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1.-Introducción.
5.-Aplicación Didáctica.
6.-Conclusión.
1.-Introducción.
facultades físicas, psíquicas y sensoriales varían de un alumno a otro, a lo que hay que añadir los
condicionamientos económicos y socioculturales que les hace ser diferentes.
Esa diversidad es el punto inicial del que parte el educador en el proceso de enseñanza y
aprendizaje, que permitirá ir ajustando progresivamente la enseñanza a las necesidades de estos
alumnos, a su forma de aprender, lo que permitirá alcanzar los objetivos propuestos, siendo menos
necesarias y significativas las modificaciones que haya que realizar en las adaptaciones, cuanto más
se tenga en cuenta esta diversidad en otros niveles educativos y en sus niveles de concreción.
Debemos tener en cuenta que la escolarización del alumnado con grandes deficiencias se
realiza en centros educativos específicos: Centros Específicos de Educación Especial o Aulas
Enclave, por lo que este tipo de alumnado no dispondrá, lamentablemente de las ventajas de una
Educación Física programada.
Igualmente hemos de decir que el actual currículo de Educación Física para la Educación
Primaria en Canarias es un currículo inclusivo. Parte de un enfoque educativo basado en la
valoración de la diversidad como elemento enriquecedor del proceso de enseñanza aprendizaje y en
consecuencia favorecedor del desarrollo humano. El concepto de educación inclusiva es más amplio
que el de integración y parte de la escuela normalizada y de la enseñanza comprensiva. La
educación inclusiva implica que todos los niños y niñas de una determinada comunidad aprendan
juntos independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales, incluidos aquellos
que presentan una discapacidad. Se trata de una escuela que no pone requisitos de entrada ni
mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo, para hacer realmente efectivos los
derechos a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación. En la escuela inclusiva
todos los alumnos se benefician de una enseñanza adaptada a sus necesidades y no sólo los que
presentan necesidades específicas de apoyo educativo.
2.1.-Alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE).
Antes de empezar a hablar de la identificación y valoración de las necesidades específicas,
en este apartado vamos a intentar delimitar el concepto de NEAE dentro del marco escolar y
haciendo referencia a la normativa sobre educación que afecta a Canarias.
La publicación de la LOMCE supone una modificación de la LOE, que había establecido el
concepto de NEAE (Necesidades Específicas de Apoyo Educativo) y en el artículo 71 determina
que son aquellos que requieran una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar
necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, por sus altas
capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones
personales o de historia escolar.
En el ámbito de nuestra Comunidad Autónoma, el Decreto 25/2018, de 26 de febrero, por el
que se regula la atención a la diversidad en el ámbito de las enseñanzas no universitarias de la
Comunidad Autónoma de Canarias, establece en su artículo 11 que se entenderá como alumnado
con “necesidades específicas de apoyo educativo”, aquel que presenta necesidades educativas
especiales u otras necesidades educativas por dificultades específicas de aprendizaje, por trastornos
por déficit de atención, con o sin hiperactividad, por especiales condiciones personales o de historia
escolar, por incorporación tardía al sistema educativo, por dificultades en el ámbito de la
comunicación y el lenguaje o por altas capacidades intelectuales, y que puedan requerir
determinados apoyos en parte o a lo largo de su escolarización.
En el artículo 11 ya mencionado del Decreto 25/2018, que se encuentra en el Capítulo III, se
especifica que al alumnado NEAE se le han de proporcionar, junto a la enseñanza ordinaria, los
recursos específicos que requiera, en parte o a lo largo de su escolaridad, para identificar y
minimizar las barreras que dificultan el aprendizaje y la participación. Diferenciamos entre:
a) Necesidades educativas especiales (NEE). Aquellas que presenta el alumnado que
requiere, durante un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y
atenciones educativas específicas derivadas de discapacidad intelectual, motora, auditiva o visual,
trastorno grave de la conducta o trastorno del espectro del autismo.
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b) Dificultades específicas de aprendizaje (DEA). Las que presenta el alumnado que tiene
dificultades en los procesos implicados en la lectura (dislexia), la escritura (disgrafía) o el cálculo
aritmético (discalculia) con implicación relevante en su aprendizaje escolar.
c) Trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH). Cuando el alumnado
presenta necesidades específicas de apoyo educativo caracterizado por una persistente desatención,
hiperactividad o impulsividad, o por la combinación de ellas, que repercute negativamente en su
participación en las actividades escolares y en su relación con los demás.
d) Incorporación tardía al sistema educativo (INTARSE). Aquellas que presenta el
alumnado que se ha incorporado tardíamente al sistema educativo por cualquier motivo y presenta
dificultades para seguir el currículo respecto a sus coetáneos o coetáneas.
e) Especiales condiciones personales o de historia escolar (ECOPHE). Cuando el alumnado
manifiesta dificultades en la adquisición de los objetivos y las competencias previstos para su grupo
de referencia por una escolarización desajustada o insuficiente, por limitaciones socioculturales, por
razones de enfermedad o problemas de salud, temporales o crónicos, o por dificultades de ejecución
funcional de tipo cognitivo o neuropsicológico, que, sin llegar a ser un trastorno o discapacidad,
influyen en el rendimiento escolar y crean dificultades en el avance curricular. Este alumnado puede
presentar dificultades en la comunicación, el lenguaje o el habla derivadas de alguno o de la
combinación de varios de los motivos señalados.
f) Dificultades en el ámbito de la comunicación y el lenguaje. Aquellas dificultades,
adquiridas o congénitas, que presenta el alumnado en el ámbito de la comunicación y el lenguaje y
que resultan relevantes en su desarrollo o aprendizaje escolar.
g) Altas capacidades intelectuales (ALCAIN). Cuando el alumnado maneja y relaciona de
manera simultánea y eficaz múltiples y variados recursos cognitivos, o bien destaca de manera
excepcional en uno o varios de ellos.
2. Talentos simples y complejos. Un estudiante talentoso simple muestra una elevada aptitud
o competencia en un ámbito específico, como el verbal, matemático, lógico o creativo, entre otros.
Para ello es necesario que se encuentre por encima del percentil 95 en razonamiento matemático,
razonamiento verbal, razonamiento lógico o creatividad, respectivamente, pudiéndose señalar otros
talentos simples como el social, el musical o el deportivo. Las combinaciones de varias aptitudes
específicas dan lugar a talentos complejos, como los talentos académicos, que se presentan al
combinarse la aptitud verbal con la aptitud lógica y la gestión de la memoria, todas ellas por encima
del percentil 85.
3. Precocidad. Cuando un alumno o alumna en edades inferiores a los 12-13 años presenta
las características mencionadas anteriormente para la sobredotación o superdotación intelectual,
talentos simples o complejos, se identifica como precoz, pudiendo confirmarse o no tales
características, una vez que se consolide la maduración de su capacidad intelectual, en torno a la
edad mencionada.
3.2.-Alumnado con Necesidades Educativas Especiales (NEE).
En el artículo 73 de la LOE se define al alumnado que presenta necesidades educativas
especiales como aquel que requiera, por un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella,
determinados apoyos y atenciones educativas específicas derivadas de discapacidad o trastornos
graves de conducta. También desde el Decreto 25/2018 Se considera que el alumno o alumna
manifiesta “necesidades educativas especiales” cuando requiere, durante un período de su
escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas por presentar
una discapacidad, un trastorno del espectro autista o un trastorno grave de conducta.
En sentido amplio, todo alumno tiene necesidades educativas si consideramos sus
características individuales. Cuando utilizamos este término, nos referimos a aquellos alumnos que
presentan algún tipo y grado de dificultad para el aprendizaje en relación a las enseñanzas del
currículum, en un continuo que va desde las más leves y transitorias a las más graves y
permanentes. En definitiva, un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando presenta
dificultades mayores que el resto de los alumnos para acceder a los aprendizajes que se determinan
en el currículum que le corresponde por su edad y necesita para compensar dichas limitaciones,
adaptaciones de acceso o adaptaciones curriculares en una o varias áreas del currículum (Contreras,
1998).
niños según la tipología diagnósticas tradicionales amparadas en sus déficits (Contreras, 1998). Por
tanto, la valoración y el diagnóstico de los alumnos con déficit deja de centrarse en el déficit para
dar prioridad a las necesidades del individuo y las ayudas requeridas para dar respuestas a las
necesidades educativas especiales.
2.3.-Inclusión Educativa en el Currículo de Primaria.
La educación es un derecho ineludible de todas las personas que debe garantizarse en
igualdad de condiciones, sin distinción alguna por motivos personales, sociales, culturales,
religiosos o de cualquier otra índole. Además, la educación, como una condición que dignifica a la
persona, debe orientarse a favorecer el éxito y la excelencia de todos sus alumnos y alumnas,
ofreciéndoles un entorno común de aprendizaje en el que se formen y convivan en la diversidad
requerida en la sociedad actual y venidera. En este sentido, la inclusión enfatiza la igualdad por
encima de la diferencia, supone pasar de aceptar la diferencia a aprender y enriquecernos con ella.
La inclusión supone, entonces, un marco de referencia amplio sobre los derechos de las
personas, orientada a transformar los sistemas educativos para responder a la diversidad de
alumnado, profesorado, familias y comunidad que se encuentra en los centros educativos. Así, la
Declaración Universal de los Derechos Humanos se convierte en el referente desde el que promover
las políticas e intervenciones educativas de carácter inclusivo, planteadas como un derecho en
condiciones de justicia y equidad social.
La inclusión debe promover más y mejores oportunidades para todo el alumnado,
propiciando el acceso, la permanencia, la continuidad, la participación y los logros de todos y todas,
especialmente de aquellas personas que, por distintas razones, puedan encontrarse en mayor riesgo
de exclusión y de abandono escolar.
La inclusión constituye un modelo educativo que reemplaza y supera al modelo integrador,
y que demanda cambios o transformaciones en las escuelas, con el objeto de dar respuesta a la
diversidad del alumnado que asiste a ellas. Para Ríos (2005), una escuela inclusiva supone un
proceso de transformación, que abarca tanto las prácticas educativas como la organización de los
centros y la cultura colaborativa del profesorado. Por tanto, una escuela inclusiva debe contemplar
el derecho de todo el alumnado a participar activamente en un currículum compartido con el grupo,
independientemente de sus características, dificultades o ritmos de aprendizaje, donde la diversidad
constituya un valor educativo y social añadido que cohesione al grupo y ofrezca mejores
posibilidades de aprendizaje. Esta escuela va a demandar, entre otras cosas, la existencia de un
compromiso docente compartido, implicación directa de la Administración Educativa y la
colaboración de las familias.
Aunque las presiones y contradicciones de nuestro actual sistema educativo puedan
traducirse, a menudo, en prácticas educativas selectivas que pueden influir en una baja
disponibilidad de los centros y del profesorado hacia la inclusión, pudiendo, en última instancia,
convertirse en una forma “sutil” de exclusión y segregación (Arnaiz, 2000), no podemos desde la
institución educativa contribuir inconscientemente a la construcción de una sociedad excluyente.
Tampoco será suficiente con incorporar estrategias didácticas que favorezcan la inclusión.
Es necesario, además, creer en la misma para poder general actitudes y compromisos colaborativos
que se transfieran a la práctica de aula, reduciendo las barreras para la participación y el
aprendizaje. Nuestra función como educadores será la de establecer un entorno que haga posible
este proceso.
Principios de la Educación Inclusiva.
La educación inclusiva consiste en mantener altas expectativas con respecto a todos los
alumnos y las alumnas, y en establecer las diferentes formas en que estas se pueden alcanzar.
Significa trasladar el foco de atención del alumnado al contexto, en el sentido de que no son tan
determinantes las condiciones y las características del alumnado como la capacidad que tenga el
centro educativo para acoger, valorar y responder a la diversidad de necesidades que estos plantean.
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ordinaria mediante una actuación colaborativa con el profesorado de aula responsable del área o
materia, de manera que las intervenciones especializadas fuera del grupo-clase se realicen solo para
los casos absolutamente necesarios.
4. Las medidas para atender a la diversidad del alumnado serán principalmente las
siguientes:
a) Medidas ordinarias: las destinadas a promover el desarrollo pleno y equilibrado de las
competencias explícitas en los objetivos de cada una de las etapas, a través de las modificaciones en
el contexto educativo referidas a cambios en la organización de la enseñanza o en las interacciones
que tienen lugar en dicho contexto.
b) Las medidas extraordinarias: están referidas a las adaptaciones de los medios de acceso al
currículo, las adaptaciones en los diferentes elementos del currículo o a las adaptaciones que
requieran de ampliación o enriquecimiento del mismo.
c) Cuando las medidas ordinarias y extraordinarias reseñadas anteriormente no hayan sido
suficientes para garantizar el avance y la respuesta adecuada a las necesidades del alumnado, se
podrán establecer medidas excepcionales que pueden incluir fórmulas de escolarización mixtas para
el alumnado con necesidades educativas especiales (NEE), como la escolarización en centros
ordinarios de atención educativa preferente o en aulas enclave, o cualquier otra que se proponga por
la Dirección General competente en materia de ordenación, con la aprobación de la Consejería
competente en materia educativa. La escolarización excepcional de este alumnado en los centros de
educación especial deberá estar fundamentada en razones que justifiquen la imposibilidad de poner
en práctica su escolarización en centros ordinarios.
En el Decreto 25/2018 se establecen una serie de medidas extraordinarias que implican
modificaciones en la programación de área. Pueden incluir adecuaciones o supresiones en los
distintos elementos del currículo.
Las adaptaciones de acceso al currículo (AAC) son modificaciones provisionales de
recursos o estrategias para el acceso al espacio educativo o a la comunicación, y que hacen posible
y facilitan, preferentemente, al alumnado con NEE su participación en las actividades educativas
ordinarias, favoreciendo un mayor nivel de autonomía, interacción y comunicación en el desarrollo
de la actividad escolar.
La adaptación curricular (AC) de un área tiene carácter extraordinario y está dirigida al
alumnado con NEE, DEA, TDAH y ECOPHE, cuyo referente curricular esté situado dos o tres
cursos por debajo del que se encuentra escolarizado, independientemente de que haya repetido
curso. Estos ajustes afectan a los elementos del currículo e implican la adecuación de los objetivos,
contenidos, metodología o criterios de evaluación del área adaptada, pudiéndose llegar a la
supresión de algún contenido sin que afecten a la consecución de los objetivos y al grado de
adquisición de las competencias correspondientes al curso en que se encuentra el escolar. Para el
alumnado con ECOPHE se requerirá, además de las condiciones anteriores, que su referente
curricular esté en Primaria.
La adaptación curricular significativa (ACUS) de un área tiene carácter extraordinario y
está dirigida al alumnado con NEE cuyo referente curricular esté situado para el alumnado de
educación infantil, tres o más cursos por debajo del que se encuentra escolarizado, y para el
alumnado de la enseñanza básica (Primaria y ESO), cuatro o más cursos, independientemente de
que haya repetido curso. Estos ajustes curriculares afectan a los elementos del currículo, implican la
adecuación o posible supresión de objetivos, competencias, contenidos, metodología o criterios de
evaluación del área adaptada.
3.-Características generales de los Tipos y Grados de Minusvalías Motoras, Psíquicas y
Sensoriales.
3.1.-Delimitación conceptual.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1980) elaboró la Clasificación
Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM) y sus definiciones:
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entre las personas que no padecen discapacidad, se trata de un elemento esencial desde el punto de
vista de la calidad de vida. Pues bien, hablar de autonomía supone referirse a ámbitos tan variados
como el laboral, el educativo, la comunicación social y por supuesto la accesibilidad, que aglutina a
todas estas facetas vitales.
Una clasificación que se utiliza en el ámbito educativo es la siguiente:
Lesiones de origen cerebral: entre ellas, parálisis cerebral, traumatismo craneoencefálico,
accidente cerebro-vascular, etc.
Dentro de la parálisis cerebral:
Espástica: lesión en los haces piramidales, tienen hipertonía (incremento del tono muscular).
Atetósica: lesión en los ganglios basales, cambia rápida y constantemente de hipertonía a
hipotonía (movimientos mal coordinados, dirigidos y bruscos).
Atáxica: lesión en el cerebelo, son hipotónicos (músculos aguados, no controlan la dirección
de los movimientos ni el tamaño de éstos).
Mixta: la lesión se encuentra en dos regiones de las antes mencionadas.
Por los miembros afectados por la parálisis cerebral se clasifican en:
Monoplejia: una extremidad.
Paraplejia: dos extremidades inferiores.
Hemiplejia: brazo y pierna del mismo lado.
Tetraplejia: las 4 extremidades.
Diplejia: extremidades superiores más afectadas que las inferiores.
Hemiplejia doble: extremidades inferiores más afectadas que las superiores.
Lesiones de origen medular: entre ellas, espina bífida, lesión medular traumática, lesión
medular progresiva, lesiones degenerativas, tumores, etc.
Trastornos neuromusculares: entre ellos, distrofias musculares, neuromiopatías, etc.
Lesiones del sistema osteoarticular: entre ellas, agenesia imperfecta, osteogenésis
imperfecta, artrogriposis, acondroplasia, etc.
Otras alteraciones motóricas que pueden aparecer en el contexto educativo y que el
profesorado debe conocer para no actuar de manera negativa sobre ellas:
• Anomalías de la espalda: escoliosis, cifosis o hiperlordosis.
• Anomalías derivadas de enfermedades infecciosas y/o degenerativas: Poliomielitis
(inflamación o degeneración de la sustancia gris), artritis...
• Amputaciones: falta de alguna extremidad.
• Distonía: contracciones musculares exageradas.
• Hipotonía: flacidez muscular.
3.3.2.-Minusvalía Psíquica o Mental.
Desde la Asociación Americana para la Deficiencia Mental podríamos definir la
discapacidad mental como un funcionamiento intelectual por debajo de lo normal, asociado a un
desajuste en el comportamiento (disminuyen capacidades intelectivas). La deficiencia mental, se
caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, que tiene lugar
junto a limitaciones asociadas en habilidades adaptativas, como la comunicación, el cuidado
personal, habilidades sociales, etc. Comienza antes de los 18 años.
Como ocurre con el resto de los colectivos, el integrado por las personas con deficiencias
mentales es de difícil cuantificación, entre otras razones por la falta de precisión en la
determinación de sus límites. Concretamente la EDDES (Encuesta sobre Discapacidades,
Deficiencias y Estado de Salud) incluye el espectro del retraso mental en sus grados severo,
moderado y leve, el retraso madurativo, las demencias y otros trastornos mentales, como el autismo,
la esquizofrenia, los trastornos psicóticos, somáticos y de la personalidad... La falta de acuerdo en
torno a la idoneidad de la inclusión de algunos de éstos últimos en categorías distintas y sobre todo
la imposibilidad de realizar su cuantificación de manera aislada, hace ineludible una exploración
previa del conjunto, considerando la categoría 'otros trastornos' como enfermedades mentales.
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Se tiene en cuenta una clasificación de retraso mental en cuatro niveles, en función del CI
(Coeficiente intelectual):
Retraso mental Leve (CI entre 50-70): Logran una adquisición tardía del lenguaje.
Desarrollan autonomía personal a todos los niveles. Presentan roblemas escolares de lectura y
escritura. Pueden desarrollar trabajos de tipo práctico, como trabajos manuales semicualificados.
Retraso mental Moderado (CI entre 35-50): Presentan lentitud en el desarrollo de la
comprensión y uso limitado del lenguaje. Tienen dificultad para el cuidado personal y en las
funciones motrices. Consiguen progresos escolares limitados, un porcentaje aprende lo esencial
para la lectura, la escritura y el cálculo. En la edad adulta hacen trabajos prácticos sencillos con
supervisión. La mayoría alcanza un desarrollo social normal. En esta franja se sitúa usualmente al
Síndrome de Down.
Retraso mental Grave (CI entre 20-35): Presentan muchas dificultades para el lenguaje y
capacidades comunicativas y para hábitos de autocuidado.
Retraso mental Profundo (CI inferior a 20): Tienen movilidad restringida o inexistente. No
hay control de esfínteres y la comunicación es rudimentaria.
Dentro del Retraso Mental se incluye el Síndrome de Down, que se debe a una alteración
genética en el par 21 que presenta tres cromosomas. Ocasiona una discapacidad intelectual de
diversos grados. Existen características morfológicas típicas: estatura baja, microcefalia, ojos
sesgados, boca abierta, lengua grande y fisurada, manos y pies pequeños.
Además podemos incluir otras enfermedades mentales que presentan síntomas como
trastornos del pensamiento, de la memoria, de la percepción, de la conciencia, psicomotrices, de
afectividad o en el comportamiento social. Podemos incluir a:
Neurosis (obsesiva y fóbica). Puede pasarle a cualquier persona. Está descontento consigo
mismo, su personalidad le impide ser como quisiera, normalmente por razones
injustificadas.
Psicosis, como el autismo, que se caracteriza por el aislamiento del individuo ante cualquier
acontecimiento del entorno. Presentan los siguientes rasgos: dificultad para desarrollar
relaciones, alteraciones graves del lenguaje (incluso mutismo), juegos repetitivos y
estereotipados.
3.3.3.-Minusvalía Sensorial.
Podemos definir la discapacidad sensorial como cualquier déficit en los órganos de los
sentidos que afecta al individuo, disminuyendo o deformando la información que precisa para
conocer su propio cuerpo y el entorno que lo rodea. Al igual que en los casos de los grupos
anteriores, al hablar de deficiencias sensoriales es necesario recordar que las categorías de análisis
presentan limitaciones en la descripción de la realidad para la que se aplican. La categoría
'deficiencias sensoriales' incluye fundamentalmente a quienes presentan trastornos relacionados con
la vista y el oído.
Discapacidad Visual: carencia o disminución de la visión. Los grados varían enormemente,
desde la ceguera total hasta la baja visión. De modo general poseen las siguientes características:
A. Ámbito psicomotor: grandes problemas por la falta de actividad motriz, especialmente en
la locomoción. Se debe asegurar que el alumno recibe las informaciones sobre la orientación y
movilidad en el espacio. Recurrir a estímulos sonoros. Tienen problemas en el conocimiento del
esquema corporal y en la equilibración. Su desarrollo motor es semejante al del resto, pero a un
ritmo más lento. Es preciso realizar actividades de coordinación, de equilibrio y postura corporal.
La práctica y la repetición, conducen a la adquisición de habilidades motoras.
B. Ámbito afectivo: se debe mejorar la autoconfianza y la autoestima. Permitir explorar el
material nuevo, el espacio, hay que motivarlo a moverse con otros.
C. Ámbito cognitivo: aproximación al todo-parte-todo. Para conocer el entorno emplear el
oído y el tacto.
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En función del grado de visión se puede realizar una clasificación de los deficientes visuales
como podemos ver a continuación:
Ceguera total: ausencia total de visión o sólo percepción luminosa.
Ceguera parcial: resto visual que permite orientarse hacia la luz o la percepción de masas.
Baja visión severa: el resto visual permite definir volúmenes y percibir colores, posibilita la
lectoescritura con soportes específicos.
Baja visión moderada: la visión de cerca permite la lectoescritura con medios habituales o
ayudas ópticas.
La Ceguera puede ser congénita o adquirida. Los que padecen ceguera congénita tendrán
mayores problemas de percepción que el que se quedó ciego por accidente/enfermedad, ya que
estos guardan recuerdos en su memoria. Presentan alteraciones en orientación espacial, percepción,
estructuración espacial, lateralidad y aspectos afectivos y sociales.
Discapacidad Auditiva: pérdida total o parcial de la capacidad para captar sonidos. La
capacidad para acceder a la información es menor o nula. Debemos procurar un acceso completo a
la información en igualdad. Existen diferentes niveles de déficit auditivo. Hay quien dispone de
restos auditivos suficientes para que, con las ayudas técnicas necesarias y con el apoyo logopédico
puedan adquirir el lenguaje oral por vía auditiva. Aquellos cuya sordera es profunda necesitan la vía
visual como canal comunicativo (lectura labial, sistema bimodal o lenguaje de signos). De modo
general poseen las siguientes características:
A. Ámbito psicomotor: es necesario proporcionar actividades motoras que incluyan
habilidades coordinativas, equilibrio y agilidad, así como incentivar la práctica para superar este
retraso que pudieran tener, así como la tendencia a la inactividad y al sedentarismo.
B. Ámbitos cognitivos: si la estimulación es adecuada y su inteligencia es normal pueden
seguir los contenidos correctamente. No obstante, es necesario utilizar demostraciones, imitaciones
y sensaciones kinestésicas.
C. Ámbito afectivo: suele estar asilado. Debemos priorizar actividades sociales, ricas en
interacciones con el resto de participantes. Hay que ayudar a superar sus miedos e inseguridades.
En función del grado de audición se puede realizar una clasificación de los deficientes
auditivos como podemos ver a continuación:
Sordera Leve (entre 20-40 db): perciben el habla, pero tienen dificultades en la percepción
de los contrastes fonéticos. Requieren de un gran esfuerzo en mantener la atención, lo que
lleva a niveles altos de fatiga.
Sordera Media (entre 40-70 db): perciben contrastes fonéticos difusos. La percepción del
habla implica mucha dificultad. Presentan retrasos en el lenguaje.
Sordera Severa (entre 70-90 db): recibe sonidos ambientales y vocálicos, pero no los
consonánticos. Tienen un desarrollo del lenguaje no espontáneo.
Sordera Profunda (más de 90 db): no hay percepción del habla, solo de elementos supra
segmentales (ritmo, melodía..). Presentan cualidades de la voz alteradas.
Cofosis (más de 120 db): es poco frecuente. Presentan perdida total de audición y ausencia
de cualquier resto auditivo.
Las deficiencias auditivas presentan distintos grados, y pueden ser prelocutiva o
postlocutiva, y tener asociados trastornos relacionados con el equilibrio. A estas diferencias se unen
las distintas estrategias técnicas y comunicativas empleadas por quienes padecen deficiencias
auditivas (lenguaje de signos, implantes cocleares o audífonos), configurando un colectivo de
rasgos muy heterogéneos, tanto por sus perfiles orgánicos como por sus estrategias de integración.
Afectan al lenguaje oral, afectividad, problemas de adaptación (agresividad), al esquema corporal,
oído interno (equilibrio) y coordinación.
4.-Implicaciones de las minusvalías en la Actividad Física.
El Decreto de éxito escolar y continuidad escolar hace referencia a que la atención a la
diversidad, desde el punto de vista de la educación inclusiva, se centra en la identificación y
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Estas recomendaciones realizadas para el área de Educación Física se pueden completar con
otras que aporta Ríos (2005):
• Delimitar el espacio para compensar las dificultades de movimiento. Además éste debe ser
liso y llano para favorecer los desplazamientos.
• En ocasiones es necesario la presencia del profesor/a de apoyo o de un alumno
colaborador/a para facilitar la participación activa en las sesiones.
• Evitar riesgos de choques, fricciones, presiones o golpes en las partes corporales afectadas.
Por su parte, Cumellas Riera (2000) propone las siguientes actuaciones específicas en las
clases de Educación Física con alumnos con silla de ruedas:
1. Sensibilización: Será importante que en las primeras clases se realicen juegos y
actividades que permitan que el resto del grupo compruebe y valore las posibilidades y limitaciones
de los alumnos con discapacidad. Organizaremos actividades donde el alumno con limitaciones sea
el principal protagonista, como, por ejemplo, lanzamientos, carreras, pasar entre unos conos y subir
rampas con sillas de ruedas.
2. Comunicación: Hablar a su altura. No hablar con otra persona fuera de su campo visual.
Se sentirá ignorado.
3. Desplazamientos y movilidad: Procurar ir siempre a su ritmo. Antes de ayudarle a
levantarse o sentarse, asegurarse que los frenos de la silla están sujetos. Ayudar en las funciones que
no pueda realizar como cambios posturales o al iniciar una actividad nueva. Si el alumno es
suficientemente autónomo, le ayudaremos sólo cuando nos lo pida y cómo nos lo pida.
4. Actividades y juego: Conviene que cuando realicemos las actividades, el escolar lleve
puesto un cinturón de seguridad. Mucha atención con que el chándal, camisetas, cojín... estén bien
sujetos y no se enganchen en las ruedas. Cuando nos desplacemos con él/ella, no empujar la silla de
ruedas muy rápido ni realizar giros bruscos sin avisar antes al alumno. En los lanzamientos utilizará
su silla y si es diestro con la mano izquierda se sujetará a un palo sujeto al suelo para poder
impulsarse al lanzar. Estará bien atado con un cinturón. Lanzará objetos diversos y de poco peso.
En las carreras iniciará el desplazamiento con tres impulsos, se realizarán muchos ejercicios de
velocidad de reacción y será importante desarrollar su flexibilidad y fuerza para que mejoren sus
habilidades.
Ríos (2005) propone una serie de orientaciones didácticas generales para realizar una
intervención educativa adecuada con deficientes psíquicos en las clases de Educación Física:
Realizar informaciones concretas, precisas, organizadas y simplificadas. Las consignas
deberán ser simples y repetitivas, con el uso de un mínimo de palabras "nunca dar nada por
sabido".
La información debe llegar por el mayor número de vías sensitivas posibles, potenciando la
verbalización y la comprensión, favoreciendo la capacidad de representación y abstracción.
Los periodos de aprendizaje deben ser cortos ya que los procesos de aprendizaje son muy
lentos.
Centrar la atención eliminando fuentes de distracción.
Simplificar las tareas, fraccionando la enseñanza en pequeños pasos, reduciendo la
complejidad de los aprendizajes y el número de decisiones (una decisión por respuesta).
Las tareas deben ser un reto asumible, pero sin infravalorar las potencialidades del
alumnado.
Modificar constantemente las tareas con el fin de mantener la motivación, la atención y la
concentración.
Utilizar de forma constante los refuerzos.
Deberemos ser pacientes en la espera de la respuesta e informar inmediatamente tras la
acción.
Mantener un cierto ritual o modelo en las sesiones, facilitando un ambiente estructurado que
facilite la comprensión de la situación.
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Asma. Trastorno de las vías respiratorias por constricción de estas. Producida por catarros,
polen, polvo, tensión, problemas psicológicos…
Alergias. Sensibilidad especial ante sustancias determinadas como el polvo, polen,
determinados alimentos… Producen alteraciones cutáneas, respiratorias, oculares…
Obesidad. Aumento patológico de la grasa corporal que produce un peso superior al normal.
Pueden tener causas hereditarias, de sobrealimentación o endocrinas.
Para comprender mejor las alteraciones físicas con las que tenemos que trabajar con
nuestros alumnos, hablaremos de otras alteraciones motoras en diferentes aspectos como la
coordinación, el tono o la marcha:
Coordinación. Es una actividad motora refleja involuntaria. Por eso el acto voluntario debe
realizarse con precisión y unidad armónica. De todas formas nos encontramos con una serie de
perturbaciones patológicas como:
Sincinesias: movimientos involuntarios que aparecen al hacer movimientos voluntarios o
reflejos en la otra, como por ejemplo en los hemipléjicos.
Fasciculaciones: son contracciones musculares rítmicas o arrítmicas de breve duración. Se
atribuyen a descargas neuronales y también a lesiones medulares. Producen desplazamientos
articulares y cuando son masivos, pueden llevar al individuo al suelo.
Temblores: Son movimientos alternantes de oscilaciones con ritmo que afectan a las
extremidades. A veces es característica de una enfermedad, como el parkinson.
Movimientos coreicos: Contracciones musculares incesantes de gran amplitud, sin finalidad
aparente. Aparecen en las extremidades, el tronco y la cara.
Atetosis: Son movimientos involuntarios lentos de las extremidades. Donde más aparecen es
en las articulaciones metacarpianas.
Asinergia: Es la descomposición de un acto debido a perder la facultad de asociar en el
tiempo y en el espacio los elementos del movimiento.
Tono. Es una tensión ligera a la que se encuentra normalmente sometido todo músculo en
estado de reposo. Existen una serie de perturbaciones patológicas:
Rueda dentada: Al flexionar el brazo por el codo, lo hace a saltos.
Sigo de la muñeca fija: Se aprecia aumento de tono en la muñeca que no está en actividad.
Resorte elástico: Resistencia que ponen los músculos a ser estirados en las lesiones de las
vías piramidales. Se aumentan con la maniobra.
Marcha. Es la capacidad para desplazarnos de un sitio a otro. Las anomalías más
importantes son:
Marcha hemipléjica: También conocido como (en guadaña). La persona al andar, desplaza
el pie hacia fuera, como “segando”. Debido a la hipertonía de las extremidades inferiores tiene gran
dificultad para flexionar la rodilla y “acortar” la pierna.
Marcha espástica: Existen diferentes grados. En fases avanzadas los pies tienden al
equinismo y las rodillas chocan entre sí hasta llegar a cruzarse (marcha en tijera).
Marcha parkinsoniana: Tienen difícil iniciar los primeros pasos. Luego anda despacio y
aceleran progresivamente, pero cuando quieren detenerse tienen muchas dificultades. Mantiene los
brazos inmóviles, por lo que anda como de una sola pieza.
Marcha de pato: es debido a una afectación de los músculos lumbopélvicos y abdominales.
La hiperextensión lumbar da un tipo de marcha característico.
Marcha polineuritica: se caracteriza por la imposibilidad de extender el pie, lo que hace que
lo arrastre o bien tiene que levantar mucho la rodilla para evitar chocarse contra el suelo.
5.-Aplicación Didáctica.
6.-Conclusión.
Aula de Oposiciones Tema 21 Educación Física
Toro, S. y Zarco, J.A. (1998). Educación Física para niños y niñas con Necesidades
Educativas Especiales. Málaga: Aljibe.
Trigueros, C. (1993). El desarrollo motor y perceptivo del niño discapacitado. En VV.AA.
Fundamentos teóricos prácticos para la Educación Física en Primaria.
Zarco, J. A. (1995). Educación Física para niños y niñas con necesidades educativas
especiales. Málaga: Aljibe.
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Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (B.O.E.
nº295, 10/12/2013).
Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la
Educación Primaria (B.O.E. nº52, 01/03/2014).
Decreto 81/2010, de 8 de julio, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de los centros
docentes públicos no universitarios de la Comunidad Autónoma de Canarias (B.O.C. nº143,
22/07/2010).
Orden de 9 de octubre de 2013, por la que se desarrolla el Decreto 81/2010, de 8 de julio,
por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de los centros docentes públicos no
universitarios de la Comunidad Autónoma de Canarias, en lo referente a su organización y
funcionamiento (B.O.C. nº200, 16/10/2013).
Decreto 89/2014, de 1 de agosto, por el que se establece la ordenación y el currículo de la
Educación Primaria en la Comunidad Autónoma de Canarias (B.O.C. nº156, 13/08/2014).
Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las
competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la Educación Primaria, la
Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato (B.O.E. nº25, 29/01/2015).
Decreto 25/2018, de 26 de febrero, por el que se regula la atención a la diversidad en el
ámbito de las enseñanzas no universitarias de la Comunidad Autónoma de Canarias (B.O.C.
nº46, 06/03/2018).
Orden de 13 de diciembre de 2010, por la que se regula la atención al alumnado con
necesidades específicas de apoyo educativo en la Comunidad Autónoma de Canarias.
(B.O.C. nº250, 22/12/2010).
Resolución de 9 de febrero de 2011 de la Dirección General de Ordenación, Innovación y
Promoción Educativa, por la que se dictan instrucciones sobre los procedimientos y los
plazos para la atención educativa del alumnado con necesidades específicas de apoyo
educativo en los centros escolares de la Comunidad Autónoma de Canarias. (B.O.C. nº40,
24/02/2011).
Orden de 22 de julio de 2005, por la que se regula la atención educativa al alumnado con
altas capacidades intelectuales (B.O.C. nº149, 01/08/2005).