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Recibido: 01-07-2008
Aceptado: 11-07-2008
RESUMEN
En este artículo se describen varias intervenciones arqueológicas en municipios del sureste de Madrid que
resultaron afectados por el desarrollo de la Batalla del Jarama (1937). Las intervenciones incluyeron
prospecciones, documentación planimétrica y fotográfica de estructuras militares, excavaciones y la orga-
nización de itinerarios histórico-arqueológicos de la guerra.
PALABRAS CLAVE: Batalla del Jarama. Guerra Civil Española. Arqueología contemporánea. Gestión del patrimonio
arqueológico.
ABSTRACT
In this article, we describe several archaeological interventions in municipalities south of Madrid that
were affected by the Battle of Jarama (1937). These interventions involved survey, mapping of military
structures, excavations, and the organization of historical-archaeological routes of the Spanish Civil War.
KEY WORDS: Battle of Jarama. Spanish Civil War. Archaeology of the contemporary past. Management of archaeo-
logical heritage.
SUMARIO 1. Introducción. La Batalla del Jarama. 2. San Martín de la Vega. 3. Ciempozuelos. 4. Valde-
moro. 5. Arganda del Rey. 6. Aranjuez. 7. Conclusiones.
1. Introducción. La Batalla del Jarama cional que quedaba en manos republicanas conec-
tando Madrid con el resto del territorio republica-
En este artículo pasaremos revista de forma su- no. Intentaron aprovechar la conquista de Toledo
cinta a una serie de actuaciones arqueológicas lle- para intentar el envolvimiento y corte de comuni-
vadas a cabo por ARTRA S.L. en lugares significa- caciones de Madrid desde el Sur, es decir, por el
tivos de la Batalla del Jarama entre el año 2002 y Valle del Jarama, interceptando no sólo las carre-
el año 2006. Las intervenciones se llevaron a cabo, teras de Toledo y Andalucía, sino también la de Va-
dentro de diversos proyectos de gestión, en los mu- lencia, completando así el deseado cerco y copo de
nicipios de San Martín de la Vega, Ciempozuelos, Madrid.
Valdemoro, Arganda del Rey y Aranjuez. La Bata- Al mismo tiempo los republicanos también pla-
lla del Jarama tuvo lugar entre el 6 y el 27 de febre- neaban una ofensiva en ese sector sur de Madrid pa-
ro de 1937, fue desencadenada por el ejército su- ra aliviar la situación en la capital. La línea del fren-
blevado y se considera una de las más cruentas de te a primeros de febrero estaba en el Cerro de los
la Guerra Civil. El esfuerzo bélico fue enorme en Ángeles (Getafe) - Pinto - Valdemoro - Seseña. Así,
ambos bandos y en consecuencia el número de ba- la acometida nacional en la zona, replicada y conte-
jas resultó muy elevado, pese a lo cual la batalla nida por la del ejército republicano, dio lugar a una
concluyó en tablas. acción bélica, que resultó ser el acontecimiento mi-
Madrid, en su calidad de capital de España, fue litar más importante de la Guerra Civil hasta aquel
objetivo de defensa y toma por las partes en conflic- momento y que sería conocido precisamente como
to desde el primer momento; se combatió en la prác- Batalla del Jarama. Dicho hecho bélico tuvo lugar
tica totalidad del territorio de la Comunidad, aunque entre los días 6 y 27 de febrero de 1937 y afectó tan-
cada batalla fue de diferente extensión e intensidad to a municipios ribereños como a otros próximos,
en el espacio y en el tiempo. Tas los intentos de asal- no solo por los hechos de armas desarrollados en
to a Madrid desde el oeste, detenidos por la llegada sus términos, sino por soportar las consecuencias
de las primeras Brigadas Internacionales y la colum- directas de los combates al aprovecharse sus térmi-
na anarquista de Durruti, el frente se paralizó y Fran- nos como cantones de tropas, hospitales y cemente-
co renunció a tomar directamente Madrid el 23 de rios de guerra –sobre el desarrollo de las operacio-
noviembre (Colodny 1970, cf. López Fraile et al., nes cf. Martínez Bande y Campanario (1984), Per-
en este dossier). muy y Mortera (2003).
Los mandos nacionales decidieron, tras el fracaso La operación nacional estaba proyectada para
del ataque frontal sobre la capital, asfixiar Madrid que comenzara en la madrugada del 24 de enero,
mediante ataques por los flancos, tomando los prin- pero en la noche del 23 al 24 cambió bruscamente
cipales nudos de comunicación y posibilitando así el tiempo, desencadenándose un fuerte temporal de
su aislamiento y posterior ataque decisivo. La pri- lluvias que hizo imposible el comienzo de la ofen-
mera de estas ofensivas se realizó al noroeste de la siva. Sólo una pequeña fuerza logró ocupar la casi-
capital, con la carretera de La Coruña y los nudos lla de peones camineros de la Cuesta de la Reina,
adyacentes como epicentro de la operación, con lo tras envolver al enemigo. Esto hizo que la sorpresa
cual se pretendía aislar la capital de las fuerzas gu- desapareciera, lo que permitió que los republicanos
bernamentales que resistían en la sierra madrileña. tuviesen tiempo para prepararse. A partir del 4 de
El primero de estos ataques se realizó sobre los pun- febrero el tiempo mejoró sensiblemente y el día 6
tos de Boadilla - Húmera - Aravaca. La ofensiva se de Febrero comenzó por fin la ofensiva.
paralizó a lo largo de diciembre y se reinició en ene- Rápidamente, los republicanos empezaron a mo-
ro de 1937. El 4 de enero, Asensio ocupó Majada- vilizar fuerzas para el valle del Jarama. El 7 de fe-
honda y alcanzó la carretera de La Coruña. Poste- brero los nacionales controlaban las alturas del va-
riormente cayeron El Plantío y las Rozas, mien- lle y llegaron a San Martín de la Vega. También hu-
tras los republicanos retomaron Aravaca y Villa- bo fuertes combates en el vértice de Coberteras, don-
nueva del Pardillo, con lo cual evitaron que los re- de confluyen el Manzanares y el Jarama –muy im-
beldes pudieran cortar las comunicaciones con la portante porque podría servir de observatorio sobre
sierra. la carretera de Valencia. En los días siguientes con-
El siguiente intento de aislar Madrid fue intentar tinuaron los combates en la Cobertera y camino del
cortar la carretera de Valencia, la única carretera na- puente del Pindoque, al este de la Marañosa. Este
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puente era muy importante por ser casi el único uti- canos contraatacaron en el sector de Vacíamadrid y
lizable para cruzar el Jarama, pues el otro estaba los vértices Corbetera y Pingarrón. En este vértice
más al sur, en Gózquez de Abajo. los combates fueron muy intensos en la fase final de
Para el 10 de febrero los nacionales ya habían lle- la batalla, cambiando varias veces de manos. Su im-
gado hasta el Manzanares y esa noche un tabor de portancia residía en que permitía controlar gran par-
Ifni llego al extremo sur del puente de Pindoque, te del cauce del Jarama en la zona de la batalla. Hu-
cruzó el río sin ser detectado y sorprendió a los de- bo combates el día 21 y sobre todo el 23 en el que
fensores. Después de una corta pero intensa lucha los republicanos atacaron en toda la línea. El frente
los nacionales controlaban los dos extremos del quedaría establecido en esa línea. El 23 de febrero
puente y sus zapadores cortaron los cables de los es el último de esta batalla, con el sólo epílogo del
explosivos preparados para volar el puente. Sin em- día 27 en el Pingarrón, tras lo que las líneas de trin-
bargo con la noche y las prisas algún cable debió cheras se estabilizaron hasta el fin de la guerra.
quedar sin cortar y los republicanos, alertados por Al final de la batalla se puede decir que la ofen-
la lucha intentaron volar el puente. Hubo una fuerte siva nacional falló por dos motivos fundamental-
explosión y el puente se elevó en el aire, volviendo mente: lo reducido de los efectivos que tenían en-
a caer a continuación en el mismo sitio, aun utiliza- tonces, sobre todo después del desgaste que habían
ble. Así, por este puente del Pindoque empezaron a sufrido en los meses anteriores, durante el avance
cruzar las unidades nacionales y continuaron el ata- hasta Madrid y el hecho de que su progresión, sal-
que sobre las casas de Pajares y el vértice de Pajares, vo el primer día, fue muy lenta y careció de sorpre-
que tomaron ese día. Más al sur entraron en San sa. El ataque se retrasó varios días y dio tiempo a
Martín de la Vega, que los republicanos habían aban- los republicanos a reorganizarse y defenderse con
donado y se dirigieron al puente de Gózquez de Aba- más tropas.
jo. Allí también hubo una explosión, que no llego Por su lado los republicanos tenían muchos pro-
a inutilizar el puente. En la noche del 11 al 12 de fe- blemas en su intento de organizar un ejército regu-
brero los nacionales realizaron otro golpe de mano lar. Las milicias de los primeros días se estaban reor-
muy audaz y tomaron el puente, de forma similar a ganizando en unidades regulares, pero era tarea de
como habían tomado el del Pindoque. Los republica- varios meses. Durante los primeros días hubo una
nos estaban organizándose rápidamente. Las tropas dualidad de mando entre los generales Rojo y Mie-
huidas del puente del Pindoque se reagruparon en ra, que los nacionales no tenían. La batalla demostró
el Porcal, al norte de Pajares. La XI brigada inter- que los republicanos podían defenderse, y podían
nacional se desplegó en frente al vértice de Pajares. hacerlo muy bien, aunque también es cierto que
La I brigada se situó en el vértice del Pingarrón. fueron contando con más hombres que los naciona-
El 12 de febrero el avance nacional prosiguió to- les. Así lograron recuperar la moral perdida durante
mando el Pingarrón y al día siguiente intentaron la ocupación de Málaga el mes anterior.
avanzar sobre el vértice de Valperdices, sin tomarlo. El balance final de esta batalla, la primera en
Ese fue el punto de retorno de la batalla, con el avan- campo abierto y con despliegue estratégico de tro-
ce máximo de las tropas nacionales. Los republica- pas, material y efectivos de la guerra, fue terrible en
nos seguían llevando tropas al frente y los ataques términos humanos, con un cálculo de unas 7.000
del día 14 se encontraban con mayor resistencia que bajas entre las tropas nacionales y casi 11.000 entre
antes. Ese mismo día 14 los nacionales se dieron los republicanos, de ellas unas 850 bajas entre los
cuenta que su ofensiva había sido detenida y de que brigadistas internacionales.
sus tropas se habían de limitar a defender el terreno
sin contar con muchas reservas. El día 15, el mando
de la defensa pasa a manos del General Miaja. 2. San Martín de la Vega
Los republicanos, aunque tampoco les sobraban
efectivos, tenían más tropas que iban llegando. El De todos los municipios del sureste de Madrid
dominio del aire estaba en manos republicanas, que fueron campo de batalla a principios de 1937,
mientras que los nacionales contaban con una no- en lo que se dio en llamar la Batalla del Jarama, San
table superioridad en artillería, la cual usaron el 16 Martín de la Vega es seguramente, el que alberga en
y el 17 para avanzar hacia Morata de Tajuña y Ar- su suelo más lugares míticos, de nombres evocado-
ganda, sin apenas conseguir nada. El 18 los republi- res: La Marañosa, el Puente del Pindoque, El Pinga-
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rrón. En este término municipal se llevó a cabo un propietarios para habilitar pasillos cerrados que per-
inventario pormenorizado de los restos asociados a mitieran el acceso a los restos sin interferir con las
la Batalla del Jarama. Para ello se realizó un exhaus- actividades propias de las fincas. Además sería muy
tivo estudio de las fuentes documentales, así como conveniente que se habilitaran lugares de aparca-
una campaña de prospección superficial. El objetivo miento para automóviles, se señalizasen las rutas,
final ha consistido en la elaboración de un tríptico con paneles explicativos y se acondicionasen cami-
para el Ayuntamiento de San Martín de la Vega. En- nos de acceso a algunos de los restos. Habría, por
lazando algunos de los teatros de operaciones he- último, que restringir la entrada en algunos refugios
mos elaborado tres rutas, susceptibles de ser reco- o fortines, en los que los existe un grave peligro de
rridas a pie, en bicicleta o automóvil, que ponen al derrumbes. Las rutas propuestas, que han sido di-
alcance de los habitantes de San Martín o de sus vi- vulgadas en un folleto-tríptico (Figura 1) son las si-
sitantes, la comprensión in situ de lo que sucedió en guientes:
aquellos días terribles del invierno de 1937.
Ruta 1. La Marañosa y fortines de La Boyeriza
2.1. Rutas histórico-arqueológicas de la Esta ruta, de 20 km de longitud, está diseñada
Batalla del Jarama en San Martín de la Vega para ver los restos que se encuentran en la zona
Norte del término municipal, principalmente el mag-
Como decíamos, San Martín de la Vega fue el nífico conjunto de fortines de la Boyeriza (Figura
epicentro de la Batalla del Jarama, por lo que aquí 2) y las alambradas de la Marañosa que perduran
se conservan restos muy importantes de algunos de desde la Guerra Civil.
los episodios bélicos más conocidos de aquella con-
frontación. Ruta 2. Gózquez y Puente de Pindoque
Los restos de la batalla son, en algunos de estos En esta ruta, también de 20 km. de longitud, se
escenarios, muy evidentes, por encontrarse muchos puede ver la Casa de Gózquez de Arriba, en la que
de ellos prácticamente intocados desde hace 70 estuvo el mando nacional durante la batalla, el Ca-
años, de forma que el espectador se podrá hacer una serío de Gózquez de Abajo y el Puente del Pindoque,
idea muy clara, contemplando el lugar y leyendo al- en el que se desarrolló uno de los más dramáticos
gunos textos y testimonios seleccionados, de lo que episodios de la Batalla del Jarama: un grupo de Ti-
sucedió y de lo que pudieron sentir los protagonis-
tas de los hechos en 1937. Un problema, sin embar-
go, para poder poner a disposición del público este
tesoro histórico-cultural, es la dificultad de poder
moverse libremente por terrenos que, en algunos
casos son de propiedad privada y en otros, son de
acceso difícil o incluso peligroso. Para poder visi-
tar algunos de estos lugares el Ayuntamiento de San
Martín de la Vega debería llegar a acuerdos con los
Figura 1.- Tríptico con las rutas de la guerra propuestas Figura 2.- Detalle del Fortín IV de La Boyeriza en San
en el municipio de San Martín de la Vega. Martín de la Vega.
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2.2. La Cañada-Espartinas
3. Ciempozuelos
3.1. La Sendilla
Figura 4.- Trinchera excavada en La Cañada-Esparti-nas,
San Martín de la Vega. Se advierte su emplazamiento es-
Durante la urbanización del lugar de la Sendilla
tratégico en el límite de un cerro (arriba). (sector 18, Ciempozuelos) en 2004 se llevaron a ca-
bo distintas intervenciones arqueológicas, que per-
(roca caliza) con un desarrollo en profundidad me- mitieron identificar un yacimiento arqueológico de
dio de 1.80 m. y una longitud de 19 m. Presenta unas 12 hectáreas. En éste se pudo constatar la pre-
unas dimensiones de anchura regulares a lo largo de sencia de dos ambientes arqueológicos con caracte-
toda la estructura de un metro aproximadamente. rísticas formales y cronología diferentes: el primero,
En el área central de la pared oeste se abre hacia el localizado en el sector norte del yacimiento, se sitúa
exterior una estructura cuadrangular de base plana cronológicamente en la Prehistoria Reciente, entre
con un ancho total de 2.72 m. El conjunto se encuen- finales del tercer milenio y principios del segundo
tra en buen estado de conservación. Podemos infe- a.C. Se trata de un pequeño poblado representado
rir que se trataría de una trinchera con perfil de ti- por estructuras negativas excavadas en el subsuelo.
rador en pie por su profundidad. El habitáculo que En cuanto al segundo, identificado en la mitad sur
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Figura 5.- Planimetría del yacimiento arqueológico de La Sendilla (Ciempozuelos) con indicación de las trincheras
estudiadas.
del yacimiento, se trata de un sistema defensivo rela- tos, que corresponden a fosas de planta circular con
cionado con la defensa republicana de Ciempozuelos dimensiones medias y escasa profundidad (100 cm
durante la Batalla del Jarama (Figura 5). de diámetro por 30 cm de profundidad, aproxima-
Los terrenos objeto de estudio se encuentran ubi- damente). El contexto denominado 1450 difiere del
cados al sur del término municipal de Ciempozue- resto, al ser de planta ovalada y grandes dimensio-
los y tienen como límite este la Autovía de Andalu- nes, 190 cm. x 62 cm. de profundidad. Parece que
cía, a la altura de su P.K. 33. Las distintas fases de fueron empleados como basureros, dado el tipo de
intervención desarrolladas han venido determinadas restos materiales que contenían y de los que habla-
por la construcción de un gran polígono industrial. remos más adelante.
Primero se realizó una prospección superficial in-
tensiva de todo el ámbito en estudio (unas 93 hectá- Primera línea de trincheras
reas), así como una fase de excavación de sondeos El resto de estructuras lo conforma la línea de-
mecánicos. Como consecuencia de estas primeras fensiva de trincheras situadas en la mitad sur del ya-
fases valorativas, se delimitó un ámbito de unas 12 cimiento de las cuales se han documentado siete con-
hectáreas en donde se concentra el grueso del yaci- textos. Cada contexto se compone de una “rotonda”
miento en estudio. circular que articularía la circulación por los corre-
dores abiertos y toda una serie de espacios interpre-
3.2. Resultados de la excavación arqueológica tados como puestos de tiro y áreas de planta cuadra-
de La Sendilla da de funcionalidad dudosa (¿lugares para la ubica-
ción de artillería pesada o para depósito de muni-
Por lo que se refiere a las estructuras de la Guerra ciones?). Un componente importante son las gale-
Civil, se han excavado en su totalidad cuatro contex- rías subterráneas que comunicarían una rotonda con
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otra, y de las que se ha localizado la entrada de tres contextos, nos indica que hubo combate en estas
de ellas. Para poder delimitar las trincheras en plan- trincheras. La munición que encontramos correspon-
ta, se rebajaron de forma manual los 10 primeros de a la utilizada en zona republicana (cf. Álvarez y
centímetros de relleno de todas ellas. Únicamente Requejo; López Fraile et al., en este dossier). La gra-
se ha excavado en su totalidad el denominado con- nada de artillería localizada es de un calibre sólo uti-
texto 3010 como representativo del total de la mues- lizado por los nacionales. Por tanto hemos de supo-
tra. Este se sitúa en la esquina suroeste del yacimien- ner que sobre estas trincheras se produjo el asalto
to (cf. Figura 5), cortado en parte por el perfil oeste, nacional sobre Ciempozuelos. Además los restos ma-
límite de la zona de excavación. teriales, en forma de basureros y letrinas en los alre-
Hemos encontrado escasos materiales, puesto dedores, son escasos, lo que nos habla de una escasa
que sabemos que las trincheras fueron limpiadas ocupación en el tiempo, lo que es compatible con lí-
nada más terminar la contienda, para aprovechar to- neas de defensa republicana, que en la zona estuvieron
dos los restos materiales que en ellas había. El ma- activas unos pocos meses, y no con las nacionales.
terial que han aportado se compone fundamental- Desde esta trinchera, y en dirección oeste, conti-
mente de restos de metralla, alambradas, fragmen- nuaba una línea, que quedaba unida a una gran es-
tos de vidrio, ladrillos y proyectiles (balas sin per- tructura subterránea (contexto 5000).
cutir y casquillos de fusil mauser y restos de una
granada de artillería de calibre 65 mm). Cabe desta- Galería subterránea
car el hallazgo de una pequeña insignia en la que se Aparecida en la excavación de una zanja para me-
observa una corneta sobre la que se cruzan un rifle ter una tubería del agua, fue documentada durante
y un sable y que parece pertenecer a un cuerpo de el seguimiento arqueológico de los movimientos de
infantería (Figura 6). tierras. Comunicaba las trincheras por debajo del te-
En el interior de todos los puestos hemos encon- rreno, entre los contextos 3010 y el 5000 (refugio).
trado gran cantidad de piedras de mediano y gran La zanja cortó la galería, de unos 80 cm de ancho,
tamaño, lo cual indica que se habían colocado de- y un descansadero anexo, excavado para poderse
lante de aquellos para protegerse de las balas ene- apartar para cruzarse, así como un pozo vertical de
migas. Unos ladrillos, colocados cuidadosamente en aireación, de planta cuadrada. La galería sólo se ha
el suelo de un puesto de tirador, servían para apoyar limpiado en unos tres metros de longitud, hacia el
los pies. El relleno de las trincheras, con material norte, por el peligro de derrumbe. El relleno, de co-
totalmente homogéneo al del sustrato, indica que, al lor claro y textura suelta, producido desde arriba,
excavarlas, se utilizó para colocarlo como parapeto, desde la boca del pozo, tiene intrusiones de margas
para protegerse, completando la altura escasa de la más claras y otras oscuras, de restos de materia or-
zanja (en torno a 100 cm x 70- 80 cm). gánica en descomposición. En el apartadero, del que
Los hallazgos de bastante material bélico, lo mis-
mo en la limpieza general que hemos realizado en
toda la línea, como en la excavación de uno de los
3.3. Contextualización histórica del yacimiento el río. Los restos de la brigada, en medio de la bata-
de La Sendilla lla, fueron encuadrados en la División “C”, manda-
da por Enrique Líster. Allí participaron, los días 19
En la orden General de Operaciones número 9, y 25 de febrero, en infructuosos ataques al Vértice
previa a la Batalla del Jarama, se detallan las opera- Pingarrón. El resto de la guerra permanecieron en
ciones que afectan al sector de Ciempozuelos. Tales el sector de Morata de Tajuña. El ataque nacional a
operaciones incluían la ocupación de Ciempozuelos Ciempozuelos logró un éxito completo por el efecto
saliendo de Valdemoro y la voladura del puente de sorpresa y es posible también que por la defección
Titulcia sobre el Jarama y sobre el Tajuña. Por su de un capitán profesional de la XVIII Brigada, que
parte, el Ejército Popular iniciaba la concentración se pasó al enemigo (Martinez Bande y Campanario
de las fuerzas que constituirían la masa sur -acción 1984: 107).
principal- de su proyectada ofensiva en la misma La línea del frente documentada en la presente
zona elegida para el ataque nacional. Las tropas que intervención está planeada, como demuestran los
estaban llegando a dicha zona habrían de articularse puestos de tirador, para hacer frente a un ataque
en tres Agrupaciones (coroneles Mena, Chorda y procedente del Norte. Esto es una de las razones por
Burillo), más una cuarta en reserva (Coronel Álva- las que se mantiene que es una línea de defensa re-
rez Coque), con tres Brigadas cada una, y el apoyo publicana. Otras razones son:
de 33 baterías de artillería. 1. La presencia en las trincheras y en las galerías
La operación nacional estaba proyectada para ser subterráneas de restos de munición (vainas y car-
comenzada en la madrugada del 24 de enero, pero, tuchos enteros) de Máuser, correspondientes al
en la noche del 23 al 24 cambió bruscamente el tiem- Ejército Republicano, en concreto cartuchos fa-
po: se desencadenó un fuerte temporal de lluvias bricados en México. La marca M del culotte per-
que hizo imposible el comienzo de la ofensiva. Só- tenece a la fábrica austriaca Hirtenberg, cartu-
lo una pequeña fuerza logró ocupar la casilla de chos destinados a México y desviados a la Re-
peones camineros de la Cuesta de la Reina, tras en- pública (Mortera Pérez s.f.).
volver al enemigo. De esto modo, como ya indica- 2. El hallazgo, en el interior de la línea de trin-
mos, desapareció el factor sorpresa en el ataque na- cheras, de un fragmento de granada de artillería
cional. A partir del 4 de Febrero el tiempo mejoró de calibre 65 mm, de uso exclusivo en la batalla
sensiblemente y el día 6 de Febrero comenzó por por las fuerzas nacionalistas (Recordemos que la
fin la ofensiva. En esta primera jornada la V briga- V Brigada de García Escámez, que atacó Ciem-
da, de Escámez, reforzada con artillería y carros de pozuelos, disponía de una batería italiana del
la IV (Asensio), atacó el pueblo de Ciempozuelos, Grupo de Artillería de Acompañamiento, del ca-
defendido por la republicana XVIII Brigada Mixta. libre 65/17), y que, lógicamente, fue disparada
Esta brigada se había formado e instruido, en no- contra las trincheras por aquellos (Figura 10).
viembre de 1936 en Albacete, con cuatro batallones. 3. En la excavación hemos documentado una es-
Su jefe de Estado Mayor era el Teniente Ángel Gu- tructura rectangular de mediano tamaño excava-
rrea. El 29 de Enero se ordenó que fuera trasladada da en el sustrato geológico. Un reciente artículo
a la zona del frente. sobre las excavaciones realizadas en el yacimien-
El ataque a Ciempozuelos, procedente de Valde- to madrileño de Casa Murcia de estructuras repu-
moro, efectuó una tenaza y envolvió el pueblo por blicanas de la Guerra Civil, afirma que en la
el norte y sur (Martinez Bande y Campanario 1984: parte de retaguardia apareció una casamata de
croquis nº 8). Sobrepasada por el ataque enemigo, planta rectangular excavada en el terreno y co-
la brigada republicana tuvo que abandonar Ciempo- nectada con la línea de trincheras, que debió ac-
zuelos con enormes pérdidas (cifradas por algunos tuar como puesto de mando (Morín de Pablos et
en 1.300 hombres). El documento P107-LETM la al. 2002).
da por dispersa, presa o aniquilada. Se retiró defen- En resumen, se ha identificado una línea defen-
diendo, a costa de grandes bajas, la orilla del Jarama siva de trincheras organizada en torno a una serie de
a la altura del Puente de Titulcia durante los días 6 rotondas circulares que articularían la circulación
al 8 de febrero de 1937. Este último día fue aban- por los corredores abiertos y toda una serie de espa-
donada por su jefe, el Teniente Coronel de Infante- cios interpretados como puestos de tiro, así como
ría Gerardo Sánchez-Monje Cruz y tuvo que pasar una serie de galerías subterráneas que comunicarían
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Arqueología de la Batalla del Jarama Eduardo Penedo Cobo et al.
to en la planta como en las secciones de la estruc- escasas en la zona: destacan las que se dirigían a
tura y en los niveles de colmatación. La estructura Ciempozuelos y San Martín de la Vega.
la conforma un corte en el substrato geológico de El 22 de enero de 1937, Orgaz, jefe de la Divi-
paredes rectas, ligeramente oblicuas e irregulares, sión Reforzada de las tropas franquistas dispuso que
y una profundidad media de 0,80 m. excavados en las Brigadas que iban a iniciar el avance se situaran
los yesos, es decir, sin contar el estrato superficial en sus puntos de partida. En Valdemoro se encon-
vegetal que también sería excavado. La anchura traba la V Brigada, que lanzó el ataque contra Ciem-
media es de 0,65 m. en la parte inferior. Estaríamos pozuelos, como vimos.
ante una trinchera con frente en forma de L (lados En este contexto podríamos encuadrar el uso de
sur y este) y un corredor interior también en forma las trincheras del contexto 100. Es probable que
de L, que comunica ambos extremos del frente y fuese un punto de control situado en el avance de
que dispone de dos habitáculos quizás utilizados las tropas franquistas hacia el Jarama, para defen-
como zonas de descanso o bien como puestos de tiro der la retaguardia, y por ello no se llevarían a cabo
o nidos de ametralladoras (Figura 13). enfrentamientos en ellas.
En los niveles asociados a la estructura defensiva En cuanto a las otras dos posibles estructuras re-
no se ha encontrado ningún material procedente de lacionadas con la Guerra Civil, se han denominado
combates o ni siquiera de la época de la Guerra Ci- como contexto 200, para el refugio cercano a las trin-
vil, únicamente algunos fragmentos cerámicos poco cheras, y contexto 300 para la posible estructura bé-
significativos que aparecieron en el nivel vegetal lica localizada al sur del yacimiento Ermita de San-
superficial. tiago. Ambas han sido fotografiadas y cartografiadas.
Esta trinchera, se encuadra dentro de los aconte- El refugio se halla en la zona del yacimiento de
cimientos que preceden a la Batalla del Jarama, den- La Calderona, entre el límite oriental de éste y las
tro de la zona delimitada por la carretera de Anda- trincheras descritas anteriormente (Contexto 100).
lucía y los ríos Manzanares y Jarama. Los centros Se trata de una cueva excavada en la ladera sur del
de resistencia franquista se encontraban en el Cerro cerro. Presenta fábrica de sillarejo y mortero de cal
de los Ángeles y las proximidades de los pueblos de en la entrada, formando un arco, en la actualidad
Pinto, Valdemoro y Seseña, mientras que la carre- parcialmente derruido, y paredes revocadas en el in-
tera de Andalucía era protegida por algunos desta- terior. Además, presenta un corredor de acceso que
camentos. Las comunicaciones por carretera eran salva el desnivel de la ladera, abierto hacia el sur.
El interior del habitáculo muestra planta cuadrangu- tográfica, que permitieron identificar elementos de
lar, de aproximadamente 1,50 m. por 1,50 m. y una carácter histórico-arqueológico. De esta forma se
altura inferior a los 1,80 m. Debió de utilizarse co- han podido establecer las posibles incidencias que
mo refugio durante la contienda, aunque su funcio- pudieran conllevar la ejecución del proyecto, así co-
nalidad no pasa de ser una mera hipótesis, ya que no mo determinar las medidas correctoras para cada
se ha hallado ningún material que pueda aproximar uno de los casos.
a su datación e interpretación concretas.
Por último, el contexto 300, se encuentra ubicado 4.4. Resultados de la prospección arqueológica
en el límite meridional del yacimiento “Ermita de en El Espartal
Santiago”, podría tratarse de una trinchera, un refu-
gio o un puesto de tiro, actualmente cubierto casi en Se identificaron numerosos elementos estructu-
su totalidad por escombros de origen relativamente rales relacionados con la Guerra Civil. Entre las es-
reciente, con certeza de la segunda mitad del S. XX, tructuras documentadas, hemos distinguido distin-
dada la existencia de fragmentos de hormigón arma- tos grupos:
do, ladrillos huecos y otros elementos de similares
características. Se trata de un corte en apariencia ar- Trincheras
tificial realizado en los yesos que forman el substra- Se trata de estructuras lineales excavadas en el
to geológico, de planta ondulada e irregular, con una sustrato geológico, situadas principalmente en las
longitud aproximada de entre 8 y 9 m. y cuyo abrigo zonas altas de los cerros, y en las laderas superiores.
estaría orientado al sur. No es posible confirmar por Destacan principalmente líneas de defensa en for-
el momento su cronología ni su pertenencia a una ma de zigzag (Trincheras 3, 6, 8-17), plantas en for-
línea defensiva del frente de la Guerra Civil, aunque ma de U / V (Trincheras 1, 2, 4, 5 y 7), y algunas,
lo cierto es que desde este paraje se puede contro- pero más escasas, formando curvas y rectas por la
lar el acceso desde el sur hacia Valdemoro por el ladera; en algunos ocasiones se identifican peque-
Camino de Ciempozuelos. Apoyando la hipótesis ñas oquedades de planta cuadrangular o espacios
de que pudiera tratarse de un refugio, puesto de vi- excavados para facilitar la movilidad dentro de las
gilancia o trinchera de la Guerra Civil, se encuen- trincheras.
tra el hallazgo en los alrededores de una posible
espoleta de obús de hierro localizada en super- Puestos de tiro
ficie. Se documentaron únicamente dos elementos. Se
corresponden con estructuras circulares excavadas
4.3. El Espartal en el nivel geológico. Presentan un diámetro apro-
ximado de cuatro metros y una profundidad de en-
En el año 2005 se realizó una campaña de pros- tre 0.20 m. y 0.60 m. Estos elementos se localizan
pección superficial de la finca “El Espartal” en el en las zonas altas de los cerros, dada su importante
término municipal de Valdemoro, en relación a un función ofensiva y defensiva, con mejor control vi-
proyecto de construcción que afectaría al lugar. La sual de toda la zona, principalmente dominando los
Finca de “El Espartal” se localiza al noreste del tér- cursos de agua.
mino municipal de Valdemoro. Su límite sureste es
el Arroyo de la Cañada (al que ya nos hemos refe- Fortines
rido), donde ya hay atestiguado un importante po- Estas estructuras bélicas se reutilizaron como ha-
blamiento desde época prehistórica hasta los inicios bitáculos de pastor tras la contienda. Uno de los for-
de la Edad Media, tanto en la margen correspondien- tines se encuentra en avanzado estado de ruina, con-
te al municipio de Ciempozuelos como en la de Val- servando restos de muro, aunque prácticamente de-
demoro. Con el objetivo de inventariar todos los saparecido. Se encuentra relacionado con un espa-
elementos patrimoniales presentes en el ámbito de cio cercado y muy deteriorado. El posible búnker
actuación, se realizó una campaña de campo consis- presenta planta rectangular y sección semicircular
tente en una prospección superficial y estudios sec- con cubierta abovedada. La fábrica es de mampues-
toriales (análisis de cartografía histórica, cartogra- to de piedra caliza y entramado de argamasa. La en-
fía geológica, análisis de fotografía aérea) y traba- trada tiene arco de medio punto y conserva dintel de
jos de campo de documentación arqueológica y car- madera. En el interior se documentaron dos compar-
Complutum, 2008, Vol. 19 Núm. 2: 63-87 76
Arqueología de la Batalla del Jarama Eduardo Penedo Cobo et al.
Figura 14.- Interior del Fortín 1 de El Espartal (Valde- Figura 15.- Cueva de El Espartal.
moro).
Cuevas
timentos separados por una puerta con arco de me- Grupo compuesto por tres cuevas (Figura 15)
dio punto. El primero es un espacio diáfano rectan- construidas probablemente durante la Guerra Civil
gular de 2,5 m de largo x 4 m de ancho con cuatro como refugio, ya que cerca y alrededor de éstas se
hornacinas enfrentadas en sus paredes más largas. han documentado trincheras y puestos de ametralla-
La segunda estancia presenta unas dimensiones de dora. Dos de las cuevas están cegadas, aunque pro-
7 m x 4 m con un banco corrido en la pared izquier- bablemente comunicasen entre sí todas ellas. Están
da de las dos más largas. Delante de la estructura situadas al oeste de la Casa del Aragonés.
observamos los restos de una cerca realizada con
piedra caliza y argamasa, la cual delimita un espa- Todos los elementos hay que contextualizarlos en
cio amplio tal vez utilizado para guardar el ganado las líneas de defensa republicana que a inicios del
(Figura 14). año 1937 se fue gestando en torno a los municipios
Dentro de este conjunto hay que señalar la pre- de Ciempozuelos, Valdemoro y San Martín de la
sencia de una estructura de funcionalidad indeter- Vega, al este de la carretera N-IV, para detener el
minada, que posiblemente se identifique con los avance de las tropas nacionales que, desde Seseña
restos de un fortín. Presenta básicamente una planta y la zona oeste de Valdemoro, pretendían atravesar
rectangular. En su interior se documentan varios el Jarama para realizar la maniobra envolvente a
montículos de tierra formando un dibujo simétrico. Madrid y aislarla del corredor del Levante, donde
Esta estructura tiene unas medidas generales de 13 se había trasladado, por motivos de seguridad, el
metros de lado más corto x 26 metros de lado más gobierno republicano.
largo. Debido a su mal estado de conservación y a
no haber hallado en superficie ningún elemento ma-
terial asociado, no podemos determinar con seguri- 5. Arganda del Rey
dad su funcionalidad.
Dos fueron los lugares en los que se intervino
Refugio dentro del municipio de Arganda del Rey: el Sector
Se corresponde con un elemento formado por Sur y Valdelarcipestre.
cuatro estructuras excavadas en el firme geológico.
Posiblemente se trate de las entradas a un refugio o 5.1. Sector Sur
galerías de la Guerra Civil. Su emplazamiento se
encuentra en las plataformas inferiores de un relieve Durante el año 2005 se realizó una campaña de
amesetado, dispuestas de forma lineal con orienta- prospección superficial en el Sector Sur de Argan-
ción NE-SW. Teniendo en cuenta su ubicación y da del Rey, que iba a ser afectado por un proyecto
funcionalidad, posiblemente se encuentren asocia- de urbanización. Durante la prospección se docu-
dos a las Trincheras 5 a 9 y a los posibles restos de mentaron distintos yacimientos arqueológicos, ele-
cimentación de un fortín. mentos de interés etnográfico, así como trincheras
y fortines de la Guerra Civil relacionados con la Ba- dias e inferiores de los cerros, definiendo, en el caso
talla del Jarama. del cerro Siete Vientos hasta tres líneas de defensa
El ámbito en estudio se localiza al Sur del casco dispuestas a distinta cota en la ladera oeste. En cuan-
urbano de Arganda del Rey, junto a la autovía A-3. to a la tipología, se diferencian tres tipos:
La topografía del terreno objeto de estudio se carac- 1. Trinchera ubicada al pie de la ladera norte del
teriza por dividirse en dos sectores: el septentrional cerro de los Siete Vientos, excavada en la roca
definido por una serie de cerros de algo más de 600 yesífera con las paredes perfiladas y en forma
metros de altura y el meridional y occidental defi- de retícula lineal sobre la que salen unas lenguas
nido por un fondo de valle surcado por el Abrevade- en forma de L, donde se ubicaría el puesto de
ro de la Fuente del Pozo y el Arroyo Perales. En el tirador.
desarrollo de los trabajos han sido identificados va- 2. Trincheras en zigzag ubicadas en las laderas
rios elementos estructurales asociados a la Guerra medias de los cerros.
Civil Española (Figura 16). 3. Trincheras de planta semicircular o extrase-
micircular ubicadas en la coronaciones de los
5.2. Desarrollo de los trabajos en Sector Sur cerros. Suelen poseer avanzadillas en forma de
puesto de tirador de forma circular.
Se han identificado un gran número de trinche-
ras de la Guerra Civil excavadas en los cerros que Se han identificado dos fortines: uno en perfecto
jalonan el sector noreste del área de estudio, dispues- estado de conservación y otro al que le falta la cu-
tas en torno a las plataformas superiores, interme- bierta. Sus características son similares: facturados
Figura 16.- Plano de las estructuras de la Guerra Civil documentadas en el Sector Sur de Arganda del Rey.
Figura 17.- Acceso de una trinchera (A) y estructura polivalente (B) del Cerro Melero (Arganda del Rey).
Complutum, 2008, Vol. 19 Núm. 2: 63-87 80
Arqueología de la Batalla del Jarama Eduardo Penedo Cobo et al.
El Cerro Melero aparece horadado sobre todo en combates en la zona. Estas posiciones quedarían re-
su parte norte por un sistema de galerías intercomu- legadas a un papel marginal o de retaguardia den-
nicadas. A cuyo interior se accede a través de la tro del frente del Jarama.
trinchera (C-1000) por varias zonas. Exactamente Desde el Cerro Melero se divisan muchos de los
hallamos cuatro accesos a las galerías (Figura 18). puntos estratégicos de lo que fue la Batalla del Jara-
Posiblemente estén todas comunicadas, con lo que ma. Se mantiene un contacto visual con el Piul y la
se establecería un entramado de galerías complejo. finca del Porcal, próximos al puente del tren; se di-
visa el Cerro del Águila, donde comienza un com-
5.5. Resultados de la intervención arqueológica plejo sistema de galerías y trincheras que conducían
en Valdelarcipestre–Cerro Melero hasta Valdeperdices: y sobre todo se controlaba el
tren que pasaba frente a este punto, uno de los ob-
Tanto el Cerro Melero como el que se ubica ha- jetivos militares de ambos bandos (Colodny 1970;
cia el SE constituyeron dos puntos estratégicos y de Martínez Bande y Campanario 1984). En toda el
control sobre la actividad que se desarrollaba en la área y las parcelas a la espalda del cerro se sitúan
vega del Jarama. Se trata de puntos de especial re- trincheras y diversos sistemas de galería y fortifica-
levancia en cuanto a posiciones de retaguardia y no ción. En las fincas del Cerro Isidro se han registrado
de primera línea de ataque. De todos modos el Ce- balas de ametralladora, de fusil y monedas, identi-
rro Melero contaba con suficiente preparación para ficados en la fase de prospección.
la batalla, pues en su conjunto constituía una posi-
ción con gran dominio visual y dotada de un impor-
tante entramado de trincheras, puestos de tiro, gale- 6. Aranjuez
rías, puestos de mando, etc. Un dato de interés es
que solo ha sido documentado un resto de proyec- Finalmente describiremos una intervención lle-
til, en uno de los cortes sobre las que se ha interve- vada a cabo en una zona marginal de la batalla del
nido, por lo que es posible que no tuvieran lugar Jarama, en el término municipal de Aranjuez.
81 Complutum, 2008, Vol. 19 Núm. 2: 63-87
Eduardo Penedo Cobo et al. Arqueología de la Batalla del Jarama
6.1. PAU de “La Montaña” tenor de los restos de madera y clavos aún conser-
vados en sus paredes (Figura 19 y Figura 20).
En el marco de la urbanización del PAU “La Mon-
taña”, promovida por la sociedad Gran Casino Real Búnker “La Montaña II”
de Aranjuez, S.A., se llevaron a cabo una serie de Forma Dimensiones
trabajos arqueológicos en los cuales se registraron
Planta Rectangular 4,36 x 4,80 m
diversos restos de la Guerra Civil Española. Durante
una primera fase se documentaron trincheras y for- Alto
tines. En la segunda fase se procedió a la limpieza, Alzados 2,20 m
documentación y balizamiento de todas las estruc- Número Dimensiones
turas identificadas. Accesos 1 1,20 x 0,60 m
Número (2) Dimensiones
6.2. Resultados de la intervención arqueológica
Troneras Norte 1,60 x 0,90 m
en PAU de “La Montaña”
Oeste 0,60 x 0,50 m
Las estructuras de la Guerra Civil intervenidas Anchura media
han sido las siguientes: Muros 1.10 m
Dimensiones Altura
Búnker “La Montaña I”
Interior 2,08 x 1,85 m 1,90 m
Forma Dimensiones Lisa, se identifican huellas de los constructores
Cubierta
Planta Cuadrangular 4,40 x 4,60 m en el mortero
Alto
Localización: Al oeste del camino de Los Depósi-
Alzados 2,80 m tos, junto a la acequia que, partiendo del acueducto,
Número Dimensiones recorre la zona oeste de la finca de sur a norte.
Accesos 1 1,40 x 0,70 m Fábrica: Realizado en mortero, de baja calidad, en-
Número Dimensiones cofrado en la zona superior, visible y cimentado en
1 2,20 x 0,60 m el terreno natural sin ningún tipo de encofrado.
Troneras Estructura: Se trata de un bloque rectangular, en
Anchura media
forma de cubo hincado en el subsuelo. La parte del
Muros 1.20 m
mismo que sobresale se encuentra encofrada. El in-
Dimensiones Altura terior es un receptáculo rectangular delimitado por
Interior 2,05 x 1,98 m 1,84 m muros de 1,10 m. de ancho. Tiene un acceso lateral
Cubierta Lisa, redondeada hacia la tronera en forma de portada, coronada por un arco de medio
Figura 20.- Acceso al búnker 1 del PAU de “La Mon- Figura 21.- Acceso al búnker 2 del PAU de “La Monta-
taña”. ña”, tras la limpieza.
punto, orientado al sur, y de una altura de 1,20 m y
una anchura de 60 cm., a la cual se suma la profun-
didad de una trinchera de acceso (Figura 21). En el
lado opuesto, hacia el norte y al oeste, presenta sen-
das troneras de sección trapezoidal, más estrechas
en la parte interior y más ancha en la exterior.
El búnker se encuentra alterado por una acequia,
la cual, parte del acueducto, que eleva el agua desde
el canal de la Azuda a la Finca de la Montaña, y que
discurre de sur a norte paralelo a la carretera M-305
(antigua N-IV). La remodelación de esta acequia, de
etapa anterior, ha mordido parte del búnker en su
esquina sureste, sobre la cual se apoya (Figura 22).
Figura 22.- Vista general del búnker 2 del PAU de “La
Montaña”, en la que se aprecia la acequia construida des-
6.3. Localización cartográfica de las trincheras pués de la guerra.
y posiciones republicanas en PAU de
“La Montaña” nes y trincheras, como muestran los planos realiza-
dos en enero de 1937, fecha en que se estaba gestan-
Parece existir una divergencia entre lo que la tra- do y preparando el asalto a las posiciones republica-
dición bibliográfica e histórica refiere de las posicio- nas para el cruce del río Jarama (cf. Martínez Barrio
nes republicanas existentes en el ámbito de actua- y Campanario 1984). Por otro lado la tradición bi-
ción, la información de la que disponía el bando na- bliográfica y los testimonios referentes a esta batalla
cional, y la propia identificación que hemos practi- no hacen mención a que en la zona de actuación se
cado sobre el terreno de estos elementos. practicasen combates de relevancia, ni siquiera que
La información que poseía el bando nacional so- fuese una zona calificada de objetivo militar, todo
bre las posiciones republicanas era que todo el vér- más cuando en febrero de 1937 son tomadas las po-
tice oeste, que discurría paralelo a la carretera de siciones, por el ejército rebelde, de la Cuesta la Rei-
Andalucía y al Jarama, estaba jalonado de posicio- na, al noroeste del área de actuación, con lo que los
83 Complutum, 2008, Vol. 19 Núm. 2: 63-87
Eduardo Penedo Cobo et al. Arqueología de la Batalla del Jarama
objetivos nacionales se centran, a partir de ahí, más No cabe duda de que uno de los objetivos era el
hacia el noreste, en dirección a la carretera de Va- cruce del río Jarama, y uno de los pasos mejor ha-
lencia, aguas arriba del Jarama. bilitados era el Puente Largo, al noroeste del área de
En el transcurso de la peritación arqueológica actuación, pero este objetivo dejó de ser interesante
fueron detectados tres puntos que fueron calificados cuando se tomaron posiciones de vado del río más
como posiciones o trincheras republicanas de carác- hacia el noreste, como el puente de San Martín de
ter subterráneo, que coinciden con los elementos la Vega o el de Arganda. El primero se tomó con me-
cartografiados por el bando nacional en la restitu- nos coste del previsto, dada la superioridad militar
ción del vuelo practicado a principios de 1937, sal- y de efectivos del bando nacional en este punto. Por
vo que estas posiciones son sólo una parte de las lo tanto, la zona de actuación se convertiría en una
que ellos referencian en la totalidad de la cartogra- zona alejada del frente. Posiblemente las posiciones
fía. El seguimiento arqueológico de los movimien- republicanas, identificadas en el presente trabajo
tos de tierra ha pretendido identificar el resto de po- fueron abandonadas o debilitadas para reforzar las
siciones cartografiadas por el bando nacional, pero ubicadas más al noreste, que eran las que estaban en
la búsqueda resultó infructuosa. Lo que nos induce pugna. Un dato de interés es que no han sido docu-
a pensar que o bien se sobredimensionó en la resti- mentados restos de proyectiles en ninguna de las es-
tución cartográfica de las posiciones republicanas tructuras sobre las que se ha intervenido, por lo que
el poder defensivo de dicho enclave o, más bien, las es posible que no tuvieran lugar combates en la zo-
posiciones estaban formadas por estructuras, como na y que las posiciones en esta zona quedaran rele-
los propios fortines, no subterráneas, de las que só- gadas a un desempeñar un papel marginal en el fren-
lo quedan evidencias de los primeros, pudiendo ser te del Jarama.
el resto de posiciones líneas de defensa de sacos te- En cuanto a la estructura de las posiciones cree-
rreros adosados a los fortines. No olvidemos que el mos que éstas tuvieron un triple sistema construc-
terreno es especialmente duro para la excavación de tivo:
trincheras, por el afloramiento de unidades sedimen- - Por un lado están las fortificaciones o fortines, de
tarias de gravas cementadas, mientras que la obten- hormigón, de los cuales hemos documentado dos en
ción de arenas para rellenar los sacos es menos cos- el proceso de intervención, y los vestigios de un ter-
tosa dada la proximidad del cauce del Jarama. cero, destrozado, del que quedan restos del hormi-
En cuanto a la estratigrafía que presentan las trin- gón junto a un socavón. Otro fortín de las mismas
cheras identificadas, hay que indicar primero que se características que los documentados, se encuentra
localizan en las zonas donde se ubican depósitos cua- al norte del área de actuación, justo en el límite ex-
ternarios procedentes de las terrazas del Jarama. El terior del Camino de los Depósitos.
resto de posiciones, identificadas por cartografía - Estructuras subterránea, de las cuales hemos docu-
histórica no se localizan en el subsuelo, por lo que mentado tres claramente en el transcurso de los tra-
debieron ser, como hemos apuntado anteriormente, bajos de peritación, y otra probable al norte de la
barricadas de sacas terreros, adosados a los fortines: “Casa de la Montaña”, que no ha podido ser verifi-
dos en el área de actuación, descritos más arriba, cada, ya que en esta zona no se practicaron movi-
uno destruido en la propia área de actuación y otro mientos de tierra.
más al norte, fuera del área documentada. - Barricadas de sacos terreros adosadas a las defini-
La zona en las que se realizaron las intervencio- das anteriormente, de las cuales no nos han quedado
nes arqueológicas formó parte del frente del Jarama, huellas evidentes, pero que serían las que aparecen
aunque sin duda no jugó un papel importante en la cartografiadas en la restitución del vuelo nacional
contienda, puesto que las conexiones del bando re- de 1937. Estas estructuras defensivas, en todo caso,
belde con el sur peninsular estaban aseguradas a tra- estarían anexadas a las que hemos detectado como
vés de corredor de la carretera de Toledo, o incluso evidentes en el transcurso de los trabajos de campo.
la de Extremadura. Por otro lado, el interés del ban-
do nacional era enlazar con el corredor este, a través
de una maniobra evolvente que dejase aislado Ma- 7. Conclusiones
drid, y preparase el terreno, desde Arganda, para la
toma de Valencia, por lo que se desplazó el interés En el presente artículo hemos pasado revista a
del frente hacia el noreste. una serie de actuaciones arqueológicas llevadas a ca-
Complutum, 2008, Vol. 19 Núm. 2: 63-87 84
Arqueología de la Batalla del Jarama Eduardo Penedo Cobo et al.
bo por parte de la sociedad de trabajos arqueológi- tículo 1 dice que las Administraciones Públicas de-
cos ARTRA S.L. en lugares significativos de la Ba- sarrollarán su actuación en materia de patrimonio
talla del Jarama entre el año 2002 y el año 2006. histórico de acuerdo, entre otros, con los siguientes
Las intervenciones se llevaron a cabo incluidas en fines:
diversos proyectos de investigación arqueológica ● Facilitar, difundir y estimular el conoci-
realizados en varios municipios de sur de Madrid. miento y aprecio por parte de los ciudadanos de
La Batalla del Jarama tuvo lugar entre el 6 y el los bienes culturales ubicados en la Comunidad
27 de febrero de 1937, fue desencadenada por el de Madrid.
ejército sublevado y se considera una de las más ● Establecer relaciones de colaboración, coo-
cruentas de la Guerra Civil. peración y coordinación con otras Administracio-
Hasta hace muy pocos años el legado material de nes en la consecución de los objetivos de la pre-
este conflicto armado no se tenía presente a la hora sente Ley.
de velar por su conservación. Al contrario, suponía “Integran el patrimonio histórico, los bienes mue-
parte de un pasado que había que olvidar y pasar bles e inmuebles de interés cultural, social, artístico,
página. paisajístico, arquitectónico, geológico, histórico,
No es hasta hace épocas muy recientes, cuando paleontológico, arqueológico, etnográfico, científi-
por iniciativa de los profesionales que nos dedica- co y técnico, así como natural, urbanístico, social e
mos a la arqueología, se comienza a documentar de industrial, relacionados con la historia y la cultura
manera muy somera todo este tipo de restos. Igual- de la Comunidad. También forman parte del mismo
mente, la administración competente en materia de el patrimonio documental y bibliográfico, los con-
conservación y difusión del patrimonio histórico y juntos urbanos y rurales, los lugares etnográficos,
cultural comienza a incorporar en sus prescripcio- los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los
nes técnicas la obligatoriedad de documentación y sitios naturales, jardines y parques de valor artístico,
registro de estos restos, debiendo estar contempla- histórico o antropológico y aquellos bienes inmate-
dos en los proyectos arqueológicos. riales que conforman la cultura popular, folclore,
Ahora es el momento de iniciar una reconstruc- artes aplicadas y conmemoraciones tradicionales”.
ción histórica de estos acontecimientos a través de En el artículo 9, se definen los bienes inmuebles
los vestigios conservados. Tenemos las órdenes de declarados de interés cultural, entre los que incluye
operaciones, así como una ingente documentación Sitio o Territorio Histórico, como “el lugar o paraje
gráfica, crónicas, etc., siempre teñidas de un gran natural vinculado a acontecimientos o tradiciones
componente político y social. Tenemos la obliga- del pasado, creaciones culturales o de la naturaleza,
ción de avanzar en la incentivación y conservación y a obras del hombre que posean valores históricos,
de este patrimonio histórico, y que la administración artísticos o técnicos”.
habilite los cauces necesarios para la adopción de Al tratarse de un proyecto de carácter supramu-
medidas de preservación y valorización, incluyén- nicipal, debían considerarse las competencias que
dolos en los distintos planeamientos urbanísticos. sobre dicha iniciativa tienen las diferentes adminis-
Parte del equipo técnico firmante de este artículo traciones, ya sea autonómica o estatal. De la misma
participó en el año 2005 en la elaboración y desa- manera, al estar comprendido el ámbito de estudio
rrollo de una propuesta técnica, cuyo objetivo era la de la presente propuesta dentro del Parque Regional
creación del Sitio Histórico de la Batalla del Jarama, en torno a los ejes de los cursos bajos de los ríos
entendido como el territorio de varios municipios Manzanares y Jarama, con un desarrollo normativo
madrileños en el que se conservan vestigios y hue- específico, y afectando a todas las zonas clasificadas
llas estructurales de los importantes acontecimien- dentro del parque, cada una de ellas con unas res-
tos históricos desarrollados durante la Guerra Civil tricciones y usos concretos, era necesario contemplar
Española. el desarrollo y plasmación de esta iniciativa dentro
Tuvimos el apoyo de la corporación municipal de de la figura de protección que conforma el parque.
San Martín de la Vega, pero fue un proyecto sin fu- Considerando la Ley 6/1994, de 28 de junio, so-
turo debido al gobierno de distinto signo político de bre el Parque Regional, entre los objetivos especí-
los municipios afectados. ficos del PORN (Plan de Ordenación de los Recur-
Según la Ley 10/1998 de 9 de julio del Patrimo- sos Naturales), hay que destacar el “establecimiento
nio Histórico de la Comunidad de Madrid, en su ar- de criterios y líneas de actuación orientados a la
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Eduardo Penedo Cobo et al. Arqueología de la Batalla del Jarama
puesta en valor de aquellos recursos que se encuen- Dicha investigación conlleva el conocimiento de
tren ociosos o insuficientemente utilizados, que su- los frentes de batalla, de los hechos y objetivos rea-
pongan un aprovechamiento equilibrado encamina- les por ambos bandos, el análisis del componente
do a procurar el desarrollo sostenible de las comu- humano que ha sido largamente olvidado, y los
nidades locales”. efectos de dicho conflicto.
Relativo a las normas y directrices de ordenación La arquitectura, redes viarias e infraestructuras,
de los recursos naturales, en cuanto a Patrimonio sistemas defensivos y en general todos los elemen-
Cultural se refiere, entre las directrices que se mar- tos relacionados con la Guerra Civil han sido olvi-
can, se dice que se tendrá en cuenta la riqueza del dados, echados a perder y hasta destruidos durante
patrimonio cultural de los yacimientos arqueológi- muchos años, en parte por sus enormes connotacio-
cos, de la historia, de las manifestaciones culturales nes políticas y por suponer un elemento de conflicto
y artísticas, así como de cualquier otro rasgo cultu- aún vivo en las generaciones que la sufrieron.
ral popular o local. Igualmente, se potenciaran co- En los últimos años ha habido diversos movimien-
mo recursos para el uso público el patrimonio histó- tos de recuperación, excavación y la creación de al-
rico, artístico, cultural, arqueológico y paleontoló- gún parque histórico en nuestro país, entendiendo
gico del área de ordenación, aumentando su capaci- que es una parte fundamental de nuestra historia y
dad de acogida a partir de la conservación de sus ca- que por tanto hay que estudiarla e investigarla tanto
racterísticas intrínsecas y la mejora del entorno na- desde las fuentes documentales como desde los ele-
tural inmediato en el que se integran. mentos in situ que puedan quedar como vestigio
Destacaremos los principales objetivos de esta real de lo que ocurrió. En toda Europa se está llevan-
propuesta: do a cabo una labor de recuperación, estudio, con-
● Conocer y documentar los elementos in si- servación y divulgación de todos los momentos his-
tu que han quedado como testimonio de la Bata- tóricos, incluido las guerras mundiales. Es necesa-
lla del Jarama en los municipios afectados. rio señalar que la Guerra Civil Española tuvo unas
● Recuperación de los elementos arqueoló- connotaciones profundas a nivel internacional, ya
gicos de carácter militar asociados a la batalla. que soldados, guerrilleros y brigadistas de varios
● Ponerlos en relación con las fuentes docu- países se unieron a la causa de uno u otro bando.
mentales e integrar toda la información en una La memoria colectiva de nuestro país, así como la
labor continuada de investigación, gestionada a de todas las personas que tomaron parte en el con-
partir de diversas instituciones de los propios flicto merece que se haga un reconocimiento y es-
municipios englobadas en Comisiones Cientí- tudio serio de todo lo que supuso la Guerra Civil
ficas. Española, y desde otro punto de vista más visible,
● Desarrollar el proceso administrativo que la recuperación de los vestigios materiales que aún
lleve a la declaración de Sitio Histórico de los se conservan.
núcleos relevantes, e inventariar aquellos ele- Las iniciativas en la mayoría de las Comunida-
mentos aislados como búnkeres, puentes, etc., des han sido escasas debido fundamentalmente a
garantizando así las figuras convenientes para motivos políticos, como hemos comentado unas ve-
su protección. ces por falta de medios y otras por falta de un proyec-
● Crear las infraestructuras necesarias para to consistente para acometer todas las necesidades.
proteger, conservar, difundir (transmitir a la so- Especial desatención han sufrido los elementos
ciedad el necesario conocimiento) de lo que fue relacionados con la Batalla del Jarama en nuestra
el escenario de la batalla, los hechos que aconte- Comunidad, pese a ser uno de los momentos más
cieron y sus efectos, a partir de la puesta en va- relevantes de la Guerra Civil y uno de los que más
lor de los elementos que se conservan, su expli- incidencia social tuvo, nacional e internacionalmen-
cación clara, y el análisis científico tanto de los te. Existen numerosos estudios documentales pero
restos históricos como de las fuentes documen- no han sido acompañados de la correspondiente
tales. comprobación y labor de campo. Sí ha habido ini-
● Crear centros de investigación en la zona ciativas de conservación y declaración de varios
que desarrollen esta labor fundamental, sirviendo elementos, pero no han sido asumidos por las corres-
de canalización y guía para las visitas a los yaci- pondientes administraciones como debieran, a ve-
mientos y las rutas histórico-turísticas. ces meramente por falta de voluntad política.
Complutum, 2008, Vol. 19 Núm. 2: 63-87 86
Arqueología de la Batalla del Jarama Eduardo Penedo Cobo et al.
Sin embargo, muchos de estos elementos poseen puestos de mando), así como de aquellos que se va-
a la par que un enorme significado histórico y emo- yan documentando durante las labores de investiga-
cional, un incalculable valor arquitectónico, siendo ción de archivo y trabajo de campo.
muchos de ellos piezas representativas y únicas de Consideramos que la declaración de Sitio Histó-
un tipo de construcción, ya sea viaria, defensiva, etc. rico para las zonas con más concurrencia de hallaz-
Es necesario un plan de conservación y restaura- gos en cada municipio, implica una categoría de
ción de los elementos relevantes más conocidos (ta- ámbito de máxima protección y mantiene el respeto
les como algunas estaciones de tren, búnkeres, for- dentro de la temática contemplada.
tificaciones integradas de trincheras, refugios y
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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