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Universidad Autónoma de Aguascalientes

Centro de Ciencias de la Salud

Departamento de Optometría

Optometría Pediátrica y Geriátrica

Reflejos Primitivos

Por:

Jessica Arizbeth Cuadra Sánchez


Estudiante de la Lic. En Optometría

Aguascalientes, Ags. 22 de octubre del 2010


Para un optometrista es de suma importancia evaluar a los pacientes desde edades
tempranas, ya que esto permite encontrar alguna condición anormal que esté interfiriendo
con el correcto funcionamiento, es por esto que la valoración del desarrollo motor es
demasiado relevante, debido a que participa enormemente en el aprendizaje del niño y tiene
gran repercusión en el crecimiento.

Una de las primeras fases de este desarrollo es la integración de unos reflejos conocidos como
primitivos, estos tienen la capacidad que a cierta edad se logren incorporar, de no ser así, el
paciente mostrará alguna dificultad a lo largo de su vida, ya sea de aprendizaje, de postura y
de coordinación, mientras que a nivel visual problemas de binocularidad y de oculomotricidad,
gracias a esto se han encontrado 4 reflejos importantes a nivel visual y son los que a
continuación se describen.

REFLEJOS PRIMITIVOS

Son reacciones que aparecen en los primeros años de vida, su persistencia e intensidad
anormal indicarán una disfunción del sistema nervioso y permitir detectar tempranamente los
trastornos del desarrollo, en especial la parálisis cerebral.

Estos son de origen subcortical, a nivel del tallo encefálico y espinal y en caso de la ausencia de
ellos, revelan la depresión del sistema nervioso central cortical.

REFLEJO DE MORO

Este reflejo está presente en todos los niños excepto en prematuros de bajo peso, se debe
observar la reacción de las extremidades al bajar súbitamente la cabeza, el lactante presenta
un movimiento rápido y simétrico de abducción (hacia fuera) y elevación de los brazos,
posteriormente abre las manos y ocurre una aducción (hacia dentro) y flexión de los brazos,
de la misma manera los miembros inferiores muestran extensión y después flexión.

Desaparece entre los 5 y 6 meses de edad.

La figura muestra la respuesta del


reflejo de Moro.
Los síntomas que pueden ocurrir cuando no está unificado completamente son:

 El paciente puede sobresaltarse fácilmente, debido a la hipersensibilidad que


presentan
 Por lo tanto también habrá sensibilidad al ruido, al tacto o al movimiento
 Hay problemas de enfoque, de coordinación visual y de oculomotricidad

En pacientes infantes la manera de evaluarlos es colocándose por detrás, ellos deberán


encontrarse con las piernas bien extendidas y los pies juntos y con las manos dobladas y las
palmas a 90 grados, se le explicará que se inclinará hacia atrás con la confianza de que el
examinador lo va a sostener cuando lo haga. Se observará la reacción que tuvo, si hubo
movimiento de las extremidades y posteriormente la que tuvo al término de la prueba. Existe
una clasificación de acuerdo al resultado de la prueba.

REFLEJO TÓNICO ÁSIMETRICO DEL CUELLO

Este reflejo se basa en observar el comportamiento de las extremidades al girar suavemente la


cabeza del bebé, quien se encuentra colocado en posición de decúbito dorsal (acostado boca
arriba), cuando se gira la cabeza hacia el lado derecho, la extremidad inferior derecha se
extiende, mientras que la contraria se flexiona.

Este reflejo se debe presentar antes de los 8 meses y muestran su máxima intensidad de
respuesta entre los 2 y 4 meses.

La figura muestra la respuesta del


RTAC.

Los síntomas de que el reflejo está mal integrado son:

 Retraso en los patrones cruzados


 Atraso en el equilibrio
 Dificultades en los seguimientos oculares
 Deficiencia en la integración bilateral

En pacientes infantes la forma de valoración debe ser con el niño de pie y los brazos
completamente extendidos a la altura de los hombros y con la mirada hacia enfrente,
entretanto el examinador se coloca por detrás, mostrándole confianza y seguridad. El
examinador toma la cabeza del niño y con un ligero movimiento la dirige hacia el lado derecho
y al izquierdo. Se observa si existe alguna reacción en los brazos, ya que no debe haber
movimiento.

REFLEJO TÓNICO DE CUELLO

Es un reflejo propioceptivo provocado por el estiramiento de los músculos y articulaciones del


cuello, este reflejo afecta de manera distinta las mitades inferior y superior del cuerpo, por
medio de una línea imaginaria que pasa por el ombligo, es el precursor del gateo.

Si el cuello se lleva hacia arriba (dorsiflexión) los brazos se extienden y las piernas se doblan,
mientras que si el cuello se dobla o se lleva hacia abajo (ventroflexión) los brazos se flexionan
y las piernas se estiran., tal como se muestra en la siguiente figura.

Este reflejo debe integrarse antes de los 12 meses de edad y la unión de el permite la libertad
de la parte superior e inferior del cuerpo, así como la libertad de movimiento de la cabeza del
resto del cuerpo.

En pacientes infantes el modo de evaluarlos es el siguiente, se le pide al paciente que se


coloque con las rodillas y las palmas de las manos en el suelo, el examinador debe colocarse
detrás del niño. Se le pide al paciente que mire hacia arriba y posteriormente hacia abajo
viendo sus rodillas. Se observa si existe una flexión o extensión de brazos, cadera, rodillas o del
cuerpo completo.

REFLEJO LABERÍNTICO

La presencia de este reflejo se debe a los cambios que ocurren en la posición de la cabeza en el
espacio. Cuando el paciente se encuentra boca abajo el tono extensor aumenta por todo el
cuerpo, debido a que la cabeza empuja hacia atrás y la columna se extiende, los hombros se
retraen y las extremidades se extienden. Se observa que el bebé mantiene la posición de la
cabeza hacia arriba.

Al no estar integrado al sistema correctamente este reflejo, pueden dar los siguientes
síntomas:

 Deficiencia en la oculomotricidad y binocularidad


 Inseguridad en el equilibrio y balanceo
 Dificultad en el movimiento

Este reflejo debe integrarse antes de los 3 meses y medio.

Para evaluar a pacientes infantes, se efectúan 2 métodos, el primero que es en posición de


decúbito prono (boca abajo) de la misma manera que en lactantes y recién nacidos, mientras
que en posición de decúbito supino (boca arriba), se realiza con el paciente totalmente en
forma horizontal con los brazos y piernas extendidos, el examinador se coloca delante del niño
y se flexiona una de sus piernas hasta formar un ángulo de 90 grados lo mismo se realiza con
los brazos, se observa si existe algún aumento en el tono extensor cuando los brazos o las
piernas se flexionan.

BIBLIOGRAFÍA

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