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CAPITALISMO, SOCIALISMO Y

ÉTICA ECONÓMICA

por

Enrique Mendoza Tello

Apéndice I del libro: Estatalidad y Política Económica para un desarrollo humano integral y sostenible ©
Derechos reservados por Enrique Mendoza Tello Se autoriza su reproducción, sin fines de lucro,
citando la fuente

Apéndice I del libro: Estatalidad y Política Económica para un desarrollo humano integral y sostenible ©
Capitalismo, Socialismo y Ética Económica
Quien desee sustituir una teoría por otra deberá encajarla dentro del sistema dado o crear un sistema nuevo en el
que encaje...... el inventor no sustituye lo antiguo por lo nuevo mediante la negación
sino mediante la percepción del conjunto y del sistema.....Nuestra respuesta es simple:
traten de crear un sistema de conocimiento teórico que les agrade más que el nuestro.
Entonces podremos hablar de nuevo. Ludwig Von Mises

Entre mi propuesta y los pronunciamientos teóricos previos en materia económica existe una afinidad
en el propósito: construir un mundo mejor para todos. Coincido con los teóricos liberales en el afán de
preservar y potenciar el ejercicio de la libertad del ser humano y con los teóricos socialistas en que
debe de asegurarse su desarrollo. No hay dicotomía, de hecho el Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo, define al desarrollo humano como la capacidad de elegir 1, cuyo ejercicio maximiza en el
espacio-tiempo un comportamiento responsable. Empero, para construir una Cultura de la
Responsabilidad hemos de asegurar el acceso universal a los recursos y oportunidades de desarrollo.
La sostenibilidad, no la acumulación individual, es la que maximiza la producción de satisfactores. La
actividad económica sólo adquiere sentido en la medida en que contribuye a mejorar la calidad de vida,
de ahí la necesidad de reconocer la dimensión cualitativa de la gestión de los actores económicos y la
interdependencia funcional de los órganos sociales.
Coincido con Mises 2 en la insuficiencia de la aproximación positivista en el ámbito económico y de su
pretensión de identificar leyes que permitan predecir con exactitud matemática el resultado de la
actividad económica, ya que ésta es producto del comportamiento humano. Empero podemos reducir la
incertidumbre inherente al ejercicio de nuestra libertad y lograr la sostenibilidad con el uso del diálogo
y la cooperación: nutrir nuestra percepción naturalmente limitada y evitar que nuestros esfuerzos se
contrapongan. Los principios que clarificamos con el uso de nuestra razón sirven de guía siempre y
cuando sean una abstracción de la realidad y hacia ella señalen. Es imposible el conocimiento científico
basado en pronunciamientos sin validar. v.gr. Mises 3 afirma que toda actividad económica es racional,
en base a un supuesto que hasta ahora se observa muy rara vez, por deficiencias educativas y falta de
información: Que como actores económicos elegimos siempre lo más útil, valioso, urgente y
renunciamos a lo menos útil, valioso y urgente. Yo diría que un comportamiento es racional, conforme
elijamos lo más útil, valioso y urgente, considerando nuestra interdependencia con los demás. También
Mises 4 busca demostrar que “a medida en que los individuos buscan su propio interés la sociedad
como un todo se beneficia” con argumentos acerca de la conveniencia de compartir y de cooperar,
proponiendo una moral mínima de no dañar al otro. Considero que si los individuos desean compartir y

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cooperar no buscan sólo su propio interés, sino el bien común; el que nadie pierda no ofrece mayor
atractivo para la interacción, cuando hay una complementariedad entre los actores económicos. Las
sinergias genuinas surgen cuando se busca que todos resulten beneficiados.
Convengo con Mises 5 en que la afinidad de fines, la armonía y la cooperación son la esencia de la vida
social. Empero los supuestos del sistema capitalista obstaculizan que estas condiciones se logren. No
tiene más derecho el empresario a conservar su capital que el trabajador a tener un empleo y un salario
digno. La cuestión es reconocer que, en la medida en que el empresario contribuye a crear poder
adquisitivo, está haciendo más viable la permanencia de su negocio. Asimismo, la competencia y la
acumulación desmedida obstaculizan la cooperación. No existe afinidad de fines entre quienes sólo ven
su propio interés; si la hubiera tendrían un propósito común. También coincido con Mises 6 en que la
razón es el rasgo humano más genuino. Empero, esta facultad es el origen de un comportamiento ético;
en su modalidad más elemental, el sentido común, nos orienta al bien común, propósito de toda
sociedad genuina.
No puede haber sociedad donde unos pocos se beneficien a costa de los demás. Si hasta ahora son
frecuentes tales agrupamientos humanos es por el uso de la fuerza y por la ignorancia generalizada, que
comprende lo mismo el desconocimiento de los patrones de causalidad en materia económica, que la
falta de actualización, desarrollo y aprovechamiento de las propias facultades. No es que sean fuertes
los que abusan, [sus propias debilidades los inducen a abusar], sino que quienes padecen el abuso no
conocen su propia fuerza o están maniatados por un marco jurídico opresivo. La razón es la fuente del
Derecho y la soberanía es la expresión de la voluntad colectiva, que se manifiesta mediante consensos
orientados al bien común.
Los problemas sociales son susceptibles de ser resueltos a medida en que nos comportamos como
socios, reconociendo nuestra interdependencia y conduciéndonos con respeto y buena voluntad. De ahí
la necesidad de actualizar los procesos educativos y las estructuras sociales para posibilitar el desarrollo
y ejercicio de la razón y de la voluntad. La calidad de vida, que incluye al bien-ser además del
bienestar, se mejora de continuo en una sociedad ética.
El Modelo de Ética Económica cuenta con un sólido fundamento empírico en la Cultura Empresarial
Japonesa y en la Cultura de Calidad, existiendo los recursos metodológicos para racionalizar la
actividad de todos los órganos sociales. El propósito de esta propuesta es superar una crisis financiera
global y facilitar la transición pacífica a un orden social que posibilite el ejercicio pleno de los derechos
humanos, una sociedad ética. Propongo confrontar con la realidad tanto los supuestos como las

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medidas recomendadas para mejorar a todas y cada una de las funciones sociales básicas (educación,
gobierno, cuidado de la salud y del ambiente, producción y consumo de satisfactores), teniendo como
criterios de evaluación las características de un buen gobierno 7 y de una actividad económica
sostenible 8, de acuerdo con el PNUD.

Bibliografía
1 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Concepto de Desarrollo Humano
http://www.pnud.org.mx
2 Mises Ludwig Von, Epistemological Problems of Economics D. Van Nostran Company, Princenton New
Jersey, 1960, citado por Dr. Julio César de León Barbero, El pensamiento de Ludwig Von Mises, Universidad
Francisco Marroquín, Guatemala http://www.economia.ufm.edu/Publicaciones/Mises/
3 Mises Ludwig Von, El socialismo: Análisis económico y sociológico, México Editorial Hermes 1961,
citado por Dr. Julio César de León Barbero, Universidad Francisco Marroquín op. cit.
4 Mises Ludwig Von, The Ultimate Foundation of the Economic Science, citado por Dr. Julio César de
León Barbero, Universidad Francisco Marroquín op. cit.
5 Mises Ludwig Von, La acción humana: tratado de economía Unión Editorial, Madrid, 1980 citado por Dr. J.
C. de León Barbero, Universidad Francisco Marroquín
6 Ibid.
7 PNUD Política Gobernabilidad y Desarrollo Humano Sostenible Ayuntamiento de Puebla, México,
Enero de 1997;
8
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Informe sobre Desarrollo Humano 1996. Mundi
Prensa Libros, S.A. Madrid España 1996

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