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Índice

Contenido
Domingo de Ramos ............................................................................................................................3
Jueves Santo.......................................................................................................................................5
Viernes Santo .....................................................................................................................................8
Vigilia Pascual .................................................................................................................................11
Cantos Para El Domingo De Ramos ............................................................................................15
Cantos Para El Jueves Santo ........................................................................................................16
Cantos Para El Viacrucis ................................................................................................................17
Cantos Para La Vigilia Pascual......................................................................................................18
LAS SIETE PALABRAS ....................................................................................................................19
TEMAS .............................................................................................................................................25
Viacrusis ............................................................................................. ¡Error! Marcador no definido.

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

La Semana Santa precedida por un ministro Laico

Domingo de Ramos
“De la Pasión del Señor”

Reunidos en el lugar para la bendición de Palmas, el ministro dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.


Se dice una exhortación (tomada del Misal Mensual o Ritual de Semana Santa)
Oración
Se hace una breve pausa para orar en silencio, prosigue sin extender las manos y sin hacer la signación
sobre los ramos, diciendo:

Aumenta Señor, la fe de los que esperan en ti y escucha con bondad las súplicas de
quienes te invocan para que, al presentar hoy nuestros ramos a Cristo victorioso, demos
para ti en él frutos de buenas obras. Él que vive y reina por los siglos de los Siglos.
R. Amén
Y, en silencio, rocía los ramos con agua bendita. Al término de la aspersión proclama el evangelio sin
signar ni besar el libro. El Evangelio lo toma del Misal Mensual o del Ritual de Semana Santa.

Después del Evangelio, si se cree oportuno, puede tenerse una breve reflexión. Al iniciar la procesión,
el celebrador puede hacer una exhortación con estas palabras u otras parecidas.

Queridos Hermanos:
Como la muchedumbre que aclamaba a Jesús, acompañemos también nosotros, con
júbilo al Señor.
Y se inicia la procesión hacia el lugar donde va a celebrarse la liturgia. Va delante la cruz adornada
(con ramos) y, a su lado dos acólitos con velas encendidas. Sigue luego el celebrador y, detrás de él, los fieles
con ramos en las manos. Al avanzar la procesión, el coro y el pueblo entonan cantos o salmos apropiados.

Oración Colecta
Primera Lectura Isaias 50, 4-7
Salmo Responsorial Salmo 21
Segunda Lectura Flp. 2, 6-11
Aclamación antes del Evangelio
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según…
No se hace al principio el saludo para la lectura de la Pasión del Señor. Cuando se hace por tres lectores, debe
reservar al celebrador la parte correspondiente a Cristo.

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

La señal de la cruz, +, se refiere a Cristo; la C, al cronista, y la S, a la sinagoga

Credo
Oración Universal
Después de la oración universal se traslada el copón con el Santísimo Sacramento hacia el altar

Rito de la Comunión
Después el celebrador, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro:

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos


atrevemos a decir:
Padre nuestro……
Dense fraternalmente la paz.
A continuación, el celebrador hace genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo diciendo :

Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena
del Señor
El celebrador dice junto con el pueblo:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme
Se inicia el canto de comunión.

Después toma el copón, se acerca a los que quieren comulgar y elevando un poco la hostia, la muestra a cada
uno y dice:

El cuerpo de Cristo
Después de la comunión se guarda un silencio sagrado, también se puede cantar un canto de acción de
gracias.

Oración después de la Comunión


Avisos
Después el celebrador invoca la bendición de Dios y se santigua, diciendo:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
Luego el celebrador despide al pueblo:

La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Pueden ir en paz


R. Demos gracias a Dios
Se entona el canto de salida. Después el celebrador, hecha la debida reverencia, se retira.

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

Jueves Santo
Celebración Vespertina de la Cena del Señor

Saludo inicial
Terminando el canto de entrada, se puede hace runa monición para orientar la celebración
Después de la monición (si la hay) el celebrador dice:

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Para el saludo a la comunidad pueden utilizarse las siguientes fórmulas:

Hermanos, bendigan al Señor, que nos invita benignamente a la mesa del Cuerpo de Cristo.

Todos responden:

Bendito seas por siempre, Señor.

O bien:
Los saludo a todos ustedes como delegado de nuestro párroco. En su ausencia nos
reunimos para celebrar el día del Señor, alimentando nuestra vida con la Palabra de Dios y
con el Cuerpo de Cristo. Alabemos juntos el nombre del Señor.

Todos responden:

Bendito seas por siempre, Señor.

Acto penitencial

Hermanos: Para participar con fruto en esta celebración, reconozcamos nuestros pecados.

Se hace una breve pausa en silencio.

Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por
eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos, y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.

El celebrador concluye con la siguiente plegaria:

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a
la vida eterna.
Se entona el canto del Gloria.
Mientras se canta, se tocan las campanas. Terminado el canto, las campanas no vuelven a tocarse hasta la
Vigilia Pascual.

Oración colecta

Se hace una breve pausa para orar en silencio.

Primera lectura Éxodo 12, 1-8.11-14


Salmo Responsorial Salmo 115
Segunda Lectura Corintios 11, 23-26

Aclamación antes del Evangelio


Evangelio Jn 13, 1-15

Reflexión

En la homilía se exponen los grandes hechos que se recuerdan en esa celebración, es decir; la institución de la
Sagrada Eucaristía, el orden Sacerdotal y el mandato del Señor sobre la caridad fraterna. Después de la
homilía se hace el lavatorio de los pies.

Lavatorio de los pies

Los varones designados para el rito van, acompañados por el celebrador, a ocupar los asientos preparados
para ellos en un lugar visible. El celebrador se acerca a cada uno de ellos y les lava los pies y se los seca.

Después de la oración universal se traslada el copón con el Santísimo Sacramento hacia el altar

Rito de la comunión

Después el celebrador, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro:

Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Cristo nos
enseñó:
Padre nuestro….
Dense fraternalmente la paz.

A continuación, el celebrador hace genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo diciendo:

Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena
del Señor

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

El celebrador dice junto con el pueblo:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Se entona el canto de comunión.


Después toma el copón, se acerca a los que quieren comulgar y elevando un poco la hostia, la muestra a cada
uno y dice:

El cuerpo de Cristo

Después de la comunión se guarda un silencio sagrado, también se puede cantar un canto de acción de
gracias.

Oración después de la Comunión

Translación del Santísimo

Si se va a trasladar el Santísimo, se hace inmediatamente después de la Oración.

Exhórtese a los fieles, según las circunstancias, a dedicar alguna parte de su tiempo, en la noche, a la
adoración delante del Santísimo Sacramento.

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

Viernes Santo
De la Pasión del Señor

El altar debe estar desnudo por completo, sin cruz, sin candelabros y sin manteles.

Se debe de realizar después del mediodía, alrededor de las tres de la tarde, a no ser que por razón pastoral se
elija una hora más avanzada
(N:B Hay que escoger una hora en que la mayoría de la gente se pueda asistir y que no dé más importancia
al Vía crucis que a esta celebración litúrgica que debe ser lo principal ), se celebra la Pasión del Señor, que
consta de tres partes . Liturgia de la Palabra, Adoración de la Cruz y Sagrada Comunión.

Entrada en silencio

No se canta ningún canto de entrada.

El celebrador se dirige al altar, hecha debida reverencia, se arrodilla, y todos oran en silencio durante algún
espacio de tempo. Después se dirige a su lugar donde dice la siguiente oración.

*No se dice “Oremos”

Primera Lectura Isaías 52, 13-53, 12


Salmo Responsorial Salmo 30
Segunda Lectura Hebreos 4, 14-16; 5, 7-9

Aclamación antes del Evangelio


La señal de la,+ se refiere a Cristo; la C, al cronista, y la S, a la sinagoga.
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan

Después de la lectura de la Pasión, puede tener una breve reflexión, después de la cual puede exhortar a los
fieles a orar durante un breve espacio de tiempo.

Oración Universal

La oración Universal se hace de esta manera: un ayudante, junto al ambón, dice el invitatorio, en el cual se
expresa la intención. Enseguida oran todos en silencio durante un breve espacio de tiempo y luego el
celebrador, de pie en su lugar o ante el altar, dice la oración. Los fieles pueden permanecer arrodillados o de
pie durante todo el tiempo de las oraciones. Solamente el Obispo tiene derecho a añadir alguna intención
especial a la Oración Universal de este día: el celebrador no debe cambiar esta Oración Universal.

Presentación de la Santa Cruz

Terminada la Oración Universal, se hace la presentación solemne de la Santa Cruz. De las dos formas que se
proponen a continuación para el descubrimiento de la cruz, elíjase la que se juzgue más apropiada, de acuerdo
a las circunstancias.

Segunda forma: procesión con la cruz sin velo

El celebrador va a la puerta del templo juntamente con los acólitos.

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

Ahí recibe la cruz ya descubierta. Los acólitos toman las velas encendidas, y todos avanzan en forma de
procesión hacia el presbiterio a través del templo.
Cerca de la puerta del templo, el que lleva la cruz la levanta y canta el invitatorio “Mirad el árbol de la Cruz”.
Todos responden “Venid y adoremos” y se arrodillan después de la respuesta, adorando un momento en
silencio. Esto mismo se repite a la mitad de la Iglesia y a la entrada del presbiterio.
Enseguida se coloca la cruz a la entrada del presbiterio y se ponen a sus lados las velas encendidas.

Invitatorio al presentar la Santa cruz

Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavado Cristo, el Salvador del mundo.

R. Venid y adoremos.

Adoración de la Santa Cruz

El celebrador y luego los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, haciendo delante de ella una
genuflexión simple y besándola según la costumbre de la región.

Mientras tanto, se canta la antífona “Tu cruz adoramos”, los Improperios, u otros cánticos apropiados. Todo
conforme van terminando de adorar la cruz, regresan a su lugar y se sientan.

Expóngase solamente una cruz a la adoración de los fieles. Si por el gran número de asistentes no todos
pudieren acercarse, el Celebrador después de que una parte de los fieles haya hecho la adoración, toma la cruz
y, de pie ante el altar, invita a todo el Pueblo, con breves palabras, a adorar la Santa Cruz. Luego la levanta en
alto por un momento, para que los fieles la adoren en silencio.

Terminada la adoración, la cruz es llevada al altar y puesta en su lugar. Los ciriales encendidos son colocados
a los lados del altar o junto a la cruz.

Colecta para la Tierra Santa

En este día se toma una colecta que se entrega al Papa a través del Párroco, para mantener los lugares
sagrados de la tierra santa. Esta colecta no se debe tomar junto con la adoración de la Santa Cruz. Se puede
tomar en este momento o al final de la celebración.

Después de la oración universal se traslada el copón con el Santísimo Sacramento hacia el altar

Sagrada Comunión

Se extiende un mantel sobre el altar y se pone sobre él un corporal. Enseguida el celebrador trae al Santísimo
al altar mientras todos permanecen de pie y en silencio.

Después el celebrador, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro.

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro….

Se omite el rito de la paz

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

A continuación, el celebrador hace genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo diciendo:

Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena del Señor

Se entona el canto de comunión.


Después toma el copón, se acerca a los que quieren comulgar y elevando un poco la hostia, la muestra a cada
uno y dice:

El cuerpo de Cristo

Después de la comunión se guarda un silencio sagrado, también se puede cantar un canto de acción de
gracias.

Acabada la comunión se guarda el Santísimo en el lugar designado o en la misma capilla.

Oración después de la Comunión.

Dios todopoderoso y eterno, que nos ha redimido con la gloriosa muerte y resurrección de
Jesucristo, por medio de nuestra participación en este sacramento prosigue entre nosotros la
obra de tu amor y ayúdanos a vivir entregados siempre a tu servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
Después el celebrador invoca la bendición de Dios y se santigua, diciendo:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

Todos responden:

Amén.

Luego el celebrador despide al pueblo diciendo:

En el nombre del Señor, pueden ir en paz.

R. Demos gracias a Dios

Todos se retiran en silencio (no hay canto de salida). A su debido tiempo se desnuda el altar

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

Vigilia Pascual

Primera parte: Lucernario


Se apagan todas las luces de la Iglesia. En un lugar adecuado, fuera de la iglesia, se junta el pueblo y se
enciende el fuego. Llega el celebrador con el cirio pascual, ya preparado con el año y los clavos como
indicado en el misal, y saluda al pueblo:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Exhortación

Enseguida se rocía el fuego con agua bendita:

Al finalizar la oración, el celebrante toma el cirio y con un punzón, graba una cruz en el cirio. Después traza
sobre él la letra griega Alfa y, debajo, la letra Omega; entre los brazos de la cruz traza los números del año en
curso, mientras dice:

1. Cristo Ayer y hoy A


Traza la línea vertical
 
2. Principio y fin
Traza la línea horizontal

3. Alfa
 
Traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical

4. y Omega
Traza la letra Omega, debajo de la línea vertical

5. Suyo es el tiempo
Traza el primer número del año en curso, en el ángulo superior izquierdo de la cruz

6. y la eternidad
Traza el segundo número del año en el ángulo inferior izquierdo

7. A él la gloria y el poder
Traza el tercer número del año en el ángulo inferior izquierdo

8. por los siglos de los siglos. Amén


Traza el cuarto número del año en el ángulo inferior derecho.

Después de haber trazado la cruz y los demás signos, el celebrante puede incrustar en el cirio cinco granos de
incienso, en forma de cruz, diciendo al mismo tiempo:
1
11

4 2 5
La Semana Santa precedida por un ministro Laico

1. Por sus santas llagas


2. Gloriosas
3. Nos proteja
4. Y nos guarde Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El celebrante enciende el cirio pascual con el fuego nuevo, diciendo:

Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de
nuestro espíritu.

A continuación el celebrador toma el cirio pascual y, manteniéndole elevado, canta él sólo:

Cristo luz del mundo.

R. Demos gracias a Dios.

Todos entran en la iglesia, precedidos por el celebrador que lleva el cirio pascual.

En la puerta de la Iglesia, el celebrador se detiene y elevando el cirio canta por segunda vez.

Cristo luz del mundo.

R. Demos gracias a Dios.

En este momento todos encienden sus velas en la llama del cirio y avanzan de nuevo. Al llegar al altar, el
celebrador canta por tercera vez

Cristo luz del mundo.

R. Demos gracias a Dios.

Entonces se encienden las luces el templo, a excepción de las velas del altar. El pueblo permanece de pie,
teniendo en sus manos las velas encendidas.

Pregón Pascual

Liturgia de la Palabra

En esta Vigilia, se proponen nueve lecturas: siete del Antiguo Testamento y dos del nuevo (La Epístola y el
Evangelio). Por razones pastorales puede reducirse el número de lecturas del Antiguo Testamento. Deben
leerse, por lo menos, tres lecturas del Antiguo Testamento. Nunca se omita la tercera lectura, tomada del
capítulo 14 de Éxodo.

Terminado el pregón, todos apagan sus velas y se sientan. Antes de comenzar las lecturas, el celebrador
exhorta a la asamblea con estas palabras u otras semejantes:

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

Siguen luego las lecturas. Un lector va al ambón y lee la primera lectura. Después del salmista dice el salmo.
Enseguida todos se levantan, el celebrador dice oremos y después de que todos han orado en silencio durante
unos momentos, dice la oración colecta. Lo mismo se hace en cada lectura.
En lugar de decir el salmo responsorial, se puede guardar un breve espacio de silencio para hacer oración. En
este caso se omite la pausa después del “oremos”.

Gloria

Terminando la última lectura del Antiguo Testamento, con su oración, se encienden las velas del altar. Se
entona solemnemente el Gloria y se tocan las campanas. Texto y cantos del Gloria.

EPÍSTOLA Rm. 6, 3-11

Aleluya y Salmo después de la Epístola

Terminada la epístola, todos se ponen de pie y el celebrador entona el Aleluya, que todos repiten. Luego un
salmista dice el salmo al que el pueblo responda. Aleluya.

Evangelio Mc. 16, 1-7

Después del Evangelio se tiene la Homilía y se pasa a la Bendición del Agua.

Renovación de las promesas Bautismales

Oración Universal

No se dice Credo.

Rito de la comunión

Después el celebrador, de pie, inicia la oración del Padre Nuestro:

Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Cristo nos
enseñó:

Padre nuestro….

Dense fraternalmente la paz.

A continuación, el celebrador hace genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola un poco elevada sobre el
copón, la muestra al pueblo diciendo:

Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena
del Señor

El celebrador dice junto con el pueblo:

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La Semana Santa precedida por un ministro Laico

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Se entona el canto de comunión.

Oración después de la Comunión

En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.

Después el celebrador invoca la bendición de Dios y se santigua, diciendo:

El señor omnipotente y misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y guarde.

Todos responden:

Amén.

Luego el celebrador despide al pueblo:

La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.

O bien:

R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.

Se entona el canto de salida.


Después el celebrador, hecha la debida reverencia, se retira.

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Cantoral para Semana Santa
Cantos Para El Domingo De Ramos

QUE VIVA MI CRISTO Esta alegría, este encuentro.... su Sangre nos da sin cesar.
QUE VIVA MI CRISTO, A EDIFICAR LA IGLESIA
QUE VIVA MI REY A EDIFICAR LA IGLEIA (3) MI PENSAMIENTO
QUE IMPERE DOQUIERA DEL SEÑOR.
TRIUNFANTE SU LEY (2) HERMANO VEN AYÚDAME, Mi pensamiento eres Tú Señor (3)
VIVA CRISTO REY (2) HERMANA VEN AYÚDAME, mi pensamiento eres Tú.
Mexicanos un Padre tenemos A EDIFICAR LA IGLESIA
que nos dio de la patria la unión, DEL SEÑOR. PORQUE TÚ ME HAS DADO
a ese Padre gozosos cantemos, LA VIDA, PORQUE TÚ
empuñando con fe su pendón. Yo soy la Iglesia, ME HAS DADO EL CORAZÓN,
tú eres la Iglesia, PORQUE TÚ ME HAS DADO
Demos gracias al Padre que ha somos la Iglesia del Señor.
CARIÑO, ME HAS DADO AMOR.
hecho, Hermanos ven ayúdame...
(2)
que tengamos de herencia la luz
y podamos vivir en el reino VIVA LA FE
que su Hijo nos dio por la cruz. VIVA LA FE,
Mi fortaleza, mi alegría,
VIVA LA ESPERANZA,
Dios le dio el poder, la victoria, VIVA EL AMOR (3) mi esperanza, etc.
pueblos todos venid y alabad QUE VIVA CRISTO,
a este Rey de los cielos y tierra QUE VIVA CRISTO, TU REINARAS
en quien solo tenemos la paz. QUE VIVA EL REY. Tú reinarás, este es el grito
que ardiente exhala nuestra fe,
Rey eterno, Rey universal, Que viva Cristo, Tú reinarás, Oh Rey Bendito,
en quien todo ya se restauró, que viva, que viva Cristo,
pues Tú dijiste reinaré.
te rogamos que todos los pueblos que viva Cristo,
sean unidos en un solo amor. que viva el Rey. (2)
REINE JESÚS POR SIEMPRE
ALABARÉ BENDITO, BENDITO REINE SU CORAZÓN,
ALABARÉ, ALABARÉ (2) BENDITO, BENDITO
EN NUESTRA PATRIA,
ALABARÉ A MI SEÑOR (BIS) BENDITO SEA DIOS,
EN NUESTRO SUELO,
- LOS ÁNGELES CANTAN
Juan vio el número de los redimidos QUE ES DE MARÍA LA NACIÓN
Y ALABAN A DIOS.(2)
y todos alababan al Señor (2)
unos oraban, otros cantaban Yo creo, Jesús mío,
y todos alababan al Señor. Tú reinarás, dulce esperanza,
que estás en el altar que al alma llena de placer,
Oculto en la hostia habrá por fin paz y bonanza,
Somos tus hijos Dios Padre eterno
Tú nos has creado con amor, te vengo a adorar. felicidad habrá doquier.
te alabamos, te bendecimos
y todos cantamos en tu honor. Tu reinarás, dichosa era,
Espero, Jesús mío, dichoso el pueblo con tal Rey;
ESTE GOZO en tu suma bondad será tu luz nuestra bandera
Este gozo no va a pasar (3) Poder recibirte con fe y caridad. y nuestra ley tu amor será.
porque está dentro de mi corazón.
Por el amor al hombre Tu reinarás en este suelo:
EL FUEGO CAE, CAE, moriste en una cruz, y al cáliz bajaste te prometemos nuestro amor;
LOS MALES SALEN, SALEN por nuestra salud. Oh buen Jesús, danos consuelo,
Y EL CREYENTE ALABA en este valle de dolor.
AL SEÑOR. (2) Jesús, Rey del cielo,
está en el altar. Su Cuerpo,

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Cantoral para Semana Santa
Cantos Para El Jueves Santo

SI YO NO TENGO AMOR y tu nos llenas con tu amor. carpintero se alegró,


SI YO NO TENGO AMOR, Señor, oh, oh, oh... trabajando en su taller,
YO NADA SOY SEÑOR (2). con sus manos Cristo obrero trabajó.
CUMPLIREMOS JUNTOS
El amor es comprensivo, UN NUEVO MANDATO, El Señor nos da su amor
el amor es servicial, DE AMARNOS CADA DIA MAS como nadie nos lo dio.
el amor no tiene envidia, Y MÁS SEÑOR, Era tan grande y tan hondo
el amor no busca el mal. que murió sobre una cruz,
CUMPLIREMOS JUNTOS era tan fuerte su amor,
El amor nunca se irrita, UN NUEVO MANDATO, que de la muerte triunfó.
el amor no es descortés, Y ASÍ LA VIDA EN ESTE De la tumba sale libre y vencedor.
el amor no es egoísta, MUNDO CAMBIARÁ,
el amor nunca es doblez. SEÑOR. OH, OH , OH...

Hoy Señor nos das tu amor UN MANDAMIENTO NUEVO


El amor disculpa todo,
como nadie nos los dio, UN MANDAMIENTO NUEVO
el amor es caridad, NOS DA EL SEÑOR
no se alegra de lo injusto, tu nos guías como estrellas
QUE NOS AMEMOS TODOS
solo goza en la verdad. en esta inmensa oscuridad.
COMO ÉL NOS AMO.(2)
Este pan que tu nos das
GLORIA es el pan de unidad, La señal de los cristianos
GLORIA AL SEÑOR, es tu cuerpo es tu sangre, es amarse como hermanos.
QUE REINA EN EL CIELO, es vida y eternidad.
Y EN LA TIERRA PAZ Señor, oh, oh, oh... Perdonemos al hermano
A LOS HOMBRES QUE AMA EL. como Él mismo nos perdona.
Señor te alabamos, ES MI CUERPO
Señor te bendecimos, ES MI CUERPO Lo que hacemos al hermano
Todos te adoramos, TOMAD Y COMED, a Dios mismo se lo hacemos.
gracias por tu gloria. ES MI SANGRE,
TOMAD Y BEBED, Es cristiano aquél que sirve
Tú eres el cordero, PORQUE YO SOY VIDA con amor a sus hermanos.
Que quitas el pecado, YO SOY AMOR, OH SEÑOR
NOS REUNIREMOS AMÉMONOS DE CORAZÓN
ten piedad de nosotros
EN TU AMOR. AMÉMONOS DE CORAZÓN
y escucha nuestra oración. NO DE LABIOS, NI DE OIDOS (2)
PARA CUANDO CRISTO VENGA
Tú solo eres Santo, El Señor nos da su amor (2)
Tu solo el Altísimo, como nadie nos lo dio. NOS ENCUENTRE PREPARADOS
ten piedad de nosotros El nos guía como estrella
y escucha nuestra oración. en la inmensa oscuridad. ¿Cómo tú puedes orar
Al partir juntos el pan, enojado con tu hermano? (2)
CUMPLIREMOS JUNTOS él nos llena de su amor. - Dios no oye la oración (2)
Hoy Señor nos das tu amor, Pan de Dios el pan comamos ni no estás reconciliado. Bis)
como nadie nos lo dio, de amistad.
tu nos guías como estrellas ¿Qué recompensa tendrás,
en esta inmensa oscuridad. Cristo nos ha preguntado? (2)
Al partir junto el pan, El Señor nos da su amor - Si te dispones amar (2)
como nadie nos lo dio. Solo para ser amado (Bis)
que lo hacemos con fervor,
nos das vida y fuerza Como todos sus amigos
trabaja en Nazareth,

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Cantoral para Semana Santa

Cantos Para El Viacrucis

PERDÓN OH DIOS MIO Y EN MEDIO DE LADRONES ÉL


Por la abertura de tu costado, MURIO EN LA CRUZ.
PERDÓN OH DIOS MIO no estés eternamente enojado PERO EL MUNDO AUN NO
PERDÓN Y CLEMENCIA Perdónale Señor. CONOCE A ESE JESÚS
PERDÓN E INDULGENCIA QUE AMABA EL PECADOR.
PERDÓN Y PIEDAD. (2)
UNA MAÑANA EL SACRIFICIO.
Pequé ya mi alma, Su culpa confiesa, En la cruz del calvario, fue clavado
mil veces me pesa de tanta maldad. Una mañana cerca del mar,
Jesús, y todos mis pecados,
Mil veces me pesa de haber apareció un joven Galileo.
los borró mi Jesús.
obstinado tu pecho rasgado, Oh suma Nadie podía imaginar
bondad. que otro pudiese amar EL SACRIFICIO QUE JESÚS
así como el amaba. HIZO EN LA CRUZ POR TI POR
Yo fui quien del duro madero Era sencillo al conversar MI,
inclemente llegaba al corazón
ES PRUEBA DE SU AMOR,
Te puso pendiente, con vil impiedad. de quien lo escuchaba
QUE HOY PODEMOS OBTENER
Por mí en el tormento tu sangre
(2).
vertiste Y SU NOMBRE ERA
Y prenda me diste de amor y JESÚS DE NAZARETH
Ahora vivo seguro, y con él moraré,
humildad. Y SU FAMA SE ESPARCIO
viviré para Cristo, y con él reinaré.
TODOS QUERÍAN VER
Y yo en recompensa pecado a AL PROFETA QUE TENÍA
pecado TANTO AMOR YO NO SOY NADA
la copa he llenado de iniquidad. Y AMABA AL PECADOR. Yo no soy nada y del polvo nací,
Mas ya arrepentido te busco lloroso, pero tu me amas y moriste por mí.
Oh padre amoroso, Oh Dios de En esas playas en ese mar, Ante la cruz sólo puedo exclamar:
bondad. en ese río en casa de Zaqueo, tuyo soy, tuyo soy,
en los caminos bajo aquel sol
el mundo iba a buscar TOMA MIS MANOS, TE PIDO
PERDONA A TU PUEBLO
la luz de su doctrina. TOMA MIS LABIOS, TE AMO
PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR Sus expresiones, su claridad TOMA MI VIDA, OH PADRE
PERDONA A TU PUEBLO henchían el corazón TUYO SOY, TUYO SOY.
PERDÓNALE SEÑOR. de una fuerza divina.
Cuando de rodillas te miro Jesús,
No estés eternamente enojado, En esos valles, en ese hogar, veo tu grandeza y mi pequeñez,
no estés eternamente enojado. en ese pozo en casa de Simón, que puedo darte yo, sólo mi ser,
Perdónale Señor. ese monte al atardecer tuyo soy, tuyo soy.
el mundo vio nacer
Por tus profundas llagas crueles las bienaventuranzas.
Por tus salivas y por tus hieles. Y paciencia al perdonar ENTRE TUS MANOS.
Perdónale Señor. del pueblo el corazón ENTRE TUS MANOS, ESTA MI
llenaba de esperanza. VIDA SEÑOR, ENTRE TUS
Por tus heridas de pies y manos MANOS, PONGO MI EXISTIR,
HAY QUE MORIR PARA VIVIR,
Por los azotes tan inhumanos. Un cierto día al tribunal
ENTRE TUS MANOS, CONFIO MI
Perdónale Señor. alguien llevó al joven Galileo, SER.
nadie sabía cual era el mal,
Por los tres clavos que te clavaron que crimen cometió, Si el grano de trigo no muere,
Y las espinas que te punzaron. cuál era su pecado. si no muere, solo quedará.
Perdónale Señor. Su claridad al denunciar Pero si muere, en abundancia dará,
minó la posición un fruto eterno, que no morirá.
Por las tres horas de agonía de los privilegiados.
en que por madre diste a María.
Perdónale Señor. Y MATARON A JESÚS
DE NAZARETH

17
Cantoral para Semana Santa

Cantos Para La Vigilia Pascual

LA JUVENTUD ETERNA
GLORIA DE SU AMOR. (2)
GLORIA AL SEÑOR,
QUE REINA EN EL CIELO,
Y EN LA TIERRA PAZ Venid a contemplar
A LOS HOMBRES QUE la luz de un nuevo sol JUNTOS CANTEMOS HOY
AMA EL. la paz podemos declarar, JUNTOS CANTEMOS HOY, ALELUYA
el triunfo del amor. CRISTO RESUCITÓ, ALELUYA,
JUNTOS CANTEMOS HOY
Señor te alabamos,
Hoy resucitó y la libertar LA GLORIA DEL SEÑOR,
Señor te bendecimos,
salió de su prisión. - PORQUE NOS LIBERÓ JESÚS
Todos te adoramos, NUESTRO SALVADOR (2)
gracias por tu gloria.
Venid a contemplar que todo
El Señor creo la luz
Tú eres el cordero, está y Él alumbra nuestras vidas,
Que quitas el pecado, ya en flor, la primavera vuelve bendecid su Santo nombre,
ten piedad de nosotros ya vestida de color. proclamad sus marav
y escucha nuestra oración. Hoy resucitó y la libertad
nos abre el corazón.
Tú solo eres Santo,
Tu solo el Altísimo, Venid a entonar una alegre
ten piedad de nosotros canción,
y escucha nuestra oración. con marchas y con fuerte voz
a Cristo publicad.
ALELUYA: HA VENCIDO Hoy resucitó y la libertad
su vuelo ya emprendió.
Toda la tierra te alabe Señor,
te alabe la luna y el sol,
toda la tierra te alabe Señor RESUCITO
llas estrellas te rindan loor. RESUCITO, RESUCITO
RESUCITO, ALELUYA,
Todos los reyes del mundo Señor ALELUYA, ALELUYA,
se postren ente tu esplendor, ALELUYA, RESUCITÓ.
exulten los cielos, la tierra y el mar La muerte, ¿dónde está la muerte?,
y estallen en una canción. ¿dónde está mi muerte?,
¿dónde su victoria?.

ALELUYA, ALELUYA,
HA LLEGADO EL REINO Gracias sean dadas al Padre,
DE DIOS, que nos pasó a su reino,
HA VENCIDO EL CORDERO, donde se vive del amor.
HA TRIUNFADO
CON ARMAS DE AMOR. (2) Alegría, alegría, hermanos,
que si hoy nos queremos,
VENID A CELEBRAD es que resucitó.

VENID A CELEBRAD
LA PASCUA DEL SEÑOR

18
Temas

LAS SIETE PALABRAS

19
Temas

ORACIONES DE PIEDAD POPULAR

LAS SIETE PALABRAS

Las Sagradas Escrituras nos traen muy pocos datos sobre Jesús en la cruz pero los datos que tenemos
son bastante claros y fuertes para nuestra vida cristiana. Frente al Cristo crucificado no podemos
quedarnos indiferentes... desde la cruz, el Dios desnudo sigue llamándonos al encuentro con el
Padre... y este encuentro es en el amor.
Sin importar si nosotros también estamos crucificados, somos los soldados, las mujeres o simples
espectadores del drama de la cruz, él nos abre los brazos para mostrarnos cuan grande es el amor de
Dios y el odio de los hombres.

Jesús, cargando sobre si la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado "del Cráneo",en
hebreo, "Gólgota". Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio". (Jn.
19, 17-18)

La palabra era la luz verdadera... vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la
recibieron, a los que creen en cu nombre, les dio el poder de llegar a ser Hijos de Dios. (Jn. 1, 9. 11-
12)

En este marco de dolor y marginación, Jesús pronuncia desde la cruz sus siete palabras, palabras que
nacen del corazón mismo de Dios y del corazón mismo del hombre, corazón que herido pero
compasivo, no quiere irse sin dejar su último testamento hasta que vuelva.
Dos de los evangelista, Marcos y Mateo, nos representan a Jesús recitando el salmo 22 antes de su
muerte.

Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. (Lc. 23, 34)

Sin pensarlo casi, solemos pronunciar esta "segunda palabra" de Jesús con un tono soberbio, como
quien nunca ha pecado ni necesita perdón, suele ser nuestra excusa para decir: "que Dios te
perdone... yo no"; sin saber que por esta suplica de Dios a Dios, nuestros pecados fueron perdonados.
Nosotros somos los que crucificamos a Jesús y lo hacemos día a día, con nuestras mentiras,
hipocresías, faltas de amor, miradas altaneras y mil cosas más. Esta oración al Padre, no es para mi
vecino, o para aquel que no trago en la comunidad, es para mi... porque no se lo que hago.

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz, a fin de pagar con vuestras penas
la deuda de mis pecados, y abristeis vuestra divina boca para obtenerme el perdón de la justicia
eterna: tened piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en aquella hora postrera; y por los
méritos de vuestra preciosísima Sangre derramada por nuestra salvación, concedednos un dolor tan
vivo de nuestras culpas que nos haga morir en el seno de vuestra infinita misericordia.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos


ofendido con mis pecados.

Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso. (Lc. 23, 43)

20
Temas

No es cualquiera quien pronuncia como "tercer palabra" esta promesa, es el mismo Camino hacia el
paraíso y la Puerta a la vida nueva, con autoridad puede darnos este mensaje de esperanza. Hasta el
último momento Jesús se preocupa por aquellos excluidos y marginados de la sociedad.
A nosotros no nos es debido contradecir la Palabra de Dios, debemos velar por darle cumplimiento,
por allanarle el camino. Pero ¡NO! por lo general hacemos lo contrario, en lugar de abrir las puertas
del paraíso, se las cerramos en la cara a aquellos a quienes Jesús mismo invitó y llamó. Condenamos a
las prostitutas, a los presos, a los enfermos, y mucho mas si son de SIDA, a los homosexuales, a los
drogadictos; y mas aún a los que no tienen el mismo color que yo, la misma ideología política, la
misma condición social.

Nuestras comunidades no se salvan de esta acusación, porque muchas veces le cerramos la puerta a
los demás tan solo por ser diferentes, o tantas otras veces que recibimos a alguien pero no le damos
su lugar.
Ojala seamos nosotros y nuestras comunidades los destinatarios de este mensaje esperanzador del
Maestro, porque para la conversión, para volver la vista hacia Dios... nunca es tarde.
ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y que con tanta prontitud y
liberalidad correspondisteis a la fe del buen ladrón que os reconoció por Hijo de Dios en medio de
vuestras humillaciones, y le asegurasteis el Paraíso: tened piedad de todos los fieles agonizantes y de
mi en aquella hora postrera; y por los méritos de vuestra preciosísima Sangre, haced que revive en
nuestro espíritu una fe tan firme y constante que no se incline a sugestión alguna del demonio, para
que también nosotros alcancemos el premio del santo Paraíso.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos os amo y me arrepiento de haberos ofendido con mis
pecados.

Mujer, ahí tienes a tu hijo... ahí tienes a tu Madre. (Jn. 19, 26-27)

El discípulo amado ya soportó la cruz, vio a su maestro y amigo sufriendo y muriendo, por eso Jesús lo
recompensó tan pronto... le encomienda a María; pero ¿que significa esto? Jesús no quiere dentro de
su familia ningún excluido, y María, sin ningún varón cerca que daría fuera de la sociedad... ¿volvemos
al mismo tema que antes? ¿los excluidos? Y es que la misión de Jesús se dirigía a ellos con especial
predilección (Cf. Lc. 4, 16-19) El "hermano de todos" no quiere que nadie quede fuera del Reino y de
la liberación definitiva.
Hace ya 2000 años que Jesús entregó a su madre a todos los hombres en la persona de Juan, y ella
sigue acompañándonos, acompaña a los pueblos haciéndose uno de nosotros y viniendo a nuestra
casa, Guadalupe, Fátima, Lourdes... solo algunos de los nombres que nuestro pueblo da a María cada
vez que Jesús nos dice: "Pueblo, aquí tienes a tu madre".

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y olvidando vuestros sufrimientos
nos dejasteis en prenda de vuestro amor vuestra misma Madre Santísima para que por su medio
podamos recurrir confiadamente a Vos en nuestras mayores necesidades: tened piedad de todos los
fieles agonizantes y de mi en aquella hora postrera; y por el interior martirio de una tan amada Madre,
reavivad en nuestro corazón la firme esperanza en los infinitos méritos de vuestra preciosísima
Sangre, a fin de que podamos evitar la eterna condenación que tenemos merecida por nuestros
pecados.

Tres Gloria.

21
Temas

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos ofendido con mis
pecados.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mt. 27, 46; Mc.15, 34)

Esta "primera palabra" pronunciada por el Dios crucificado es, mas que un reproche hacia Dios, la
oración del justo que sufre y espera en Dios; Jesús, en lugar de desesperar y olvidarse de Dios, clama
al Padre pues confía en que él lo escucha, pero Dios no responde, porque ha identificado a su hijo con
el pecado por amor a nosotros, y este debe morir, Jesús, colgado en la cruz, es rechazado ahora por
el cielo y por la tierra, porque el pecado no tiene lugar.
Cuantas veces en nuestras vidas hemos sentido el abandono de Dios. ¿Por qué a mi? ¿Por qué ahora?
¿Qué hice Señor? Preguntas y preguntas como la de Cristo que encuentran como respuesta el silencio
de Dios. Por lo general, es la mejor respuesta que nos puede dar, pero no lo entenderemos hasta que
sepamos que del silencio brota la resurrección.
Las tres palabras siguientes están narradas por el evangelista Lucas.

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y que, añadiendo sufrimiento a
sufrimiento, además de tantos dolores en el cuerpo, sufristeis con infinita paciencia la mas penosa
aflicción de espíritu a causa del abandono de vuestro eterno Padre: tened piedad de todos los fieles
agonizantes y de mi en aquella hora postrera; y por los méritos de vuestra preciosísima Sangre,
concedednos la gracia de sufrir con verdadera paciencia todos los dolores y congojas de nuestra
agonía, a fin de que, unidas a las vuestras nuestras penas, podamos después participar de vuestra
gloria en el Paraíso.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos ofendido con mis
pecados.

Tengo sed. (Jn. 19, 28)

Esta "sexta palabra" es lo mas pequeño que Jesús gritó desde la cruz, pero una de las cosas mas
humanas y mas profundas.
La sed es algo profundamente humano y natural, tan necesario para conservar la vida tanto casi
como la misma existencia de Dios que nos conserva; pero la sed de Cristo es mucho mas profunda no
puede ser calmada solo con agua, es la sed de que todos sus hermanos puedan tener agua y comida
suficiente... es la sed de los pobres de ayer, de hoy y de siempre.
¿Nos preocupamos de calmar la sed de nuestro pueblo?
Nos decía Mons. Oscar Romero (Obispo de San Salvador) "El mundo al que debe servir la Iglesia es el
mundo de los pobres, y los pobres son los únicos que deciden lo que significa para la Iglesia vivir
realmente en el mundo.
¿Qué estamos haciendo?

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y que, no saciado aún con tantos
vituperios y sufrimientos, quisierais sufrirlos todavía mayores para la salvación de todos los hombres,
demostrando así que todo el torrente de Vuestra Pasión no es bastante para apagar la sed de vuestro

22
Temas

amoroso Corazón: tened piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en aquella hora postrera; y por
los méritos de vuestra preciosísima Sangre, encended tan vivo fuego de caridad en nuestro corazón
que lo haga desfallecer con el deseo de unirse a Vos por toda la eternidad.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos os amo y me arrepiento de haberos ofendido con mis
pecados.

Todo está cumplido. (Jn. 19, 30)

La ultima palabra del Dios desnudo: "todo esta cumplido" y murió... si hubiéramos seguido paso a
paso el drama de la vida de Jesús como en una telenovela, en este momento deberíamos romper en
llanto, porque el autor y actor principal ha muerto, para una película este no sería un buen final, pues
muere el protagonista. Pero como esto no es ni una telenovela ni una película, tratándose de la vida
real, o de "la mas real de las vidas", nos acongojamos y sufrimos por la muerte de nuestro redentor,
pero por uno de esos misterios tan grandes de nuestro existir, la vida posee una ambigüedad tan
grande que a la vez nos alegramos por la muerte, porque sabemos que luego viene la resurrección y
la vida definitiva junto al Padre.
Jesús finaliza su misión entre nosotros... nos ha dado su mensaje, y algunos, aunque sin entenderlo
mucho, han hecho caso al llamado y se han empapado del mensaje del Reino y de la misericordia del
Padre... ahora nos toca a nosotros, somos los portadores de un mensaje que no es nuestro, el
mensaje de que "todo se ha cumplido" y la redención fue consumada por Cristo desde la Cruz y la
resurrección.
Siete palabras del Corazón de Cristo, siete palabras que nosotros estamos llamados a pronunciar
desde nuestra aflicción y nuestra cruz, porque son el camino hacia la Vida Nueva... porque son el
camino hacia la Pascua.

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz y desde esta cátedra de verdad
anunciasteis el cumplimiento de la obra de nuestra Redención, por la que, de hijos de ira y perdición,
fuimos hechos hijos de Dios y herederos del cielo; tened piedad de todos los fieles agonizantes y de mí
en aquella hora postrera; y por los méritos de vuestra preciosísima Sangre, desprendednos por
completo así del mundo como de nosotros mismos; y en el momento de nuestra agonía, dadnos gracia
para ofreceros de corazón el sacrificio de la vida en expiación de nuestros pecados.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos ofendido con mis
pecados.

Padre, en tus manos pongo mi espíritu. (Lc. 23, 46)

Esta "cuarta palabra" del Emmanuel parece unir la encarnación con la pasión, parece repetir el "fiat"
de María: "Hágase en mi según tu Palabra" (Cf. Lc. 1, 38) ¿Será porque en la Madre y en el Hijo hay
un mismo sentimiento de entrega y confianza en Dios?

23
Temas

Nosotros debemos intentar que cada día de nuestras vidas esté en las manos del Padre.
Lamentablemente en nuestro tiempo esto parece volverse imposible, nuestra cultura no entiende que
los tiempos de Dios no son los nuestros y e cada momento confía mas en sus fuerzas que en las de
Dios. Hoy parece que vivimos como si Dios no existiera, o por lo menos como si no tuviera influencia
en nuestras vidas, hemos tomado solos las riendas de nuestras vidas y nos ha ido bastante mal pues
no hemos puesto nuestro espíritu en las manos del Padre.
¿Cuántas veces he empezado algo sin rezar antes? ¡Y después me quejo de cómo me va! Todas esas
veces fui crucificado, pero sin esperanzas de resurrección... pues ¿quién nos da la vida?
Las tres palabras siguientes, las últimas, fueron tomadas por Juan, el menor de los discípulos, pero
con el mayor de los corazones, pues fue el único capaz de quedarse al pie de la cruz junto a María.

ORACION: Jesús amado, que por amor mío agonizasteis en la cruz, y que en cumplimiento de tan
grande sacrificio aceptasteis la voluntad del Eterno Padre al encomendar en sus manos vuestro espíritu
para enseguida inclinar la cabeza y morir: tened piedad de todos los fieles agonizantes y de mí en
aquella hora postrera; y por los méritos de vuestra preciosísima Sangre, otorgadnos en nuestra agonía
una perfecta conformidad a vuestra divina voluntad, a fin de que estemos dispuestos a vivir o a morir
según sea a Vos más agradable; y que no suspiremos para nada más que por el perfecto cumplimiento
en nosotros de vuestra adorable voluntad.

Tres Gloria.

Tened piedad de nosotros, Señor, tened piedad de nosotros.

Dios mío, creo en Vos, espero en Vos, os amo y me arrepiento de haberos ofendido con mis
pecados.

ORACIÓN A LA VIRGEN DOLOROSA

Madre Santísima de los Dolores, por el intenso martirio que sufristeis al pie de la Cruz durante las tres
horas de agonía de Jesús, dignaos en nuestra agonía asistirnos a todos los que somos hijos de
vuestros dolores, a fin de que con vuestra intercesión, podamos pasar del lecho de muerte a ser
vuestra corona en el santo Paraíso. Amén.

V. De muerte súbita e imprevista.

R. Líbranos, Señor

V. De las insidias del diablo.


R. Líbranos, Señor.

V. De la muerte eterna.
R. Líbranos, Señor.

Oración final.

Oh Dios, que en la muerte dolorosísima de vuestro Hijo habéis constituido un ejemplo y un auxilio para
la salvación del linaje humano: concedednos, os rogamos, que en el peligro último de nuestra muerte
merezcamos alcanzar el efecto de tan grande caridad y entrar en la gloria del Redentor. Por el mismo
Jesucristo Señor nuestro. Amén.

24
Temas

TEMAS
para Semana Santa

25
Temas

¿QUÉ SIGNIFICA PARA EL HOMBRE EL TRABAJO?

1. Partamos de nuestra realidad

a. Se invita a los participantes a expresar los tipos de trabajo que


encuentran en su entorno.
b. Su pueden anotar en una cartulina o en hojas de colores para
que estén durante toda la reunión.
c. Se invita a los participantes a expresar su punto de vista respecto
del trabajo en su comunidad.
d. El expositor hace un breve comentario reuniendo todas las
opiniones de los participantes.

2. El trabajo a la luz de La Palabra


a. Génesis 1, 28
b. Invitar a los participantes a expresar su opinión respecto de la
cita que acabaron de escuchar.
c. Hacer la siguiente reflexión con los participantes:
Dios es primera persona que trabaja, donde solo era caos y tinieblas Dios ha
hecho la creación, por esta razón podemos decir que el trabajo tiene su
fundamento en Dios y que ha sido Él quien ha inaugurado el trabajo. Después
de haber instituido esta práctica en su persona, invita al ser humano a
sumarse a su proyecto y le da la encomienda de cultivar la tierra y cuidar de
ella, con autoridad sobre todo lo creado.
El trabajo al tener su fundamento y origen en Dios, es algo bueno para el ser
humano y para la creación misma, pues Dios ha depositado en las manos la
misión de continuar con el desarrollo y cuidado de la tierra y de cuanto se
mueve sobre ella.
3.- El trabajo a la luz del Magisterio de la Iglesia

El trabajo debe ser honrado porque es fuente de riqueza o, por lo menos, de


condiciones de vida decorosas y, en general, es instrumento eficaz contra la
pobreza (cfr. Pvb 10,4), pero no se debe ceder a la tentación de idolatrarlo,
porque en esto no se puede encontrar el sentido último y definitivo de la vida.
El trabajo es esencial, pero es Dios, no el trabajo, la fuente de la vida y el fin
del hombre. El principio fundamental de la Sabiduría es el temor del Señor; la
exigencia de la justicia, que de ello se deriva, precede a la de la ganancia;

26
Temas

«Mejor es poco con temor de Dios, que gran tesoro con inquietud» (Pvb 15,
16). «Más vale poco con justicia, que mucha renta sin honradez» (Pvb 16, 8).
(CDS 257)
Culmen de la enseñanza bíblica sobre el trabajo es el mandamiento del
reposo sabático. Al hombre, vinculado a la necesidad del trabajo, el reposo
le abre la perspectiva de una libertad más plena, la del Sábado eterno (cfr.
Hb 4, 9 –10). El reposo permite a los hombres recordar y revivir las obras de
Dios, desde la Creación hasta la Redención, reconocerse ellos mismos como
obra Suya (cfr. Ef 2,10), dar gracias por su propia vida y por la propia
existencia de la que Él es el autor. (CDS 257)

4.- La invitación al trabajo

Dice un proverbio chino: “Busca un trabajo que te guste y nuca más tendrás
que trabajar”. El trabajo es algo maravilloso, pero para que el ser humano lo
vea así debe ser de acuerdo a su vocación y a sus cualidades. El trabajo
debe convertirse en una de las fuentes de realización personal de la persona.
El trabajo no agota la realidad de la persona, pero sí es un ámbito de suma
importancia no solamente para él sino para una familia, para una
comunidad y para la sociedad entera. Por esta razón es conveniente que
todos los seres humanos cooperemos con el trabajo.
Nadie puede pasar por este mundo sin realizar la experiencia del trabajo,
pues sería rechazar la misión que Dios ha hecho al inicio de la creación en el
mandato de cuidar y vigilar la tierra.
El trabajo para el ser humano puede significar; castigo, maldición, actividad
cansada y desgastante, sin embargo el verdadero significado del trabajo, es
misión dada por Dios al género humano, cooperación en el plan salvífico de
Dios, medio de santificación y realización personal. Para lograr esto Dios ha
capacitado al ser humano con cualidades y talentos, a nadie ha enviado a
este mundo desprotegido de talentos como para que pueda justificar su
inactividad. Todos estamos llamados a trabajar en la viña del Señor que es el
mundo.

5.- Oración

 Invitar a los participantes a expresar una súplica por su trabajo


 Terminar con la oración del año de la economía y el trabajo

27
Temas

2.- LA CRUZ DE CRISTO EN EL TRABAJO

1.- Partamos de la realidad


 Hacer una lluvia de ideas sobre la dimisión difícil del trabajo, a
continuación se te presentan algunos ejemplos: falta de trabajo,
trabajos mal pagados, largas jornadas de trabajo, etc.
 Hacer la siguiente pregunta a los participantes ¿Cuándo empezó la
realidad difícil para el trabajador? Porque en la sesión pasada vimos
que Dios encomendó el trabajo al ser humano y no nos advirtió de esta
realidad.
 El expositor hace un breve comentario reuniendo todas las opiniones
de los participantes.
2.- El trabajo a la luz de La Palabra

+ Génesis 3 9-17

El trabajo al ser mandado por Dios es algo bueno, sin embargo por
consecuencia del pecado original el trabajo se vuelve difícil. La tierra se
vuelve estéril, seca, le niega sus frutos al hombre que la mancho por el
pecado, esto hace que el hombre tenga que derramar sudor de su frente
que significa el esfuerzo duro que hace para conseguir el sustento para seguir
viviendo.

Con el pecado original además de que la tierra se volvió estéril, las relaciones
entre los seres humanos se truncaron, el hombres desconoce a la mujer, le
otorga la culpa y la responsabilidad de la caída. Desde ese momento el
humano busca salir adelante por sí mismo, rechaza la ayuda del otro, hay un
egoísmo en la cooperación en el trabajo comunitario. El hombre que cuenta
con más recursos se siente superior a los demás, hay una lucha de clases, hay
hambre, desempleo, posición social, títulos, distinciones entre hombre. Hay un
olvido de que todos somos iguales, para Dios no hay títulos, ropa, posición
económica, nada sirve ante Dios.
En nuestro entorno podemos encontrar un sinfín rol de trabajos, todos
cooperan para el desarrollo de nuestra sociedad y en concreto de nuestra
comunidad. Todos los trabajos son importantes, sin embargo a causa del
pecado el hombre clasifica los trabajos en importantes, excelentes, regulares
o pésimos trabajos. Por otra lado cabe mencionar que el trabajo cada día es
más complicado, en primer lugar hay luchar con la falta de trabajo, luego
hay que vencer las barreras que impiden al trabajador realizarse como

28
Temas

persona, sueldos bajos, excesivas jornadas de trabajo, maltratos, insultos,


seguridad, entre otras.

3.- El trabajo a la luz del Magisterio de la Iglesia


El trabajo pertenece a la condición originaria del hombre y precede a su
caída; no es, por tanto, ni castigo ni maldición. El trabajo se hace fatigoso a
causa del pecado de Adán y de Eva, que rompen su relación de confianza y
armonía con Dios (cfr. Gn 3, 6 – 8). La prohibición de comer del «árbol del
conocimiento del bien y del mal» (Gn 2,17) recuerda al hombre que él ha
recibido todo como don y que sigue siendo criatura y no el Creador. El
pecado de Adán y Eva provocado precisamente por esta tentación: «serán
como Dios» (Gn 3,5). Ellos quisieron tener el dominio absoluto sobre todas las
cosas, sin sujetarse a la voluntad del Creador. Desde entonces, el suelo se
hace avaro, ingrato, demasiado hostil (cfr. Gn 4, 12); sólo con el sudor de la
frente será posible extraerle alimento (cfr. Gn 3, 17.19). Sin embargo, pese al
pecado de los primeros padres el designio del Creador, el sentido de Sus
criaturas y, entre éstas, del hombre, llamado a cultivar y cuidar lo creado,
permanecen inalterados (DSI 256).

4.- La Cruz de Cristo en el trabajo

A pesar de la situación complica que empezó a vivir el ser humano a


consecuencia del pecado original, Dios nunca apartó su mirada de
protección y cuidado para con el hombre y para la creación entera. No es
como algunos pensadores han dicho: “que Dios ha hecho la creación pero
poniendo a funcionar la dejó olvidada”. Dios ha caminado al lado de su
pueblo y ha querido establecer con él una relación personal, tanto que para
salvarlo de la esclavitud del pecado y librarlo de la muerte eterna envío a su
único Hijo, el cual entrando en la historia del ser humano se hizo semejante en
todo menos en el pecado.

Jesús mismo experimentó el trabajo en taller de Nazaret y no solamente eso


sino que además cargo la cruz que estaba empapada da injusticias, dolor,
lágrimas, insultos, un madero que fue el medio por el cual entró la salvación
al mundo. Con el camino de la cruz, Jesús vino a enseñarnos que a pesar de
nuestro pecado y de nuestra realidad dañada y lastimada por el pecado
Dios camina a nuestro lado y la prueba es la cruz.

Si es cierto que cada día es más difícil nuestra realidad por el mal gobierno, la
falta de recursos, la violencia, la seguridad, etc., también es cierto que no
caminamos solos, Jesús está a nuestro lado y nos invita a tomar nuestra cruz y
mirar hacia adelante. Jesús nos invita a caminar a su lado con nuestra cruz
en el hombro, no importa si te caes, no importa si tienes que derramar
29
Temas

lágrimas, o si es que llega el cansancio, siempre estará ahí para decirte:


¡Sígueme!

5.- Oración
 Colocar la imagen de la cruz en el centro de la reunión y pedir al Señor
que nos ayude a cargar nuestra cruz del trabajo.
 Canto

3.- LOS SIGNOS DE LA RESURRECCIÓN EN EL TRABAJO

1.- Partamos de la realidad


Se hace diálogo con participantes haciendo las siguientes preguntas, puede
hacerse en forma de dinámica, según la creatividad del expositor.

 ¿Qué es una buena noticia?


 ¿Qué sentimientos y reacciones provoca una buena noticia?
 Menciona una experiencia cuando te han dado una buena noticia

El expositor recoge los comentarios de todo el grupo

2.- La resurrección de a la luz de la Palabra


 Mt 28,1-10

Después de muerte de Jesús todos sus discípulos estaban llenos de miedo, los
apóstoles a puerta cerrada, algunos discípulos se regresaban a sus casas y
pueblos de donde procedían, solo algunas mujeres estaban al pendiente del
sepulcro. En medio de este contexto el mensaje central es: “no teman”. Ya
no hay lugar ni razón para estar tristes o para tener miedo, porque Jesús ha
resucitado, venció a la muerte.

La Resurrección de Cristo es un acto único de amor del Padre donde la vida


es ahora una acción permanente que ya no tendrá fin, no es un volver a vivir
como Lázaro (Jn 12,1) o la hija de Jairo (Mt 9, 25), es una transformación del
cuerpo mortal de Jesús en un cuerpo espiritual (glorioso), principio de una
vida plenamente nueva y que no excluye la que vivimos ahora. La
resurrección es regida por el principio fundamental del espíritu no limitado a
la materialidad1.

La resurrección, de suyo, no tiene necesidad de pruebas, nace de la fe y


exige una respuesta de fe, sin embargo, hay hechos que atestiguan la
1
FISICHELLA, R., “Resurrección de Jesús” pp. 856-857, en: Diccionario Teológico Enciclopédico, ed. Verbo Divino,
2ª edición, Estella (Navarra) 1996.

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Temas

verdad del relato de los testigos. Se habla del sepulcro vacío, del sudario y las
apariciones, pero también hay algo que confirma la verdad del hecho
pascual: el cambio de vida de los discípulos 2. Veamos los siguientes pasajes
bíblicos:

o La piedra del sepulcro movida: Lc 24, 1-2


o El sepulcro vacío: Lc 24,3
o El sudario o los lienzos: Lc 24,12
o Las apariciones: A María Magdalena Jn 20,16-18 y a los
discípulos Jn 20,19-29 y 21,1-14; Mc 16,9-18
o Los agujeros en el costado y las manos: Lc 24,39-40
o El testimonio vivo de esa fe en el resucitado: “Vivían en común
y nadie padecía necesidad” Hech 2,44

3. La resurrección a la luz del Magisterio de la Iglesia

“El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo


manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo
Testamento. Ya san Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios:
"Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió
por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al
tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce:
"(1 Co 15, 3-4). El apóstol habla aquí de la tradición viva de la Resurrección
que recibió después de su conversión a las puertas de Damasco (cf. Hch 9, 3-
18)” (CIC 639).

4.- Los signos de la resurrección en el trabajo

1. Vida: Necesitamos cuidar nuestra vida, valorarla y amarla, luchando por


ella desde sus inicios hasta su término natural. Nuestra vida debe ser digna,
alegre, comprometida, sencilla, respetuosa, solidaria y amable.

2. EL AMOR: El amor nos hace hermanos, nos hace solidarios, nos hace vernos
iguales y defendernos unos a otros.
3. LA JUSTICIA: La justicia es la igualdad en dignidad como personas. Todos
valemos lo mismo, todos somos importantes, todos somos libres, todos
tenemos los mismos derechos, todos debemos ser aceptados y tomados en
cuenta. Nadie es superior a otro, nadie está por encima de los demás, todos
somos iguales y somos hijos de Dios.

2
FISICHELLA, R., “Resurrección de Jesús” p. 856 en: Diccionario…

31
Temas

4. LA VERDAD: La mentira destruye y debilita, la verdad construye y fortalece


las relaciones humanas, potencia la amistad y la confianza.

5. LA SOLIDARIDAD: La solidaridad nos tiene que impulsar a buscar el bien


común y actuar a favor de los demás.

6. LA ALEGRÍA: Nosotros estamos felices porque Cristo está vivo, porque nos
comunica su vida, para que desde el trabajo vivamos felices.
7. EL SERVICIO: El trabajo es un servicio a la comunidad y a la sociedad.
Además están los servicios que podemos dar a nuestra Iglesia: catequistas,
celebradores, lectores, monitores, coros, salmistas, monaguillos, colectores,
mayordomos, etc.

5. Oración

o Con una vela encendida realizar un compromiso comunitario y social

32
VIA CRUCIS DE LA
MISERICORDIA
En el año jubilar de la Misericordia

OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS EL SALVADOR


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INTRODUCCIÓN
HERMANOS Y HERMANAS: Estamos aquí para celebrar este Santo Vía Crucis que es el camino
de la cruz de nuestro señor Jesucristo y que la Iglesia en todo el mundo realiza con devoción y
respeto en estos días de cuaresma. El Papa Francisco en su mensaje para la cuaresma 2016 nos
dice:“En la Bula de convocatoria del Jubileo invité a que la cuaresma de este año jubilar sea
vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la
misericordia de Dios” (17). También invita a ESCUCHAR la Palabra de Dios y a participar en la
primacía de la escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética.
Esto quiere decir que caminemos este vía Crucis meditando cada paso de Jesús en el cual iremos
descubriendo cada obra de misericordia de Jesús hacia nosotros, pero también para aprender
cómo quiere Jesús que seamos nosotros.
Para ello iremos meditando cada estación dejando que ella ilumine cada una de la OBRAS DE
MISERICORDIA. Será esta una ocasión para aprender, para conocer las obras de misericordia
que este año estamos llamados a vivir para lanzarnos hacia el futuro con la calidad que si hará
posible la convivencia y la solidaridad entre los pueblos.
Nos hará bien caminar juntos, cerca unos de otros para escuchar mejor cada reflexión. Y que
cantemos con gozo sin temor o timidez las maravillas que la misericordia de Dios ha obrado en
bien nuestro por medio de su Hijo nuestro Señor Jesucristo. “No perdamos este tiempo de
cuaresma favorable para nuestra conversión. Lo pedimos por la intercesión materna de la
Virgen María, que fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina recibió
gratuitamente, confesó su propia pequeñez, reconociéndose como la humilde esclava de
Señor” (Mensaje del Papa francisco para la cuaresma 2016). Dispongámonos pues y
empecemos.

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En el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Credo de los apóstoles

ORACIÓN INICIAL
Padre misericordioso, concédenos vivir este Santo Vía crucis con fervor, con alegría y haz que nuestros
corazones acojan tu Palabra llena de Amor para aprender de ti a ser misericordiosos con los demás sean
nuestros familiares, amigos, compañero de trabajo, vecinos o sean conocidos o desconocidos.
María Santísima, que acompañaste a Jesús en este camino, enséñanos a tener sentimientos como los
que tuviste en la Pasión de tu Hijo, para que aprendamos, a través del dolor y de la cruz, la ciencia del
amor de Dios. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén
Canto: “Iglesia peregrina”
En cada estación:
A. Se anuncia la estación.
B. Se dice:
a. V. ¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
b. T. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
C. Se medita brevemente sobre la estación proclamada
D. Se lee la Iluminación el Papa Francisco sobre la estación y la obra de misericordia
E. Se hace un espacio de silencio.
F. Se realiza la oración propuesta de forma comunitaria.
G. Se reza un Padre Nuestro, un Avemaría y Gloria.
H. Al finalizar se dice:
a. V. ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
b. T. Porque hemos pecado contra Ti.
I. Se pasa a la siguiente estación cantando.

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1ª ESTACIÓN: “JESÚS ES CONDENADO A MUERTE"
Obra de Misericordia a meditar: Visitar a los encarcelados

Texto Bíblico: (Jn 19,14-16): “Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Dijo
Pilato a los judíos: ‘Aquí tienen a su rey’. Ellos gritaron: ‘¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo!’ Replicó Pilato:
‘¿A su rey voy a crucificar?’. Contestaron los sumos sacerdotes: ‘No tenemos más rey que el
César’. Entonces se los entregó para que fuera crucificado”.

Reflexión: Jesús es enjuiciado por las leyes del mundo y condenado a muerte de manera injusta, hoy
en nuestros días seguimos haciendo juicio de las personas, de su actuar y su pensar; siendo muchas
veces un juicio erróneo y prejuiciado por nuestro propio pecado. También emitimos esos pensamientos
de condena contra nosotros mismos sin poder perdonarnos nuestros propios errores, esclavizándonos
a una vida de pecado y de muerte; por no darle cavidad a la misericordia de Dios. Este año jubilar es un
momento para ser misericordiosos con nosotros mismo y con los que viven a nuestro alrededor,
evitando hacer juicios erróneos sino vivir la experiencia del perdón y una vida en el Amor de hermanos.
De manera especial a los encarcelados, que si bien pueden haber cometido errores en su vida la
misericordia de Dios es mayor y los perdona, salir de la comodidad de nuestras casas y nuestro día a
día para visitar a ese Cristo que está en las cárceles abandonado y despreciado por la sociedad.
Enseñanza del Papa Francisco:
“Todos tenemos necesidad de ser purificados, de ser lavados. Todos, yo el primero. Todos somos
buscados por este Maestro que nos quiere ayudar a reemprender el camino. A todos nos busca
el Señor para darnos su mano. Es penoso constatar sistemas penitenciarios que no buscan curar
las llagas, sanar las heridas, generar nuevas oportunidades. Es doloroso constatar cuando se cree
que solo algunos tienen necesidad de ser lavados, purificados no asumiendo que su cansancio y
su dolor, sus heridas, son también el cansancio, el dolor, las heridas, de toda una sociedad.”
(Discurso a los presos del Instituto Correccional Curran-Fromhold de Filadelfia, en Estados Unidos,
27, Sep. 2015)
Oración: Señor Jesús, te pedimos por todos los encarcelados en el mundo entero para que nos enseñes
a ser misericordiosos con ellos y reconocer sus necesidades de comprensión y amor; también te
pedimos por quienes son condenados a causa del Evangelio y por nosotros, que hemos recibido la fe,
para que vivamos la libertad de ser hijos tuyos.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.

Canto sugerido: “Si yo no tengo Amor”


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2ª ESTACIÓN: “JESÚS CARGA LA CRUZ EN SUS HOMBROS”
Obra de Misericordia a meditar: Enseñar al que no sabe

Texto Bíblico (Jn 19,17): “Tomaron pues a Jesús que, cargando con su cruz, salió hacia el lugar
llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota” (Jn 19,17).
Reflexión: La disponibilidad de Jesús para cargar la cruz no elimina ciertamente la responsabilidad de
sus verdugos, sin embargo, sí manifiesta la entrega total de la vida y el amor incondicional de Jesús por
todos. A ejemplo de Jesús cada día nosotros estamos llamados a llevar nuestra cruz y seguirle en el
amor y la misericordia para con el prójimo. En la vida siempre debemos reconocernos que todos los
días hay algo nuevo que aprender, algo nuevo que Dios nos quiere enseñar por medio de las personas
y las situaciones que nos rodean, es importante cuestionarnos ¿Soy dócil a las enseñanzas de Dios?
¿Soy capaz de despojarme de mis creencias y dejarme moldear por Dios? Y en nuestra naturaleza de
ser misioneros y el llamado de “No callar lo que hemos visto y oído” (Hech. 4, 20) ¿Somos capaces de
enseñar a los demás lo que he aprendido? La invitación es que así como nosotros aprendemos seamos
discípulos y misioneros enseñando a los demás las maravillas de la creación; pero no con jactancia ni
arrogancia sino enseñar a los demás con el verdadero deseo de propagar la buena nueva y ayudarle en
su situación a ser mejor persona e hijo de Dios.

Enseñanza del Papa Francisco:


“Un buen educador apunta a lo esencial. No se pierde en los detalles, sino que quiere transmitir
lo que verdaderamente cuenta para que el hijo o el discípulo encuentren el sentido y la alegría de
vivir. Es la verdad. Y lo esencial, según el Evangelio, es la misericordia. El cristiano necesariamente
debe ser misericordioso, porque este es el centro del Evangelio. Y fiel a esta enseñanza, la Iglesia
no puede más que repetir lo mismo a sus hijos: «Sed misericordiosos», como lo es el Padre, y
como lo fue Jesús. Misericordia”. (Catequesis del 10 de septiembre del 2014)

Oración: Señor, te pedimos por lo que viven en la ignorancia de tu amor y tu misericordia, crea en todos
nosotros un corazón de discípulos misioneros para que sepamos llevar con generosidad la enseñanza
de tu Amor a todos los que nos rodean. Amen
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.

Canto sugerido: “Id y Enseñad”

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3ª ESTACIÓN: “JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ”
Obra de Misericordia a meditar: Corregir al que se equivoca

Texto Bíblico (Mc 8,34-35): “Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: ‘Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar
su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará’”.
Reflexión: La cruz es pesada y hace que Jesús caiga por tierra; esta primera caída nos recuerda que se
hizo uno de nosotros de manera tan real que experimentó hasta nuestras limitaciones, pero no
nuestros extravíos y pecados (cf. Heb 4,15). En la caída de Jesús con la cruz los seres humanos
reconocemos nuestras limitaciones y, sobre todo, nuestros errores; a cada momento podemos cometer
errores que nos tiran en tierra como a Jesús, los errores dañan nuestra vida y la de las personas que
nos rodean y nadie estamos exentó de eso. Todos somos personas en construcción y por ello todos
nos equivocamos, así mis errores pueden ser la cruz de otros que también los tira al suelo en este
caminar de la vida, es por ello que debemos unos a otros corregirnos con paciencia y alegría. La fe no
nos hace súper hombres o súper mujeres; la fe nos hace generosos a pesar de nuestras limitaciones
gracias a ella; sólo el que se siente limitado puede ayudar; y gracias a que desde nuestras limitaciones,
podemos amar, nos sentimos también necesitados de los demás.

Enseñanza del Papa Francisco:


“Todos tenemos la capacidad de pecar y de hacer lo mismo, de equivocarnos en la vida. El otro
no es más malo que tú o que yo. La misericordia supera todo muro, toda barrera, y te conduce a
buscar siempre el rostro del hombre, de la persona. Y es la misericordia la que cambia el corazón
y la vida, que puede regenerar a una persona y permitirle incorporarse de un modo nuevo en la
sociedad”. (Catequesis del 10 de septiembre del 2014)

Oración: Oh Padre, que has enviado a tu Hijo como Luz del mundo y Palabra de Verdad, suscita en los
jóvenes el firme deseo de entregar su vida al servicio de la Iglesia y ser verdaderos testigos y
anunciadores del Evangelio.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.
.

Canto sugerido: “Amémonos de Corazón”

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4ª ESTACIÓN: “Jesús encuentra a María, su Madre”
Obra de Misericordia a meditar: Dar posada al forastero

Texto Bíblico (Lc 2,34-35): “Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño
será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti
misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos
íntimos de muchos»”.
Reflexión: En el camino de la cruz Jesús estuvo rodeado de muchas personas; con seguridad todas
indiferentes, excepto una: su Madre. Y es que todo puede fallar menos el amor de la madre. María tenía
el corazón herido pero siempre fuerte para amar. Así mismo en el caminar de la vida hay personas que
pasan a nuestro lado y somos indiferentes ante ellas y su realidad, ante el que necesita una protección
por que deambula por la calle como forastero, ante los niños y anciano que no tiene tienen un techo
donde refugiarse, pero sobre todo no tienen un hogar que los acoja con amor. Nuestra actitud casi
siempre es de desconfianza o de indiferencia, porque a mí no me corresponde hacerme cargo de ellos,
olvidándonos que en esas personas también esta Dios. Como cristianos debemos ser más
misericordiosos y salir al encuentro del que necesita; María puede tener esta actitud porque interiorizó
de tal manera su tarea discipular que oía la Palabra y la guardaba en su corazón, es decir, la interiorizaba
de tal manera que vivía de acuerdo a ella (Lc 2,19).
El discípulo misionero tiene misericordia, porque escucha la Palabra y la guarda, puede sentir dolor
pero no claudicar; el discípulo verdadero puede sentir sangrar su corazón por la tristeza del que sufre
sin un techo, sin un hogar pero no dejar de amar, sino más bien acoger a todos con corazón generoso.
Enseñanza del Papa Francisco:
“Acoger en casa al forastero o dar posada al peregrino, en la formulación de una de
nuestras obras de misericordia, son una práctica que además de satisfacer una necesidad,
dignifica y plenifica la vida de quienes lo practican. “El amor, después de todo, nunca podrá ser
una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes,
comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano”. (Jornada de ayuno y oración por la paz
en Siria, 7 de septiembre de 2015)
Oración: Padre –que reúnes a tu pueblo desde todas las naciones de la tierra– ayúdanos a que, como
María, meditemos la Palabra en nuestro corazón y podamos anunciar a todos los hombres la
experiencia que, merced a tu Espíritu, tenemos de Cristo.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.
Canto sugerido: “Santa María del Camino”
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5ª ESTACIÓN: “SIMÓN CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ”
Obra de Misericordia a meditar: Visitar al Enfermo

Texto Bíblico (Mc 15,21): “Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, que volvía del campo
y pasaba por allí, fue obligado a cargar con su cruz”.
Reflexión: ¡Qué tan real debió haber sido esta ayuda que algunos primeros cristianos recordaban a este
buen hombre –como diríamos ahora– con nombre y apellidos! Nadie puede negar la realidad y
evidencia del sufrimiento. Pero al mismo tiempo, nadie puede negar que es igualmente y hasta más
real la existencia de personas que ayudan con la cruz a sus hermanos. La cruz de la enfermedad pueden
ser muchas y múltiples enfermedades que pueden ser mentales, físicas, sociales, morales y espirituales.
Todos en la vida experimentamos alguna enfermedad o vivimos con la enfermedad de algún familiar o
amigo cercano, que importante es reconocer que incluso en ese dolor mi enfermedad ofrecida a Dios
puede ser redentora y decir junto a San Pablo: "Cumplo en mi carne lo que le falta a la pasión de Cristo"
(Col 1,24). Nos desanima y hasta nos desespera el sufrimiento; sin embargo, debe ser más fuerte la
esperanza y la certeza de que siempre habrá buenos cirineos en el camino; más aún la confianza de que
siempre estamos en posibilidades de tener actitudes cirineas ante cualquier persona que sufre.
Hay muchos gestos en los que se percibe la fe, el amor y la misericordia de una persona. Pero
ciertamente la cercanía y la ayuda al que sufre y sobre todo en la enfermedad es indiscutiblemente un
signo de misericordia; que cada día el ejemplo del cireneo nos motive a ir siempre al encuentro del que
sufre.
Enseñanza del Papa Francisco:
“Cada vez que se ayuda discretamente a quien sufre, o cuando se está enfermo, se tiene la
ocasión de cargar sobre los propios hombros la cruz de cada día y de seguir al Maestro (cf. Lc
9,23); y aun cuando el encuentro con el sufrimiento sea siempre un misterio, Jesús nos ayuda a
encontrarle sentido”. (Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial del Enfermo 2016)
Oración: Padre de bondad, que quieres que todos los hombres se salven, te pedimos por todos los
enfermos en el mundo entero para que encuentren consuelo y esperanza acompañándote en el dolor
de cruz; danos a todos nosotros un corazón misionero y misericordioso para que como buenos Cirineos
acompañemos a todos los que sufren en la enfermedad llevándoles tu amor.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.

Canto sugerido: “Juntos como hermanos”

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6ª ESTACIÓN: “VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS”
Obra de Misericordia a meditar: Dar de beber al sediento

Texto Bíblico (Is 52, 14-15): “Del mismo modo que muchos quedaron asombrados al verlo –pues
tan desfigurado estaba que no parecía un hombre, ni su apariencia era humana-, así se
admirarán muchas naciones; ante él cerrarán los reyes la boca, pues verán lo que nunca les
contaron y descubrirán lo que nunca oyeron”.
Reflexión: Los seres humanos siempre han querido ver a Dios; ha sido un deseo respaldado a veces por
la curiosidad, pero casi siempre por la misma necesidad de darle sentido a la vida (Sal 27, 8-9). Ante
este deseo honesto, Dios no se quedó callado y mostró su rostro en Jesús, el justo sufriente; así quedaba
claro de una vez por todas que cada rostro, especialmente los rostros de quienes más sufren, son
manifestación y presencia del Dios de Jesús. Hoy muchos hombres sufren de sed en el mundo. Personas
que no tienen al alcance alguna gota de agua con la que saciar su sed. Es verdad que se habla hoy en
día también de la sed espiritual que muchos hombres llevan dentro, de la sed de sentido en la vida,
pero esto no quita que se sufra también en varios lugares de nuestro planeta una fuerte sed física. El
Papa Francisco, en la encíclica Laudato Si’ habla sobre cómo la violencia en el corazón del hombre se
manifiesta en los síntomas de contaminación del agua y que afecta su disponibilidad. Dar de beber al
sediento implica un trabajo a largo plazo para permitir que futuras generaciones tengan agua para vivir,
pero también es una oportunidad para dar de beber a Cristo hoy en aquel hombre o mujer que tiene
sed. Dar de beber al sediento es un servicio que está al alcance de todos, es una obra de misericordia
que no solo saciará al sediento, sino que también saciará esa sed profunda que todos tenemos de
felicidad en nuestro corazón. Porque es dando que se tiene vida, y el Padre que ve en lo secreto nos
recompensará.
Enseñanza del Papa Francisco:
“Hoy existe una multitud de hombres y mujeres cansados y sedientos, que nos piden a los
cristianos que les demos de beber. Es una petición a la que no podemos sustraernos. En la llamada
a ser evangelizadores, todas las Iglesias y Comunidades eclesiales encuentran un ámbito
fundamental para una colaboración más estrecha. Para llevar a cabo este cometido con eficacia,
se ha de evitar cerrarse en los propios particularismos y exclusivismos, así como imponer
uniformidad según los planes meramente humanos” (Homilía domingo 25 de enero de 2015).

Oración: Jesucristo, Señor nuestro, concédenos que todos los bautizados te encontremos y acojamos
en el rostro sufriente de nuestros hermanos que tienen sed física y espiritual; ayúdanos a ser misioneros
de tu amor llevándoles tu amor que los saciará para siempre.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.
Canto sugerido: “Peque, peque Dios mío”

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7ª ESTACIÓN: “JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ”
Obra de Misericordia a meditar: Dar buen consejo al que lo necesita

Texto Bíblico (Mc 9, 31-32): “Les decía: ‘El Hijo del Hombre será entregado en manos de los
hombres; lo matarán, más a los tres días de haber muerto resucitará. Pero los discípulos, que no
entendían sus palabras, tenían miedo de preguntarle”.
Reflexión: La segunda caída de Jesús con la cruz, manifiesta la fuerza secreta del amor solidario; como
dice san Pablo: “Si Él no perdonó ni a su propio Hijo (antes bien lo entregó por todos nosotros) ¿cómo
no va a darnos con él gratuitamente todas las cosas?” (Rom 8,32). Esta segunda caída nos recuerda el
sufrimiento insistente al que está expuesto cada ser humano; pero sobre todo nos revela la solidaridad
permanente, profunda y generosa del ser humano por excelencia, Jesús. Esa esa misma solidaridad la
que estamos invitados a experimentar en esta obra de misericordia; dar buen consejo al que lo necesita
es sobre todo una actitud del corazón; es querer ayudar, consolar, estimular, fortalecer con un corazón
bueno y magnánimo, buscando el auténtico bien de esa persona. De allí tiene que nacer el consejo;
pues cuando nace del amor y del interés por el otro, será bien recibido y al mismo tiempo hará
maravillas a la persona que busca una ayuda. Dar consejo, sobre todo, implica ser capaces de dar y eso
no siempre es fácil. Aconsejar es echar mano de esta sabiduría vivida, haciéndolo con humildad y
sencillez. Es ofrecer y no imponer, es compartir y no pontificar. Se trata, a fin de cuentas, de llevar a
otros a tener la seguridad de que Dios está cerca y Él será su luz y fortaleza siempre. En la oscuridad y
confusión de una tempestad sobre el mar, como en el brillo de un amanecer de paz y serenidad, Dios
está presente.
Enseñanza del Papa Francisco:

“Nadie camina solo y nadie de nosotros puede pensar que está solo: está siempre este
compañero. Cierto, sucede que cuando no queremos escuchar su consejo, escuchar su voz, le
decimos: “¡Bah desaparece!”. Pero poner de patitas en la calle al compañero de camino es
peligroso, porque ningún hombre, ninguna mujer puede aconsejarse a sí mismo: yo puedo
aconsejar a otro, pero no aconsejarme a mí mismo”. (Homilía jueves 2 de octubre de 2014)
Oración: Señor Jesucristo, te pedimos por la Iglesia peregrina en el mundo, para que sepa llevar el buen
consejo al que necesita y cada día no apoyemos unos a otros en la misericordia de tu amor, siendo un
anuncio comprometido y solidario a favor de la vida la cual se obtiene sólo en Ti. Amen.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.

Canto sugerido: “Amar es entregarse”

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8ª ESTACIÓN: “JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN”
Obra de Misericordia a meditar: Consolar al que esta triste

Texto Bíblico (Lc 23,27-28) : “Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y
se lamentaban por él. Jesús se volvió a ellas y les dijo: ‘Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren
más bien por ustedes y por sus hijos”.
Reflexión: La sabiduría de nuestras comunidades nos revela que el dolor compartido es dolor superado.
Ante aquellas mujeres que se duelen y se lamentan, Jesús no se siente solo; comparten su dolor y eso
está muy bien. Sin embargo, Jesús les recuerda que la compasión por el otro debe hacer que nuestra
vista vaya más allá del dolor, la tristeza y salir al consuelo del otro. ¿Quiénes son los tristes y los que
necesitan consuelo? Cada ser humano tenemos luchas, dificultades y tristezas. Atravesar por
momentos tristes en la vida es parte de la existencia humana. Y es por ello que todo ser humano tiene
necesidad de consuelo, sobre todo cuando se está atravesando por una especial dificultad; de modo
que todos estamos llamados a ser al mismo tiempo consoladores y consolados. El buen cristiano debe
llevar sus ganas de vivir y sus esperanzas a esta alma atormentada por la tristeza, para elevarla a Dios
e infundirle nueva fortaleza para la lucha, que nunca termina mientras estamos en este mundo.
Tiene misericordia la persona que a la pasión le agrega compasión; la pasión provoca siempre
sufrimiento, pero la compasión redime porque aproxima los corazones; y esto lo hace solamente Dios
en nuestros corazones cuando nos acercamos al otro.
Enseñanza del Papa Francisco:
“Hoy necesitamos personas que sean testigos de la misericordia y de la ternura del Señor, que
sacude los resignados, reanima los desalentados, enciende el fuego de la esperanza. Muchas
situaciones requieren nuestro testimonio consolador. Pienso en aquellos que están oprimidos por
el sufrimiento, la injusticia y el abuso de poder; a los que son esclavos del dinero, del poder, del
éxito, de la mundanidad. Todos estamos llamados a consolar a nuestros hermanos,
testimoniando que sólo Dios puede eliminar las causas de los dramas existenciales y espirituales”.
(Homilía 7 de diciembre del 2014)
Oración: Señor Jesús, Buen Pastor que entregaste tu vida por nosotros tus ovejas, te pedimos por
nuestros hermanos que sufren por las múltiples tristezas que hay en el mundo, para que no decaiga su
fe en ti; y ayúdanos a nosotros para ser tus instrumentos de amor y misericordia en todo lugar
anunciando tu alegría y paz al que lo necesita. Amen.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.
Canto sugerido: “Hazme un Instrumento de tu paz”

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9ª ESTACIÓN: “JESÚS CAE POR TERCERA VEZ”
Obra de Misericordia a meditar: Sufrir con paciencia los defectos del otro

Texto Bíblico (Is 53,5): “Más fue herido por nuestras faltas, molido por nuestras culpas. Soportó
el castigo que nos regenera y fuimos curados con sus heridas”.
Reflexión: Y Jesús casi muerto por el dolor cae por tercera vez y queda manifiesta la grandeza de su
amor solidario que no deja a nadie fuera del abrazo redentor del amor de su Padre. Este gesto solidario
de Jesús venció el poder del pecado y dejó claro que su Dios –nuestro Dios- es el Dios de los que sufren.
En las relaciones humanas una de las cosas que más cuesta es soportar o sobrellevar los defectos de
nuestros prójimos. Esta obra de misericordia nos invita a tener paciencia y nos corrige cuando tenemos
“atravesados” a aquellos que nos “caen mal”, o a quienes vemos con muchos defectos. La paciencia es
la virtud que nos lleva a soportar sin tristeza de espíritu ni abatimiento de corazón los padecimientos
físicos y morales; nos ayuda a mirar a los demás con corazón amplio y, aun cuando veamos sus
defectos, poner el empeño para soportarlos con un corazón misericordioso. Sufrir con paciencia los
defectos de los demás es un camino seguro hacia la paz, la santidad y es fruto de la presencia del
Espíritu de Dios. Se trata de formar en nosotros un corazón compasivo que no se indigna ante los
defectos de los demás, sino que sabe soportar desde dentro y aguantar, porque es consciente de que
todos somos débiles y de que nadie es perfecto. Un corazón así hace vida lo que San Pablo escribía en
el himno a la caridad: «El amor es paciente, es bondadoso» (cf. 1 Co 13, 4).
Enseñanza del Papa Francisco:
“Este comportamiento, sentirse perfectos y por lo tanto capaces de juzgar los defectos de los
demás, es contrario a la mansedumbre, a la humildad de la que habla el Señor, «a esa luz que es
tan bella y que está en perdonar». Jesús usa una palabra fuerte: « hipócrita». Los que viven
juzgando al prójimo, hablando mal del prójimo, son hipócritas. Porque no tienen la fuerza, la
valentía de mirar los propios defectos”. (Viernes 13 de septiembre de 2013)
Oración: Padre Celestial, que envías a tu Unigénito para nuestra salvación, ponemos en tus manos
nuestro corazón, para que día a día aumente en nuestro corazón la paciencia y la caridad para
sobrellevar los defectos propios y los de los demás, creciendo en nosotros un corazón misionero,
portador de tu amor, a ejemplo de Cristo tu Hijo. Amen.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.

Canto sugerido: “Perdona a tu pueblo”

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10ª ESTACIÓN: “JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS”
Obra de Misericordia a meditar: vestir al desnudo

Texto Bíblico (Mc 15,24): “Lo crucificaron y se repartieron sus vestidos, echándolos a suertes, a
ver qué se llevaba cada uno”.
Reflexión: Jesús llega al calvario y es violentamente despojado de sus vestidos para ese momento
pegados a sus llagas; desnudo es expuesto a la burla de los espectadores irreverentes. Este despojo de
Jesús es comunión permanente con todos los que sufren otros tipos de despojo con los que estas
desnudos. ¿Cuántas personas desnudas hay en el mundo? Muchas, hay miles de personas que no tienen
ropa que ponerse mientras que muchos de nosotros incluso renegamos por lo que tenemos; hay que
ser valientes y desprendidos como para imitar a Jesús y despojarnos de las cosas materiales, para
practicar la pobreza y el desprendimiento, que es tan necesario para llegar a la santidad. Vestir al
prójimo puede ser de múltiples maneras no solo con la ropa física, sino también el ponerle la vestidura
del honor, del respeto, de la protección. Siempre estamos llamados a que cubrir la desnudez del
prójimo con el manto de la caridad. Todos los bautizamos debemos reconocer y hacer propio el despojo
de Jesús en la cruz y dar desde nuestra realidad la vestimenta que el otro necesita.

Enseñanza del Papa Francisco:

“Hoy, aquí, pidamos la gracia para todos los cristianos. Que el Señor nos dé a todos nosotros el
valor de despojarnos, pero no de 20 dólares; despojarnos de lo mundano, que es la lepra, es el
cáncer de la sociedad. ¡Es el cáncer de la revelación de Dios! ¡El espíritu del mundo es el enemigo
de Jesús! Pido al Señor que, a todos nosotros, nos dé esta gracia de despojarnos”. (Encuentro con
los pobres asistidos por CÁRITAS, viernes 4 de octubre de 2013)

Oración: Jesucristo, Cordero inmolado por la humanidad, te rogamos por todas las personas que sufren
por la desnudez, el despojo de sus cosas, para que aun en la necesidad física recuerden que te tienen
a ti como protector, dales un corazón abierto a recibir tu Palabra que vivifica, dignifica, libera y da
sentido a la vida del ser humano. Amen.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.

Canto sugerido: “Amarte solo a ti”

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11ª ESTACIÓN: “JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ”
Obra de Misericordia a meditar: Dar de comer al hambriento

Texto Bíblico (Lc 23,33): “Llegados al lugar llamado Calvario, lo crucificaron allí junto con los
malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda”.
Reflexión: La crucifixión es señal del pecado de los hombres no del amor de Dios; en la cruz se evidencia
los grados más altos de maldad que puede alcanzar el ser humano. Sin embargo, es aquí donde se ha
dado también la más grande muestra del amor. Ciertamente Dios no estaba de acuerdo con los
verdugos que mataban a su Hijo; pero sí estaba de acuerdo con él en su entrega de la vida y fidelidad
hasta el extremo. Hoy el mundo sigue matando a Cristo reflejado en los niños, adultos y ancianos que
diariamente muren a causa de la pobreza y el hambre que en muchos lugares persiste, y amenaza con
acentuarse, la extrema inseguridad de vida a causa de la falta de alimentación: el hambre causa todavía
muchas víctimas entre tantos Lázaros a los que no se les consiente sentarse a la mesa del rico epulón
(cfr. Lc 16,19-31)… En esta perspectiva, dar de comer a los hambrientos (cfr. Mt 25,35.37.42) se
convierte en un imperativo ético para la Iglesia universal, que responde a las enseñanzas de nuestro
Señor Jesús, sobre la solidaridad y el compartir. No seamos indiferentes frente al hambre del prójimo
mas bien pidámosle a Dios la gracia de compartir con el que necesita.
Los cristianos misioneros tenemos la responsabilidad de entregar la vida en fidelidad, por los principios
y valores del Reino del Dios de Jesús, para que haya menos cruces del hambre en el mundo, menos
crucificados.
Enseñanza del Papa Francisco:
“Pido al Todopoderoso, al Dios rico en misericordia, que bendiga a todos los que, con diferentes
responsabilidades, se ponen al servicio de los que pasan hambre y saben atenderlos con gestos
concretos de cercanía. Ruego también para que la comunidad internacional sepa escuchar el
llamado de esta Conferencia y lo considere una expresión de la común conciencia de la
humanidad: dar de comer a los hambrientos para salvar la vida en el planeta. Gracias”
(Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición, 20 de noviembre del 2014)
Oración: Señor, te pedimos por la humanidad redimida por tu Hijo, que camina clavada en una cultura
de muerte, para que concorde con lo que has impreso en su naturaleza, se comprometa con
responsabilidad a vivir en plenitud. Amen.
Padre Nuestro, un Avemaría y Gloria.
V. ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
T. Porque hemos pecado contra Ti.

Canto sugerido: “Es mi cuerpo, tomad y comed”


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12ª ESTACIÓN: “JESÚS MUERE EN LA CRUZ”
Obra de Misericordia a meditar: Perdonar al que nos ofende

Texto Bíblico (Mc 15,33-34.38-39): “Llegada la hora sexta, la oscuridad cubrió toda la tierra
hasta la hora nona. A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: ‘Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?’, que
quiere decir: ‘¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?’ … Entonces el velo del
Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba frente a él, al ver que había
expirado de aquella manera, dijo: ‘verdaderamente este hombre era hijo de Dios”.
Reflexión: Jesús quiso morir en la cruz por perdonar nuestros pecados, por solidaridad y amor;
experimentó la muerte, el drama más profundo del ser humano, precisamente para darle sentido a la
vida. Necesito que me pida perdón!, ¡Yo a este no lo perdono!, ¿Perdonar?, parece que esto es algo
que no resulta fácil, en especial cuando las heridas son profundas y más aún, cuando el que ofende, no
muestra arrepentimiento o revela una soberbia. Pero ante todo parece que lo que más necesitamos,
es que se haga justicia, y lo mas grave, es cuando nos tienta la venganza, y a toda costa queremos una
reparación del mal causado. ¿Y donde queda la misericordia? Decimos con gran alegría que Dios es rico
en misericordia, además que es infinita, pero y la nuestra, ¿Hasta dónde llega? Si miramos la cruz,
resonarán la enseñanzas de Jesucristo, Nuestro Señor, el antes de expirar, implora perdón para sus
verdugos. Él perdona todas nuestras culpas y cura todas nuestras dolencias; no acusa de manera
inapelable ni guarda rencor eternamente; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme
a nuestras culpas. Quien dice Yo perdono… pero no olvido, da a entender que perdona sólo de palabra,
pero en su interior guarda rencores. Esa persona, en lugar de ser libre, encadena voluntariamente su
corazón en el pilar del odio. La obra de misericordia "Perdonar al que nos ofende" se trata de no dejar
contaminar nuestro corazón con rencores dañinos y de volar libres con las alas del amor. ¿Si Dios que
es todo poderoso nos perdona todo? ¿Quiénes somos nosotros para no perdonar al prójimo?
Enseñanza del Papa Francisco:
“Ante todo, «pedir perdón no es un simple pedir disculpas» sino que «es ser consciente del
pecado, de la idolatría que construí, de las muchas idolatrías»; en segundo lugar, «Dios siempre
perdona, siempre», pero pide que también yo perdone, porque «si yo no perdono», en cierto
sentido es como si cerrase «la puerta al perdón de Dios». Una puerta, en cambio, que debemos
mantener abierta: dejemos entrar el perdón de Dios a fin de que podamos perdonar a los
demás”. (Homilía del 10 de marzo del 2015)
Oración: Señor Jesucristo, haz que seamos muchos los que tengamos un amor tan grande como el tuyo,
dispuestos a entregar el perdón y la propia vida por los hermanos en el mundo entero y por el anuncio
del Evangelio de salvación.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.

Canto sugerido: “Misericordia Señor por tu bondad”


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13ª ESTACIÓN: “JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ”
Obra de Misericordia a meditar: Orar por los vivos y los difuntos

Texto Bíblico (Jn 19,38): “Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque
en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato
se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo”.
Reflexión: Todas las muertes duelen; es más todas las muertes hunden en la desesperanza y el caos.
Sin embargo, con la muerte de Jesús –el Mártir por excelencia– la vida y la esperanza reviven en el
corazón de la humanidad. En la muerte de Jesús y la aparente debilidad de aquel cuerpo que es bajado
de la cruz está la simiente vida de otros que –a ejemplo de él– trabajarán generosamente para que el
Reino de Dios rinda sus frutos. La vida y la muerte son dos sucesos que todo ser humano
experimentaremos, el pedir a Dios por las necesidades de todos los que aún tenemos vida y por el alma
de los fieles difuntos es una de la obras de misericordia espirituales que ayudan a sobrellevar las
necesidades que tenemos.
Orar no debe ser por una rutina sino por amor. Cuando oramos por alguien nos solidarizamos con él,
se pone en práctica el amarlo como a uno mismo. No oramos para ablandar el corazón de Dios, sino
para agrandar el nuestro. Orar es llenar nuestro corazón de nombres. Oramos por los demás te hace
bien a ti mismo, porque te ayuda a amar y te compromete para hacer realidad, en la medida de tus
fuerzas, aquello que pides. Nosotros no somos inmunes al dolor y al sufrimiento; deberíamos ser
inmunes a la desesperanza y a la pérdida del sentido de la existencia; la persona de fe y misericordia ve
en la muerte de Jesús la simiente del compromiso y la responsabilidad de entregar la vida hasta el
extremo a la causa del Reino.
Enseñanza del Papa Francisco:
“También nosotros, cuando no rezamos, lo que hacemos es cerrar la puerta al Señor. Y no rezar
es esto: cerrar la puerta al Señor, para que no pueda hacer nada. En cambio, la oración, ante un
problema, una situación difícil, una calamidad, es abrir la puerta al Señor para que venga. Porque
Él hace nuevas las cosas, sabe arreglar las cosas, ponerlas en su sitio. Rezar es esto, abrir la puerta
al Señor para que pueda hacer algo”. (Homilía 8 de octubre del 2013)
Oración: Señor Jesús, que moriste en la Cruz por amor a los hombres, te pedimos por aquellos que han
consagrado su vida a tu servicio, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, para que, a pesar del dolor y
el sufrimiento, puedan proclamar tu mensaje de esperanza a quienes lo necesiten.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.
Canto sugerido: “Señor enséñanos a orar”
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14ª ESTACIÓN: “JESÚS ES DEPOSITADO EN EL SANTO SEPULCRO”
Obra de Misericordia a meditar: Enterrar a los muertos

Texto Bíblico (Jn 19,39-42): “Fue también Nicodemo –aquel que anteriormente había ido a verle
de noche-. Con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo
envolvieron en lienzos con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar. En el lugar
donde Jesús había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que
nadie todavía había sido depositado. Allí, pues, pusieron a Jesús, porque era el día de la
Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca”.
Reflexión: Y Dios envió a su Hijo al mundo, hasta el corazón de la tierra penetrando hasta la última
soledad. La tierra fue por un momento un inmenso tabernáculo que guardó el tesoro más grande, al
Hijo de Dios. Y a partir del depósito del cuerpo de Jesús en el sepulcro ningún sepulcro es ya lugar de la
muerte y desesperanza; en cada sepulcro se nos recuerda que la muerte es una pérdida aparente; la
muerte no es el fin de la vida, sino el comienzo –aunque doloroso– de su plenitud. Los cristianos vemos
de otro modo la muerte porque percibimos de manera plena la vida. La obra de sepultar a los difuntos
es un evento que manifiesta con lucidez el sentido profundo de la muerte. Cristo se enfrenta con la
“vieja enemiga” del género humano y triunfa sobre ella. La muerte retrocede ante Aquél que es «la
resurrección y la vida» (Jn 11,25). A partir del gran acontecimiento de la Resurrección la relación entre
los hombres y la muerte cambió. Quien cree en Cristo no tiene que temer a la muerte porque aunque
muera vivirá (cf. Ibid). Esa es la ganancia que nos ofrece la fe.
Enseñanza del Papa Francisco:
“Entre ayer y hoy muchos visitan el cementerio, que, como dice esta misma palabra, es el «lugar
del descanso» en espera del despertar final. Es hermoso pensar que será Jesús mismo quien nos
despierte. Jesús mismo reveló que la muerte del cuerpo es como un sueño del cual Él nos
despierta. Hoy estamos llamados a recordar a todos, incluso a aquellos a quien nadie recuerda.
El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los sufragios son testimonios de confiada
esperanza, arraigada en la certeza de que la muerte no es la última palabra sobre la suerte
humana, puesto que el hombre está destinado a una vida sin límites, cuya raíz y realización están
en Dios”. (Ángelus 2 de nov. 2014)
Oración: Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con
misericordia las almas de nuestros seres queridos difuntos, escucha la súplica que te hacemos, y por tu
misericordia concédeles gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor. Amén
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.
Canto sugerido: “Gracias Madre”
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15ª ESTACIÓN: “JESÚS RESUCITÓ A LA VIDA PLENA”
Obra de Misericordia a meditar: LA MISERICORDIA ABSOLUTA DE DIOS

Texto Bíblico (1Cor 15,17. 19-20): “Y si Cristo no resucitó, su fe es vana: siguen en sus pecados…
Si nuestra esperanza en Cristo se limita sólo a esta vida, ¡somos las personas más dignas de
compasión! ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de los que murieron”.
Reflexión: La resurrección de Jesús es mucho más que la vuelta a la vida de quien ha muerto; es la
planificación total de la vida humana en Dios. El que había muerto es ahora el Viviente; aquel que había
sido derrotado ahora es el Triunfante. En la resurrección, Dios ha mostrado que puede transformar lo
antiguo, en nuevo; la derrota, en victoria; y la muerte, en vida. Los misioneros esclarecemos el sentido
nuestra existencia desde la resurrección; interpretando la obscuridad de la muerte desde el gozo de la
vida y la esperanza de la resurrección. Con la resurrección de Jesús estamos llamados a contemplar la
misericordia absoluta de Dios por toda la humanidad entregándonos a su hijo por amor cada uno de
nosotros, y en este año jubilar de la misericordia estamos llamados a cada día ser misericordiosos con
todo el que nos rodea como el Padre lo es con nosotros.
Enseñanza del Papa Francisco:
“Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría,
de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela
el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios
viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada
persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida.
Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser
amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado.” (Bula Misericordiae Vultus #2).
Oración: Oh, Padre de Amor, te pedimos, por intercesión de los santos y mártires misioneros, que,
como ellos, nos ayudes a ser testigos del Resucitado hasta los confines de la tierra, llevando la buena
nueva de la Vida.
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Lector: ¡Señor, ten misericordia de nosotros!
Pueblo: Porque hemos pecado contra Ti.
Se culmina rezando un Padrenuestro, Avemaría y Gloria por las intenciones de nuestro Sumo Pontífice

ORACIÓN FINAL
Señor Jesucristo, Tú que derramaste tu sangre para lavar los pecados de todos los hombres, haz que ninguno
de ellos quede sin recibir los beneficios de la redención. Infunde en el corazón de todos los bautizados el deseo
de propagar la fe. Cultiva en el corazón de los jóvenes el sublime ideal de entregarse al servicio del prójimo.
Sostén el ánimo de aquellos que, abandonándolo todo, cumplen tu mandato de ir por el mundo anunciando la
Buena Nueva. Crea en mí un corazón misionero. Amén.
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