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Se puede decir por analogía que el SARA es la "planta eléctrica" del sistema nervioso central y por
ende del cuerpo humano ya que todos los organos reciben directa o indirectamente una actividad
eléctrica neuronal que los mantiene activos.
La actividad eléctrica de las células (todas en general) se debe en parte a la diferencia de iones en
su interior con relación al exterior de la membrana e incluso células vegetales poseen ese potencial
eléctrico (unos 60 micro volts). Un experimento usual en fisiología es hacer una batería con papas y
dos laminillas de zinc y cobre. En el ser humano todas sus células poseen este potencial pero solo
las del sistema reticular alcanzan 150 micro volts y tienen periodicidad (es una corriente alterna).
Solo el corazón posee unas neuronas en forma de un nodo (sino auricular) que también poseen
estas características de forma tal que el SARA puede estar totalmente apagado ("off")y el corazón
queda latiendo gracias a este "marcapaso" sino auricular (un experimento usual en neurofisiología
es extraer el corazón a un sapo y colocarlo en suero fisiológico: dura horas latiendo). Las anguilas
eléctricas son capaces de almacenar en sus células musculares (no neuronas) un voltaje "en serie"
que puede llagar a 300 voltios (no micro voltios) y así paralizar a su presa o defenderse del
depredador. En el encéfalo la actividad eléctrica del SARA se puede detectar gracias a la aplicación
de electrodos en el cuero cabelludo y mediante un amplificador de corrientes y un filtro (que
separa las corrientes provenientes de la piel, músculos del temporal y frontal y hasta del corazón)
se obtienen dos tipos de ondas o corrientes eléctricas: una alfa (de hasta 150 microvoltium) y otras
beta (de menor voltaje). Una persona puede tener solo ondas alfa, otras solo beta y otras ambas.
Este registro es el llamado electroencefalograma (EEG) y cuando se vuelve plano (cero voltios) se
dice que es isoeléctrico e indica total parálisis del SARA (off) lo que se conoce como MUERTE
CEREBRAL.
La investigación en neurociencia ha puesto de manifiesto, que una cierta parte del cerebro llamada
sistema activador reticular es responsable de muchas de las funciones cognitivas relacionadas con
la toma de conciencia. Esto fue revelado a través del estudio de los cerebros de los mamíferos, en
los que esta área es una característica exclusiva. Vamos a explorar el lugar, la estructura y las
funciones que se atribuyen a esta área del cerebro.
Ubicación y estructura
El sistema de activación reticular conecta las partes inferiores del cerebro, que es el tronco del
encéfalo, a la corteza cerebral a través de diversas vías neurales. El tronco cerebral controla la
mayor parte de las funciones involuntarias, así como los reflejos del cuerpo, mientras que la
corteza cerebral es el asiento de la conciencia y las capacidades cognitivas. Por lo tanto, el sistema
forma un vínculo entre estas dos regiones diferentes. Es un puente entre el cerebro superior y la
parte inferior del cerebro.
Los estudios han revelado que hay dos partes más importantes del sistema de activación reticular
(SAR). Uno es el sistema ascendente (que tiene conexiones con la corteza cerebral, el hipotálamo y
el tálamo) y el otro es el sistema descendente (que está conectado con el cerebelo y muchos
nervios sensoriales). Una gran parte del sistema consta de las partes del cerebro que son
responsables de los instintos de supervivencia. Por lo tanto, tiene una profunda conexión con las
funciones de la conciencia del cerebro. Las partes principales que constituyen el SAR son los
siguientes:
Las funciones del SAR son controlados por ciertos colinérgico (relacionado a la acetilcolina) y
adrenérgicos (relacionada con la adrenalina) neurotransmisores.
c- Características de cada sistema neurohormonal.
El sistema endocrino o también llamado sistema de glándulas de secreción interna es el conjunto
de órganos y tejidos del organismo, que segregan un tipo de sustancias llamadas hormonas, que
son liberadas al torrente sanguíneo y regulan algunas de las funciones del cuerpo. Es un sistema de
señales similar al del sistema nervioso, pero en este caso, en lugar de utilizar impulsos eléctricos a
distancia, funciona exclusivamente por medio de sustancias (señales químicas). Las hormonas
regulan muchas funciones en los organismos, incluyendo entre otras el estado de ánimo, el
crecimiento, la función de los tejidos y el metabolismo, por células especializadas y glándulas
endocrinas. Actúa como una red de comunicación celular que responde a los estímulos liberando
hormonas y es el encargado de diversas funciones metabólicas del organismo. Los órganos
endocrinos también se denominan glándulas sin conducto o glándulas endocrinas, debido a que
sus secreciones se liberan directamente en el torrente sanguíneo, mientras que las glándulas
exocrinas liberan sus secreciones sobre la superficie interna o externa de los tejidos cutáneos, la
mucosa del estómago o el revestimiento de los conductos pancreáticos.
Las hormonas secretadas por las glándulas endocrinas regulan el crecimiento, el desarrollo y las
funciones de muchos tejidos, y coordinan los procesos metabólicos del organismo. La
endocrinología es la ciencia que estudia las glándulas endocrinas, las sustancias hormonales que
producen estas glándulas, sus efectos fisiológicos, así como las enfermedades y trastornos debidos
a alteraciones de su función.
El sistema endocrino está constituido por una serie de glándulas carentes de ductos. Un conjunto
de glándulas que se envían señales químicas mutuamente son conocidas como un eje; un ejemplo
es el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal. Las glándulas más representativas del sistema endocrino
son la hipófisis, la tiroides y la suprarrenal. Las glándulas endocrinas en general comparten
características comunes como la carencia de conductos, alta irrigación sanguínea y la presencia de
vacuolas intracelulares que almacenan las hormonas. Esto contrasta con las glándulas exocrinas
como las salivales y las del tracto gastrointestinal que tienen escasa irrigación y poseen un
conducto o liberan las sustancias a una cavidad.
Aparte de las glándulas endocrinas especializadas para tal fin, existen otros órganos como el riñón,
hígado, corazón y las gónadas, que tiene una función endocrina secundaria. Por ejemplo el riñón
segrega hormonas endocrinas como la eritropoyetina y la renina.
Las hormonas son sustancias químicas localizadas en las glándulas endocrinas. Básicamente
funcionan como mensajeros químicos que transportan información de una célula a otra. Por lo
general son liberadas directamente dentro del torrente sanguíneo, solas (biodisponibles) o
asociadas a ciertas proteínas (que extienden su vida media) y hacen su efecto en determinados
órganos o tejidos a distancia de donde se sintetizaron, de ahí que las glándulas que las producen
sean llamadas endocrinas (endo dentro). Las hormonas pueden actuar sobre la misma célula que la
sintetiza (acción autocrina) o sobre células contiguas (acción paracrina) interviniendo en el
desarrollo celular.
Tipos de comunicación
1. Paracrina : las células liberan sustancias químicas que se extienden a través del líquido
extracelular hasta otras células que se encuentran cerca.
2. Endocrina : las hormonas endocrinas se liberan en el torrente sanguíneo, donde
potencialmente pueden dar lugar a una respuesta en casi todas las células del cuerpo;
pueden moverse por todo el cuerpo en el sistema circulatorio en unos cuantos segundos.
Funciones
1. Intervienen en el corazón.
2. Se liberan al espacio extracelular.
3. Se difunden a los vasos sanguíneos y viajan a través de la sangre.
4. Afectan tejidos que pueden encontrarse lejos del punto de origen de la hormona.
5. Su efecto es directamente proporcional a su concentración.
6. Independientemente de su concentración, requieren de adecuada funcionalidad del
receptor, para ejercer su efecto.
7. Regulan el funcionamiento del cuerpo.
Veamos qué aportan los neurofisiologías House y Pansky para conocer la función del hipotálamo:
4. Regulación de la presión arterial. Cuando sus cambios son iniciados por factores emocionales,
el hipotálamo siempre está involucrado. Entonces éste influye sobre el centro vaso presor bulbar,
el cual, a través de los haces retículo espinales eleva la presión de manera estable acelerando el
corazón y produciendo vasoconstricción mesentérica. Ésta es la historia de la inmensa mayoría de
las hipertensiones, condicionadas también por los factores nutricionales que engrosan las
membranas basales constituyendo un factor de resistencia extra.
5. Control del apetito. La indudable participación del hipotálamo en la regulación del apetito, le
otorga una importancia decisiva para entender los cuadros de anorexia y bulimia como dos
extremos que exceden los rangos normales de activación.
Además del hipotálamo, las otras regiones importantes del sistema límbico son: la formación del
hipocampo, el área septal, la amígdala cerebral y el giro del cíngulo. Pero cuando se acepta que
estructura límbica es toda aquélla que se encuentra íntimamente vinculada al hipotálamo, llega el
momento de incluir las cortezas piriforme, endorinal, olfatoria y prefrontal. Es bueno hacer un
esfuerzo para no perderse en la pura terminología, requisito para acceder al conocimiento de las
decisivas funciones que otorgan sentido a las estructuras nerviosas mencionadas, y cuya disfunción
explica casi toda la patología humana. Los mismos neurocientíficos mencionados (House y Pansky)
nos aclaran la función principal conocida de estas estructuras del cerebro límbico, aclarando que
hacemos sólo una síntesis que nos permita obtener conclusiones claras.
2. Área septal. Se encuentra tan vinculada al hipocampo que comparte la regulación de la rabia,
la conducta agresiva y la modulación de la actividad endocrina a través del eje hipotálamo-
hipofisario. Pero hay un agregado esencial: aquí residen las sensaciones bipolares básicas de placer
y displacer, así como el erotismo, el cortejo, la procreación y la erección del pene y el clítoris.
3. Amígdala cerebral. Según el sitio que se estimule de la amígdala pueden lograrse reacciones
de extremo amansamiento o agresividad defensiva. Se incluyen, aumentadas, las mismas funciones
que ya hemos visto: agresión, rabia, control de la actividad “autónoma” del neurovegetativo y del
sistema endocrino. Uno de los efectos de las lesiones amigdaloides es conocido con el nombre de
síndrome de Kluver-Bucy, el cual se caracteriza por hipersexualidad, cambio en los hábitos
dietéticos, disminución del miedo hacia los objetos o personas que antes lo producían, tendencia a
explorar y a contactar oralmente objetos incomibles y agnosia visual. Este síndrome se produce
cuando se destruyen los sitios de la amígdala (complejo basolateral) que normalmente facilitan la
expresión de tendencias agresivas, o cuando se eliminan los impulsos aferentes a esta región del
lóbulo temporal inferior. Es interesante saber que la excéresis quirúrgica de porciones de la
amígdala en pacientes agresivos que presentan epilepsia del lóbulo temporal, produce una
disminución general de la conducta explosiva, agresiva e hiperactiva. La estimulación eléctrica en
seres humanos provoca diferentes clases de sentimientos y estados de ánimo como alivio,
relajación, desinterés, necesidad de ser por uno mismo y una sensación placentera. A nivel del
sistema autónomo refuerza el efecto parasimpático, lo cual se traduce por disminución de los
movimientos respiratorios, micción y dilatación pupilar (midriasis). Se sabe también que la
amígdala modula la ingesta de alimentos y agua, funciones normalmente asociadas con el
hipotálamo. La porción medial facilita la ingesta, mientras que la basolateral la inhibe. A nivel
endócrino, está demostrada la abundante concentración de estrógenos en la amígdala, tanto que
su estimulación medial puede producir ovulación, mientras que actuando sobre la porción
basolateral se induce la secreción de hormona del crecimiento y ACTH (adrenocorticotrofina). En
consecuencia, los dos componentes anatómicos mayores de la amígdala parecen mantener una
influencia diferencial sobre una variedad de funciones asociadas con el hipotálamo.
Corteza prefrontal y giro cingular anterior. La corteza prefrontal se relaciona funcionalmente con
procesos emocionales e intelectuales y sus lesiones producen variaciones en la conducta agresiva,
pero la estimulación eléctrica siempre ocasiona una inhibición de la agresión. Este conocimiento
produjo, en 1936, una técnica bastante salvaje conocida como lobotomía prefrontal (extirpación
de la corteza prefrontal), utilizada para tratar la agresividad de algunos psicóticos y de cuadros
dolorosos intratables. La electro-estimulación ocasiona inhibición de la ingestión de alimentos, de
los movimientos respiratorios, alteraciones de la presión arterial, inhibición de la motilidad gástrica
y elevación de la temperatura de las extremidades. En humanos con tumores o lesiones de bala,
parece existir un déficit tanto perceptual como intelectual. Se ha sugerido que los trastornos del
lóbulo frontal pueden ser caracterizados como un “desarreglo en la programación de la conducta”.
Estos individuos parecen perder de vista el propósito de sus acciones y la intención de sus
objetivos. En cuanto a la corteza del giro cingular anterior, los tumores en esta región han sido
asociados con un aumento de la conducta agresiva, mientras la estimulación eléctrica es
responsable de paro respiratorio, caída de la presión arterial y disminución de la frecuencia
cardíaca.