Você está na página 1de 6
MICHAEL SCHMAUS § 108 § 108. E! motivo de la accién creadora de Dios 1. A causa de su independencia, perfeccién y felicidad absolu- tas, Dios no puede haber creado el mundo para aumentar y enri- quecer mediante la actividad creadora su perfeccién ontoldégica, noé- tica y moral. Como acabamos de ver, no es incitado ni obligado a crear ni por un bien externo distinto de él ni por una deficiencia interna. El motivo de la voluntad creadora divina se halla en Dios mismo y no tiene ni presuposiciones ni causas. Dios crea porque quiere crear. Hasta se podria decir: quiere porque quiere. El pla- cer que le producen su bondad y el amor a su propia perfeccién (cfr. el § 89) lo activa de tal manera que se siente libre y volunta- Tiamente inclinado a realizar su bondad y perfeccién en el sector externo, de modo finito, permitiendo que participen en ellas seres distintos de él. Como quiera que Dios ama en cuanto que es Padre, Hijo y Es; piritu Santo, el amor divino podria ser definido de la siguiente manera: Dios se ama a si mismo en cuanto que el Padre ama al Hijo y al Espiritu: of Hijo, al Padre y al Espfritu; el Espiritu San- to, al Padre y al Hijo. El amor con que e] Padre ama al Hijo es tan intimo e intenso, gue no solamente desea para él Ja felicidad que le proporciona su propio amor paternal, sino también el amor de otra persona. En primer lugar, y sobre todo, le desea el amor del Espirit Santo. Pero el Padre quiere, ademds, que lWeguen hasta su Hijo las lamas de un amor externo a Dios. Ademis, le desea la felicidad que implica toda forma de entrega amorosa, Je desea que pueda difundir su amor no sdlo en los dmbitos de Jo divino, sino también fuera de ellos, Con este fin proyecta la creacién de una realidad distinta de la divina, para que el Hijo pueda amarla y pueda ser amado por ella. En la generacién comunica al Hijo este plan de] mundo concebido por amor al Hijo. Este lo acepta por amor al Padre. Es decit, desea para el Padre lo que el Padre de- sea para él. El Padre y el Hijo comunican dicho plan al Espiritu Santo en la aspiracién. Le desean al Espiritu Santo lo mismo que se desean mutuamente. El Espiritu Santo acepta el plan del mundo y actla su amor al Padre y al Hijo, del mismo modo que éstos el 100 § 108 TEOLOGIA DOGMATICA amor con que aman al Espiritu Santo, En el Espiritu se consuma el movimiento que comienza en el Padre, y desde aquél, cuando el Dios trinitario lo quiere, sobrepasa las fronteras del amor y ser divinos. Aun cuando Dios no realizase de este modo el placer que le produce su propia perfeccién y el amor con que la ama, ese placer no serfa inferior. Pero en los atcanos de su inescrutable voluntad esta dispuesto que ha de realizar también el amor que se tiene a si mismo difundiendo hacia fuera su perfeccién. Nosotros no sabe- mos por qué Dios lo ha decidido asf, siéndonos por eso desconaci- do el fundamento profundo de la creacién del mundo, Se trata aqui de un misterio inescrutable del amor divino. 2. El motivo de la accién creadora divina ha sido el amor de Dios a si mismo, amor que ha querido manifestarse mediante los bienes comunicados a {a criatura (dogma): Concilio Vaticano, se- sién tercera, cap. I, D, 1783. 3. EL libro de la Sabiduria (11, 24 y sig.) testifica que la in- causada e inescrutable voluntad amorosa diving es el fundamento de la accién creadora: “Pero tienes piedad de todos porque todo lo puedes, y disimulas los pecados de los hombres para traerlos a penitencia; pues amas cuanto existe y nada aborreces de lo que has hecho, que no por odio hiciste cosa alguna. ~Y como podria subsistir nada si ti no quisieras o cémo podria conservarse sin ti?” ¥ el libro de los Proverbios (16, 4): “Todo lo ha hecho Yavé pura sus fines, aun a] impio para el dia malo” (véase Rom. 11, 35; Ap. 1, 8). 4. San Agustin (Confesiones, lib. 13, cap. 1; BK¥ VII, 336 y sig.) es- cribe: “Yo te invoco a ti, Dios mio, “misericordia mia”, que me has crea- do y no me olvidas nunca. Te llamo para que entres en mi alma, a la cual has hecho capaz de recibirte mediante el anhelo que has infundido en ella. No me abandones ahora que te Ilamo, pues te has adelantado a mis siplicas cuando no te invocaba: con multiples Wamadas me has in- citado repetidas veces a que te oyese y me dirigiese a ti y te escuchase. Porque ti, Sefior mio, has borrado todas mis iniquidades, para que no ftvieses que castigarme a causa de las obras de mis manos, con las cuales me he separado de ti; y ti te has adelantado a todas mis buenas obras, para poder recompensarme a mi, obra de tus manos. Porque antes de que existiese, existias ti ya; yo no era tal que mereciese ser creado por ti, pero he ahi que ahora posco la existencia en virtud de tu bondad, la cual ha precedido mi creacién y a la materia de que me has creado. Porque ti no tenfas necesidad de mf ni yo soy um tan clevado bien que ti, mi 101 MICHAEL SCHMAUS § 108 Sefior y mi Dios, pucdas tener provecho de mf. No poseo la existencia para servirte de ayuda, coma si id pudieras sentir cansancio en tu activi- dad o como si tu poder fuese inferior si tuvieses que prescindir de mis servicios; ni tampoco para honrarte a modo de figura terrestre, como si habrias de quedar sin honra en caso de que yo no te honrase; no es asf: he de servir y honrarte para que puedas recompensarme, ti que me has creado como ser que ha de tener suerte, a quien le ha de ir bien.” Cap. 2 (Lc): “Efectivamente, de la plenitud de tu bondad ha salido tu crea- cién, para que no falte el bien que ti podias hacer, aun cuando a fi no te produzca utilidad alguna ni sea semejante a ti, a pesar de provenir de ti. Porque gqué méritos han contrafdo de aptemano en cuanto a ti el ciclo y {a tierra, que fueron crcados al principio? ; Que digan qué méritos han contraido de antemano en cuanto a ti las criaturas espirituales y com porales, a las cuales has creado de tal modo en tu sabidurfa que aun lo apenas iniciado y lo informe, cada cosa en su género, Jo corporal y lo espiritual, habla de depender de ella, hasta lo que tiende al desorden v aun a Ja mayor desemejanza con respecto a ti, debiéndose observar aqui que io espititual informe es todavia mejor que un cuerpo formado, y to corporal informe aun siendo asi vale mas que si ne existiera en absoluto. Aun siendo informes, todas las cosas hubieran quedado dependiendo de tu palabra, si precisamente tu palabra no las hubiese Iamado a formar una unidad contigo, estructurdndolas de tal modo que toda es bueno por ti, que eres cl bien supremo. ,Cémo todas estas cosas habrén merecido de antemano ni aun su existencia informe, puesto que han recibido de ti también esa existencia? ~Cémo habr4é merecido ja materia corporal ni aun el estar confusa y vacfa? ;Sin te acto creader no seria ni siquiera eso! Como quiera que todavia no existia, no habia podido merecer de antemano el que tt Ja Mamases a Ja existencia. ~¥ cémo la creacién espi- ritual, gemejante al abismo, desemejante a ti, habrd podido merecer en et origen ni aun el borbotear en Jas tinicblas si la misma Palabra no la bu- biese orientado hacia la Palabra que la ba creado ¢ iluminado, de modo que se hizo Iz, no igual a tu Viva Imagen, pero si semejante a ella?” Cap. 4 (1. c, 339): “ZQué le hubiera faltado a tu felicidad, la cual eres ti para ti, si las criaturas no hubieran sida hechas o si se hubiesen quedado en wn estado informe? Pues no las has creado porque tuvieses necesidad de ellas, sino que las has ordenado y dado forma debido a la superabundante plenitud de tus gracias; pero no las has creado a fin de que mediante las criaturas tu felicidad fyese perfecta. Pues a ti, que eres el Ser perfecto, te desagrada su imperfeccién; por eso reciben de ti la perfeccién, de modo que puedan agradarte. Pero tt mismo no cres im- perfecto, de modo que tuvieses necesidad de su perfeccién para obtener tu propia perfeccién. Pues tu buen “espiritu estaba por encima de las aguas”, pero no le servian las aguas de soporte, como si descansase en ellas; antes bien, tu buen espiritu hace que descansen en é] aquellos de quien se dice que él descansa en ellos.” 5. Segun el texto del Concilio Vaticano, no puede decirse pro- piamente que Dios, al crear al mundo, ha tenido un motivo prima- rio y un motivo secundario, siendo el propio amor el motivo prima- tio y el amor a las criaturas el motivo secundario. Dios no ha te- 102

Você também pode gostar