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SERGIO LOPEZ ALONSO


COORDINADOR

Antropología Física




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las
condiciones
de vida
en una
comunidad
totonaca avance
de una
investigación
antropológica

SERGIO LOPEZ ALONSO


(Coordinador)

MA. GUADALUPE ESTRADA REYES


ZAID LAGUNAS RODRIGUEZ
ROBERTO JIMENEZ OVANDO

o
11

Instituto Nacional de Antropología e Historia


DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGIA FISICA

124
COLECCION CIENTIFICA

ANTROPOLOGIA FISICA

MEXICO 1982

Derechos reservados con for!'1>: �la i�y.


© Instituto Nacional de a 11=-cpología e Historia
Córdoba 43, 45 y 4 7.
México, D. F.

Impreso y hecho en México


Printed and made in Mexico
PRESENTACION

La Antropologla Fz'sica en México manifiesta, desde hace aproximadamente


una década, un renovamiento incesante. La diversificación temática y el incremen­
to de las investigaciones emprendidas son signos que aparecen con claridad y que
se revelan como positivos, aunque aún insuficientes, en un paz's como México, tan
complejo en sus raíces y en su desarrollo histórico, en que se invol ucra el sustrato
biológico mismo de sus habitantes y las condiciones sociales en que éstos se
desenvuelven.
Así, tomando conciencia de la necesidad de comprender científicamente los
problemas de diversos sectores de la población mexicana, la Antropología Física
intenta ahora aportar su contribución dentro de su campo específico de estudio,
aunando sus esf uerzos a los de otras disciplinas hermanas y afines; para ello se
requiere aplicar un enfoque que enriquezca los trabajos descriptivos que caracte­
rizaron sus primeras épocas, a manera de complementarlos e integrarlos en una pers­
pectiva de in terpretación biosocial donde las informaciones somatológicas
adquieran relieve y sentido.
Este enfoque renovado ha revitalizado el tradicional in terés de la Antro­
pología Física en los grupos indígenas. Conocerlos, sl, en sus caracter1'sticas
flsicas, como una manifestación más del fenómeno humano, en el largo proceso
de emergencia del politipismo y polimorfismo de la especie; se obtiene así luz
sobre el devenir histórico de esos grupos, lo cual involucra el problema mismo
del poblamiento original del Contirzente; pero es necesario también investigar sus
actuales condiciones de vida y las repercusiones biológicas de éstas sobre el grupo
como parte in tegrante de la sociedad nacional, de la cual han formado un sector
tradicionalmente marginado en la participación de los beneficios del desarrollo
económico, manteniendo un bajo nivel de vida y condiciones de salud deplorables.
En esta situación, el estudio y análisis de los problemas que aqu�jan a los
grupos autóctonos cobra una importancia definitiva como objetivo prioritario
ele la investigación bioan tropológica.
En tal sentido, ha de darse por bienvenido el presente estudio que se pre­
senta como un ensayo preliminar que describe e informa, pero intenta también
analizar algunos aspectos de la naturaleza biológica, de la historia y las condicio­
nes sociales de un núcleo de población rural de cultura irzdz'gena.
Es este trabajo una muestra de la actual preocupación de los antropólogos
físicos de participar en el arzálisis de los diversos problemas que se detectan en
los clistintos núcleos de población de nuestro pais, a los cuales la in vestigación
antropológica debe hacer conc urrir todos sus esfuerzos.

Dr. Carlos Serrano Sánchez.

5

Introducción

Con la denominación de Laboratorio de Inves­ partir de investigaciones interdisciplinarias


tigaciones Somatológicas, se ha creado una unidad en diversos grupos humanos de distintos
de investigación dependiente del Departamento de niveles sociales y económicos.
Antropología Física del Instituto Nacional de An­ El primer objetivo obedece a la necesidad de
tropología e Historia. La función primordial de contar con un banco de información sobre aspec­
este laboratorio es la de realizar investigaciones en tos de la variabilidad somática de la población me­
el área de la antropología, de la población actual xicana. A la fecha se carece de un centro que se
de México. encargue de reunir todos los datos recabados por
Es decir, ocuparse del estudio científico de los distintos investigadores que han trabajado en
la diversidad biológica de esta población, buscando este campo, a pesar de que estas actividades daten
precisar cuáles son dichas variaciones, sus formas y de mediados del siglo pasado. No desconocemos
la intensidad de las mismas, indagando al propio que la realización de este objetivo es tarea difícil,
tiempo el porqué de su existencia. máxime que muchos de los datos recabados en
Por todo lo anterior, necesariamente plantea­ el pasado actualmente ya tienen un valor histó­
mos nuestras investigaciones desde el punto de rico. Se requiere, además, de una decidida cola­
vista histórico y perseguimos, en consecuencia, boración interinstitucional, tanto a nivel nacional
aportar algún conocimiento acerca del complejo como internacional. Para el inicio de este trabajo se
proceso evolutivo de nuestra especie, convencidos realiza la concentración del material más accesible,
de que ésta es una de las formas de entender al como son los datos obtenidos en las investigaciones
hombre, como un ser tanto biológico como social, previas realizadas por personal del propio Instituto
sujeto a una dinámica contínua de cambios. En Nacional de Antropología e Historia, ya que mu­
virtud de este planteamiento y como un requeri­ chos de estos datos actualmente se encuentran
miento para la adecuada realización de nuestro dispersos. Por el momento se cuenta con todo el
trabajo, hemos integrado un grupo interdisciplina­ acervo de materiales derivados de la investigación
rio, compuesto actualmente por 4 antropólogos longitudinal de crecimiento infantil , lleva _da al cabo
físicos, dos pasantes de antropología social y una por el equipo de investigadores encabezados por
pasante de antropología física. Las actividades de Faulhaber ( 1 9 7 6 ), además de los materiales de
este laboratorio se iniciaron en enero de 1978 en otros proyectos de investigación actualmente en
su local de las calles de Moneda No. 1 6 de la Ciu­ marcha.
dad de México y sus propósitos pueden concre­ En torno al segundo objetivo, estamos cons­
tarse en los siguientes objetivos: cientes del descuido de las investigaciones soma­
1 ) Iniciar la formación de un banco de datos tológicas en la población que comprende la zona
somatológicos de la población contempo­ metropolitana del Valle de México, por lo que
ránea de México. resulta urgente el conocimiento integral de dicha
2 ) Desarrollar y apoyar investigaciones antro­ población, pues la demanda de sus múltiples datos
pológicas, con enfoque interdisciplinario en antropofísicos en el contexto de diversas discipli­
la población metropolitana de México. nas así lo evidencia. Por ejemplo, las áreas de
3 ) Impulsar los estudios tendientes al conoci­ selección de personal, ergonomía, educación físi­
miento antropofísico de la población mexi­ ca, saneamiento ambiental, etc, son unas cuantas
cana actual, tanto urbana con10 rural, a de las muchas en que hace falta una contribución

7
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TO TONA CA

sistemática de la antropología. El presente trabajo, como su nombre lo indica,


Finalmente, nuestro tercer objetivo señala la constituye el avance de los resultados de un proyec­
necesidad de continuar imp ulsando los estudios to de investigación antropológica a nivel regional:
somatológicos en los diversos grupos humanos de Sierra Norte de Puebla. En él se destacan algunos
México. Además, significa el establecimiento de aspectos, a nuestro juicio de interés para el cono­
vínculos de comunicación con los diversos orga - cimie11to de las condiciones de vida y el estado
nismos que realizan actividades afines al nuestro. actual de la población que allí habita. El análisis
En este sentido, el personal del laboratorio está del marco social y económico es de innegable valor
trabajando actualmente en 3 proyectos de inves­ para la explicación de las condiciones biológicas de
tigaciones somatológicas, los cuales mantienen una las poblaciones; pero también es necesario conocer
unidad orgánica. Estos proyectos son: el grado de homogeneidad o heterogeneidad de los
1) Estudios antropológicos en personal federal grupos humanos en estudio, para lo cual se han uti­
de nuevo ingreso (SEP). lizado algunos rasgos genéticos a manera de marca­
2) Estudios antropológicos de la población dores. Finalmente, el conjunto de medidas de las
actual de la Sierra Norte de Puebla. dimensiones corporales manejadas como datos fe­
3) Estudios antropológicos de la población notípicos, resultan de la interacción de factores
otomí-mazahua del Estado de México. internos y externos del organismo 11umano.
Entendemos que el trabajo colectivo de inves­
tigación, no niega la posibilidad de realizar estudios Se hace hincapié en que sólo se trata de un
individuales; aun cuando estamos convencidos de la avance, puesto que no se ofrece aquí la visión de
riqueza de logros a partir del trabajo hecho por conjunto de la investigación emprendida, como
equipos. De esta manera. cada in\·estigador, además tampoco se analizan en su totalidad los datos
de su participación en el co:ecti\·o, realiza otras captados en esta temporada de trabajo de campo
tareas de investigación a nivel individual, diferentes de 1978.
a los proyectos ya señalados.
Cada uno de estos tres pro�·ectos se encuen­ Los cuatro autores participaron en la recolec­
tran a niveles distintos de a\·ance, pero metodológi­ ción de los datos de campo. En gabinete, cada quién
camente mantienen un sustratz1.;1l que los identifica: se ruzo cargo de algunos de los aspectos tratados,
además, en todos ellos participa esenciaL111en:e � 5.r;iic'.lnd o como autor o coautor responsable del
mayoría del personal de Ín\:estigación de: Labo- contenido cie la ?a.he que le ha correspondido rea­
rator10. lizar. r;:I como apa:ece en el Indice.

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1. Generalidades.

Dentro de las actividades del proyecto de in­ da frente a los otros grupos que habitan esta región,
vestigación antropológica en la población de la Sie­ al propio tiempo, buscar las relaciones o distancias
rra Norte de Puebla, se han realizado a la fecha 5 biológicas entre ellos. Al efecto habrá que recor­
temporadas cortas de trabajo de campo en esta re­ dar la peculiar historia demográfica del lugar, pues
gión (López Alonso y Estrada Reyes, 1977: 40- en la comarca se asientan actualmente 5 grupos
48); la última de estas temporadas se llevó a cabo humanos: nahuas, totonacos, tepehuas, otomíes y
en noviembre y diciembre de 1 978, en el pueblo mestizos. Dos de ellos emparentados lingüística­
de Caxhuacan, Pue. (Fig 1 ) Esta vez, además de
. mente (totonacos y tepehuas), mientras que los
las observaciones generales, se estudiaron varios demás tienen filiación distinta. Aún cuando desde
aspectos específicos, los que se consignan en el épocas prehispánicas los cuatro grupos indígenas
Cuadro l. han estado en constante interacción, la práctica de
la endogamia entre ellos es notoria. La influencia
El estudio de tales aspectos obedece a los migratoria de gente mestiza con rasgos europeos es
propósitos generales del proyecto, los cuales están de fines del siglo pasado (Arizpe y Kandt, 1972 :6):
orientados hacia el conocimiento de las condicio­ La tipificación de algunos rasgos morfoscópi­
nes biológicas de la población. El individuo, como cos se ha hecho con el objeto de conseguir otros
se sabe, recibe fuertes influencias del entorno me­ elementos o variables de caracterización y compa­
soambiental y dentro de éste, la situación social y ración, en tanto que los datos antropométricos
económica juega un papel de primera importancia, ofrecen las apreciaciones del tamaño y proporcio­
ya que afecta el nivel general de vida y por con­ nes corporales, caracteres que se sabe, aportan in­
secuencia el estado de alimentación y de salud. formación cuantitativa sobre las condiciones bio­
Los otros aspectos mencionados en el Cuadro lógicas de los individuos.
1 , quedan comprendidos plenamente dentro de las Caxhuacan, cuya toponimia nahua significa
características antropofísicas. Así, los dermatogli­ lugar de los que tienen o hacen cajetes (caxitl,
fos y las discromatopsias se investigan para tener cajete, escudilla o cuenco; hua, posesivo y can, lo­
un acercamiento de la genética poblacional de este cativo), es un poblado totonaco que se asienta en
grupo humano y poder establecer en lo posible, una región de refugio.
el grado de unidad o diversidad genética que guar- El pueblo es cabecera del municipio del mis-

CUADRO 1

La m\1estra estudiada.

Aspectos Hombres Mujeres Total Edad en años


estudiados n n

Socioeconómicos 205 127 3 32 9 a 19


Dermatoglifos 240 153 393 9 a 17
Dicromatopsias 146 79 225 9 a 20
Morfoscópicos 85 51 137 1 3 a 15
Antropométricos 296 193 489 7 a 17

9
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

mo nombre, se le dio esta categoría el 2 5 de di­ herradura o por vereda, ambas vías difíciles de
ciembre de 1 9 50. Cuenta con una población de transitar. La gente con mejores recursos económi­
2785 habitantes de los cuales 1402 son mujeres y cos, viaja en avioneta desde Cuetzalan en vuelo
1 3 8 3 hombres (IX Censo General de la población de menos de 5 minutos; sin embargo, este servicio
de la República Mexicana, 1 9 7 1 ). Se localiza en aéreo se ve frecuentemente interrumpido por el
los 20º 04' 24'' de latitud norte y 97° 3 6 ' 30'' de mal tiempo.
longitud oeste con una altitud de 850 m snm. Está Tales condiciones, hacen encarecer los produc­
asentado en una ladera montañosa que forma parte tos de consumo básico que no son de la región, los
de las últimas estribaciones al este de la Sierra cuales se transportan desde Tuzamapan a lomo de
Madre Oriental, comarca que está ''constituida por mulas o por tamemes. Vale señalar que desde épo­
serranías plegadas en forma de braqui-anticlina­ cas prehispánicas, la fama del tameme totonaco ha
les alargados (de menos de 1 2 5 0 m snm.) y dis­ sido importante; después, en plena conquista espa­
puestos en escalonamientos asimétricos, a veces, ñola, Cortés y sus huestes fueron los primeros
paralelos ... " (Tamayo, 1962, 1 : 396), los cuales extraf1os en utilizarlos para transportar sus basti­
se van inclinando rápidamente para conformar des­ mentes y la artillería, en su expedición de Cempoa­
pués la planicie costera del Golfo.[ Fig. 1]. Por lo la hacia México Tenochtitlán (Díaz del Castillo,
anterior, esta zona montañosa tiene un clima tem­ 1 9 7 2 : 77-102). Actualmente, los tamemes de este
plado bastante hún1edo, con un marcado régimen lugar son capaces de cargar sobre sus espaldas, ob­
pluvial. jetos tan pesados y voluminosos como: un ropero,
Abundan aquí los acantilados cuyas alturas un refrigerador, un colchón, etc. y caminar enor­
son impresionantes. Hay también grutas de impor­ mes distancias que los autores del presente traba­
tancia, algunas de las cuales suelen usarse como jo, sin carga alguna cubrieron con grandes dificul­
santuario por la gente indígena del lugar. tades.
La flora y fauna de la comarca es correlativa El arribo al pueblo es, sin embargo, digna re­
a la altitud. Así: en las regiones altas predomina la compensa de la penosa jornada. Pues se encuentra
vegetación conífera con su fauna característica; el caminante con una calle amplia y bien empedra­
en tanto que a bajas altitudes, ambas son típica­ da que conduce a una plaza céntrica. Esta, siguien­
mente selváticas. do una traza colonial, congrega en torno suyo las
La deforestación y el aumento de población instala(:iones de los edificios públicos, como son:
han determinado la merma de las fuentes propias el palacio municipal, la iglesia, el mercado y la
de aprovisionamiento de agua en el poblado, por escuela primaria. Tiene esta plaza, una cancha de
basquetbol, el jardín con su fuente y el asta
lo que se ha recurrido a los manantiales de San Juan
Ocelonacaxtla, comunidad totonaca perteneciente bandera. Además, formando parte del conjunto,
al vecino municipio de Huehuetla. Este vital líqui­ se hallan también las casas y tiendas de los princi­
do empieza a ser motivo de pequeñas fricciones pales del pueblo (Figs. 2 , 3 y 4 ).
entre ambas localidades. Los mestizos, o ''gente de razón'' ocupan el
La tierra es pródiga, se dedican grandes exten­ centro del poblado y aunque constituyen el núcleo
siones al cultivo comercial del café, y a la ganade­ de población minoritaria, cuentan con las mejores
ría; actividades que han desplazado la labranza del casas, el mayor número de servicios públicos y lo
maíz, relegándola a laderas y cantiles casi inac­ más importante: controlan la economía y el co­
cesibles, donde solo es posible el trabajo con coa. mercio del pueblo. En cambio, la gran mayoría
Se siembra también, aunque en menor escala: frijol, indígena se asienta hacia las orillas del poblado y
cacahuate, caña de azúcar y chile. Hay abundancia es la que se ocupa principalmente en labores del
de cítricos y zapotáceas, pero desgraciadamente los campo, siendo su nivel de vida muy inferior al
productos frutícolas no se han comercializado de los mestizos.
por la carencia de adecuados medios de transporta­
ción, y por lo mismo no contribuyen a la economía 2. Aspectos socioeconómicos.
de la región.
El acceso a Caxhuacan por tierra, puede efec­ Además de las observaciones directas y las
tuarse desde Tuzamapan, poblado que se encuentra conversaciones con los habitantes del lugar, pudi-
comunicado a su vez con Zacapoaxtla por carretera. mos contar con información más completa sobre
Dicho recorrido se puede hacer por camino de la situación social y económica de la población, al

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:zar una encuesta a 1 7 7 escolares de los grados escuela, su alimentación, etc. Esta vez sólo trata-
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y 6 ° de primaria, así como a 1 5 5 de los tres remos algunos de dichos aspectos.
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de secundaria. Se aplicaron cuestionarios
en :or111a colectiva a cada uno de los grupos men­ Agua potable.
cio:iados procurando brindar seguridad y confian-
al alumno a fin de obtener información lo Sólo algunas casas del centro del poblado dis­
::-.as apegada a la realidad social en que viven.

ponen de serv1c10 de agua entubada, baños con


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.'.)e les preguntó, sobre su familia, la casa habita­ regadera y calentadores de agua a base de leña,
cron, actividades a que se dedican fuera de la petróleo o corriente eléctrica, con excusados bien
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Fig.3. Una calle céntrica de Caxhuacan, Pue.

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Fig 4. En el centro del poblado se congregan los principales


edificios públicos
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instalados. Según el censo de la población de 1970, Cabe señalar aquí la carencia de fosas sépticas o
el 4.7% contaba con agua dentro de la vivienda; letrinas, por lo que la defecación se hace al aire
lo que indica que la gran mayoría de la gente se libre, factores que deter11iinan una alta polución
surte· de este precioso líquido en las fuentes públi­ cuyo principal contenido son materias fecales
cas, a donde acuden desde temprana hora las mu­ tanto humanas como de animales domésticos.
jeres con cántaros de barro sobre la cabeza o llevan
cubetas y jícaras; este ir y venir se prolonga Luz y alumbrado público.
durante todo el curso del día (Fig. 5), los hombres
suelen acudir por el agua o muy temprano o muy A partir de 1 977 (el año anterior a nuestra
noche para no ser vistos. estancia en el lugar), Caxhuacan goza del servicio
Esta forma de aprovisionamiento de agua a de luz eléctrica, pero sólo el centro del lugar cuen­
partir de fuentes o pilas, representa algunos pro­ ta con alumbrado público, las orillas del poblado
blemas para la población, especialmente en lo re­ carecen de ambos servicios.
lacionado a la contaminación del agua, debido a la
contínua introducción de recipientes dentro de Drenaje.
estos depósitos para extraer el líquido. Además,
por estar a la intemperie, tales piletas tienen expo­ Se carece de drenaje, aunque algunas casas y
sición constante con el polvo del medio ambiente. sitios donde se beneficia el café cuentan con verte-

Fig 5. En un ir y venir, !.as mujeres con sus cántaros· se


abastecen de agua en las fuentes públicas

13
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

cleros hacia las barrancas o arroyos para sus deshe­ Durante el mes de nuestra estancia, no hubo carne
chos; donde junto con la basura que la gente va a de res, y al preguntar la razón de ésto, se nos in­
tirar, convierte a dichos lugares en otra fuente formó que no era negocio matar estos animales por
de contaminación. la regulación de precios que ejercían las autorida­
des municipales. Sólo se podía conseguir ésta
Mercado y comercios. cuando algún animal distraído se desbarrancaba y
su carne se podía recuperar.
El mercado es del tipo ambulante o ''plaza
cíclica'' (Diskin, 1975 : 8 1 ), y se efectúa dos días Las aves de corral son ofrecidas de casa en
a la semana: lunes y viernes. Llega poca mercancía casa para su venta, pero por lo general cada fami­
y de baja calidad. Es notoria la escasez de verdu­ lia cría sus propios animales; abundan aquí los
ras como: zanahoria, papa, col, lechuga, jitomate, guajolotes.
etc., por lo que la población hace un consumo in­ Otra consecuencia de este tipo de mercado
suficiente de ellas; la fruta que se expende es ambulante, es que el comercio queda acaparado
principalmente del lugar ya que se introduce poca por unos cuantos individuos que tienen tiendas, y
de otras regiones como el melón, la sandía, la piña, es en éstas donde se practica el mayor comercio,
etc. (Fig. 6). sobre todo del café y el maíz, y donde inclusive
La carencia de carne es evidente, siendo la de se llega a cambiar estos productos por ''cuchu''
puerco la de mayor consumo. No hay rastro, y la (aguardiente) o por cerveza. Aquí se abastecen de
matanza de estos animales se hace en plena calle. diferentes mercancías como: velas, jabones, frijo-

Fig 6 . Es notoria la escasez de verduras y mercancías en


general en el mercado
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COLECCION CIENTIFICA !NAH
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les, sopas, laterías de diversos tipos, telas, aceites, tros originarios del lugar para impulsar el progreso
etc. Además, algunas tiendas venden medicamen­ no sólo de Caxhuacan sino de la región. Ellos son
tos que van desde alkaseltzers, hasta medicinas de producto de la semilla qt1e las Misiones Culturales
patente, antibióticos, sueros, etc. sembraron en épocas de Cárdenas; acogiéndose a los
Caxhuacan cuenta con tres panaderías, las internados y misiones culturales, lograron su forma­
cuales han extendido su comercio surtiendo de ción como maestros para después regresar a su pue­
pan a otros poblados vecinos. Hay 4 molinos de blo a propulsar la escuela primaria de organización
nixtamal donde concurren las mujeres a moler y completa. Construyeron, con el apoyo de la comu­
según el tamaño de la cubeta es el costo de la nidad, el edificio escolar y lucharon para conseguir
molienda, que va desde cincuenta centavos hasta el aumento de plazas de maestros. Pero su inquie­
un peso. tud no ha quedado allí, actl1almente, ante la pre­
Todo lo anterior trae repercusiones en la ali­ sencia de tantos jóvenes que no cuentan con me­
mentación, ya que ésta no varía de la tradicional dios para continuar la educación media, se han
dieta basada fundamentalmente en: tortillas, chile, avocado a la tarea de fundar una escuela secundaria,
café, atoles y frijoles. Se consume también el cha­ albergándose en techos provisionales con la mayor
yote, y las papas y cacahuates, así como algunas de las incomodidades. Pero al fin, en el tiempo de
frutas (plátanos, mandarinas y limas). El huevo, nuestra estancia se estaba por concluir un edificio
la leche y la carne tienen mínimo consumo, en de grandes dimensiones para dicha escuela. Aquí
tanto que el pan es bastante aceptado como com­ acuden, además de los jóvenes caxhuaquenses, mu­
plemento alimenticio. chos otros de pueblos vecinos, quienes para asistir
La dieta es exígua, pero además, es muy baja a sus clases caminan hasta 3 horas a pie, bajo la
la frecuencia de comidas; hubo niños que respon­ lluvia y sobre el lodo, cruzando montañas y ríos a
dieron haber hecho sólo una o dos comidas al día, través de veredas difíciles de transitar.
consistentes únicamente en café y tortillas. Este Es natural que a partir de la existencia de la
hecho, unido a las otras adversas condiciones qe escuela, se aprecia en la población adulta el au­
vida, no sólo afectan el físico del niño, sino que mento de la escolaridad; aunque por causas econó­
también inciden en su aprovechamiento escolar micas, ésta no rebasa actualmente en promedio del
(Rodríguez Castañeda, 1 979, 1 5 9 : 1 2 - 1 6 y 162: 3° o 4° años de primaria. Así se explica el porqué
6-1 1 ). entre los adultos se encuentra tan alto porcentaje
de analfabetas, el 30.42% de padres y el 68.67% de
La escuela. madres y con primaria incompleta el 5 9 % de va­
rones y el 2 5.60% de mujeres. Resalta el hecho de
La escuela ha jugado papel de primera impor­ que la mayor parte de analfabetas corresponde a
tancia en los procesos de cambio de la comunidad. indígenas y los otros niveles son ocupados por la
Es digno de señalarse la labor de un grupo de maes- ''gente de razón'' (Cuadro 2).

CUADRO 2

Escolaridad de los padres. Alumnos de Caxhuacan, Pue.

Grado de es colaridad Padre 9.::


o Madre

Analfabeto (a) 101 30.42 228 68.67


Primaria incompleta
(de 1° a 5°) 196 59.03 85 25.60
Primaria completa 12 3.61 5 1 .50
Secu ndaria o técnicas 6 1.80 2 0.60
Preparatoria, vocacional
o normal 3 0.90 2 0.6 0
No se supo 14 4.21 10 3.01

To t a le s 332 99.97 332 99.98

15
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

Es de notarse también la diferencia de porcen­ albañiles, empleados, etc. Las mujeres se dedican
tajes entre hombres y mujeres, ya que en estas primordialmente a labores del hogar (90.66%);
últimas predomina el analfabetismo y es menor el 2.10% de ellas al campo y comerciantes el 1 .80%
número de quienes tienen primaria incompleta, lo (Cuadro 3). No hay que olvidar que en estas co­
que indica una más aguda marginación para la munidades, las mujeres y los niños colaboran con
mujer. En estos lugares la mujer sufre discrimina­ su mano de obra en los trabajos de siembra y cose­
ción por su sexo, por indígena, por la debilidad cha, sin que les sea concedida la justa valoración
económica y sobre todo por su ignorancia. que este trabajo merece. Situación tan común en
diversos grupos campesinos del país.
Correos y otros medios de información. Por tratarse de una zona cafetalera, el corte
del café proporciona a veces a la familia cierta ayu­
Cuenta Caxhuacan con una oficina de correos.
da económica para el mantenimiento del hogar.
Los periódicos no llegan, a no ser aquellos viejos
Recuérdese que toda la familia se vuelca al corte
que se usan en las tiendas para envolver, o bien pa­
del café, ya sea en su propiedad o en la ajena. Cuan­
ra tapizar el interior de las casas; singular periódico
do es ajena, se cobra por el volumen de ca.fé
mural que nos sirvió de esparcimiento a la hora
cortado; sin embargo, este trabajo es temporal.
de comer durante nuestra estancia en dicho lugar.
Desde niños se ven obligados a ''chapear'' en los
No obstante esta carencia, mucha gente está bien
potreros y cafetales por un sueldo miserable, y
informada de los acontecimientos nacionales e
así contribuyen no sólo a su mantenimiento, sino
internacionales por medio de la radio y la televi­
al de la familia.
sión, esta última recién introducida. Los arrieros,
además de transportar mercancía, cumplen también
Artesanías.
la función de llevar y traer noticias de un pueblo
a otro.
La elaboración de carnales es una de las pe­
Ocupación. queñas artesanías con que cuenta Caxhuacan,
aunque en pequeña escala y sólo sirve para cubrir
La mayoría de los hombres se ocupa en la­ el consumo local. En cambio para la elaboración
bores del campo (80.42%); un menor número se de muebles, se cuenta con buenos maestros carpin­
dedica al comercio (8.4.3%), otros quedan registrados teros que con maderas finas llegan hacer verdade­
dentro de actividades u oficios necesarios para la ras obras de arte, aunque también son para satis­
comunidad como: maestros, sastres, panaderos, facer el mercado interno.

CUADRO 3

Ocupación de los padres. Escolares de


Caxhuacan, Pue.

Ocupación Padre Madre �


o

Campesino 267 80.42 7 2.10


Comerciante 28 8.43 6 1.80
Labores del hogar o o 301 90.66
Maestro (a) 4 1.20 3 0.90
Sastre o costurera 3 0.90 1 0.30
Panadero s 1.50 o o
Al bañil 8 2.40 o o
Empleado 4 1.20 1 0.30
Cocn
i era o o 2 0.60
No se supo 13 3.91 11 3.31
To t ale s 332 99.96 332 99.97

'

16

COLA'CCION Cft;NTJFICA ' INA H

Casa-habitación. una mesa. Los trastos de la cocina son escasos y


principalmente de barro.
Los materiales de construcción, así como el
La familia.
tamaño y el número de cuartos de las viviendas,
varían según el estrato socioeconómico al que ca­ La familia cumple aquí su función económica
da familia pertenece. Las mejores casas-habitación y social a partir de formas y estructuras de organi­
y otras construcciones en general, se localizan en zación diversas, según las etapas de la vida familiar.
el centro del poblado como ya se ha expresado . . Así, encontramos un 3 5 .24% de familias extensas
Estas están hechas de cal y canto con techo de y un 59. 63 % de nucleares. El primer caso se debe
teja a dos aguas. Aunque hoy en día, el paisaje al hecho común de que los hijos al casarse, conti­
del poblado se está transformando paulatinamente, núan viviendo un tiempo en la casa de los padres,
ya que el techo de tejas a dos aguas va cediendo mientras consolidan su economía, para después
paso al techo plano de loza de cemento, por teher formar sus propios hogares constituyéndose de esta
éste la ventaja de poderse utilizar para el secado del manera las familias nucleares ; o sucede también
café. Son construcciones que sólo un 10. 52% tie­ que al morir uno de los progenitores, el otro pase
nen más de 3 cuartos (Cuadro 4 ), en su interior a vivir con alguno de los hijos casados. Es por esto
cuentan con menajes de sala, recámaras, comedo­ que las familias nucleares incompletas tienen en
res, televisiones, refrigeradores, estufas de gas, etc. nuestro caso una baja frecuencia (5 .12 %). Aquí la
Alrededor de este núcleo, el panorama cambia colaboración económica de todos los miembros de
considerablemente, empiezan a aparecer las casu­ la familia es muy importante, por lo que desde
chas o chozas de una sola pieza (cuarto redondo) niños hasta ancianos cooperan en el mantenimiento
en un 63. 55%, hechas de materiales deleznables, de la misma. Estas familias están compuestas de
paredes de palos o de tablones, piso de tierra no 5 a 8 miembros, siendo la mayoría de 7 u 8
aplanado ni apisonado, por lo que en su interior (Cuadros 5 y 6).
priva una sempiterna humedad. El techo es de Son pocos los núcleos familiares de 3 a 4
palma o lámina de cartón y allí convive toda la integrantes, así como de más de 10 (Cuadro 6). El
familia, incluyendo algunos animales domésticos. promedio de hijos vivos es de 5 ó 6 (31. 32%), se­
En el mejor de los casos, un 25 .90<Jó cuenta. con guido de las familias con 3 ó 4 descendientes
otro cuartito que sirve de cocina. Los muebles y (30.12%). Se presentan pocos casos con más de 9
los enseres domésticos son escasos: para dor111ir la vástagos (Cuadro 7).
mayoría lo hacen en el suelo sobre petates aunque, La mortalidad oscila entre uno o dos decesos
algunos utilizan tablones puestos sobre cajas de de menores por familia. Aunque un 24.09% dijo no
madera, la poca ropa se cuelga en mecates. Como tener ningún muerto. Dos niños contestaron tener
asientos se emplean cajones de madera o bancos 9 y 10 hermanos muertos respectivamente (Cuadro
hechos de troncos. Se cuenta en muchos casos con 8).

CUADRO 4

Número d e cuarto s por casa -habitación .


Ca xhuacan, Pue.

N o . d e cuarto s Frecuenci a 9-:


o

1 211 63.55
2 86 25.90
3 21 6.32
4 6 1.80
5 6 1.80
,

+d e 6 2 0.60

To t a l e s 332 99.97

17
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

CUADRO 5 Servicios médicos y prácticas de salud.

Tipo de familia. Caxhuacan, Pue. En esta población no existe centro de salud,


ni médicos, por lo que no es raro que se practique
Tipo de familia n
la automedicación; y en el mejor de los casos no
falta algún parroquiano practicante de la medicina
empírica, que aplique inyecciones a los enfermos
Nuclear completa 198 59.63 que así lo desean y tienen dinero para pagarle.
Nuclear incompleta 17 5 .12 Cuando algún enfermo se agrava y dispone de
Extensa 1 17 35.24 recursos económicos para pagar un médico, lo soli­
Totales 332 99.99 cita a Huehuetla, que es el poblado más cercano
que cuenta con ellos y cuya distancia es de 2 horas
de camino a caballo. Otra posibilidad de obtener
CUADRO 6 el servicio médico, es viajar hasta Zacapoaxtla que
está a 5 horas de camino, (2 a pie y tres en auto­
Número de personas que habitan una casa. bús o coche). La atención a los enfermos, en
Caxh uacan, Pue. consecuencia, está en manos de curanderos y
brujos.
No. de personas Frecuencia Aunque las campañas periódicas de vacuna­
ción han logrado llegar al pueblo, la mayoría in­
dígena no acude a vacunar a sus niños, por la
3 7 2.1 o
desconfianza que les han despertado ciertos ru­
4 31 9.30
mores en el sentido de que éstas causan esterili­
5 48 14.45
zación a los menores. Así las condiciones precarias
6 54 16.26
de salud, la escasa y mala alimentación, la rala ves­
7 57 17.16
timenta, la antihigiénica habitación y la angustio­
8 57 17.16
sa situación social y económica de la mayoría
9 43 12.95
indígena, son típícas de una extrema explotación
10 16 4.81
y sus consecuencias hacen crisis en la niñez, donde
11 10 3.01
como se ha dicho, hay una alta mortalidad.
12 4 1.20
13 5 1.50

Totales 332 99.93 CUADRO 8

Número de hermanos muertos.


CUADRO 7 Caxhuacan, Pue.

Número de hermanos vivos.


No. de hermanos muertos Frecuencia
Caxhuacan, Pue.

o 80 24.09
No. de hermanos vivos Frecuencia o

1 84 25.30
2 75 22.59
o 5 1.50 3 52 1 5.66
1- 2 62 18.67 4 15 4.51
3- 4 100 30.00 5 11 3.31
5- 6 104 31.32 6 9 2.71
7- 8 49 14.75 7 4 1.20
9- 1 0 8 2.40 8 o o
1 1 -1 2 3 0.90 9 1 0.30
1 3-14 1 .30 10 1 0.30

Totales 3 32 99.96 Totales 332 99.97


'

18
I
/

COLECCION CIEN TIFICA '


INA H

Energéticos el centro del poblado, y los ''hombrecitos'', ''peon­


citos'' y ''mujercitas'' indígenas, que viven en los
La leña sigue siendo el principal energético alrededores o en las rancherías cercanas a este lugar
para cocinar en la mayoría de la población, aunque (Figs. 5 y 6 ).
actualmente su escasez es alarmante, pues cada día
hay que ir más lejos por ella, ya que los bosques
Fiestas religiosas.
cercanos están aniquilados, y en su lugar ahora se
levantan potreros o cafetales. Por esta razón algu­
La mayoría de la población profesa la religión
nos combinan la leña con el uso del petróleo, el
católica." Persisten las mayordomías, las cuales re­
carbón o el gas doméstico. Sólo una minoría de
caen las más de las veces en los indígenas; son los
gente tiene posibilidades de utilizar el gas, ya que
mayordomos los encargados de organizar la fiesta
los costos se elevan considerablemente por el trans­
a San Francisco de Asís, santo patrono del lugar,
porte de los tanques en mulas desde Tuzamapan,
el día 4 de octubre. Le sigue en importancia la de
allá el costo de un tanque de gas de 20 Kg. es de
la Virgen de Guadalupe el 1 2 de diciembre. Tales
$100.00, en cambio, en la Cd. de México es de
festividades se celebran con quema de cohetes, dan­
$48.00 (1979).
zas en el atrio de la iglesia y desde luego las tradi­
cionales procesiones que culminan con el oficio de
Indumentaria. una misa (Figs. 7 y 8).

Muchas mujeres indígenas todavía conservan Idioma.


el vestido tradicional, el cual consta de enagua El 60% de la población es monolingüe, es de­
blanca de manta, blusa del mismo color con borda­ cir sólo habla el totonaco, y el restante 40% es bi- ·

dos alrededor del cuello, quechquemel blanco y lingüe español-totonaco; signos estos de una gran
faja ancha de color rojo. La mayoría de las muje­ marginación y que constituye una barrera para su
res andan descalzas, son pocas las que usan zapatos integración y participación en la cultura nacional.
de plástico, por lo que una buena parte de ellas
padece uncinariasis. Esta indumentaria en épocas de 3. Discromatopsia.
frío es insuficiente para abrigarse, siendo motivo
del aumento de las enfermedades respiratorias. El Discromatopsia o daltonismo es la incapacidad
grupo minoritario de mujeres mestizas viste a la congénita que afecta la visión de los colores en
usanza occidental. Es notoria la influencia de la algunos individuos. Se caracteriza, o por una imper­
escuela en el cambio de la indumentaria indígena, cepción absoluta de ciertos colores, o por una de­
ya que para asistir a la escuela hay que ir uniforma- ficiente capacidad de discriminación de los mismos.
do con pantalón y playera los varones, y las muje­ Se trata generalmente del rojo y/o del verde.
res con blusa y falda. Los maestros de la escuela En el primer caso, si es absoluta se llama protano­
primaria nos explicaban el cambio esencial de acti­ pía, pero si sólo es parcial, se le conoce como
tudes del niño indígena, una vez que porta el protanomalía. En el segundo caso, si es absoluta
uniforme. Este sólo hecho le infunde seguridad y se denomina deuteranopía y cuando es parcial
lo sitúa en condiciones de enfrentarse a las con­ deuteranomalía.
tínuas vejaciones de que es víctima por parte de Los problemas en la apreciación del azl1l y
)
los niños de ''razón''. del amarillo son raros. En tales casos, se llama trita­
)
Algunos adultos varones aún visten calzón y nomalía si es parc�al y tritanopía si es absoluta.
9
camisa de manta blanca, huaraches de suela de Existen casos, aunque extremadamente raros de
6
llanta que se atan al pie con correas de cuero, pero ceguera total a los colores, generalmente asociada
1
otros andan descalzos. La gente de ''razón'' usa con un impedimento de la visión central. fotofobia
1
zapatos, además de vestir con pantalones y camisas

y n1stagmus.
1
de manufactura industrial para distinguirse del in­ Estas anomalías genéticas se encuentran liga­
o
dígena. Como se ve, el uso de la indumentaria das al sexo,- ya que las padecen principalmente los ·

totonaca tradicional, que en la mayoría. es rala, hombres, en una proporción de 1 O a 2 0 veces más
o
por una parte y la de manufactura occidental por que las mujeres (Kherumian y Pickford, 1 9 59: 1 9 -
o
otra, es uno más de los elementos de la discrimina­ 24 ).
ción entre los de ''razón'' o mestizos que habitan El interés por incluir en nuestro trabajo, estu-
-

19

r-
on
.....

.

'

'

20

00

.�

,
'

.. .. ..

-�

21
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

dios sobre los anteriores aspectos, obedece al pro­ Al comparar nuestros datos con los que pro­
pósito de conocer algo de la estructura genética de porciona Aréchiga (1 979: 96), (Cuadro 9), se ob­
nuestras poblaciones; además de la importancia serva que el porcentaje encontrado es muy parecido
práctica que reviste el hecho de detectar individuos al de los mestizos urbanos mexicanos (4.70%) y
con tales deficiencias y hacerles concíentes de sus bastante cercano al encontrado entre los individuos
posibles problemas en la vida diaria o en el ejerci­ de San Pablo, Tlaxcala (5.43%).
cio de algunas actividades profesionales. En general, los grupos indígenas hasta ahora
La detección de la discromatopsia en los indi­ estudiados muestran valores bajos, únicamente los
viduos estudiados se realizó mediante las tablas de tojolabales estudiados por Aréchiga (ib), sobre­
Ishihara ( 1 9 7 3 ) integradas por 3 8 láminas. Las ano­ salen entre ellos al presentar un valor elevado
taciones se registraron en cédulas individuales dise­ (6. 3 9 %), el que solo se iguala por un grupo de
ñadas ex profeso. empleados federales estudiados en la ciudad de
El análisis preliminar de los datos nos indica México y cuyos valores fueron de 6.3 2 % (Lagunas,
que de los 146 varones examinados cuyas edades inédito), pero superado por lo hallado entre mesti­
van de los 9 a los 20 años, 7 resultaron discrómatas, zos de la mixteca (7 .00%).
o sea el 4.7 9 % del total; 2 fueron casos dudosos De lo observado en el Cuadro 9 , se pueden
(1.36%). Como era de esperarse, ninguna de las 79 entrever dos hechos: primero, que la baja frecuen­
mujeres examinadas (con edades de 1 0 a 1 8 años) cia de discromatopsia es característica de las pobla­
resultó afectada por esta anomalía. ciones indígenas de nuestro país; segundo, que al

CUADRO 9*

Incidencia de discromatopsias en poblaciones mexicanas .


Series masculinas.

Población Discromatopsias Investigadores


n %

'g
Indt ena

Tzeltales 61 0.00 Kalmus y Col., 1964


,
Zinacantecos 92 1.10
,, , "

Tzotziles 2 14 2.30
" " ,,

Cuanalan, México 126 3. 1 7 Halberstein y Col., 1974


Ticul, Yucatán 778 3.60 Giles y Col., 1968
Mayas de Quintana Roo 34 4 4.07 Aréchiga, 1 976-7
Caxhuacan, Pue. 146 4.79 Presente estudio
San Pablo, Tlax. 92 5.43 Halberstein y Col., 1974
Tojolabales 172 6 .3 9 Aréchiga, 1979

Mestiza

Ciudad de México 571 2.30 Garth, T., 1 9 3 3


,, ,,
Inmigrantes mexicanos 523 2.50
''

Tlaxcala, Tlax. 73 2.74 Halberstein y Col., 1974


Mexicanos nacidos en E . U . 346 3.80 Garth, T., 1 9 3 3
Ciudad de México 844 4.03 Pijoan, 1975
Mestizos urbanos, México. 402 4.70 Kalmus y Col., 1 964
Empleados Federales 79 6.32 Lagunas (Inédito)
Mestizos Rurales, Mixteca 142 7.00 Kalmus y Col., 1964

•-Elaborado en base a los datos proporcionados por Aréchiga (1979).

22
COL ECCION C!E,N TIFICA • INA H

parecer a un aumento del mestizaje biológico dos hacia el norte por hablantes mayanos, al sur y
indígena-europeo corresponde un incremento en suroeste por oaxaqueños y mijanos y al oeste por
la incidencia de la discromatopsia. Sin embargo, otopameanos. En el siguiente período, de los Cen­
en algunas poblaciones indígenas se encuentran tros Ceremoniales y Centros Urbanos (Ca. 400 d.
elevados porcentajes de tal padecimiento. ¿Quiere C.), los hablantes del yutonahua habrían cruzado
decir esto que tales poblaciones están en la actua­ ya de oeste a este, territorio otopameano hasta al­
lidad altamente mestizadas? en parte esta puede canzar la Costa del Golfo; quedando así definiti­
ser la explicación, pero dada la naturaleza del pa­ vamente rodeado el grupo totonaco por otopamea­
decimiento, este estado de cosas puede ser también nos, yutonahuanos y mayanos.
producto de la deriva genética, fenómeno que se da Pero además de dicho movimiento habido en
en poblaciones pequeñas a consecuencia de su ais­ la época prehispánica, hay que tener presente la
lamiento, ya sea social o geográfico. El mismo ais­ dinámica poblacional impuesta por la Colonia. Con
lamiento da lugar igualmente a las uniones endogá­ todo lo anterior cabe pensar que los actuales ha­
!Ilicas causantes de algún grado de consanguinidad. blantes nahuas de la región son resultantes de:
Nosotros nos inclinamos a pensar que lo ha­ a) un proceso de nahuatización de antiguas pobla­
llado en Caxhuacan puede explicarse en función de ciones totonacas, b) la migración masiva de hablan­
esto último. tes nahuas hacia la región y consecuentemente el
Por otra parte, también hay que hacer notar desplazamiento de la población totonaca autócto­
que dentro de las poblaciones consideradas como na; o bien, c) en algunos sitios operaron ambas
mestizas, tres cuartas partes de las mismas tienen formas. Como quiera que esto haya ocurrido, el
valores tan bajos como algunas de las estimadas co­ hecho es que aquí estaríamos asumiendo a la vez
mo indígenas. Al respecto, vale la pena decir que que nahuas y totonacos históricamente debieron
en tal situación, pueden intervenir fenómenos co­ mostrar diferencias somatológicas notables, lo cual
mo el lugar de procedencia y el estrato social del resulta difícil sostener radicalmente. Recuérdese
cual fueron extraídos los sujetos estudiados. que ambas poblacion.es son mesoamericanas y por
No hay que olvidar que son pocas aún las se­ lo mismo, guardan relaciones genéticas entre sí y
ries estudiadas y presentan una discrepancia en el sus probables diferencias bioantropológicas, si es
número de casos, por lo que las apreciaciones antes que estas existen, podrían ser imputables a proce­
expresadas quedan sujetas a confirmación futura, sos microevolutivos como resultado de prolongado
amén de los probables errores derivados de la apli- ·
aislamiento geográfico entre sí, mutaciones, deriva
cación de la prueba. genética y sobre todo, mestizaje por contacto con
otros grupos no mesoamericanos.

4. Dermatoglifos.
La muestra estudiada.

Con el mismo interés de estudiar los aspectos Se trata de los dermatoglifos digitales de 240
genéticos de nuestra población, estamos utilizando hombres y 1 5 3 mujeres escolares de primaria y
variables de fácil obtención, como es el caso de los secundaria del poblado totonaco de Caxhuacan,
d ermatoglif os. Pue., los cuales se analizan y se comparan con ma­
Llama la atención la aparente homogeneidad teriales de otros grupos vecinos totonacos y nahuas.
del tamaño corporal de la población de esta región,
lo cual incita a conocer mejor sus características Los datos.
genéticas; ya que nahuas, totonacos, tepehuas y
otomíes muestran fluctuaciones intergrupales mí­ En los Cuadros 10 y 1 1 se presentan las fre­
nimas en su talla, en tanto que la población nahua cuencias de diseño según dígito de cada mano, así
�xhibe variaciones interregionales notables del ran­ como la suma de datos de ambas manos de hombres
go de 9 . 5 cm. y mujeres respectivamente. No es el caso aquí dis­
Tal situación, desde luego, tiene raíces histó­ cutir el dimorfismo sexual en la muestra estudiada,
ricas que habrá que tomar en consideración. De pero se presentan los datos según sexo para facilitar
acuerdo con Manrique ( 1 9 7 5 : 157), nuestra zona la comparación, en su caso, con otras series.
estuvo ocupada por hablantes totonacos a partir En el Cuadro 1 2 aparecen las frecuencias glo­
del período de las Aldeas y Centros Ceremoniales bales de dichos diseños junto con datos de otras
(Ca. 600 a. de C.). Se encontraban entonces, rodea- poblaciones. En dicho Cuadro se aprecian algunas

23
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

CUADRO lO

Frecuencia porcentual de diseño según dígitos y lado.


Totonacos de Caxhuacan, Pue.
Hombres

n = 240
Dígitos Lado Arcos Presillas
Cubital Radial Total Torbellinos

Der. 9 ( 3.75) 64 (26.66) 4 ( 1 .66) 68 (28 . 3 3 ) 1 6 3 (67 . 9 1 )


1 Izq. 12 ( 5 .00) 74 (30.83) 5 ( 2.08) 79 (32.91) 149 (62.08)
D+I 2 1 ( 4.37) 1 3 8 (28.75) 9 ( 1.87) 147 (30.62) 3 1 2 (65 .00)
Der. 3 3 ( 1 3 .7 5 ) 98 (40.8 3 ) 2 1 ( 8.75) 1 1 9 (49.58) 88 (36.66)
11 Izq. 3 5 (14.58) 81 ( 3 3 . 7 5 ) 40 (16.66) 1 2 1 (50.41) 84 ( 3 5.00)
D+I 68 (14.16) 179 (37 .29) 61 (12.70) 240 (50.00) 172 ( 3 5 .83)
Der. 1 2 ( 5 .00) 176 (7 3 . 3 3 ) 3 ( 1 .2 5 ) 1 7 8 (74.16) 49 (20.41)
III Izq. 20 ( 8 . 3 3 ) 1 5 0 (62.50) 4 ( 1 .66) 154 (64.16) 66 (27 .50)
D+I 32 ( 6.66) 326 (67 . 9 1 ) 7 ( 1 .45) 3 3 2 (69.16) 1 1 5 (2 3 . 9 5 )
Der. 2 ( 0.8 3 ) 101 (42.08) 1 ( 0.41) 102 (42.50) 1 3 6 (5 6.66)
IV Izq. 5 ( 2.08) 105 (43 . 7 5 ) 1 ( 0.41) 106 (44.16) 129 ( 5 3 . 7 5 )
D+I 7 ( 1 .45) 206 (42 . 9 1 ) 2 ( 0.41) 208 (43 . 3 3 ) 265 (5 5 .20)
Der. 4 ( 1 .66) 187 ( 7 7 . 9 1 ) 1 ( 0.41) 188 ( 7 8 . 3 3 ) 48 (20.00)
V Izq. 7 ( 2.91) 201 ( 8 3 . 7 5 ) 1 ( 0.41) 202 (84.16) 3 1 (12.91)
D+I 1 1 ( 2.29) 388 (80.83) 2 ( 0.41) 390 (81.25) 7 9 ( 1 6.45)
Der. 60 ( 5 . 00) 626 ( 5 2 . 1 6) 30 ( 2.50) 655 (54.58) 484 (40.3 3 )
1-V Izq. 7 9 ( 6.58) 6 1 1 (50.91) 5 1 ( 4.25) 662 ( 5 5 . 1 6) 459 (38.25)
D+I 1 3 9 ( 5.79) 1 2 3 7 ( 5 1 .54) 81 ( 3 .3 7 ) 1 3 1 7 (54.87) 943 (39.29)

Nota. Los porcentajes se hallan entre paréntesis delante de cada frecuencia.

diferencias, así como otras similitudes, de los valo­ de Caxhuacan, Pue. Con relación a las presillas,
res porcentuales que se presentan. Obsérvase por estas presentan valores muy parecidos entre las
ejemplo en los varones, la diferencia de frecuencia cuatro series en cuestión, pero con los torbellinos
de arcos entre totonacos de El Taj ín, Ver. y sus se aprecian nuevamente notables diferencias, sien­
hermanos lingüísticos de Caxhuacan, Pue.; estos do más elevados entre las mujeres totonacas de El
últimos presentan porcentajes más altos en casi 3 % Taj ín, Ver. respecto a las otras series en com-
sobre los anteriores, siendo los totonacos de Cax­
. ,

parac1on.
huacan, en este rasgo más parecidos con los nahuas
de Comaltepec, y del Valle de Cholula, Pue. En . . ,

Discuszon.
cuanto a presillas, los datos nos revelan el parecido
entre las cuatro series; pero en torbellinos, se obser­ En los Cuadros 1 3 y 14, presentamos los resul­
va una apreciable diferencia entre totonacos de El tados del análisis estadístico efectuado para probar
Taj ín y nahuas del Valle de Cholula, siendo estos si las diferencias observadas son significativas o no.
últimos los de frecuencia menor. En dichos Cuadros se consignan las diferencias en­
Entre las mujeres, el fenómeno se presenta de tre las frecuencias porcentuales y sus respectivos
manera similar. Respecto a la frecuencia porcentual valores de t de proporciones (Montemayor, 1 97 3 :
de arcos, la muestra de El Tajín presenta los valores 220). Como podrá apreciarse, el diseño en arco en­
más bajos y la de Comaltepec, Pue. tiene valores tre los totonacos de El Tajín presentó una frecuen­
elevados, ocupando un lugar intermedio la muestra cia significativa más baja que las demás series entre
'

24
COLECCION Cft'NTIFICA ' INAH

CUADRO l l

Frecuencia porcentual de diseños, según dígitos y lado.


Totonacos de Caxhuacan, Pue.
Mujeres

n= 153
Dígitos Lado Arcos Presillas
Cubital Radial Total Torbellinos

Der. 6 ( 3.92) 61 (39.86) 3 ( 1.96) 64 (41.83) 83 (54.24)


1 Izq. 1 2 ( 7 .84) 53 (34.64) 4 ( 2.61) 57 (37 .25) 84 (54.90)
D+ I 1 8 ( 5 .88) 1 14 (37 .25) 7 ( 2.28) 1 2 1 (39.54) 167 (54.57)
Der. 1 9 ( 1 2 .41) 64 (41.83) 1 3 ( 8.49) 77 (50.32) 5 7 (37 .25)
II Izq. 2 8 (18.30) 64 (41 .83) 20 (1 3 .07) 84 (54.90) 41 (26.79)
D+I 47 ( 1 5.35) 128 (41.83) 3 3 (10.78) 161 (52.61) 98 (32.02)
Der. 9 ( 5.88) 1 1 5 ( 7 5 . 1 6) 1 ( 0.65) 1 16 (75.81) 28 (18.30)
111 Izq. 1 3 ( 8.49) 98 (64.05) - - -
98 (64.05) 42 (27.45)
D+I 22 ( 7 .18) 2 1 3 (69.60) 1 ( 0.32) 2 14 (69.93) 70 (22.87)
Der. 3 ( 1.96) 79 ( 5 1 .63) - - -
79 ( 5 1 .63) 7 1 (46.40)
IV Izq. 6 ( 3.92) 7 1 (46.40) 4 ( 2.61) 75 (49.01) 72 (47 .05)
D+I 9 ( 9.94) 1 5 0 (49.0 1 ) 4 ( 1 .30) 1 5 4 (50.32) 143 (46.73)
Der. 5 ( 3 .26) 126 (82.35) - - -
126 (82.35) 22 (14.37)
V Izq. 8 ( 5 .22) 1 2 1 (79.08) 2 ( 1.30) 1 2 3 (80.39) 22 (14.37)
D+I 1 3 ( 4.24) 247 (80.71) 2 ( 0.65) 249 (81.37) 44 (14.37)
Der. 42 ( 5 .49) 445 ( 5 8 . 1 6) 17 ( 2.22) 462 (60.39) 261 (34.11)
I-V Izq. 67 ( 8.7 5) 407 (5 3.20) 30 ( 3.92) 437 (57 .12) 261 (34. 1 1 )
D+I 109 ( 7 . 1 2) 852 (5 5.68) 47 ( 3.07) 899 (58.75) 522 (34.11)

Nota. Los porcentajes se hallan entre paréntesis delante de cada frecuencia.

los hombres. En las mujeres, aunque esta diferencia habla de la baja relativa de frecuencia de torbellinos
es notoria entre ambas poblaciones totonacas, no respecto a presillas en la serie Cholutleca. Sin em­
alcanza un nivel estadísticamente significativo co­ bargo, en la serie femenina este hecho no se hace
mo ocurre con la comparación de las otras series tan patente. Por el contrario, el Indice de Dank­
totonacas con nahuas. Destaca la gran similitud en meijer que pone en relación porcentual arcos
la frecuencia de este rasgo entre ambas poblaciones y torbellinos, ofrece valores elevados en hombres
nahuas tanto masculinas como femeninas. y muj eres cholultecos y muy bajos en la serie
Con el objeto de continuar el análisis que he­ totonaca de El Tajín, Ver. ocupando las series de
mos iniciado, a continuación estudiaremos el com­ Caxhuacan, Pue. y Comaltepec, Pue. valores inter­
portamiento de los Indices de Cummins, Furuhata medios.
y Dankmeijer, cuyos valores aparecen en el Cuadro Conclusiones.
1 5 . El índice de Cummins presentó sólo pequeñas En tanto se abunde en mayor número de da­
diferencias no significativas entre las cuatro mues­ tos dermatoglíficos de estas poblaciones y se estu­
tras; pero el de Furuhata, que da la relación por­ dien de manera integral, junto con otras variables
centual entre torbellinos y presillas, en los varones somatológicas, por ahora solo podemos adelantar
reveló una notable diferencia entre nahuas de Cho­ lo siguiente, que en su oportunidad será ratificado
lula y los demás grupos estudiados, ya que éstos o rectificado. En el problema particular de las
presentaron valores superiores a 70, en tanto que relaciones biológicas entre poblaciones, a partir
aquellos sólo arrojaron un valor de 59.05, lo cual del estudio de los de1111atoglifos, se tropieza con

25
L A S CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDA D TOTONA CA

CUADR0 12

Frecuencia global de diseños digitales en


algunas poblaciones nahuas y totonacas.
Hombres.

n A Pc - Pr T

Totonacos *
El Taj ín, Ver. 67 1 9 (2.83%) 3 7 3 ( 5 5 .6 7 %) 278 (41 .49%)
Totonacos
Caxhuacan, Pue. 240 1 3 9 (5 .79%) 1 3 1 7 (54.87%) 943 ( 39.29 %)
Nahuas *
Comaltepec, Pue. 80 42 ( 5 . 2 5 %) 434 (54.25 %) 324 (40.50%)
Nahuas *
Valle de Cholula, Pue. 177 100 (5 .64%) 1050 ( 5 9 . 3 2 %) 620 ( 3 5 .02 %)

Muj eres

Totonacos *
El Taj ín, Ver. 52 3 1 (5.96%) 3 7 3 (56.5 3 %) 1 9 5 ( 3 7 .5 0 %)
Totonacos
Caxhuacan, Pue. 153 109 (7 . 1 2 %) 899 (58.7 5 %) 522 (34. 1 1 %)
Nahuas *
Comaltepec, Pue. 72 66 ( 9. 1 6%) 424 (58.88%) 2 30 ( 3 1 .94%)
Nahuas *
Valle de Cholula, Pue. 185 167 (9.02 %) 1059 (57.24%) 624 ( 3 3 .7 2 %)

• Datos tornados de Serrano (1975: 148, 152 y 1 5 3).

la dificultad de saber precisar las distintas propor­ a) los totonacos de El Tajín, Ver., mantienen una
ciones del mestizaje biológico europeo-indígena o diferencia considerable respecto a los propios to­
bien indígena africano. tonacos de la Sierra; b) nahuas y totonacos de la
La baja incidencia de arcos en la muestra de Sierra observan un gran parecido entre sí, a partir
El Taj ín, Ver. respecto a las otras series que se pre­ del Indice de Dankmeijer; e) se vislumbra un pa­
sentan, es un claro ejemplo de lo que se está refi­ recido genético más estrecho entre los nahuas y
riendo, ya que es probable que esta baja fre cuencia totonacos de la Sierra con los del Altiplano Pue­
de arcos se daba a un menor mestizaje europeo­ bla-Tiaxcala, que con los totonacos de la Costa.
indígena respecto a las otras series. Lo anterior
podría apoyarse igualmente en la alta frecuencia
de torbellinos que este grupo muestra tanto en 5. Algu11os caracteres morfoscópicos.
hombres como en mujeres (Cuadro 12). Lo cierto
es que este grupo resulta diferente de los otros, a Si entendemos a una raza como un segmento
partir de la frecuencia de arcos y torbellinos. La importante de la especie, la que desde la primera
frecuencia en relaciones porcentuales de arcos y dispersión de la humanidad ocupó una región am­
torbellinos analizada a partir del índice de Dank­ plia y geográficamente determinada, podemos in­
meijer, hace destacar estas observaciones (Cuadro ferir que las razas dentro de sus propios nichos
15). En base a tales resultados puede decirse que: ecológicos adquirieron sus atributos genéticos <lis-
'

26
COLECCION CIEN TIFICA ' INA H

CUADRO 1 3

Análisis de las diferencias entre porcentajes de frecuencias globales


de diseños digitales entre cada par de poblaciones.
Hombres

Totonacos Totonacos
Tajín, Ver. Caxhuacan, Pue. Diferencia

Arcos 2.83 % 5.79% 2.96 4.52 * *


Presillas 5 5 .67 % 54.87% 0.80 0 .08
Torbellinos 41 .49% 39.29% 2.20 0.36
Totonacos Nahuas
Tajín, Ver. Comaltepec, Pue.

Arcos 2.83% 5.25% 2 .42 3.45 * *


Presillas 5 5 .67 % 54.25% 1 .42 0.09
Torbellinos 4 1 .49% 40.50% 0.99 0. 1 0
Totonacos Nahuas
Tajín, Ver. Cholll;la, Pue.

Arcos 2.83 % 5.64% 2.81 4.2 3 * *


Presillas 5 5 .67 % 59.32% 3 .65 0.3 1
Torbellinos 41.49% 3 5 .02 % 6.47 1 .08

Totonacos Nahuas
Caxhuacan, Pue. Comaltcpec, Pue. ·

Arcos 5.79% 5.25 % 0.54 1.03


Presillas 54.87 % 54.25% 0.62 0.04
Torbellinos 39.29 % 40.50% 1 .2 1 0.15
Totonacos Nahuas
Caxhuacan, Pue. Cholula, Pue.

Arcos 5.79% 5.64% 0.15 0.3 3


Presillas 54.87 % 59.32% 4.45 0.45
Torbellinos 3 9 .29% 3 5 .02 % 4.27 0.83

Nahuas Nahuas
Cholula, Pue. Comaltepec, Pue.

Arcos 0.39 0. 64

5.64% 5 .2 5 %
r

Presillas 59.32% 54.25 % 5 .08 0 .45



Torbellinos 3 5 .02 % 40.50 % 5. 48 0. 95

• • Doble asterisco n
i dica diferencias estadísticas altamente significativas.
f1 - f2
(l ) /p1 - p2/ donde P 1 y Pz son las proporciones en que se presentan las variables a estudiar; Pw -----

\n¡_ + �)
Se usó la fórmula: ;

) V
/Pw (J:_
qw
n2
n 1 - n2
l siendo f1 y fz las frecuencias de las variables y n 1 y nz el número total de cada muestra a comparar. qw resulta de 1-P. De esta manera,
el término expresado en el denominador es el error estándar de la diferencia en cuestión (Montemayor, 1973: 220).

s
-
'

27
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

CUADR0 14

Análisis de las diferencias entre porcentajes de frecuencias globales


de diseños digitales entre cada par de poblaciones. Caxhuacan, Pue.
Mujeres

Totonacos Totonacos
Tajín, Ver. Caxhuacan, Pue. Diferencia

Arcos 5 .96% 7.12% 1.15 1.62


Presillas 56.5 3 % 58.7 5% 2.22 0 .9 3
Torbellinos 3 7 .50% 34. 1 1 % 3 .39 0.55

Totonacos Nahuas
Tajín, Ver. Comaltepec, Pue.

Arcos 5 .96% 9.16% 3.20 4.47 * *


Presillas 56.53% 58.88% 2.3 5 0.66
Torbellinos 3 7 .50% 3 1 .94% 5 .56 0 .7 4

Totonacos Nahuas
.,

TaJin, Ver. Cholula, Pue.

Arcos 5.96% 9.02% 3.06 5.36**


Presillas 56.5 3 % 57.24% 0.71 1.15
Torbellinos 3 7 .50% 3 3 .7 2 % 3 .77 0.66

Totonacos Nahuas
Caxhuacan, Pue. Comaltepec, Pue.

Arcos 7.12% 9.16% 2 .04 3.73**


Presillas 58.7 5% 58.88% 0.13 0.008
Torbellino 34. 1 1 % 3 1 .94% 2.17 0.3 3

Totonacos Nahuas
Caxhuacan, Pue. Cholula, Pue. t
1
4.69 * *

Arcos 7.12% 9.02% 1.90


Presillas 58.7 5 % 57 .24% 1.51 0.15
Torbellinos 34. 1 1 % 3 3 .7 2 % 0.39 0.08

Nahuas Nahuas
Cholula, Pue. Comaltepec, Pue.

Arcos 9.02% 9.16% 0.14 0.35


Presillas 57 .24% 58.88 % 1.64 0.14
Torbellinos 3 3 .72 % 3 1 .94% 1.78 0.36

(1) 1 3.
La misma llamada del Cuadro

** La misma llamada del Cuadro 1 3

'

28

-
COLECC!ON CJENTIFJCA •
INAH

CUADR0 1 5

Indices de Cummins, Furuhata y Dankrneij er en


algu nas poblaciones nahuas y totonacas.
Hombres

l. Cummins l. Furuhata l. Dankmeij er


n m s

Totonacos
El Taj ín, Ver. 67 1 3 .86 3.50 74.5 3 6.82
Totonacos
Caxhuacan, Pue. 240 1 3 .34 3.61 7 1 .60 14.74
Nahuas
Comaltepec, Pue. 80 1 3 .52 3.61 74. 5 1 12.96
Nahuas
Cholula, Pue. 177 12.93 3.52 59.05 16.13

Muj eres

Totonacos
El Taj ín, Ver. 52 1 3.15 3.68 66.34 15.89
Totonacos
Caxhuacan, Pue. 153 12.69 3.90 58.06 20.88
Nahuas •

Comaltepec, Pue. 72 12.28 3.60 54.24 16.89


Nahuas
Cholula, Pue. 185 1 2 .47 4.10 59.01 26.5 5

::intivos, es decir su apariencia física observable moderna cuando la ''Variación física humana pudo
macroscópicamente y sus propiedades biológicas ser mejor entendida al relacionar la distribución de
:ntrínsecas (genéticas), tomando parte en ello las los rasgos morfológicos específicos a la distribución
fuerzas selectivas tanto ambientales como cultu- e historia (también la prehistoria) de las fuerzas
selectivas y adaptativas relevantes'' (Brace y Mon­
rales (Coon, 1 969 : 27-28).
tagu, 1 97 7 : 3 90).
En un principio, los miembros de una raza o
Se tiene así que el conocimiento de la distri­
grupo humano determinado distinguieron a los
bución de los caracteres morfoscópicos son de gran
:niembros de otro grupo diferente a través de su
utilidad para comprender la variabilidad humana,
apariencia física (conjunto de rasgos físicos pro­
entendida ésta como el producto de la adaptación
piamente dichos) y rasgos culturales (vestido, ador­
de los individuos a su medio por interacción de su
no, pintura, etc.).
pool genético y el medio ambiente en general.
Entre los primeros estudiosos de los grupos
Este tipo de datos han sido generalmente des­
humanos, los caracteres morfológicos fueron el pri­
cuidados en los estudios antropofísicos realizados
mer vehículo de descripción racial ''Dicha descrip­
en nuestro país, por esta razón, es indispensable
ción adoptó primero la forma de generalizaciones,
que se incluyan en futuros trabajos que estén en­
como una categorización zoológica linneana. Más
caminados, al conocimiento de estas características
Iarde, los antropólogos físicos hicieron medidas y
fenotípicas en diferentes sectores de la población,
análisis estadísticos de las características racialmen­
como un medio de comprender su variabilidad.
:e variables en muestras de la población significati­
\·amente amplia (Coon, lb. , : 28). En México particularmente, el poblamiento
No fue sino hasta la aparición de la genética antiguo de sus diversas regiones y el aislamiento

29
--
r ��������-----------------------------------------------

LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

Fig. 9. Pliegue epicántico .

a b e
Forma 1


-

a b t
Forma l!

FormaJIJ a b
Forma IV

a b e
Forma V

'

30
COLECCJON CJJ<,'NTIFICA INAH

- -
- -
- -
- -
- - -

- -
- -

- ...
-
- -
-

- - o
®19
- -

Fig. 10. Eje de la abertura palpebral.

31
,
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONA CA

Fig. 11. Forma de los ojos.

1 2 3 4
,

FUSIFORME ALMENDRADO ASIMETRICA

Fig.12. Pilosidad de las cejas.

1 2 3
-

ESCASA MEDIANA ABUNDANTE

®.�

32

COLECCION CIENTJFICA '
INAH

1 -1 1-2 1-3 1-4 1-5

2-1 2-2 2-3 2-4 2-5

3-1 3-2 3-3 3-4

4-1 4-2 4-3 4-4

Fig. 13. Formas del perfil nasal .


33
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TO TONA CA

relativo entre los diferentes grupos indígenas que pecto a la forma del reborde del pabellón auricular
en muchos sitios perduró hasta épocas recientes, y el desarrollo del tubérculo de Darwin, propone­
así como el intenso mestizaje que tuvo efecto en el mos los esquemas de las figuras 1 5 y 1 6 , porque
siglo XVI, exige que el estudio antropofísico de los esquemas propuestos por Schwalbe, reproduci­
la actual población mexicana considere el análisis dos por Martin y Saller ( 1 95 7 ), mezclan la forma
de la variabilidad que se expresa en los rasgos mor­ del pabellón auricular con el desarrollo del tubér­
fológicos. culo (Lagunas, Inédito). Tocante al grosor de los
labios se agregaron las formas 5 y 6 (Fig. 1 8 ), la
Métodos y técnicas de observación. forma de las comisuras labiales se tomaron de
Yamazaki ( 1 960). En cuanto a la forma del dorso
Para el estudio de los rasgos céfalo-faciales, el de la mano, se agregó únicamente la forma 4 (cua­
sujeto se observó de frente y de perfil (lado izquier­ drada); a las formas 1 y 2 se les denomina trape­
do), con la cabeza orientada en el plano de Franc­ zoidal de base carpal y trapezoidal de base digital,
fort en un lugar con iluminación natural y suficien­ respectivamente (Fig. 2 1 ).
te. Para el registro de los datos se utilizó una cédula
diseñada a propósito en la que los rasgos en estudio La muestra.
se agruparon según las regiones. En esta ocasión no
se incluyeron los rasgos pigmentarios, concretándo­ La investigación abarcó individuos que van
nos a algunos datos cefálicos y de las manos, en de los 7 a los 1 8 años de edad, pero en este reporte
el orden siguiente; sólo se incluyen sujetos entre los 1 3 y los 1 5 años.
1 . Región de los ojos. Comprende 4 rasgos a Se han dejado para otra ocasión los de 7 a 1 2 y los
saber: pliegue epicántico, eje de la abertura de 1 6 a 1 8 años.
palpebral, for1na de los ojos y pilosidad de
las cejas. Región de los ojos.
2. Región nasal. Se consideran sólo 2 rasgos:
perfil nasal y posición y forma de los ori­ Pliegue epicántico. De acuerdo a los datos que se
ficios nasales. proporcionan en el Cuadro 1 6, se puede decir que
3. Región auditiva. Se tratan 3 características: la forma 3 (pliegue superior regularmente aboveda­
forma del pabellón auricular, punta o tubér­ do) es la predomina11te en el 70.58% de los varones
culo de Darwin y la implantación del y el 58.82.% de las mujeres (Fig. 9). Las otras for­
lóbulo. mas están representadas de manera escasa, mien­
4. Región bucal. Se tomaron en cuenta única­ tras que la 2, 4 y 6 no se hallaron.
mente el grosor de los labios y la forma de
las comisuras labiales. Eje de la abertura palpebral. Las formas 1 y 2 es­
5. Cara en general. Se estudió únicamente la tuvieron. ampliamente representadas en ambos se­
forma del conton10 facial. xos, la 1 (eje l1orizontal) en el 52 .94% de los
6. Región de la cabeza. Se anotó únicamente hombres y en el 4 5 . 09% de las mujeres; la 2 (eje
la abundancia del cabello. oblícuo con la comisura externa ascendente) en el
7. La mano. Se tomaron en consideración 3 30 .5 8 % de hombres y en el 52 .94% de mujeres.
rasgos: forma de los dedos, del dorso de la Con fundamento en los porcentajes del Cuadro 1 6 ,
mano y de las uñas. puede decirse que existe un ligero predominio de
la forma 1 en varones y de la forma 2 en las muje­
Los esquemas en los cuales nos basamos para res (Fig. 10).
la identificación de los caracteres fueron aquellos
que se dan en los principales manuales de antropo­ Forma de los ojos. Los datos respectivos se dan en
logía (Comas, 1 9 76; Martin y Saller, 1 9 57; Olivier, el Cuadro 16, en donde se aprecia que la forma 4
1 960; Pospisil, 1 965). En algunos casos hicimos (asimétrica, ojo de concavidad inferior en su parte
ligeras modificaciones en cuanto a su ordenamiento� interna) es la predominante en ambos sexos, hom­
como sucedió con el perfil de la nariz en donde bres 6 1 . 1 7 % ; mujeres 50.98% (Fig. 1 1 ). La for111a 1
agregamos además las formas 3 -4, 4-2 y 4-3 (fusiforme) también estuvo representada en el
(Fig. 1 3 ); posición y forma de los orificios nasales 3 7 .64% de los hombres y en el 45.09% de las mu­
en donde se agregaron las formas 7, 8 y 9. Con res- jeres. La forma 3 (asimétrica de concavidad infe-
'

34
COLECCION CIENTIF!CA '
INAH

1 CUADR0 1 6
-
'
'
Algunas características de los ojos en jóvenes totonacos
- ( 1 3 a 1 5 años).
l
Caxhuacan, Pue.
-


l
Características Forma Hombres Mujeres
n 9!
o n 9!
o
:>
"'

)
- 1 6 7 .05 5 9.80
- 3 60 70.58 30 58.82
Pliegue epicántico 5 3 3 .5 3 1 1.96
'
7 4 4.70 9 17 .64
8 2 2.35 1 1 .96
9 10 1 1 .76 5 9.80
Total 85 99.97 51 99.98

1 1 45 52.94 23 45.09
e Eje de la abertura 2 26 30.58 27 52.94
'.
'
palpebral 3 10 1 1 .76 .
s 4 4 4.70 1 1 .96
Total 85 99.98 51 99.9 9

1 32 37.64 23 45.09
Forma de los ojos 2 1 1.17 2 3 .92
4 52 61.17 26 50.98
e
Total 85 99.98 51 99.99
e
L- 1 28 32.94 17 3 3 .33
:s Pilosidad de las cejas 2 28 32.94 23 45.09
-
3 29 34. 1 1 11 21.56

L- Total 85 99.99 51 99.98

rior en su parte externa.), no se encontró en esta mujeres. Resalta también la forma 3 -2 (nariz de
::iuestra de la población estudiada. dorso convexo, raíz hundida y punta horizontal)
en el 1 7 .64% de mujeres, y la forma 4-1 (nariz de
-
,_

Pilosidad de las cejas. Como se ve en el Cuadro 1 6 , dorso sinuoso, raíz ligeramente hundida y punta le­
�s
:os porcentajes para los tres grados considerados vantada) en el 1 6.47 % de los varones.
e
escaso, mediano y abundante), son muy semejan­
�1
�es entre sí, sobre todo en los varones en donde los Posición y forma de los orificios nasales (Fig. 14 ).
�.-alores porcentuales están alrededor del 30%; en En el Cuadro 1 8 , se ve un marcado predominio de
),
'

:.as mujeres se observa un ligero predominio de la forma 9 (forma de gota) en ambos sexos (54.2 1 %
.e
cejas con pilosidad mediana cuya frecuencia fue hombres y 5 9 . 1 8 % mujeres). Se encontró también la
de 45 .09% (Fig. 1 2 ). forma 8 (orificios de altura media y de concavidad
interna) en un 2 6 . 2 5 % de los varones, esta misma
R egión nasal. forma y la 3 (orificios de forma ovoide) se
n
encontraron en mujeres con porcentajes idénticos
4
Perfil nasal. Por los datos del Cuadro 1 7 , se puede (14.2 8%).
:e
1-
decir que en esta población el perfil nasal (Fig. 1 3 )
1 resultó ser un rasgo muy variable, a pesar de ello, R egión auditiva.
se ve cierto predominio de la forma 2 - 3 (nariz
el
de dorso recto, raíz hundida y punta medianamen­ Forma del pabellón auricular. En el Cuadro 1 9 ,
j-
e- :e levantada) en el 22. 3 5 % de hombres y 23. S 2 % de se ve claramente que la forma 1 (pabellón pirifor-

35

LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

CUADRO 17

El perfil nasal de jóvenes totonacos


( 1 3 a 1 5 años). Caxhuacan, Pue.

Formas Hombres Mujeres


n n

1-1 2 2.35 - -

1-2 7 8.23 2 3.92


1-4 ·3 3 .52 7 1 3.72
2-1 4 4.70 1 1 .96
2-2 4 4.70 - -

2-3 19 22.35 12 23.52


2-4 -
1 1.96
2-5 4 4.70 1 1 .96
3-1 1 1.17
3-2 8 9.41 9 17 .64
3-3 2 2.35 1 1.96
. 3-4 12 14�1 l .
I
,.,
1 3 .72
4-1 14 16.47 . 4 7.84
4-2 2 2.35 5 9.80
4-3 3 3.52 1 1 .96

Totales 85 99.93 51 99.96

CUADR0 1 8

Forma de los orificios nasales de jóvenes totonacos


( 1 3 a 1 5 años).
Caxhuacan , Pue.

Formas Hombres Mujeres


n n

2 1 1 .20
3 2 2 .40 7 14.28
4 7 8.43 4 8.16
5 5 6.02 2 4.08
7 1 1 .20
8 22 26.25 7 14.28
9 45 54.21 29 59.18
Totales 83 99.96 49 99.98

36
COLECCJON CIENTIFICA '

INAH

CUADRO 1 9

Algunas características de la oreja de jóvenes totonacos


( 1 3 a 1 5 años)
Caxhuacan, Pue.

Características Formas Hombres Mujeres


n �
o n o

1 51 60.00 30 58.82
3 1 1.17
Forma del reborde del 4 2 2. 3 5 1 1 .96
pabellón auricular 5 15 1 7 .64 9 17.64
6 8 9 .4 1 2 3.92
7 8 9.41 9 1 7.64
Total 85 99.98 51 99.98

o 64 75.29 43 84. 3 1
1 13 1 5 .29 3 5.88
Tubérculo de Darwin 2 6 7. 05 5 9 .80
3 2 2.35 -

Total 85 99.98 51 99.99

Implantación del 1 77 90.58 46 90.19


lóbulo 2 8 9.41 5 9.80
Total 85 99.99 51 99.99

CUADRO 20

Algunos caracteres de la boca de jóvenes totonacos


( 1 3 a 1 5 años). Caxhuacan,Pue.

Características Forma Hombres Mujeres


n �
o n o

2 10 1 1 .76 7 1 3 .72
3 54 63.52 34 66.66
Grosor de los labios 4 1 1.17
5 14 16.47 5 9.80
6 6 7.05 5 9.80
Tótal 85 99.97 51 99.98

1 41 48.23 35 68.62
Forma de las comisuras 2 8 9 .4 1 3 5.88
labiales 3 36 42. 3 5 13 2 5 .49
Total 85 99.99 51 99.99

37
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

me), predomina en ambos sexos con porcentajes jes más elevados son para las formas 10 y 9 (pen­
muy parecidos 60.00% hombres y 5 8 . 8 2 % mujeres tagonal y trapezoidal invertida, respectivamente) la
(Fig. 1 5 ) . Las formas 5 (pabellón ovoide) y 7 (va­ primera en el 34. 1 1 % de los hombres, la segunda
riante de la forma 2 ), también se hicieron manifies­ en el 3 7 . 2 5 % de las mujeres (Cuadro 2 1 ) . En los va­
tas; la primera en un 1 7 .64% para cada sexo y la rones se observan dos formas más, con porcentajes
segunda con el mismo porcentaje pero sólo en mu­ importantes: la 2 (oval) con 2 3 . 5 2 % y la 9 (trape­
jeres. Como se aprecia, la variabilidad es un poco zoidal invertida) con 2 1 . 1 7 %.
mayor en las mujeres que en los hombres. Por otra parte, cabe mencionar que las formas
La forma 2 no se encontró en la presente 4, 5 y 6 no se encontraron en los hombres, así
muestra de jóvenes totonacos. como tampoco las formas 6 y 8 en las mujeres. Las
·formas restantes tuvieron una escasa representa­
Tubérculo de Darwin. Conforme a los porcentajes ción, sobre todo en hombres.
del Cuadro 19, podemos decir que la ausencia del
tubérculo de Darwin es lo característico ya que el Cab ello.
7 5 . 2 9 % de los hombres y el 84. 3 1 % de las mujeres
no lo presentan. Los siguientes grados de desarro­ Abundancia del cabello. En cuanto a este carácter,
llo del tubérculo de Darwin estuvieron escasamente las observaciones se realizaron en 85 hombres y 5 1
representados. El grado 3 no se encontró en mu­ mujeres . Resultó, que el 92.94% de los hombres y
jeres (Fig. 16). el 86.27% de las mujeres tienen cabello abundante
y el 7.0 5 % de los primeros y el 8.2 3 % de las segun­
Implantación del lóbulo. Los porcentajes para la das tienen pilosidad regular. No hubo casos de
forma 1 (lóbulo libre) son predominantes tanto en pilosidad escasa ni de calvicie, como era de esperar­
hombres (90 . 5 8 %) como en mujeres (90 . 1 9 %), la se dada la corta edad de los sujetos.
forma 2 (lóbulo adherido) se encontró en escasa
proporción (Cuadro 1 9 , Fig. 1 7 ) .
La mano.

R egión bucal. Formas de la mano. En la Fig. 2 1 se ilustran las for­


mas típicas que se utilizaron en nuestro estudio.
Grosor de los labios. En el Cuadro 20, se observa En el Cuadro 2 2 se presenta la distribución de
que la forn1a 3 (labios gruesos) es la predominante dichos rasgos, notándose el predominio de la forma
en ambos sexos con porcentajes muy parecidos: 2 en ambos sexos. Se vislumbran sin embargo, cier­
hombres 63 . 5 2 %; mujeres 66.66% (Fig. 1 8). Las tas diferenciaciones sexuales en la frecuencia de di­
otras formas estuvieron escasamente representadas ; chas formas, pues la forma 1 no se halló en mujeres;
sin embargo, destacan entre ellas la forma 5 (labio la 2 tuvo un ligero predominio en los hombres y la
superior delgado e inferior grueso) en un 1 6 .47% de 3 se presentó en mayor número de mujeres, en
los hombres, y la forma 2 (labios de grosor medio) tanto que la 4 no apareció entre estos individuos,
en el 1 3 . 7 2 % de las mujeres. La forma 1 no se en­ tal como puede apreciar5e en el Cuadro 2 2 .
contró en la presente muestra de jóvenes totonacos.
Formas de los dedos. En consideración a los valores
Forma de las comisuras labiales. La forma 1 , (comi­ dados en el Cuadro 2 2 , podemos decir que las tres
sura horizontal, Fig. 1 9), fue la más característica formas : cónica, espatular y rectangular (Fig. 2 2 ) ,
en los sujetos estudiados, aunque con cierta dife­ se encontraron representadas en esta serie, pero en
rencia sexual a favor de las mujeres (48 . 2 3 % y mayor cuantía la forma 1 (cónica) en el 5 2 . 3 8 %
68.62%, respectivamente, Cuadro 20). La forma 3 de hombres y el 54.90% de mujeres. Los porcenta­
(c<)misura elevada), es la que le sigue pero con por­ jes para las formas 2 y 3 son muy parecidos entre
centajes menores, aquí también se aprecia una lige­ sí en cada sexo. La forma 4 (forma de palillo de
ra diferencia sexual (hombres 4 2 . 3 5 %, mujeres tambor o de baqueta) no se encontró.
2 5 .49%), en este caso a favor de los varones. ·

Forma de las uñas. De las 1 1 formas de uñas que se


La cara en general. dan en los textos de antropología sólo 6 fueron
encontradas en la presente serie (formas 1 , 2 , 4 , 5 ,
Forma del contorno facial (Fig. 20). Los porcenta- 7 y 1 1 ) , predominan las uñas rectangulares (for-
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38

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Fig. 1 4. Posición y forma de los orificios nasales .


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39

LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

1 2 3

5 6

Fig. 15. Formas del pabellón


auricular.
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COLECCION CIENTIFICA INAH
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Fig . 16. Tubérculo de Da rwi n.

o 1 2 3

Fig.17. Formas de implantación del lóbulo .

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Fig. 18. Variaciones en el grosor de los labios .

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HORIZONTALES ABATIDAS

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3
ELEVADAS

Fig. 19. Formas de comisuras labiales.


'

42
COLt'CCION CIEN TIFJCA '
INAH

CUADRO 2 1

Forma del contorno facial de jóvenes totonacos


( 1 3 - 1 S años).

Caxhuacan, Pue.

Formas Hombres Mujeres


n n

1 3 3.52 3 5 .88
2 20 23.52 6 1 1 .7 6
3 7 8.23 6 1 1 .76
4 8 15.68
5 1 1.96
7 2 2.35 1 1.96
8 6 7.05
9 18 2 1 .17 19 37.25
10 29 34. 1 1 7 1 3 .72

Total 85 99. 95 51 99.9 7

CUADRO 2 2

Algunos caracteres de la mano de jóvenes totonacos


( 1 3 - 1 5 años). Caxhuacan, Pue.
·

Características Formas Hombres Mujeres


n n

1 1 1.19
Dorso de la mano 2 53 63.09 29 56.86
3 30 35.71 22 43.13

Total 84 99.99 51 99.99

1 44 52.38 28 54.90
Los dedos 2 17 20.23 11 2 1 .56
3 23 27.38 12 2 3 .52

Total 84 99.99 51 99.98

1 20 23.80 2 3 .92
2- 31 36.90 23 45.09
Las uñas 4 14 16.66 11 21.56
5 15 1 7 .85 10 19.60
7 2 2.38 1 1.96
11 2 2 . 38 4 7.84

Total 84 99.97 51 99 .97

43
..

LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

mas 1 y 2) y cónicas (formas 4 y 5 ) . Los más altos el crecimiento infantil, es a partir de la medición
porcentajes los tienen en los hombres las formas 1 y de las dimensiones corporales. Metodológicamente ,
2 (23 .80% y 36. 90% respectivamente) y en las mu­ puede medirse por una parte la aceleración o ritmo
jeres las formas 2 y 4 con 45.09 % y 2 1 . 56 % respec­ del crecimiento y por otra, apreciar solamente el
tivamente. Predomina en ambos sexos la forma 2 , tamaño corporal alcanzado en un momento deter­
(Cuadro 2 2 , Fig. 2 3 ). minado. Una y otra manera de apreciar este fenó­
meno obedece, desde luego, a objetivos o propósi­
Comentario acerca de los datos mo rfoscópicos. tos específicos de la investigación. El presente caso,
Resumiendo los datos anteriores podemos de­ trata de un estudio transversal para evaluar la cuan­
cir de manera tentativa y a título provisional que tía del crecimiento alcanzado en un momento de­
los jóvenes totonacos considerados en el presente terminado y, a partir de comparaciones con otros
trabajo se caracterizan por presentar el pliegue del datos conocidos, establecer las diferencias o simili­
párpado superior regularmente abovedado, con el tudes y señalar las posibles causas de tales situa-

eje de la abertura palpebral horizontal u oblícuo y c1ones.


la forma asimétrica del ojo que presenta una conca­ Hay que recordar que, como cualquier otro
vidad inferior en su parte interna. Los ojos están fenómeno biológico humano, el crecimiento tiene
enmarcados por cejas que pueden ser de pilosidad múltiples aspectos que lo determinan, y son éstos
escasa, mediana o abundante. los que en suma, hacen posible la expresión final
La forma de la nariz es variable, destacándose de las dimensiones corporales en el adulto. Una en­
principalmente la de dorso recto, raíz hundida y cuesta antropométrica, en consecuencia, brinda
punta medianamente levantada; aunque puede en­ información útil para entender gran parte del pro­
contrarse entre los hombres algunos con nariz de ceso ontogénico del grupo humano de que se tra­
dorso sinuoso, raíz ligeramente hundida y punta te. Naturalmente, dichos datos requieren interpre­
levantada y en las mujeres puede haber algunas con tarse a la luz de otras informaciones corno son : la
nariz de dorso convexo, raíz hundida y punta ho­ base genética, las condiciones nutricionales, de
rizontal. salud, psicosociales, económicas, y en general, las
A estas formas nasales, se asocia principalmen­ ecogeográficas del entorno o hábitat en el que se
te una abertura nasal en forma de gota, pero tam­ desenvuelven los individuos.
bién las puede haber de altura media y con una
La muestra estudiada.
concavidad interna.
El pabellón auricular es de contorno pirifor111e Se trata de alumnos de las escuelas primaria y
pero puede encontrarse también ovoide, en ambos secundaria del lugar, siendo 296 hombres y 1 9 3
casos sin tubérculo de Darwin y el lóbulo libre. mujeres, cuyas edades fluctuan entre 7 y 1 7 años
La boca está for111ada por labios más bien (Cuadro 1 ).
gruesos, aunque hay una cierta proporción de in­ La edad exacta de los individuos se constató
dividuos masculinos con el labio superior delgado con las boletas del Registro Civil o con el acta de
y el inferior grueso y de mujeres con labios de gro­ nacimiento. Un buen número de casos se investigó
sor medio. Los labios se unen por comisuras hori­ en la oficina del Registro civil y otros en el Archivo
zontales y en otros casos elevadas. Parroquial a partir de datos del libro de bautizos.
Los niños que no pudieron presentar ninguno de
A los rasgos así descritos les da su uniformi­ tales documentos, quedaron excluídos del estudio
dad el rostro de contorno pentagonal u oval en antropométrico. Esta es la razón por la que sólo
los varones y en las mujeres trapezoidal invertida. hay un reducido número de sujetos de 7 y 8 años ;
El cabello es abundante en ambos sexos. ya que a estas edades, el niño indígena tiene aquí
Las manos presentan el dorso trapezoidal de muchos problemas para la comunicación y más aún
base digital aunque también hubo individuos con con los extraños por el idioma. Es decir, entiende
manos de dorso rectangular. Los dedos son de for­ poco el español y lo habla menos, a pesar de haber­
ma cónica en la mayoría de los casos rematados se sujetado a un proceso de castellanización en la
con uñas rectangulares o cónicas. escuela. Pocos niños se negaron a ser medidos,
generalmente fueron mujercitas que denotaban en
6. Antropometría.
sus actitudes y su indumentaria, haber sufrido una
.
Una de las formas más precisas para evaluar
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mayor marg1nac1on.

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Fig. 23. Formas de las uñas . ®.19

Con el objeto de ubicar estos datos antropo­ Por esta razón en las gráficas que se presentan, las
métricos, dentro de la variabilidad somática infan­ comparaciones de nuestros datos transversales es­
til hasta ahora conocida para algunos sectores de tán hechas en base a los valores correspondientes
mexicanos, se establecen comparaciones con otras a las edades en años cumplidos, de ambos estudios
series. Sin embargo, la distinta organización de los de población urbana. Con igual objeto comparativo,
datos por grupos de edades, para su presentación en las mismas gráficas se han incluido datos de la
en valores medios o valores percentilares, difiere población infantil de Cholula, Pue.
en cierta medida con · otros conocidos. Así, mien­
tras Ramos Galván ( 1 9 7 5 ), presenta sus resultados Los datos antropométricos.
en intervalos trimestrales, después de los 2 años de La estatura.
edad y abarca individuos con edades que van desde
neonatos hasta los 1 8 años, o lo que es lo mismo, En el Cuadro 2 3 , se presentan los valores esta­
hasta los 2 1 6 meses de vida, Faulhaber (1976) por dísticos de las estaturas registradas. Al hacer un
su parte, ofrece intervalos semestrales después de breve análisis a partir de las gráficas de las figuras
los 2 años y abarca individuos con edades que van 24 y 2 5 , resalta a primera vista la baja estatura que
desde el primer mes de vida hasta los 1 3 años manifiestan los escolares de Caxhu·acan, respecto a
cumplidos. las series en comparación. Dicha diferencia, sin
embargo, es mayor al compararse con las series ur­
Por la naturaleza de nuestro estudio, que es banas, tanto de Ramos Galván, como de Faulhaber
transversal y la serie poco numerosa, hemos adop­ ya citados. Al tratar de explicar este hecho, afluyen
tado el criterio propuesto por Comas ( 1 9 7 6 : 267), las conjeturas. Trátase, como se ha mencionado, de
quien señala : ''J) los grupos por año se centran en un fenómeno resultante de la mutua interacción de
torno a la media de cada periodo ; así, el grupo de factores múltiples y por lo mismo de naturaleza
8 años incluye niños de 7 años y medio a 8 y me­ compleja. Lo que se patentiza es la gran diferencia
dio, en vez de agrupar los de 7 a 7 años 1 1 meses.'' de los datos de niños citadinos comparados con los

47
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ESTATURA

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Feg. 24. Comparación de la talla de la población inf�nt i l de Caxhuac an,Pue.,con valores conocidos de otras poblaciones. _HOMBRES . �-=��--

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:I: Estatura de la población escolar de Caxhuacan, Pue.
(cm.) .
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el) 8 13 1 12.83 + 1.49 S . 3 8 ± 0.47 4.77 14 1 1 3 .60 + 1 .6S 6.18 + 1.16 5 .44
"'
� 9 28 1 16.42 ± 0.90 4.80 + 0.41
- 4.12 27 l l S .08 + 1 . 1 1 5.77 ± 0.78 5.01
o 10 29 1 2 3.87 ± 1.16 6.24 + o.so 5.04 16 120.21 .:t 1.90 7 .62 + 1.34 6.34
61 11 35 1 2 7 . 57 ± 1.36 8.09 + 0.63 6.34 17 124.31 ± 1 . 9 3 7.99 + 1 .3 7 6.42
i::J
11) 12 31 1 3 1 .04 + 1.37 7.63 ± 0.58 5.82 33 1 3 1 .84 + 1 . 14 6.59 ± 0.81 4.99
o 13 29 1 3 6.66 + 1.27 6.84 ± o.so S.01 20 1 3 6.70 + 1.79 8.02 + 1.26 5.87
.,,
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14 47 140.84 + 1.35 9.26 ± 0.65 6.57 20 141.20 ± 1.41 6.34 + 1 .00 4.49
o ± 0.91
e lS 26 148.61 ± 1.37 6.97 + 0.46 4.69 22 141.05 + 1.29 6.07 4.30
8 16 27 1 5 1.S5 ± 1 .02 5.30 ± 0.34 3.49 15 144.65 ± 1.25 4.86 ± 0.89 3.36
el) 17 21 1 54.00 + 1.68 7 .72 ± 0.50 5.01

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> • A una niña s6lo se le tom6 la estatura, por eso el número de casos en los cuadros sucesivos será de 9 para esta edad.
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e: Estatura sentado de la población escolar de Caxhuacan, Pue.


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o Hombres Mujeres
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Edad n m s cv n m s cv
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- 8 13 62.88 ± 0.85 3.08 + 0.60
-
4.90 14 6 3 . 3 7 + 0.80 3 .02 + 0 .57
-
4.7 7
" 64.02 ± 0.55 4.52
....
9 28 64.65 ± 0 .44 2.36 + 0.31
- 3.65 27 2.89 + 0.39
-

ns 10 29 67 .54 + 0.49 2.63 + 0.34 3.90 16 66.85 :t 0.93 3.75 + 0.66 S.61

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1 1. 35 68.94 ± 0 . 7 3 4.34 ± O.Sl 6.30 17 67.89 ± 1 .0 3 4.28 + 0.7 3 6.30


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12 31 70.SS ± 0.60 3 . 3 8 + 0.42 4.79 33 7 1 .25 ± 0.62 3.S6 + 0.43 S.00


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u 14 47 7 S.08 + 0.6S 4.SO ± 0.46 20 76.81 + 0.65 2.92 + 0.46 3 .80
ftS 6.00
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c. 16 27 80.64 + 0.7 3 3.81 ± o.s 1 4.73 15 78.96 ± 0.83 3 .22 ± 0.58 4.08
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Fig.25. Comparación de la talla de la población infantil de Caxhuacan,Pue., con valores conocidos de otras poblaciones.MUJERES .
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CUADRO 2 5

Indice córmico de la población escolar de Caxhuacan, Pue.

Hombres Mujeres
Edad n m s cv n m s cv

7 10 56.41 ± 0.69 2.21 ± 0.49 3.91 9 56.75 + o.42 1 .26 + 0.29 2.22
8 13 5 5 .7 5 + 0.54 1.96 + 0.38 3.51 14 55.81 + 0.44 1.66 + 0.31 2.97
9 28 5 5 . 5 5 + 0.27 1.44 ± 0.19 2.59 27 55.65 ± 0.20 1 .07 + 0.14 1 .92
10 29 54.56 ± 0.27 1.47 + 0.19 2.69 16 5 5 .65 + 0.40 1 .63 ± 0.28 2.92
11 35 54.05 ± 0.23 1.41 ± 0.16 2.60 17 54.62 + 0.37
- 1 .54 + 0.26 2.81
12 31 5 3 .88 + 0.22 1.26 + 0.16 2.3 3 33 54.05 + 0.22
- 1.30 + 0.16 2.40
13 29 5 3 .59 ± 0.24 1 ,3 3 + 0.11 2.48 20 54.43 + 0.36
- 1.61 ± 0.25 2.95
14 47 5 3. 3 4 + 0.20 1.43 + 0.14 2.68 20 54.42 + 0.25
- 1.16 ± 0.18 2.13
15 26 5 3 .76.± 0.28 1 .46 ± 0.20 2.71 22 5 5.05 + 0.28
- 1 .3 5 + 0.20 2.45
16 27 5 3 .20 .± 0.36 1.92 ± 0.26 3.60 15 54.58 + 0.32
- 1.24 + 0.22 2.27
:7 21 5 3 .94 ± 0.28 1.32 ± 0.20 2.44

CUADRO 26

Peso corporal de la población escolar de Caxhuacan, Pue.


(Kg .)

Hombres Mujeres
=:dad n m s cv n m s CV

7 10 1 7 .950 + 0.54 1 .7 3 + 0.38 9 .63 9 1 7 . 550 ± 0.62 1 .97 + 0.44 1 1 .22


8 13 19.53 0 ± 0.56 2.05 ± 0.40 10.49 14 19.850 + 0.74 2.77 ± 0.52 1 3 .95
9 28 20.760 ± 0 . 3 8 2.06 + 0.27 9.92 27 20.500 ± 0.43 2.66 + 0.30 1 1 .02
:o 28 24.190 + 0.46 2.44 + 0.32 10.08 16 22.7 50 ± 0.93 3 .74 + 0.66 16.43
:1 35 26. 100 ± 0.91 5 .42 ± 0.64 20.76 16 25 .090 + 1.17 4.7 1 + 0.83 18.17
12 31 26.820 + 0.65 3 .66 ± 0.46 1 3 .64 33 30.160 + 0.96 5 . 5 5 + o.68 1 8.40
:3 29 3 1 .960 ± 0.91 4.92 ± 0.64 15.39 20 3 3 . 3 50 ± 1.55 6.95 + 1 .09 20.83
14 47 34.960 + 1 .04 7.15 ± 0.73 20.45 20 3 7 . 5 50 ± 1.30 5.84 ± 0.92 1 5.55
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16 25 44.570 ± 1 .40 7 .03 + 0.99 1 5 .77 15 4 5 . 1 30 ± 1. 34 5 .22 + 0.95 1 1 .56
17 21 47 .040 ± 1 .67 7.67 + 1.18 16.30

de medios rurales, y el origen de éstos debe buscar­ xico, como de niños cholultecas. El tamaño en al­
se por una parte, en las adversas condiciones de tura del tronco es sistemáticamente menor en los
vida que estos últimos deben soportar y por otra, escolares de Caxhuacan. Con la única excepción de
en el patrimonio genético de la población a la que varones a los 1 4 años, edad a la que rebasan a la se­
pertenecen. rie cholulteca para volver a quedar abaj o en lo suce­
sivo. Esta diferencia alcanza hasta 7 .86 cm. en va­
Estatura sentado. rones, respecto a la serie urbana y 2 cm. con
relación a la serie de Cholula, Pue.
Los valores estadísticos se presentan en el Cua­
dro 24 y su comparación con otros datos conocidos Indice córmico.
se representa en la gráfica de la Fig. 26. Al igual
que la estatura total, ésta muestra claras diferencias Los datos se presentan en el Cuadro 2 5 . Es­
tanto con lo conocido para niños de la Cd. de Mé- pecial interés ha despertado este índice entre los

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Fig.27. Comparación del Índice córmico entre algunas poblaciones infantiles de México .

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Fig. 28. Comparación del peso corporal entre algunas poblaci ones 1 nfanti les de México .
COLt:CC/ON CIENTIFICA INAH

estudiosos del crecimiento humano, por cuanto ambos sexos. Respecto a la serie cholulteca, si
que expresa la proporcionalidad entre el segmento bien existe una diferencia, ésta es de menor cuan­
compuesto por el tronco, cuello y cabeza común­ tía, ya que a los 7 años asciende a 2 kg. y en los
mente denominado busto y la estatura total. Es años sucesivos apenas alcanza alrededor de 4 kg.
decir, este dato habla sobre la cuantía de la parti­
cipación del segmento superior en la talla total. Pliegue cutáneo del tri'ceps.
Destaca el hecho de que al establecer las diferencias
con las mismas series anteriores, la situación se in­ Han resultado de utilidad las medidas del pa­
vierte; es decir, los individuos de Caxhuacan resul­ n ículo adiposo como indicadores del desarrollo
taron sistemáticamente superiores en este índice, graso de los individuos. Este desarrollo graso, ade­
como puede apreciarse en la Fig. 2 7 ; pues hombres más de ser un rasgo constitucional, habla sobre
y mujeres quedaron plenamente clasificados como el régimen alimentario y de actividades de los indi­
macrocórmicos (tronco largo ), desde los 7 años; viduos. Una dieta excedida en carbohidratos y gra­
condición que se conserva aún a los 1 7 años; aun­ sas, se traduce en un desarrollo excesivo del tejido
que atenuado. Los niños citadinos a los 7 años son adiposo, pero la población infantil que estamos es­
ligeramente macrocórmicos, pero a los 1 3 años han tudiando, no tiene exceso en su dieta sino por el
perdido dicha característica para convertirse ple­ contrario, padece de graves deficiencias, como ha
namente en metriocórmicos (tronco medio). Situa­ sido ya señalado, y de ahí su escaso desarrollo de
ción parecida muestran los menores de Cholula, grasa subcutánea. En el Cuadro 27, se presentan
Pue., aunque aquí los metriocórmicos son menos y los valores medios del pliegue cutáneo tricipital de
dicha característica la presentan dismin uída. En los individuos estudiados, los cuales al compararse
suma, puede decirse que la serie de Caxhuacan con datos inéditos de la Cd. de México conforme a
está compuesta por individuos en cuyas estaturas la Fig. 29, patentizan las diferencias, ya que estos
predomina el tronco y en consecuencia, tienen ex­ últimos son sistemáticamente más elevados; en cam­
tremidades relativamente poco desarrolladas. bio, confrontados con lo obtenido en Cholula, re­
El tronco largo (macrocórmico), carácter fe­ sulta mínima la diferenciá entre ellos. Por otra
notípico de algunos grupos humanos, es rasgo co­ parte, es de señalarse el alto grado de dimorfismo
mún de la primera infancia, pero se llega a perder sexual entre los valores de las series rurales, carac­
con el crecimiento en muchos casos, lo cual no terística que se encuentra menos acusada en las
ocurre aún a los 1 7 años entre los sujetos de Cax­ series urbanas de referencia.
huacan. La explicación de este hecho se ha buscado
en las deficiencias nutricionales, apoyándose en la Peri'metro del brazo relajado.
secuencia céfalo-caudal del crecimiento (Ramos
Rodríguez, 1 9 7 8 : 47-48). Esta hipótesis nos pare­ En el Cuadro 28 se presentan los valores de es­
ce plausible ; y además, a largo plazo el fenómeno te dato, los cuales, al compararse con los de Cholu­
puede operar como mecanismo adaptativo y de la, ambos sexos muestran valores sistemáticamente
respuesta morfo-funcional a condiciones adversas más bajos, pues a los 7 años de edad, éstos son
de alimentación. Desde luego, queda mucho por alrededor de un centímetro de menor tamaño, di­
investigar en tal sentido. ferencia que se incrementa para alcanzar a los 14
años, cerca de 2 cm. en hombres. Con relación a las
El peso corporal. series urbanas, a la edad de 7 años, la diferencia es
de alrededor de 2 cm. en ambos sexos, pero se in­
Aun cuando el peso muestra una gran variabili­ crementa posterior111ente hasta acercarse a 4 cm.
dad, su utilidad es evidente en los estudios de cre­ en varones, como se aprecia en la Fig. 30.
cimiento. En el Cuadro 2 6 se presentan los valores
medios del peso, en tanto que en la Fig. 28, siguien­ Peri'metro muscular del brazo.
do el mecanismo comparativo que hemos usado con
los otros datos, podemos observar que el peso ma­ Una evaluación del desarrollo muscular del
nifiesta valores considerablemente bajos respecto a brazo se obtiene mediante la fórmula propuesta
las series citadinas, pues a la edad de 7 años, dicha por Jelliffe ( 1 968). Los resultados así calculados
diferencia alcanza alrededor de 5 kg. , mientras que se consignan en el Cuadro 29. De la comparación
a los 1 3 años acusa magnitudes hasta de 14 kg. en con los datos de Cholula, se aprecia una pequeña

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Fig.29.ComparaciÓn de los valores medios del panículo adlpfso del tríceps entre grupos de niños
mexicanos. 1
INAH COLt'CCION CJENTJFJCA

CUADRO 27

Pliegue cutáneo del tríceps en la población escolar de Caxhuacan, Pue.


(mm.)

Hombres Mujeres
Edad n m s CV n m s cv

7 10 6.92 + 0.36 1.14 ± 0.25 16.41 9 9.oo + o.41 1 .2 3 ± 0.29 1 3 .66


8 13 7.33 ± 0.26 0.97 + 0.19 1 3 .23 14 8.72 ± 0 . 3 2 1 .2 3 + 0.23 14.10
9 28 6.23 + 0.19 1 .05 ± 0.14 16.85 27 8.5 5 ± 0.34 1 .78 + 0.24 20.81
10 29 7 .57 + 0.40 2.16 ± 0.28 28.5 3 16 8 . 3 5 + 0.41 1 .67 + 0.29 20.00
11 35 7.42 + 0. 3 1 1.87 ± 0.22 25.20 17 8.74 + 0.66 2 . 7 3 ± 0.46 3 1 .23
12 31 6.37 + 0.25 1 .44 ± 0.18 22.60 33 9.85 + 0.55 3 .2 1 + 0.39 32.58
13 29 7.34 ± 0.34 1 .88 ± 0.24 25 .61 20 9.66 .± 0.52 2 . 3 6 .± 0.37 24.43
14 47 6.92 ± 0.24 1 .68 ± 0.17 24.27 20 10.07 + 0.44 1.98 + 0. 3 1 1 9 .66
15 26 6.52 + 0.29 1.49 ± 0.20 22.85 22 1 1 . 3 6 ± 0.53 2.50 ± 0.37 22.00
16 27 6.18 .± 0.2 3 1 .24 ± 0. 1 6 20.06 15 12.50 ± 1 .07 4.06 ± 0.76 3 3.28
17 21 6.24 .± 0.32 1.51 ± 0.32 24.19

CUADRO 2 8

Perímetro del brazo relajado en la población escolar de Caxhuacan, Pue.


(mm.)

Hombres Mujeres
Edad n m s cv n m s cv

7 10 1 5 5. 3 0 + 2.84 9.00 .± 2.00 5.82 9 1 5 3 .60 .± 3.00 9.20 +2.10 6.03


1 5 6 .80 .± 3.50
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8 13 1 5 6.30 + 2.70 9.70 + 1 .90 6.22 14 1 3 . 30 + 2.50 8.51


9 28 1 5 7 .00 + 1.60 8.90 + 1.10 5 .68 27 1 5 9 .90 .± 2 .40 12.50 + 1.70 7 .85
10 29 166.30 ± 1.90 10.70 + 1 .40 6.43 16 1 6 3 .50 ± 3 . 30 1 3 . 30 + 2.30 8.15
11 35 169.50 ± 2.90 1 7 .60 ± 2.10 10.39 17 1 7 2 .80 + 4.40 18.20 + 3.10 10.59
12 31 167.90 .± 2.20 12 .40 ± 1.50 7 .40 33 184.00 + 3.00 11.so + 2. 1 0 9.50
13 29 1 8 3.70 .± 2.70 14.90 ± 1 .90 8.12 20 184.60 + 3.80 17.30 ± 2 .70 9 . 39
14 47 189.60 + 2.90 20.20 ± 2.00 10.69 20 201 . 5 0 + 4.10 18.30 + 2.90 9.10
15 26 207.70 ± 2.90 1 5 .20 + 2.10 7. 3 1 22 205 .40 ± 2 . 5 0 1 1 .80 ± 1 .70 5 .74
16 27 2 1 7 . 1 0 ± 4.60 24.10 + 3.20 11.13 15 2 1 9 . 1 0 + 5 .40 2 1 .20 ± 3 .80 9.67
17 21 2 2 3 .90 + 4.20 19 .50 ± 3.00 8.7 1

diferencia en contra de los datos de Caxhuacan, que pero a falta de lo necesario para llevar al cabo
a los 7 años suma 6.6 mm. y a los 1 6 años es de registros radiográficos, usamos algunas anchuras
1 8 . 3 mm., como puede apreciarse en la Fig. 3 1 . óseas haciendo la salvedad de que en ningún caso
se tratará del proceso de desarrollo y maduración
ósea como tal. Los datos sobre la anchura ósea
Anchura del codo. del codo o diámetro bicondilar del húmero como
también se le suele llamar, se consignan en el
Evaluar el desarrollo óseo es de lo más im­ Cuadro 30. Volviendo a las comparaciones con la
portante en los estudios de crecimiento. Sin em­ serie urbana, encontramos de acuerdo a la Fig. 3 2 ,
bargo, por razones obvias, resulta difícil efectuar una diferencia de alrededor de 5 mm. a favor de
una valoración directa del fenómeno. Los datos esta última en varones y ligeramente mayor en mu­
radiográficos ofrecen una mayor aproximación, jeres a la edad de 7 años; diferencia que se incre-

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Fig.30. Comparación de los valores medios del pert'metro del brazo relajado en algunas
poblaciones infantiles de México.

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E D A D E N A Ñ O S

Fig.31. Comparación de los valores medios del perímetro muscular del brazo en dos poblaciones
infanti les de México.
@.79.
59 .
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

CUADRO 29

Perímetro muscular del brazo en la población escolar de Caxhuacan, Pue.


(mm.)

Hombres Mujeres
Edad n m s cv n m s CV

7 10 1 33.50 + 3.00 9.70 + 2 . 1 0 7.29 9 125.40.:t 2.30 7.10 + 1 .60 5 .70


8 13 1 3 3 .30 ± 2.40 8.70 ± 1 .70 6.57 14 129.40± 3.30 1 2 .40 ± 2.30 9.57
9 28 1 3 7 .40 ± 1 . 30 7 . 3 0 + 0.90 5.30 27 1 3 3 .00 ± 1.80 9.50 + 1 . 30 7.18
10 29 142.60 ± 1 .60 9.00 ± 1 . 1 0 6.31 16 1 3 7 .20 + 2.60 10.70 ± 1 .90 7.8 3
11 35 146.20 ± 2.30 1 3 .60 ± 1.60 9 .2 9 17 145.30 ± 2.60 1 1 .70 ± 1.80 7.83
12 31 147 .90 ± 2.00 1 1 . 3 0 + 1.40 7.67 33 153.10± 2 . 10 1 2 .20 + 1.50 8.00
13 29 160.60 + 2.30 12.80 + 1.60 7.99 20 1 54.30 ± 2.60 12 .00 + 1.80 7.77
14 47 167 .90 ± 2.70 1 9 . 1 o .:t 1 .90 11.38 20 169.80 ± 3.20 14.50 ± 2.20 8.54
15 26 187 .20 ± 2.60 1 3 .40 ± 1.80 7.19 22 169.70 .:t 2 .40 1 1 .20 ± 1.60 6.63
16 27 197 .70 + 4.60 24.30 + 3 . 3 0 12.29 15 179.00 + 3.10 1 2 . 10 + 2.20 6.74
17 21 204.30 + 3 .90 1 8 . 1 0 ± 2.80 8.86

CUADR 0 30

Anchura del codo en la población escolar de Caxhuacan, Pue.


(mm.)

Hombres Mujeres
Edad n m s CV n m s cv

7 10 43.50 + 0.70 2.50 + 0.50 5.74 9 40.60 + 0.60 1.80 .:t 0.40 4.54
8 13 44.80 ± 0.60 2.40 ± 0.40 5.55 14 42.80 + 0.90 3 .60 .:t 0.60 8.58
9 28 46.00 .:t o.so 2.80 + 0.30 6.23 27 43 .40 ± 0.60 3.40 .:t 0.40 7 .93
10 29 47.90 + 0.30 2.10 ± 0.20 4.39 16 45.60 ± 1 .00 4.10 .:t o. 70 9.12
11 35 49.50 + 0.60 3.70 ± 0.40 7.47 17 46.90 + 0.80 3 . 3 0 .:t o.so 7.05
12 31 50.70 + 0.60 3 . 30 ± 0.40 6.64 33 48.60 + 0.50 3.40 ± 0.40 7 .06
13 29 54.00 ± 0.60 3.50 + 0.40 6.50 20 49.10 ± 0.60 2.90 .:t 0.40 6.08
14 47 55.70 + 0.60 4.60 ± 0.40 8.27 20 50.70 ± 0.60 3.00 ± 0.40 5 .91
15 26 58.30 ± 0.70 3.90 + 0.50 6.68 22 50.80 + 0.50 2.70 + 0.40 5 .36
16 27 60.30 ± 0.60 3 . 30 + 0.40 5.53 15 51.10 ± 0.70 2.80 .:t 0.50 5 .63
17 21 6 1 . 80 + 0.90 4. 50 .:t 0.60 7 .37

Estos son de cuerpo pequeño, en cuyas esta­


- ,

menta un poco a los 1 3 anos en varones y mas


notablemente en mujeres donde casi alcanza un turas predominan la longitud o tamaño del tronco
cent1metro.
,

sobre las extremidades inferiores . Tienen peso bajo,


aun respecto a la talla ; muestran escaso desarrollo
Comentario a los datos antropométricos. de panículo adiposo, lo que determina que ellos
A partir de los pocos datos que se acaban de ofrezcan un aspecto corporal más bien magro (Fig.
presentar, podemos sintetizar a grandes rasgos la 3 3 ), excepción hecha de los casos extremos de des­
apariencia física corporal de los niños totonacos nutrición en que se aprecia edema y los niños
de Caxhuacan. muestran caras turgentes y vientre abultado.
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Fig.32.ComparaciÓn de los valores medios de la anchura del codo en dos poblaciones infantiles
de México .
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eomentarios finales. mientas: machete, hacha, coa y desde luego, el


despliegue de una cantidad considerable de ener­
La población estudiada, como ya se ha descri­ gía en la carga y transporte de mercancía con exi­
to, se asienta en una región natural pródiga. La gencia de una ágil movilización en la Sierra. El
abundancia del café, los cítricos ·y el ganado, son desempeño de estas actividades se logran óptima­
un tenue reflejo de la potencialidad económica mente gr�cias a estructuras corporales de tamaño
regional. Sin embargo, se levantan como barreras pequeño, tronco grande y piernas cortas, escaso
imponentes que impiden que la mayoría de la desarrollo de tejido adiposo, pero con una enorme
población disfrute de estas riquezas, la incomuni­ capacidad de resistencia a los esfu erzos físicos y ba­
cación, la insalubridad, la tenencia de la tierra en jo consumo de nutrientes.
pocas manos, la explotación de las mayorías por Es de suponerse que las anteriores condiciones
unos cuantos, todo lo anterior aunado al alto ín­ de vida han actuado a través de muchas generacio­
dice de analfabetismo, configuran la vida de esta nes, en la selección de los individuos más aptos pa­
gente, bajo un sistema social y económico injusto, ra soportar tales esfuerzos. Un cuerpo voluminoso
cuya característica y consecuencia las soporta prin­ tiene pocas perspectivas de sobrevivir o tener al­
cipalmente la población indígena. gún éxito en estas regiones, a menos de ser un ca-

En este contexto se desarrolla el cultivo co­ c1que.
mercial del café, siendo unos cuantos terratenientes Una forma de obtenér el cambio o modifica­
quienes poseen grandes plantaciones. Ellos mismos ción de este estado de cosas, sería romper con las
los comercializan, utilizando en todo el proceso la normas sociales y económicas que han propiciado
mano de obra barata de peones y arrieros. Este el aislamiento o marginación en que esta gente vi­
cultivo y la ocupación de los terrenos para el gana­ ve. Aislamiento que por una parte, da lugar a la
do, han reducido a su m ínima expresión las áreas conservación de múltiples rasgos culturales autóc­
de siembra de alimentos básicos como el maíz y el tonos tales como la indumentaria, los hábitos ali­
frijol; por esta razón, tales productos tienen que menticios, las uniones conyugale·s endogámicas, el
adquirirse de otras regiones, con el consiguiente sincretismo religioso, etc. En el ámbito genético, se
encarecimiento. En resumen, el indígena ocupa ha visto que este aislamiento se traduce en la eleva­
aquí como en otros lugares, el último eslabón en da frecuencia de algunos rasgos hereditarios: la dis­
el sistema de producción, donde él vende lo único cromatopsia, el diseño en torbellinos de los derma­
que posee: su fuerza de trabajo. Con el raquítico toglifos digitales, así como otras características que
salario que así obtiene, compra a precio exorbitado aunque no fueron cuantificadas, su presencia fue
los artículos de primera necesidad; siendo el mejor obvia (alta incidencia de estrabismo, pie plano,
beneficiado en esta transacción, el comerciante­ etc.).
acaparador. Tal parece que el designio del indio es Una vez conocida la problemática de la región
estar sometido �ternamente a esta situación, ya que a través de los aportes que la antropología en sus
para el sistema prevalente, resulta ser lo óptimo diversas ramas nos ofrece, es indudable que el cam­
para sus mecanismos de explotación. bio se puede inducir a partir de una economía pla­
Ante semejante perspectiva, ¿acaso de algo nificada, que conlleve la construcción de adecuadas
sirve brindarles educación? , si para chapear, cortar vías de comunicación, la introducción de institucio­
café, cuidar el ganado o ser cargador, no se requie­ nes de enseñanza apropiada según los requerimien­
re saber leer y escribir. La poca gente que se prepa­ tos del lugar y sobre todo de la población ind íge­
ra, invariablemente toma el camino del éxodo para na. Todo ello con el objeto de elevar el nivel de
instalarse en los centros urbanos; porque la realiza­ vida de la comunidad, lo que a su vez deberá redun­
ción de las labores agrícolas tan rudimentarias aquí, dar en el mejoramiento físico, social y económico
sólo exigen destreza en el manejo de algunas berra- tan deseado en estas poblaciones.

63
LAS CONDICIONES DE VIDA EN UNA COMUNIDAD TOTONACA

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65
'
\

INDICE DE FIGURAS

Fig. l. Localización y topografía del área de Caxhuacan , Pue.


Fig. 2. Croquis del centro del poblado de Caxhuacan, Pue.
Fig. 3. Una calle céntrica de Caxhuacan, Pue . . • . • . • • • • • • • • . . • • • , . . . . . • 11
Fig. 4. En el centro del poblado se congregan los principales edificios públicos . . . . 12
Fig. 5. En un ir y venir, las mujeres con sus cántaros se abastecen de agua en las
fuentes públicas . . . o • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • o • • • • • • o •
. . . e 13
Fig. 6. Es notoria la escasez de verduras y mercancías en general en el mercado. • • • • 14
Fig. 7. Danza de los negritos. • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
. • • • • º º 20
21
. . . . . . º

Fig. 8. Músicos acompañantes de las danzas. • . . • . • • • • • • • . • • • . • • • • • • • •

Fig. 9. Pliegue epicántico. . , . . . . • •


. .• • • • • • • • • • •
. . . . . . . . . . . . . . º º 30
Fig. 1 O. Eje de la abertura palpebral. . • • . • . • • • • • . • • • • • • • • • • . • •
. • . • • • 31
Fig. 1 1 . Forma de los ojos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . � . º . º . . . . . . . . . . 32
Fig. 12. Pilosidad de las cejas. . . . . . . . . . . . . • . . . • • . • • • • • • •
. • • • • • • • . 32
Fig. 13. Formas del perfil nasal. . . . . • . . . • . • • • • • • • • • • • . • • . • . . • . • • • . 33
Fig. 14. Posición y forma de los orificios nasales. • • • • . • • • • • • • . • • . • • • • • • 39
Fig. 15. Formas del pabellón auricular. • . • . . • • . . . . . • . . • . • • • • • • •
. • • • • 40
Fig. 1 6 Tubérculo de Darwin.
. • • • • • • • • • • • • • •
. . . . . . •º • • • • • • • • • • º º º 41 •

Fig. 1 7. Formas de implantación del lóbulo. • . . • . • • • • • • • • • • • • • • • • • •


. • 41
Fig. 18. Variaciones en el grosor de los labios. . . . • • . • • • • . • • • . • • • • .. • • . 42
42

Fig. 19. Formas de comisuras labiales. . . . • . • • • • • • . • • . • • .. . . . • • . • • • • .

Fig. 20. Formas del contorno facial. . . . • . . . • • • • • . . • • . . • • . . . . . • . . • . . 45


Fig.- 21. Formas de la mano . . . • • • • • • • • • •
. . . . . • • • • • • • • • • • •
. . . . . º � 46
Fig. 22. Formas de los dedos de la mano. . . . . • • . • • • . • • • • . • • . • • . . . • • . 46
Fig. 23. Formas de las uñas. . . • . . • . • . • . • . . • • • . . • • • . • . . • • .
. . . . • • • 47
Fig. 24. Comparación de la talla de la población infantil de Caxhuacan , Pue., con
valores conocidos de otras poblaciones. Hombres. . • • . • • • • . . . . • . • • . 48
Fig. 25. Comparación de la talla de la población infantil de Caxhuacan, Pue., con
valores conocidos de otras poblaciones. Mujeres. . • . • • • • . • • • • . . • . • . 50
Fig. 26. Comparación de la estatura sentado entre algunas poblaciones infantiles de
Mex1co.
, . . . . . . . . . . . . . . . • •
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . º 52
Fig. 2 7. Comparación del Indice Córmico entre algunas poblaciones infantiles de
Mexico.
, . . . . . . . . . . . . . • • • • • •
. . . . • • •
. . • . . . . . . . . . . . . . º º º 53
Fig. 28. Comparación del peso corporal entre algunas poblaciones infantiles de
México . . . . . . . . . . . . . . . • • • • •
. . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . °' º º 54
Fig. 29. Comparación de los valores medios del panículo adiposo del tríceps, entre
grupos de niños mexicanos. • • . • • . • • • • • . . • • . . • . . • • •
• • . • . . • . 56
Fig. 30. Comparación de los valores medios del perímetro del brazo relaj ado en
algunas poblaciones infantiles de México. . . . . . . . . . . . • • • • • . . • • • • 58
Fig. 31. Comparación de los valores medios del perímetro muscular del brazo en
dos poblaciones infantiles de México. • • • • . • . . . • • • • • • • . • . • . • . • . 59
Fig. 32. Comparación de los valores medios de la anchura del codo en dos pobla-
ciones infantiles de México. . . . • • • • • • • . • . • • • • . • • • • • • • .
. • . . • 61
Fig. 33 Aspecto físico de los niños de Caxhuacan, Pue. . • . • • • • . . • • • • • • . • • 62

67
INDICE DE CUADROS

Cuadro l. La muestra estudiada . . . . • . . • . • . . . . . • . . . . . • . . . . . . . .. • . 9


Cuadro 2. Escolaridad de los padres. Alumnos de Caxhuacan, Pue . . , . , . . . . . . . 15
Cuadro 3. Ocupación de los padres. Escolares de Caxhuacan, Pue, . . . . . • . . . .
• 16
Cuadro 4. Número de cuartos por casa-habitación. Caxhuacan, Pue. . . . . . . . • . 17
Cuadro .) .
Tipo de familia. Cax.huacan, Pue. . . 18

. . . . . . . . . . . . • . • . . • . . . •

Cuadro 6. Número de perso�as que habitan una casa. Caxhuacan, Pue. . . . . . . . 18


Cuadro 7. Número de hermanos vivos. Caxhuacan , Pue. . . . . . . . . . . . . . . . .
• 18
Cuadro 8. Número de hermanos muertos. Caxhuacan, Pue. . . . . . . . . . • . . . . . . 18
Cuadro 9. Incidencia de discromatopsias en poblaciones mexicanas. Series
masculinas . . . . . . . . .
. " . . . . .. . . . . . . º º • • º • • º • � • • • • � • • º 22
Cuadro 1 O. Frecuencia porcentual de diseño según dígito y lado. Totonacos de
Caxhuacan, Pue. Hombres . . . . ( . º • • º º • º • • • º • º • • • • • • • • º º • 24
Cuadro 11. Frecuencia porcentual de diseño según dígitos y lado. Totonacos de
Caxhuacan, Pue. Mujeres . . . . . . . º • • • • • • º º • º • º • º • • • • • • • " • 25
Cuadro 12. Frecuencia global de diseños digitales en algunas poblaciones nahuas
y totonacas. Hombres. . . . . • • .. . . . • . . • • . . . • • • • • . • • • . . • • 26
Cuadro 13. Análisis de las diferencias entre porcentajes de frecuencias globales de
diseños digitales entre cada par de poblaciones. Caxhuacan , Pue.
Hombres. . . . . . . . . . . º º • • • º • • º • • • • º e • • e • º • • • • • • • º • • º 27
Cuadro 14. Análisis de las diferencias entre porcentajes de las frecuencias globales

de diseños digitales entre cada par de poblaciones. Caxhuacan, Pue .
Muj eres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . º • • • º º • • • º • • • º • • • • 28
Cuadro 15. Indices de Cummins, Furuhata y Dankmeijer en algunas poblaciones
nahuas y totonacas. Hombres. . . . . • 29
Algunas características de los ojos en jóvenes totonacas ( 1 3 a 1 5 años)
. . • . . . . • . . . . . . • . . • • . .

Cuadro 16.
. .

Caxhuacan, Pue . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . º • º • º • C> • • • • º • 35


Cuadro 1 7. El perfil nasal de jóvenes totonacos ( 1 3 a 1 5 años). Caxhuacan, Pue. . . • 36
Cuadro 18. Forma de los orifi cios nasales de jóvenes totonacos ( 1 3 a 1 5 años).
Caxhuacan, Pue. . . . . . . . . . . . º • • • • • • • • • º • • • • • • • • • • • • • • º 36
Cuadro 1 9. Algunas características de la oreja de jóvenes totonacos ( 1 3 a 1 5 años).
Caxhuaca.11 , Pue . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . º • • º º • • º • 37
Cuadro 20. Algunos caracteres de la boca de jóvenes totonacos ( 1 3 a 1 5 años).
Caxhuacan, Pue . . . . . . . . . . C" • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • º • 37
Cuadro 21. Forma del contorno facial de jóvenes totonacos ( 1 3 a 1 5 años).
Caxhuacan, Pue . . . . . . . o • • • • CI • • • • • • • • • e • • • • • • • o • o • • • o • 43
Cuadro 22. Algunos caracteres de la mano de jóvenes totonacos ( 1 3 a 1 5 años).
Caxhuacan, Pue . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . º • • • • • • • • • • • • • 43
Cuadro 23 Estatura de la población escolar de Caxhuacan, Pue. .
. . . . . . • . • • . • • 49
Cuadro 24. Estatura sentado de la población escolar de Caxhuacan , Pue. . . . • . . . • 49
Cuadro 25. Indice Córmico de la población escolar de Caxhuacan, Pue. . • . • • . • • 51
Cuadro 26. Peso corporal de la población escolar de Caxhuacan, Pue. . . . .. . . . • . 51
Cuadro 2 7. Pliegue cutáneo del tríceps en la población escolar de Caxhuacan , Pue. . . 57
Cuadro 28. Perímetro del brazo relajado en la población escolar de Caxhuacan,
Pue. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Cµadro 29. Perímetro muscular del brazo en la población escolar de Caxhuacan,
Pue. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . "' . .. . . o • • • • • • • • o • o • • � e • • • • o 60
Cuadro 30. Anchura del codo en la población de Caxhuacan, Pue • • . • . . . • • • • . . . 60
' '

68
'

CONTENIDO

PR"="S=- -_-...OON . . � . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . o • o • • • • • e • • • • o • e • • • • e 5
Cc:rlG� Serrano Sánchez
'lN RODL-CCIO�
_ . .. .. . . . . . . . . . . . . . . º • • º • • º º • • • • • • º • • º • • • • • • 7
Sersiú :_ópez A lonso
l. GENt..�UID �ES ... · · · · · · · · · • • O • • • o • • • • · · · · · · · · · · · · · · • • o • • C 9
Ro�erro Jiménez Ovando, Ma. Guadalupe Estrada Reyes, Zaid Lagunas R.,
S:?T:5..o López Alonso
: . .�SP�CTOS SOCIOECONOMICOS . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . 10
.!lfa. Guadalupe Estrada Reyes
3 DISCRO�f �TOPSIAS
.. .. . . . e o • • • • o • o e • o • • • • • o • • • • • • • • • • • o • o • • • o 19
Za:d :.agunas R.
..!. DEIDf_�TOGLIFOS
.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . º • • • • • º • • • • • • • • 23
Sergio López Alonso, Ma. Guadalupe Estrada Reyes
5 . _-\LGL�OS C•.\RACTERES MORFOSCOPICOS . . • . . . • • . . • . . . . . . . • • • . 26
Zaid Lagunas R.
6. ANTROPOMETRIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Sergio López Alonso
COMENTARIOS FINALES . . . . . . . . . . . . . . .. . . . • . • . . • . • • • • • • . • • • • . 63
Ma. Guadalupe Estrada Reyes, Sergio López Alonso, Zaid Lagunas Rodrz'guez,
Ro berto Jiménez Ovando
BIBLIOGRAFIA . . o • • • • • • • • • • • • • CI • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • o 64
INDICE DE CUADROS • • • •• •• • •• • • o • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 68
INDICE DE FIGURAS • • • o• • o • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • o • • • • • • • 67

Ilustraciones: Roberto Jim�nez Ovando (excepto, figs. 4, 5 , 6, 7, 8 y 33)

69
'

El tiraje de esta publicación se terminó el viernes 29 de octubre de


1982 en los talleres del Departamento de Impresiones del INSTI­
TUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA de la SEP,
siendo Director General el Profr Gastón García Cantú, y jefe del
Depto el MAG Humberto Cruz Salas.

Edición: mil ejemplares

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·

México 1982

• •

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