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ANALISIS DEL ARTÍCULO 1027 DEL CODIGO CIVIL

ARTÍCULO 1027. El heredero acepta expresamente la herencia,


manifestándolo al juez, o pidiéndole posesión de los bienes, o usando del título
o de la calidad del heredero en instrumento público.

La ley permite al heredero la posibilidad de escoger alternativas ante el hecho


de la herencia. Estas posibilidades se encuentran entre la aceptación o la
renuncia al patrimonio que le traslada el causante.

Ambos procesos se encuentran regulados por la norma a fin de garantizar la


paz pública y evitar alterar irregularmente el destino del patrimonio ofrecido en
heredad

TÉRMINO LEGAL:
Luego de la muerte del testador, no se puede mantener, de forma indefinida y
suspensiva, el destino del patrimonio del causante. Es por ello que se ha
determinado un lapso legal para la aceptación o el repudio de la herencia por
parte de los llamados, siendo en nuestro caso, a partir del a muerte del
causante, de seis meses si el heredero se encuentra en el territorio de la
República y de un año si está en el extranjero. Se presume que es el mismo
plazo para repudiar la herencia.

El ejercicio de la delación se lleva a cabo a través de la aceptación y de la


repudiación.

La aceptación es el acto por el cual la persona a cuyo favor se concede la


herencia, manifiesta su voluntad de adquirirla.
La repudiación es el acto por el cual el llamado a la herencia pone de
manifiesto que rehúsa adquirirla; se trata en definitiva de una renuncia
preventiva y no de renuncia abdicativa porque se rechaza un derecho aun no
incorporado al patrimonio del renunciante.

Esta renuncia debe hacerse de manera expresa y por excrito ante un juez o
por escritura pública.
Aceptación o renuncia de la herencia
La aceptación de la herencia puede ser de dos tipos:

Aceptación pura y simple: Implica que el heredero acepta recibir los


bienes de la herencia y que responde personalmente con sus propios
bienes de las deudas de la misma.

Aceptación a beneficio de inventario: En este caso el heredero sólo


responderá de las deudas de la herencia hasta el límite del valor de los
bienes hereditarios, es decir, en caso de que las deudas sean superiores
al valor de los bienes de la herencia, el heredero no responde con su
propio patrimonio.

Esta aceptación requiere la formación de un inventario judicial del


caudal hereditario para determinar los bienes integrantes del activo y
las deudas que componen el pasivo.

La aceptación normalmente se realiza de forma expresa mediante el


otorgamiento de una escritura pública ante Notario, aunque también
puede hacerse tácitamente en algunos supuestos. Puede hacerse en el
mismo documento en que se formaliza la partición de la herencia o bien
hacerse en documento separado y previamente a la partición. Por el
contrario, la renuncia a la herencia siempre debe realizarse
expresamente mediante escritura pública ante Notario.

Tanto la aceptación como la renuncia deben referirse a la totalidad de


la herencia, es decir, no se puede aceptar una parte o determinados
bienes y renunciar al resto y tampoco se podrá aceptar o renunciar a la
herencia a plazo o condicionalmente.

La repudiación de la herencia podrá hacerse en documento público o


por escrito presentado ante el Juez competente. Si el heredero renuncia
a la herencia en perjuicio de sus propios acreedores, podrán estos pedir
al Juez que los autorice para aceptarla en su nombre.

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