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vemda se acerca!

Todo hombre comparecerá ante el trono de


Custo para dar razón de su vida. ¡El hombre encontrará su
gnorada eterna en la gloria del cielo o en los tormentos del
1nñerp0! Estas son realidades francas y desnudas que deben
poses1onarse de cada uno de nosotros e invitamos a la santidad
de corazón y al servicio ñel para Cn"slo: “Por tanto, también
vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá
a la hora que no pensáis” (Mateo 24:44).

448

SEPTIMA PARTE

LA DOCTRINA DE LOS ACONTECIMIENTOS

FUTUROS

CAPITULO XXI. LA SEGUNDA VEN] DA DE


CRISTO

]. LA MUERTE Y LA INMORTALIDAD

A.

B.
C.

El Punto de Vista Cristiano Respecto a la Muerte.


La Inmortalidad del Hombre.
La Victoria Cristiana a Través de Cristo…

11. EL ESTADO INTERMEDIO

A.
B.

Terminología.
Opiniones Variadas Concemientes al Estado
Intermedio.

III. EL RETORNO PERSONAL DE NUESTRO SENOR

ommvow>

Cristo Volverá cn Persona.

La Señal de su Venida…

La Manera de su Venida.

E1Pmpósito de su Venida

El día del Señor.

La Segunda Venida y las Teorías Respecto al Milenio.


La" Primera y Segunda Vcnidas de Cristo.
IV. EL ORDEN DE LOS EVENTOS DEL DIA DEL
SEN OR

QTUF“.UO.W?>

El Arrebatamiento y la Revelación.

El Juicio Investigativo.

La Destrucción de los Malos.

La Caída del Anticristo y la Ligadura de Satanás.


El Establecimiento del Reino.

La Regeneración de la Tierra.

La Consumacíón Final.

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CAPITULO XXII. LA RESURRECCION, EL JUICIO Y

LA CONSUMACION FINAL

1. LA RESURRECCION

A. Enseñanza Escritura! Respecto a la Resurrección.


B. La N aturaleza del Cuerpo Resucitado.
C. La Resurrección General.

II. EL JUICIO FTNAL

III.

IV.

El Hecho del Juicio General.

La Personalidad del Juez.

Los Principios del Juicio.

El Propósito del J uicio en General.


La Escena del Juicio Final.

F1.UO.W?>

EL ESTADO FUTURO DEL INCONVERSO

A Los Términos Escrituralcs que Denolan el Lugar de


Castigo.

B. La Doctrina del Castigo Eterno Como 10 Enseñan las


Sagradas Escrituras.

LA BIENAVENTURANZA ETERNA DE LOS


SANTOS
A. El Cielo es un Lugar 11 la vez que un Estado.
B. La Bienaventurw1m de los Santos.

C. Las Ocupaciones en el Cielo.

D. La Duración sin fm del Cielo.

LA CONSUMACION FINAL

A. El Alcance de la Consumación Final.


B. El Nuevo Cielo y la Nueva Tierra.

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CAPITULO XXI

LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que
están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, Velad y orad; porque no
sabéis cuándo será el tiempo. Es como el hombre que yéndose lejos, dejó
su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero
mandó que velase. Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor
de la casa; si al anochecen 0 a la medianoche, o al canto de¡ gallo, () a la
mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y 10
que a vosotros digo, a todos lo digo: Vclad.

——Jesucristo ( M arcos ] 3 :32 —3 7).

Todas las docm'nas deI cristianismo apuntan a una consu—


mación fmal y todas convergen en una gloriosa esperanza —la
segunda venida de nuestro señor Jesucristo. Antes de concre—
tamos en este evento, consideraremos brevemente la muerte, el
estado intermedio y, después de este tema, la resurrección y el
juicio final… Respecto a estos acontechníentos futuros y vitales,
Ia Palabra de Dios constituye nuestra única fuente autoritaria
de información.

I. LA MUERTE Y LA INMORTALIDAD
A. El Punto de Vista Cristiano Respecto a la Muerte

En el sistema cristiano, el concepto “muerte” se usa de mu—


chas maneras. La muerte en el sentido físico, es la separación
del alma y del cuerpo, se considera el último evento en la
historia probatoria del individuo. Como notamos en conexión
con nuestro estudio de la caída, 1a muerte se interpreta también
como un castigo impuesto a la raza humana por causa del
pecado. Las Sagradas Escrituras también consideran la muerte
como espiritual y eterna. Muerte nunca quiere decir aniqui—
lación. En el sentido físico, la muerte se reñcre simplemente a

451
452 / Introducción a la Teología Cristiana

la separación del alma y del cuerpo, no a la terminación de la


existencia. En este sentido espiritual, la muerte se refiere a la
separación del alma y del cuerpo de Dios, y cuando el
elemento adicional de “muerte eterna” se considera, esta
separación viene a ser ñnal e irrevocable.

Las Sagradas Escrituras enseñan que, “como el pecado


entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así
la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”
(Romanos 5:12). Así que la muerte es la paga del pecado, una
muerte física, espiritual y eterna. Pero la Palabra de Dios enseña
con claridad que Ia muerte, como castigo está abolida en Cristo:
“Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación
& todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno
vino a todos los hombres la justificación de vida” (Romanos
5:18). En consecuencia, 1a muerte como castigo, ya sea
considerada física o espiritual, está abolida por Cristo en dos
sentidos: Provísionalmcntc para todos los hombres, por cuanto
El gustó la muerte por todos (Hebreos 2:9), y en realidad o de
hecho, para todos los que están en Cristo: “El que cree en el
Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no
verá la vida, sino que la ira de Dios esuá sobre él” (Juan 3:36).
Esta abolición cs ambas: condicional, por cuanto depende de la
fe en Cristo, y gradual. Esperamos con ansia el día en que todo
rastro de muerte será quitado del universo creado por Dios. Es
así como la muerte física esta involucrada con el propósito
divino respecto al destino de la humanidad, porque “está
establecido para los hombres que mueran una sola vez”
(Hebreos 9:27). Además, para el cristiano la muerte es una
parte de su disciplina probatoria y es considerada como una
base de amistad con Cristo. La muerte física para el cristiano

está ahora traumñgurada en una simple separación de esta vida a

otra (compárese 2 Corintios 5:1, 4). Es la pue1ta por la que se


enlra & la presencia de Cristo mismo.

B. La Inmortalidad del Hombre

La vida del hombre nunca cesa. EI sepulcro es solamente


el túnel para Hegar a la vida del más a]lá. La naturaleza de esta
existencia futura es determinada por el carácter personal, y

La Segunda Venida de Cristo/ 455…

éste a su vez por la actitud del a1ma hacia la obra expialnriu (lv.
Jesucristo. Para el creyente es la vida eterna, para el incródu|u
es la muerte eterna.
Además de la convicción fundamental que es poseída
intuitivamente por el hombre com'entc, respecto a1hech0 de la
inmortalidad, hay ciertos argumentos que la apoyan. El
“argumento sicológico” se basa en que la naturaleza del alma
es esencia inmaterial e indivisible, por 10 tanto, indestruclihlc.
El “argumento teleológico” sostiene que ci alma no puede
cumplir ni cumple su promesa en este mundo, de aquí que
necesite de otro mundo y de otra existencia continua a fm de
alcanzar su complemento pleno de bienaventuranza, Final—
mcnte, el “argumento moral”, tal como se presenta en los
aspectos individual y socia1, sostiene que el hombre en este
mundo no siempre recibe justicia. Así que una me…
aniquilación no permitiría grados de castigo correspondientes
a diferentes grados de cquabilídad.

En el Antiguo y Nuevo Testamentos tenemos la única


enseñanza autoritaria respecto a Ia inmortalidad de1 homhr(x
Ningún escritor hebreo, ya sea inspirado o no, dudó alguna
vez de la inmonalidad del alma. El espín'tu de] hombre su
distingue del de las bestias, y la convicción de una vida más
allá para 61 hombre está presentada con claridad (compárcxc
Eclesiastés 3:21, Job 19:25-26, Salmos 90:10). El Nucvn
Testamento está repleto de enseñanzas respecto :| la
inmortalidad del hombre. Nuestro Señor mismo declaró: “Y
no temáis & los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden
matar” (Mateo 10:28). Es evidente que el alma y el cuerpo …»
son idénticos y que al matar el cuerpo no se mata el alma. l3slc
argumento' de las palabras de Jesucristo es concluycnh—
(compáresc también Lucas 1214—5; Mateo 1723, 22:31… '»2?;
Lucas 16:22—23; Lucas 23:43, 46; Hechos 7:59).

C. La Victoria Cristiana 3 Thavés de Cristo

La resurrección de nuestro Señor J esucristo nu ("uc sól<v >;u


triunfo personal sobre la muerte, sino que también ¡"uv cl
triunfo de su pueblo (Hebreos 2:14—15). Por mcdiu (Ir :…
victoria, El viene a ser el autor de la vida para Indu cmyuntv…

454/ Introducción a la Teología Cristiana

Por lo tanto, la muerte que fmahnente será conquistada por la


vida es un enemigo ya conquistado. Este hecho solamente
hace necesario un cambio de actitud hacia ]a muerte de parto
de los creyentes. La muerte no es para el cristiano un evento
anonnal. En un sentido, es un nacimiento, no un nacimiento
espín'tual en el reino de Dios, sino un brote de vida al reino
posten'or al terreno, un nacinu'ento en el reino de gloria: “Y Si
el Espín'tu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora
en vosotros, el que 1evantó de los muertos a Cristo Jesús vivi-
ñcará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que
mora en vosotros” (Romanos 8:11).

II. EL ESTADO INTERMEDIO

Volvamos ahora al asunto de la existencia consciente del


alma entre la muerte y la resurrección de] cuerpo. Todos los
que aceptan la enseñanza de las Sagradas Escn'turas como la
Palabra de Dios, aceptan también la existencia de un estado
intermedio, pero hay una diferencia de opinión considerable
respecto a la naturaleza de este estado. _

A. Terminología

Es importante tener una comprensión de tres términos al


analizar las enseñanzas de las Sagradas Escrituras con—
cernientes al estado intermedio. Slzeol es un término hebreo
quo sígniñca algunas veces, h1dcfuúdwnente, la tumba, lugar 0
estado de los muertos, y en otras, deñnidamente, un lugar o
estado de Ios muertos en el que participan los e]ementos
misen'a y castigo, pero nunca un lugar 0 estado de felicidad o
de bíenandanza después de la muerte. Hades es una palabra
griega que signiñca el mundo invisible de los espín'tus idos.
Fue usada por los autores de la Septuagínta para traducir la
palabra hebrea sheol, como en Hechos 2:27. Lapalabra hades
se usa solamente once veces en el Nuevo Testamento y en
cada caso, excepto uno, se traduce en inñerno, y es dato que
representa siempre el mundo invisible bajo el dominio de
Satanás en contraposición con el reinado de Cristo. La tercera
palabra, paraíso, signíñca un parque 0 un jardín de placer. Fue
usada por los traductores de la Septuaginta para representar el

La Segunda Venida de Cristo/ 4%

huerto en Edén (Génesis 2:8). Aparece sólo tres veces un cl


Nuevo Testamento (Lucas 23:43, 2 Corintios l?…:4…
Apocalipsis 2:7), y cn el contexto demuestra que (1815
conectada con el “tercer cielo” en un ejemplo, y en otros con
el “huerto de Dios” en el que crece el árbol de la vida —…1mlur4
estos pa<ajes se refieren ncccsan'amente & una vida más allá (Iv,
la muerte física.

B. Opiniones Variadas Concernientes al Estado Intermedio

La creencia común entre el pueblo hebreo parece haber


sido que en la muerte todas las almas descendían al sheol. un
lugar sombrío y subterráneo, en el que 105 habitantes cn…
sombras, y que existían en un estado de debilidad, ¡now
pacitación y adonnecimiento. En otras ocasiones se reprcscnla
al sheol dividido en dos partes -—el paraíso, un lugar de gloria
segura, y el gehenna, un lugar de tºrmento seguro. En el
paraíso () seno de Abraham estaban los judíos, o al menos los
que habían Sido ñeles a la ley, y en el gehenna estaban lus
gentiles.

Desde los tiempos de Greg0n'0 el Grande, los catolicorrn ,


manos han sostenido la doctrina del purgalorio como un lugar
intermedio. Este se considera como el lugar intermedio (lo los
que mueren en paz con la iglesia, pero que nccesilan uuu
puriñcación ulterior antes de entrar a] estado final del ciclo. Hs
un estado de sufrimiento con el propósito de recibir expiación
y puriñcación. E1 sufrimiento, en 10 que se reñere a su dum—v
ción &: intensidad, está en proporción a la culpabilidad u
impureza del que sufre. No hay límite definido 0 conocí<ln
respecto a la continuidad del alma en el purgatorio, con… no
sea el día del juicio. Aseguran que las almas en eslc lugar
pueden recibir ayuda por medio de las oraciones de los santos,
y cspccia]mente por el sacññcio de la misa. Se dice lamhiún
que las autoridades de la iglesia pueden, a discreción, redimir
entera o parcialmente la pena de los pecados bajo los cuulcx
estas almas están en este lugar de sufrimiento. Esla dnctrinm
errónea resulta de la creencia de la Iglesia Católica Rnrnmm en
que la expiación de Cristo es para nosotros sólo en In (|…: .x'r
refiere al pecado original y a la posibilidad de la muerta-

456 / Introducción a la Teología Cristiana

eterna. Esto es, Cristo nos libra de toda culpabilidad, no de la


posibilidad del castigo. Por todo pecado cometido después del
bautismo, el que ha hecho la ofensa debe dar satisfacción
completa ya sea por el castigo 0 por hacer buenas obras. Esta
satisfacción debe completarse en esta vida si el alma ha de
entrar al cielo; Si no, esta purificación debe completarse en el
purgatorio.

El protestantismo retiene la idea de un estado intermedio


pero rechaza generalmente la idea de un lugar intermedio. Se
sostiene que a la hora de la muerte, las almas de Ios justos
van inmediatamente a la presencia de Cristo y de Dios. Esta
ausente del cuerpo es estar presente con el Señor (2 de Co—
rintios 516). Estas almas existen en un estado de conciencia,
y la relación moral y espiritual con Cristo es continua
(Romanos 8:38). Este es un estado de bíenaventuranza y de
reposo (Apocalipsis 14:13)… Este estado no es el estado ñnal
de los creyentes. El hombre es cuerpo a la vez que espíritu,
de aquí que en su estado fuera del cuerpo haya un elemento
de imperfección que puede suplirse sólo por la resurrección.
Las aImas de los pecadores desaparecen de la presencia de
Dios, donde también existen en un estado de conciencia. Esta
condición es de sufrimiento y de inquietud. No es 11113], pero
los pecadores resucitarán también, sólo que para vergiíenza y
castigo eterno, y el juicio los mandará & un tormento eterno.

Las Escrituras no especíñcan si hay un lugar intennedio de


la misma manera que hay un estado. Algunos pasajes, como el
que relata el caso del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31), y las
palabras de Cristo al ladrón en la cruz: “Hoy estarás conmigo
en el paraíso”, parecen estar a favor de un lugar intermedio.
Otros textos, como Ias palabras de Esteban: “Señor Jesús,
recibe mi espíritu” (Hechos 7:59), y la declaración de Pablo:
“Ausentes del cuerpo, y presentes a1 Señor” (2 Corintios 518),
enseñan claramente un estado intermedio, aunque no
necesariamente un lugar intermedio. Es la creencia general de
la iglesia que, durante el estado intermedio, las personas están
incompletas, en tanto que sus almas y sus cuerpos estén
separados, pero esta condición incompleta se debe al estado o
condición y no al lugar. Esto es, el justo y el malo van a su

La Segunda Venida de Cristo/ 457


lugar de descanso ñnal, pero no entran en su estado eterno.
Esto último puede tomar1ugar sólo en el día del juicio.

En 10 que se reñere a Si el estado intermedio de los redi—


midos está caracterizado por el progreso, el desarroHo y la
actividad, la Palabra de Dios parece dar una contestación
afirmativa. En Apocalipsis se nos dice que los espíritus
redimidos de los hombres “siguen a1 Cordero por donde»
quiera que va (Apocalipsis 14:4) y que habiendo lavado sus
ropas y habiéndolas blanqueado en Ia sangre del Cordero, le
“sirven día y noche en su templo” (Apocalipsis 7 :15). Hay un
ejemp10 en el que el desarrollo rápido en el estado intermedio
se revela con claridad. Juan, después de haber oído al men—
sajero de Dios, dice: “Yo me postré a sus pies para adorarle. Y
él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus
hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora & Dios”
(Apocalipsis 9:10). Tan transformado estaba el mensa—jero,
que Juan no lo reconoció como mártir, sino que se supuso que
era un ser divino a quien debía adorar. Por tanto, no sería
erróneo que creyéramos, basados en la autoridad de las
Sagradas Escrituras, que el estado intermedio será de progreso
en la justicia para los justos y en la maldad para los malos…

IH. EL RETORNO PERSONAL DE NUESTRO SENOR

Al aproximarnos al tema de 13 segunda venida de nuestro


Señor, estamos a punto de abordar uno de los campos
delicados de controversia en la teología. El asunto es tal que
ha agitado a la iglesia, especialmente durante períodos en los
que 61 hombre siente mayor necesidad de ayuda divina. Tam
bién ha sido un asunto que ha interesado mucho a la iglesia
cristiana. En tiempos de desastre, guerras, pestilcnciux ¡»
persecución, la esperanza de su venida ha ocupado siempre lus
mentes de 103 hombres.

La gloria del cristianismo encuentra su expresión su¡m:m;u


en 01 retorno y reinado del Dios—hombrc, quien como el Cristo
0 Ungido, Creador y Redentor, se establecerá & sí mismo un un
orden mundial perfecto rel reino de Dios en un uucvn ciclo y
una nueva tierra donde habitará la justicia.

458 / Introducción a la T eología Cristiana

A. Cristo Volverá en Persona

La teología moderna ha estado con frecuencia más incli—


nada a negar el retomo personal y visible de nuestro Señor
Jesucristo substituyéudolo por una creencia de su presencia
espiritual solamente. No obstante, las Escrituras enseñan
claramente que así como Cn'sto vino al mundo para efectuar1a
redención del hombre, también vendrá otra vez para recibir a la
iglesia redimida Esto se declara expresamente en las palabras:
“Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación
con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:28).
Esta segunda venida será personal, visible y gloriosa: “He aquí
que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspa—
saron; y todos 105 ]inajes de Ia tierra harán lamentación por él.
Sí, amén” (Apocalipsis 117). Su venida no será meramente & los
ojos de la fe, sino que estará a la vista del cielo y de la tierra
——el terror de sus enemigos y la consolacíón de su pueblo. Esto
es conñrmado por el incidente acaecido en el monte de la
ascensión: “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue
alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y
estando ellos con los ojos puestos en el cielo, euue tanto que él
se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con
vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús,
que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como Ie
habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:9-1 1). De acuerdo con el Dr.
Whed0n, “este pasaje es una cita de prueba inamovible de la
segunda venida real y personal de Jesús. Es el mismo Jesús
visible y personal, el que ascendió, el mismo que vendrá. La
venida será de la manera como El se fue”.

Ningún testimonio respecto a su segunda venida es más


importante que e] testimonio que Jesús dio de sí mismo. En
una solemne advertencia para los judíos les dijo: “He aquí
vuestra casa os es dejada desieña. Porque os digo que desde
ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en
el nombre del Señor” (Mateo 23:38-39). Sin embargo, la
declaración culminante es Ia que hizo ante el sumo sacerdote,
cuando le dijo: “Desde ahora veréis al Hijo del Hombre

La Segunda Venida de Cristo/ 45!)

sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes“


del cielo” (Mateo 26:64).

Con estas claras declaraciones del Maestro como fundar


mento, no es sorprendente que Ios cristianos primitives pa… su
segunda venida? hayan estado “aguardando la esperan…
híenaventurada y la manifestación g10ñosa de nuestro gran
Dios y Salvador Jesucristo” (Tiro 2:13). Pablo enseña que:
“Nuestra ciudadanía está en»los oídos, de donde también
esperamos al Salvador, al Señor Jesucrist0; el cual trans—
formará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea
semejame al cuerpo de la gloria suya, por e] poder cope] cual
puede también sujetar a sí mismo todas las cosas” (F1hpenses
3:20-21). Pedro nos exhorta diciendo: “Por tanto, ceñ1d los
lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperacl pur
completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo seu
manifestado” (] Pedro 1:13). En tante que Santiago nos da
una exhortación semejante: “Por tanto, hermanos, tened
paciencia hasta la venida del Señor… afirmad vues.lr<m
corazones; porque la venida dei Señor se acerca” (Sauuagn
5:7—8). Quizá e1 texto más amado de todos es el que menc¡onu
Juan:- “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed
también en mí. En la cama de mi Padre muchas moradas hay; si
así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar
para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendrá otra
vez y os tomaré & mí mismo, para que donde yo esu)y…
vosotros también estéis” (J uan 14:1—3). En estas translúculux
declaraciones de Cristo y de sus apóstoles tenemos amplia
evidencia de su segunda venida personal.

B. La Señal de su Venida

En su contestación a la pregunta de los discípulos: “¿Qué


señal habrá de tu venida, y del ñn del sig10?”, nuestro Señnr
predijo tres clases de eventos que marcarán el tiempo (k In
segunda venida. Primero, habrá disturbios en el mundo l|.x'|_m,
grandes revoluciones políticas y desintegramdn s…:ml;
“Porque se levantará nación contra nación, y rcuu_)_cmnrn
reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en dlleremr.:x
lugares” (Mateo 2417). Nuestro Señor Jesucristo declaro que

460 / Introducción a la Teología Cristiana

este es “principio de dolores” (Mateo 24:53). De las palabras,


“pero aún no es el fin” (Mateo 24:6), podemos inferir que este
principio de tristezas precederá a la segunda venida por un
espacio considerable de tiempo. Pero nuestro Señor Jesucristo
predijo la sombra má< densa de una gran m'bulación cuando el
fin de las épocas se acerque. Esto lo presenta con advertencias
y exhortaciones de gran relieve (Mateo 24:15—20), y concluye
diciendo: “Porque habrá entonces gran tribulacióu, cual no la
ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la
habrá. Y si aquellos días no fuesen aeorta-dos, nadie sería
salvo; mas por causa de Ios escogides, aquellos días serán
acortados” (Mateo 24:21-22). Segundo, el evangelio será
predicado en todo el mundo antes de la segunda venida.
Prediear y dar testimonio de Cristo es el deber supremo de la
iglesia cristiana en esta era (I lechos 1:7—8). De aquí que se nos
diga: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces
vendrá el fin” (Mateo 24:14). Finalmente, nuestro Señor
predice que el tiempo de su segunda venida estará
caracterizada por apostasía debido a 10 engañoso del mal:
“Muchos Lr0pezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y
unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se
levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado
la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:10—12).
Nuestro Señor Jesucristo parece indicar también que, así como
Ia tríbu1aeión se agudiza hacia el En del tiempo, también 10
engañoso del pecado aumentará: “Entonces, si alguno es
díjere: Mirad, aquí está el Cristo, () mirad, allí está, no 10
creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y
harán grandes señales y prodigios, de tal manera que en—
gañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he
dicho antes” (Mateo 24:23—25). Pablo revela también que por
cuanto habrá una gran apostasía en los últimos días, habrá
también la revelación del “hombre de pecado”, quien con
presunción pecadora asumirá el 1ugar de Dios y pedirá que le
homen con adoración divina: “Nadie es engañe en ninguna
manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y
se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual
La Segunda Venida de Cristo/ 4…

se opone y se levanta contra todo 10 que se llama Dios u m…;


objeto de cult0; tanto que se sienta en el templo de Di… cnn…
Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses 2:34).

El aumento de la maldad que se descn'bió, no implica una


caída gradual y necesaria del reinado de Cristo. Cristo no
enseña, ni laig1esia tampoco cree que su reinado declinnrá.
Nuestro Señor Jesucristo enseña que al tiempo de la cosecha
en que madura el trigo, madura también la Cizaña; por lunln.
hay un progreso de la maldad así como de la justicia, y q…-
tanto el trigo como la Cizaña han de crecer juntos —uu se (|¡n'
que el uno crecerá y el otro declinará. Pero el verdzuimn
motivo para el evangelismo como se encuentra en la iglesia.
no está en Ia gloria del éxito externo, sino en el xenii<ln
profundo de obediencia en amor ferviente para su Señor. AI
acercarse los últimos días, podemos esperar un aumento ¡lc
justicia y de ma1dad, y 1aíglesia debe alistarse para una lucha
agresiva y constarue contra el pecado hasr.a que Jesucri>;ln
venga.

C. La Manera de su Venida

En este caso también los discursos de nuestro Sei'inr


Jesucristo deben ser la fuente de nuestra auton'dad respecto ¡¡
este evento escarológieo. Habiendo amonestado en en…… (le
10 engañoso de los falsos cn'stos y de los falsos profelux, …Iexús
instruye a los discípulos respecto a la manera de su venida en
estas palabras: “Así que, Si os dijeren: Mirad, está en el dcsien
to, no sa1gáis; () mirad, está en los aposentos, no lo urc:iix
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra
hasta el occidente, así será también la venida del Hijo (InI
Hombre” (Mateo 24:26—27). Indica también que habrá dis-
turbios de natura1eza cataclismiea en el universo I'l'si….
inmediatamente antes 0 cuando sea el tiempo de su xcgumlu
venida: “E inmediatamente después de la trihulzu:iún dv
aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su
resplandor, y las estre]las caerán del cielo, y las potenciar; de
los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal 1le
Hijo del Hombre en e] cielo; y entonces 1ameularán todas la…
tn'bus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre vinicmln ml…—

462/ Introducción a la Teología Cristiana

las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus
ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán & sus escogidos,
de Ios cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”
(Mateo 24:29—31).

Nuesdo Señor Jesucristo enseña también que su venida


será inesperada. El tiempo de su segunda venida está en—
vuelto en misterio: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni
aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre” (Mateo
24:36). Por 10 tanto, 61 instruye a los discípulos que den la
atención más completa a la vigilancia y a la obediencia de
las cosas del reino: “Velad, pues, porque no sabéis a qué
hora ha de venir vuestro Señor” (Mateo 24:42), “por tanto,
también vosotros estad preparados; porque el Hijo del
Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24:44).
Más adelante declara que al tiempo de su segunda venida, el
mundo estará siguiendo su curso ordinario, sin darse cuenta
del gran evento que surgirá rápidamente y sin aviso
especial: “Mas como en los días de Noé, así será la venida
del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del
diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando
en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y
no entendieron hasta que vino el diluvio y se los 1levó &
todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”
(Mateo 24:37—39). En consecuencia, podemos creer sin
lugar a dudas que la segunda venida será la aparición
gloriosa y repentina de nuestro Señor Jesucristo, emer—
giendo en el curso ordinario del mundo como un evento
cataclismico inesperado. Para los justos, que por medio de
la fe en su Palabra se han preparado, y están esperando su
retorno, esta aparición será recibida con g020 supremo; al
malo, que ha rechazado sus palabras diciendo: “¿Qué es La
promesa de su venida?”, será un tiempo de consternación y
de condenación.

D. El Propósito de su Venida

Nuestro Señor Jesucristo presenta el propósito de su


venida en dos parábolas familiares; La de las diez vírgenes y la
de los talentos. La verdad recalcada en estas dos parábolas es

La Segunda Venida de Cristo/ 4633

la venida de un juicio en el que los justos serán rece…»-


pensados, y los malos castigados. Siguiendo la segunda
parábola, nuestro Señor claramente expresa el propósito de su
venida en los siguientes términos: “Cuando el Hijo del
Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas
delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los
otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pon…
drá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de
mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la
fundación del mundo” (Mateo 25131—34). Después de es…
presenta en colores vívides la escena del juicio en el que El
pronuncia sentencias sobre 105 que están a su izquierda
diciendo: “Apanaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado
para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41), y concluye el
discurso con las palabras solemnes: “E irán éstos al castigº
eterno, y los justos & la vida eterna” (Mateo 25:46). De eslnx
palabras de nuestro Señor Jesucristo, respecto a su segunda
venida así como su relación con el juicio, no puede haber duda
posible.

Pablo pone la segunda venida en estrecha relación con la


resurrección, haciendo de la resurrección de los juslox el
hecho que precede inmediatamente al arrebatamíento de los
santos vivientes: “Porque si creemos que Jesús murió y
resucitó, así también traerá Dios con Jesús a 105 que durn'1iemn
en él. Por 10 cual os decimos esto en pa1abra del Señor: que
nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida
del Señor, no precederemos & los que durmieron. Porque el
Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y cun
trompeta de Dios, deseenderá del cielo; y los muertos en
Cristo resueitarán primero. Luego nosotros los que viviuum…
los que hayamos quedada, seremos anebatados _juntz—umrulc
con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y ¡mí
estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4: l4f|'/ ),
Aquí es evidente que la venida de Jesús con sus santos (los
muertos en Cristo cuyas almas han ido ya & estan“ con lil) y la
venida de Jesús por sus santos (los que aún están vivos) deh…

464/ Introducción a la Teología Cristiana

asociarse no sólo con el mismo evento, sino que deben


considerarse también indicando el orden de los sucesos.

No 5610 Pablo presenta la segunda venida relacionándola


estrechamente con la resurrección, sino que Pedro la pone en
relación al tiempo de la consumación final del orden presente:
“Pero el día del Señor vendrá corno ladrón en la noche; en el
cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella
hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser
deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa
manera de vivir!” (2 Pedro 3:10-11).

Como evento, la segunda venida de Cn'sto estará, por 10


tanto, asociada con la resurrección, el juicio y la consumación
fina] en 10 que respecta al tiempo. Estos y otros desarrollos
relacionados se conocen en las Sagradas Escrituras como el
“Día del Señor”.

E. El día del Señor

Como se indicó en nuestra discusión de los días de la


creación, 121 exégesis hebrea más antigua nunca consideró Ios
días del Génesis como días solares, sino como días de
duración indefinida La palabra “día” se usa frecuentemente en
este mismo sentido en el Nuevo Testamento. Nuestro Señor
Jesucristo dice: “Porque como el relámpago que al fulgurar
resplandece desde un extremo del cielo hasta €] otro, así
también será el Hijo de1 Hombre en su día” (Lucas 17:24).
Pedro habla del “día del Señor” (2 Pedro 3:10, 12, 13) y Pablo
lo menciona también (1 Tesalonicenses 5:2, 4, 5). Este día del
Señor está asociado generalmente, si no siempre, con la idea
del juicio. Por tanto, podemos creer sin lugar a duda que el día
del Señor es un período de tiempo que tiene eventos que 10
inauguran, que intervienen en él y que 10 clausuran. Pablo
considera este día en relación con su evento inaugural, la
venida de Cristo; en tanto que Pedro lo considera como el
elemento culminante en la consumación triunfante y última de
Cristo. Es un período transicional en el que un tiempo 0 sazón
precede de otros tiempos y sazones. Por esta razón, es siempre
difícil distinguir los eventos preparatorios de los de 121 consu-

La Segunda Venida de Crista/ A'G!.

mación fmal, a los cuales nos llevan. Ames de volver nueslm


atención al orden de 105 eventos en este día del Señor.
examinaremus el concepto del milenio.

F. La Segunda Venida y las Teorías Respecto al Milenio

El retorno personal de Jesucristo, desde el principio,


estaba asociado con la idea del milenio o un reinado de Cris…
sobre la tierra por un pen'0do de mil años. Quienes ahrzw…;uun
esta teoría fueron conocidos como chiliastas. Desde la muerlv
de 105 apóstoles hasta el tiempo de Orígenes, el chiliasli3nm (»
premilcnialísmo fue la fe dominante de la iglesia Este puntn
de vista aseguraba que las Escrituras enseñan que vendrá un
milenio o reino universal de justicia sobre la tierra; y que exl;¡
era milenial será inaugurada con el regreso personal y visible
de nuestro Señor Jesucristo… Sin embargo, en los primer…
años del siglo V, Agustín decidió el destino del chiliaslismn
por un número considerable de siglos, enseñando que la ip,le…
sia era el reino de Dios sobre 1atíerra. Estos asuntos se vn|vie»
ron msigniñcantes cuando la ig1esia obtuvo la protección del
estado, y las doctrinas de] chiliastismo no recibieron ¡un…
prominencia, sino hasta el tiempo de Ia Reforma.

Sólo una breve mención puede hacerse de los varios lipox


de milenialismo que han sido enseñados desde que, en el
siglo XVI, renació e] interés sobre el asunto. Por cou
veníencia de análisis, pueden dividirse en dos grupos: Las
teorías literalístas y las teorías espiritualistas. Las leurf:m
literalístas incluyen, en general, las teorías premilenialex de
todo tipo. Estas teorías premileniales pueden ser segregudzm
en dos grupos generales. Primero, las que consideran a la
iglesia como completa, y por tame identifican, en lo que
respecta a tiempo, Ia segunda venida de Cn'sto con el ¡um—
batamíento y la revelación, la primera resurrección y la
tribulaeión, poniendo todos estos eventos antes del milenin.
Este punto de vista se considera comúnmente como la (curia
adventista. Segundo, las que consideran a la iglesia mn…
incompleta al tiempo de la segunda venida. Es;lus tenr|'sm
separan el anebatamiento y la revelación por un lado, y 131
Ln'bulaeión por el otro, haciendo que e1 milenio se encuentre

466 / Introducción a ¡a Teo/ogía Cristiana

entre estos dos puntos termina1es. Esto ha dado en Hamársele


la teoría Keswick. La objeción principal a este tipo de pre—
mi1enialismo se centra especialmente en su énfasis sobre una
continuidad de la obra de salvación durante e] mi1enio. La
base de esta objeción se encuentra en aquellos pasajes que
parecen indicar que cuando Cristo venga, cesará la intercesión
y principíará el juicio (Hebreos 7:25, 9:12, 24—28). Algunos
sostienen que “cuando se dé el advenimiento, la intercesión
terminará y cuando la intercesión haya terminado, la salva—
ción también terminará. Cuando Cn'slo aparezca por segunda
vez ante nosotros, cesará de interceder en la presencia de
Dios por nosotros” (Brown, Christ's Second Coming, La
segunda venida de Cristo).

Las teorías espirituahsta9 del milenio son de dos tipos: Los


católicos romanos sostienen un punto de vista que es esencial—
mente el de Agustín, esto es, que e1reino de Cristo se refiere a
la era de la iglesia y a todo el período de tiempo entre la pri-
mera y 121 segunda venidas de Cristo. El milenio se identifica
así con la dispensación de todo el evangelio. El segundo tipo
de teoría espírilua1ista se considera comúnmente como el
postmilenialismo. Se le llama así porque considera que la se-
gunda venida sigue, en lugar de preceder al milenio. Por 10
que se refiere al retorno visible y personal de nuestro Señor
Jesucristo, el postmí1enialismo sostiene esto ñnnemente y le
da tanta importancia como se la dan 108 premilenialistas. El
milenio es considerado como un reino de justiciá en 10 futuro.
En este período, la iglesia florecerá y la santidad Uíunfará por
mil años. El mundo gozará una bienaventuranza gloriosa y los
mártires y santos en el cielo gozarán con ello. E1triunfo sobre
la tierra será universal (Raymond, Systematic Theology, Teolo-
gía sistemática).

De todo lo dicho, es evidente que el premilenialismo y el


postmilenialismo representan extremos de pensamiento y un
método diferente de enfocar el asunto. El milenio, tal como 103
postmdenialistas 10 conciben, es la edad ñoreciente de la iglesia
fun tiempo en el que la justicia reinará y la paz se extenderá a
través de todo el mundo. Esta condición será el resultado de los
métodos presentes de evangelísmo & la cual se agregará “la

La Segunda Venida de Cristo /' 467

ligadura de Satanás” o los juicios restrictivos de Dios. Aunque


105 justos estarán en ascendencia, el milenio es una condición
mixta de santos y pecadores —t0dos en la carne. Particu-
larmente Apocalipsis 20:1—11,ha sido interpretado de diferentes
maneras por 108 premi1enicdistas y 105 postmilenizdistas. Estos
últimos interpretan esta declaración apocalíptica como
meramente simbólica o ñgurada, de manera que el reino de
Cristo se considera como puramente espiritual. Además, la
primera resurrección se considera espiritual y solamente 111
segunda literal y física. Los premilenialistas, por otro 1ado,
inte1pretan este pasaje en su sentido litera1eu ambos puntos.

Sería convenieme recordar que el milenio es un período de


transición entre el orden temporal presente y e1 orden eterno
venidero. A este aspecto dual se debe que haya tanta confu»
sión. Siendo un período lransicional, el milenio apunta a dos
caminos y une en sí mismo dos órdenes enteramente dife—
rentes, Marca la transición de lo natural a lo espiritual, de lo
tempora1 & 10 eterno, de 10 ínmanente a 10 trascendente, y de la
gracia a la gloria.
G. La Primera y Segunda Venidas de Cristo

Hay ciertos pwuos interesantes de contraste entre la prime—


ra y Ia segunda venidas de Cn'sto que merecen ser estudiadnx
En la primera venida se presentó como un siervo que minix1rn;
en la segunda “se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas
delante de él todas las naciones” (Mate0 25:31 —32). Su primera
venida fue en hum…acíón; fue despreciado y rechazado por I…
hombres (Isaías 5313): “A lo suyo vino, y los suyos un lo
recibieron” (Juan 1:11). Pero su segunda venida será gobernada
por la ley de la exaltación. Su segunda venida será mareudzu
porque el pueblo se levantará con gozo y saldrá & rccihirle en
las nubes con una compañía innumerable de ángeles, furmundn
la escolta de su gloriosa esposa en su retorno a la tierra, ¡".|
propósito de Su primera venida fue la libertad del hmnhre de la
culpa, del poder y de la existencia del pecado & lrzwés dc .…
sacrificio sacerdota1. La segunda venida será para quitar l:m
consecuencias del pecado por medio de la poteslud que le ha
sido dada como nuestro Rey g1orioso.

468 / Introducción a la Teología Cristiana

IV. EL ORDEN DE LOS EVENTOS DEL DIA DEL SENOR

De acuerdo con la ley de la reserva profética, hay 10


suñeienle en las Escrituras para proporcionar a la iglesia una
esperanza gloriosa, pero 105 eventos de lo futuro nunca podrán
ser dilucidados completamente, sino hasta que la profecía se
convierta en historia y los consideremos con claridad en su
relación histórica. Nuestro propósito en considerar el orden de
los eventos del día del Señor no es el de hablar con un grado
de seguridad como para excluir el pensamiento sincero de los
estudiantes de la Biblia que sostienen posiciones diferentes. Es
ya evidente al lector que hay una gran variedad de opiniones
respecto a muchos de estos asuntos. El material que pre-
sentamos es, por tanto, más sugestivo que dogmátíco, y
esperamos que sirva para estimular al lector al estudio y a la
investigación.

A. El Arrebatamiento y la Revelación

La segunda venida de Cñsto es el evento inaugural del día


de] Señor. Será acompañada por la resunección de los muertos
justos y por el anebatamiento de los justos vivientes. Ambos
grupos de santos recibirán en las nubes al Señor. Se hace aquí
una distinción entre el arrebatamieulo y la revelación. El
arrebalamiento consiste en recibir al pueblo de Dios en la
reunión en las nubes. La revelación es el retorno de Cn'sto a la
Liena acompañado por el grupo de santos y ángeles. En 10 que
respecta a la relación del arrebatamíento y la revelación, hay
opiniones variadas. Algunos las ídentiñcan sosteniendo que
cuando El venga, todo ojo Ie verá, los santos se levantarán en
gozo a recibir1e, y las naciones de lat1erra sufrirán por causa
de esto (Apocalipsis 1:7). Otros establecen una separación
entre el anebatanúento y la revelación, sosteniendo que el
arrebatamíento es secreto y conocido sólo por los santos; que
la revelación es 10 único visible al mundo. En 10 que se refiere
al tiempo entre los dos, la mayoría de los escritores sostienen
que será un período de tres años y medio. Durante este
pen'0d0, los santos asistirán a Ia cena de las bodas del Cordero
en los lugares celestiales, en tanto que la tierra pasará por un

La Segunda Venida de Cristu/ 46!)

período de m'bulaeión sin paralelo, en cuyo tiempo el unlicrís


to asumirá autoridad total… E1hecho general del arrehmzunimum
y de la revelación es claramente eseritural; los detalles y:;
mencionados deben ser asunto de opinión individual.

B. El J uici0 Investigativ0

Inmediatamente después del retorno de Cristo, el juicio


investigativo principiará. A1 decir esto nos basamos en la
declaración de nuestro Señor Jesucristo mismo (Mateo 25:31—
34, 19:28). Es evidente en la parábola del sembrador que eslc
juicio se relaciona con las naciones vivientes en el tiempo dc
131 segunda venida (Mateo 13:41—43). Los postmileniulislus
idenn'ñcan el juicio descrito en Mateo 25:31-46 con el juicin
general del último día. Algunos premí1enialístas hacen lo mix»
m0, en tanto que otros 10 aplican, como se sugirió anterior
mente, a1&s naciones que viven sobre la tierra en el Liempu (le
la segunda venida de Cristo.

C. La Destrucción de los Malos

Estrechamente relacionada con el juicio investigativo se


encuentra la destrucción de los malos. Además de los pasajes
citados, Pablo nos da la siguiente declaración: “Y & vomlms
que sois atribu1ados, daros reposo con nosotros, cuando se
manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su
poder, en llama de fuego, para dar retribución a Ios que |…
conocieron a Dios, no obedecen &] evangelio de nuestro Señur
Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición.
excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su pmler,
cuando venga en aquel día para ser gloriñcado en sus sunlns y
ser admirado en todos los que creyeron” (2 Tesalonicenses
1:7-10).

I). La Caída del Anticristo y la Ligadura de Satanás

Incluido en la destrucción de los malos en el tiempo de la


segunda venida está el anticristo, & quien Pablo llama “el
maligno” () “el malo”: “Y entonces se manifestará aquel ¡nii
cuo, & quien el Señor matará con el espíritu de su hum, y

470/ Introducción a la Teología Cristiana

destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo adve—


nimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y
prodigios mentirosos” (2 Tesalonicenses 2:8—9). Satanás
también ha de ser atado: “Lo encerró, y puso su sello sobre él,
para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen
cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por
un poco de tiempo” (Apocalipsis 20: 1-3).
E. El Establecimiento del Reino

La ig1esia militante, en su sentido pleno novotesta—


mentado, principió con el día de Pentecostés y será triunfante
con el arrebatamíento de los santos en la venida del Señor
Jesucristo. La iglesia en cierto sentido será mezclada 0
incluida en el reino. En un sentido místico, “el reino de Dios
está entre vosotros” (Lucas 17:21). En ese sentido estamos
ahora en el reino de Dios, el Espín'tu Santo. El reino de Dios
Hijo sucederá al anterior cuando el reino místico interno
encuentre expresión en la gloria externa. Jesús, habiendo
vencido al mundo, se encuentra sentado en el trono de su
Padre, esperando el tiempo en que volverá a sentarse sobre el
trono de gloria (Mateo 25:31).

F. La Regeneración de ¡a Tierra

Es un hecho significativo el que nuestro Señor Jesucristo


relacione la regeneración con su reino venidero: “De cierto os
digo que en la regeneración, cuando e1 Hijo de] Hombre se
siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido
también os sentaráís sobre doce tr0nos, para juzgar a las doce
tribus de Israel” (Mateo 19:28). Esta declaración es muy
sugestiva cuando consideramos que la regeneración en el
sentido de “un nacimiento de am'ba”, representa también los
resultados espirituales directos que vienen de Ia gracia de Dios
considerada personalmente, y que en este caso se refiere a la
redención divina de la tierra, que, cuando nuestro Señor
aparezca, será librada de esta ligadura de corrupción (Hechos
3:19—21). Así que la maldición del pecado será quítada de la
tierra presente. Resu1tarán muchos cambios, la naturaleza de
los cuales no puede ser conocida plenamente, pero el profeta

La Segunda Venida de Cl“¡5:f0 / :1/ !

Isaías ha sugerido muy interesantes aspectos de es… …;


tauración. Entre tales innovaciones se encuentran: U1lil
fextilidad extraordinaria de la tierra (Isaías 55:13), con grauulus
porciones de la tierra, hasta ahora inhabítadas, cmwirliómlusv
en centro de belleza y de gloria (Isaías 35:1, 2, 6, 7), una
restauración milagrosa de animales Silvestres a sus inslinlns
normales (Isaías 11:6—9), una longevidad (Isaías 65:2()—23) y
ciertos cambios posibles en los cielos astronómicos en
relación con 1at1erra (Isaías 30:26). Los pasajes que aeuhumus
de citar están llenos de intenso signiñcado espin'luul y ¡mu
sido la fuente de gozo y fortaleza al pueblo santo de Dios. Aun
cuando esto es verdadero, no necesariamente prohfhe uuu
convicción de su cumplimiento literal, ni resta su significmln
espiritual, sino más bien 10 aumenta.

G. La Consumación Final

La consumación f1na1 0 destrucción del mundo nunca el


fin del período transicional e introduce Ios nuevos cielos y la
nueva tierra de] orden eterno. Es el evento culminante del ”din
del Señor”. Así como en el principio de este período se cnv
cuentra el arrebatamíento con la resurrección de los muertos
justos y la transformación de los santos vivientes, seguidos pur
el juicio investigativo de las naciones vivientes, de la misma
manera el día culmina con una apostasía que sigue al reinado
de mil años, la resunección de 105 muertos malos, 1a dcslnm
ción por fuego de los cielos y de1atierra y el juicio final con
sus recompensst y castigos.

Pedro describe en las siguientes palabras el proceso por cl


que la tierra ha de ser renovada: “Pero Ios cielos y la tierra que
existen ahora, están reservados por la misma paluhru,
guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición
de los hombres ímpíos” (2 Pedro 3:7). Agrega además que:
“Los cielos pasarán con grande estruendo, y los elcmenlus
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella
hay serán quemadas”; además dice: “Esperando y
apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual lus
cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos,
siendo quemados, se fundirán” (2 Pedro 3:12). Pedro un …un

472/ Introduccíón a la Teología Cristiana

de enseñar en estos pasajes la aniquí1ación del mundo por el


bautismo de1 fuego. Más bien, la palabra “deshecho” indica la
idea de librar al mundo de la esclavitud y corrupción, de
manera que venga a ser 10 que originalmente se intentó que
fuera. De la misma manera que el cuerpo del hombre se
deshace como resultado de la muerte, y está sujeto a
decadencia, después de 10 cual se levantará en gloria y poder
inmortal e incorrupt1ble, así esta tierra como la habitación del
hombre será desheeha, pero después aparecerá en una
resurrección comparable, los nuevos cielos y la nueva tierra
donde more la justicia (2 Pedro 3:13): “Luego el ñn, cuando
entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo
dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él
reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de
sus pies. Y el postrer enemigo que será destruído es la muerte.
Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando
dice que todas las cosas han sido sujetadas a e], claramente se
exceptúa aquel que sujetó a él todas 12Ls cosas. Pero luego que
todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo
mismo se sujetará al que le sujetó & 61 todas las cosas, para que
Dios sea todo en todos” (1 Con'ntios 15:24—28).

La Segunda Venida de Cristal 4 /I¡

CUESTIONARIO PARA ESTUDIO

1. ¿En qué sentido uiple debe considerarse la mucrle cun… el


castigo por el pecado?

2. Explique los efectos de 121 expiación de Cristo en In emmm


niente al castigo por el pecado.

3. Explique el uso de los términos siguientes en referencia ul


estudio del estado intermedio: S heal , hades y paraíso.

4. Condense la base escritura] de nuestra creencia en In ¡umm


talidad del hombre.

5. Haga un resumen de los puntos de vista de contraste rex¡x:etn ul


estado intermedio sostenidos por (1) los protestantes en general, y ('?)
los catolicorromzmos.

6. ¿Por qué algunos de los cristianos creen en un eslmln


intermedio, pero niegan la existencia de un lugarinte1medie?

7. ¿Qué evidencia bíblica proporciona el fundamento pum la


creencia de que Cristo volverá otra vez en persona a la tierra?

8. Desarrolle un bosquejo de las señales que indican la proximidad


de la segunda venida de Cristo,

9. Haga un resumen de la enseñanza de las Escrituras que des


criben la segunda venida de Cristo.

10. ¿Por que volverá Cn'sto por segunda vez,?

11. ¿Qué quiere decir la Biblia con “el día del Señor”?

12. Escriba un párrafo descriptivo de cada una de las leorízw


siguientes respecto a la segunda venida de Cristo: Teon'a advenlisln,
teoría Keswiek, temía cato]icorrom ana y teoría poslmileníal.

13. Indique los puntos específicos de contraste entre las lenríus


premilenial y postmilenial w;erca de la segunda venida de Clislo.

14. Haga una lista de declaraciones paralelas de puntos de coul.ruslv


entre la primera y la segunda venida de Cn'sto.

15. ¿Por qué es imposible opinar dogmáticamente en cu:mln nl


orden de eventos del día del Señor?

16. ¿Qué significa arrebatamicnlo?, ¿revelación?, ¿juiuin


investigativo?

17. Describa la naturaleza de la consumación final en 10 que resp…


m a la tierra mism a.

18. Ordene en forma de bosquejo los eventos del día del Señnl'
como se dan en el texto. ¿Apmeba usted este orden? ¿Por qué? ¿()m'º
cambios sugerin'a? ¿Por qué?

CAPITULO XXII

LA RESURRECCION, EL JUICIO Y
LA CONSUMACION FINAL
Los 111iembros del reino consumado que participan de la gloria que
el Mediador tiene con el Padre, desanollan y cumplen con creciente
verdad la función triple de la vida elema: dec1a1*arle, servirle y reinar
Con El en la comunión trascendental de amor con el Padre en el Hijo
por medio del Espíritu Santo.

Por lo tanto, el cielo de los santos no será un reino de sombras sin


sustancia e indeterminado, sino un reino rad y sustancial en que las
facultades y funeienes de la personalidad humana estarían activas en el
gozo de la libertad jusm. Como sucede con las capacidades del alma,
las facultades del cuerpo serán eonmensurables con la ley y vocación
de la vida eterna: “Estos son los que han salido de gran tribulación, y
han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en 1a sangre del
Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y
noche en su templo: y el que está sentado sobre el trono extenderá su
tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá
más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio
del trono los pastoreará, y 108 guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios
enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

—Emmanuel V. Gerhart

I. LA RESURRECCION

La resurrección que sigue como efecto inmediato de la


segunda venida de Cn'sto es verdad distintiva y elemental del
sistema cristiano. El término resunección significa v01ver & la
vida, este es, 1evantar aque1lo que había estado en el sepulcro.
Signíñca también una restauración a la vida de 10 que había
muerto… Como el alma no muere con e1cuerpo, no puede estar
sujeta a la resurrección. Así que es el cuerpo del hombre 10
que resucita.

474

La Resurrección, el Juicio y /a Consumación Finn// ¡!"/F»

A. Enseñanza Escritura] Respecto a la Resurrección

La enseñanza respecto a la resurrección se eneuenlm cn


el Antiguo Testamento, aunque no es tan explícita () amplia
como en el Nuevo Testamento. El hecho de la resurrección
fue considerado como tal en todo el régimen del Anliguu
Testamento y se hace una distinción entre la inmortalidad del
alma y la resurrección del cuerpo. El salmista habla, pnl"
ejemplo, de la esperanza de la resurrección de1 hades, in…
dicando que Dios “redimirá mi vida del poder del Sen],
porque ¿1 me tomará consigo” (Salmos 49:15). El pmfelu
Isaías se refiere a la resurrección del individuo cuando le
dirige a la iglesia una hermosa profecía: “Tus mucrlus
vivirán; sus cadáveres resueítarán. ¡Despertad y eunlzul.
moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hor…
talizas, y la tierra dará sus muertos” (Isaías 26:19). Aquí n los
muertos se les llama “tus” porque durmieron en (51; sus almas
se encuentran seguras bajo su cuidado. En el Libro de Daniel
encontramos que 121 doctrina de 1a resurrección se enseña de
manera más explícita: “Y muchos de los que duermen en el
polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y
otros para verguenza y confusión perpetua” (Daniel 12:2).

El Nuevo Testamento está saturado de la verdad de la


resurrección, pero aquí se presenta en un nivel sublime…
Pab1o habla de la “aparición de nuestro Salvador Jesucrixlu.
el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad
por el evange1io” (2 Timoteo 1:10). 8610 a través del evan—
gelio, el concepto cristiano de la resurrección y de la
destrucción completa de la muerte encuentran su expresix'ín
sublime. El testimonio básico del Nuevo Testamenln se
encuentra en las palabras de nuestro Señor Jesuerin
mismo: “No os maravilléis de esto; porque vendrá Iu>ru
cuando todos 108 que están en los sepulcros oirán su vw; y
los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida;
mas los que hicieron lo malo, a resurrección de
condenación” (Juan 5:28-29). Por 10 tanto, el unumr¡n
evangélico incluye la idea de la resurrección del hombre
total, y de toda la raza humana a una existencia duradera.

476/ Introducción a la Teología Cristiana

Cristo también asocia la resurrección een su propia


persona y obra. El dice: “Yo soy la resurrección y la vida; el
que cree en mí aunque este muerto, vivirá. Y todo aquel que
vive y cree en mí, ne morirá elemamente” (Juan 11:25—26).
Esto es verdad porque en El hay vida y poder: “Porque como
el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado a1hij0 el
tener vida en sí mismo” (Juan 5:26). Pablo indica que la
resurrección en Cristo será el modelo para 13 resurrección de
los cuerpos de 105 santos: “El cual transfonnará el cuerpo de
la humillación nuestra para que sea semejante al cuerpo de la
gloria suya” (Fi1ipenses 3:21). El fundamento secreto y la
condición para la resurrección de 10s creyentes es la unión
con el Cristº resucitado como la fuente de vida para el alma y
para el cuerpo.

Mientras que la resurrección de los justos es para vida


eterna, la resurrección de los malos es para condenación y
vergdenza eternas. Por 10 tanto, Pablo hab1a de la “esperanza
en Dios, la cual ellos también abn'gan, de que ha de haber
resurrección de los muertos, así de justos como de injustos”
(Hechos 24:15), y Juan testifica diciendo que vio “los
muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios…, y el mar
entregó los muertos que había en él; y la muerte y e1 Hades
entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados
cada uno según sus obras” (Apocalipsis 20: 12—13).

R. La Naturaleza del Cuerpo Resucitado

Hablando del cuerpo, Pablo escribe: “Se siembra en co—


rrupcíón, resueitará en íneorrupción. Se siembra en deshonra,
resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en
poder. Se siembra cuerpo animal, resueitará cuerpo espíri—
Lua1” (1 Corintios 15:42—44). En este pasaje se hace refe-
rencia clara al “cuerpo natural” y al “Cuerpo espiritual”. Por
eso la iglesia asegura que el cuerpo se levantará, y en algunos
aspectos esenciales no muy claros, será el mismo que antes,
después de la resurrección.

En 10 que se reñere a la naturaleza del cuerpo perfec—


tamente resucitado, poco es 10 que sabemos. Sin embargo,
nuestro Señor Jesucristo declaró diciendo: “Los hijos de este

La Resurrección, el Juicio y ¡a Consunmer'dn Fin:,¡i/ fl/ /

siglo se casan, y se dan en casamiento; mas los que fueren


tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección
de entre 105 muertos, ni se casan, ni se dan en euszunienlu.
Porque no pueden ya más morir, pues son iguales n los
ánge]es, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección“
(Lucas 20134—36): y Pablo dee1ara: “La carne y 'la sangre ¡…
pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda In
ínc0rrupción” (1 Corintios 15:50).

Por los pasajes escriturales citados, parece estar claro que


el cuerpo resucitado estará libre de decadencia, disolución y
muerte, así como de todo aquello que tiende hacia la muerte.
la enfermedad, el dolor y el sufrimiento… El cuerpo nuevo su…
inmortal en el sentido más amplio de la palabra. La hermosura
y 1a g1oria más allá de la comprensión humana será. sin duda la
característica de los cuerpos g10riosos de los redimidns que
confiamos en la promesa de que, “cuando 61 se manifieste,
seremos semejantes a él, porque 1e veremos tal como (:| ex” (1
Juan 3:2). Es también posible que en el cuerpo resuciludu
residan algunas facultades y capacidades exaltadas; y sin duda,
todas las que se poseyeron antes de morir serán aumentadas
considerab1emente. En resumen, podemos decir que el cuerpo
resucitado será de tal naturaleza que se adaptará perfectamente
a] nuevo ambiente en el que vivirá el redimido. En ese senlidn
será más bien un cuerpo espiritual que un cuerpo natural, sólo
que hermosamente adaptado a una manera espiritual de vivir_

C. La Resurrección General

El término “resurrección general” se refiere a la creencia


común, sostenida por la iglesia, de que en la segunda venida
de Cristo todos los muertos, justos (: injustos, se levanlurdu
simultáneamente y serán desde luego llevados a juicio. Nues
tro credo asienta 10 siguiente: “Creemos en 1a resurrección de
10s muertes, que los cuerpos tanto de los justos como (le lus
injustos, serán resueitados y unidos con sus espíritus …»l<m' que
hicieron bien, saldrán a resurrección de vida, mas los que
hicieron mal, a resurrección de condenación” (Manual, Iglesia
del Nazareno). El concepto de que la resurrección de lux justos
y de los malos es simultánea se basa en la deelzn'mtidn dc

478 / Introducción a la Teología Cristiana

Cristo: “Vendrá hora cuando todos 105 que están en los


sepulcros Girán su voz; y 105 que hicieron 10 bueno, saldrán &
resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a
resurrección de condenación” (J uan 5:28—29).

Aunque es la opinión general de los teólogos am1iníanos y


reformados de una resuneceión simultánea de 105 justos y de
los malos, a1gunos estudiantes de la Biblia apoyan la
resurrección de los justos y de los ma1os sin considerar
simultáneos 105 dos eventos. Esto es esencial al concepto
premilenial de la segunda venida. Aquí no podemos entrar en
detalle en los argumentos que apoyan este punto de vista; sin
embargo, estudiamos las frases “fuera” o “de los muertos”
como se usan en los pasajes de Lucas 20:35—36, Marcos 12:25,
Apocalipsis 20:5—6, Hechos 4:1—2 y Filipenses 3:11.
Notaremes que las resurreccíones mencionadas son
“resurrección de entre los muertos”. Esto es, se enseña una
distinción aparente entre la resurrección de los justos y la
resurrección de los ma]os. Aquellos, como seguidores de
Cristo, se consideran dignos de ser resueitados de entre 105
muertos. Es claro que los que no hacen esta distinción entre
las dos resurreceíones deben mantener una posición post—
milenial o simplemente no milenia1.

II. EL JUICIO FINAL


A. El Hechº del Juicio General

Por la expresión juicio ñna1entendemos un juicio general


de todos los justos y de todos 105 malos en la asamblea
pública de vastas dimensiones. Esto ha Sido negado por
algunos de los que piensan que el juicio de todo hombre ocu—
rre al tiempo de su muerte; y por otros que piensan que sólo
103 malos serán enjuiciados en e1ú1tim0 día. Sin embargo, las
Sagradas Escn'turas enseñan claramente que hay un día del
juicio o período que ha de asociarse estrechamente con la
conllagraeión al fm del mundo: “Pero 105 cie103 y la tierra
que existen ahora, están reservados por la misma palabra,
guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición
de los hombres impíos” (2 Pedro 327). Se declara
expresamente que “ha establecido un día en el cual juzgará a1

La Resurrección, el Juicio y ¡a Consumaoión Final! 4 /H

mundo con justicia” (Hechos 17:31). También se hace reh-


rencía al “día de la ira y de la revelación del justo juicio de
Dios” (Romanos 2:5), “en el día en que Dios juzgará p…-
Jesucn'st0 105 secretos de los hombres” (Romanos 2:16), “el
día de] juicio” (2 Pedro 2:9), “el gran día” (Judas 6), “c1 gran
día de su ira” (Ap0calipsis 6:17). Estos pasajes pruehun
claramente tres cosas: Que ha de haber un juicio general; que
debe tener lugar en un tiempo determinado; y, que este día
grande y terrible está en lo futuro.
En 10 que respecta a la duración del juicio, el uso imlcl'i…
nido del término “día” no permite declarar ni siquiera su
probable duración. Los padres antiguos creían que el perfndn
del juicio abarcaría mil años (2 Pedro 3:8). Otros han indicado
que considerando el número de personas incluidas y el nlczmve
de preguntas que han de hacerse, se requen'ría un tiempo más
largo. Por otro lado, tenemos la opinión de los que creen que
será suficiente un corto lapso de tiempo para que Dios cumpla
el propósito para el cual se instituyó e1juicio.

Sin hacer caso a la duración del tiempo incluido, se


enseña el juicio e1aramente en la Palabra de Dios. En Apoca—
lipsis 20:11—13 y 15 encontramos una predicción ¡umd
[estable y data de un juicio general en el que todos los
muertos y todos los vivos serán reunidos, Es evidente que
tanto los justos como los malos estarán presentes, que 1115
personas cuyos nombres están escritos en el libro de la vida
serán salvos y los que no encontraron sus nombres allí serz'1n
lanzados al fuego…

B. La Personalidad del Juez

Solamente Dios puede hacer el oficio de Juez en esla


última asamb1ea. Solamente El es el todo sabio y ¿1 1—31 snln
mente son conocidos los secretos más íntimos de las vidas de
108 hombres. No sólo entiende sus acciones, sino …lo
comprende sus pensamientos más profundos y sus …n|¡vn:4
más escondidos —aún su naturaleza. Pero este juiein ¡… es
hecho por Dios como Dios: “Porque el Padre a nadie ,iu¡g=¡.
sino que todo el juicio dio al Hijo, para que lod… hmmm nl
Hijo como honran al Padre” (Juan 5:22—23). La razón de emu

480/ Introducción a la Teología Cristiana

es que no solamente el Hijo es divino, sino humano, y su


re]aeíón con la humanidad hace calíñcar peculiannente para
este oficio. Pablo predicó a los atenienses diciéndoles que
Dios “juzgará al mundo con jus'dcia, por aquel varón a quien
designó” (Hechos 17:31). Indica esto que el juicio ha de ser
llevado a cabo peeulianncntc por Cristo como hombre: “El es
el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos” (Hechos
10:42). E1 juicio del mundo se representa como el último acto
mediatorio de Cristo… Después de la ejecución de la sentencia
ñnal, cuando las recompensas de los justos sean entregadas y
las penas de 105 malvados sean determinadas, entregará el
reino medialorio al Padre, para que Dios sea todo en todos (1
Corintios 15:24—28).

C. Los Principios del Juicio

Pablo enumera los principios en los que basará el juicio


como sigue: “A 105 que, perseverando en bien hacer, buscan
gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo & los que son
contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a
la injusticia; ln'bulaeión y angustia sobre todo ser humano que
hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero
gloria y honra y paz a todo el que hace 10 bueno, al judío
primeramente y también al gn'ego; porque no hay acepción de
personas para con Dios” (Romanos 27—11). Un estudio cui—
dadoso de este y otros pasajes re1acionados con este tema,
indica que la medida de la verdad revelada a los hombres será
la norma por la cual serán juzgados en aquel día. Nuestro
Señor Jesucristo declaró: “Porque a todo aquel a quien se haya
dado mucho, mucho se le demandará” (Lucas 12:48).

Más específicamente, el principio anterior del juicio sig-


níñea que los paganos serán juzgados de acuerdo con la ley
de la naturaleza, o sea la ley originalmente dada a] hombre
para gobernar su conducta. Alguna porción de esta ley ha
sido preservada entre ellos, en parte por la tradición y en
parte por la razón, y aunque los vestigios de ella están en
algunos casos suprimidos y en otros casos muy 0hscuros y
confusos, queda lo suñeiente de esta ley para aplicarse a las
criaturas y para que sea el fundamento de una prueba judicial

La Resurrección, el Juicio y la Consumación Final/ 481

(Romanos 2:14-15). Los judíos serán juzgados por 111 ley de


Moisés y las enseñanzas de los profetas. Las palabras mimnus
de nuestro Señor Jesucristo serán la norma para su propia
generación “a palabra que he hablado, ella le juzgará en el
día postrero” (Juan 12:48). Los cristianos en general serán
juzgados por las Sagradas Escrituras, 0 sea el Antiguo y
Nuevo Testamentos —espeeialmente el evangelio que es el
que eonñere a los santos, privilegios supen'0res. Si al gen…
que peca contra la luz de la naturaleza se le castiga ……
justicia, y sí el que despreció la ley de Moisés “muere ¡rre
misiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que mereccr:í
el que písoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmundu la
sangre del pacto en la cual fue santifieado, e hiciere z¡1'rmln
al Espíritu de gracia?” (Hebreos 10:28—29).

D. El Propósito del Juicio en General

A fm de comprender el propósito del juicio en general


debe considerarse en su relación con Dios, Jesucristo y el
hombre. Primero, el juicio proporcionará un campo dig…»
para la demostración de los atributos de Dios. Su justicia,
fidelidad, sabiduría, omnipotencia y otros atributos serán
observados por millares de hombres y ángeles. Entonces, la
gloria de la ebra de Criste aparecerá —no sólo como Juez…
sino como Señor y rey. Como Señor, su dominio ha de wr
universal, como Rey que ha reinado en los corazones de :…
pueblo, Ios recibe con gozo y los invita a participar de su
gloria. Finalmente, en 10 que se reñere al hombre, el _iuieiu es
necesario por varias razones. (1) La condición de los juslm
en este mundo es con frecuencia tal, que sin las recmn¡mnsns
de lo futuro, la justicia y la equidad de Dios un pndrl':m
vindíearse. (2) Solamente en e] juicio puede resumirse lu
influencia total de la vida del hombre —ya sea para hi… (1
para mal. Los hombres son criaturas sociales y son resp…
sables de su íní1ueneia para con 105 demás. Es… inl'hwnrin
continúa en un circulo más y más amplio, aún despuóx de ¡:|
muerte del individuo. Sólo en el juicio ñnal puede vulnrumv
esta influencia ya sea para bien 0 para mal. (3) 131 jui('in Ch
necesario a ñn de que el verdadero carácter de los 1…mlm»—; w

482 / Introducción a la Teología Cristiana

ponga de manifiesto: “Pºrque es necesario que todos


nosotros eomparezeamos ante el m'bunal de Crist0, para que
cada uno reciba según le que haya hecho mientras estaba en
el cuerpo, sea bueno 0 sea malo” (2 Corintios 5110). Así que
en el juicio Dios distingue entre los buenos y Ios malos y 10s
separa a los unos de los otros, a fin de que pueda deseubn'r o
manifestar su verdadero carácter.

E. La Escena del Juicio Final

Las Sagradas Escrituras describen el juicio ñnal como


una escena de solemnidad y de subh'midad grandiosas. Juan
esen'be respecto a esta escena en los siguientes términos: “Y
vi un gran trono blanco y 31 que estaba sentado en él, de
delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se
encontró para e11os. Y vi a 105 muertos, grandes y pequeños,
de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los
muertos por las cosas que estaban escritas en 105 libros, según
sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la
muerte y el Hades entregaron los muertos que había en e1105;
y fueron ju¿gados cada uno según sus obras. Y la muerte y el
Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte
segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida
fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20111—15).

III. EL ESTADO FUTU RO DEL INCONVERSO

El juicio general no solamente hace posible la bienaven-


turanza eterna de los santos, sino que también da la sentencia del
castigo eterno sobre los inconversos y los malos. La consi—
deración de este asunto nos lleva a uno de los tópicos más
solemnes en e] círculo completo de la teología cristiana. “Esta
consideración debe suprimir 10 trivial, debe inspirar precaución
y despertar todo interés. Nada puede ser más artificial y
sorprendente que hacer de esta doctrina un asunto de chiste 0 un
tema recitativo de vehemencia y amenaza. No se debe permitir
que nadie toque el tema, a menos que, con solemnidad, se trate
como una nota de alarma () sonar]a al oído de los hombres

La Resurrección, el Juicio yla Consumación Firml/ :1H:l

culpables con el único propósito de impelerlos ¿¡ refugiam—. en


Cristo” (L0wry, Positive Theology, Teología positiva).

A. Los Términos Escriturales que l)enotan el Lugar ¡lo


Castigo

Hay tres pa1abras que se traducen en “iuñerno” en ('I


Nuevo Testamento —/zades, tártara y gehcnna. El hmhns' Ne
reñere a11ugar de los muertos y 1215 distinciones entre el lugar
y el estado ya discutidos.

El tártara se menciona solamente en 2 Pedro 2141 “l“'urquv


si Dios no perdonó a los ángeles que peearon. sil… (¡…*
arrojándolos al infierno [zártarus] les entregó a prisiones (lv
oscuridad, para ser reservados al juicio”… Por 10 tanto. pudo
mos considerar al hades como el estado intermedio de lux
malos, en tanto que el tártara es el estado intermedio de l…:
ángeles pecaminosos El gehenna se compone de dos pulnhrnx
hebreas, ge e hz'nn0m, y signiñcan el “valle de Hinnom", lin el
Nuevo Testamento se le llama el gehenna y se menciona 12
veces. Once de estas referencias están en las declaracimxes del
Señor Jesucristo mismo: En los 12 casos, la palabra se refiere
a la tortura y al castigo en un mundo futuro. En Mateo 18:*) la
palabra gehenna se asocia con el castigo que resu1ta del juiciu;
y en e1 versículo anterior se usa la palabra “fuego eleruu"
como equivalente de gehenna. En Marcos 9143—44 Jesús dice:
“Mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dns nuums
'n al infierno [gehenna], al fuego que no puede ser upugudn lu
inextinguible], donde 01 gusan0 de elles no muere, y el l'uq:u
nunca se apaga". En Lucas 1215, Cn'sto dice: “Temed ¿¡ zu¡…—l
que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en
el ínñerno (gehenna)”. Por 10 tanto, la palabra “infierno" en el
sentido de gehenna se refiere al lugar de castigo |“iuu1 pwp;r
rado para los ángeles maíos y para los hombres ineouvvrmm
después del día del juicio.

B. La Doctrina del Castigo Eterno Como es Enscñ:uln


por las Sagradas Escrituras

Con sólo considerar a simple vista las palabras de uuv:alru


Señor Jesucristo, sin ninguna nota o comentario, del……

4841 Introducción a la Teología Cristiana

convencerse al lector sincero de 10 que Cústo enseñó respecto


a la doem'na del castigo futuro. Notemos cuidadosamente 10
siguiente: “Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y
recogerán de su reine & todos los que sirven de tropiezo, y a
Ios que hacen iniquidad, y 105 echarán en el horno de fuego;
allí será el Hero y el crujir de dientes” (Mateo 13:41—42).
“Entonces dirá también a los de la. i7quierda: Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus
ángeles… E irán éstos al castigo eterno, y los justos & la vida
eterna” (Mateo 25141—46). “Si tu mano te fuere ocasión de
caer, córtala; mejor le es entrar en ¡a vida manco, que
teniendo dos manos ir al inñerno, al fuego que no puede ser
apagado, donde el gusano de ellos 110 muere, y el fuego nunca
se apaga” (Marcos 9:43—44). Y “no os maravilléis de esto;
porque vendrá hora cuando todos los que están en los
sepulcros O'Lrán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a
resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a
resurrección de condenación" (Juan 5128—29). La verdad
so1ernne enseñada en estos pasajes es que les que rechazan a
Cristo y la salvación ofrecida por su conducto, mon'rán en sus
pecados y vivirán separados de Dios para siempre. Esta vida
presente es una vida de pruebas, y después de ella el hombre
recibirá sus consecuencias eternas.

¿Cuál será la naturaleza del castigo? Los términos que se


usan en las Escrituras para expresar la idea del castigo futuro
deben ser, necesariamente, al menos en parte, en sentido ñgurado.
Sólo eomparándolos con 10 que está dentro de nuestro alcance
mental podemos entender, aunque de manera limitada, esta
verdad solemne, Se llama “la segunda muerte” (Apocalipsis 2118,
20114-15). El temor de la Inuene traída & toda la raza puesta en
sujeción (Hebreos 21 15) está rodeada de terror y de tristeza y es el
origen de los temores tonnentesns. La muerte segunda es también
la corrupción espiritual, de la cual la muerte física es un tipo.
Aparte de las influencias respectivas y mitigames de gracia que
estuvieron presentes en la vida, el pecador viene ¡¡ exponerse
elemarnente & la corrupción de su propia alma. Nuestro Señor
Jesucristo habla del castigo futuro como “tinieblas de afuera” y
Ias asocia con “el Hero y el crujir de dientes“ (compárese Mateo

La Resurrección, el Juicio yla Consumación Final! AM:;

8:12, 22:13, 25:30). El Dr. Wakeñeld habla de esta nhseurid¡ul


semejante a “la media noche profunda, de la tumba, ulcgrándnsv
de época en época y continuando sin que el fm alumbre el d ¡:| (¡ur
terminará con ella“. El estado eterno de lo malo se deserin
también como un estado de “castigo seguro”. Nuestro Scñnr
Jesucristo nos dice que el malo será echado “en el home de
fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes" (Mateo 13:42), en
tanto que Pablo habla de nuestro Señor diciendo: “Cuando se
rnaniñesle el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su
poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que ¡…
conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nueslm Schnr
Jesucristo” (2 Tesalonicenses 117-8). Se han hecho inlenlus dv
aminorar la severidad de estos pasajes considerándolos en sentido
puramente ñgurado. Pero la figura nunca describe eomplelnumnlv
la realidad, y por 10 tanto Ia conclusión razonable es que el fue,…
del castigo futuro, si no es literal, será infinitameulc miis
intolerable. Finalmente, el castigo futuro se describe comu “……
separación de Dios”. Esta es la forma más terrible concehihle de
castigo —ante el cual la muente, el fuego eterno y 10 denso de la
obscuridad son nada. Dios es el autor de toda dádiva y de ludu
don perfecto, y la pérdida de Dios es la pérdida de todo lo bueno,
Las palabras “apartaos de mí, malditos" (Mateo 25:41) indica…
una pérdida de luz y amor, de amistad, de hermosura y de
alabanza Wla pérdida de toda la esperanza misma. Ser upzu1mln
de los ojos de Dios es estar separado por siempre del cielo y dar
todo 10 que es bueno. Tales son las representaciones solemnex q…“
el Espíritu Santo ha querido hacer respecto al estado del
inconverso cn el tiempo del juicio y la naturaleza de su cuslipzu.
¿Es eterno el castigo futuro? En vista de que esta pn-puum
ha sido contestada negativamente por algunos, una …mi
deración cuidadosa del asunto necesita un esludiu de… In
palabra griega aiónios (aía'ww; ), que en las Eseritur:m …;
traduce como “eterno” 0 “eternida ”. En una o en otra ¡“mmm
esta palabra se usa en cada uno de 103 pasajes siguientes: “Iºm
tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córl1dn y
échale de ti; mejor te es entrar en la vida cojo () mun…, 1_|…:*
teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuc¡w cien…”
(Mateo 1818). Marcos usa el mismo pasaje aunque u;zrvp_n

486 / Introducción a la Teología Cristiana

otras palabras: “A1 fuego que no puede ser apagado, donde el


gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga” (Marcos
9143-44). También dice: “Pero cualquiera que blasfeme contra
el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de
juicio eterno” (Marcos 3:29). Juan expresa: “El que cree en el
Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no
verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. En la
descripción de la cena del juicio, que se encuentra en Mateo
25131-46, Jesús dice a los que estarán a su izquierda:
º“prtaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el
diablo y sus ángeles” y la escena termina con las palabras “e
irán éstos al castigo eterno, y los justos & la vida eterna”. Si
nuestro Señor Jesucristo no quiso decir con esto que había un
castigo eterno, ¿qué significado posible podernos adherir a
estas palabras? “He visto”, dice el Dr. Adam Clarke, “las
mejores cosas escn'tas en favor de la redención [ina] de los
espín'lus condenades, pero nunca he visto una respuesta al
argumento en contra de esta doctrina salida de este versículo
(Mateo 25:46), como no sea vergiíenza a la crítica y al
conocimiento del individuo”.

Las objeciones que se levantan en contra del castigo


eterno son generalmente en el sentido de que el castigo no
está en proporción 31 pecado, y que Dios es demasiado
misericordioso como para infn'ngir castigo eterno sobre sus
criaturas. Estas dos objeciones representan un fracaso para
reconocer que el pecado es un mal infinito. Una apreciación
correcta de 10 sede que es el pecado, puede recibirse sola—
mente cuando tratamos de comprender el alcance del amor de
Dios al dar a su propio Hijo para que redimiera al hombre.
Solamente así nos damos cuenta de que el castigo de
duración interminable no está fuera de proporción para 105
que voluntaña y finalmente rechazan al que sufrió ——“e1 justo
por los injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18).

IV. LA B IENAVENTURANZA ETE R NA

DE LOS SANTOS

Además del estado final de los malos, las Escrituras


tienen más que decir respecto a la bienaventuranza eterna de

La Resurrección, elJu/cioy la Consumación Firml/ ¡¡Ni


los santos. Pero el asunto ha sido menos eonlmverxiul y
generalmente ha ocupado muy poco espacie en Ia (culuy_1u.
La gracia de Dios que advierte al malo el día de la im.
asegura al justo también su bienaventuranza eterna.

A. El Cielo es un Lugar a la vez que un Estado

Todos admiten que el eie10 es un estado de bienzwvnlu


ranza eterna. Pero el cielo es también un lugar. Es 111 huhi|u
ción de los justos en su estado final de gloriñeaeión. Nucslm
Señor Jesucristo declaró: “En la casa de mi Padre muchas
moradas hay; si así no fuera, yo es lo hubiera diclw; vny,
pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y …* ¡m—
parare lugar, vendrá otra vez, y os tomaré a mí misnm, ¡mm
que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:17…» 1):
Las Escn'turas hablan del tercer cielo donde Dios hnhim, y
Pablo escribe en el sentido de haber sido arrebatado huciu lux
cielos más altos, Sin embargo, no hay que pensar que el ¡…un
hubiera caminado grandes distancias desde el punto de vixl:¡
de espacio a fin de entrar al cielo. No debe concebirse In
distancia en términos de espacio físico, sino de condicion…
diferentes. El cielo está precisamente detrás del velo, que …
este caso “poee interviene” para marcamos 10 que es invisi
b1e y 10 que está más allá de 121 Vida mortal. Lu pnlnhl:1
apocalzpsis significa revelación, y en la muerte, e1jusln pur…
& través de este velo a la visión beatíñca de Cristo. Es… ¡mm
el alma redimida es el cielo, la habitación eterna de I…:
redimidos de todas las edades.

B. La Bienaventuranza de los Santos

Aunque la naturaleza de la felicidad futura un ¡muh-


eonoeerse en esta vida, las Sagradas Escrilurus nus (li…
muchas ideas de 10 que Dios ha preparado para lus qm“ hº
aman. El cielo será un lugar donde jamás se hallará pecudn ni
injusticia: “No entrará en ella ninguna cosa inmundzl, (; dur
hace abominación y mentira” (Apocalipsis 21:27). Nada
inmundo entrará al lugar donde están los hendilns. ui Im:
santos sentirán la influencia siniestra de Salunás () de ¡…a
hombres inicuos. Será un lugar en que las emm-uu-m—¡:w

488 / introducción a la Teología Cristiana

penales del pecado han sido quitadas: “Enjugará Dios toda


lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá
más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas
pasaron” (Apocalipsis 2114). El cielo será un lugar en el que
los hombres gozarán la posesión de todo bien. “El trono de
Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos Ie servirán, y
verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá
allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de
luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por
los siglos de los sig10s” (Apoeaiipsis 2213-5). E1 cielo será de
esta manera la respuesta perfecta a todo deseo santo. Para los
cansados será el descanso eterno; para los tristes, el lugar en el
que Dios enjugará toda lágrima; para los que sufren, el lugar
en que no habrá más dolor; para los errores y las faltas de un
servicio sincero aunque imperfecto, el trono de Dios estará allí
y sus siervos le servirán —t0da obra será hecha en su
presencia y con la aprobación de su sonrisa: para los que están
perplejos y sorprendidos por la incertidumbre y desengañes de
la vida, se promete que no habrá 21111” más noche porque Dios
les da la luz y reinarán con El para siempre jamás.

Otra fuente de bienaventuranza para los santos será la


comunión entre ellos y con su Señor. Podemos estar seguros de
que la personalidad de cada santo redimido será preservada
inviolab1e; y los instintos sociales que los caracterizaron aquí no
serán quitados, sino más bien intensificad0s (Hebreos 12122—23,
Mateo 8:11). Además, 1a inferencia clara de las Sagradas
Escrituras es que, los santos reconocerán y se relacionarán con
los que a1náron aquí en la tiena, y quienes como ellos han sido
ya salvos por la sangre del Cordero. “Pero entonces conocerá
como fui conocido” (1 Corintios 13:12), dijo Pablo. En vista de
que la memoria permanece, y el tema de nuestro canto es la
redención, podemos estar seguros de que también retendremos
el conocinúento de personas, lugares y circunstancias relacio—
nadas con nuestra salvación (1 Tesalonicenses 2:19). Pere lo
mejor de todo es que se cumplirá la promesa: “Y verán su
rostro, y su nombre estará en sus frentes” (Apocalipsis 22:4).
Juan en una aseveración igualmente sublime exclama: “Ama—
dos, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado 10

La Resurrección, el Juicio y ¡a Consumacíón F'¡r…// ¡mm

que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se man…nil'itrslr,


seremos semejantes a él, ¡porque le veremos tal como él es, Y
todo aquel que tiene esta esperanza en él, se puriñea ¡| sí mis
mo, así como él es puro” (1 Juan 3:2, 3).

C. Las Ocupaciones en el Cielo

Aun cuando el cielo será un lugar de descanso, no de1w


mos suponer que será un lugar de inactividad. Pedenms
pensar que t0das estas actividades serán princi¡mlmeuh—
espin'tuales: “El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo” (Efesios 113), capacitará las almus de
los redimidos para que se extiendan constantemente en la
plenitud oceánica del amor divino. Constantemente sall1u'fin
nuevas vistas de la gracia divina y visiones frescas de su
adorable persona sobre sus mentes y corazones gloril'ieudus.
Sus facultades intelectuales serán aumentadas y puriñezulns…
Dice el Dr. Graham: “Ante ellos se inelinará el círculo lulu!
de la creación, el sistema de la providencia y el carácter y
atributos de Dios. Su sabiduría, amor y poder serán desu»
biertos por ellos en los misterios de la naturaleza y de 111 pm
videncia que ahora están escondidos de los ojos humunus…
las alegrías de 1a ¡nente deben ser una gran parte de 1:1
bienaventuranza del cielo. La razón ya libre y aumenlndu sv
deleitará en darse cuenta de las leyes de] universo material.
de la sabiduría suprema que los ordenó y de la elevación y
progreso de los varios reinados e imperios, naciones y mmm
que constituyen el dominio de Dios, dándose cuenta de la
sabiduría, dei amor y de 1a bondad del Creador en c¡uln nun
de las partes del ser, desde el insecto que está sobre ln lim“…
hasta el serafín que está junto al trono. ¡Oh qué hcnnusn
campo de investigación para el intelecto!” (On the !¿'¡)Innvíun.v.
Acerca de los Efesios).

D. La Duración sin fm del Cielo

La excelencia culminante del cielo es que su gw… nu…:n


terminará. A1 cielo se le llama “la ciudad que tiene 1“und=r
mentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios" (Hchmm*

490 / Introducción a la Teología Cristiana

11:10); se le llama “una mejor, esto es, ce1estial” (Hebreos


11:16), y se habla de e1la como un “reino ineonmovible”
(Hebreos 12:28). La palabra eternidad 0 a1guna de sus formas
se asocia frecuentemente con el cielo. Es una “casa eterna en
los cielos” (2 Corintios 521), “ g10ría eterna” (1 Pedro 5:10),
“moradas eternas” (Lucas 1619), y “el reino eterno de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 1:11). Cuando los san—
tos entran en aquella eterna gloria, entran a una vida que
nunca tenninará y de ia cual puede decirse de ellos, como de
Dios mismo, que sus años nunca terminarán.

V. LA CONSUMACION FINAL
A. El Alcance de la Consumación Final

La consumación final marca el fm de la histon'a de este


mundo. En su lugar habrá un nuevo cielo y una nueva tierra
donde habite la justicia ——destinados por toda la eternidad &
ser el asiento del reino de Dios en su perfección de hermo-
sura. En este reinado triunfante, Cn'sto eonsumará la obra
mediatoria de salvación del pecado, porque el último ene—
migo será vencido para siempre. Sin embargo, no cesará de
ser el Exaltado, porque todavía El será las primicias de
muchos hermanos, nuestra fuente de aguas vivientes y nues—
tra luz eterna. Será para siempre la causa mediatoria de
nuestra vida y luz eternas, nuestra santidad y nuestra feli—
cidad, aun cuando le entregue el reinado al Padre.

La consumación ñna1 da término a una historia proba-


toria del individuo siendo las consecuencias finales del
castigo futuro de los malos y la bienaventuranza eterna de los
santos. También marca la perfección de la iglesia. El cielo no
estará habitado por una compañía innumerable de individuos
redimidos solamente, sino por la iglesia como una unidad
0rgáxúca. La iglesia será la joya más preciosa en el cielo. Por
esta razón Juan habia de ella como 13 esposa del Cordero, la
que se describe en el simbolismo de una ciudad santa Ala
Nueva Jerusalén que descendía “del cielo, de Dios” (Apo—
ea1ipsis 2112, 9, 10). Ningún símb010 se adapta mejor para
expresar la complejidad de la organización social. En el
mundo presente, a través de las malas adaptaciones de una
La Resurrección, eí Juicio y ¡a Consumación Firm// 41131

estructura social imperfecta, la ciudad viene a ser el así……


del pecado y de la iniquidad, de la necesidad, de lu penurin.
del dolor y del sufrimiento. Pero en la ciudad de Dios, lau
organización será tan perfecta, por cuanto afecta la relación
del individuo con el orden social, que “ya no habrá muerte, ni
habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras
cosas pasaron” (Apocalipsis 2114). La ig1esia militante snlm-
la tiena viene a ser la iglesia triunfante en el cielo, pero
nunca perderá su identidad. Y cuando 13 iglesia haya ulczm—
zad0 su perfección, y todo enemigo haya sido subyugudn y la
muerte misma haya dejado de existir, entonces el mil…
mediatorio como agencia de salvación debe cesar y ser
absorbido en e1reino bendito y sin fin de Dios e] Padre, Dios
el Hijo y Dios e1 Espíritu Santo.

La consumación ñnzd incluye también e] universo l'ísim.


Habrá un nuevo cielo y una nueva tierra. En esto ceneentr1unns
nuestra atención en la sección última de esta obra.

B. El Nuevo Cieln y la Nueva Tierra

Tanto el Antiguo como en el Nuevo Testamento señalan


una nueva creación, cuando los Cie10s y la tierra aeluules
hayan envejecido y se pongan a un lado como una veslidurn
anticuada: “Desde el principio tú fundaste la tierra, y Ins
cielos son obra de tus manos. E110s perecerán, mus ¡ú
permanecerás; y todos ellos como una vestidura se euvc_ie
eerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados" (Sul
mos 102125—26; eompárese con Hebreos 1:10-12).

El profeta Isaías se vuelve elocuente cuando contempla la


nueva creación: “Porque he aquí que yo creará nuevos cielu>; y
nueva tierra; y de 10 primero no habrá memoria, ni más vendrá :¡I
pensanúeut0. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre … 1…—:
cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo ¿¡ …1cnmahºn
alegría, y a su pueb10 gozo" (Isaías 65117—18: emnp;'uresc mn
Isaías 3414, 5116). En el Nuevo Testamento, Pedro formula un
cuadro gráñco de los cambios que tomarán lugar en el mww
orden que seguirá. El escribe: “Pero el día del Señor ve…ln1
como ladrón en la noche; en el cual los cielos pusuráu con grande
estruendo, y 105 elementos ardiendo serán deshechos, y la l1unº;1 y

492 / Introducción a la Teología Cristiana

las obras que en ella hay serán quemadas... pero nosotros


esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en
105 cuales mora 1z1justicia" (2 Pedro 3110—13). Así que las
Escrituras enseñan que Dios, en algún tiempo futuro desatará
ciertas fuerzas que ahora están en reserva, y las usará para la
puññcaeión de los que han sido contaminados por el pecado.
Dios destruye sólo para crear algo más hermoso y sobre las
ruinas de la tierra que se encuentran bajo maldición, El erguirá
otra más, que t1orecerá con un esplendor indescriptible y sin ñn.
La gran consumación marca la restauración de la armonía
y del orden del universo. Fue a esto, sin duda, a 10 que Pedro
se refirió cuando dijo que los cielos podrían recibir 0 retener
a Cristo: “A quien de cierto es neeeszuio que el cielo reciba
hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que
habló Dios por boca de sus santos profetas que han side
desde tiempo antiguo” (Hechos 3121). Esto, por supuesto, no
implica que todos los hombres se vo1verán ¿¡ Dios y serán
salvos. Nuestro estudio de la duración del castigo futuro
revela claramente lo contrario. El que 211 fin de cuentas llegó
a] juicio como ineonverso está eternamente perdido y no
tiene esperanza. Mientras la cortina de esta era presente se
ciena poco a poco. La Palabra de Dios dice: “El que es injus—
to, sea injusto todavía; y e1 que es inmundo, sea inmundo
todavía; y el que es justo, practique 1ajustieia todavía; y el
que es santo, santifíquese todavía” (Apocalipsis 22:11).

La consumación de 1as épocas marca la consumación


glon'osa del reino de Dios. Entonces el reino tendrá un nuevo
principio y serán hechos un nuevo cielo y una nueva tierra.
Aquel reino será un reino eterno, “porque Dios el Señor los
iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos” (Apocalipsis
2225). Pero hasta que aquel gran día grandioso y sublime
venga, cuando los destinos de los hombres se arreglarán para
bienestar () para condenación, para vida eterna 0 para muerte
etema, la invitación del amor divino suena con e1aridad y con
fortaleza diciendo: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el
que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera,
tome del agua de la vida gratuitamente" (Apocalipsis 22:17).

La Resurrección. el Juicio y ¡a Consumación Finnl/ 41111

' CUESTIONARIO PARA ESTUDIO

1,»¿Se enseña la doctrina. de la resurrección en el Anti_uun "I'r:.lu


mento?

2. ¿Cómo se relaciona el concepto cristiano de lu resurrectiniu


con la persona y obra de Cristo?

3. Condense la enseñanza bíblica concerniente a la naturaleza de


los cuerpos resucitados de los santos.

r"4.¿¿Enseña la Biblia que las resurrecciones de los malos y (le Im:


justos sean simultáneas? Dé razones y evidencia escrilumles :1puynmln
su respuesm.

5. ¿Qué enseñan las Escritu1as respecto a la naturaleza y dur;u-i(m


del juicio general?

:':6,— ¿Quién ha de ser el juez final de todos los hombres? ¿Pnr <puº'l

7. Describa cuidadosamente las bases sobre las que los hmnhu-—:


serán juzgados. ¿Serán los principios aplicados de la misma munerzn ¡¡
todos? ¿Por qué?

8. ¿En dónde se encuentran los propósitos del juicio geneml'!


( 5:* Analice y defina el significado esencial de cada uno de […
termines desen'ptívos usados en las Escrituras para denotar el lugur ¡lc
eastigg de los malos.

1ij Haga un resumen de los pasajes más importantes del Nuevo


Testamento que declaran la natu1aleza del castigo futuro de los mal…,

11. ¿Cuál es la base para la enseñanza cristiana de que el c:|slip_u


futu1'0 de los malos será eterno?

12. ¿Qué objeciones se levantan en contra de la doctrina crislinnn


del castigo eterno de los malos? ¿Qué respuesta puede dzu*se ¡¡ exulu ……
de ellas?

» 131 ¿Es el cielo mi lugar a la vez que un estado? Explique y u.»;v


citas bíblicas pzu“a su respuesta.

14. ¿Cuá1es factores constituirán las fuentes de hienzwcn(1||":m'm II!“


los santos en el cielo?

15. ¿En cuáles actividades particípzmín los santos en el viclu'!

16. Indique el alcance de la consumación final…

¿717:) ¿Qué quiere decir “nuevos ciclos y nueva licrru"'[ Svnnlv


caráeterísticas de cada uno de ellos.

18. ¿Cómo se relaciona la consumación final con 111 ¡deu ¡lvl nº'mn
de Dios?

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