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Universidad de Costa Rica

Faculta de Educación
Escuela de Orientación y Educación Especial
Sección de Psicopedagogía

Características Psicológicas y tareas básicas en la adolescencia


Carmen M. Cubero Venegas1

Concepto de desarrollo humano y de tareas del desarrollo


Manifestaciones en la adolescencia
Cuando se hace referencia al concepto de desarrollo humano, se debe hacer referencia a tres
aspectos básicos: la base biológica, la base social y la base psicológica de cada ser humano, no como
una suma de partes sino más bien como un entretejido dinámico que permite tantas interrelaciones
entre las tres bases como personas existen en el mundo. Lo biológico está dado en el propio
organismo, los agentes sociales enseñan al individuo a desarrollarse según lo tiene estipulado la
sociedad y la estructura psíquica es el producto de la interrelación entre los aspectos biológicos y los
aspectos de índole física, es lo que se refleja en nuestro comportamiento.
Hay áreas del desarrollo del ser humano que permiten enfocar el trabajo de manera
didáctica; lo físico, lo mental, lo social y lo personal, sin embargo, todas ellas son interdependientes e
interrelacionadas.
Es necesario tener presente en el curso el concepto tareas, con éste se hace referencia a las
cosas que una persona debe lograr para que se le considere y se considere a sí mismo como una
persona razonablemente de éxito.
Como tarea evolutiva se debe entender un objetivo del desarrollo que surge en un cierto
período de la vida de un individuo cuya realización lo conduce a la felicidad y al éxito en el ciclo
evolutivo y le permite enfrentar con mejores recursos personales las tareas siguientes. El fracaso en
una tarea evolutiva conduce a la infelicidad (frustración), a la desaprobación social y a la dificultad en
el logro de tareas posteriores, por tanto, si la tarea del desarrollo no se logra en el momento
adecuado, ya no se logrará bien y este fracaso causará el fracaso parcial o total en el logro de las
tareas futuras y con una repercusión en la vida de la persona.

¿Qué determina que se presente la secuencia en las tareas evolutivas?


En cada etapa del ciclo vital, el individuo desarrolla tareas propias de ese momento, la
secuencia en las mismas se logra fundamentalmente por cuatro razones, a saber:

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Profesora Asociada de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica

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1.- Conforme avanza el desarrollo del individuo, se encuentra con nuevos recursos personales,
particularmente en el área física y psicológica.
2.- Hay una serie de fuerzas intrínsecas y extrínsecas al individuo que presionan para que haga y
resuelva cosas.
3.- Algunas tareas son producto del:
a)desarrollo físico: por ejemplo caminar, aprender a comportarse con el sexo opuesto en la ado-
lescencia.
b)otras tareas son productos de las presiones socioculturales, ej., aprender a leer, ser
ciudadano responsable.
c) Valores y aspiraciones personales del individuo que son parte de la personalidad de cada
uno, ejemplo, la elección de una vocación, la filosofía de la vida, la escogencia de la escala de
valores, etc.

¿Qué papel cumplen las tareas evolutivas en la adolescencia?


Según Havinghurst, autor que propuso el concepto, las tareas evolutivas, en general y las de
la adolescencia que son las que nos ocupan en este documento, están enfocadas principalmente a
los papeles sociales. La parte social, el aprender a comportarse y responder socialmente es el
desarrollo más significativo en la adolescencia acompañado de la definición de las características
básicas de la identidad, por tanto el contenido de la tarea en este período es psicosocial y debe
analizarse en ese contexto; contexto que esta matizado por los ideales y expectativas que tiene esa
sociedad o cultura y por las demandas que su estructura psicológica le autopropone.
¿Cómo se manifiestan las tareas básicas en la adolescencia?
Las tareas, en cualquier momento del ciclo vital pueden ser reconocidas cuando el
sujeto asume comportamientos propios de dicho momento. En el caso de la adolescencia, la
conducta refleja distintas manifestaciones que se pueden resumir como sigue:
1. El o la adolescente prueba diferentes roles, diversas maneras de ser, cambios violentos en la
forma de ser o en lo que piensa de la vida. Con esto está tratando de responder a la pregunta
¿quién soy yo?
2. El o la adolescente experimenta con sus pensamientos y sentimientos, tomando conciencia de
que son suyos y diferentes a los que expresan los padres, madres y las y los profesores. Vuelven
sus ojos hacia el grupo de iguales. Manifiestan capacidad para enfrentar la desaprobación de los
padres, madres y otras personas adultas que son o no significativas. La hostilidad ante los
padres, madres y otros adultos, se vuelve un medio de comunicación. En general se sienten
“aburridos” de vivir con su familia. Aparecen manifestaciones de rebeldía.
3. El o la adolescente entabla relaciones de carácter amoroso:
 Interés por el otro sexo.
 Deseo de ser atractivos a una persona del sexo opuesto.
 Enamoramiento de personas mayores.

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 Exploraciones sexuales (sensoriales)
 Deseo de experiencias sexuales genitales.
4. El cuerpo de la o el adolescente cambia, las sensaciones cambian y aparecen nuevas. Los
cambios son más rápidos que la integración mental que se va haciendo de dichos cambios.
Aparece el temor ante la intensidad de sus deseos.

¿Cómo se puede analizar una tarea evolutiva?


Havinghurst, manifiesta, en su propuesta que se puede recurrir a:
1. Considerar la naturaleza de dicha tarea, sea esta biológica, psicológica, o sociocultural, así como
las consecuencias educativas y sociales.
2. Preguntarse si es el momento para enseñar o propiciar el desarrollo de la tarea evolutiva. Para
esto debe existir coincidencia entre la preparación del cuerpo, el requerimiento social, el ‘yo’
preparado desde el punto de vista psicológico.
3. Preguntarse, ante el fracaso en una tarea ¿qué pasa con las demás? Esto es, no perder la visión
holística e integral del individuo. El fracaso en una tarea aumenta la probabilidad de que se
fracase en las otras tareas.

A continuación se presenta un cuadro resumen del comportamiento de las y los adolescentes con
respecto a los principales cambios que vive en esta etapa del ciclo vital.

Cambios físicos o Adolescencia temprana Adolescencia Media Adolescencia tardía


psicológicos 10-13 años 14-17 años + de 17 años
Ruptura con el padre y la madre o Ambivalencia. Hay momentos Integración. La familia va
con las figuras que le representen la en que siente que necesita a adquiriendo poco a poco un
Independencia autoridad en la familia su familia y en otros no lo lugar en la vida de la persona
siente así
adolescente
Puberal. Apenas empiezan a Diferenciación de roles. Sabe Satisfacción. Si ha logrado
visibilizarse los primeros cambios reconocer con bastante criterio resolver sus tareas con éxito se
Imagen corporal (cómo físicos tanto en la figura masculina cuáles comportamientos son siente satisfecho con su imagen
se percibe a sí mismo) como femenina y se empieza a parte de la construcción de la
corporal
tomar conciencia de dichos cambios imagen femenina y cuáles y
cuáles de la imagen masculina.
Curiosidad. Aparecen las primeras Experimentación. Inician las Intimidad. Aparece la necesidad
inquietudes por conocer asuntos primeras acciones tendientes a de mantener una relación de
relacionados con la sexualidad conocer lo qué es la sexualidad intimidad, especialmente con
Actitud sexual
y las sensaciones y
aquella persona de quien se
sentimientos que se generan
alrededor de este tema siente atraído.
Relaciones Unisexual. heterosexual pareja
Plan de vida “vago” “vago” metas claras
Conceptualización pensamiento concreto mayor capacidad capacidad de abstracción
Sistema de valores cuestionamiento egocéntrico idealismo
Tomado de la conferencia "Crecimiento y Desarrollo del Adolescente" impartida por el Dr. Alberto Morales en el Programa Seamos Mejores Padres y Madres. Escuela de

Orientación y Educación Especial. UCR. Adaptado por Carmen Cubero Venegas.

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Criterios para la definición de la adolescencia:
Para la comprensión integral del concepto adolescencia, se ha buscado definir el término
desde diferentes ángulos, considerando indicadores que permitan diferenciarlo de otras etapas
de la vida y darle una identidad y valor por sí misma. Estos términos son los llamados criterios.
Muchos de ellos se pueden reconocer en lo cotidiano, por ejemplo cuando se dice “qué grandes
vemos a los muchachos o a las muchachas”, este criterio responde a la valoración de parámetros de
crecimiento físico y por tanto se puede considerar como un criterio biológico.
Cuando hay referencia a cambios en el comportamiento que se percibe en expresiones
tales como “ahora los muchachos son más rebeldes o más malcriados que antes”, “ahora son más
desenvueltos”, o bien “son más independientes”, se usa un criterio psicológico para señalar
conductas que se cree son propias del período adolescente.
Si se dice que los niños son adolescentes o preadolescentes, porque ya tienen 10 años o 13
años, o bien que ya no es un chiquillo porque tiene 20 años, las personas utilizan un criterio
cronológico para determinar lo que es la adolescencia. Este criterio también es utilizado en
algunos servicios médicos, para discriminar la adolescencia de otros períodos de la vida y generar
criterios para la atención en salud, entre otros.
Se pueden utilizar criterios sociales cuando se hace referencia a las relaciones sociales,
entre ellos, al papel que cumplen los amigos en este periodo al adquirir un significado relevante
como agentes socializadores y contenedores de las inquietudes propias y naturales del periodo. El
grupo permite al adolescente reafirmar que sus apreciaciones personales son compartidas por
sus iguales. Un ejemplo de esto se da en cuando hay coincidencia al percibir a los adultos como
“ridículos” o “anticuados”. El grupo de iguales es siempre un referente.
El criterio legal lo encontramos en el uso de algunos parámetros que exigen el
cumplimiento de deberes y también el reconocimiento de derechos.
Estos criterios ayudan a identificar cómo se está comprendiendo la adolescencia. Autores
como Krauskopft (1983), Rodríguez (sf), Harrocks (1989), Grimber (1987), Craig (1997), Papalia, et.al
(2007), entre otros, han señalado que este periodo del ciclo evolutivo tiene características propias
que ayudan a reconocerlo como diferente a otros y además enriquece su comprensión. Estos
autores utilizan diversos criterios que se complementan en la búsqueda de esta visión integral. Es
importante señalar la coincidencia en la literatura de que la adolescencia no es una etapa de
transición, sino una etapa del ciclo vital con características y tareas propias, por lo que es un error
señalarla como “etapa de transición”. Esta invisibilización que se hace al negarle la condición vital a
la adolescencia provoca muchas de dificultades de comprensión de lo que se debe vivenciar y
resolver en este momento de la vida.

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Características psicológicas en la adolescencia
A continuación se destacan algunas de las características psicológicas que se han
sistematizado como propias del periodo adolescente, siguiendo la propuesta hecha por Rodríguez
(sf)
1.- Volatilidad y fluctuación de sentimientos
La primera de las características a las que se hace referencia es aquella
que tiene que relación con lo cambiante que es el adolescente en sus gustos,
en sus deseos, en lo que quiere hacer y ser. Como ejemplos de éstos podemos
citar el desear jugar fútbol, y a los pocos días ya el fútbol no tiene tanta
importancia y quiere aprender a tocar guitarra. Otro día una adolescente llora
desconsoladamente por un chiquillo que era el “amor de su vida” y a los pocos
días ya esa persona no es significativa para ella. La blusa que tanto gustaba, o los tenis que tanto
se querían ya hoy no tienen tanta relevancia.

Esta especial intensidad y volatilidad de sentimientos y su rápida fluctuación obedece a


que el o la adolescente está probando roles, está probando papeles sobre aquello que le
gustaría ser y por eso es tan cambiante.

Lo mismo es en las relaciones familiares, un día parece que adora a


todos, al día siguiente, pelea, y piensa que no quiere a nadie de esa familia y
que lo mejor será irse de la casa en la que no encuentra un “lugar aceptable”
para él Dice odiar a los hermanos, pero en lo cotidiano no puede estar sin
ellos.
Este tipo de comportamiento desconcierta mucho, sin embargo, se debe aprender a
comprender que en muchas ocasiones realmente en la adolescencia no se sabe aún lo que se
quiere y en otras ocasiones tampoco lo que se expresa refleja sus verdaderos sentimientos, muy a
menudo se les oye decir “esto no es lo que quería decir”, e incluso “esto no era lo que quería
hacer”. En la adolescencia se debe elaborar el proceso de comprensión de que, ni los adultos ni en
la vida se puede tener una total complacencia para todo aquello que se antoja o se desea.
2.- Necesidad de gratificación constante e inmediata:
Definitivamente a pesar de que las personas adolescente se ven con cuerpo
de adulto; (“tan grandotes”), están muy necesitados de que se les reconozca lo que
están sintiendo, a veces no solo mediante palabras sino con actos que les
demuestre y les ratifique el afecto que se les tiene. En muchas ocasiones pueden
llorar porque nadie los quiere, ofrecen ideas irracionales para sustentar esto, sin
embargo lo que realmente importa es que los adultos comprendan que en verdad

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están sintiendo que nadie los quiere y es necesario actuar en consonancia con esto, ayudándoles a
reafirmarse como personas importantes
El adolescente no puede tolerar la frustración con la misma capacidad que lo hace el adulto. El
niño tiene recursos que de alguna manera son justificados desde una perspectiva social: el
“diz que de chiquillo” no
berrinche, el llanto... etc. El adolescente se ve presionado para que estas conductas
sean presentadas, pero a la vez no tiene los recursos de los adultos para enfrentar los conflictos o
tomar decisiones en las cuales a veces se tiene que arriesgar algo para conseguir el fin.

Los adolescentes pareciera que “las quieren todas, ojalá maduras y en el suelo”, como
dice la fábula de Esopo. En gran medida esta situación se da por los cambios a nivel externo y
por las nuevas sensaciones que están experimentando. Les cuesta mucho esperar para satisfacer
sus necesidades.

Algunas de las conductas en que se puede reconocer esta característica


psicológica es por ejemplo cuando tiene hambre y pareciera que exigen que todos
tengan hambre a esa hora, no puede comprender cómo el resto de las personas
no tienen sus mismas necesidades. Espera una atención inmediata y de no ser así
podría razonar pensando que lo probable es que él no tiene nadie que lo quiera y
mucho menos a quien le importe.
3.- Incapacidad para evaluar las probables consecuencias de sus acciones:
Esta es quizá la característica psicológica que más angustia provoca en los adultos y
particularmente cuando éstos están en su papel de padres o de profesores comprometidos con el
desarrollo de los adolescentes.

En estudios realizados en nuestro país y en otros ámbitos, se encuentra que muchos


adolescentes tienen información sobre gran cantidad de cosas que les puede pasar si no siguen
las instrucciones adecuadas, por ejemplo con respecto a las drogas, a tener relaciones sexuales
tempranas, a hacer piques, a tomar licor, fumar, etc.

Cuando se conversa, por ejemplo, con un adolescente que consume


tabaco en cantidades suficientes como para pensar en que ha adquirido el
vicio, su primer respuesta es negar este hecho, aducir “que no es un vicioso
sino que el cigarro lo puede dejar en cualquier momento”, igual
respuesta dan con respecto a la droga, o piensan realmente que
no deben tomar ninguna precaución si deciden tener relaciones sexuales, porque a
ellas o a ellos no les va a suceder lo que a otras jóvenes. Este es un pensamiento
mágico, fantasioso que tienen respecto a sus capacidades.

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La dificultad para los adultos es que realmente se sabe que un error que se cometa en la
adolescencia puede traer grandes consecuencias que duran para toda la vida, no sucedía lo mismo
en la niñez cuando muchos de los errores de los niños y niñas son de consecuencias inmediatas y
muchas veces no trascendentales.
La ansiedad que viven los adolescentes ante sus cambios, en particular los físicos y las
demandas sociales, les ocasiona la dificultad para evaluar las probables
consecuencias de sus acciones. El papel del adulto en estos casos es facilitarles el
proceso de análisis que les permita que obtengan sus propias conclusiones, sin
tratar de imponer porque entonces reaccionan de inmediato diciendo que las
personas adultas son anticuadas, que no comprende lo que está pasando en la vida.
dispuestas a escuchar
La comunicación abierta, clara, respetuosa, aquella en que los y las adultas estén
lo que los muchachos y muchachas tienen que decir y ensenarles a cuestionar
constantemente lo que van a hacer, a autopreguntarse sobre lo que va a suceder, son
las mejores armas para enfrentar esta característica.
4.- Falla en el sentido de autocrítica
En estas edades se encuentra que hay un constante cuestionamiento a todo lo que hacen
las demás personas, por ejemplo, de un momento a otro, “el profesor pregunta en el examen solo
lo que él no estudió”, “la mamá se fija en los zapatos que dejó hoy tirados, pero no en que comió
bien”, “el papá se vuelve un viejo anticuado”, “la mejor amiga es una traidora”, etc.

Los adolescentes ven los errores o dificultades en los demás pero no logra darse cuenta
que en la relación humana siempre interviene más de una persona y entonces no puede darse
cuenta de sus propias contradicciones, ni incongruencias.

Algunas de sus conductas pueden hacerlo sentirse muy matón o matona para
decir que no importa lo que los demás piensen de él, conducta que podría ser
considerada como “muy madura”, sin embargo, al mismo tiempo no quiere asumir el
lavar los trastes porque ella todavía es una “chiquilla” para que le asignen esas tareas,
y esto en su mentalidad es perfectamente compatible. Para las personas adultas, estos
razonamientos no tienen ni pies ni cabeza. Se requiere tener claridad en los límites y en la relación
equitativa entre los derechos y los deberes de los adolescentes.
5.- Percepción y conciencia del mundo diferente a la del adulto:
Tanto los padres como los profesores se quejan de que a los y las adolescentes
parece no importarles las cosas que son verdaderamente importantes. Ellos
pueden seguir pensando en lo que consideran vital: el baile, la música, la fiesta y
menos atención le prestan a por ejemplo, la enfermedad del abuelo, en el trabajo
que tiene la madre en la casa y fuera de la casa.

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Para ellos el mundo se reduce a aquellas cosas que tienen que ver directamente con él. La
enfermedad del abuelo importa si de ésta depende el permiso para asistir a la fiesta, pero no si
es para irlo a cuidar.

Cuando tiene ya unos 17 ó 19 años, el mundo empieza a cobrar el mismo sentido que tiene para los
adultos.
Luego de analizar estas características, se puede recordar que todo lo anterior es parte de la
preparación para que el adolescente logre el desarrollo de su personalidad, definir su identidad y
vivenciar las tareas que son propias de esta etapa, las cuales se van a describir a continuación. El
resultado de este período adolescente está encaminado a la cristalización de una identidad sexual,
social y ocupacional propia.

Tareas en la adolescencia:
Como se mencionó el concepto tarea es acuñado por Havingurst desde el año 1962:55 y
se ha convertido en una definición clásica, se señala que “una tarea evolutiva ... surge en un
cierto período de la vida del individuo, cuya debida realización lo conduce a la felicidad y al
éxito en las tareas posteriores, y cuyo fracaso conduce a la infelicidad del individuo, a la
desaprobación de la sociedad y a la dificultad en el logro de tareas posteriores”. Considero que
esta propuesta permite, con fines prioritariamente didácticos, comprender el papel que la
adolescencia tiene en el ciclo evolutivo de todo ser humano.
Las tareas propias del periodo adolescente se han tomado de autores como Havinshuts
(1962), Krauskopf (1985 y 1995), Rodríguez (sf), Foulcart , Fernández (1974), Donas (1995), entre
otros, quienes mencionan de manera explícita o implícita la mayoría de ellas.
1.- Consolidar su propia identidad
La identidad se puede definir como aquello que hace que
la persona sea única e irrepetible, es el sentido de mismidad, de
ser uno mismo en forma continua y coherente, es el poder
responder con más o menos claridad a la pregunta “¿quién soy
yo?”, y poner como respuesta aquellos aspectos que se
considera, que de alguna manera definen lo que esa `persona
considera que es.

La identidad es un proceso que se construye continuamente y que permite que los


cambios que se producen a nivel interno y externo se puedan integrar.

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En la adolescencia esta es la principal tarea; el
adolescente debe estructurar un conjunto de
información sobre él mismo, integrarla y
consolidar una respuesta que le permita
identificarse como él mismo y, además,
diferenciarse de las demás personas, incluyendo
en este a sus iguales.
En esta búsqueda de respuesta a la pregunta
¿quién soy yo?, el adolescente debe probar
diferentes roles, diferentes papeles para poder
encontrar aquellos con los que se sienta mejor, así
por ejemplo no sabe si le va a gustar ser el payaso
de la clase o bien ser el serio de la clase que
siempre ha sido, por eso encontramos que de repente hacen cosas que consideramos que nunca
harían y que quizá no volverán a hacer.
Esta tarea es muy difícil para los adolescentes, les causa mucha
angustia. Conocen de alguna manera cuales son las normas sociales,
pero también han visto como esas normas sociales las personas adultas
las irrespetan, entonces no saben a ciencia cierta qué es lo que se espera
de ellos. En ocasiones cuando esas normas no están claras en el hogar, o
en el medio escolar, entonces empieza una carrera de ensayo y error que
es muy desgastadora para todos: los padres, las madres, el profesorado
y para los adolescentes mismos.
No se puede exigir al adolescente, que tenga un comportamiento
totalmente definido, ellos están acomodando y asimilando el ambiente
externo para conformar una personalidad más o menos definida que es la que se dice que tiene el
adulto.
La autoestima, es entendida como un proceso dinámico, definida como los senti mientos de valor que tiene
una persona acerca de sí misma. Es un proceso de autovaloración y autoevaluación constante que le permite
al individuo enfrentar tanto las cosas buenas como aquellas inadecuadas. Si la
autoestima es alta, entonces él o la joven va enfrentando la vida, si es baja lo
hace con muchos temores, inseguridades y angustias que le pueden impedir
un desarrollo adecuado.
No siempre esta tarea es resuelta adecuadamente, en muchas ocasiones la
difusión de identidad que como proceso natural experimenta el joven, pasa a
ser una confusión de su papel en el mundo y si no es reorientada a tiempo se

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genera una identidad negativa con la cual el joven al menos cumple con parte de la tarea que
definirse.
2.- Independencia psicológica de los padres
El desarrollo del pensamiento y del conocimiento en el adolescente lo lleva a ser muy crítico
como dijimos líneas arriba, y también le permiten ir creando su propio criterio de la vida.

En esta formación de criterios él debe decidir qué valores acepta y en qué forma, cómo los ha
visto funcionar en los adultos que han sido sus modelos y si esa forma le gusta y parece.
Descubre también cuáles son sus deberes y discrimina cuáles son los derechos de las demás
personas.
Este proceso lleva al o a la adolescente a separarse psicológicamente del padre y de la
madre y se produce un duelo en ambos. El padre siente que pierde el control
sobre su hijo y éste a su vez empieza a darse cuenta que ya no puede pensar
como papá o como mamá, porque ellos pertenecen a otra época. Y esto no
es fácil para el adolescente significa dejar la seguridad de la infancia. Esta
presión que sienten de alguna manera les obliga a tomar decisiones y estas
las encontramos en un amplio rango, desde el o la adolescente que quiere
dejar la familia de hoy a mañana, o bien el que lo hace muy despacio
(también están los que nunca lo hacen y ojalá estos sean los menos).
Muchos de ellos empiezan a manifestar hostilidad, poca cooperación como
una forma de buscar que todos estén pendientes de él, otros se vuelven melancólicos, no tienen
interés por nada y otros recurren a conductas que se conocen como de acting-out, o conductas de
actuación: fuman, toman, llegan tarde, etc.
La posición de la madre y el padre así como de otros adultos significativos es
fundamental, es muy difícil, pero sumamente importante. El apoyo que
pueden brindar en aquellos momentos en que los muchachos y muchachas
se acercan a la familia es vital para que puedan hacer consciente el conflicto
que está viviendo dentro de sí mismos y que pueda dimensionarlo mejor
internamente y un poco menos en relación con los mismos padres o el
mundo exterior. Más difícil aún es manejar la situación cuando los padre y
las madres ceden con demasiada facilidad, porque esto les suele generar también sentimientos
depresivos importantes, dado que el sentimiento que se genera es que “a mis padres no les
importo nada”.
Lo anterior suelen compartirlo muy bien con sus amigos que generalmente son de la misma
edad y que cumplen un poco el papel de victimarios de las personas adultas, todos están pasando
por lo mismo: tener que vivir con unos padres que no lo entienden.

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3.- Establecimiento de la relación de pareja
Es perfectamente normal y saludable que en la adolescencia se
busque una relación de pareja; en un principio es una relación más bien de
interés hacia el sexo opuesto, que casi de inmediato se acompaña de un
deseo de ser atractivo o atractiva, de parecer galán o de parecer bonita:
nada les queda bien, siempre dicen sentirse horribles, están sumamente
pendientes de su desarrollo físico, de lo que tienen los otros que yo no
tengo o bien que tengo yo que los demás no tienen, ambas cosas les causa
angustia.
Luego de esto viene el momento del enamoramiento, generalmente de
personas mayores que ellos, muchas veces inalcanzables y esto es muy importante
porque la fantasía cumple un papel en el desarrollo de la sexualidad del ser humano.
El enamorarse de algo en la práctica imposible pero en la fantasía posible hace que se
puedan ensayar una serie de papeles y explotar una serie de deseos que de todas maneras en la
realidad no puede hacerlo.

Poco a poco los chicos y las chicas empiezan a sentirse bien con los muchachos de su
misma edad y de sexo contrario y se inicia una exploración sexual tentativa y finalmente llegan a
permanecer más tiempo con alguna muchacha o muchacho con los que se sienten mucho más
cómodos

En la mayoría de los adolescentes encontramos una preocupación mayor por


tener la compañía del joven o de la joven sin llegar más allá, son en muchas
ocasiones las personas adultas los que están preocupadas por las cuestiones
sexuales y se piensa que ellos también lo están. Lo anterior no significa que al
adolescente se le debe dejar hacer lo que quieran. Se debe tener claridad con
ellos en forma directa y decir lo que se permite y lo que no en la familia o grupo
y de acuerdo a los valores y creencias, pero tampoco se debe asumir una
“posición de policía”, donde la muchacha o el muchacho no pueden hacer nada sin que cause
angustia a las personas adultas.
4.- Comprender y controlar los impulsos y los nuevos poderes de su cuerpo
La experiencia del adolescente temprano es que son niños y niñas dentro
de cuerpos muy grandes y que no le son familiares, esto les da mucho susto, la
mayoría de las veces no lo pueden integrar muy bien a la imagen mental que
tienen de sí mismos y entonces ellos mismos parecen no reconocerse.

Sus deseos personales, particularmente aquellos de índole sexual o agresiva les asustan
mucho y tienen sentimientos de extrañeza y vergüenza que se pueden manifestar en acciones

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motoras torpes, desordenados, poco cuidadosas con la higiene de su cuerpo, no conscientes de
su fuerza, etc.

En este sentido el papel del adulto, particularmente el del padre y la madre, así como del
profesorado es fundamental en la creación de espacios de diálogo en los cuales el adolescente
pueda expresar sus temores y necesidades de información. El grupo de pares en el cual el
adolescente puede compartir esos sentimientos también es muy importante.
5.- Elección vocacional
Esta es otra de las grandes tareas que tiene en la adolescencia,
realizar su plan de vida en el cual esté integrado todo lo que está
relacionado con la proyección futura de su vida. Elegir una carrera en la
cual estén presentes sus gustos, sus preferencias y un adecuado
bienestar no es tarea fácil.
El sistema educativo debe brindar al y la adolescente la
posibilidad de explorar sus habilidades y destrezas con el fin de que su
autoconocimiento le permita una toma de decisión vocacional
adecuada. Por otra parte se debe facilitar información sobre el
mercado laboral y el mundo del trabajo.

La búsqueda del equilibrio entre lo que el adolescente puede hacer y lo que el medio le
permite es un aspecto que no puede dejarse de lado.

Cada vez es más difícil y competitivo incorporarse al medio laboral, por eso la preparación
del adolescente en este campo es crucial, de esto depende el estilo y calidad de vida futura.

Bibliografía consultada
Bartolomeis F. (1982) La psicología del adolescente y educación. Roca Pedagogía. México
Bee y Mitchell (1984) El desarrollo de la persona. Editorial Harla. México.
Castillo, Gerardo. (1984) Tus hijos adolescentes. Editorial EUNSA. España.
Comisión Nacional de Atención a la Adolescencia. Adolescencia. Caja Costarricense de Seguro Social. San José,
Costa Rica. Antología Primera, Segunda, Tercera y Cuarta.
Fernández, O. (1974) Abordaje Teórico y Clínico del adolescente. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires.
Grinber (1992) Adolescencia. Editorial Limusa. México.
Havinhurst J. (1962) Psicología Social de la Adolescencia. OEA. Washington.
Horrocks D. (2006) Psicología de la adolescencia. Editorial Trillas México. Reimpresi
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Revisado agosto 2011

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