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PRESENTACIÓN
I. Antecedentes 3
2016 – 2018
II. Disposiciones fiscales aplicables 4
C.P.C. y P.C.CA. Rosa María Cruz Lesbros
Presidenta
III. Impuesto Sobre la Renta 5
C.P.C. Álvaro E. Cordón Álvarez
Vicepresidente de Desarrollo y Capacitación
Profesional IV. Impuesto al Valor Agregado 7
L. C.P. Luis Bernardo Madrigal Hinojosa
Director Ejecutivo V. Operaciones Financieras Derivadas 7
Vicepresidente
L.C. Gerardo García Campa
Secretaria
C.P.C. Gabriela María Teresa García Monroy
Coordinador de boletines
C.P. Juan Fernando Hernández Corvera
Integrantes
L.C.P. Asael Eduardo Apolinar Hernández
L.C.C. Mauricio Arévalo Mercado
Lic. Alejandro Arzate Mejía
Lic. Adrián Bueno Osorno
C.P. Luis Alfredo Espinosa Bernal
Lic. Ivonne Denisse Flores Hernández
L.C.P. Luis Daniel Fuentes Hernández
L.C. Eduardo García Lara
L.C. Berenice Guadarrama Contreras
C.P. Beatriz Hernández Sánchez
Lic. Ricardo Martin González
Lic. Raúl Iván Martínez González
C.P. Enrique Mena López
L.C.P. Oswaldo Méndez Alvarez
C.P. Francisco Páez Vázquez
M.A. y L.C. Víctor Manuel Rodriguez Anzaldo
Lic. Diana María Romo Cuesta
L.C. Diego Rodrigo Samperio Mares
C.P.C. y P.C.FI. Juan Alberto Torres Romero
C.P.C. José Alberto Valverde Corona
C.P.C. Miguel Zárraga Zárraga
L.C. y L.D. Carlos Alberto Zúñiga Aquino
1 Valor que tiene una moneda con relación a otra o a la unidad de referencia internacional.
2 Banco de México.
En relación con la pérdida cambiaria, debemos señalar que no existe una definición legal del
concepto, ya que se trata de un fenómeno económico y en última instancia contable.
Así pues, cuando la moneda doméstica se devalúa respecto de la divisa extranjera y se tiene
contratada una deuda en esta última se produce una pérdida en cambios, la pérdida cambiaria
se deriva de la fluctuación en el tipo de cambio de las monedas involucradas. Es un fenómeno
que no puede ser controlado por los particulares, pues la pérdida o ganancia cambiaria no se
deriva de la deuda o del crédito, sino de la fluctuación cambiaria; tal como se reconoce en el
artículo 8 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR). Por lo tanto, tampoco puede catalogarse
como una contraprestación, castigo, rédito o premio aún en el caso de la ganancia cambiaria, de
tal suerte que su naturaleza jurídica no es la de un interés.
Así que nos remontaremos primeramente al Código Fiscal de la Federación (CFF) como una
disposición de carácter supletorio y que entre otras cosas regula las facultades que tiene la
autoridad fiscal para determinar contribuciones y enterarlas en moneda nacional.
Si la moneda de origen es distinta del dólar de los EE.UU, se multiplicará el tipo de cambio por
el equivalente en dólares de la moneda de que se trate, de acuerdo con la tabla mensual que
publique Banxico.
En materia fiscal, el importe de la pérdida cambiaria que podrá deducirse no excederá de la
que resultaría de haberse aplicado el tipo de cambio publicado por Banxico en el DOF
correspondiente al día en que se sufra la pérdida,3 por lo cual se debe tener especial cuidado en
aquellas empresas que manejan un “tipo de cambio corporativo” o “comercial”, ya que esta
situación podría traducirse en una contingencia fiscal, si en el caso en específico, las operaciones
realizadas en divisas no se revalúan al tipo de cambio que establece el CFF.
Si bien conocemos que las contribuciones se causan cuando se realizan las situaciones
jurídicas o de hecho previstas en las leyes vigentes durante el lapso en que ocurran,4 en materia
de operaciones con divisas extranjeras, se debería tomar el tipo de cambio del día anterior a la
causación, así hubiera sido el tipo de cambio a como se haya adquirido la divisa o el que publique
el Banxico, como se menciona en el CFF.
La LISR establece que se dará el tratamiento de intereses a las ganancias o pérdidas cambiarias
devengadas por la fluctuación en moneda extranjera, incluyendo las que correspondan al
principal y al interés mismo.
El término “devengar” se define como “adquirir derecho a alguna percepción o retribución por
razón de trabajo, servicio u otro título”; al respecto es importante señalar que desde el punto de
vista financiero, los efectos derivados de las transacciones que una entidad lleve a cabo deberán
reconocerse contablemente en su totalidad.
3 LISR Artículo 8.
4 CFF Artículo 6.
1. Cuentas por cobrar denominadas en dólares americanos: a menor precio del dólar
respecto del peso, mayor será la pérdida cambiaria.
2. Cuentas por pagar denominadas en dólares americanos: a mayor precio del dólar
respecto del peso, mayor será la pérdida cambiaria.
Se dará el tratamiento que esta Ley establece para los intereses, a las ganancias o
pérdidas cambiarias, devengadas por la fluctuación de la moneda extranjera, incluyendo
las correspondientes al principal y al interés mismo. La pérdida cambiaria no podrá
exceder de la que resultaría de considerar el tipo de cambio para solventar obligaciones
denominadas en moneda extranjera pagaderas en la República Mexicana establecido por
el Banco de México, que al efecto se publique en el Diario Oficial de la Federación,
correspondiente al día en que se sufra la pérdida.
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Artículo 8 de la LISR, penúltimo párrafo.
Pagos provisionales
En materia de pagos los provisionales del ISR, debido a que la pérdida cambiaria se considera
una deducción autorizada, no deberá disminuirse de la utilidad cambiaria resultante del periodo
al cual corresponda el pago; es decir, no deberá considerarse el resultado neto para fines de
determinar los ingresos acumulables computables para la determinación de los pagos
provisionales.
Lo anterior cobra sentido cuando aplicamos el coeficiente de utilidad para determinar la utilidad
fiscal para el pago provisional, ya que el objeto de este indicador es el de estimar la utilidad fiscal
que se espera obtener, considerando la causación de ISR de la empresa en ejercicios anteriores.
Referente a la pérdida cambiaria, hablamos de una diferencia del valor de la moneda, a la cual
se tiene que hacer frente para cubrir o reconocer el valor de la deuda pactada en la moneda
extranjera; por lo tanto, jurídicamente, la pérdida cambiaria reviste el carácter de un gasto
incurrido por una empresa al valuar o pagar las diferencias entre la paridad anterior y la vigente.
Sin embargo, no se puede hablar de que se trate de una retribución, contraprestación o premio
directo por la existencia de una deuda o un crédito, como ocurre con el interés.
Cabe descartar la aplicación del IVA sobre diferencias de cambio, dado que este impuesto sólo
se causa en el momento en que efectivamente se cobran las contraprestaciones y sobre el monto
de cada una de ellas. Para este impuesto no se reconoce ninguna fluctuación cambiaria gravable,
en este sentido, el impuesto se causa en el momento en que se cobra o paga la contraprestación
considerando el tipo de cambio de esa fecha.
A los instrumentos financieros conocidos como derivados se les llama así ya que no tienen un
valor por sí mismos, sino que su valor depende o deriva del que tengan los bienes a los cuales
están relacionados o referenciados dentro de un mercado reconocido.
Esos bienes son los conocidos como subyacentes, es decir, aquellos bienes cuyo valor o
precio se ha tomado como referencia para el instrumento en cuestión, y que pueden ser tanto
financieros, como no financieros, ya que puede referenciarse al valor de mercancías diversas,
tales como el trigo, la carne, azúcar, madera, etc., y bienes como el petróleo, el oro, la plata, etc.
Al igual puede tomarse como referencia o bien subyacente indicadores financieros tales como la
inflación, el tipo de cambio, la tasa de interés, acciones, etc.
El artículo 16-A del CFF establece lo que debe entenderse por operación financiera derivada,
dividiendo básicamente la definición en tres segmentos:
3. Las que enajenen los derechos u obligaciones asociados a las operaciones mencionadas
anteriormente y siempre que cumplan con los demás requisitos legales aplicables.
Para cumplir con la definición de operación financiera derivada es necesario que el subyacente
al que estén referidas se determine o cotice en un mercado reconocido. El artículo 16-C del CFF
señala lo que para efectos fiscales se considerará como mercado reconocido:
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Regla 2.1.12 de la Resolución Miscelánea Fiscal para 2017.
Ejemplo:
Una persona moral tiene un adeudo en dólares estadounidenses por la cantidad de USD
$500,000 el cual debe liquidarse en un año. Con la finalidad de protegerse de las fluctuaciones
cambiarias, negocia un forward con una institución bancaria por la cantidad referida para
liquidarse en un año, las partes acuerdan lo siguiente:
En este caso, la empresa liquida a la institución de crédito el total de $8, 650,000 (USD
$500,000*$17.30), mientras que la institución de crédito paga dicho instrumento a la persona
moral por la cantidad de $8, 500,000 (USD$500,000*$17.00).
Como se puede observar, con este escenario la empresa que adquirió el forward obtuvo una
pérdida ($150,000), pues pagó dólares a 17.30 cuando su cotización a la fecha de término del
contrato fue de $17.00; caso contrario, la institución de crédito obtuvo una utilidad ($150,000), ya
que recibió dólares a $17.30 cuando su cotización fue de $17.00.
En este caso, la empresa liquida a la institución de crédito el total del forward por la cantidad de
$8, 650,000 (USD$500,000*$17.30), mientras que la institución de crédito paga dicho instrumento
a la persona moral por la cantidad de $8, 900,000 (USD$500,000*$17.80).
Como se aprecia en este escenario, la empresa que adquirió el forward obtuvo una utilidad
($250,000), pues pago dólares a $17.30 cuando su cotización a la fecha de término de contrato
fue de $17.80; por el contrario, la institución de crédito obtuvo una pérdida ($250,000), ya que
recibió dólares a $17.30 cuando su cotización fue de $14.80.
VI. Conclusiones
La fluctuación cambiaria, deriva de eventos económicos que están fuera del control de los
contribuyentes, por esta razón es que la LISR facilita la deducibilidad de la pérdida derivada de
estos efectos, pero se tienen que cumplir los lineamientos fiscales que existen, para que la
deducibilidad no se vea afectada por lineamientos “internos” de cada contribuyente; lo
comentamos en el desarrollo del tema, el manejo de un tipo de cambio corporativo puede poner
en predicamentos a las empresas si no se lleva un estricto control del tipo de cambio corporativo
alineado al publicado en el DOF.
Ahora bien por el lado de la acumulación de este gravamen, de la reforma sufrida en el artículo
12 del RISR, subsiste la indefinición de quiénes son aquellas personas morales y físicas que “se
dedican a la compra y venta de divisas”, del cual surge el cuestionamiento siguiente: ¿La compra-
venta de divisas tiene que hacerse de forma habitual o puede llevarse a cabo en una sola
operación?
Sin duda es un tema que se tendrá que analizar en cada caso para evitar caer en una falta al
momento de acumular los ingresos del contribuyente.