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PARROQUIA “NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO”

DIÓCESIS DE CHIMBOTE

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La catequesis Pre – bautismal es de mucha importancia para la vida cristiana, puesto que,
es el primer momento catequético que tiene la Iglesia, pueblo de Dios, con el Catecúmeno,
ya sea a través de sus padres o con él mismo.

Por eso, conviene que estos encuentros catequéticos sean lo suficiente fructíferos como
para lograr una adecuada adhesión del candidato, y de su familia, a una vida cristiana
responsable y madura.

Sería bueno que los encuentros catequéticos Pre – bautismales tuvieran una duración
proporcionada a la magnitud de la responsabilidad que implica el sacramento del
bautismo. Pero, por razones pastorales, ello no es posible.

De allí que, el presente folleto busca ser un apoyo para aquellos laicos que nos ayudan a
trabajar en la Catequesis Pre- bautismal, proporcionándoles algunos recursos
conceptuales y/o pedagógicos; así como, algunas otras ideas, para que las reuniones con
los padres y padrinos de los candidatos al Sacramento del Bautismo sea lo más
enriquecedora y pedagógica posible.

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Encuentro N° 01:
“¿QUÉ ES LO BUSCAMOS?”
Instrucciones:
El catequista deberá preparar un ambiente de oración y de encuentro fraternal. Para ello,
puede valerse de la palabra de Dios, de un cirio y de lagunas cosas que crea le puedan
ayudar.
El catequista comenzará con una sonrisa a preguntar el motivo de su asistencia y/o
intención del querer bautizar a sus niños. Para que los padres y padrinos puedan
participar.
El catequista hará una serie de aclaraciones al respecto para luego explicar el por qué se
debe bautizar uno y las exigencias que esto conlleva.
El catequista invita a hacer una oración de agradecimiento por la reunión.

1. ¿Por qué se han reunido hoy aquí? ¿Qué buscan?

2. ¿Saben que significa bautizar a sus hijos? ¿Son conscientes de


lo que están pidiendo?

¿POR QUÉ BAUTIZAR A MI HIJO?

Las motivaciones que inducen a las personas para bautizar a su hijo son
muy variadas. Algunas ideas que circulan entre la gente son erradas o son
inexactas. Algunas de estas razones son:
a) Si el niño no se bautiza es como un animalito, todavía no es persona.
Esa razón es falsa, pues todo ser humano es persona desde el
momento de su concepción. Al nacer es hijo de Dios por la creación.
En el bautismo será hijo de Dios por la redención y el sacramento. Al
final de los tiempos será hijo de Dios por la resurrección.

b) Si el niño no se bautiza estará expuesto a enfermedades. Esa razón es


también errada. Las enfermedades tienen muy diversas causas, que

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hay que atender según los avisos médicos y de salud. Los niños
bautizados también se enferman y pueden incluso morirse si no se
atiende bien la enfermedad. El bautismo como tal no es una
protección contra las enfermedades corporales.

c) Si el niño no se bautiza y muere se va al infierno y se condenará para


siempre. Esa idea no corresponde a lo que sabemos acerca de Dios. El
bautismo es necesario para la salvación de aquellos a los que el
Evangelio ha sido anunciado y han tenido la posibilidad de pedir este
sacramento. Pero Dios no le puede pedir cuentas a un niño que
todavía no es responsable de sus acciones. Dios es piadoso y
misericordioso y sabrá acoger en su amor a un niño que sin culpa
propia no ha sido bautizado. El pecado de no bautizar a tiempo al
propio hijo es de los padres del niño, no del niño mismo.

d) El bautismo es la ocasión para hacer una gran fiesta y celebrar el


nacimiento del niño. Durante la celebración del bautismo damos
gracias a Dios por la vida de los niños que son presentados al
bautismo, pero no se debe pensar que es necesario hacer el gran gasto
con motivo del bautismo. El que pueda hacer una celebración familiar
con la ocasión del bautismo, que la haga. Pero ningún papá o mamá
debe sentirse obligado a hacer una fiesta ni debe dejar de bautizar a
un hijo porque no tiene dinero para la fiesta. Tampoco hay que buscar
como padrinos de los niños a personas con dinero, con el fin de que
paguen la fiesta. La alegría del bautismo es la alegría espiritual.

Las razones verdaderas para celebrar el bautismo son otras:


1. El papá y la mamá del niño son católicos
creyentes y desean transmitir a su hijo
las gracias y beneficios que se reciben
de la fe. Esta es la principal motivación
auténtica. Los padres desean para sus
hijos lo mejor que tienen, y entre esas
riquezas está la propia fe. Por eso quieren que sus hijos participen de
la salvación de Cristo cuanto antes y asumen el compromiso de

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educarlos en la fe que ellos mismos tienen y practican. Por eso no
tiene mucho sentido que unos padres que no son creyentes o que no
practican su fe presenten a sus hijos a bautizar. En todo caso, esos
padres que no viven como cristianos ni asisten a la iglesia, deben
aprovechar la ocasión del bautismo de su hijo para comenzar a vivir
como verdaderos discípulos de Jesús y poder así transmitir a sus hijos
la fe cristiana.
2. El papá y la mamá del niño quieren que su hijo, que ya es hijo de Dios
por haber nacido a imagen y semejanza de Dios, sea también hijo
adoptivo de Dios, por estar unido a Jesucristo. Por eso los presentan a
la Iglesia para ser bautizados,
para que reciban la gracia de ser
adoptados como hijos de Dios y
queden incorporados a la Iglesia.
En contraparte los padres se
comprometen a dar a sus hijos
una educación que corresponde
a su condición de hijos de Dios, se
comprometen a educarlos en la
fe para que aprendan a conocer a
Dios y a amar al prójimo,
cumpliendo los mandamientos.
3. El papá y la mamá quieren proteger a su hijo de todo mal espiritual, y
sobre todo del pecado. Como hemos dicho arriba el bautismo no va a
proteger al niño de enfermedades corporales, pero sí lo libra del
pecado del mundo y lo protege de caer bajo el dominio del mal. Los
niños, que no han cometido pecados personales, nacen a un mundo
marcado por el mal, la injusticia, la mentira, la violencia, el olvido de
Dios. Nacemos afectados por todos los pecados que se han cometido
en el mundo, desde el primero de Adán hasta el que se comete en
nuestros días. El niño nace como miembro de una humanidad
pecadora, y solidario en ese pecado, necesitado de ser salvado. Esa
necesidad de salvación se llama pecado original. Sólo Dios nos puede
librar de ese mal. El bautismo perdona el pecado original, es decir,
nos libera del pecado del mundo y nos vincula a Dios como hijos
suyos. Toda persona está necesitada de salvación, pues no podemos

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salvarnos a nosotros mismos; el único Salvador es Dios a través de
Jesús. El bautismo nos otorga esa salvación inicial, nos incorpora a la
Iglesia, nos hace parte de la familia de Dios. Esa necesidad de
salvación se les presenta a las personas de muy diversas maneras. Las
que se mencionan a continuación son algunas de ellas:

 Sufrimos muchos males: enfermedades, problemas en la familia y con


los vecinos, incertidumbres sobre el futuro, de los que queremos
vernos libres, ser salvados. En nuestro corazón deseamos la felicidad.
¿Es posible alcanzar la felicidad? ¿Nos engaña nuestro corazón
cuando pone en nuestra mente los deseos de felicidad? ¿Dónde
encontrar esa felicidad? ¿Cómo puedo ser mejor persona? ¿Cómo
aprender a distinguir entre el bien y el mal?

Muchas veces, en cierto momento de la vida, nos damos cuenta de que


hemos cometido errores, pecados, hemos andado en malos pasos en el
pasado, y quisiéramos cambiar para el futuro. ¿Es posible anular ese
pasado? ¿Es posible lograr que ese pasado no hipoteque el futuro? ¿Es
posible comenzar de nuevo
Nos sentimos avergonzados, manchados, por acciones que hemos
cometido en el pasado. Sobre todo si son faltas muy graves y ocultas. Nos
preguntamos: ¿Quién puede borrar esa culpa? ¿Quién puede pagar por
nosotros el daño que hemos hecho a los demás? ¿Cómo puede volver la paz
y la reconciliación a nuestro corazón?
En otras ocasiones nos preguntamos: ¿para que nací? ¿Hacia dónde voy?
¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Qué pasará conmigo? Nuestra vida, ¿vale
para algo? ¿Alguien piensa en mí? ¿Alguien me ama de verdad?
También nos planteamos otras preguntas: ¿Por qué hay tanto sufrimiento
en el mundo? ¿Por qué la gente inocente sufre enfermedades incurables, si
no ha hecho nada malo? ¿Por qué prospera la gente mala y la buena muchas
veces vive en la pobreza? ¿Por qué hay tanta injusticia en el mundo? ¿Hay
algún Dios que haga justicia?

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Vivimos rodeados de violencia, de injusticia, de atropellos. Nos sentimos
arrastrados hacia el mal. Pareciera que hay una fuerza superior que nos
tiene cautivos en el mal. Nos sentimos impotentes y sin fuerzas para
librarnos a nosotros mismos de la esclavitud del pecado. Las Escrituras
hablan de estas circunstancias del demonio como personificación del
poder de las tinieblas que nos tiene prisioneros. ¿Hay algún poder que nos
libere del mal y nos haga libres y dueños de nosotros mismos para buscar
el bien?
Todas esas preguntas ponen en evidencia que nuestro corazón está
inquieto, que buscamos un sentido para lo que hacemos, que vamos tras la
búsqueda de una salvación. Estar salvado es sentir que la vida está segura,
que somos dueños de nuestra vida, que no corremos peligro incluso frente
a la muerte. ¿Es eso posible?

JESUCRISTO ES NUESTRA
SALVACIÓN

Los cristianos creemos que en el Evangelio de Jesucristo encontramos


respuestas a estas preguntas.
Es lo mejor que tenemos. Nadie
más que él puede salvarnos,
pues sólo a través de él nos
concede Dios a los hombres la
salvación sobre la tierra
(Hechos 4, 12; cf. Juan 6, 67-69).
¿Quién es Jesucristo?
Conocemos a Jesucristo a través
de los Evangelios, tal como nos
lo explica la Iglesia. Los
Evangelios son escritos que
encontramos en la Sagrada
Biblia. Ellos nos dicen que
Jesucristo es un hombre

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enviado por Dios (Juan 8,42). En él reconocemos al Hijo de Dios, que vino
a mostrarnos el verdadero rostro, los verdaderos “sentimientos” de Dios
hacia nosotros. Ellos nos hablan acerca de todo lo que Jesús dijo e hizo. Dios
lo ungió con el poder del Espíritu Santo. Él pasó haciendo el bien y curando
a los oprimidos por el demonio, porque Dios estaba con él (Hechos 10, 38).
Sin embargo, Jesús fue ejecutado con una muerte de cruz porque las
autoridades religiosas y políticas de su tiempo se confabularon contra él y
él aceptó la muerte como precio por cumplir su misión con
responsabilidad. Pero Dios lo resucitó al tercer día, y lo mostró vivo a los
discípulos que lo habían seguido y conocido. Por eso sabemos que lo que
Jesús dijo e hizo es la verdad de Dios para con nosotros (Hechos 2, 22-24).
¿Qué dijo e hizo Jesús?
Jesús sobre todo dio testimonio
de que Dios es Padre y como tal
es misericordioso y bueno
(Mateo 6, 25-34). Dios creó el
mundo y a la humanidad por
puro amor, y nos sigue amando
incluso después que los
hombres y mujeres se alejaron
de Él a través de sus pecados y
malas acciones (Efesios 1, 3-6).
Jesucristo vino a combatir y a
vencer al mal que ha
esclavizado a los hombres.
Jesucristo luchó contra el demonio y lo venció, dándonos a todos libertad
para buscar a Dios y recibir su perdón y su amor.
En su amor Dios ofrece perdón. Es posible comenzar de nuevo delante de
Dios. Quien ha cometido faltas y errores en el pasado no tiene su vida
hipotecada para el futuro, sino que si se acoge al perdón de Dios y se
convierte, puede comenzar de nuevo una vida recta y honesta.
Jesús se acercó a los pobres, a los humildes, a los enfermos y les habló de su
dignidad como hijos de Dios (Mateo 4, 23-25). Señaló que el poder humano,
la riqueza, las influencias, la fuerza no tienen valor para Dios (Mateo 6, 19-
21). Por eso hasta los más pobres, quienes no tienen renombre, fama,

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poder, pueden acercarse a Dios, porque no somos nosotros los que no
ganamos el amor de Dios, es Dios el que intenta ganarse nuestro amor
(Mateo 11, 2-6. 25-30). No somos nosotros los que buscamos a Dios, es
Dios el que nos busca a nosotros (Lucas 15, 1-7).
Hemos nacido del amor de Dios (Efesios 2, 4-10). El mundo es un lugar que
Dios ha hecho para nosotros. La gracia de Dios nos sostiene. Dios nos ha
llamado para compartir su vida, y la felicidad que buscamos realmente se
encuentra en Dios. Dios nos hizo para que fuéramos suyos y nuestro
corazón está intranquilo hasta que encuentra descanso en Dios. Dios nos
ama tanto, que no sólo envió a su Hijo al mundo para guiarnos por el
camino de la salvación, sino que a quienes creemos en Cristo nos da el
Espíritu Santo, que es su propia vida en cada uno de nosotros (Juan 3, 16-
21). De esta manera Dios nos hace sus hijos adoptivos (Gálatas 4, 3-7).
Jesús también nos enseñó a distinguir el bien del mal (Mateo 7, 24-27). Las
normas de conducta son la luz que nos alumbra el camino para ser mejores
personas. Los mandamientos nos enseñan los males que debemos evitar
porque arruinan nuestra vida y los bienes que debemos buscar porque nos
hacen mejores personas, nos permiten alcanzar la plenitud que deseamos
en nuestro corazón (Mateo 7, 13-14).
En este mundo también hay sufrimiento y dolor. No tenemos respuesta para
explicarnos todas las formas de sufrimiento. Algunas formas de
sufrimiento proceden de las injusticias y la violencia de las personas: son
los males que nos causamos unos a otros. Jesús por eso nos llamó a la
conversión y a vivir en justicia y a considerar al prójimo nuestro hermano.
Esos males se remedian con la conversión de los que los cometen. Otras
formas de sufrimiento son los males físicos: las enfermedades, las
catástrofes naturales. Esos males son parte de nuestra condición de
criaturas mortales. Este cuerpo en que vivimos no es inmortal, por eso se
ve afectado por enfermedades y las catástrofes naturales. Jesús se acercó a
algunos enfermos de su tiempo para traerles alivio. El mal mayor que nos
puede ocurrir en el cuerpo es la misma muerte. Ni siquiera el Hijo de Dios
se vio libre de ese mal. Él aceptó su muerte como testimonio de su amor
por Dios y su amor por nosotros. Por eso su muerte nos ha traído el perdón
de los pecados, cuando Dios lo resucitó de entre los muertos. Unidos a
Jesús, nosotros también tenemos el perdón de los pecados y la vida eterna.

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¿Cómo aceptamos el mensaje de Jesús y nos unimos a él?
Quien quiere hacer suyo el mensaje de Jesús, aceptarlo como verdadero y
vivir a la luz de su palabra, debe poner su fe en él (Juan 12, 44-50).
Conocemos quién es Jesús por la palabra de la Iglesia, que es la comunidad
de los que han creído en Jesús desde el principio. La Iglesia nos enseña la
Palabra de Dios y en la Iglesia tenemos la posibilidad de aceptar la
salvación que Jesús ha traído. El bautismo es la puerta de entrada a la
Iglesia y a la vida de Dios. El bautismo es como un nuevo nacimiento (Juan
3, 5-8). Por el bautismo nos unimos a la muerte y resurrección de Jesús,
recibimos el Espíritu Santo y Dios nos reconoce como sus hijos adoptivos
(Romanos 8, 12-17). El bautismo es por eso el sacramento con el que se
inicia nuestra salvación.
Quien rechaza este mensaje de salvación, quien rehúsa a vivir según los
mandamientos de Dios, quien vive su vida como si Dios no existiera, quien
no quiere seguir el camino que lo hace mejor persona, se extravía y se
pierde (Marcos 16, 15-16). Quien cierra las ventanas de su casa para que
no entre la luz del sol, se queda en la oscuridad. Esa posibilidad es real,
pues somos personas libres también para elegir el mal en vez del bien. Esa
perdición final de la vida no es algo que Dios haya destinado para nosotros,
sino que es el resultado de nuestras propias decisiones erradas y
perversas, cuando sabemos cuál es el bien que debemos seguir y lo
rechazamos.
Por eso es necesario el bautismo: para aceptar por la fe el mensaje de
salvación que Jesús nos ha traído de parte de Dios y para entrar a participar
en esa salvación que Jesucristo ha realizado a nuestro favor.

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Instrucciones:
El Catequista pide que todos se tomen de la mano. Se puede iniciar cantando una
canción, de preferencia conocida por todos (Juntos como hermanos, tu palabra me
da vida, mi pensamiento eres tú, etc.)

Peticiones:
Señor Jesús, tú nos amas tanto que buscas pretextos para poder estar
a nuestro lado:
 Ayúdanos a aceptarte en nuestras vidas, pues sentimos que
estamos lejos de ti.
 Tú, Señor, nos conoces y sabes cuánto anhelamos tener paz en
nuestras vidas. Danos esa paz que sólo tú, nuestro divino creador,
sabes dar.
 Bendice a nuestras familias con el don de tu amor y
proporciónanos aquello que necesitamos de ti.
Porque sólo tú eres la fuente de nuestra felicidad y de nuestra paz. Por
eso, queremos elevar nuestra plegaria hacia ti diciendo: Padre Nuestro
que estás en el cielo... Dios te salve, María… Gloria al Padre…

Catequista: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

GUÍA DE AUTOEVALUACIÓN

Como catequista ¿Qué he aprendido en esta celebración? ____________


_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
¿Qué cosas debo mejorar? _________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________

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Encuentro N° 02:
“EL BAUTISMO”
Instrucciones:
El catequista deberá preparar un ambiente de oración y de encuentro fraternal. Para ello,
puede valerse de la palabra de Dios, de un cirio y de lagunas cosas que crea le puedan
ayudar.
El catequista comenzará haciendo una síntesis del tema anterior, previamente
preguntará a los padres y padrinos sobre lo que recuerdan. Luego presentará el tema.
El catequista explicará el tema y las exigencias que esto conlleva. Mientras desarrolla el
tema es conveniente que haga preguntas a sus oyentes y pida la participación de ellos.
El catequista invita a hacer una oración de agradecimiento por la reunión.

El bautismo es el sacramento que Jesús dejó como signo de que


aceptábamos su mensaje por la fe y de que nos uníamos a su muerte y
resurrección para obtener así la salvación.

¿Cuál es el origen del bautismo?


El origen del bautismo es la misma práctica de Jesús. Según nos narran los
evangelistas (Marcos 1, 9-11; Mateo 3, 13-17) Jesús recibió un bautismo al
inicio de su ministerio de predicación. Era el bautismo que hacía Juan, en
el río Jordán, para pedir el perdón de los pecados. Jesús, aunque no
tenía pecado, lo recibió, porque él vino para buscar a los pecadores.

¿Cuándo mandó Jesús a bautizar?


Después de su resurrección, Jesús dio el mandato a sus discípulos de
anunciar el evangelio y de admitir a la Iglesia por medio del bautismo a
quienes aceptaran vivir según las enseñanzas de Jesús y recibir de
Dios la gracia del perdón y de la salvación. Jesucristo resucitado envió a

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sus discípulos a enseñar a los pueblos el camino del Evangelio y a
bautizarlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo (Mateo
28, 18-20; cf. Marcos 16, 15-16).
¿Qué obligaciones asumen los padres del niño en el
bautismo?
La celebración del bautismo de un niño es ocasión para que sus padres
renueven su propio compromiso bautismal y de vida cristiana. Por lo
tanto, el primer requisito es que los padres asuman nuevamente su
responsabilidad de vida cristiana. Al renovar su propio bautismo, los
padres del niño asumen la responsabilidad de educarlo en la fe. Eso
significa:

 Que les van a enseñar con el ejemplo y con la palabra a conocer a


Dios y a Jesucristo, (en especial el misterio de su nacimiento por
la Navidad y el de su muerte y resurrección en Semana Santa).
 Que les van a enseñar a orar y a confiar en Dios que es Padre bueno
de todos.
 Que les van a enseñar con el ejemplo y con la palabra a
participar en la misa del domingo y en otras actividades de la
Iglesia.
 Que les van a enseñar con el ejemplo y con la palabra a cumplir los
mandamientos de la Ley de Dios, a servir al prójimo en caridad
y a tratar de ser cada vez mejores personas.
 Que los van a llevar a las catequesis que se ofrecen en la iglesia,
especialmente la catequesis de preparación para la primera
comunión.
 En una palabra, que los van a enseñar con el ejemplo y con la
palabra a vivir como hijos de Dios, pues esa es la gracia que reciben
en el bautismo.

¿Qué función tienen los padrinos?


El papel principal en el bautismo lo tienen el padre y la madre del niño. Son
ellos los que presentan al niño a la Iglesia, son ellos los que expresan su fe

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cristiana. Los padrinos son el respaldo y el apoyo que los padres buscan
para realizar responsablemente esta tarea. Los padrinos deben ser
elegidos por ser buenos cristianos, por estar bautizados y también
confirmados, porque ya han hecho la primera comunión y sobre todo
porque siguen a Jesucristo día tras día ya que viven según el Evangelio.

¿Cómo hay que prepararse para bautizar a un niño?


Es conveniente que los padres y padrinos del niño se arrepientan de
sus pecados. Si hace mucho que no se confiesan es oportuno que
reciban el sacramento de la confesión, especialmente si son conscientes
de haber cometido pecados graves. Hay que venir conscientes de que lo
que se va a realizar es un acto sagrado, que exige que afinemos nuestra
espiritualidad y actitudes de fe.

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Recuerda que…

¿Qué es un “Por el bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte, para


que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también
sacramento?
nosotros llevemos una vida nueva” (Rom 6,4). “En el bautismo,
Son signos y ustedes fueron sepultados con Él, y con Él resucitaron, por la
medios con los
fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos”
que se expresa y
(Col 2,12). “Todos ustedes que fueron bautizados en Cristo
fortalece la fe, se
rinde culto a Dios han sido revestidos de Cristo” (Gal 3, 27).
y se realiza la El Bautismo es fundamento de toda la vida cristiana; es pórtico
santificación de de la vida en el Espíritu y puerta que abre acceso a los otros
los hombres. Son
sacramentos. Está profundamente relacionado con el Misterio
signos sensibles
generadores de Pascual: Cristo, con su muerte y resurrección alcanza la
gracia invisible. victoria sobre el pecado, la muerte y, como consecuencia,
Son canales por sobre todas las esclavitudes personales y sociales. Ésta es
los que se también nuestra victoria en la medida en que vivimos unidos
derrama la gracia a Jesús. La unión con Cristo, la participación en su victoria,
sacramental de empiezan a ser reales en nosotros y en la comunidad de la
Dios a quienes
Iglesia, especialmente por el Bautismo.
abren su corazón
para recibirlos. Los dos efectos principales del Bautismo son la purificación de
los pecados –original y actual – y el nuevo nacimiento en el

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Espíritu Santo. Por el Bautismo, todos los pecados son
¿Qué es un perdonados, así como todas las penas del pecado. En el Credo
signo? proclamamos: “para la remisión de los pecados”.
Es todo gesto,
 Hace también de neófito “una nueva creación” (2 Cor 5,17), un
acción, palabra o
ícono que hijo adoptivo del Padre Dios, que lo hizo “partícipe de la
representa algo naturaleza divina, miembro de Cristo, coheredero con Él, y
para algunas templo del Espíritu Santo”
determinadas
El Bautismo hace de nosotros, miembros del Cuerpo de Cristo.
personas.
“Por tanto somos miembros los unos de los otros” (Ef 4,25). El
_____________ Bautismo incorpora a la Familia de Dios, la Iglesia. De las fuentes
¿Qué es la bautismales nace el único pueblo de Dios de la Nueva Alianza:
gracia “Porque en un solo Espíritu hemos sido bautizados, para no
sacramental? formar más que un cuerpo” (1 Cor 12,13).

Es una gracia Los bautizados venimos a ser “piedras vivas” para la “edificación
particular que de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo” (1 Pe 2,5). Por
confiere el el Bautismo, el Espíritu nos hace partícipes del sacerdocio de
Espíritu Santo en Cristo, de su misión profética y real: somos “linaje escogido,
cada sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las
Sacramento,
alabanzas de Aquél que nos ha llamado de las tinieblas a su luz
según la
admirable” (1 Pe 2,9). Por el Bautismo participamos en el
naturaleza de
cada uno de sacerdocio común de los fieles. El Espíritu imprime en nosotros
ellos. Así, un sello espiritual indeleble de nuestra pertenencia a Cristo: es el
tenemos que el “carácter” dado una vez por todas, por lo cual el Bautismo no
Bautismo nos puede ser reiterado. Pero sí, con la Iglesia, renovamos cada año
confiere la gracia en la Vigilia Pascual y en otras circunstancias, los compromisos
de ser hijos de que significa el ser bautizado.
Dios; la
Eucaristía, nos Hay una imprescindible vinculación entre Bautismo y comunidad
confiere la gracia eclesial. Cristo y su Espíritu, por medio del Bautismo, nos
de alimentarnos incorporan a la comunidad de la Iglesia para hacernos
de la misma explícitamente partícipes de la salvación; y por nuestra vida en
carne y sangre de
comunión eclesial, realizar la misión de ser señal e instrumento
Cristo, entre
otros.
de salvación en medio de los hombres. Dice el documento de
Aparecida: “Los fieles de este continente… en virtud de su

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bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de
Jesucristo”.
Jesús, al iniciar el anuncio de la Buena Nueva, hace una invitación
que contiene dos llamados: a la conversión y a la fe. “Se ha
¿Cuáles son
cumplido el tiempo y el Reino de Dios es inminente.
los 7
Arrepiéntanse y crean en el Evangelio” (Mc 1,15). Al despedirse
Sacramentos?
de sus discípulos, en el momento de su ascensión les deja un
Los Sacramentos mandato: “Vayan por el mundo entero y prediquen la Buena
de la iglesia son y
Nueva a toda criatura. El que crea y se bautice se salvará” (Mc
están divididos en
16,15-16).
3 grupos a saber:
La fe tiene necesidad de la comunidad de los creyentes. Sólo en
la fe de la Iglesia puede crecer cada uno de los fieles. La fe que se
Sacramentos de
requiere para el Bautismo no es una fe perfecta y madura, sino
Iniciación
Cristiana: un comienzo que está llamado a desarrollarse. Al catecúmeno se
Bautismo, le pregunta: “¿Qué pides a la Iglesia de Dios?” y él responde: “¡La
Confirmación y fe!”. En todos los bautizados, niños o adultos, la fe debe crecer
Eucaristía. después del Bautismo, a través de la catequesis, de los
sacramentos y de las obras de la fe en lo cotidiano (Cf. Sant 2,14-
26).
Sacramentos de
Curación: La liturgia de la Iglesia abarca la celebración de todos los
Confesión y sacramentos que son “sacramentos de la fe”. No sólo la suponen,
Unción de los dice el Concilio Vaticano II, sino que también la alimentan y la
enfermos.
robustecen12. “Para que los hombres puedan llegar a la liturgia
es necesario que antes sean llamados a la fe y a la conversión”.
Sacramentos de Cuando se trata de bautizar a los niños, la garantía que exige la
Servicio: Orden
Iglesia es la fe de sus padres, padrinos y de la misma
Sacerdotal y
comunidad14. Esta garantía se expresa claramente en el ritual:
matrimonio.
• En el diálogo inicial “Al pedir el Bautismo para su hijo ¿saben
que se obligan a educarlo en la fe?” “Y ustedes, padrinos, ¿Están
dispuestos a ayudar a los padres en esta tarea?”.
• En las renuncias: “…pero ustedes deben esforzarse en educarlo
en la fe…” “…así pues, llevados por su fe… renuncien al pecado y
proclamen la fe en Cristo”.

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• En la profesión de fe: por tres veces los padres y padrinos
afirman: “Si, creo”.
• Antes del Bautismo: “¿Quieren, por tanto, que su hijo sea
bautizado en esta fe de la Iglesia?...” “Sí, queremos”.

EL BAUTISMO EN LA SAGRADA ESCRITURA

El agua a lo largo de las Sagradas Escrituras va perfilando el rito del


Bautismo en su sentido y significado:

I. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

1. SENTIDO DE CREACIÓN: (Gn 1, 2 "El Espíritu de Dios se movía sobre


el agua ") El agua está en el momento de la creación: con ella se
inaugura un nuevo mundo. En el agua se mueve el Espíritu,
reflejando la acción del Espíritu de Dios en las aguas bautismales.

2. DE PURIFICACIÓN: (Gn. 6,12 - 13 "Al ver Dios que había tanta maldad
en la tierra le dijo a Noé: he decidido terminar con toda la gente por
su culpa hay mucha violencia en la tierra, en el mundo, así que voy a
destruirlos a ellos y al mundo entero.") El diluvio de los cuarenta días
y cuarenta noches tiene que ver con la decisión de Dios de purificar
a la humanidad. Este signo en el que se ve el agua anticipa el carácter
purificador de las aguas bautismales, en la que el creyente queda
limpio de todos sus pecados.

3. SENTIDO DE LIBERACIÓN: (Ex 14, 22 "Los Israelitas cruzaron el mar


Rojo, pasando entre dos murallas de agua) El agua que se abre de par
en par y por la que los israelitas se ven libres de sus enemigos, dice
de la liberación de los creyentes en el agua bautismal.

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4. SENTIDO DE VIDA: (Nm 20, " El Señor dijo a Moisés: toma el bastón
y con la ayuda de tu hermano Aarón, reúne a la gente. Luego, delante
de todos, ordénale a la roca que les dé agua y verás que de la roca
brotará agua para que beban ellos y el ganado.") El agua en pleno
desierto calma la sed de los israelitas y les devuelve la vida. Así, las
aguas del bautismo dan la vida a los creyentes.

II. EN EL NUEVO TESTAMENTO

1. BAUTISMO DE JESÚS: (Mc 1, 9 "Por aquellos días Jesús salió de


Nazareth que está en la región de Galilea y Juan lo bautizó en el
Jordán.") El bautismo de Juan exige la conversión de los pecados y es
un signo de preparación para esperar al Mesías. Jesús se hace
bautizar por Juan no porque haya pecado, sino para solidarizarse con
el hermano que ha caído y restaurarlo en toda su dignidad. (Mc 10,
"En el momento de salir del agua Jesús vio que el cielo se abría y que
el Espíritu bajaba sobre él como una paloma") En el bautismo
recibimos el Espíritu Santo y además somos revestidos de su fuerza
y fortaleza para combatir el mal. (Mc 1, 11 "Se oyó una voz del cielo
que decía: Tú eres mi hijo amado a quien he elegido") En el bautismo
el creyente es reconocido por Dios como hijo suyo. Se establece una
estrecha relación entre el hombre y Dios; ahora es una relación
familiar de Padre e Hijo. En el bautismo Dios certifica su amor hacia
nosotros y nosotros, por nuestra parte, comprometemos nuestra vida
con Dios.

2. EL BAUTISMO ES UNA EXIGENCIA: (Jn 3, 5... "Jesús le dijo: te aseguro


que el que no nace de agua y del espíritu, no puede entrar en el Reino
de Dios.") El bautismo es una exigencia para acceder al Reino de Dios.

3. EL BAUTISMO ES UN MANDATO: (Mt 28,19 "Id y haced discípulos a


todas las generaciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo.") La Iglesia fiel al mandato del Señor bautiza
a sus hijos haciéndolos discípulos del Señor.

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4. EL BAUTISMO NECESARIO PARA LA SALVACIÓN: (Mc 16,16 "El que
crea y sea bautizado obtendrá la salvación, pero el que no crea será
condenado") La fe está antes del sacramento. Se bautiza a quien tenga
fe. En el caso del bautismo de niños se hace en la fe de sus padres y
padrinos.

EL BAUTISMO EN EL DERECHO DE LA IGLESIA

Para que el Bautismo sea válido se debe hacer mediante la ablución con
agua verdadera y acompañada de la forma verbal:

"N.N. YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL


HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO."

El Bautismo se ha de administrar por inmersión o por infusión.


Los padres, los padrinos y párroco no deben imponer un nombre ajeno al
sentir cristiano.
Si el niño se encuentra en peligro de muerte debe ser bautizado sin
demora; puede bautizar todo cristiano y con las debidas disposiciones e
intenciones que la misma Iglesia pide para que el Sacramento sea válido.

Para bautizar lícitamente a un niño se requiere:


1. Que los padres den su consentimiento o quien legítimamente hacen
sus veces.
2. Que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la
religión católica; si esto falta no se debe administrar el sacramento.

Con respecto a los padrinos:


1. Deben presentar al niño que va a recibir el bautismo.

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2. Deben procurar que después del Bautismo se lleve una vida cristiana
coherente.

Para que sea padrinos es necesario que:


a. Que sean elegidos por sus padres o quienes hacen sus veces.
b. Que tengan capacidad para esta misión e intención de desempeñarla.
c. Que hayan cumplido 16 años a no ser que el Obispo diga otra cosa o
que por justa causa, el párroco o el ministro considera admisible una
excepción.
d. Que sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el Santísimo
Sacramento de la Eucaristía y que de testimonio de lo que cree (que
sea casado por la Iglesia o solteros, que no esté en unión marital de
hecho).
e. Que no sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar.

Celebración

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Encuentro N° 03:
“EL RITO DEL BAUTISMO”
Instrucciones:
El catequista deberá preparar un ambiente de oración y de encuentro fraternal. Para ello,
puede valerse de la palabra de Dios, de un cirio y de lagunas cosas que crea le puedan
ayudar.
El catequista comenzará haciendo una síntesis del tema anterior, previamente
preguntará a los padres y padrinos sobre lo que recuerdan. Luego presentará el tema.
El catequista explicará el rito bautismal y los pasos que esto conlleva. Mientras desarrolla
el tema es conveniente que haga preguntas a sus oyentes y pida la participación de ellos.
El catequista invita a hacer una oración de agradecimiento por la reunión.

¿CÓMO SE REALIZA EL BAUTISMO?


El bautismo se debe realizar normalmente en la parroquia donde viven los
padres del niño que va a ser bautizado. El bautismo consta de las siguientes
partes:
I. RITO DE ACOGIDA.

1.- Notas Preliminares.

Todos deben reunirse en la puerta del templo o en otro lugar que se


les indique. El sacerdote los saluda felicitándolos por su hijo y los
invita a prepararse a la celebración del sacramento del Bautismo con
alegría. Conviene que pongan atención a estas palabras.

2.- Interrogatorio:

Sacerdote: ¿Qué nombre quieren darle ustedes a su hijo?


Papás: Dicen el nombre de su hijo

(Los padres en voz alta dicen el nombre de sus hijos)

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Sacerdote: ¿Qué piden a la Iglesia de Dios para N…?
Papás: El Bautismo.

(Los padres manifiestan su intención de que el niño sea


bautizado)

A continuación el sacerdote pregunta tanto a los padres como a


los padrinos si saben a lo que se comprometen y si están
dispuestos a asumir esa obligación. A lo que se espera que los
padres y padrinos respondan que sí.

Sacerdote: Ustedes papás que piden el Bautismo para su hijo,


deben darse cuenta de que contraen la obligación de
educarlo en la fe, para que, guardando los
mandamientos divinos, amen a Dios y a su prójimo
como Cristo nos enseñó. ¿Se dan ustedes cuenta de la
obligación que contraen?

Papás: Sí.

Sacerdote: Y ustedes padrinos, ¿Están dispuestos a ayudar a los


padres de este niño a cumplir con esa obligación?

Padrinos: Sí, Estamos dispuestos.

A continuación el que preside la celebración hace la señal de la


cruz en la frente de los niños que van a bautizar y los padres y
padrinos deben hacer lo mismo. La señal de la cruz es el distintivo

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de los cristianos (1Cor 1, 22-25). Es una expresión, con gestos, de
nuestra pertenencia a Cristo.

Sacerdote: (N), la comunidad cristiana te recibe con gran


alegría. En nombre de ella yo te marco con la señal de
la cruz. Y ustedes, papás y padrinos, hagan también
sobre ellos la señal de la cruz*.

(*La señal de la cruz la hacemos de dos maneras: Nos persignamos cuando


hacemos una cruz sobre la frente, otra sobre la boca y otra sobre el pecho mientras
decimos: Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro. Nos santiguamos cuando hacemos una sola señal de la cruz, de la
frente al pecho, del hombro izquierdo al derecho, diciendo: En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo. Estos son los dos modos de invocar el nombre de Dios
sobre nuestras personas y de manifestar nuestra consagración a Dios.)

II. LITURGIA DE LA PALABRA

Se hace la lectura de al menos una lectura de la Escritura. La Escritura es


para nosotros la palabra de vida. En ella conocemos lo que Jesús hizo y
enseñó y conocemos también las obras de Dios a favor nuestro.
A continuación el que preside tiene unas breves palabras de homilía
para destacar el don de Dios y las obligaciones que contraen padres y
padrinos.
Sigue después una breve letanía a los santos y preces por los
bautizados. Los cristianos vivos y los santos en el cielo y los difuntos en
vías de purificación construimos una sola comunidad de hermanos. Por
eso, en este momento en que unos niños van a ser admitidos en la Iglesia,
invocamos la memoria de los santos del cielo, que han sido cristianos
antes que nosotros (Hebreos 12, 1-2).

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Al concluir estas preces el sacerdote realiza una oración de exorcismo para
pedir a Dios que proteja al niño de todo mal. Finalmente el que preside
unge con el óleo de los catecúmenos al niño en el pecho, para significar esa
protección contra el mal y el pecado. (En los antiguos circos romanos se
utilizaba el aceite para esquivar los golpes del adversario).

Sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al


mundo para que nos librara del dominio de Satanás, el
espíritu del mal, y una vez arrancados de las tinieblas, nos
llevara al reino admirable de tu luz, te pedimos que en este
niño (a), libre ya del pecado original, habite el Espíritu
Santo, y sea así templo de tu majestad. Por Cristo nuestro
Señor.
Todos: Amén.

Sacerdote: (Le unge el pecho al niño diciendo:


Que sea tuya la fuerza de Cristo el Salvador, que vive y
reina por los siglos de los siglos.)
Todos: Amén.

III. LITURGIA SACRAMENTAL

Esta es la parte central de la liturgia del Bautismo.


 En primer lugar el ministro que preside bendice el agua con la que
se va a realizar el bautismo. En la oración recuerda los momentos en
que Dios ha salvado por el agua: la creación, cuando el mundo surgió
de las aguas; el diluvio, cuando las aguas sirvieron de castigo a los
pecadores y de salvación al justo Noé en el arca; el paso del Mar Rojo,
cuando los Israelitas salieron de Egipto; el mismo bautismo de Jesús,
que es el origen del sacramento; la lanzada en el costado, cuando

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salió sangre y agua del costado de Cristo. Los bautizandos entrarán
en esa historia de salvación al recibir el bautismo.

 A continuación viene la profesión de fe. Consiste en tres preguntas,


por las que los padres y padrinos en primer lugar renuncian a vivir
en el pecado, a dejarse seducir por Satanás y en otras tres preguntas
por las que afirman su fe en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu
Santo. Esta profesión de fe debe transformarse en vida. Los
padres y padrinos de los niños que la realizan en este momento
renuevan de este modo su voluntad de rechazar el mal para vivir
según la voluntad de Dios y se adhieren con confianza a la fe de la
Iglesia. Tal como podemos ver:

Sacerdote: Queridos padres y padrinos. En el sacramento del


Bautismo, el amor de Dios va a infundir, por el agua y
el Espíritu Santo, la vida nueva en estos niños, que
ustedes han presentado a la Iglesia. Procuren
educarlo de tal modo en la fe, que esa vida divina se
vea preservada del pecado y pueda desarrollarse en
él (ella) de día en día.
Así pues, movidos por la fe, si están ustedes
dispuestos a aceptar esta obligación, recordando el
compromiso de su propio bautismo, renuncien al
pecado y proclamen su fe en Jesucristo, que es la fe de
la Iglesia, en la cual su hijo va a ser bautizado.

En seguida les pregunta:

Sacerdote: ¿Renuncian ustedes a Satanás?


Papás y padrinos: Sí renuncio.

Sacerdote: ¿Renuncian a todas sus obras?


Papás y padrinos: Sí renuncio.

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Sacerdote: ¿Renuncian a todas sus seducciones?
Papás y padrinos: Sí renuncio.

Sacerdote: ¿Creen en Dios Padre todopoderoso,


creador del cielo y de la tierra?
Papás y padrinos: Sí creo.

Sacerdote: ¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, Señor


nuestro, que nació de María Virgen,
padeció, fue sepultado, resucitó de entre
los muertos y está sentado a la derecha del
Padre?
Papás y padrinos: Sí creo.

Sacerdote: ¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa


Iglesia católica, en la comunión de los
santos, en el perdón de los pecados, en la
resurrección de los muertos, y en la vida
eterna?
Papás y padrinos: Sí creo.

Sacerdote: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia,


que nos gloriamos de profesar, en
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.

 Luego cada familia se acerca a la pila bautismal para el sacramento


del bautismo. El sacerdote pregunta nuevamente a los padres su
deseo de bautizar a su hijo o hija. El bautismo consiste
fundamentalmente en derramar agua sobre la cabeza del niño o de la
niña mientras se dice: YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL
PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN. Así
mandó Jesús que se hicieran discípulos suyos (Mateo 28,19).

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Sacerdote: ¿Quieren que (N) sea bautizado en esta fe
de la Iglesia que todos juntos acabamos de
profesar?
Papás y padrinos: Sí queremos.

Sacerdote: N... YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL


PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU
SANTO.

 Terminando el bautismo se realiza la unción con el Santo Crisma. El


Santo Crisma es un aceite perfumado, que el Obispo bendice cada
año en Semana Santa. La palabra crisma significa “unción”. De esa
palabra viene también el nombre “Cristo”, que se traduce como
“Ungido”, Jesús es el Cristo porque es el Ungido por el Espíritu Santo.
Así el Santo Crisma significa la unción del Espíritu Santo en el recién
bautizado. Esa unción lo hace semejante a Cristo, lo hace “cristiano”
(cf. 1 Juan 2, 20.24-28; 2Corintios 1, 21-22).

Sacerdote: Dios todopoderoso, Padre de nuestro


Señor Jesucristo, que te ha librado del
pecado y te ha dado la nueva vida por el
agua y el Espíritu Santo, te unja con el
crisma de la salvación, para que,
incorporado a su pueblo, seas para siempre
miembro de Cristo Sacerdote, de Cristo
Profeta y de Cristo Rey.
Todos. Amén.

(Este Santo Crisma se utiliza también en la confirmación, en la ordenación de


sacerdotes y obispos y en la consagración de iglesias. Al niño se le hace la unción
en la coronilla de la cabeza.)

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 A continuación se realiza la imposición de la vestidura blanca. El
vestido tiene un valor simbólico. Los policías visten un uniforme para
ser reconocidos como servidores de la seguridad pública.
Utilizamos vestidos diversos según vayamos a una fiesta, a hacer
deporte o al trabajo. El sacerdote se pone vestiduras especiales para
celebrar la misa. El vestido refleja así una identidad, una función, una
actitud. Varios textos de la Escritura hablan del inicio de la vida
cristiana como ponerse un vestido nuevo: nos despojamos del
hombre viejo pecador para vestirnos del hombre nuevo que es Cristo
(cf. Efesios 4, 20-24; Colosenses 3, 9-10.12). Se inicia una nueva vida
para el bautizado. El que ha sido bautizado goza ya de la presencia de
Dios en su alma. Por eso el vestido blanco que se impone al niño
expresa esa realidad nueva. Lo ideal es que sea una verdadera
prenda de vestir, una túnica, un chaleco, una prenda para cubrir la
cabeza. Lo importante es que el niño no traiga ya puesta la prenda
que se le va a vestir en este momento.

Sacerdote. N. ya has sido transformado en una nueva


creatura y te has revestido de Cristo. Que esa
vestidura blanca sea para ti el símbolo de tu
nueva dignidad de cristiano. Con la ayuda de los
consejos y ejemplos de tus familiares,
consérvala sin mancha hasta la vida eterna.
Todos: Amén.

 A continuación se hace entrega de la luz. Durante la celebración


del bautismo ha estado encendido el cirio pascual, que simboliza
a Cristo resucitado, luz del mundo. Los padres y madres de los niños
bautizados han traído una vela y la encienden en este momento. Es
símbolo de la luz del evangelio, de la nueva vida divina en las
personas de los bautizados. Cristo es luz del mundo (cf. Juan 8,12).

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Gracias a él hemos sido librados del reino de las tinieblas, es decir, del
pecado y del mal, y hemos sido trasladados al reino de la luz, es decir,
de la gracia, el perdón y la santidad (Colosenses 1, 12-14). Los
cristianos somos por eso “hijos de la luz” (1 Tesalonicenses 5, 4-11).
A los padres y padrinos se les encarga mantener encendida la luz, es
decir, la vida divina en el alma del niño recién bautizado.

Sacerdote: Reciban la luz de Cristo. A ustedes padres y padrinos,


se les confía el cuidado de esta luz, a fin de que este
niño, que ha sido iluminado por Cristo, camine
siempre como hijo de la luz y, perseverando en la fe,
pueda salir al encuentro del Señor, con todos los
santos, cuando venga al final de los tiempos.

 EFFETÁ. Es un gesto opcional donde el sacerdote toca los labios y los


oídos del niño diciendo:

Sacerdote: “El Señor Jesús que hizo oír a los sordos y hablar a los
mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su palabra
y profesar la fe, para alabanza y gloria de Dios Padre.
Todos: Amén.

IV. RITOS CONCLUSIVOS

La liturgia del sacramento del bautismo concluye con la oración del Padre
nuestro. Por esta misma oración los padres y padrinos se comprometen
también a orar por sus hijos y a enseñarles a conocer a Dios y a orarle con
confianza de hijos.

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Por último el que preside la celebración invoca la bendición de Dios sobre
los padres y madres de los niños, sobre los padrinos y toda la asamblea
para que Dios los proteja en su camino.

OBSERVACIONES

 Hay que tener en cuenta en todas las celebraciones y antes de


empezar las siguientes cosas:
 La Cruz de la procesión.
 El cirio para encender el Cirio Pascual.
 Preparar los cirios, las toallas y las vestiduras blancas.
 Nombres de los niños para la letanía.
 Preparar el agua para la pila bautismal así como retirarla al
finalizar.

Celebración

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