incendio se autoextingue al consumir todo el
oxígeno del alojamiento, provocando la asfixia de la totalidad de los animales alojados. En los
sucesos documentados, afortunadamente no había ninguna persona presente en el local cuan-
do sucedieron los incendios.
Respecto a la causa del proceso, parece estar asociado a la impregnación con metano “CH4”
procedente de las deyecciones animales del poliuretano, y la posible aparición de compuestos
de alta inflamabilidad.
Los gallineros
presentan como ries-
go específico asociado
a las estructuras de Figura 16
doble piso el riesgo de
caída desde el área superior, especialmente en operaciones de vaciado del gallinero.
Citar como riesgo de mayor relevancia, la caída de personas a las piscinas –de vehículos
en las de mayor envergadura-, tanto por el desnivel como por la posible dificultad para salir
de las mismas. Asimismo, las condiciones ambientales de trabajo, al exterior y en ambiente
húmedo (mojado) en las operaciones de extracción del pescado o manipulaciones de alevines.
EJERCICIOS DE AUTOCOMPROBACIÓN
PREGUNTAS
1. ¿Cómo deberán ser las escaleras fijas para acceso a silos, elevadores, etc.?
A - Las escaleras deberán estar equipadas con anillos de protección a partir de 2 m. del
suelo y para más seguridad de dispositivos anticaídas.
B – No es necesario ningún tipo de protección.
C – Es indiferente con tal que el trabajador extreme las precauciones.
6. Para evitar riesgos higiénicos ¿Se debería extremar las medidas de limpieza perso-
nal?
A – La limpieza personal no influye en los riesgos higiénicos.
B – Sí, en base a los más elementales principios de higiene, jamás se debe ingerir ali-
mento o bebida alguna, ni fumar mientras se efectúan las limpiezas de cuadras y corra-
les u operaciones de cualquier tipo con estiércol o purín.
C – Sí, la higiene personal influye en los riesgos higiénicos, pero basta con lavarse las
manos.
8. Para evitar las caídas a distinto nivel desde las plataformas el mejor método es:
A – No subir a los lugares que estén en altura.
B – Colocarse un arnés de seguridad.
C – Que las aberturas en suelos y paredes, en plataformas a más de 2 m de altura y los
lados abiertos en escaleras y rampas de 60 cm de altura, estén protegidas con barandi-
llas de materiales rígidos de 90 cm de altura, barra intermedia y rodapié.
9. Para evitar los riesgos del pulmón del granjero se seguirán las siguientes medidas
preventivas:
A – No existe la enfermedad del pulmón del granjero.
B – - Correcta henificación y/o ensilado del forraje
- Conservación del forraje ensilado en adecuadas condiciones de sequedad.
- Adecuada ventilación de cuadras e instalaciones.
- Recomendaciones del Instituto Navarro de Seguridad Laboral.
C – Ninguna de las anteriores es cierta.
10. Los trabajadores que trabajen en explotaciones pecuarias ¿Deberían utilizar los
EPIs adecuados y la ropa en buenas condiciones?
A – No, no es necesario utilizar EPIs.
B – Sí, los trabajadores portarán EPIs cuando los riesgos no se puedan evitar o no puedan
limitarse suficientemente por medios técnicos.
C – Sólo utilizaran calzado de seguridad.
RESPUESTAS
1–A
2–C
3–A
4–C
5–A
6–B
7–A
8–C
9–B
10 – B