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era
-‐
energy
research
architecture
Autores:
Björn Pieprzyk
Preparado para:
Asociación
Alemana
de
la
industria
de
Biocombustibles
-‐
Verband
der
Deutschen
Biokraftstoffindustrie
e.V.
(VDB)
O k t o b e r 2 0 1 3
1
Contenido
1 Sumario ........................................................................................................................ 3
2
1 Sumario
Durante
la
extracción
de
petróleo
se
producen
grandes
cantidades
de
gas.
Este
gas
asociado
contiene
sobre
todo
gas
metano
y
a
pesar
de
las
grandes
cantidades,
no
se
utiliza
y,
o
se
quema
cerca
de
los
pozos
de
extracción,
se
libera
directamente
a
la
atmósfera
o
culmina
en
ella
a
través
de
fugas
(venteo).
Las
cantidades
de
gas
asociado
que
se
queman
mundialmente
se
redujeron
en
un
15%
entre
2005
y
2010,
sin
embargo
permanecen
en
un
nivel
de
aproximadamente
140
billones
de
metros
cúbicos.
A
través
de
ello,
260
millones
de
toneladas
de
CO2
son
emitidas
a
la
atmósfera.
La
disminución
de
la
quema
de
gas
en
Rusia
se
compensa
sobre
todo
con
la
creciente
extracción
de
petróleo
de
esquisto
en
los
Estados
Unidos,
a
través
de
la
cual
la
quema
de
gas
asociado
se
ha
triplicado
en
los
últimos
diez
años.
La
quema
es
solo
la
pequeña
punta
visible
del
iceberg
de
las
emisiones
de
gas
asociado,
que
se
puede
registrar
a
través
de
satélite.
Casi
no
reconocibles
y
de
mucha
mayor
magnitud
son
las
emisiones
de
gas
metano
de
la
industria
petrolera
que
no
se
queman
y
que
alcanzan
la
atmósfera
directamente.
Al
contrario
de
la
quema,
el
venteo
no
se
controla
globalmente
con
mediciones
satelitales
continuas,
sino
solo
con
mediciones
a
nivel
de
suelo,
que
además
solo
se
realizan
aisladamente.
Por
ello,
la
verdadera
magnitud
de
las
emisiones
globales
de
metano
de
la
industria
petrolera
es
desconocida,
a
pesar
de
que
a
través
del
venteo
se
producen
emisiones
de
gases
de
efecto
invernadero
(GEI)
significativamente
mayores
que
a
través
de
la
quema
del
gas
asociado,
ya
que
se
producen
grandes
cantidades
de
metano
con
un
factor
de
calentamiento
climático
mucho
más
elevado.
Debido
a
las
inseguridades
en
la
medición,
el
rango
de
las
emisiones
de
metano
de
la
producción
de
petróleo
de
entre
4
hasta
100
billones
de
metros
cúbicos
es
muy
alto,
lo
que
corresponde
a
una
tasa
de
fuga
de
entre
0,1%
y
2,5%
(fracción
energética
de
metano
en
la
producción
de
petróleo)
y
emisiones
de
gases
de
efecto
invernadero
de
entre
100
millones
hasta
2,4
billones
de
toneladas
de
CO2eq.
Mediciones
recientes
a
nivel
regional
y
local
con
la
ayuda
de
aeroplanos
y
nuevas
tecnologías
satelitales
en
los
Estados
Unidos
y
México
muestran
fugas
de
metano
muy
altas
en
la
industria
de
petróleo
y
gas
natural
y
con
ello
demuestran
que
el
rango
inferior
subestima
altamente
las
emisiones.
Mientras
la
Comisión
Europea
en
su
reporte
Well-‐to-‐Tank
(versión
4.0)
calcula
las
emisiones
por
quema
y
venteo
en
2,8
g
CO2eq/MJ,
los
resultados
de
los
nuevos
estudios
implican
que
estas
emisiones
de
GEI
aumentan
hasta
19
g
CO2eq/MJ.
El
valor
de
referencia
promedio
global
para
diesel
y
gasolina
aumenta
así
hasta
más
de
100
g
CO2eq/MJ,
15%
más
que
lo
identificado
en
el
estudio
de
la
Comisión
Europea.
En
países
con
grandes
cantidades
no
utilizadas
de
gas
asociado
como
Rusia
y
Nigeria,
los
niveles
de
emisión
incluso
aumentan
a
través
de
las
nuevos
cálculos
de
venteo
a
127
y
167
g
CO2eq/MJ
respectivamente,
lo
que
significa
un
45%
y
un
90%
más
que
lo
documentado
por
la
Comisión
Europea.
De
las
mediciones
satelitales
en
las
áreas
de
petróleo
de
esquisto
en
los
Estados
Unidos
se
desprenden
valores
de
emisión
de
158
g
CO2eq/MJ
petróleo
de
esquisto.
Los
niveles
de
emisión
de
petróleo
de
estas
regiones
son
así
más
altas
que
las
emisiones
de
combustibles
provenientes
de
arenas
asfálticas
con
aproximadamente
110
g
CO2eq/MJ.
3
Además
de
las
emisiones
de
dióxido
de
carbono
y
de
metano,
la
quema
y
el
venteo
provocan
otras
emisiones
de
sustancias
contaminantes.
Estas
emisiones
abruman
el
ambiente
con
sustancias
tóxicas
e
influencian
adicionalmente
el
clima
a
través
de
emisiones
de
hollín
(black
carbon).
En
el
Ártico,
las
emisiones
por
quema
y
venteo
representan
un
porcentaje
de
42%
de
las
emisiones
totales
de
hollín
y
contribuyen
así
al
aumento
del
calentamiento
en
esa
región.
Eso
tiene
además
consecuencias
globales
debido
al
derretimiento
de
los
suelos
permafrost
y
a
las
cantidades
de
carbono
guardado
en
esos
suelos
que
es
liberado.
El
petróleo
marginal
va
a
conducir
al
aumento
adicional
de
la
quema
y
el
venteo
mundialmente.
El
papel
más
importante
en
este
aumento
lo
va
a
jugar
así
el
crecimiento
de
la
producción
de
petróleo
de
esquisto
en
los
Estados
Unidos
y
en
otras
regiones
del
mundo,
ya
que
estos
petróleos
livianos
contienen
altas
cantidades
de
gas
asociado
y
conllevan
una
gran
cantidad
de
perforaciones.
Pero
también
otras
fuentes
de
petróleo
marginal,
como
los
muchos
campos
pequeños
en
regiones
alejadas
y
reservas
en
aguas
profundas,
van
a
intensificar
la
quema
y
el
venteo.
Los
parámetros
legales
y
administrativos
existentes
no
han
podido
hasta
ahora
reducir
apreciablemente
la
quema
y
el
venteo
y
deben
mejorarse
significativamente
para
el
petróleo
marginal.
Sin
medidas
masivas
para
contrarrestar
esta
situación,
el
sector
petrolero
y
de
gas
natural
van
a
llegar
a
constituir
la
fuente
de
emisiones
antropogénicas
de
metano
que
más
rápido
va
a
crecer
en
las
próximas
décadas.
2 Trasfondo
técnico
2.1 Qué
es
el
gas
asociado?
Gas
asociado
de
petróleo
(„Associated
Petroleum
Gas“,
APG)
se
denomina
al
gas
que
se
encuentra
tanto
en
forma
disuelta
directamente
en
el
crudo
como
también
como
gas
libre
inmediatamente
por
encima
del
yacimiento
de
petróleo
(Johnson
y
Coderre,
2012).
Alcanza
la
superficie
a
través
de
la
extracción
de
petróleo
y
se
gasifica
de
nuevo
a
través
de
la
correspondiente
caída
de
presión,
evaporándose.
El
gas
asociado
puede
emitirse
en
diferentes
partes
de
la
extracción
y
procesamiento
(perforaciones,
tanques
de
almacenamiento,
etc.)
de
petróleo
(ver
figura
1
en
el
apéndice,
OGP,
2000).
El
gas
asociado
se
compone
principalmente
de
metano
y
de
otros
hidrocarburos
como
etano,
propano
y
butano
así
como
de
pequeñas
cantidades
de
dióxido
de
carbono
(CO2)
y
en
algunos
casos
de
ácido
sulfhídrico
y
nitrógeno.
Adicionalmente
contiene
gases
nobles
y
metales
pesados.
Los
componentes
dependen
principalmente
de
la
región
geográfica
así
como
del
tipo
y
profundidad
del
yacimiento
y
pueden
variar
considerablemente.
El
porcentaje
promedio
en
la
producción
de
petróleo
se
mueve
en
un
rango
muy
elevado
que
va
desde
1%
(en
Arabia
Saudita)
hasta
un
40%
(en
Malasia).
El
porcentaje
de
gas
asociado
es
especialmente
alto
en
crudos
livianos
(por
ejemplo
de
más
del
30%
en
el
petróleo
de
esquisto),
mientras
que
los
crudos
pesados
contienen
solo
pequeñas
cantidades
de
gas
(Smith,
2014;
IPCC,
2006).
La
producción
mundial
total
de
gas
asociado
se
calcula
en
entre
510
y
4
870
billones
de
metros
cúbicos
(Bayer
Technology
Services,
2011;
Höglund-‐Isaksson,
2012).
Ello
corresponde
a
una
relación
gas/petróleo
global
promedio
de
10%
hasta
15%1.
1. Utilización
El
gas
asociado
se
puede
almacenar
en
la
red
de
gas
natural;
utilizarse
in
situ
para
la
generación
de
energía;
licuarse
para
gas
licuado
del
petróleo
(GLP)
o
reinyectarse
en
el
pozo
petrolero.
2. Quema (flaring)
La
quema
del
gas
asociado
se
realiza
a
través
de
instalaciones
especializadas
de
combustión
llamadas
quemadores
(flare
stacks)
y
puede
suceder
continuamente,
periódicamente
o
en
intervalos
breves.
Al
quemar
el
gas
asociado
se
produce
sobre
todo
CO2.
3. Venteo (venting)
Venteo
se
denomina
a
la
liberación
intencionada
de
gas
asociado.
A
través
del
venteo
se
producen
emisiones
muy
altas
de
metano,
ya
que
el
gas
asociado
alcanza
la
atmósfera
sin
quemarse.
El
impacto
climático
del
venteo
es
así
muchas
más
veces
más
alto
que
el
de
la
quema,
ya
que
el
metano
posee
un
potencial
de
calentamiento
global
34
veces
más
alto
que
el
CO2.
El
venteo
ocurre
cuando
la
combustión
o
la
utilización
del
gas
excedente
no
es
posible
técnica
o
económicamente,
por
ejemplo
cuando
las
cantidades
de
gas,
la
presión
de
éste
o
su
valor
calórico
son
demasiado
inconstantes
o
demasiado
pequeñas
para
mantener
la
combustión
(Ite
e
Ibok,
2013;
Wells,
2014).
Algunos
ejemplos
de
esto
son:
• Las
reservas
de
petróleo
de
la
Cuenca
Permiana
en
Texas
y
Nuevo
México,
donde
se
realizan
perforaciones
horizontales
para
la
extracción
de
campos
petroleros
antiguos
(Wells,
2014).
La
Cuenca
Permiana
es
con
1,8
millones
de
barriles/día
la
región
de
extracción
petrolera
más
grande
de
la
Estados
Unidos
que
hasta
ahora
solo
juega
un
rol
secundario
en
la
producción
de
petróleo
de
esquisto
(EIA,
2014),
pero
que
asimismo
presenta
un
fuerte
crecimiento
de
la
producción
de
petróleo.
• La
Extracción
de
crudo
extra
pesado
y
de
arenas
asfálticas
in
situ
(Johnson
y
Coderre,
2011;
EPA
2011).
• Campos
petroleros
offshore
y
onshore
en
Azerbaiyán
• Acumulación
de
gas
asociado
entre
el
tubo
de
perforación
y
el
encofrado
(casinghead
gas)
En
este
estudio,
el
venteo
incluye
también
las
fugas
provenientes
de
la
extracción
y
procesamiento
del
petróleo,
como
por
ejemplo
de
tanques
de
almacenamiento
de
petróleo,
plantas
deshidratadoras
de
gas
y
dispositivos
neumáticos.
1
En
relación
al
peso
del
gas.
Con
ello,
la
cantidad
de
gas
asociado
es
tan
alta
como
15%
hasta
25%
de
la
producción
5
2.3
Cuánto
gas
asociado
se
utiliza,
se
quema
o
se
ventea?
La
incertidumbre
en
el
registro
de
las
cantidades
de
gas
asociado
utilizadas,
quemadas
y
venteadas
es
muy
alta,
ya
que
existen
demasiado
pocas
mediciones
y
con
eso
hay
poca
información
confiable
disponible,
como
lo
muestra
ya
el
amplio
rango
de
las
cantidades
totales
estimadas
(ver
capítulo
2.1)
(Höglund-‐Isaksson,
2012).
Las
pocas
excepciones
son
los
análisis
de
imágenes
satelitales
de
la
NOAA
(National
Oceanic
and
Atmospheric
Administration
de
los
Estados
Unidos)
para
la
Asociación
Mundial
para
la
Reducción
de
la
Quema
de
Gas
del
Banco
Mundial
y
las
detalladas
mediciones
y
análisis
de
Johnson
y
Coderre
(2011,2012)
sobre
las
cantidades
de
gas
asociado
en
la
provincia
canadiense
de
Alberta.
En
conjunto
se
da
la
siguiente
distribución
del
uso
y
eliminación
del
gas
asociado:
mundialmente
se
utilizan
alrededor
de
dos
tercios
y
un
tercio
es
quemado
o
venteado.
El
grado
de
aprovechamiento
del
gas
asociado
varía
sustancialmente
según
la
región
del
mundo
y
va
desde
un
9%
en
Irak
hasta
un
99%
en
Noruega
(Höglund-‐Isaksson,
2012).
2.4
Por
qué
se
quema
o
se
ventea
el
gas
asociado?
La
quema
y
el
venteo
del
gas
asociado
solo
se
pueden
evitar
con
estrictos
requerimientos
legales,
controles
y
monitoreo
constante,
debido
a
que
las
siguientes
razones
dificultan
o
imposibilitan
el
uso
comercial
del
gas
(OGP,
2000;
Buzcu-‐Guven
et
al.,
2010;
Bylin
et
al.
2010;
Johnson
y
Coderre,
2011;
Farina,
2011):
Debido
a
estos
factores,
las
expectativas
de
rendimiento
para
las
medidas
de
utilización
sin
ingresos
provenientes
de
la
venta
de
certificados
de
CO2
son
bajas,
como
lo
muestran
las
figuras
2
y
3
en
el
apéndice.
6
3 Monitoreo
de
la
quema
y
el
venteo
3.1 Quema
Para
sus
pesquisas
para
la
Asociación
Mundial
para
la
Reducción
de
la
Quema
de
Gas,
la
NOAA
analiza
durante
la
noche
la
intensidad
de
la
luz
proveniente
de
las
antorchas
de
gas
asociado
en
imágenes
de
satélite.
Para
ello,
los
datos
de
luz
se
calibran
con
mediciones
locales.
Los
datos
de
la
NOAA
muestran
que
las
cantidades
quemadas
entre
2005
y
2010
se
redujeron
en
un
15%
hasta
por
debajo
de
140
billones
de
metros
cúbicos
(entre
16%
y
28%
de
la
cantidad
mundial
de
gas
asociado)
para
subir
ligeramente
después.
Principalmente
la
creciente
producción
de
petróleo
de
esquisto
en
los
Estados
Unidos
es
responsable
por
este
cambio
de
tendencia.
Allí,
la
cantidad
de
gas
asociado
quemada
y
liberada
se
ha
casi
triplicado
en
los
últimos
10
años
(EIA
2014).
Figura
1:
Desarrollo
mundial
de
la
quema
de
gas
asociado
(Banco
Mundial)
y
producción
de
petróleo.
Hamso,
2014;
BP,
2013.
También
en
algunos
otros
países
como
Venezuela,
Irak
y
Canadá
se
están
incrementando
las
cantidades
de
quema.
Con
este
crecimiento
se
compensan
los
éxitos
continuos
de
las
normas
legales
en
Rusia.
Con
esto,
la
situación
mundial
se
caracteriza
por
dos
tendencias:
mientras
sobre
todo
campos
petroleros
más
antiguos
y
de
mayor
tamaño
utilizan
más
gas
asociado
en
vez
de
quemarlo,
en
los
muchos
campos
nuevos
y
más
pequeños,
especialmente
de
petróleo
de
esquisto
con
muchas
perforaciones
necesarias,
se
presenta
exactamente
lo
contrario.
La
faltante
infraestructura
para
la
utilización
del
gas
asociado
conduce
allí
a
altas
cantidades
de
quema
y
dificulta
su
uso
comercial.
Con
ello
es
de
esperarse
que
la
quema
y
el
venteo
vayan
a
aumentar
por
la
creciente
producción
de
petróleo
marginal.
Los
campos
de
petróleo
marginal
se
encuentran
principalmente
en
regiones
7
alejadas,
contienen
menos
petróleo
y
tienen
que
desarrollarse
con
tecnologías
costosas
que,
como
en
el
caso
del
petróleo
de
esquisto,
requieren
muchas
perforaciones.
El
crecimiento
de
la
quema
en
campos
nuevos
aislados
en
Siberia
Oriental
es
un
indicio
más
de
este
desarrollo
(Kutepova
et
al.,
2011).
Hasta
ahora,
los
satélites
han
podido
registrar
solo
antorchas
de
gran
extensión
y
han
sido
perturbados
por
nubosidad
y
otras
fuentes
de
luz
(Leifer
et
al.,
2013).
Desde
2011,
la
quema
se
monitorea
con
una
nueva
tecnología
de
medición
satelital,
la
VIIRS
(Visible
Infrared
Imaging
Radiometer
Suite),
que
presenta
menos
problemas
de
medición
y
una
mejor
precisión
de
medición
(Elvidge
et
al.,
2014).
El
resultado
preliminar
para
2012,
de
165
billones
de
m3
de
cantidad
de
quema,
es
claramente
más
alto
que
el
valor
de
la
NOAA,
de
140
billones
de
m3.
La
comparación
de
la
VIIRS
con
los
valores
de
la
NOAA
muestra
que
los
resultados
individuales
de
los
países
en
parte
se
diferencian
enormemente
(ver
figura
siguiente
y
tabla
1
en
el
apéndice).
Los
valores
de
VIIRS
para
Irak,
Venezuela,
Argelia,
Libia
y
México
son
casi
tres
veces
más
altos
que
en
los
datos
de
la
NOAA-‐
Banco
Mundial;
los
datos
VIIRS
para
Rusia
son
aproximadamente
30%
más
bajos.
En
parte,
los
resultados
de
la
NOAA
divergen
fuertemente
de
las
cantidades
de
quema
registradas
estadísticamente
de
los
países
por
separado.
Los
datos
rusos,
que
son
aportados
por
la
industria,
son
por
ejemplo
en
dos
tercios
más
bajos
(Kutepova
et
al.,
2011;
Knizhnikov,
2012).
En
este
caso
puede
tratarse
de
errores
de
calibración
de
las
imágenes
de
satélite
o
de
datos
aportados
demasiado
bajos,
ya
que
solo
pocas
perforaciones
y
antorchas
están
equipadas
con
instrumentos
de
medición
(Kutepova
2013,
Røland
2010).
8
Figura
2:
Cantidades
mundiales
de
quema
de
gas
asociado
con
VIIRS
(Visible
Infrared
Imaging
Radiometer
Suite).
Elvidge
et
al.,
2014.
En
las
cantidades
de
quema
de
gas
de
la
NOAA
se
trata
sobre
todo
de
gas
asociado
de
petróleo.
En
el
sector
del
gas
natural
existe
también
quema,
pero
en
cantidades
mucho
más
pequeñas,
por
ejemplo
en
pruebas
de
perforación
o
en
tanques
de
condensación
para
los
componentes
líquidos
del
gas
natural.
Según
cálculos
de
Höglund-‐Isaksson,
estas
cantidades
ascienden
mundialmente
a
aproximadamente
4
billones
de
metros
cúbicos,
es
decir,
solo
1/30
de
la
cantidad
de
gas
asociado
quemado.
No
es
seguro
cuánto
de
este
gas
es
registrado
por
las
mediciones
satelitales
de
la
NOAA.
Los
valores
de
la
NOAA
para
Rusia,
es
decir,
para
más
de
un
cuarto
de
toda
la
cantidad
quemada,
contienen
solo
gas
asociado
(Elvidge
et
al.,
2007).
En
los
otros
tres
cuartos
de
la
cantidad
total,
la
quema
en
la
industria
de
gas
natural
está
incluida,
sin
embargo
posiblemente
en
solo
porcentajes
muy
pequeños.
En
la
industria
de
gas
natural
se
quema
el
gas
más
bien
momentánea
o
periódicamente
y
menos
continuamente.
De
esta
manera,
la
quema
eventualmente
no
es
registrada
durante
las
40
hasta
80
mediciones
anuales
de
la
NOAA.
Las
emisiones
de
los
tanques
de
condensación
deberían
ser
atribuidas
por
el
contrario
a
la
industria
petrolera,
ya
que
los
componentes
líquidos
del
gas
natural
se
utilizan
para
la
producción
de
combustibles
fósiles
líquidos.
En
total,
los
valores
de
la
NOAA
representan
bastante
bien
las
cantidades
globales
de
quema.
Las
9
cantidades
de
quema
que
resultan
de
la
extracción
de
gas,
por
ejemplo
a
través
de
pruebas
de
perforación,
constituyen
solo
un
porcentaje
pequeño
de
la
cantidad
total
de
quema
de
la
NOAA.
Al
mismo
tiempo,
los
datos
de
quema
de
tanques
de
condensación
rusos
aún
deben
de
agregarse
a
las
cantidades
de
la
NOAA.
3.2 Venteo
Mientras
que
las
cantidades
de
quema
de
gas
asociado
pueden
registrarse
de
manera
relativamente
exacta
con
la
ayuda
de
datos
de
satélite
(es
decir,
con
el
enfoque
“top-‐down”,
de
arriba
hacia
abajo),
la
medición
de
las
emisiones
de
metano
proveniente
del
venteo
es
considerablemente
más
difícil
(Bylin,
2013).
El
registro
de
las
emisiones
de
metano
se
dificulta
sobre
todo
con
el
hecho
de
que
hay
muchas
y
muy
distintas
fuentes
tanto
de
producción
como
de
almacenamiento
de
metano
y
que
estas
fuentes
están
esparcidas
muy
heterogéneamente
a
nivel
mundial
(Ito
e
Inatomi,
2012;
Bosquet
et
al.,
2011).
Las
emisiones
de
metano
pueden
ser
de
origen
biogénico,
termogénico
o
pirogénico.
Las
fuentes
biogénicas
comprenden
ambientes
anaeróbicos
como
regiones
húmedas
naturales
y
campos
de
arroz,
reservorios
de
agua
fresca
pobres
en
oxígeno
(represas),
rumiantes
y
restos
orgánicos
(estiércol,
aguas
residuales
y
depósitos
de
basura).
El
metano
termogénico,
que
se
ha
originado
desde
hace
millones
de
años
a
través
de
procesos
geológicos,
se
libera
a
través
de
la
extracción
de
gas
natural,
petróleo
y
carbón
y
de
los
volcanes.
El
metano
pirogénico
se
forma
a
partir
de
la
combustión
incompleta
de
biomasa
y
de
combustibles
fósiles
(Ciais
et
al.
2013).
En
total,
mundialmente
se
emiten
entre
700
y
1.200
billones
de
m3
de
metano
por
año,
de
los
cuales
del
50%
al
70%
son
de
origen
antropogénico
(Ciais
et
al.,
2013;
Bosquet
et
al.,
2011).
El
rango
de
las
emisiones
de
metano
proveniente
de
la
producción
total
de
energía
fósil
(petróleo,
gas
y
carbón)
es
igualmente
muy
alto
y
yace
entre
107
y
171
billones
de
m3
(Ciais
et
al.,
2013).
A
pesar
de
las
muchas
décadas
de
investigación,
mundialmente
el
balance
de
metano
está
muy
cargado
de
errores
(Nisbet
et
al.,
2014),
expertos
en
el
clima
la
califican
de
“ill-‐quantified”
(“mal
cuantificada”,
van
Amstel,
2012).
Esto
se
refiere
principalmente
a
las
emisiones
de
metano
de
la
extracción
de
petróleo
que,
al
contrario
de
la
quema,
solo
se
pueden
medir
con
satélites
que
trabajan
con
una
resolución
muy
baja.
La
precisión
máxima
en
la
actualidad
es
de
10,5
x
10,5
km,
con
lo
que
las
imágenes
de
satélite
solo
registran
las
emisiones
acumuladas
de
distintas
fuentes
biogénicas,
termogénicas
y
pirogénicas,
sin
poder
identificarlas
ni
localizarlas
por
separado
(Leifer
et
al.,
2013).
Debido
a
eso,
con
la
tecnología
satelital
no
se
puede
calcular
el
porcentaje
de
la
extracción
de
petróleo
en
las
emisiones
totales
de
metano.
Para
ello,
los
datos
de
satélite
deben
de
ser
comparados
con
mediciones
cercanas
al
suelo
con
la
ayuda
de
vehículos,
torres
de
medición,
aeroplanos
y
drones
(enfoque
bottom-‐up,
de
abajo
hacia
arriba),
que
sin
embargo
solo
existen
aisladamente
(Bergamaschi
et
al.,
2013;
Leifer
et
al.
2013;
Karion
et
al.,
2013;
Wecht
et
al.
2014a;
Nisbet
et
al.
2014).
A
pesar
del
gran
déficit
de
datos,
el
presupuesto
para
el
monitoreo
de
las
emisiones
de
metano
disminuye
(Nisbet
et
al.,
2014).
A
través
de
eso,
el
enfoque
bottom-‐up
se
dificulta.
Los
pocos
estudios
bottom-‐up
existentes
utilizan
información
de
la
industria
petrolera,
mediciones
individuales
y
valores
empíricos
de
regiones
aisladas,
que
son
proyectados
a
valores
10
globales.
El
rango
de
estos
resultados
bottom-‐up
es
muy
alto
con
desde
4
hasta
96,5
billones
de
m3.
Tanto
el
rango
inferior
como
el
superior
son
proyecciones
de
la
producción
mundial
de
petróleo:
• El
valor
inferior
es
una
proyección
de
datos
de
la
OGP
(International
Association
of
Oil
&
Gas
Producers)
a
la
producción
global
de
petróleo
(cálculo
del
Consorcio
JEC
de
la
Comisión
de
la
Unión
Europea
para
el
reporte
Well-‐to-‐Tank,
versión
4.0;
Edwards
et
al.,
2013).
• El
valor
superior
es
una
proyección
de
resultados
de
medición
canadienses
a
la
producción
global
de
petróleo
(cálculo
del
International
Institute
for
Applied
Systems
Analysis,
IIASA)
para
el
modelo
GAINS
(Höglund-‐Isaksson,
2012b).
A
pesar
de
la
gran
incertidumbre,
existen
muchos
indicios
de
que
el
rango
inferior
subestima
claramente
las
emisiones
globales
de
metano
de
la
industria
petrolera:
• Grandes
lagunas
de
datos
en
las
estadísticas
de
emisiones
de
la
industria
petrolera
Los
datos
de
la
OGP
se
basan
en
informaciones
de
sus
miembros,
que
sin
embargo
solo
cubren
aproximadamente
el
30%
de
la
producción
mundial
de
petróleo
y
el
10%
de
la
producción
de
petróleo
de
los
países
de
la
antigua
Unión
Soviética
(Edwards
et
al.
2013).
Con
ello,
las
lagunas
estadísticas
son
especialmente
grandes
en
las
regiones
con
gran
cantidad
de
quema,
por
lo
que
muy
grandes
emisores
de
metano
no
aparecen
en
las
estadísticas
de
la
OGP,
como
por
ejemplo
Azerbaiyán,
con
más
de
un
billón
de
metros
cúbicos
de
metano
a
través
del
venteo
(SOCOR,
2007).
Con
solo
esta
cantidad,
el
valor
de
JEC
ya
tendría
que
subir
en
un
cuarto,
a
pesar
de
que
Azerbaiyán
solo
produce
un
1%
de
la
cantidad
mundial
de
petróleo.
La
misma
industria
petrolera
admite
que
las
emisiones
provenientes
del
venteo
constituyen
la
mayor
incertidumbre
en
el
balance
de
emisiones
de
GEI
(IPIECA
et
al.,
2009).
• Tasas
de
fuga
de
metano
muy
altas
en
las
mediciones
in
situ
más
actuales
Las
últimas
mediciones
regionales
y
locales
con
ayuda
de
aeroplanos
y
nuevas
tecnologías
satelitales
en
los
Estados
Unidos
y
México
muestran
emisiones
de
metano
sumamente
altas
de
la
industria
de
petróleo
y
gas:
o 10%
de
tasa
de
fuga
(media)
en
petróleo
de
esquisto
en
los
campos
de
Bakken
e
Eagle
Ford,
es
decir,
100
g
metano/m3
petróleo
(análisis
de
satélite
en
2014
de
la
Universidad
de
Bremen
en
conjunto
con
la
Universidad
de
Maryland
y
el
Centre
for
Ecology
and
Hydrology
del
Reino
Unido
con
SCIAMACHY
–Scanning
Imaging
Absorption
Spectrometer
for
Atmospheric
Chartography-‐;
Schneising
et
al.,
2014)
o 4%
tasa
de
fuga
en
el
área
metropolitana
de
Los
Ángeles
(Peischl
et
al.,
2013)
o 6,2%
hasta
11,7%
tasa
de
fuga
en
el
estado
de
Utah
en
los
Estados
Unidos
(Karion
et
al.,
2013)
o Mediciones
cerca
del
suelo
y
comparación
con
datos
de
satélite
en
campos
petroleros
en
el
Sur
de
los
Estados
Unidos
y
en
campos
petroleros
antiguos
en
California
y
México
que
utilizan
técnicas
de
EOR
(Enhanced
Oil
Recovery)
con
inyección
de
gas
(Leifer
et
al.,
2013)
o Mediciones
con
drones
sobre
regiones
de
petróleo
de
esquisto
en
los
Estados
Unidos
(Caulton
et
al.,
2014).
11
• Valores
predeterminados
del
IPCC
sumamente
altos
para
emisiones
de
metano
de
la
producción
de
petróleo
o El
valor
predeterminado
del
IPCC
para
países
en
desarrollo
es
con
41
g
metano/m3
petróleo
(tasa
de
fuga
4%)
más
de
50
veces
más
alto
que
el
valor
global
promedio
del
JEC
con
0,8
g
metano/m3
petróleo
(tasa
de
fuga
0,1%;
Schwietzke
et
al.
2014b;
IPCC,
2006).
La
tasa
de
fuga
de
aproximadamente
2%
del
valor
del
IIASA
parece
por
ello
plausible
como
promedio
global.
o Ya
con
los
bajos
valores
predeterminados
del
IPCC
resultan
mundialmente
más
de
70
billones
de
m3
de
metano
y
así
un
orden
de
magnitud
similar
al
valor
del
IIASA
(Schwietzke
et
al.,
2014b).
• Valor
de
metano
de
la
industria
petrolera
en
el
banco
de
datos
EDGAR
de
la
Comisión
Europea
cinco
veces
más
alto
que
el
del
consorcio
JEC:
El
valor
de
metano
para
la
industria
petrolera
mundial
de
la
EDGAR
(Emissions
Database
for
Global
Atmospheric
Research)
de
la
Comisión
Europea
asciende
a
23
billones
m3
contra
4
billones
m3
del
JEC
(Schwietzke
et
al.,
2014b).
Durante
la
quema
se
originan
junto
con
dióxido
de
carbono
también
sustancias
nocivas
para
el
aire
como
materia
particulada
en
forma
de
hollín,
petróleo
no
quemado
y
monóxidos
de
carbono
(especialmente
cuando
el
valor
calórico
del
gas
de
combustión
es
bajo)
así
como
otros
productos
secundarios
potenciales
de
la
combustión
incompleta.
Cuando
el
gas
de
combustión
crudo
contiene
ácido
sulfhídrico
(H2S),
puede
producirse
también
dióxido
de
azufre
(SO2).
Las
emisiones
de
hollín
no
son
solo
una
carga
tóxica
para
el
ambiente,
sino
que
también
repercuten
sobre
el
clima.
En
el
Ártico,
la
quema
provoca
42%
de
las
emisiones
totales
de
hollín
(black
carbon)
e
intensifica
así
el
calentamiento
de
esa
región
y
el
cambio
climático
mundial
a
través
del
derretimiento
de
los
suelos
permafrost
y
las
cantidades
liberadas
de
carbón
del
suelo
(Stohl
et
al.,
2013).
Las
emisiones
de
contaminantes
tienen,
junto
a
las
repercusiones
climáticas,
efectos
negativos
adicionales
sobre
el
ambiente,
sobre
los
empleados
de
la
industria
petrolera
y
de
gas
y
–en
caso
de
existir-‐
sobre
las
poblaciones
locales
con
las
respectivas
consecuencias
para
la
salud
(Donner
y
Winter,
2012).
12
Siendo
el
metano
el
componente
principal
del
gas
asociado,
el
venteo
directo
libera
una
cantidad
considerable
de
este
gas
junto
con
H2S
y
compuestos
orgánicos
volátiles
(VOC)
a
la
atmósfera.
Debido
a
que
el
metano
tiene
un
potencial
de
calentamiento
climático
34
veces
mayor
que
el
CO2,
las
emisiones
de
GEI
son
con
ello
significativamente
más
altas
que
a
través
de
la
quema
del
gas
asociado
(Johnson
y
Coderre,
2012).
A
través
de
las
cantidades
de
quema
y
venteo
de
gas
asociado
descritas
en
el
capítulo
2.3
se
originan
mundialmente
las
siguientes
emisiones
de
GEI:
• Quema
del
gas
asociado:
270
millones
de
toneladas
de
CO2.
• Quema
ineficiente
(combustión
incompleta):
26
hasta
881
millones
de
toneladas
de
CO2eq.
La
suposición
para
esto
es,
junto
con
el
valor
predeterminado
para
la
eficiencia
de
quema
de
la
US
Environmental
Protection
Agency
(EPA
AP-‐42)
de
99%,
además
una
eficiencia
significativamente
más
baja
del
75%
(es
decir,
25%
del
gas
asociado
alcanzó
la
atmósfera
sin
quemarse)
para
representar
el
impacto
de
este
factor
sobre
las
emisiones
totales2.
• Venteo
y
fugas:
100
hasta
2.400
millones
de
toneladas
de
CO2eq.
Para las emisiones específicas de los combustibles fósiles resultan entonces los valores siguientes:
El
valor
de
referencia
global
medio
para
el
petróleo
se
incrementa
así
en
el
rango
superior
a
más
de
100
g
CO2eq/MJ
(emisiones
de
la
extracción,
transporte,
procesamiento
y
quema
del
combustible
=
Well
to
Wheel
–
WTW).
Esto
significa
un
incremento
del
15%
con
respecto
al
valor
WTW
del
estudio
del
JEC
del
diésel
fósil.
En
países
con
altas
cantidades
de
gas
asociado
no
utilizado
como
Rusia
y
Nigeria,
el
nivel
de
emisión
se
incrementa
con
los
nuevos
cálculos
de
venteo
incluso
a
127
y
167
g
CO2eq/MJ
respectivamente,
lo
que
significa
45%
y
90%
más
que
el
valor
del
JEC.
Las
mediciones
de
satélite
en
las
regiones
de
petróleo
de
esquisto
en
los
Estados
Unidos
revelan
niveles
de
emisión
de
158
g
CO2eq/MJ.
Los
niveles
de
emisión
de
petróleo
en
estas
zonas
yacen
con
ello
significativamente
2
Estudios
muestran
que
el
valor
predeterminado
de
la
EPA
(EPA
AP-‐42)
de
99%
para
la
eficiencia
de
combustión
de
las
antorchas
es
demasiado
alto.
Análisis
de
la
EPA
de
estudios
experimentales
y
tests
muestran
que
son
varios
factores
los
que
influencian
la
eficiencia
de
la
combustión
y
que
pueden
llevar
a
un
rango
que
va
desde
menos
del
60%
hasta
el
100%
(OAQPS,
2012).
Factores
para
la
eficiencia
de
la
combustión
son
principalmente
viento
lateral,
velocidad
de
salida,
composición
del
gas
y
valor
calórico
(Cid-‐Vázquez
y
Rodríguez-‐Tovar,
2013).
Estudios
de
caso
para
dos
antorchas
de
gran
magnitud
muestran
una
eficiencia
de
combustión
del
95%
(Willis
et
al.,
2013).
Un
valor
del
95%
se
utiliza
como
valor
predeterminado
también
en
otros
análisis
(Wells,
2012;
Keesom
et
al.,
2012).
13
por
encima
de
las
emisiones
de
combustibles
provenientes
de
arenas
asfálticas
con
aproximadamente
110
g
CO2eq/MJ.
5 Conclusiones
y
perspectiva
Después
de
que
la
quema
y
el
venteo
habían
venido
disminuyendo
durante
cinco
años,
la
tendencia
es
de
nuevo
opuesta
desde
hace
dos
años
debido
a
la
creciente
producción
de
petróleo
de
esquisto
en
los
Estados
Unidos.
También
en
algunos
otros
países
como
Venezuela,
Irak
y
Canadá
crecen
las
cantidades
de
quema.
Debido
a
este
crecimiento
se
compensan
los
éxitos
continuos
en
Rusia
de
los
últimos
dos
años.
La
situación
mundial
se
caracteriza
así
por
dos
tendencias.
Mientras
que
principalmente
campos
de
petróleo
más
antiguos
y
de
gran
tamaño
utilizan
más
gas
asociado
que
el
que
queman,
se
muestra
exactamente
lo
contrario
en
los
muchos
campos
nuevos
y
más
pequeños,
especialmente
en
los
de
petróleo
de
esquisto,
que
requieren
muchas
perforaciones.
La
faltante
infraestructura
para
el
uso
del
gas
asociado
conduce
a
cantidades
de
quema
excesivamente
altas
y
dificulta
su
uso
comercial.
Con
ello
es
de
esperarse
que
la
quema
y
el
venteo
vayan
a
incrementarse
con
la
creciente
producción
de
petróleo
marginal.
Los
campos
de
petróleo
marginal
se
encuentran
generalmente
en
regiones
aisladas,
contienen
menos
petróleo
y
tienen
que
desarrollarse
con
tecnologías
costosas
que,
como
en
el
petróleo
de
esquisto,
requieren
muchas
perforaciones.
El
crecimiento
de
la
quema
en
nuevos
campos
remotos
en
Siberia
Oriental
es
un
indicio
adicional
de
este
desarrollo.
Además
existe
otro
problema
que
concierne
tanto
al
petróleo
marginal
como
también
a
la
producción
convencional
de
petróleo
y
que
hasta
ahora
se
ha
mantenido
desatendido:
las
emisiones
de
metano
provenientes
de
la
liberación
intencionada
de
gas
asociado
(venteo)
o
de
fugas.
Qué
tan
altas
son
las
emisiones
de
metano
provenientes
de
estos
procesos
es
desconocido,
ya
que
su
registro
es
considerablemente
más
difícil
que
con
la
quema.
Debido
a
eso,
la
cifra
negra
y
el
rango
son
muy
altos.
Las
últimas
mediciones
locales
muestran
indicios
de
que
los
cálculos
previos
eran
demasiado
bajos.
Estudios
adicionales
son
por
eso
necesarios
para
obtener
un
mejor
panorama
de
la
situación.
Para
el
petróleo
marginal,
tanto
el
venteo
como
la
quema
son
especialmente
relevantes.
Cuanto
menos
gas
asociado
se
utilice,
no
solo
más
gas
va
a
ser
posiblemente
quemado
sino
también
venteado
o
emitido
a
través
de
fugas.
Un
mayor
número
de
perforaciones
para
el
petróleo
marginal
dificulta
las
medidas
para
controlar
e
impedir
fugas,
ya
que
cuantas
más
perforaciones,
más
fuentes
posibles
de
fuga.
Además,
en
la
producción
de
arenas
asfálticas
y
de
petróleos
pesados
se
libera
directamente
una
gran
cantidad
de
gas
asociado.
A
eso
hay
que
agregarle
las
emisiones
provenientes
de
la
quema
y
venteo
de
la
producción
de
condensado
de
gas
natural,
que
tienen
que
atribuírsele
a
la
producción
de
petróleo.
Con
ello,
una
parte
de
las
emisiones
de
la
extracción
de
gas
deben
de
adjudicársele
a
los
combustibles
fósiles.
Esto
se
refiere
especialmente
a
las
muy
altas
fugas
de
metano
de
los
tanques
de
condensación.
Pero
también
para
las
fugas
en
las
perforaciones
de
gas
tiene
que
hacerse
una
alocación
proporcional
hacia
los
combustibles
fósiles.
Debido
a
la
creciente
producción
de
gas
de
esquisto
en
todo
el
mundo,
14
estas
emisiones
se
incrementan,
representando
así
una
consecuencia
adicional
del
petróleo
marginal.
Por
ello,
muchos
retos
tienen
que
ser
enfrentados
para
evitar
un
crecimiento
adicional
de
la
quema
y
el
venteo.
En
primer
lugar,
las
mediciones
de
las
emisiones
tienen
que
mejorarse
tanto
cuantitativa
como
cualitativamente.
Hasta
ahora
se
registra
solo
una
fracción
del
impacto
de
GEI
de
la
quema
y
el
venteo,
a
pesar
de
que
estas
dos
prácticas
pueden
producir
un
porcentaje
de
hasta
5%
de
las
emisiones
climáticas
totales
mundiales.
Por
esto,
dispositivos
de
medición
deben
de
ser
prescritos
en
todos
los
posibles
lugares
de
fuga
y
éstos
deben
de
ser
monitoreados
continuamente
por
instituciones
de
control
independientes.
El
registro
confiable,
exacto
y
continuo
de
las
cantidades
de
quema
y
venteo
es
el
prerrequisito
básico
para
que
las
regulaciones
legales
puedan
alcanzar
su
objetivo.
Sin
el
conocimiento
sobre
las
cantidades
de
gas
que
se
queman,
ventean
o
se
emiten
a
través
de
fugas,
los
objetivos
de
reducción
son
inefectivos.
Los
retos
que
enfrentan
las
medidas
legales
y
el
monitoreo
se
incrementan
enormemente
por
el
creciente
uso
de
petróleo
marginal.
Los
parámetros
legales
y
administrativos
existentes
no
han
sido
capaces
hasta
ahora
de
reducir
apreciablemente
la
quema
y
el
venteo.
Los
esfuerzos
actuales
son
frenados
en
las
regiones
con
las
emisiones
más
altas
(sobre
todo
Rusia
y
Nigeria)
por
la
falta
de
leyes
de
quema
y
venteo
eficientes,
transparencia,
autoridades
de
regulación
independientes
y
equipadas
adecuadamente,
un
sistema
de
reporte
de
quema
meticuloso
y
regular
y
por
la
extendida
corrupción
(Olivier
et
al.,
2012;
Otiotio,
2013).
El
petróleo
marginal
va
a
agravar
la
situación:
las
fuentes
de
quema
y
venteo
en
regiones
alejadas
se
están
incrementando
considerablemente.
Con
un
entorno
político
regulado,
en
los
Estados
Unidos
esta
condición
ha
conducido
a
una
cuadruplicación
de
las
cantidades
de
quema
en
un
periodo
de
cinco
años.
Qué
va
a
pasar
con
el
petróleo
marginal
en
las
regiones
políticamente
inestables?
Sin
medidas
para
contrarrestar
esta
situación,
el
sector
de
petróleo
y
gas
va
a
convertirse,
como
lo
ha
mencionado
la
organización
Ceres,
en
la
fuente
más
rápidamente
creciente
de
emisiones
antropogénicas
de
metano
en
las
próximas
décadas.
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7 Apéndice
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Variación
Variación
entre
porcentual
2011
y
entre
2011-‐
2012
2012
Tabla
1:
Desarrollo
de
la
quema
entre
2007
y
2012
en
billones
de
m³.
GGFR
Global
Gas
Flaring
Reduction
Partnership
(GGFR).
22
Figura 1: Fuentes de emisiones de metano en una plataforma offshore. Bylin et al. 2010.
Figura 2: Evaluación económica de medidas de prevención de quema en Nigeria. Farina 2011
23
Figura
3:
Evaluación
económica
de
medidas
de
prevención
de
quema
en
diferentes
países.
Farina
2010.
24