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Derecho latino, en latín ius Latii, latinitas1 o ius latinum, era un estatus cívico entre los
antiguos romanos, intermedio entre la plena ciudadanía romana y el estatus de los
peregrinus o "no-ciudadanos". Inicialmente se concedió a los pueblos del Latium (los latini
-latinos-). Los más importantes de los derechos que confería eran el commercium (poseer
tierras en cualquiera de las ciudades latinas y realizar contratos con sus ciudadanos), el
connubium (contraer matrimonio legal con un residente en cualquier ciudad latina) y el ius
migrationis (adquirir la vecindad de cualquier ciudad latina por el simple hecho de residir
en ella de forma permanente). Los sujetos al derecho latino estaban protegidos por las leyes
romanas (véase también derecho romano).
Las Guerras Latinas (340-338 BC) fueron conflictos entre la República romana y los
pueblos del Latium. Terminaron en la victoria romana y la disolución de la Liga latina, una
confederación de unas treinta ciudades de la zona. Algunas de ellas, anteriormente
ciudades-estado, fueron plenamente incorporadas a la República, mientras que otras
recibieron derechos y privilegios limitados, que podían ejercer en sus tratos con los
ciudadanos romanos, lo que llegó a ser conocido como ius latii. Este derecho latino fue
extendido posteriormente a otras colonias latinas en el siglo III antes de Cristo, y más tarde
a ciudades que no tenían ninguna relación con los antiguos latinos: en 171 BC se concedió
la ciudadanía latina a la primera ciudad fuera de Italia: Carteia, hoy San Roque (Cádiz).
Con la gran extensión de asentamientos coloniales bajo Julio César y Augusto, el derecho
latino se usó más como instrumento político, que impulsaba la integración de comunidades
provinciales a través del liderazgo local. La parte principal del estatus que se confería a esas
colonias era la adquisición de la ciudadanía romana a través del desempeño de los cargos
municipales (ius adipiscendae civitatis per magistratum), lo que permitía un cursus
honorum que llevaba a las élites locales a crear una comunidad romanizada. En 123 AD, el
emperador Adriano introdujo una modificación clave en el derecho latino: el Latium maius
("derecho latino mayor"), que convertía a todos los councilors in communities (?) en
ciudadanos romanos.
El derecho latino era una adquisición que se obtenía por otorgamiento imperial. This
beneficence could span the whole range from grants to individuals, to awards made to
whole towns, and could even be applied to an entire population, como cuando el emperador
Vespasiano otorgó el derecho latino a toda Hispania en 74 AD (Edicto de Latinidad de
Vespasiano). Although this decree could encompass whole cities, it is important to note that
it did not necessarily entail the establishment of a municipium. Often, as in Spain, the
constitution of formal municipalities might have followed some years after the initial grant.
La ciudadanía latina se extedió a toda Italia tras la Guerra Social (91–88 a. C.), y con Julio
César y Augusto se extendió a algunas provincias occidentales. Por último, en 212 AD, el
emperador Caracalla, mediante la Constitutio Antoniniana, dio la plena ciudadanía a todos
los hombres libres del Imperio. A partir de entonces, el ius latii pasó a ser más una
formalidad que un estatus diferenciado.
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Los latini ocupan una posición intermedia entre los ciudadanos romanos
y los peregrinos en la sociedad romana. Se distinguen originariamente
tres clases: los latini veteres, los latini coloniarii y los latini iuniani.
- Latini veteres
Los latini veteres eran los antiguos habitantes del Lacio y aliados de Roma en la
península Itálica. Tenían el ius migrandi, esto es, el derecho de instalarse en Roma y
participar con su voto en las asambleas comiciales; gozaban del commercium y
el conubium con ciudadanos romanos, e incluso tenían la capacidad de recibir
testamento. Ya en época republicana estos latinos dejaron de existir, al convertirse
gradualmente en ciudadanos romanos después de las guerras sociales.
- Latini coloniarii
Los latini coloniarii eran los habitantes de las colonias que Roma fundó a medida que
extendía su Imperio. Tenían autonomía administrativa y su propio Derecho latino era
similar al romano. Conservamos fragmentos considerables de las leyes de Salpensa y
Malaca, dos colonias latinas españolas.
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Cives Romani[editar]
Ciudadanos romanos plenos. Sólo ellos podían acceder a la totalidad de los beneficios y
protecciones que la ley romana otorgaba (por ejemplo, sólo los ciudadanos romanos podían
usar una toga). Estos civis se dividían básicamente en dos “clases”: los “non optimo jure”
—quienes sólo tenían algunos derechos, tales como el derecho al comercio y propiedad (jus
commercii) y finalmente al matrimonio con otros ciudadanos romanos (jus connubii)—, y
los “optimo jure”, quienes adicionalmente tenían derecho a voto (jus suffragiorum) y a ser
elegidos a puestos en la administración pública (jus honorum).
Cives Latini[editar]
Este grupo estaba constituido por aquellos que eran habitantes de la Liga Latina, quienes
estaban regidos por el “derecho latino” (jus latii). Tenían el derecho a propiedad y comercio
y el derecho a libre movimiento y asentamiento en Roma (jus migrationis) pero no a
casarse con ciudadanos romanos. A pesar que la designación original designaba a quienes
cuyos ancestros provenían de las tierras de la Liga Latina posteriormente el término llegó a
designar una clasificación legal: libertos y aquellos cives convictos de algunos crímenes e
incluso civis que se asentaban en colonias latinas fueron dados el estatus de “latinos” por la
ley. Posteriormente, el Edicto de Latinidad de Vespasiano extendió esta clasificación a los
habitantes de Hispania.
- Latini iuniani
Los latini iuniani eran, como sabemos, aquellos libertos que habían sido manumitidos
sin las formalidades exigidas por el Derecho civil. No tenían capacidad dentro del
ámbito del Derecho público. Gozaban del commercium, pero no podían disponer por
testamento.
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El foedus es un pacto o tratado suscrito entre el pueblo romano y un pueblo aliado, por
medio del cual este último se sometía voluntaria y pacíficamente a la autoridad de Roma
o, al menos, a la autoridad delas personas que la representaban. Dicho foedus podía ser
aequum (de igualdad) o iniquum (de desigualdad). En el primer caso, la ciudad indígena
se incorporaba a Roma con carácter de federada y adquiría la condición de libre, lo que
significaba que conservaba su soberanía. En el segundo, no se reconocía la soberanía de
la ciudad indígena, por lo que debía seguir los dictados de Roma, además de pagar un
stipendium o tributo, adquiriendo la consideración de ciudad stipendiaria.
Para el Derecho romano existen diferentes posiciones jurídicas en función de la relación de los
individuos con el mismo.
Ciudadanos (civi). Eran los que participaban plenamente del Derecho romano, gozando de
plenitud de derechos civiles y políticos (ius civilis). Entre los derechos públicos que
comporta esta categoría se cuentan: el derecho de voto en las asambleas populares (ius
sufragii); el derecho de acceso a las magistraturas (ius honorum); el derecho a servir en la
legión; el derecho a apelar a los comicios centuriados (órganos supremos de la soberanía
popular) si un magistrado imponía una pena capital o corporal (provocatio ad populum). Y
entre los derechos privados el derecho de comprar y enajenar cosas que estén dentro de
comercio (ius comercii); el derecho a contraer matrimonio (ius connubii); el poder realizar
testamento (testamenti factio activa); poder ser designado en testamento (testamenti
factio pasiva) y la facultad de acudir a los tribunales de justicia (ius actionis).
Los latini veteres eran los habitantes de las ciudades del Lacio (pueblos confederados con
Roma). Disfrutaban de los cuatro derechos privados romanos, además del derecho de
voto en los comicios por tribus y del derecho a servir como aliados en ejército romano.
Los latini coloniarii eran los habitantes de las colonias latinas o de territorios a los que se
concedía la latinidad. Participaban de todos los derechos privados de los ciudadanos
excepto del ius connubii.
Los latini iuniani eran los libertos latinos. Los esclavos liberados, podían ser ciudadanos
romanos, si eran liberados por una disposición legal o manumitidos por un procedimiento
especial; latinos, si no habían sido manumitidos en forma solemne o habían estado
incursos en las prohibiciones de la lex Aelia Senctia; o dediticios, si habían observado
mala conducta de esclavos. Los latini iuniani, tenían entre sus derechos la testamenti
factio pasiva, si bien debían adquirir la ciudadanía para recibir lo que se les hubiese
dejado en testamento.
Peregrinos (peregrini). Eran personas alejadas del mundo romano pero que vivían dentro
del ámbito de influencia de Roma; súbditos libres del Imperio que no participaban de
ninguno de los derechos de los ciudadanos, rigiéndose por el derecho natural.
Los beneficios del derecho romano se atribuyeron no de forma global sino un procedimiento
selectivo y matizado. Hasta la concesión de Caracalla en el S.III de la ciudadanía romana a todos
los habitantea del Imperio, el acceso al derecho romano se limitó normalmente al nivel intermedio
de la latinidad y fue entendido siempre como una recompensa a particulares. La progresiva
adquisición del derecho romano hay que verla así.
La primera concesión de ciudadanía que podemos citar es el decreto de Cneo Pompeyo Estrabón
del año 89 a.C. concediendo la ciudadanía y una serie de recompensas a unos caballeros
españoles por su valor en la batalla.
Según Tito Livio, se concedió la latinidad en el 171 a C. A más de 4.000 hombres nacidos de
soldados romanos u mujeres españolas entre quienes no se había dado el matrimonio romano.
Ese derecho de los magistrados municipales(minus Latium) fue ampliado con Adriano para la
totalidad de los miembros del consejo municipal (maius Latium). Por otra parte, la concesión del ius
latii a una ciudad permitía que se organizara de forma análoga a las colonias de ciudadanos
romanos y con condiciones similares a estas.
Los resultados variaron por regiones, según el grado de romanización, aunque la concesión de
Vespasiano favoreció las viejas aspiraciones de las burguesías ciudadanas.
Fue una medida para todos los súbditos del Imperio, pero que para Hispania hubo de tener poca
repercusión jurídica a partir de Vespasiano. Sin embargo supuso la culminación del proceso de
romanización ya iniciado tiempo atrás. Con la concesión general de la ciudadanía se logró la
territorialización del derecho, es decir, un derecho único para todos los súbditos del territorio.
Algunos historiadores consideran que se estaba exceptuando a los habitantes de las ciudades
dediticias, es decir, aquellas ciudades que se sometían a Roma después de luchar contra ella, y
que tenía un estatus especial.
Otros consideran que los exceptuados eran los dediticos elianos, es decir, aquellos esclavos
delincuentes que obtenían la libertad a través de la lex Aelia Senctia y que pasaban a ser latinos
dediticios. La ley Aelia Senctia imponía una serie de prohibiciones para la manumisión de esclavos
y mantenía la condición de dediticios elianos para aquellos libertos que cuando fueron esclavos
observaron una mala conducta, una vez manumitidos pasaban a ser latini iuniani (libertos latinos).
Los que consideran que los exceptuados eran los bárbaros que posteriormente fueron
adquiriéndola de múltiples maneras. Los actuales dediticios son los bárbaros que se han ido
asentando en el Imperio.
Los que consideran que los únicos que se encontraban entonces marginados eran los judíos.
Al desaparecer la diferencia jurídica entre las personas cobró fuerza en su lugar la diferencia
social:
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Hasta la fundación de la Liga Latina (493 a.C.), quien no era ciudadano romano era
extranjero (peregrinus), en virtud de este acuerdo surgió una categoría intermedia, la de
los latinos.
Los latinos
Latini veteres: Habitantes del antiguo Lacio, con los que Roma concretó la Liga Latina,
alianza eterna entre Roma y el Lacio, que luego se extendió a todos los habitantes de
Italia. Los latinos veteres gozaban de una situación semejante a la de los ciudadanos
romanos, en el ámbito del ius privatum tenían ius conubium y ius comercium, y en el ius
publicum, cuando estaban en Roma tenían ius sufragium, pero no ius honorum ni militia.
Latini coliniari: Son los habitantes de las colonias a las que se confirió el carácter de
latinas, comenzando por las doce fandadas entre el 268 - Ariminium- y el 181 a.C
-Aquileia-, así como los de un territorio consagrado con el ius Latii. Tales latinos poseián el
ius suffragii, cuando se encontraban en Roma, y el commecium. No tenían el conubium
con ciudadanos romanos, salvo que les fuese concedido expresamente.
Latini Iunani: Son los manumitidos en forma no solemne, a los que la ley Junia Norbana
otorgo libertad jurídica, los manumitidos por quien no es su propietario quiritario y
manumitidos menores de 30 en contravención a la ley Aleia Sentia.
No gozan ningún derecho del ius publicum, y en el ius privatum solo gozan del ius
comercium (pero solo actos entre vivos).
Peregrinos o Extranjeros
Son los hombres libres que viven dentro del mundo romano, sin ser ciudadanos ni latinos,
y serían los habitantes de las ciudades que han celebrado tratados de alianza con Roma
o que habiendo sido sometidas por ella se convirtieron posteriormente en provincias
romanas.
Con posterioridad a las XII tablas, los peregrinos pertenecientes a ciudades que
mantenían relaciones con Roma (peregrinos alicuius civitatis), comenzaron a gozar de
ciertos derechos del ius gentium, adquiriendo por tanto personalidad reconocida por el
derecho, pero sin gozar de ningún derecho del ius civile. En el ámbito privado se regían
por el derecho de su civitas y cuando no se pudiere aplicar este, se recurría al ius
gentium. Con el tiempo su condición jurídica fue mejorando hasta que con la constitución
de Caracalla se equipararon a los ciudadanos.
Existían también los peregrinos dediticci, los que no pertenecían a ninguna ciudad porque
desaparecieron al ser vencidas por Roma. La condición de los dedictitios era
notoriamente inferior a la de los alicuis civitatis, pues carecen de un estado jurídico
definido, participando únicamente del ius gentium y no podían acercarse a más de cien
millas de Roma. La constitución Antoniniana los excluyo expresamente.
http://books.google.cl/books?
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