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Los Cuentos como Herramienta Psicoterapéutica y Formativa

Por: Psicóloga Melissa Valentina Vecco Giove

Los niños de todo el mundo siempre han disfrutado y vibrado con los cuentos.

¿Puede recordar usted la emoción que le embargaba cuando le iban a contar un cuento
al ser niño?

Podría casi generalizarse que todos en algún momento hemos tenido esta gratificante
y edificante experiencia.

Los cuentos desde siempre han sido utilizados como un recurso metodológico
importante para la transmisión de valores y creencias, con muy buenos resultados.

Cuando escuchamos la frase “Érase una vez...” todos sabemos que comienza un cuento,
y éstas palabras hacen que nos predispongamos a prestar atención bajando el nivel de
la censura de lo racional, de ésta forma las informaciones se libran de ser filtradas con
mensajes internos críticos referidos a que algo que se observa en la hisoria es imposible
o que no puede suceder.

De tal forma que los contenidos (mensajes) del cuento penetran en nuestras mentes
suavemente, sin que les ofrezcamos resistencia, ya que son lúdicos y desprovistos de
agresividad o imposición, por lo que no los filtramos como con otros tipos de información
ante la cual se activan mecanismos de protección o defensa.

El cuento se caracteriza porque su trama es bastante sencilla y emplea muchos


arquetipos y símbolos, haciendo que el oyente imagine formas, sonidos, colores y los
contacte con lo relevante de lo que escucha; los cuentos explicados en espacios
pedagógicos o terapéuticos pueden ayudar a entender de una forma más fácil y visual
algunos conceptos un poco abstractos.

El Valor Terapéutico del Cuento

En contextos terapéuticos, una de las ventajas de emplear cuentos es que las personas
puedan verse reflejadas sin sentirse intimidadas. Como señala Alejandro Jodorowsky, al
escuchar un cuento, automáticamente empieza a producirse un fenómeno de
identificación con el o los protagonistas, e incluso se genera a un nivel inconsciente una
suerte de vinculación entre la vida de la persona que escucha y la historia que se narra,
(por más lejana que ésta parezca); esto hace que el oyente aunque pueda parecer en un
rol pasivo en realidad esté muy activo mentalmente buscando también alternativas de
solución frente a la situación que se le presenta en la historia, lo cual por lógica también
le ayudará a resolver situaciones complejas de su vida, es como encontrar salidas
paralelas a la situación que está atravesando.

Al respecto, Bruno Bettelheim refiere: " Al hacer referencia a los problemas humanos
universales, especialmente aquellos que preocupan a la mente del niño, estas historias
(los cuentos) hablan a sus pequeño yo en formación y estimulan su desarrollo...empiezan
precisamente allí donde se encuentra el niño, en su ser psicológico, emocional...ofrecen
ejemplos de soluciones, temporales o permanentes a las dificultades cambiantes".
Uno de los pioneros en emplear el cuento como herramienta psicoterapéutica fue Milton
Erickson, él procuraba modificar los pensamientos, las emociones y las conductas de sus
pacientes a través de cuentos breves, basándose en la premisa de que todas las personas
están provistas de los recursos necesarios para resolver las situaciones y sentimientos
que los aquejan y que la tarea del terapeuta es sobre todo apoyar la puesta en marcha
de esos recursos.

A su vez, Boris Cyrulnik, uno de los primeros en utilizar el concepto “resiliencia” en el


campo de la psicología dice que “Cualquier sufrimiento puede ser tolerado si es
convertido en relato”… es decir, los cuentos pueden ser terapéuticos, tanto si se
escriben como si se escuchan.

Los cuentos pueden simplificar cualquier situación, ya que suelen plantear un problema
existencial de modo breve y conciso, lo cual permite que la persona pueda atacarlo en
su forma esencial, es decir, es posible que alguien esté atravesando situaciones
complejas que lo tienen confundido o confundida, pero si ven reflejada su experiencia
en el relato esto le va a simplificar la comprensión del problema y dada la naturaleza
festiva del cuento, también va a hacer que ese problemas parezca más ligero, es decir
le va a quitar fuerza a éste en la mente de uno.

Es decir, los cuentos, son una especie de catalizadores o puntos focales que sirven como
espejo de nuestra psiquis o de situaciones que atravesamos (sobre todo porque nosotros
recreamos los detalles con nuestra imaginación) y pemiten que tomemos distancia y
tengamos una actitud nueva y fresca.

Como vemos, el cuento es una excelente herramienta terapéutica, sobre todo si guarda
relación con nuestras experiencias traumáticas.

A través de ellos podemos llegar a conectar con emociones, necesidades o deseos


paralizados en un momento de nuestra vida. Conectar con ellos es restaurarnos
internamente, recuperar nuestra fortaleza y nuestra energía detenida para poder
destinarla a nuestro bienestar.

El Aporte del Cuento en la Formación del Niño

"El sentido más profundo reside en los cuentos de hadas que me contaron en mi infancia,
más que en la realidad que la vida me ha enseñado" (Schiller – poeta alemán).

Talvez la mayoría de personas subestimamos el impacto que puede tener un cuento en


la vida de un niño, sin embargo esta frase de Schiller ejemplifica claramente la influencia
que pueden tener estas hisotrias en la formación de la personalidad.

El niño, mientras se desarrolla, debe aprender, paso a paso, a comprenderse mejor; así
se hace más capaz de comprender a los otros y de relacionarse con ellos de un modo
mutuamente satisfactorio y lleno de significado. Nuestros sentimientos positivos nos dan
fuerzas para desarrollar nuestra racionalidad; sólo la esperanza puede sostenernos en
las adversidades con las que inevitablemente nos encontramos.

El niño necesita que se le de la oportunidad de comprenderse a sí mismo en este mundo


complejo con el que tiene que aprender a enfrentarse, precisamente, porque su vida,
a menudo, le desconcierta. Para poder hacer eso, debemos ayudar al niño que extraiga
un sentido coherente del tumulto de sus sentimientos. Necesita ideas de cómo poner en
orden su casa interior y, sobre esta base, poder establecer un orden en su vida en
general. Necesita una educación que le transmita de una manera sutil las ventajas de
una conducta moral, no a través de conceptos éticos abstractos, sino mediante lo que
parece tangiblemente correcto, y por ello, lleno de significado para él. (Párrafo
extraido del libro "Psicoanálisis de los Cuentos de Hadas", de Bruno Bettelheim)

Todo esto el niño puede encontrarlo a través de los cuentos, por ejemplo frente a los
diferentes personajes o arquetipos presentados en un cuento, el niño elige introyectar
arquetipos que le resultan atractivos y estos sirven como parámetro que guiará su
comportamiento en función al tipo de persona que quiere ser.

La tarea más importante y a la vez la más difícil en la educación de un niño es la de


ayudarle a encontrar sentido en la vida, y en esta tarea no hay nada más importante que
el impacto que causan los padres y cuidadores del niño, así como también nuestra
herencia cultural. Una buena forma de transmitir información sobre nuestra propia
cultura, a los niños pequeños es a través de los cuentos infantiles, además el sólo hecho
de que un padre o cuidador cuente una historia a un niño, hace que se estreche el vínculo
afectivo, y le dará la sensación de ser importante y de estar siendo nutrido intelectual,
emocional y espiritualmente; lo cual alimentará sus esperanzas y con ello la probabilidad
de que en la adultez pueda otorgar un sentido a su existencia.

Los cuentos divierten y excitan la curiosidad de los niños, estimulan su imaginación,


ayudan a que desarrollen su intelecto y a que clarifiquen sus emociones; además reflejan
sus ansiedades y aspiraciones, les ayudan a reconocer sus dificultades y les sugieren
soluciones a los problemas que les inquietan.

El mensaje general que los cuentos transmiten es que la lucha contra las dificultades de
la vida es inevitable, es parte intrínseca de la existencia humana; pero si uno no huye,
sino que se enfrenta a las dificultades o privaciones inesperadas y muchas veces injustas,
llega a dominar los obstáculos y a salir victorioso.

Recomendaciones para contar Cuentos a los Niños

– Lea de modo pausado, articulando claramente las palabras.


– Otorgue a cada personaje del cuento una voz particular.
– Lea el cuento por 2ª vez.
– Esta vez, anime al niño a emitir la voz de alguno (s) de los personajes.
– Converse libremente con el niño (a) sobre el cuento; podría ser también a través
de preguntas, tales como:
 Qué le pareció
 Si le gustó o no
 Que fue lo que mas le llamó la atención
 Características, sentimientos o comportamientos de alguno de los
personajes.
 Qué aprendió del cuento, entre otras.

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