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Psicolingüística

Tema
Dixlecia

Participante:
Sudonery Pérez Águeda

Matricula:
15-6994

Facilitadora:
Daysi Ramos Gómez
 Qué es la dislexia?

La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y


específico, que se da en niños que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni
sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo.

Atendiendo a su carácter específico, los disléxicos son niños y niñas inteligentes que
sólo presentan dificultades en tareas relacionadas con la lectura y la escritura. Por
tanto, no se consideran disléxicos los niños que tienen un retraso intelectual o
madurativo, niños con alguna discapacidad psíquica o física o niños no escolarizados o
que estén en situaciones ambientales desfavorables.

En base a su carácter persistente, se suele descartar el diagnóstico de “Dislexia” en


niños/as que presentan dificultades evolutivas a la hora de adquirir la lectoescritura, las
cuales desaparecen por si solas o tras una breve intervención.

Según el CIE-10, los disléxicos manifiestan de forma característica dificultades para


recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar
los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones, sustituciones,
distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento
visual y déficit en la comprensión, (OPS, 1997).

Para Etchepareborda y Habib, 2000, la dislexia es una dificultad para la descodificación


o lectura de palabras, por lo que estarían alterados alguno de los procesos cognitivos
intermedios entre la recepción de la información y la elaboración del significado.

A pesar del establecimiento único de unos criterios de exclusión e inclusión para


establecer el diagnóstico de la dislexia, hay que tener claro que no todos los niños
disléxicos presentan las mismas dificultades y/o características. Por tanto, es esencial
hacer un diagnóstico exhaustivo y detallado para poder establecer programas de
intervención específicos.

La dislexia es el trastorno de aprendizaje más frecuente entre la población de edad


escolar, cuya prevalencia se estima entre un 5 y un 17%, (Shaywitz, 1998), siendo más
frecuente en niños que en niñas.

El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con nuestro sistema
educativo, pues, dentro de este, todos los aprendizajes se realizan a través del código
escrito, por lo cual el niño disléxico no puede asimilar ciertos contenidos de materias
como Conocimiento del Medio, porque no es capaz de llegar a su significado a través
de la lectura.
El niño/a disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende
a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar este tipo de tareas. Los
padres y profesores procesamos esta conducta como desinterés y presionamos para
conseguir mayor esfuerzo, sin comprender que estos niños, realizando estas tareas, se
sienten como si de repente, cualquiera de nosotros, nos viéramos inmersos en una
clase de escritura china

Algunas definiciones de Dislexia utilizadas para el diagnóstico de esta patología por


organismos oficiales.

En 1970 la Federación Mundial de Neurología define dislexia como “Trastorno


manifestado por dificultad en el aprendizaje de la lectura pese a la instrucción
convencional, una inteligencia adecuada y buenas oportunidades socioculturales”.

En 1992 en el CIE-10 se define dislexia como “Un déficit específico que no se explica
por el nivel intelectual, por problemas de agudeza visual o auditiva o por una
escolarización inadecuada”.

En 2002 el DSM-IV-TR (APA, 2000) se engloba la dislexia dentro de los trastornos del
aprendizaje con el nombre de trastorno de la lectura y se establece que “La
característica esencial de la dislexia es un rendimiento en lectura, (precisión, velocidad
o comprensión), que se sitúa sustancialmente por debajo del nivel esperado en función
de la edad cronológica, del cociente intelectual y de la escolarización propia de la edad
del individuo”.

Todos estos sistemas diagnósticos coinciden en los criterios de inclusión y exclusión


indicados, así como en el origen constitucional relacionado con una alteración en el
neurodesarrollo.

 Tipos de dislexia.

Dislexia fonológica

El individuo realiza una lectura visual de las palabras. La lectura visual es aquella en la
que se observan las palabras de una forma global, deduciendo (más que leyendo) las
palabras conocidas, es decir, eso que la mayoría de las personas hacen al echar un
vistazo rápido a una nota, o cuando buscan una palabra concreta dentro de un texto.
Esto da lugar a dificultades y errores a la hora de comprender una lectura:

Pueden leer correctamente palabras conocidas pero les resulta imposible la lectura de
palabras desconocidas y pseudopalabras (palabras inventadas que en muchas
ocasiones se emplean para evaluar distintas alteraciones del aprendizaje).
Cometen abundantes errores visuales o errores de lexicalización, por ejemplo leer
“casa” en lugar de “casu” o “lobo” en lugar de “lopo”.

Errores morfológicos o derivativos, en los que confunden los sufijos: comía/comiendo,


calculadora/calcular.

Dislexia superficial

Este tipo de dislexia es el más habitual en niños; en este caso se emplea de forma
predominante la ruta fonológica. Esta ruta es la que permite leer las palabras a partir de
los fragmentos más pequeños, las sílabas. Las personas con dislexia superficial tienen
dificultad para leer palabras cuya lectura y pronunciación no se corresponden, por ello
afecta principalmente a angloparlantes puesto que el inglés es un idioma en el que en
muchos casos las palabras no se corresponden de forma directa con una
pronunciación determinada (las letras no tienen un único sonido, sino que este
depende de cómo se hallen combinadas las mismas en una palabra).

Por otro lado, las complicaciones derivadas de este tipo de dislexia van asociadas a la
complejidad o longitud de las palabras.

Dislexia profunda o mixta

Solo se da en los casos de dislexia evolutiva. Se encuentran dañados los dos


procesos de lectura, el fonológico y el visual. Esto supone:

 Graves dificultades para descifrar el significado de las palabras.

 Incapacidad para leer pseudopalabras.

 Errores visuales y derivativos.

 Errores semánticos o paralexias, por ejemplo, confundir la palabra


“feliz” con “Navidad”.

 Dificultad para palabras abstractas, verbos y palabras función (palabras


sin significado que funcionan como nexo entre otras palabras “un”, “el”,
etc.).
Causas

Las causas de la dislexia no están aún del todo determinadas, debido a las dificultades
que entraña el estudio de un órgano tan complejo como el cerebro, cuyo
funcionamiento representa un reto para la medicina. Se sabe que existe un
componente genético, determinado por la herencia de ciertos genes que predisponen a
padecer la enfermedad. Un ejemplo de ello es el gen dcd2, activo en los centros
cerebrales implicados en la lectura; se ha detectado que este gen presenta menor
actividad en individuos disléxicos. Este y otros factores genéticos están siendo
estudiados en la actualidad, con el fin de hallar las causas y la cura de esta patología.

Existen otra serie de causas que pueden dar lugar a la aparición de la dislexia:

Causas neurológicas consistentes en una pequeña disfunción cerebral (la dislexia no


cursa con ningún otro tipo de deficiencia intelectual). Se sabe que los disléxicos tienen
menor actividad de algunas funciones cerebrales, e incluso que utilizan partes distintas
para una misma función que los no disléxicos.

Causas emotivas (trastornos emocionales, tensiones). Las presiones que pueden


llegar a recibir de su entorno por su trastorno asumiendolo erróneamente como un
retraso, puede llegar a agudizar el problema.

Causas asociativas (dificultad para asociar una palabra con un sonido y con su
significado). Las conexiones cerebrales que realizan estas funciones se presentan con
muy baja actividad.

Causas metodológicas (por aplicación incorrecta del método de enseñanza de


lectura-escritura). En algunos casos, el individuo desarrolla el trastorno por no
comprender o no distinguir los conceptos de 'fonema' y 'grafía'. Se trata de una falta de
conciencia fonemática que el niño tiene y que le genera gran dificultad para relacionar
palabras y sonidos, y acaba inventando otras palabras.

Tratamiento

El tratamiento de la dislexia debe ser completamente personalizado y adaptado a la


edad y síntomas del paciente; cada niño sufrirá diferentes carencias y requerirá que se
haga especial hincapié en distintos aspectos. La manera de superar la dislexia consiste
básicamente en aprender a leer y escribir de nuevo, adaptando el ritmo de aprendizaje
a las capacidades del niño.

Este es un trabajo muy duro para un niño de cualquier edad, y es muy fácil que pierdan
el interés rápidamente o que se den por vencidos. Por ello, es primordial en todos los
casos crear interés, motivar, y llevar a cabo la terapia con actividades que no resulten
tediosas.

Los pedagogos y profesionales tienden a enfocar el tratamiento de una forma u otra en


función de la edad:
Niños en educación infantil: normalmente aún no están aprendiendo a escribir, de
modo que se insiste en prevenir dificultades futuras con ejercicios que activen la
conciencia fonológica (rimas, dividir palabras en sílabas, etcétera).

Niños de seis a nueve años: a la tarea de aumentar la conciencia fonológica va a


sumarse el trabajo lector. Se insistirá en un incremento de la lectura y lectura en voz
alta, siempre tratando de proporcionar textos atractivos que despierten el interés del
niño.

Niños mayores de 10 años: a esta edad es difícil corregir carencias en la conciencia


fonológica. Lo mismo ocurrirá con la lectura-escritura, de modo que la terapia se
centrará en tratar de encontrar técnicas y trucos que faciliten la comprensión de textos.

Dislexia en el adulto

La mayoría de los casos de dislexia se detectan en edad escolar y son tratados de


forma adecuada. Pero existe un porcentaje de personas que sufren dislexia y no lo
saben, lo que supone una enorme fuente de frustración e inseguridad para ellas, ya
que se ven constantemente sometidos a presiones, estrés, esfuerzo extra, etcétera. A
esto se suma la falta de apoyo a la que se enfrentan en ocasiones los pacientes que
han sido diagnosticados y que están recibiendo tratamiento, a los que se debe hacer
saber que no están menos capacitados que los demás, y que tienen a su disposición
los recursos que necesiten para superar sus dificultades.

Por otro lado, es importante recordar que se trata de un trastorno crónico, y que
aunque una persona haya tenido la oportunidad de recibir tratamiento durante la
infancia, esto no significa que al llegar a la edad adulta no deba seguir aprendiendo y
esforzándose.

Características

La mayoría de Las personas con el estilo disléxico de aprender presentarán 10 de los


comportamientos de la siguiente lista, estas características pueden variar de día a día o de
minuto a minuto.
Lo más consistente sobre la dislexia es su inconsistencia.

GENERALES:
• Parece brillante y muy inteligente pero se le dificulta leer, escribir y no tiene buena ortografía
para su edad.
• Se le etiqueta como "flojo", "tonto", "descuidado", "inmaduro", "no trata lo suficiente", o como
"problema de comportamiento".
• No está "tan atrasado" o "tan mal" como para recibir ayuda extra en el colegio.
• Alto IQ, pero sus calificaciones en el colegio no lo demuestran. En exámenes orales le va
bien, pero no en los escritos.
• Se siente tonto, baja autoestima, esconde sus debilidades con estrategias compensatorias
ingeniosas; se frustra fácilmente y no le gusta el colegio, la lectura o los exámenes.
• Talentoso en el arte, música, teatro, deportes, mecánica, ventas, comercio, diseño,
construcción o ingeniería.
• Parece que sueña despierto muy seguido; se pierde fácilmente o pierde el sentido del tiempo.
• Se le dificulta poner atención; parece hiperactivo o soñador.
• Aprende más haciendo cosas con las manos, demostraciones, experimentos, observación y
con ayudas visuales.

VISIÓN, LECTURA Y ORTOGRAFÍA:


• Se queja de mareos, dolores de cabeza o de estómago cuando lee.
• Se confunde con las letras, números, palabras, secuencias, o explicaciones verbales.
• Al leer o escribir presenta repeticiones, adiciones, transposiciones, omisiones, substituciones
y revierte letras, números y/o palabras.
• Se queja de sentir o ver movimiento no existente al leer, escribir o copiar.
• Parece tener dificultad con su visión aunque los exámenes de visión resultaron sin problemas.
• Extremada agudeza visual y observación, o carece de la percepción profunda y visión
periférica.
• Lee y vuelve a leer sin comprensión.
• Su ortografía es fonética e inconstante.

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