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¿CÓMO SE DEFINE EL DOLOR CRÓNICO?

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en ingles)
define dela formas más ampliamente aceptada, qué es el dolor:

"El dolor es una experiencia sensorial o emocional desagradable asociada a un daño


real o potencial en un tejido, o descrito en términos de dicho daño."1

Así pues, el dolor agudo forma parte de un sistema protector del organismo. Actúa como
una señal de alarma ante un daño presente o inminente. En este sentido, el dolor
desempeña una importante función para preservar o restaurar la integridad física2.

No obstante, en ocasiones también se puede experimentar dolor en ausencia de un daño


tisular, e incluso, su intensidad puede no ser proporcional con el daño original.

Conozca más sobre el dolor crónico

El reto del dolor cónico

Se considera dolor crónico a aquel que dura más de 3 o 6 meses, dependiendo del criterio
de las diferentes sociedades científicas. Este tipo de dolor conlleva un reto terapéutico
especial. Se estima que la prevalencia de dolor crónico en las poblaciones europeas es de
alrededor del 20%, siendo el dolor lumbar la causa principal de dolor crónico moderado
a intenso1.

El dolor crónico es un problema multifactorial que incluye componentes tanto físicos


como psicológicos, como ansiedad, movilidad reducida, alteraciones del sueño y del
apetito y depresión2. Estos síntomas están relacionados con una reducción demostrable
de la calidad de vida de los pacientes y a una limitación de su desempeño laboral y de la
función social3 y requieren del uso frecuente de recursos sanitarios, todo lo cual
contribuye a generar una carga socioeconómica importante4. En concreto, el dolor y la
discapacidad asociada a los trastornos musculoesqueléticos tienen un efecto negativo
sobre la calidad de vida y constituye una de las principales causas de absentismo laboral5.

La carga económica y social del dolor crónico intenso se deriva tanto de los costes
directos inherentes como de los costes indirectos. Debido a su elevada prevalencia e
impacto sobre los pacientes y la sociedad, el dolor crónico no oncológico debe ser
reconocido como un problema sanitario importante.

Dolor crónico: una enfermedad en sí mismo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el dolor como un importante


problema de salud pública mundial. En 2007 la OMS identificó la necesidad de un
tratamiento mejorado y estandarizado del dolor crónico (tanto maligno como no maligno)
y del dolor agudo2.

Debe señalarse que el dolor es más que simplemente un síntoma. Es una comorbilidad
grave que afecta e influye en las respuestas de los pacientes al tratamiento médico y
quirúrgico, con consecuencias tanto sobre la evolución clínica como sobre la calidad de
vida.

Debe considerarse que el dolor crónico y recurrente es una enfermedad en sí mismo y


plantea consecuencias sanitarias específicas1. Se piensa que aproximadamente la cuarta
parte de los europeos sufren enfermedades con dolor crónico3.

El médico que trata al paciente con dolor crónico debe reconocer que el dolor crónico es
multifactorial; el dolor crónico supone la interacción de factores físicos, psicológicos y
sociales. En consecuencia, los planes de tratamiento se deben desarrollar sobre la base de
una buena comunicación médico-paciente y con objetivos acordados conjuntamente que
tengan en consideración las características del dolor del paciente, así como sus
necesidades físicas y psicosociales.

Una Nueva Definición de Dolor, Un Imperativo de


Nuestros Días

A través de los últimos cincuenta años, el tema del dolor y su tratamiento ha alcanzado
un reconocimiento mundial, no solamente como una especialidad de la Medicina, sino
como un tema importante para la investigación científica y el análisis filosófico. Como
consecuencia de dicho interés, su estudio y desarrollo ha sido considerado desde la
perspectiva de diversas disciplinas, con el fin de progresar en el entendimiento científico
y humanitario de esa condición y consecuentemente optimizar su tratamiento. Las
perspectivas mencionadas incluyen el análisis bio-psicológico, el tratamiento
multidisciplinario, las teorías sobre neuromodulación, el aspecto paliativo, la
metodología de análisis de la conducta cuando existe el dolor y las estrategias
psicológicas. En adición a lo anterior se ha trabajado con estudios sobre los canales en la
membrana celular y sus diversos receptores, el dolor neuropático y los cambios
relacionados con éste en el sistema nervioso, la disrupción que ocurre en los canales
celulares envueltos en la transmisión del dolor utilizando diversos agentes químicos. La
disrupción en la transcripción del RNA, la alteración química de los procesos centrales,
la utilización de neuromoduladores implantables, la utilización de múltiples tipos de
infusores, las intervenciones intradiscales, las tecnologías relacionadas con la
radiofrecuencia y muchos más. Todo lo anterior nos ha acercado más al entendimiento
del fenómeno del dolor y de como puede ser más efectivamente prevenido, tratado o
eliminado.
Bibliografía:

http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462006000200001
https://www.grunenthal.org/grt-change-pain-
portal/change_pain_home/chronic_pain/insight/definition/es_ES/324800317.jsp

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