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Huarpes

Los huarpes o warpes son un pueblo indígena de Cuyo en Argentina cuyos descendientes
mixogenizados se agrupan principalmente en torno a las semidesecadas lagunas de Guanacache. Sus
idiomas autóctonos eran el allentiac y el millcayac (véase idiomas huarpes), de los cuales se conservan
pocos datos, utilizando sus descendientes el idioma español.

Historia
Hacia el siglo XV se los encontraba en varias zonas de las futuras provincias argentinas de San Luis,
Mendoza y San Juan e incluso en el norte de la provincia de Neuquén. Habitaban desde el río Jáchal (al
norte) hasta el río Diamante (al sur), y entre la cordillera de los Andes y el valle de Conlara en San Luis.
Domingo Faustino Sarmiento expresó en su libro Recuerdos de provincia escrito en 1850:1
Grande y numerosa era sin duda la nación de los huarpes que habitó los valles de Tulun,
Mogna, Jachal y las Llanuras de Guanacache. La tierra estaba en el momento de la Conquista
«mui poblada de naturales» dice la probanza (...) El historiador Ovalle, que visitó el Cuyo
sesenta años después, habla de una gramática y de un libro de oraciones cristianas en el
idioma huarpe, de que no quedan entre nosotros más vestijios que los nombres citados,Puyuta,
nombre de un barrio, Angaco, Vicuña, Villicun, Guanacache, y otros pocos (...) Los Huarpes
tenían ciudades. Consérvanse sus ruinas en los valles de la cordillera. Cerca de Calingasta en
una llanura espaciosa subsisten más de quinientas casas de forma circular, con atrios hacia el
Oriente todas, diseminadas en desorden y figurando en su planta, trompas, de aquellas que
nuestros campecinos tocan haciendo vibrar con el dedo una lengüeta de acero. En Zonda en el
cerro Blanco hai las piedras pintadas, vestijios rudos de ensayos en las bellas artes; perfiles de
huanacos i otros animales, plantas humanas talladas en la piedra, cual si se hubiese estampado
el rastro sobre arcilla blanca. Los médanos y promontorios de tierra suelen dejar escapar de
sus flancos, pintadas cántaras de barro, llenas de maíz carbonizado que las viejas sirvientes
creen que es oro, encantado para burlar la codicia de los blancos (...) Vivían aquellos pueblos
de la pesca en las lagunas de Guanacache, en cuyas orillas permanecen aun reunidos y sin
mezclarse sus descendientes los Laguneros; de la siembra del maíz sin duda en Tulun, hoi San
Juan, según lo deja sospechar un canal borrado pero discernible aun que sale desde el
Albardón, y puede llevar hasta Causete las aguas del Río. Últimamente hacia las cordilleras se
alimentaban de la caza de las vicuñas, que pacen en manadas a gramilla de los faldeos. Hasta
hoy se conservan tradicionalmente las leyes y formalidades de la gran cazería nacional que
practicaban los Huarpes todos los años. Nada se ha alterado en las costumbres huarpes sino la
introducción del caballo. (NB: las supuestas "faltas de ortografía" de este texto se deben a dos motivos:
aún la ortografía del idioma español no estaba normativizada y Sarmiento desde la segunda mitad del siglo XIX
intentó crear una ortografía del español basada en la pronunciación de las letras).
Subgrupos

Distribución aproximada de lenguas en el extremo meridional de Sudamérica en tiempos de la Conquista.


El allentiac y el millcayac constituyen las dos lenguas huarpes conocidas.
Se dividían en cuatro grandes grupos, correspondiendo cada uno a su situación geográfica y también a
diferencias en el lenguaje:
• huarpes allentiac (en San Juan),
• huarpes millcayac (en el norte de la provincia de Mendoza),
• huarpes chiquillanes, también llamados «huarpes algarroberos»[cita requerida] (en el sur de la
provincia de Mendoza),
• huarpes guanacaches o huanacaches, también llamados «huarpes laguneros» (en el noreste de
Mendoza, norte de San Luis y en el sureste de San Juan).
Hasta el siglo XVIII pueden haber sido huarpes las gentes que los mapuches llamaban pewen-che
(pehuenches) y que hoy son una parcialidad mapuche, pero se desconoce la lengua que tenían estos
«pehuenches antiguos». De ellos se sabe que durante el siglo XVIII avanzaron hacia el noreste,
ubicándose en zonas que hoy corresponden a la mayor parte del territorio de la provincia de La Pampa y
el sur de las provincias de Córdoba y San Luis formando allí la etnia muy mapuchizada de los ranqueles.
Canoa huarpe.
Sus viviendas podían ser de piedra o de barro y paja, según la zona donde habitaban. Eran sedentarios y
dedicados a la cestería. Los huanacaches o «laguneros» llamaban la atención por sus cestas tejidas de un
modo que eran impermeables y servianles así para transportar agua, además confeccionaban ―se puede
entender como una variante de cestería― embarcaciones con las que navegaban por las hoy casi
desaparecidas lagunas de Guanacache; esas naves eran bastante semejantes a los «caballitos de totora»
que aún utilizan los urus para navegar el lago Titicaca (Bolivia-Perú). A esta peculiar cestería se añadía
una buena alfarería. Eran pescadores y cazadores, cultivaban la papa[cita requerida] y el maíz de manera
rudimentaria, aunque realizando canalizaciones como la que hiciera el cacique Guaymallén en el valle de
Huentata (provincia de Mendoza). Recolectaban frutos, especialmente el del alpataco, una de las especies
de algarrobo y otros vegetales.
Como otras etnias, los jefes eran polígamos y la calidad de jefe era hereditaria. Practicaban el levirato y el
sororato. El primero consiste en que al morir el marido, la viuda y los hijos pasan a depender del hermano
menor del fallecido; el segundo, en que al casarse el varón, adquiere el derecho de casarse con las demás
hermanas menores de la novia. Es conocido que los huarpes allentiac no seguían en general esta
costumbre ―eran monogámicos―, con la única excepción del cacique, quien si tenía permitida la
poliginia.
Creían en una divinidad central llamada Hunuc Huar, también adoraron al sol, la Luna, los ríos, el rayo y
los luceros (el planeta Venus). Cuando morían eran colocados decúbito dorsal (boca arriba) y con la
cabeza dirigida hacia la cordillera, lugar donde moraba Hunuc Huar, su divinidad principal.
El Imperio incaico hacia 1480 sometió el noroeste argentino. En su conquista sometieron a los huarpes de
San Juan y a los del extremo norte de Mendoza. Tal territorio era llamado Huentata por los huarpes,
quienes se encontraron forzados a adoptar algunas de sus costumbres, tales la vestimenta y los cultivos de
maíz y quinoa.

Dispersión del pueblo huarpe


Desaparecieron como grupo étnico distintivo a mediados del siglo XVIII, entre otras causas, por la falta
de inmunidad del organismo de los aborígenes contra las enfermedades de los europeos; al sistema de
encomiendas impuesto por los españoles y por el cual enviaban a los indígenas cuyanos a trabajar a Chile
donde sufrían malos tratos que causaron una importante mortandad. Hacia 1640 la distribución espacial
de los indígenas en la región huarpe se había alterado, muchas zonas quedaron despobladas y los que
escapaban de ser enviados a trabajar habían huido a zonas de difícil acceso. A finales del siglo XVI
Santiago de Chile contaba con un número importante de huarpes, dado que Cuyo era parte de la Capitanía
General de Chile.
El proceso de mestizaje se vio acrecentado porque generalmente las expediciones españolas de la
corriente colonizadora del oeste, no llevaban mujeres. Esto hizo que muchos expedicionarios españoles
entraran en relaciones amorosas con las mujeres aborígenes, pero usualmente como concubinas. Este no
fue el caso del capitán Eugenio de Mallea, joven de 32 años que acompañó como segundo al mando al
comandante Juan Jufré de Loaysa en la fundación de la ciudad de San Juan el 13 del junio de 1562.
Mallea, en lo que parece haber sido el primer matrimonio entre un español y una indígena huarpe,
contrajo matrimonio el 20 de mayo de 1562 con la hija de Anta Huarpe, cacique de Angaco. La joven se
convirtió al cristianismo siendo bautizada como Teresa de Ascencio. Sin embargo, el matrimonio se hizo,
por falta de sacerdote, de acuerdo a los usos indígenas, aunque fue posteriormente reconocido por la
Iglesia católica y la corona española.2

Otros datos de interés


Por su contextura física y facial los huarpes son la base para una clasificación de ciertos grupos
aborígenes sudamericanos, llamados huárpidos, de tallas bastante elevada y muchas veces barbados.
Algunos han supuesto un origen australoide que pareciera inverosímil si la hipótesis Lovrich de una
inmigración desde Australasia hace unos 15 000 años no hubiera sido posible. Migración que se habría
producido caboteando las costas de la banquisa de hielo que durante la glaciación de Würm puede haber
unido Tasmania con el Cono sur. Si esto es cierto, también se explicaría el enigma por el cual los
primeros yacimientos arqueológicos de Sudamérica se encuentran en la Patagonia ―sitios Monte Verde y
Los Toldos I―. Por otra parte, es casi seguro que la etnia huarpe es la que dejó los antiquísimos
yacimientos llamados Morrillos de Ansilta (aunque tal sitio muy probablemente fue inicialmente poblado
por una etnia anterior desaparecida). Varios antropólogos consideran a los henia y kamiare, vulgarmente
llamados «comechingones», como un grupo muy diferenciado de los huarpes.

Dieta
Eran principalmente cazadores recolectores teniendo sus presas mayores en los guanacos y ñandús y los
grandes huevos de estas aves corredoras; así como otros animales del Cuyo; solían conservar las carnes
en forma de charqui (esto casi siempre facilitado por la sequedad de la región cuyana).
Por otra parte en cuanto a alimentos vegetales comían choclo (maíz), y frutos de "algarroba" que era muy
importante en su dieta por lo cual la conservaban en vasijas cerámicas y de las bayas del mismo árbol
obtenían una especie de pan-torta que en Argentina se conoce como patay, igualmente con las vainas de
estos Prosopis elaboraban bebidas fermentadas (llamadas hoy alojas y añapas).
Los que habitaban en la cuenca de las entonces grandes lagunas de Guanacache utilizaban las
mencionadas balsas de "totora" de cuatro a 5 metros de eslora para la hasta fines de siglo XIX abundante
pesca de bagres y truchas al mismo tiempo que cazaban aves salvajes de las lagunas (por ejemplo patos).

Idioma
A veces se considera que los dos idiomas huarpes ―el millcayac y el allentiac― son dos dialectos del
mismo idioma. Según el jesuita Luis de Valdivia, el millcayac era la lengua que corría desde la ciudad de
Mendoza hacia el sur; según él, se diferenciaba poco de la lengua puelche y la mayoría de los indígenas
que vivían desde allí hasta "enfrente de las ciudades de Villarrica y Valdivia" la entendían. El allentiac se
hablaba desde la ciudad de San Juan de la Frontera hacia el norte y la entendía la mayoría de los indios
que había desde allí hasta "enfrente de la ciudad de Coquimbo".
Con el fin de evangelizar a los huarpes algunos sacerdotes aprendieron su lengua.
En Chile, sobre todo en la ciudad de Santiago, por la gran cantidad de huarpes que habían sido
trasladados allí, la tarea fue facilitada por la obra del jesuita Luis de Valdivia quien a fines del siglo XVI
escribió dos obras para ayudar al aprendizaje del idioma huarpe y su evangelización. Estas corresponden
a una "Doctrina Christiana, Cathecismo, Confessionario, Arte y Vocabulario" en millcayac y allentiac,
que según Valdivia eran las lenguas corrientes en las ciudades cuyanas de Mendoza y San Juan de la
Frontera respectivamente.

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 23 de noviembre de 2013.
• Lunlunta, se especula que significa ‘piedra que cae’ o ‘ruido de aguas subterraneas’.

Algunos nombres de caciques huarpes proporcionan datos de la onomástica huarpe:


Angaco
Aucanamon
Azaguate
Cacheuta
Cautacalá
Chapanay
Coinincha
Corocorto
Cuco (luego se transformó en Uco).
Hallay
Huaquinchay
Huazihul
Llaucuma
Maulicao
Panquehua
Pasambay
Pismanta
Quilalibó
Talquenque
Tucuma
Turcupillán
Turinamon
Llancarcu
Guaymaré (luego se transformó en Guaymallén)

El significado de la palabra huarpe sería el de hombre del arenal u hombre del desierto.3

Huarpes actuales
Los huarpes fueron considerados extintos, sin embargo, en las últimas décadas del siglo XX comenzaron
a recuperar su identidad étnica y cultural y en la zona de las desecadas lagunas de Guanacache varias
comunidades huarpes comenzaron a emerger y organizarse. Fue allí donde en la segunda mitad de siglo
XIX tuvo su centro la actividad de Santos Guayama considerado un «bandido», a quien se le atribuye
linaje huarpe. También en la zona del valle de Zonda es conocida la historia de una mujer bandida
conocida como Martina Chapanay, a quien también se le atribuye linaje huárpido.
La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005, complementaria del Censo
Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, dio como resultado que en todo el país 10 933
personas se reconocieron pertenecientes al pueblo huarpe (9616 en Mendoza, San Juan y San Luis),
mientras que otras 3700 se reconocieron descendientes en primera generación de huarpes pero no se
consideraron como integrantes del pueblo (3094 en Mendoza, San Juan y San Luis). Considerando ambas
categorías, el total de país fue de 14 633 personas, de los cuales 12 710 corresponden a Mendoza, San
Juan y San Luis; 1136 a la Ciudad de Buenos Aires y 24 partidos del Gran Buenos Aires; y 787 al resto
del país.4 Un total de 2620 huarpes se hallaban viviendo en comunidades indígenas (2610 en Mendoza,
San Juan y San Luis), mientras que 3920 vivían en zonas rurales o localidades con menos de 2000
habitantes (3885 en Mendoza, San Juan y San Luis).5
El censo 2010 dio como resultado que se reconocieron o descienden de huarpes 20 001 personas en
Mendoza (5824 viviendo en áreas rurales); 5424 en San Juan (1417 viviendo en áreas rurales); 881 en
San Luis (187 viviendo en áreas rurales);6 y 1237 en la Ciudad de Buenos Aires.
Desde 1995 el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) comenzó a reconocer personería jurídica
mediante inscripción en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas (Renaci) a comunidades
indígenas de Argentina, entre ellas a 13 comunidades huarpes de la provincia de Mendoza, 4 de San Juan
y 1 de San Luis:7
En la provincia de Mendoza: Comunidad Huarpe Guaytamari (en el departamento Las Heras),
Comunidad Huarpe Güentota, Comunidad Aborigen Huarpe José Andrés Díaz, Comunidad Aborigen
Huarpe Paula Guaquinchay, Comunidad Aborigen Huarpe Santos Guayama, Comunidad Huarpe Elías
Guaquinchay, Comunidad Huarpe Josefa Pérez, Comunidad Huarpe Juan Bautista Villegas, Comunidad
Huarpe Juan Manuel Villegas, Comunidad Huarpe Lagunas del Rosario, Comunidad Huarpe Secundino
Talquenca, Comunidad Aborigen Huarpe José Ramón Guaquinchay, Comunidad Pinkanta8 (las 12 en el
departamento Genera Lavalle).
En la provincia de San Juan: Comunidad Sawa o Corazón Huarpe, Comunidad Esperanza Huarpe (las 2
en el departamento Sarmiento), Comunidad Huarpe Salvador Talquenca (en el departamento 25 de
Mayo), Comunidad Huarpe del Territorio del Cuyum (en el departamento Rivadavia).
En la provincia de San Luis: Comunidad Huarpe de Guanacache (en el departamento Ayacucho).
En cada comunidad las decisiones son tomadas por un consejo de ancianos denominado Ompa, existiendo
también consejos de jóvenes llamados Matichan.9
En 2004 fue creado el Consejo de Participación Indígena (CPI) dentro del ámbito del INAI,
correspondiéndole a los huarpes de Mendoza y San Juan la elección de 2 representantes de cada provincia
elegidos en asambleas de autoridades de las comunidades cada 3 años.10
Disputa por el parque nacional Sierra de las Quijadas

El parque nacional Sierra de las Quijadas, reclamado por el pueblo huarpe.


En septiembre de 2009 representantes de la comunidad Huarpe de Guanacache de San Luis solicitaron al
gobernador la restitución de las tierras del parque nacional Sierra de las Quijadas, en donde según
antecedentes históricos, sus ancestros habitaron. Ese año el gobernador gestionó la restitución de las
tierras ante el gobierno nacional, sin lograrlo.111213
En 2010 la provincia de San Luis decidió transferir 73 534 ha del área protegida al pueblo huarpe
mediante la sanción de la ley provincial Nº V-0721-2010, que declara de utilidad pública, y sujeto a
expropiación, los derechos cedidos al estado nacional. El Ministerio de Turismo de la Nación acudió a la
Corte Suprema de la Nación con una medida cautelar para evitar el traspaso de las tierras a la comunidad
huarpe,14 la que el 12 de octubre de 2010 dictó una medida cautelar de «no innovar».

Referencias
1.
• Recuerdos de provincia. Domingo Faustino Sarmiento, 1850. Biblioteca Virtual
• Gálvez, Lucía; en "Mujeres de la Conquista" (pp. 25 y 58, Ed. Planeta Argentina, año 1990).
• Llahué Huarpe. Memorias, pág. 21. Autor: Sarmiento, Ricardo Aníbal. Editor: Editorial Dunken,
2014. ISBN 9870275893, 9789870275893
• Población por pueblo indígena y región muestral
• INDEC. Cuadro 1.1. Población por pertenencia y/o descendencia en primera generación del
pueblo huarpe. Total país. Años 2004-2005.
• Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010. Cuyo
• Infoleg. Resolución Nº 115/2012 INAI
• Infoleg. Resolución 90/2013 INAI
• Enotpo
• Tienen fecha las asambleas de elección del Consejo de Participación Indígena
• http://www.horizonteproducciones.tv/provinciales/1021
• http://www.sanluis.gov.ar/SL/Paginas/NoticiaDetalle.asp?InfoPrensaId=6920
• http://www.diariouno.com.ar/pais/La-presidenta-recibio-por-primera-vez-al-gobernador-Alberto-
Rodriguez-Saa-20090807-0062.html
14.El Ciudadano web, ed. (2 de abril de 2012). «Gobierno Nacional va a la corte por expropiación de
parque Las Quijadas» (web). Consultado el 2 de abril de 2012.

Enlaces externos
• Información sobre la cultura huarpe
• Página sobre la cultura huarpe (en construcción)
• Espejos culturales. Etnografía Mapa del territorio de los huarpes.
• Una propuesta de fonetización tentativas a las lenhguas huarpes
• Millcayac y allentiac, Los dialectos del idioma huarpe, por Catalina Teresa Michelli

huellascuyanas.blogspot.com

HUNUC HUAR - Leyenda Huarpe

Las leyendas son pequeñas hojas,

mecidas por los vientos incansables,

que se agitan en los mares del tiempo.

HUNUC HUAR

Leyenda huarpe.

Adaptación de Enrique Guerrero.


Cuentan que Hunuc, hijo único de la Montaña y el Sol,
vivía en el Cuyùm (arenal, desierto), disfrutando de todo
lo que la tierra podía proveerle.

Lagunero con poncho típico.


Fidel Roig Matons, pintor del desierto.
Con el pasar de los años, una desconocida y extraña
sensación de infelicidad, comenzó a gobernar de sus
pensamientos.
No entendiendo el motivo del nuevo sentimiento que se había despertado, decidió consultarlo con sus
amigos, los animales que a diario cruzaba durante los recorridos.
El cóndor, la tortuga y hasta el guanaco, que no ignoraban la soledad de Hunuc, le aconsejaron que
buscara una hembra que le hiciera compañía y le diera descendencia.
Tras escucharlos en silencio, se encaminó hacia la cordillera, con la firme convicción de solicitarle a la
Madre Montaña, una compañera.
Comenzó la larga travesía, con el zonda empujando sus espaldas. Recorrió cerros y quebradas, hasta
llegar a la cima del Aconcagua (del quechua: mirador o vigilante blanco) , donde un cóndor lo cargó
sobre sus alas, llevándolo al corazón mismo de la cordillera.
Apenas llegado, llamó a la Madre Montaña para contarle su desdicha, la que ella escuchó consternada,
porque la solicitud de su hijo, escapaba a sus posibilidades.

"Juan Manuel Villegas"


ICONOGRAFIA HUARPE de Miguel Roig Matons
Le explicó que el único que podía cumplir su deseo era Xumuc, el padre Sol, pero para ello debía
fundirse con Che, la Luna, en un gran eclipse y sólo así le darían nacimiento a axe: la mujer.
También le advirtió que tal pedido, le restaría años a su existencia…
Hunuc aceptó de inmediato la propuesta y del romántico eclipse entre Xumuc y Che, nació Huar, la
primera mujer.

Juntos aprendieron a convivir, hasta que un día coronando esa feliz unión de amor, Huar quedó
embarazada.
Al enterarse Xumuc se encendió en cólera con ellos, ya que dar vida era un privilegio solamente suyo,
por lo que les exigió que optaran entre sus vidas, o las del hijo que iba a nacer.
La decisión ya había sido tomada, cuando llegó el momento del parto, en el que nació Huarpe, hijo de
Hunuc y de Huar.
Apresurados por el corto tiempo que les restaba, los padres lo criaron enseñándole a adorar la
Montaña, el Sol y la Luna, para luego retirarse a un rincón lejano, donde cumplirían la promesa de
dejarse morir.

El Sol (Xumuc), la Luna (Che) y el Cerro 7 colores

(Uspallata - Las Heras- Mendoza).

El niño creció solo, pasando por grandes dificultades y enfrentado inesperados desafíos.
Hasta que un día Xumuc y Che compadecidos de él, decidieron enviarle a una de las hijas de la Luna,
para que lo acompañara por el resto de su vida.

La historia hubiera finalizado aquí, si no hubiera sido que al enterarse la Madre Montaña de la suerte
sufrida por su hijo Hunuc y su mujer Huar, enojada con Xumuc, le exigió que remediara de inmediato
el mal que había provocado con su ira.
Fue así que Xumuc le permitió a las almas de Hunuc y de Huar, que subieran desde los abismos oscuros
de la muerte, amalgamadas en el dios Hunuc-Huar, para que estuvieran juntas por toda la eternidad.
Asignándole a HUNUC-HUAR, la misión de ser el PROTECTOR DEL PUEBLO HUARPE, a partir
de aquel día.
Construyendo balzas.
Laguneros de Miguel Roig Matons.

LAGUNAS DEL GUANACACHE


Cuentan además, que el sol arrepentido lloró lagrimas que fueron cayendo sobre la tierra, dando
nacimiento a un sitio venerado por nuestros originarios, los Huarpes, las Lagunas del Guanacache o
Lagunas del Rosario de Guanacache, en el norte de Mendoza.
Laguna de LA NIÑA ENCANTADA - Leyendas
Mendocinas.
MALARGÜE

Laguna de la NIÑA ENCANTADA - The Girl Enchanted lagoon´s


MALARGÜE, MENDOZA, ARGENTINA.

Malargüe o Malal Hue, es una palabra compuesta que


deriva del vocablo araucano y significa "zona de corrales"
(malal = corral, fortaleza, refugio y hue = lugar donde hay).
Cartel de bienvenida - Welcome sign.
Esta leyenda nació en la zona de LOS MOLLES y desde hace
años, recorre todos los rincones de nuestro suelo.

Al igual que en Romeo y Julieta, la tragedia le arrebata el


amor, a las manos de la vida.

Elcha del mapudungún, significa joven o niña y no espejo,


como sugieren muchos relatos.
Localización de la Laguna de la Niña Encantada con Google Earth -

De las historias que se fueron popularizando, elegí la


siguiente para narrarles.

Adaptación: Enrique Guerrero.

Elcha, tal era el nombre de una bella princesa originaria de las


tierras del sur, trajo con su nacimiento un largo periodo de
felicidad y prosperidad a su pueblo.

Su padre el cacique, que largamente había deseado un hijo varón,


la recibió con alegría y esperanza, agradeciéndole su llegada al
dios protector.
Cartel con la Leyenda...
De niña jugaba con uno de los tantos jóvenes del lugar, mientras
el tiempo transcurría, sin que ellos advirtieran como un bello
sentimiento, se había despertado e iba creciendo día a día.

De a poco los juegos bruscos, se fueron transformando en


miradas cómplices y los empujones, en caricias inadvertidas al
pasar.

Y así, con el transcurrir de los años, ella adquirió la belleza propia


de las mujeres de su tribu, hasta convertirse en la más bella
princesa que se hubiera conocido.

Mientras tanto él, cumpliendo con su destino de cazador y


recolector, desarrolló una destreza tal con las boleadoras y la
lanza, que lo destacó del resto; despertando la admiración de los
ancianos que lo veían crecer.

La toldería vecina se había ganado una larga fama de violencia y


aunque nadie sabía por qué, estaba enemistada con la de Elcha.
Vanos fueron los intentos de su padre, por establecer una relación
cordial.

Un día la curandera, envidiosa de la felicidad de los jóvenes y


viendo la preocupación del cacique, le aconsejó malamente que la
ofreciera en matrimonio, al hijo del jefe de la toldería enemiga
y de ese modo, sellaran la paz entre ambos pueblos.

Laguna de la Niña Encantada


Y así fue que en una charla que mantuvieron los caciques, la
princesa fue prometida para la próxima luna nueva.

Anochecía cuando accidentalmente, se enteró del


acuerdo celebrado por su padre.

Angustiada corrió a contárselo a su amado y él, viendo que todo


intento por cambiar el trato sería vano, la tomó de la mano y
huyeron juntos del pueblo.

La noche oscura se fue cerrando y una gran tormenta se abalanzó


sobre el lugar. La curandera que los había visto partir dio la
alarma y al enterarse el cacique que festejaba la unión con el
vecino, emprendió velozmente la búsqueda.
Cada tanto los jóvenes, se detenían para mirar si eran perseguidos y
continuaban la fuga, hasta que la oscuridad traicioneramente los
condujo, al borde de un gran barranco.

Cuando quisieron volver sobre sus pasos, ya era tarde, el contraluz


de un relámpago recortó por un segundo, las siluetas de los
seguidores que estaban prontos a darles alcance.

Un rayo convirtió en piedra a la bruja...

No queriendo aceptar el destino que les habían deparado, se


abrazaron fuertemente y saltaron al vacío, desapareciendo bajo
las gélidas aguas de la laguna.
La bruja que observaba furiosa desde lo alto del cerro, fue
alcanzada por un poderoso rayo, que la convirtió en roca...
Cuando el resto de la gente llegó al lugar, ya era tarde, los
jóvenes habían desaparecido y sólo quedaba el recuerdo, de una
bella historia de amor.
Laguna de la NIÑA ENCANTADA - The GIRL ENCHANTED lagoon´s
Se cuenta que desde ese entonces, en las noches de luna, se
refleja sobre la superficie cristalina del agua, la imagen de la
joven princesa.

Deseo que les haya gustado el relato y como siempre, me despido


con un abrazo y el deseo de buenos senderos en la vida.

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