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Editorial
El examen final de los ministerios y sus funciones EQUIPO DE TRABAJO
lo vemos en el libro de Apocalipsis cuando Juan
le escribe a los ángeles de las iglesias y a las Presidente
iglesias; recordemos que en cada carta de éstas, Apóstol Dr. Sergio Enríquez
primero le escribe directamente al ángel de la
Iglesia y por último dice la frase: “el que tenga Directora
oído para oír oiga lo que el Espíritu dice a las Licda. Paola Enríquez
iglesias”, separando a los ministros, a los cuales
Coordinador Editorial
directamente les habla el Señor Jesucristo resucitado y al conglomerado
Rafael Molina
Iglesia, a quien le habla el Señor Espíritu Santo; éste desglosamiento de
quién le habla a quién, nos lleva a considerar fuertemente responsabilidades
Diagramación
de cada grupo, es decir las correspondientes al cuerpo colegiado de Rafael Molina
ministros y las dirigidas a la iglesia; desde luego que estos no son los
únicos versículos que hacen esta diferencia; Pablo también llama al cuerpo Diseño de portada
ministerial “colaboradores” y al cuerpo ministrado “labranza” y “edificio Alfredo Ríos
de Dios” (1 Corintios 3:9). Pues bien, el asunto es que cuando le habla a los
ministros (ángeles), lo primero que les dice después de identificarse es: “Yo
conozco tus obras” y de acá entendemos que existen obras ministeriales Preguntas y Comentarios
ya sean buenas o malas; y es que en el principio de la instalación de los revistarhemagt@gmail.com
ministerios se les dijo claramente que quedaban para el equipamiento de
los santos para “obra del ministerio”; el examen final entonces viene a ser, Impreso en
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cuales han sido esas obras de las cuales 1 Corintios 3:3 dice que habrán de
dinamicagraficasa@gmail.com
ser probadas.

Debemos por lo tanto entender cuales son estas obras, tanto las buenas
como las que debemos desechar.

En este número de Rhema abordaremos algunas pocas obras (ya que son
muchas) de las cuales nos debemos cuidar y encontrar las buenas las cuales
tendremos que perseguir. Cómo
Bendiciones
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Consejo
APOSTÓLICO
“Los 5 Ministerios son necesarios para la
edificación de los santos en la iglesia de Cristo.”

Las Obras
Fe
de
Abraham De La Cruz
De acuerdo con el apóstol Santiago, la fe
tiene obras; sino hay obras por medio
de la fe, se está mostrando que la fe
está muerta. De tal manera que la fe
va actuando juntamente con las obras,
y por medio del resultado de las obras
la fe se va perfeccionando. Estas obras
son acciones buenas y éticas que se
emprenden por causa de Dios. Cuando
las obras son impulsadas por el poder del
Espíritu Santo, se dará el resultado que
Dios quiere y no el que alguien puede
estar esperando. Es importante ver
las obras que son impulsadas por Dios,
de acuerdo con su palabra, para que
nos pueda hacer crecer y perfeccionar
nuestra fe (Santiago 2:20-24).
Hay obras que Dios ha designado para
aquellos que le sirven por amor, obras
que están íntimamente relacionadas
con la autoridad que es dada por Dios,
o por la delegación que un ministro da.
Dios dio a su iglesia los cinco ministerios
primarios (las domas del hijo), en los
cuales repartió de su autoridad para que
hagan la obra que Él les encomendó, que
es capacitar a los santos para la obra del
ministerio.
El ministro primario debe hacer la obra
con fe, confiando en la delegación y en
la autoridad que Jesucristo le dio. Podrá
preparar edificadores para el cuerpo de
Cristo, para que andando en la verdad,
crezcan para ser como él, que es la
cabeza de la iglesia (Mateo 13:34). Por
eso el apóstol Pablo pregunta: ¿No sois
vosotros mi obra en el Señor?. Porque
tenía la convicción que los de la iglesia
de Corinto, eran el resultado de la obra
que había hecho con fe.
Cuando una persona recibe a Cristo
en su corazón, el propósito del Señor
es que sea salvo; pero también que
pueda crecer y desarrollarse dentro del
evangelio, de tal manera que las obras de
la carne sean anuladas, para que pueda
realizar las obras de fe. Un cristiano debe
avanzar dentro del evangelio, y para eso
hay que enseñarle que debe hacer obras.
Para poder realizar las obras de fe es
necesario el auxilio del bendito Espíritu
Santo, para que por medio de su poder
se puedan manifestar, y dar testimonio
de la vida en Cristo Jesús, y Él sea
glorificado. No se puede creer que la fe
está viva si no va acompañada de obras.
Esto es el deseo del Señor, así como
también el del corazón del apóstol Pablo
(2 Tesalonicenses. 1:11).
Al igual que el pueblo de Israel, que
al salir de Egipto fue perseguido por
Faraón y su ejército para volverlos a su
antigua esclavitud; así también el adver-
sario de nuestras almas, se vuelca para
atemorizar, para afligir y querer volver a
aquellos que han salido de las tinieblas
a la luz.
Esto les aconteció a los que se habían
convertido en Tesalónica. El diablo utilizó
a sus mismos compatriotas que vivían
con ellos, para perseguirlos y tratar que
no les hablaran a los gentiles para que no
se salvaran; pero su conversión fue en el
poder de Dios, ya que no se detuvieron
ante tal ataque. Esto es una obra de fe:
recibir la palabra de Dios, caminar en
ella y no permitiendo que las aflicciones
inquieten el corazón; evitando que el
tentador echara a perder el trabajo que
había hecho el apóstol Pablo en ellos.
La iglesia de Tesalónica al permanecer
bajo esta prueba, estaba obrando en fe,
fue imitadora de Cristo y por medio de
ellos fue glorificado el nombre del Señor
(1 Tesalonicenses. 1:3).
Una obra de la fe es la generosidad;
según la versión de la Biblia NTV la
generosidad proviene de la fe (Filemón
1:6). El diccionario de la RAE, se describe
al generoso, como al que le gusta dar de
lo que tiene a los demás, o compartir con
ellos sin esperar nada a cambio; pero no
podemos circunscribirnos únicamente
a lo económico. Cuando el apóstol
Pablo le está recordando a Filemón
de sus cualidades, de su generosidad,
de su fe y amor, es porque desea que
EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018 3
pueda recibir nuevamente a aquel que
le había fallado, y que posiblemente le
había robado a Onésimo. La generosidad
también consiste en poder perdonar un
robo, una deuda, una ofensa, un agravio
y una deshonra. Cristo pago por nosotros
en esa cruz todo cuanto le debíamos,
éramos deudores ante Él. Por medio
de su muerte y el derramamiento de su
sangre, fuimos perdonados de nuestros
pecados. Ahora podemos vivir la misma
actitud que hubo en Cristo Jesús.
Cada una de estas obras de fe, al practi-
carlas en amor y con la ayuda del Espíritu
Santo, nos llevará a que la fe sea perfec-
cionada. No somos salvos por obras,
somos salvos para hacer obras, las obras
de Cristo. La fe que salva va acompañada
de obras, porque lo que hemos recibido
de gracia, lo debemos dar de gracia. La fe
que recibimos al ser salvos, nos impulsa
por el Espíritu de Dios a obrar.
Aun un recién nacido espiritualmente
hablando, puede obrar y arriesgarse
como lo hizo Rahab; que creyó en el Dios
que había librado al pueblo de Israel en
Egipto, y escondió a los espías israelitas
que habían inspeccionado su tierra.
Arriesgó su vida, obra que la llevó a que
su vida fuera salvada de la destrucción
que venía sobre Jericó; y esta mujer por
su obra de fe dio a luz a Booz, esposo de
Rut; que vino a ser de la genealogía de
nuestro Señor.
Citas Bíblicas para estudio
Efesios 4:11-15 Filemón 1:16
1Corintios 9:1 Josué 2:9-12
1 Tesalonicenses
2:1-16
4 EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018
Las Obras de
Gracia
la
Willy González
“De manera que exhortamos a Tito para
que tal como comenzó antes, asimismo
acabe también entre vosotros esta obra
de gracia”. (RVR60 2 Corintios 8:6).
Actualmente vivimos en un mundo
religioso y humanista, que quiere llevar al
hombre a la perfección a través de obras,
sacrificios, ritos o fuerza de voluntad.
Sin embargo Dios nos da el medio para
acercarnos a Él a través de la gracia, que
es una influencia divina en el corazón
para vencer el pecado, un favor inmere-
cido que nos conmueve. La salvación no
es por obras humanas, pero la gracia sí
tiene obras y trataremos de conocerlas
en este artículo.
Salvación
“Porque por gracia sois salvos por medio
de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios”. (RVR60 Efesios 2:8).
Primero debemos entender que no
somos salvos por obras humanas, ni por
pertenecer a determinada religión, ni por
un pensamiento filosófico, mucho menos
por ser buenas personas; sino que es un
favor inmerecido de parte de Dios. Esta
obra de la gracia conmociona a todo el
mundo religioso, y es algo que debemos
anunciar a toda la humanidad; no es
hacer un proselitismo religioso, sino
anunciar que Dios nos ha dado un favor
que no merecíamos: la salvación.
Justificación
“Pero son justificados gratuitamente por
su gracia, mediante la redención que
proveyó Cristo Jesús”. (RVC Romanos
3:24 ). La gracia nos lleva a la justificación,
que podemos interpretar como sentirnos
inocentes ante el juez más grande que
es Dios. No recibimos el castigo por
nuestros pecados, esto restablece una
amistad con Dios; es decir que la obra de
la gracia llamada justificación, nos hace
sentirnos perdonados, no acusados.
Muchas veces se anuncia un evangelio
acusador, o nuestros propios errores
nos hacen sentirnos culpables; pero en
realidad, Dios no acusa sino que redime.
No tratemos de justificarnos como el
fariseo lo hacía, por medio de sus actos
religiosos, sino como el publicano que
esperaba la misericordia de Dios.
Identidad
“Pero por la gracia de Dios soy lo que
soy; y su gracia no ha sido en vano para
conmigo, antes he trabajado más que
todos ellos; pero no yo, sino la gracia de
Dios conmigo” (RVR60 1 Corintios 15:10).
Pablo, perito arquitecto de la iglesia
con revelaciones impresionantes, sabía
que lo que él era no provenía de su
capacidad, sino de la gracia que Dios le
había dado. Porque él había perseguido
a la iglesia, era un religioso y conocía su
pasado ; por eso decía: soy lo que soy,
no por merecerlo sino por la gracia de
Dios. Otra cosa interesante es que él se
describe como un servidor ferviente de
Dios, pero esto también como producto
de la gracia; su diligencia en el servicio
no lo hacía sentirse superior a los demás,
porque sabía que todo lo que podía lograr
era por un regalo inmerecido de Dios.
Liberalidad (RVR60 2 Corintios 8:6 ).
Este pasaje de la Biblia habla de una obra
de la gracia que practicaban los macedo-
nios, y era dar, proveer para el mante-
nimiento de los santos. Estos hermanos
eran pobres y en medio de su escasez
fueron generosos, al punto que rogaban
para que les aceptaran sus ofrendas.
Había una necesidad interna de dar, y era
por gracia, no por obligación, ni por una
manipulación del alma, ni como conse-
cuencia de la ambición de pensar que al
dar a Dios, Él tenía que devolver el doble;
como ahora se ha enseñado a través de
doctrinas erróneas. Al hacer eso, impiden
que se hagan obras de gracia, y se pierda
la bendición de la liberalidad.
Equilibrio
“Digo, pues, por la gracia que me es dada,
a cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que
el que debe tener, sino que piense de sí
con cordura, conforme a la medida de fe
que Dios repartió a cada uno”. (RVR60
Romanos 12:3 ).
Por medio de la gracia que Pablo tenía
podía llamar a la cordura a los corintios,
para que nadie se sintiera superior a
otro, o se engrandeciera por el don
o talento que tenía. Recodemos que
cuando Uzías fue engrandecido, se hizo
poderoso y pecó, usurpó tomando una
posición que no le pertenecía. La gracia
nos lleva a tener un concepto equilibrado
de nosotros mismos para ser usados por
Dios, porque sabemos que no es por
nuestras fuerzas, sino por su miseri-
cordia.
La milla extra
“Si amáis a los que os aman, ¿Qué gracia
tendréis? Porque los pecadores aman
también a los que los aman”. (NC Lucas
6:32 ).
Acá el Señor enseña una obra de la
gracia; amar a los enemigos, no como
una imposición, ni motivado por el
humanismo; sino que por la gracia nos
da el poder para dar la milla extra. Es
bendecir a los que nos maldicen, orar por
los enemigos, perdonar deudas y llegar a
amar sin esperar nada a cambio; hasta
llegar a amar a los enemigos, recordando
que fuimos enemigos de Dios, y Él nos
amó tanto que dio a Su hijo por nosotros,
un favor inmerecido llamado gracia.
Los gálatas pensaron en perfeccionarse
a través de las obras de la ley y dejaron
por un lado las obras de la gracia, y así
pervirtieron el evangelio. Dejemos toda
religiosidad y abracemos la gracia de
nuestro buen Dios.
Citas Bíblicas para estudio
Romanos 3:24 LBLA 2 Timoteo 2:1
2 Timoteo 2:1
LBLA Hebreos 4:16
Gálatas 1:6-7

Buenas
Las
Obras
Piedad de González
En Efesios vemos que la tarea principal
de los cinco ministerios, es equipar a
los santos para la obra del ministerio.
Preparándolos a través de la palabra.
En 2 Timoteo 3:16-17 dice: “Toda escri-
tura es inspirada por Dios y útil para
enseñar, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios
sea perfecto, equipado para toda buena
obra”. Debemos conocer cuáles son esas
buenas obras, porque el mundo tiene su
propio concepto de ellas, pero la Palabra
nos las enseña.
Adorar
“Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por
qué molestáis a esta mujer? pues ha
hecho conmigo una buena obra”. (RVR60
Mateo 26:10).
Aquella mujer había derramado un
perfume de gran precio sobre la cabeza
del Señor, el aroma llenó toda la casa.
Esto significa adorar, pero de una forma
sublime; no para ser visto, sino para
agradar al Señor. Como esa mujer lo hizo
con algo valioso, provocó críticas en los
demás. Esta buena obra, “la adoración”,
puede ser criticada y considerada un
desperdicio por aquellos que no la
comprenden.
Ungir para la muerte
También en Mateo 26:10 el Señor dice
que aquel perfume era una preparación
para la muerte, entonces una buena obra
es prepararse para morir; es renunciar
a muchas cosas buenas o malas, pero
para ello debemos estar ungidos con el
Espíritu Santo; porque sin Él morir nos
provocaría amargura. Recordemos que el
apóstol Pablo decía, “yo cada día muero”.
Tan impactante fue esa buena obra, que
el Señor dijo que en todo lugar se hablaría
de lo que aquella mujer hizo.
Anhelar obispado
“Palabra fiel: Si alguno anhela obispado,
buena obra desea”. (RVR60 1 Timoteo
3:1). Este pasaje muestra que una buena
obra es tener el anhelo de servir al Señor;
no es considerado algo malo querer
servir a tiempo completo, o ser llamados
a un ministerio. Este anhelo es visto por
el Señor, y a su debido tiempo llama a sus
siervos en donde Él quiera que le sirvan.
Dar a los pobres
1 Timoteo 6:17-19 Habla de enseñar
a los ricos a hacerse ricos en buenas
obras, pero esto se puede hacer si
aprenden a no poner su confianza en las
riquezas, sino que en Dios. El siguiente
paso es despojarse de ellas, y dar a los
necesitados. Recordemos al joven rico
preguntando a Jesús, ¿qué buena obra
debía hacer para entrar al reino de los
cielos? La repuesta fue vender todo, para
no tener su seguridad en las riquezas y
dar a los pobres, aquel joven no entendió
y no pudo hacer esta buena obra.
Ofrendar
“Y poderoso es Dios para hacer que
abunde en vosotros toda gracia, a fin de
que, teniendo siempre en todas las cosas
todo lo suficiente, abundéis para toda
buena obra”. (RVR60 2 Corintios 9:8).
Todo el capítulo nueve habla de cómo los
macedonios tenían desarrollado el don
de la liberalidad, que aún en su escasez,
habían preparado una ofrenda para el
sostenimiento de los santos. La buena
obra que ellos hacían era ofrendar,
pero sabían cómo hacerlo; con alegría,
no de mala gana ni por obligación; esto
provocaría gran bendición en ellos y en
los que iban a recibir y administrar dicha
ofrenda. Ofrendar adecuadamente es
una buena obra.
Jesús enseña cómo hacer buenas obras
“No hagan sus buenas obras delante
de la gente sólo para que los demás los
vean. Si lo hacen así, su Padre que está en
el cielo no les dará ningún premio”. (DHH
Mateo 6:1).
El Señor está dando instrucciones de
hacer algunas buenas obras en secreto,
no buscar ser vistos por los demás; al
hacerlas de forma apropiada Dios las
recompensará. Veamos qué obras son:
Ayudar a los necesitados
Mateo 6:2 explica, que cuando demos
a los necesitados no sea en público;
porque esa es la retribución que se
puede estar buscando; para que los que
vean, piensen que somos muy buenas
personas. Entreguemos nuestra ayuda en
lo privado, y Dios recompensará esa obra
en público.
EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018 5
Orar
Mateo 6:5 dice que cuando oremos
cerremos la puerta, para ser vistos y
oídos únicamente por el Padre, no por
los demás; con el fin de ser considerados
muy espirituales. Orar, tener intimidad
con Dios y buscarlo en lo secreto, es una
buena obra.
Ayunar
Mateo 6:16 dice también que cuando
ayunemos, no pongamos cara triste
para que la gente se dé cuenta. Incluso
al imponérselo a los demás, estaríamos
haciendo una obra de la ley. Recordemos
que el verdadero ayuno incluye dar pan
al hambriento, cubrir al desnudo y todo
lo descrito en Isaías 58. El verdadero
ayuno es una buena obra, al no hacerlo
bien caeríamos en religiosidad.
Las buenas obras de Rut
Finalizo haciendo referencia a las buenas
obras que menciona Booz en Rut 2:12
(BLA). Una de ellas fue todo el bien que
le había hecho a su suegra, trabajando
por ella y sirviéndole; también siendo
extranjera había buscado refugio en el
Dios verdadero. Quiere decir que buscar
cobertura ministerial es una buena obra;
además buscó a Booz en lugar de los
jóvenes. Pasar a una etapa de madurez,
es una buena obra que debería hacer la
iglesia que se casará con Jesucristo.
Citas Bíblicas para estudio
Hechos 9:36
Efesios 2:10
2 Timoteo 2:15-21
Colosenses 1:10
Tito 1:7 al 16
6 EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018
Obras de
Arrepentimiento
Hilmar Ochoa
“Demostrad con obras vuestro arrepenti-
miento, y no os pongáis a decir: Tenemos
por padre a Abraham...” (BMN Lucas
3:8). Cuando Juan el bautista estaba
predicando en el río Jordán, mucha
gente, de manera religiosa venía a él
para ser bautizada; gente que no demos-
traba tener una conversión genuina
y que prácticamente habían caído en
hipocresía. Por esa razón, el profeta,
al discernirlos les decía: “Demostrad
con obras vuestro arrepentimiento”.
Arrepentimiento en el idioma griego
se dice “metanoia” (G3341), y según el
diccionario Vine quiere decir: “Cambio de
parecer”. Según el diccionario Swanson
significa: “Cambio de mentalidad”, que
resulta como cambio del estilo de vida.
Y según el diccionario Tuggy, arrepenti-
miento significa: “Cambio de pensar y
de actitud”. Con base en los significados
anteriores, podemos concluir en que
el arrepentimiento es el cambio en la
manera de pensar, que dará lugar a
un cambio en la manera de actuar. El
cambio de actitud genera un cambio de
conducta, este cambio se refleja en las
obras de arrepentimiento. Por eso, las
obras de arrepentimiento, vienen a ser la
evidencia y demostración de que hay un
corazón arrepentido.
Las obras son el reflejo de lo que inter-
namente está ocurriendo. La palabra
“obras” que aparece en nuestro texto
base, en el idioma griego se dice “karpos”
(G2590). Esta palabra también se puede
traducir como frutos, resultado, acción,
producto y beneficio. De acuerdo con
esto, las buenas obras o acciones justas,
son el producto y resultado que el
arrepentimiento da como frutos y benefi-
cios. Por ejemplo: “Por tanto, arrepentíos
y convertíos, para que vuestros pecados
sean borrados, a fin de que tiempos de
refrigerio vengan de la presencia del
Señor,” (LBLA Hechos 3:19).
Como en la Biblia el orden de los factores
sí altera el producto, nadie se puede
convertir si primero no se arrepiente.
Entonces la conversión es un fruto del
arrepentimiento. “Convertíos”, se deriva
del término griego “epistrefo” (G1994).
Según el diccionario Swanson, quiere
decir cambiar la conducta, cambiar el
comportamiento, regresar y volver. La
conversión viene a ser como el comple-
mento del arrepentimiento, ya que, si
recordamos, arrepentimiento es cambiar
la manera de pensar; en cambio, conver-
tirse es cambiar la manera de actuar. Una
paráfrasis de lo que Juan el Bautista decía
a quienes se querían bautizar sin mostrar
arrepentimiento, diría así: “Demuestren
con su buena conducta que se han
arrepentido verdaderamente”. “Cambien
la manera de actuar y así demostrarán
que han cambiado su manera de pensar.”
Veamos al arrepentimiento y la conver-
sión actuando juntos: “Por tanto, di a
la casa de Israel: Así dice el Señor DIOS:
Arrepentíos y apartaos de vuestros ídolos,
y de todas vuestras abominaciones
apartad vuestros rostros”. (LBLA Ezequiel
14:7). En este caso, las obras de arrepen-
timiento serían apartarse de la idolatría y
de las abominaciones. Esto amplía mucho
más el tema, porque existen muchas
clases de idolatría y diferentes cosas
abominables. Sin embargo, el punto
central del versículo sería, “apartarse” de
todo aquello que desagrada a Dios o que
es considerado malo. En otras palabras,
quien se arrepiente podrá apartarse; ese
apartarse será volverse del mal camino;
en otras palabras “convertirse”; dejar
de practicar el pecado, abandonar toda
forma de iniquidad, y apartarse del mal,
son obras de arrepentimiento. “El que
encubre sus pecados no prosperará; Mas
el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia.” (RV60 Proverbios 28:13).
La confesión de pecados es una muestra
de arrepentimiento. Sin embargo, no
basta con confesar los pecados; aunque
es muy importante hacerlo; es necesario
“apartarse” del pecado. En otras palabras
“el que se arrepiente y se convierte alcan-
zará misericordia.” “Por tanto, os juzgaré,
a cada uno conforme a su conducta, oh
casa de Israel—declara el Señor DIOS—.
Arrepentíos y apartaos de todas vuestras
transgresiones, para que la iniquidad no
os sea piedra de tropiezo.   Arrojad de
vosotros todas las transgresiones que
habéis cometido, y haceos un corazón
nuevo y un espíritu nuevo.” (LBLA
Ezequiel 18:30-31). El arrepentimiento
debe ir acompañado de un obrar, de
un actuar. El arrepentimiento no es
solamente un sentimiento de dolor o
tristeza por haber pecado. Es un cambio
de actitud, es parte de la renovación
de la mente, que se hará evidente en
nuestras conductas. Es abandonar lo que
estábamos haciendo mal, para ir en pos
de todo lo bueno que debemos hacer. Por
eso, convertirse significa “volver”; eso
quiere decir que apartarnos del Señor o
menguar en su búsqueda, requiere de un
arrepentimiento para poder regresar a
esa comunión íntima.
“Recuerda, por tanto, de dónde has
caído, y arrepiéntete, y haz las primeras
obras; pues si no, vendré pronto a ti,
y quitaré tu candelero de su lugar, si
no te hubieres arrepentido.” (RV60
Apocalipsis 2:5).
A la iglesia de Efeso, el Señor le dijo: “has
dejado tu primer amor”; como conse-
cuencia había dejado de hacer las obras
del principio. Por eso también le dijo El
Señor: “arrepiéntete y vuelve a hacer
las obras que hacías”. Para poder volver
(convertirnos) a nuestro primer amor
necesitamos arrepentirnos. Regresar al
primer amor es una obra de arrepenti-
miento. ¡Bendiciones!
Citas Bíblicas para estudio
Joel 2:12
2 Reyes 17:13
Jeremías 25:5
Oseas 14:2
Isaías 31:6
Zacarías 1:3

Las Obras de
Caridad
Ramiro Sagastume
Estamos llegando cronológicamente al
último mes del año del Reposo; sabiendo
que en lo espiritual ese tiempo de
Reposo es continuo, no tiene caducidad.
A todo lo que hacemos, sin lugar a duda
debemos aplicarle fe como dice la biblia:
“Así también la fe por sí misma, si no
tiene obras, está muerta.” (LBA Santiago
2:17). Analicemos juntos qué dice la
Biblia respecto a las Obras de Caridad.
El diccionario RAE da el concepto de
Caridad como: Actitud solidaria con el
sufrimiento ajeno y como limosna que se
da, o auxilio que se presta a los necesi-
tados. En la biblia vemos el ejemplo de
Cornelio: “y dijo: Cornelio, tu oración ha
sido oída, y tus obras de caridad han sido
recordadas delante de Dios” (LBA Hechos
10:31).
La palabra griega que usa es la # 1654
que significa: misericordia, lástima, dar
limosna, una donación a los pobres.
Vemos que para hacer obras de caridad,
uno de los requisitos es ser una persona
piadosa, temerosa de Dios, y de
constante oración. Al tener Cornelio estas
cualidades, Dios le hizo una conexión
sobrenatural; porque él siendo romano
(gentil), preparó al apóstol Pedro para
que llegara a su casa, y le fuera predicado
el evangelio; por esa visita fue salvo junto
con toda su casa y además fueron llenos
del Espíritu Santo. Y todo lo que desató
esa bendición, fuel el hacer continua-
mente obras de caridad, e hizo que Dios
abriera el libro de sus memorias para
recompensarlo y mostrarle su favor. De
esa forma recordemos que Mardoqueo
fue recompensado en el momento
justo, en el momento de más necesidad
en su vida; cuando fue abierto el libro
de memorias del rey, en donde estaba
anotada la obra que él había hecho.
La obra de caridad debe ser motivada
por el Espíritu, si es motivada por nuestra
alma, va a ser una obra humanista. La
Biblia dice qué actitud debemos tener
al hacer una obra de caridad: “Por el
contrario, cuando tú socorras a un
necesitado, hazlo en secreto, de modo
que ni siquiera tu mano izquierda sepa lo
que hace tu derecha. Y tu Padre, que ve lo
que haces en secreto, te recompensará.”
(BAF Mateo 6:3).
No debemos hacerlo público ni tampoco
ponerlo en nuestras redes sociales. Dios
puso en el pueblo de Israel la forma de
no olvidarse del necesitado. Las primicias
eran para Dios, la cosecha les servía para
vivir y todas las orillas de los campos de
siembra no las podían recoger, porque
eran para los necesitados, para las viudas
y para los extranjeros. Un ejemplo claro
de esto, lo podemos ver en el Antiguo
Testamento, cuando Booz dejó que Ruth
(extranjera) fuera a espigar a su campo.
Siguiendo con los ejemplos en el Nuevo
Testamento, vemos a una mujer que se
llamaba Tabita: “Había entonces en Jope
una discípula llamada Tabita (que tradu-
cido al griego es Dorcas); esta mujer
era rica en obras buenas y de caridad
que hacía continuamente”. (LBA Hechos
9:36).
Vemos que otro de los requisitos para
hacer obras de caridades ser discípulo,
Tabita había dejado de ser una oyente,
pasó a ser creyente y se convirtió en
una discípula. Al igual que el profeta
Eliseo, se enfermó de la enfermedad que
debía morir; pero ella había aprendido
el secreto de hacer obras de caridad,
y nuevamente Dios se recuerda de sus
obras: “Entonces Pedro se levantó y
fue con ellos. Cuando llegó lo llevaron
al aposento alto, y todas las viudas lo
rodearon llorando, mostrando todas las
túnicas y ropas que Dorcas solía hacer
cuando estaba con ellas. Mas Pedro,
haciendo salir a todos, se arrodilló y oró,
y volviéndose al cadáver, dijo: Tabita,
levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver
a Pedro, se incorporó.” (LBA Hechos
9:39-40).
Dios en su misericordia nos muestra lo
que para Él es el verdadero ayuno, como
lo describe la Biblia: “¿No es para que
partas tu pan con el hambriento, y recibas
en casa a los pobres sin hogar; para que
cuando veas al desnudo lo cubras, y no te
escondas de tu semejante?” (LBA Isaías
58:7). Para hacer obras de caridad no es
EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018 7
necesario que tengamos un condición
social alta o media; la Biblia nos narra de
una mujer que económicamente estaba
muy mal, al punto de estar por morir
junto a su hijo.
Dios le envió al profeta Elías para que le
diera de beber y de comer; En ocasiones
Dios nos “forzará” a hacer obras de
caridad, como le sucedió a esta viuda;
sin saber que era un plan de Dios para
bendecirla. “Porque así dice el SEÑOR,
Dios de Israel: No se acabará la harina
en la tinaja ni se agotará el aceite en
la vasija, hasta el día en que el SEÑOR
mande lluvia sobre la faz de la tierra.”
(LBA 1 Reyes 17:14). Una de las cosas
que podemos hacer para agradar a Dios
es ayudarnos mutuamente: “Y no os
olvidéis de hacer el bien y de la ayuda
mutua; porque de tales sacrificios se
agrada Dios.” (LBA Hebreos 13:16).
En nuestra iglesia hay un departamento
del cual te invitamos a que participes,
se llama “Obra Misionera”; aquí puedes
hacer realidad algunas de las cosas que
hemos visto, como una obra de caridad
movida por el Espíritu del Señor. “El alma
generosa será prosperada, y el que riega
será también regado.” (LBA Proverbios
11:25).
Citas Bíblicas para estudio
Proverbios 28:27
Proverbios 3: 27-28
1 Reyes 17:10-11
Mateo 10:42
Hechos 10:1-2
Efesios 2:8-9
8 EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018
Las Obras de
Abraham
Vinicio Castillo
Cuando Dios llamó a Abraham también
proclamó una bendición sobre su descen-
dencia, comparándola con el polvo de la
tierra (Gén. 13.16), con la arena del mar
(Gén. 32.12) y con las estrellas del cielo
(Gén. 22.17). La descendencia como el
polvo es la que vino por medio de Ismael;
la descendencia como la arena es la que
vino por medio de Isaac, según la carne;
y la descendencia como las estrellas es la
que vino por medio de la fe, es decir, la
Iglesia de Cristo.
Sin embargo, el apóstol Pablo dice clara-
mente que no todos los descendientes
de Abraham son considerados hijos de
Dios, sino únicamente aquéllos que son
descendientes conforme a la promesa
(Rom. 9.6-8), los cuales, de acuerdo con
lo que dijo el Señor Jesús, habrán de
identificarse por hacer las mismas obras
que hizo Abraham (Jn. 8.39); de manera
que se hace necesario considerar cuáles
son dichas obras y aplicarlas en nuestra
vida, sabiendo de antemano que no
podremos abarcarlas todas en unas
cuantas líneas.
En primer lugar debemos recordar que a
Abraham se le conoce tradicionalmente
como: “El Padre de la Fe”; de manera
que creer a Dios es la primer obra de
Abraham que podemos considerar, y de
ésta se derivan todas las demás. Cabe
resaltar que no nos referimos tanto al
hecho de creer que Dios existe, puesto
que aun los demonios creen y tiemblan
(Stg. 2.19), sino al hecho de creerle a
Dios cuando nos habla y no dudar en
cuanto al cumplimiento de su palabra,
lo cual se hace evidente por medio de
nuestras obras.
Como resultado de creer, Abraham se fue
de su tierra tal como el Señor le había
dicho (Gén. 12.4) y de acuerdo con el
contexto de este pasaje, salió sin saber
adónde iba (Heb. 11.8), siendo esto una
obra de Abraham que podemos consi-
derar desde diferentes puntos de vista.
Por una parte, el verbo ir se traduce del
término hebreo Hâlak (H1980 – Strong)
que, cuando se aplica a las personas,
denota la idea de “caminar hacia la
muerte” (Dic. Vine). Esto significa que
nosotros, al igual que Abraham, debemos
despojarnos de todo y caminar hacia
la muerte de nosotros mismos, a fin de
hacer la voluntad del Señor.
Por otra parte, cuando Abraham salió de
su tierra habitó como extranjero en la
tierra de la promesa, pues esperaba una
ciudad cuyo arquitecto y constructor es
Dios (Heb. 11.9-10), dándonos a entender
que los que somos hijos de Abraham no
debemos poner nuestra mirada en las
cosas terrenales sino en las celestiales,
sabiendo que nuestra meta final no es en
la tierra, sino en el cielo.
Otra obra de Abraham fue dar el diezmo
de todo el botín al sumo sacerdote
Melquisedec, después de haber resca-
tado a su sobrino Lot (Gén. 14.18-20).
Desafortunadamente, el diezmo es uno
de los principios eternos más atacados,
no sólo por las personas que no conocen a
Dios, sino también por algunos que dicen
ser hijos de Abraham pero se niegan a
hacer las obras que hizo Abraham.
En el caso de este último grupo, se
argumenta equivocadamente que el
diezmo es parte de la ley de Moisés y
por consiguiente ya no es aplicable en
este tiempo, por cuanto no estamos bajo
la ley sino bajo la gracia (Rom.6.14). Sin
embargo, debemos notar que Abraham
diezmó muchos años antes de que viniera
la ley de Moisés, y por consiguiente es
un principio eterno que sigue vigente en
este tiempo, pero sólo los verdaderos
hijos de Abraham lo pondrán por obra.
También debemos considerar que
ofrendar es otra obra de Abraham,
puesto que él ofrendó aquello mismo
que le había sido prometido por El Señor,
pero lo entregó creyendo que Dios es
poderoso para resucitar a su hijo de
entre los muertos (Heb. 11.17-19). Esto
significa que los verdaderos hijos de
Abraham debemos imitarlo en el sentido
de despojarnos de lo que más amamos,
aun cuando sea una bendición que El
Señor nos haya dado, por cuanto El Señor
también dijo que quien ama a su padre, a
su madre o a sus hijos más que a Él, no es
digno de Él (Mat. 10.37).
Asimismo, es importante resaltar que
cuando Abraham entregó a su hijo Isaac
dijo a sus siervos: “…yo y el muchacho
iremos hasta allá, adoraremos y volve-
remos a vosotros.” (Gén. 22.5), dándonos
a entender que la ofrenda es un sinónimo
espiritual de la adoración, siendo ésta
otra obra que debe manifestarse en
los verdaderos hijos de Abraham. Sin
embargo, debemos hacer énfasis en
el hecho que Abraham no usó ningún
instrumento musical ni entonó ningún
cántico, de manera que la adoración va
mucho más allá de la música, siendo
más bien una actitud de obediencia que
agrada el corazón de nuestro Dios.
Por último enfocaremos el hecho que
Abraham circuncidó la carne de su
prepucio como señal del pacto con Dios
(Gén. 17.23-24) y, de forma similar al
diezmo, es importante notar que la
circuncisión de Abraham tuvo lugar antes
de la ley de Moisés, pero no es algo que
se deba practicar literalmente en este
tiempo, porque también está escrito que
en El Señor fuimos circuncidados, no con
una circuncisión hecha de manos, sino
habiendo quitado el cuerpo de carne
que afecta nuestro corazón (Col. 2.11).
¡Maranatha!
Citas Bíblicas para estudio
Gál. 3.6-9
1 Cor. 15.31
Hebreos 7.8-10
2 Corintios 9.5-7
La adoración Hebreos 11.21
La Circuncisión 1 Cor. 7.18-20

Las Obras de
Carne
La
Sergio Licardie
Reconociendo que debemos ser
equipados para la obra del ministerio a
través de los 5 ministerios, entendemos
que por la oposición de las tinieblas (1
Tesalonicenses 2:2), habrán oportuni-
dades en las que el enemigo, buscará
llevarnos a realizar obras distintas a las
planificadas por Dios para nuestras vidas.
De esta manera, en Gálatas 5:19-21,
encontramos 18 obras de la carne (6+6+6)
que debemos explicar, para detectar si
nos hemos desviado de realizar o ser
capacitados, para la obra del ministerio.
Por motivos de espacio, hablaremos de 2
de ellas:
FORNICACIÓN
Cuando hablamos de la fornicación como
concepto, traspasamos las fronteras de
lo meramente físico, pues aunque el
término se puede referir a una relación
sexual no permitida, en lo espiritual,
vemos que este es uno de los motivos
principales del enojo de Dios contra
Israel. ¿Por qué? Porque Israel se prosti-
tuyó (fornicó) tras ídolos, dejando de
poner su amor y confianza en Dios. Esto
lo menciona varias veces El Señor contra
Israel. Una de las ocasiones impactantes
que quedó escrita, es cuando Josué
muere, y se levanta una generación que
no conoce las obras de Dios a favor de
Israel (Jueces 2:10), prostituyéndose
constantemente al servir a otros dioses,
haciendo que se encendiera la ira de Dios
una y otra vez contra ellos (Jueces 2:20).
Esto mismo sucedió en la época de
los reyes, figura de los ministros. Si les
sucedió a los israelitas en ese tiempo,
quedó como un ejemplo para nosotros
en el presente (1 Corintios 10:11). Y
quedó escrito, para que analicemos, si
EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018 9
estamos fornicando espiritualmente. No obedece a su pastor, entonces también
que un ministro o un siervo en capaci- se está oponiendo a la autoridad.
tación para la obra, tenga un altar a un
dios de madera o de yeso en su casa o en Y la sutilidad de esta obra de la carne,
la iglesia, eso es demasiado evidente. La
fornicación incluye mucho más que eso.
radica en que se puede caer en ella de
muchas maneras. Por ejemplo, si me
Por ese motivo, debemos recordar que opongo a un siervo delegado por el
el número 2, nos habla de testimonio. ministro primario, caigo en una obra de
Que esta obra de la carne sea la segunda la carne. Si he pecado y no acepto una
mencionada en la Biblia, tiene un signifi- disciplina de parte del ministro primario
cado relevante: Puede ser que solamente que me cubre, también caigo en una obra
el Señor y nosotros mismos conozcamos de la carne. Y si tengo enemistad o soy
qué tipo de fornicación hay en nuestro hostil con un hermano de mi congre-
corazón. Quizá no se haya hecho evidente gación, con mi familia u otro cristiano,
a quienes nos rodean, pero ya hay un también estoy en una obra de la carne,
testimonio en los ambientes celestes, y no puedo entonces hacer bien la obra
de lo que podemos estar realizando en del ministerio.
lo secreto. Por lo tanto, también hay 2
Amado lector, restan aún 16 obras de la
preguntas que nos ayudarán a guiarnos,
carne por estudiar. Las podemos desarro-
para detectar y posteriormente eliminar,
llar en casa, y utilizarlas como un termó-
esta obra de la carne de nuestro corazón:
metro personal, para analizar nuestra
¿En quién ponemos nuestra confianza
propia vida y determinar qué cosas deben
en medio de los problemas? ¿Tenemos
ser aún entregadas al Señor. Para esto, es
algún deseo, actividad, anhelo, persona,
oportuno traer a nuestra mente lo que
meta, título, que ocupa el lugar principal
sucedió con el rey Josías, quien en su año
en nuestro corazón antes que Dios? Estas
18 de reinado, al leer y entender lo que
2 preguntas no son de ninguna manera,
no le agradaba al Señor, se enterneció
una acusación. Insistimos que son una
su corazón, lloró y se humilló delante de
herramienta que nos ayudará a guiarnos,
Dios, quien le habló y le ministró paz.
para detectar y posteriormente eliminar,
De la misma manera, busquemos a Dios
esta obra de la carne de nuestras vidas.
con humildad, reconociendo nuestros
errores ante Él, y recibiremos su perdón y
ENEMISTADES
esa misma paz, la inigualable paz de Dios
Esta es la séptima obra de la carne en (Filipenses 4:7).
ser mencionada. Se contrapone directa-
mente al perfeccionamiento (número 7)
del cristiano. No le permite hacer la obra
del ministerio, pues ésta no debe hacerse
con enemistad. Por eso en el griego, esta
palabra también es sinónimo de hosti-
lidad y oposición. De allí que, quien dice
estar haciendo la obra del ministerio,
pero se opone a la autoridad, está en una
obra de la carne, no en la obra de Dios
(Romanos 13:2). De esta forma, quien
no reconoce una cobertura legítima de
Dios, participa de una obra de la carne. Citas Bíblicas para estudio
Ahora bien, el oponerse a la autoridad,
no es solamente cuando un cristiano, por 2 Reyes 22:3-20
falta de revelación, rechaza a un minis- Apocalipsis 19:2
terio en particular. Puede ser que alguien Mateo 15:19
no reconozca que existen apóstoles o Romanos 1:18-32
maestros (por mencionar dos tipos de Romanos 8:7
ministros), pero si esa persona, que Efesios 2:15-16
sí reconoce un ministerio pastoral, no
12 EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018
Las Obras de
Jezabel
Juan Luis Elías Cárcamo
Al leer el libro de Efesios en su capítulo
cuatro, versículos, del once al doce, se
entiende claramente que quienes hacen
la obra del ministerio son los santos. Para
llevar a cabo esta obra, el santo debe
ser capacitado por los cinco ministerios
primarios, este es un proceso en el que se
deja claro que Dios quiere que sus santos
hagan la obra que Él ha encomendado.
En el libro de Apocalipsis se lee que el
Señor conoce las obras de cada una de
las siete iglesias; vemos como las obras
de las iglesias, están delante de Dios; y
por último el libro de Santiago nos dice
que la fe sin obras es una fe muerta;
el motor de las obras es la fe y la fe sin
obras es incompleta.
Ahora bien cuando el Señor examina las
obras de las iglesias del libro de apoca-
lipsis alaba algunas obras pero de otras
pide arrepentirse de estarlas practicando;
es decir que hay obras que realizan los
santos que pueden tener apariencia
de piedad, pero que en realidad no
son agradables a Dios y que se pueden
estar realizando al mismo tiempo que se
realizan obras de acuerdo a la voluntad
de Dios; a la Iglesia de Tiatira se le alaba
por sus obras, que han llegado a ser
mayores que las primeras, pero además
de esas obras se están ejecutando
también las obras de Jezabel y le pide a
esa iglesia que se arrepienta de las obras
de esa mujer (Apo 2:22).
Es de suma importancia conocer cuáles
son las obras que estamos llamados a
hacer de acuerdo a la voluntad de Dios,
para poderlas llevar a cabo y conocer
cuáles son las obras que Dios abomina
para identificar si las estamos haciendo
y arrepentirnos para llegar a ser hallados
agradables a Dios.
Las obras de Jezabel
Para poder entender las obras de Jezabel
empezaremos en Apocalipsis capítulo 2
versículo 22, en donde Dios pide arrepenti-
miento, un cambio de mente, un cambio de
manera de pensar en aquellos que dentro
de la iglesia de Tiatira han participado de
las obras de ella; podemos de aquí inferir
que la obra de esta mujer empieza cuando
cambia el pensamiento del santo para
llevarlo a hacer las obras de ella y para
hacerlo utiliza varios métodos, los cuales
podemos ver descritos a lo largo de lo que
esta mujer, que es una potestad espiritual,
ha hecho tanto en el antiguo testamento,
en los evangelios como el libro de apoca-
lipsis.
En 1er libro de Reyes 21:25, se describe
que el rey Acab fue entre los reyes de Israel
el que ofendió a Dios más que todos; pero
eso fue debido a que su mujer Jezabel lo
había incitado, inducido, convencido a ello.
Vemos el espíritu de Jezabel en los evange-
lios cuando la mujer de Herodes, convence,
instiga, incita (inducir con fuerza) e instruye
a su hija Salomé, luego de haber agradado
al rey con su danza, a pedir la cabeza de
Juan el Bautista. En Apocalipsis 2:20
nuevamente vemos que enseña y seduce
a los siervos de Dios a cometer acciones
que Dios desaprueba: Jezabel utiliza a los
mismos ministros y santos para llevar a cabo
sus obras y lo logra incitando, seduciendo,
instruyendo, enseñando su propia doctrina
(Apo 2:24), las obras de Jezabel empiezan
influyendo los pensamientos de los santos
y ministros.
Luego de haber influido en el pensamiento,
por medio de su enseñanza y seducción
Jezabel lleva a quitar la cabeza de sobre el
cuerpo (figurativamente en el caso de Juan
el Bautista), entendiendo que la cabeza
de Cristo es Dios, la del hombre es Cristo
y la de la mujer es el hombre podemos
entender que una de sus obras es alterar
el orden de la autoridad diseñada por Dios;
ninguna mujer debe sojuzgar al hombre,
el matriarcado es una de las obras de
Jezabel; dentro de la iglesia si bien una
mujer puede tener un ministerio primario,
el que no puede ejercer es el de apóstol
ya que este ministerio ocupa el lugar de
autoridad y coordinación sobre los demás
ministerios es por ello que una mujer no
puede ocuparlo ya que contravendría las
instrucciones dadas por el Espíritu Santo
por medio del apóstol Pablo: “no permito
que ninguna mujer ejerza dominio sobre el
hombre”.
Otras obras: comer cosas sacrificadas a los
ídolos, es decir sincretismo; adopción de
fiestas paganas que con llevan dentro de
su celebración comidas como si se tratara
de celebraciones cristianas y apoyar su
introducción dentro de la iglesia, basados
en interpretaciones falsas de la palabra de
Dios y la enseñanza de estas. Cometer
actos inmorales por parte de los minis-
tros, los cuales pueden caer dentro del
ámbito sexual, administrativo y aún de
culto basados en enseñanzas doctrinales
de hombres o demonios, la adopción de
doctrinas que permitan o llamen miseri-
cordia, tolerancia, a aquello que Dios
abomina, como las ideologías de género,
aborto son parte de las obras de Jezabel
que son llevadas a cabo por convenci-
miento doctrinal que no proviene de Dios.
La solución es la no tolerancia, el no
adulterio con Jezabel; quienes son
llamados a enfrentar esto son los rectos
a la manera de Jehú, quien dio muerte a
Jezabel (2 Rey 9:30-33, 10:30).
Citas Bíblicas para estudio
Efe 4:8-14
Apoc 2,3
Mat 14:6-12
1 Cor 11:3
1Tim 2:12

Las Obras de
Impiedad
Fernando Álvarez
Primeramente es preciso definir ¿qué
es la piedad?: el Diccionario Bíblico
Ilustrado Holman nos dice que “piedad es
el respeto por Dios que afecta la manera
de vivir de una persona”; también dice
que “el Apóstol Pablo utilizó el término
para aludir a las acciones de Dios por
medio de Jesús”.
Ambos conceptos hablan de obras,
trabajo y forma de vivir a partir de un
cambio en la vida de las personas, luego
de conocer la misericordia de Dios que es
Cristo Jesús; entonces impiedad significa
carecer de esa misericordia, misma que
se manifiesta en el irrespeto y oposición
a las cosas del Señor (2 Tes 2:4).
“para ejecutar juicio sobre todos, y
para condenar a todos los impíos de
todas sus obras de impiedad, que han
hecho impíamente, y de todas las cosas
ofensivas que pecadores impíos dijeron
contra El” (Jud 1:15) cuyas actitudes
incluyen: no reconocer al Señor, un estilo
de vida alejado del Señor, violar delibe-
radamente las leyes divinas, participar
de la idolatría, involucrar a otros en su
maldad, etc. (Rom 1:20-32)
En cuanto a su naturaleza espiritual,
podemos identificar tres manifestaciones
que determinan el carácter del impío: la
maldad, la perversidad y la irreverencia;
la primera relacionada con la oposición,
la segunda con la intencionalidad de
hacer daño y la tercera con el irrespeto
(Strong Concordance)
Aclarado este punto será mucho más fácil
ilustrar algunas de las obras que derivan
de esta condición espiritual; la primera
es que restringen la verdad, lo cual es
injusto (Rom 1:18) porque la verdad hace
libre a las personas y la verdad es Cristo
(Juan 8:15; 14:6); por lo que al restringir
la verdad, obstaculizan la comunión de
Jesucristo con su iglesia y por lo tanto,
las personas siguen siendo esclavos del
pecado (Rom 6:16). Por eso el Apóstol
Juan nos alerta respecto de los engaña-
dores que se atreven a negar la divinidad
del Señor Jesucristo, mismos que son
identificados como parte del engaño del
anticristo (2 Juan 1:7-11) cuyo propósito
es robar la esperanza del corazón de
nosotros los cristianos nacidos de nuevo,
respecto de la venida del Señor (1 Co
15:19), lo cual se constituye en una señal
de los últimos tiempos.
Convierten la gracia de nuestro Dios
en libertinaje (Jud 1:4). Actualmente
han proliferado las falsas enseñanzas
o doctrinas de demonios, que alientan
equivocadamente al pecado, tergi-
versando las escrituras respecto a la
libertad que por medio de la gracia nos
ha sido dada, como por ejemplo la falsa
doctrina de “salvo siempre salvo”; al
respecto el apóstol Pablo nos apercibe
diciendo “¿Qué diremos, entonces?
¿Continuaremos en pecado para que
la gracia abunde? ¡De ningún modo!
Nosotros, que hemos muerto al pecado,
¿cómo viviremos aún en él?” Rom 6:1-2.
Niegan al Señor Jesucristo (Jud 1:4). Esta
obra es una consecuencia del engaño
y del libertinaje que se relaciona con
la apostasía generalizada, porque la
impiedad trabaja de forma encubierta
dentro de las congregaciones, por medio
de falsos profetas y maestros quienes se
encargan de introducir herejías destruc-
toras dentro del pueblo del Señor, para
luego inducir a la blasfemia y finalmente
a la apostasía irreversible, por esa razón
la palabra nos aconseja a probar a los
espíritus, para saber si son de Dios y
de esa manera poder discernir entre
los ministros genuinos y los falsos (2Pe
2:1-2; 1Juan 4:1-3). Siendo entonces
la herejía y la blasfemia herramientas
utilizadas por los impíos, sus obras y
propósitos de destrucción. Es importante
ilustrar brevemente en qué consiste cada
una de ellas y cómo evitarlas también.
La herejía se refiere a opiniones o
doctrinas que no coinciden con la
enseñanza de la iglesia (Diccionario
EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018 13
Holman Ilustrado), por esa razón el
Apóstol Pedro aconseja desechar toda
malicia y engaño, deseando como niños
recién nacidos la leche pura de la palabra
y así poder crecer para salvación, ¿cómo
funciona este antídoto en contra de la
herejía? oyendo, leyendo y predicando
la palabra del Señor (1Pe 2:1), con la
guianza del Espíritu Santo y la ministra-
ción de los cinco ministerios.
La blasfemia, se relaciona con la difama-
ción, calumnia o protesta irrespetuosa en
contra del Señor (Strong Concordance)
y es que siendo una consecuencia de la
herejía queda un solo recurso; el genuino
arrepentimiento para que la promesa de
nuestro Señor se cumpla en cuanto a que
toda palabra dicha en contra del Hijo sea
perdonada.
Haciendo una diferencia entre una
apostasía irreversible y una reversible,
la primera se asocia a la blasfemia en
contra del Espíritu Santo la cual no será
perdonada (Mat 12:31-32), mientras
que para la segunda existe el perdón, así
como sucedió con el Apóstol Pedro luego
de haber negado al Señor Jesús (Mar
14:66-72).
El señor nos alienta a negar la impiedad,
porque el murió por los impíos y si lo
podemos creer nuestra fe será tomada
por justicia.
Citas Bíblicas para estudio
Romanos 4:5
Romanos 5:6
1 Timoteo 1:9
2 Timoteo 2:16
2 Pedro 3:7
2 Pedro 2:5
14 EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018
Las Obras de
Diótrefes
Louisette Moscoso y Sammy Pérez
En la Biblia podemos ver a un mal
ministro de nombre Diótrefes, quien
actuaba con malas obras. Su nombre
significa, según Strong G1361 “nutrido
por Joves o Júpiter”, lo cual como primer
punto nos deja ver que era un hombre
que no estaba lleno del Espíritu Santo,
sino por el contrario, estaba nutrido por
falsas doctrinas especialmente lleno de
autosuficiencia, considerando que él
no tenía autoridad. El nombre Diótrefes
también viene del Strong G2203 que es
Zeus o Júpiter, y G5142 trefo que significa
endurecer, engordar.
Esto nos deja ver que éste era un individuo
con el corazón duro, lo cual nos recuerda a
Faraón, quien no seguía las instrucciones,
ni la voz de Dios, y sobre todo que se creía
un dios. Este tipo de ministros, en primer
lugar no reconocen cobertura, y segundo,
son el tipo de ministros que no escuchan
a Dios ni a su autoridad y no obedecen las
indicaciones que su autoridad espiritual
les da.
Engordar trae la idea de un ministro que
buscaba saciarse a sí mismo, y no buscaba
hacer la voluntad de Dios con el pueblo.
Esto lo convirtió en un amador de sí mismo
(2 Ti. 3:2). Y cuando la Biblia habla acerca
de los que tienen estas características,
dice de ellos que viven lujosamente sobre
la tierra, llevados por una vida de placer
desenfrenado, engordando sus corazones
para el día de la matanza (Stg. 5:5).
Ahora bien, la Escritura nos enseña en
3 Juan 1:9 dos características de este
tipo de ministros, indicando que lo que
buscan es tener los primeros lugares, es
decir, que buscan imponer su autoridad y
tener lugares de preeminencia. Algunas
versiones lo traducen de esta manera:
3Jn 1:9 (LBD)  “Hace un tiempo escribí a la
iglesia sobre este asunto, pero Diótrefes,
a quien le encanta colocarse como si
fuera jefe de los demás, no reconoce la
autoridad que tengo sobre él y no me hace
caso”.
3Jn 1:10 (ECR) “Por esto, si fuere a vosotros,
le pediré cuentas sobre las obras que hace
destruyendo nuestra autoridad…”
En esto podemos ver que existen minis-
tros que se adjudican autoridad que no les
ha dado Dios, ni su cobertura espiritual,
realizando actividades que no han sido
aprobadas por ellos.
Otra característica que se menciona
es que no acepta lo que le dicen los
apóstoles. Esta clase de persona puede
ser algún ministro primario que en primer
lugar no reconoce el ministerio apostólico.
Que a lo mejor sí es un ministro profeta,
evangelista, pastor o maestro, pero que
no reconoce el ministerio apostólico, y
que no está bajo cobertura ministerial. Y
en la versión Jerusalén llega al punto de
decir que “no recibe a los apóstoles ni a
las autoridades”. Luego la Biblia enseña
en 3 Juan 1:10, que llega a acusar a otros
ministros con palabras maliciosas. En este
caso tiene una característica propia del
diablo, la cual es acusar a los hermanos
y peor aún, calumniar a su cobertura
apostólica, que en este caso era el
apóstol Juan; y cuando habla de palabras
maliciosas, pueden ser mentiras o calum-
nias sin ningún escrúpulo, buscando su
propio beneficio.
Otra característica descrita, es que
no recibe a los hermanos que le son
enviados, y a aquellos hermanos que
desean recibirlos, los expulsa de la
congregación. Este tipo de ministro es
aquel que solo quiere engrandecerse a
sí mismo, y utiliza métodos de control y
tiranía sobre el pueblo, imponiéndoles
prohibiciones. Esta actitud es contraria
al ministerio verdadero que el Señor
estipuló, que consiste en apacentar a las
ovejas (Jn. 21:17), es decir alimentarlas
por medio de la Palabra, sin imponerles
yugos de esclavitud hacia su persona o
ministerio. Esta tendencia de querer ser
grandes y los más importantes es propia
de la vieja naturaleza que traemos, a la cual
debemos hacer morir. A sus discípulos, el
Señor los sorprendió discutiendo entre
ellos en el asunto de quién de todos sería
el mayor cuando el Señor ya no estuviera,
y al oírlos les dijo estas palabras:
“No ha de ser así entre vosotros, sino que
el que quiera entre vosotros llegar a ser
grande, será vuestro servidor, y el que
quiera entre vosotros ser el primero, será
vuestro siervo; así como el Hijo del Hombre
no vino para ser servido, sino para servir y
para dar su vida en rescate por muchos”.
(Mat 20:26)  
Qué enseñanza más preciosa la que el
Señor les dio con su propio ejemplo, la cual
llegaron a poner en práctica y a enseñarla
con su propia vida. La Escritura nos
muestra el ejemplo de un rey que quiso
gobernar a su pueblo poniendo sobre
ellos un yugo pesado de llevar, porque
desechó el consejo de los sabios que le
habían dicho: “Si hoy tú te conviertes en
servidor de este pueblo y les sirves a ellos
y les ofreces buenas palabras, ellos serán
tus siervos por siempre.” (1Re 12:7 BJ4
2007)
El camino para llegar a ser grandes consiste
en hacernos humildes y pequeños, como
niños (Lc 9:48), servir a los demás y esfor-
zarnos por ocupar una posición eterna
más cerca del Señor.
Citas Bíblicas para estudio
3 Juan 1:9-10
2 Timoteo 3:2
Santiago 5:5

Las Obras de
Caín
Oswaldo Gutiérrez
“no como Caín que era del maligno, y
mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo
mató? Porque sus obras eran malas…”
(1 Juan 3:12)
La Biblia dice que la función principal
de los cinco ministerios es capacitar a
los santos para la obra del ministerio; es
decir, que los ministros deben equipar a
hijos fieles de Dios, para que ellos hagan
las obras que edifiquen a la iglesia. El
mayor ejemplo de esto fue el Señor
Jesucristo, de quien las multitudes se
admiraban por su enseñanza ya que lo
hacía con autoridad, porque ponía en
obra lo que enseñaba; las obras del Señor
fueron y siguen siendo buenas, por ello
son el modelo perfecto para un ministro
primario y de los santos que le apoyan,
sin embargo, hay personajes cuyas obras
no son buenas, tal como fueron las de
Caín.
CAÍN NACIDO FUERA DEL HUERTO
Para comprender por qué las obras de
Caín fueron malas, veamos su inicio:
fue el primer hijo que le nació a Adán
y Eva fuera del huerto, en la tierra que
había sido maldecida a consecuencia
del pecado cometido por sus padres
(Gn 3:17; 4:1), esto es figura del ministro
que ha nacido con costumbres del
mundo y que no ha sido trasladado de
nuevo al huerto diseñado de acuerdo a
la cultura del reino de Dios, por ello su
forma de obrar y capacitar muchas veces
es mala. Lo segundo es que Caín escogió
ser labrador de la tierra, profesión que
tenía que ver con la tierra maldecida;
Caín nació con costumbres de la tierra
y escogió vivir conforme estás costum-
bres; existen ministros que fueron mal
enseñados y deciden seguir viviendo y
aprendiendo esas malas enseñanzas y
en consecuencia enseñan a sus ayudas a
obrar de la misma forma.
CAÍN Y LA VIOLENCIA que había sido maldecida; encima de
Según el diccionario de nombres de
la Reina Valera 1909, Caín significa
posesión, poseído y lanza. Al asociar
estos significados, y que con violencia
mató a Abel, podemos relacionarlos con
el caso de Saúl, de quien dice la Biblia que
miró con recelo a David y a partir de ese
momento un espíritu maligno de parte del
Señor le poseía y deliraba en medio de la
casa, lo que lo llevó a tratar de clavar en la
pared a David arrojándole su lanza (1 Sa.
18:9-11). Esto es figura de los ministros
influenciados por el maligno, a veces en
el púlpito, otras veces persona a persona,
actúan y hablan con violencia tratando
mal a los que ministran, sabiendo que la
lengua tiene poder de dar vida o muerte;
el apóstol Pedro le encargó a los líderes
que cuidaran del rebaño con gusto y
no abusando de la autoridad delegada.
Tampoco deben sentir envidia sí algún
hermano está descollando con algún
don, como le sucedió a David con Saúl.
Caín también significa según el diccio-
nario BDB “herreros”; a Zacarías el Señor
le mostró cuatro herreros, que tenían
el propósito de aterrorizar, derribar y
destruir a las naciones que dispersaron
y humillaron a Judá (Zac. 1:20-21); al
analizar estas tres obras de los herreros,
vemos que el maligno también tiene por
propósito robar, matar y destruir. Esto es
figura de los ministros que mantienen
aterrorizadas a sus ovejas y a sus ayudas,
con amenazas, por ejemplo: si una
persona no se le sujeta o se quiere retirar
de la iglesia, maldición le caerá de que
nunca le irá bien, también de los minis-
tros que buscan destruir el testimonio de
los suyos desde el púlpito o por medio de
murmuración contando ministraciones
(con nombre), con falsas acusaciones,
entre otras.
La Biblia dice que Caín presentó algunos
de sus cultivos como ofrenda delante del
Señor, en cambio Abel presentó lo mejor
de las primeras crías de los corderos
de su rebaño, por lo que El Señor sólo
aceptó a Abel y a su ofrenda, en cambió a
Caín no lo aceptó, ni a él, ni a su ofrenda
(Gen. 4:3-5); se puede decir que la obra
(presentación de ofrenda) de Caín no fue
buena delante del Señor, porque éste
escogió algo que provenía de la tierra
EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018 15
eso, no se acercó con fe y ofreció algunos
de los cultivos, es decir no ofreció lo
mejor. Esto es figura de los ministros
y sus ayudas ministeriales que, en su
servicio, ofrendas y diezmos, dan de lo
que les sobra, sólo lo que se les pide.
Cuando Caín no fue acepto, se enojó
mucho y se demudó su rostro, entonces
El Señor le dijo: “Si obraras bien, ¿no
alzarías la cabeza?; en cambio, si obras
mal, el pecado está a las puertas de tu
casa y te acosa sin que puedas conte-
nerlo” (Génesis 4:7 BMN); Su peor mala
obra fue engañar y matar a su hermano;
lo llevó al campo figura del mundo y allí
lo asesinó, palabra que también significa
destruir; El Señor dijo que el que odia a
su hermano es un homicida. La iglesia
que será guardada de la tribulación es la
de Filadelfia, nombre que significa amor
entre hermanos (Gen. 4:8 ;1 Jn. 3:15).
Otra de sus malas obras fue no arrepen-
tirse cuando Dios lo confrontó e irse lejos
de la presencia de Dios a la tierra de
Nod, donde tomó como mujer a una de
las hijas de las razas Paralelas que había
en ese lugar. Nunca se arrepintió de sus
malas obras, ni se arregló con Dios, por
eso la Biblia lo llama: “hijo del maligno”.
Citas Bíblicas para estudio
Mt. 7:28-29 Mt. 25:24-30
Hch. 1:1
Jn. 10:10
2 Tim. 2:15
Ef. 4:11-12
1 Pe. 5:2-3 NTV
16 EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018

presente. Por tal razón, el Apóstol Pablo
Las Obras del nos enseña en sus epístolas: “por cuanto
todos pecaron (Pasado = Hemos) y no
Uno en su momento puede enojarse con
algo o con alguien y no necesariamente
estar practicando las obras del diablo.

Diablo alcanzan la gloria de Dios. (Romanos

Pablo Enríquez y Pablo Orellana
“El que practica el pecado es del diablo,
porque el diablo ha pecado desde el
principio. El Hijo de Dios se manifestó con
este propósito: para destruir las obras
del diablo”. (1Juan 3:8 LBLA)
Como lo vemos en este pasaje de las
Escrituras, uno de los propósitos de
la primera venida de nuestro Señor
Jesucristo fue el destruir las obras del
diablo. Al detenernos y leer bajo la
guianza del Espíritu Santo este pasaje nos
damos cuenta que el contexto del mismo
nos habla de la práctica del pecado.
Podríamos decir qué, una de las obras
del diablo es el pecar desde el principio.
Pero, más que el hecho de pecar es el
practicar el pecado.
Hemos entendido que, entre las ofensas
contra Dios existen tanto la transgresión,
como el pecado y la iniquidad. Por fines
didácticos, nos detendremos en lo que es
la iniquidad. La iniquidad, en sustancia
es el practicar sin sensibilidad alguna el
pecado, por tal razón Luzbel antes de
su caída se le dijo: “Perfecto eras en tus
caminos desde el día que fuiste creado
hasta que la iniquidad se halló en ti”.
(Ezequiel 28:15 LBLA). Otras Biblias
traducen este pasaje en su primera parte
como “Perfecto eras en todas tus obras
hasta…” (FTA).
Entendemos a la Luz de la Palabra de Dios
que no es lo mismo pecar, que practicar
el pecado; la Biblia dice que el que dice
que no ha pecado le está diciendo a
Dios mentiroso y la palabra no está en
nosotros (1Juan 1:10), y si decimos que
no tenemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos la verdad no está en
nosotros. (1Juan 1:8) “Hemos” nos habla
de acción pasada por decirlo de esta
manera, y “tenemos” nos habla de hecho
3:23). El apóstol Juan también nos dice:
“Hijitos míos, os escribo estas cosas para
que no pequéis (Presente = Tenemos). Y
si alguno peca Abogado tenemos para
con el Padre, a Jesucristo el justo”.
“Porque si continuamos pecando delibe-
radamente después de haber recibido
el conocimiento de la verdad, ya no
queda sacrificio alguno por los pecados,
sino cierta horrenda expectación de
juicio, y la furia de UN FUEGO QUE HA
DE CONSUMIR A LOS ADVERSARIOS.
Cualquiera que viola la ley de Moisés
muere sin misericordia por el testimonio
de dos o tres testigos. ¿Cuánto mayor
castigo pensáis que merecerá el que ha
hollado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha
tenido por inmunda la sangre del pacto
por la cual fue santificado, y ha ultrajado
al Espíritu de gracia?” (Hebreos 10:26-29
LBLA). “¿Qué diremos, entonces?
¿Continuaremos en pecado para que
la gracia abunde? ¡De ningún modo!
Nosotros, que hemos muerto al pecado,
¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos
6:1-2 LBLA).
Todos pecamos, el problema es cuando a
pesar de haber sido liberados y limpiados
del pecado consentimos en vivir como
que si el Sacrificio de Cristo fuera poca
cosa, por no decir nada y pecamos
deliberadamente sin sensibilidad alguna.
Vemos que una de las obras del diablo
es también el ser homicida. Cuando el
Señor habló acerca del mandamiento
“No matarás” dijo lo siguiente: “Habéis
oído que se dijo a los antepasados: NO
MATARÁS y: Cualquiera que cometa
homicidio será culpable ante la corte.
“Pero yo os digo que todo aquel que esté
enojado con su hermano será culpable
ante la corte; y cualquiera que diga: Raca
a su hermano, será culpable delante de
la corte suprema; y cualquiera que diga:
“Idiota”, será reo del infierno de fuego.
(Mateo 5:21-22) El apóstol Juan explica
también esto diciendo: “Todo el que
aborrece a su hermano es homicida, y
vosotros sabéis que ningún homicida
tiene vida eterna permanente en él”.
“AIRAOS, PERO NO PEQUEIS; no se
ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis
oportunidad al diablo” (Efesios 4:26-27).
Cuando uno se enoja descontrolada-
mente, puede llegar a abrir puertas para
ser partícipe de las obras del diablo. Esto
fue lo que le pasó a Caín, veamos: “pero
a Caín y su ofrenda no miró con agrado.
Y Caín se enojó mucho y su semblante se
demudó. Entonces el SEÑOR dijo a Caín:
¿Por qué estás enojado, y por qué se ha
demudado tu semblante? Si haces bien,
¿no serás aceptado? Y si no haces bien,
el pecado yace a la puerta y te codicia,
pero tú debes dominarlo”. (Génesis
4:5-7 LBLA. El enojo sin freno a Caín le
abrió la puerta al diablo para que él no
solamente se convirtiera en un homicida
y participara así de las obras del diablo,
sino también para que él fuera reengen-
drado y se convirtiera así en un hijo del
maligno (1Juan 3:12).
El Señor quiere que nosotros en vez de
odiar, aprendamos a amar y cumplir el
mandamiento de Dios que dice “amarás
a tu prójimo como a ti mismo” recor-
demos también que el Proverbio dice:
“El odio es motivo de disensiones, pero el
amor cubre todas las faltas”. (Proverbios
10:12 BAD)
Citas Bíblicas para estudio
1 Juan 3:9 Hebreos 2:14
1 Juan 5:18
Romanos 8:3
Santiago 1:15

Las Obras de las
Tinieblas
Edwin Castañeda y Vilma Cruz
El Señor conoce bien las obras de cada
persona, para El no hay nada descono-
cido, inclusive en la palabra podemos
apreciar como le habla a las 7 iglesias de
Apocalipsis, donde siete veces dice “yo
conozco tus obras”. El conoce las obras
buenas y malas, sin embargo es necesario
conocer las obras de las tinieblas y sus
características, para reprenderlas, para
hacerlas notorias denunciándolas y para
no hacernos partícipes de ellas como lo
manifiesa Efesiós 5:11 en donde dice: Y
no participéis en las obras estériles de las
tinieblas, sino más bien, desenmasca-
radlas.
Es interesante notar que en el texto de
Efesios 5:11 se hace referencia a que las
obras de las tinieblas son estériles. Esa
palabra estériles, viene de la raiz griega
AKARPOS (G175) que significa según
el diccionario Strong: Vacio, sin fruto e
infructosa. El diccionario Swanson indica
que Akarpos es: Improductivo, esteril y el
Diccionario Tuggy explica que el Akarpos
es: Vano, sin provecho e inútil.
Estos significados nos brindan mayor
claridad en cuanto a conocer que las
obras de las tinieblas son INFRUCTUOSAS
es decir que no producen buenos
resultados, ni tienen utilidad. Para que
algo sea infructuoso en nuestra vida, el
enemigo de nuestras almas tratará de
colocar en nuestros corazones el AFAN
(G3308 Mérimna), que no es más que
una distracción, ansiedad o preocupación
(Mt. 13:22). Estos ultimos 3 elementos
como obras de las tinieblas buscarán que
nosotros perdamos el norte, el rumbo
o que la palabra no dé los frutos que el
Señor espera. Otra treta del diablo es
el engaño de las riquezas ya que busca
colocar en el corazón avaricia, amor por
el dinero y que el cristiano se extravie e
involucione en el camino de la fe (1Ti.
6:10). El Señor nos invita en este tiempo
a que no nos afanemos, ya que el tiene
todo bajo control y si dependemos de Él
aun en la densa prueba, la victoria nos
dará.
Llama la atención que otro de los
significados de Akarpos es: SIN FRUTO
o ESTERIL, este concepto desemascara
uno de los objetivos de las obras de las
tinieblas en cuanto a que el Cristiano
se mantenga sin frutos o sin generar
frutos. En la palabra apreciamos cuando
los árboles le hablaron al olivo para que
reinara sobre ellos y no quiso tomar el
cargo porque prefirió seguir brindando
aceite para Dios, luego los arboles
fueron con la higuera, quien al igual que
el olivo no quiso dejar de dar dulzura y
frutos, al igual que las 2 anteriores, la
vid tampoco quiso dejar su mosto y la
alegría a Dios por gobernar (Jue 9:7-13).
Es inevitalbe visualizar en el relato
anterior como el engaño de las tinieblas
con mucha sutileza trata de quitar el
fruto de aquellos que están produciendo
y brindándoselo al Señor, ofreciendoles
paleativos terrenales como gobernar
sobre, ser el primero, enseñorearse de
otros, inclusive bienes materiales, figuras
que se mantienen en nuestros días.
Hay grupos que buscan líderes según sus
conveniencias o ministros asalariados
(hetairos) que acepten la solicitud y el
pago de X o Y iglesia en donde gobierna
el pueblo, pero también existen guías
ciegos en donde por mantener a la
congregación le dan la comida no
nutritiva, si no lo que el pueblo quiere,
note amado hermano que el diablo va a
tratar por todos los medios de desviar su
mirada del camino que es Cristo.
Juan 15:5 dice: Yo soy la vid, vosotros
los sarmientos; el que permanece en mí
y yo en él, ése da mucho fruto, porque
separados de mí nada podéis hacer. La
palabra frutos que se utiliza en la cita
anterior viene según el Diccionario
Strong de la raíz griega KARPÓS (G2590)
que dentro de sus significados esta:
Arrancado, resultar en benefico, decen-
dencia y fruto. El diccionario VINE lo
define como: La expresión visible del
poder que obra interna e invisiblemente,
siendo el fruto evidencia del carácter del
poder que lo produce.
Estos significados son tremendos porque
el Señor viene por frutos KARPOS,
mientras que las obras de las tinieblas
trata de ministrar obras AKARPOS que
es todo lo contrario. La palabra Karpós
es la misma que se usa para nombrar
los Frutos del Espíritu, por consecuencia
las obras de las tinieblas tratarán por
todos los medios de cortar de nuestra
EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018 17
vida la manifestación del: Amor (G26
Agápe), Gozo (G5479 Jára), Paz (G1515
Eirene), Paciencia (G3115 Makrossumia),
Benignidad (G5544 Jrestótes), Bondad
(G19 Agadsosune), Fé (G4102 Pístis),
Mansedumbre (G4236 Praótes),
Templanza (G1466 Enkráteial), Justicia
(G1343 Dikaiosúne), Verdad (G225
Alédseia) y Fruto de labios que confiesan
su nombre (He. 13:15), para luego
colocar la antítesis de los frutos del
Espíritu, es decir: Odio, tristeza, luchas,
impaciencia, maldad, perversidad, incre-
dulidad, violencia, libertinaje, injusticia,
engaño y cánticos de alabanza a El.
No debemos tener comunión con las
tinieblas (2 Co 6:14), ya que en ella solo
hay oscuridad (SKOTOS G4655), pecado,
maldad (Dicc. Tuggy). En este tiempo hay
movimientos religiosos originados por
las tinieblas que tratan de engañarnos
y torcer las escrituras para destrucción,
un ejemplo de ello es el movimiento
ecuménico y varias doctrinas engañosas.
El reino de las tinieblas tratarán de
establecer una guerra entre las leyes
de nuestro amado Señor y las que no
provienen de Él es decir: La ley de la
mente, la ley del pecado y la ley de
los miembros (Ro. 7:23), para llevar
cautivos a muchos, tenerlos esclavizados,
provocar muerte y enemistad con Dios.
Bendito sea el Señor que nos ha dejado a
los cinco ministerios es arrancar, derribar,
destruir y derrocar (Jer. 1:10) toda obra
de tinieblas en nuestra vida, para luego
edificar y plantar sobre el fundamento
que es Cristo.
Citas Bíblicas para estudio
Efesiós 5:11 Heb 13:15
Juan 15:5  Rom 7:23
Gál 5:22
Gál 5:23
18 EDICIÓN 105 | NOVIEMBRE 2018
Las Obras de los
Fariseos
Rafael Molina
¿Hace cuánto tiempo no lloras delante de
Dios en la privacidad de tu habitación?
¿Recuerdas cuando fue la última vez que
te despertaste en la madrugada y te levan-
taste a doblar rodillas para platicar con el
Amado? ¿Recuerdas aquel día cuando
pasaste entre la multitud caminando en
la iglesia y habías llegado como invitado
de tu vecino y fue tan fuerte el llamado
a tu corazón para recibir al Señor en tu
corazón, que no te importó lo que la gente
dijera de ti? ¿Recuerdas cuando salías a
evangelizar a los buses perdiendo la pena
y el miedo a hablar en público? No había
necesidad de andarte rogando para ir a
la iglesia el domingo porque te gustaba ir
todos los días que hubiera servicio.
Pero ¿qué pasó? ¿Dónde se quedó ese
fuego del primer amor que te hacía
creer como un niño a las promesas del
Señor? Poco a poco pasaron los años
y nos acomodamos seducidos por los
privilegios, la palmadita en la espalda
de nuestro diácono y del pastor porque
hicimos algo bueno. Nos acomodamos, y
tristemente ese acomodamiento provocó
que empezáramos a juzgar el vestido de la
hermana, el carro del hermano, incluso las
enseñanzas de los ancianos en la iglesia y
peor aún, el discurso del pastor que nos
cubría. Perdona, me pregunto, tratando
de no herir susceptibilidades: ¿no será que
empezamos a actuar como los fariseos del
tiempo de Jesús? Permíteme citar una
porción de las escrituras para aclarar el
punto y no pretendo ofenderte; me estoy
juzgando a mi mismo y me siento contigo
en el banquillo de la reflexión porque lo
necesitamos.
Mateo 23:2 al 7 nos describe la actitud de
un fariseo; copio literalmente las palabras
del Señor para que nos ubiquemos.
Recuerda, no te estoy juzgando ni pretendo
ser mejor que tu, pero es necesario poner
las barbas en remojo y analizar nuestro
corazón para salir de ese estilo de vida
que nos impide conquistar las alturas de
la fe. Aquí va: “Los fariseos y los maestros
de la Ley son los que más conocen la ley
de Moisés. 3 Ustedes deben hacer todo
lo que ellos digan; pero no hagan lo que
ellos hacen, porque enseñan una cosa y
hacen otra. 4 Imponen mandamientos
muy difíciles de cumplir, pero no hacen ni
el más mínimo esfuerzo por cumplirlos. 5
Todo eso lo hacen para que la gente los
vea y los admire. Por eso escriben frases
de la Biblia en papelitos que guardan
en cajitas de cuero, y se las ponen en la
frente y en los brazos. Cada vez hacen más
grandes esas cajitas y los flecos que le
ponen a la ropa, para que la gente piense
que son muy obedientes a Dios. 6 Cuando
van a la sinagoga o asisten a fiestas, les
encanta que los traten como si fueran los
más importantes. 7 Les gusta que la gente
los salude en el mercado con gran respeto,
y que los llame maestros”. Cualquier
parecido es simple coincidencia. Es un
juego muy sutil que nos envuelve y nos
llega a separar del amor de Dios volvién-
donos esclavos del poder, de la fama,
del reconocimiento de la sociedad. Ese
camino no lleva a nada bueno más que al
humanismo, el cual es una corriente que
tiende a provocar que la gente se olvide
de Dios y confíe en su propio juicio de las
cosas. Nosotros necesitamos al Espíritu
Santo para que nos haga volver al camino
que es Cristo, incluso dentro de la misma
iglesia.
Analicemos el caso de Jesús cuando llegó
a casa del fariseo Simón: esperaba como
mínimo que le lavaran los pies, como era
costumbre cuando un viajero llegaba a
una casa. Lo que se encontró fue a una
mujer de mala fama, (según dice en la
biblia) que entró corriendo y no le importó
qué dijeran de ella; se lanzó a los pies del
maestro y lloró tanto que con sus lágrimas
mojó sus pies y los secó con sus cabellos;
luego le puso el perfume que llevaba
consigo. Aquí es donde me pregunto: ¿qué
pasó? En donde dejamos esa sencillez y
empezamos a actuar como fariseos? Esa
actitud nos impide adorar al Señor, nos
aleja cada día más y le echamos la culpa
a los problemas cotidianos que suceden
en la iglesia. Son solo eso, problemas
cotidianos… El Señor nos da una lección
como el buen Pastor, tomando como
ejemplo al fariseo y explica:
Lucas 7:44 “Luego Jesús miró a la mujer
y le dijo a Simón: —¿Ves a esta mujer?
Cuando entré en tu casa, tú no me diste
agua para lavarme los pies. Ella, en
cambio, me los ha lavado con sus lágrimas
y los ha secado con sus cabellos. 45 Tú no
me saludaste con un beso. Ella, en cambio,
desde que llegué a tu casa no ha dejado
de besarme los pies. 46  Tú no me pusiste
aceite sobre la cabeza. Ella, en cambio, me
ha perfumado los pies. 47 Me ama mucho
porque sabe que sus muchos pecados ya
están perdonados. En cambio, al que se le
perdonan pocos pecados, ama poco”.
Resumo la cita anterior entendiendo que
Jesús está dándonos una lección y una
oportunidad para que nos cuidemos de
seguir haciendo las obras de los fariseos:
No me diste agua para lavarame los pies,
es decir: has dejado de leer Mi palabra.
No me saludaste
es decir: has dejado de orar.
No me pusiste aceite sobre la cabeza, es
decir: dejaste de adorarme.
No te sientes pecador
es decir: empezaste a juzgar a los demás
y me dejaste de amar olvidando cuántas
cosas te perdoné.
Jesús tocó a la puerta de nuestro corazón,
nosotros le abrimos y le dejamos entrar,
se sentó en nuestra mesa y comió
con nosotros; nos empezó a enseñar
cómo vivir una vida nueva en Él y debo
reconocer que todos pasamos por un
período de acomodamiento espiritual y
nos olvidamos de cómo se debe atender
a Jesús en nuestro corazón y empezamos
a crear nuestras propias reglas de vida.
Estamos a tiempo de cambiar, de renovar
la mente, de dejar de ir por el camino
de las obras de los fariseos. Volvamos a
nuestro primer amor y hagamos las obras
del principio, cambiemos de actitud, eso
le agradará al Señor, todavía hay tiempo
para terminar nuestra carrera con gozo y
paz Maranatha!!
Citas Bíblicas para estudio
Lucas 11:38 Mateo 5:20
Lucas 18:10 Mateo 9:12
Hechos 26:5 Mateo 9:34
Mateo 3:7