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I. PETITORIO:
1.2. Espero que el superior jerárquico DECLARE LA NULIDAD TOTAL de la decisión judicial
contenida en la citada sentencia (RESOLUCIÓN NÚMERO CUATRO), al haberse afectado
derechos constitucionales debidamente reconocidos, como son: DERECHO A LA
MOTIVACIÓN DE RESOLUCIONES JUDICIALES Y EL DERECHO A PROBAR. Y
renovando el acto en que se produjeron los vicios de nulidad, se ordene a la A Quo que emita
nueva resolución acorde con la Ley y al Derecho.
1
Peyrano W. Peyrano. El Proceso Civil. Principios y Fundamentos. Edit. Astrea. Pág. 100).
2Taipe Chávez, Sara. Algunas Reflexiones sobre el iura novit curia. En: Derecho Procesal. II Congreso Internacional. Lima 2002.
Pág. 215.
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demanda, mi petición se sustenta en que, "EXPRESAMENTE pide que SE PROPORCIONE
DOCUMENTACIÓN CONTABLE Y FINANCIERA QUE DIERON ORIGEN EL
INFORME DE AUDITORIA S/N EFECTUADO POR EL CPC. ERICK FERNANDO
BORBOR ROJAS; sin embargo, de la CARTA N° 0097-2018-CASM-D cursando por el
Colegio de Abogados de San Martín a los demandantes, presentado como medio de
prueba al proceso, se colige claramente mediante la misma se hizo llegar en copias todas
esta documentación en una cantidad de 268 folios; que los demandantes lo que quisieron
y solicitaron al Colegio de Abogados fue que se lo permita a su Contador Personal para
que revise la documentación original, que desde resulta antojadiza e innecesaria, porque
sus derechos de contradicción de defensa estuvieron debidamente garantizado por
ejercerlas con estas copias alcanzadas; que existe discordancia entre lo requerido
mediante Carta Notarial y lo pedido en la demanda de Habeas Data, al incumplir con el
requisito que exige el artículo 62 del Código Procesal Constitucional”. Sobre dichos
argumentos la Juez Constitucional, en nada se pronunciado al momento de resolver la excepción
planteada. No debe perderse de vista que, a través de su jurisprudencia, el Tribunal Constitucional
ha venido precisando aspectos de relevancia a fin de dar una adecuada interpretación a la exigencia
prevista en el artículo 62º del Código Procesal Constitucional, como es en la SENTENCIA 566-
2010-HD, establece que “el único requisito previo a la interposición de la demanda lo
constituye el requerimiento mediante documento de fecha cierta y la negativa por parte
del emplazado a entregar la información solicitada”; significando ello que, la pretensión y
fundamentos contenido en el requerimiento previo, debe guardar concordancia con la pretensión
demandada y sus fundamentos fácticos de la demanda, caso contrario, significaría que estaríamos
demandado un hecho no reclamado previamente, por tanto, sin lugar a dudas sobre ello
encuadraría una CUESTIÓN PREVIA a dictarse incluso de oficio.
2.6 Siendo ello así, no existe duda alguna que, se ha lesionado el principio de congruencia3, pues nos
encontramos ante una motivación aparente, que significa: Está fuera de toda duda que se viola el
derecho a una decisión debidamente motivada cuando la motivación es inexistente o cuando la misma es solo aparente,
en el sentido de que no da cuenta de las razones mínimas que sustentan la decisión o de que no responde a las
alegaciones de las partes del proceso, o porque solo intenta dar un cumplimiento formal al mandato, amparándose
en frases sin ningún sustento fáctico o jurídico4. Aunado a ello, con relación a este aspecto, Luis Diez
Picazo y Antonio Gullen sostienen que, la decisión judicial vinculada con la aplicación del
principio iura novit curia tiene que ser congruente con el objeto del petitum y la causa petendi.
2.7 Según el PUNTO SIETE de los fundamentos de la resolución cuestionada, para rechazar mi
excepción planteada, se basa en que, “... En cuento a la excepción de legitimidad para obrar
del demandado, tenemos del escrito de demanda presentado por los recurrentes, se
establece de manera clara que los actores dirigen la demanda contra los integrantes de la
Junta Directiva del Colegio de Abogados de San Martín, quienes les negaron el acceso a
información que afecta su derecho a la autodeterminación informativa…”. Como se podrá
apreciar, en la resolución que se cuestiona, en nada se ha tomado el escrito de demanda y el Auto
Admisorio. Véase la parte resolutiva de la resolución admisoria matriculada como resolución
número uno, en el que sea ha RESUELTO: “ADMITIR a trámite la demanda constitucional
de HABEAS DATA interpuesta por WILLIAM TOMANGUILLO SILVA contra don
ORLANDO SANTILLÁN MENDOZA, en su condición de Decano del Colegio de
Abogados del Perú, y la Junta Directiva que participó en sesión de Asamblea
Extraordinaria de fecha catorce de junio de dos mil dieciocho, conformada por:
ARNULFO BARDALES CÁRDENAS, FERNANDO DEL CASTILLO REÁTEGUI,
3
Principio de Congruencia: Hace a la garantía del debido proceso, que marcan al Juez un camino para poder llegar a la sentencia,
y fijan un límite a su poder discrecional. ... La congruencia aquí se manifiesta en la adecuación entre lo pedido y la decisión judicial
contenida en la sentencia.
4 Exp. N.º 3943-2006-PA/TC y antes en el voto singular de los magistrados Gonzales Ojeda y Alva Orlandini (Exp. Nº 1744-2005-
PA/TC).
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AUGUSTO SANTOS CARRASCO, JAMES GOMEZ GOMEZ, ALFREDO DEL
ÁGUILA LINARES, NILDA PIÑA CHÁVEZ, Y EVER VÁSQUEZ BECERRA” (El
subrayado es mío); y en mi escrito que deduzco la excepción precisamente me fundo en ello, que
el recurrente como miembro de la Junta directiva del Colegio de Abogados de San Martín, en el
sesión del 14 de Junio del 2008, no ha tenido participación alguna, pues por razones laborables
solicité vía teléfono al Decano del Colegio mi dispensa a participar en esta reunión, como así
quedará demostrado con la copia del acta que remitirá el Decanato del cual formo parte. No se ha
tomado en cuenta lo que reza el artículo 93° del Código Civil y normas afines que rigen a las
asociaciones, pues por el hecho de formar parte de la Junta Directiva no significa que tenga una
responsabilidad solidaria, pues dicho dispositivo legal claramente excluye de responsabilidad
solidaria a los miembros de una junta directiva quienes no hayan participado del acto causante de
daño o que dejen constancia de oposición. Señora Juez, los miembros de cualquier asociación,
tienen responsabilidad y obligaciones, respondiendo de manera personal incluso penal, civil y
administrativa, entonces bajo la lógica expresada en la sentencia: ¿Cómo persona natural no
podía hacer valer mi derecho de defensa conociendo que el hecho demandado podría tener
algunas consecuencia negativas y perjudiciales a mi persona? Véase, incluso en la resolución
cuestionada se está condenando a pagar costos que ha generado este proceso, obvio que el monto
pecunario a fijarse en vía de ejecución de sentencia, tendría que pagarse del propio peculio del
recurrente en condición de demandado, más no así de las arcas del Colegio de Abogados; lo que,
en resumen, se me estaría arbitrariamente obligándome a pagar una suma dineraria por un acto
cometido por personas terceras personas.
2.8 Como medio de prueba de mi excepción de Falta de Legitimidad para Obrar Pasiva, he ofrecido
como medio de prueba, copia certificada del acta de acuerdo del día 14 de junio del 2018, a
requerirse al Colegio de Abogados de San Martín, con el fin de acreditar que el recurrente como
miembro de junta directo no ha tenido participación en esta reunión, de cuyo medio de prueba no
se ha emitido pronunciamiento alguno, de tal manera violando mi derecho a la prueba, que es el
derecho fundamental de toda persona a que se admitan y actúen los medios probatorios ofrecidos
y los valore el juzgador debidamente, teniéndolos en cuenta en su sentencia o decisión,
prescindiendo el resultado de su apreciación, siendo que dicho derecho forma parte integrante del
derecho a un debido proceso legal y del derecho a la Tutela Judicial Efectiva5. Se debe
tomar en cuenta que, el carácter de derecho fundamental del derecho a probar se determina
dentro del marco de lo que entendemos por Debido Proceso Legal, que es el derecho de toda
persona a que todo proceso (Incluso en sede administrativa, privada, etc.) se desarrolle con el
respeto de ciertas garantías mínimas que aseguren un resultado justo. Un elemento esencial es el
derecho a probar, ya que no existiría Debido Proceso Legal si no permitiera a la persona admitirse
sus medios probatorios dentro de un proceso, o que admitiéndolos, no sean valorados6.
2.9 Tal como he señalado también en los fundamentos fácticos de la excepción deducida, según el
Magistrado Supremo, doctor Ticona Postigo sostiene que : “ ... cuando el demandado deduce la excepción
de falta de legitimidad para obrar del demandante o del demandado lo que está haciendo es afirmar o que el
demandante no es el titular de la pretensión que está intentando o que, en todo caso, no es el único que debería
hacerlo sino en compañía de otro u otros, o que él (el demandado) no debería ser el emplazado dado
que la pretensión intentada en su contra le es absolutamente ajena o, en todo caso, que no
es el único que debería haber sido demandado”7; sobre ello reitero que el órgano jurisdiccional
en nada ha tomado en cuenta, pese a que por mandato legal estuvo obligado a emitir
pronunciamiento.
5 Éste derecho tiene cinco elementos: i). Derecho a ofrecer determinados medios probatorios, ii). Derecho a que se admitan
los medios probatorios, iii). Derecho a que se actúen dichos medios probatorios, iv). Derecho a asegurar los medios
probatorios (su actuación). y v). Derecho a que se valoren los medios probatorios.
6 Lo expuesto ha sido referido por el Tribunal Constitucional en la Sentencia del 17 de octubre del 2005 (Exp. Nº 6712-2005-
HC/TC – Caso Magaly Medina), conforme detallamos a continuación: “13. El derecho a probar es uno de los componentes
elementales del derecho a la tutela procesal efectiva, pues, como ya lo ha señalado este Tribunal en la sentencia del
Expediente Nº 010-2002-AI/TC, constituye un elemento implícito de tal derecho. Por ello, es necesario que su protección sea
realizada a través del presente proceso constitucional. (…).
7 TICONA POSTIGO, Víctor “Código Procesal Civil”, Tomo I, 1998, Pág. 576.
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2.10 Siendo ello así, igual que en la otra excepción, se ha afectado el derecho a la Motivación de
Resoluciones Judiciales, pues ante hechos análogos nuestro Tribunal Constitucional en la
Sentencia N° 8125-2005-PHC/TC, a fojas 11, ha señalado que: “[l]a exigencia de que las decisiones
judiciales sean motivadas en proporción a los términos del inciso 5) del artículo 139º de la Norma Fundamental,
garantiza que los jueces, cualquiera que sea la instancia a la que pertenezcan, expresen la argumentación jurídica
que los ha llevado a decidir una controversia, asegurando que el ejercicio de la potestad de administrar justicia se
haga con sujeción a la ley; pero también con la finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de
los justiciables (...).”. Igualmente, el mismo Supremo Colegido precisando el contenido del derecho
constitucional a la debida motivación de las resoluciones judiciales, ha establecido que
éste “(…) obliga a los órganos judiciales a resolver las pretensiones de las partes de manera congruente con los
términos en que vengan planteadas, sin cometer, por lo tanto, desviaciones que supongan modificación o alteración
del debate procesal (incongruencia activa). (…)El incumplimiento total de dicha obligación, es decir, el dejar
incontestadas las pretensiones, o el desviar la decisión del marco del debate judicial generando indefensión, constituye
vulneración del derecho a la tutela judicial y también del derecho a la motivación de la sentencia
(incongruencia omisiva)8. En consecuencia, está claro la necesidad de que las resoluciones, en general,
y las resoluciones judiciales, en particular, estén debidamente motivadas, por ser éste un principio
básico que informa el ejercicio de la función jurisdiccional, y, al mismo tiempo, un derecho de los
justiciables de obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente
con las pretensiones oportunamente propuestas.
2.11 En el PUNTO ONCE de la sentencia impugnada, se concluye que: “A los demandantes se les
remitió documentación incompleta que no les permitía ejercer su derecho de defensa y
responder a las observaciones y hallazgos de los periodos que ejercieron como decanos,
según el informe de Auditoría Administrativa S/N efectuado por el CPC Erick Hernando
Borbor Rojas a los periodos 2014-2015 y 2016-2017”. Con el respeto que merece su judicatura,
no me explico de dónde arribó a tal conclusión, pues en el escrito de demanda no se ha precisado
cuál serían la documentación faltante que se omitió entregarle a los demandantes, por el contrario,
aunque de manera incoherente los actores afirman que el Colegio de Abogados de San Martín no
permite que el Contador designado por ellos tenga acceso a la documentación que dio origen la
auditoría.
2.12 No se ha tomado en cuenta que, el Colegio de Abogados de San Martín, según la Carta N° 0097-
2018-CASM-D hizo llegar toda la documentación respectiva que conformaron la citada auditoría,
entregándoseles en una cantidad de 268 folios. Por consiguiente: ¿Cuál es la necesidad que el
Contador designado por los demandantes accedan al acervo documentario del Colegio de
Abogados in situ, si ha tenido a la vista la fotocopia de los mismos? Todo ello conlleva a
concluir que la presente acción obedece únicamente a dilatar innecesariamente las denuncias
formuladas en sus contras por el Colegio de Abogados.
2.13 En la sentencia impugnada, se está ordenado que, “la junta Directiva del Colegio de Abogados
de San Martín, la entrega inmediata de la documentación contable y financiera que dieron
origen al Informe de Auditoría Administrativa S/N efectuada por el CPC Erick Hernando
Borbor Rojas a los periodos 2014-2015 y 2016-2017, con fines de revisión, a fin de poder
levantar los hallazgos y observaciones sus gestiones como Decanos del Colegio de
Abogados de San Martín y/o en su defecto se les otorgue acceso a la citada información”.
Al respecto, se reitera que, según documentos aparejados al presente proceso, toda la
documentación los demandantes ya lo han recabado en copias. En todo caso los demandantes
debieron precisar qué documentos los falta; igualmente en la sentencia debió hacer igualmente tal
precisión, pues en caso que la sentencia sea confirmada en segunda instancia, lo único sería darlos
los documentos que ellos ya cuentan o darle accesos a sus Contadores a los mismos, que en nada
cambiaría los hechos.
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2.14 Finalmente, conviene precisar que, en aplicación de los alcances del artículo 7° de la Ley 23506, el
Tribunal Constitucional en todas sus sentencias emitidas han sido cuidadosos de no comprometer
el principio de congruencia de las sentencias; pues en vista de ello, únicamente podrá desvincularse
de lo planteado en la demanda a fin de otorgar una protección eficaz a los derechos
constitucionales lesionados, cuando ello devenga de una voluntad implícita del recurrente a pesar
de no haberla planteado correctamente en la demanda, conforme se advierte en el presente caso.
En relación con el objeto del petitum, es preciso indicar también que el órgano jurisdiccional
no puede conceder algo diferente de lo pedido: este no puede encontrar una ratio decidendi en
un elemento distinto al de la causa invocada. La determinación del objeto tiene enorme
importancia, ya que es a éste al que hay que aplicar la norma jurídica pertinente “La noción de
objeto del proceso es una noción procesal y el juez tiene, justamente, la tarea, a través de
un procedimiento de subsunción, de aplicar el derecho sustancial a aquello que se le pide,
es decir, al objeto del proceso que él tiene la tarea de examinar bajo todos los aspectos del
derecho sustancial”9. Es importante precisar igualmente que los hechos nacen antes que el
proceso; en consecuencia, estos hechos pertenecen a las partes, por lo que el juez no puede basar
su resolución en hechos no alegados por ellos, sino en el principio iura novit curia (el juez conoce el
derecho).
El agravio es netamente procesal, con la decisión inacertada se está afectando mis derechos al debido
proceso y a la debida motivación de resoluciones; incluso patrimonial, pues con la condena de costos está
afectando mi propio peculio.
Ninguno.
VI. ANEXOS:
Ninguno.
POR LO TANTO:
9
Habscheid Walter, El Objeto del Proceso en el Derecho Procesal Civil, Revista de Derecho Procesal, 1980, pág.
455.
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