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DIÓCESIS DE CHIMBOTE
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La catequesis Pre – bautismal es de mucha importancia para la vida cristiana, puesto que,
es el primer momento catequético que tiene la Iglesia, pueblo de Dios, con el Catecúmeno,
ya sea a través de sus padres o con él mismo.
Por eso, conviene que estos encuentros catequéticos sean lo suficiente fructíferos como
para lograr una adecuada adhesión del candidato, y de su familia, a una vida cristiana
responsable y madura.
Sería bueno que los encuentros catequéticos Pre – bautismales tuvieran una duración
proporcionada a la magnitud de la responsabilidad que implica el sacramento del
bautismo. Pero, por razones pastorales, ello no es posible.
De allí que, el presente folleto busca ser un apoyo para aquellos laicos que nos ayudan a
trabajar en la Catequesis Pre- bautismal, proporcionándoles algunos recursos
conceptuales y/o pedagógicos; así como, algunas otras ideas, para que las reuniones con
los padres y padrinos de los candidatos al Sacramento del Bautismo sea lo más
enriquecedora y pedagógica posible.
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Encuentro N° 01:
“¿QUÉ ES LO BUSCAMOS?”
Instrucciones:
El catequista deberá preparar un ambiente de oración y de encuentro fraternal. Para ello,
puede valerse de la palabra de Dios, de un cirio y de lagunas cosas que crea le puedan
ayudar.
El catequista comenzará con una sonrisa a preguntar el motivo de su asistencia y/o
intención del querer bautizar a sus niños. Para que los padres y padrinos puedan
participar.
El catequista hará una serie de aclaraciones al respecto para luego explicar el por qué se
debe bautizar uno y las exigencias que esto conlleva.
El catequista invita a hacer una oración de agradecimiento por la reunión.
Las motivaciones que inducen a las personas para bautizar a su hijo son
muy variadas. Algunas ideas que circulan entre la gente son erradas o son
inexactas. Algunas de estas razones son:
a) Si el niño no se bautiza es como un animalito, todavía no es persona.
Esa razón es falsa, pues todo ser humano es persona desde el
momento de su concepción. Al nacer es hijo de Dios por la creación.
En el bautismo será hijo de Dios por la redención y el sacramento. Al
final de los tiempos será hijo de Dios por la resurrección.
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hay que atender según los avisos médicos y de salud. Los niños
bautizados también se enferman y pueden incluso morirse si no se
atiende bien la enfermedad. El bautismo como tal no es una
protección contra las enfermedades corporales.
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educarlos en la fe que ellos mismos tienen y practican. Por eso no
tiene mucho sentido que unos padres que no son creyentes o que no
practican su fe presenten a sus hijos a bautizar. En todo caso, esos
padres que no viven como cristianos ni asisten a la iglesia, deben
aprovechar la ocasión del bautismo de su hijo para comenzar a vivir
como verdaderos discípulos de Jesús y poder así transmitir a sus hijos
la fe cristiana.
2. El papá y la mamá del niño quieren que su hijo, que ya es hijo de Dios
por haber nacido a imagen y semejanza de Dios, sea también hijo
adoptivo de Dios, por estar unido a Jesucristo. Por eso los presentan a
la Iglesia para ser bautizados,
para que reciban la gracia de ser
adoptados como hijos de Dios y
queden incorporados a la Iglesia.
En contraparte los padres se
comprometen a dar a sus hijos
una educación que corresponde
a su condición de hijos de Dios, se
comprometen a educarlos en la
fe para que aprendan a conocer a
Dios y a amar al prójimo,
cumpliendo los mandamientos.
3. El papá y la mamá quieren proteger a su hijo de todo mal espiritual, y
sobre todo del pecado. Como hemos dicho arriba el bautismo no va a
proteger al niño de enfermedades corporales, pero sí lo libra del
pecado del mundo y lo protege de caer bajo el dominio del mal. Los
niños, que no han cometido pecados personales, nacen a un mundo
marcado por el mal, la injusticia, la mentira, la violencia, el olvido de
Dios. Nacemos afectados por todos los pecados que se han cometido
en el mundo, desde el primero de Adán hasta el que se comete en
nuestros días. El niño nace como miembro de una humanidad
pecadora, y solidario en ese pecado, necesitado de ser salvado. Esa
necesidad de salvación se llama pecado original. Sólo Dios nos puede
librar de ese mal. El bautismo perdona el pecado original, es decir,
nos libera del pecado del mundo y nos vincula a Dios como hijos
suyos. Toda persona está necesitada de salvación, pues no podemos
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salvarnos a nosotros mismos; el único Salvador es Dios a través de
Jesús. El bautismo nos otorga esa salvación inicial, nos incorpora a la
Iglesia, nos hace parte de la familia de Dios. Esa necesidad de
salvación se les presenta a las personas de muy diversas maneras. Las
que se mencionan a continuación son algunas de ellas:
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Vivimos rodeados de violencia, de injusticia, de atropellos. Nos sentimos
arrastrados hacia el mal. Pareciera que hay una fuerza superior que nos
tiene cautivos en el mal. Nos sentimos impotentes y sin fuerzas para
librarnos a nosotros mismos de la esclavitud del pecado. Las Escrituras
hablan de estas circunstancias del demonio como personificación del
poder de las tinieblas que nos tiene prisioneros. ¿Hay algún poder que nos
libere del mal y nos haga libres y dueños de nosotros mismos para buscar
el bien?
Todas esas preguntas ponen en evidencia que nuestro corazón está
inquieto, que buscamos un sentido para lo que hacemos, que vamos tras la
búsqueda de una salvación. Estar salvado es sentir que la vida está segura,
que somos dueños de nuestra vida, que no corremos peligro incluso frente
a la muerte. ¿Es eso posible?
JESUCRISTO ES NUESTRA
SALVACIÓN
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enviado por Dios (Juan 8,42). En él reconocemos al Hijo de Dios, que vino
a mostrarnos el verdadero rostro, los verdaderos “sentimientos” de Dios
hacia nosotros. Ellos nos hablan acerca de todo lo que Jesús dijo e hizo. Dios
lo ungió con el poder del Espíritu Santo. Él pasó haciendo el bien y curando
a los oprimidos por el demonio, porque Dios estaba con él (Hechos 10, 38).
Sin embargo, Jesús fue ejecutado con una muerte de cruz porque las
autoridades religiosas y políticas de su tiempo se confabularon contra él y
él aceptó la muerte como precio por cumplir su misión con
responsabilidad. Pero Dios lo resucitó al tercer día, y lo mostró vivo a los
discípulos que lo habían seguido y conocido. Por eso sabemos que lo que
Jesús dijo e hizo es la verdad de Dios para con nosotros (Hechos 2, 22-24).
¿Qué dijo e hizo Jesús?
Jesús sobre todo dio testimonio
de que Dios es Padre y como tal
es misericordioso y bueno
(Mateo 6, 25-34). Dios creó el
mundo y a la humanidad por
puro amor, y nos sigue amando
incluso después que los
hombres y mujeres se alejaron
de Él a través de sus pecados y
malas acciones (Efesios 1, 3-6).
Jesucristo vino a combatir y a
vencer al mal que ha
esclavizado a los hombres.
Jesucristo luchó contra el demonio y lo venció, dándonos a todos libertad
para buscar a Dios y recibir su perdón y su amor.
En su amor Dios ofrece perdón. Es posible comenzar de nuevo delante de
Dios. Quien ha cometido faltas y errores en el pasado no tiene su vida
hipotecada para el futuro, sino que si se acoge al perdón de Dios y se
convierte, puede comenzar de nuevo una vida recta y honesta.
Jesús se acercó a los pobres, a los humildes, a los enfermos y les habló de su
dignidad como hijos de Dios (Mateo 4, 23-25). Señaló que el poder humano,
la riqueza, las influencias, la fuerza no tienen valor para Dios (Mateo 6, 19-
21). Por eso hasta los más pobres, quienes no tienen renombre, fama,
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poder, pueden acercarse a Dios, porque no somos nosotros los que no
ganamos el amor de Dios, es Dios el que intenta ganarse nuestro amor
(Mateo 11, 2-6. 25-30). No somos nosotros los que buscamos a Dios, es
Dios el que nos busca a nosotros (Lucas 15, 1-7).
Hemos nacido del amor de Dios (Efesios 2, 4-10). El mundo es un lugar que
Dios ha hecho para nosotros. La gracia de Dios nos sostiene. Dios nos ha
llamado para compartir su vida, y la felicidad que buscamos realmente se
encuentra en Dios. Dios nos hizo para que fuéramos suyos y nuestro
corazón está intranquilo hasta que encuentra descanso en Dios. Dios nos
ama tanto, que no sólo envió a su Hijo al mundo para guiarnos por el
camino de la salvación, sino que a quienes creemos en Cristo nos da el
Espíritu Santo, que es su propia vida en cada uno de nosotros (Juan 3, 16-
21). De esta manera Dios nos hace sus hijos adoptivos (Gálatas 4, 3-7).
Jesús también nos enseñó a distinguir el bien del mal (Mateo 7, 24-27). Las
normas de conducta son la luz que nos alumbra el camino para ser mejores
personas. Los mandamientos nos enseñan los males que debemos evitar
porque arruinan nuestra vida y los bienes que debemos buscar porque nos
hacen mejores personas, nos permiten alcanzar la plenitud que deseamos
en nuestro corazón (Mateo 7, 13-14).
En este mundo también hay sufrimiento y dolor. No tenemos respuesta para
explicarnos todas las formas de sufrimiento. Algunas formas de
sufrimiento proceden de las injusticias y la violencia de las personas: son
los males que nos causamos unos a otros. Jesús por eso nos llamó a la
conversión y a vivir en justicia y a considerar al prójimo nuestro hermano.
Esos males se remedian con la conversión de los que los cometen. Otras
formas de sufrimiento son los males físicos: las enfermedades, las
catástrofes naturales. Esos males son parte de nuestra condición de
criaturas mortales. Este cuerpo en que vivimos no es inmortal, por eso se
ve afectado por enfermedades y las catástrofes naturales. Jesús se acercó a
algunos enfermos de su tiempo para traerles alivio. El mal mayor que nos
puede ocurrir en el cuerpo es la misma muerte. Ni siquiera el Hijo de Dios
se vio libre de ese mal. Él aceptó su muerte como testimonio de su amor
por Dios y su amor por nosotros. Por eso su muerte nos ha traído el perdón
de los pecados, cuando Dios lo resucitó de entre los muertos. Unidos a
Jesús, nosotros también tenemos el perdón de los pecados y la vida eterna.
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¿Cómo aceptamos el mensaje de Jesús y nos unimos a él?
Quien quiere hacer suyo el mensaje de Jesús, aceptarlo como verdadero y
vivir a la luz de su palabra, debe poner su fe en él (Juan 12, 44-50).
Conocemos quién es Jesús por la palabra de la Iglesia, que es la comunidad
de los que han creído en Jesús desde el principio. La Iglesia nos enseña la
Palabra de Dios y en la Iglesia tenemos la posibilidad de aceptar la
salvación que Jesús ha traído. El bautismo es la puerta de entrada a la
Iglesia y a la vida de Dios. El bautismo es como un nuevo nacimiento (Juan
3, 5-8). Por el bautismo nos unimos a la muerte y resurrección de Jesús,
recibimos el Espíritu Santo y Dios nos reconoce como sus hijos adoptivos
(Romanos 8, 12-17). El bautismo es por eso el sacramento con el que se
inicia nuestra salvación.
Quien rechaza este mensaje de salvación, quien rehúsa a vivir según los
mandamientos de Dios, quien vive su vida como si Dios no existiera, quien
no quiere seguir el camino que lo hace mejor persona, se extravía y se
pierde (Marcos 16, 15-16). Quien cierra las ventanas de su casa para que
no entre la luz del sol, se queda en la oscuridad. Esa posibilidad es real,
pues somos personas libres también para elegir el mal en vez del bien. Esa
perdición final de la vida no es algo que Dios haya destinado para nosotros,
sino que es el resultado de nuestras propias decisiones erradas y
perversas, cuando sabemos cuál es el bien que debemos seguir y lo
rechazamos.
Por eso es necesario el bautismo: para aceptar por la fe el mensaje de
salvación que Jesús nos ha traído de parte de Dios y para entrar a participar
en esa salvación que Jesucristo ha realizado a nuestro favor.
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Instrucciones:
El Catequista pide que todos se tomen de la mano. Se puede iniciar cantando una
canción, de preferencia conocida por todos (Juntos como hermanos, tu palabra me
da vida, mi pensamiento eres tú, etc.)
Peticiones:
Señor Jesús, tú nos amas tanto que buscas pretextos para poder estar
a nuestro lado:
Ayúdanos a aceptarte en nuestras vidas, pues sentimos que
estamos lejos de ti.
Tú, Señor, nos conoces y sabes cuánto anhelamos tener paz en
nuestras vidas. Danos esa paz que sólo tú, nuestro divino creador,
sabes dar.
Bendice a nuestras familias con el don de tu amor y
proporciónanos aquello que necesitamos de ti.
Porque sólo tú eres la fuente de nuestra felicidad y de nuestra paz. Por
eso, queremos elevar nuestra plegaria hacia ti diciendo: Padre Nuestro
que estás en el cielo... Dios te salve, María… Gloria al Padre…
GUÍA DE AUTOEVALUACIÓN
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Encuentro N° 02:
“EL BAUTISMO”
Instrucciones:
El catequista deberá preparar un ambiente de oración y de encuentro fraternal. Para ello,
puede valerse de la palabra de Dios, de un cirio y de lagunas cosas que crea le puedan
ayudar.
El catequista comenzará haciendo una síntesis del tema anterior, previamente
preguntará a los padres y padrinos sobre lo que recuerdan. Luego presentará el tema.
El catequista explicará el tema y las exigencias que esto conlleva. Mientras desarrolla el
tema es conveniente que haga preguntas a sus oyentes y pida la participación de ellos.
El catequista invita a hacer una oración de agradecimiento por la reunión.
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sus discípulos a enseñar a los pueblos el camino del Evangelio y a
bautizarlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo (Mateo
28, 18-20; cf. Marcos 16, 15-16).
¿Qué obligaciones asumen los padres del niño en el
bautismo?
La celebración del bautismo de un niño es ocasión para que sus padres
renueven su propio compromiso bautismal y de vida cristiana. Por lo
tanto, el primer requisito es que los padres asuman nuevamente su
responsabilidad de vida cristiana. Al renovar su propio bautismo, los
padres del niño asumen la responsabilidad de educarlo en la fe. Eso
significa:
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cristiana. Los padrinos son el respaldo y el apoyo que los padres buscan
para realizar responsablemente esta tarea. Los padrinos deben ser
elegidos por ser buenos cristianos, por estar bautizados y también
confirmados, porque ya han hecho la primera comunión y sobre todo
porque siguen a Jesucristo día tras día ya que viven según el Evangelio.
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Recuerda que…
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Espíritu Santo. Por el Bautismo, todos los pecados son
¿Qué es un perdonados, así como todas las penas del pecado. En el Credo
signo? proclamamos: “para la remisión de los pecados”.
Es todo gesto,
Hace también de neófito “una nueva creación” (2 Cor 5,17), un
acción, palabra o
ícono que hijo adoptivo del Padre Dios, que lo hizo “partícipe de la
representa algo naturaleza divina, miembro de Cristo, coheredero con Él, y
para algunas templo del Espíritu Santo”
determinadas
El Bautismo hace de nosotros, miembros del Cuerpo de Cristo.
personas.
“Por tanto somos miembros los unos de los otros” (Ef 4,25). El
_____________ Bautismo incorpora a la Familia de Dios, la Iglesia. De las fuentes
¿Qué es la bautismales nace el único pueblo de Dios de la Nueva Alianza:
gracia “Porque en un solo Espíritu hemos sido bautizados, para no
sacramental? formar más que un cuerpo” (1 Cor 12,13).
Es una gracia Los bautizados venimos a ser “piedras vivas” para la “edificación
particular que de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo” (1 Pe 2,5). Por
confiere el el Bautismo, el Espíritu nos hace partícipes del sacerdocio de
Espíritu Santo en Cristo, de su misión profética y real: somos “linaje escogido,
cada sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las
Sacramento,
alabanzas de Aquél que nos ha llamado de las tinieblas a su luz
según la
admirable” (1 Pe 2,9). Por el Bautismo participamos en el
naturaleza de
cada uno de sacerdocio común de los fieles. El Espíritu imprime en nosotros
ellos. Así, un sello espiritual indeleble de nuestra pertenencia a Cristo: es el
tenemos que el “carácter” dado una vez por todas, por lo cual el Bautismo no
Bautismo nos puede ser reiterado. Pero sí, con la Iglesia, renovamos cada año
confiere la gracia en la Vigilia Pascual y en otras circunstancias, los compromisos
de ser hijos de que significa el ser bautizado.
Dios; la
Eucaristía, nos Hay una imprescindible vinculación entre Bautismo y comunidad
confiere la gracia eclesial. Cristo y su Espíritu, por medio del Bautismo, nos
de alimentarnos incorporan a la comunidad de la Iglesia para hacernos
de la misma explícitamente partícipes de la salvación; y por nuestra vida en
carne y sangre de
comunión eclesial, realizar la misión de ser señal e instrumento
Cristo, entre
otros.
de salvación en medio de los hombres. Dice el documento de
Aparecida: “Los fieles de este continente… en virtud de su
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bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de
Jesucristo”.
Jesús, al iniciar el anuncio de la Buena Nueva, hace una invitación
que contiene dos llamados: a la conversión y a la fe. “Se ha
¿Cuáles son
cumplido el tiempo y el Reino de Dios es inminente.
los 7
Arrepiéntanse y crean en el Evangelio” (Mc 1,15). Al despedirse
Sacramentos?
de sus discípulos, en el momento de su ascensión les deja un
Los Sacramentos mandato: “Vayan por el mundo entero y prediquen la Buena
de la iglesia son y
Nueva a toda criatura. El que crea y se bautice se salvará” (Mc
están divididos en
16,15-16).
3 grupos a saber:
La fe tiene necesidad de la comunidad de los creyentes. Sólo en
la fe de la Iglesia puede crecer cada uno de los fieles. La fe que se
Sacramentos de
requiere para el Bautismo no es una fe perfecta y madura, sino
Iniciación
Cristiana: un comienzo que está llamado a desarrollarse. Al catecúmeno se
Bautismo, le pregunta: “¿Qué pides a la Iglesia de Dios?” y él responde: “¡La
Confirmación y fe!”. En todos los bautizados, niños o adultos, la fe debe crecer
Eucaristía. después del Bautismo, a través de la catequesis, de los
sacramentos y de las obras de la fe en lo cotidiano (Cf. Sant 2,14-
26).
Sacramentos de
Curación: La liturgia de la Iglesia abarca la celebración de todos los
Confesión y sacramentos que son “sacramentos de la fe”. No sólo la suponen,
Unción de los dice el Concilio Vaticano II, sino que también la alimentan y la
enfermos.
robustecen12. “Para que los hombres puedan llegar a la liturgia
es necesario que antes sean llamados a la fe y a la conversión”.
Sacramentos de Cuando se trata de bautizar a los niños, la garantía que exige la
Servicio: Orden
Iglesia es la fe de sus padres, padrinos y de la misma
Sacerdotal y
comunidad14. Esta garantía se expresa claramente en el ritual:
matrimonio.
• En el diálogo inicial “Al pedir el Bautismo para su hijo ¿saben
que se obligan a educarlo en la fe?” “Y ustedes, padrinos, ¿Están
dispuestos a ayudar a los padres en esta tarea?”.
• En las renuncias: “…pero ustedes deben esforzarse en educarlo
en la fe…” “…así pues, llevados por su fe… renuncien al pecado y
proclamen la fe en Cristo”.
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• En la profesión de fe: por tres veces los padres y padrinos
afirman: “Si, creo”.
• Antes del Bautismo: “¿Quieren, por tanto, que su hijo sea
bautizado en esta fe de la Iglesia?...” “Sí, queremos”.
I. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
2. DE PURIFICACIÓN: (Gn. 6,12 - 13 "Al ver Dios que había tanta maldad
en la tierra le dijo a Noé: he decidido terminar con toda la gente por
su culpa hay mucha violencia en la tierra, en el mundo, así que voy a
destruirlos a ellos y al mundo entero.") El diluvio de los cuarenta días
y cuarenta noches tiene que ver con la decisión de Dios de purificar
a la humanidad. Este signo en el que se ve el agua anticipa el carácter
purificador de las aguas bautismales, en la que el creyente queda
limpio de todos sus pecados.
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4. SENTIDO DE VIDA: (Nm 20, " El Señor dijo a Moisés: toma el bastón
y con la ayuda de tu hermano Aarón, reúne a la gente. Luego, delante
de todos, ordénale a la roca que les dé agua y verás que de la roca
brotará agua para que beban ellos y el ganado.") El agua en pleno
desierto calma la sed de los israelitas y les devuelve la vida. Así, las
aguas del bautismo dan la vida a los creyentes.
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4. EL BAUTISMO NECESARIO PARA LA SALVACIÓN: (Mc 16,16 "El que
crea y sea bautizado obtendrá la salvación, pero el que no crea será
condenado") La fe está antes del sacramento. Se bautiza a quien tenga
fe. En el caso del bautismo de niños se hace en la fe de sus padres y
padrinos.
Para que el Bautismo sea válido se debe hacer mediante la ablución con
agua verdadera y acompañada de la forma verbal:
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2. Deben procurar que después del Bautismo se lleve una vida cristiana
coherente.
Celebración
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Encuentro N° 03:
“EL RITO DEL BAUTISMO”
Instrucciones:
El catequista deberá preparar un ambiente de oración y de encuentro fraternal. Para ello,
puede valerse de la palabra de Dios, de un cirio y de lagunas cosas que crea le puedan
ayudar.
El catequista comenzará haciendo una síntesis del tema anterior, previamente
preguntará a los padres y padrinos sobre lo que recuerdan. Luego presentará el tema.
El catequista explicará el rito bautismal y los pasos que esto conlleva. Mientras desarrolla
el tema es conveniente que haga preguntas a sus oyentes y pida la participación de ellos.
El catequista invita a hacer una oración de agradecimiento por la reunión.
2.- Interrogatorio:
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Sacerdote: ¿Qué piden a la Iglesia de Dios para N…?
Papás: El Bautismo.
Papás: Sí.
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de los cristianos (1Cor 1, 22-25). Es una expresión, con gestos, de
nuestra pertenencia a Cristo.
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Al concluir estas preces el sacerdote realiza una oración de exorcismo para
pedir a Dios que proteja al niño de todo mal. Finalmente el que preside
unge con el óleo de los catecúmenos al niño en el pecho, para significar esa
protección contra el mal y el pecado. (En los antiguos circos romanos se
utilizaba el aceite para esquivar los golpes del adversario).
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salió sangre y agua del costado de Cristo. Los bautizandos entrarán
en esa historia de salvación al recibir el bautismo.
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Sacerdote: ¿Renuncian a todas sus seducciones?
Papás y padrinos: Sí renuncio.
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Sacerdote: ¿Quieren que (N) sea bautizado en esta fe
de la Iglesia que todos juntos acabamos de
profesar?
Papás y padrinos: Sí queremos.
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A continuación se realiza la imposición de la vestidura blanca. El
vestido tiene un valor simbólico. Los policías visten un uniforme para
ser reconocidos como servidores de la seguridad pública.
Utilizamos vestidos diversos según vayamos a una fiesta, a hacer
deporte o al trabajo. El sacerdote se pone vestiduras especiales para
celebrar la misa. El vestido refleja así una identidad, una función, una
actitud. Varios textos de la Escritura hablan del inicio de la vida
cristiana como ponerse un vestido nuevo: nos despojamos del
hombre viejo pecador para vestirnos del hombre nuevo que es Cristo
(cf. Efesios 4, 20-24; Colosenses 3, 9-10.12). Se inicia una nueva vida
para el bautizado. El que ha sido bautizado goza ya de la presencia de
Dios en su alma. Por eso el vestido blanco que se impone al niño
expresa esa realidad nueva. Lo ideal es que sea una verdadera
prenda de vestir, una túnica, un chaleco, una prenda para cubrir la
cabeza. Lo importante es que el niño no traiga ya puesta la prenda
que se le va a vestir en este momento.
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Gracias a él hemos sido librados del reino de las tinieblas, es decir, del
pecado y del mal, y hemos sido trasladados al reino de la luz, es decir,
de la gracia, el perdón y la santidad (Colosenses 1, 12-14). Los
cristianos somos por eso “hijos de la luz” (1 Tesalonicenses 5, 4-11).
A los padres y padrinos se les encarga mantener encendida la luz, es
decir, la vida divina en el alma del niño recién bautizado.
Sacerdote: “El Señor Jesús que hizo oír a los sordos y hablar a los
mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su palabra
y profesar la fe, para alabanza y gloria de Dios Padre.
Todos: Amén.
La liturgia del sacramento del bautismo concluye con la oración del Padre
nuestro. Por esta misma oración los padres y padrinos se comprometen
también a orar por sus hijos y a enseñarles a conocer a Dios y a orarle con
confianza de hijos.
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Por último el que preside la celebración invoca la bendición de Dios sobre
los padres y madres de los niños, sobre los padrinos y toda la asamblea
para que Dios los proteja en su camino.
OBSERVACIONES
Celebración
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