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“PRODUCIR CERVEZA ARTESANAL NO ES UNA OPCIÓN CUANDO NO TENES QUÉ

PONER EN LA MESA”

La experiencia de las cooperativas del Movimiento evita en la ciudad de Tandil marca una
lÍnea de acción para afrontar la probleamtica de la desocupación en nuestra ciudad, que
según el último censo asciende a un 10%.
Con el aval de la creación de más de 50 puestos de trabajo genuino en el último año, a
pesar del agravamiento de las variables socioeconómicas y el aumento de la
desocupación, la economía popular y el trabajo de interés social se perfilan como una
alternativa viable y sustentable.
Matias Valdez, Presidente de la Cooperativa Textil Coopeva, integrante de la mesa
ejecutiva del Movimiento Evita y referente de la CTEP en nuestra ciudad analiza la
experiencia de la economía popular en el plano local.
Un balance del camino recorrido y perspectivas para la etapa que se abre luego de las
elecciones legislativas.

La desocupación no es un acontecimiento, no es el producto aleatorio, inevitable, de una


serie de desajuestes económicos. Es producto de una decisión política. De el orden de
prioridades de un espacio político que en en un momento determinado conduce el Estado.
En el escenario económico actual, en el marco de las políticas del gobierno de Macri, el
lunghismo podría decir que la situación local es inevitable, que responde a factores que se
regulan en otro nivel. Sin embargo durante los doce años que antecedieron al gobierno de
Cambiemos, Tandil siempre se mantuvo muy por encima de las estadísticas nacionales, y
cada vez que la situación mejoró tuvo que ver con políticas nacionales en efecto. Ahora,
esto no significa que sea facultad indelegable del gobierno nacional, me refiero a la
posición ideológica del Estado. Cuando la economía fue para adelante, el gobierno local
no genero trabajo. Hoy que la economía va para atrás es aun menos esperable.

Sin embargo hay que reconocer que el grado de desarrollo de la robótica y la


mecanización de los procesos productivos a generado desocupación, las industrias que
antes empleaban 500 obreros hoy ocupan el 20%. La desocupación es solo el problema
inmediato; a mayor cantidad de tabajadores y trabajadoras desocupados, un promedio
salarial más bajo, menos derechos y peores condiciones de trabajo. Porque la posibilidad
para la precarización se funda en el temor que los trabajadores tienen de perder el trabajo
y la dificultad para conseguir uno nuevo. Cuando tenés miedo no exigís que se respeten
tus derechos, te desmovilizas,y ahi se te animan más.

Ante este escenario de retracción del mercado laboral y de falta de voluntad política para
generar trabajo donde en apariencia no lo hay, las organizaciones sociales hemos
asumido la tarea. No por demagogia, porque estemos en campaña, o porque la
problemática esté en agenda, si no porque el sector que representamos lo requiere.
Porque entendemos que el trabajo es un ordenador social, porque la dignidad no es una
consigna, es producto de la posibilidad de los hombres y mujeres de valerse por si
mismos, de procurarse su sustento, de proyectarse.

Aclaro, hay que hacer una salvedad acerca de la desocupación. Que haya un 10% de
desocupación no significa que toda esa gente esté sin trabajar. Aquellos trabajadores y
trabajadoras que no consiguen un trabajo formal, ni siquiera ocaciónal, se lo inventan.
Trabajan en las actividades más diversas, sin derechos, sin regulación, etc.

La cooperativa del limpieza del Langueyú, Coopeva, la cuadrilla de mejoramiento


habitacional y la reparación del moviliario escolar son producto de una decisión política.
Son la expreción de un proyecto político que hace eje en el trabajo, pero no desde una
perspectiva productivista como planteaba Duhalde, sino con el concepto de trabajo de
interés social como premisa. No vemos un escenario donde vualvan a instalarse grandes
industrias, que ocupen grandes cantidades de tandilenses. Por eso como trabajadores y
trabajadoras de la economía popular inventamos trabajo, lo creamos desde nuestra
organzación en la actualidad, y nos proponemos llevarlo al concejo deliberante, para que
sea política pública y ya no el esfuerzo de las organzacines sociales.

Todavia queda mucho por hacer. En nuestra ciudad hay muchas tareas que cambiarían la
calidad de vida de los sectores populares particularmente y del resto de la comunidad por
supuesto. En los barrios hacen falta veredas, forestación, tendido y conexiones de
servicios básicos, como el agua, el gas las cloacas, en síntesis, el acceso a la ciudad.
Mario Civallieri pretende seducir con la propuesta de regular los alquileres en nuestra
ciudad. Hay que decirle que llegó con unos cuantos años de demora al planteo que
venimos haciendo las organizaciones al respecto, hay que recordarle de hecho, que en al
Concejo Deliberante duerme un proyecto de ordenanza presenatdo en la Banca 21 que
plantea un abordaje a las problemáticas que encuentran los inquilinos. Pero también
tenemos que decirle que no nos alcanza con que se regulen los alquileres, tenemos que
decirle que queremos ser propietarios, que no queremos que nos regalen una casa, pero
que estamos convencidos que en nuestra ciudad es posible generar suelo urbano, lotes y
viviendas sociales accesibles para los sectores populares. ¿Dónde radica la dificultad
para que esto suceda? En la falta de instrumentación de la Ley Provincial de Acceso Justo
al Hábitat y todo lo que de ella se desprende. Y volvemos al punto de la voluntad política.
Terminamos observando un gran círculo virtuoso. Podríamos estar garantizando el
derecho a la vivienda digna al mismo tiempo que generamos empleo en el desarrollo de
esas obras, priorizando el trabajo local, particularmente el de las cooperativas y la
economía popular como propone la ley orgánica de las municipalidades en nuestra
provincia. En las antípodas de este razonamiento se encuentra el frente Cambiemos del
cual forman parte Lunghi, Civallieri, etc. Desde su espacio proponen que ante la
descupación, los trabajadores y las trabajadoras sean emprendedores, por ejemplo
elaborando cerveza artesanal como apuntaba hace unos días Esteban Bulrich. La
realidad es que producir cerveza artesanal no es una opción cuando no tenes que poner
en tu mesa. El planteo de Bulrich habla de una grave ignorancia como dice el presidente
de la Cámara de Cervecerías Artesanales, o bien hipocresía. Nosotros hacemos foco en
el trabajo de “pico y pala”, intensivo en mano de obra, porque la fuente laboral, el salario y
los derechos laborales son nuestra preocupación. Militamos la idea del trabajo de “interés
social” como plantea el papa Francisco, porque ademas de tener trabajo, necesitamos
afianzar un sentido social del trabajo, haciendo énfasis en el modo en que nuestro trabajo
contribuye al bienestar general.

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