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MATERIA: NATURALEZA Y MÉTODO DE TEOLOGÍA

PROFESSOR: D. FELIX MARIA AROCENA


ALUMNO: FR. RAYMUND FAJARDO ALCANTARA
FECHA: 13 NOVIEMBRE 2018

IGLESIA
El Concilio Vaticano II es el primer concilio ecuménico que ha centrado su
doctrina en la exposición del misterio de la Iglesia. El Concilio situó como núcleo de
su actividad magisterial y pastoral el misterio mismo de la Iglesia. Y esto, no por un
«eclesiocentrismo» equivocado, que desplazase el centro de la fe y la existencia
cristiana de Dios al hombre, sino por fidelidad a la estructura de la Revelación, que
nos muestra a Dios Trino manifestándose en la riqueza salvífica de su obra, que es la
Iglesia.

I. LUMEN GENTIUM EN SU DESARROLLO REDACCIONAL

La historia redaccional del Lumen Gentium se puede dividir en tres etapas


siguiendo una orden cronológica. La redacción empieza con el esquema preparatoria
del año 1962. Tras su presentación por el Card. Ottaviani, el esquema preparatorio
fue debatido en el Aula. A la vista de las fuertes reservas planteadas al esquema, el
debate terminó sin votación, y resultó evidente la necesidad de reformarlo. De ahí
pasó a la segunda etapa que consistía en la preparación de un nuevo esquema (1962-
1963) en la que habían otros borradores alternativos que aspiraban a sustituir al
esquema oficial entre esos textos se encontraba el borrador de Gerard Philips,
teólogo de Lovaina. Durante los meses de intercesión, la Comisión doctrinal trabajó
según las directrices dadas por Juan XXIII, bajo la guía de la Comisión coordinadora.

Con el fin de acelerar los trabajos, la Comisión constituyó una subcomisión de


ecclesia. Durante la reunión de la subcomisión del 26 de febrero 1963, cinco de sus
siete miembros apoyaron como nueva base para el esquema de Ecclesia el borrador
de Philips, completado con el elaborado por Mons. Parente, y con otros textos de
origen alemán, chileno y francés. El esquema se quedó redactado con el siguiente
orden: I. De misterio Ecclesia. II De constitutione hierachica Ecclesiae et speciatim de
Episcopatu. III. De Populo Deo et speciatim de Laicis. IV.De Statibus perfectionis
evangelicae adquirendae.

Cuando la plenaria de la Comisión doctrinal examinó los capítulos I y II, el


esquema sufrió cambios que son la propuesta de tener en cuenta la vocación
universal a la santidad y los religiosos y la inversión de capítulos sobre el Pueblo de

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Dios y la jerarquía. Por la decisión conciliar el es esquema salió finalmente, y en un
momento de la liturgia suena su nombre Lumen Gentium.

Sobre el esquema general, en la segunda sesión conciliar (1963-1964) los


padres reconocieron el esfuerzo de presentar la doctrina con el tono bíblico y de
forma positiva. El 21 de noviembre 1964 los padres aprobaron de modo casi
unánime el texto de Lumen Gentium. Pablo VI, como cabeza del colegio, la aprobó y
ordenó su promulgación.

Los momentos principales del proceso redaccional habían sido estos pasos.
Inicia con el esquema preparatorio (1962) al nuevo esquema debatido en Aula
(1965), después la revisión del esquema y las votaciones, enmiendas finales y
promulgación (1964). También había sido profundo el desarrollo del contenido. Al
comenzar el debate de 1963, el esquema tenía cuatro capítulos. Primero es el
Misterio de Dios, el segundo es la constitución jerárquica de la Iglesia y en especial el
episcopado, el tercer capítulo es el Pueblo de Dios y en particular los laicos, y el
cuarto es la vocación a la santidad en la Iglesia. En 1964 el esquema ha resultado en
ocho capítulos porque los temas Pueblo de Dios y “los religiosos” obtuvieron
capítulos propios, y se incluyeron los capítulos siete y ocho sobre la escatología y los
santos del cielo, y sobre María.

II. EXPOSICION TEOLOGICA

A) LA ECLESIOLOGÍA Y SU RENOVACIÓN : El “SER” DE LA IGLESIA

1) El misterio de la Trinidad es la fuente permanente de la Iglesia

Desde el comienzo del Lumen Gentium, está claro que solo a partir del
Misterio Trinitario se puede alcanzar una comprensión plena del "misterio" de la
Iglesia. Es el nuevo punto de partida teológico que supone toda la consideración de
la Iglesia a partir de la fe. El texto no toma inspirado en una visión externa y social de
la institución como tal. No empieza desde bajo pero desde arriba, desde la vida
trinitaria extendida ofrecida a la humanidad.

2) La Iglesia Pueblo de Dios y Cuerpo Místico

El término Mysterium o sacramento resulta muy apropiado para designar a la


Iglesia. La explicación del ser sacramental de la Iglesia referiría a que ella es de
hecho, en su visibilidad, la manifestación y realización de la «unión íntima con Dios y
de la unidad del género humano», signo eficaz de una realidad espiritual (cum Deo
unionis) y a través de esta unión, de la unidad de la humanidad entera (totiusque
generis humani unitatis).

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La noción de Pueblo de Dios presenta a la Iglesia en su expansión universal
entre la ascensión del Señor hasta la Parusía. Subraya la historicidad de la Iglesia y su
índole escatológica. Lumen Gentium, sin duda, recogerá los contenidos de Mystici
Corporis, pero no presenta el “Cuerpo místico” como categoría principal.

Otra novedad es la importancia que Lumen Gentium otorga a la misión del


Espíritu en la economía de la salvación (nos. 2-4), un tema ya presente en la noción
de Mystici Corporis.

3) La Iglesia, Comunión y Sacramento

La perspectiva "misteriosa" de la Iglesia no niega su dimensión institucional, que


tradicionalmente se destacó con la idea de "sociedad perfecta". Todas las
dimensiones de la Iglesia. De hecho, forman una realidad compleja de elementos
visibles e invisibles, institucionales y espirituales (n. 8).

4) La Iglesia, sujeto histórico, portador del misterio

Este misterio de la Iglesia no es una realidad ideal, sino que "subsiste en" un
sujeto histórico concreto en una comunidad visibilis, que es la Iglesia Católica. A
través del famoso substitución de Est con subsistit in el Concilio no ha renunciado a
la conciencia católica de la tradición: "La Iglesia de Cristo [...] sigue existiendo
plenamente solo en la Iglesia Católica”. (No. 4)

B) LA ESTRUCTURA DE LA IGLESIA PEREGRINANTE EN ORDEN A LA MISIÓN.

1) Las personas sacerdotales orgánicamente estructuradas.

Hay un cambio de perspectiva de las interrelaciones de los elementos que


configuran a la Iglesia en su andar terrenal. Con esto, el Concilio ha querido sentar las
bases de la estructura eclesial en la condición común de los "fieles cristianos"
(christifidelis), es decir, la unidad de vocación y dignidad radical de todos los
bautizados, miembros del mismo cuerpo y ciudadanos de la misma gente. Es a partir
de la ontología cristiana común que la pluralidad de vocaciones, carismas y
ministerios al servicio de la única misión.

2) El ministerio jerárquico

Se afirma - por primera vez en un texto conciliar: la naturaleza sacramental


y colegial del episcopado (nos. 21-22). El concilio restableció la doctrina tradicional
sobre los obispos, sobre todo su responsabilidad dentro de la Iglesia universal. Los
Obispos como Colegio u Orden Episcopal suceden al "Colegio" de la Apóstoles de los

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cuales Pedro es cabeza (n. 20). La novedad radica en la afirmación de que el Colegio
Episcopal unido el Papa es el sujeto del poder supremo sobre toda la Iglesia (n.22).

3) Los Laicos

El capítulo IV estudia el estado propio de los fieles laicos y su participación


específica en la misión de salvación de la Iglesia en virtud de la fundación del
bautismo y la confirmación, que es en virtud de la participación en el triplex munus
de Cristo.

Ofrece una visión positiva de los fieles laicos con igual dignidad a los
ministros y religiosos, caracterizados por los índole secular y que ejerzan la misión
cristiana en el mundo, en pleno respeto de la autonomía de los realidades
temporales, ordenándolas "según Dios".

4) La Iglesia Consumada: la Iglesia peregrina y su unión con la Iglesia del


Cielo.

El capítulo 7 sobre la naturaleza escatológica de la Iglesia se incorporó al


texto casi al final de proceso editorial. Su intención inicial era tratar la veneración de
los santos, pero su contenido se amplió con la perspectiva escatológica de la
condición cristiana y su importancia en la peregrinación terrenal de la Iglesia.

Se destaca que Iglesia tiene dos fases: Iglesia de la Tierra e Iglesia del Cielo,
que no son dos sino la Iglesia misma en sus dos fases, la fase terrestre es un avance
de su estado final en tensión hacia su propia cumplimiento en la fase celeste, unidos
tanto en el communio sanctorum, especialmente en el Liturgia y en el intercambio
de bienes espirituales.

5. La Virgen María, “Tipo de la Iglesia” (n. 62)

El texto incorpora el magisterio papal anterior sobre los "privilegios"


marianos en una descripción del tono bíblico y patrístico de la figura de María en la
historia de la salvación. El Concilio une las dos perspectivas complementarias de
cristotipica y ecclesiotipica de mariología, sin oponerse entre ellas. Expone la
enseñanza fundamental que es vinculante para todos, sin ninguna intención de ser
exhaustiva o polémica. La imagen tradicional de María se recupera como tipo y figura
de la Iglesia peregrina, la que la precedió en el camino de la plenitud.

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C) CONCLUSION

El Concilio ofrece una visión de la Iglesia como "misterio" en la imagen


trinitaria de la historia de salvación. Él atribuyó gran importancia a la ontología de la
gracia de la condición cristiana e participar en la triple misión del sacerdocio de
Cristo. Recordó la dignidad de todos, el bautismo y la llamada universal a la santidad
y al apostolado.

El Concilio no "cambió" la doctrina y la aparente discontinuidad es, en


realidad, un estudio más profundo y un progreso en la tradición, como el fruto de la
impresionante renovación de la teología en el siglo XX, que desarrolló las
potencialidades de la fe católica en orden a la vida de la Iglesia y al anuncio del
Evangelio en los tiempos contemporáneos.

En cuanto a la recepción del concilio, esta ha sido un proceso amplio, que


abarcó la reforma institucional, la vida de las comunidades, la praxis del ministerio, la
renovación espiritual y misionera y la transformación evangélica del mundo.

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