Você está na página 1de 1

“Vivir como si fuera, el último día”

Y no sólo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce
perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza.
Romanos 5:3-4
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien
nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también
nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
2 Corintios 1:3-4
Qué cosas nos generan sufrimiento? Debemos discernir hay varias acepciones del sufrimiento. Una cosa es sufrir
persecución a causa de Cristo y otros sufrir por el apego a cosas o alguien.
Quiero hablar del segundo caso:
 El sufrimiento se origina comúnmente por el apego a las personas o las cosas.
Un individuo que se va en busca de un (Maestro sabio, una gran consejero) para tratar de obtener conocimiento de
vida, dado que mucha gente hablaba de la sabiduría de dicho personaje.
Después de un largo viaje y de preguntar por la casa donde vivía, al final de una vereda poco transitada y que no
parecía llevar a algún poblado o ciudad, se sorprendió al encontrar una pequeña y rústica construcción, que
constaba de una sola habitación y se sorprendió aún más cuando dicho individuo amablemente lo recibe y al
hacerlo pasar, se percata de que en el interior no había más que un mobiliario sencillo que constaba de una pequeña
cama, una silla , una mesa, una vela y una libreta de apuntes.
Sin poder ocultar su sorpresa por el hecho de que un individuo que contaba con tal sabiduría viviera de una manera
tan sencilla, ya que se hubiese imaginado que tendría por vivienda un lugar con muchos libros y que además
contaría con muchas pertenencias. Inició de manera natural el siguiente dialogo:
¿Cómo? ¿Ud vives aquí? El sabio: Sí. Pero, ¿donde están tus cosas? El sabio: ¿Y donde están las tuyas?
Es que yo estoy de paso. El sabio: Yo también.
Me parece que el ser humano tiene muy arraigada una necesidad de seguridad, de poseer y de pertenecer.
De pertenecer a un lugar, a una familia, a una comunidad y que es difícil imaginarse sin ningún vínculo de
ésta naturaleza.
Sin embargo más nos valdría hacer consciencia de que en ésta vida no hay nada permanente y que la única
constante es el cambio.
Hay gente que se siente muy aferrada a su posición, cargo o función:
“DEBEMOS APRENDER A VIVIR COMO QUE ESTE DÍA O CADA DÍA ES EL ÚLTIMO DIA DE NUESTRA
VIDA”
Es mejor saber que estamos de paso y evitar el apego, aspirando a no aferrarnos a nada. Lo cual, nos llevará a
disfrutar, en vez de medir o atesorar, posponiendo el gozo para después.
Nada es permanente. Nosotros incluso, en éste plano de la vida, somos temporales!
MIENTRAS ESTAMOS ACA, HAGAMOS QUE LA CASA DE DIOS SEA LA CASA GRANDE, DONDE
CADA UNO SE SIENTA ACOGIDO.
DONDE SEA UN ESPACIO DE PAZ, DE ENCUENTRO.
DONDE PODAMOS SENTIRNOS EN FAMILIA, ESPACIO DONDE PODAMOS COMPARTIR UNA
SONRISA Y DARNOS ABRAZOS.
COMO NOMADAS DE LA VIDA, DEJEMOS UNA CASA LLENO DE AMOR Y DE MUCHA POSIBLIDAD.
LA CASA DE DIOS, ES TEMPLO DEBE SER EL LUGAR DE COMPROMISO Y AGRADECIMIENTO POR
TODO LO QUE DIOS HA HECHO EN NOSOTROS.

Você também pode gostar