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índice................................................................................................................................................1
A) objetivos...................................................................................................................................3
B) introducción..............................................................................................................................3
C) marco teórico............................................................................................................................3
3 Probabilidad de Fallo.......................................................................................................20
4.2 Salud..........................................................................................................................42
EJEMPLO DE APLICACIÓN.............................................................................................................52
1
2 Desarrollo del estudio......................................................................................................58
3 Resultados.......................................................................................................................204
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MANTENIMIENTO BASADO EN EL RIESGO
A) OBJETIVOS
Para poder aprovechar el diseño de esta plantilla, use la galería de estilos de la pestaña Inicio. Puede dar
formato a los encabezados mediante los estilos de encabezado o resaltar texto importante con otros estilos,
como Énfasis o Cita destacada. Estos estilos ya vienen preparados para ofrecer el mejor aspecto juntos y para
ayudarle a comunicar sus ideas.
B) INTRODUCCIÓN
La estrategia del Mantenimiento basado en el riesgo tiene por objetivo reducir el riesgo general de
fallas catastróficas de las instalaciones operativas.
A) MARCO TEÓRICO
El valor cuantitativo de los riesgos se utiliza para dar prioridad a la inspección y mantenimiento.
MBR sugiere un conjunto de recomendaciones sobre cuántas tareas preventivas (incluido el tipo, los
medios y de tiempo) se van a realizar.
Es un proceso que identifica, evalúa y realiza un mapeo de los riesgos industriales , los cuales
pueden comprometer la integridad del equipo.
La Inspección basada en Riesgos (RBI) trata sobre riesgos que pueden ser controlados a través de
inspecciones y análisis apropiados.
Durante el proceso de Inspección basada en Riesgos (RBI), los ingenieros diseñan estrategias de
inspección (qué, cuándo, cómo inspeccionar) que coinciden de la manera más eficiente con los
mecanismos de degradación.
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1 METODOLOGÍA DE IMPLEMENTACIÓN
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ESQUEMA DE EVALUACIÓN DE RIESGOS
5
Un prerrequisito para implementar este esquema es obtener una jerarquíía de la
planta bien adaptada que facilite la identificacioí n de funciones, mecanismos de
degradacioí n y fallos.
El primer paso es definir una jerarquíía teí cnica para los equipos de la
planta. La jerarquíía teí cnica es un desglose jeraí rquico de la planta.
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Varios estaí ndares industriales proporcionan guíías sobre como desarrollar
la jerarquíía teí cnica de la planta:
La ISO 14224 (Estaí ndar OREDA) Proporciona una guíía para las
industrias petrolííferas y las de gas natural.
KKS Kraftwerk Kennzeichen System, es un sistema de
identificacioí n para plantas de generacioí n de energíía eleí ctrica
(Alemanas y danesas)
La ISO 3511 es un estaí ndar para la medida y el control de
equipos usados en los procesos industriales.
Los estaí ndares tambieí n definen líímites funcionales para algunos sistemas y
componentes como sistemas de seguridad, bombas, compresores,
turbinas, etc. La definicioí n de líímites funcionales para equipos auxiliares es
maí s complicada ya que no existe una praí ctica aceptada para estos. Esto
varíía seguí n el sector industrial, el ambiente, el contexto operativo, etc.
Es posible definir la funcioí n en cada nivel en la jerarquíía teí cnica. Para el caso
del anaí lisis RBM (Risk-Based Maintenance o Mantenimiento Basado en el
Riesgo) los niveles maí s utilizados son Sistema, Subsistema, Equipo,
Componente o Elemento.
1.1.1 Subfunciones
Si un elemento o componente tiene maí s de una funcioí n, se le podríían asignar
subfunciones. Las subfunciones pueden cubrir aspectos como:
Integridad medioambiental
Integridad estructural/seguridad
Control/contenido/confort
Proteccioí n
Apariencia
Economíía/eficiencia
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Funcionamiento Bombear el medio Transmitir potencia Almacenar el
desde la entrada desde un punto A medio a una
estándar
hasta la salida a un punto B presión de X Bar
Almacenar el
medio dentro de
la bomba
(aspectos
económicos, de
Modos de fallo
Una vez que se ha establecido la jerarquíía teí cnica y que las funciones de
cada sistema, subsistema y componente han sido definidas, se deben
identificar los modos de fallo.
Si la jerarquíía teí cnica y las funciones han sido bien elegidas resultaraí
sencillo listar los modos de fallo.
Para fallos que presentan un alto riesgo puede resultar eficiente a nivel de
costes, desarrollar un anaí lisis de los mecanismos de fallo. El modo de fallo maí s
comuí n considerado en el RBM, son las fugas externas. En este caso el anaí lisis
se hace basaí ndose en los mecanismos de danñ o y en la causa raííz, los cuales son
herramientas muy uí tiles para descubrir el lugar de la fuga.
Tanque a
presión
Bomba Transmisión
• Fallo al arrancar
• Fallo de transmisión de
• Fuga externa
potencia
• Vibración
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anaí lisis, para cada modo de fallo se deben listar todas las posibles causas
de fallo.
Se debe tener en cuenta que los fallos maí s importantes son a menudo
aquellos para los que no estaí preparada una organizacioí n. La metodologíía
RBM busca prever estos fallos.
La lista de causas de fallo deberaí incluir todas las causas probables para
identificar los modos de fallo, incluyendo aspectos como desgaste o
deterioro, impacto de los factores humanos, disenñ o, etc. Los factores humanos
son muy importantes ya que la falta de preparacioí n o incluso el
desconocimiento son una fuente muy importante de fallos.
9
[Escriba aquí]
10
[Escriba aquí]
•Retorcimiento del
Fuga en el cojinete por carga
“stuffing box” o inapropiada sobre él
caja de
Ensamblaje o
empaquetado
incorrecto del
“stuffing box”
o caja de
empaquetadur •Factor Humano Fall • Deterioro del material
a o en
Fuga en el sellado •Deterioro del el
mecánico material
11
[Escriba aquí]
•Deterioro del
material
•Presión errónea en
Sellado presurizado los cojinetes
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[Escriba aquí]
El modelo “Bow tie” identifica mediante un aí rbol de fallos los posibles accidentes,
circunstancias y eventos que conducen a un riesgo y mediante un aí rbol de
eventos muestra las consecuencias y las aí reas de danñ o a las que conducen los
posibles eventos.
Modelo “Bow-tie”
13
[Escriba aquí]
El anaí lisis mediante aí rbol de fallos o Fault Tree Anaí lisis (FTA) se utiliza para
describir como un mecanismo de degradacioí n puede conducir a un modo de fallo.
Esta teí cnica de anaí lisis de riesgos ha sido tradicionalmente utilizada por instalaciones
nucleares, aeronaí uticas y espaciales, extendieí ndose posteriormente su empleo a la
evaluacioí n de riesgos de otras industrias como la quíímica, electroí nica,
petroquíímica, etc..
Se trata de un meí todo deductivo de anaí lisis que parte de la previa seleccioí n de un
suceso o evento no deseado, sea eí ste un accidente de gran magnitud (explosioí n,
fuga, derrame, etc.) o sea un suceso de menor importancia (fallo de un sistema de
cierre, etc.) para averiguar en ambos casos los oríígenes de los mismos.
14
[Escriba aquí]
Para ser eficaz, el aí rbol de fallos debe ser elaborado por personas profundamente
conocedoras de la instalacioí n o proceso a analizar y que a su vez conozcan el
meí todo y tengan experiencia en su aplicacioí n, por lo que, si se precisa, se deberaí n
constituir equipos de trabajo pluridisciplinarios (teí cnico de seguridad, ingeniero
del proyecto, ingeniero de proceso, etc.).
15
[Escriba aquí]
Puerta “O”
E1 E2
S
Puerta “Y”
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1.2 ANÁLISIS CON ÁRBOL DE SUCESOS
El anaí lisis mediante aí rbol de sucesos o eventos o Event Tree Anaí lisis (ETA) se
utiliza para combinar varias consecuencias diferentes de un modo de fallo con una
consecuencia tíípica o esperada. Por ejemplo, la consecuencia econoí mica asociada
a una fuga en un tanque, depende fuertemente del tamanñ o de la fuga, de si hay
ignicioí n, etc. El aí rbol de eventos se usa en este caso para determinar una
consecuencia econoí mica tíípica asociada a una fuga.
Esta teí cnica del aí rbol de sucesos, desarrolla un diagrama graí fico secuencial
a partir de sucesos "iniciadores" o desencadenantes de incidencia significativa
y por supuesto, indeseados, para averiguar todo lo que puede acontecer, y en
especial, comprobar si las medidas preventivas
existentes o previstas son suficientes para
limitar o minimizar los efectos negativos.
Evidentemente tal suficiencia vendraí
determinada por el correspondiente anaí lisis
probabilíístico que esta teí cnica tambieí n
acomete.
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2. Identificación de sucesos iniciales de interés
Consiste en la elaboracioí n de una lista de sucesos iniciadores lo maí s completa
posible, de acuerdo al alcance del anaí lisis. Dicha lista se puede realizar a
partir de:
Asíí por ejemplo, una fuga de gas inflamable, podríía originar diversas
consecuencias finales adversas como: explosioí n BLEVE, deflagracioí n de nube
no confinada, bola de fuego, dispersioí n segura. Todas ellas habríían en
principio de ser reflejadas en el aí rbol.
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Muchas consecuencias desarrolladas a traveí s de las diferentes ramas del aí rbol
seraí n similares (por ejemplo, una explosioí n puede ser la consecuencia de
diversos sucesos en los que esteí n implicados sustancias inflamables o
explosivas). Por ello las respuestas finales indeseadas deben ser clasificadas
de acuerdo al tipo de modelo de consecuencias que debe ser estudiado para
completar el anaí lisis.
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1.3 MODELO “BOW TIE”
Este meí todo estaí maí s orientado al control del riesgo que a un anaí lisis cuantitativo
detallado de este.
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es decir, que el aí rbol de fallos y el aí rbol de sucesos ha sido dibujado. Entonces se
pueden definir los diferentes escenarios para el correspondiente modo de fallo,
trazando diferentes rutas desde la causa raííz/mecanismo de danñ o hasta la
consecuencia en el modelo “Bow-tie”.
▪ Escenario creíble peor: Combina un mecanismo de danñ o/causa raííz dado con
la consecuencia maí s severa a la que el mecanismo de danñ o podríía conducir.
▪ Escenario esperado: Combina el mecanismo de danñ o/causa raííz con la
consecuencia esperada o maí s tíípica a la que el mecanismo de danñ o podríía
conducir.
Se recomienda que el riesgo asociado a un modo de fallo sea determinado,
evaluando primero el escenario esperado. La probabilidad de fallo asociada
con el mecanismo de degradacioí n o causa raííz (PdF degr) se combina entonces con
la consecuencia de fallo esperada (CdF Esperada), la cual se determina seguí n se
explica maí s adelante.
El punto clave en esta definicioí n es que la evaluacioí n del riesgo estaí basada en la
relacioí n entre la evaluacioí n de la probabilidad del fallo y la evaluacioí n de sus
consecuencias.
1 PROBABILIDAD DE FALLO
Por estos motivos, los estudios de fiabilidad adquieren cada vez mayor relevancia
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en la actividad de prevencioí n de los teí cnicos de seguridad y en general de los
responsables de procesos u operaciones que puedan desencadenar situaciones
crííticas.
En esta seccioí n se exponen los meí todos maí s comunes para la evaluacioí n de las
probabilidades de fallos, asíí como sus debilidades y puntos fuertes. Tambieí n se
describe como aplicar los meí todos propuestos para la evaluacioí n praí ctica de la
PdF durante el anaí lisis.
En la seccioí n 1 se mostraba como desarrollar la jerarquíía teí cnica para una planta
y como identificar las funciones, los modos de fallo, las causas de fallo y las causas
raííz.
Una vez se hayan identificado los modos de fallo (para los componentes activos) y
los mecanismos creííbles de degradacioí n para los componentes estaí ticos, el primer
paso en la evaluacioí n del riesgo es determinar la probabilidad de fallo (PdF).
El intervalo de tiempo deberaí ser fijo durante todo el anaí lisis (si no se hace asíí,
los riesgos no podraí n ser comparados entre ellos o seguí n alguí n otro criterio de
aceptacioí n).
1.1 TASA DE
FALLOS. MECANISMOS DE DEGRADACIÓN
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fallos para definir este concepto.
Antes de definir la tasa de fallos, hagamos un repaso a los conceptos baí sicos de
fiabilidad:
f (t )dt
P(a T b)
dF (t )
f (t )
DT
Se llama vida media o tiempo medio hasta el fallo (Mean Time To Failure o
MTTF) de un dispositivo a la esperanza de la variable aleatoria T.
La vida media determina el tiempo de duracioí n esperada de un dispositivo:
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MTTF ET t
0
f (t )dt R(t ) dt
(t2 t1 )R(t1 )
R(t1 ) R(t2 )
R(t1 )
A 4
%
B 2
%
C 5
%
D 7
%
E 14
%
F 68
%
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La razoí n de que el 68% de los componentes sigan la curva del modelo F es
probablemente que los equipos se reemplazan antes de finalizar su vida uí til o que
estos son sometidos a una reparacioí n o mantenimiento severo.
Estos datos muestran la importancia que tiene el tener en cuenta las tasas de
fallos de los equipos a la hora de elaborar un plan de mantenimiento o
inspeccioí n. Si la tasa de fallos sigue el modelo F, entonces las actividades de
mantenimiento preventivo no son eficaces ya que no previenen los fallos.
Los equipos estaí ticos siguen fundamentalmente los patrones “A” o “F”, aunque
existen pocos datos estadíísticos. Para muchos mecanismos de degradacioí n el
modelo maí s comuí n es aplicar un patroí n como el de tipo “C”, donde la tasa de fallos
aumenta en funcioí n del tiempo de operacioí n.
Este patroí n de fallo, llamado “curva de banñ era”, es realmente una combinacioí n de dos
patrones de fallo diferentes, uno de los cuales contiene mortalidad infantil y el
otro muestra una probabilidad de fallo que aumenta con la edad. Incluso se puede
considerar un tercer perííodo (la parte central de la banñ era) donde se produce
fallos de manera aleatoria.
Patrón de fallo
“B”
Este patroí n de
fallo muestra
una
probabilidad de fallo constante o en ligero aumento y una zona final de
agotamiento donde la probabilidad de fallo aumenta raí pidamente.
Un elemento que tenga que desarrollar una funcioí n, la cual le someta a un estreí s
o fatiga iraí deteriorando su resistencia a dicho estreí s hasta un punto en el cual, el
elemento ya no puede desarrollar el rendimiento esperado y por tanto falla. Se
suele relacionar la exposicioí n total a la fatiga con la vejez del elemento. Esta
conexioí n entre fatiga y tiempo sugiere que debe haber una relacioí n directa entre
el deterioro y la vejez de un componente y por tanto el punto en el que falle
dependeraí de su vejez. En elementos que se rigen seguí n este patroí n de fallos, se
comprueba que elementos ideí nticos trabajando en condiciones iguales tienden a
fallar alrededor de un valor denominado “vida media” de los componentes.
Aunque no es inusual que aparezcan elementos que fallan de manera prematura.
Se aprecia en la Figura 29, que la palabra “vida” puede tener dos significados
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diferentes. La primera seríía “Tiempo medio entre fallos o MTBF”, lo cual indica la
vida media de los componentes. La segunda estaríía marcada por el punto en el
cual se produce un incremento importante de la probabilidad condicionada de
fallo. Esta se denomina “vida uí til” del componente.
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Patrón de fallo “C”
Este patroí n muestra una probabilidad de fallo creciente durante todos los
perííodos, pero sin alcanzar un punto en el que se pueda considerar al elemento
como “desgastado”.
Sin embargo, esto no quiere decir que el mantenimiento en condicioí n se use solo
en componentes que fallan de manera aleatoria. Tambieí n se puede aplicar a
elementos que fallen en relacioí n a su tiempo de uso.
Los modelos estadíísticos que maí s comuí nmente se utilizan para modelar el tiempo
transcurrido hasta el primer fallo (tasa de fallos vistas en el apartado anterior)
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son:
Distribucioí n Exponencial
Distribucioí n de Weibull
Modelos basados en la tasa de degradacioí n (Modelos fíísicos)
h(t ) cte
Una tasa de fallos constante significa que, para un dispositivo que no haya fallado
con anterioridad, la probabilidad de fallar en el siguiente intervalo infinitesimal es
independiente de la edad del dispositivo. Por tanto, las etapas de vida uí til de los
patrones de tasas fallos vistos con anterioridad que presenten un h(t) =cte se
pueden ajustar a una distribucioí n exponencial.
La tasa de fallos λ es el paraí metro que caracteriza a esta distribucioí n. Este valor
es la inversa del tiempo medio que transcurre hasta el fallo (o entre dos fallos
consecutivos, MTBF, si el dispositivo sigue funcionando):
= MTBF = 1/λ.
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Distribución
de Weibull: Se ha comentado anteriormente que la distribucioí n exponencial se
utiliza a menudo para modelar los tiempos de fallo cuando la tasa de riesgo (h(t)) es
constante. Si, por el contrario, la probabilidad de fallo varíía con el tiempo, resulta
maí s apropiada una Weibull (de hecho la exponencial puede verse como un caso
particular de la Weibull).
El meí todo no determina cuaí les son las variables que influyen en la tasa de fallos,
tarea que quedaraí en manos del analista, pero al menos la distribucioí n de
Weibull facilitaraí la identificacioí n de aquellos y su consideracioí n, aparte de
disponer de una herramienta de prediccioí n de comportamientos.
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La Weibull es tan flexible que, eligiendo adecuadamente sus paraí metros, permite
describir las tres etapas de la funcioí n tasa de fallos (curva de la banñ era). Esta
distribucioí n viene caracterizada por dos paraí metros: (escala) y β (forma). Su
f.d.p. es:
32
[Escriba aquí]
Otra forma de evaluar las probabilidades de fallo, puede ser víía asesoramiento
experto. Este proceso consiste en un equipo de trabajo encargado de encontrar
respuestas a preguntas como:
Cual es el valor del “Tiempo Medio Hasta el Fallo” o “Tiempo Medio Entre
Fallos (MTBF)” para un cada elemento, considerando una estrategia de
mantenimiento e inspeccioí n dada.
Con queí frecuencia ocurre un fallo del tipo X considerando una estrategia de
mantenimiento e inspeccioí n dada.
El MTBF depende de las acciones de inspeccioí n y mantenimiento a las que el
elemento este sometido. El reto para el equipo del RBM seraí evaluar las diferentes
estrategias que afectan a la probabilidad de fallo del elemento.
33
[Escriba aquí]
PdFT 1 e
PdFT 1 eT T
34
3.3 Tabla Resumen de los Métodos Usados para Evaluar las Pdf
Modelo de Poisson
n
P( X x) p x (1 p)n x
Componente
standby que falla
cuando es x
requerido para
SSiieennddoo : x 00,,11,,......,, n
funcionar (failure to Número de sucesos de fallo
start) n : NNúúmmeerroo de x, del número total de
rreeqquueerriimmiieennttooss X :
NNúúmmeerroo aalleeaaoorriioo
requerimientos N
de ffaallllooss p :
PPrroobbaabbiilliiddad de
“Tasa de fallos standby” o “standby Número de sucesos de
failure rate” fallo x, durante el tiempo
Componente total de standby T
standby que falla
mientras está en
ttest
estado standby o 1e
entre una
inspección y la p1
siguiente
ttest
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Tipo de suceso Modelo de probabilidad utilizado Datos necesarios
Modelo exponencial
t
f ( x) 1 e t
Componente que Número de fallos
siendo λ: tasa de fallos cte t:
falla mientras está Tiempo de operación ocurridos en el tiempo
en operación total de operación T
Indisponibilidad
de un
componente Duración media de la
debido a p inspección y tiempo entre
inspección inspecciones
Tinspección
Indisponibilidad de
un componente
debido a Tiempo total fuera de
mantenimiento servicio debido a
programado
Ten mantenimie nto mantenimiento mientras el
(correctivo/preve
p sistema funciona y tiempo
ntivo). total de operación
Ttotal de operación
Indisponibilidad
de un
componente
debido a Tm
p
mantenimiento Número de actuaciones de
no programado mantenimiento durante el
(componentes 1 Tm tiempo T (para estimar µ).
con monitoreo
“on condition”) siendo : tasa de mantenimiento
t
Componente f ( x) 1 e
standby que nunca
es inspeccionado siendo λ: tasa de fallos stanby cte Número de fallos por
unidad de tiempo standby
t: Tiempo de exposición hasta el fallo
Métodos utilizados para la evaluación de las PdF para los diferentes tipos de equipos
(X=utilizado frecuentemente, (X) =se puede utilizar)
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(Fallos ocultos)
Métodos estadísticos
Bayes X (X)
Exponencial X X
Weibull (X) X
Métodos físicos
Corrosión X
Crack/ fatiga X
Deslizamiento X
Degradación de las X
propiedades del
material Las fugas se tratan igual
que los equipos estáticos
Solicitación experta X X X
La valoracioí n de las consecuencias de fallo (CdF) tiene como objetivo principal evaluar el
impacto de los modos de fallo.
Por otro lado, si el fallo uí nicamente tiene unas consecuencias menores, puede ser que no
se realice ninguna accioí n proactiva y simplemente se corria el fallo cada vez que ocurre.
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Este enfoque en las consecuencias conlleva la aplicacioí n de una serie de etapas:
Al igual que para las probabilidades de fallo, el anaí lisis de las consecuencias de fallo se
puede basar en modelos fíísicos, meí todos estadíísticos, valoracioí n experta o una
combinacioí n de todos ellos.
Por tanto, para cada modo de fallo se deben evaluar las consecuencias en la seguridad,
en la salud, y en el medio ambiente, siendo voluntario evaluar las consecuencias
econoí micas.
De todas formas, si tenemos como objetivo, realizar una optimizacioí n de los costes de
mantenimiento resulta imprescindible evaluar las consecuencias que el modo de fallo
provoca en el negocio (consecuencias econoí micas).
El meí todo a utilizar para calcular las consecuencias del fallo (modelos fíísicos, meí todos
estadíísticos o valoracioí n experta) depende de las herramientas disponibles.
38
simulacioí n y existen meí todos de referencia (normalmente leyes gubernamentales o
regulacioí n) para su validacioí n.
Las consecuencias en el negocio se pueden modelar mediante anaí lisis RAM (Reliability,
Availability, and Maintainability) con el que se pueden asignar valores econoí micos a los
fallos ocurridos. Normalmente, la utilizacioí n de valoracioí n experta suele ser el meí todo
maí s eficaz para evaluar este tipo de consecuencias.
Hemos visto anteriormente que las probabilidades de fallo (PdF) pueden se calculadas
basaí ndose en datos de otras companñ íías. Sin embargo, este meí todo no suele ser
adecuado para evaluar las consecuencias de fallo (CdF), debido a que las consecuencias
medioambientales, en la seguridad, y econoí micas dependen de las condiciones de
operacioí n, de la distribucioí n y situacioí n de la planta, etc. Por lo tanto no existen
modelos o datos geneí ricos para realizar valoraciones de CdF, sino que depende maí s del
conocimiento interno que se tenga de la planta y del asesoramiento experto.
A continuacioí n se muestra una tabla que describe como pueden obtenerse los datos
necesarios para evaluar las consecuencias de un fallo:
✓ Resultados de un “benchmarking”
1.Datos
históricos
✓ Datos provenientes de prácticas recomendadas.
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Las CdF son evaluadas en cooperación con expertos (Pueden ser expertos de la
propia compañía o de fuera de la compañía).
Los expertos pueden evaluar directamente las CdF o proporcionar los input a
2.Juicio necesarios para un árbol de sucesos.
s
expert
3.Modelos Desarrollo de un modelo determinado para determinar las CdF.
40
ambiente.
En el caso de que reste alguna fraccioí n en fase lííquida, eí sta se extiende al mismo
tiempo que se evapora con maí s o menos intensidad, seguí n su temperatura sea inferior
o superior a la del sustrato sobre el que se extiende.
Si el incendio envuelve o rodea un depoí sito que contenga alguí n lííquido inflamable bajo
presioí n y dura el tiempo suficiente, puede ocasionar una explosioí n por expansioí n de
vapor del lííquido en ebullicioí n, conocida como BLEVE seguí n su acroí nimo ingleí s.
La rotura catastroí fica de un depoí sito, provocando la fuga masiva de una sustancia
inflamable, puede originar lo que se denomina bola de fuego, en el caso de que se
produzca la ignicioí n de la misma.
Por otra parte, una BLEVE genera una serie de proyectiles de todas dimensiones,
procedentes del depoí sito siniestrado que pueden causar graves danñ os en el entorno si
las distancias de seguridad son demasiado pequenñ as o las protecciones inadecuadas.
Si el lííquido que se derrama es toí xico, producto de su vaporizacioí n, puede generar una
nube de caracteríísticas toí xicas para las personas que se encuentren en las
proximidades del punto de fuga.
Cuando se trata de lííquidos inflamables que se evaporan o de fugas de gases maí s densos
que el aire, la nube de gas se diluye en el aire existente, haciendo que en determinados
instantes y zonas existan mezclas de combustible y comburente en condiciones de
efectuar la combustioí n. Si en una de estas zonas se encuentra un punto de ignicioí n
puede desprenderse la cantidad de calor necesaria para acelerar la velocidad de
combustioí n de forma que se produzca una explosioí n, denominada explosioí n de vapor
no confinada o UVCE en su acroí nimo ingleí s.
41
En el caso de tratarse de gases inflamables, si se produce su ignición se forma un dardo de fuego o
"jet fire" análogo a un soplete de grandes dimensiones, aunque de alcance limitado.Un fallo
estructural, fallo de cementación, agente externo, incendio, proyectil, etc. pueden causar una rotura
catastrófica de un depósito, provocando una fuga masiva que, si se trata de una sustancia
inflamable, puede originar también una bola de fuego caso de producirse la ignición de la misma.
Ademaí s de todo esto, existe la posibilidad de que todos estos fenoí menos afecten,
ademaí s de a los elementos vulnerables exteriores, a otros depoí sitos, tuberíías o equipos
de la instalacioí n siniestrada, de tal manera que se produzca una nueva fuga, incendio o
explosioí n en otra instalacioí n diferente de la inicial, aumentando las consecuencias del
accidente primario. Esta concatenacioí n de sucesos con la propagacioí n sucesiva de
consecuencias es lo que se denomina efecto dominoí .
Todo este conjunto de accidentes posibles a partir de una fuga de gas o lííquido se
representa en el esquema de sucesos y consecuencias adjunto.
42
especial atencioí n a este fenoí meno. Generalmente, cuando se analiza una fuga se
emplea el siguiente diagrama de trabajo:
Toxicidad
Inflamabilidad
Masa
Presioí n
Volumen
Densidad de afectados
Los modelos se utilizan para categorizar cada pieza de los equipos en un nivel de distancia de daño entre
Iy V
Clase Significado
43
Los modelos para evaluar las consecuencias de los fallos en la seguridad suelen ser de
dos tipos:
Modelos Atributo
Modelos basados en principios prioritarios (modelos
quíímicos/fíísicos baí sicos)
Kint y API581 son ejemplos de modelos atributos y Phast/Safeti y Effects son modelos
basado en principios prioritarios.
1.1 SALUD
44
Tiempo de
descomposicioí n
de la sustancia
en el ambiente
Las consecuencias
medioambientales se
pueden analizar
considerando los costes
asociados las
emisiones: costes por
multas y correcciones.
Las multas se pueden
considerar como el coste
del danñ o medioambiental
que la sociedad
define. Las emisiones
podríían tambieí n tener
graves consecuencias de
marketing, las cuales tambieí n deben ser incluidas en la evaluacioí n d e las
consecuencias medioambientales.
C PP C P C S C I
ECONÓMICAS
CdF
Donde:
45
CPP Coste por pérdida de producción
CS Coste por fallo secundario ( daños sobre otros elementos o sobre las estructuras de alrededor)
46
consecuencias econoí micas y el resto de ellas (consecuencias SHE).
1.1 LA MATRIZ DE
RIESGO
El diagrama de riesgo
se puede utilizar como
herramienta de apoyo a
la decisioí n cuando se
analiza el riesgo asociado a los diferentes modos de fallo.
La escala de severidad permite clasificar los fallos seguí n sus consecuencias (desde
las que no tienen ninguna consecuencia maí s que su reparacioí n, a las que tienen
consecuencias catastroí ficas). Esta escala tiene en cuenta las consecuencias de los
fallos sobre cuatro aspectos fundamentales:
Consecuencias en la Seguridad
Consecuencias en la Salud
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Consecuencias en el Medio Ambiente
Consecuencias econoí micas
Se debe tener en cuenta que las consecuencias en la salud y en la seguridad no
se deben mezclar con las consecuencias econoí micas. Por tanto se necesita usar
diferentes escalas en el eje de consecuencias o utilizar diferentes matrices de
riesgo para cada tipo de riesgo (seguridad, salud, medio ambiente y negocio).
Sobre la
matriz de riesgos, debemos definir el perfil de riesgos que estamos dispuestos a
aceptar, trazando una líínea que marcaraí el líímite de aceptacioí n. Dicho perfil
quedaraí definido por la frontera entre las consecuencias que estamos dispuestos
a aceptar y las que no, en funcioí n de una probabilidad determinada para su
ocurrencia.
Tras haber trazado el perfil de riesgo, trazamos tambieí n el perfil formado por las
lííneas inferiores de las casillas adyacentes a la líínea de riesgo. Con ello, la matriz
de riesgo queda dividida en cuatro zonas:
bien por la severidad de las mismas o bien por la probabilidad que tengan de
ocurrir. No podemos admitir un fallo cuyo riesgo quede en esta zona, por eso
esta zona es la de mayor prioridad de actuacioí n. Hemos de eliminar o
disminuir sus consecuencias o frecuencia de aparicioí n.
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solamente tolerable si no se puede realizar ninguna accioí n para reducir el
riesgo o si el coste de hacerlo es muy desproporcionado en relacioí n a la
reduccioí n que se conseguiríía.
La zona M: Corresponde a los fallos con riesgo aceptable. El oí ptimo
seríía que todos los fallos tuviesen sus consecuencias dentro de esta zona,
pues representa la relacioí n oí ptima desde el punto de vista riesgo-coste.
Se puede apreciar en la matriz de riesgos que la situacioí n oí ptima seríía que todos
los sucesos se situaran en la zona M o L. Sin embargo, no debemos olvidar que el
proceso es dinaí mico y que se ha de adaptar a las circunstancias cambiantes del
entorno. Por ello, cuando el entorno cambia puede tambieí n cambiar el perfil de
riesgo y desplazarse hacia un lado u otro. Ante estos cambios, las polííticas de
mantenimiento que antes eran adecuadas pueden ahora dejar de serlo.
Consecuencia
Niv Seguridad Salud s Medio Ambiente Económica
s
el
Lesiones leves con Posibilidad de problemas de salud Ligero daño, con una
hospitalización permanentes infracción o denuncia
49
Lesiones Efectos significativos con
importantes repetidas infracciones y
con daños muchas denuncias
Mucha probabilidad de
irreversibles
problemas de salud permanentes
Discapacidad total Mucha probabilidad de Efectos importantes con
permanente /De 1 problemas de salud permanentes infracciones prolongadas
a 3 víctimas con alguna víctima mortal y daños generalizados
E 250-300 K€
mortales
Mucha probabilidad de
problemas de salud
permanentes con múltiples
Múltiples víctimas mortales Efectos masivos con > 500 K€
víctimas daños severos
mortales persistentes
A 0 1 45 75 90 1
0 0
consec B 10 2 50 80 90 1
5 0
uenci C 20 3 70 85 95 1
as 5 0
D 50 6 75 90 98 1
econó 5 0
E 75 8 90 95 100 1
micas 5 0
F 85 9 100 100 100 1
0 0
50
0 → 24 A
25 → 49 B
50 → 69 C
70 → 84 D
85 → 94 E
95 → F
Ocurre al menos una vez cada tres años en esta 0.015 ≤ f <
planta 0.1
0.01 ≤ f <
0.015
51
[Escriba aquí]
Para dar un valor numeí rico a las consecuencias, utilizamos los valores numeí ricos
obtenidos de la Tabla 18, (donde 1 representa las míínimas consecuencias y 100
las maí ximas) y los elevamos al cuadrado expandieí ndolos a un rango de 0-1000.
Este proceso no tiene influencia en el ranking de riesgos que obtendremos pero síí,
modifica la contribucioí n que cada modo de fallo aporta al riesgo total de la planta.
52
A partir de los
resultados
obtenidos en la
matriz de riesgo
podemos proponer
el tipo de
mantenimiento que
se debe aplicar al
componente
asociado al modo de
fallo
correspondiente,
según se muestra
en el esquema
desarrollado:
Este marco de
decisioí n cubre
tres propoí sitos
importantes:
▪ Asegura una
evaluacioí nsistemaí tica de las necesidades de las
actividades de mantenimiento preventivo.
▪ Asegura una evaluacioí n consistente a traveí s de todo el anaí lisis.
▪ Simplifica la documentacioí n de las conclusiones alcanzadas.
El programa de inspeccioí n y mantenimiento resultante se establece para evitar fallos
en los equipos y para satisfacer requerimientos estatutarios. Sin embargo, no se
dirige a los fallos introducidos durante la operación o el mantenimiento o
por factores externos (terremotos, inundaciones, etc).
Criterio de aceptación
Una vez que los planes de inspeccioí n y mantenimiento han sido implantados,
se debe comprobar que la planta o las instalaciones satisfacen unos
requerimientos de seguridad, salud y medio ambiente conocidos como criterios de
aceptacioí n. Estos criterios corresponden con la políítica concreta de la empresa y
con las regulaciones nacionales e internacionales. En principio, los requerimientos
internos de la propia companñ íía deberíían ser maí s estrictos que la legislacioí n.
53
Los criterios de aceptacioí n de seguridad, salud y medio ambiente suelen venir
impuestos a nivel de toda la instalacioí n o toda la companñ íía. En la planificacioí n de la
inspeccioí n y mantenimiento se deben analizar los criterios en cada nivel de los
equipos. Esto se puede hacer de dos formas diferentes:
2. Repartir los riegos relacionados con la seguridad, salud y medio ambiente entre
los elementos. Este meí todo es relativamente simple pero menos riguroso que el
anterior. La estimacioí n se puede mejorar teniendo en cuenta aspectos como los
tiempos de exposicioí n.
La responsabilidad de definir unos criterios globales de aceptacioí n debe ser de las
autoridades o del equipo de gestioí n de la planta y no del equipo de planificacioí n de
mantenimiento.
54
operacional.
EJEMPLO DE APLICACIÓN
Un aspecto importante del RBM es que puede ser reutilizado para diferentes
sistemas. Es decir, un estudio desarrollado para un sistema importante de la planta
puede utilizarse como base para unidades similares que tengan las mismas
funciones. La divisioí n funcional en subsistemas, la identificacioí n de los modos de fallo y
otros factores importantes pueden ser relativamente parecidos.
55
Antes, durante y despueí s de la compresioí n, el lííquido condensado se separa del
flujo de gas a traveí s de los tanques de separacioí n de condensado. El gas
presurizado obtenido al final y el lííquido condensado pasan entonces a otras aí reas
de la refineríía donde seguiraí n siendo procesados. El enfriamiento del gas en los
procesos intermedios y despueí s de la compresioí n se realiza mediante
intercambiadores de calor que estaí n conectados a una torre de refrigeracioí n. El
sistema de refrigeracioí n no seraí considerado en esta aplicacioí n.
T C1 C2
Salida Gas
Entrada Gas
1º Sep 2º Sep
Agua/Gas Agua/Gas
3º Sep
Agua/Gas
Salida Líquido
Almac. Almac.
Agua Agua
ácida ácida
Tratamiento de aguas
56
Subsistema de separacioí n lííquido/gas 1
Subsistema de separacioí n lííquido/gas 2
Subsistema de separacioí n lííquido/gas 3
De esta forma los subsistemas son listados con sus correspondientes ííndices,
como se muestra a continuacioí n:
Subsistema Descripción
Subsistemas a estudiar
57
llevar a cabos este anaí lisis seríía deseable disponer de una base de datos con
histoí ricos de fallos. Auí n asíí, no debemos olvidar que los histoí ricos de fallos soí lo
muestran fallos que han ocurrido y no todos los que podríían ocurrir.
Para dar un valor numeí rico a las consecuencias, utilizamos los valores numeí ricos
obtenidos de la Tabla 23, (donde 1 representa las míínimas consecuencias y 100
las maí ximas) y los elevamos al cuadrado expandieí ndolos a un rango de 0-
1000.
Consecuencias
Niv Seguridad Salud Medio Ambiente Económica
el s
Lesiones leves con Posibilidad de problemas de salud Ligero danñ o, con una
hospitalizacioí n permanentes infraccioí n o denuncia
Mucha probabilidad de
problemas de salud
permanentes con múltiples Efectos masivos
Múltiples víctimas víctimas mortales > 500 K€
con daños severos
mortales
persistentes
58
[Escriba aquí]
A 0 10 45 75 9 1
B 0 0
consec 10 25 50 80 9 1
uenci C 0 0
20 35 70 85 9 1
as D 50 65 75 90 5
9 0
1
econó 8 0
E 75 85 90 95 1 1
micas
0 0
Este proceso no tiene influencia en el ranking de riesgos que obtendremos pero síí,
modifica la contribucioí n que cada modo de fallo aporta al riesgo total de la planta.
El
59
[Escriba aquí]
caí lculo, lo realizaremos utilizando una hoja excel, donde se muestran los modos de
fallo y los fallos funcionales correspondientes a cada subsistema. Para cada modo de
fallo se calcula un valor de probabilidad y
60
[Escriba aquí]
61
[Escriba aquí]
62
[Escriba aquí]
63
[Escriba aquí]
64
Hoja de análisis para el subsistema de separación líquido/gas 1
3 RESULTADOS
Las causas de fallo situadas en el extremo derecho del graí fico presentan un riesgo
muy bajo y que ademaí s disminuye raí pidamente. Los valores de riesgo tienen un
rango desde 0.04 hasta 21.07, lo que significa una diferencia de varios oí rdenes de
magnitud. Esta diferencia puede ser todavíía bastante mayor, dependiendo del
sistema que estemos analizando, ya que en un anaí lisis de riesgos estamos
considerando tanto los fallos rutinarios como los fallos muy improbables. De la
misma manera, las consecuencias pueden aumentar de forma muy importante el
rango de valores del riesgo. En general, el rango de los valores del riesgo se
determina por la escala utilizada para calcular los valores de las
consecuencias y probabilidades. Dicha escala suele ser especíífica para cada
sistema.
La figura siguiente muestra el porcentaje acumulado del riesgo total que corresponde según nos
movemos desde las causas de fallo con riesgo más alto hacia la derecha, incorporando
sucesivamente al total cada causa de fallo correspondiente al índice mostrado en el eje
horizontal.
MODOS DE RIES
FALLO GO
207
Sumando los riesgos asociados a los modos de fallo de cada subsistema, podemos calcular la
contribución que cada uno de los subsistemas estudiados aporta a todo el sistema global de
compresión de gas. La comparación entre subsistemas, representada en la Figura siguiente,
proporciona un “feedback” al
equipo que desarrolla el análisis,
sobre como el riesgo se
distribuye entre los
subsistemas. El ranking
obtenido debería coincidir con
la percepción que tenga el
grupo de expertos que lleven a
cabo el estudio
En el estudio propuesto se
comprueba que como era de esperar los subsistemas de separacioí n
de lííquido/gas 2 y 3, son lo que presentan un mayor riesgo, mientras
que la fuente de alimentacioí n (la turbina de vapor) contribuye con el
riesgo maí s pequenñ o.
A partir de los resultados detallados obtenidos en el estudio MBR, se deben establecer objetivos
que proporcionen una base cuantitativa para medir la efectividad del programa de mantenimiento
actual (PM/PdM) y obtener información de como y donde dirigir los recursos de mantenimiento.
Esta base cuantitativa indica las causas de fallo a las que se debe prestar mayor atención y a
cuales menos. Así mismo ayuda en procesos de decisión, como:
208
Sugerir nuevas tareas de mantenimiento o justificar las actuales
Sugerir nuevas frecuencias en las tareas de mantenimiento o
justificar las actuales
Identificar aí reas donde se realiza mantenimiento excesivo o escaso
Identificar los cambios de disenñ o necesarios
Todo ello conduce al objetivo fundamental del RBM, conseguir una optimizacioí n
del mantenimiento. Es decir reducir el gasto en mantenimiento, sin que la
confiabilidad (fiabilidad, disponibilidad, mantenibilidad y seguridad) de la planta
no soí lo no se vea afectada, sino que incluso sea mejorada.
4 Bibliografíía
209
REFERENCIAS
210
UCSM