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3.

CALIDAD DE SUELO

El suelo es un recurso natural muy valioso para garantizar el sustento para la


población humana, así como para generar ingresos sostenidos para un país; su uso
eficiente y sustentable posibilita una estabilidad política internacional en el largo
plazo. A pesar de la importancia socio económica, el suelo no tiene la atención
necesaria, por el contrario, tanto la presión demográfica y las diversas actividades
que se realizan sobre este recurso, han acelerado su degradación física, química y
biológica, con consecuencias sociales y económicas negativas, tales como, la
reducción de la productividad, la pérdida de ingresos, el desplazamiento de familias
a las ciudades, la pérdida de valores.

el uso eficiente del suelo a través de prácticas o técnicas para la producción de una
determinada especie vegetal. El uso eficiente y sustentable del recurso suelo
permitirá revertir las consecuencias negativas de su deterioro físico químico
biológico y posibilitará una estabilidad política internacional en el largo plazo. La
gestión adecuada de los suelos, está relacionado al manejo de la cobertura y
residuos vegetales, a la biodiversidad y rotación de cultivos, a la práctica de la
fertilización y a los sistemas de labranza y riego (Nario et al., 2001). Entonces,
conocer el sistema de manejo de suelos en la producción de las especies vegetales
es muy importante si se quiere que esta sea sustentable. Al respecto aun han sido
poco los esfuerzos para evaluar que tan sustentables son los Sistemas de Manejo
de los Suelos en la producción agrícola.

PUNTOS CRÍTICOS DEL MANEJO DE SUELOS

a) La remoción de los residuos de los cultivos, para combustible o forraje de


ganados y el sobrepastoreo libre, exponen al suelo a la acción erosiva del viento
y las precipitaciones pluviales, además interrumpe la restitución de los nutrientes
hacia el suelo.

b) Escaso abonamiento, tanto con fertilizantes sintéticos y orgánicos.


c) El uso intensivo del suelo, sin descanso con deficiente rotación de cultivos
altamente extractivos de nutrientes, disminuyen la fertilidad de los suelos,
consecuentemente los suelos son de baja calidad.
d) La sobre preparación del suelo mediante el empleo del arado convencional que
contribuye fuertemente a la rápida pérdida de materia orgánica, compactación y
formación de capas duras (claypans) y costras, característica típica del manejo
de suelos en la zona con riego.

e) El riego inadecuado, riego por gravedad, y la falta de planificación y ejecución


de programas de uso sostenible también influyen en la degradación del suelo.
ESTRATEGIAS PARA EL MANEJO SUSTENTABLE DEL SUELO.

De acuerdo con los resultados se puede sugerir la adopción de tecnologías de


manejo alternativo de suelos, apropiadas a las condiciones reales de los diferentes
Agroecosistemas. Entre estas tecnologías destacan los principios básicos del
manejo de suelos sustentables, es decir el suelo debe ser perturbado lo menos
posible, proteger permanentemente la superficie del suelo con cobertura vegetal, ya
sea en forma viva o tipo mulch, incrementar el contenido de materia orgánica y
nutrientes del suelo con mayor aporte de estiércol o compost de buena calidad
combinados con fertilizantes químicos en cantidades adecuadas y establecer un
programa de rotación, con secuencia adecuada y en función a los cultivos
productores de materia orgánica y fijadores de nitrógeno atmosférico. Todas estas
acciones deben complementarse entre si, para crear un suelo que tenga una mayor
capacidad de absorción del agua de lluvia, mantener un suelo biológicamente rico,
reducir la erosión y mantener un suministro de alimento continuo a las plantas,
consecuentemente tener suelos de alta calidad, capaz de soportar un máximo de
producción de cultivos de calidad y estable.

CALIDAD Y DISPONIBILIDAD DE SUELOS ARABLES EN CONCEPCION

Zonas homogéneas de producción agrícola. Dentro del territorio de la provincia de


concepción, , se determinó dos zonas homogéneas de producción de arveja en base
a la disponibilidad de riego
a) Zona homogénea de producción con riego. Son lugares irrigables, que además
de aprovechar la lluvia, son irrigados por medio de sistemas artificiales: canales,
acequias, riego por aspersión y por goteo. Estas condiciones determinan un tipo de
manejo de suelos dentro de un área aproximada de 128.38 ha (10.04% de la
superficie total), ubicados debajo de la línea del canal de irrigación que cruza el
territorio de la comunidad de oeste a este. Esta zona homogénea de producción con
riego. Los cultivos predominantes en esta zona son alfalfa, cebolla, ajos, zanahoria,
papa, maíz choclo, arveja para vaina en verde. Prevalece el sistema de cultivo con
fertilización química y el de rotación con leguminosas.

b) Zona homogénea de producción en secano (sin riego). Son lugares donde las
plantas crecen sin necesidad de riego artificial, reciben solo agua de la lluvia.
Generando otro tipo de manejo de suelos. Es la zona ubicada en las laderas y zonas
planas, por encima de la cota del canal de irrigación. Comprende aproximadamente
360.82 ha (28.24%). Esta zona homogénea de producción sin riego corresponde a
las clases de suelos. En donde se cultivan generalmente trigo, maíz amiláceo,
cebada, quinua, arveja para grano seco.
En esta zona prevalece el sistema de cultivos con descanso corto (1 año) y los
conducidos con fertilización orgánica. De los predios seleccionados. Dos predios
fueron seleccionados para realizar la evaluación de la sustentabilidad del manejo de
suelos. El primero denominado “Huasipacha” de 400 m2 , ubicado en la zona de
producción en secano, y el segundo “Chaupimarca” de 600 m2 , ubicada en la zona
homogénea de producción con riego. Una característica común de ambos predios
es que eran empleados para la siembra de arveja. El sistema de manejo de suelos
de cada parcela seleccionada fue caracterizado en función a los indicadores de
sustentabilidad del manejo de suelos y su relación con la producción de arveja.

PROYECCIONES Y VULNERABILIDADES FRENTE AL CAMBIO


CLIMATICO

ALGUNAS ACTIVIDADES AGRÍCOLAS Y PECUARIAS CONTRIBUYEN CON LA


EMISIÓN DE GASES DE EFECTO INVERNADERO

En este sector se ha considerado las emisiones de GEI de 6 fuentes:

• Manejo de estiércol
• Suelos agrícolas
• Quema en campo de residuos agrícolas

Las emisiones totales del sector ascienden a 22,544 Gg de CO2 eq, cuyo mayor
contribuyente es la fermentación entérica de los animales, con 46.1% del total,
seguido muy de cerca por las emisiones de N2 O causadas por el uso de fertilizantes
en suelos agrícolas, con 42.9%. Sólo la fermentación entérica representa el 51% de
las emisiones nacionales de CH4 que en su mayoría proceden del ganado vacuno.

La subcategoría suelos agrícola contribuyen con 9,666 Gg de CO2 eq, provenientes


mayoritariamente a la emisión de N2O por el uso de fertilizantes. La quema de
residuos de cosechas , actividades dirigidas a limpiar y a fijar nutrientes en la tierra,
producen GEI como consecuencia de los procesos de combustión de la biomasa.

En los últimos años el Perú, ha sufrido desastres ocasionados por inundaciones,


sequías, heladas, granizadas, terremotos, deslizamientos de tierras, fenómenos “El
Niño” y “La Niña”, etc., que han ocasionado daños e impactos en el suelo y
principalmente la seguridad alimentaria del sector agricultura. Los eventos
climáticos ocurridos en el país, afectan las estructuras económicas y la
competitividad del sector, reduciendo las oportunidades para mantener un desarrollo
sostenible, a pesar de que actualmente se encuentra en pleno crecimiento (MINAG,
SEGMA - 2011).

UNA RESPUESTA AL CAMBIO CLIMÁTICO

La respuesta sectorial más integral y de mayor alcance frente al cambio climático es


el Plan de Gestión de Riesgo y Adaptación al Cambio Climático (Plan Gracc 2012-
2021), que, liderado por el Ministerio de Agricultura y Riego, es un instrumento de
gestión que vincula estrategias, lineamientos de política, propuestas y acciones,
desde el gobierno nacional hasta los gobiernos locales.
El método descentralizado y participativo del Plan se combina con una perspectiva
de gestión de riesgos, análisis de exposición y sensibilidad frente a eventos
climáticos extremos. El resultado mapea la vulnerabilidad de doce cultivos y tres
forrajes, analiza los riesgos de cultivos y crianzas, por evento climático en cada
región. El documento contribuye, pasando del diagnóstico a la propuesta, con 159
proyectos, articulados en cinco ejes estratégicos: investigación, tecnología e
información; preparación y respuesta a emergencias; prevención y reducción de
riesgos; planificación para el desarrollo; y mejoramiento de capacidades locales.
Los avances del Plan Gracc para disminuir los riesgos, vulnerabilidades y efectos
de eventos climáticos extremos que ocurren en el corto (a veces inmediato) plazo,
tienen que ser complementados con estudios de los impactos del cambio climático
en el sector agrario. En este sentido, el proyecto Amicaf (Evaluación de los impactos
del cambio climático y mapeo de la vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria bajo
el cambio climático para reforzar la seguridad alimentaria familiar con enfoques de
adaptación de los medios de subsistencia) —FAO, Minagri y Senamhi— plantea un
análisis nacional, que se suma a otros estudios de impacto apoyados por la
cooperación técnica internacional en regiones como Piura y Junín.
La aproximación desde los impactos se sustenta en modelos, escenarios y
proyecciones climáticas con distintos horizontes temporales (corto, mediano y largo
plazo). Este tipo de aproximación permite identificar los periodos en los cuales los
cambios en las variables climáticas harán muy difícil (o costoso) el mantenimiento
de algunos cultivos o crianzas en algunas zonas. Idealmente, los modelos también
podrán indicar las zonas donde nuevas oportunidades productivas emergerán.
Así, los modelos podrían indicar a partir de qué año las temperaturas en las zonas
caficultoras harán necesario expandir la sombra para los cafetos; cuándo el cambio
en el clima hará que una zona deje de ser apta para los cultivos tradicionalmente
ubicados en esta; cuándo transformar el sistema agrícola en pecuario (o viceversa),
invertir en infraestructura de riego para compensar la escasez de agua y/o el
incremento de temperatura. Los productos de proyectos como Amicaf identificarán
qué cultivos serán impactados por cuáles variaciones climáticas en distintos
periodos temporales y regiones, y cómo estos impactos afectan la seguridad
alimentaria.
En este sentido, los estudios de impacto permitirán orientar políticas y acciones
adaptativas gubernamentales, como, por ejemplo, infraestructura productiva, de
almacenamiento, financiera, científica, que complementen las respuestas locales
que han venido lidiando con la variabilidad climática. Esta complementariedad entre
los modelos de impactos, gestión de riesgo frente a eventos extremos, y la
adaptación local, puede generar tanto sistemas productivos resilientes (7) o
transformadores frente a los impactos del cambio climático, como hogares con una
seguridad alimentaria menos vulnerable a lo largo de distintas escalas temporales.

En el segundo sentido, el cambio climático impacta en la agricultura tanto mediante


los eventos extremos como por la sostenida modificación, principalmente, en la
precipitación y temperatura. Se estima que en el periodo 1995-2007 se perdió la
producción de 445 mil hectáreas (con pérdidas de S/.2,600 millones para el Estado)
por efecto de la variabilidad climática . La campaña 2006-2007 reportó las mayores
pérdidas de aquella década, las que superaron los S/.250 millones

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