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Relación Educativa Amidon y Hunter (1996) definieron la enseñanza como un proceso de interacción que implica ante

todo la conversación en clase que se desarrolla entre el maestro y los alumnos.

Sabemos que el proceso enseñanza-aprendizaje inciden múltiples factores para el éxito o fracaso del mismo que
determinarán la calidad de los resultados. En la interacción del proceso participan dos elementos de vital importancia
como son el maestro y el alumno, quienes de acuerdo a sus expectativas hacia el aprendizaje desarrollarán una buena
o mala relación.

 Papel del alumno. Es el protagonista del proceso de aprendizaje. Tiene mayor participación en la búsqueda,
procesamiento y desarrollo de información. Se capacita en la organización y toma de decisiones sobre su
propio proceso decrecimiento. Participa activamente de manera individual y colectiva. Observa su propio
desempeño y conforme avanza en este proceso identifica su nivel de desarrollo actual y potencial.
 Papel del docente. Es un mediador, motivador, coordinador y compañero en lugar de un mero trasmisor de
conocimiento. Su labor consiste en diseñar las situaciones de aprendizaje y acompañar a los alumnos en su
proceso individual y colectivo. A través de prácticas que faciliten el aprendizaje autónomo, el comportamiento
colaborativo y la autoevaluación. A su vez requiere contar con habilidades técnicas, destrezas en
comunicación, comprender los ambientes en línea y ser empático ante las circunstancias de sus alumnos en
el transcurso del curso.
 Relación docente/alumno. Se establece a través de un modelo horizontal, en el cual ambas figuras
intercambian significados y aprenden; y multidireccional referido a la comunicación e interacción en
diferentes sentidos: alumno/alumno, docente/alumno y docente/alumnos, entre otros.

La relación profesor-alumno en el aula

El aula es, sin duda, el medio fundamental donde el docente despliega sus recursos personales y didácticos para
cumplir con su labor, que tiene como eje medular la relación con el alumno. Y como toda relación humana, posee
unas características implícitas y explícitas que le imprimen un sello y dinámica particular. No obstante, la relación
profesor-alumno en el aula presenta algunas configuraciones que la hacen especialmente diferente de cualquier
otra interpersonal:

1.- La relación entre el profesor y el alumno no se establece sobre la base de simpatía mutua, afinidad de
caracteres o de intereses comunes. Más bien, se funda en una cierta ‘imposición’.

2.- Es una relación -bipolar de ida y vuelta- que se establece entre personas de diferente edad y grado de madurez.
A la intensidad, variedad e irracionalidad de las reacciones, de los comportamientos, de las actitudes y de las
motivaciones de los alumnos, el profesor debe responder con paciencia, ecuanimidad, prudencia y exigencia en
su actuar, en sus juicios y en las manifestaciones de su carácter.

3.- La relación de docencia es una relación interpersonal pero no amical. Primero, porque la relación amistosa se
establece entre dos personas en su concreta individualidad, es decir, conociéndose mutuamente. Segundo, esa
relación estrictamente personal consiste en un mutuo querer y procurar, cada uno, los fines personales e
individuales del otro.

En el trato y la relación maestro-alumno (de ‘ida’), se realiza el esquema de la amistad: aquél busca en el discípulo al
individuo concreto y determinado.

En cambio, la relación del discípulo con el maestro (de ‘vuelta’) no realiza el esquema de amistad puesto que el alumno
no busca esencialmente el hombre concreto que hay debajo del maestro.

4.- Al profesor le compete marcar el inicio, la dinámica y la continuidad de la relación. En primer lugar, porque es a él
a quien corresponde generar el clima apropiado en el aula que garantice la fluidez de las relaciones con los alumnos.

En segundo lugar, porque para promover un clima apropiado dentro del aula conviene recordar con García Morante
que “la ejemplaridad constituye un elemento esencial en la profesión del magisterio. En las otras profesiones no hay
ejemplaridad, sino pura y simple eficiencia. En cambio, en el docente la eficiencia dela misma profesión viene
condicionada por la ejemplaridad, porque la acción del docente sobre el educando no se cumpliría correctamente si
el educando -que es sujeto percipiente- descubriera en el docente los mismos defectos o vicios contra los cuales el
docente predica”.

En tercer lugar, porque la construcción de un ambiente apropiado y cálido dentro del aula reclama que el docente no
enajene su responsabilidad en el control y manejo de la disciplina. Él debe tener claro lo siguiente:

 Tratar la disciplina con reglas claras y sanciones efectivamente impuestas.


 El docente debe velar y cuidar para que dentro del aula los elementos físicos y materiales estén
armónicamente dispuestos, ordenados y limpios. De ese modo también se contribuye a la generación de un
ambiente cálido y propenso al trabajo.
 Organizar eficazmente las actividades a realizar con los alumnos

5.- La relación se establece con cada uno y con todos los alumnos en su conjunto.

6.- Cada alumno aporta a la relación su propio marco de referencia, su manera de ser, su intimidad, sus necesidades,
emociones y prejuicios, que influyen en sus comportamientos y respuestas. El profesor aporta a la relación su propio
marco de referencia, su manera de ser, sus necesidades, prejuicios y obligaciones, que influyen significativamente en
sus emisiones y también en sus respuestas.

7.- La materia que imparte el docente está tan integrada a su persona que corre el riesgo de creer que aquella tiene
por sí misma el atractivo suficiente para el alumno, de modo que este responda siempre con atención y con eficiencia
en clase. Por eso el docente debe “evitar empujar la enseñanza hasta los extremos límites a que puede llegar en el
conocimiento del tema. Abnegadamente debe refrenar ese ímpetu a rebasar las fronteras asignadas a su grado o
materia… En verdad, no es cosa fácil sino esforzada mantener el nivel más homogéneo posible dentro del grupo. Pero
es requisito indispensable. Porque el abandono de algunos discípulos equivale a la comisión de una iniquidad por parte
del profesor. Las consecuencias son perjudiciales para el niño o el joven” (García Morante).

8.- La relación profesor-alumno que se establece no es gratuita de entrada. Al comienzo se basa en la apreciación de
papeles establecidos que con la continuidad se delimitan, se precisan y consolidan. La función del docente contiene
más funciones y es más amplia: instruye, estimula, corrige, forma y orienta. Cuando el docente es íntegro conoce su
materia, es cálidamente exigente por ser ejemplar, logra el afecto y la admiración de sus alumnos. Su prestigio mueve
al alumno a responder con respeto, atención e interés por su curso.

Cuando no existe una buena relación docente-alumno?

Existen muchas causas por las cuales no se da una buena relación alumno- maestro una de ellas es la falta de
comunicación y otra el exceso de confianza.

Principales problemas de falta de comunicación:

 El alumno es tímido y teme ser menospreciado por el profesor.

 El profesor teme perder el respeto de sus alumnos

 El alumno no sabe comunicarse de manera adecuada con el profesor.

 No existe ningún interés en las partes para lograr comunicarse.

Estas son algunas de las cosas que podemos mejorar para una buena relación alumno-maestro. Esto a su vez mejorará
el aprendizaje y hará de la clase algo ameno y rico en opiniones.

Exceso De Confianza - Faltas De Respeto

Algunas señales de exceso de confianza.

- El profesor exhibe al alumno o lo pone en evidencia frente al grupo.

- El profesor discrimina al alumno por aluna circunstancia

- Bromas pesadas del alumno hacia el maestro


- Insultos de parte del maestro al alumno o viceversa

- Pérdida de interés por la clase

Estas señales nos indican que la relación entre alumno-maestro está dañada.

EL DIRECTOR Y EL EQUIPO DOCENTE

En cualquier tipo de administración, es particularmente importante para el directivo la formación de una organización
social dinámica, participativa y que mantenga buenas relaciones entre todos sus miembros, el caso del ámbito
educativo no es la excepción; el equipo docente es de suma importancia para el director escolar, sin embargo, es
común encontrar elementos que no tengan estas características dentro del grupo de trabajo, lo que genera frecuentes
roces entre el personal.

Para tratar de resolver este aspecto y formar un equipo sólido y homogéneo, es importante conocer las causas de la
apatía del profesor, y tratar de atenuarlas si se encuentran dentro del área de control de la escuela. La comunicación
constante y clara con el profesorado es un buen inicio, a esto se suma el reconocimiento del trabajo de los docentes
como parte importante de la institución y ofrecer cada persona la posibilidad de aportar desde sus propias capacidades
e intereses para la mejora de las actividades comunes.

Es muy importante el trato hacia los profesores de nuevo ingreso, al parecer no se les da la importancia debida cuando
se integran al equipo laboral, es primordial reconocer que la experiencia laboral, la personalidad y la formación
docente no son suficientes para que un educador se integre de manera satisfactoria a una institución nueva, es
necesario que el equipo directivo le preste la atención necesaria hasta hacerlo sentirse realmente parte de la
organización y de esta manera su actividad docente se hace más efectiva, crea un vínculo de pertenencia con la
institución, disminuye los errores y aumenta su rendimiento como fuerza de trabajo.

Otro aspecto importante para lograr el objetivo institucional es la actitud que el directivo tome con respecto al cambio;
los cambios son necesarios, y actualmente más frecuentes y más rápidos, es por ello que el directivo debe ser el
principal promotor del cambio observándolo como un “intento planificado por mejorar teniendo en cuenta las
necesidades de los estudiantes”3, cuando estos cambios afectan a todo el sistema educativo se les nombra como
reformas, y la consecuencia de un cambio satisfactorio que beneficie a los estudiantes se considera una innovación.
En las escuelas el cambio se manifiesta con mayor fuerza en el aparato docente, pero es el equipo directivo la instancia
adecuada para suscitar o detener el cambio por ser el aparato rector de la institución y tener una mayor perspectiva
de la misma. Por tal razón, la actitud del director frente al cambio determinará la actitud de toda la comunidad
educativa, pues se convierte en el ejemplo a seguir para todo su equipo de trabajo.

Con frecuencia aparece entre el equipo escolar la resistencia al cambio porque genera incertidumbre y la renuncia a
los patrones ya conocidos y dominados por cada individuo; lo conveniente en estos casos es identificar el porqué de
la resistencia y tratar de eliminarlas. Lo más usual es que la persona que se resiste no haya entendido del todo el nuevo
proyecto, o que éste tenga falta evidente de los recursos necesarios para su aplicación, aunque también influyen
causas personales como ser demasiado conservador o el temor de perder algunos beneficios.

Una vez más la comunicación abierta, precisa, constante y clara con el equipo de trabajo es el arma más eficaz contra
estos temores, y al permitir a cada miembro de la organización participar en el nuevo proyecto se asegura se adhesión
a éste, pues el cambio también es obra suya, para hacer posible este aspecto es básica una adecuada capacitación
entre las personas que tendrán que aplicar el nuevo plan. También es importante que el proyecto sea creíble, y que
cuente con los recursos necesarios para poderse llevar a cabo, delegar adecuadamente las actividades entre el equipo,
prestar atención a cada docente para conocer su situación particular ante los grupos y detectar la resistencia por parte
de los alumnos para adoptar tácticas que la debiliten.

El cambio debe ser lento, abarcando pequeños logros pacientemente, de esta manera se hará permanente y quedará
bien comprendido por todos los participantes. Debe estar bien planificado, tratando de prever cualquier imprevisto
que pudiera surgir e informado a los miembros del equipo laboral los avances y logros obtenidos en cada paso del
proyecto y que se espera del paso siguiente

RELACIÓN ENTRE DOCENTES Y PADRES DE FAMILIA

Generalmente la relación entre docentes y padres de familia se limita a la entrega de boletas de calificaciones,
organización de algún evento social e informes de la mala conducta de los niños o del bajo aprovechamiento escolar.
Son pocas las ocasiones en las que estos espacios tienen como finalidad analizar algunos aspectos como: la convivencia
familiar, la comunicación, la relación afectiva entre padres e hijos, la orientación para que apoyen el trabajo escolar
en casa, etcétera.

Es necesario que juntos, maestros y padres de familia encuentren mejores formas de trato hacia los niños. Para ello
se requiere que planeen esta coordinación; es decir, formulen estrategias y condiciones para lograrlo.

Muchas veces los padres requieren mayor información acerca del desarrollo de sus hijos y de cómo tratarlos. El
maestro puede promover reuniones en donde algunos especialistas hablen sobre las características del niño y los
padres externen sus dudas y construyan alternativas de solución para mejorar su relación con ellos.

Si en lugar donde está ubicada la escuela no hubiera personal especializado, organice entonces sesiones de
intercambio de experiencias en donde se comenten algunos problemas y la forma en que se han resuelto.

¿Por qué es importante abordar el tema acerca de la comunicación familiar?

Porque frecuentemente existe entre los padres de familia un conocimiento muy superficial acerca de los gustos,
intereses y aficiones de sus hijos. Por medio de la comunicación se consiguen mejores elementos e información para
responder a las necesidades, metas y anhelos de cada uno de los miembros de la familia.
Las conversaciones en donde todos intervengan y no se juzgue ni ridiculice a nadie, los juegos y actividades como
sembrar árboles, narrar o leer cuentos o leyendas, etcétera, sirven para lograr lo anterior.

¿Cómo orientar a los padres de familia para que sus hijos adquieran mayor confianza en sí mismos?

Para la adquisición de este propósito se sugiere:

Hacer hincapié en que el desarrollo es un proceso lento y paulatino con avances, retrocesos y habilidades que se van
formando día con día a partir del dominio y concientización de los recursos.

Estimular a los niños en cada uno de sus esfuerzos por pequeños que sean, así tendrán experiencias de éxito que los
harán más seguros de sí mismos.

Fomentar su autoestima confiando en ellos, en sus talentos y cualidades. Animarlos y respetarlos para que aprendan
a confiar en sí mismos, ya que en la aprobación o desaprobación de los adultos significativos (padres y maestros), los
niños definen quiénes son y cuánto valen.

Enfatizar la importancia del sentido de pertenencia al grupo familiar, haciéndolos sentir amados y aceptados de
manera incondicional dentro de la familia.

Procurar que no se sientan comparados, ni empujados a imitar a otros niños.

Enseñar a asumir riesgos. Esto se logra cuando están seguros de no ser castigados si cometen algún error, motivarlos
a hacer aquello para lo cual ya tienen capacidad e invitarlos a tomar sus propias decisiones.

Ayudar a los niños a fijarse metas y trabajar para conseguirlas.

Crear un ambiente propicio para preguntar. La curiosidad es una característica natural y responde al interés por el
mundo que los rodea.
Las sugerencias arriba señaladas permitirán a los padres darse cuenta de que los niños aprenden de ellos el gozo por
la vida, la confianza en la capacidad de controlar el entorno personal y la esperanza en el futuro, por eso deben convivir
y disfrutar juntos diferentes actividades recreativas.

¿Qué relación existe entre la salud de los niños con el aprendizaje?

Un niño sano estará en mejores condiciones para aprender. Por eso es necesario que el maestro oriente a los padres
de familia acerca de las formas para lograr y mantener la salud. Este aspecto, abarca temas como: la nutrición, el
conocimiento y el cuidado del cuerpo, la prevención de enfermedades, etc. Se pueden organizar sesiones con
especialistas en donde se aborden estos u otros temas y los padres reciban orientaciones específicas o bien, planear
reuniones entre ellos para intercambiar experiencias y soluciones a problemas comunes.

¿Cómo lograr una mejor participación de los padres en relación con el aprovechamiento de sus hijos en la escuela?

Es conveniente realizar una junta inicial con los padres de familia para darles a conocer cuáles son las asignaturas que
se van a impartir y los propósitos que sus hijos deben alcanzar en cada una de ellas. Concientizarlos de que el programa
se irá desarrollando de acuerdo con las características y el ritmo de aprendizaje que el grupo presente y en particular
cada uno de sus hijos. Si los padres están enterados acerca de los contenidos que se van a tratar durante el año, podrán
brindar una ayuda más eficiente y proporcionarán los apoyos y recursos necesarios.

Es necesario que el maestro informe constantemente a los padres sobre los avances y dificultades de sus hijos en
cuanto a su rendimiento académico y no sólo los llame para darles resultados finales. Es importante que reconozcan
el esfuerzo de los niños y en el caso que su aprovechamiento escolar fuera bajo, hacerles ver que estas fallas en el
aprendizaje son punto de partida para reiniciar el proceso y no la oportunidad para la aplicación de medidas represivas,
ya que éstas traen como consecuencia en los niños una baja autoestima que los lleva a sentirse poco inteligentes,
torpes y temerosos de cometer errores.

Los maestros de grupo pueden trabajar un aspecto o problema que detecten en sus aulas: la curiosidad sexual de los
niños, el atraso escolar y cómo superarlo en casa, la influencia de algunos problemas familiares (divorcio, maltrato,
etcétera) en la vida académica y personal del niño.

Los maestros comentarán e investigarán en estas reuniones, diversos aspectos de un problema; pondrán en común
sus conocimientos y experiencias, ofrecerán alternativas de solución y planearán la manera en que se trabajarán estos
temas con los padres. De tal modo que sean ellos quienes obtengan sus propias conclusiones.

El trabajo así organizado evitará que se den a los padres ideas desvinculadas, regaños e informaciones
poco útiles.

Por ejemplo; si el alumno presenta algún atraso en su aprendizaje el maestro procurará que padres e hijos lean con
frecuencia en el hogar, les sugerirá que sean textos pequeños (cuentos breves, párrafos, etc.), una vez leído el título,
imaginen de qué se va a tratar, que se hagan preguntas como: ¿Qué piensas que va a suceder? ¿En qué crees que
termine? ¿Qué otro título le pondrías? ¿Qué fue lo que más te gustó? Etcétera.

Esta actividad debe realizarse diariamente hasta llegar a la comprensión de lecturas más complejas y extensas.

También conviene elaborar redacciones acerca de lo que se leyó. Estos mensajes por muy pequeños que sean, son
muy útiles en la ejercitación de la escritura.

Las actividades que realiza el niño cotidianamente, se pueden relacionar con la resolución de problemas, este es el
caso de las compras que se hacen para el hogar. En éstas, anticiparán costos y llevarán a cabo las operaciones
aritméticas necesarias.

Llevar a los niños al cine, a la biblioteca, al teatro, al museo, etc., servirá para dialogar con ellos, intercambiar opiniones,
cuestionarlos acerca de lo observado y contestar las dudas que plantean.

Todas estas sugerencias son actividades que los padres pueden realizar con sus hijos y serán un auxilio muy importante
en la prevención y superación de algunas dificultades escolares.
Por medio de estos lazos de colaboración se logrará que los padres se responsabilicen de la formación y educación de
sus hijos: la escuela y los maestros les proporcionarán los medios para lograrlo.

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