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América Latina a mediados del siglo XIX

Una vez alcanzada la independencia de España y de Portugal, los nuevos


Estados latinoamericanos se convirtieron, con alguna excepción, en sistemas
republicanos de corte liberal, controlados por los criollos, los principales
promotores y beneficiarios de los procesos emancipadores.

El primer problema interno casi común fue el mantenimiento, cuando no el


incremento, de la desigualdad social. Los criollos contaban con todos los
resortes del poder político y económico, frente al resto de la población,
eminentemente campesina. El segundo problema de estos Estados fue la
inestabilidad política que padecieron y que generó dictaduras y el fenómeno del
caudillaje. Muchos terratenientes decidieron intervenir en política. Levantaron
ejércitos y movilizaron a la población de sus extensas propiedades para
hacerse con el poder. El uruguayo José Artigas destacó en la zona rioplatense
al reunir bajo su mando a muchos caudillos locales en la década de los veinte
del siglo XIX. En Paraguay, los caudillos rurales del Partido Blanco fueron muy
activos. Por fin, en Argentina brilló entre todos los caudillos la figura de Juan
Manuel de Rosas, que dominó la vida política del país entre 1820 y 1852.

En la zona norte de la América Latina uno de los hechos más destacados fue la
guerra entablada entre Estados Unidos y México, que se inició en el año 1846.
El resultado de la contienda fue muy grave para México, ya que en 1848 perdió
casi el 50% de su territorio. Eso provocó la creación de nuevos estados que se
integraron en los Estados Unidos: Texas, California, Nevada, Utah, Nuevo
México y Colorado.

Bajo la presidencia de Benito Juárez, el país sufrió la invasión de tropas


francesas, españolas y británicas para obligar al país a pagar sus deudas. Pero
muy pronto se vio el interés de Napoleón III por imponer un nuevo sistema
político en el país más acorde con ciertos intereses económicos relacionados
con la posibilidad de construir un nuevo canal interoceánico. Para ello, impuso
al príncipe Maximiliano de Habsburgo como emperador, aunque el experimento
político terminaría en un fracaso rotundo y con la vida del propio emperador.

En el cono sur destacaría Argentina. Conseguida la independencia en 1816, el


país entró en una serie de conflictos internos, como hemos tenido oportunidad
de apuntar, aunque con el tiempo consiguió cierta estabilidad unida a un gran
desarrollo económico bajo las presidencias de Mitre y Sarmiento, al comenzar
a ser explotada la inmensa riqueza ganadera del país, vinculándose con la
exportación. Muy pronto, Argentina se convertiría en tierra de acogida de
inmigrantes italianos y españoles.

Por su parte, Brasil se proclamó imperio independiente de Portugal en el año


1822, iniciando una época de expansión agrícola bajo el gobierno del
emperador Pedro I.
Las Dictaduras.

Siendo el absolutismo de capitanes generales y virreyes sustituidos por los


regímenes republicanos de presidentes que ejercen después de las elecciones,
el mismo renace con las dictaduras. Los dictadores controlan los tres poderes
(Ejecutivo, Judicial y Legislativo) y restringen las libertades públicas. Tienen un
partido único o permiten las agrupaciones partidistas en forma aparente,
controladas desde el gobierno y con manipulaciones para mantenerse en el
poder, alargando el periodo gubernamental por mucho tiempo.

Las causales de dictaduras son la falta de madurez política del pueblo y de los
políticos, la ambición de poder económico y político de los dictadores, aunado a
la miseria en que se encuentran los pueblos, el analfabetismo, las guerras
civiles entre caudillos y el descontento popular ante los malos gobiernos. Las
dictaduras han sido unas progresistas y otras despóticas.

Las Democracias.

En la presente época, la democracia representativa es la forma de gobierno


que rige a los países americanos. La democracia permite al pueblo elegir a sus
gobernantes universalmente, directa y secreta, con libertades plenas,
regímenes alternativos basados en los partidos políticos y el pleno derecho de
la oposición a expresarse.

Anteriormente, podían ejercer el voto sólo los que sabían leer, escribir, que
tenían bienes y fortuna; y la elección no era directa. Estas oligarquías rigieron
nuestros países en el siglo XIX y parte del XX, siendo sustituidas por la
democracia verdadera.

A partir de 1958, Venezuela es democrática. Tiene partidos con ideologías


diferentes y los electores pueden elegir por los socialdemócratas (AD) o
socialcristianismo (COPEI).

Guerras Civiles e Internacionales

Las guerras civiles han existido en América Latina y entre naciones del mismo
continente. Han luchado liberales contra conservadores, centralistas con
federalistas, civilistas contra militaristas, clericales contra anticlericales y entre
grupos que siguen a un caudillo.

Las guerras internacionales han surgido por problemas limítrofes, cobro de


deudas, reacción ante confederación de naciones, cuido de las posesiones
coloniales o con el fin de evitar la intromisión de potencias extranjeras en el
continente. Entre ellas:

 Estados Unidos con México (1833-1843).


 Chile y Argentina contra la Confederación Perú-Bolivia (1836-1839).
 Chile contra Perú y Bolivia (1879-1883).
 Uruguay, Argentina y Brasil contra Paraguay (1864-1870).
 Francia, España e Inglaterra contra México (1861-1867).
 Exiliados cubanos respaldados por Estados Unidos contra Cuba.
 Guerra de las Malvinas entre Argentina e Inglaterra.

El periodo conservador

Transcripción de El periodo conservador de los 30 años


El periodo conservador de los 30 años
Terminada la federación, todos los países de Centro América se convirtieron en
repúblicas independientes. Rafael carrera fue elegido presidente de Guatemala
en 1851.
• Fomento de los servicios públicos como el alumbrado y la institucionalización
de la policía.

• Se impulso la producción de cochinilla, siendo el principal cultivo de


exportación.

• Se respeto la libertad de los indígenas con la vigencia de las leyes de indias,


es decir, las leyes coloniales.

• Entre los aspectos negativos de este gobierno, este caso está en Belice.

Entre las principales mejoras que impulso a este gobierno estaban:


• El avance de la educación superior.

• Construcción de la red de caminos, siendo lo más importante la del atlántico.


• Se comenzó el cultivo de café y se realizaron las primeras exportaciones

• Ya que el 17 de octubre de 1859, Guatemala e Inglaterra firmaron un


nuevo convenio, en donde nuestro país cedía los derechos sobre Belice y
se marcaron nuevas fronteras, a cambio de que Inglaterra construyera
una carretera que uniera la costa atlántica con la capital del país,
convenio que incumplió.

• Durante el periodo conservador se construyó el fuente el fuerte de san


José, el teatro carrera o colon, así como la conclusión del edificio de la
universidad de san Carlos de Guatemala y los templos de la recolección y
san francisco, este intimo fue el símbolo de conservadurismo


En 1857, al finalizar el episodio bélico de Guerra Nacional, los dos principales
• Caudillos nicaragüenses, Máximo Jerez y Tomás Martínez, suscribieron un
acuerdo político que dio lugar a un gobierno bipartidista de transición y a la
posterior puesta en vigencia de la Constitución de 1858, que proporcionó el
marco jurídico para emprender la tarea de organizar el Estado nicaragüense.


La Carta Magna de 1858 creó la base sobre la que se sostuvo la república
Conservadora de los Treinta Años hasta su colapso en 1893. Este régimen
constituye un caso excepcional en la historia de Nicaragua por el relativo grado
de estabilidad alcanzado en el país en este período.

Que paso con Belice

A finales del siglo XVIII el territorio de lo que hoy es Belice fue ocupado por el
Imperio Británico en afán de su expansión, como pasó en territorios de otros
continentes. Debido a que el territorio de la Capitanía General de Guatemala
aún era colonia española surgió un conflicto entre los reinos Español y
Británico por la explotación del territorio beliceño.

historia

En el convenio de la Paz de París de 1763, el Reino Español se comprometió a


no intervenir en los territorios ocupados por los británicos, esto sin marcar
ninguna circunscripción territorial.

Sin embargo, este convenio duró poco, ya que la guerra entre Francia y
España contra Inglaterra se reinicia y finaliza con la firma del Tratado de
Versalles en 1783, definiendo los límites de dominación española.

En 1786 la corona española rectifica el límite territorial estableciéndolo desde el


Río Sibún hasta el Río Hondo, afectando los intereses de los británicos.

Al firmarse la independencia en 1821 y los subsiguientes años de formación de


la Federación de Provincias Unidas de Centroamérica, distrajo a las
autoridades de la situación del territorio ocupado por los británicos.

Guatemaltecos asentados en la zona de adyacencia entre Guatemala y Belice.


(Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

El 19 de abril de 1850 se firma el Tratado Clayton - Bulwer entre Estados


Unidos y Gran Bretaña, en el que ambas naciones se comprometieron a no
ocupar, colonizar o fortificar ningún territorio centroamericano. Sin embargo,
Gran Bretaña alegó que el territorio de Belice le había sido concedido en
usufructo por la Corona Española. Estados Unidos aceptó la reclamación, pero
no reconoció ni rechazó la legitimidad de los derechos reclamados por los
británicos.

En 1856 se firma el Tratado de Dallas - Clarendon que no fue ratificado. Años


después, en 1859, se firma el tratado Aycinena - Wyke por el cual Guatemala
cedió el área ubicada entre los ríos Sibún y Sarstún, a cambio de una
compensación, en el que se ratificaron los límites sin violar los tratados
firmados en 1850.

Lo pactado en el Tratado de 1859 no fue cumplido por Gran Bretaña, en


consecuencia, se firma una nueva Convención en 1863 donde los británicos se
comprometen a pagar la cantidad de cincuenta mil libras esterlinas para dar
cumplimiento a lo establecido en 1859. Sin embargo, Gran Bretaña reclama
que Guatemala no ratificó la Convención y automáticamente quedaba
exonerada de cualquier obligación con Guatemala.

Caudillismo

El caudillismo' es un fenómeno político y social surgido durante el siglo XIX en


Hispanoamérica. Consiste en la llegada de líderes carismáticos a cada país
cuya forma de acceder al poder y llegar al gobierno estaba basada en
mecanismos informales y difusos de reconocimiento del liderazgo por parte de
las multitudes, que depositaban en "el caudillo" la expresión de los intereses
del conjunto y la capacidad para resolver los problemas comunes. El
caudillismo fue clave para la dictadura y para las luchas entre los partidos
políticos decimonónicos.

El poder de los caudillos se basaba en el apoyo de fracciones importantes de


las masas populares. Este apoyo popular se tornaba en su contra cuando las
esperanzas puestas en el poder entregado al caudillo se veían frustradas, y se
decidía seguir a otro caudillo que lograra convencer de su capacidad de
mejorar el país o la provincia.

Este fenómeno se dio en América Latina durante prolongados períodos de su


historia republicana; en algunos casos desembocó en fuertes dictaduras,
represiones a la oposición y estancamiento económico y político, pero en otros
canalizó las primeras modalidades democráticas y federales en las repúblicas
latinoamericanas, así como proyectos de desarrollo autónomo, frente a las
expresiones políticas neocoloniales.

Causas

Las causas de la llegada del caudillismo fueron principalmente la ausencia de


consenso político y las teorías de gobierno utópicas de los aristócratas. Para
acceder al poder, los caudillos se rebelaban aliándose con militares, deponían
al gobernante actual, disolvían el Congreso y se auto proclamaban presidentes
provisionales. Después de un corto plazo se elegía un nuevo congreso y se
convocaba a elecciones presidenciales. En las elecciones salía elegido el
caudillo que había presidido anteriormente la revolución y deposición del
antiguo gobernante o diputados.

Los principales partidarios de los caudillos, aparte de sus hombres de armas de


confianza, fueron los miembros de las clases enriquecidas. Así, estos
aseguraban un flujo de dinero para el Estado del caudillo de turno y este se
comprometía a darles beneficios.
El caudillismo se desarrolló principalmente en México pero no completamente
ya que sufrió ciertos detalles a partir de su desarrollo que no fueron siempre
positivos (donde hubo una gran cantidad de presidentes militares en 50 años);
en Chile con el gobierno de José Miguel Carrera a comienzos de la república;
en Perú, donde hubo tres grandes "periodos de militarismo": a los inicios de la
república, durante la reconstrucción nacional después de la guerra con Chile, y
tras el oncenio de Leguía; en Argentina con el gobierno de Juan Manuel de
Rosas; en Colombia con el gobierno de Pedro Alcántara Herrán que promovió
a la vez la constitución de 1843; y también en Bolivia, Paraguay, Ecuador y
Venezuela.

Algunos de los caudillos de mayor influencia fueron: José Gervasio Artigas en


Uruguay (la zona que correspondió a la Unión de los Pueblos Libres); Juan
Manuel de Rosas en la Confederación Argentina; José Gaspar Rodríguez de
Francia en Paraguay; Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos, Vicente
Guerrero, Antonio López de Santa Anna, Emiliano Zapata y Francisco Villa
(José Doroteo Arango Arámbula) en México; José Antonio Páez, Antonio
Guzmán Blanco y José Tadeo Monagas en Venezuela; Getulio Vargas en
Brasil, Francisco Franco en España; y Salazar en Portugal.

Consecuencias

La inestabilidad política actual es consecuencia de como fue organizado el


Estado al nacer la vida republicana, sin base nacional, y también debido a los
sucesivos años de enfrentamientos políticos presididos por las diferentes
facciones que se disputaban el poder en ese entonces. De esta forma, las
repúblicas se constituyeron sobre una base inconsistente, sobre un Estado
embrionario, desorganizado económicamente, caótico en el orden político y sin
planes de gobierno que sigan disciplina y orden. Por esta razón, la democracia
no es totalmente efectiva y se realiza un uso inadecuado de las conquistas del
liberalismo, en vez de un correcto uso de la libertad.

El orden impuesto por la fuerza dentro del caudillismo ha quedado como


herencia. Además, ciertas características “caudillescas” prosiguen hasta la
actualidad. El caudillo, que buscaba gloria y poder, intentaba con sus obras
ganarse la simpatía de la población y desprestigiar al máximo al anterior
gobernante; así, reorganizaba el gobierno a su antojo y consideraba como malo
todo lo que el gobernante anterior hubiese hecho. Hoy en día, muchos
gobernantes desprestigian aquello gestado por sus antecesores y lo
abandonan, buscando el propio beneficio, o tal vez como una estrategia para
su obligada participación en las siguientes elecciones.

Por otro lado, es importante resaltar que, al hablar de caudillismos se habla


también de consolidación de fuertes regionalismos, que mermaron el casi
inexistente estado-nación. Así, hoy en día aún existen algunos de esos fuertes
regionalismos, especialmente en el sur andino, que, a pesar de no ser una
consecuencia directa del caudillismo, ayudó a que se solidificaran algunos de
ellos. Por esta razón, algunas veces planes unificadores resultan insostenibles.
Política caudillista

Los caudillistas latinoamericanos se formaron a partir de experimentar la


desigualdad que estaba ocurriendo en el momento de que los españoles
llegaron al Nuevo Mundo imponiendo sus reglas de conquista, explotación,
evangelización y colonialismo.

Los caudillos expresaron intereses regionales combinados con sus ambiciones


personales. Agustín Gamarra, por ejemplo, representó los intereses del sur
andino, especialmente del Cuzco, mientras que Andrés de Santa Cruz, los de
Bolivia y Arequipa. Para tener una mejor comunicación en un país mal
comunicado establecieron alianzas con hacendados.

Democracia para todos

N o hay duda de que el concepto de "Democracia", cuyo uso resulta tan del
gusto de la clase política, es uno de los más importantes en un Estado
Constitucional. Forma parte de la esencia misma del sistema, hasta el punto de
que la buena salud de éste depende la calidad del modelo democrático. Por lo
tanto, su relevancia es incuestionable y la labor de preservarlo y mejorarlo,
imprescindible para su correcto funcionamiento. En palabras de Theodore
Roosevelt, "una gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o
grande o democracia". Siempre habría, pues, que pensar en enriquecerla y
modernizarla, sin acomodarse a unos planteamientos interesados sobre una
hipotética perfección de las reglas electorales y participativas que tan sólo
esconden los intereses espurios de quienes, habiendo llegado al poder,
pretenden mantener inamovibles las normas que les han aupado a sus cargos.

Sin embargo, y dejando sentado lo anterior, la democracia no es la panacea


que cura todos los males, ni su utilización posee la efectividad de una receta
mágica que resuelve todos los problemas. Digo esto porque me ha sorprendido
negativamente una propuesta que figura en el programa electoral de Izquierda
Unida y que contempla la participación directa de los ciudadanos en la elección
de jueces y magistrados a través de una votación. Se trata, por otra parte, de
una opción que ya se lleva a cabo en otros países como Estados Unidos desde
hace siglos, y cuyo modelo han copiado otras naciones de Latinoamérica.
Personalmente, no me convence esta vía, al considerar que las teorías sobre la
democracia representativa tienen sentido cuando se aplican a órganos cuya
función consiste precisamente en representar a la ciudadanía que los elige. Si,
por el contrario, se aplican a instituciones que, por definición, no han nacido
para la representación popular ni cuentan entre sus atribuciones con la toma de
decisiones dentro del marco de la discrecionalidad política, la idea se desvirtúa.

De hecho, si de algo nos quejamos los ciudadanos de a pie es de la politización


de la justicia, que vemos como una patología nociva y un anacronismo
perverso. La posibilidad de someter a la Judicatura y a la Fiscalía a un proceso
electoral, con sus correspondientes precampañas, campañas, debates, mítines
y demás parafernalia, no haremos más que sembrar el peor germen de la
política en un ámbito (el Tercer Poder) que debería ser inmune a él.
Cualquier intento de que la política traspase las fronteras de los Parlamentos y
de los Gobiernos ha de observarse con prudencia, cuando no con reticencia. A
la vista están los resultados de colocar en los Consejos de Administración de
las Cajas de Ahorros y de las Radiotelevisiones públicas a representantes de
todo el espectro político. Los pretendidos beneficios de esas cuotas de
participación de partidos, sindicatos y otras asociaciones en organizaciones
carentes por naturaleza de esencia política, han terminado por degenerar en
casos de corrupción por todos conocidos y en situaciones de caos absoluto.
Extramuros de los órganos netamente políticos, el juego partidista es nocivo y,
aunque yo sea un firme defensor de la democracia y de los valores que
comporta, no puedo defender el traslado de sus reglas de juego al terreno de
unos órganos técnicos y profesionales que se presuponen independientes.

La mejora de nuestro actual modelo democrático pasa por revisar el vigente


sistema electoral, controlar con rigor a los cargos públicos, potenciar el nivel de
transparencia de las instituciones, preservar el pluralismo y revertir la
sensación de hastío generalizado hacia la clase política. En todos esos ámbitos
se extiende un inmenso terreno por el que avanzar. Entonces, empleemos
nuestras energías y centremos nuestros esfuerzos en perfeccionar la
democracia que ya tenemos, en lugar de extender sus vicios y defectos por
unos espacios que deben permanecer ajenos y a salvo de componendas
partidistas e ideológicas.

La democracia no tiene adjetivos. La democracia no se presta a dualidades o a


torceduras. La democracia es el gobierno del pueblo. El pueblo somos todos. Y
en el pueblo caben y están todos los que pueblan este país, sean o fueren de
cualquier clase social, rango económico, origen étnico, tendencia partidaria.

No se le puede llamar pueblo sólo a unos pocos o a aquellos que siguen a


determinado líder. ¡La democracia no da lugar a excluidos! Es la suma total de
un proceso integrador. Es la ecuación infinita en la que cabemos todos, porque
es inclusiva por naturaleza —es el método natural para hacer convergir a los
que naturalmente tienen opiniones y opciones diversas acerca de cómo se
debe regir una sociedad—. Además, nadie tiene el monopolio de la verdad para
decidir quién entra o sale de esa arca de Noé social y convulsiva en la que
vivimos los nicaragüenses.

Creer que unos son el pueblo y otros son explotadores, que hay que ser
revolucionarios para ser del pueblo, es creer que la democracia es una presea
o botín de guerra que el ganador de una contienda electoral esgrime a su favor.
Y cuando la tiene —como una varita mágica— le sirve para rebautizar el
mundo, y etiquetar a seguidores o adversarios en términos peyorativos,
indulgentes o estigmatizantes. No es así. La democracia es la sustancia
amalgamadora y cohesionadora de cualquier nación. No es sectorizante,
segregacionista.

La democracia tampoco es un derecho ganado por los vencedores en una


elección que se imponen por la fuerza bruta a los que perdieron temporalmente
el poder político del Ejecutivo. La democracia no es punitiva. La democracia es
comprensiva.
América después de la independencia

los territorios que integraban los virreinatos hispanoamericanos no pudieron


mantenerse unidos. Las dificultades heredadas de las colonia como los conflictos
por el poder entre las elites locales y regionales, la falta de una identidad cultural
definida sobre la cual se pudieran establecer bases políticas y económicas
fuertes, la ausencia de mercados internos, que propiciaran el intercambio
comercial entre las nuevas naciones, y las barreras geográficas como la falta de
vias de comunicación condujeron a la fragmentación territorial e impidieron la
forma de una sola y gran nación tal como la soñó Bolívar. Asi, las dificultades
que acompañaron el proceso que siguio a la independencia de America
hispánica fueron las siguientes :
Después de la independencia…
El ideario político con que se inicio la vida Republicana en América Latina
constaba, principalmente, de principios e instituciones dadas por el ejemplo de
la independencia de Estados Unidos, de la Revolución francesa y del Desarrollo
industrial ingles. La gran diferencia entre Latinoamerica y estos países es que
para ellos la democracia había sido el resultado de su propia evolución
política,social y económia, mientras que para estos pueblos consistía en ideas
ajenas y de dificil aplicacion para su realidad.

Las Nacientes Republicas

Al concluir el proceso de liberacion, cada una de las nuevas naciones se inicio


en el ejercicio de la vida independiente en circustancias muy variadas.

Ecuador

La independencia del Ecuador tiene un solo nombre: 9 de Octubre de 1820.El 9


de octubre es el día más importante en la historia de Guayaquil, de la antigua
Audiencia de Quito y del Ecuador actual, porque es el verdadero y único día de
nuestra independencia.Por eso, al considerar el 9 de octubre de 1820, se hace
necesario retroceder 11 años en el tiempo, y acabar con una frase que ha
confundido a nuestra historia:

“10 de Agosto de 1809: Primer Grito de la Independencia”.

Chile

Chile formaba parte del contexto americano a comienzos del siglo XIX, por lo
tanto, experimentó los mismos eventos históricos. Aquí también los jóvenes
criollos lucharon por obtener la libertad y la autonomía política y económica frente
a España. Se podría decir que las causas de la independencia de Chile son
bastante similares a las de los demás países latinoamericanos.

Colombia

Nadie sabía exactamente qué iba a pasar el 20 de julio de 1810, pero se podía
percibir una atmósfera de que algo ocurriría. Fue un viernes, día de mercado y
todo el pueblo caminaba por las calles de Santa Fe.
Después de la abdicación del monarca español Fernando VII tras la invasión
francesa a España en 1808, llevada a cabo por parte de Napoleón Bonaparte,
en España se organizaron juntas de gobierno a nivel local para resistir al invasor
y, a la vez, gobernar en ausencia del rey depuesto. Estas juntas pronto
uniéndose organizaron un gobierno “alterno” al gobierno de ocupación impuesto
por Napoleón.

Peru

La independencia del Perú se proclamó el 28 de Julio de 1821. Perú había


permanecido junto a España con el virrey José Fernando de Abascal, quien
incluso envió tropas y dinero a otros puntos donde la insurrección había
aparecido.

A partir de 1810, el virrey tuvo que enfrentarse a diversas insurrecciones, casi


todas surgidas en el Alto Perú (hoy Bolivia).
Abascal advirtió la debilidad de la Junta Central de 1810 e interpretó el
movimiento independentista como un complot perpetrado desde Buenos Aires.
Mantuvo de 1808 a 1813 una política hostil, pero diplomática, contra las nuevas
ideas procedentes de España. A pesar de ello, tuvo que admitir, el 24 de
septiembre de 1810, la convocatoria para la elección de diputados. Abascal
contaba con la colaboración de los liberales peruanos y españoles, a los que no
interesaba que la mayoría nativa accediera a sufragio y a la representación
política.

Argentina

Tras la Revolución de Mayo y la instauración de la Primera Junta, en 1814, el


rey Fernando VII regresó al trono de España. Este país quería reconquistar sus
colonias. Los realistas habían triunfado en Huaqui, Vilcapugio y Ayohúma, y eran
fuertes en el Alto Perú, actual Bolivia. Desde allí pensaban en invadir todo el
territorio de Argentina.

El 15 de abril de 1815, una revolución terminó con el gobierno unitario de Carlos


María de Alvear. Los revolucionarios exigieron la convocatoria de un Congreso
General Constituyente. El Congreso de Tucumán comenzó a sesionar el 24 de
marzo de 1816 con 33 diputados. Varias provincias no enviaron representantes
por diversos motivos. De acuerdo a lo que habían decidido, la presidencia del
Congreso era rotativa y debía cambiar cada mes.

Brasil

El detonante para la independencia de Brasil es, al igual que para la América


española, la invasión de la Península Ibérica por parte de las tropas de Napoleón.
Los franceses capitaneados por Jean Andoche Junot (Bussy-le-Grand, Francia,
1771-Montbard, Francia, 1813) entrarán en territorio portugués en octubre de
1807, con el objetivo es aislar por mar a su eterna enemiga, Inglaterra.
Surgimientos de los Estados Centroamericanos

La Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), es un organismo


regional creada en 1951 por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y
Nicaragua para promover la cooperación e integración.

Su carta fundacional del San Salvador fue revisada en 1965. Su órgano


supremo es la Conferencia de jefes de Estado. El secretariado general tiene su
sede en San Salvador. En 1960 la ODECA creó el Mercado Común
Centroamericano (MCCA) con el objetivo de establecer una unión aduanera, y
en 1993 el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

Historia

Desde la creación de la Audiencia de los Confines en 1542, hasta que se


disuelven las Provincias Unidas de la América Central en 1838, los cinco
Estados hoy miembros de la ODECA constituyen una sola unidad política, cuya
conciencia no desaparece con el nacimiento de los Estados independientes.

Los proyectos y realizaciones unionistas entre 1838 y 1951, año en que se creó
la ODECA, fueron múltiples e ininterrumpidos. Se ensayaron todos los
caminos: confederativos, federativos y unionistas.

En 1839, se reunió en Santa Ana (El Salvador) una conferencia de los


disgregados Estados para aprobar un nuevo pacto federal; se realizaron
nuevas reuniones en Chinandega (1842) y Nacamoe (1847), que fracasaron.
Más éxito, aunque efímero, tuvo el pacto de Amapola (1895), que instituyó la
República Mayor de Centroamérica y la Unión Federal de Centroamérica en
1921; o la creación de la Corte de Justicia Centroamericana en Cartago (1907),
etc.

En 1960 la ODECA creó el Mercado Común Centroamericano (MCCA) con el


objetivo de establecer una unión aduanera, y en 1993 el Sistema de la
Integración Centroamericana (SICA). Su carta fundacional del San Salvador fue
revisada en 1965.

Miembros y finalidad

Es el sistema en que se integran los Estados del istmo centroamericano:


Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, basado en los
lazos históricos que unen a los cinco países con una conciencia unitaria; para
mantener las relaciones de fraternidad histórica; buscar solución conjunta a sus
problemas comunes en lo económico, social y cultural; y obtener como fin
último la integración política.

La ODECA está abierta también a Panamá, cuyos lazos con los demás países
son de tipo geográfico, ya que se encuentra históricamente vinculada a los
países de la Gran Colombia.
El fin último de resucitar la unidad política centroamericana, diferencia a la
ODECA de otras organizaciones internacionales de estructura similar. Así
como el hecho de que su órgano supremo lo constituyan las reuniones de los
presidentes de la República de los Estados miembros.

Órganos

Para la realización de los fines de la Organización de Estados


Centroamericanos se establecen los siguientes Órganos:

 La Reunión de Jefes de Estado: es el Organo Supremo de la


Organización.
 La Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores: es el Órgano
Principal. Tendrá lugar ordinariamente una vez cada año y
extraordinariamente cada vez que, por lo menos tres de ellos lo estimen
necesario. Podrá crear los órganos subsidiarios que para el estudio de
los diferentes problemas considere conveniente.
 El Consejo Ejecutivo: estará integrado por los Ministros de Relaciones
Exteriores o por sus representantes especialmente acreditados para ello.
Tendrá la representación legal de la Organización. Corresponde al
Consejo Ejecutivo dirigir y coordinar la política de la Organización para el
cumplimiento de sus fines.
 El Consejo Legislativo: está compuesto por tres Representantes de
cada uno de los Poderes Legislativos de los Estados Miembros. Actuará
como asesor y órgano de consulta en materia legislativa. Asimismo,
estudiará las posibilidades de unificar la legislación de los

Estados centroamericanos.

 La Corte de Justicia Centroamericana: está integrada por los


Presidentes de los Poderes Judiciales de cada uno de los Estados
Miembros. Son atribuciones de la Corte de Justicia Centroamericana:
o Conocer de los conflictos de orden jurídico que surjan entre los
Estados Miembros y que estos convencionalmente le sometan.
o Elaborar y emitir opiniones sobre proyectos de unificación de la
legislación centroamericana cuando así se lo solicite la
Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores o el Consejo
Ejecutivo.
 El Consejo Económico Centroamericano: está integrado por los
Ministros de Economía de cada uno de los Estados Miembros, y tendrá
a su cargo la planificación, coordinación y ejecución de la integración
económica centroamericana.
 El Consejo Cultural y Educativo: estará integrado por los Ministros de
Educación de los Estados Miembros o sus representantes.

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