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SITUACIONES
TRAUMÁTICAS Y POST-TRAUMÁTICAS EN NIÑOS
Ahora que pasa si el niño desarrolla todos los síntomas de un TEPT luego de
un evento muy perturbador. ¿No sería un TEPT real si el hecho no puso en
peligro su vida, aunque aparezcan los rasgos intrusivos, evitativos y de
aumento de la activación, característicos del cuadro? ¿A ese evento no lo
podemos llamar traumático?
Según señaló Dr. Newcorn los niños con un TEPT total o parcial muy a
menudo tienen problemas de ansiedad o depresión, tanto como síntomas de
conductas disruptivas y los profesionales tienden a diagnosticar los
desórdenes de ansiedad o estado de ánimo sin considerar los signos de
TEPT. En general hay una falta de información acerca de los síntomas de
TEPT.
Por otro lado los Drs. Donovan y Maintyne señalan que una aproximación que
ponga el foco en el nivel de desarrollo del niño en contexto con sus síntomas
es más productivo que el diagnóstico como categorización, ya que la última
no toma en cuenta el contexto de cuando el síntoma comenzó. Uno etiqueta
y el otro lo encuadra en un marco que le da sentido.
Tomando como base al IES, Dyregrov y Yule (1995) han validado un subtest
de 8 items, o IES-8 para usar con niños y adolescentes. Ambas versiones
son psicométricamente sólidas. Para niños y adolescentes se toman
solamente los 8 ítems destacados, correspondiendo 1, 5, 10 y 11 a la escala
de intrusión y 3, 7, 9 y 13 a la escala de evitación.
Por último, así como el IES, tomar el IES-8 en forma aislada no es válido
para un diagnóstico de TEPT, ni evalúa necesariamente la habilidad de
funcionar de la persona.
Para la toma posterior del PRS, se puede repetir el tema y pedir una
puntuación referente a la semana que pasó. Sin embargo es importante
haber tomado nota de la descripción por si el padre/madre necesita que se
lo recuerden. Para que la información sea consistente es deseable que el
mismo progenitor dé el puntaje todas las veces.
Cuando el motivo de consulta es una reacción postraumática, es posible
utilizar el PRS como un instrumento comparativo, obteniendo los puntajes
de la semana anterior al trauma y de la semana siguiente al mismo, así como
la semana anterior a la entrevista actual. El PRS también puede ser
administrado por teléfono, todas las veces o como seguimiento telefónico de
la entrevista inicial.
¿Qué es EMDR?
EMDR puede pensarse como una terapia basada en lo fisiológico que ayuda a
las personas a ver el material perturbador de una nueva manera,
“descongelándolo” e integrándolo.
Luego de un tratamiento exitoso con EMDR, las imágenes, sonidos, y
sentimientos del trauma no se viven con tanta intensidad. El recuerdo del
suceso queda con una baja carga emocional y deja de interferir en la vida
diaria.
El niño responde muy bien a EMDR. A veces uno mismo no puede creer lo
rápido que procesa y es a través de los padres que uno puede constatar que
el alivio y resolución perdura a lo largo del tiempo.
Viñeta de un caso de una nena de 9 años con fobia a subir sola en los
ascensores.
VOC: 2
Emoción : Miedo
SUD : 8
Recuerda una noche que tenía miedo a los Reyes Magos. Aclara que “ahora
no, porqué se que son los padres”.Quise dormir con mi papá y luego me
pasaran a mi cama, me desperté y lloré y había truenos y corrí
llamando a papá y me fui con él. Era muy chica, ahora soy más grande
”. (Establece distancia con la experiencia, se reconoce con más recursos).
Su actitud corporal antes tensa se vuelve relajada y tranquila. Dice “ya
está” (modo en que muchos niños tienen para decir que no les molesta más).
Le pido que pase toda la experiencia como si fuera una película y me diga si
siente que algo le molesta. Lo hace y dice que nada le molesta.
En las entrevistas iniciales con los padres dije que era importante evaluar el
papel que cumple el problema del niño dentro de la familia.
1. El síntoma del niño puede cumplir un rol homeostático dentro del sistema
familiar. En este caso permite la cohesión del grupo al focalizar la atención
en el problema del niño en lugar de otras dificultades más difíciles de
abordar. Un caso clásico son las desavenencias conyugales. Uno ve por
ejemplo, niños que no quieren dormir solos y todas las noches son aceptados
“resignadamente” por los padres en su cama. O “madres cuidadoras” que
necesitan de alguien a quien proteger y atender.
7. Por otra parte, los padres son de gran ayuda en el trabajo con EMDR ya
que nos dan la información, observan los cambios y estimulan los logros del
niño. Una sesión familiar donde el niño es aplaudido por el grupo por sus
avances, y confirmado en sus posibilidades de crecimiento, crea un poderoso
anclaje hacia la salud. Se puede usar aquí el abrazo de la mariposa. (Técnica
de instalación de recursos donde uno cruzando los brazos se da uno a si
mismo toques alternados en los hombros, como si fuera el abrazo de una
mariposa). Los niños no olvidan este momento.
Por último, se termina el cuento con un final de resolución del trauma con
incorporación de creencias positivas de logro y seguridad. El niño sabe que
eso pasó y que ahora se sabe seguro y protegido.
Una mujer solicitó tratamiento terapéutico para su hija porque ésta le narró
lo que habitualmente le hacía su padre: le mostró que la masajeaba
fuertemente en la vagina y le dijo -“un juego que hacemos... me mete el
pitilín (pene del papá) de la pocholita (vagina) y me lo pone en el ojo y en la
cola, después me deja en el agua atada a un palo... y se iba al sul... (¿?)”.
La niña comenzó el tratamiento con EMDR, a los tres años y diez meses.
• Las dos oportunidades en que supo que debía volver a Tribunales, la niña
manifestó ataques de llanto y furia, al punto de tener que cancelar las
entrevistas con la psicóloga asignada.
Referencias Bibliográficas
Faller, K.C. "Is the Child Victim of Sexual Abuse Telling the Truth?" Child
Abuse and Neglect 8 (1984): 473–481.
Wilson, S., Tinker, R. (1999) Through the Eyes of a Child. EMDR with
Children, USA
Yo tengo . . .
Yo hago . . .
Yo pienso . . .
Yo siento . . .
Yo soy . . .
Yo necesito . . .
Yo deseo . . .
Fase 2. Preparación
Aprender a respirar.
Mi Cuerpo.
Mis 5 sentidos.
Mente y Corazón.
"Querido yo mismo: "
Adentro de mí, Afuera de mí.
Hablemos de sensaciones.
Hablemos de emociones y sentimientos.
Hablemos de pensamientos.
Recursos, Fortalezas, Habilidades, Destrezas, Cualidades.
Mis espacios favoritos.
Mis cosas favoritas.
Mis personajes favoritos.
Mindfulness.
¿Qué es EMDR?
¿Para qué sirve la Estimulación Bilateral?
Abrazo de la Mariposa.
Lugar seguro.
Contenedor de Protección.
Autocuidados.
Disciplina es amor.
Mis 10 principales:
Problemas.
Experiencias desagradables.
Preocupaciones.
Pérdidas.
¿Qué es un Disparador?
Fase 3. Evaluación
¿Cómo armo mi problema para resolverlo? :
I ¿Cómo es mi problema?
C Mi problema me hace tener pensamientos acerca de mí mismo:
Negativo:
Positivo:
Voc: ¿Mi pensamiento positivo lo siento verdadero?
E ¿Lo cual me hace sentir?
Sud: ¿De qué tamaño?
S ¿En qué parte de mi cuerpo?
Lo narro, lo escribo, lo dibujo, lo canto, lo armo, lo expreso en un juego, . . .
Fase 4. Desensibilización
" wu wei : acción a través de la no acción, dejar que las cosas sucedan
"
Atención Dual.
Uso de la Frase Integradora.
Tandas y Pases.
"Deja que suceda lo que tenga que suceder"
¿Qué surgió? . . . Sigue observando.
Abreacciones: ¿El silencio es una abreacción?
La señal de parar es PARAR.
El viaje del Sud del 10 al 0.
¿Y si me atoro, qué hago?
Sud de 1 ecológico es "estar en casa".
Fase 5. Instalación
Resonancia Psicobiológica.
¡Buenas Noticias : "Que rico ser yo"!
Me acuerdo sin que me duela.
Ahora estoy preparado para Aprender.
Hagamos que 7 de Voc tenga Sentido y Significado.
Fase 7. Cierre
Está bien si finaliza la sesión y queda trabajo pendiente.
Inhalo y recibo . . . Exhalo y dejo ir . . .
Guardo, Cierro y voy a mi Lugar Seguro.
Mi Diario: lo escribo, lo garabateo, lo lloro, hago música, lo coloreo,
recorto y lo pego, . . .
Pongo atención y camino despacio.
Fase 8. Reevaluación
"Hago camino al andar . . . "
Primero mis LOGROS.
Creer en mí es un hecho concreto.
Reviso Mi Diario:
Sigamos trabajando
1.-Psicodinámica:
a) Recuerdos negativos de la infancia en la mayoría de casos, b) Abreacción,
c) Tendencia a completar (impulso hacia la salud), d) Simbolismo, e)
Asociación libre, f) Catarsis.
2.-Conductismo:
a) Condicionamientos clásico y operante (reflejos, evasión), b) Técnica de
exposición (pero por poco tiempo), c) Desensibilización (reprocesa sucesos
primarios, estímulos presentes y reacciones negativas del comportamiento
futuro, d) Uso de estímulos de atención dual, e) reforzamiento positivo, e)
generalización de conductas.
3.-Cognitivo-conductual:
a) Técnicas de autocontrol, b) Intervenciones cognitivas, c) Diseminación de
información que elimine mitos, d) Manejo del estrés con técnicas de
relajación y de visualización, e) Uso de las escalas USP y EVC.
4.-Otros enfoques (característicos y/u opcionales):
a) Carl Rogers (centrado en el paciente; el tratamiento debe progresar al
ritmo del paciente), b) William Reich (zonas psicocorporales), c) Gestalt
(experiencial, uso de silla vacía, liberación de emociones, énfasis en el
sentir, etc.), d) PNL (manipulaciones visuales del recuerdo, anclajes,
submodalidades, etcétera), e) Modelo médico (bases neurológicas).
1.-BLANCO
Un blanco es un recuerdo específico o la imagen de un sueño: una persona;
un suceso; ya sea real, imaginado o proyectado; o algún aspecto de la
experiencia: un sonido, un olor, un sabor, una sensación corporal o una
cognición/pensamiento.
2.-PROCESAMIENTO
Una interpretación obvia del papel que ejercen los movimientos oculares es
que distraen al paciente de su propio trauma. De acuerdo con Dyck (1993),
tal supuesta distracción provoca el descondicionamiento debido a que el
paciente es incapaz de concentrar su atención en la imagen traumática, es
decir, la distracción impide que el material traumático se vea reforzado por
el estado previo de ansiedad anticipada.
3.-COGNICIÓN
Esta escala está compuesta por unidades enteras que van del cero al diez.
Donde el cero representa intensidad neutral, el cinco significa que más o
menos siente perturbación y el diez equivale al más alto grado de ansiedad
posible (Wolpe, 1990). Cualquier respuesta disociativa inapropiada, ya sea
una reacción exagerada o una reacción ínfima respecto a un trauma, es un
blanco para el DRMO. Se sugiere reprocesar sólo los sucesos que el paciente
califique con un USP de 5 ó más.
6.-SENTIMIENTOS/EMOCIONES NEGATIVAS:
El paciente en ocasiones no sabe expresar o nombrar sus emociones
negativas. Algunas de estas son: miedo, tristeza, ira (enojo), dolor,
frustración, inseguridad, impotencia, duelo, descontrol, imposibilidad de
escoger, inadecuación, culpabilidad, abandono, incapacidad de tomar
decisiones, indefensión, sufrimiento.
7.-ABREACCIÓN
Hay que evaluar los factores para proporcionar seguridad al paciente y para
saber si es elegible para recibir DRMO. Hay que descartar a los pacientes
que presenten los siguientes problemas: cardiacos, respiratorios, psicóticos,
incapaces de manejar emociones perturbadoras, y limitados por fuertes
distractores (de tipo laboral, familiar, personal, edad, enfermedad grave).
En todos los casos: (1) primero se debe lograr una estabilización del
paciente; (2) para el procesamiento inicial, no se deberán seleccionar
recuerdos anteriores a los cuatro o cinco años de edad; (3) los sucesos de la
infancia deberán ser atendidos antes que los recuerdos de la adolescencia o
de la edad adulta, ya que son ellos los que alimentan los recuerdos
subsecuentes; (4) los fragmentos de recuerdos, especialmente aquellos que
almacenan síntomas somatosensoriales, deberán ser procesados hasta
después de haber completado todos los recuerdos contenidos; (5) para
alcanzar un tratamiento completo y estable, el resto de los sucesos del
pasado, así como la segunda vertiente –el presente- y la tercera vertiente –
el futuro- del protocolo deberán ser completados.
2.-PREPARACIÓN.
También hay que formular un plan de acción para atender cualquier situación
relativa a las ganancias secundarias que podrían impedir que el tratamiento
surta efecto. Como cualquier otro tratamiento psicoterapéutico, el método
DRMO deberá ser intercalado con técnicas clínicas, pero no debe
sustituirlas.
Resulta útil la metáfora de la patología del paciente como una tabla que ha
sido atornillada encima de él. La labor del terapeuta será retirar dicha
tabla, con el fin de brindar al paciente un espacio para desarrollarse. En vez
de golpear la tabla despiadadamente con un martillo, resulta más adecuado
identificar cuáles son los tornillos que deberán ser aflojados. Por así
decirlo, el método DRMO funge las veces de una herramienta poderosa que
nos permitirá aflojar esos tornillos más rápidamente.
A.-Síntomas:
¿Cuáles son las conductas disfuncionales, las emociones y las cogniciones
negativas que prevalecen en la actualidad? ¿Cuáles son los síntomas
específicos tales como recuerdos del pasado insertos en el presente
(flashbacks), pensamientos intrusivos y ataques de pánico? ¿Cuáles son los
detonadores actuales y cuál su frecuencia, su duración, su localización y
otras características?
B.-Duración:
¿Durante cuánto tiempo ha sido obvia esta patología? ¿Cómo se ha
transformado a lo largo del tiempo? ¿Qué alteraciones han ocurrido en los
factores que contribuyen a la patología?
C.-Causa inicial:
¿Cuál fue el suceso original o el suceso principal más perturbador que
representa la génesis de dicha disfunción? ¿Cuáles fueron las circunstancias
–incluidos factores interaccionales, sociales o de sistemas familiares- que
prevalecían durante el momento de ese primer suceso? Resulta útil
preguntar: ¿Cuándo fue la primera vez que usted recuerda haber sentido
esto mismo?
D.-Sucesos adicionales del pasado:
¿Qué otros incidentes han resultado instrumentales en influenciar o
reforzar dicha patología? ¿Qué otras variables significativas existen?
¿Quiénes son los principales participantes? ¿Qué categorías de
participantes, respuestas inadaptativas, cogniciones negativas, etcétera,
son aparentes? ¿Cómo podrían ser agrupados los sucesos con el fin de
maximizar la generalización de los efectos del tratamiento? A los pacientes
se les puede pedir que identifiquen cuáles son los 10 recuerdos más
perturbadores de su vida. Generalmente, esto ayudará a definir los tipos de
cogniciones negativas y experiencias negativas que tendrán que ser
atendidas por el terapeuta.
E.- Otras quejas:
Qué otras dificultades encuentra? Qué otras disfunciones en otras áreas
pueden estar ocultas tras de la presentación principal?
F.-Limitaciones actuales:
Cómo se ve afectado el paciente actualmente? Qué emociones o conductas
disfuncionales se obtienen como resultado? Qué acciones es incapaz de
asumir el paciente? Qué asuntos de sistemas –familiares primarios o
secundarios, laborales u otros- necesitan ser tratados?
F.-Estado deseado:
Cómo preferiría actuar, aparecer, sentir, y creer dicho paciente? Qué,
específicamente, es lo que impide que esto se lleve a cabo? Cuáles son las
consecuencias potenciales de un tratamiento eficaz? Cuáles son las
experiencias positivas del historial de dicho paciente?
Resulta útil que el terapeuta ponga a prueba los movimientos oculares con el
paciente, experimentando diferentes velocidades, distancias y direcciones,
para verificar molestias o comodidades. La dirección que el paciente siente
más cómoda es a menudo la que mejores efectos ofrece durante la fase de
procesamiento. También, hay que pedirle al paciente que si necesita detener
el procesamiento, puede ejercer la señal acordada entre ambos, por
ejemplo, levantar la mano o girar la cabeza. Esto brinda al paciente un mayor
sentido de control, seguridad y consuelo. Resultaría antiterapéutico ignorar
la señal dada por el paciente, quizá ocasionando una ruptura permanente de
la confianza.
“Lo mejor es siempre permitir que los movimientos oculares sigan su curso
durante el mayor tiempo posible, pero si la cosa se pone difícil, podemos
detenernos y tomar un descanso. La idea es que, si usted desea viajar por un
túnel oscuro rápidamente, entonces mantiene el pie sobre el acelerador. Si
retira el pie, el automóvil se desplazará con más lentitud. Así que, con el fin
de acabar con las emociones negativas, concluiremos más rápidamente si
seguimos realizando los movimientos oculares. Mientras realizamos las
series de movimientos oculares, trate de recordar que sólo estamos
procesando material viejo. Quizá parezca real, pero sólo se trata de
recuerdos antiguos que permanecen almacenados en el sistema nervioso.
Sólo porque siente temor, esto no significa que haya un tigre verdadero
dentro del cuarto. La idea es lograr que el cerebro rompa su candado y se
abra, y entonces permita que la información sea procesada”.
Quizá sea de gran ayuda para los terapeutas explorar detenidamente los
recursos del paciente, para usarlos en técnicas que contribuyan a instalarlos
(por ejemplo, anclajes PNL y manipulaciones de imaginería) dentro de tres
amplios terrenos de la experiencia:
3.-EVALUACIÓN
3.1. La Imagen
El terapeuta tendrá que preguntar al paciente: “¿Qué imagen representa el
trauma completo?” Si hay muchas opciones o si el paciente se siente
confundido, el terapeuta le brindará apoyo con sugerencias o cambiando las
palabras. Si no logra presentar ninguna imagen, simplemente se le invitará a
“pensar el trauma”.
Una vez que ha elegido una frase que represente la cognición positiva, se le
preguntará añ paciente “¿Cuando piensa en la imagen del trauma y en la
frase positiva (decírsela), qué tan verdaderas te parecen esas palabras?
Califica esto en una escala del 1 al 7, en la que 1 representa algo totalmente
falso y 7 algo totalmente verdadero. Califique con las vísceras, no con la
cabeza. La meta es que después de varias series de procesamientos llegue a
calificar con 7 su nivel EVC.
4.-DESENSIBILIZACIÓN
Si el paciente declara que le han surgido dos imágenes, una negativa y una
positiva (como una madre frunciendo el entrecejo y una madre sonriente),
se deberá enfocar la imagen negativa.
Otras series posibles de movimientos oculares guían a los ojos del paciente
en una dirección vertical, circular o siguiendo la forma del número 8. Los
movimientos verticales parecen ejercer un efecto tranquilizante y son
particularmente valiosos en reducir la agitación emocional extrema, el
mareo o la náusea. Se ha encontrado que esta dirección también resulta útil
cuando el paciente es propenso a sufrir ataques de vértigo. Si pareciera que
el procesamiento se ha atorado, o sea, que no se reporta un cambio de
información tras series sucesivas de movimientos oculares, el terapeuta
deberá probar una variación de los movimientos oculares, comenzando con
un cambio en la dirección. Al igual que los movimientos verticales, los
movimientos circulares, en forma de 8 y 8 acostado también parecen
ejercer un efecto tranquilizante en muchos casos.
El enfoque de dos manos implica que el terapeuta coloca sus puños cerrados
en los extremos opuestos del campo visual del paciente, a nivel de los ojos, y
luego alza, alternativamente, sus dedos índice. El terapeuta instruye al
paciente que mueva sus ojos de un dedo índice al otro. Esta forma de
movimiento ocular implica una respuesta orientadora o atencional, que
algunos pacientes encuentran más fáciles de mantener que el movimiento
rastreador del procedimiento original, ofreciendo muchas veces los mismos
resultados terapéuticos. Sin embargo, cuando el procesamiento se ve
impedido por alguna razón, esta técnica no proporciona la misma flexibilidad
que las direcciones variables, por ejemplo. Cuando el terapeuta se ha visto
forzado a iniciar el tratamiento con el movimiento ocular basado en dos
manos, puede ser útil cambiar a los movimientos oculares de rastreo que se
realizan con una sola mano, una vez obtenido un nivel USP más bajo que 5.
Los estímulos auditivos implican que el paciente debe mantener sus ojos
abiertos o cerrados mientras el terapeuta truena sus dedos
alternativamente junto al oído del paciente y a un ritmo comparable con el
utilizado durante las series de movimientos oculares. Aunque estas formas
alternativas de estimulación excluyen la posibilidad de cambiar de dirección,
sí puede alterarse tanto su velocidad como su intensidad. Y, por supuesto,
permiten al terapeuta emplear el enfoque DRMO con los ciegos, con
personas que sufren de problemas visuales o con aquellos que simplemente
prefieren otras modalidades de procesamiento. Sin embargo, no
proporcionan el alto nivel de retroalimentación respecto a la atentividad del
paciente y a la conexión establecida con el terapeuta, como se obtiene
cuando el paciente observa los movimientos oculares.
4.1.3. Evaluación.
Si el paciente califica cogniciones negativas con 1 sin llegar a cero después
de un buen rato, se le deberá preguntar qué es lo que impide llegar al nivel
cero de USP. Una respuesta que revele una creencia obstaculizadora, como
“si me siento demasiado feliz, me arrepentiré”, indicará que será necesario
aplicar un tratamiento DRMO completo a un recuerdo correspondiente. Si la
respuesta del paciente parece apropiada a la situación (por ejemplo, “Siento
tristeza porque murió mi tío”), entonces podrá llevarse a cabo la fase de
instalación. Es decir, los niveles USP mayores que el cero tendrán que ser
examinados cuidadosamente para determinar su validez ecológica antes de
proceder hacia la fase de instalación.
5.-INSTALACIÓN
Se pide al paciente que mantenga en mente tanto el suceso del blanco como
su cognición positiva instalada, al tiempo que explora su cuerpo
mentalmente, de arriba hacia abajo. Para que identifique cualquier tensión
residual en la forma de sensación corporal incómoda. Y de encontrarse estas
serían consideradas blancos de series sucesivas. A veces se resolverá
sencillamente, pero otras revelarán información adicional, incluyendo
posiblemente emociones como dolor o enojo. Las sensaciones físicas pueden
estar asociadas con una tensión emocional, tales como la rigidez de los
músculos del cuello o el aceleramiento del ritmo cardiaco. Otras sensaciones
físicas posiblemente formen parte de la experiencia sensorial del trauma
que constituye el blanco del tratamiento, como sentir el apretón de la mano
del atacante. Por lo que no se considera que la sesión DRMO se ha
completado sino hasta que hayan sido reprocesadas apropiadamente todas
las sensaciones físicas generadas por pensamientos vinculados con el
trauma.
8.-REEVALUACIÓN
CONCLUYE LA TERAPIA
PATRONES DE RESPUESTA
1.-CAMBIOS EN LA IMAGEN
Puede transformarse la imagen de un suceso diferente, aunque asociado, o
puede desplazarse hacia un aspecto diferente del mismo suceso. Y también,
la imagen puede cambiar de contenido o de apariencia (de negativa a
positiva, gestos, colores, claridad, distancias, tamaños, desapariciones,
etc.). Los terapeutas deberán evitar hacerle preguntas detalladas al
paciente respecto a dichos cambios, porque puede interrumpir y minar los
efectos del procesamiento.
CONSIDERACIONES
Un paciente que siente angustia deberá ser consolado por el terapeuta, y
durante la serie recordarle que no corre ningún peligro real. El paciente
puede ser traumatizado mucho si el terapeuta muestra miedo o desagrado a
sus reacciones durante el procesamiento. Los cambios en la localización de
las sensaciones corporales también indican que se está llevando a cabo el
procesamiento de la información. Es decir, el hecho de que el dolor o tensión
se desplacen. Y el terapeuta no deberá preguntarle qué sensación es ni de
las sensaciones pasadas. Si el paciente comenta que se siente mareado,
siente náusea o dolor, o si la sensación no se ha desplazado tras de 2
sesiones, el terapeuta deberá cambiar la dirección de los movimientos
oculares. Importante, algunas sensaciones físicas podrían ser problemas del
presente, el paciente puede tener un infarto o una apoplejía, por eso hay
que tener cuidado al seleccionar los pacientes, sobre todo con los de la
tercera edad. Si el paciente reporta dolor en los ojos, es importante
suspender los movimientos oculares y mejor valerse de estímulos
alternativos como palmadas, tronidos de dedos, etcétera.
2.-Palabras no pronunciadas.
Ciertos tipos de tensión corporal pueden indicar la necesidad de dar voz a
palabras no pronunciadas; es decir, los gritos o declaraciones que el
paciente ha suprimido durante el trauma o en la infancia durante un abuso
de cualquier tipo. Independientemente de lo que diga el paciente al atacante
(insultos o maldiciones), el terapeuta deberá alentar dichas verbalizaciones.
Queda claro que antes de dar por terminada la sesión, el terapeuta deberá
interrogar al paciente acerca de sus sentimientos actuales y de las acciones
que se ha propuesto para el futuro. Es vital que el terapeuta desaliente al
paciente de intentar un confrontamiento con el atacante si aún no se ha
reprocesado por completo el material antiguo.
7.-Alteraciones de:
7a.-Apariencia de la imagen.
La precaución terapéutica consiste en que los pacientes deben tener un
buen control de la visualización, con el fin de implementar dicha alteración.
También, y con el fin de lograr un reprocesamiento pleno, deberá
apuntalarse nuevamente la manifestación original del recuerdo, sin la
distorsión sobreimpuesta. A menudo, la distorsión de la imagen recobrará
espontáneamente su forma original durante las series subsecuentes. Ya sea
que se recupere de forma espontánea o de manera deliberada, la imagen
original generalmente generará una perturbación mucho menor una vez que
la imagen alterada se haya desensibilizado lo suficiente.
7b.-La no acción.
Aún cuando se haya logrado un procesamiento eficaz, centrar la atención en
la figura del atacante, y no en sus acciones, produce una generalización más
completa, particularmente en los niños.
7c.-La jerarquía.
Alterar las imágenes en términos de tiempo o de distancia. Aunque se puede
lograr que el procesamiento inicial resulte efectivo al aplicar dichas
manipulaciones, asegúrense de regresar eventualmente al blanco original, de
manera que pueda ser procesado sin distorsiones.
8.-Blancos auxiliares:
En ocasiones se tendrá que posponer el retorno al blanco original hasta
iniciar otra sesión, mientras que en otros casos sólo se requerirá de unos
cuantos minutos para regresar a él. En cualquiera de los dos casos, se debe
asegurar al paciente que la redefinición del enfoque de una sesión DRMO
constituye una parte de la estrategia clínica general, de la misma manera
que un corredor de distancias largas realizaría ajustes para un terreno
nuevo a lo largo de su carrera.
8a.-Recuerdos alimentadores.
Pedir al paciente que encuentre un recuerdo anterior por medio de la
cognición negativa se ha convertido en una estrategia importante para
desobstaculizar el procesamiento.
8b.-Creencias obstaculizadoras.
Una vez detectado y procesado eficazmente el recuerdo que provoca la
creencia obstaculizadora, el paciente deberá volver a evocar el recuerdo
inicial que dio pie al tratamiento y, entonces, completar el proceso.
9-Los temores.
Además de las declaraciones del paciente, otros indicios de la existencia de
temores que bloquean el procesamiento incluyen: (1) una tensión
pronunciada, independiente del material procesado, tal como cuando el
paciente se siente molesto o nervioso por los dedos en movimiento del
terapeuta; (2) el detenerse continuamente a la mitad de las series de
movimientos oculares; (3) dificultad en realizar los movimientos oculares
mismos; y (4) reticencia a realizar la terapia DRMO, aún cuando hayan sido
positivas las experiencias previas con este método, así como sus resultados
clínicos.
10.-Manantiales de perturbación.
El fenómeno “manantial” indica la presencia de un gran número de emociones
bloqueadas que pueden ser resistentes al procesamiento pleno durante un
tratamiento DRMO común. Esta condición puede ocurrir en una serie de
individuos que, en condiciones normales, se negarían a buscar ayuda clínica.
Sus seres queridos pueden inducir a dichos pacientes a solicitar terapia,
pero no desean realmente “ponerse en contacto” con sus propios
sentimientos. Con este tipo de pacientes se recomienda utilizar la
estrategia de entretejido cognitivo.
“Estoy confundido”.
Por ejemplo, que una paciente insista que ella es culpable del abuso sexual
del que fue víctima cuando niña. Cuando el terapeuta le pregunte por qué,
quizá su respuesta sea: “yo lo provoqué”. El terapeuta entonces podrá
introducir un entretejido cognitivo, por ejemplo: “estoy confundido ¿me
está usted diciendo que una niña de 5 años puede provocar que un adulto la
viole?” Cuando la paciente responda con dudas (“Pues, no…”), el terapeuta
deberá responder sutilmente: “sólo piense en ello”, y luego deberá iniciar
una serie de movimientos oculares. O tal vez, decirle: “estoy confundido
¿quiere decir que si alguien abusara de su hija, la niña sería culpable?” Este
comentario suele generar una respuesta “¡claro que no!”, a lo cual el
terapeuta deberá responder en forma sutil: “sólo piense en ello”, y luego
iniciará una nueva serie de movimientos oculares.
Metáforas y analogías.
Por medio de fábulas, fantasías, historias, cuentos o la vida del mismo
terapeuta, se pueden crear paralelismos con la situación que vive el
paciente.
“Hagamos de cuenta”.
El terapeuta puede sugerir una acción en particular (que le diga algo al
atacante, en su imaginación) o, de preferencia, invitar al paciente a imaginar
una nueva acción al preguntarle: “si el atacante intentara hacer lo mismo
ahora, ¿qué haría usted?” Mientras el paciente imagina esta nueva escena, el
terapeuta lo guiará a través de una serie de movimientos oculares.
Método socrático.
En la antigua tradición griega se emplea una serie de preguntas que pueden
contestarse fácilmente para conducir a la persona a una conclusión lógica.
Esto se ve claramente en el libro ‘Diálogos’ de Platón. Este método tiene
algunas similitudes con el metamodelo de la PNL, en el sentido de que
permite ir clarificando las ideas. Puede ayudar a educar al paciente acerca
de los déficits en su desarrollo o en los modelos de conducta ofrecidos por
sus padres, permitiéndole darse cuenta de que no se le puede culpar por sus
acciones pasadas.
Asimilación.
Cuando se tratan casos de abuso sexual, el terapeuta tendrá que determinar
al inicio del tratamiento si el atacante constituye un peligro actual para
otros niños. En caso negativo, la información puede ser usada para ayudar al
paciente a alcanzar el segundo plano (Seguridad). Por ejemplo, si el atacante
ya ha muerto, es un inválido o vive en una región lejana, el terapeuta puede
preguntar: “¿puede causarle daño ahora?” Existen dos posibilidades: que el
paciente diga que no y se agregue una serie ocular más, o que el terapeuta
emplee diversas estrategias para obligar al paciente a reconocer que no
existe ningún peligro en el presente. Se puede utilizar el método socrático
para conducir al paciente hacia dicho reconocimiento, revisar las diferencias
entre la situación actual y el trauma del pasado, o usar imágenes que
demuestren que las estaturas relativas del paciente y del atacante son
diferentes ahora en relación con cuando aún era un niño.
Verbalizaciones y acciones.
Una vez vencido el miedo, es común que el paciente sienta furia o
repugnancia contra su atacante. A menudo, el terapeuta deberá incitar al
paciente a que exprese en voz alta su enojo o su dolor contra el perpetrador
(por ejemplo, “no debiste haberme tratado de esa manera”). Muchas veces,
cuando un paciente tiene una tensión en la garganta o en la quijada, es
cuando se le incitará a expresar sus emociones.
La furia que ha sido contenida durante toda una vida puede resultar
terrorífica para un paciente. El terapeuta deberá asegurarle al paciente que
ese enojo es simplemente la manifestación de la furia infantil que quedó
atrapada en su sistema nervioso. Agregando: “esto también es sólo parte del
paisaje que pasa ante sus ojos cuando viaja en el tren”.
En otras ocasiones es necesario usar visualizaciones como la técnica de silla
vacía, en casos de duelos no superados. También, a veces la acción física
resulta útil. Por ejemplo, la furia contenida y la frustración se
desvanecieron cuando a un paciente se le pidió que golpeara
alternativamente con sus puños. En otro caso, las sensaciones en las piernas
del paciente indicaban una necesidad de echar a correr, y entonces fue
alentado a llevar a cabo este movimiento inhibido; por lo que se deberá
alentar el movimiento durante las series de estimulación.
La Educación.
El tercer plano que se atenderá es la capacidad que tiene el paciente de
tomar las decisiones que le permitan aumentar su calidad de vida en el
presente y en anticipación del futuro.
Por ejemplo, a los pacientes que han logrado reprocesar sus recuerdos
tempranos respecto al abuso sexual, que constituyeron experiencias que
derivaron en un temor por los hombres y una incapacidad de forjar
relaciones amorosas duraderas, les podríamos preguntar: “¿qué le parecen
estas palabras: como una mujer adulta, ya puedo escoger con quién deseo
estar”. Aunque un paciente de este tipo sólo pudiera brindarnos una
aprobación tentativa, esto sería suficiente para iniciar series sucesivas que
enfoquen posibles sentimientos de miedo o tensión. Las series adicionales
podrían tener como meta actualizar la nueva conducta.
Antes que todo, se deberá analizar el historial clínico del paciente para
identificar cualquier problema de ganancia secundaria en una fobia. Ya que
hasta que no se manejen adecuadamente las ganancias secundarias no se
podrán tratar con éxito las fobias.
Para los propósitos del DRMO, Shapiro ha dividido las fobias en dos clases,
las fobias “sencillas” que se definen como miedo a un objeto (por ejemplo, a
una araña) que está circunscrito y que es independiente a las acciones del
paciente. Y las fobias “procesuales”, que se definen como el temor a una
situación en la que el paciente debe participar activamente, por ejemplo, el
miedo a viajar en avión: la persona participa comprando boletos,
trasladándose al aeropuerto y subiendo al avión.
Las fobias sencillas muchas veces se manejan con los pasos 5.2a a 5.2c que
se describen más abajo. Mientras que en las fobias procesuales, el
terapeuta deberá enfocar todos los aspectos pertinentes de dicha
experiencia, incluyendo la toma de decisiones y la ansiedad anticipatoria.
Estos aspectos pueden manejarse por medio de los pasos del 5.2d al 5.2f.
Sin embargo, si en la actividad diaria se requiere que el paciente interactúe
deliberadamente con cualquier objeto temido (por ejemplo, acercarse al
perro de la casa de un vecino o limpiar un desván lleno de arañas), los
procedimientos completos deberán emplearse también en el caso de fobias
sencillas. En todos los casos, se debe explorar el origen del miedo, porque
éste quizá tenga sus raíces en un suceso que aparentemente no tiene nada
que ver con la respuesta fóbica del paciente. En el caso de fobias
generalizadas, como la claustrofobia, se deberá enfocar un incidente
representativo de cada situación que produzca ansiedad (por ejemplo,
elevadores, aglomeraciones de tráfico, asientos en el teatro, etcétera).
Las técnicas de relajación y de control del dolor pueden ser de gran ayuda
al producir un sentimiento de autoeficacia, por ejemplo, la técnica “río de
luz”, explicada más adelante. También, se ha encontrado que los movimientos
oculares DRMO son útiles para controlar el dolor. Se puede considerar que
el tratamiento DRMO ha sido completado cuando los pacientes pueden verse
a sí mismos como seres sanos, libres de cáncer y cuando la exploración del
cuerpo no revela ninguna sensación negativa.
La siguiente es una lista de las estrategias que sugiere Shapiro para el uso
de movimientos oculares autodirigidos y otras formas de estimulación dual
(aunque de ninguna manera debe considerarse exhaustiva dicha lista):
1.-Mantenga derecha la cabeza, mire hacia el frente, luego desplace los ojos
hacia la extrema derecha y observe algún objeto lejano. Luego realizará el
mismo movimiento, sólo que en dirección contraria, fijando la vista en otro
objeto lejano. Luego moverá los ojos, de un lado a otro, entre ambos
objetos.
2.-Mire alternativamente de un lado del cuarto (o un punto fijo en el muro)
hacia el otro.
3.-Siéntese con las manos, la palma hacia abajo, sobre cada muslo (con las
piernas separadas) y alce un dedo índice a la vez, mientras los ojos se
mueven de un lado a otro entre ellos.
4.-Desplace una mano levantada, de un lado a otro, a lo largo de la línea de
visión.
5.-De lejos, la manera más sencilla de mantener los movimientos oculares u
otras formas de estimulación es valerse de un punto focal cuyo movimiento
se genere externamente. Algunas personas han colgado un péndulo desde el
techo o han empleado una barra de luz.
1.-Nombre:
2.-Fecha:
3.-Tipo de tratamiento psicológico o psiquiátrico previo:
4.-Medicamentos que emplea actualmente:
5.-Resultados de los exámenes objetivos:
6.-Resultados de los exámenes proyectivos:
7.-Examen mental:
8.-Relación suficiente (sentimiento de seguridad y grado de veracidad):
9.-Capacidad para emplear las técnicas de autocontrol:
10.-Estabilidad personal y ambiental: Los factores que aún requieren
atención son:
11.-Apoyos vitales:
12.-Salud física (las áreas problemáticas incluyen: daño neurológico;
embarazo; problemas cardiacos, respiratorios y geriátricos; ataques
epilépticos y problemas oculares):
13.-Tratamiento para pacientes hospitalizados (requerimientos médicos; la
naturaleza del recuerdo traumático; ¿constituye el paciente un problema o
un peligro para sí mismo o para otras personas?:
14.-Necesidades farmacológicas (medicamentos que requiere el paciente):
15.-Abuso de drogas legales e ilegales (apoyos y programas recibidos;
estado actual de consumo):
16.-Restricciones legales (efectos del procesamiento/ problemas forenses):
17.-Control de sistemas (familiar, social, laboral):
18.-Ganancias secundarias (planificación de la acción):
19.-Consentimiento informado: mencionar el hecho de que es posible que
afloren recuerdos angustiantes, aún no resueltos, que las reacciones no
anticipadas pueden incluir emociones o sensaciones perturbadoras, y que el
paciente quizá pueda sufrir estados de perturbación que pudieran aflorar
entre sesión y sesión, tales como pesadillas y otros recuerdos:
20.-Qué estímulos duales prefiere (oculares o auditivos y de qué tipo):
21.-Metáforas preferidas para explicar el tratamiento (tren, tigre, túnel u
otra):
22.-Lugar seguro de su preferencia (especificar el lugar y la palabra que lo
indiquen):
23.-Señal convenida para detener el procesamiento:
24.-Señal convenida para informar de haber acatado afirmativamente las
instrucciones:
1.-Nombre:
2.-Fecha:
3.-Síntomas:
4.-Imágenes intrusivas:
5.-Cogniciones negativas:
6.-Emociones identificadas:
7.-Duración:
8.-Causa (s) inicial (es):
9.-Sucesos adicionales (o los diez peores recuerdos de su vida):
10.-Personas significativas en su vida:
11.-Estado que desea alcanzar:
12.-Capacidades y técnicas que el paciente necesita aprender, a solas o en
grupo:
FORMATO RECOMENDADO PARA HACER LOS REGISTROS SEMANALES
EN LA BITÁCORA
Fuera de la sesión, cada vez que en el paciente surja una experiencia que
amerite un reporte, el paciente escribirá una descripción corta en cada
columna, la fecha en que sucedió, el suceso detonador, la imagen que surgió
en la mente, la cognición /creencia que afloró, la emoción o sentimiento, y
las sensaciones en nivel calificadas en Unidades Subjetivas de Perturbación
(USP). Una vez que el paciente haya anotado las descripciones cortas, se
valdrá de alguna técnica de autocontrol para eliminar cualquier emoción
perturbadora.
- Fecha.
- Detonador.
- Imagen.
- Cognición/Creencia.
- Emoción.
- Sensación en nivel USP.
CONCLUSIÓN
Han pasado 18 años desde la creación del método DRMO-EMDR, habiendo
sufrido varias modificaciones para mejorarlo, que lo han convertido en una
psicoterapia convencional efectiva y cada vez más extendida, sobre todo en
la atención a pacientes que sufren de estrés postraumático y distintos
traumas de índole psicológico. En Estados Unidos existe una Asociación
Internacional que agrupa a los miembros capacitados formalmente en dicho
método. Esperemos que en el futuro algunos de los profesionales de los
hospitales y Cruz Roja, entre otras organizaciones se capacitaran en este
método tan útil.
FUENTES: