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MAl 1111W JOI1NSON e s profesor

do Anur eotogta en la Univer s idad de


Ilurham . Ha ejercido en las Universidades
de She ffield y SI. David en Lamp et er. Teoría
Aclualrnente se dedi ca a la arqu eol ogía
nuxlieval. fun d am entalmente cast illo s
do la baj a Edad Media en Ingl aterra.
arqueológica

Otros títulos de la colección:

José Fern ández Arenas


Introducción a la conse rva ción
del patrimonio y técnica s ar tís ticas

Josep Ball art


El patrimonio histórico y arqueológico:
valor y uso

Em ili o Cabrera
Historin de Bizancio

lgn acl n Bar andiarán, Bern at Marlí ,


Mm ía ÍI . del Rincón, José Luis Maya
Prehi storia de la Península Ibérica

Manu el Antonio Castiñe iras Gon zález


Introducción al método iconográfico

11m r y Lord y Gail Dexter Lord


M illlllill rlo J;vstión de mus e os

""f~" Jllill' I llOil. Jo s l, Alherlo lIilchillor,


1,11 11 ' ,100 Cil '. I. o y JOilll lllll 1.0 1llhil
NI "'IOIJ""; tll' 1,''''lJoIO¡:liJ V 1/1 )()11J~:/ iJ
"IJ I ', t'l w iltll /, /
Arie!
ArielHistoria Matthew Johnson

Teoría
arqueológica
Una introducción

EditorialAriel, 8.A
Barcelona
Diseño cubierta: Nacho Soriano

Titulo origi nal:


Arcnacotogica! Thearv. Anlntroduction

lD 2000: Matthcw Johnson

Traducción de
JOSEl' B .\ l L \ RT

l o' edición: junio 2000

Derechos exclusivos de edición cu español


Para Jo que aprendió a apreciar la teoría
reservados para todo el rnumlo
y propiedad J.;: la traducción:
ID 2000: Editorial Aricl. S. A.
Provencn. 260 - 0800S Barcelona

ISBN: 84-.144 -6623- 6

Depósito legal: B. 22 6Ji - 2000

Impresoen España

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de la cubierta. puede ser reproducida. alma cenada Ounn snutid a
<.:11 manera algun a ni por n ingún medio, ya sea eíécwico.
químico , mecánico, optl co. tic gr:l.bción o de fotocopi a.
sin permiso previo de l editor.
PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA

Quisiera agradecer a Editorial Ariel por su traducción al espa-


1101 de Teoria Arqueológica, y por ofreccrnlc la oportunidad de diri
girrnc a una audiencia mucho 111ás extensa.
Cuando recibí la noticia de que Editorial Aríel estaba íntere-
sada en traducir mi libro, lo volví a leer pensando en el público es-
pañol y Iatinoamer-icnno l'vIc sorprendió cornprobnr que mientras
que las inquierudcs que reflejaba respondían a las preocupaciones
de! conjunto del pensamiento arqueológico, e! lenguaje utilizado y
los ejemplos dados se circunscribían al espacio angloamericano
Ello es debido en parte a la forma como se concibió el libro. Cuan-
do empecé el trabajo, I11i intención era realizar una introducción a
la teoría arqueológica desde las islas, destinada al lector británico.
NIi editor acertadamente lTIC persuadió ele que abandonara una
perspectiva tan limitada y procurara ampliar e! alcance del libro
con el fin de cubrir también las aportaciones y puntos de vista de
la arqueología norteamericana.
La bibliografía que se incluye al final da cuenta de la existencia
de los 11115n105 fundall1entos teoréticos entre la arqueología españo-
la, la latinoanlericana y las demás tradiciones. En los últimos a110S
se ha insistido en la necesidad de alentar perspectivas «europeas»
y «mundiales» C0111UneS en el pensamiento arqueológico. Por 111i
parte apruebo este punto de vista y espero que vaya a más. Sin ern
bargo, existe una cierta tensión entre el deseo de ser «globai» y la
necesidad dc ser sensible a las realidades locales y sus tradiciones.
Muchos de nosotros enfatizamos la necesidad de comprender de-
terminados contextos culturales específicos en el pasado antes de
procurar establecer generalizaciones; cosa que es tan cierta con
respecto al análisis de la arqueología en el presente, como con res-
TEORÍA ARQUEOLÓGJCA. UNA INTROIHJCUÚN J'I{O!,O{;() A l.A FIHU()N 1':SI'A:'\OLA 7
6

pecto al análisis dc las sociedades del pasado. Las tradiciones re- tariador cultural dice: «No soy un teórico; sólo describo, clasifico
gionales y nacionales de la investigación arqueológica se nutren de y organizo la información que obtengo de acuerdo con el método
tradiciones intelectuales distintas y se enmarcan en contextos di- tradicional». De ahí que gran parte de lo que se clice en el capítulo 1
ferentes por lo que requieren ser discutidas por propio derecho. No acerca de estc tipo de afirmaciones es particularmente pertinente.
creo, por ejemplo, que tradiciones del pensamiento arqueológico He aprovechado la oportunidad de añadir una corta introduc-
en la Europa continental o cn América Latina puedan o deban ser ción bibliográfica a este prólogo, proporcionando bibliografía co-
fácilmente asimiladas a categorías del pensamiento arqucológico mentada que cubre este y otros temas en la literatura española y
angloaITIcricano tales corno la arqueología «procesuah y «post pro- latinoamericana. Agradezco a mi colega en Durharn, Margarita
Díaz-Andreu, su ayuda al aconsejarme sobre la misma, aunque
cesual».
En el prefacio de estc libro sugiero quc cualquier guía para la hay que decir que si hubiera errores son de mi sola responsabi-
teoría es como un «libro ele ruta» en el que el terreno descrito es el lidad. En la bibliografía comentada y en la bibliografía genera]
mismo, pero sobre el que se pueden tornar rutas alternativas que pueden encontrarse los trabajos editados en inglés sobre todos es-
varían de acuerdo con las preferencias del autor. Si tuviera que es- tos temas.
cribir una introducción a la teoría destinada a las audiencias espa- MATTHEW JOHNSON
ñola y Iatinoarnericana. el ámbito teorético que cubriría no variaría Durham, England, abril 2000
snstancialmente; sin embargo, modificaría el trayecto en tres áreas.
En primer lugar en el apartado en quc examino la arqueología
en su contexto social y político, abordaría de forma más extensa Bibliografía
las relacioncs entre arqueología y nacionalismo. Pienso que el de-
sarrollo de la arqueología está entrelazado en todos los países con Alcina Franch, J. 1989. Arqueología Antropológica. Madrid, Akal.
las inquietudes nacionalistas. Creo que uno de los desarrollos más Ballcstín, X., Gonzá1cz Mareen, P. y Lluró, J. M. (eds.) 1988. Corrents Tcorics en
interesantes del pensamiento arqueológico dc los últimos tiempos Arqueología - Actes del Col loqui a la Facultat de Geografia i Historia de la
Universitat de Barcelona els dies 11,12 i 13 de 1986. Barcelona, Columna.
ha sido la predisposición de los arqueólogos a examinar de una Bardavio Novi. A. 1990. EIs coneixements en arqueología, per aquí? Per a
Iorma honesta, humana y autocrítica estos lazos. que? Arqueocrítica 2, 5-10.
En segundo lugar trataría con más extensión las diferentes tra- Ber-na], 1. 1979. Historia de la arqueología en México. México DF, Pon-úa.
diciones del marxismo. Ni que decir tiene que el corpus teorético Brading, D. 1988b. Mito y profecía en la Historia de México. México, Vuelta.
que conocemos por «arqueología sociallatinoamericaml» requeri- Chapa, T. 1988. Perspectivas actuales de la arqueología española. Revista de
Occidente 81,135-42.
ría por lo menos un capítulo entero. También dedicaría más aten- Colomer i Solsona, E., S. Gili i Su r'iñac.h, P. González Mareen, S. Montón
ción a las relaciones entre las distintas tradiciones del marxismo. Subías. M. Pi cazo, Gut-ina, C. Rihuete Herrada, M. Ruiz Parra, M.E. Sa-
Los debates entre las diferentes escuelas marxistas a menudo se nahuja Yll y M. Tenas i Busquets 1993. Género y Arqueología; Las mujeres
hacen en paralelo a debates que ocurren fuera del mm-xismo. por en la prehistoria. Arqrítica 6: 5-7.
ejemplo, el debate que enfrenta al entorno medioambietltal con la Díaz-Andreu, M. y Mora, G. 1995. Arqueología y política: cl dcsarollo dc la
arqueología española en su contexto histórico. Trabajos de Prehistoria 52: 1,
lucha dc clases como motores del cambio cultural .Y social. 25-38.
En tercer lugar serían examinadas COIl 111tldH) III;\S ddalle y cri- Díaz-Andreu, M. 1997. Prehistoria y Franquismo. En G. Mora y M. Díaz-An-
ticadas más extensamcute tanto la «¡¡H1IIl'O!o}l,i;1 lr;ldiciol1al» C01110 dreu (cds.) La cristalización del pasado. Génesis y desarrollo del marco insti-
la «historia cultural». La historia cnluu.rl ~i",lll' Cll'11P;llldo un lugar tucional de la arqueología en España. Mad rid, Málaga: Ministerio de Cultu-
de privilegio en gran parte de \;\ ;n-qtll'C dOj',I;' l'sp;lllola y latino- ra, Universidad de Málaga, 547-551.
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8 T EORÍA ARO UE O LÓ GI CA . UN/\ INTROI )I1Cc\ ( >N

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rio de Cul tura , Un iver sidad de Mála ga . 471-484 . llado la teorí a arqueológica du ran te las últimas décadas, .Y so br e
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de POll eJ11 7: 107-128. rra se ganó u n ap lauso casi general cua n do cond en ó a los «teóri-
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M ora , G. y D íaz-And rc u. M . (ccls.) l.a cris talimcián del pasado. Geucs is J' desa - sas y co n es ta s pa labras: «és ta es la típic a indicación de un teóri -
rrollo del marco instltucíonal ele la arqneoíogia en España. Madrid, Málaga :
Min is teri o de Cu ltura , Un ivers idad d e Málaga .
co» . No recu erd o a na d ie que me exp lica ra por qué mi su gerencia
Rui z, A., Ch apa, T. y Rui z-Za pa tcro. G. 1988. La a rq ue ología co u tvxtuul: u na resulta ba tan absurda, pero cuando vis ité de n uevo el yaci miento
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Vicc nt Ga rc ía, J .I\1. 1990. El debat post -processual: olguncs O !JS ( 'II '{l cioIl S «radi- el m u ndo a ng losa jón en particular parece que la teoría es algo que
cals» sobre LUla arqu eologia IICOI1Serv(u Jo ra lJ • Barc elona. C(JI~ l l.l'1"lI . levan ta pro fundas sospe chas. En Inglat erra , la cultura po pu lar
Vic cn t Ga rc ía. J.M , 1994. Perspec tivas de la tco rfa ~\l"l l lll· ( ) k) ¡ '. i {' : \ e-n lixpuña . En
P. L ópez (ed .) Con greso Hispano-Ru so de Histot iu, I'vl;ul l id : Co u...eje Su pe. sostien e que ser llamado in telec tual es convertirse cn sospecho so
rio r d e Invest igaciones Cientí ficas, Fuu dnciou ( '111[ \ \ 1;11 H ; l ll l' ...tlJ , 2 15-224 . de qu erer ro bar la m ujer de a lguien (as í de sexista ). La teoría , lo
"políticamente co rrecto» y ser extra njero, son tres cosas ca nd ida-
tas a ser conte mpladas, al menos en el mundo de ha bla inglesa ,
con gra n hostilidad . En el capítulo 1 dedicaré un as p áginas a al-
gunas de las razones qu e suste ntan tales comporta mien tos.
Al mism o tiempo, sin embargo, la teoría goza de creci en te p o-
pula ridad .Y es vista como algo cada vez más importante, tanto
dentro co mo fuera de la arq ueología. Valen tin o Cunnin gham r e-
10 T EORíA AK UUEO!.< )(; ICI\ . U N A INT IHJl H JCU Ó N I ' I~ l ' 1,.\ ( Il )
1I
ciente mcn te co me nta ba en el su plemen to de ed ucació n del di a rio Es te lih ru ~c IIa ~:Sl'l j lo pa ra pro po rci o n ar a l es t ud ia n te un a in-
Tim es que los te óricos académ icos constituían «un gr u po en as - troducción , o bre a lgunas de las pri ncipal es corrientes del pensa-
cens o, engreíd os, co nfiados en sus credenciales a cadém icas , con el m ien to actua I so bre teoría de la arqueología. Es deliberadamente
puesto de tra bajo asegurado y co n un alto pres tigio in telectu al ». una ohra in troduct o ria , es erila buscando la m áxim a claridad ex-
Hay varios ind icadores del «éxito » de la arq ueología teó rica ; pu- positiva y evitan do en lo posi ble la jerga cien lírica (a un que co m o
d iéndose ci tar la frecue ncia de sim posium s sob re cu estio ne s teóri - veremos, juzga r sobre lo qu e es claro y lo que co nstituye jerga no
cas co mo parl e del program a de los prin ci pa les co ngresos so bre está exento de problemas) . Se ha conce bid o como un «lib ro de ru-
arqueología, co m o los que organiza la Sociedad Amer icana de Ar- ta» p a ra el estu d ia n te ; est o es, in ten ta señ alar los hitos ll1ÚS sign i-
q ueólogos; o el éxito de Michael Schiffer co n sus pu blicacion es re - ficativos en el te r ren o de la teoría, come ntar la s relaci on cs entrc
cog idas en Advances in Arcliacological Me/Izad an d Th eory, Un in - los di fe rentes corp us te óri cos y clarificar los fimd a mcnl os intelec-
di cad or especial m ente signi ficativo es el impact o crec iente de las tu ale s de determinados puntos de visla . Po r lo tan to, no es en ab -
co nvocator ias del Grupo Británico de Arqu eología Teórica (TAG). soluto una encicloped ia ; a penas es una déci ma parte de una guía
Est e grupo se formó hacia finales de los añ os seten ta co mo un pe- co m pre nsiva sobr e el tema, si ta l guía pud iera escribirs e. Po r
q ueño taller de di scusión de los arqueólogos teóri co s de Gr an Bre- ejempl o, en el ca pí tulo 4, la teoría de Binford sobre el alcance m e-
taña ; desde en ton ces sus co ngresos an uales se han convertid o en d io es en fa tiza da a exp en sa s de la a rqueo log ía del eom porta m icn -
los más concu rridos de las Is las , dentro del á mbito de la arqueolo- to de Schiffe r; y cn el ca p ítulo 7 los m odelos lingüís ticos so bre el
gía , con par licipación de ge nte procedente de Euro pa y América sig nifi cado tienen m ás presencia q ue la moda actu al po r la feno-
del Norte. Los congresos de Durh am y Brad fo rd , en I 993 Y 1994, menología , El te xto deb ería leerse prest ando atenció n para lela a
re spec tiva mente, Ilcgaron a reunir cada uno a m ás de 650 partici - las se cci o ne s dcd ieadas a la bibliografía co men tada y a l glosario.
pantes . Si gu iend o co n la ana logía del lib ro de ru la, la ru ta escogida
Es verdad qu e m uc has de las ponencias presentadas en esos en - aquí es una de las mu chas po sibles qu e podríamos tomar una vez
cuentros no m erecen el calificativo de «te óricas» y que muchos de aden trados cn el territo rio de la teo ría arq ueológ ica, Pod ría haber
ios que allí ac uden lo hacen movidos s ólo por la aureola de «infa- de dicado un ca pít u lo a cada un a de las posibles áreas tem áticas, a
m es » qu e los del TAG se han ga nad o. Hay qu e conceder tamb ién sa ber: espacio , produ cci ón e in tercamb io, culturas, forma ción de
que el ni vel de im pacto del TAG Y la intluencia q ue la «teoría » eje r- en tidade s est atales, etc , E n cada ca so se podrían ofre cer aproxi-
ce so bre el mundo real de la práctica arq ueológica es, sin em bar- m ac ion cs distintas al tema para m ostrar c óm o di ferent es te orias
go, discutible . Al fina l de este libro explica ré m ejor m i punto de vis- se contrad icen o se co mplem entan para producir distintas inter-
ta personal acerca de si el ava nce de la teo ría de los ú ltimos tiem- pr etacion es del regis tro arqueo lógico, De forma a lternat iva se po-
pos ha cread o una d ivisión cada vez m ás artificial de la act ividad dría a bordar la cue sti ón sirvién donos de los di ferentes «ism os» :
arqueológica entre una «arqueolog ía de orien ta ción cient ífica » y positivism o , funciona lis rn o, m arxismo, cs tru ctu r a lis m n , postes -
«lodo lo de m ás ». Es te punto de vista ya fue alim enta do por Lew is tr uct ura lismo, fem inismo. Se trataría de se nderos muy ra zonables
Binford hace quince años en su obra In Pu rsu it o( th e Past ( 1983a: de se gu ir, qu e otros autores, por otra part e, ya han tomad o,
15- 16), con sus co men tarios sobre la arqu eología británica. A pesar E ste libro, sin embargo, opta por a bo rdar las rela ciones exis -
de ta l crítica , los laboratorios de dataciones y me d io ambiente si- len tes entre el pensa m icnto a rq ueológico y la teo ría ge neral que
guen siendo financiados por el N ERC (Consejo de Investigació n de l sustenta la vida in telectual. Per sigu e m ostrar cóm o las opcion es
Med io Natural), mi entras qu e la arqueolo gía «h um anística» o «cul- te oréti cas específicas qu e los arque ólogos toman individu almente,
tural» lo es por la Aca dem ia Británica y el Patrona to de In vestiga - adq uieren sentido dentro de un contex to más ge nera l de carácter
ció n en Art es y Humanidades. Los teó ricos, a menu do se s ienten cult ura l, socia l y po lítico, así com o aca dé m ico. E ste libro prete nde
com o Casan d ra , consta nte mente ofrecien do lo qu e entiend en co m o ta m bién mostrar de fo rma más clara que en anteri ores ten ta tivas
profundas reflexiones y prediccion es y al mi sm o tie m po igno rados las relacio nes en tre teo ría y práctic a a rqueológicas , A tal fin se ha
en todo mo mento po r los responsables de tom ar decisiones. ad opt ado un a estructura a propós ito, Co n una aproxim ación h ist ó-
'-

') .
L/
12 T EOR I,\ .'\RO l JEO IÚ ( ;(CA. UNA I NTIH HH i('U Ú N I' R E h \ { 'I( ) 13

ric a que ati ende de entra da a la Nueva Arqueología y a la s reac- emanan de la im porta ncia conced ida a det erminad os co n tex tos o
cione s que susci tó, para proseguir co n los deb at es del m om ento prob lem áti cas; es decir, las creen cias filosóficas so n, en pa rt e, res -
presente, puest as a gr u pos de problemas , debiendo ser co mp ren d idas co mo
Hay muchas área s de in terés que han qu edado fuera del libro ta les, en vez de tratar de co ncederles una a pariencia intelectual.
de ruta. Por eje mplo , só lo se abarca la arq ueolog ía anglo-am erica- Los op on entes in telectuales de cada uno de noso tros no son tod os
na; im portantes tradi ci on es del pen samiento arqu eológico en un os in ep tos charl atanes, ni todos los co mpa ñeros de nuestra mi s-
América Latina , Asi a , África y Euro pa co nti ne nta l n o ban sido ma cu erda , una m aravilla de sa b ios. Con tod o, hay que recordar
a bo rdadas . Una vez m ás , he de decir qu e so bre es tos lem as se han que ell o no sign ifica qu e ciertas posiciones no deban salir inm u nes
realizado algunas sugerenc ias de lectura en el a parta do ded icad o a a la crít ica . Por e jem plo , las me tas y puntos de partida de la Nue -
la bibliografía co m en tada. va Arqueología aparece n más claros cu an do se contem pla n en tér-
Se ha di ch o más a rriba que este libro pret end e ser un a guía m inos del co ntext o intele ctual y p r ác tico de su m om ento, en pa rti-
para "el estudi a nt e »; me re fiero a estudi ante en un sentido amplio. cular co n relación al tipo de arqueo logía qu e se hacía hast a ento n-
Distintos arque ólogos q ue hacen arqueología práctica y tr a bajan ce s. Su énfasis e n In idea «ci encia» es, as í, inteligible en aquel co n-
fuera de la universidad m e han informado de su int erés po r los de- texto (véase ca pítulo 2). Este tipo de observacio nes ayuda a l es tu-
ba tes teoréti cos y de la importancia de los mi sm os para su traba- diante a enten der los orígenes y el ímpetu qu e adquiri ó la Nueva
jo. No cabe dud a de qu e hay u n núm ero importante de ellos qu e se Arqueología. Ello no significa qu e el programa de la Nueva Arqu eo-
sienten alie nados por lo que para ellos es un exce so de pret encio- logía no co nlleva ra problem as intelectu al es y prácticos.
sidad y un inn eces ario oscurantis mo, que , s in embargo, parecen La ado pció n de un tono informal y la o m isión de referen cias
cons us ta nciales co n el escenario te órico. Aunque personalm ente deta lladas a pie de página es deliberada , La intención ha sido ha -
no subscriba este punto de vista, deb o recono cer qu e es muy habi - cer m ás claro s los a rg um en tos y facilitar la lectura . Mu ch os au to-
tu al. Esté en lo cierto o no, confío qu e lo que van a encontrar aquí res «académi cos » hemos sid o advertidos de la necesidad de a ba n-
les sea de ayuda . donar el uso de la primera perso na en nu est ros tex tos para apare-
Al intentar exam inar las d istintas perspectivas teoréticas he d u- ce r m ás ne utral es y distante s , así co rno ev itar u n tono informal o
dado en tr e optar por un a nálisis neu tro , objetivo de las diferen tes po lémico . Todo ello puede ser muy válido en ocasiones. Aqu í, sin
corri entes de pen sami ento o de sarrollar mi s propi os puntos de vis- em bargo, la in tención es in struc tiva y n o eru d ita en un sent ido res -
ta necesariamente po lémi cos. El producto final creo qu e se sitúa , tringido.
au n a m i pesar, en un pun to inter m ed io entre am bos extrem os . Una de mis cu estiones clave, particularmente en el cap üul o pri-
Elec tivame nte, la ela bo ració n de un an álisi s totalmente objetivo es m ero, ha sido dar a entender q ue lod os los a rq ue ólogos u tilizan la
intelectual m en te una entelequ ia ; los puntos de vista más parci ales teo ría , qui eran o no. Pa ra dejar la idea clara y proporcionar eje m-
y ses gad os sobre cualq u ier tema académi co acostum bran a prove- plos, a m enudo h e aport a d o citas de au to res «a teó r ico s» declara -
nir de aquell os qu e a bierta ment e proclam an que su posición es dos y las he com en tad o para se ñal ar las teorías y presuncione s im-
neutral, distan te y desinteresada . Además, sería insincero afi rmar plícitas en tal es text os. En m uch os casos las citaciones provenían
qu e el lib ro ha sid o es cr ito desde una neut ralidad desinteresada . del primer lib ro que tenía a mano . Deb o puntualizar qu e las crít i-
Es obvio que el interés por la teor ía va de la mano de u n apasio- cas vertida s a prop ósi to de tales ejemp los no so n ataque s perso na-
na do convencimi ent o de su importancia y de la proxim idad a de- les a sus au tores . A veces, la necesidad de usar ejem plos prá cticos
terminadas opini ones, m ás o menos polémi ca s, dentro del ámbito . par a clarificar una cu esti ón teór ica choca con el deseo de evitar la
Por otro lado, si que remos entender el lugar que ocupa boy la percepci ó n de una crítica pe rsonal y desh o nest a .
teoría, cualquier repaso a la extensa variedad de posic iones inte- Este texto se basa en parte en notas tomadas al h ilo de las cla-
lectu ales debe procurar ser razonablemente co m pre nsivo con to- ses impa rtidas a div ersos cu rso s en las universid ades de Shcffield,
das las partes , Tal co m o R. G. Collin gwood se ñal ó co n relación a Larnpet er y Durham . Los estudi antes de la s tr es uni versidades m e-
la historia de la filosofía , la mayoría de las po siciones tcorétic as re cen m i agra decimiento po r su s res puestas constructivas y enri-
14 TEORÍi' ARQUEO LÓG.lCA. L: N /\ I\: TRO DUCU ÓN

qu eced ora s. Algunos estud ian tes de Durha rn quizás se recono zcan
en los di ál ogos r eproducidos en a lgu no s de los ca pítulos, por lo
qu e les pi d o discu lpas.
El libro fue en parte co ncebid o mi entr as realiza ba una esta ncia
en la Un iversi dad de Ca lifo rn ia en Berkcley co mo in vest igador in-
vita do durante la primavera de 1995. Quisiera agradecer a Meg
Co nk ey, Cr is tine Hastorf, Marcia-Ami Dob re, Margot Win er y otros
m uch os m ás, dem asiado numerosos pa ra menciona rlos a todos
aqu í, su h osp ita lidad duran te el tiempo que pasé en Califo rnia y C APiT ULO l
po r hacer mi esta ncia allí tan provechosa y agra da b le. También
q u isie ra agradecer a la Un ivers idad de Dur ha m hab erme co nced i- EL SE NTIDO COMÚN NO BASTA
do tal licencia de es tu d ios y de fo r ma m ás ge neral po r a poyarme
en mi ca m bia nte visió n sob re la arqueo logía a Jo largo de estos úl-
timos siete años . La a rqueo logía p uede ser muy ab u rrida, penosa y pesada físi-
Debo ci ta r tam b ién a la gen te qu e ha revisado el texto, a lgunos cam ente. Cada año ex cava m os m iles de ya c im ie ntos , algunos con
anón im os, y han opinado sob re el mi smo, pues to q ue sin sus co- paci en ci a dolor osa hasta em bo rra- la m e rite, otro s con gran e in-
m entarios la obra serí a m ás dogm áti ca, ten dvía m iras much o más d ign a prisa. Cada a ño pasamos u n fr ío que nos llega a los tu éta nos
es trec has y sería mucho m en os co mprens ible. E n este ca pít ulo in- o s om os comid os a pico taz os po r los insec to s mi entras visitam os
cluyo especia lm ente a Rand y McGu ire, Jim Hil!, Chris Tilley y E li- un montícu lo poco atracti vo s ituado en m ed io de la nada . A va rios
sa beth Brumfiel. Ro bert Prcu ce l y lan Hodder revisaron el últim o kilómetro s del resta uran te o el a lbergue m ás próxim o intentamos
bo rra do r de for m a pro fun da . Dom ini c McN a mara m e proporcion ó In ost rarnos intere sad os mien tras la lluvia cae a cántaros y algún
la ci ta ció n de Fouca ult del ca pítu lo 6. a fa mado profeso r, cuyo mej or trabajo ya tiene más de veinte años,
Dentro del Dep art amento de Arqueol ogía de la Un ivers idad de d iserta sobre lo que fue enco ntrad o en la ca la 4B. Cada a ño pro-
Durham, Helena Harnerow, Colin Haselgrove, Antho ny Hard ing, d ucimos m iles de int erminables e insul sas m emor ia s de excava-
Simon J am es, Sam Lucy y Martin Millett leyeron el primer borra- c i ón .Y nos preocupamos por la pre ci si ón de in nú meros planos y
dor y reali zaron co m entarios IT1UY o portun os . Algunas con versa- d iagram as, así corno po r cotejar largas listas de obj etos para llen a r
ciones con m i p ad re, C. David Johnson, sobre filosofía de la cien- con ellas una mi crofich a q ue m uy pocos llegarán nunca a co ns ul-
cia sirviero n para cla rificar diversos pun tos. Más co nversaciones ta r o usar. ¿Por qué ?
co n Chris TayJor, Pa ul Ever son y David St ock er si rvieron para in- Pod ríamos usar el di nero invertido en hosp it al es, o qu izás des-
fo rm ar la d iscusi ón so bre Bodiarn del capít ulo 10; sin em bargo, via r parte del d inero para escribir una versión más en tretenida .Y
los posibles er ro re s que pued an detect arse so n todos de m i res- fictici a sob re el pasado, sentados en una te r raza mi entra s tom a-
ponsa bilid ad . Joh n Davc y y Tess a H arvev, de la em presa ed ito ra , se m os el sol. Si tuviéra mos in qu ietudes ide ológica s muy serias q ui-
co mpo rta ro n con m igo pacientem en te, an im á ndome en to do mo- z ás crearíamos una brigada internaci ona l para luchar a favor de la
m ento y a pareciendo siem p re a p unt o para pro porcio narme cual- liber tad en a lgu na parte. Cada una de esas a lte rnativas tiene su
quicr tip o de ayuda . Mi mujer Becky hizo co me ntarios a los s uce- atractivo pero nosotros 110 hacernos esas cosas. Segu irnos co n lo
si vos borradores , co rrigió el man u scri to final, y, m ás important e nu es tro com o siempre hemos hech o.
a ún , m e a poyó em ocio nal e intelectualme nte en todo momento; Una de la s razo nes por las que no hacemos es as cosa s es po r-
sin ta les a poyos, este libro nunca hu biera vist o la luz. En retorno . que la arqueologta es algo muy importante , El pasad o ha muerto, ya
es pero qu e este lib ro le acl are por qué los arque ólogos constituyen no exis te, pero es algo m uy podero so. Es tan poderoso que un a na-
un ramillet e tan peculia r de seres humanos , aunque sé que ella ya ció n ente ra (Zim babwe) pu ed e tomar el no mbre de un yaci m iento
tien e a l res pecto su s propias te orí as . Gracias a to dos . arqueo lóg ico . Es tan poderoso que los yacim ien to s arqu eológico s
E l. S E NTI DO lOJ\1l JN N O B/\ ST,\ 17
T EORí A ARQCEOLÓGLCA. CNA II\TR OD UCCl Ót-:
16
la m etodología cu bre n el «cóm o» . Así, la teoría cu bri rí a los moti-
h an de ser vigilados por la po licía para expulsar de ellos a los i LJ- vos que nos impulsan a sele ccion ar un de termin ado lugar para ex-
trusas. Es tan poder oso que inclu so gru pos de obj et os pa rt iculares cavar y el m ét odo la man era en que 10 hacem os . Sín em bargo,
com o los fragmentos del fri so del Parte nón co nstituyen el argu - como teoría y m étod o es tá n ínti mam en te rel acionad os, mu chos ar-
m ento de importa nt es di spu ta s intern acionalcs , queólogos pensarnos que es ta d ivisíón tan element a l es demasi ad o
La prcgunta «¿po r qué hacem os arqueolo gía?» se relacion a nc- pobre.
cesali am en te con la pregunta «¿por qu é la arqueología - el es tu- Para dar un eje m plo de las rela c io nes ent re teo ría y método po -
di o del pasado a través de sus restos m a wli ales- es tan im por- dríamos exa m inar di ferent es métod os de in vestiga c i ón de la es tra -
ta nte para nosotros?». y ello nOS co nd uc e otra vez a la cuestión del tifica ción soci a l a partir del regis tro arqueológico . Pod rí am os uti-
«n osotros». de nu est ra iden tidad ¿q u iél1CS SO lJ10S ? Y es ta s cuest io- lizar el m étodo de co mparar tu mbas «ricam ente - provistas de
n es son to d as teór icas. ofrendas, co n tu mbas senc illas sin apenas decora ci ón . Es evidente
en este eje rcicio q ue se presu ponen ciertas ideas o teor ías acerca
de la natural eza de la cs tra t íficac íón soci al (que la es ca la socia l se
Definiciones de «t eo ría» re flejará en el trata m iento q ue el cue rpo del di fu nto recibe , qu e los
bienes mat eri a les se di stribu yen de forma desigu al dent ro del co-
"Teo ría» es una pa labra difí cil de definir. Forzosam ent e deberé lectivo socia l y q ue ello es tá relacionado direct am ente co n la desi -
volver a tratar est e tema en el ca p ítulo final, pue sto que di stint os gualdad social, ctc .). Estas ideas son en sí m ism as de nat ural eza
pu ntos de vist a ico r éü cos defin en «te orí a » de manera disti nta . Las teórica .
diferentes defin iciones no pue den se r exploradas a fon do sin pre- Qui zás la teoría y el mét od o son la m ism a cosa y no pued en se -
viam ente explicar tales puntos de vista. pararse; qu izás ha n de sep ararse si la arqueo logía qu iere ser u na
Por Jo tanto, en vez de ava nzar aquí una definició n co mple ta de discipl in a rigu rosa ca paz de co ntra star sus teo rías co n la inform a-
teoría la po spond" é hast a el últim o capítulo. Mientras tanto , se ña- c i ón o bte nida de la excavación. És te es un deba te sobre el que se -
laremos qu e muchos arq ue ólogos incluirían dcntro del alca nce del fa rá necesa r io ret ornar e n el ca p ítu lo 4 .
concepto de teoría las 'llut ivaciolles de la práct ica de la arqu eolog ,
así como el context o so cial y cultu ral de la arqu eología . Segura- S ient o entrometerme, pero toda esa discusión sobre la teoria y el m étodo
mente ta m bién se referirían a la problem ática de la int el1Jrew ó ón . demuestra claram en te. la est érilv aburrida qu e es la teoria. Usted se ha per-
La mayoría de los arque ólog os es tarían de acu erdo en qu e la for- dido en defini cion es y semántica s in habe r mencionado Wl solo hech o cml -
ma de interpretar el pasado imp lica as pectos teoréti cos en un sen- creto acerca del pasado. Empiezo (/ pens ar qu e ojalá 110 hubiera em pezado a
tido amplio. Por e jemplo , se podrían citar teorías gene rales rel a- leer este libro, pu esto qu e. hubiera aprovech ado m ejor el tiempo CO/1 ol ras
cionadas co n la evolució n social y biológica , o problemas asoci a- lecturas. La teoria es irrelevante CO Il relación a la práctica de la arqueología;
dos a la form a de co n trastar las hipótesis formu ladas o in cluso de- só lo hay que utilizar el sentido com ún.
batir sobre cómo hay qu e int erpretar los camh ios es tilísticos o
decorativos observados en los objetos. Ah, se trata de Roger, el eterno empírico. (Roger es u n alumno de
Ex iste un desacu erdo acer ca de si deter minados co nce pto s hay la Universidad del Nort e, en Inglaterra, aunque personas co mo Ro-
que consider a rl os «teo ré licos » o si, en ca m bio, se tra ta d e mer as ger se pueden enco ntrar en cualquier parte. Roger se apas ionó por
adaptacio ne s técnicas o formas de trabajar, comprens ibles fuera la arqueología cua ndo era ni ño recorriendo los luga res co n ruinas
del a \ca nce de la teoría. Unos, por ejem plo, co ns idcran la es trati- de castillos de su co marca y vis ita nd o muchos otros yaci m ien tos
" grafía , las técn icas de e:<cavación Y registro, y el uso de m ét odos arqueoló gicos. Antes de en trar en la universid ad ya realizó algunos
estadísti co s co m o pro ble mas «teoréti cos», mi en tra s qu e o tros los trabajos de au xiliar de excavación y cola boró co n un museo . A Ro-
consideran simplc ln entc cuestiones "p r á cticas») o «técn icas», La gel' le gusta ver y tocar cl m aterial que sal e de una excavac ió n y le
teoría y el método a menudo se confun den . Podríam os pensar en en canta dis cu tir acalorad am ente co n su s cole gas sob re cuestiones
un sentido estricto qu e, si la teoría cubr e el «porqué », el m éto do o
EL SE\J']'IDO CO.I'\llLN ' 0 IJAS']'l\ 19
18 TEORíA AROlJEOLÓGICA. U;:...¡A INTRODUCCIÓN

2. NECESITAMOS COTEJAR UNA INTERPRETACiÓN DH PASADO COi'


como las técnicas de seriación. Ahora que está en segundo año le
OTRA, PARA DECIDIR CUÁL ES LA .'-'1ÁS SÓLIDA
ha tocado hacer una asignatura de teoría. Con la cabeza llena de
fraseología accrca de la teoría dc alcance medio, dc hermenéutica
La arqueología sustenta en parte su credibilidad intelectual en
y de postestructuralismo, parece que aquello que tanto le apasiona
su capacidad de distinguir entre «buenas» y «malas» interpreta-
ahora se le cae de las manos.) ciones del pasado. ¿La gente que vivió en este lugar eran cazado-
Si alguien quiere saber por qué la teoría es perLinente con rela-
res-recolectores o eran alienígenas procedentes del planeta Zog?
ción a la práctica arqueológica, quizás mejor que me siga mientras
¿Cuál es la interpretación más sólida?
examino cuatro posibles razones. Es imposible decidir cuál es la interpretación más sólida sólo a
partir de la base del «sentido COllTÚn)). El sentido C0111Ún puede su-
gerir, por ejemplo, que aceptarnos la explicación que abarca al ma-
1. N~CES1TAMOS JLSTJHCAR LO QUt' HACt'MOS yor número de hechos, Puede haber miles de pedazos de cerámica
que daten del primer milenio antes de nuestra era en un yaci-
Nuestra audiencia (los demás arqueólogos, la gente que trabaja
miento, pero otro hecho -una datación del año 750 de nuestra era
en otras disciplinas, el «público en generaL» precisa tener una
a partir del estudio de los anillos de crecimiento de los árboles-
idea clara de nuestra parte de por qué nuestra investigación es im-
puede sugerir que aquellos test.imoriios son «residuales» o que fue-
portante, de por qué valc la pena financiar1a, del valor que tiene
ron abandonados durante un período anterior. En la práctica, cada
escucharnos. Hay mil posibles respuestas a ese reto de la justifica-
día de trabajo como arqueólogos nos toca decidir en qué orden
ción, por ejemplo: colocamos los hechos que tenernos, qué grado de importancia adju-
dicarnos a las diferentes pruebas de las que disponemos. Cuando
• El pasado es intrlnSeCanlente importante, por lo que necesi
así obramos usamos, queramos ü no, criterios teoréticos para de-
tamos saber del mismo por sí mismo. cidir qué hechos son importantes y qué otros no lo son tanto.
• Necesitamos conocer de dónde venimos para saber adónde
Un buen ejemplo de la insuficiencia del sentido común a la
nos dirigimos. El conocimiento del pasado favorece un mejor en-
hora de decidir entre una explicación floja y una explicación sólida
tendimiento del futuro. en arqueología proviene de las debatidas «líneas de conexión». Es-
o Sólo la arqueología aborda la profundidad temporal necesa-
tos trazados fueron descubiertos por Alfrecl Watkins en los años
ria para generar generalizaciones interculturales acerca de los pro-
veinte cuando observó que muchos vacimientos arqueológicos an-
cesos culturales de largo a\cance. tiguos en Gran Bretaña podían enlazarse mediante líneas rectas.
o La arqueología es un instrumento de la rcvolución cultural
La hipótesis de que los lugares arqueológicos antiguos se asenta-
que ayuda a en1ancipar a la gente de las ideologías represivas.
ban a lo largo de líneas rectas pudo ser fácilmente probada a base
de trasladar a un mapa estos antiguos monumentos y trazar unas
Existe la probabilidad de que se discrepe por lo menos en uno
rectas entre ellos. Watkins sugirió que estas líneas representaban
de jos argumentos precedentes y se esté completamente de acuer-
vías de comunicación prehistóricas. La comunidad profesional de
do con, al menos, otro. Esto no cambia el hecbo de que cada aY-
arqueólogos respondió al unísono que se trataba de un disparate.
gunlento es una proposición teorética que necesita de justificación,
El sentido común indicaba que los pueblos prehistóricos, que vi-
que requiere ser debatida antes de darla por aceptada o rechazada.
vieron miles de años antes de inventarse la escritura y establecer-
Ninguno de los argumentos reseñados es evidente por sí mismo, ni
se las bases de la geometría, eran demasiado primitivos como para
tiene que ver con el sentido común. Verdadcranlente, pocas cosas
trazar sobre el paisaje tales sofisticadas guías. Watkins estaba
en el mundo son obvias si se exan1inan de cerca, aunque a 111uchos
convencido de que con su libro hacia una auténtica contribución
políticos les gustaría que lo viéramos de otra forma. al progreso de la arqueología) pero sus investigaciones, serias .Y
sinceras, fueron desautorizadas y su trabajo considerado el propio

IL
20 T EOR ÍA AROUEOLÓ GJCA. UNA 1:<T ROD l" e C1Ó," 1;1. .'-'I :,'\J r 1I)f) ( ., lM l 'N r\ () H,\ ST !\
21
de un luná tico que se sitúa en los m ismos lím ites de lo que es la dc nucsr n », prejuicios y nuestros a pri o ris m os, no pOI' ello no d e-
verdadera arq ueologfa. Algu no s a ut ore s po steriores retomaron sus hem os int entarl o.
tesi s y las ampliaron sugirien do qu e las líneas esc o nd ía n un sig ni -
tlcado religioso y un poder mí s tico.
Hoy está cla ro que los pueblos prehi stóricos podían haber sid o 4. No TENEM OS «~ECE smA D» DE LA T EO RÍ A, YA QUE E N REA LI DAD
perfecta m ente capa ces dc reali za r tra zados de es te tipo. El cri terio LA USAM OS Sl EM PRE, NOS GUST/.' o NO
original b asado en el sentido co mú n qu e utilizaro n lo s arqueólo-
gos pa ra desautorizar las tesis de Wa tkin s no ca be d uda de que no Dicho ele o tra manera , todos sa m a s un os teóric os. Éste es el
era válido . pun to clave . El rn ás lento auxiliar de excavación, el m ás ab urrido
Las lín eas de co nex ión no existen . Fue dem ost rado por Tom limpi ad o r de cerámicas , el m ás despistado ayudan te técn ico de la-
Williamso n y Liz Bcllamy en el estu dio Ley U nes ¡,1 Ouestion qu e horatori o, todos son unos teó ric os en el se n tido de qu e tod os uri li-
a na lizó estadísticam ente tales posibles lín eas y mostró que la den- I.an en su trabajo , teorías, co nce ptos. ideas y presu ncion es. (La
sidad de Juga res arqu eo lógicos sobre el paisaj e bri tánico es tan teo ría pu ed e h a berles sido impuesta por el director del proyect o o
alta que cualquier posib le línea trazada en cua lquier parte, nece sa - po r la en tidad patrocinadora del proyec to , pero no por ello deja de
riamen te tropicza co n un ci er to nú m ero de ya cim ien tos . A Wi- ser tcoría .) De form a sim ilar, el texto más descripti vo o la mem o-
lIia m son y Bellam y, probar el error les co stó un enor me trabajo. ria m ás seca ta rnbi én son teoréti cos . Cualquier person a que man e-
debi endo hacer u so de sofis tica dos m étodos estadíst ico s. je una pal a en u n ya cim ien to se fía para real iza r Sil trabajo de las
La m oral eja del deb ate sobre las líneas de co nexió n e nseñ a que teorías q ue ha bla n de los ca m bios de color Ji textura del suelo y de
lo que di stingue una explicación floja de una de sólida no es una la estrati grafía ; los criterios de pu blicación que dete rm ina n el peso
simple cu estión de «sentido co m ún ». Quisie ra argüir que s i quere- relat ivo y el ord en adjud icados a los informes sob r e ce rám ica y
mo s realmente com pren de r q ué es lo qu e alimen ta el deba te de las sobre o tro tipo de tes tim onios en un a monografía de yac im ien to
lín eas de conexión debe ríam os fijarnos en la tr adicion al división dependen de un juicio so bre lo qu e es m ás sign ificati vo del y ací-
de la a rq ueo logía británica entre cla ses de arq ue ólogos. En su miento, j uici o que a s u ve z descansa sobre criterios pro venientes
tiempo, Wat kins fu e tild ado de vu lgar amateur; hoy día , la tradi - de la t eoría.
ción de los busca dores de líneas de co nex ión co ntinú a viva entre Por lo tanto, cua lq uier arqueólogo que nos habl e de que su tra-
lo s círculos ( alternativos» que nnran con recelo a los arque ólogos bajo es ajen o a la teoría, de qu e él no está particularm ente intere-
profesiona les. sado en la teo ría . o de qu e él hace arque ologfa «a u téntica» po r
op osición a la arque ología de lo s «teóricos de moda ». rea lm ente
no dice toda la verdad. Ex isten tantos teóricos C0 l110 arqueólogos ,
3. D EB EM OS SER MUY Cl. AROS EN NUESTRO TRABAJO aunque mu cho s de es tos ú ltimos en mascare n su s a pr iorismos teo-
DE ARQUEÓLOGOS réticos co n la etiq ueta del pragma tismo o del sentido común.
Com portá ndose de es ta forma, sostengo qu e es tos arqueólogos evi-
Es deci r, debem os ser mu y abiertos sobre nues tras razones, tan la r esponsa bilidad qu e les afe cta de dej a r claros los fun dam en -
n uestros pu ntos de vista y nuest ro s prejuicios y no pretender disi- tos in telectual es de su tra bajo, pret endi endo así esco nder del exa -
mularlos o a fir ma r que no existen . Se trata de una re gla básica de men cr ít ico las p resunciones teorét icas que utili za n .
todo di scursos aca dém ico , aunque no siem pre es seguida. Lewis Más aú n, la pret ensión de ser a teóri co es un inten to de im po-
Binford, una personalidad sobre la que volverem os a habl ar en el ner una es pecie de m achismo en la práct ica arqu eológica . Como
capítu lo que sigue, decía que tod os los científicos de cualquier d is- verem os en el ca pítulo 8, la prác tica arqueológica está asociada a
ciplin a n ecesit an ser m uy co nscientes de las p resunci ones que rea- noc iones de género so bre lo que tien e valor o no lo tien e. Po rque,
lizan si quieren de verda d ser productivos. Au nque no hace falta a l m enos en el mundo anglo-a mericano, siempre hay algu na cos a
añ adir qu e nunca podrem os ser com plet amente explíci tos acerca de vagam ente femeni no (y por lo tanto im plícitament e con sidera-
1·:1 . :-.L N T I I H I ( '(I I\H I\: NO BA STA 2."l
22 T EO ¡Ú A ARQ UE( j l.( ) (i1 l'1\ . L N A I NTI{( ) OI ICCl Ú N

do de segund o ra ngo) en el habl a r de , en e! di scutir acerca de, o en reg las , sea n im plí citas o explíc itas , so n de natu ra leza teórica . Los
el trata r de ra zonar claram en te y explícit am ente so bre. hech os so n imp ort an tes : sin em bargo, sin teo ría , los hech os pcr-
manccen co mpleta mcnte m udos .
t íJ. he oído lo sllf/eicl1te sob re todo eso; usted en/pieza a abusar. Esta ria Tomcm os el e jemplo del d istingu ido p ro fesor de Arq u eolog ía
dispuesto a conceder que todos a co Stll l71hra m D.'>· a u tilizar la teoría en u n que asegura escri be basándose en los hechos únic a m en te y usand o
cierto sentido, pero al [inal de la [o rna tla lo que cuenta son los hechos, los el sentido com ún, claro está . Veamos qué hace realmente : A tal [ i n
datos ex traídos. he escogid o el sig uiente tcxto :

No vaya d iscutir ahor a acerca de si la información , tal cua l a pa- Es im po rt a nte su braya r que la cultura romano-bri t áníca se basó
rece, existe indep endi entem ente de la teorí a , pu es tiempo te nd ré en un a eco no m ía mo ne taria. En el s ud este de Ingla terra la m on ed a
para ello. Su po nga mos por e! m om ento qu e los d at os existen real- ya era co no ci da a n tes de la con q uis ta , sin em bargo los ro manos fue-
me nt e. ¿A qu é nos conducen? Hay una infinidad de hech os q ue la ron res ponsa bles de difu nd ir su ci rculació n po r toda la isla , haci én-
arqu eología pon e de reli eve. Est á n amonton a dos a mil lon es en mu- dose pr es en te hasta en las m ás sencilla s transacc iones . Po dem os
scos y en armarios de labora torio, y a parecen en largos list ados de imagi na r ha sta q ué pun to el uso d e la mon eda penetró la vida co-
datos. Una muest ra: veamos algunos de estos hech os inco ntestables: m ercial de to d o el terri to r io po r el hecho de q ue S t ' ma n ifiest a has ta
en los luga res m ás h umildes y en las más remo tas pa rles de la pro -
vincia. (Alcoc k. 1976: 174).
o El vaso qu e so st engo tiene 600 a ños.
• En Virginia se enco ntró ce rá m ica colonial.
o En el cas tillo dc Ma idcn , en Dorset, Inglaterra , se exhu m ó un
Un a prim era presu nci ón ieoré tica que o bservam os en es te tex-
to es que ideas co rno «t rans acci ón » o «vida co merci al» , qu e sólo
esqu eleto co n u n proyecti l aloja d o en la esp ina dorsal.
obtien en su sen tid o m od ern o hacia finales del siglo XVJlI , puedan
o La Edad del Bro nce preced e a la Edad del H ier ro.
aplica rse a Gra n B ret a ña ro m ana s in más explicacion es . De ello se
o Tika l fu e u n importa nte centro ce re m onia l para los a ntiguo s
siguc q ue el a uto r del texto es pera del lecto r q ue u tilice s u expe-
m aya. ri cnci a m od erna so bre tra n sa cc io nes y vida co merc ia l - regidas
o Es muy ha bit ual enc o ntrar un gran nú m ero de fra gm entos por la eco nom ía de mercado , de slig adas d c la s relaciones socia les,
de pipas de cerámi ca en los yacimi entos po sterio res a 1500. in ter mediadas por u na uni dad COmún de cam bio- pa ra en tende r
o En la regió n de Dord o ña, en Francia , hay mu ch as cue vas co n el senti do de la frase. Ésta y otras presunciones pod rán o no se r
arte rupes tr e . verdaderas, pero en cualq uier caso son de n atu ra leza teorética .
o En e! cañón de El Chaco las aldeas se co nstruían antigua - La segunda en un a pres un ció n de l tipo «alcance m ed io »: esto
mente usa nd o la piedra co mo materi al. es , q ue aso cia di rectamen te hech os part iculares a teo ría s generales
(véase ca pítulo 4). Alco ck pre supo ne qu e la presencia d c un de ter-
Las fra ses que acaba mos de leer, ¿añaden algo a un co noci m ien- m inado n úmero de mo neda s en diferentes tipos de ya ci m ientos
to autént ico de! pas ad o, a una explicación coheren te de cará cter ar- (nótese el uso de un a jerarqu ía im plícita de yaci m ientos a rqueo ló-
qucológico? No. Amonto nar hechos simplem ente y espe rar a que de gicos qu e equ iva le a una jera rq u ía social, asumid a más que de-
estos hechos sa lga un rela to ord ena do sobre el pasado es com o po- m ostrada : «los lugares más h u m ildes ») refleja de forma preci sa el
ner a un grupo de mo nos fren te a u nas máquinas de escr ib ir y es- rango de lo qu e Alcock den omina «actividad o vida com ercia l".
pera r a que aparezca n las ob ras com pletas de Shakespearc, Por supu es to que reco nocem os qu e «actividad co mercia l» es una
Lo que nos hace arqueólogos, e n las antí podas de sim ples reco- figu ra teo rét ica m en te mucho más co mp lcja. E l rela to de Alcock
lectores de tra stos viejos , es el conjunto de regla s qu e usamos para p uede ser tot a lm en te cierto o no ta n c iert o , o qui zás se tra te sólo
transforma r los hech os en rela tos co heren tes so bre el pa sad o ; de un retrato ace pta ble o m ínimamente válid o; ello deb erá ser ob-
rel atos que, para noso tros los arque ólogos , «tienen sentido » y que jet o de deb ate en tre los espccia lis tas del p erí od o. En cua lq uier
(esperamos) ta m bién lo ten gan pa ra la gente en gene ra l. Y tal es ca so , se trata de u n rela to cla ra m en te te órico.
24 I'J·: O]{!A AI{U I I I·:( )l JH ; l l :¡\ . l ) ~ 1\ I NT R( )IIl ;<, '( 'l ( , N 1-.1 . S I:,NT Jl l () C'OM I.'.'\ ' /'\0 BASTA 25
Pod rí a se gu ir an ali zand o el texto, pero lo d icho es su fici ente de la se riació n, de las téc n icas científica s de dataci ó n , in cluso de
para m ostrar có mo in cluso la prosa a parentem en te más clara y la ha bilid ad práct ica , a su vez en parte intuitiva , de di ferenciar ni -
transparente es co nde tra mpas de la teo ría . veles por el asp ect o del suelo qu e apare ce bajo la pala . Es ra zona -
ble pensar, pues, qu e la vert ient e teórica de nuestro trabajo - usar
Todo esto es plau sible y COHv itlcc lZ l e; sin em bargo, la teo ría me sigue pa- los peq ueños fragment os de Informaci ón o btenidos para generar
recien do poco atract iva. Los teóricos parece que C0 I1S1{lII f e l11el1te u sa l1 un o un di scurso acerca del pasado en toda su riqueza y co mplej idad-
jerga incomprens ible, escriben eH I Ul estilo imp enetrable y 1l 1ll 7Cll obtienen de ba se r a la fuerza tan d iftc íl co m o aqu ellas o tras ra rea s de ca-
nada tangible. Puede llegar a persuadirm e de que IUI.v algún punto a [avor de rácter prácti co . De hech o, ha de ser una de la s tareas intele c tua-
la teoría, pero /10 co ns eguirá que lo qlf(~ los teó ricos escrib en lile pare zca in - les 111ás exi gentes que co m o gé ner o hu m a no nos h aya m os nun ca
teresante J' no m e irrite . planteado.

No, no pued o . Yo ta mbi én me irrito an te mu ch os textos teó ri - Creo que usted ha caído en su propia tram pa. S igue habiendo la sospe-
cos, de la mi sma form a qu e me irri to ante tod o tipo de textos so - ch a de que la jerga se u se para mlxtiiicar, pa ra crear Wl lengu aje de exclu -
bre arqueología. Pero déj arnc deci r que has saca do algu nas cues- sión por el que el lego en la ma teria se sien ta encogido.
tiones que vale la pen a retorna r.
Pri m ero , ¿por qu é je rga? Las palabras de sign ifica do es pe c ífico Hav una cierta verdad en esta acus ación . Ciertas formas de re-
no están co n finadas a la teoría de la arqueología. Cada área den- tóri ca 'académ iea se usan , intenci onada mente o no, para es ta ble-
tro de la arque o logía tiene S llS tér m inos de referen cia espec íficos: cer una frontera entre el gru po de los inicia do s y los dem ás . No de-
en es te se n tid o, la jerga es el ojo del observador. Los t érminos es- fiendo esta práctica qu e todos los int ereses sec to ria les dentro y
pecíficos que uso co mo teó rico o co mo especialista en arq u itectura fuera d e la a rq ueología ut ilizan.
tradicio nal pued en parecer una jerga para cl especialista en med io Fin almente, pregon ar qu e hay qu e «escr ibir claro » es co m o dar
ambiente, y los del es pecia lista en med io am bien te pu eden pa re- por se n tado qu e se escribe aceren de algo conc reto , En o tras pala-
cerm e a mí una jerga . Hay, sin em bargo , un problema m ás pro- bras , que hay en algún luga r un mund o externo, rea l, co n unas
fundo detrás de un a acusación de u so abus ivo del lu engu aje técni - ciertas caract erísti cas esen ciales y concretas q ue el lengu aje pued e
co . Parece que detrás de ta l acusa ción hay la p resunción de que de scribir de una for m a m ás o men os clara y neu tra. En cualqu ier
siem pre se puede expresar lo que se p retende cn un lengu aj e «cla- caso, se esté describ iend o la imp ortancia de u nos vasos o sugi-
ro, simple y fácil». La arqueología tien e qu e ver con nu evas id eas riendo cómo deb e de haber sid o la vida en la Eda d de l Bronce, se
acerca del p asad o. Como ex presa mos ideas m ed ia nte palabras , re - está tratando de asunt os altame nte d iscu tibles . El pas ado no exis-
sult a muy apropiado u sa r n uevas palabras para in vitar al lect o r a te fue ra de nuestras m entes . Nunca lo he tocad o, ni m e he dad o de
pensar de forma di stinta . bruces con él.
Las sociedades hu ma nas han sido y co ntinúa n siendo algo m uy La teoría es di fícil. Si uno ac epta que tod os so m os unos teóri-
com ple jo. Como parte del mundo natural, com par ten aspec tos de cos , ento nc es lógica mente la teoría a rq ueo lógica no ha de resultar
es ta co m plejidad y además poseen en sí m is mas una co mp lejidad ni m ás ni men os difíci l que cua lqu ier ot ra ra ma de la arqueología.
so cial y cultu ral propia . No acostumbramos a qu ejamos cua nd o Porque la arqueología en sí m ism a ya es di fícil. Nos hem os pro-
un q uím ico o u n biólogo usan IIn lenguaje técn ico; en ca mb io , sí puesto un a ta rea enor m emen te intirn idatori a . Queremos llegar a
lo hacemos cuando lo hace un arque ólogo q ue pretende explicar- entender a las sociedades h umanas que hace m iles de años desa-
se. Lo que quiero deci r es q ue no pa rece qu e nos extra ñe q ue re- parecieron, cuya s costum bres, valo res y actit udes fu eron , muy
sulten di fíciles de com prender y de dominar las técnicas m ás de- probablemente, m uy dist intas de las nu estra s. Y lo hem os de h acer
puradas de la prácti ca arq ueo lógica; ta l es la naturaleza de nu est ra sin poder habl ar con aq uella gente. Y a ún m ás d ifícil, qu ere m os
d isc iplina . Estamos prepara dos para esfo rz arnos en dom in a r el saber el porqu é de su s avance s y re trocesos , queremos en ten de r
lenguaje y el manejo de la es tra t igr afía , de las ma tr ices de Harris, cómo se m anifestó en ello s el ca m bio . Y los úni cos m ateriales de
26 TEOR i A ;\!{ (J l ' 1':<) I.Ú ( j ! C!\ . LINI\ I N T R() l) t1<'( 'ION E L SE NTlJJ O COM U:-; N O B AS tA 27

q ue d ispone m os p a ra ta n inm en sa rarea son u nos p ocos restos de Comprend er la teoría


basura que olvidaron por el ca m ino , a menudo cas i to ta lm ente
;1
~1
co nvertidos en polvo. No es una ta rea fáci l; el deseo de que sea Bien, atín me siento bastante incomodo con In teoría, aunque esto." pre-
parado para segu ir u n poco m ás hacia adelante con todo ellu. ¿Hacia dónde
una tarea in telectu al m en te llevadera es com pr en sible, aunqu e es no s dirigim os a parti r de este punto?
un poco ingen ua . I
La teoría es tam bi én un a ta r ea d ifíci l por o tra s razo nes que tie- El res to de es te libro in tent a d ilumin ar a lgu nas de las pri nci-
nen men os que ver co n la jcrga que co n la práctica acadé mica . Los pales tendencias de la teo ría de la arqu eología, empezand o po r los
teóricos a m en udo dicen una cos a y h acen o tra. Un artícu lo de teo- años sesenta hasta ho y mi sm o. Para pro cu ra r ob ten er la máxima
rí a proclam a qu e es tá a bo rdando un as unto desd e una perspectiva claridad voy a adop tar d os es tra teg ias.
nu eva . cuando . de hech o, es tá ut iliza ndo la misma vieja perspect i- Pri m e ra , voy a habl a r de ve z e n cu a n do a rn plia rnc n te a ce rca de
va de siempre de forma disfrazada . Otro ar tícul o acusa a un rival los desar roll os acaecidos en o tras d isciplin as y en el pensam iento
de una serie el e ini quidade s tc orét ica s para lu ego h acer exacta- intel ect ual en su con jun to . Co nsec ue nte mente, pod rá p arecer a los
men te lo mi smo , au nq ue usa nd o un len guaje di fere n te, a r q ue ólogos pr áct icos que se incluye n la rg os párrafos e in cl u so
Todo esto conduce a m i tes is fina l: la teoría es d ifícil porque re- su bcapít ulos q ue poco tien en que ver co n ellos. La razón po r la
q uiere pensar po r un o mism o. Cua ndo un alum no redacta un tra- que propon go este en foqu e res ide en el hecho de qu e la arqueolo-
bajo de clase sobre. po nga mos po r caso, la cerám ica de los pobla- gía acostu m bra a to mar dé prestad o de otra s di scip linas d ctcrm i-
dores nat ivos del sudoeste a mer icano , está a uto ri zado a utilizar nad as ideas. En este pro ceso, las idea s a menu do so n modi ficadas
una se rie de hechos que obtiene de los manuales reco mendad os. e incluso d istorsionadas. Por lo tan to será preciso ir a la fu en te
Ta l lis ta de hech os, o para se r más preciso s, tal r ep etición de lo s origi n al p ara analizarl as de for m a clara y co mpre nder con preci-
hech os na rrad os po r los manuales, pued e dar lu gar a una nota no s ión có mo ha n s id o u tili za das po r pa r te de los a rq ue ólogo s y qu é
muy bu ena, en a usencia de análisis crít icos o de cua lq uier mues- a busos se han producido. No es tá de más adve rt ir q ue habrá q ue
tra de un pensam ien to pro pio , au nque ello no im pi de que el alum - ten er p aci en cia con el texto y ava nz ar aunq ue sea pesada me n te a
no pueda segu ir adelante. Sin emb argo, cu an do se escri be un en- tr avés de un m at eri al qu e puede con siderarse a priori ir rele vante ,
sayo de teorí a , tal proceder resu lta intolerable. Cuando se manejan para a l fin al e nco ntrar la ex pl ica c i ón de su pertinen cia con rela -
ideas a bstractas es particu larm ente difí cil regu rgitar cos as copia- ción al pensa mi en to arq ueo lógic o .
das de lo s libro s sin hab erlas co mpren dido a fo nd o, y más aún Segun da , voy a exa m ina r hist óricam en te el desarrollo de la reo-
cuando un a utor pretende rebati r a otro . ría , cen tr ando la a tenci ón, en primc r lu gar, en los orígen es de la
Pen sar po r u no m is mo es algo que cua lqu ier alum no de ar- Nueva Arq ueología y a co ntinuación en las reacc iones susci ta das.
q ueología (o de cua lquier o tr a di scipli na crít ica) debería tra tar de Pien so q ue si se co mp re nde el co ntexto h is tórico de u na serie de
hacer. En últ im a in st ancia es la ún ica ju sti ficación de una forma- co rr ien tes , tal es com o la Nueva Arqueología o la arq ueología post-
ci ón en el ám bito de las humani dades. En u na é poca en qu e la Ior- procesu al , uno pue de m ás fácilmen te simpa tizar co n sus objeti vos
maci ón se conteIn pia cada vez más corn o un a mercanc ía , cuando el y qu eda rse co n los prin ci pios .Y preocupaciones que las susten ta n.
conoci mien to pue de co mprars e y venders e en el m ercad o . la id ea Meti d os en contexto podemos m ás f ácilmente co m pre nder los ras -
de una for m ació n com o aprend iza je de las habil idades ab stractas gos característicos de la arq ueo logía contemporánea situándola en
del pensar crí tica m ente se en cue n tra m á s amen azada qu e n un ca . su sitio, en vez de emplaz a rla e n el vac ío.
Quizás es este co ntexto cu ltura l lo que ha provocado la d ureza de El próxim o ca pítu lo es ta rá ded ica d o a estud iar la Nue va Ar-
los pron unciami ent os contra la teoría de los últimos tiempos . queología ; los tres qu e le siguen a a nalizar los problemas que giran
alrededor de las nociones de «ciencia » y «an tropo logía )} que la
¡(ueva Arqueo logía sus ci tó . Los interrogan tes q ue la Nueva Arq ue-
o logía s usc itó so n , a m i pa re cer, a bs olu ta m e nte decisivos para la
prácti ca y para la te oría a rq ueo lógic a contem po ráneas.
CAPÍT UL O 2

LA «N UE VA ARQ UEOLOGÍA"

La mayoría de los a rqueó logos se enamoran de la arqueología


po rqu e se que dan «colga dos» de los ha llazgos. Los restos encon-
trados va rían - castillos , ba ños romanos , puntas de flecha prehi s-
tóri cas, uten silios neolít icos, tem plos m aya- , pero lo que atrae de
inm edi ato es un a ura de mist erio y ro man ticismo de un pasado
que se nos maniftesta a trav és de sus restos. Esta atracc ión ro -
mán tica es a menudo tan to estética y sens ual como int electual. To-
dos desea mos pasear por entre ru inas med ievales o tocar uten si-
lios de ce rá m ica. Sin embargo, tra tamos de persuadi rn os de qu e
ta les ruinas o utensilios son meros «da tos», (Un co lega me conf e-
só qu e deb ido a lo aburridas qu e resultaban sus investigac ion es
a hora od ia con tod a su a lma la ce r ám ica neolítica , a unque yo lo
interpreto co mo u na form a di sti nt a .Y re torcida de a rnor.) Los ob-
jetos , sean pequeños co mo una pun ta de flecha o gra ndes como u n
palacio real , no s fascinan .
E st a querencia por los ob jetos, en sí misma, nada tiene que ver
con la arqueología , en el sen tido de estu dio del pasado. Los obje-
tos por sí m ismos no nos d icen nada so bre el pasado. He estado en
medio de las m inas de cientos de cas tillos .Y palacios a ntiguos es-
cuch a nd o atentamente y nunc a he oído ab solutam en te nada. Los
colegas me cuen tan qu e han pasado por semeja n tes expe riencias
desalentadoras con cerá micas, hu esos .Y otras cosas . A ellos tam-
bién les encanta m anejar su materi al, p ero éste sigue mudo.
Los objetos no pu ed en contarn os nada ace rca del pasado por-
que el pasad o no existe. No podemos toca r el pasado, verlo o sen-
tirlo; ha muerto y desapareci do. Nuestros am ados objetos pertene-
cen e1l realidad al presente. Exis ten en el a hora y aq uí. Puede n o no
haber s ido he chos .Y usados por gen te real miles de a ños at rás ,
30 TE OR )A ARO I J[:,()J.()( f1( 'A . I: NA IN 'J'I{( l [H I{ '{ 'I(l N
I.¡\ {( NU EV¡\ !l J{UIJHJI.O Gí A» 31

pe ro la co mpro bación de la fecha de su manu factura y uso CS , asi- Presente Pasado


mi smo, u na com pro bación qu e hacem os en el p resen te . Hast a que
inventemos una m áquina d e l t ie mpo, el pasado exi ste únicam ente
en las cosa s que decimos so bre el m ismo. Escogemos pregun tar
ciert o tipo de cuestiones a par tir del m aterial q ue poseemos:
«¿Cu ántas cue ntas de collar se encon traro n en la turnba ?» «(,Ob- ~ I I I V~~
serv a mos un ca m bio hacia un a explotac i ón intensi va de las lla mas
_ en el p eríodo de form aci ó n de es ta cultu ra? " ,,¿.Có mo se vivía en la
+ ~II~ ----- I
E dad del Br on ce?" ,,¿Qué gra do de desi gualdad soci al vem os en
este pcríodo ?» Inten ta mos decir cosas gene rales o particu la res so- O
bre el pasado: "Se produjo un incremento en el uso de la obsi dia -
na en la fase 3B de este yacimien to »: «Hu bo m ás elem en tos de
con tin uidad cultu ra l entre el m eso lítico y el neolítico de lo que se
ha su pu es to »; «Las relaciones de g éne ro se volvieron más desigua-
les con el paso del tiempo »: " Los ro m anos fu eron un pueb lo cru el
}' vicioso », Todas estas a firm aciones han sido rea liza das aqu í y
ahora , e n el presente, y no pertenecen por tant o a l pasad o .
Só lo en la litera tu ra de ficción , pa sad o y prese nte pueden co n- (Testimonios, hechos : ruinas, (Nuest ro objet ivo: Procesos
piedras. cerámica . restos: en el pasado dinámicas
verger y entre m ezclarse. Es as o m broso q ue ta nt os es crito res ha- el mundo de los arqueólogos) culturales" modos de
yan utili zado es ta co lisión co n gra n efectismo para co nfund ir y vida" . «lo que sucedió",
" actividades socíales»)
también para horrori za r la racio na lista mente occide n ta l. Este en-
cu en tro del pasado co n el presen te tam bi én es factib le den tro de FIG. 2. 1. El abismo entre presente y pasado.
los esqu emas m en ta les fu era de Occidente; o ri gen en pa rt e de co n-
flic tos entre di ferentes cu lturas, co mo los producidos , por eje m -
plo, con la exc avación y ex humación de res tos hu m a nos de los dan hacerlo de una for ma segura o defin itiva. De lo con trario, exis-
nativos american os, cuya creencia en qu e el tiempo se mue ve en k el peligro de q uedarse en u n m ero diletantismo de anticuario:
círculo, hace de la excavación arqu eoló gica una amenaza para el "na mera recolección de obj etos sin más.
presente , al profan ar el pasado . Me he det enido en es ta cuestión porque es [ ác il caer en la
La tarea de los arqu eólogos es inv esti ga r el pasa do . Queremos trampa de creer que la mera presencia física de material arqueo-
saber qué pasó en to nc es . Nu es tr as fu en tes m ateri ales - hu esos, logico pued e por sí m isma deci rn os algu na cosa so bre el pasado .
piedras, ut cn sili os- están en el pres ente y el pasado q ue co nstr ui- lul so . Dad una pa tada a un m ega lito y só lo obtend ré is dolor ; pla n -
m os también pertenece a l presente. Nunca co nocere mos qué suce- t'I( 'S cn m edio de una sala d e un castillo y no veréis o tra cosa qu e
dió realmente; si n emba rgo , po rfiam os para pod er esc ribir el mejor los mi smos muros de piedra m edieva les. Sólo pod e rnos co n te m -
relat o sobre el pasado, un rela to que es in formado por las pruebas plar el mega lito o el castillo en el presente. Vemos am bas cosas a
obtenidas y que procura mos que se a co here n te y sa tisfactorio . nav és de nuestro s ojos, no de los ojos del o bservad o r prehist ó rico
Uno de los problemas fu nd am en tales dc la arqu eo logía se resu- 1I medieval.

m e en la figu ra 2.1. La cues tión parece simp le: tenemos un m at erial Me he de ten ido en est a cue stión porque también pue de in ter-
arque o lóg ico ob tenido de la excavació n y p lanteando las pregu ntas prctarse co mo el puma de partida de diferentes pumas de vista 050-
adecu adas esperam os obtener del mismo in formació n so bre el pa- 1'1<' la teoría arqueo lógica . Una de las pocas bases co m unes de par-
sado . Hay un a bismo en tre pa sad o y presente , un a bismo que los u.la para la mayorí a de los arqueó logos teóricos es que tod os qu e-
arqueólogos han de fr anqu ear de algu na manera, aunq ue no pue- i.-rnos hablar del pas ado y q ue para ello tod os utilizam os material
32 TFO RI A ¡\ROl} E OL OG l e /\ . UNA II\ T R{) J)Ul 't '¡(J i\: l i\ ( \ 1 1.\'/\ 1\ I ~ U I 1 :.l )I , ( l(, L\ ) ~ .13

arqueológico en el presente . ¿Pero cóm o lo hacern os? Una posible del pasado. Da vid Cla rke , un o de los p rincipales expo ne nt es de la
sug erencia invita a usa r los m étod os de las cie ncias na turales. a in- Nue va Arqu eología , em pe zó su lib ro clásico Analytlcal Arcltaeologv
tentar co n trasta r, a la vista de nuest ro s mat eriale s , hipó tesis a lte r- con un a expre si va ci ta de Lewis Carroll:
nativas a cerca de pro cesos y ac o n tecim ie n to s , y desarro llar de
esta for ma nues tro co noc im iento so bre e! pasado. Otra posib ilida d Ya ves, te cues ta la ca r rera más la rga qu e pued as ha cer para no
m overte de l m is mo luga r. ( L~ re ina a Alicia , A travds del espe]» , ca-
es con te m p la r lo s m ate rial es C0 l110 textos pa ra leerlos co m o lo ha -
pítulo 2, Le-vis Carroll, 1832- 1898.)
ríamos con un dOCUI11ento escrito .\' así descubrir la r ica com plej i- Cada añ o crece n las m ieses llu eva s de la s exca vac io nes a rquco ló-
dad de los m en sa jes cultu ra les del pas ado . gicas par a p roduci r n ueva s cosech a s de obj e tos prehistó r icos... El
H ay muchos más enfoq ues : de hech o, el pro blem a ya [uc perci - arqu eó logo ya y vien e, 1lI 1t:'\ 'O S no m b res y nu evo s ya c im ien tos l' C V(.'rA
bid o sigl os atrás. El h um anist a inglés sir Thornas Bro wn e ce ntró dcccn sobre los viejo s, mi emra-, q ue c ie ntos <.11..' a ños de m ateria l r e-
su maravilloso ensayo de m edi ados del siglo XV lJ , titul ado Il vdro- co gido inun dan las s a las de lo s m usco s. Al m ism o tiem po, un a im -
taphia, en los descubri mi en tos de urnas de in cin era ció n qu e hoy p lacable co rrien te d e a rt ículos v libros describe v etiq ueta al nuevo
pensarnos que ti enen un origen an glos ajón , situad o en tre los s i- material , de m an era q ue el iutrépi d o a rqueól ogo, a fuerza de lu r-io-
glos v y vu de nu est ra era . Browne co ntra stó la so lidez física de las sa a ctivid ad , apenas puede man te ne r su [sic ] status qua co ntr a la co -
urnas con la im posibilid ad de co m pre nder la s cree n cias re ligiosas tri ente constan te d e dat os. S in em bargo . tina du da nebu los a asa lta
nuestra mente : u na d isc iplina em p írica m od er na d eb ería poder aS A
que expresa ba n , e incluso con la im posib ilidad de asigna rles una
pi rar a res u ltad os má s satis fac to rios qu e el m a nte nimi e nto de u n
fecha (Brow ne pen só que podría n se r ro m anas) .
s tatus qu o n..-Ia tivo .\ u n l1 ujo regu lar de fingidos libros de histo ria
La cues tió n de có mo en lazar present e co n pasad o planeó en su (Clarke, 1972: 3).
forma más explícita co n la Nueva Arqueo logía de los a ños sesen ta
y s ete n ta . Clarke, en aquel momento no esta ba del todo se guro de qu e los
m étodos de los a rqueólogos podían realm en te darnos versiones
mejores y más fidcdi gn as del pasa do: pa recía que po r más que sa -
An te s de la Nueva Arqueolugía c ár amos a la lu z m ás y m á s cosas, no avanz ábamos en términos de
nuestras id eas . Nuestro co nocim iento de los o bjetos en el presen te
Hay planteado un deb ate acerca de la teoría arqu eo lógica antes aumentó much o, pero deb ido a q ue no su pimos sa lvar bi en el
de la Nueva Arqueología , pero no dispon emos de es pa cio su ficien- abismo que nos separa del pasado no obtuvim os pro gresos sustan -
te para hacerle aquí ju sticia . Algun os hist oriad or es de la arqu eolo- ciales en la co mpren si ón del pasad o.
gía mantienen qu e el siglo que preced e a 1960 fue co mo un largo ¿Qué teoría s disgu sta ban a Cla rke? Dicho de o tra for m a, ¿có-
período de somnolencia para la teoría , co n un n1UY esca so de ba te rn o, an tes de 1960, los a rque ó logos co nvert ían el mat eria l excava-
teórico. Arguyen que los arqu eó logos se co ncen tra ron en la reco- do en d iscursos sobre e! pasado? Es fá cil en esta cue stión caer en
lección de grandes cant idades de mat erial sin hacerse dem asi ad as gen era lizaciones. au nque , por otro lad o , p ued en e nco ntrarse si cm -
preguntas sobre e! ma rco int e lect ual dentro de! que debían traba- pre excepciones. Uno de los pilares tcoré ticos básicos fue la ide a
jar, Otros niegan es te punto de vista y man tienen que es te períod o de cultu ra a rqu eo lóg ica , co n tod o lo q ue sign ificó pa ra las po bla-
co ntem pló int ensos deba tes de tipo muv d iverso. Es tos últim os cio nes hu manas de! pasado. En pal a bras de Go rd o n Ch ildc:
piensan, adem ás , qu e la importanci a de la Nueva Arqueología para
e! desarroll o del pen samien to arque o lógico ha sido muy exage- En co ntramos ci er to t ipo de res tos - vasijas , im p lem entos, o rna-
rada. m entos, ritos de entierr o V fo rm as de hab itación-e- rnuv recu rrent es.
Quisi era subrayar que uno de los puntos de parti da de la lla- A este comp lejo de ra sgosaso ciados lo podríamos c.leno"m illa r' «gru po
mada «Nueva Arqueolo gía » resi de en lo que acabo de plnute. u, la cu lt ural» o s im plemen te «cu ltu ra». Sup on emo s qu e ca da tin o ele esos
noci ón de qu e la mera re co lecci ón de da tos - la ob ten ci ón de' m ás complejos es la expres ión ma terial de lo que hoy lla maríamos un
m ater ial-e- por ella 111i S111U n o co nd uc e a u n m ej or co no ci ur i. -u to "pueblo" (Chlldc, 1929: v-vi),
34 T E UR IA ARO lJl :,{)J.()( i l (' !\ . UNA I NTJH J1J1 1('('I (l N 1 ,\ \l NI II ;V!\ ,\ l{ l) I Jl :( JI ( )( ; I¡\¡) ,~

Este tipo de id ea d e c u ltu ra h a si do de nom inada no rmu tivu, ya nomi nam os cu ltu ras a rq ue o l ógicas, Segui da me n te h acernos eq u i-
que está en fun ción de d os presunciones: p ri m era , q ue los objetos va len tes tal es cultu ras a rq ueológicas a las cu ltu ra s huma n as pre-
son expresiones de normas culturales, d e id eas que resid e n e n las s u miend o que los o bjeto s so n expresio ne s de idcas O d e n or m as d e
m entes de los individuos, y segu nda , qu e tales no rmas defin en lo co m po rt a m ie n to .
que es «cultura». Va y a poner do s e jemplos d e esta in terp reta ció n, Est e en foque tiene va r ias consecue ncia s. En prim e r luga r, es ti-
un o sa ca do d el prese n te y otro del p asad o . mula la te nd encia a particularizar lo qu c los arq ueólogos cue n tan
d el pasado , e n vez de hace r gen era lizaci ones. Por Jo ta n to . en vez
1. Los in gleses so n ingles es porqu e to ma n té, ha bla n ing lés, de su b rayar las sim ilit u des en tre objeto s. se e n fa tiza n las di feren-
n o comen carne de ca b allo y h acen coja de m an era ord enada, a cias y parti cu la ridad es observa das en tre ellos .
menudo duran te h oras sin quejarse, Todo esto los distin gu e de los Por ejemplo , algu ien pod ría querer hacer gene ra lizacion es cn-
franceses, qui en es tom a n ca fé, h ablan fra n cés , C0 l11en carne de ca- Ire los yacim ien tos B KK y TRBK pa ra su bra ya r que es tos gru p os
ballo y no hacen co la co n la mi sm a ec uani midad, (Todo es to so n diferentes estab an a l m ismo ni ve l de desar ro llo econó m ico v so -
normas cultur al es, id eas ace rca de có mo h av que co m port a rse , in - cial. Ambos podría n ser clasifi cados como soc iedades con U;1 d e-
cluso se podrí a decir que co ns tituye n d e he c ho id eal es - e n este termin ado n ivel d e estra tifica ción social, ponga m o s po r ca so , o
ca so , cr udos es tereotipos- q ue no co rre s po nd en ne cesariamente a con ti p os de economía de s ub sis ten c ia sim ila res. El enfoqu e cu ltu-
la realida d en todos lo s casos.) ral , sin em barg o, tie nd e a d iri gir la a te nció n , no hacia los rasgos
2. La cu ltu ra arqueológ ica d e la ce rá mi ca d e ba n das (BKK) más ge ne ra les. sino hacia lo q ue di stingu e las c ult uras BK K y
difiere d e la cu ltu ra de los vasos de cue llo de e m bu do (T RBK) en TRBK, tanto en tre e llas m ismas co mo con rel ac ión a otras. Nos
el neolít ico eu ro peo:" en (as á reas d e do m in io d e la BKK en con tra- im pu lsa , pOI" lo tanto . a destacar di ferencias , a ret en e r los rasgo s
m os vivie nd as co n fo r m a s rec ta n gula re s, ce r ám ica decor a da co n má s p eculiares corno su s fo r m a s particu lares de co ns tr uir o de e n-
di se ños line al es y una eco no mía ba sada e n lo s cu lt ivos . E n las terra r a los muert o s . a fija r la a tenc ió n en el tra zo linear d e la ce -
área s de dominio d e la T RBK , la forma de las vivie ndas, la d eco- rá m ica d e los un os y la forma p ec u lia r d el cue llo de los vasos d e
r ación d e la ce rámica y la eco no mía so n co m p le ta men te d iferen - los ot ros , y n o tanto a ver lo qu e tie nen en comú n ,
tes. (Un a vez m ás, se trata de u n id ea l: no todos los ya cimie n tos La segunda consecu e ncia d e una visión no rm ativa d e la cu l-
BKK o TRBK t endr á n las m ismas ca r ac te rís ticas que los d cm ás.) tura es la ten den cia a co ntem p la r las c ultu ras com o si no evo-
lucionasen. Insistim os que el en foque norma tivo co nt e m p la los
Este concepto d e cu ltura es tam b ién poli/ ético : es to es, depende objetos co m o expresion es d e id eas co m pa r tid as por u n grupo . S i la
de que un núm ero determi nado de rasgos d iferentes se prod u zcan gente d e la cu ltura BKK co m pa rt ía a l u nísono las m ismas id eas
juntos. Tom ar café no convierte a un inglés en fran cés; u na vivie n - sobre cómo debía n co ns tru ir se la s casas, fabri ca r la vajil la y en -
da re ctan gular n o conv ierte u n asc ntam ien to TRBK en u n ase nta - terrar a sus mu ertos , ¿d e d ónd e vino e l camb io ? La man era m ás
m iento BKK. Lo q ue define a u na cu ltura es la prese ncia sim ul tá - fá cil d e explicar e l ca m b io es s ugerir q ue vino dc fu era, d e o tro
nea d e un número det e rmi na do d e carac te rísticas, co mo s u brayó gr u po humano . Es ta «i n flu en ci a» exte rn a pu ede pr oducirse d e
Ch ilde. En Amé rica del Norte . el mé todo d e ta bu la r largas list as d e d os m ane ra s : por mi gr aci ón d e pu eblo s o p or d ifu si ó n , es d ecir
ca ra cterísticas tipológicas para esta b lece r com paracio nes entre ya - por di seminaci ó n d e id eas fr u to d el co n tacto e n tre gr up os di s-
cim ien tos fu e segu id o con gra n asid u idad. tin tos .
Para resu mi r, según el pun to de vista tradicional. trasla damos Las explicacione s sob re pre hi st o ria a ntes d e la Nueva Arq ue o-
el p resente al p asa d o a base de re un ir obje tos en grupos que d e- logía tend ía n a ser de d os tipos. Po r un lad o. secu en cias cro n oló -
gicas d e cu lturas, a lgo parecido a unos h ora ri os co n gru pos cu ltu -
rales en ve z d e trenes . Po r otro, mapas llen os de flec ha s q ue in d i-
Las iniciales re presen tat ivas d e las culturas cit ad as co rresponde n a s u nom en cla tura ori -
gin aria en aloma» : as í, BKK provien e de Bovuicntccranuk: Kultur . y THB K pro vie ne de Itíchte- caban las mi gracion es o la d ifu sión d e id eas testimonio del ca m -
rrandbecher Kultur. (N. del l.) bio entre culturas (v éanse las figuras 2.2 y 2.3).
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r re. 2.3 , 1.(/, ('Ulll lras seglÍ n Pig~o /{ 09ri 8j. r.,{I ('.cp /iC (l C ¡'¡~ i! ¡le I ilI(li'{! di/';" ¡ ) /) ist l'i
bu cióJI de /11 u t!llIra dI' 1.(; Ti' ! /(' e i ll l hw l/ci fls: 2) !l l lldfls de / .~p:; d(/ Id I'-", f iin .\I.i~-.o; :;) ¡f('~
¡-i m civ ll es IniIIÍ II ¡("(Is; .f) a/ntl u!wlcia de fi /!ldrl>;.;,
L a ~; :;ln tc:·;;:·¡ \.)l'ulb clcJa s te nd ía n ti se r descriptivas , E~ t () C :.\, dcs
cr Hda n ia :jes y (( .n .: H:~ e n las qu e se p rnJ ud a el canl bi o c ull u ra l: la l
u :Hu :-a s igu Ió ;:1 w~ u tl'a , la l iIl IlO\,;1 c ió n se difu n d ió a cal ritlll o . COln o la s ondas p rod uc id a s po r u na pie d ¡'a la !:.L.. lt\; ~ ~:0b l '(: la supc ;'f;-
i\:t: ic h a p¡--cl:i Slí h ·:;.:. l'['adicio n a l se le ía co m o In u cha h ist o r ia u-adi - ele ele un lago cnca ln1ado. r': n cada localiza cIó':] d .:. :(l;J se p UdÜ·;l; e n··
.:i01E1L e s dec.l1'. C·().: no (ln a LT ()n ica d (~ f1con tec irni cntos anHdganl a- co nt ra ]' d et er m inad a s on d as d e in IJ uen cia q u e I.a ;:'.ír :xv c:::rtDéi)J.,
C:.H r H J:! ' lTd a ~ULT:.) ; i\I~L ·;":-fa b ia lll U Y poca exph caci órl exp líc i ta d e las
!n siSlu e n repe tir q ue esta ca racte riza c i6n l. ~ e la ~l i':..;t; '-'c ~'.)gÚJ nn·
r a Z:H,t'~: c~t' i ~ )~ ; (' il ~l1 b i os de los d b cflos de la ceránlica o de los 1l1() - tcriar H los a ilos ~ L'se n l a e!-l de masia do bren : y s i¡n p!i r¡Cí:l y gell c r 2t-
r ~ ,,·o ~ : pet' io~; q u e u e:.a ,-~ u ll u ra S~ d ifu nd ía . liz8.. en esceso . En r a tt icula r SL~ ha s ustenu.~.d Q lú e l'I..C f1 ".T te en 10
L .':",\,;:,; Bi~1f(j:~"C¡ c l. ',~ ,nolni n C) es ta man er8 de ver e l Call1b io llna «vi- qu e r ep rcsen té.1 n tes de 1<:1 l\llCVH Al'qu eo lng-r(-l, co ¡n o D;:l\'irj Clar kc: ,
,<;·¡ Ó~\·l a~:lJ ;._ú icH ch~ i;., cu ]¡u ra » (Bin !'nrc1, 1964.) La inl a gcn dl.,' Binford Co lin Rcn i"rew ti L('\"'15 B in ford d ije r on d c h:: ; ~J.'(1). t' O"I Dg ía ~~-~H ; k ¡ () .
02, 'H l f: l ::-L G-.l r ; c: t tt. i ¡'¡I , pc..: nJ co rn o lodas las ca ricatu ras, co n te nía U ll a
na l. L\1w.: hos se ha n q ueja do de 4lte la N ul.~\';_, Al'(.!l lC'oi ng rn d l bll j:"',
(-:.";e n (":-¿l ::\ ;, " :' 1-d ,~:J , ; 3¡il fo ¡'d q ue r ía si g l lifi cal ' q u e l os a l"qt IC( ',ll Jg()S t1"a- u n a im a gen d ist o rsion ada d e l pen sanlien tc u ~'. !.\l c ~( r:l.:.~ l en b ~'n e F! ci o
C.li C]OL cd c ' l'O[J.Lenl p ¡::1. tj~ \ n el [n a pa del mund o pr chistór il.'() co m o ~; i
el.e s us p r opios o bje tivos po lé m icos. Per o sI esto es j'o q~ 1C 1;;, l·':ll:'_~ '.';:¡
>u c.';t' "l"_L r .;·; .:. l .ó go . ( ' u a n d o se pr o du CÍrl u na iríl10vaci ó n po r \: 1 razón Arque o logía pensa ba so h re la 31'(}lteo logfa v ,,-.dicio"i"l:l l, i H1TI_bü-~ ~-1 fue
rp.:_\·~ 'í:"-.,:,: se :-:d u:,) h:~~;.~l· ~ k; tcnn i n <.t d o , és la t(;nd ía a dCSp: lIT"li il ; l r~l' en con t n.~. lu q ue r Cí?l cc i on ó . En In sección dcd icéx b ;.~ b b ¡biio gr:.tfía
U: '.~a:-; (:li. l·t:, ' (: j ,~,.lÜ':.:;i xr ':J'.'id.a po l' proc esos el e in t h.lcl lcia 11 d iíll s iún . eo nl e n i:.t d a s e in cluyen su gcn: n c1 a s , de Icct ,- ~ i'a D.1 t'C' ~; pcc L :) .
311 IV O RI A ¡\I{(J U I -'.()) .r )( ; 1<.' 1\, l lN ¡\ I N T R( 1)UCC]()t\ 1,(\ « N l IE VI\ !\]{(j ll l ':{) l ,llt;[ ,\ » :lY

Los orígenes de la Nue va Arqueol o gía la ce rá m ica parec ía que funcion a ba n so las, ajenas a los se res h u -
manos que las p rod u jero n . En este sen tido, la a rqueologí a tendía a
¿Qué fu e, e ntonces, la Nu eva Arq ueología? Una cosa es ci erta: se r fe tic h is ta . Un fetich e es u n objeto q ue ocu pa el luga r de a l-
ya no es nu eva . El t ér mino ( Nueva Arq ueo logí a » se a p lica a una gu ie n , d e un se r hu m a no o de un gru po hu m a no. Lo s arq u eó logos
escuela d e pensa m ien to que barrió a lo largo y a nc ho d e la a rq ue o- tra d icionales pa recí a que d ed ica ban u n gra n es fuer zo a descr ibi r
logía a n glo-am ericana en los a ñ os sesen ta y se te nta . Ha de se r con - el movimiento d e los o bje tos sin pe nsar en los se res hu manos, e n
templada en el ma rco de corrien tes si m ila res d e pensamien to e n los sistem as cu lturales, q ue hab ía d e trás d e los mi smos. Las tipo-
o tras d isciplin as , en pa rt icu la r la Nu eva Geografía . logías cerá micas y las clases de vivie nd a pa recí a qu e d es arro lla ba n
La Nueva Arqueol ogía no fuc só lo u n paquet e cer ra d o y com- unas peque ñas p ie rn as y empezaba n a fu nciona r po r sí solas .
partido al un íson o d e cre dos y teo rías. De la m ism a fo rma qu e n o A un n ivel m ás p ro fundo , la arqueo log ía trad ic io nal n o cm an-
se espera que todos los in tegra nt es de un parti do político ten gan tropológi ca en e! sentido d e q ue no parecía que las «cul turas» a r-
las mismas id eas so bre todos los as untos , aunq u e exista un cierto queológicas, tan bie n a ma ma n ta das por los hist or iado res cu ltu ra-
n úmero de id eas y va lores b á sicos q u e info rman a l co lect ivo, bajo les , tuviera n n in gu n a relación con las co m u n idades reales de in d i-
la ban dera d e la Nu eva Ar q ueol ogía se re u n ió u n gru p o d iverso d e viduos. Mu c ho s nu evos a rq ueólo gos cuestion a ro n el vínc u lo en tre
arqueó logo s con d iferen tes id ea s y e n fo qu es. Lo q ue les u nía era culturas arqueológicas - los recurren tes co ng lo mera d os de ras gos
u n a sen sació n d e insa tisfa cci ón co n la situ a ció n d e la a rqueo logía , dc Ch ild c- y pu eb los de! pa sado. El m ism o Ch ilde tuvo la duda de
la perce pc i ón de que las cosas d ebían cam bia r; y ellos, como n u e- si realm ente se p odían eq u ip a ra r las c u ltu ras arq ueológ icas con
va gen e ra ció n ra m pa nte d e «jóve nes tu rco s », iba n a p rot a gon iza r los pue blos d el pasado:
el ca m b io .
Esta insati sfacció n co n la a rq ueología tradi cion al cris ta lizó e n Sería impruden te es ta blece r co n preci sió n a q ué gru po so cia l co-
la frase: «de bem os se r m ás cientiiicos y m ás antropol ágicos », E n rrespo nde un a determinada c ultura de a rq ueólogo ... Cult ura y len-
esta frase concreta iden tifica mos el orige n d e la d ecepció n de los gua pueden no coincidir (Childe, I Y42 : 26-27 ).
nuevos arqueól ogos con relación a lo que h abía a n tes, y, e n mi o p i-
n ión, la semilla de d esa r roll o s poster io res , Has ta aquí he m os visto las razones por las que m uc hos nu evos
¿Por qué la hi st oria cultural se co ntem p la ba co mo a lgo acientí- arqueól ogo s a ba ndon a ron la concepc ió n normat iva d e cu ltu ra y se
fico? Tenemos que volver a lo s co m en ta r ios d e Da vid Clarke so bre dedicaron a busca r o tras mane ras d e interpret a r los o bjetos ex-
aquello del esforzar se m ás y m ás pa ra no moverse d el m ismo lu- traídos de la ti erra . E n pa la bras d e Clarke, los a rqu eó logo s exper i-
ga r. Los arqu eól ogos tradici o nales ac u mu laban m ás y más in for- mentaron una "pé rdida de in ocencia ». Las in ocen tes eq u iparacio-
mación , per o ello n o se trad ucía a u to mática men te en m ejores ideas nes entre obje tos, cult u ra s y pueblos, o d e for m a más ge n eral, en -
so b re e l pasado, por las razones ya d iscutid as. Ocurrí a que se tre infor maci ón e interp ret aci ón , debía n se r co n les tada s.
a mon ton aba m ás y m ás m at eria l ar q ueológico en la mi sm a se - Insisto , los nu evo s arqu e ólogos de be n con te m p la rse m ás a la
cuencia interm ina ble d e cu lt u ras. La «cie ncia» , a rgüía n los nuevos lu z d e las d ecepcio n es q ue co m pa rtí a n, que d e las co nv icciones
a rq ueólogo s, u sa sus d a to s para contrasta r h ip ó tes is ac e rca de qu e p rofesa ban . Da vid Cla r ke lo lla m a ba «las p regu ntas q ue hace-
cóm o fun ciona n las cosas y ex trae ge ne raliza cion es d e s us co ncl u- mos m ás que las posi bles respuestas ». Lewi s Binford, la figu ra
sio nes . La «cie ncia» no se dedica só lo a co locar los h echos e n es - m ás d escolla n te d el gru po, ex plica una histo r ia q ue ilustra tan to
tanter ía s ordenadas, si n o que progres a a m plia ndo y pro fu nd iza n- d e s u fervo r revolu cionario C0 ll10 d e s u irr it a ci ón con e l part icu la-
d o su compren sión d el m u nd o. Las c ie ncias na turales ha ll desa- ri smo d e los m ét odos tradiciona les :
r rollado u n m e jor conoci m ien to del mundo q ue n os rod ea.
¿Por qué la h istori a cu ltural no era considerada an uopo l ógica ? Recuerdo un día en que un tfpico estud iante del profesor Griffin
Los arqueólogos tradi ciona les, a l orde nar los o bje tos 1""· " II II11 l'aS, vo lvía de una sa lida de tra bajo a la part e a lta del va lle del Illinois.
a menudo parecían olvid ar a los seres hu ma no s: las I¡po lo)'. ;as de Había en trado en el m useo co n el anuncio de que h ab ía enc ontra do
;·0 11 ' ; lI ~ i , \ , \ i ~ ( )( II : ( i1 l H '¡ \ A ( ,1\;,\ 1:\ 11( (llllt "( ' l( l N 1 ,\ ·( N l· I.',\ ',\ ,\ I ',I I [ l i lI ,1 1l

u n o b jeto «único» . unu \ a s ij..\ p inta d a cu negnt lvo. Gri l in Sl.' i IIlC l'l..z- í
E Il scg u udo lu gar; hu b o u n én ta si s cr ~P. ·'-<·crr:.~ I .~~ ~j::.; h.T~t~·, ~~'
só lógica m ente por el hall a zgo ~ . Papworth d ijo ad ela nt ánd ose : «Dé- (v éase Iigura 2.4 .\ ' ca p ítulo 5). LB c ultura ~; i '.?~ l~ r s i:·::!.¡~ L : ::~ ~; ,;.~ ::) u n
i ..n -. lek vc r; » To rn ó lu va s ij a . la m iró y la la nzó a l SLH.:'I u ~' la paH L' Ó saco llen o d e n orm a s a leatoriamente í.v.Jqtd , ·k b :;, l •.:.! c~... .no parcct..
h asta j cj ziJ.'Ja re d uc id a a añ icos. «E st o es lo q ue p ienso d e tu ejem -
im pl icar el discu rso d.(' los hi s toria d ore s culru:..;~ l ,.::; . . _,~:' \;,' ;.: .: nir'{c :'(~
pl ar ú ni co. » .c~i·H n ll ll,l \ o u n shock, a l es t ud ia n te cas i le sal ier on la s
l ág-. ~IIW~ :;0' yo m e rcla int eri o rm e nte (Binford, 1972: 130- 13 1).

h'· ': ~J >-1 hJ j u~. '¡,·a Anj ll c ulogía _c~·· (~~'L:0 ;.. "
~-: I :m ;~:j c:¡c:;;;T n ;. (J o
d e la Nueva Arq u eol og ía , c ier tos tem a s clav e
il i c:n.,':~1
r ::rit¡( ll cl o:;c en los texto s d e su s propon e n tes. In tent aré r e-
:;u m i d o;: C1"1. :, ;¡c u::' pun tos. Quiz ás pu eda p a rece r que h a go u n a s
breve s () d em a si ado si m p les, pe ro es to s tern as ser án
eL n Li C'I.'D d i .sc utido~.; 1l1Ú S a dela n te en p róx iu u», ca p ítu lox. Lo im -
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·;'0 1" el Ll'-:.p a. ·:2.n S t l. l u gal~ los n u evo s arqueólogos querían in dagar
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'~::~..: >:'--'~:~;, 2:·····" -: :;:.; :~:;. .,
en etinú',TliGJ:'; in Ler nas de la s so ci elhi des, responsa bles d L' con - .-;.
d lc io u;u ' la dü ec c iú n gen en ll qu e tOllw ba .su de.sarrollo sod a l (la ......-
h ·a:.;e USr.l.da n.lá~i h abií t.wlrlle n le era «trayec tori a cu lt u ra l»). 70 \:~:~~
La n o c ión d e e volu ci ó n se n ía a l én fa sis exp reso pUL':-l tn e n las
genera lidades por edd ln a d e la s pn rlicuhl rid a des. Dos c u ltu ra s ______ _ _ _ _ r · u

p u eden h,-1i,1e r d Herl do en la s fOl'Jn a s e s pecifica s qu e é.l d o p la h~1I1 las Tiem po


.J oya:.; que pcml llclan, o los ti p o s d e casa. S in e nl ba rgo , ;'lI l1 h~ I S so ··
ciedade s P:}L1ÜlrI sei' co m pm'a bles p or es ta r a l 111isnl o lI i vl..'l VII la es·· F ICi . 2.4 . Visiú11 :;;í,-;,fiÍm ica de la el/l/li ra St'gÚ11 Dm'id Clmkt: ( 1976). D! C'! tí p ico 1(211 -
gu aje Je la N1K va /' l"(l if~:(llo.J!.í(/, C!ad:(' ('.tl'lic(/ ,·II'.·i(flll'I/1a osí: «.\ 'orle/o ¡'SIúti co y sis;e-
C~d d 2\,'c lutiva. De est a rOr nl tl se podía n ha cer gt· lI l'l'. d il ~ ll' i () lle s
¡mírú,'o del equi lihrio dhuíllfico el1tre la rer! de slih.-;,is l~} IU!S de I!II sisl e11llf w;ciocu ftz:m!
:-;i.ce~ ·c ,,-' ~ d.e. ~KHlg;::_f!;J.G ::; p or c a~ o , la e \'olu ción ex per i ll l l..· Il I ~ l d ; 1 pll l' la s y el co n jlf i ! 10 de SI/ sist eIJ/a IJlC c/i lJlI ' lI hie llilll. Sn re,m.· ,~ ellla 111 S1I/ I ia dI..' I(>.~ ('j;'c/os de
:; oc ~ t': cL;. de::-; (lesde el ú ivel de las jefa tu ra s a l nivel (,k ( ll '!!,;l l li l;\l '¡{m o tms s iS ! U!ll~ S cu f/ll m les rdo d ol/ (Idv .'" ('(} .11 S ;¡¡ed ialltt' "n.)(lcc'ir¡¡¡es ('u/111m /es" {{{/le n
de pu ¡¡ins / .\ c()u el e ll to !"!1U II It'd/l >rL/lIhh'/lWI !/ 1(-'a'iil1li' t' "i u /cmc cin /ies " (/,'¡ /( ,{~ Cf!lIfil1lla).
.':J i n r.::re o cu lJ' U'tit' en uen1í.lsía, en cau u cas( ), J ) ( JI ' I( I ~ ( li ~l..'ú (}S
POi"('1 CO ill i' !1!p {W ' e/ SiSt CIIIC/ el) J i l1l (.'i()II (¡¡ lI i~'II W '(idn,,' /n.., l'U ,' I,' / J¡"¡U: :'',I1(('0 hinl d'e rJs('r' hu
dt'::c o .r a tiv o ~'; (~e IeJ. cen:lnüca o los d ifer entes es tilos ;\ I ' I I ~ 1 ii 'C l ~'; . al c(,' /u r im m '!l fl' i1 lo la rgo dé' f(ls Iroy ceto ¡'i (:'.' de ill i eIH'ill l 'ir ';U. )'
42 TEORÍA ARQ lJEO L(}<il CA . UN A IN rl ./..O IHJCU ()r\ LA « NUEVA AR O ljEO].O G IA» 43

(1964) de fini ó la cult ura co mo «Ía forma ex traso m át ica de adapta - pleto que hab ía detrás, ta nto del «ind io » co m o del «o bje to ». Este
ció n al m edio de los seres hu manos ». énfasis teorético so bre la im portancia del m ed io externo co ndu jo a
Binford quen a significar que m ientras q ue los a nimales se interesarse po r el m at erialismo cu ltura l (lo m a teria l preva lece so-
ada pta n al m ed io a través de sus cue rpos - la ji rafa tiene un cue- bre lo mental ), la ecología cu ltural y la s for m as de la eco nom ía de
llo largo para alc an zar los tall os tiernos de la copa de los árbo les su bs is te nc ia. Las nu eva s actitudes co n relación a la teoría avanza-
de la sa bana, los oso s polares tienen una piel gmesa y un pelo es- ro n co nju nta men te con las nuevas t écnicas cientiiicas q ue fue ron
peso para resg uardarse del inviern o ártico- , los hu manos se descu biertas en el período qu e sigu ió a la gue rra; a nálisi s de fa u-
ada p tan al medio med iante la cult ura . Esta s ada ptacio nes cultu ra - na , pal eoet nob otánica , datación por ca rb ono- 14, dendrocronoJo-
les so n todas externas al cue rpo, es decir, extrasom ática s. gía, ctc.
Por lo tanto, las cult uras era n : Cuarto, se in sistió en el enfoque cientii ico . La Nueva Arqueolo-
gía veía a la arqueo logía tra dicion al como una d isciplina m od ela -
a) No ciertam en te un saco lleno de no rmas di st int as aleato- da con las técnicas de la h istoria tradicional en la qu e las cult ura s
ri a me nte ad quiridas, sino un sis tema en el que los d iferentes co m- ocupaban el luga r de los gra ndes ac to res de la h istori a, siend o su
ponentes se relacion a n unos con o tros co rno corre spo nde a un sis - objetivo la recon stru cci ón de aconteci m ien tos part icula res en el
te ma en fu n ci o n amiento . ti emp o . Puede pa rece r q ue es ta ca ra cte rización no es ajustada, ni
b) Un sis te ma co m parable a o tra clase de s istemas co rno los con relació n a los arqueólogos ni co n relació n a los hist o riado res
descu bierto s en el mu ndo físic o y ani ma l. tradicionales, pero co nd ujo a los n uevos a rq ueó logos a utilizar la
Cie ncia co mo ca ta pulta para la arqu eo lo gía . Segú n Wat son, Red-
La teoría d e siste m a s se rá exa m in ad a co n m ás a m p li tu d e n el m an y LeBla nc en su obra Explanation in Archaeology: An Expli-
ca pítulo 5. Por e l mo m ento es importante fijarse en que permitió citly Scintiiic Approach ( 1972) , la con tra siac i ón cientí fica de las hi-
a la Nueva Arqueo logía hacer d os cosas . En prim er lugar; a bu ndar pótesi s da la m ed ida del progre so de la arqueo logía .
en la idea de generalizaci án, Cu lturas d iferen tes pueden haber te- Quin to, se insis tió en la noción de proceso cultu ral. El con cep-
nido es tilos art ísticos diferen tes y rito s fun erarios d istin tos; sin to de «proceso » es clav e en la Nueva Arqueología , au nq ue sea algo
embargo, sus sistem as sociales básicos p ued en ha ber mostrado si- dificil de captar. Involu cra a disti ntos aspectos re lacionados que ya
m ilitudes fund am entales. En segu nd o luga r, ayu dar a los n uevos se han tocado:
ar q u eólogos a ser 111ás optimistas acerca de lo q u e la arqu eología
podía consegui r. Un o de los asp ect os menos a tractivos de la ar- a) Qu erem os ser expli cativos más que meramente descrip ti-
queología tradicio nal era su pesimismo: n un ca podremos llegar a vos - pregu ntar el por q ué de las cosas en vez de sólo el cuándo .
reconstruir la vida re ligi osa o socia l de los pueblos de l pasado; a lo Una secuencia cultural tr adicio na l co mo la de Ch ild e (figura 2.2 )
su m o, sólo est abl ecer cro nologías . Ja mes Deetz escri bió : puede ser muy vali osa para describir una secue ncia , pero no nos
dice n ada sob re el po rqu é de la sustitución de u na cultura por
El dar im port ancia a las inte rrelacio nes es e nc ia les de los s is te- otra en el tiem po , o no expliq ue po r qué u na in novaci ón como la
111a.S cu ltu rales TlO S perm ite co m p render m uc ho s as pecto s a part ir de metalurgia tie ne una di fusión rápida o lenta. Como se pued e ve r;
rel a tiva m ente pocos... es ta ce rtid u mbre es co mo mínimo un a res- este tipo de preguntas exp licativas tiene relación co n el pri mer
puesta pa rc ial a los problem a s pla n teados por la in sufi ci encia del re- punto clave de la Nueva Arqu eo lo gía , el én fas is en la evolución
gis t ro arqu eológico (Deetz, 1972: 11 2). cult ural.
b ) Queremos indagar en los procesos fund ament ales en vez
Tercero , si la cu ltura era adapta tiva, lo era con re lació n a un de co ntentarnos con el «r uido » de fuera . Des de es te punto de vis-
en tor no ex tern o. Para el arqueólogo Kenl Flannery, no se tra tab a ta, qu e la cerámica tenga u na decora ció n en zigz ag es sec undario .
de observar los o bjetos y aprender a través de ello s co sas so bre las Lo importan te es contemplar la ce rám ica com o un objeto de co-
culturas humanas , sin o de recons tru ir el sistem a eco lógico corn - mercio, indicat ivo de una especializació n artesanal y reconstruir el
1 ,\ "N III .',\',\ ¡\ h:.() I : I·:( ) j,l Il : I l\ » 4~
44 TEORÍA AR U lJEOL()( ; It'/\ . ¡: N A I N II{ ()] H '( '( '1(1 ,\

proceso por el cu a l, por ejem plo , el d esarro llo con el tiempo d e re- hu rgo , el critcli o <'Illp lea do pOI el es pec ia lis ta para ju stifica r que
des comercia les ti ene q ue ver co n ta l espe ci a liza ció n. Los fenóm e- un o bje to de joyería se co ns id era ba «d e u na prim e ra ép oc a » y otro
nos pa r ticu lares siem p re son suscep tib les d e variac ió n : ta l com o se co nside ra ba «de época ta rd ía » rarame n te era explicado.
sucede co n la econ omía o la sociolog ía , lo im p ort a n te es la ten - En s u libro Analyt ical Archaeology, Da vid Clarkc utilizó muc hos
de nci a su byacent e . d e lo s concepto s de la arq ueología tra di ciona l - tipo logía, conj u n -
e) Qu eremos observar el ca m b io e n el la rgo p la zo . M uc hos to, cult u ra, por ejc m p lo- , pero a rgu men tó abiertam ente y de for-
nuevo s a rqueól ogos argüían q ue si se q ue ría ha ce r a n tro po logía ma explícita cómo deb ía n defin irse. Pa ra Cla r kc, el req uerim ien to
se debía empeza r po r e l presente . La mayor ,v q u izás única contr i- a ser exp lícitos y p recisos en el uso d e la te r m inología era la pu n -
bució n d e la a rqueologí a a un estudio a m p lio del ser h umano ta d e la n za d e la Nueva Arqueo logía .
de be hacerse desde la pe rspectiva a la rgo plazo, perspectiva q ue Un aspec to rel acion ad o co n todo es to hacía re fere nc ia a la ne-
n o pueden obtener los a ntropó logos por trab aj a r sob re el presente cesidad d e fun da m e n ta l' el tra b ajo arqueol ógico en la resolución de
o sobre el pasado m ás r eci ente. problema s; es decir, que existía la c reen cia de que sól o tenía senti-
d o exca va r o, e n t érm in os m ás gen e rale s, hacer investi gación ar-
E n este sentido, la Nueva Arqueologfu com p a rt i ó muchas de las q ueológica , armados de interrogantes cien tíficos . De llu evo , pues ,
preocu p acion es sobre los ritm os del ciclo largo de la h istori a con los la relación co n la n ecesidad de co m por ta rse corn o científi cos: el
historiadores d el m ovim ient o A 111 tales , com o Ferd inand I3raudel , cien tífico contrasta hip ótesi s cs pec fficas , ~'e h ace pregu ntas muy
a u nq ue e n tonces a penas se llegó a ten er co ncie ncia de es os para lc- co ncre tas a n te la informac ió n recogida . E n el ca p ítu lo 3 veremos
Iismos en las ideas. y correspondi ó a post er iores ge ne raciones de cómo el hace rse preguntas co nc re tas o el co n trasta r hi pó tes is es -
teóri cos (a ños oc hen ta) se ñala r tales sim ilitudcs (véase cap ítu lo 10 ). pec ífica s se co nv ir tió e n el m eoll o de la id ea d e la a rq ue o logía
Mu ch o s nu e vos arqu e ólogos contras ta ron los proce so s c u ltu ra - co rn o c iencia.
les con la hi s to ri a eult ura l. Segú n su pun to de vista , la his tori a La sé p tima y última p reo cupac ión de la Nueva Arqu eo lo gía fue
tradicio nal n o ha cía o tra cosa que des cr ibir u n con ju nto d e hec hos la co m p re nsión de la idea d e variabili dad , es decir, la intelecció n
p olíticos m ás () menos fort uitos co rno bat alla s y nacim ientos .y d e- del materi al a r queo lógico en térm inos estad ísticos. Los arq uc ólo-
cesos de monarcas, sin llegar a ex p licar nada en rea lidad . Sustitu- gas del p asado se habían co nce n tra do a men udo e n los mayores y
yen do proceso por his toria, las tendencias o p rocesos a la rgo tér- rr. ás es pect acula res yacimi entos , o en los objetos m ás bellos . Los
mino que discurrían por d ebaj o de la superfic ie de tales a con te c í- nuevos arqu eólogos señalaro n qu e no se pod ía co m pren de r un a ci-
micntos aparecía n co mo los te m as d e estu d io r ea lm en te impor- vilización ur b a n a import a n te, pongamos p o r caso , sin exami nar su
t an t es. in fr aestructura rura l (otra vez la im po rtancia d e ob servar el siste-
Sext o, y más en gene ra l, h u bo u n a ten den cia a ser m ás cx plíc i- m a completo), y que n o se podía en ten de r la in fraestru ctu ra r ural
tos con re spect o a las influ en cias recibi das y los propios p rej u i- si n conocer el n ú mero de asen ta m ien tos ru rales que h a bfa . Por lo
ci os. Un bu en c ie n tí fico, se decía , n o usa la intu ici ón n i hace pre- tanto , lo que d ebía h acerse pa ra e n te n dc r a que lla civ ilización era
s u nc ion es impl tc itas : a l co n tra rio . deja claros su s met as e int e- co ncen tra rse en un est ud io siste má tico d e los ase ntamientos co -
re ses. Gran part e d e la Nueva Arq ueología es ta ba int c rcsudn e n rrien tes , e n ve z d e h ur ga r en o tro si tio de él ite co n m ul ti tu d d e o b-
p ronunci a rse abiertamen te so b re todo a q ue llo que s"' lo d l' forma je tos exótico s y bellos . Los hall a zgo s podía n se r me nos cs pc ctacu-
tá cit a se p resuponía. Un b uen eje m p lo d e e llo pue de Vl' 1S<' e n los la res per o la co m p re nsió n del s iste ma co m pleto de ocu pación del
trabajos tipol ógicos, es d eci r, de clasi fica ción d e lo s " h i<' los sl'gÍln
., territorio sería m u cho m a yor ,
su forma . Se acepta ba trad ic ion a lm en te q ue los "hic' IIIS .k-bran Pa ra en tender la varia bilida d los nu evos arq u e ólo gos d eb ie ro n
clasifica rse y que tal clasific a ción ten ía que ver <..:0 11 1:, SV l ' l l c l l d a estu diar de una forma crú ica las teo r ías y las téc n ica s del m ues-
cron ológica : los arque ólogos d ecían cosas CO l110 «la.... v.r:... ij : l -, d I. ' re- treo . Para co mprobar la va riab ilid ad se de bía tener m uy claro que
rárnica con el paso d el tiempo a do p ta n formas Il l :b I lllI ,! ' ; I( I: I" » , o se es taba examinand o una muestra representativa d e yaci m ientos
«este estilo de joverí a se abandona d urante es te P \,.'I"11H I4 1\' . S i l l \, ' 111 ~ arqueológi cos . Ken t Fla n nery explicaba un a memorable historia
46 TEORfA AROlJÉOLÓG I CA. UNA INT RODUCCi ÓN L A HN I JE VI\ 1\1{() l ! E() U )(i ]¡\ ) 47

de un arq ueó logo me so a m erica no que só lo renu nciaba a estudiar pean Saciety , de Ch ilde , presenta n un m od elo di námico en el cual
un yac im ie n to cua ndo se veía forzad o a po ner la primera m archa las cultu ras indígen as son a nalizadas en sus as pectos d inámicos y
de su Jeep pa ra llegar hast a la cima do nde se encontra ba el yaci- cr ea tivos.
mi ento. En re spuest a , los nuevo s a rque ólogos explora ro n métod os A pesar de to d o, las crí ticas de la Nue va Arq ueología eran per-
alea torios de muest reo . tinentcs. Para nuest ro propósito de intentar co m pre nder el lugar
Mu chos de los peores as pectos de las act itudes tradicionales que ocu pa hoy la teo ría , no es primord ial determina r si la Nueva
que lo s n uevos arqueólogos fust igaron todavía perviven hoy día. Arqueología era o no preci sa en sus crí ticas ; no s interesa sobre
Hace poco s años, recue rdo qu e pregu nté a un preem inente profe- todo co mprender por qu é la Nu eva Arqueol ogía se desarrolló en el
sor que había es crito vados libros infl uyentes sob re arqu itec tura sentido que lo hi zo. Nu est ro bre ve es bo zo sirve a tal propósito.
tradicional, cu ántas casa s de una cierta époc a y tipo había en un Es igual m ente ci erto que mucha Nu eva Arq ueología no era
determinado co ndad o de In glat erra. «Oh - d ijo- , una can tidad realmente nu eva. Com o tantos otros m ovimient os teoréticos en ar-
enorme.» Sí, pero ¿cuántas? ¿Decen as, cie ntos, miles ? «Bien, m u- queología, tom ó cosas de prestado de o tras dis ciplin as. El tr abajo
ch as, aunque n o m e arriesgaría a da r una cifra concret a », replicó . del antrop ólogo cultu ra l Lesl ie White fue particula rm ente influ-
¿Y cu án tas pudo haber en tal área adyace nte? «Rea lme nte pocas ." yente. Su libro The Science al Culture abundaba en la neces idad de
Y, ¿qué proporció n de casas de tipo A y de casas de tipo B había un enfoque científ ico y defendía una idea de cu ltura co m o siste -
en las do s áreas ? «M rnrn... O se a , qu e ust ed no tiene inconve-
)l ma. Otro a ntropólogo , J uli a n St eward , ha bía hablado de ec ología
ni ente en afirmar q ue se enc ue n tra n co n m ás frecuencia casas de cultural y de adaptació n en sus trabajos. Los pri me ros trabajos de
tipo A que casas de ti po B en u n área, pero no en la o tra , y q ue de Binford dejan clara su profunda de uda ta nto co n Wh ite co m o co n
es tas observacione s podemos sacar conclusio nes ace rca de los ni- St cward, Finalmen te, el pa pel otorga do a la teo ría de sis temas
veles relativo s de ri que za e n la s do s á reas . «O h , s í, es tá m uy da- tenía much o q ue ver con el énfas is de Walter Taylor en lo que él
ro ... » No hace falt a se r u n co ns picuo nuevo a rq ueó logo para ver había llam ado «u n enfoq ue co njunt ivo » en su tra bajo de 194 8,
que ta l ra zonami ento no augura nad a bueno sobre la co m prens ión A Study 01' Arch aeology, No debe olv idarse que Whi tc , Steward y
del registro arqueológico. Taylo r estaban en m inoría en sus resp ectivas di sciplinas. White en
particular estaba escribien do co ntra la antropología cultu ral orlo-
Sigo un poco escép tico. En primer lugar; los arqueólogos anteriores a la doxa de su tiempo cua ndo sus puntos de vist a fueron adop tad os
Nueva Arqueología no eran aq uellos tipos secos .v estúpidos qu e los Iluevos por los arqueólogos.
arqueólogos nos ha n contad o. Ellos ya hicieron muchas de las cosas qu e és w

Por su orien tación antropológica, la Nueva Arqueología puede


tos nos han in culcado. Ffjese sino [>11 el trabajo de Crahame Clark en St ar
asociarse m uy esp eci alm ent e co n Norteaméri ea . En Gran Bretaña,
Carr, donde }'a en los mios cincuenta se realizó WI estu dio ambienta l. O el
nuevos arqueólogos co mo Cla rke y Renfrew ob tuv iero n un gran
trabajo de Alired Kidd er tan to en Mesonnierica co mo e l l el su doeste de Nor-
teameri ca. Y Carda n Ch ilde ~IO puede ser acu sado de la m ayo ria de los pe- predicamen to, pero en su co nju nto el im pacto de la Nueva
cados con los que la N ue va Arqu eologia inten tó cu lpar a los hi storiadores de Arqueología no fu e tan revoluciona rio co mo en Norteamériea .
la cu ltu ra. Sus libros Los o rígenes de k, civilización y ¿Qué suc ed ió en la Creo que hay varias ra zones para ello.
hist oria ? están lleno s de imágen es dinámicas; 50 11 libros qu e tratan de ex - La primera tiene que ver co n la orga ni za ció n insti tu ciona l de la
plicar el po r qué de las co sas, qu e no olvidan los proceso s [undamentales... arq ueolog ía . En Nortca m érica hay muy pocos departa mentos uni-
versitar ios dc a rqu eol ogía . Mu chos arqueólo gos académ icos traba-
Tu análisi s co n tiene much a ve rdad . La arqueo log ía tra di cion al jan en depart amentos de antropología siend o allí la minoría. Algu-
no fu e n ecesari am ente el empeño estrecha men te descriptivo y es- nos arqueólogos clásicos o hi stóricos encuen tran em pleo en cua l-
téril que la Nu eva Arq ueología pi nt ó. Hay que decir qu e mu ch os quier otra parte . Por co ntraste. en Gran Breta ña los departamentos
tex to s tradici onales sobre mi gracion es y di fusi ón de element os de arqueología , o co ns tituye n es tr uctu ras plenamen te au tónom as ,
culturales realmen te eran algo m ás qu e descriptivos y sí plantea- o están ligados a los dep art arn ent os de hi sto ri a . De ahí que a un
ban motivos y causas . Algunos libros co mo The Prehisto rv 111' Eu ro- licenciado de los años sesenta y setenta en Estados Unidos con
4H 11 ;,( ) I{ l A ¡\ I{() U 1:0 [.( )( ;](';\ , l l ~ j\ I :--J T IH JlJU Tlt IN
L A 1<\lL:EVA ARQU FO I.OG 1A» 49
in tenció n de h a cer el doctorado so bre a rq ueología y opta r por in - n ic o s, como e n ge ne ra l los eu ropeos , perciben la arq ueolog ía
tegrarse en la u niversidad se le ex igía do m inar la antropologí a. preh ist óri ca co mo parte d e «su » pasado , Esta percepció n, acertada
pa rticularment e la teo ría antro poló g ica , donde había de encon tra r o err ónea , ha s ign ificado que tanto la in terp re ta ci ón arqueológica
m u c has d e las ideas so bre e volución y aná lis is sisté m ico di scu tidas e n e l pasa do , co m o hoy d ía en el prese n te , hayan sido im pre gn ad as
m ás arriba. Po r co ntras te , u n licenci ado h ritánico se gu ra men te a fo nd o por las se nsib ilid ad es nacio n a list as, a m enud o e n s us va-
tendría me nos prep araci ón te órica e n ge ne ral .v U Il m u v ele men tal riantes políticas m as desa gradab les . Por o tru parte , e xis te la le n-
con oc im ie n to del m étodo a n tro pol ógico. denci a a con tem plar la prehisto ria y la hixtoria co m o p ar te d e u n
Esta diferen c ia o rga n izu tiva o ins titucio nal tradu ce percep cio - con iin uuni , por lo que se difu mina la apu re utern cntc rad ical divi -
nes distintas acerca del pasado . La arqueol ogía a m er ican a se divi- so r i a entre arqueol ogí a p re h is t órica ~.' arqueol o gía hist órica.
d e entre los que estudian las c ult ur as «Ila tivas» del Nu evo Mund o Por tod o e llo, los a rq u eó logos bri tánicos ti ende n a d esp reo cu-
y los que estu di a n la «a r queo logía histó rica » de las colon ias del par-se un poco acer ca d e la necesi dad de a b u n dar exp lícit a me n te
Viejo Mundo, h asta e l pu n to qu e la pa labra a rqueología referida a en las gen erali zaci o nes teóri ca s que justifi quen su traba jo , s intié n-
los nativos ameri ca nos a m enud o se d elet rea de forma d istinta, ' El do se b ast ante có mod os co n u na id ea de la a rq ueo logía com o si r-
a n tr opólogo Fr a n z Boas tuvo u n papel de stac a do a princi pios d el vie n ta de la hist o ria. r.a Nueva Arqueol ogía tu vo menos imp acto
siglo xx en e l m a nteni m ien to de la arqu eo logía dentro d el ám bito incluso en la Europa co n tine n ta l que e n G ra n Bre taña , tamb ién
de la a n tro pología e n No rtc am érica . La a n tropo logía tra dici ona l- por com p lejas razon es h istó ricas . La Nue va Arqueologí a tamb i én
mente ha te nido que ver co n «o tra s cu ltu ra s » y no tanto co n «no- tuvo menos impact o e n ge ne ra l en e l es tud io d e los períodos h is-
sotros m ismos». Com o n1UY po cos nar ivos a me rica no s se ded ican tór-icos más pró xim os en el tiempo : fue rea lm e n te deci si va para los
a la arq u eo logía a m e ricana , las c u ltu ras del Nu evo Mund o han es tu d ios sob re preh istoria e uropea , fund amen ta lm ente d e l pa leolí -
sid o y sigue n sie ndo pe rci b ida s co mo algo que tiene q ue ver, n o tico , y mucho menos para la arqueología romana , m edie va l y post-
tanto con el «no so tro s », s ino m ás bie n con el «e llo s ». S i uno va a la med ieval.
Sm ithson ia n In stitu tion e n Washington enc o ntra rá el Mu seo d e C reo que incl uso hu bo Ull elemen to d e tipo prác tico en e l difc-
H isto ria Am eri can a , por un lad o , do n de se exp lica la histo r ia de los ren t e im pacto causado po r la Nueva Arqueo logía. Sitúese un o en
b la nc o s, y por otro , el Mu seo de Hist oria Na tura l, don de se expo- me dio del desier to de Ari zon a v verá mu ch o m ás cla ra Ja n ecesi -
n e la flora y la lau n a del Nu evo Mundo , as í co m o la h istori a d e los dad d e la teo ría d el m ues treo yd e com p re n d e r la va ria bilid ad , En
na tivo s arncri ca n os (aunqu e e n es tos m om ento s hay p royec tos que contrast e , el paisaje bri t áni co , in te risarnc n tc c olo n izado durant e
estu dian cambiar es ta situaci ón. ) E n el pasad o, d e termi n a dos h a- milenios, está pla gad o d e ase n ta m ie n tos , much os de los cu a les
l1azgos arqueológicos hab ían sido int erpretados corn o pruebas de l han sid o estud iados a ro nd o du rante los últ imos d oscient os a ñ os,
rastro dc las Trib u s Pe rdidas d e Israel, o de grupo s a nálogos , pues- La rn avor ia de las unidad es básicas qu e a r tic u la n el pa isaj e britá-
lo que se asu rnía qu e lo s nati vos a m erica nos eran dem asiad o pri- n ic o (lím ites territoria les , áreas boscosa s) tie n e n u na forma ir re -
mitivo s p a ra h aber p rod ucid o cie rt o tipo de objetos, Tales teorías gu l al' y una a nt igü ed ad de siglos o m ile nios, 1' 01' e llo , m uchas d e
fuero n co m p leta m en te a ba ndo na d as por la a rqueolog ía e n los las técn icas de la Nu eva Arqueología , q ue pa recen e no r m em en te
a ños sesenta . interes a ntes co rno estrateg ias funcio nales e n el d es ierto de AriLU-
Para los a rque ó logos britá n icos la si tuación es diferente, El sitio na , res ultan e n ca m bio co n tra p ro d ucen tes en el palimpsesto den-
prehistórico d e Stone he nge se uti liza corn o sím bo lo d el «pa trimo- sa rrren te p o blado qu e es el co nd ado d e Wesse x,
n io d e In glate rra », a unque fue cons tru ido en tre 2000 y 3000 años
an tes de qu e lo s "ing leses » llegaran a las costas d e lo que a hora co - ¿ Qué pasó co n todo aquel entu siusnto iuvenil? Apuesto a que 110 llega-
nocemos como Inglater ra, segú n la histori a tradicional. Los hrit á- ron. ntuv lejos.

Much a s de las ru tas qu e sigu ió Ja Nu eva Arq u eología será n cxa-


Ar c1I1:()/of},V en vez de orcha eoloee. (N. dd i¡ mirradas en post er iores ca p ítu los. Ocurr ió qu e in evi tab le ment e Jo s
50 TE OR íA ARQUEOLÓG ICA. UNA INT ROU UCCIÓ N LA «(N UEVA AROUEO U )(jí A)) 51

nuevos a rqueólogo s se h iciero n viejos. De ser uno s jóvenes in vesti-


ga d ores en tu siast as con ganas de d a r u n revo leó n a la arqueo log ía ,
se conv ir tieron en profesores co n el p u est o de trabajo seg uro, que
s u pe rvisab a n el trabajo d e nuevos estu d ia nt es e in vest iga do res , y
ocuparon ca rgos en com ités influy e ntes con vo z y voto so bre los
~
orga n ismos res ponsab les d e fina nciar la a rq ueolog ía . Mu c has d e
las figu ras clav e en lo s inicios de la Nu eva Arqueología nu tren la
(
actual ge neración de ca te d ráticos.
Al madura r la Nueva Arqu eol ogía y desarrolla r un corp us teór i-
co propio pasó a d enom in ar se p rocesuolismo. To mó ta l d e no mi-
nación por el énfasis pu est o en los p ro cesos cu ltu ra les (el pun to
clave número cinco ). Lo s procesu a líst as b usca n , p ues, las gen er a-
lizaciones y ti end en a usa r m odelos sisté m ico s o funcio na les,
- - Northern
Group
CASO 1: EL E NIGMA DE LOS ME GA LITOS
" SI. Malo
Group
Las tu m bas m egalíticas de Europa occidental constituye n un
exce le n te ejem p lo d e la mane ra e n q ue la Nueva Arq ueo logía a brió
nuevas pers pectivas para la com p re nsió n del pasado , Se trata de
e nterram ie ntos m onumen tal es ge neralmen te cole c tivos, constru i-
dos con grandes pi ed ras. Los estu d ios trad icionales sobre m egali- o
Ang~ elu
Ruju
tos se h abían concentrado en su datación, tip o logía y d ifus ión. Es-
pecia listas como Glyn Daniel ha b ían clasifi ca do los mega litos en
subgrupos d e acuerdo con su d ist r ib uc ión geogr áfica a lr ede dor
bC:
><
:l'~=':
:. ~ :9: : :.: :=:_D
:--...: ~';;:P)
S.--Italiaq;
del occidente Medit er r án eo o la cos ta Atlá n tica (véase figu ra 2.5). Millaran • Tholg¡
Group , "----.:
Aunque no di sp on ían d e téc n icas ci en tíficas de da tación co mo el ' ~.l
carbon o-14 inten taro n es tab lecer cronolog ías ap ro p iadas para ca da Crelan
grup o basá n d ose en el pa recid o de los m onu me n tos , p uesto q ue Tholoi
se asum ía que la s similit udes en la forma era n fruto de l co n tac to .
En últim a in sta ncia los m egalitos pod ían d a tarse co n referencia a
i FIG. 2 .5 . Lo s or ígenes de los megalitos .~ egú n G íyn Da niel (1 94 1J.
s us s u puestos predecesores m ed iterráneos , por ejem p lo , los temo
pl os de la isla de Malta . Es tos últ im os podía n a s u ve z se r relacio-
n ados con las civilizaciones h ist óricas del Medit err áneo o rie n tal. IllÚS a n tiguos q ue s us su puestos a n tecesores medit errá n eos . Algu-
;:'
Había una asociació n m uy cla ra e nt re la teo ría (la im p or tan cia de nos co lega s respondieron ca m b ia ndo sim ple men te el se n tid o d e
la tipología y la idea d ominante de la d ifu sión ) y la práct ica a r- las Hechas, d e m anera que las in flu encias p ro ced ían a ho ra de la
queológica (la n ecesidad d e es ta blec er u na cro nología sin la cual costa Atl ántica , pero Ren frew su girió que en ve z de in ten ta r pro-
no se podía en realida d d ecir nada ). ha r o reb a tir los vín cu los di fu sio ni st as se deb ía n b usca r lo s m oti-
Colin Ren frew cuestionó esta interpre ta ci ón, Usó una cronolo - vos que expli casen por qu é se co nstr uyero n tales monumentos or i-
gía obtenida del radiocarbo no ca librada med ia nt e la d en d ro c ro no- ginalmente. E n pocas pa la b ras, debemo s aterida men os a la crOIlO-
Iogía, para mostr a r que los mega litos de la costa Atlánti ca eran logia y la difusión y m ás al desarrollo de los procesos subyacentes.
1./\ «NlIEV¡\ A[H)lF.OI.{)(;]/\» -"
52 TEORíA AROUF,OLÓGICA. l;NA !\JTR()[)[:("{'I(')N

Para decirlo de otra forma, debíamos no contentarnos sólo con da- te esta situación, las distintas comunidades podrían haber C0111pe-
lar y describir el fenómeno de los megalitos, sino procurar expli- tido por la tierra. Las tumbas rncgalíticas servirían entonces para
carlo a fondo. señalizar la tierra perteneciente a los distintos grupos, por refe-
Rcnfrcw sugirió que los megalitos POdÜ1Il ser man-adorcs terri- rencia a los antepasados enterrados en ellas.
toriales. Explicó que mientras que las prirneras comunidades agrí- Por lo tanto, la argumentación de Renfrew contenía los si-
colas avanzaron de este a oeste él través de Europa, dispusieron de guientes clcrncntos:
toda la tierra quc quisieron, pudiendo si mplernentc, cuando el te-
1. Una explicación )' no únicamente una descripción de la
rritorlo ocupado empezaba a saturarse, expandirse hacia el oeste
hacia nuevos territorios, hasta alcanzar la costa Atlántica, donde va existencia )e' distribución de los megalitos.
no encontraron más tierra para proseguir: Por otro lado, corno es- 2. El uso de analogías ctnográfic.», sacadas de sociedades que
tas áreas atlánticas habían soportado un nivel de población alto se pensaba tenían Ull nivel similar de desarrollo social, con objeto
durante el período mcsolítico precedente, lo que pudo haber pro- de dar solidez a sus argumentos; por ejemplo, algunas estructuras
vocado una cierta presión sobre la tierra, Renlrew sugirió que. an- rnonurr-cntalcs polinésicas vinculadas él determinados linajes en
competición por la tierra.
3. Un énfasis en los factores ambientales y consecuentemente
en la necesidad de adaptación al entorno: la falla de tierras.
4. Una interpretación de los megali tos no corno un rasgo dis-

C;; ti nt ivo definidor de culturas, sino C01110 un elemento funcional de


un sistema cultural total.
5. La contrastación de su modelo: mediante el trazado de di-
visiones hipotéticas entre los mcgalit:», de una isla escocesa de las
Oreadas, Rcnírcw reivindicó haber demostrado que los megalitos

~~ ~
se disponían en el centro de posibles territorios. cada uno de los
L • 1 rv ¡ : cuales tenía un tamaño aproximadamente igual (figura 2.6).

Conclusión

Si la Nueva Arqueología fue una revolución, sufrió los mismos


prohlemas que acostumbran a sufrir todas las revoluciones. La
Nueva Arqueología tuvo un eslogan doble: ciencia )' antropología.
Pero corno ocurre con muchos eslóganes revolucionarios, al tratar
de poner en práctica los contenidos que proclaman aparece la dis-
cordia y los desacuerdos.
o 1 2 km Los próximos dos capítulos tratarán sobre esas cuestiones. El ca-
L '--------J pítulo 3 se preguntará: (:Qué queremos decir con la palabra «cien-
cia»? El capítulo 4 se preguntará: ¿Qué queremos decir con la pala-
bra «costrastar»? El capítulo 5 se preguntará: ¿CÓ1110 funcionan las
FTG, 2.6. El mapa de los mcgolítos de Rousav, islas Oreados 1Ill!I'slm. SI',L:líll N.CII,fi-t,'ll'. sociedades humanas:', (:Qué significa realmente «antropología»?
«la distribución de los cntcrnnnicntos 1:.'11 CÚ¡¡¡UI'{/,'-, con rclacíon 1/ la I¡,'nd cllliivuh!i' Deberemos fijarnos en el carnirio cómo los debates dentro de
disponible 1-'11 epoca moderna \' (i los liipotctícos limites dívíscnío-. .'II/F<' n-nitono-:»,
la tcoria arqueológica reflejan los deba les que tienen lugar en el
Renirexv. 1973).
í
54 TEORÍA ARQ UEOLó GICA. UNA I NTR OD UCCl Ú N

seno del conjunto de las cie ncias humanas, tales co mo la historia ,


la sociología, la antropo logía cult ural, la política o la eco no mía .
Los problem as qu e pla ntea el método científico , la con tras tac í ón
de hipótesis o el funciona mie nto de los grupos hu ma nos so n cue s-
tiones vital es para el conjunto de las ciencias hum anas.

CAPÍT ULO 3

LA ARQU EOLOGí A COMO CIENCIA

Hay puntos de vista positivos y negativos co n rela ción a la


ciencia . Para los que sostienen puntos de vist a positivos la ciencia
cs una ma ra villa . Nos ha proporcio nado la medi cina modern a , el
tr ansp orte rápido y un nivel de riqu eza ma teri a l a l que pocos de
nosotros querríamos renu nciar. Con ocemos cómo es el m undo
gracias a los cien tíficos. E llos son tan podero sos, tien en tal do-
m in io sobre nu est ra s creencias y sen tim ientos que lendemos a
creer les in clu so cu a ndo nu est ra s int u iciones más pro fund as nos
demanda n pensa r de otra manera , como cuando cogemos un
avión. Pe ro pa ra los que sostie ne n una visi ón negativa , la ci en cia
puede res u ltar inqu iet ante y a la rm an te. Puede ser peligrosa y
o í endcr las se nsib ilidades más human as. La cie ncia tiene límites
morales .
Amb as vision es sobre la cie ncia tienen u n origen cult ural. Para
po ne rlo más claro, la ciencia se contempla de una determinada (ar-
ma por parte de la cultura occidental. El soc iólogo Augu st Com pte
sug ir ió qu e la ciencia era u na in stituc ión con tanta au toridad para
nuestra épo ca co mo lo ha bía sido la Iglesia ca tó lica para In gente
de la Europ a medieva l.
La socied ad mo derna occidental se basa en pa rte en u na idea
de Ciencia en mayúsc ulas . Todo s usamos el térmi no «científico»
com o form a de aprobación y el de «acien tífico» como forma de
desaprobación o a buso . Pero es tam os men os seguros de lo qu e
parece, de lo que queremos rea lme nte significar con el térm ino
"Ciencia », que ac abo de dignifica r co n una mayúscul a para distin-
gu ir la im agen dc la realid ad , ¿Qué es Ciencia ? ¿Hay diferen tes
formas de Cienci a ? ¿Qué form as de Ciencia (si las hay) debe tratar
la arqueología de tomar en consideración ?
56 T H JR íA i\ 1{{) lil · O I Ú ( i l( 'i\ . l r:-... !\ I \! T I{ (II Il I( "C"II ' \
1 .\ :\ I ' / I I ' I.I I I ( l l i l;\ ( 1 1,\·'1( 1 (' I I ' \. ( l A "7

Cuando la N ueva Arqu eo logía m adu ró tu vo que ha cer fre n te a ve rs ida dcs, so bre todo .: n Estados Unidos, la s ba ta s blan ca s de la -
es te último p r oblem a . Co mo hem os visto, el esl oga n «te nem os que bo rato rio sus tí tuve ro n C0 l110 uni fo r me de lo s a rqueól ogos a las tí-
se r má s científicos ) fue muv a ce r ta do , logr a ndo ag lutinar la s cr íti- picas cha qu e ta s ra ída s d e pa ño de lana con p ar ch es cn los cod os .
ca s a pro p iad a s sobr e el ca rác te r im p lícito v no sist em á tic o de gr an Sin e m bargo, el LISO d e técnica s ci en t íficas n o imp lic ó nccesa -
parte del tra bajo de u na ge n eruci ón an te r io r d e arqueó logos . Pe ro riameru c el uso del 1116toJo c ic n t íll co co rno en foq u e d ist int ivo para
la Nu eva Arqueol ogía tam bién de scu brió lo difíci l qu e era decid ir ace rcars e a l pa sa do . David Cla ke e sc rib ió qu e el u so de técn ica s
q ué q uería n deci r rea lm en te con a q uel es logan . cie ntífica s «no hace de la a rq ueo logía una ci enci a d e la m is ma m a -
La a rqu eología 1I 1i1j z6 las técn ica s C O ll1() u na d e las vía s p a ra nera q u e u na pa la de palo no co n vie r te a u n ho m bre e n un árbol-
m ejorar su carác te r «cien tífic o» . El perí odo q ue s igui6 a la se g u n- (Clnrk e . 1978: 46 5). Para la a rq ueóloga tr ad ici o na l J acquet ta 1Iaw-
da guerra m undi a l c o n tem p l ó un a u tén tico boom en el nú m ero y kes, la a rquco logla ~ i g u i {) s ien do esen c ia lm ente un a ocu paci ón
alc a nce de la s técn icas usa d a s pOI' los ar q u eó logos, incl uyend o el human ís tica y n o ci en tíf ica : «po r rnás que lo s m éto d os e m p lea d os
u so de los o rdenadores. el est u d io d e r estos amb ien tal es, la elabo - sea n científicos, el obje tivo fin a] es de natura le za h ist órica » (I law-
ración de d ia gra m a s (k p ol en , el li S O de técn icas de d at a c ión corn o kcs, 1968: 257) .
e l ca rbo no-14 y la d cnd ro cro n o logra , el es t ud io geo morfoi ógico de Pa ra resu m ir, se inc remen t ó el uso d e una ba tería de t écn ica s a
los s ucios. la p a lcoputologt a , e tc. Aun que n o m e de tuve ti d iscut lr fin de fa cili ta r la da taci ó n , el conoc im ie nto del m edi o , e tc . Esta s
es tas técni ca s e n el cap ítu lo a n teri o r, pa ra m ucha ge n te co rn o D <.I- técn ic a s nos han proporc ionado más y m á s da tos potencialm ente
vid Cla rkc , el de sarro llo de téc ni ca s cie n tífica s fue a lgo luu d a m en - úti les para el co nocimie n to del pa sado. Per o a ún tene rn os de la nt e
tal par a la N ueva Arqu eología , cl abism o que se pa ra el prese n te del pa sado que di scutimos en el
E l desar ro llo de técn ic a s cic n tfficas ge neró un problema d e es- ca pítu lo 2 e ilustnun.», con la figu ra 2 .1. Nuest ras t écni cas d e ori-
pec ializac ión. Un arq ueólo go de 1945 se veía obli ga do a co noce]' gen científico acumulan in cl uso m á s datos hov en día. S i el abism o
los fundam ento s m ás el em e n ta les d e la esta d ística v los prin c ip io s sigue siendo in fr anquea ble t ' S que la s afirtna ci ones qu e hace rnos
de la ge ología ; uno de 1980 ten ía q ue sa ber in ter pr eta r u n d ia gra- co n relació n a l pasado s ig uen sien do «a c ic n tffica s» po r má s b lan-
m a de p ole n , m anejar ser ies esta d ís ticas m ed ia n te o rde na dor ." sa - ca s qu e lleve mos la s ba La s de labora torio o por m ás dine ro que in -
ber q ué p odía saca r d e un a ga m a JllU Y co m pleja d e técnica s es pe- virt a m os en ins tru m en tos de la bo ra tori o cada vez m ás s ile nciosos y
cializad a s. cf'c ien tes. En ca m bio, si el abismo puede franquea rse co n seguri -
Tod o ello pr ovocó ca m b ios en el modelo de finan cia ci ón de la dad medi ante el uso de m é todos sac a dos dc la s ciencias natu ral es,
C 0 1110 pen sab a n los nu evos arqu eó logos, ento n ces¡ la arqueolo gía
ar qu eología a cadémica. E n los Estados Unid os de Am érica la ar-
q ueología pasó a ser fin an ci a da por orga n ism os COlUO la N a riona l po drá d ecidida m ent e lla m arse cicn ttfica a l ma rgen ele qu e llevem os
Sc ie nce Found a rion . En Gra n Breta ña , co rn o en la m av o r parte d e o no b ata s b la n ca s, o man ip ulemos eq u ipos ca rí s imos.
E u ro p a, la fin anci aci ón s igu ió provin ie ndo d e o rga nismos ded ica -
dos a l foment o d e las «hu m a n id ad es» . No o bstante , en Gra n Bre -
taña tambi én a cab ó por in cre m en tarse la can tidad d e d in ero dc d i- Defin iciones d e Cien cia
cada al desa rrollo ele té c n icas ci en tífica s, prim c ro a tr avés d e un
com it é para el fom en to d e la a rq u eolog ía ci en tífica y d es pués a La Nu eva Arqu eología s ug irió el us o del m étodo cientí fico CO Jll O
travé s del Nat u ral Environ rn c nt Researc h Coun cil, soluc ió n a l problema de la ill!erelló" . Si lo s arqu eó logos n o dis..
De es ta m a nera, la act ivi da d a rqueológica fue a d qu ir ien do un poruan de m ed ios seguros para eva lu a r has ta q ué pu nto su s a rgu -
a ire m ás «c ien u fico». Los arqueó logos, a n tes co n finados e n po lvo - memos era n válidos, er a na tu ral que m irasen co rn o lu hac ía n los
r ientos c ua rtos llenos de tra s tos, fue ro n ocupand o sa la s m ejor c ien tí ficos ele la na tu raleza . Las cie nc ia s d e la natu ra leza co m o la
eq u ip adas, anexa s a la bo r a to ri os (a me nu do torna da s de segu n da fí sica. la qu tmi ca y la bi o logía , a paren te men te m ostra ba n un gr a n
man o tr as mudarse él insta lacio nes nuevas su s inqu ilinos ori gi na- éxito en s u em pe ño por desc ribir v exp lica r el Iu nc iona m ie n to del
les , los "respe ta bles » quími cos , físicos y biólogos). E n m uc ha s uni - pla ne ta, co mparado co n otras fonn a s d e pe nsa m ien to co mo la re -
ss TEOR IA ARO lJEOLO( ;Il't\ . tJf\:1\ INTR OlJ lJC('I O N 1'\ 1' I ~ t ) II F () U J( ;( ¡\ ('()i\1(l CII ",NClA s<¡

ligión O el mi st icism o. Este argume nto sa lió refo rzado por el éxito 1. U N CONJU NTO DE CON VICCION ES SOBRE LA MANERA DE CO~ D UC I R
disciplinario de la cie ncia. Aun qu e los puntos de vista individuales LA INVEST IGACtó N CIEN TfFICA. E NTRE ESTAS COKVtCC IONES
sobre la cicncia co mo teo ría fueran distintos, no había posibilidad CABE INCLUIR:
de discusión so bre su éxito co mo disciplin a . Los científico s reci -
bían fondos para su trabajo y eran escuch ados por los go bern an tes. a) La idea de que debem os separar la teoria del método. Si te-
nemos do s o m ás teorías en com petencia para explicar un fen ó-
m en o debem os acu dir a algún tipo de métod o neu tro q ue nos sir-
El posítivísmo va para ju zgar cuá l de las dos teorías es m ejor No es bu en o tra ta r
de probar ta l test in depend ien te si nu est ro método no es neutro ,
E n ciert o se ntido TI a hay m otivos para entablar u na discu sión est o cs. si en un a de las teo rías se afirma que es el verdadero .
sobre si los arqueólogos han de ser o no científicos. Si cie nci a tie- b) La sep araci ón del contex to del descubrim iento de ulla idea
ne que ver con ac um ulac ión ra cional de conocim ien to, evaluada del contexto de su evaluac ion, No importa si no s dim os cu enta de
de forma rigu ro sa y sistemá tica , qu é duda cabe qu e tod os so mo s la ley de la gravedad sentados bajo un manzano O den tro de la bi-
científicos. (Co mo mínimo. todos que re mos ser co ns iderado s cien- bli ot eca , o en una aluc inación bajo los efectos de las drogas; lo im-
tíficos , aunque a nuestro s opon entes s iempre les pa rece q ue es ta- portante es q ue la existenci a de ta l ley pu ed a eva lua rse de for ma
mos fal tos de rigor, sis tem a o método.) La cien cia, entend ida de cie ntífica separadament e de es te co ntexto . Podemos tene r ideas
esta forma tan amplia, viene recogida por el térm ino a lemán Wis- muy buenas so bre procesos que tuvieron lugar en la prehistoria
senschait. Entendida de es ta manera, p robab lemente aceptarían sacadas de la etno gra fía co mpa ra tiva o de un a novela o de un sue -
considerarse como verd ad eros científicos incluso los más fervien - ño; lo im port a nte es q ue podamos con trastar nuestras ideas co n el
tes en em igos d e la a rq ueologí a co rn o c ien cia . registro arqueo lógic o para ver s i son válida s o n o .
Pero hay definici on es m ás es trec has de ciencia (figura 3. 1.) Una Los arqueólogos podrán decir, por lo tanto, qu e usan una idea
de estas de fin iciones sc llama positivismo, otra pala bra con d iferen- concreta o modelo sólo co n el fin dc in crem en tal- su co noc im ien to
tes s ig n ificad os. Los teóricos usan la pala bra «pos itivis m o» d e rn a - sobre algo. es decir, co n un propósito heurístico ; enc uentran el mo-
nera co n fusa, en sentidos distin tos seg ún el con texto. Aquí m e per- dc lo que va le a ba se de probar co n nuevas hipó tesis o co n posib les
m itiré ai slar dos de esos sentidos. interpretaci ones . Pu ed e q ue insista n en que ta les hipótesis o int er-
pretaciones han de ser form alm ente contrast adas.
e) Sólo es válida la explicacion generalizadora. Aquí la idea
Form as de hacer ciencia
de generalid ad está íntimam ente rel acionada co n la importancia
Cienci a
concedida a qu e los res ult ados sean pred ecibles y con tra sta bles.
Los res ultados han de se r pred ecibles, pu es , y deben repet irse para
ser válido s cie ntíficame nte. Podem os comprobar la ley de la grave-
POSitr smo ~ dad a ba se de obse rvar có mo caen m anza nas del manzano, una
tras o tra. La ley de la gravedad se formula como una proposici ón
general que tien e co nsec uencias predecibles. Si una exp l ic aci ón no
Positivismo
R.a~abel1 d es generalizado ra , si no pu ed e sug erir un m od elo de resultados co-
lógico
herente. n o será predecibl e y consecu en tem ente no podrá ser so-
m etida a prueb a s una y otra ve z.
d) Las afirmaciones que 110 pueden probarse quedan fuera del
Construclivismo Construcuvísm o
social blando sor.nl duro
dominio de la ciencia. Bajo formas de positivismo menos extre-
m o. esto no significa q ue las a firm ac iones que no pu ed en prob arse
FrG. 3.1. FilOSO/l a de la eÚ'l/da: (/II:/lIIOS n O / I ' / I/.\ ¡, '/Ij"" ,I,t' lI tati va s. carezcan de importancia . Por eje mplo, las cuestion es q ue plantea la
60 T E O RíA i\ ¡.zÓlJl ·,O UH i!( '¡\ , 1:'\ :\ " n .:.tJ llllt '( j(lN 1 ,\ i\ 1 ~ ( )l l t:, ( I Lf ){ , I i\ ( f) I\ '\( l ( ' IJ'.r'\{ ' l i\ ()1

m oral o la m etaf ísi ca d ifícil m e n te pu ed en se r som etid a s a prue ba ; luuu a na s en ge ne ra l. Co rn p tc es tu di ó el ca so d e la bi olo gía . An tes
sin em b a rgo , so n cru ci ale s pa ra nuestr a s vidas . Que Dios exis ta o ,kl siglo XvII( , segú n Co mpte , la bi olog ía había len id o una base es -
que la escl a vitud o el tra b aj o ele:' los n iñ os sea n m oralm ente inu- pcculativa , desarrollándose de [on113 asis te rná t ica en u na época en
ce pta b lcs so n cue st io nes de fi nit ivamen te im porra n tes r a ra todos, q ue ya se ha b ían es tab leci d o las téc n ica s cie n tífica s \' los m éto dos
sobr e la s qu e d ebernos pronun ciarn os corn o seres h u m an os: sin de la fís ica y la qu ím ica . Sin em bargo , a base de m od ela r su s n or-
embarg o , 11 0 se puede n probar c ien t ífica men te . La cien cia n o tie - mas discipli n a res segú n el mod elo de la s «ci en c ia s d u ras » corn o la
ne na da que decir sob re e llas . , física ~. la quí m ica, la bio logía pud o libe rarse de los gri lletes que
e) Dcl punt o ante rior se sigue que el pen samien to cientijico ha ~, representaban las cre e ncias pr ecicnu fica s v converti r se en u n a
de se r independi ent e de los ju icios de valor y d e la a cció n p o lít ica . .:.;. ciencia rigurosa . Co rnp te su girió q ue la s ci e nc ias so cia les com o la
La a menaza d c usar a rma s nu cle a res o in vert ir ( ' 11 pa íses co n rcgí- soc io log ía po d ían to rnar u na ru ta sim ila r, evoluci o n a n do d esde su
m en es r ep resivo s p ue de () n o se r política o m o ra lm ente un err o r; csrad o aci en tífico a l estado de las cien cias nat urales.
tod os , ci cnt ífi cos y n o cie nt íficos , hac ern os juicios de va lor sob re La Nueva Arq ueo lo g ía pu ede ser ide n tifica d a cla ramente con el
ese tipo d e as u n tos C0 111 0 se res hu m a n os q u e so mos que viven e n posi t ivis mo en los dos se n tidos q ue aca ba ruos d e cxarn in a r, La
un m u n d o co m p lej o . Per o lo s c ien t ífic os n o pued en t ra er se ese Nu eva Ar queología int ent ó h a cer gene ra lizac io nes , Y' a dop tó el
tip o de ju ic ios a su tra baj o . Pueden tr a ta r so b re tales a su n tos e n modelo hi po téti co -d ed u c livo-no1110Iógico de co m p robaci ón d e h i-
otras esfe ras , in cluso pa r tic ipar e n ca m pa ñas co n tra la s a rru as n u- pó tesi s; s u p royec to fue el m is rn o q ue el d e Co rn p tc, co nd uc ir a la
clea re s o los regím en es represivos, pe ro h an d e t ra za r un a línea cla- ar queología po r el rn is rn o sen d er o qu e la s cie ncias d e la natu r a le-
ra de sepa ra ción en tre el co noci m ien to científico, y el ju ic io y la ac - za pa ra conver tirl a e n una di sc iplina mad u ra , ri gu rosa v a uto-cr í-
ci ón de con tenido mora l. t ica , Pa ra David Clarke (1973) , tod o ello fo rma b a pa rle de a quella
«p érdida d e la ino ce ncia » d e la a rqueología .
E l po sitivism o , ta l co m o lo h emos defin id o hasta aq u í, ha sid o
rela cio nado con u n m étodo es pec ífico de co m p ro ba r proposiciones
lla m ado modelo hipotético-dedue livo-n om ológico. E ste mod elo su- El p o sitivismo lógico
gie re q ue par a p ro ceder de form a cien tífica hay q ue tom a r una hi-
pótesis concreta y co ntra s ta rla. Las d educci on es rea lizada s a partir Con el posi tiv ismo lógico e m pe zó la co n fusión. Algu nos nu evos
de los re sul ta dos de las pru eb as sir ven para ela borar exp licacion es ar queólogos em p e za ro n a busc ar en la s b ib lio tecas el a u xilio de los
ge ne ra les. La n ecesid a d d e co m p ro ba r o con tra star las hi p ótesi s es- filóso fos so bre có m o d eb ían h acer cie n cia y di ero n co n u na ve r-
pecí fica s, m á s q ue ir excava ndo ya cim ie ntos porque ex iste la im- sió n extre m is ta del posit ivis mo lla m a d a positivismo lógico . Pa ra
p resión de qu e vam os a e ncontrar cosas interesantes, ha si do un los p ositivist a s ló gi cos , cu alquier a firmación q ue no puede com -
p roble ma que hemos abo rda do ya en el ca p ítu lo a n ter ior. pro barse no sólo qu ed a fuera d el do m ini o de la Cie ncia sino que
Pero el co nce p to de po siti vism o ta mbi én se asocia a un se gun- no tie ne a bsolu ta m e nte nin gú n va lo r. En es te se n tido, el posi tivis-
do gru p o de sign ifi ca dos, a sab er: m o lógi co era cientiíícism , Cientifi cism o es cr eer que el p en sa -
mi en to cie n tífico es in heren tem en te su pe ri or a cua lquier o tr a fo r-
m a de pensamiento . Así , los juici os m orales , rel igio so s y po lít icos
2. EL CONVENCIMIE NTO DE O L:E LAS CIEN CIAS SOCIALES , INCLc llJ A n o sól o qu edan fu er a d el do m in io de lo que es Cien cia sin o qu e
TA ARQUEOLOGíA, H AN DE PROCL:RAR SEGl:1R EL MISMO PROCESO con st ituyen modos de pe nsa r inferi ore s. Toda explica ci ón no h a ele
H ISTÓR ICO IJE DESARROLLO 01:1'. HAN SEG\ :lIl ü LAS CJE NCl ,\ S ten er ún ica m e n te un ca r ácter ge n era l. sino q ue ha d e e xp resa rse
DE LA NATCRALE ZA en tér m in os de u n a «ley" red actada de fo rm a m u y ajusta da , apli -
cable e n cu a lq uier m omento ~y' b ajo cu a lq u ier ci r cu n sta nci a .
Este a rgu m ento Fue introd ucido, co n re laci ón a la soc io log ía , E l positlvis mo lóg ico llegó a u n p u n to m uerto . ¿Cuá n ta s leyes
por Augusto Co m pre. figu r a señ er a en el d esar rollo de las c ie n c ia s d e este tipo po dernos enc ontr ar en ar queología ? Wa tso n, Re dma n
62 TEO RÍA ARQ UEO LÓG ICA. ' JNA I N TIU )f )l J( '( 'I() N 1 1\ A Rl ll lI ;,O I.l )( i l ,\ ( lI M ll ( II :\I("I A l>\

y LeBlan c escri biero n su lib ro Explanat ion in Archaeology: AIl Ex- Otro ejemplo puede referirs e a los cazadore s-recolectores y a l
plici tly Scien tiiic Approach en 1971 (vers ión espa ño la de 1974 co n ~~ ra do
de com p lejidad social qu e mu es tran :
el tít ulo El m étodo cientüico en arqu eologta ). En este libro los au-
to res se situa ron den tro del ma rco del pos itivismo lógico gasta ndo 1. Hipótes is: los gru pos de ca zadores-recolec tores se adap ta n
mucha tint a en exp licar precisa men te en qué co nsistía . En la se- a un m edio ambiente margi n al en parle a través de un a m a yo r es-
gunda edi ción del libro, en 1984, a bla ndaron co nsiderablemente peci alización eco nómica y una mayo r com plejidad social (suger i-
su s puntos de vista . da qu izás po r el estudio de ca sos etno gráficos modernos).
He mencionado al posit ivismo lógico aqu í porq ue tiene un va- 2. Pru eba : to mar u n med io ambiente marginal co mo' el de!
lor de ad vert encia. Mu estra cómo e! inda gar superficialmente en paleolít ico superior euro peo du rant e la últ im a glaciación y bu scar
otras di sci plinas pu ede llegar a ser pe ligro so para la arqueología . difere n tes tipos de yaci mien tos arqueológicos que sug iera n la exis-
Los arqueólogos leyero n cosas sobre el pos itivismo lógic o sin en- tencia de un a di fer en ciación en el tr ab a jo , o la presenc ia o a us en-
tender qu e se trataba de un punto de vista mi no ritario dentro de la cia de in tercam bio de bienes que su giera la existencia de alia nzas
filosofía de la cienc ia . Veremos en próximos ca pítulos có mo el to- socia les , etc .
mar de prestad o co nce ptos de otras d isci plinas pued e resulta r muy 3. Deducción: las a lia nzas sociales y las es tra teg ias logísticas
provechoso en ocas iones, pero tam b ié n puede ser en el origen de tic caza so n res puestas a climas más duros.
much a confu sión . 4. Generalización : hay una correlación positiva entr e rnc d ioa m-
bientcs cada vez más marginales y un a mayor complejida d soc ial.

Ejemplos Nótese que en a mbos eje m plos hay u na tendencia a generalim r:


Las genera liza ciones tien den a su rgir de la discus ión : por eje mplo,
Para la Nu eva Arqu eologia y luego para la «arqu eología proce- que la complejida d creciente de las re des de in tercam bio tiende a
sual" los arque ólogos debe mos ad optar u na definición po sitivist a relaci onarse con la existencia de élitcs y po r lo tanto al desa rrollo
am plia sobre lo que hac emos . Deberemos int entar compro bar las de una diferenciaci ón socia l, suce da eso en las últimas fases de la
hipótesi s qu e ha cernos so bre el pasad o y extraer genera lizacio nes prehistori a europea, en Mcsoam érica o en la Polinesia. Obs érvense
de tales hi p ótesis. 10s títulos de a lgunos libros típicos publicado s seg ún e! molde p ro-
Según este modelo se procedería co mo sigu e: ccsual, en los cua les, art ícu los di feren tes, a menu do basad os en
conjunt os de datos proceden tes de dist in tas pa r les del m undo y de
1. Hi pótesis: las form as estat ales antiguas acostu m bra n a distintos período s de tiempo, se conce n tra n en cier tos pro cesos que
mostrar u n acceso a los recursos diferente seg ún los gru p os soci a- se toman pOI' genera les: Estrauticaci án social, Recursos e Intercam -
les, en otras pa labras, qu e las élites tienen u n mayo r acceso a los bio... Especialización, Intercam bio y sociedades com plejas ... Interac-
bien es básicos (un a hipótesis suger ida qui zás por antro pólogos po - cion en ¡lila comunidades de iguales y cam bio soc io-politice ...
lít icos). Este tipo de generali zaciones co ns tituye n lo qu e hemos den o-
2. Prueba : excavar un ceme nterio perten eciente a una so cie- minado u n enfoque bla ndo po r com paración co n el tipo de «leyes »
da d de u n es tado a nt iguo y a na lizar quí mica mente los hu esos. que dema nd ab an los positivistas lógicos.
3. Deducción: la élite comía efectiva me nte más carne, por lo Para clarificar esta cuestión, los nu evos arqueólogos se dieron
que deduci mos qu e sí que tenía mayor faci lidad para nu tri rse cu en ta pronto de la imposibilidad de form ular leyes formales a fec-
m ejor. tando las po blaciones hu manas, que fueran ciertas en cua lquie r
4. Generalización: las formas de es tado an tiguas muest ran un m omento y luga r. Ello no sign ificó, sin emba rgo, qu e la generali-
diferen te acceso de la gente a los bienes básicos (genera lización zació n no siguiera siendo un obj etivo im port a nte o plenamen te vá-
sujeta a nuevas com probaciones ya otros eje m plos procedentes de lido: verda deramen te, po r las razones di scutidas más arriba , pa ra
otras cultu ras en la mi sma fase de desarrollo soci al). una disci plina que se veía a sí mis ma C0 1110 u na cienci a en la cua l
64 TI':Of{IA i\]{UL'F()I.()(;I('!\. [INI\ lNTI{OI)['('('¡()N Ji\ AI{l)I:I·nl{)(;I,\ COMO CIENUA 6.'1

las proposiciones fueran siempre contrastables, las generalizacio- al respecto con algunas ciencias determinados problemas de in-
nes o la teoría general debían continuar siendo un elemento cen- terpretación; se trata de ciencias que también interpretan fenó-
tral de la disciplina. menos observados en el presente en términos de procesos y acon-
tecimientos ocurridos en el pasado lejano, como la geología o la
astronomía.
Objeciones a la idea de "Ciencia» 2. Átomos, sustancias químicas e incluso organismos biológi-
cos pueden ser contemplados como cosas insensihles que se com-
Ya señalamos que si parte del atractivo de la idea de "Ciencia" portan según pautas predecibles. El comportamiento humano, sin
en las sociedades modernas proviene de su valor cultural, de ma- embargo, puede interpretarse corno intencionado. En otras pala-
nera semejante la oposición a «lo científico» también está cargada bras, las acciones humanas sólo pueden explicarse por referencia
dc connotaciones culturales. Para algunos, la arqueología nunca a las ideas e intenciones de los humanos. Las ideas y las intencio-
podrá convertirse en ciencia; seguirá siendo un em peño noble, es- nes no tienen entidad física, sólo existen corno pensamientos, en-
tético y romántico en descubrir la esencia de la humanidad y' la ci - tre ceja y ceja. No pueden observarse directamente ni «medirse»
vilización. Desde este punto de vista, los seres humanos constitu - por parte de los arqueólogos. La interpretación en arqueología es,
yen algo aparte porque son únicos e impredecihles: de ninguna por lo tanto, según este punto de vista, siempre de naturaleza her-
manera pueden ser sometidos a generalización alguna, ni sustitui- menéutica (sohre ideas, significados y símbolos) y no de naturale-
dos por series estadísticas. Además, muchas de las cosas que son za científica. Este argumento constituye uno de los pilares de la
«característicamente humanas) y consecuentemente merecedoras arqueología postprocesual.
de un estudio humanístico (el arte o la literatura, por ejemplo) son
precisamente las cosas que, desde cstc punto dc vista, resultan me-
nos ahordables a partir dc la investigación científica. Este enfo- Kuhn y Feyerabend
que, que es tan estimado entre elasicistas tradicionales e historia-
dores del arte, se puede demostrar que es incierto (si los humanos Para mí, la objeción más seria y definitiva al positivismo es la
fueran realmente tan únicos e impredecibles, las encuestas de opi- que dice que no es una teoría sino un mito: algo así corno un Dl0-
nión producirían resultados completamente fortuitos y además no dolo ideal de la filosofía científica pero que en la práctica resulta
habría manera de llevar a cabo ningún tipo de política social o un poco fraudulento: da una falsa idea acerca de 10 que hacen los
económica), y aun así sigue siendo un enfoque muy popular y científicos. Pedir a los arqueólogos que sigan las reglas de la cien-
emocionalmente potente. Nos gusta pensar que somos únicos, que cia positiva es como pedirles que vayan tras una quimera.
estarnos por encima de las estadísticas; pero desear algo no signi- Hay mucha confusión sobre si el positivismo describe lo que
fica hacerlo verdadero. realmente hacen los científicos) o si es meramente una declaración
Hay, sin embargo, un conjunto de objeciones aún más podero- ideal sobre lo que deberían hacer. Algunos filósofos piensan que es
sas a la concepción positivista de la arqueología como ciencia, que simplemente esto último.
comúnmente se plantean, a saber: Si el positivismo sólo es una referencia ideal, entonces, ¿qué
hacen realmente los científicos en sus lahoratorios? Éstc es un
1. La ciencia se basa en la comprobación y en la observa- tema sobre el que últimamente sociólogos y antropólogos se han
ción de resultados. El pasado, sin embargo, está enterrado, ya no estado volcando. Muchos arguyen que son las normas sociales las
existe. Nunca podremos observarlo directamente. ¿Realmente po- que deciden dar por buena una «observación» o un «hecho» y no
dremos alguna día realizar tests sobre el pasado como lo hacemos una investigación objetiva pura basada en la comprobación de hi-
con la ciencia? Posiblemente no; ésta es una cuestión sohre la pótesis. Por su parte, los debates cientificos se deciden median te
que volveré un poco más abajo y especialmente en el capítulo si- procesos que están profundamente penetrados de relaciones socia-
guiente. Es importante hacer notar que la arqueología comparte les y en absoluto desligados de la sociedad.
66 TEORíA AROUEOU )( JlCt\. U;-.lA I f\ TI {(II H ! U ' ((J ~ 1./\ ,\J{O I T .c Jl.( H i l i\ ( "U l\l O ( "IE N CI ¡\ 67

Hay dos filósofos de la ciencia que se cita n a men ud o e n I" s Kuhn llegó a desa pro ba rlas. Estos pen sadores llegaron a extra er
tr abajos no pos itivist as so bre cienci a . Un o de ellos es Thom as del trabajo del filósofo . co mo decía , consecuencias realme nte dis-
Kuh n. Kuh n sos tien e que la h istoria de la ci en cia no es la sim ple tintas y de un a lca nc e much o mayor ; dos de ella s des taca n:
histor ia del éxit o pro gres ivo de un m étodo que nos lleva a un co-
noci m ie nto en expansi ón co ntin uada , sin o la his to ria de suces ivos 1. Lo que co nstituían «hech os » válidos u «o bs erv a cio n es» de -
paradigm as cien tífi cos . Un parad igm a es algo m ás profu nd o que pend ía del paradigma vigen te. Es decir, lo que era u na evide nci a
un a teoría co nc reta o un a determinada proposi ci ón: es un co n ju n- destacada y lo q ue, en ca m bio. era algo que es ta ba fuera de luga r.
to de co nvicciones sob re la m anera de fu ncio nar del mundo q ue depend ía . al m enos en p a rt e, de los pla nteamientos pa rad ig má ti-
fundame nta el pro ceso ente ro d iario del queh acer científico de cos de partida . En consecue nc ia . los hechos aparecen siem pre en
ma nera muy prof und a , ta n profunda, que ra ramente se traslada [unci án de la teoria .
a b ie rt a m en te a pa labras . Duran te un período de «ciencia normal», 2. Las fuerzas soci a les y polít icas y n o só lo la investi ga c i ón
en términos de Kuhn , un parad igma disfr u ta de tal pod er sob re el científi ca desin teresada juega n u n papel central en la in ducción y
que hace r científico que sus presunciones difícilm ente llegan a ser co n figura ci ón de los ca m bios de parad igma.
explíc ita men te Iorm alivadas, y mucho m enos cues tionada s o de-
bat idas . Cada cual sigue con su tra bajo cien tífico conviviendo nor- La principal in fluencia de Kuh n en la filosof ía de la cie nc ia re-
m almcnte con la s presu nciones del paradigma. side pu es, en ha berse a parta d o de la s presuncio nes pos iti vist as
Ku h n explicó q ue los parad igmas pu eden romperse co n el ace rca de la na tura leza del progreso cien tífico y en ha ber cuestio -
tiem p o, Cuando ta l circu ns tanci a aparece , el viejo pa ra di gma se na do el uso de un único método positivist a en la investigació n
su sti tuye por otro nuevo segú n un proceso llamad o de «ca mb io de científica.
paradigm a». Los períodos de camb io de paradi gm a SO I1 períod os La segun da figura clave es Pa ul Feyer a bend , cuya descripción
in tens os, emoci on ales , agitado s, en los qu e un sentim iento d e fer- acerca de Có mo trabaj a la cie ncia se ha convert ido en muy popu -
vor revoluc iona ri o mi lita contra todo a rg u m en to «racio nal». lar al co ns istir en d os pala bras so lam ente: lodo marcha , Feyera-
La hi sto ria de la ci encia sería , pu es. la hi sto ria de los suces ivos bend se preguntó si la ciencia había tenido a lguna vez un m étodo
parad igm a s q ue se suceden unos a otros m edia nte mo vimi entos ú nico . Sugirió qu e s i mirá ba mos hi st óricam ente al desa rro llo de la
revolucio narios y no la histo ria de la ac um u lac ió n gra d ua l de u n cien cia, los ca m bios en las creen cias cien tíficas siempre se ha bía n
co nocim ien to cada vez m ejor so b re el mu n do qu e nos rod ea . Co- visto m arcad os po r una gra n dive rs idad de m étod os.
Iin Rcnlrew, entre o tro s, p en só en los años 1960 y 1970 qu e la Feyera bend utilizó el eje mplo del astrónom o Galileo . qui en , ar-
Nuev a Arqu eología re pre se n taba un «cam hio de paradigma », de guyó, hi zo ava n zar la ciencia a base de romper todas las regla s,
fo rma que ca bía es pe ra r q ue la arq ueo logía procesual se asentase usar la retórica polít ica y hacer a pe lacio nes a la emoción. siemp re
p l ácid a men te e n u n n uevo pe ríodo de «c ie n cia n o rmal » (cosa que , m etido en el co ntexto po lítico y social de la Itali a del s iglo XVII:
co mo veremos . no ha suc ed ido) . La iron ía fu e qu e Ren frew cita ba «Galileo pre va lece gracias a su es tilo y a sus inteligen tes técni cas
con aproba ci ón a u n filósofo de la cie nc ia cuy o tra bajo en rea li- de p ersuasión , gracias a qu e escribe en ita lia no y no en la tín , y
dad tendía a soc a bar las presun cio ne s positi vis tas de la Nu eva Ar- gr ac ias a que hace lla ma m ientos a la gente qu e temperam ental-
qu eología . mente se sient e co ntra ria a las viejas ideas y a las fo rm as de co no-
Kuhn acabó repudiand o la idea de que la ciencia no pro gr esa- cimiento co ne ctadas co n ellas» (Fey erabend, 1988: 13).
ba; se dio cu enta de que los paradigmas se rompían bajo el peso Para Fcycrabend , la historia de las ideas cien tífica s nos ens eña
acum ulado de las evidenc ias q ue los co ntradecía n. y que cada n ue- qu e para o bt ener m ejores resultados hay que desecha r el uso de
vo paradigma era m ejo r; representando una Iorma nui s co rrecta de un único m étod o. Por lo tan to hay que est imu la r la mayor di versi -
co nocim ien to del mundo . Renfrew y los dcuuix sec und a ro n a d ad posi ble de m ét od os y grupos trabaj an do en ciencia. e incluso
Kuhn en este punto . O tros intel ectuales, sin 1..-'l ll!J ;II V:O . torn a r on las permitir estra teg ias «ac ic n tí ficas» como la a pe lación a las emocio-
ideas de Ku h n y las exten d iero n de una lorma tal qu e el m ismo nes. Feyera bcn d in sis te en la imp ortancia de las fu erzas po líticas y
6H rJ,.t ll <l A ¡\ [{() l '¡;'OI.(J( ;lC A . l NA I I\.'1t{ ( Jlll JI(I () N
l A ¡\ !{() I . I'.{) U )( ;I A CO .l\l o Cl l ~N C I A 6'1
sociales que hay detrás de la investigación c ientí fica . Sc úa lu que
los m éritos relativo s de las ideas ci entífi cas no se prueb a n en un el planet a . En tonces , ¿de dó nd e viene clasifica r las po blacio nes en
ca m po de ju ego a fín sino en otras partes . E nfatiza tam bién el raza s tal co mo nos lo presen tan los antropólogos físicos? Puede
eno rme poder que co ncen tra n las inst it ucio nes científicas, y la ma- pen sarse que las clas ificacion es científicas en «tipos físicos » no
n era com o esc onde n su pa rciali dad de tr ás de u na fachada «o bjeti- son unas herra m ien tas neu tras en pos de una ca tegorización ob je-
va ». E l positi vism o, bajo la for m a de un mét odo p art icular, en- tiva, sino que ti enen su o rigen en los pu ntos de partida y llegada
mascara, seg ún Fcyerabend , la «in tim id ac ió n in s rituc ion al » y Un- de las ru tas co m erciales desd e Eu ropa hacia las colonias y vice-
giendo ser neutro , estorb a el desarrollo de la ciencia y da a las al versa, en el siglo X IX , precisamen te la époc a en la q ue fueron crea-
cient ificismo y al «cu lto al experto ». das por la an tr o pología física las clasi ficacio n es básica s : europ eos
del norte , a fricanos occidentales , «in d ios. a m e rica nos...

El const ruct ívísm o social Si el co nstr uctivis mo soci a l es un aná lisis correcto de la cien-
cia, en tonces la pregun ta de si la arqu eo logía deb e se r una ciencia
Es import a nte resaltar q ue ta nto Kuhn co m o Fcycra bcnd se o un a d isciplina h umanística pierde todo se ntido. El co nstru ctivis-
centran en la descripci ón de lo que hac en r ea lm ente los cien tífic os 1110 cuestiona la alegació n de la ciencia de ser una Iorrna distinti-

cn su trabajo y no tanto en la prescripción de lo qu e deb erían ha - va y prim ordial de co noc imiento. Po r lo tan to, ni ega cualq uier d i-
ce r. En los últi mos años este ti po de trabaj os ha n adqu irido nueva feren ci a b ás ica aprioríst ica entre cie ncia y no-ci encia . No s invita o.
rel evancia ha bi en do con vergid o en una escu ela de pensa miento o bservar lo que hacen cier tas personas en los la bo ra torios con la
den o m inada co nstructivis rno soci al: se piensa que el conoci m iento mi sm a naturalidad co n qu e m iramos otras actividades de la gente
cie nt ífico no es ob jetivo, si no qu e, en parte o tota lmente, es una en o tro s ó rdenes de la vida,
co nstru cción social. (E l co ns tr uctivism o soc ia l blando pien sa qu e
só lo lo es en parte, mi entra s que el constru c rivlsrn o social d u ro Todo es to está m i'.'" bien. pero me cuesta entender qué tiene que ver C0 11
la avqueo logia. ¿Qué versión de ciencia prefiere/1 los aroucologos ?
pi ensa qu e lo es to talm ente.)
Veamos algunos ejemplos sacados de las ci encias de la nat ura-
Hay arqu eólog os que prefiere n una filoso fía científica y o tro s,
leza :
otra . Para Mike Shank s y Ch ris Tillcy. el positivismo en a rqueo log ía
1. Los quarks . Andrew Pickering estu dió el «descubrim iento »
ha m uert o defin itivam en te. Shan ks y Tilley piens a n que el énfasis
de estas partículas su ba t órn icas llamadas qua rks. Señaló q ue m ás de l positivismo en sepa rar el m éto do de la teoría es u n fraude, ya
q ue se trat a de dos cosas que no pued en sepa ra rse de ningu na ma -
im portante qu e centrar la a tención hacia la investigación pro pia-
n era. Igual que Feyereband, ven al posi tivismo com o un a tap ade ra ,
m ente dich a dirigid a a la bú squeda de tal es partícula s, era d irigir
una form a bajo mano de es ta blece r lo qu e se pu ed e y lo que no se
la atenció n a cos as co mo las decisio ne s tom adas po r los o rgan is-
pued e decir en arqueo logía . Con mucho sa rcas m o escriben :
mos de fin a nciació n de es te tipo de actividades, o a las relacio nes
entre personas y entre in stitucion es, o a la un iversidad v a la pol í- No imp orta lo que se pas , siempre que lo digas cor recta mente;
Lica . Segú n es ta ó ptica. los qu arks no fuero n «descu biert os» sino siempre que te suje tes a las reglas del discu rso positivista/emp iricis-
que fueron activamente «co nstruidos » po r los c icn t íl"i c()s implica- ta; sie mpre que lo que digas se a razon ab le, que no sea fantasioso ni
dos . Y se trató de una co nst rucció n so cial rc-su lt.uuc de las inte- extrem ado, que pueda co ntrastarse co n los datos disp on ibles , que
racciones entre científicos. po líticos, o rgu ll b ll lo S p.u ro c ina dores, no sea abierta me nte po lítico, ni s u bjetivo. Y si transgredes es tas le -
universidades y el pú blico en ge nera l. yes del discurso , de la epis temo lo gía... tendrás a la po licía esperán -
2. Las razas. Es fácil argumental qu e lns d,'1ini.ion cs científi- d o le a la p uerta de tu casa (Shan ks y Tilley, 1992 : 23).
cas de las diferen tes razas en a ll l ro po l ()~l. ía li s i,';l I 'Cl lIsliluyen i rn -
posiciones so bre un con tiu urnn di.' tipos I '.. . ¡el l .... ( Jl II' .u ra vi esa todo Pa ra Sha nks y Tilley, la manera habitua l que tiene n los in telec-
tu ales de escri bir so bre el pa sad o tiene m uc ho qu e ver con las re-
70 T EüR iA ARQ U EOLÓGICA. U NA I NT ROO UCCl Ú N

glas del comportamien to político. Por ello, est os autores pretenden


desenmascarar la natura leza política de estas reglas.
Sus op on en tes rep lican : si abandon amos los criterios pos itivis-
ta s, ¿qué qu eda ? Si ace ptamos los puntos de vist a de Shan ks y Ti-
lley, ¿no res ultará qu e co nve rt ire mos las creencias en la m agia o
en fuerzas mi s teri osas en algo tan «cien tífico » co mo el debate ra-
ciona l? Otros preguntan: ¿podre mos rea lme nte sa lva r a lgo del
na ufragio si hemos de aba ndo nar el positivismo? Y de es ta mane-
ra el debat e no ces a. No hay una res pues ta ún ica a tu pregunta: CAPIT GLO 4
deb erás escoger por ti mismo qu é es lo que más te conven ce. Todo
este lipa de cu es tion es volverán, no o bsta nte, a ser plan teadas en CONTRASTAR LA TEORÍA DE ALCANCE MEDIO
posteriores cap ítu los, cu ando examin em os las propuestas de la ar- Y LA ETNO ARQUE OLOGÍ A
qu eología postprocesua l.
E l mi smo tipo de pregun tas que se hace la a rqueología co n re-
lación a l debate so bre el positivismo se la s bacen prá ctic a mente E n este capítu lo volvemos a la figura 2.1 y a l abismo qu e se pa-
toda s las demás ciencias so cia les . Los psicólogos eo nd ue tistas a fir- ra el presente del pasad o, pero al preguntarnos có mo sortear el
man que la concie ncia queda fuera del do minio de la ciencia , por o bstáculo toma mos un a ruta algo distinta que en el capítulo 3. Dix-
lo que el trabajo de los psicólogos debe ría con centrarse exclus iva- pon emos de u n material arqueológico muy con creto: cerá mica , pie-
mente en la conducta de la gente. En sociología , Augusto Com pte y dras, h uesos; no cabe du da de que este mat erial exis te, aq uí, en el
Ém ile Durkheim establecieron las bases del m étodo en sociología presente ; ¿CÓ I11ü actuar ento nces para que nos cue n te algo acerca
de ntro del marco del positiv ism o; su intención fue ela borar un a del pasado ?
cienc ia de la soci edad medi a nte la cual poder realizar pred icciones Si es verdad qu e todo lo que decimos sobre el pasado lo hace-
y gene ra lizacione s so bre los fenómeno s sociales de ma nera pareci- mos inevitable mente desd e el presente, también es verdad que nos
da a como se hace con los fen óm enos nat urales. Antho ny Giddens valem os de a na logías . Una ana logía es el uso de informac ión deri-
y otro s, en oposición a Durkhei m y Com p te, h an hablado de la im - vada de un co ntexto, en es te caso genera lmente el presen te, para
po sibilidad de hacer u na cienci a de la sociedad neu tra que no in- expli carnos información enco ntrada en o tro contexto, en este caso
corp ore juicios so bre las cosas. Debates similares tien en lugar en el pasado.
todas las disciplinas clasificadas co m o cienc ias soci ales: h istoria , Para ser claros: todos los arqu eólogos, proced an de donde pro-
lingüística , economía , polftiea . Muc has feministas opinan qu e la ceda n , hacen uso de a na logía s para tender un pu ent e entre el pa-
Ciencia no só lo tien e un carác te r polít ico, sino que se tra ta, so bre sado y el presente. Siempre presu m imo s qu e las cosas en el pasa -
tod o , de una cons trucc ión masculina: las reglas del «método ra - do fueron parecidas - qu izás incluso análogas- a las del presc n-
cion a l» enmascaran un se sgo masculino con un ma nto de objetivi- te. Incl uso las más mundanas interp retaciones se sostienen sobre
dad . Los arqueólogos pueden conform arse, pues, co n la idea de analogías. Considere mos, po r eje mplo, la manera que tenemos de
que su dilema epis temológico es com partido por las demás cien- asignar funcio nes a los objetos: «eso fue una vasija para gua rda r
cias sociales. Sobre si es to hace m ás llevad ero el problema, ya no ali m ent os ». Pen sa mos qu e se trat a de u na vasija pa ra guardar ali-
está ta n claro . mentos porqu e su forma (alarg ada , robu sta , po co decorada ) han'
qu e nos parezca "natura l» un uso de es te tenor en el prese nte.
Luego co nsolidamos nu es tra argu men tación con o tras ana logías .
Por ejemp lo, q ue el objeto fue enco n tra do junto a otros objetos del
m ism o tip o en una habita ción del an tiguo palacio adyacente a un
área donde se preparaba la comida , área qu e etiquetamos co n el
72 TEORíA ARQUEULOGICA. U\li\ INTRO[1l:CT10N
LA '11'",t)l·Ui\ 11I' ;\1,( i\ r-..w 1'", rvll.',I>I() 'r' 1.1\ 1;.TNOAJ<.UI'F()U)(;I,,\ 73

nombre de «cocina». Análisis químicos revelan que la vasija con-


tenía restos de comida, y una vez más, por analogía con el presen-
te, inferimos que la vasija se usó para guardar comida.
Cuantos 111ás nexos podamos establecer, con más convencimien- Teoría de
alcance medio
to aSUlnÜ110S lo análogo de las dos situaciones. Se trata de una ma- Datos estáticos Comprensión de las
(relacionar argumentos dinámicas del pasado
nera de trabajar que puede resultar a veces obvia; sin embargo, no (presente)
entre presente
deja de ser absolutamente significativa de la manera como solemos y pasado)
escribir acerca del pasado. Y C01110 tantas otras cosas obvias, la
cuestión de las analogías demanda también un examen crítico.

FJG.4.1. F.o estático del presente, las dinámicas del pasado." la teoria de alcalice medio.
Binford y la teoría de alcance medio

Lewis Binford puso con gran convencimiento esta cuestión so-


un cementerio en el que hay unas pocas tumbas con un importan-
bre el tapete en los años setenta. Mientras que las grandes cues-
te ajuar funerario y bastantes tumbas má» con un ajuar mucho
tiones estudiadas cn cl capítulo anterior estallaban con fuerza en
111ás pobre (datos estáticos); de ello inferimos una sociedad ca-
el debate teorético sobre epistemología y positivismo, Binford su-
racterizada por sus diferencias sociales (dinámicas del pasado).
girió que había cuestiones a discutir aún mucho más importantes.
Llegamos a esta conclusión porque presumimos una relación de
Para Binford, la reivindicación de una arqueología científica de-
alcance medio entre el número y/o valor del ajuar funerario Ji el es-
pendía sobre todo del problema de las analogías. Su argumento se
tatus social/económico de la persona enterrada. Un segundo ejem-
puede resumir del modo siguiente:
plo: excavamos un poblado en el suroeste norteamericano y des-
Los datos arqueológicos -piedras, huesos, cerámicas- lor-
cubrirnos que con el tiempo crece cn tamaño y número de habita-
man un registro estático en el presente. Los arqueólogos registra-
ciones. De ello inferimos que la población aurnenta. Una vez más
mos cuidadosamente piedras, huesos y trozos de vasijas, su posi-
hacemos una presunción tipo alcance medio, a saber, la dimensión
ción y distribución en el suelo en el hoy y aquí. Pero no estamos
del asentamiento, medida en términos del número de habitacio-
interesados en el hoy y aquí sino en el pasado: nuestro trabajo es
nes, ofrece una correlación directa y positiva con un aumento del
hacer las oportunas preguntas sobre estos materiales en e! presen-
tamaño de la población.
te, para saber acerca del pasado. En concreto, estamos interesados
Correctas o erróneas, (y por más obvias que parezcan a prime-
en las dinámicas de las sociedadcs del pasado, o lo que es lo mis-
ra vista las presunciones hechas en los dos ejemplos, no por ello
mo, el funcionamiento dc los sistemas culturales de! pasado, su
menos discutibles), este tipo de conclusiones pueden denominarse
desarrollo y su transformación.
presunciones de alcance medio. Tales presunciones nos conducen
y puesto que ahí está la ciencia, quc es una forma disciplinaria
desde la observación del registro arqueológico estático (enterra-
de trabajar que persigue generalizar, por las razones descritas en el
mientos en celllenterios excavados, datos obtenidos de asenta-
último capítulo, queremos desarrollar teorías generalizadoras
mientos estudiados) al establecimiento de generalizaciones y teo-
acerca de las dinámicas del pasado (figura 4.1, que es una versión
rías sobre el pasado (estructura social y jerarquización, estimacio-
diferente de la figura 2.1).
nes sobre población, vínculos posibles entre estas variables, pro-
Todos los arqueólogos ofrecen posibles vínculos entre lo estáti-
posiciones generalizadoras acerca de las relaciones entre rango,
co y lo dinámico cada vez que aventuran una interpretación sobre
tamaño dc la población y complejidad social: figura 4.1).
los testimonios arqueológicos. En la práctica, lo hacen a base de
Este tipo dc proposiciones reciben por parte de Binford la de-
hacer presunciones acerca del alcance medio, esto es, del «espacio»
notni nación de proposiciones de alcance medio porque, en sus
que media entre lo estático y lo dinámico. Por ejemplo, excavamos
propias palabras, relacionan 10 estático y lo dinámico, las observa-
74 T Eü Rf A AROU E{ )I.(J<.;ICA. UN A I N "I'I{()I)l ;U :H) N L /\ T1': Old A 111·: ,\ 1.< "I\ NC E M E DIO y LA ET '\JOi\R(J UEO LU Gi,\ 75
cio nes particul ares del registro arqueo lóg ico co n las teorías gene - r- n 100 %
f Ji
rales ac erca del pasado. En la m ayoría de los pr oyectos arqueoló-
;.:.:.:.:.:.: .: .~'~:;;'-1L
gicos que se reali zan , pi ensa Binford, la m ayor parte de las propo-
siciones qu e se formu lan no se enm arcan en teorizació n alguna ,
pues to qu e, o aparentan un b uen sentido, o p ar ecen de na turaleza
Tipologías musterienses
i'
t:----
.•
-vvrrrrrrrrn
, 1111I
1I
90%

trivia l, como cu a n do se dicen cos a s a sí: «c u a n to m ás gr a n de es el


ase nta m iento , más gente es probable q ue haya vivid o en él". ..'~ : ;,
i : ;-? .»e--
.. ¡ nffiffi
Mu c bas proposicion es del tipo «alca nce m ed io » pueden pa re-
ce r tr iviales; sin em ba rgo , cualqu ier buen científico debería hacer ( ~;:~;U·p~ e h:'e,;ense g~ 1111 1111 11 11111I 11 11 110 %

explicitas y presentar [onnalme nte sus presu nciones discipli narias.


Ferrasie ,. It , d';

Si, en cambio, las presunciones que formu lam os las damos siem - Combe
Grenal .p' ': '".•." O" Quina o¿ 111 1111 : I l ltt+H 1111 1160 %
pre po r buen as, p ermanecen en cualquier caso im p lícitas y no so n ;
con tra sta d a s, n u n ca p OdrCl110 S ofrecer o tr a cos a a la cie nci a que
Nivel 33 ......
d · P· .. ..· . .. . .. ,'.- ..
,
,, " 60
n uestras propias h istorias inco ntrastadas so bre el pasado. Y esto .. oo ' 111111111111111111 %
es as í porque el criterio q ue s irve pa ra decidir qu e un arg um ento
? , " ' -' .
:. CombeGrenal "Mastenense o.r:P ,P
es buen o y qu e otro es malo nu nca ha sido puest o de man ifiesto. r
,
Nivel 21 (K), típico ¡:P
pO
¡rH-l l lll l l l l ll ll+fAO%
••
Binford co nsecuent emente sugiri ó q ue de bíam os desa rrollar una pO
°
explícita «teorí a de alc ance med io » (MRT), que relacio nase lo es-
tá ti co del presente co n las d inámi cas del pasado.
." Combe Grenal
Nivel 36

~
0-Musteriense de
t:.. tradición
111 111: 1: [ 1[: 11'1'1'1'1
i i I ir
130
%
La única posibilidad real existen te q ue nos permit e co ns tata r oooif>' achelense J l l ll l l I I
un vínculo defini do, ci erto y m en sura ble entre un os determ inad os
mo do s de co nduc ta o dinámicas .Y su trad ucció n arq ueo lógica se
9'~p.ch de L;Aze l .auuiuuuui.: 11111 11 120 %
... Musleriense de
, Nivel 4
denticulados
encue ntra en el presen te. Nu nca podremos observ ar a un ag ricul- " I I I 11I
tor del ne olíti co fa bricando unas puntas con m a teri al de sílex o a , ...... 1 I I II I I I I ! I I II-'u-'.
un cazador pa leolítico arrancando la piel Y de sp ed aza nd o a un
anim al, para abandonar luego los hu esos mientras es perseguido
dM ~~m IG,'ji¡' ¡N1y,',111Iíl) 1,
por perros ha mbrien tos qu e le d isputan la pieza. Lo único qu e po -
Puntas 11 Raederas Grupo del 1
dem os hacer es observar actividade s com parables en el present e: 1 laterales I 1 1 I paleolítico 1· 1 1· 1
por eje m plo, prod ucció n de út iles de piedra , ac tividade s de caz a v RalJd8fBS superior Muescas UbliL'looS
«ensveeeres mas
ca rnicería, co nservación y selección de se m illas. . oonllcJladas
En nuestro present e ten emos la oportu nidad de re a lizar un de- Tipologías segun F. Bordes
tall ado y cui dadoso regis tro so bre cóm o determ in adas act ividades
o sis tem as de actividad dan luga r a un det erm inado tipo de res tos Frc. 4. 2. Típoíogics nucsteri ensas seglí l l Bo rdes, reproducidas fJOI" Biníonl (1983a),
arqueológicos . Pod em os o bservar cómo preparan y procesan el
grano determ inadas co m unida des modern as de agri cultores , o
cómo preparan .Y almacenan la ca rne comunidades m odern as de ca- Por lo ta nto debernos mi ra r al prese nte et nográfi co CO IllO fuen-
za dores-recolectore s. Tenemos la oport unidad de observar y m ed ir te q ue nos sU11a de ideas para desa rroll ar la teoría de alcance me-
co n p recisión qu é tipo de restos se prod ucen en la realización de di o. Bi nfo rd escri bió: «Mi meta ha s ido estud iar la rela ción exis-
tales ac tividades, y en qué can tid ad se pro duce n , y qu é les oc urre ten te entre lo es tá tico y lo d inámico en u n es cenario moderno. S i
luego a estos resto s com o re sultado del de sgaste y la put refacció n lo llegáram os a co m pre nde r hasta el detalle equivaldría a una nue -
(fíg ura 4.2). va P ied ra de Rosetta de la a rqueología : u na manera adecuada de
76 TE O Rí A AR O lJEO U ) G IC¡\ . L;:\'i\ l :"J T I<O JH I( '( 'I ON
1,/\ 'l'1 'J)I ~I I\ 111 , ,\ 1 ( :\ Nt 1', ,\ I I ,',IJ I() Y 1 1\ L T\!(),\ !{ t) I'I',(J I ,(){d ¡\ TI

«tra du c ir» lo estático, út iles de p iedra que en con tram os e n 111' ya - de s d ebían rec orre r las llli SI1H1S e ta pa s fu nda m e nta les d e u n proce -
cim ie n to a rqu eo lógico , en la vib ra n te vid a d el gru po de gen te que so ci viliza dor. implica ron que pudi éramo s uti liza r a las socieda des
lo s abandonó » (Bin fo rd , 19 83a: 24). Es d ecir; de la mi sma lorma «p rim itiva s» del presente co m o refere nc ia para el es tud io del pa sa -
que la Pied ra de Rosctta , a l incluir la m isma insc ri pci ó n e n tre s do prehistór ico . Así , p or ejem plo , el fa moso lib ro de Lu b boc k de
lenguas a n tiguas diferent es, perm itió a los lingü is ta s moderno s 1866 titulado Preh istoric Tim es lleva por su b títu lo (tra d u ci do) : tal
traducir de una le ngu a a otra , de m anera p arecida podríamo s in - C01 110 ilustran los res/os antiguos y los li S O S y costu mbres de los mo-
tentar encon t rar cosas qu e p ermiti er an tra n s por ta r nos del registro dem os salvajes . El li bro con tiene ilust ra c ion es ta nt o d e o bje to s
arqu eológico observa do a l pasado m ismo . prehist óricos co mo de o bjeto s con te m po rá ne o s perten ecie ntes a
Binford llamó act ualistica a es te tip o d e es tu d ios e tno grá ficos ; comunidades «pri m itivas- co rno los in uit. Bi nford .v o tros, sin cm -
es decir de observaci ó n y re gis tro, por part e de los a rq ueó logos, de bargo, sugirieron qu e es te tra bajo «ctnoa rquco l ógico» d eb ía ser r ea-
sit u ac ion es et no gráfi cas que tienen lugar en e l tie m po p resen te. lizado no por etn ógrafos sino p or arqu eó logos, co n u n o jo pue sto
Co mpar ó el regis tro arqu eológico a una h u ella encontrada en el en las anal ogías en tre p resente y pasa do. No se podía co n fia r en sa-
bosque. A la vista de u na d e tcrrni nud a h ue lla, por su Iorrn a y ta - car par tid o del tra b ajo de los e tnógra [os p orque su modo de proce -
111,-ll10, uno pu ed e co nje tu rar q ue per tenec e a un anima l gra nde y
der respondía a pr eoc upa ci ones m uy dis tint as.
pesado, a u nque no pu ed a llega r a reconoce r a l a n im a l du eñ o de la Pa ra Bin ío rd, el desarroll o de u n a teoría con sis ten te d e a lca nc e
l11 is I11 a . Má s tarde un o observa a u 11 Oso y ve c óm o d eja e n el s u el o medio era m á s impor tant e que los debat es m et a físicos sobre el es-
la 1111S013 h ue lla preci sa qu e o bservó a n le r io n n e n tc; a p arti r de tarus d e la a rqu eología como ci en cia . M ientras q u e much os de s u s
es ta observaci ón e n el p resente , a hora sí puede asegu ra r q ue la co legas pasaban el tiem po de ba tie n do so b re filosofía y ep iste m o-
hu ella ant erior hab ía sido hecha por el mi smo an im a l en el pa sado . logía , Binford partía p a r a Ala s ka pa ra es tu d ia r a los ca za do re s es-
Este tipo d e es tu d ios e n el prese n te e tnográfico es tim ula n la quima les nunamiut.
a p a ric ión de un inte rés p or la arqueologia ex perime ntal. Po r eje m -
plo, se puso en evide n c ia e l interés pOI ' la m a n u fa ctu ra y u so d e
útiles de piedra tall a da y p ulimen tada . Los res tos d e p iedra p rodu- Interpreta r e l mustericnsc
cidos en cada rase del pro ceso de m a nufa c tu ra ex pe rimental po-
dían se r comp arados con los res tos exist entes en el regist ro a rq ueo- Es muy instru cti vo cl relato del propi o Bin ford sob re los mo ti-
lógico ; se podía n también comparar la s señ a les mi croscó pi cas vos que le in d u jero n a es tu d iar c l m u st cricn se (véase su lib ro tra-
de jadas por el uso en lo s útiles p rehist óricos CO',1 la s d eja da s en la s ducido al espa ñol : 1:'.11 bu sca del pasado) , Bin ford es ta ba in ter esado
herramie ntas moder n a s qu e habían sido u sada s d e forma expe r i- desd e hacía añ os en ~ I «p ro ble m a rnu st erien sc ». E l período m us-
mental para r eali za r de terminados tr a bajos . Todo ello ta m b ié n teriense , situ ado entre e l p a leo lít ico m edi o y el su perio r, p ued e en -
co n duj o a un renova do inte ré s por la etuo arqueologia , o est u d io con t ra rse en co n tex tos d iferentes en el Viej o Mu n do , aunqu e ha
por lo s arqueólogo s d e la cu ltu r a mate ri a l del presen te. sido estu diado d e m anera m á s pro funda en el su r de Fran cia : recibe
Los arqueólogo s sie m p re ha n es ta do in teresados en el es tu d io el nombre precisam ente d e l yaci m ien to a rq ueo l ógico loca liza do e n
de la cu lt ura m a teria l de los pue blos m odernos, habiend o utili za do la cueva d e Le Moustie r,
en oc asiones m ateria l e tnogr áfico para co m p a rarlo co n el m a teria l E l must cricnse fue de fin ido y ca rac ter izad o a partir de cie rtos
ha llado en el regi stro a rq u eológico. Mu cho a n tes de q ue David tipos di stintivos de útil e s de p iedra cla sifica dos por el arq ueólogo
Clarkc publicara su es tud io sobre el poblado lac us tre de la Edad francés Fra nco is Bo rd es . Bordes se había d ado c ue nta de la va rie-
del Hierro de Glast o nb ury, s us ca bañas va habían " ido com pa rad a s dad de p roporci o nes en qu e a pa recían di st in tos ú tiles de pi edra lo-
co n las cabañas de los «na tivos " del África o rie n ta l. De hech o , este ca liz a dos en n iveles es tra tigráficos d ifere nt es, y d em os tró que po-
tipo de paralelismos fueron decisivos para e l dv xpcgue de la a r- dían clasific arse e n grupos tipo lógi cos d iferentes : «rnus ter ien se tí-
queología como di scipli n a cie n tífica. Las i,"';¡s d"e illlonón ica s vi- p ic o», «charen tien se », «rn u stcric nsc de trad ició n ac helens e », «m u s-
gen tes sobre la evolución soci al , segú n las ,", ,,,1,'s toda s las so cied a - tcriensc d e d en ticu lados», etc. (figu ra 4.2).
78 TEO l{ íA AROl.:¡':O ] .() ( ; ICA . ¡ : NA J\lT l{ t>l ll l ( '{ 'I() :\! I ,A T F () !<. II\ I J!-'. ,\ I t'i\ N (' I ', M I ;,I JICl 'r' [ ,¡\ FT '\UARU l ' I·: (lJ.{H;¡ ,\ 7<)

¿Cómo se podía interp retar es ta s va ria n tes tip o l óg íca s descu - posteridad, puesto 'lIJe no ha b ía man era alguna de dirimir cuá l de
biertas en el presente e n términ os de procesos oc urri dos en el pa- la s do s se ajus ta ba mejor a la verd ad.
sado? Bordes cre ía qu e los di stintos gru pos de útiles de piedra El deseo de producir informaci ón de alcan ce medi o qu e pu di e-
reflejaban la presen cia de diferentes gru pos cultura les. Es decir, se da r lugar a algún tip o de as idero con el que aborda r la cues tión
segu ía las pautas intelectuales de o tros a rq ueólogos tradicionales pendiente llevó ento nces a Binford a inicia r sus tra bajos de ca m po
que a su m ía n que ciertos tipos de o b jetos y con ju ntos de o bjetos co n los nunamiut. Los nunamiut , co mo gru po qu e practica la caza
identificaban a «cult u ra s » di stintas. Ot ro s a rqueólogo s, sin em - del c iervo en un entorn o natural simila r al existente en el sur de
bargo, no tenían ta n clara la form a de Interp re ta r la «varia bili- Francia en el período rnu steri en se, ofrec ía la oportu nida d de at a-
dad" existente entre los distintos gr up os t ipol ógicos . Bin ford, por car defin itivamente la cues tión . Un trab ajo pacien te co n los nuna-
ejemp lo , su girió qu e los di stint os gru pos de útil es no tradu cían miut podía dar con la resp u esta adecua da a la sigu ien te pregunta:
d ife ren tes cultu r as, sino qu e d eb ían ser interp retados, dent ro de «¿qué t ipo de aetivid ad cs de caza y recolección da luga r a los dis-
un marco ad ap t at ivo, com o «juegos de herrami ent as » d ifere n cia- tintos grupos de útiles ?".
dos fruto de la esp eciali zación . Binford qu iso probar su hi pó te- Pero antes dc seg u ir con los nunamiut y co m pro bar si el tra-
sis. Reuni ó en ormes can tidades de da tos es tad fsticos proceden tes bajo de Binford con ellos prop orcion ó los res u ltados apeteci dos
dc grupos mustcri enscs fra nceses y los proces ó, (Con ello verifi- debernos traer de nu evo a cons ideración la tcoría que su byace al
ca mos el in terés de la Nueva Arqu eología e n los mét od os cua n ti- tipo de preguntas plantead as.
tativos y cn com pren de r a fond o el co nce pto de va ria bi lidad .)
B in lo rd requ ir ió u na tremenda ca ntida d de trabajo para pro cesar
toda la inform ación , y descubri ó que había a lgunas cosas intere- Las p resunciones un iform izad ora s
sa ntes e n el materi a l reunido . Pero aq u f es ta ba el p roblem a prin -
cipa l. Bin fo rd descu b r ió que no po d ía hacer nad a con aqu el ma - Bin ford es ta blece dos co nd icio nes qu e la teoría de alc ance me-
teria l. día debe sa tisfac er:
Bin ford no tenía un a idea clara sobre qu é tip o de activ ida des o
pro cesos eran los ca usant es de aqu ello s resultad os. Había dist in tas 1. Ser independiente formalm en te del desarro llo de la teoría
explicaciones que podían ser ap ropiadas. Tanto la sugerencia dc general. Recu érdese qu e el método cien tífico tiene que ver con la
Bordes de qu e la s di sti nt as proporcio nes en que aparecían los va- comprobación de hi pót esis, y co n la importan cia de manten er se-
ri ados tipos de útil es reflejab a n la existenc ia de grupos cultu ra les parados el mét od o de la teorí a. ¿Có mo podem os hacer pruebas
diferentes , como el argumento de Bin ford de qUI; los distint os gru- en tre dos teo r ías gen erales si nue stra teoría ele alcance med io se
pos de ú tiles debían ser interp ret ad os como «juegos de herra m ien- b asa en una de ellas? Es to puede hacernos caer en el peligro de
tas » que reflejaban d istintos tip os de adap tación cultural, más una argumenta ci ón circul ar.
otras interpretaciones proced entes de especialistas en paleolítico , 2. Basarse en un a presunción uniionnizadora. En otras pala-
pa recían exp licaciones satisfactorias , al margen del número de se - bras, debemos supo ner que las co nd iciones en el pasad o era n pa -
ries estadíst icas pro cesadas por ordenador. recidas a las del presente. Si las co ndiciones en el pasado varias en
Pa ra usar la terminología del propio Binford, él di sponía de no habría lugar a ca so algu no; cua lqu ier cosa podría hab er oc urri-
m ucha in formación so bre lo está tico en el presente, pero earecia do; los es tud ios ac tua lísticos en el presente no ofrecen ni nguna
de recursos para traducirl o en d inám icas del pasad o : h teo ría de gu ía segura ace rca de lo qu c ocurrió en el pasad o.
alcan ce medi o. En definitiva , sus ideas so b re lo qu e signi fica ba n
los gru pos tipoló gicos pod ían ser contra stadas co. : las idea s de Considerem os por u n momen to la presun ción uni forrn izad o-
otros , como la s del propio Bordes, pero no pod ía reali za r tests ra . Podem os as um ir qu e las prop iedades físicas y los p ro cesos
para poder averiguar qu é id eas era n m ás ac ertadas . Los argumentos naturales (la gravedad, la estru ctu ra de las m oléc ulas, los proce-
de Binford y Bor des qu edaro n como propuestas di feren tes para la sos geol ógi cos tales co mo la rormación de suelo y la se dimen ta-
80 T EO R íA ARQ L' EOl..() ( d l' A, t :NA I NT I{( JI )[ It '( '1Oi\, l A TI -: ( l R J;\ IJI '", A l l '¡' ''\ ( ' I': MI':I)I<) y 1.1\ h T I\ O A R O U 1 ~ O [ , ( Hj J.·\ ~ I

ció n) fue ron los m ism os en el presen te que en el pasad o . Cierta- evide n tes las implicacion es del mism o co n relació n a la facilidad
m ente esta pr esunció n fu e crucial en el siglo XIX p ara el desa- de la d om esti cac ión de las ovejas en el neo lítico.
rro llo de la geo log ía mo derna , y co nsecuente m ente para el desarro- De ello se sigue q ue el desarrollo de la teo ría de alca nce medi o
llo de la cs tra tigra fía en a rq ue o log ía . El geó logo Lyell d io a rgu- puede ser rela tiva m ente plaus ible p ara áreas del regist ro a rqueo ló-
m en tos en con tra de la adscri pci ón de carac terís ticas geológicas gico dependientes de proceso s físicos o bi o lógicos, pero me n os en
tale s com o los cs tra tos de la s rocas sed im en tari a s a cat ást rofes y otras áre as. Cons id er e mos a lgu nos ejem p los:
dem ás catacli s mos , co mo las inundacio nes b íbli cas, hech os s in
paralelo en los tiem pos p resentes . En ca m b io, nos ot ros he mos de l. La prepara cion de gra no pa ra el con su m o hu m ano sól o
su po ner qu e carac te ristica s ta les co m o los es tra tos de ro ca se d i- pue de llevarse a cabo de cie rtas m a neras : la cos echa só lo pu ed e
men ta ria fue ro n c reados po r procesos obse rva bles en el presente reali za rse dura n te cierta s ép oca s del a ño: el gra no d e be se pa r arse
(co mo la se d ime ntació n ma rin a). Es cie rto, sin emb argo, qu e de la p aja, dejarse seca r, etc. Los d iferen tes pro ces os invo lucrado s
u nos po cos p ro cesos físicos so n no unifo rm es : la pro po rció n de en la recogida y procesado del grano d a n lugar a determ inados su b-
car bo no- 14 en la a tm ós fera ha va ri ado a lo largo del m ileni o , po r pro ductos co rno la paja .Y los ras tro jos que permanecen en el cam -
eje mplo . po. E l procesa miento de las cosechas pue de estu dia rse di re cta rncn-
Los pro cesos físicos pu eden hab er si do los mi sm os en el pasa- le m ed iante la cm oa rq uco log ía y la a rque ología experim ental.
d o, pero el co mpor tam ien to humano es mucho más d ivers o . Las 2 . La c rí a d e an im a les , Pod em os suponer que la forma d e co-
presu ncion es uniforrn ivad o ra s sob re el co m porta m ien to hu ma no nocer la edad de los a ni males m ed ia nte la ob serv a ci ón de las
son mu cho m ás co mplicadas dc hacer. La ley de la gra ved ad fu n- secu encias de apari c i ón de la denti ción no vari ó en cI r asad o, y
ciona en cualquier lugar y é po ca ; sin em ba rgo , las culturas hu ma- adem ás, podern os asum ir q ue la s formas de a p arca m ie n to y cría
nas se co m port an de muy d iferentes m an eras. Esta difi cu ltad es tenían lu gar con la mi sm a frecuenc ia es tacional. Es por lo tanto
part icularment e clara para el paleolítico inferior y m edi o, pe rí od os posible tomar una co lec ció n de h uesos y deter m inar, no sólo la
en los que enco n tra mos a unas es pecies de homínidos ex tingu id os edad al m ori r los a nim a les , sino tam bién la é poca del a ño en que
d istintos del !f0 /110 sapiens sap iens . Podem os debatir so bre si la estos an imales er an sacrificados. Adem ás , to d o elJo nos permite
«na tu raleza humana - o las «necesidades humanas básicas » per- realizar con ga ra n tí a s in feren cias a cerca de si los a nim ales eran
manece n co nstan tes durante o tro s períod os , pero en estos tiem pos criados para o btener carne o pa ra obtener o tros prod uctos.
tan re m o tos traba jam os co n esp ecies de hom ínidos qu e no so n 3. Para ut ilizar un e jem plo m ás marginal de exploración de
co mo nuestra especie. Por 10 tanto, no podemos asum ir qu é práct i- los lím ites de las presu ncio nes unifo r mi zadoras podemos diferen-
cas que su po nemos com u nes a tod os los gru pos humanos es tuv ie- ci a r e n tre «ca zad eros ) y «h ábita ts- e n [u nci ón de los h uesos en -
ran present es en aquel ti empo . Bin ford puntu alizó que prácticas contrados en ca da lugar. En este caso pod emos hacer sin peligro
tales como el ret o rno regular a «casa », en tend iend o por tal un presuncio nes un iforrnizadoras tales co rno q ue la relació n en tre car-
ca m pam en to no es ta ble , p udi era n ser «na tu rales» o sup ues ta s pa ra ne y h uesos pe rma ne ce co ns ta nte para cada par te de un a n im a l, y
los seres h um anos m odernos, pero no podía pr esumirs e lo mi smo por lo tanto ra zon ar q ue los cazadores se llevarían de retor no a
para los ho m ínidos del paleolítico infer io r, casa las part es de l animal m ás ri cas en carne, mientra s que dejarían
En algú n lugar a med io ca m ino entre los mu ndos físico y hu - a bando nadas la, parles menos carn osa s. S i un yac imi en to es un ca-
mano se en cu en tran las pr es un cion es referi das al comportam ien- zadero, o si en cambio es un hábitat o cam pam ento base, habrá de
to de animales y plantas. La eco logia de las plantas y de los ani- reflejars e en los diferent es tipos de huesos a ba nd onados, Gran par-
m al es no es tan r ígida co m o las leyes de la física y la quím ica, te de la invest igac ión ctnoarqueol ógica se ha ded icado a es ta blecer
p ero tampoco es ta n variable co mo el comportamiento cultural. Por hasta qu é punto este m éto do funciona correctam ente .
e jemplo, las ove jas se agr upan cua nd o se sien ten amenazadas por
un pre dador, mi entras que otras es pecie s se di spersan . En tanto (Pero qui zá no fun cion e debido " factores culturales. Un gru po
que es te comportamiento tiene un fundamento genétic o, se hacen puede ten er tabú es culturales con tra determinada parte de un ani-
82 T EORÍA ARQ UEO I .<)(;ICA. UNA I N "I'IU)( )l i t T HI N I. A T Ff H{l A 1110'. " 1.( "I\Nt' E M I;,I)fO y L A ET 'OA KQ CEO L O ( j JA 83
m al, o a la invers a, alguna part e ser primada por su s propiedades ri- po ne qu e s i los homínidos que usaban ú tiles y vivían ded icados a
tu ales. El hech o de conceder un alto valor cultural a una parle del la caza y m at an za de a nimales, ac arreand o det erminadas partes de
an imal qu e no se co rre sponde co n su valor proteínico o ca lórico pue- las capturas, y hubieran dispuesto de campam entos base, deb ería
de confundirnos. Est ud iaremos este problema a fondo más abajo.) poderse enc ontra r en tal es camp am entos un co nju nto de res tos de
Muchos de es to s es tu dios pu eden ag r u p arse bajo la den omi na- su ac tivid ad parecido a los conjuntos de re st os encontrad os en los
ción de est udi os de tafon omía. Talon o rn ía es el estud io de la fo r- há bita ts de los modernos caza do res recolectores . Lógicamente, es-
m ación del registro arqueológic o tan to a pa rti r de un co m po rt a- tos hom ínidos ret ornarían a sus bases ca rgados co n gra ndes ped a -
mi ento cultural co rn o por causas natural es. La ta fon orn ía mues- zos de car ne y dejarían po r el ca m ino só lo a lgu nas parte s de la
tra lo d ifícil qu e es rela cio nar lo qu e encontra mos en el registro ca za m enos ricas e n ca rne . Si, en cam bio, los hom ín id os fu e ran s()-
arqueológico co n las actividades en el pasado. Su desa rroll o m ás lo carro ñeros. los car nívoro s cazad ores les quitarían las pali es de In
impor tan te tiene lugar en áreas donde hay restos botá nicos y Iau - caza 111ás ric as en car ne , dejándoles sólo las partes meno s ricas
n ísticos . para ellos, ofrecie ndo u n panorama muy di ferente a nivel de restos.
Para poner un co rto ejem plo: las marcas dejad as po r los perros Segu id am ent e Binfo nl es tud ia distintos vacimientos V los d i-
en los huesos. Seb asti an Payn e ha demost ra do có mo los huesos vidc entre yaci m ien tos en los que las osamentas de los a nim ales
roídos se pudren m ás rápidamente q ue los hu esos ente ros . Los ya- fuero n tambi én aprovech adas por otros anim ales car ro ñe ros y
ci m ien tos arqueológicos cn los que hay perro s pued en d ispo ner de ya cim ie n tos e n los que es to no suced ió , Bi n fo rd es tu d ia co n gra n
un número in feri o r de huesos y qui zá de diferentes tipos de hu e- detalle los yaci m ien tos no saqueados, arguycndo en co ntra de la
sos que los yaci m ient os d ond e no hay perros. La concl us ión nega- asociación de los homín idos con los rest os de an imales. Su co n-
tiva de todo ello es que podemos llegar a interpret ar m al la econo- clusión es qu e hay algun os co njun tos de restos m eno s aparen tes
mía de yacimiento s muy sim ila res cuya ún ica di feren cia real es «coher entes co n la desa pari ción de huesos ricos en tu étano de res-
que cn u no de ellos hubo perro s y en el o tro, no . tos d e mat an za previamente saque a d os por otros predadores ca-
rroñeros », una interpretación reforza da co n testimonios de útil es
de piedra .
CAS O 2: H UE SOS EN O L J)UVA I Mi punto de vista parti cu lar es que se tr at a de un a argu ment a-
ción interesa nte y lógica , aunque no un ejem plo de aplicac ió n de
La teoría de alcance m edi o, por lo tanto, no sól o deb e de sarro- la teoría de a lca nce medi o. Lo lógico hubiera sid o enc o ntra r u na
llar proposiciones que vincu len lo está tico del presente con la s d i- seri e de pro posicio nes formales relacionan do lo est ático co n lo di-
námicas del pasado, sino que tiene que tom ar est as proposicio nes námico , luego una observac ión detenida de lo est ático , y fin al-
y utiliza rlas form a lm ente para escoger entre po sibles interpreta- mente una a nalog ía fo rm al co n lo d inámico . (Pa ra segu ir co n la
cio nes referidas al mi sm o co n junto arq ue o lóg ico. Examinemos un anterior a nalogía de Bin ford, primero propon emos que los osos
caso para co mpro ba r có mo se procede en la pr ácti ca . dejan huellas en el terreno, luego o bserv am os una huella de oso y
En el último capítulo del lib ro de Binford, Bo nes: Ancient Men fin almente co nclu im os qu e ta l huella fue he cha po r un oso .) Pero
and Modern Myths, este autor a firma; «mi análisis representará la Binford no hace esto . En su lugar explora la evide ncia co ntextual-
aplicación de un a metodo logía desar rollada a partir del con tro l de mente, utili zan do de una ma nera más laxa qu e en la analog ía for-
la información ob ten id a de estu d ios a ctualísticos » (l 981b: 253). m al el trabajo rea lizado co n los n un am iu t. Por eje m plo, el caso
Dicho de otro m od o , el a u tor utili zará su trabajo ctno arq ue ol ógico paralelo de la m at anza del lobo no se menciona en el gm po ini cial
para co nsegu ir det erm inar los di stin tos procesos que da n lugar a de proposiciones fo rmales . Por lo tanto, el uso qu e Bin ford hace
los d istin tos tip os de co nfigura ciones del registro a rqueológico . dc la inform aci ón etnoarq ueológica , au nque interesante y riguro-
Binford desarrolla un co njunt o de proposicion es sac adas del so , no representa u n eje m plo for mal de la ut ilidad de la teoría de
m at erial obtenid o de los nun amiut, pre deciendo de es te modo los alc ance m ed io, s i hem os de ado pta r el criterio es tri cto que el m is-
resu lt ados estáticos de det erm in adas dinám icas. Po r e jemplo, pro- mo Binfor d pide .
LA TEORIA DE ¡\LCAI\CE i\lEDlü y LA ETNOARüUEüLO(~J¡\ 85
84 TEORÍA ARQlJEOLÓ(;'ICA. LJNA INTROI){}('('J()N

Este tipo de crítica fortalece el juicio crítico más escéptico de


Nos vemos obligados a extender la misma observación con re-
todos, el que se refiere a las teorías sobre la evolución cultural. Si
lación al caso del musteriense anteriormente expuesto. A partir del
todas las culturas humanas pasan por las mismas etapas evoluti-
trabajo de Binford cabía esperar que podían realizarse inferencias
vas, y si las culturas en cada etapa de su desarrollo cultural son
seguras sobre la manera de interpretar el período. Pero, de hecho,
básicamente similares unas a otras, se sigue que las estructuras ex-
el debate continuó; hasta que ha sido resuelto por el momento con
cavadas pertenecientes a contextos prehistóricos habrán de ser
la sugerencia de PauJ Mcllars de que los distintos conjuntos de úti-
probablemente muy parecidas a las estructuras que la etnografía
les de piedra reflejan fases temporales diferentes. La conclusión
nos da a conocer. Por ]0 tanto, cualquier presunción uniformiza-
que podemos sacar de todo ello es que, aunque la investigación de
dora basada en las similitudes culturales habrá de ser 111UY consis-
alcance medio puede ayudarnos a reflexionar sobre el registro ar-
tente. 0, dicho de otra forma, si los esquimales inuit son realmcn-
queológico de forma distinta y con mayor profundidad, es difícil
te iguales a otros grupos de cazadores-recolectores, entonces es
que en la práctica nos sirva realmente para ayudarnos a escoger
muy plausible la utilización de su cultura material y de sus patro-
entre distintas hipótesis alternativas. ¿Existen otras razones que
nes de actividad a modo de analogías a relacionar con grupos hu-
nos induzcan a ser escépticos sobre el valor de la teoría de alcan-
111anOS del pasado.
ce medio?
Si, en cambio, uno cree que todas las culturas son histórica-
mente únicas ji por ende no pueden cornpararxe unas con otras, ni
clasificarse según fases evolutivas, entonces no hay razón para
Problemas con la teoría de alcance medio
aceptar que aquella estructura es un granero por el mero hecho de
que se parece mucho a una estructura de otra cultura 111UY poste-
Desde mi punto de vista, Binford está muy acertado cuando su-
rior situada a mucha distancia y perteneciente a un contexto cul-
giere que la prueba del nueve para saber si la arqueología respon-
tural completamente diferente. Quizás deberíamos tratar a los
de o falla C01110 «ciencia» se encuentra en el desarrollo acertado de
inuit COD10 gente verdaderamente única, ji al hacerlo, ser 111UY cui-
la teoría de aleance medio. Si podemos relacionar de forma fide-
dadosos a la hora de decir que cualqu ier patrón derivado de su
digna, a base de utilizar proposiciones de alcance medio, lo está-
forma de vida puede usarse de cualquier forma como referencia o
tico del presente con las dinámicas del pasado, realmente seremos
modelo para cualquier otro grupo de cazadores-recolectores pasa-
capaces dc aislar los razonamientos arqueológicos de su contexto
do o presente. Podríamos puntualizar que grupos como los kung
social y político, y acabar con lo que tantas veces hacemos, que es
san no son de hecho cazadores-recolectores modélicos. Éste es un
simplemente contar historias sobre el pasado. Si no SOI110S capa-
caso típico en que las presunciones de alcance medio no son en
ces de hacerlo, la idea de desarrollar la arqueología C01110 una
realidad independientes de la teoría general.
ciencia neutra parecerá nlu~y utópica.
Los valedores de la teoría de aleance medio podrían replicar, de
Hay dos problemas básicos que aparecen relacionados con el
acuerdo con el capítulo anterior, que no importa dc dónde proce-
debate sobre las analogías y la teoría de aleance medio:
dan las ideas, sino que lo decisivo es cómo son contrastadas. Por
supuesto que nunca estaremos absolutamente seguros de que
1. Una analogía, esté sancionada con la rúbrica de la teoría
aquella estructura sea un granero, pero sí pOdCI110S evaluar su cer-
de alcance medio o no lo esté, no prueba nada. Nunca conocere-
teza frente a hipótesis alternativas. En su último trabajo Binford
mos si las presunciones uniformizadoras discutidas más arriba
sugiere que es cierto que no hay manera de probar con carácter
son realmente correctas. Si yo interpreto una determinada es-
tructura excavada COI110 un granero, y muestro cómo esta estruc- absoluto ninguna proposición, pero sí que podemos, en cambio,
concentrar nuestros esfuerzos allí donde el registro arqueológico
tura comparte cinco, diez, quince características con graneros
«conocidos» pertenecientes a la etnoarqueología, sigue existiendo resulta más ambiguo.
Una analogía puede reforzarse, por ejemplo, si se puede de-
la posibilidad de que tal estructura pueda interpretarse de otra
mostrar alguna forma de continuidad cultural entre dos grupos
forma.
86 TEORI A ARQ UEOLO( i1CA. UNA I N'J'R, OIJ Ucu o N
L A T1 ~ O l{ í t\ m: ,' I. {' ¡\ N l" I~ MEDIO Y L A ETNOA IHJ l i E01.0( ¡I:\ 87
culturales . Se ha dicho . por eje m plo, q ue la tribu modern a de los ¿Proceden los ejemplos etnográ ficos del mi smo tip o de ento rn o,
hopi en el su doeste de Estados Unidos es la descendi ente cult u- eco nom ía o asentam iento ?) La co m pre ns ión de las rel a ciones en-
ral de lo que los arq ueólogos lla ma n poblaciones «anasa zi». Hoy tre diferentes var ia bles co nvierten a las analogías en a lgo m ás po-
d ía enc o ntramos en los yacimientos a nasazi cámaras ci rc ula res tente. ¿Proce den los ejem plos etnográficos de socieda des a fr ica nas
se m i-su bterráneas, muy s im ilares a las existe ntes en los pueblos co n vínculos históricos d irect os co n las cult uras preh istóricas qu e
hopi mod ernos. Es, por lo ta nto, plausib le relacionarlas co n los mo- esta mos est ud iando? ¿Es qu e podemos pregu nt arnos por qué el
dernos ri tuales hop i. Pero , un a vez m ás , tal vínc ulo no pru eba de grano se almacen a de esta forma, ci ta ndo razo nes ( na tu rales» (el
forma conclusi va nada, aunqu e sí qu e es verdad qu e sirve para dar método más efici ente en este tipo de clima) o qui zás factores «cul-
m ás fuerza a los argu m en tos in terpret ativos deri vad os del m ismo , rurales»? Efe ct ivam ente, en la práctica , las anal ogías formales y
en el sentido de que es prob abl e qu e haya una co nt inu ida d cultu - rel acional es constituyen dos extre mos de una ga ma de argumentos
ral en el terreno de las id eas y de las prácti cas. analógicos de m enor o mayor fuerza .
El método histórico directo co nstit uyó u n importante ingredi en - 2. El probl em a de la cont inu ida d cultu ral nos lleva a una se-
te de la arqueol ogía tradicional nort eamericana. Cons istía en per- gunda objeció n . Pu ede conjeturarse q ue la gente se ve infl uencia-
filar grupos dist intos de nati vos a merica nos en el presente pa ra da en su conducta por id eas cu ltu ra les. Esta s ide as no sólo afec-
lu ego trata r de rastrear sus an teced entes culturales e n los grupos ta n a la s cue stiones cultura les co mo las cree nci as reli giosa s qu e se
p reh is tóricos conocidos. Este mét od o no tien e un paralelo di recto m ani fiesta n en determ inadas costum bres fun erarias y e n otras
en la a rq ueología europea, aunque Christo phe r Hawkes sug irió en prácticas ritua les , sino que Tam bién afe ctan a activida des a paren-
una ocasión que se debería esc ribir prehistoria yendo de lo ce rca- temente munda nas la les co mo la organ izació n del espacio en el
no a lo leja no en el tiempo , es deci r, tra bajand o a partir de grupos que se vive o la m a nera de trat ar la basura producida . Afectan po r
históri cos «co nocidos» hacia atrás , hasta llega r a las Ed ades del lo tanto a los sed imen tos arq ueológicos , por lo qu e deben to mar-
Hierro y el Bronce. Este tipo de en foque est á en la base del re- se muy en conside ración cuando se es tud ia la formación de l re-
cien te interés europeo por la «e tn og éncsis », o estudio de la forma- gistro arqueológico.
ció n de las identidades étnicas .
Tanto Alisa n Wylie co mo lan Hodder han enfatizado la distin- Véase , por ejemplo, el estu dio etnoarqueo lógico de Henri etta
ción entre analogías «fo rmales » y ana logías «relaciona les », y han Moore sobre los marakwet del África oriental. Moore descu brió
sugerido que las más pot entes son las últimas. Las analogías for - que la manera que tenían de organiza r es pacialme nte las casas y
males se sustentan en la noción sim ple de qu e si alguno s elementos demás instal aci ones tenía relaci ón con su s id eas so bre el gé nero ,
de dos situaciones son sim ilares, ta m bién lo deb en se r otr os . Re- es decir, sobr e lo que para ellos significa ba ser hombre o muj er en
sulta evidente que este tip o de ana logías son débiles, aunque tien- la sociedad marakwct, Así, los distinto s reci ntos domésti cos era n o
de n a re forzarse cuantos más elementos de sim ilitud pueden de- m asculinos o fem en inos . Este co njunto de ideas cultura les a fecta-
m ostrarse entre dos co ntextos . Las ana logías relaci on ale s descan- ban la disposición sobre el terreno de cada un a de las co ns truc-
sa n so bre la existencia de una co nexión natural o cultural entre dos ciones y de l co njunto del poblad o .
co ntextos , así co mo en el método hist órico directo, siempre qu e Jan Hodd er, por su parte, o bservó la d istri bució n de hueso s de
pu edan hacerse conex ione s basadas en la co ntinu idad cultura l. ce rdo y de vacu no en disti nt os asenta m ientos de los nuba . Enco n-
POI' eje mplo , se pued en in terpretar cie rtos pozos de los ya ci- tró grandes cantidades de huesos de ce rdo en el recinto de una tri-
mi entos prehistóricos africa no s co mo gra neros, a base de citar bu y muy poco s en el de otra tribu . Hodder pen só que se debía a
una balerí a de eje mplos etnográ ficos. Sin nada m ás, una analogía distintas actitu des cu ltura les . En es ta cu ltura , lo femenino se aso-
de este tipo no dejaría de se r ba stante déb il, aunque p odría re for- cia con los cerdos - las muj eres so n resp on sab les de alimentar
zarse a base de añadir una cier ta ga ma de casos pa ra lelos (¿Tienen y cuidar a los cerdos-o En un a de las tribus existía la creencia
la misma form a y medidas? ¿Consideram os qu e las sociedade s del (masculina) de qu e las muj eres era n impuras: de ahí qu e, por aso-
pasado y del presente tien en «el mi sm o nivel de desa rrollo social »? ciaci ón, los recintos se m an tenían lim p ios de hu esos de ce rdo y
1,;,\ TI",OI{IA IJI '\I(AN('I; ,\'II,'llIO y li\ FT,\U . \ I{Oll,.uJ.(Hil¡\ KY
88 TEORÍA ARQlJFOL()(;rCA. I.INA INTROl)liCC]ON

La idea que sustenta la arqueología del cornportarnierrto es


demás restos. En la otra tribu, este tipo de creencias se manifcsta-
muy similar a la de la teoría de alcance medio y a la de la tafono-
ba muy débilmente, por lo que la gente de esta otra zona parecía
11lÍa. Binford no quiso saber nada sobre el térrnirio acuñado por
no prestar mucha atención a la limpieza del recinto. Hodder sacó
Schilfer, rechazando también su filosofía. Sin embargo, tanto la
corno conclusión que un arqueólogo que excavara diferentes re-
arqueología del cornportarniento como la taíonomía )/ la teoría de
cintos en la región necesitaría tener alguna idea sobre las creen-
alcance medio pueden considerarse COIno teorías estrechamente
cias de los nuba para poder interpretar correctamente los restos
relacionadas.
de fauna.
Por otro lado, trabajos como los de Moore han dado lugar al re-
nacimiento de los «estudios de cultura material» en los cuales los
significados simbólicos de la cultura material se exploran en el
Conclusión
presente o en un pasado reciente. A menudo es difícil distinguir
aquí entre arqueología y antropología -es decir, sobre si contem-
Como resultado del debate que hemos expuesto, los estudios
plarnos desde la arqueología a la cultura material en su contexto
actuales de etnoarqueología han tendido a tornar dos caminos di-
social o si, en cambio, contemplamos a la sociedad desde la antro-
vergentes, que en ocasiones resultan mutuamente contradictorios.
pología, con un énfasis teorético en la importancia de los objetos
Existe una cantidad importante de trabajo etnoarqueológico y
materiales. Ciertaruente , una nueva publicación editada por esta
experimental que sigue la senda de las relaciones entre lo estático
"escuela» (el Journal oi' Material Culture) pretende reunir arqueó-
y lo dinámico. Un área particularmente potente a ese respecto vie-
logos y antropólogos en la rnisma senda.
ne representada por los estudios de tafonomia de los huesos, aun-
¿Qué enfoque ofrece la salida más convincente' Depende en
que también son importantes los estudios sobre restos dc plantas
gran mcd ida de la teoría general sobre la sociedad que cada uno
yen general sobre economía de los yacimientos arqueológicos. Es-
encuentre más seria. ¿Se puede generalizar entre distintas socie-
te tipo de trabajo tiende a concentrarse en los problemas que pre-
dades' ¿Deben las sociedades ser contempladas sobre todo como
senta el registro arqueológico del paleolítico y de las primeras co-
sistemas adaptados a su entorno, o son, en cambio, fundamentales
munidades de agricultores. Se intenta aislar problemas arqueoló-
los significados simbólicos? Éstas son cuestiones que examinare-
gicos muv concretos.
mos en el próximo capítulo.
Un término general utilizado a menudo para este tipo de tra-
bajos es arqueología del comportamiento, térrni no acuñado por Mi-
chael Schíffer, La arqueología elel comportamiento estudia cómo
evolucionan los objetos en su viaje desde su «contexto sistémico»,
esto es, el contexto de uso por los humanos, a su «contexto ar-
queológico», que es el de la excavación. Schilfer llamó la atención
sobre los factores que intervenían en el lapso entre estos dos con-
textos: por ejemplo, los "procesos deposicionales», los "procesos de
perturbación» y los «procesos de reutilización». El ejemplo de ar-
queología del comportamiento más conocido es el Tucson Garba-
ge Project iniciado por Bill Rathje en el que se estudia en el mo-
mento presente la relación existente entre comportamiento y des-
perdicio material, a base de examinar la basura producida por la
población moderna de Tucson. Parte del objetivo de este proyecto
es establecer relaciones entre comportamiento y registro arqueoló-
gico que nos ayuden a darnos cuenta de los procesos que se gene-
ran, que tienen lugar en todas partes y en todas las épocas.
CA PiT IJLO 5

LA CULTU RA COMO SISTEMA

En los últ imos dos capít ulos hem os visto có mo manifcstac ío-
ncs diferent es del pensamiento arqueológico d ifieren en su enfo-
qu e so bre cues tiones de epistemología (la nat ural eza de las cosas
que procla ma el co noc imien to) y so bre cuestiones qu e afectan a la
form a de co ntras tar hipó tesis (analogías y teoría de alcance me -
dio). Ahora diri giremos la aten ción a cómo las teorías difi eren con
rela ción a la ma nera de en tende r la sociedad y el ca mb io socia l.
¿Cómo fun cion a n la s sociedade s humanas ? ¿Cómo se relacio-
nan los se res h uman os en tre ellos ? ¿Cómo pu ed e un ser huma no
adquirir el poder de lidera r a cien tos o mil es de sus semejan tes?
¿Se forma ron los gru pos socia les en el pasa do am parado s en el
consenso .Y la cooperac ió n o medi ante el conflicto y las relaciones
de poder? E l cam bio socia l, ¿es un proceso gradu al y ac u mu la tivo
o surge con vio lencia origin ado por el enfr entam iento de ideas e
intereses de grupo a través del co nflicto o la co n tradicción ? ¿.De
qu é forma las accione s co tidia nas de la ge nte corriente se relacio-
nan o intervi en en e n lo s ca m b io s que acaece n en el largo plazo y a
gran escala , co mo los orígen es de la agr ic ultura o el as ce nso del
capitalismo mo derno ? És tas so n algunas de las pregu nta s cla ve
qu e se pla ntean las d iscipl inas qu e tratan so bre los gru pos hu ma-
nos .Y sob re las relacion es que mantien en entre ellos, como la ar-
queología y especialmente la sociología .Y la an tropología cult ural.
Los arqueól ogos intenta n discutir sobre las soci eda des anti-
guas, so bre su orige n y existencia y sobre la form a en que evolucio-
naron. Por lo tanto se encue ntran in me dia tamente apris ionados
por cuesti ones de carác ter sociológico y antropológico co mo las
ex puestas hace un m omento . A SÍ, los arqueólogos nos V C tTIOS abo -
cados irrem edia blemente a contem plar una vez más la teorfa. Los
92 I EüK iA ,\ IU) lJ EO I.Ú( ; Il'¡\ . Ul\l\ I\,ITR OIl IJCn O \,j I .i\ t"I iI :I'I: R;\ (,O .'V\ O SISTEVI/\ 'J3

a rq ueólogos «a tcó ricos» , por ejemplo , no se plantean explíci ta-


m ente este tipo de preguntas; sin em bargo, no pued en evita r usar .::'.'':~'/" oesign ata • "
Designata : ..~o
metáforas qu e implican un punto de vista particular so bre la for-
ma de fu ncio nar de las sociedades hum anas.
"
o~ ,
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"...-/ ' '',- _.._....- . ..E'
o ~ I~ ': \.,: E' < -
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, ,::;:....-
:' :"'--.
''' \ < ,
..
Ya hem os visto una de est as metáforas : el punto de vista ac uá - ___ Conce pta Con cepta
ti co sobre la cultu ra , según el cual ondas diíusio nist as se esc am -
pan a través del lago cultu ra l. encon trá ndose y co rt ándose u na s a
.~~!:~~t!!__ -.. ~
las o tras . Otra metáfora ha bitual es la que co nte mpla a la sociedad
co mo un cuer po. Po r eje m plo . cuand o se habla de socieda des o de
etapas sociales que alcanza n la «m ad ur ez » o cuando se uti lizan
metáforas sobre so cied ad es «enfermas ». (Las narraciones sup ues-
tarncntc des cri ptivas y a tc óricas sobre el as censo y ca ída del Im- Resultado
pcrio roman o está n llen as de est e tipo de mctá foras .) La met áfora
co rporal a menudo inco rpo ra rit mos o rgá n icos de «juven tud »,
«mad urez» y «decl ive». Acabo de leer un trabajo de his to ria tradi -
ciona l qu e habl a de «los d olores de parto del pro testantismo ». Las
~
metáforas sacadas de la arqu ite ctura tam bién so n muy soco rridas:
una soci ed ad «se derrumba desd e dentro» , o una fase arqu eo lógi-
ca específica o ac ont ecimiento «coloc a los fun dam en tos» de cier-
tos cam bios subsiguien tes. Otras m et áfo ras con temp lan a las so- .. ~~.. ~
.... .
ciedades como enca rnaciones físicas de un a Gran Idea, co mo Sist ema de atributo s de
105 productores
.. . - -
T rayecto ria
temtorial
cuando se di ce: «el espíritu de los anas a zi », «la ética de la ro rna ni- de tipologias de objetos '.
dad tod avía man ten ía su fuerza », «la esencia in terior de los cel-
tas », o «la m ente med ieva l». El títul o de una serie de televisión
muy popular sobre arque ología, «The Bloo d of the British » (la sa n- F1G. 5.1 . Diagrama producido por David Cíarke ( / 9 76) so bre el punto de vist a l1omla-
gre de los bri tán icos) pare ce comb inar metáforas corporales y es- tivo de cultura . Miembros de ltIl gl'llpo elaboran biiaccs. CaJcl indiv iduo tiene /II W idea
piritu ales . Todas estas id ea s , sean implícitas o explícit as, co rrec ta s sobre có m o ha de ser //J I bi/(¡z. A base de observ ar a los dem ás y co municarse con ellos
esta idea se (/(.:erc.: a el la ideo del grupo f) IlOrl na. Los biíaces individua/ es, realizados (:011
o falsas, son ideas teoréli cas que requ ieren se r examin ad as co n de- m ás o /llenos habilidad, .<;0 /1 siempre represent aciones imp erí ectas de la norma.
talle y juzgadas co mo ta Jes.
Se recordará de! capitulo 2 que las for mas más trad icionales de
la arqueología mantienen u na visión norma tiva sobre la cultura se- E xist en d os problemas co n relación al pun to de vist a his tó rico-
gú n la cual, una cultura se defin e com o un co njunto de idea s co m - cu ltural sob re el funcion amie nto de las sociedades h umanas. El
pa rtidas. E stas id eas serí an expresadas de forma imperfecta por la primer problema es que tiende a ser mcntalista, es decir, expli ca
cultura m aterial; esto es , la s diversas for m as que presen tan los o b- por qu é una cultura es co mo es, fu ndam ental m ente por re fere nc ia
jetos reflej ar ían só lo de forma imperfecta las diferentes normas a lo que la gen te piensa . La identificación y crí tica de la explica-
asu midas por el gr u po (figura 5. 1). Segú n est e punto de vista, se ción m ental ist a se enc uentra en co ntadas ocasiones en a rq ueo log ía
tiende a e nfa tizar lo particular de las cultu ra s: có mo y por qué so n yen las demás cie ncias huma nas . La o bjeción let al a la explica ción
di fere ntes co n respecto al gtu pO cu ltura l adyacente, La historia cu l- m enta list a es co mo sigue : una cultura deco ra su s casas de es ta fo r-
tural ta mbién pu ed e co nte mplarse desde un a perspect iva idealista, ma debido a las normas culturales que pro fesa . Pero ¿por qu é pro -
según la cual, so n las id eas y las normas las que se contem pla n fesan estas normas cultura les? ¿Po r qu é no otro tip o de normas? Y
como fundam en tales en la defi ni ción de identidad cultural. aún , ¿por qu é es ta vaj illa se decora de es ta for m a ? Se responderá :
94 T EORíA AR0 UEO l.(}(JIC.4. l il\ /\ I N T I{ Ol ll l('CI ( l :-.J 1,'\ ( '1 11 T L KA U l.\10 S IST EM A \1 5

porque las norm as residen en la ca beza del ce ram ista ; es te ho mbre im po rtancia capita l» (ci ta do en Saunde rs, 19 77: 2: cu rs iva es mía).
quería q ue aparentase así. ¿Po r qu é una gallina cruzó la ca lle? Por ¿Có mo podían sa ber que era así antes de que em peza ra la Inves tí-
lo qu e ha bía en su ca be za : quería alea nzar el ot ro lado. ga c ió n ?
La arqueología tradicio nal es tá llen a de argu ment os qu e pued en La segunda o bjeción plan teada por los nuevos arq ue ó logos al
cri ticarse por ser rnentalist as. Son especia lmente habi tu a les y per- en foq ue normati vo a pun ta a que se cons idera a la cu ltura co mo u n
niciosos cu ando la religión es tá por m ed io: ya q ue el auto r es libre conjun to de ideas co ns tr uido a base de meras ad iciones . ¿Ento n-
de apelar implícita mente a una neces idad espiritua l interior no es- ces, por qué las ideas se aj us tan segú n u n cier to pa tr ón? ¿Po r qué
pecificada que el lector pu ede sos egar asum iendo su «na tura lidad »: determ inadas cos as enc aja n de la ma nera q ue lo hacen'!
La defi nició n de cultu ra de la Nueva Arqueología ten ía qu e se r
No podía esperarse q ue ning ún sis tem a co mo es te , [el s iste ma mu y diferen te. Para la Nueva Arqu eo logía, la cult ura era un sis te-
basilical] cliseña do p ara eco no m izar en co n str uc ci ón ~' en clerecía, I7W (figura 2.4 ). Un sistema fue defi nido por David Clarke com o

[¿por qué se dise ño de esta l11 a n era ? c' Por qué los clérigos querian que «una red in tercom u n ica nte de a trib u la s o ent idades que form an
[u era así?] res po ndiera a la s necesida des de los creyentes r('po r q u é un tod o complejo » (Cla rkc, 1978: 495). Pa ra Fla nnery y Marcu s.
Ha ? ¿Cuál es SOI1 esas necesidades? ¿Son est as necesidades realm ente los sis tem as se caracteri zan por los in tercambios de ma teria, ener-
evide ntes si UI'IO 110 es u n cristiano [ imdll H1cllta lista? ] . Y fu e in cvita - gía e info rm ación en tre sus co m po nentes . Se trata de un pun to de
b!e q ue ju nto a es tos ce ntro s se desa rro lla ra rá pida m ente una red d e vista muy d iferente sob re cultu ra . En vez de buscar no rm as co m -
cap illa s pri vadas 1I orato r ios [¿pnr qu é era inevitable?] (Plan . ]981 : partida s, los partid ari os de la teo ría de sistem as buscan diferentes
1; en curs iva, co me n ta rios m íos) . ele men tos o su bsistem as y es tud ian las relaciones qu e se prod uce n
en tre ellos. En vez de mi ra r hacia «adentro » a lo que la gente pien-
Las respuestas a las pregu ntas en cursiva só lo tienen sent ido si sa » prefieren mi ra r hac ia «a fue ra », hacia el en to rno exte rio r pa ra
la «n ecesidad» de las iglesias , peq ue ñas o gra ndes, se en tiende averigu ar CÓ ITl O se ada p t ó su sistema c ultura l.
co m o evidente po r sí m isma , sin requerir o tra ex plicación. ¿Po r q ué
la gente tien e determi nadas ideas dentro de sus ca bezas qu e les lle-
van a «necesitar» más iglesias'! ¿POI' qué el anti guo sistema de cree n- Teoría de sistema s: sumario
cias, pagano o no, se con ce ptúa co mo ina de cu ado '! Y, resp ect o a los
que pensaban que era inad ec uad o, ¿po r qué la élite religiosa as u- Exist en seis as pectos de la teoría de siste m as que hay qu e co-
mía que la gente corrien te «ten ía necesidad » de esta s ideas'! Este nocer.
tip o de necesidad es ca m biantes, ¿te n ía algo que ver con los cam -
bi os socioeconóm icos con te m po rá ne os? Y, si era así, ¿cuáles fue- 1. Lo s siste mas son co mo so n, como mirumo en parte, por-
ron esto s ca m bio s ? que están adaptados a UI1 entorno externo , sea el e n to rn o n atural o
Para sim plificar, ex plica r un ra sgo arq ueo lógico o u n fenóm eno el en torno social. Hem os visto có m o Lewis Bin ford definí a la cul-
hi stó rico por referenci a a una necesidad no teori zad a o a la in- tu ra co m o <da form a ex tras o rn ática de ada p taci ón a l med io de los
tenci ó n de a lguien no es ex plicar nada en a bsoluto. Argument os seres hu manos ». La teoría de s is te mas de los a ños sesen ta y sete n -
m cn tal íst as de est e tip o pu eden enco ntrarse em bosc ados implíci- ta tendió a esta blecer fuertes vínc ulos intelectua les con las ideas
tamente dentro de la m ayor parte de la síntesis trad iciona les de a r- relacio nadas co n la ada pta ción. Muchos pensa dores han intentado
qu eología y de hist o ria : pueden incluso es ta r met idos en el nú cleo apartars e recienteme nt e de este énfas is en el enta m o exte rio r,
de su s argumentacio nes. Al inicio, no a la co nclusi ón, de un im- co m o vere mos .
p ortante pru yecto de inves tigación arq ueológica, el prest igioso Ro- 2. Los p artida rios de la teo ría de sis te mas sugiere n que los
ya! Arcliaeological Institu te defi n ió un castillo co mo «una resi- sistemas son ob servables , Ob viament e, no podem os exc ava r u n sis-
dencia for tificada que pod ía co mbinar funcion es administrativa s y Lema cultural : nun ca enc ontra re mos un s u bsistema «co mercia l» o
ju diciales pero en e! qu e las cons ideracio nes niilitares tenian una de «subsistenci a » en el regis tr o arq ueo lógico. Los sistemas pue-
96 TEORIA AkOLJEOLU(;[Ci\. I.IN/\ lNTRO[)[ICC!U!\ I,¡\ í l ITII¡{I\ C()M() sls'II'",rVl/\ 'n
den ser detectados en el sentido de que dependen de un aprovisio- ción de un predador nuevo, el sistema entero tiende a alcanzar,
namiento y de flujos de información. tras un periodo de tluctuación, un nuevo estado de equilibrio a ba-
Para decirlo de una forma 111ás clara: no podernos contemplar se de modificar las relaciones entre los distintos subsistemas.
las "normas» en el interior de la mente del ceramista; por otro lado, Así, por analogía, pensemos en un cambio medioambiental
resulta muy difícil imaginar una forma de comprobar qué ocu- (pongamos la mejora del clima) que afecta al subsistema dc sub-
rre dentro de una cabeza humana, sobre todo si la persona hace sistencia (haciendo más productiva la agricultura). Ello perrn ite a
111ile5 de años que murió. En cambio, sí que podernos pensar en Jos agricultores producir un mayor excedente, y utilizar tal exce-
posibles formas de medir el «subsistema del comercio» correspon- dente para intercam biarlo por otros bienes, afectando de esta r01'-
diente a un grupo cultural. Podemos, por ejemplo, observar la pre- ma al su bsistcma del comercio. Los nuevos bienes introducidos
sencia de vasijas, pertenecientes a diferentes contextos arqueológi- pueden a su vez afectar el subsistema social; una acumulación de
cos, que han sido objeto de comercio. Dc forma parecida, aunque determinados bienes prestigiosos puede apuntalar la posición de
no podamos desenterrar un «subsistema de subsistencia», sí pode- las élites, incrementando la distancia social entre las élites y el res-
1110S medir y cuantificar la parte de terreno alrededor de un vaci- to de la población. Los modificados subsistemas social y de co-
miento susceptible de ser cultivada, o la cantidad de carne y su va- mercio provocarán posiblemente un efecto de reacción que afecta-
lor calorilico representado por la información obtenida a partir de rá a la subsistencia: las nuevas élites más potentes podrán estimu-
UD nivel de restos de fauna. Por Jo tanto, podemos empezar a COIl1- lar la colonización agrícola, intensificar el trabajo o iniciar pro-
prender el procedimiento utilizado por el arqueólogo para cons- yectos a gran escala como, por ejemplo, proyectos de irrigación. Si
truir y medir la relación existente entre, para seguir con el ejcm- la respuesta es negativa, el sistema alcanza un nuevo equilibrio.
plo, economía de subsistencia y comercio, a fin de poder luego Esla lendencia hacia un nuevo equilibrio se llama horncostasis. En
contrastar esta relación hipotética con referencia al registro cambio, si la respuesta es positiva puede ocurru, por ejemplo, que
arqueológico. el nuevo l1ujo de bienes de prestigio produzca una transformación
3. Estos sistemas pueden modelarse a voluntad, siendo sus- sustancial del sistema social. Aparece una nueva estratificación so-
ccptibles de simulación por ordenador. De esta forma se facilita la cial rnorneutánearnente inestable, cosa que da lugar a reacciones
elaboración de generalizaciones sobre los procesos culturales. que afectan al comercio y a la agricultura, puesto que los nuevos
Como vimos en el capitulo 3, la Nueva Arqueología abandonó la estratos sociales demandan 111ás excedente, así como otro tipo de
idea de servirse de leyes formales demasiado rígidas para abrazar bienes que puedan ser comercializados.
la idea de las generalizacioncs, siempre menos rígidas. La teoría de 5. Los subsistemas están relacionados unos con otros y" se
sistemas es responsable de haber «suavizado» el enfoque basado en comprenden por la (unción que realizan. Por ejemplo, si sc quie-
las generalizaciones. ren explicar las formas rituales de un período panicular puede ha-
4. Los subsislemas son intcrdependientes; la subsistencia, el cerse en términos de la función que realizan los sistemas religiosos
comercio, los rituales, los subsistemas sociales se relacionan unos que otorgan legitimidad a la estratif'icación social (tenemos un es-
con otros. En consecuencia, la aparición de un cambio en una par- talus alto porque sólo nosotros tenemos acceso a los dioses).
te del sistema afecta al conjunto del sistema dando lugar a una Otra vez, una intensificación de la producción agrícola puede
respuesta positiva o negativa, a una horneostasis o a una transfor- relacionarse con la necesidad de producir un excedente con el ob-
mación. ¿Qué significan estos términos? jetivo de obtener bienes de prestigio: asi, un subsistema se explica
Diversos partidarios de los sistemas han sugerido que los siste- por referencia a su función con relación a los otros.
mas culturales pueden contemplarse en términos fundamental- Ello es importante, ya que sugiere que podemos conlemplar el
merite muy parecidos a otro tipo de sistemas del mundo natural. significado de ciertas prácticas en el regislro arqueológico sin
Los sistemas naturales en ecología, por ejemplo, tienden a un es- preocuparnos de los significados simbólicos, que, desde esle punto
lado de equilibrio. Cuando son afectados por alg,'1l1 l ipo de cam bio de vista, no pueden ser contrastados. En este caso contemplamos
procedente del exterior, como un cambio clim.iti.-« () la introduc- las formas rituales, digamos mediante el tamaño y las formas de los
() H I t ':() ! ~ I !\ 1" { () I I I '~ () l n ( i [(' ,\ . I I ~J\ I t\ T I{ CJ l ll W (' I( l N 1 1\ ( '{ n .'l'11I{ ¡\ CO l\l o S IST E.\ l i\ 'i'i

tem plos y de otros elem entos de la para fern a lia rel igiosa . y los in- han relacion ados com o si fueran a nill os de un a ca de na de res-
terpretamos co m o una forma de Icgitim iza ció n de las élites . No pu est a s positivas. Sugirió que igual com o ocu rre co n las socie da-
necesit amos preocuparnos de lo que sign ifica exact am ente tal o des de jefat uras, la posi ció n del jefe o rey en el vértic e de la socic-
cua l práct ica religiosa , n i de lo q ue s imboliza det ermin ad a for ma dad esta ba en fun ción de su habilid ad para co n trolar la pro duc-
qu e observa mos en Jos templos . por ejemp lo. ción y circu laci ó n de bien es de prestig io. Cuanto m ás éxit o ten ía e!
6. Los arque ólogos pueden exa m inar las relaciones entre los caud illo en co ntro lar est os fluj os , m ejor podía co mpens ar a sus
s ub siste m as en t érm in os de cotrelacio nv 11 0 tan to en t én ni nos cau - seguido res, lo cua l a su vez generaba obligaciones re cíprocas.
sa/es (de ca usas sim ples). Podemos o bse rva r, por ejemp lo, qu e co n El asce ns o de un número lim itado de ciud ades en tre los siglos
el tiempo la int en sifica ci ón agrícol a de u n determi nado contexto VTT y IX pod ía interpretarse co m o un in ten to por parte de det er m i-
co inci d e co n u n a um en to de la po blaci ón. Discutir acerca de q ué nadas élites d c co ntro lar esta prod ucció n y su circulació n. Ho dges
[cn órncn o ocu rre p rimero es poco pro d uc tivo, pues to qu e nos ve- llam ó la ate nci ón so br e el hech o de qu e los as en tam ientos urba nos
mos a boc ados a l cu ent o de qu ién lu c pri mero , si la ga llina () el esta ba n planificados, su giriendo que la pla nilicación ref lejaba u n
hu evo . El pen sa m iento sisté m ico at iende a la co rrelaci ón existente con tro l cen tr a liza do qu e ten ía su or igen en un a d eterm in ad a cor te
entre los dos fenómenos y la integra en un m ode lo más am plio que pa laciega . Tambi én llamó la a tenció n sobre su loca lización : a pare-
da cuen ta del cam bio o de la es ta bilidad de los s istemas. cían en estuari os o junto a ríos que facili taban un com erc io a lar-
ga dist ancia, alejados de o tros centros de au toridad existentes.
Nó tese qu e esta explicació n generaliza. Co loca la Europ a de la
Ejemp lo: sis tem a s alreded or dcl mar d el Nort e Alta Ed ad Med ia en el gra n gru po de las «sociedades de jefa tu ra s »
y pro cura co mp re nderlas bajo este prisma . Hoy d ía pod emos co n -
En su lib ro Da rle A¡;e Econo m i cs Richad Hod ges desarro ll ó u na templ a r a «socie d ade s de jefa tu ras » en Poli nesia , América, y en la
int erpretación s istém ica so bre el crec im iento de las ciudades , el Edad d el Bro nce a orillas del ma r Egco; esto es, en una variedad
co me rcio y la com plejidad so cial de la Eu ropa noroccidental d u- de situacion es etnogr á ficas, etnohis tó ricas y prehistór icas qu e
ra nt e la Alta Edad Med ia . Los argu men tos de Hodgcs han de ser abrazan a tod o el planeta . En todas estas zonas , otros especia lis ta s
vistos en su con texto. Hod ges trabaj ó en un mom en to en qu e el han in sist ido en la importa ncia del flujo de los bi en es de p resti gio ,
pensam ie nto arqueo lógico tr ad icion al h a bía estado acum u la ndo en las relaciones existen tes en tre prestigio y poder y en los proce-
mu ch a información, fruto de la excavació n de much os yac im ien- sos conducentes a una m ayor co mplejidad so cial. Al citar esta bi -
tos ric os en datos sobre e! comerci o y de la consulta de a bundan- bliogra fía Hodges crit icó a los hi st oriadores tradi cional es q ue se
te documen tación . Se ha bía em pleado much a tinta en in tentar de- habían ded icado a enfa tizar el car ácter d istin ti vo y único de lo
terminar la fecha exact a de los asentami entos con el obje tivo de que hab ía ocurrido en el noro este de Europa , sug iriend o q ue no
probar que tal o cual asen ta miento había sido e! primero , y que la debíamos co nside ra r diferen tes los p rocesos su byacen tes respon-
vida urban a se hab ía ido expandiendo a partir de aquel as ent a- sa bles del ca mbio cultu ra l en esta parte de l m undo , so la me nte
mi ento . Est e tra bajo, sin embargo , casi no había a po r tado nada porque unos cuan tos mon jes del no rte de Eu ro pa habían deja do
so bre las ra zones del nuevo impulso experi me n tad o po r las ciu da- escri to lo que ellos pe ns a ban so bre los ac onteci m ien tos que ha-
des y el co m ercio antes de! año 850 de nuest ra era, y además ha - bían o curri do .
bía tratado la documentación de u na man era m uy part icul ari sta y El registro arqueo lógico m uestra tra zas m ás o menos observa-
de forma ta l q ue estaba lleno de argumen tos menta list as (referen- bles sobre el cambi o en un sistema soc ial. No podemos ver d irecta -
cias a un in na to «r ever de ce r del esp írit u co mer ci a l» () «esp íritu co- mente co mercio o construcción de barrios, pero sr q ue podemos
m ercial de los pueblos de Frisia ). ela borar ind ica dores arqueológicos del co mercio med iante e! trata-
Hodges sugirió qu e toda la zo na de! m ar del Norte debía co n- m ien to es tadístic o de los objetos . No pod em os ver d ire ctam ent e la
templarse co mo un sistema . dent ro del cual la co mplejidad social. es tr uc tura soc ial de una com unidad , pero sí qu e podemos ela bo rar
el ascenso de la urbani zación y el crecim iento del com ercio es ta- ind icadores de la m ism a en términ os de prácticas funerarias.
100 r HJR I,\ ARU U ¡';, O I,( )( i IL\. t :--J;\ I I\.T l<O IH1( l IO i\ LA C LILT L RA U) .~1 0 SIS T E 'L\ I () I

P unto s fuertes d e l p ensamiento s ist ém ico resp uest a del impe r io ? O, a lte rnat ivam c n te , ¿.q u é fa c to res sis t émi -
co s subya ce n en la s in va sio nes b ár baras?
Algu ien h a dic ho qu e todos pen snmo s en térm in os d e sistemas. lo ) E l cola ps o de la civ il ización m in oica . E n e l pas a do se miró
Todos contcrn plum os a la s so c iedades co rn o un id a des en fu n ci o- mucho a Ca u sas es pecíficas tale s c orn o posi bl es in va siones o 18
na m icn to, )' tal CO In o he m o s vis to, m uch o s a utor es trad ic io nales er upción de l volc án d e Saru orini. E n tod os estos casos , s u ces ivo s
ut ili za n la m et áfo ra d e lo s s is te m as o rgú n icos () cor pora les de fo r- argu m e n tos pr á ct icos irru rnp iero n pa ra h ace r ca m b ia r los p u n tos
11141 im plíc ita . Ha v much o pensamien to s isté nlico ex presa do d e d e vis ta . Por ejem p lo . la suge re ncia d e Spvri do n Ma rin uros de lit u,,
Io rrn a im p hc itu s in explica cio nes, incluso e n ca sos e n lo s q u e el la e ru pc i ón vo lc án ica fue la p rin cip al responsa ble tu c cu c s íiuna da
a u to r no u ti liza la jerga a p ro p iada . H ay tres pu n tos Ine rt es d el por el d escu brim ie nto d e in fo rm a ci ón llue va . S in e m ba rg o , el a is-
pen sa mien to sist émico que val e la pen a su b rava r: lar d e termin a d os a con tecim ie ntos n o nos ayuda u e n te nd er el p ro-
ceso s ubvuc en te. (. Po r qué u n os a con te cü n ientos co nc re tos CO !110
1. Evi ta e! prob le ma del m cn talism o qu e he m os di scutido una in va si ón () u n d es a s tr e na turul llcv.uor: a un a c iviliz ac ió n a u n
J11ÚS a rri b a , H o u gcs int e nta explica r el a SCCnSI) d e ci udades y c o - decli ve ir r ecu pera b le ~' n o a u na rápida regener aci ón?
m e rc io , per o n o lo m a la ruta lá c il y e ng a ñ o sa qu e le ha de lleva r a e) E l co la pso m a r a . Mu c ho s de los grandes mo nu m entos de
ha bla r d e un «esp ír it u vikingo» pa ra jus fifica rlo ; e n cam b io , lo re - la c iviliza c i ón I1H\~'a fue ro n rc pcrui na m en te aba nd o na dos, a p a re n-
laci o na con o tro s pro cesos q ue participa n de un cua dro ge ne ra l remon te cas i d e u n día pa ra o tro . La in vesiigaci ó n t ra d ic io na l bu s -
qu e m ue st ra a u n sist em a socia l e n evol uci ó n. có o Lra ve z ca u s as es p ec íficas --tin a inva si ón , u n terre mo to , etc.-
2. Ev ita la s expli c(l ci oJle~"" !/ IOIIOC(/lISa le.':; , es d eci r, la s ex pl ic a - p ara expli ca r el fen óm eno: El p ens a rnien to sist ém ico dirigió , e n
ci o n es qu e tratan d e si ng u'la r izn r una u otra cau s a COll10 rc s po n- cambi o , su at e nc ió n a lo q ue pe nsab a qu e se ría n fact o re s su bya -
sa ble de u n a co nt ecim ie n to . Al ha c erlo , el pe nsam ie nto s is té m ico centes Ill ÚS rigu rosos, po r ejemplo, las relaci o nes e n tre crc ci rn ie n-
puede a provecha rs e de los pu n tos fue r tes d e es te t ip o d e e xpl ica- ro d e la po bla ci ó n v produ ctividad agrtco la . Con te m pla ndo a la ci -
c io n es v evitar s u s pu ntos dé bi le s . Un bu e n eje m plo p u ed e se r e! vilizacióu m aya co rn o u n s ist ema, llam ó la a ten c i ón s o bre la s rela -
est u d io del cola pso de una c ivi lizac ión . E n much a s o ca s ion es se ci o nes en t re «va r la b les » ca m bia n tes. E l a ná lis is de es ta s va ri a bles
ha e m plea do 111U<.: 110 es fu e rzo e n a rglu 11en to s va gos qu e gi run a l- co n virt i ó e n a lgo pla u si ble el a pa re n rernc nte re pe ntin o cola ps o ,
red edo r d e c ausas ún icas () espcc ffica s par a trata r d e explicar por co rn o la cu lmina ció n de ciertos procesos de ciclo la rgo .
q ué una civili za ci ó n se ve abo ca da a una desaoa r lci ón r úpida . La
eru p ci ó n d e S ant o ri n i y su r elación con el cola pso d e la civiliza - 3. La t CO J'Í3 de s isi cr na s e.s un a fu ente p ot encial d e op tin iis-
ción min oi ca, el cola pso d e la é poca m a ya clási ca , o la atrib ució n 11 10 p a ra lo s a r q ueó logos . S i tod os los as p ectos d e u na cu lt ura es -
de la s cr is is a re pe nt inas inva si ones d e va s tas h o r d a s d e b árba- tán fun ci o nal m e nt e rela ci ona do s, n o ha ce fa lta q u e co m o a rq ue ó-
ros , co n st ituye n e jemp los b iL' 1I t ípi cos (véase m ás a bajo) d e es te logos n os rcst ri nga mos a los aspectos es pec íficos q ue lo rrna n el
e n roq ue . núcleo d e n u est ra d isciplin a a rqueológica . Cie rta m e n te. no h ay
L a t eoría d e sist e mas di ri ge n uestra a te n ción, lej os d e lus in va - razó n para qu e no poda m os in fer ir cosa s so bre el co nju n to d e la
sion es re p en tin a s y los desast res, ha ci a la comp ren sión de po r qu é so ciedad él p a rt ir de un m a gr o r egis tr o arq u eol ógico . E s to es lo
c ie rt os énfasis O aco ntec imie n tos tu vie r on el cará cter de críticos o , que yo ll a m o e l argume n to del "p a s te! del cue nto d e lia d a s » (mis
en su ca so , no Jo tuviero n (figura 5.2). Por ej em plo : di sculpa s a Dougl a s Adarns): si tod a s las p artes d el un iverso es tán
r el a cio nad a s en tre ellas. d ice el a rglun en to -, es ta rnos e n s ituació n
a) La ca ída del Im p eri o roma no. M u c hos t rabaj os trad ic io n a - de infer ir todo el u ni ve rs o en te ro a part ir de só lo un ped a zo p e-
les se co n su m e n en de ta lles sin solución d e eo llti 1111 ida d so b re el q ueño d e pa st e l. Bin ford u tilizó es te mismo arg u m e nto c ua n do
p a pel e jercido p o r ta les o ta les o t ros bá l'ba ,",,' . l lu pensa do r sis t é- escrib ió : «a u n qu e es té ga r a n tizad o que no p odre m o s excava r una
mi co pr egu n ta r ía : ¿p o r qu é ta l invasi ón h;ú '!>:lra fu e ta n let a l? terminolog ía d e p ar entesco O una filosofía , sí qu e p Ode iTIOS, en
¿,Q u é facto r e s sis t ém ico s in ternos d is lll illl lVlT()11 la ca pacida d d e cambi o, exc ava r, y de h ech o lo h a cemos, los o bjetos materia les
102 TEÜRll\ ARÜLEOLOGICA. LNA INTROOlICCI(l\.: LA CULTLRA COMO SISTL:.\-lA 103

asociados a estas cosas ... La estructura formal de los grupos de


Expansión hacia nuevas regiones y ampliación de los sistemas de control del agua
artefactos, conjuntamente con el elemento añadido de las relacio-

B -- __
PrOJUCClon
-
-_.
Hedistribuciún
especializada +-- dealimentes
He Capacidad
de Inducir
•un incremento
nes contextuales, presenta un cuadro sistemático y comprensible
del conjunto del sistema cultural extinguido» (Binlord, 1964; la cur-
siva es suya).
de errr.emos del exced~~t~ Impuestosy exacciones

El contexto del pensamiento sistémico


le _._;-]
i

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Necesidad
lc~materias
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~.r!:n~~-----.!
Comercio
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distarcia
'-+!
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¡
Especalizacrón
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ti
i
·"d""'~'··
manufactureras
Hasta aquí he explicado el pensamiento sistémico aisladamen-
te. Sin embargo es muy importante situarlo en su contexto. Al
igual que ocurre con muchas teorías arqueológicas, gran parte de
las bases intelectuales del pensamiento sistémico incumben tam-

- -- --~
1 Nuevos
mercados
bién a disciplinas asociadas que comparten los mismos problemas
fundamentales.
ecológico
N"ho
libre
~ Colonización ce
Mesopotamia ccn
la tecnología
Diferenciación
~ '011" oeboe a
la 'mñacón de
Colonizaciónde
Mesopotamiacon
laleenología
Corno vimos anterionncntc, las relaciones entre los subsiste-
mas son de tipo funciona!. El sistema en su conjunto se concibe
adecuada rl acceso a losrecursos
Contro!
adec
r-r- (ejemplo "'''
peta_ndal-neme
producfivo 'ejemplo. irrigación)! cstraieqícos irrigación) como algo parecido a un organismo, algo así como un cuerpo hu-
- .- ---
-~- --

mano o cualquier otro organismo complejo; para usar un término


técnico, existe una analogía orgánica. Explicamos las diferentes
parles de un organismo con relación a su runción dentro del con-
COI1q¡J:sta
junto del sistema. Por ejemplo, la forma del corazón -una bomba
r¡;---- : potente- se explica por referencia a su función de bombeo de la
~ Aumero
t de
la población
H""""""'"de la
agricultura
Aumento de
la concentración
de la riqueza
:1-' Guerra I sangre que lleva el oxígeno a todo el cuerpo. Similarmente, noso-
tros explicamos los subsistemas del sistema social moderno por
_. ~ -- ...• - ..- ..
referencia a sus funciones. Por ejemplo, la forma del Estado mo-
derno -una burocracia administrativa- se explica por referencia
a sus funciones económicas, sociales y políticas. Los pensadores
-~
Incremento
sistémicos explican de forma parecida los subsistemas del pasado
Necesidad de
deltamaño
de los
¡--. mayor(más) por referencia a sus funciones; por ejemplo, los subsistemas reli-
información
asentamientos: Mayorseparación giosos se contemplan en términos de su función de legitimación
entreadministradores
y teste delapcclacíón de las jerarquías sociales, o la presencia de élites se explica con re-
ferencia a su función de dirección de actividades complejas tales
como la agricultura de irrigación.
1Tensión social
El pensamiento sistémico, pues, comparte muchas cosas con
~¡ en los grandes otras escuelas de pensamiento, ineluida la cibernética, la ecología
~¡ asentamientos
depobleclón y la Teoría General de Sistemas. Quisiera dar relieve aquí, sin em-
bargo, a una relación particular de la teoría de sistemas; la escue-
la de pensamiento perteneciente a las ciencias humanas conocida
FIC. 5.2. Modelo sistémico del «origen de la civílizocion» en Mesopotamia. Rednian como funcionalismo. No pretendo dar aquí un informe completo
(1978). sobre el funcionalismo, pero sí que quiero dejar elaros algunos de
104 l' E OR1A AR(J UEOl()( i l <'¡\ . L,1,\ /\ I \ :T R. O I II ,'{ '( 'H IN 1,/\ r t J' I I ,I I-:.i\ ( l t....\( ) ~ IS I I;,I\ L \ Ilh

lo s víncu los in telectu a les más im porta n tes del pe n samie n to s isté- d ebéis p reocu p a ro s por los o rígenes hi sr óricos : lo im po rta n te es
m ico, a s í C O lll O s u s o r ígenes . " el' c ómo fu n ci on a ta l in s ti lu ci ó n o co s tu m bre a qu i .\' a h ora, o e n
El Iunci oua lis m o se r e la ci o na c on la id ea d e q u e la s c ult uras u n d etermina d o m ome nt o e n el ti em po »,
so n pa r ecida s a o rga n is mos, d e m od o q ue las part es se exp lica n
segú n la fu nci ó n qu e re a lizan co n r elaci ó n a l co nj u n to. Co hc n lo
d e fine corn o « la no c ió n d e que to d a s la s ins t ituci o nes . c ree nc ia s P u nto s d ébile s d el p cn satlli cnto s is t é n l icu
y reglas m o r a les d e una soc ied ad est án in te r re la c io nad a s, de ma -
ner a qu e la Iorma ele explica rs e In ex iste n cia de u no d e es os ele- E l p ensamient o sis té mico a par ece co rn o un a fo rm a muy po ten -
JTlcn LClS en el conj un to p a s a por d escu brir la ley q u e pres cri be de te de p ensa r la s cu lturas de l pasa do . Evita m uchos pro blemas d e
qué form a es te sis tern a coex is te co n lodo s los d em ás » (COllCIl, los enfoq ues tra d icio na les , proporc io na ex plica ci one s co nvi ncen -
1968: 34). tes y permite gc ncruliza r,
El funcion alisrn o se d esa rrol l ó a l fin a l del siglo X I.\ e n U Il mo- Sin ern burgo, e n m uch os cí rcu los tco réti cos, particularmente
mento en que las ci enci as h u m a na s experime n ta ro n u n gra n a uge . en Gra n Br et a ña , los tórm iuo s «p eu s a rn ic n to ... isr ém ico » y «Iu ncio-
E n to nces, diferen tes pensadores c orn o Au gu st o Co m ie . Hc rb crt n a lis m o » se h a n co nve rt ido ca si e n p a lab ra s impro n un cia bles.
S pc ncc r, J~mile Du rk he im , Ra d cl ilfc - Brown o Mal in o ws ki exp usie- Cuando ac abé el pri m er bor ra do r d e es te lib ro , u n co lega me c o-
ron d iferentes vers iones del lunc ion a lis mo ( n ótese que m uch os de m ent ó qu e el pen sa m ien to sist ém ico ..-ra 1111 ca d áve r in telec tu al ,
est o s pensadores se a socia n a la s te n ta ti vas in ici al es d e m od e lar la p or lo qu e no h abía necesida d a lgun a de q ue m e p reoc upase d e
a n uopo logía y la so cio lo g ía co n Ull m o ld e pos iti vis ta ). di scu tirlo . ¡ PO L' qu é?
E n te nderemos m ejor a l fu nc io na lísmo s i pensa m os en s u con - En p rimer lu ga r po rq ue se ha rea lizad o u na serie de c rí ticas
tex to in tel ect ua l y soc ial. La an tro po logía soc ia l britán ica e n par- IllUY bien hec ha s sob re el fu nc io ua lis mo. Mu c hos pie nsa n qu e es-
ticular progresó 111<'111 0 a 1ll(.11l 0 con la fo r m ac ió n d e Jos ud m in is- ta s m is m a s c rüi cas pu ed e n ap lica rse pe rfectamente a la teoría de
trad ore s d el im p erio . Así, la impl icaci ón m á s pod ero sa d el pe n sa - siste mas. Ent r e la s mi s m a s d estaca n las sigu ientes:
miento fu n cio n al fue co m p ro b ar q ue la s a pa re n teme n te irruci ona -
les, extrañas . y maravillos as costum bres de los na tivos, C01110 su s 1. Se sostiene que h ay u n d efecto fa tal e n cl mismo nú cleo d e
creen cia s en la m agia y la bruje ría, o la s ela borada s r egla s que la expl ica ción Iu ncion al is tn. Cuan do ex plica mos a lgo p or r eferen -
a d orn ab an sus sistem a s de in tc rc am b :o, es ta ban funci ona lm en te cia a su hm ci ón en el sen tido de qu e co ruri b uv c a m antener a un
con ec ta da s a la s a c tivid ades del gru po entero . A los ca nd ida to s a sistema to tal en acción , no es ta rn os a te nd iendo él su génesis h istó-
adm in ist r a dores se les en se ña ba a pensa r e n la s co s tu m bre s d e su s rica. Por e jemplo , c ua ndo expli camos el as censo de u na s él ítes en
futuros a dm in istrad os si tu ánd o la s cn s u co ntex to , para qu e n o ca - una so cieda d es ta ta l co n rel a ci ón a sus fu ncion es ges to ras y d e
vcra n en la moral sim plis ta de la esc a la evo lu tiva. La s cos tum bre s coor din a c ión d e la s a ct ivida d es agríco las es ta rnos olvida nd o r efe-
de lo s n ativos no debían e n ten derse , p ues. co rno muest ra s d e irra- rirn os a su or ige n ,
ciona lid a d , como reliq ui a s d e u n a fase a nt e rio r de la evoluc i ón so- Una p osible res pu esta es d ecir qu e se tra ta d e una d eci sión
c ia l o co m o p e rversio nes d e la vida sa lvaje, co nscie n te; s in e m bargo, es d ifíc il e ncontra r a un gr upo cu lt ura l
S i la s cos tu m bres no era n irra ci ona les. no pod ía n s er exp lica - se n ta do alre de do r de un fuego , d icie nd o "OK, co m o tene m os pro-
das sa tis fac toria m e n te corn o re liqu ia s ele a nteriores soc ied a des . bl em a s para co or d inar un sis te ma d e irri ga c i ón a g ra n es ca la,
Los e volucio n istas ha b ía n d ic ho en oc asion es que d eltas costu m - va m o s a in venta rn o s una élite v va mos a o be dece r lo s corn o a
brcs era n COrn o te stimoni os pe rm a nentes de eta pas a nter iores d e dioses », -
la evo lu c ió n de u n a so cieda d . E l pen sa m ie n to fu n cio na l era sin- Un a respu es ta má s p la u sib le es relacionar [a s explica ci on es
crón ico , es deci r, examinaba cómo difer en tes eleme n tos de una tunc ionales co n las exp lica ci ones adap tativa s; e s d ec ir, expl ica r
soc ied a d se ajust aban perfectament e ent re el lo s e n u n momeruo que la s soci ed ad es q ue h an c o nsegu ido d esarrolla r u n a s éli tes ,
hist ó r ico concr eto . En o tras p a lab r as, se decía al go a sí C0 111 0 : «n o ponga nl 0 s por a cci d en te hi st ór ico , se a da p tan mejo r al en torno y
1.:\ ( -1 11 ;!l J\{ ¡\ CO M O S IS'} E i\l A 107
106 T EO K. íA ARQ l ;EO U )( ;¡CI\ . IJN A I NT I{ OIJl !( '( 'IO N

co m p itcn de modo m ás e ficiente, Vistas en una perspecti va tem- 3. El funcionali sm o no pu ede explicar a dec uada m en te el
pora l ampli a , tales élit cs tienden a re sultar seleccionadas para re- cambio. Un m odelo sistém ico o funciona l puede explicar por q ué
prese n tar su pa pel en el sentid o darwiniano, y serán las que des- un sist em a perm a nece esta ble. Sin em bargo, ¿qu é pas a cu ando las
cu bri re mos en el re gist ro a rqueológ ico . Los argumentos sistém icos, sociedades devie nen m ás y m ás co m plejas'! ¿Cómo y por q ué ocu-
por lo lamo, se relacionan iII UY a menu do estrecha mente con las ex- rren estos proc esos?
plicaci ones adaptativas , po r la m an era CO n l Q se ex presa n y por el Kcnt Flann ery esc rib ió un temprano estud io ya clásico so bre
tip o de arqueólogos que las realiza n . los or íge nes de la agr icult ura en México , explicando la tran sició n
2, Los a rgum entos sistém icos de penden de las relacion es fun - desde un sistema de vida basad o en la caza v la reco lecci ón a la
cio na les, pero estas relacio nes si empre pueden ser dudosas en tér- agricu ltura , co mo parte de un ca m bio sixt ém ico m ás amplio. Con-
minos espec íficos . Pu ed en exis tir es tra tegias alte rna tivas a l alca n- cib ió «el hombre y las tierras a ltas del su r de M éxico fo rm a ndo un
ce de los in d ividuos y las culturas qu e no se considere n. Por ejem - único sis tem a co m plejo co mpuesto de div ers os subsistem as que
p lo , uno de los esquemas rela cional es sis té m icos típicos es el qu e m ut uarncn tc se in lluenc ia ba n ». Bajo esta óptica , la c ultura era una
pone en relación entornos cada vez má s m argin ales con In agricul- cuestió n de ada p tación, mi entras que el camb io se con tem pla ba
tura intensiva . Se sos tiene que cuand o un en to rno am b iental cm - e n t érminos de «ca m bio gradual de los m ecanismos de abasteci -
peora , los gru pos hum a nos tiend en a in ten si ficar sus esfuerzos m ien to » regulado por la estae ionalidad .
pa ra cultiva r ali mentos. En Chaco Ca nyo n , al no ro es te de Nu evo Los pun tos fue rtes de esta argu mentación era n: a ) ob via ba la
México, los arque ólogos han de scubierto que entre los año s 700-800 siempre tediosa investig ació n e ncaminada a descu brir los ejem -
h ay un re surgir de la co ns tr ucció n de m o n umen tos ce remoniales plo s más precoc es de agricu ltura : 17 ) intentaba explicar los proce-
al tiempo qu e se pasa del tipo de vivienda excavada en la ro ca a la sos qu e daban lu gar a los orígenes d e la agricu ltura m ás que des-
co nstr ucción de casas de piedra al es tilo pu eblo. Esta act ividad se cribir su d ifusión ; e ) dirigía la a tención sobre 1,. agr icu ltura com o
to ma co m o ind icativa del desarroll o de un nivel su pe rio r de com- part e in tegrante de un cam bio grad ual de la cu ltura en su con jun-
pl ejidad so cial. Es te nivel de co m plejidad super ior, a m enu d o se ha to, y d) daba un gran relieve a l cam b io m ed ioamb ient al.
ex p licado en térm ino s de sis tema . El regis tr o med ioambi en tal su- S in em barg o podía descu bri rs e un a flaqueza en su presunci ón
giere que durant e aq uel período el clim a del Chaco experim entó de qu e «sin cambio exter no, el de sarrollo de la agric ultu ra pudo no
un proce so de desert izaci ón . Un clim a más sec o, se arguye, s ign i- haber ocur rido » (Fla n nery, 1973a ). Sugeriría , pu es, que los m od e-
fica que la agricult ura tuvo qu e adaptarse, o ptando por la irriga- los s is t émicos si em pre requ ieren de un «im p u lso » externo para
ción a nte la imposibilidad de se gu ir co nfiando en una plu viosid ad arra ncar. Es te ret o ha mo tivado a m uchos arqueólogos, especial-
re gu lar. La coo rd in aci ón de esfu erzos a gra n escala , n ecesarios merit e a los qu e trabajan en los ori genes de las pri m eras form as
para po ner en marcha es te nuevo sis tem a , demandó la prese ncia est ata les , a explorar la ma nera de in tegra r den tr o de m odelos sis-
de una élitc diri gente . té m icos los procesos de camb io y de co ntlicto (véa se m ás abaj o ).
Sin em ba rgo, eran posibles es tra tegias a ltern ativas: ¿po r qué 4. Las im plicaciones po líticas del pensam iento sis témico pue-
no a ba ndonar la zona ? O ¿por qué no ado ptar un sistema de con- den cOllceptu ar se de ob jetables . Supo nga mos por un m om ento que
tro l de la nat a lid ad ? ¿Po r qué se ado ptó esta forma de agricultura la teo ría de sistema s fuera «cierta ». c,Qué lec ciones nos brindaría?
y no otra? ¿Po r q ué una agricultura irri gada ha de requerir de una
éli te d irig ente? ¿No es posible qu e una agricu ltu ra de es te tipo sea al Que tanto la estabilidad so ci al co m o el ca mbio social tie-
gestio nada m ed iante un sistem a de co operación igualitari a? nen un carácter infl exibl e, pu est o qu e de penden de pro cesos a lar-
Se ob jeta , pue s, que siempre hay alt erna tivas posibl es; que el go pl a zo ajenos a la conciencia in d ividual y alejad os de cualquier
pensamiento sisté m ico no logra ex plicar los motivos que llevaro n co ntrol por parle de los ind ivid uos, q ui enes qued an reducidos al
a ad optar u na determin ada estrategia y no otra , Las di stinta s es- papel de m eras co mpar sas . Est os proceso s son muy co m ple jos y
trategias adap tat ivas a ltern ativas pued en depender de las pec ulia- sólo pueden desentrañarse a base de una b atería im pe netrable de
rid ades de los grupos cu lturales o de sus preferencia s cultu rales . con ce ptos té cn icos. No obs ta nte, ta les proce sos pue den llegar a
10 8 TL.::üRÍJ\ ARQ t:EO I.O(i ICA . ¡;NA I NT l{f ll H I( '( "I( )!\J L A n .I T l l RA COMO S ISTI-,,\l A 10 '1

c om p r en der se científicamen te. Lo s ún icos que p ueden real m cn te E sta di s tinci ó n entre visiones desd e Iuer a y vision es desd e de n-
llega r a com p ren de r có m o fun cionan la s sociedad es y consecuen- tr o , con r elación a u n a cu lt u ra, es a lgo qu e no es nuevo ~' qu e se
te me n te, qu e es tá n en s it uación de p od er reali zar j u ic ios sob re la repite una y o tra vez desde los diferentes ám b ito s di sc iplina r ios d e
m anera d e orga n izarnos como soc iedad. so n los cien tíficos . La la s cie nc ias soc ial es . E l a n tro pólogo M arv in H a rri s describe es ta
ge n te cor r ie n te. por lo ta n to , no est aría c ua li fica da para r ea lizar distinci ón co n los térm i nos emic (de n tro ) y etic (fuer a); los soció-
ningu n a crítica sobre los j uicios d e Jos ex pe rtos , quie n es d eb ería n logos habla n de una dis tin c i ón e n tre co nducta (lo que p u ede ob -
qued a r al cargo de la ges tió n d e los asuntos socia les. servarse d e fo rma obje tiva ) y accion (Jo qu e el co mpor ta m ien to
b) Que la h ist oria tiene q ue ve r m ás Co n la a rmo ní a q ue co n sig n ifica pa ra sus protagonistas). El argume n to d e que es ne ce sa-
el co n flic to. S i ca d a s ubs iste m a se r el a ci o na funcionalme nt e con el ri o ce n trar la a te nci ón e n «su » p u n to d e vis ta acerca d e «su «rn u n -
siguien te es m uy co m p lica d o d escu b ri r de dónd e pu ed e vc ni r e l d o co ns tituye u n elemen to nuclea r para la a rque o logía «co gn itiva »
co n flic to entr e gr u pos , Ad emá s, si la ense ña n za de l tu n c ionalism o y «postp ro ccsu al ».
es q ue toda s la s p arles de un si st em a se adaptan las unas a las
otras .v que hay u n a tendenci a «na tura l» h a c ia el eq u ili b r io o h o -
m costa sis, en to nces, por de fin ic ió n vivim os e n un siste m a perfec - El p ensam iento s is tém ic o modific ado
ta m ente ada pta d o , En ve z de pe n sar en té rm in os d e co n flic to d e
cla ses ü de contrad icci ón en t re grup os, la teoría de s istem as n os El p eso dc la s c r íti ca s que h e m os exa m in a d o tuvo consecue n-
a lienta a contem p la r el d esacuerdo soci a l co m o algo qu e pu ed e ser cias en tr e los es tu d io so s, de modo qu e a finales de la dé cada de
gesti o na d o p or los expe r tos d e ba ta blan ca q ue se ha n menci on a - los se te n ta la s forma s tradic iona les del funcio na lis mo y de la teo -
d o m ás arriba . ri a d e sis te mas perd ieron audi e ncia e n tre los arq ueólogos. La m a -
Todo es to vie ne a Ser com o una versión , s im plific a da e n exceso , yo ría de las ve rsiones actuales de la teo ría de siste m as p resentan
d e un argum e n to d esarrolla do por J ürgc n Haber m a s y otros, en el sustan ci a les modificacion es con respect o a los pla n tea mien tos in i-
marco de la esc ue la de «teor ía crítica » d e filosofía social, a saber; cia les . fruto en part e d e la r ea cci ón provocada a n te la dureza de
qu e la leoría de sistem as es una ideologia de control social. S egú n la s crí tica s ver tidas.
es te p u n to d e vist a. la teoría d e siste mas es u n a rg u men to polí tico E n la prác tica pued en di stingui rs e d os tipos d e re spues ta :
a u to rita rio di sfra zado de c ie nc ia neutra . Co n sec ue ntem en te, se gún
es ta óp tica, la teoría d e sis te ma s deb e ser combati da desde su- 1. Un cie r to n úmero d e a rqu eó lo gos r echa za globa lm en te
pues tos b ásica m en te políti cos . los modelos sist ém icos procu ra nd o se gu ir cam in os com ple ta -
m ente d is tin to s para c om p ren de r e l fu ncio na m ien to de la s socie-
5. La teoría d e sist e mas p ret e nde com prender la sociedad dades (la m ayo rí a de ellos se m uestran cercano s a los p lan tea -
d esd e fuera . In d ife ren te m en te de si se tra ta de es tu diar el n eolíti- mi e nt o s po s tp roccs uales; véa se ca p ít u lo 7). Se trata d e gente q u e
co eu rop eo o el p o s tcl ás ico tard ío azteca, los pe nsa dores sis tém i- siguien d o el ejem p lo d e de ter m ina d os sociólogos, fun d a m en tal -
cos par ece qu e sie m pre d ividen las cu lturas en los mism os subsis- mente de An th o ny Gid den s, ha con segu ido , con no siempre los
temas: s ub sistencia . co me r ci o , socia l. rit ual. .. Ciertas o fal sa s . se miS1l10S resultados. d ist a nciars e d e los ru zo na m ic m o s b a sa d os en
tra ta de catego r ías ge ne ra les im p ues tas po r los a rq ueólogos a c u l- los sis tema s .
tu ra s conc r eta s. Y ciertame n te son es pe cíficam en te occiden ta les y 2 . Otros arq ueó logos han int ent ado separar versiones modifi-
burguesa s. cadas y más b landas del pensa m iento sis témico , de parte del ba -
¿Qu é suced e si qu eremos llega r a co mprend e r' la s cu ltu r as d es- gaje h istórico e in tel ectual d el fu n cion al ism o . E s to im p lica disti n-
de den tro ? S i p ret endemo s co m pr en der p or q ué las c ult ura s ca m- tas p roposicio n es:
b ia r o n e n e l pa sado . p ued e que sea nece sa rio qu e en ten d a m os
a lgo so bre l< S US l) vis io n es so bre el mundo , su hn : la <.; ideas que tenía n a ) Se pu ede se pa ra r la arg ument a ción funcional, de los peca -
co n rela ción a l funcionamiento dcl m u nd o. dos d el fun cion a lismo descr itos más a rriba .
110 ,[,FORJA /\ROIJl'D L(H; [Cl\.. [1\lA I NTI{OIH I( '( . J( )\[ 1,;\ ("lIITLR/\ COMO SISTf'~i\tl¡\ l11

b) Los modelos sistémicos pueden incorporar los elementos a transformaciones sociales. Heterarquía es una idea útil para re-
de conflicto y contradicción dentro de sus parámetros. flexionar sobre la forma de cambiar los resortes del poder me-
e) Si b) es correcto, el cambio desde dentro del sistema puede diante la rivalidad presente en el interior de estos estados primiti-
modelarse sistérnicamente. No hace falta esperar un «impulso» ex- vos. Así pues, en vez de contemplar los sistemas de una forma mo-
terno tal como hizo Flannery cn su trabajo; podemos, por ejemplo, nolítica, el énfasis en ideas como heterarquía y rivalidad faecional
indagar en la desigualdad social o de género existentes dentro del nos lleva a una idea mucho más dinámica del cambio sistémico;
sistema y contemplarla como fuente de tensión hasta el punto de además, menos dependiente de las cuestiones adaptativas.
provocar un cambio dentro del mismo. Los modelos sistémicos 2. La «teoría del sistema mundo», que pretende aunar ele-
pueden, consecuentemente, dar forma al cambio, resultando me- mentos del pensamiento sistémico y elementos del pensamiento
nos dependientes de las ideas de adaptación a entornos externos, marxista. Examinaremos en el próximo capítulo el marxismo; no
como forma de explicación de la procedencia de los cambios. obstante, basta decir por el momento que los modelos marxistas
d) Podemos asimismo contemplar factores de tipo cognitivo involucran él muchos factores que el pensamiento sistémico inicial
(<<su» visión de «su» mundo) dentro de un moclelo sistémico, sea en arqueología había ignorado, por ejemplo: los conflictos de ela-
incluyendo la «conciencia» C01110 un subsistema separado, sea por se, la desigualdad, la explotación.
otros procedimientos. Watson, LeBlanc y Rcdman, por ejemplo, La teoría del sistema mundo se originó con el estudio de la for-
después de haber dedicado gran parte de su libro citado exami- mación del capitalismo modemo y se asocia a los trabajos de Em-
nando los enfoques sistémico y «científico», discuten sobre una manual WaIlerstein. Este autor señaló que las formaciones sociales
«arqueología ideacional», concluyendo que «los arqueólogos cog- capitalistas implican no sólo a los Estados-nación de la Europa oc-
nitivos están en disposición de ser capaces de proporcionar algu- cidental. Si pretendemos comprender cómo surgió el capitalismo
nos de los resultados más interesantes de la arqucología científi- en los siglos xv, XVI y XVII, dice Wallerstein, debemos examinar la
ca" (1984; 274). La «arqueología cognitiva" será más ampliamente forma en que diferentes sociedades en distintas partes del mundo
discutida en el próximo capítulo. llegaron a constituir un único sistema mundial. Este sistema tenía
Como resultado de todo ello sc han ido elaborando reciente- un centro, en este caso los nacientes Estados capitalistas de la Eu-
mente una serie de trabajos con carácter generalizador; dotados, al ropa moderna, y una periferia, los demás destinos de las rutas co-
incluir este tipo de consideraciones, de una impronta sistémica de merciales en desarrollo en África, Asia y América. Centro y perife-
manga ancha. Gran parte de estos trabajos proceden de América ria se relacionaban a través de redes comerciales que daban lugar
del Norte, concentrándose muchos de ellos en el estudio de socie- a importantes implicaciones sociales en los puntos enlazados por
dades estatales tempranas. Por ejemplo: las rutas: de esta manera, el desarrollo capitalista en Europa fue
transformándose gracias a la llegada de crecientes cantidades de
1. Cm-ole Crumlcy ha acuñado el término heterarquía para re- oro y demás mercancías, mientras que las sociedades «nativas» ex-
ferirse a los elementos de confrontación en el interior de los siste- perimentaban rápidos cambios que daban lugar a la aparición de
mas. Elisabeth Brumfiel expresó, por su parte muy acertadamente, nuevas élites y nuevos Estados, en parte como respuesta al influjo
este cambio en el pensamiento sistémico, en el título de su ensayo de los bienes de origen europeo. El planeta entero, visto en con-
crítico: «Romper y penetrar en el ecosistema; el género, la clase y junto, podía interpretarse desde el punto de vista de los sistemas,
las facciones nos roban el espectáculo» (1992). Según su punto dando importancia a la interdependencia entre centro y periferia,
de vista, aún podemos utilizar un amplio modelo sistémico, aun- de manera que los cambios acaecidos en un lugar podían dar lugar
que con rnuchas precauciones con relación a las primeras versio- a cam bias en otro lugar, aunque fuera a miles de kilómetros de dis-
nes ofrecidas por la teoría de sistemas. En particular, podemos tancia. Los sistemas sociales de ambos extremos se interpretaban
examinar los conflictos que se producen entre di Icrentcs elemen- por referencia a las relaciones funcionales.
tos de un sistema, así como la rivalidad entre facciones. Los con- Los arqueólogos han sugerido que se puede usar un modelo de
flictos pueden modelarse en el interior de los sistemas y dar lugar este tipo para explicar diversas redes sociales antiguas. A este res-
11 2 T E O R I,\ Al{ ü I JFtl l '( )( iICA . t: N i\ / \: T RO I I I :(- (- I( )f\ 1.1\ ( "L1 TlJ R A C"O M O S IS T E fvJ,\ 11.\

p ec to se h a estu dia do e n particular la interacción y las red es de El pensamiento si st émico y los individu o s
de pen d en cia entre sociedade s con form a de Es tado que actúan a
modo de centros y socied ad es en fases a nter iores que con fo r ma n Basta: usted ha acabado su disCII1~\'O s in habe r m eado la critica m ás iiu -
una periferia . Es te m ode lo se ba aplicado a u n a gra n variedad de portant e que Imelle hacerse al pensan nento sistemico. Los seres h UIJI ll1lOS 110
con texto s (Eda des d el Bronce y del H ierro eu ropeas , Améri ca Cen - actú an así. No 50 1/ m ero s peo nes en fl/1 si stema . SOIl, en cambio, irr({(; iofla-
tral preh isp án ica , por eje m plo ). Sa n tley .Y Alcxan der; por eje mp lo , les e impredecib les. La teoría de sístenm s 1/0 pu ede [unc iona r, puesto qu e las
han de sarrolla do u na tipol ogía gen era l d e un ida des (la «economía accio nes huma nas S0 1/ fortu itas. No se puede m eter a lo."; seres !llI/1 ltIl IOS
po lítica deudrü íca », el «im pe rio hegem ónico », el «im per io tcrri to- con tod as S1I íd íns íncrusia ." peculiaridades dentro de lI/ l m odelo.
ria l») y un conj u n to de p rocesos liga do s a las tra ns formacion es
o curridas (lim itación de lib ertades o privilegios, red istribuci ón de Irón ica m ente. la crítica 111á s habitual a l pensa m ien to sist ém ico
la población, organ izació n d el trabajo ...). v al fun ciona lis m o es p re cisam erit e la qu e, en 111i op in ió n , e st á
3. La sim u laci ón jr m odeli zaci ón ma te m ática . A partir de Ii- peor conce bida .
na lcs de 1970 , Ren frc w y o tros se ñalaron qu e los s is te mas podían ¿Son impred ecibles los sere s hu ma nos ! Cie rt a men te que no e n
se r sim u la dos por ordenador, p ud iendo a de más integrar e n tal es la m a vo ría de los casos , a u nqu e no s a gra de pensar q ue sí. Se s u-
modelos cues tio ne s co m o el a "Ir; la co n tingc ncia hi stórica y la pone qu e Cu p ido es ciego , pero la m ay o rfa de nosotros procu ra ,
lom a de decisio nes p o r pa rl e de los individu os. Es te re to con dujo p o r med io de a lgu na co in cidencia asombrosa , en con tra r u n a pare -
a un creci ente inter és po r los nu evos mo delos qu e los cien tí ficos ja con orígen es é tn icos y social es m uy sim ila res a los p r op ios .
del m u n do n a tu ral esta han produciendo para s us es cenar ios. Por En cualq u ier caso , a no se r que uno sea u n individ ualist a m e-
ejem p lo , la teoría d e! ca os exp lora cómo fenóme nos locales a pa- todol ógico , no se puede redu cir la co m prens ió n de los p ro cesos
rcn tem en te fort uito s pued en provo car consecue n cias de gran im - socia les a lo qu e h acemos como individ u os. Éste es un de ba te tí -
porta n cia . Por analogía, div erso s pen sa do res sis tém icos explora- pico que se d a tanto en tre arqu eó logos como en e! co n jun to d e las
ro n m odelos est ocásticos (m od elos co n ele me n tos az arosos o so - ciencias hu m an as. Co ns id ere mos un ejem plo sacado del presente:
metidos a va r iaciones fortuitas) .Y se pre gun taron de qu é forma los la tasa oc suic id ios . Las razo nes qu e ind u cen a las personas a co-
sistem as pued en se gu ir di feren tes trayect orias debido a a co n teci- m e te r s u icid io so n tan variadas co rno trá gicas , pero la tasa glo ba l
m ie n tos contingent es o fort ui to s. de suicidios p a ra el co n ju n to d e la so ciedad au m en ta o se redu ce
en funci ó n d e o tros factores (com o la tasa de de sempl eo , o si e l
Se trata, como h emos vis to , de puntos de vista distintos que en p aís es tá o no e n guerra ). Un cie nt íl'ico social no pu ede predec ir el
los últimos treinta a ños han id o lima nd o las a r istas de l pcn sa- su icid io de un a pe rsona , pero sí puede, si tiene la su fici en te in for-
mi en to sist émico . Los s iste mas cu ltura les ya no so n vistos co rno mación so bre las tende nc ias soci a les del 1110111en to, pred ecir a u-
es tructu ras m on ol íticas . m ientras se da ca r ta de identidad H la mentos o retro cesos d e la tasa d e s u icid io s, con gra n p rob abilid ad
co n tin genc ia y al accid e n te his tórico . Además se ha hech o siti o a de a cie rto . Co ns idé ren se tambi én a las personas con poder: Pode-
lo cog n it ivo (véase el siguien te capítul o) y pal ab ras com o heter a r- m os in tent ar exp lica r ac ont ecimi ent os en funció n d e la s in di vi-
q u ía o co nf licto parecen haberse convertido e n ubicuas. d ualidad es ca r ismá ticas o poderosas - e m perad ores, líd eres po-
¿Ha n forta lecid o estos arreglos a l pe nsamiento sisté m ico? O a l- lí t icos- ; sin em ba r go , s ie m pre quedará u n in terroga nt e so bre
ternativamen te, ¿h a n m odifi cado tan to la manera d e interpreta r el el origen de tal poder o sobre las co ndiciones que h ace n posibl e el
ca m b io socia l por pa rt e de los arqu eól ogos , d e fo rm a qu e se debe- ejercicio de tal p oder.
ría ab a n don a r definitivam ente el térm in o sistema? Quizás e! pen- Si lo que d eci m os con relación a l p resen te es cierto , se gu ra-
sam ien to sis té m ico h a ca m bia d o tanto a base d e in trod uci r e n él m en te lo d eberá se r a ú n m ás con relac ió n a la prehisto ria , donde
excepc io ne s y cor recciones q ue ya no pued e lla m a rse en propiedad forzosamente ten ern os que lid ia r co n te ndencias y procesos que
s is té m ico , abarcan cie nto s, in cluso miles de ali a s, unos ciclos tem porales que
queda n lejos del a lca nce de cualqui er indi viduo.
114 n ·-:,old l\ J\IH)l) FO I ,O( f1('¡\ , UNI' I NTRO IH I( 't'l O :'\

Corno person as que so m os, estarnos emociona lm ente apegados


a una idea de «lo indi vidual» que la realidad del mundo que nos
ro de a se encar ga de re futar, y que todavía menos co ns tituye una
base válida des de la qu e reilexionar ace rca del pa sado. Cier ta me n -
te, no podemos a firm ar nada " priori con respecto a l peso de las
individual idades en el pa sad o. Otra s culturas han tenido ideas di s-
tin tas acerca de las ind ividua lidades y de la importa ncia de lo in -
di vidual frente a lo co lec tivo. Quizás encontremos extra ñas estas
ideas , pero no se sostiene la id ea mod ern a y occid ental de tomar el C APÍT ULO 6
«culto al individu o» co mo evide ncia indiscutible.
Ha y un argu mento más sofis tica do que defiende la ar queología LEER LOS PENSA MIENTOS
postprocesu al y otra s esc uelas a fines; a sa ber, qu e ten ern os que Ile-
ga l' a co mprender a a mbos , al medio soc ial y al suje to ind ividu a l.
Una vajilla es obra de det erm in ad as person as, pero yo creo qu e el En el anterior ca pítulo se mencionó la existencia de un a «a r-
registro arqueológico tiene que ver tanto co n los desech os de las queología cog n itiva », o lo que es lo mismo, la ten tati va de llega r a
ac ci ones indi vidu a les co m o co n los procesos a largo pl azo . Tam - com pre nder la form a de pen sar de la gente qu e vivió en el pa sad o.
bién hay un argumento filosófico que sost iene qu e "libertad » es un No hace falt a dec ir que indagar en la conciencia de gente qu e de-
término significa tivo par a ser usad o en el análisis histórico, per o sapareció hace muc ho tiempo es u na em presa hart o d ifícil. ¿Es ne-
sólo en presen cia de la ausencia de libertad, po r ejemplo , cu a ndo cesar io llegar basta a hí?
se discute sobre la esclavitud. Sin emb a rgo, antes de toma r en La pregu nt a ,,¿debc mos indagar en la conciencia de nuest ro s
cons ideración esta idea hay q ue rec hazar de plano la noción ro- antepasado s ? está med ia tizada po r otras preguntas más profun-
mán tica de la existencia de un a libertad individual sin ca lifica tivos . das , por ejemplo:
Qu izás sirva pm'a vender pclículas de Hollywood (con tad las veces
1. ¿Qué es la concie ncia, qu é son los pen sam ientos? ¿So n
qu e se pronun cia la pa lab ra «libertad » en la películ a Braveheart)
conscientes o incons cientes los pe nsamien tos? Sigm u nd Freud re-
pero no con stitu ye la ba se para u n aná lisis serio de las soci eda des
pre sent ó u n papel decis ivo para las ciencias hu manas al mo strar
del pasado.
qu e nuestros pensamientos conscientes no eran más que la pu nt a
de un iceberg; los procesos men tales humanos era n más pro fun-
dos y com plejos y más difíciles de com pr ende r de lo que se supo -
nía. E nton ces , ¿debemos tra tar de leer los pen sa mientos profun-
do s o sólo los superficia les ?
2. ¿Tiene n los seres hum an os el mismo sis tem a cognitivo?
¿Hay ra zones para reivin dicar una naturaleza esencialista del co -
nocim iento, o es el co nocim iento una construc ción soc ial que varía
de u na sociedad a otra? Si va ría , ¿cómo podemos justificar en ton-
ces nuestras presu nciones sobre la psicología individual o de gru -
po de cu ltura s prehistóricas, a partir de estudios so bre po blaci o-
nes mod ernas ?
Se trata de pregunta s m uy com plicadas qu e no sólo se pla ntea
la arqueología. Tod a s las cienci as human as se ven a boc adas a
plan tearse pregu nt as de este tipo.
116 T1:,O R J/\ ¡\ IUJ lI E O U) ( ; J( 'J\ . I.'N A [l\ T I{( l lll T C ll 'l l\. I ,],,1", 1{ I. OS 1'1 '.\J SA ,1\'1I I;.\. ' (US 117

En es te capít ulo pre tendo profu nd iza r un poco en es te tema la s in feren cias de carác ter eco nó m ico ya so n m ás d ifíciles de ha-
para exa m ina r a lgunas de las ideas que: la teoría en cienc ias hu - cer, pero las in feren cia s acerca de la vida cult ura l ~. religiosa cons-
m a nas ha ado ptado a fin de hacer fren te a este tipo de preg un tas . tituyen un a e m pres a cas i im posible, exc e pto en ci rcu ns tanc ias ex-
M i inten ci ón es p roporc ionar el m a rc o te órico dentro del cua l se ce pcio nales.
mueven un a se rie de tenden ci as n uevas en arq ueo log ía de nomina- Cualq uiera que sea la ori entac ió n to mada , ex is te sin ningún gé-
d a s ge n ér ica m en te «a rq ueo logía pos tprocesu a l» o «a rq ueología nero de d udas un a man ífiest a difi cu ltad para ac e rca rse a la co n-
in terpretat iva ». Est a s tend en ci a s t ien e n e n CO Jl1 Ú n , pr im e ro , u n ciencia de los indi vidu os . Los psicólogos de la co nd uc ta a rguyen
ac ercam iento a los enfoq ues cog nitivos , se gundo , el influ jo de la que realmente no se puede llega r a lo que algui en es tá pe nsando
tradic ió n cstructu ra list a )', terc e ro , la in fl u e nc ia del p en sa mi e nto en el momento pre sente: lo único q ue pu ede hacerse es da r cuen -
marxista. ta del co m portam ien to, cos a que sí pu ed e o bserva rs e v m ed irs e
dcsde fue r-a. ¡Cuánto más difícil no se rá a bri r las ment es de hom -
b rcs y muj eres desaparecid os y pert enecientes a cu ltu r-as e x tingu í-
J~eer los p en samie n tos das! Si ya es un a ta re a su ficie nte m e nte d ifíci l par a los arqu eólogos
de los períodos h ist óricos, imaginemo s qu é ha de ocurrir con los
¿Tenem os qu e hacer realmen te es te esfuerz o' Much os d irá n prch istoriado rcs. qu e sólo tien en los resto s mat eri ales de culturas
q ue no ha ce falta . La mayoría d e los po s itivist n», tanto den t ro d e fe nec idas y ningún tip o d e d ocum e nto es c rito ,
la arq ueología co rno dentro de las dem ás c iencias hu man as , ins is- ,Po r q ué, ento nce s , tenemos q ue inte nt a r llega r a los pen sa-
tirán en el hech o de qu e nunca podremos co n tra sta r lo q ue la ge n- m ientos y creenc ias de las gen tes del pasad o? En m i opinión , di s-
te p iensa . Los pos i Livist a s dan dos ra zo nes IllUY cla ras: cu tir acc rca de si la empresa es más o m enos difícil es perder el
tie m po. Pien so qu e es a lgo se nc illame n te necesario, por tres ra zo-
1. Nu nc a se pod r á veri fica r c ic n t tfica rn c n te Jo qu e reside en la nes que expongo a co n tin uación .
sesera . Los p en sam ientos no pu ed en co m pro barse, po r lo que q ue-
dan fuera del dominio de la Cienci a. 1. La realidad es q ue todos los a rq ueó logos hacem os presu n-
2. Los arqueólogos no estud ia rnos las acciones hu m a nas , es- cio nes sobre los pensamien to s de la gen te del pasado. Ponga mos,
tu diam os el re gist ro arq ueo lógico : un a co lecci ón m ud a de pie dras por ejempl o, una sim p le tip o logía cerám ica. Cua ndo nos ded ica-
y h ue sos organ izada se g ún cor re sponda en fu nció n del espa cio J' rn os a clasificar por tip os la deco ra ción de la cerá m ica asu m irnos
del tiem p o (volvem os a la figura 2. 1). Somos ca paces de explica r lo qu e los d ise ños qu e com parten distint as mu est ras tien en algo qu e
que vem os en tér m inos de sist em as cu ltu ra les del pasad o; sus d i- ver con los significad os que co m parte n a su vez los ceram istas y
nám icas de cambi o, la forma en qu e se adaptaron el entor no . No los u suar ios de la vajilla .
hace fa lla que hagam os este tra baj o pen sand o dire ct ament e en los Mu chos a rqu eólogos defi enden la idea de qu e no pode mos r e-
fac tores m entales , ya q ue s i as í lo liic i éra m os , cae ría mos en el cu pera r los pensami entos , pero en la práctica hacen lo co n tra ri o a
erro r de las explicaciones merual íst a s (véase ca pítulo 4). Bin fo rd , base de intro d ucir en sus argu men tos presunciones so bre actitu-
entre otros, ha desarro llad o es te tipo de argumentación . des m en tal es , corn o s i fuera n puro «sen t id o co m ún ». Así, po r
ejemplo , la introdu cci ón de es tu fas en las cas as sustituye ndo a los
Much os arqueó logo s tradi cionales también piensan que es d ifí- hogares-chi m enea dom ésti cos sería cosa del se n tido co m ún , ya
cil, si no imposible, ut ilizar el regist ro arqueol ógico para recu perar q ue calien ta n m ás . evitan el humo y re sulta n mucho más con Ior-
id eas del pa sado . Arqueólogos co mo Chris to phe r Hawkes d iscu t ie- tablcs, Esta argumentación conlleva el problema de que se sos tie-
ron la necesidad de tener en cue n ta siete n iveles de inler en cia a r- ne so bre presu ncio nes so bre lo q ue es «na tural» o «no rm al»: en
queológica, q ue van del más senci llo y directo al m ás d ifíci l. El este ejempl o, el deseo de logra r un m ayor confo rt domést ico es asu-
ma terial arqueológico, decí a Hawk cs, puede utili zarse de forma mido com o a lgo «na turu l». Es de «sentid o com ún » sa tisfacer tales
bastante segura para averiguar as pectos lecnológicos del pasado ; deseos. Este tip o de presuncion es caen por su propio peso cuando
118 T EüRIA ARU UEOU"¡( ;¡CA. " NA I N T R( II Jl I( '( 'J( l N 1I t)
I ,U :I< I US 1' ] ': N SJ\ M I E :'\i'l' O S

se examinan detenidam ente, ya qu e siempre se puede llama r la d. ui ns11 obv ia s q ue parezcan tal es ideas. Si hemos de rel aci ona r
atenc ión sob re la d ivers idad de las prácticas huma nas. los tes timonios arqueológic os co n los testimonios documenta les
El problema con el se n tido co m ún en es te co ntexto es que, lo hay qu e co nte m plar de fo rm a crit ica las actit ud es menta les y las
qu e para noso tro s es cos a del sentido co m ún . pued e no ha ber te- ideas que representaron su papel en la prod ucción de tal es tcst i-
nido nada qu e ver co n el sen! ido co mún d e «ellos». Los a ntropólo- monio s.
gos es tud ia n otras cu lturas co n tem po rá nea s q ue tienen actitudes 3. La forma de es tud iar las socie dades h uman as implica ele -
culturales muy diferentes. Para los az a ndc, cua ndo se pro du ce u n mentos filosóficos. Como ya vimos a l exam inar la cr ítica a la teoría
desafortu nado accid ente es de sen tido com ú n ir a bu scar a un bru- de sist em as, es casi im posible describir el co mporta m iento huma-
jo o adivino para saber qu ién es el resp onsa ble de la magia que lo no sin refer irnos a concep tos men tales . Im a gin ém ono s int entando
ha provocado. Es lógico supon er, por lo tanto, que o tras culturas describir a una tercera persona , po r ejemplo. la s acc iones que rea -
en el pasado puedan haber tenido o tro tipo de se ntido co mún . liza una mujer al co brar un cheque bancario en una oficina de un
Confiar cn el argumento del sentido com ú n es carac teríst íco de banco, sól o por referencia a los movim ien tos fisicos qu e hace. Una
puntos de vist a esen cia listas y eln océl1 tricos . Ese ncialis mo es pe n- cosa parecida plan teó uno de mis a utores favorit os, el sociólogo Er-
sal' en la existencia de actitudes o emocio nes «na tu ra les» (co mo el ving Goffman , au nque descrit a de form a much o m ás elega nte:
deseo de privac ídad, o de co n fort do méstico) o fu ndadas en la bio-
logía, sea para el co njun to de los se res hum anos . o sólo para uno Escoj amos un acto q ue se a s uficie n te me nte claro: un co nd uc to r
de los d os sexos. Así, la frase «en la preh istori a , los hom bres tienen q ue a traviesa la ca lle co n el se m á foro en rujo. ¿Qué ha ce este ho m -
que haber sido más ag res ivos q ue las m uj eres a l falt arles el instin- bre? [Goflm a n ci ta 24 razo nes diferen tes, incl uyend o la s qu e s iguen]
to m at ernal» tiene ca rácter esenc ia lista , p uest o q ue as ume qu e «el l. Pro cede de un s itio don de usa n s ig nos y no luces para regu lar e l
in stinto m at ernal » a fecta de mod o natura l o biológico a todas las tráfico . 2. Un reflejo le incidió e n los ojos y no pudo ver el ca m bio
mujeres . Pu ed en existir o no un determ inado n ú mero de «u niver- de lu z del se máforo . 3. Desde hace po co no d is tingu e bi en los co lo-
sales humanos » de este tipo. tem a suscep tible de debate. pero po r res . 4. Ten ía p risa . 5. S u mujer es taba dand o a luz a u n beb é en el
asiento trasero del coc he y tenía que llegar pronto al hospita l. 6. Un
mi parte, m e declaro muy escéptico acerca de la mayoría de posi -
atracador apu ntán dole en la sien le co nm inaba a no pararse L...] 15.
bles casos. En cualquier caso, las afir m ac iones ese ncialistas han Es u n in sp ect or co m proba ndo si los guar d ias de tráfi co so n dili gen-
de ser argum entadas y n unca da rla s po r su pues tas. tes [...] 22. Iba borracho. 23. Su ma dr e ejerc e una profesión lam en-
Etnocentrism o es cre er qu e las acti tu de s y val ores de la pro pi a table, por lo que desa rroll a u n movim ien to compu lsivo cuand o ve
cultura tienen caráct er universal. Por ejem plo, la supos ici ón de lu ces rojas... Nu est ro hom bre n o h a respetad o el semáfo ro. Pero
que la creencia en bruj os es «irracio nnl» es et noc ént ri ca, pu est o cuando co m parece a presen cia del j ue z y éste y le pregu nt a por qué
que supone que la lógica occi den ta l es la única form a posibl e de se había pasad o un semáforo en rojo le da un a rgu me nto so bre lo
racionalid ad . La creencia en brujos tien e qu e ser irraciona l, ya q u e realmente pasó. 1.0 que hace del hecho de pasarse W l semá foro en
q ue n o satisface los principios so bre los qu e se leva nta la lóg ica rojo un hec ho discernible )' destacado es ev identemente el hecho de sal-
de Occidente. Tam bién la cre encia en el deseo humano de priva- tarse llna Horma . El «hecho» objetivo tiene que ser; pu es, tan variable
cidad es e tnoc én tríca . pue s su po ne q ue el énfasis e n lo ind ivid ua l como la posible relación ele cada IlI W cm1 la norma (Goffma n, 1971:
132; la cursiva es mí a . Nó tese q ue ente ndemos la acción po r refe-
y consecue n te me nte , en el derec ho a la priva cidad de las perso- ren ci a a su co n tex to, un as pecto desarro llado po r la a rqueología
na s en la soc iedad occi den ta l, es a lgo uni versalment e norma l y pos tprocesua l o contex t ua l).
natural.
2. Los arqu eólogos qu e no trabajan en las rec ónditas profu n- La creencia de qu e los pen samientos y las id eas son m ás im-
d idades de la prehistoria se en frentan a test im oni os que so n de n a- port antes que el m undo ma teri al se llam a idealismo , La arqueolo-
turaleza estrictam ente «histó rica»; es decir, a testim onios docu - gía postprocesu al, au nqu e no reivin dique pa ra sí m isma una natu-
mentales dc alguna forma u o tra. Est os documentos son siempre raleza filosófica ideali st a , es tá profundam ente infl uenciad a por las
testimonios sobre maneras de pensar, sob re ideas, por m ás n l UTI-
1211 ' 1I ':<)j { I t\ ¡\ I{ U II H H J J< ;J(',\ , t l¡..j A I N T ROI H i( "C/( ) \; I F U { LO S I'L:I\ S,\ M I E NTOS 121

nociones ideal is ta s. His tóricame n te , la tra d ició n ideal ista e n filo - Fla nne ry y Ma rc u s se ña la n qu e el es t ud io d e la s cos m o log ías , la
so fía es muy la rga y fecu nda , in c luyendo nombres co mo Plat ón , reli gi ón , la ideo log ja y la ico nog ra fía con s titu yen á reas lcgttim a s
Vico , Berkeley, Ka n t, Descartes y Hegel, así co m o a l lin güi sta Fer- del an álisis co gn itivo, e n fa tiza nd o el h ec ho de pod e r ser funda -
d ínan d de S au ssu r c y al an tro pó logo Cla u d e Lévi -Str au ss, m en tadas en da tos e m p ír icos . En los último s tie m p os, otras lu e n-
tes de inspi ra ció n p ro ced en de la psicología, E n parti cu lar, Steve
Mii hen ha hab la d o d e «forrajca do re s j u ic ios os » a l indaga r so bre la
Ar q u e o logía cognit iva man era de m od ela r, d entro d el m arco a daptativo , los procesos d e
to rna d e d ecisi ón de los caz ado res reco lectores , produ ciendo una
Muchos d e los a specto s que aca ba m os de co m e ntar fueron re- ga m a de in ferenci as cog n itivas (M ith cn , 1990 : véase ta mbi én el ca -
co gidos por los a rq ue ólogos ce rca nos a la tend enci a pro cesu al . pit ulo 9 de es te 1'0Iu l11 c n ).
Aceptar on que los prim eros modelos p ro cesu a les n o ten ían e n El a rg um en to ce ntra l d e tod os estos auto re s es qu e podern os
cuen ta la m a nera d e pensar d e la gen te) por lo qu e m ost ra ba n c ier- t r a ta r d e leer e n los pen sam ien tos sin ceder en los ele me ntos pr in -
tas lirnitucion cs. S eg u ida nl en tc empeza ro n a expl ora r la ma ne ra de cip ales del e n foque p ro cesua l: la cr ee ncia en la objet ivid ad cicn t í-
ca ptar el conocimien to dentro de los s u pues tos ge nera les del p ro - fica y la adhesión a los m odelos sis tém icos m en os es tric tos . S in
ces ua lisrn o, pero sin sa lirse d e s u m arco referenci a l. Reci cmcme n . em ba rg o, o tro s a rq ue ólogos sos tie nen q ue la neces id ad de en tra r
te es la s te ntati vas ha n dado luga r a una esc u ela d e pcnsa rni eru o et i- en la s men tes lo s ha lle va do a cues tio na r los mi smos lundamcn tos
quet ada CO ll10 arqueo logia cognitiva () procesualismo cognitivo , de la arqueología proces ual.
Estos a rque ólogos obs erva n la s me n tes de m aneras d is tin tas. Dos escuelas de pen samien to han re s ultado es pe cia lm en te in -
Rcnfre w y Zubro w a d m ite n que se pu ede, por ej em pl o, id c ntili ca r íl uv cn tcs en esa tesitura: el es tr uctu r alixmo v el m a rx is mo. Vov a
co m p or ta m ie nto-, r eligiosos m edian te el reg is tr o arqueol ógico . Su - h a blar de ca da un a d e ella s a co n tinu ación antes d e e n tra r, en el
gie ren que no existe co n tra d icci ón en tre d efender un punt o de vis- próximo ca p ít u lo, en la in flu encia qu e e s tas escuel as h a n tenid o e n
ta cien tífico co n re laci ón a la teo rí a a rq ueo lóg ica e in sis tir e n la el desa r ro llo de la «a r q ueolog ía post procesua l»,
necesid a d de bucea r e n la s m e ntes . Kcnt Fla rm crv y Joyce Marcu s,
po r e je m p lo, h a n buscado rela ci ones fu ncio na les entre el «s u bsis-
tem a ideológico » y o tras á reas de los su bsistem as cu ltu ra les y ha n E l estructu r alismo
insistido en la co m pa tib ilida d de s u trabajo con los an ális is d e
s ub sis ten ci a y asen temien to : Un a d e la s vía s p or la s cu a les el idealismo h a ejerci ci o u n a in -
l1uenci a c lave en el pensam ie nto arqu eológico pasa p or la escuela
Nues tro pri m e r esfue r zo [en unlllt'o log ía cognitÍ\'U : Fla nn erv y de pens a mi en to d enom in a da es tru ctu r a lism o . De n1 0<.1 0 pa recido
19761 tu vo Co m o o bj.... tivo mej o ra r- la co m pre ns i ón de los
M a lTu s, a l papel ejerci do por el lu nciona lis mo o el m a rx ism o , es ta co rrie n-
an tig uos indios za po tec as a ba se d e co mbi nar s us cree ncias cosmo- te teórica ha co n tri bu id o a desa rrolla r una viva conci e nc ia crí tica.
ló gicas co n u n aná lis is más trad ici on al de sus for m as d e s u bxiste n. En s u form a in icial y clás ica co ns erva ho y día pocos pa rt idarios,
cía y asentam iento... Sim plemen te tra ta mos de most r a r qu e se po - pe ro (de m od o pa rec ido a la teoría de sis temas) s u in flue nci a en el
(lía n explicar m ejor los com po rta mien tos d e los an tig uos zupotcca x
pensamien to a rqueológico h a sido profu n d a, de m o do qu e no p uc-
co n relación a la su bs is te nc ia si, en vez de restri ngirn os al es t ud io
de los cultivos yel sistema el e irr igaci ón , teníamos en cue nta lo que
ele ign orarse. Igu a l q ue el té rmi n o marxismo, el tér m ino es truct u -
se sa bía so bre las nocio nes de los zaporecas so bre los rayos , la Ilu- ral ismo h a sido us a do d e fo rm a im p r op ia y a b us iva , ha bi end o se r -
via, los sa cr ifici os co n sa ng re y la «ét ica de la ex pi a c i ón ». In s isti mos vido para lla m a r la a te n ci ón sobre u n gru po de intelectua les dil e -
en el hec ho de q ue podía mos tener en cue n ta estas cosas graci as a ta n tes parisi no s ele la Rive Ga uch c, m á s q ue para referirse a un
la ri qu ez a d e la s cr ónicas existen tes deb idas a te stigos p resencia les corpu s de ideas Il1UY co ncre tas:
españoles del siglo XVI {Flarmerv y Marc us , 1993: 26 0).

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Ji
122 1'1 .( IR l A Al<l)!.'EO U ' IeA . UN,\ I N T I{ O I H ICn ()~
J( LEER LUS PENSA<\1 1E\JTOS 123

La revist a People ha bla ba la se ma na pa sada de la a fició n de los Los a rq ueó logos influidos por el estructu ra lism o sugir ieron que
in telect ual es eSLruc tura listas por cenar en Sard i's. d e có mo les apa- a lgo pa recido oc urre con los o bje tos material es q ue descu bri rno s
sio na exper im en ta r Co n nu evos pla to s, d e cómo empez ó co n ellos la cn cl registro arqueol ógico: los objetos serían, pu es , otra form a de
revol ución Perri cr... ta m bién se d ic e que hay una pelí cul a in spirada
ex presión cult ural. Si se preten de explicar u na cultu ra es preciso,
por lo s dc con s uu ccio ní sta s q ue explo ra sus compk j os m étodos d e
pensam ient o, su estilo d e vida rel ajad o )' sus complicadas co st u m -
por lo tanto, desvelar las re glas ocult as generad oras de las for m as
bres sexuales. y lo q ue les o curre cuand o d eja n Pa rís y to ma n la se n- cultu rales.
da d e Te xas; se d ice q ue Ro bcrr Rcd ford es tá muy in teresado en e l Los m od elos es tructu ra les han s ido u tilizados a m en udo para
papel de Derrida (Bra d hnry 1987: 2; diez añus después se han tras- clasificar los di stinto s tipos de material arqueo lógico. Hen ry Glas-
lad ad o a Is ling to n , a l no rt e de Lo nd res, ,Y ahora cena n en Gra nita y sie, po r eje m p lo, utili zó la a nalog ía «gram a tica l» para examinar la
en el River Café). arq uitect ura popu lar en la Virginia del sig lo XV I I I. Lleg ó a la co n-
clusión dc q ue la ge n te di señaba sus casas a partir de una se rie de
Em pezaré por las raíces del cstructu ra lism o para que su in- unidades básicas espa ciales sobre las que aplicab a un sis tem a de
Ilu cnci a actual pueda en te nde rse m ejor. Si para los funci on a lislas reglas «gra rna ticn lcs » para ob te n er d iferentes tip os d e vivie n da .
la cult ura es co mo un o rga nism o, en el qu e la s di stintas partes del Gla ss ie llam ó a este m étodo gramática tran s'[o rma cio nal: es decir,
cuer po/sociedad reali zan di stintas fun ciones, ad aptándose el co n- se trat a de describir la m anera e n que unas d e terminadas unida-
junto a l entorno en el q ue vive, pa ra los es tr uc tu ra listas, la cultura d es se transforman pasando po r una serie de fases cogn itivas has-
es co mo el lengu aje. El es tll.lCtura lismo empezó si endo un con jun- ta deveni r casas. Existen casos de ejercicios s im ila res ap lica dos a
to de id eas propuest o por Fcrd inand de Saussure pa ra ser a plica - otra clase de mat eri al co rno el a rt e rupe st re paleol ítico o la deco-
do a la lingü ística . El pun to m ás importan te para n osot ros es en- r a ció n cer ámica ,
tender co m o Sau ssu re q ue un lengu aje se co mpone de reglas oc ul- No obsta n te, las im pli caciones del estructurali sm o va n más a llá
tas que usamos pero qu e no artic u lam os. Cuando esc ri bo y se lee q ue la sim ple ofert a de her rami entas metod ológicas para m ejora r
es ta fra se es toy utili zando una se rie de reglas gra maticales para los procedimien tos de clas ifica ción de ma terial es. Así , mi en tr as
Co mpo ner el texto. Las reglas so n de so bras co nocidas. Cada uno que a U D intelectual fun c ion alista o sistém ico el instinto le inci ta
de nosotros tien e un co noci m iento suficien te de las reglas co mo in m ed iata mente a pregunt ar ( ¿có mo funciona es te proced im iento
para permitirl e descod ifica r lo q ue escribo, es decir, leerlo. Aun qu e o este subsistema en el co njunto de la cultura ?" y «¿có mo el m is-
cada [Tase qu e esc r ibiera fu era original y ú nica , nunca escrita a n- m o ayuda a que el siste ma en su totalidad funcio ne o se a da pte
teriormente en la h ist oria de mi lengu a, sier.ip re podría leerse. La mejor al entorno?", el es tructura lista demandar á «¿qué regla s su b-
verdad es que pued o generar una seri e infin ita de fr ases d iferent es yacentes regul an es ta es tr uc tu ra>- y «¿qué nos d icen esta s regla s
a partir de unas cua ntas reglas gra maticales bastante simp les . ac erca de la for ma de co nte mp lar el mundo de es a cu ltura ?". Pa ra
Todos entendemos es tas reglas a un nivel profu nd o e im plícito los Iunc io na listas , la cultura es fundamenta lm ente una cuestió n de
y no a u n nivel su pe r ficia l y explícito. Todos tenemos un a cierta adap tació n ; para los es tru ctu ra listas , la cu ltura es fundamen ta l-
idea de lo que es un ger und io () una ora ció n en subjuntivo. Ningu- mente una forma de expresio n, un sis tem a (oc ulto, cog nitivo) de
no de n os otros tr ad uce tales reglas en palabras por m ás qu e las co- significad os.
no zcam os y las ut ilice mos hab itu alm ente de form a correc ta. (S i
fu era de otra m an era , si no las ut ilizáram os correctamente, no po-
dr íamos descodificar la m an era de expresarse de cada cual y no Marxismo
pod ríam os entendernos.)
Para resumir, las reglas qu e rigen el lenguaje permanecen o cu l- Es imposible en el mo m ento presente escrib ir hist oria sin ut ili -
tas en las profundidad es del cere bro humano, Si se quiere explicar za r una ga m a extens a d e co nce p tos directa o indi recta m ente rc la -
las diferentes formas del lenguaje hay q ue referirse a las reglas ci o uad os co n el pensa mi en to m arxista , y sin situarse d en tr o del ho -
(cognitiva s) ocultas resp on sables de la formación de frases. ri zon te int electua l d elimitado y d escri to po r Ma rx. Incluso podría
12-1 T H ) I{I ¡\ t\ 1{() I ~¡:,() I.t )( ; I(' I\ . l . t\; ,\ r \J T I{ I 1111 I( ( ' I( ) ~ 1.1 '.1 '.1< LOS I' E N S .~ MI E I\ T O S 125

esp ecular-se sob re q ué diferencia existe en últim a in s ta ncia cn tr e se r que ver co n e! meoll o del sistema de fáb rica, es to es , la separaci ón
histo riador y ser marx ista (Fouca ult, 1980: 53). ent re la fu er za de tra bajo y la dir ección .
Par a Ma r x s ie m p re habr á an ta go n ismo y co nfl ic to e n tre es tas
La segu nda esc uela de pensa m ient o qu e ha e jercido una pro- dos partes: «las fuerzas de producci ón, e! es ta do de la so ciedad y
funda in fluencia en el pensa m iento arqu eo lógico es el marxism o. la co ncien cia en tra n en co n tra d icción, ya que la di visión del tra -
Igual que el es tru ct ural ísmo, el marxism o se 11a desarro llado mu - b ajo implica el... hecho que la actividad mora l e in telectu al - ocio
cho de sde su formu laci ón inicial p or Karl Marx en el siglo XIX. y trabaj o, producció n y consum o- recaiga en per son as di st in tas,
Qu isi er a dest a car unos pocos as p ec to s de l pe nsamie n to m arxis ta y la úni ca poslbilidnd de que no aparezca tal contrad icc ió n reside
de es pecial rel evancia para la teoría arqueo lógica . en la negació n mi sm a de la división de! trabajo ». Por es ta y por
En su Iorma origina l, el marxismo es una filosofía m atcriaiista , otra s razones siem p re existirá con flicto t: I1 el inte rio r de las socie-
puesto que so stien e que las cos a s materi ales son 111ás im por tantes dades hum anas. Las co ntradicciones y los antagonism os de clase
q ue las id eas. Si es o es así, la historia de la hu inanidad tendrá que ir rum pen en el corazón de tod as las form aciones soci al es/ desa-
VCI; sob re tod o, co n el desa rrollo de la ca paci dad produ ctiva de la rrollá ndos e ti veloci dade s di s tinta s seg ún la s circu ns ta n ci as . Co n el
especie humana , co n la creciente habilidad huma na pa ra producir t ie m po, s in em ba rg o , tules a ntago n ismos son ca pa ces d e d errib a r
o bjetos m at eri ales . Gen )' Co hc n pi en sa que "la hi storia es fund a- toda la es truc tura es ta blec ida, pa ra qu e rueda levant arse so bre sus
mentalm ente el proceso de crecim ien to de la ca pacidad produ cti- ru in a s u n a nueva formac ió n so c ia l.
va de la hum anidad , de mane ra tal que las form aciones sociales Este m od elo marxista clási co ha sido objeto de du ras crí ticas;
apa rec en y desa parecen de acu erd o co n su ca pac idad de favo recer pero sería demasiado largo seguir la trayect oria que lleva del ma r-
o obstaculizar 1'11 cre ci m ien to» (Co he n, 1978: x). En frase del pro- xis mo clásico a l ma rxismo mod ern o. Só lo pretendo aq uí lla m ar la
pio Marx, los seres hu ma nos so n lo que hacen , no lo que p ien san : a tenc ió n sobre tres pu nto s que surge n de es la síntesis de la teoría
"no es la conci en cia de los hom bres lo qu e determin a su ser sino m a rxista clásica , espe cialm en te perti nentes para el desarroll o del
al contr ario, es su ser social lo qu e det ermina su co nci encia » (ci- pensami en to a rqueológic o:
tado po r McClcl lan , 1977 : 389).
Los m arxist as so stienen qu e la gen te de cualq u ier época produ - l. Los esc ritos de Ma rx proporci on an la base científica del cu-
ce las cosas qu e precisa de una forma d istintiva q ue Marx deno- lHU rÚSl1lO.En este sen tid o, el marxism o clásico com part e 11111 ch os
m inó «m odo de produ cción ». Los marxis tas han ha blado, po r paralelos co n la creen cia en un fu nda men to po sitivista para la
e jem plo, de un modo de p rodu cci ón tri bal , a..i ático , anti guo, fcu - Ciencia, co sa que ya fue discuti da en el ca pítu lo 3. Pero con traria-
dala capitalis ta . El m od o de produc ción a ntiguo, para tom ar un men te al positi vism o , Ma rx piensa q ue los intelectuales no ha ll de
eje mplo , se di stingu e de los dem ás porq ue se a poya en el trabajo separar el pensamiento de la accióll política .
de los esclavos, mi entras que e! Ieu da lism o depende del trabajo de Los arqueólogos m arxist as co ntem pla n , co nsecuen teme n te, la
los ca mp esinos no libres, los «siervos», qu e viven a ta dos a la tier ra existencia de una re la ción en tre la arque o logía y la políti ca. En-
que trabajan . Cada modo de pro duc ción gen era un tipo di feren te tien den la m isma pr áctica arqu eológica y los mo delos inter pretati-
de a ntagon ismos de clase: en las so ciedades antiguas entr e amos y vos de su d isciplin a co mo una form a de ex pre sarse polít ica mente.
esclavos, cn el feudalismo entre siervos y se ño res feudales , en el De mod o sim ila r, en tienden su tra bajo d iario com o arque ó logos
ca pitalism o en tre proleta rios y burgu eses. com o parte de una ac tividad polít ica más amplia. Piensan los mar-
Marx pi ensa qu e un mo do de produ cci ón puede enten derse me- xistas que no darse cue n ta de esto es hacer com o el avestr uz, que
jor si di s tingu im os la s [uerzas de producción , es decir la m ateri a esco nde su ca beza bajo la arena .
prima, las h er ram ientas o máquin as, el tra baj o, de las relacione s 2. E l pro ceso que conduce al ca m bio hi stórico es un pro ceso
soc iales de producci án , Po r ejem plo, la s fuerzas de prod ucció n de dialéctico segú n el pensam iento m arxist a . Un modelo di aléct ico es
una sociedad ca p italista co ns is ten en las m áq uin as y equ ip os el que depende del desarrollo de co ntrad icciones y eo nl1ictos en su
de la s fábricas, mi entras que las rel acio nes de produ cción tien en seno, en es te caso, en el interi or de una determin ada forma ció n
126 T EOI Ü ¡\ A R() l !l ~ ( H . ( H iJ( · I\. I j.\JA 1:'-J'lI H H H I( '( 'Il I!'J L EER L OS PENS AM IEN T OS 127
1,
,1
social. Cada form ación social tiene su es pecific ida d . Los té rm inos ma rxistas cre en que la ideolog ía trabaj a asimismo a u n nivel mu-
«ca m p esin o» y «señor» no tie nen el mismo signi ficado en cu a l- , ho más sutil. La ideología sirve, en definitiva, para:
quicr época y lu gar. Sólo pod emos definir y comprender co rrecta-
m ente las clases so ciale s que agr upa n a los campesinos y a los se- 1. Legiti m ar; es decir, hace aparecer el orden so cial vigent e
ñores si comprendem os bi en la form ación social feudal en su co n- , " \110 algo inmutable, esta blecido po r la divinid ad O ca re nte de al-
jun to . Cuando u na [ormaci óu su fre u n colapso ap arece una nueva u-ru a tivas.
form ación que desarroll a rá co n el t iem po su s propias clases soc ia- 2. Hacer a pa re ce r co mo uni versales (beneficio sos para tod o
les , así co mo sus propi os co nflictos de clase. ,,1 mu ndo ) in tereses qu e so n sec to ria les (por ejemplo , los in tere ses
El m odelo di al éc tico ap lica d o a los proce so s sociales co ntra sta .1 ,. det ermi n adas clases so cia les),
co n el mod elo sisté m ico que ya hemos estudi ad o. Se re cordará 3. E nmascarar la realidad, por ejem plo, negand o la existe ncia
que el pensam iento sistémico presenta al ca mbio como un proce- de desi gualdades CCOll CJ111ic n s y sociales .
so gradu al y no trau mático de mad urez y adaptación. El modelo
dialéc tico n os ind uce a cue stio na r las ca tegorías sociales y las de- Un marxista. s in ir m ás lejos . sostendría que le basta ría abrir
finicion es que rei vindican su certeza en cualquier circuns tancia de las páginas de la mayoría de los per iód icos p ara ver có mo fu ncio-
tiempo y luga r. , lI a la ideolog ía e n nu estra sociedad (la compe te nci a v las reglas
El marxis mo ha llevado a los arq ueó logos a cuestio nar deter- v
del merc ado libre no so n cons truc ci ones hu ma nas arb u ru rias que
mi nadas con trad icc iones, co mo la qu e en frenta a la subj etividad
con la o b jetividad . Adviert e q ue es to s términos sólo se oponen
de ntr o de un m arco gene ra l. y qu e es es te marco general lo que
[ pllcd en se r ca mb iadas, sin o qu e ex is ten porque ha n demost rado
',[ I bon dad ; só lo hay qu e mirar lo m isera ble que era la vida en la
lcl ad Med ia para comprenderlo, es dec ir, an tes de des cubrirse los
precisam en te hay qu e cuestionar y tran sformar. h.uefi cios del capita lism o). Los intereses de clase se pre se nta n
El tercer pun to es qu izás el más importante para enten der la "1I1l 0 ben efici osos para tod os (los a um en tos de sa la rios se p rc-
co ntrib ución del m arxism o al conoci m iento y a l pen samie nto ar- ',l'll tan como «dañ inos pa ra la nación » en vez de ver se com o pcr-
q ueológ ico en general: el co ncepto de ideolog ía . rud ici al es para el creci m ie nto de los dividendos de los capita lis-
L os ). La ideolo gía d e la igu al dad (c ua lqu iera puede llega r a prcsi-
.kn t«, tod os sorn e s iguale s ante la ley, queremos co nstruir una
La ideología '.l ll,·ic dad sin cla ses) e nm a sc a r a ]0 que los m a r xis ta s en tie nde n co -
111" la verdadera y rea l di visi ón de los seres hum anos por gé ne ro
Los neo-marxistas o marxista s recientes han centrado su a te n - \ rique z a .
ción en el papel de la ideologia de n tro de l modelo qu e hemos exa- Est e interés po r la ideología ha a lentado u n estud io m inu cioso
minado. Para Marx, las fuerza s de prod ucción y la s relaciones de .1 ,. la forma de actual' de la ideología y a llevado a enfa tiza r la ne-
prod ucción co nstituyen «la in fra es tructura », el n úcl eo del s iste - , "s idad de desen m ascarar las relaci on es que se esconden detr ás de
ma; los sist emas po lítico s y legal es se leva ntaban encima de este 1.1 ideología. Parad ójicamente, pues, el marxismo , que inició su in-
sustr ato, junto a las creencias ideo lógicas . Vis to de m anera sim - IIII,'ncia como un modelo m at erialista de análi sis de la rea lidad,
plista , cuand o los fundam entos sociales em piezan a queb rar y la .u CIIJÚ condicionand o la a rq ue ología anglo-american a a través del
sociedad se vuelve m ás desi gua l e injusta, las creencias de la gen- ,11 "" isis de las co nvicc io nes de base id eológi ca . Fu e la Escuel a de
te sirven para «tapar las grietas» y hacer que el sistema parezca le- I r.u iklurt de teoría critica la qu e más intervin o en este ca m bio de
gítimo. ,'"f"que. La Escuel a de Fra nk lurt señaló la necesid a d de mi ra r de-
Es verdad que existe mucha ideo log ía «vu lga r» , casi de co nsu - I' .OS de la m áscara de la ideología para mostrar có mo los siste mas
m o: en nuestra sociedad actua l la asocia mos a much os an uncios , 1,· , ..ce ncia s de la mo der na sociedad occidcntal no son neu trales u
publicitarios, a las periódi ca s llamadas al patriotism o, al ondea r "\ 'id ivos, sino que son co nstrucciones ideológicas destinadas a le-
de banderas, a la maternidad y a la tarta de man zanas. Pero los " 1111 IJar el capitalismo de nu estro ti empo.
I ,I "¡Y 1( /:-; l 'I :.\. .' i ,\ ,\.\II·:\. 'I' ( I.,,:> ! 2Y
128 TF O KíA /\ RU L EO I.c')G ICA. L:N ¡\ IV IR O IH i('('l O l\'
probar la ex is te n cia d e r egl a s ocu lt a s , e st a t rad ic i ón in telec tual
El in ter és po r el p a pel d e la ideo logía en arqu eología muest ra pien sa qu e no exist e posibilida d algun a de co n tra s ta r n ingú n tipo
dos aspectos. Po r un la d o, la inda gaci ó n del papel re presentad o por d e in te rp retaci ó n sobre el pasado . Por lo ta nto , e n ve z d e in tenta r
la id eología en el pasado , p or ejem p lo, có m o un sis tema parti cu la r reduci r la s vis io n es sobre la cult ura a pa tr on es un itorrni za do rcs .
de creen cia s se rvía para legit im ar la pos ici ón de las el ites en la s so- hav la tend enci a él d esarrol lar Interpre ta cion es m úl tiples .v 111 U Y
c iedad es anti gua s . Por o tro , la mira d a ha cia las rea lid ades del p re - co m p leja s.
se n le: cómo los t ra bajos de a rq u eología co n tienen u na fue rte ca rga L O !-i m a rxistas s e int eresan po r las cont ra d ic ciones ~. d es igual-
id eológica . Bru cc Tr igger ha estud ia do a fondo las dife ren tes in ter- d ad es cx istc n res e n el seno de la s socied a des . Po r eje m plo , buscan
p reta ci ones d e la preh is to ri a norteam ericana y h a dem os tr ad o de descubrir s i las prá c ti ca s de em erru m ien to sirven para leg it im ar o
q ué forma co n t ri buyen a fijar u n a vis ió n ideoló gic a de las cu ltu ras enm a sc ara r lo que rea lm e nte s uced e en la vid a . Lo s ma rx is ta » se
nat iva s a sociad a a la fall a de progre so y a l es tanca m ien to . pregun tan : ¿q ué re lac i ón tienen la s creen ci a s () vis io nes d el mun -
do qu e se expresa n a tra vés ele es ta m u estra d e la cult u ra m a ter ia l,
Ti ldo es /o es 111UY interesante. pero hem o-: leido 11111.\' !)( )C({S c os as sobre co n lo q u e rea lm ente suce d ía ! O " p ucdc un a d e term inad a pníct i-
arq //r!u!ug{a en esTe cap itulo . ('Ve ql/i! [onna co ncre te 10.\ c/ijáell fes puntos ca funera ria igualit ari a en masc arar la ex iste nci a de desigualdades
de vista desarrollan cxplicacinn cs diierentes en arqueologia? soci ale s ?

Ex a m in aré o tro s ej emplos prácticos e n el próxi mo cap ít u lo ,


mi entra s tan to ha ré s ó lo un r CSU111en provis iona l ele lo q ue se ha Co n cl usión
exp ues to .
Pa ra la tradici ón p rocesu al , los obje to s excavad os co n st ituye n En la segu n d a part e d c est e ca pítulo m e he ce ntr a do en do s im-
verd aderos tes timo n ios de los d ifere n tes co m p o ne n tes d e un si ste- portant es escu el a s d e p ensam ient o de ntro d el ca m p o d e la teo ría
ma cu ltu ra l q u e existió e n el pasa d o . Pa ra a lgu nos de ellos, los o b- socia l: e l marx ismo y el estru c tu ralismo, Pude ha b er escogido
je tos fo r m an un registro [ásil del co m port a m ie nto humano. Mu- o tros movimi e nt os influyen tes que de a lguna 1'01' I11a se rá n tra ta dos
ch os procc su ali st us pi ensan que COTI10 no pO de111 0 S in dagar e n los en o tr a s partes del lib ro , com o el femi n is m o , Pero m a rx is m o v es -
pe nsamien tos de man era ci entífica , qu e no esta m os ca p a ci ta d os uucuua lismo confie ren un to no disti ntivo a las co r rien te s int clcc-
p a ra ex plica r los objetos co n re laci ón a la s id ea s d e sus producto - lu a les qu e va n a influenciar a la teoría arqu eo l ógica en la década
re s: au n q ue s igu ien do a F lannery y Ma rc u s , sí podem os in cl u ir en de los och enta .
n uestro aná lisi s a determ in adas «va ria bies cog n itiva s ». E n CU 111- E l marxismo llam a la aten ci ó n so br e los co n lli ctos v la s co n -
bio , sí podem os ex a m ina r los distin tos co m p o nen te s de los sis te- tr ad ic ci on es, da import ancia ni p apel d e la id eología y afirm a el
m a s cu ltu ra les d el pasado y las r ela ci ones que man tien en e n tre' cará cte r funda m en tal m ente p olíti co d el d iscurso aca démico . E l es-
ell os , u tili zando un lenguaje d er ivado muc has veces del pcnsa- tr uc tura lis m o nos d escubre un in teré s lo s co n ten id os d e la cu ltu ra
miento si st ém ico . Los p ro cesu a listas rei vindican poseer las claves materi al , p or los s ig n ifica d os de tod a expresi ó n cu ltu r a l.
pa ra co nt ras ta r d ist inta s hipót esis a lternati vas s o bre la manera d e Tocla s es tos lemas co nvergiero n d ura n te los a ños och e nta pa r a
funcionar de es to s s is tem as, gr a c ia s a la teo rí a de alc an ce m edio . [orm ar una nueva ram a ele la teo r ía qu e fue d en ominada «a rq u eo-
Pa ra los es truc tu ralis ta s. los o bj etos co nst it uyen testimon ios de l()gía postprocesu a l».
un sis te ma de creencia s en s u se ntid o m ás a m plio . Del mismo m odo
que e l lengu aj e se estructur a en regla s que p er m a n ecen ocu lta s,
así su cede co n la cu lt u ra m ater ial. Los es truc tu ralis ta s se in tere-
sa n por la s op os ici o n es qu e en co n tramos co n r ela ci ón a la forma
d e los o bj e to s , o e n la m ane ra de col ocar o fr e ndas e n las tu m ba s ,
o so hre la s id ea s rela ci onadas co n el gé nero, o p or la s contra -
di cci ones entre n atu ral eza y cu lt u ra, etc. Pu es to que n o pode m os
CAPíTULO 7

ARQUEOLOGÍA POSTPROCESUAL
y ARQUEOLOGÍA INTERPRETATIVA

La «arqueología postprocesuab creció al calor de UD contexto


muy concreto que hay que entender: Una parte de este contexto,
común para todas las ciencias humanas, ha sido presentado en
el capítulo anterior: el marxismo y el eslrueturalismo. Ahora es el
momento de atender a los avances habidos dentro de la disciplina
arqueológica durante los años ochenta.
A finales de los años setenta y principios de los arios ochenta
un número creciente de arqueólogos mostraba insatisfacción por
la orientación que tornaba la arqueología. Esta gente sentía que la
Nueva Arqueología no daba para mucho más, intelectualmente ha-
blando. Estos arqueólogos estaban especialmente preocupados por
tres cosas: por la necesidad de plantear factores cognitivos, por las
dificultades inherentes a la episternología posi tivist.a ~y por los pro-
blemas encontrados en el desarrollo de la teoría de alcance medio
(asuntos tratados en los capítulos 3, 4, 5 y 6).
Uno de estos arqueólogos era Ian Hodder. Sus ideas compen-
dian de forma muy elocuente el cambio que se gestaba. Los pri-
meros trabajos de Hodder se incluyen den tro del molde procesual.
Hodder estaba muy influenciado por la "Nueva Geografía» y por el
trabajo de David Clarke sobre modelos espaciales en arqueología.
Hodder utilizó la estadística y la simulación informática para de-
sarrollar una serie de modelos espaciales relacionados con el co-
mercio, los mercados y la urbanización de las Islas Británicas du-
rante la Edad del Hierro y la época del Imperio romano. Este últí-
TIlO período se contemplaba como un período cuyo sistema evo-
lucionaba rápidamente gracias al comercio y a la urbanización
enmarcados en el proceso general de la romanización.
132 T EO ld A Ak O li EO r.ÜG ICA. U;\ A !J\'TRODL:CC IÚN
AROUEO L.U GrA POSTP ROCESLJ ,' L. )' ARO I:EOLOC I,I T'JTERPRET,ITl I'A 133
A m edi da q ue progresaba la in ve sti ga ción , Hodder emp ezó a
dudar d e si este tipo de m odelos y sim ulacione s rea lm en te servía n qu eol ógica que in troducía en el ordena dor, la ú n ica form a d e sacar
pa ra «proba r » a lguna cos a . Vio que podía ob te nerse un m ism o es - algo en claro acerca de las ac tivi da d es d el pasado era exa rn ina r la s
q ue ma o patrón en el reg istr o a rqueo lógico, pon ga m os de d ist r i- rel a ciones en tre los patro n es qu e mos tra ba el re gistro a rq ueoló -
bu c ió n d e vasos de ce rá m ica o d e red ele centros lit-bana s, u tili- gico y lo s procesos qu e tiene n lu ga r e n el presen te. E st a percep-
za nd o d istin to s p ro cesos de sim ula ci ó n. Po r lo ta nto, u na d eten n i- ció n ya la h ab ía tenid o Binford al estu d ia r los p roblemas qu e sub -
n ada con figu ra ción d el registr o arqu e ológ ico podía ser expli ca d a o ya cí a n en el debat e sob re el p erí od o m u st eri en se, como ya vimos
in terpr etada sa tisfa c to riamen te d e di s tint a s fo rm a s, con refer en c ia en el capítulo 4 . Igu al qu e Bin fo rd , Ho dde r deci di ó re in ic ia r los es-
a u n cie rt o n úme ro ele pos ib les procesos d ife ren tes. Hod d er vio tu di os d e «a rq ue o logía del presente ) c o n la inte nci ó n d e esta blece r
que no ha bía ma ne ra a lgun a de co n lrasta r la s di sti ruas a ltern ati - cor re lacion es e n tre COll1po rta ln ie n tos c o n te m po rá neos y patron es
vas q ue se le p resen ta ba n . E ste p roblem a h a si do denomin ado en obtenid o s en el re gis tro arq ue ológico . H odd cr par tió h ac ia África
la li teratur a s ubsigu iente, pro blema de equ iíinalidad . oriental para es tu diar la manera de ca r tog rafiar a r qu co l ógi cam en -
La lec tura del libro de Hodd er y O rto n, Sp atia l Ana lvsi, in Ar- te la s cu ltu ras vivientes y ver qu é facto re s afe cta ba n a los procesos
cluteo logv, p ublicado e n 1976 , mues t ra la gé ne s is d el ca m b io . Al in - d e ab a ndono de desech os, e ntre o tras cosas.
te nta r sim ula r los patro nes es paciales de l co m erci o y los siste ma s Hod de r descubrió q ue pa ra pod er e n ten der realm ente lo que
d e ase nta m ien to m ed ian te el u so d e la in fo r rn útica , H odder y 0 1'- m ostraban los n iveles ar qu eológi cos era n ecesar io indaga r en las
to n 111 05t1'a1'on co n un Ca so t ra s otr o [o d ifíc il si no im p osib le qu e actitudes d e la gen te .y en sus creencias . Ya nos referi mos e n el ca-
re sult ab a «pro ba}"» o «con tr as tan ) a lguna cos a. p ítu lo 4 a l trabaj o d e Hod dcr co n los nu ba , E n resumen , Hod der
Un bu e n eje m plo d e e llo lo co ns tit uye el es tud io de Jos objetos a p u n ta ló tres claves :
u tili za do s pa r a co m e rci a r en la preh is tori a . POI' e jem p lo, a me n u-
do se d escu br en lasca s de obs id ia na o ha ch as pu lidas de gran ito 1. Rech a zó la co n fia n za mos tr a da por Bin for d a cerca ele la s
verde en sitios m u y a lej a dos de los lu ga r es en que se en cue n tra la poten ci al ida d es d e la te oría ele alca n ce m ed io com o árbi tr o neutral
mate ri a prim a ne cesaria para su elaboraci ón . Estos hall a zgos re- e n tre ex p lica ciones a lte rn ativas .
presen ta n clarame n te formas d e cornerc¡o o de co n ta c to en tre lu- 2_ Se re a fir m ó e n la idea de la importa nc ia qu e te n ía n la s
ga res a lejados . Pero Jos a rn biciosos nu evos arq ueólogos q u is ieron c ree ncias de la ge n te y s u poder de s imb oliza ci ó n. Asim ismo , se
ir m á s lej os. Ren lrew y otros ha b ía n su ge r id o que ca da forma di s- re afirm ó en la id ea de qu e la s cu ltu r a s no se p od ía n int erpre tar
tinta de com ercio te nía q ue deja r su tra za esp ecifica e n el registro únicam en te en términ os de adapta ci ó n a l m e dio , y que ,~SU ), vis ió n
arqu eológico . S i, po r ej emplo, existía u n tiI'o de interca m bi o esc a - acer ca del m u nclo q ue les rodeaba era im po r ta nte.
lonado en el que la co mu n ida d A obten ía el materia l di r ect amen te 3 . Co mpre nd ió que la cu ltu ra m a teri a l e ra ac tiva men te ma ni -
d e la mina y en trega ba a la co m u n ida d B la m itad , y la comu ni d ad pulada po r la s persona s; es d ecir, que la ge n te ha cía u n u so muy
B, por su p arte, gu a r d a ba la mita d y en trega b a la m it a d a ... etc., d iver so de los obj etos en fun ción de di sti nt a s es tra te gia s so ciales.
en es te ca so, canti da de s di stinta s d e materia l int ercam bia d o apa- Con ello negaba qu e la cu lt ura m a teria l fu era sim ple men te un re-
rec erían en los d istint os ya cim ien tos a rqu eo lóg icos, cosa qu e no llej o pas ivo d e u n co nju n to de n or m a s.
ocu rr ir ía si todo e l m un do fuera di rect a nle n tc a la mi na pa ra ha -
cer s u prop ia ex tracci ón de m ateria l. Hod dcr descubrió que si Pa ra un crecie n te núm ero de a rqueólogos de p rinci pi os de los
aquel m odelo de intercambio u otro s m o del os se mod elar a n m e- años ochen ta, la frase clave er a «la cu ltu r a material debe con te m-
di ante simul a ci ó n por ordenador se obten ían cu r va s sim ila res. Las plarse como a lgo que en cier ra significa dos ". Es deci r, los obj etos
formas adopta da s p or los p roc esos dejaba n la s mismas tra za s a r- er a n al go más que inve nc iones para ha cer frente a las con d iciones
q ueológ icas: e n otras pal abra s, er a n cq u ií inales, Ta m bié n se o bt u - d el en torno . Si querí amos en tendel' por q ué es ta cer á m ica te n ía ta l
vie ro n co ncl usio nes del tra bajo ctnoa rqueol óg íco realizado p or decora ci ón O p OI' qu é es te hab itácul o ten ía es ta forma , teníamos
Hoddcr, Hodd er se d io cue nta d e que por m ás inform a ción ar- que ind a gar en los sign ificados cult u ra les qu e se escondían detrá s
de su manufactura y uso .
A I{( ) I II '.C JI.l U ; II\ l 'l ' ....; TI·I{ I U E Sl.i\L Y ¡\ l(tJ l l ;.( )I, ( )( ;i A ¡j\;TE IU' J{ ET\'ll \-'J\ 1.) 5
134 T EO R Ít' ,\ RQ L'E O LÚ (; ICA. C N/\ I t\T RU DI H.'C l( l N
1. Rech azamos el punto de vista po sitivista sobre la ciencia y la !!I
Pero ¿C ÓlTIO? En el ant erior capítul o vimos algunas teorías so- " ,/JaracióI1 entre teoría y dato s . Los da tos siempre lleva n con sigo
I
bre la conciencia hu m a na . A princ ipi os de los a ños ochenta, 1I1J:l tina carga teórica . Los postprocc su ali stas recha zan la rei vindica- \,
nu eva ge neración de es tud iosos , algunos de los cuales alum nos de ci ón de qu e la Ciencia es la única forma de co noc im iento , por las
Hodder en Cambrid ge, y otros de Mark Leo nc , q ue tra bajaban en ::;. razones aducidas en el capitulo 3. Gc neralme nte los postp ro cesua -
.~
el proyecto «Arc haco logy in Annapoli s », dirigieron su atención ha- listas se alinean co n otras concepcion es n o posit ivistas so bre lo
j: que es ciencia, particu larm ente co n el co nstr uctivisJJlo social en
cia aquellas teoría s. Muchos acogieron el es tru ct uralísrno corno
vehíc ulo para ent ra r en la mente hum ana . Ot ro s releyeron los tex- \ sus vari an tes «d ura» y «blanda» .
to s ma rxi stas y n eo -m a rx istas , en pa rt ic ul a r la «ieo rta cr ítica ». Los postprocesu a!istas no dicen qu e no se deban co m pro bm' las
Algu no s otros se viero n infl u idos por e l pe nsam ie n to fem ini sta . cosas , más bien sug ieren q ue en la p r ác tic a , n i los arq ueó logos ni
y aún o tros se in teresaron por la obra de figuras com o Cliffor d los demás cicn tíficos llegan nunca a reali zar co m pro baciones qu e
Geertz sob re «nntropolog fa in te r pretativa ». Desde di sti ntas proce- satisfagan totalm en te los criterios positivist as. Señ ala rían qu e, por
den cias se tend ió a co nverger hacia el m iSITIO sitio q ue , gracias a ejemplo , la «co n t ra sta ci ón » del mod elo territ orial de los m ega litos ,:
las a finidades intel ect uales, cuaj ó en una tendencia m ínimam en te que hace Renírcw no llega a se rlo realme n te crigura 2.6); los ter ri-
torios delineados está n muy lejo s de se r uni for mes . existi e nd o mu- i'
identi fica ble qu e fue denominada. tanto por sus crí t icos com o po r
sus partidarios , «a rqu eología postprocesu al ». chos m egalitos em pla za dos en el ce ntro de territor ios muy poco ti
convin ce ntes. Lo s posLprocesualisl as sug ieren qu e n o hay m an era
de confrontar la te oría co n los dat os ; lo que suc ede realm ent e es r 11

La arq ueología postprocesual q ue vemos los datos a tr avés de la nube de la teoría (Figura 7. \) .

No existe la esp ecie de! «arqueólogo pos tp rocesualista» . Cuan-


do en la litera tura arqu eo lógica leo la exp res ió n «los postprocc-
sualistas » me pongo en gua rd ia a la es pe ra de ge neralizaci o nes
abusi vas sobre unas determinadas po siciones teoré tica s a seguir, y
ra ram ente no sucede asf. Del m ismo mod o qu e la Nueva Arq ueo-
logía re unió a un gru po de gente con ideas y preocupaciones muy
di versas en torn o él la a rqueología , que co incid ía n en algun os cr i-
terios fu ndam en tal es, el térm ino postprocesua l enc u bre a una
u
~r -
eE ~-- - ,
D
~- ~~
<, L JI \1 \
gra n diversidad de puntos de vista y de trad icio nes. Cierta mente, I r I , A \ 1 r 1 ('\ 1\ r"L--'
muchos de los a rq ueólogos relacio nados co n es ta etiqueta prefie- 11 l11 { 1I\ 1 1 11 1 1 ' -,
re n e! té rmino «arqu eolog ías interpretati vas» qu e incluye un énfa- 1 1.... 1, ;- \ 1 1 \ I~I J\, ¡j \
sis en la idea de d ivers ida d . I_ _ / L --' \ _ \ 1_ 1 '-_ / J
Por lo ta nto , in tentaré caracterizar a l pen sami ento postp ro ce-
sua l u tiliza nd o oc ho afirmaciones cla ve . Supongo que igual que
pa sa co n la Nueva Arqu eo log ía, no tod os los arqueó logos rel acio-
nados co n la etiq ueta «postprocesu al» va n a estar totalm ente de
rEOR\A
acue rdo co n las ocho afi rm aciones. Lo import ante es que estas
a fir maciones tr an smitan algu na cosa ce rca na a las cualidades d is-
tintivas de las tradiciones postproccsua les, sobre tod o de su ma ne- FIG. 7. 1. Las relaciones de la teovia y los da tos l ' I ' la (/Y(//fe% gfa Pos/procesual: los
ra de re flexionar so bre la realida d. Adem ás. deb erán indicar la dat os existen pero so n percibidos \·elac/<lInel11e (1 /1"fIw r" de la nu be de la tcoria (COIl~
deuda contra ída co n lo s movimi entos in telectu ales des critos en el trastar co n fa fi~ w·a 4./ ).
a n terior ca pi tu lo .
136 If..ORl,\ ARQU EO LO(; I(',\ . UNA I NT~ U I H ,I( "( "10 :'\
ARQl ,:EOUKi lf\ POST PROCESCAL y AHQI JEO L() (;iA I .Y f E RPR F.T,.\TI \,A 137
2. La in rer p retaci án es siem pre hermen éutica. Se trata de u n a
variante de la afirmaci ón anterior. La hermen éutica es el estudio vision es sobre el pa isaje no se forman en abstra cto : la forma de
de los signi fica dos. Cua nd o los arqueólogos in terpretan objet os lo m overse por el mi sm o y o c u tilizarlo afe c taría n la 111¡)ne r8 e n que
h a cen a signando sign ifica do a es tos obje tos sign ificad os que s upo- es ca p ta d o . Su gieren que la s visione s so b re el p ai saje d e los pue-
nem os so n los mi smos q ue daba n lo s pueblo s a n tiguos que los ha - blo s a n tiguos no co nsistían en U11 conju n to de ideas fijas , sino qu e
bían producido y u sado . eran la s vivencias co tid ia n a s fru to de la s a c tividades d esar roll ada s
Los pos tp ro cesu a lis ta s pien san qu e todos los arqucólogos pro- sob re el pa isaje, e l m ed io a tra v és de l cu a l la s gen tes llega ba n a ad-
ce de n de la m is m a fo rm a , lo admit an o no . Los arqueólogos de- quirir u n co nocim ie n to del paisaje que se perpetuaba y se iba
co ns truyen informes de prueba s cie nt ífica s pa ra mos tra r que in - transfo rma ndo al mismo tiempo ,
cl uso Bi nford , a de más de o tros . a sume implíci tam en te sign ifica - 4 . Hay que indagar en los pensamientos y valores del pasa do ,
dos y va lores d e los puebl os an tigu os. Hodder, por eje m plo, se fija E l ejem p lo más co here n te d e esta proposi ción es la defen sa de
en la m a nera en que se razona cuando Se exc ava, sug iriendo que Hodder de la po s tura sos ten ida por R. G. Co llin gwood en to rn o a l
se proce de sie m pre como en un «cí rculo hermen éuti co » al marg en id ealis m o his tórico . Collingwood , d e formació n filos ófi ca, se dedi-
de que los arqueólogos implicados se co nside ren a sí mismos unos có a la hi s to ria y a la a rq ueo logía . Argumen taba qu e, en la prácti -
especialistas en teoría o no. ca , Jos histori ado loes siem p re tra tan de im a gin a r lo que nues tros
3. Rech azam os la opos ic ión en tre ma terial e ideal. Vim os cómo antepa sad os podían h a be r pensa do. Tomemos un inter ro ga n te his -
los enfoques normativo e hist ó rico-cu ltural eran rec ha zados po r la tórico clásico: ¿por qué cl al m ira n te Nelso n no se m u d ó de ropa
a rqu eo logía procesu al por idealis tas, y cóm o los procesualistas in - an tes d e e m peza r la batalla de Tra fal ga r ? (Duran te la b at a lla , NcI-
tr odu cían un énfasis m ate ri ali sta. Tambi én nos hem os fijad o e n el so n vest ía uniform e de ga la co n sus m eda lla s lucien d o a l sol, lo q u e
e n foq ue id eal ista re to rnado po r los es tru cru ra lis tas, y có mo los le hac ía especia lmen te vulne rable a los di sparos de s us enem igos .
marxista s se apartaban de un Iu ud amento es tric ta m en te materi a- ra zón por la cu a l fue fatalment e herido.) Afirma Collin gwo od qu e
lista . los hi sto r iador es justi fican su co m p orta m iento por el h ech o de
Muchos p os tp ro ccsu ali st a s reivindican u n rec hazo d ire c to d e la que era conside ra do u n de shonor que e l com a nd an te d e la fl o ta se
oposició n mate ri a l-id eal. Un bu en e jem p lo lo constituy e la idea d e re tirara bajo e l pu ent e u n a vez había em pezad o la batalla: se ve
paisaje. Por un la do , una visión ma teriali st a d e un paisa je tiende a q ue ya no tuvo oportu n id a d d e ha cerlo c u a ndo és ta h ubo e m peza -
cen trarse en la s posibilidades que ofrece co n r ela ción a los r ecu r - do . Así pu es, argumenta Coll in gwood , c ua n do los h ist ori a do r es
sos , se a pa ra la caza y recolecci ón , sea para el desarrollo ag ric ola . «expli can » o «d ice n co m p r en der» la acción de Nc1son, lo que es tá n
Esta perspect iva co nd uce a pla n tear, p or ejem plo, la teo ría de lo s haci en do es traer a co la ción la cu ltu r a y los princip ios q ue se su-
forrajeadores e ficientes , as í com o o tros m odel os de raíz ec o nóm i- pone n a un oficia l n ava l b rit áni co , es decir; im a gi na n los pensa -
ca , para form arse una idea sobr e la fo rma «ra zo na ble » de exp lotar micnto s de l protago nis ta de la acción, se ace rcan a s u figura u san -
el paisaje. d o la enipatia ,
Los postpr ocesu a lista s arg uyen que los paisaj es so n siem pre H od dcr, siguiendo a Co llin gwo od , argumenta qu e tod os los ar-
co n te m p la dos de fo r ma d iferen te p or ge nt es d iferentes. Recha zan qucól ogo s ha ce n algo p a r ecido , pro cedan de d on de procedan.
la visión «raci o na l» del «(pa isaje-co I110 -fuente-de-recul'so s» corn o Cuando lo s arqueólogos tradicionales «exp lica ba n » el empla za-
a lgo típ ico de nue str a socieda d .Y co mo algo ca rgad o d e co n nota- mi ento de las fort ificaciones rom an a s en la fro n te ra norte d e In-
cio nes ideológic as relacio nadas con el co ns u mo y la explotaci ón , gl aterra lo hacían en té r m in os de una es tra teg ia políti ca y m ilita r
ideas carac terís ticas de nuestra so ci edad co nte mporánea. Sugie - cambia nt e: d ich o en otr as pal ab ras, co ncl u ía n el asun to int entan-
ren, en cambio , q ue los p ue blos a ntiguos te ndrían pu ntos de vista do imagin a r los p ensamien tos d e los co manda ntes y líd eres ro m a-
dife rentes so bre lo «r ea l» en un paisaj e. nos. Hod d er pie n sa , pues, qu e todos los a r queólog os p ra c tican la
Por otro la d o , u na perspec tiva exc lusiva m en te idea lista d e un e m pat ía , lo a d m ita n o no .
p a isaje tamp o co fu nci o na . Los postpro cesuali st a s piensa n que la s S. El indivi du o ac /ú a . Lo s p os tproccs u alista s n o está n de
acuer do co n la m a ner a qu e ti en e la arqueología d e ab orda r lo in-
138 T léO R íA AR Q I;EO LÚGICA. U NA INTR OD UCCI Ú:-¡ AROU '.OJO" ' A 1'() STI'I WCESI 'AL y ,\ RUUEO LOG I¡\ I'\TLK I'R ETAf1\ 'A 139

di vidual. Se quejan de que los individuos queden reducidos a m e- su ficientem ente lejos co mo para que los hombres pudieran con-
ros co m pa rsa s e n un s iste ma adapta tivo o en un co mplejo de es - templar lo que hacía . Al obrar de es ta forma . ella reco nocía la exis-
tructuras profu nd as . Argumentan qu e est as d istint as form as de en- te ncia de nor m as pero delib era da m e nte las rompía . No podemos
rocar la realid ad re t ra tan a los in dividu os como víctim as pas ivas en tende r su acción y el ra stro arqueológ ico qu e produj o sin a ) com -
que se ven aboca das a se gu ir cieg ament e las reglas sociales, prend er el sis tema cultu ral de las normas, y b ) en tender s u postura
En su lu ga r; los post pro ccsual istas quieren ind agar en la es- ante la s normas. Los pos tpr ocesua listas tambi én re clam a n:
truct uraci án , Estructuruc io n es un t érrn in o usado para referirse a
las estrategias ac tivas de los individuos. Se sugi ere que hombres y a) Ca p tar la sociedad desd e a hajo hacia arriba . no de a rriba
m uje re s no son sim ples víc timas pasivas del enlomo q ue les rodea. abaj o. Los es tu d io s po stproccsual es a m enu d o se interesan por las
Algunos a rq ueó logos tomaron en prést amo al soc iólogo Antho ny rutinas de la vida co tid ian a o por In for m a d c percibir los pa isa j es
Gidde ns la id ea de la relación basculan te entre estru ctura v est ruc- alreded or; Ciertam ente, mu chos p iensan que es tas ru tina s J11U eS -
turacio n , Giddens s ugie re q ue an te las regla s socia les existentcs . la tran rea lm e nte c óm o es un a sociedad, es decir; de for ma mucho
ge nte no se co nte nta con seguirlas pasi vame nte, sino que tie nde a mejor qu e las re glas abstractas .
ente nderl as y uti liza rlas. a int crvenirla s o es tructu ra rlas , dc form a b ) Un modelo de so cieda d m ediatizad o por los co n ll icto s no
creat iva . Al o brar de este modo con rribuye a re forzar, o alternati- por los cons ens os . Mi entras que los pa rtidar io s de la teoría de sis-
vame nte a transfonn.«. la mi sm a est ructura; por lo tant o la rela- temas buscan a las e lite s qu e diri gen los s istem a s, los pos tproce-
ción es bascu lant e. s ua lis tas indagan en los co n flic tos e ntre gr upos sociales, por ejem -
Una form a distinta de decir algo simil ar rúe toma da del an tro- plo, los qu e involucra n al género o a las clases.
pól ogo fra nc és Pi er r e Bourdi eu . Bo u rclieu reaccionó a nte la antro -
pología estructura lísra má s ortodoxa de su época , puesto qu e le 6. La cultura material es parecida a 1lI 1 In/o . ¿Cúm o llega rn os
parecía que co n te mplaba a los seres hum anos com o se res qu e in- a entender los sign ificados de la cult ura m at erial? Pensemos en la
terpr e taba n pasivamente un conjun to de reglas estructurantes. ío rma de leer un texto escrito:
Bourdieu m os tró có m o en distin tas situaciones etnográficas, dis-
tin tos actore s hacían gala de sus pro pias ideas acerca de las regla s a ) Un texto pu ed e decir cosas di feren tes a di stin ta gente y
socia les. Argum entó qu e precisá ba mos de una teoría de la práct i- gen te di stinta lee los textos dc forma di ferente.
ca : una teo ría acerca de c ómo los act ores sociales indivi dual es se b) Los significad os se pued en m anipu lar a fondo. Todos ha
com port a n y act úa n rcal rncnrs e n las s itu ac io nes de la vida, rcp ro- cernas de forma evide nte .Y tri vial a lgo pa recido co n la cultura ma-
ducicndo y transformando la cult ura de su entorno. terial, es pecia lm ente co n la ro pa (dic tam inamos la fo rmal idad de
Todo esto se traduce con rela ción a la inteqll'et ación arqueoló- una reuni ón según nos po nem os un tipo de ropa u ot ro ).
gica. en tina exige ncia para atender a las reglas que no son segui- e) La man ip ulaci ón (en el buen sentido de la pal a bra ) a la que
das pasi vmnent c sino que so n creativanlente alterada s po r los ac to- somet em os a la cultu ra material se hace a m enudo de forma im-
res sociales. Un buen ejemplo de este tip o de intervención cst ru c- plícit a . De la mi sm a fo rma en que no pensa rnos en la s re glas gra-
turante proced e de una si tu ación anecd ó tica no dada a co nocer, m aticales cuan do leemos un texto, no pensam os en las re glas que
ocurri da en el cu rso de un tra bajo de Hodd er con los nuba , En una rigen la prod ucci ón o uso de un obj eto cuando lo contemplamos o
ZOna existía la creencia cultural que lo femenino es ta ba asociado util iza mos .
con lo in terior del recinto doméstico .Y pat1icularmente Con el ho - Co ns iderem os , po r eje mp lo, la ac ción de entrar en una habita-
ga r; as imismo que las m uj eres - conta rnina ba n» por se r imp uras. ción s in llamar. Al que así actúa 10 concep tua mos co rno alguien
A las mujeres se les ob ligah a a que ech aran las cenizas de los hoga- «poc o educado» , Pero a l m ism o t iempo so mos capaces de ro m per
res den tro del recinto y no rlJ era , porque fuera contaminarían el es- deli bera da men te las reglas. por ejemp lo, no llamand o. si pe n sa-
pacio mascu lino . Pero Hoddcr en una ocasi ón vio c óm o una mujer Ol OS que la habitac ión es «n ues tro » es pacio y querem os hacérsel o
rec og ía conci enzudam ente las cenizas del hoga r y la s echaba fu era , saber a In persona qu e en ese m omento la ocupa. Su byaciendo a
,\ IH) [ ' I',( ll ,( J( ~I ,\ 1'( ) ~ l l' I{( H ' ¡',S I ,..\ 1, Y ,'\I{ U I I 'J )I U ( ,1,,\ 1\ 'I I ',\{ \'i {1 \ ,\1 1\ ' \ 14 1
140 T EO IÚA AROL:EOLÚG ICA. ü NA INT RO Il UCc\ Ú"
7. Lo im po rtante es el co ntex to , Pa r a Hod der. el co ntex to es el
es ta gra m ática d e a cc ion es hay pres u nc iones y valo res cu lt urales e le m en to ce n tra l y de finid or de la di sci pl ina a rq ueo lógica . Por esa
a cerca d e la n a tu rale za del esp acio , r egla s sobre lo que es priva do, razón , los en fo qu es post p r ocesuales u m en u do tom an la d cn om i-
n o rma s de respe to h a cia la s persona s , etc . Conoce m os el valor de nac i ón de «a r queolog ía c()I1lextuah .
estas n orma s y sa bern os ut ilizarl a s , au nq u e no la s articu le mos ¿C(1I110 po d em os Jlc gar a los d iferen te s sign ifi ca dos" Podemos
co nsc ien te m en te: no va m os a dar u n a le cci ón sob re an trc polo g ía a cerca rnos a ellos a tr avés de a naliza r el con texto d el obje to . V01-
cu lt u ra l a cualq u ie ra q ue coj a m os r o m p iendo el cód igo , si m p le - vam os a nu est ro e n te r r a nl ienlo . Obse rvarn os cómo una de terrn i-
m e n te le dir em os qu e sea a pa rtir de a hora m ás edu ca do. nada o frend a , po ngam os un ha c ha , a d q ui e re ti n s ig nific<.ldo pa r -
Los p os ipro ces ua lisr as s ugier en q ue' cos a s p a recida s ocu rre n ticu la r d ebid o a l co nte xto en q ue se e nc u e n tra: el sitio d e la u un-
co n la c ult u r a m at er ia l q u e exca va m os . Por ello d ir igen la a te nci ón h a en qu e se dcsc ubrc, la persona co n la cu al ha sid o en te r ra da ,
a los es tud ios ctnoa rque o l ógicos e n los qu e se ve , po r eje m p lo , q ue los o bje tos co n lo s c u a les es t á rela c io nada . Segu ida mente ex te n de-
el sign ifica do d el es p a cio en ca sas y r ec intos, qu e ra ra m ent e se dis- m o s es te con te xto m ient ra s o bservamos ot r a s hach a s d e o tr a s
cute a b iert a m e n te, es a bie rt ame n te m a nipula do co n re laci ón a de - tumba s . Descubrim os qu e el ha cha se uti liza en la s tum b a s d e [or-
ter mi nad a s regla s socia les , po r p a rt e de los a c to res soci a les, 111a di st in ta en co n text os difer en tes: se a so c ia a d ist int os conju n tos

d ) Si los s ignifica dos d e la cu ltu ra m at e ria l so n u n as u nto tan o se s it úa en u n a pos ic ió n dife rent e seg ún la t U L11b a sea d e hombre
complejo, d ifícil m ente se pod r á nun ca llegar a u na le c tu ra dcfiniri- o de m u jer. El res u lLado es que in fer im os di s tint os sign ific a do s a
va q ue re ú na e n u na co ncl us ió n clara todos los ele m en tos q ue ha n part ir de las d ife re nci a s observad as e n con tex to . Podcnlos a co n ti-
ent ra do en el a ná lisis. Al no ser posibl e es ta lectu ra de fin itiva, qu e- n u a ción exten d er co n textu a hn en tc n ue stro ar gu m en to , de nt ro d e
da la pos ibilida d de qu e ca da ge n eraci ó n e incl uso cada ind ivid u o la cu lt u ra que e st ud ia mos . a base de obse rvar la s ha ch as d e form a
aporr en nu evas lec tu ra s fresca s, p o r ejem p lo a las o bras de S ha kcs- ge nera l: .si h a n sido a ba ndo na d a s en co nt extos «d omé s ticos » o e n
p ea re, to r nándose cada lec tura en a lgo válid o e n sí m is mo . Por 10 «ba su re ros ». o in da ga n do c óm o p ued e n h aber sido u sada s en la s
ta n to, pued e ser que re sulte im posible juzga r si una lect u ra es co - tar ea s dom ésticas . Gr a du al me n te co ns tr-u im os un a d ensa red d e
rrecta () in correc ta , LT n text o p ued e se r sie m pre ciecon s tru ido para a soc ia cio ncs v loca lizacio nes pa r a la s h ac has.
m o strar q u e co nt ien e s ig nifica d os oc ultos qu e p uede n coru rad ccir- 8 . Los sign ificados que prOdllci17 1US sB sit úa n siempre en el pre-
se co n o tr os m ás a p ar en tes) C0 111 0 vim os en el anterior ca p ítu lo . De sente po/(/ico J' CO I/lleva n, ldgica n w l1 1e, reso nancias politicas. La in -
forma pareci da , los s ignifica dos d e un d ise ño en u n uten silio o de terpretación del pasado sient pn: es política. Co mo la ncu t ra lidad
un rilo fu n era ri o n o pu eden se r ca p ta dos elel tod o ; siem pre q ued a - cientffi c a es u n m ito, p a r a lo s pos lp roccsual ista s} lo q ue se d ice
rá n cos as pa ra los q ue viene n d e tr ás. Consecue n temen te , n o tiene a ce rc a del pasa d o nun ca se n utre de j u ici os equ id is ta ntes y objeti -
p or qué exis tir una lec tur a cor rec ta y otr a in cor recta. vos . Se tr a ta de a fir n1a cion es o presu nciones que se hacen siemp r e
Lo s pos tp ro ces ualísta s a lie n tan la exp eri me nta ción co n in ter- desde el presente , que co nlleva n u n a m ezcla in evit able d e j u icios
pr e ta ci ones múlt iple s y ni egan la necesidad de a lca n zar un a con- po lí tic os v m orales.
cl u sión defi n itiva que p ueda ex plicarlo todo . Ch ris TilIey esc ri b e: Nó tese que el lo n o signi lic a qu e los a rq ueó logos no sea n since-
«Nu n ca en la s cien ci as h u m ana s p ode rn os decir q ue se ha alca n - ros en su in te n to de ser obj eti vos . Si el sign ificado de un text o qu e-
za do u n con oc imi en to co m p leto de un te m a . S e s uspe nd e la inves- d a fuera del con trol de su a u tor, su s d ive rsas lec tu ra s pue de n pro-
ti gación por ca n sa ncio o por qu e ya no nos que da n ada por dec lr » lif erar, in cl uyen d o posibilidades qu e su a u tor nunca llegó a pen sar.
(T illey, 199 1: 172 ). Se h a d icho , por ej e m plo , que a lgu n os nu evos ar queólog os q ue t r a -
e) Los sign ificad os de u n texto qued a n fu era del con tro l d e s u bajaba n e n yaci lnien tos a rq ueo lógic os de los n ativos a rne rl ca nos
au tor. Si un te xto es su sceptible d e m ú lti ples in terpreta ci o nes , es insis tía n en q u e el valor p r imor dia l de su tra bajo residía e n la ha-
posible q ue a lgu nas de ella s q ued en mu y lejos d e la lec t ura que h a - bil ida d qu e poseí an d e ut iliza r el m a teri al a rqueológico pa ra ge ne -
ce su a ut or de su propio texto . Po r lo ta n to} para ob tener la lect u - ra¡' ge n eraliza ci one s inter cul tu ral es . Al man ifestarse de est a form a ,
r a buen a no no s pod ern os refe rir a la in tenci ó n del a u to r, sea c n li- pensaban algun os , eso s a rq ueó logos de va lua ba n im plíci ta me n te la
tc rat ura o en urq u colog ía .
142 TE0 1Ü¡\ ARQ UEOI Ú< ;I( '1\, tiN A I f\: T I ~ ( 11" :( "( ' I( )I\ ..\ I{O I JI J I I .l H ;I A l'l ) :-·.¡'J I ·I{ ( H.·I ,: ~ ti AL Y /\ROC cO LO GI A I ~TE R PR, ,:" A ([ VA 143

impo rta n cia de es tu dia r po r ella misma la trn d ic i ón n a tiva a meri- So bre la base de que uno debe po ner en práctica lo que predi -
cana - el men saje im plícito, podía leerse sin embargo, así : "la úni- ca, qui siera ahora hablar de un ejemplo sacado de mi propio tra -
ca for ma válida de ab orda r esa arqu eología es enfatizar su impor- bajo: la interp retación de la casa rural in glesa del fin al de la Ed ad
lan cia para las ge nles de raza bla nca »- . Una lect ura así no equi- Med ia (en tre 135 0 y 1530).
va le a decir que aq uellos arq ueólogos fuera n co nsc ienteme nte ra - Al su r y al este de Inglaterra, m iles de casas corrientes construi-
cis tas; de hecho, muchos de ellos tr abajaron acti vam en te a favor das durante es e período a ún siguen e n pie y sigu en s ie ndo usadas
de lo s derech o s de los na tivos a m eri ca nos. por sus propietarios. au nque con much as reformas. La planta no
es si em pre la m isma , pero invari abl em ente tiene un el e mento ce n-
tral: un gra n hall o h a bi ta ci ón cen tra l, ab ierta al tejado. Es ta habi-
CAS O 3: AR TE RUPEST RE Y CASAS \lE L~ E DAD M E DIA tac ión se ca lentab a med ia nte un hoga r ab iert o s itua do e n el cen-
tro, de ma nera qu e el hu mo ascendía y se di sp ersab a a través de
En su li bro Material Cultu re and Tex t: tt. e Ar/ o] Anibiguitv , las vigas y el te jado de paja (figura 7.3).
Ch ris Tilley explo ra la interpretación de un gru po de relieves ru - Los arqueólogos tra di ciona les ha n rea lizado un eno rme traba jo
pes tr es en N üm fo rsc n , Suecia (figu ra 7. 2) . En es te yacim ie n to, d e docum en tación de es te tipo de ed ificios , as igná ndoles la cro no -
diversas figuras y motivos fueron la br ados en la piedra durante el logía co rres po ndien te, a m en udo a partir de elem en tos tecnológi-
tercer mileni o a n tes de nu estra era. Est e mat erial fue es tud iado cos, estilísticos y t ípol ógicos. Ta mbi én sabe mos muchas cos as so-
po r vez primera por e! arqu eólogo sueco Ha llstrom hacia fina les bre la gente que resid ió en ellos. Est as casas fueron cons tru idas
del siglo pasado; hoy día, mu ch as de las esc u lturas re gistradas ya por ge nte de es tratos so ciales m ed ios: ca mpesinos arre ndatario s
no ex isten . Tilley esc oge o rganizar su tra baj o de un a ma nera po co b ásicament e que com binaba n las tareas del ca mpo co n a lguna in-
ort od oxa. Empieza directamente co n el exa me n del materi al y de du stria rural. Hen10S analizado la tecnolo gía )' la manera de cons-
la info rm ación qu e Ha ilst rom de jó; lu ego desarrolla una intere- tru ir de este tip o de cas as - la carp in tería y las técnicas de ar ma-
sa nte gra m át ica de las fo rmas , .v a co ntinuación intenta co mpre n- dura- o Ta m bién se han es tudiado las ba ses econó m ica s que ha-
del' las fo rm as a través de su «estru ctura l ógica ». Una vez ha aca - cían pos ib le la co n strucci ón de este tipo de casas: c ómo fue posi-
bado CO\l estos aspectos y ha explorado las pos ibles rel aciones de ble qu e ge n te que n o form a ba part e de la éli tc pudiera hacerse car-
lod o ello co n las comu nidades que reali zaron es tas ma nifes tacio- go de una empresa tan e xige nte y ca ra como la que significaba la
nes a rt ísticas, Tilley selecciona dos pa ralelos etnográficos moder- constru cc ió n ele este tipo de casas.
no s de las mi s m a s características hist óric as: los saam i y un grupo És te es un tern a in teresante : si n e m bargo , a lu í m e preocupó en
de abo ríge n es a ustralianos . especia l indaga r por qué e l hall ten ía esa [orma , y qué se quería
Llegamos de esta manera al tercio fin a l del lib ro p ara enco n- s ign i íicar con ello . Otro s au tores ha n dich o qu e la forma ydis p osi-
tra r allí el pu n to cr ítico de la obra. Tilley nos ha pro porcionado cíón del hall era cosa de! sentido comú n: su abertura hacía el teja-
ha sta el momento una in te rp re tac i ón del s ign ificado de los relie- do era necesaria pa ra perm itir la d ispers ión del humo del hoga r
ves . Pero ahora , en la parte fina l del libro proced e a desmon tar su entre las vigas . Po r mi parte, tenía la impresión de que esto no lo
pro pia in terpr eta c i ón , Tilley rehúsa da r al lect or una re spuesta de- explicaba todo: las chimeneas se conocí a n y eran usadas por las
finit iva so bre el significado de los relieves: «lo que realm en te qu ie- c la ses soc ia les altas en edificios grand es tipo castillo o palacio des-
ro deci r es que es tos rel ieves rupestres nos piden a to dos una res- d e hacía siglos. Los cam pesinos que ocu pa ban nu estro mode lo de
p uesta... No hay un significado esta blecido; por otro lado , deb em os casa pod ían econ óm ica me n te per m itirse la con s tr ucc ión de chi-
recorda r que, de hecho , las imágenes no pu eden red ucirse a pala- m en eas , per o no lo hací an .
b ra s... No presento una co nclusión a mi tr abajo porque es imposi - El h all era un esp acio a bierto, pero media nt e una serie de ele -
ble darl a " (1 991 : 172 ). Tilley nos da una respu esta al fin al, pero ac- mentos arqu itectónicos se constr uía n dos recintos situa dos en sus
to seguido la desmonta pa ra mo strarn os que ése no es el verdad e- extre mos: una c ámara alta y una cá mara baja . En la c ám ara baja,
ro final. más fría y ventilada , las ventanas esta ban situadas sim étricam cn -
I
ff b:n
~ ~~ . j
Tipos de asoc iaciones ent re un

a
Ice y un barco procedentes de
distintos _
relieves de N'O
am tersen
en los que sólo aparec en est as

:.) '. dos fig uras.

rf ~ ~~
A Linealidad
~ t.: S
e
Opos ición

-/ D
E
Oposición . .,
line a lidad y OpOSIClon
Tres ejemplos de
A B
..
e co mbinaci ones entre
alces y barcos " .
F Linealidad, opos.cron y
~

MI¡-(' 'o ~''' ~


sup erposició n

O
.
~ ~~
, ' t'l~

~ -. , :x;
~ -n,.

, (1 ~. '
'):f ~ \

• ~

E F

Fase e posib ilidad (1)

Seres huma nos en forma de triángulo Se res humanos en forma de pa lo


(gente de ma r, forasteros. Este ) (gente de tier ra adentro . gente del pa ís. Oes te )

C lan A Clan B Clan e Clan O C lan E .. Clan F Clan G C lan H Clan r Clan J
perf il de bar co de hoz perf il de suela de .. alce ba rco de ba stón co n pescado pájaro
a lce trazo doble pez za pato captur ado trazo simple cabe za de alce

(tie rra) (ag ua ) (ci elo) (agua) (tie rra) (tierra) (ag ua) (cielo) (agua) (Cielo)
(fem enino) (m asculino ) (femenino) (ma sculino)

pos ibi lidad (2)


Seres huma nos en form a d e palo Sere s hum ano s en forma de tr iángulo
(gent e de tie rra aden tro, gente del paí s, Oes te) (gente de mar, fo rasteros, Este)

~_ _I_ - ~_ _I_ -
Cl an A Clan B Clan e Clan O
perfil de ba rco de trazo alce barco de t razo
alce doble cap turad o simple
(tie rra) (agua) (tie rra) (agua)
(fe menino) (m asculino) (fem enino) (m asc ulino )

Fig:. 7.2. Relieve s de N ámíorsen con parte. ab ajo, del esquema estructu ral elaborado por ttn-. pura fa i I11eI1 )/"(!/(/ÓÓI1 de fas ~'gt·J Ja S.
146 TEOR íA AR() L:EOLÓGICA. lJ-, A INTRODUCCIÓN ARQUEOLOG íA Pü STP ROCESIJAI. y ARQCE0 1.0G iA l N T ~ R P R E' I A l l\ 'A 147

E ra fácil, pu es, cont emplar al hall como u na mues tr a de Idco - ,¡


logía . Las cá maras alta y baja refle jaba n las di ferencias socia les. El
hall presen taba a través de su a rqu itectu ra la es tra tificación social
de la ca sa como algo es ta blecido e in m u tab le. El du eño y su espo-
sa ocupa ban la cá ma ra a lta y la hab itación a la que se a bría; los
sirvientes trabajaban v mora ban al rededor de la cá ma ra ba ja. A la
hora dc comer; el hail ac tuaba como un mi cro cosmos dei orden
social. Cada uno co m ía sie mpre en el mis mo luga r, en fa tizando la
, idea de la ca sa como una co m un ida d bien regid a , pero cada un o
1 ocu paba el extr emo que le correspo ndía , ace nt u ando las d ifcre n-
\ I ~ cias de cstatus social entre sus diferent es morad ores,
Pero la in terpret ación del hall pued e no ser ta n simple. Había
, \
"" ~ \ ,
otras divisi ones en el interior de las casas en esa mism a épo ca que
com plica n las cosas. Las mujeres oc upaban una posición social y
eco n ómica im porta n te en la fa milia: co ntrola ba n la producción de
ce rveza y de productos pere cederos , m ien tras que los textos políti -
o 2
cos y morales las idealizaban, o po niendo la pa rte do més tica de la
f

m
I I
casa , el do m inio de las mujeres , a la esfera púb lica representada
por los cam pos circ u ndantes y la callc. Ha bía tensi ón y con l1 icto
en tre la pos ición decisiva que las mujeres ocup aban en los asu ntos
eco nó micos v en la rutina diaria. y la ideo logía patriarcal. Así
pues, tr até de explora r si en tre las m uje res y los sirv ientes existían
«lectu ras. dis tintas del m ismo espacio. Estas «lec tu ra s » eran sobre
todo im plícita s, pu esto qu e ra ram ente se mani festaban ab ierta-
men te . l'

o Ta mbién traté de estudiar el contexto en el qu e aparecía el hall


abierto a base de examina r ot ros tipos de us o del espacio en gene -
ral, en la mi sma ép oca. En pr imer lu gar examiné los campos y ar-
gu men té qu e de modo parecid o a co mo el ha ll ab ierto po día ser
franqueado po r todos aunque estaba subdividido, los «cam pos
abiertos » no tení an vallas y se cultivaban en régimen de co opera-
tiva, a pesa r de es tar divididos en pa rce las. Seguidame nte me inte-
resé por las iglesias y observé qu e el espacio ritual estaba a su vez
divid ido entre la na ve y el pres biterio. Así que pe nsé que exist ía
PIC. 7.3. H all medieval [lohnso n, 1989), una serie de metáforas espa ciales con las qu e convivía la gente co-
mún , q ue pasa ban por la esfera dom ést ica , la esfera del trabajo y
la esfera de lo re ligioso.
te , dan do ad emás acceso a los pequ eños cuartos de se rvicio. En el E l deb at e entr-e arqueólogos so bre el significado del hall abi er-
o tro extremo , la c ámara alta se ilu m ina ba m ediante una gran ve n- lo no puede con tem pla rse indep en dient emente de S il con texto po-
tan a y di spon ía de he rrajes para colocar un escaño en el qu e se' lítico y cult u ral. La «casa vernacu lar» ocupa un lugar cen tra l en el
sen taba el du eño de la casa Vsu esposa. iln ag in Hr io pll !l1l1:1I ' ~() h n' la Inglate rra tradi cion al. Tales im ágc n.-.
AR(Jl W,1 JI 1)( 11 /\ 1'1)STI' HI H ' I ~SI !i\ L y .>\ R ü l ! E O L O G í A J ' T I~ K P I{ I ~' I ,\Tl \':\ 149
14R T EO R í /\ ARO UEO LÓ f", ICA. l.iN .~ INT RO Ill J(T IÓ'
liloso íos co mo Sch utz, Husserl y He idegger. La Icno m eno logfa es
im plican un elem en to de co ntin uid ad co n el pasad o agra rio csc n- el es tu d io de la experi en cia huma na co nscie n te en la vid a di aria ,
cial e in mutabl e de la «vieja Inglaterr a », según el cua l, «los ingle- Por eje mplo, en vez de pensar en los mon u m entos co mo textos
ses » se ven como un a co m un id ad orgánica , conserva dora y tradi- que pu eden leerse de m uy divers as ma n era s, personaj es co m o
cio nal. En el mism o año que pub liq ué el trabajo, el p ri mer m inis- Chris Go sd en , Juli an Th o rnas y Ch ri s Ti1l ey han ha blado so bre la
tro con serva d or J ohn Major relacionab a la «vieja Ingla terra » de forma que tiene la gcn tc de move rse entre los mo nu m ent os , sobre
siempre co n una visió n sob re la perm anenc ia y cont in uidad de lo lo q ue ven desd e diferentes pun tos, sob re c ómo a fec ta a su per-
es pcc ílica m e n re britá nico, con esta s fra ses: ce pci ón la experie ncia física del mo nu me nto - utiliza ndo un a
m et áfora co rpora l m ás q ue lin gü ística-o La frase q ue m ás ci rcu -
De a quí a c incuenta uños Gran Bretaña seguirá sien do e l pa ís de la a final es de la década de los noven ta es "pe nsar a tr avés del
las som br as a la rgadas so bre los ca m pos de nuestros conda dos, de la cu erpo ) .
cer veza li b ia , de los su bu rbios urbanos resp la ndec iendo de verde, de Un a de las ve ntajas de la metáfora corp oral es qu e pon e de re -
los a m antes de los per-ros . .v - co m o d ijo Gcorg c Orwc ll-s- de las lieve la falsedad de la o posició n entre materi a e idea mencionada
«viejas m a tronas peda leand o a tra vés de la at mós fera neblinosa pa -
más arriba . El cuer po es un a en tidad indi scutiblem en te rea l y físi -
ra ir a m is a », .\' s i log ra mos a b rirnos pa so , Shakcspcurc se segu irá
leyend o incl uso e n la esc uela , G ra n Bret a ña so brevivirá s in ca m bia r ca - co mo dij o Sha kes pca rc , «n u nca hu bo filóso fo q ue soportara
todo a qu el lo q ue es esenc ia l 001111 Majo r. d iscu rs o , Re u ni ón del un do lo r de mud as pacientemente s -> y al mi sm o tiempo ind iscu-
Grupo Co nservad or Europeo , 22 de a bril oc 19( 3). tiblemente co nfo r mada de acu erdo co n unas determ inadas idea s;
sociedades d is tin ta s tien en id ea s diferentes sob re lo individu al, el
Al situ ar es as casas en un con texto de p ro funda crisis ru ra l y de género y la fo rma de funcion ar del cuer po hum ano.
ca m bios, y al p one r d e relieve sus d ifere n tes significados para lo s
d is tin tos m iembro s de la ca sa, esta ba yo replantean do de forma Así que 105 po stprocesua listas recha zan el va lor de la contrastaciou. ¿N()
imp líc ita men te negati va la im a gen pro fundamente conserva dora será que m erecell que se les t ílde de relativistas ?
del ca m po inglés y de lo «ing lés » en términos generales . El co-
m en ta rio político era inevitable: a lli est a ba quis iera o n o. En aq ue l Bien, repi to que 11 0 «niegan su va lor»; rei vind ica n por su pa rt e
momento no cru mi in tención hacer una crí tica de los pu ntos de qu e, en la práctica , ningún arqueólo go, pro ceda de d ond e proceda,
vista de J ohn Ma jar: si n em barg o, una rclc ctura de mi trabajo ba- co ntrast a de forma rig urosa la teo rí a con los «da tos brutos ».
jo ese prism a me pareció qu e era un a o pc i ón perfectam en te v álida,
aunque fuera una más de las muchas lecturas posibles. Ciertame nte qu e no podem os contrast ar los pensam ien tos de la g (' l lte,
(:Cómo podremos lllfl/ c a saber lo que la gen te pen saba ? N o es que estén fO -
¡Pare po r 111 1 111OJ1lf!11l0/ Tengo 11111chas cosas que preguntar. ¿Pue do re- do s IJIlle110S , es que su cultura y sus valores eran JlUI.\ ', pero que 1111lY dlte -
trotraerle al punto 6? Segura mente existen m uchos problem as eD il relaci án ren tes a los nuestros. I1s sos pechoso que los dos ejem plos escogidos (Nelso n
a esta onalogia C0I 1 los textos. J' la.. .· [oniíícaciones rOl1lal u l.... j pruvellgl/ll de la historia militar.

Sí, los hay. Muchos arqueólogos de] entorno postpro cesual han E s m u y d iftc il, pero tod a la arq u eolog ía es difíc il. Es verd ad
manifestad o que deb eríamos desprendernos de esta analogía. Se ha que, en m i op in ió n, la mayoría de los m ás interesa ntes y fru c-
insi stido en que los objetos mat eri ales vehiculan significados de tíferos ca sos es tud ia do s po r los pos tp rocesualist as salga n de la
una forma nada parecida a co mo lo hacen los tex tos . He ha blad o a a rq ueolo gí a hi s tó r ica, donde ex is te mucha documen taci ón y rDU -
fondo de los textos porque co ns tituyen una buena introdu cc i ón a las cha in fo rm aci ón ctnohis t óri ca utili zable para pla n tearse cucstio-
ideas su byace n tes que qu iero co munica r; Tod os leemos textos , por nes so bre (as m e ntalid ad es (véase cap ítu lo 10 ). Es to pone de re -
lo que fác ilm en te po dernos co mpren der la analog ía p lantea da. lieve la impo rt an ci a d e di spo ner el e abu ndan te info rm ació n co n-
Algu n os pensadores, en cam b io, han d irigido su aten ci ón ha- te xtu al.
cia la s tradicio nes de la [en otn enologia tal como In desa rrollaron
150 J'HJI U i\ ARU L' EO J.( Hi ICA . lJNA J\l T IHllHI (' C ]U N

Un a forma más compleja de a bo rdar la respu esta a tu pregun-


ta es deci r que nunca pod rem os co m prender plena men te el con te-
nido de los sis te m as de cree ncias de la antigüedad : nu nca sa bre -
mos si tal es tat uilla era rea lm en te el retrato de una di osa, ni co no-
cerem os las histori as o los mitos qu e se co nta ba n sobre la d ios a,
usa ndo la es ta tuilla como médi um . Pero sí po demos ava nza r en
u na descripción an tropoló gica so bre lo qu e u na es ta tu illa o un es -
pac io arquitect óni co pud o ha ber s ign ificado a un n ivel profundo ,
por ejemplo, hacien do n ot ar qu e las es ta ru illas femeninas se en-
cuent ra n en el lado izqui erd o de los tem plos, mi en tra s qu e las CAPíT ULO 8
masculin as se encu entran en el lado derec ho. Los a ntro pó logos
hacen cosas as í ha bitualmen te, po r e jem plo, cua ndo mi ran por de- AR Q UE O LO GÍA Y GÉ NERO
bajo de la s historias ab ierta m en te francas qu e exp lican las ge ntes
o que cue nta un a tradi ción , para reali za r in ferencias so bre los sig-
nificados su byacentes que en cierra n , significa dos subyacen tes qu e En la s pri m eras dos terceras partes dcll ib ro he intentad o pre-
p ueden ser manifi es ta men te rec ha zados po r la co m u nidad en se ntar cl fu ndamento y el co n ten id o de los debat es actu ales en
c uestión. a rqu eo logía . Hc tendid o a prese n ta r tales deba tes in telec tual es
Podemos coger el ejem plo de la histo ria de Liu le Red Rid ing corno resultado de d os tradi cio nes d isti nt as , pro cedentes de d os
Hood e inter pretarla en térm inos de las ideas so bre género y de ramas se pa radas de la teorí a soci a l, co n noci o nes d istin tas y a ve-
los temo res alrededor de la sex ua lidad ad o lesc en te, prese nt es en ces co n tra dic to rias so bre el lu ga r q ue d e be o c u par la a rq ueo -
la cultu ra occidental. Co n la s cu lturas p re h ist óricas o a nt iguas logía .
n u nca co no ce re mos la s h isto ri as, pero pod emos util izar el mat e- A lo largo de es te itin erari o m e he visto o bliga do a s im plificar
rial arqueológico y s us asociaciones co ntcx tua les para ob te ne r al- cn exceso. He presentad o a estas dos d ist intas trad icio nes co m o un
guna im pr esión sobre las id eas subya cen tes al red ed or de aque llos todo uni form e, cada un a necesari am ente opues t a a la otra : tod os
ternas . los procesu alistas pien san es o y todos los postp rocesu ali st as pien-
san lo otro. Deb erá di sp en sarse al lecto r que haya pen sad o qu e en
He oído hablar mucho de posnnodernismo. (."Fs lo m ism o arqueología los congr esos de arqu eólogos, el responsable de la cafete ría di s-
po s/p rocesual y pos tm odern ismo ? ponga una hil er a de m esas vacías atravesando el co me do r con el
fin de separar a dos tro peles d istintos, uno murmu rand o alre ded or
Amigo mío, pensé que no ibas a pregun ta rme so bre esto . Es un de un vas o de cerv eza so bre evo luc ión social, ta lonom ía y teoría
tem a tan es pinoso que es peraré a l ca pítulo 11 para poder comes- de alcance med io; el o tro ac alo ra do ba jo el influj o de la her rnc-
tartc . néuti ca , el es tr ucturalis mo y el co m pro m iso político .
Hay que decir que a mbas tend enci as se ha n cosifica d o, es de-
cir; han sido co nver tidas mentalment e en cosas. Han sido a mbas
present adas como es cue las u nificadas co n un a existencia defin id a
y su ficien te a u to nom ía.
La prá ct ica teo réti ca es muc ho m ás va ri ada y d ifu sa , C0 0 1 0
tambi én lo es la mi sm a p rá ctica arq ueol ógica , aunque a veces
los manuales n o lo dejen claro. Pod emos util izar la analogía de los
partidos políticos . Me veo capaz de hacer u na descri p ción de lo
que es el Parti do Conservad or, su historia, sus tradi ci on es in te-
lectuales , y listar di ez o d oce pun tos de su po lítica . Pero eso no
,\ IU,Jl II;,O I ()( ;l¡\ ) (, EN I ;, I~() [53
152 TEO Rí A ARQLr.OLÓG ICA . U\iA I NTRo \J\; Ccr <ÍN
arqueología femini st a y d e géne ro , pa rt iendo d e su p ue stos tcor éti-
es lo m ismo que decir qu e toda la gente qu e se siente conserva- co s diferentes. Se o bserva q ue cu es tio nes co m u n es a m u c hos a r-
dora tien e las m ismas cree nc ias y ap rueba las mi smas políticas. qu eólogos preocu pados por los prob lem as teor éticos. co mo el es-
En prirncr lugar, co mo ya dije en la int rodu c ci ón, este libro es pa c io, n el int ercambio . so n trat ada s de fo r m a di s tinta a co rno se
una descripci ón a nglo-america na de la teoría . Otras tra dicion es ha dic ho aq u í, es decir, cogiendo un a senda intermedi a entre posi-
prosperan en otro s pu nt os del plan e ta . Segundo, mu ch os a rqueó - ci ones ext rem a s . E l libro so b re arq u eo lo gía te órica m ás in fluyente
lo g o s p rocuran co mbi n ar el ement o s p roc ed e nt e s d e a m bas tr adi- seguramente de la ú ltima décad a . el volumen com pilado po r Gcro
ci o n es. C0l110 vim os . Colin Ren frc w ace pt a ba qu e un m a rc o ( ci en - y Conk cv titu lado Engeudering Arclta eologv, in c luye co ntr ibuciones
tífi co ) de r a íz sist émica p odía co m b inars e Con ele mentos cog n iti- de una gran varieda d de puntos de vista y pro ced encias, aunque la
vos r eputados como irnp ort an tcs y cie n tífica m en te a cces ibles . Tim introducción p ro cure es ta b lecer determi n a da s a lia nzas teóricas,
Earle , Eli za beth Brum fiel y otros ha n comb inado eleme ntos de la corno podrem os ver.
ev olución social con un a perspecti va gene ralizadora que po nía el Cuarto, el pu nto de vista tomado en ca pítu los pr eced entes pre-
acen to en la compet ici ón, el con flic to y el género , C0 l110 vimos en senta tradi ci ones d iferentes co rno si com pitiera n un as co n tr a las
el capítu lo 5. E sta form a de suav izar el pen sa mi en to procesual otras. Sin em bargo, tr adiciones d istintas pued en resulta r' perfecta-
puede res ponder a las críticas ver tidas del lado postp roccsual , o Tri ente co rn plcrncruarias au n cua ndo sea n co ntrad lctori as. Para
puede h ab er tenid o luga r corno co nse c ue ncia de un movim iento Ro ber t Prcu ccl (comuni cación perso na l). «Iu teoría se en tiende
111ÚS ge nera l de la s cie ncias huma na s . mejor, no co mo un a suces ió n de teorías difere ntes. ca da cual olí-e-
Se ha hablado de la emergencia de un conse nso alrede do r de la ciendo elem entos de supe ració n de la a n terior, sino como un a red
teoría , ta m bié n de una tendenci a a sen tirse c óm odos oc u pa ndo un interrelacion ada de teorías ~' enfoques en la qu e cada un a cons ni -
t érmino m edio e n tre ex tre m os: tengo la impresión de q ue és te no ñe y da p aso a l mi smo tiempo a la s d em ás »,
es el cas o (véase ca pítulo de concl us iones). No obs tante, se leen Por mi pa rte , no es rov del todo de acu erdo con es ta visión de la
cada vez m ás co m e n ta ri o s. com o el que pod remos ver segu ida- teoría fa vo ra b le a la s co m po n en da s. Tengo la im presió n de qu e
mente, que com bi nan id eas gene ra les de tradición pro cesu al con ex is ten serias con t radiccio n es sobre el fun cion am ien to del mundo
elementos sacados del po stprocesua lisrno, como la atención a los entre las distin tas posicio nes teor éticas . Es muy tentador glosar
significados y al contexto: las di ferencias, pu est o que a tod os nos gus ta pen sar qu e nu estro
punto de vista ocup a el términ o m edi o, com bina ndo los mejores
E1 movi m ie nt o de b ienes v de idea s en el int er ior de la s socieda - eleme ntos de tod as las tr adiciones, y qu e son los dem ás los que se
des ti ene un significad o variable en los gru p os afectados ... lo que sitúan en posiciones extremas . Los arq ueólogos . co mo los políticos,
puede haber sido u n objeto utilitario en un luga r cerc a no a la fuen- prefieren representar el término med io. Es igu alm ente d ifícil opo-
te puede servir d e ins ign ia o sím bo lo en o tro lugar más di st an le . [. ..]
ner el argum en to sedu cto r de que cada teoría ocupa un lugar legí-
Cuando sc rn te nta reco ns tru ¡r redes in terrcg ion a les . se d eb e pode r
sit uar a lo s objeto s v a los es tilos q ue los ca rac ter iza n den tro de los
timo en el gra n esque ma de las cosas , con sus dosis de to lera nci a,
con texto s ori gin ales d e us o. Trat a rl os co mo producto s ind iferenci a- moderación y [air play,
d os o pert enec ientes a cu ltu ras m o no lítica s y ho mogéneas só lo s irve Para a tender a la varieda d (y vitalidad in telectual) de la ar-
para oscu re cerla sig n ificació n so c io-polñi ca de las tra ns acciones en queo logía qui ero utili zar los próxim os capít ulos para ex plo ra r di s-
la a n tigüed ad . La d et erm inaci ó n d el s ign ifica do a efectos d el co m - tintos enfoq ues tco r éticos alrede do r de un os cua ntos tem as de in-
portamient o h u ma no, d e o bje to s y es tilo s. de pende s in género de terés , en este momento . He escogido á rea s que me interesan a mí
d udas d e u n a ná lisis at en to d el co n texto d e su d cscn brirni ent o parti cularment e (gé ne ro , evolución , his toria ). Tod a s estas cuest io-
(Schorlm an y Urban , 19Y2 : 237). nes cortan transversal m en te el esque ma teorético es tableci do has-
ta aquí. Aunque también pude haber escr ito un lib ro con un en fo-
En tercer lu gar, hay señales de movimientos recien tes qu e cr u- qu e distin to, en el qu e la política, el género , la histori a y la evolu-
zan por en medio de [as posiciones defendidas por tradi ciones pre- ción ocuparan el lugar ce n tra l par a aña dir alrede dor capítulos qu e
vias. En los últimos tiempos se ha trabajad o abun dan tem en te en
154 ,],1~{)RJ¡\ AROUEUI..OG!U\. l:NA INTI{(lllll('('I()N AROU!-'))u)c;íA 'y' CENUZO ¡SS

se pronunciaran sobre estas cuestiones centrales desde las diferen- Los temas favoritos de los artistas de la prehistoria parece ser
tes posturas teoréticas. que fueron los animales y las mujeres. Es muy lógico que fuera así,
ya que ambos eran indispensables para el hombre prehistórico
(igual que lo son para el hombre del siglo xx). Los animales eran
El género una garantía para la supervivencia cotidiana y las mujeres una
garantía de supervivencia generación tras generación (Mitchell.
Uno de los temas actuales que más despiertan el interés en 1981: 31).
te aria arqueológica es el de la arqueología del género. Como suce-
Los hombres primitivos hacían sus casas en las cuevas ... Fabri-
de con otros temas de arqueología que de repente concitan un Inte- caban rascadores y huesos con la punta afilada .. Sus mujeres usa-
rés creciente, su progreso va relacionado con el progreso en torno ban los rascadores para limpiar la cara interior de las pieles de los
a los problemas del género que sc manifiestan en otras disciplinas, animales (Unslcad, 1953: 7).
particularmente la socIología, la Iiteratura, la antropología y la
historia. También ha ido paralelo al auge del movimiento feminis- También hay ejemplos académicos menos obvios y por lo tanto
ta y de la teoría fcminista en general, aunque en este punto, el pen- más difíciles de identificar. El siguiente ejemplo es parle de una
samiento arqueológico ha quedado algo rezagado con relación a explicación sobre la evolución de la arquitectura inglesa desde el
esas otras disciplinas. castillo medieval a la mansión renacentista realizado por un autor
La arqueología del género abarca diversas cuestiones que in- atcorético confeso:
cluycn: la corrección del sesgo androcéntrico en arqueología, la
crítica de las estructuras que gobiernan la práctica arqueológica; Hacia el Iinal de la Edad Media .. se dejó al particular que esta-
la revisión de la historia de la arqueología, la investigación del gé- bleciera y mantuviera su propia seguridad, garantizada por los lazos
nero en arqueología, Ji una critica de lo que se ve corno naturaleza de dependencia personal de sus dependientes y mediante demostra-
androcéntrica del conocimiento académico y del mundo académi- ción pública de fuerza. Desde finales del siglo xv, sin embargo.. los
co en general. Todas estas cuestiones han ido tornando impulso y nacientes Estados que aumentaban rápidamente su capacidad de
hasta cierto punto conocido un notable predicarncnto desde los imponer la autoridad podían sin p-oblcrnas circunscribir el poder
inicios de la década de los ochen tao del ind ivid u o particular y al mismo tiempo garantizar más efectiva-
mente su libertad dentro ele límites muy estrictos.. se deja al partí-
cular que defienda su reivindicación de estatus y de autoridad no só-
lo mediante el ejercicio de los poderes que le han sido otorgados por
La corrección del sesgo el misrno Estado, sino también mediante el cultivo de distinciones
mas personales (Coopcr, 1997: 120).
El Interés por la arqueología del género empezó. en parte, con
una crítica de las presunciones androcéntricas. El androccntrismo ¿Qué falta en cste párrafo? ¿El particular que aparece es exclu-
es la creencia de que los hombres son el centro del mundo, sea sivarnente masculino, o incluye también a las mujeres? Cooper
porque se considere que son los responsables exclusivos de edifi- puede lácflmente confiar que sus lectores sepan o asuman que
car la sociedad, o porque se conceda en general a las mujeres un aquella sociedad era muy patriarcal, por lo que debe referirse bá-
papel meramente marginal en esta empresa, sicamente a los hombres cuando habla del Individuo particular,
El ejemplo más evidente es lo que las feministas llaman el uso Pero resulta que una minoría de constructores de mansiones en
sexista del lenguaje: el uso de la palabra «hombre para desig- aquella época eran mujeres; entonces, el lector del párrafo, o pres-
nar lo humano, sin ir más lejos. Considérese al efecto las dos ci- cinde simplemente de este dato, las trata como sustitutos de hom-
tas siguientes de Fiona Burtt, de un estudio sobre los libros infan- bre con las mismas ideas )' actitudes, o asume que fueron una ex-
tiles: cepción. ¿Cómo debían entender las mujeres aquella "libertad" en
un período histórico en que muchas de ellas sufrían malos tratos
156 1l::.O R IA AR QlJEOU HlI CA. IJ\i ¡\ IN'l' !>:' O J)[ I(' ( I( ))\
A IH) 1 I,'J ll .() CÍ,\ y r ;¡';:,I\.I ·: f.I.() 1.'0 7
co n la sanción del Estad o y que era n co nsidera das por la ley, la po-
Iitica y la reli gió n co rn o in ferio res a los hom bre s? Coo pe r 11 0 nos da y pa sada po r el filtro de la teoría en vez de se r acep tada de for-
lo explica . ma ac r íl ica .
Situa r a la s m ujeres cn su s itio en la hi storia cues ta m ucho tra- Otro ejemplo de androcen tris rno es la pro pi a hi stori a de la a r-
bajo; de entra da , la revi si ón co mp le ta de los térmi nos co mu nes es- q ueología. La lectura de la m ayoría de los m anu ale s tradi ci onales
tablecid os ~r de giros habitu ale s C0 1110 «hacer p úblicas ». ( pode r » o muest ra un desa rro llo de la arq ueo logía pro tagonizado po r los
«a ut ori da d ». Es to s t érminos , q ue so n en pr im era lect u ra n ovios, d esc ub r im ientos d e «g ra nd es fig u ra s », S in e m barg o , no ha [a lta -
a ho ra se tornan bast a nt e o pac os . Por lo tant o re su lta muv di fícil d o qu ien h a a fir m ad o que la co n ui buc ión de las m ujeres a l pen -
situar a las muj eres (ta mb ién a los hombres de estra tos so ciales sam ien to a rq u eo ló gico ha sido s is te rn áticamc n tc m in im izado por
bajos )" a los n i ños) «ocu pand o S lI s itio en la foto » y de fo rm a in- J los hi sto ri a clo r es d e la a rq u eolo gía . Fig u ras c o m o Doro rhy Ga-
co nscien te nos sentim os muy poco inclinado s a hacer este esfuer- rrod o .I acqu ctta Hawkes aco s tum bra n a se r dejad as de lado en
zo. Las m uj ere s co nstituyen u n «proble ma» : la literat u ra es pe cia li- much as de es tas obras o reb a jada su co n tri buc ió n. Un a de la s
zada está llena de di scu siones so br e las difi cu ltades m et od ol ógica s te ndenci as actu ales de la arqu eología fem inist a pre ten de rc dc scu -
de interpretar la form a de p en sar de las mujeres du ran te el p erío - brir V reescri bir la ht sto ria de la arq u eolog ía para re flejar los ]0 -
do histó ri co que Coopor ana liza . Pero de hech o, el p roblema ha gros de esta s m uje res . Este: re vis ion ismo se j us tifi ca tanto por el
sid o crea d o . co mo m ínirn o en pa rl e , p or di scu rso s co rn o el q u e hc- s im ple deseo de «co nta r el pa sa do ta l co mo Iue », C0 1110 para pro -
1110 S comen ta do. p o rci onar mo tivo s d e in spiraci ón a la s j óvenes a rq ueóloga s q ue
La s le rni n ist a s s os t iene n q u e es im porta n te ai s la r los s u pu est os e m p ieza n. Choca ver c óm o en r es p ues ta a es ta crüica , la s n ue vas
a n d roc én tri cos, porq ue cu ando a lgu ie n a fi rma q ue el do mi nio ed icio nes de los ma nu ales clásicos ha n sid o m odifi cadas a fondo
m a sculin o es a lgo n o r m al o n a tu ral e n la es pecie hu m a n a , se re- (co m pá re se la prim era ed ició n co n la seg unda del m anu a l de Rcn -
fiere implícit amen te a la for ma de se r de la hu man idad en el pa- Ircw y Bahn).
sado leja no o incluso cn el m un d o de Jos prima tes . Pero es te a rgu-
m en to , sugieren las feministas , es circular: Cua ndo exa m ina mos
es tu dios arqu eológicos em píricos sobre el pasad o , co mo el de Co- Crítica de la pr áct ica arqueoló gica
oper, o estudios etnográficos so bre otras cultu ras , o es tudi os an-
tropológicos sob re los pri ma tes, nos a perc ibim os qu e ha n sido Las arqueólogas fem ini stas cu es tio na n la pos ició n de las mu je-
realizados desde un a perspec tiva ses ga da a favo r del g éne ro m as- res den tro d e 1" profesión en base a la existencia de prácticas dis-
culino. Este sesgo es tanto más difuso cuan to qu e es, tan a m cnu - crimina torias muy hab itua les: sex ismo cla ro en las políticas ele
do, inconsciente . empleo , SeXiS1110 en el sistem a de prom oci ón y fin an cia ci ón en las
Lo s est u d ios etn og rá ficos co nstit uye n un b uen eje mplo de to- u n iversida des y ce n tros de inves tiga c i ón , etc .
d o esto . Exis ten varios es tud ios sobre diversa s cu lturas q ue sugie- Por e jem plo , J oan Gcro ( 1988, 199 1) se ded icó a analiza r la
ren q ue «el d ominio m a sculi no » es un hec ho universa l. S in em - co ncesió n de fo ndos para invest igació n . Descubr ió qu e los hom -
bargo , co nsidére se po r un momento la natura leza de la in fo rm a- bres tenían es tad ísticamente más éxito q ue las muj eres e n la ob-
ció n u tili zada. Gran parle de e lla fu e recogid a en el s iglo XIX por tenció n de d inero para excavar ~' hacer traba jos de ca m po; en ca m-
etnóg ra fos m asculinos co n actitudes victo ria nas so b re es lO S pro- b io , las m ujeres tenían m ás pro bab ilidades de ob te ne r ayudas pa-
blem as. Los etnóg ra fos esc ogerí an de for ma «na tura l» ha bla r con r a lo q ue Gero deno mi nó la realiza ción de «tare as arqueol ógicas
los hom bres de la tribu acerca de su sistem a poiítico .\' no con las del hogar »: a n ális is de ce rám icas y de m at erial med ioam bienta l.
mujeres , y tendería n a in terpret ar las respu est as obtenid a s co n Gero se pr eguntó sl pod ría ca usar sorpresa algu na que las inter-
relación a los preju icios y las ex pec ta tivas de la é poca. Por lo ta n- pretaci on es ob tenidas de los tra bajos de campo en fa tizaran los es-
to, las antropólogas feminist as cree n que la in for m ació n derivada tereotip os consab idos .
de las a ctividades etnográficas tradicion a les h a de ser cuestiona- Nótese que gra n part e de lo que Alisan Wylie (1993) llam a «acti -
vidades de tercera » no dependen de un sesgo machi sta manifiesto ni
\ H.I) I 1: 111 1) ( , 1,\ \ ( ; J; r\H« .1 1 :; ' )
ISS TE OR íA AROCEO LÓ<;ICA. UNA INT ROIl UCCIÓ'
E l gé nero , pues, es u na co nst ru cci ón s ocial, uun ace p tan do el
d e ac tit ud es a biertamente cha u vin ista s sin o que depen d en de prá c- arg um en to (k que el gé nero ge nera lm en te es a tri bu ido e n fu nc ió n
tica s m ás profundas y m ucho men os obvia s, tales como la forma dc d e la biología , El ge ne ro va rta de u nu cu ltu r a a otra . E l deb a te se
usar el lenguaj e, la s presu n cio nes oc u ltas acer ca de la s trayect oria s ce n tra hoy día en d et erm in ar en qu é medida varía Y' h a s ta qué
profesion ales de am bos sexos, e inclu so del uso de deter m ina dos pa - pun lo vari a , asf co rno e n d et erminar has ta dón d e llega n Jo s víncu-
tro nos en la form a de esc r ib ir .Y convers a r. Esta observaci ón tie ne los en tre géne ro .v sexo.
dos im plicaciones . Pri m era, q ue p ue de arg urn en ta rs c que todos p ar· De ello se sigue q ue si es t .111 10S in te resados en el pa sa do, no po-
tici pa mos de los co m porta m ie ntos sexistas, a u nqu e po r p rincipios de mos da r po r s up ues to q u e la s mujeres y los ho mb re s se co m-
nos opongamos a l sexismo. Segu nda, q ue la s cos a s s in import an - po rta ra n d e hl mi s m n form« en toda s la s soci edades . Por ej e m plo ,
c ía d e nuestro c om portam íe nto cotid ia n o se relac ion an co n prá c- 110 Jl O c\l'1Il 0 S d a r por s u puestas en d p as a do di s tinc io n es co mo la s
tieas de más en ju nd ia: ,do pe rsonal también es político ». que puede n da r.se en tre lo s úrn b i i o s dorncsti cov p úbl ico , o entre la
Hasta aquí hem os exa m ina do d os tema s que n o leva nt a n de- ca za :' la re colecc i ón () cu tre la vivie nda y el m un d o a lrede do r.
m a si ada controversia : pocos se a tr even a di sputar el h e ch o d e q ue E n ca mb io , sí qu e debernos pregun ta rnos sobre los difere ntes
las in terp r etacio nes de tiempos ante ri ores refleja ban el sexis m o rol es a su m id os por hom bre s .v m uje re s en un pe rí od o d ado . Ta les
cons cien te e inconsciente de su tiem po, () que la s m ujeres sigue n roles pu ed e n habe r s iel o sim ila res o pu ed en ba be l' di feri d o: lo im-
di scrim inadas e n nuest ro tiempo e n va r ios á m b itos y qu e la profc- po rtante es hace rs e la preg unta : ' no d a r po r s upues tos dete rm ina -
sió n a rq u eo lógica 10 re fleja , Lo s do s puntos sigu ie n tes se m u eve n d os tipos d e di visio nes . Cierta men te, d ebcrtam os c uc s tío n a rn os la
por u n terri tor io m á s d ispu tado, presunción ta n ha bi tu a l de In exist e nc ia de un a d ivis ión b inari a ['í-
gicLi cid uu baj o (los h omb re h a cí an esto V las m u jer es aque llo) .
Se nrgu rn cn ta qu e en la prá cti ca, la arqueología e n te ra es lá lo -
Arqueologías del género da tras pas a da po r la c ues tión del gén ero. Los q ue así pi e nsan d i-
ce n que los a rq ue ólogo s en su trabajo ha cen co rui n uamcruc pre-
E l tercer pu n to es el deseo d e ex plo ra r la con s trucc ión del g é- s u nc io nes sobre el gl'll eI"O , c o rn o a p u n tarn os 1l1ÚS a rri ba, ~' q u e n o
nero en el p as a do a pa rtir d e la in formació n con te n ida en el regis- ex is te la eSptTÍL' de l lib ro de h istor ia neutro en c uestio nes d e gé -
tro arqu eológ ico. Si p ensamos que es legitimo estudiar la estrarifi- n ero . Pen se m os en la ci ta de Co opcr o en la m a nera d e eva lua r las
cació n so cial o la s relacion es comer ci ales de socieda d es qu e h a n difer en tes ac tivi dad es h u m a nas. Ex isten inconta bles d escripciones
desap a r eci do , ¿por qu é no estu dia r tambié n los ro les en fu nc i ón s o bre los pr ocesos de es pe cia lización que dan lu gar a los di sti ntos
del gé n ero ? o fic io s . a u n q ue muy pocn s sob re los mét odos de p re pa rac ió n de
Se dice que tales rol es varía n d e una cu lt u r a a o tra . Los es tu- lo s aliment os . DÍL'cn la s le m inistns qu e e n la m ayor pa rl e de la li-
di osos es ta b lecen u na di stinc ión teorética en t re sexo y g énero. El te ra tura espec ial izadu exis te la pr esunci ó n imp l ícita d e q ue la s a c-
se xo es bi ol ógico , se d ice , y n ue stra biología no va rí a (a u nq u e in - tivid ades a r tesanas es pec ia lizada s er a n u n a su nt o de los hom b res ,
c1 u so esto pu ede cuestio narse; véase m á s a bajo). En ca m bio , h ay po r lo que e ra n im po rta ntes: en cam bio . C O I llO las ac tividad es de
una diferencia entre nace r bi ol ógica m ente ho mbre o m uj er y la ex- preparació n d e In co m id a CI'3 11 co sa d e las muj ere s, va n o res u ltan
perien cia de ser m ujer u h om bre en u n a so cieda d dada , Pued e ar- lan import a n tes. La prep a ra ci ón de la comida pu ede ha b er sido
gu rn en ta rse que la forma d e co m po r ta rse como h om b re o co m o obra d e hom bre s, de mujeres o d e a m bos, p ero quien prepara lo s
mujer no p a sa p or el rasero de lo q ue hay q ue considerar co mo nlirnen to s para ser cons u m idos es tá haciendo algo rea lme n te im-
"no rm a l o «na tu ra l». Por ejem plo, en la Edad Media era norma l que po r ta n te para la Iorrn aci ón de u na cu ltu ra .
los ca ba lleros llora ra n o desfa lleciera n; en ca m b io , en el siglo XIX La a rqueologfu d el gé ne ro ha co nd ucido en la pr áct ica a l rec-
era n la s m uj e res la s q ue llo ra ba n o desfa llecían , mi ent ra s qu e los xa rn cn d e rema s arqueoló gic os m uy co ncretos co rn o la a rquco lo -
h ombres mantenían el rostro impa sible . En alg u nas c ult u ras, las gía doméstica , y h a co n tri b u ido a am p liar la reflex i ón abarca ndo
muj eres so n sexual m ent e d om in a nt es, mien tr a s qu e los hombres cos a s co rn o la arqueología ele lo s uiños y la a rqueol ogía d e la se-
se muestran pasivos .
160 1'1',(j R ]A i\IH ) LII ·:( l l ,l H,I( '¡\ . ¡; Ni\ 1:"J 'J'I{()l ll ' ( '( ' j( J\J ¡\1{{)L H l U)(II ¡\ y ( ;I ;, ' n :f{o 161

xu a lid a d , as í com o re in te rprcta r d luga r d e lo dom és tico com o la s exp er ien cias p er son al es d e la ge n te ? ¿Qu é ha y de m a lo en ac a -
d em ento importante d e la vid a soci al y política de las soc ieda d es bar un tra baj o co n una pregun ta e n vez de a ca b arlo con u na frase
d el pasa do . la xativa y concluyen te ?
De esta manera, mu cha crítica femi n ista acaba mo stra ndo u na
posición sim ila r a la d e tantos a rq ue ólogo s post procesu a lis tns : c ier-
H ombres , mujeres y conocimient o tam cn tc , mu ch os de los argum entos pos tprocesualistas repa sa dos
e n el capítu lo 5 tie ne n co n tra ída u na profu nda de u da con el pe nsa-
Lo qu e se ha ven ido e n denomi na r n a t uraleza [alocentricu del m ient o fem in ista , e n es te y en o tros apa rtados (véase m ás a ba jo).
conocim iento no resulta fá ci l de a s im ila r, pu esto que im p lica cue s-
tio na r los m ismos fun d arn e nt os d e la inves tiga ci ó n ucad ém icav el
m ismo ser profesor o se r es tu d ia n te. CASO 4 : Q U~: SIG N IFI CA ESTE P li ~ Z() N
PenSC1110S c óm o acostu m bra m os a elogia r o a denigrar u n a r-
gu m en to a ca d ém ico . E logiamos los a rg umen to s «fue rtes », «ro bu s- E l lib ro de Ja nct Spcc tor, l\'lw t This AII 'I Mean s: Femini st AI'-
tos », ( bien organizados ». «podero sos»: v a l revés, den igra mos los chaeologv a l wahpeton Dakota Vil/age, es el es t u d io d e un as e nt a -
a rgu men tos d ébiles, p o co co nvincen tes, linios. El m ism o lenguaje m ie n to na tivo del sig lo XIX, Li ll lc Rapids, e n lo q ue h oy es Min ne-
d e la teo ría arqueológica es un le nguaje agresivo - d ife ren tes en- so ta , en el m ed io oest e nor team eri cano . En vez de in te n ta r escr i-
foques en tr a n en co n flict o . distintas escuela", bu sca n a lia dos para bir u n a me m oria de excavaci ó n neutra , d ista nciada y ob jetiva,
[or tal ccer su s a rgu m e n tos . Tod o de ba te es una co n fro n tació n en el S pecto r se pone a ex plo ra r de [orm a consci e n te y e xplíc itn la s ra -
q ue u na parte obtiene la victo r ia y la otra, la derrota . A los es tu - zo nes p ersonales .v e mocion a les q ue la im p u lsa n a ser arqu eóloga :
d iantes se les ense ña a mos trarse im pers o nal es en su s trabajos pa- «so n m o tivo s q u e tie ne n q ue ve" con la c m pa t ía --el a n helo d e
ra libr a r de em o cio n es y se ntim ie n tos los a rgumentos ac a démi cos de scubrir ese n cias, im ágen es y se n tim ien tos d el pasa d o-, 11 0 só lo
y omit ir sus expe ri enc ias personales . d atos objet ivos» (Spec tor, 1993: 1).
Mu c ha s Iernin istas arguyen q ue es ta [orma a cad émica d e es - Spector rom p e t res re glas d el d isc u rso ac a dé m ico e n lo s p r i-
truct u r a r el co nocim ien to es faloc énuica . Esto es, el siste ma es ta- m ero s cap ít u los , Pri m era . bucea en la his tor ia de su prop ia vid a J'
b lecido a ca dé mi co tra ta corno un este re o tipo legít imo la for m a ex p lo ra la s razones p erson ales q u e la lleva ron a ha ce r arqueología
«m ascu lin a» de p ensar )' a ct uar y co mo u n es tereotipo no lcg íüm o v a a cercarse a Litt !e Rapi d s. Segunda, en ve z el e poner se a ind a -
la fo r m a «Ie rnc ní n a » de p ensar y a c tuar: E l d iscu rso faloc éntri co ga r sob re la s «cu es tio nes import a n tes » como la co mp lej idad soc ial
rei vind ica, no obsta n te, su ca rá c te r ne utr o , h on es to y razonable; o el modelo d e in tercambio entre na tivos y b la ncos , ce n tra di rc c-
a sí, el pr ofesor d eja claro qu e cu alquier a lu m n o p ued e alcan zar un ta m en te la a ten ció n en un p equ eñ o obje to, aparu n tcrncn tc insign i-
n ivel a lt o si sigu e la s r eg la s aca d ém ica s, se comprome te su ficien- fic an te: u n pequeño «m a ngo de lezn a de p u nzón » hech o de asta d e
te m ente con su trab aj o y a lca n za tin a cierta h abi lid a d inte lect u a l. ve n ad o (figu r a 8.1 ). Ter cera. Sp cct or es crib e una histo r ia qu e gir a
En la prá ctica, esta s r eglas d el ju ego resultan d iscrimina tori a s , ya alr ededor del pequ eño hallazgo: có m o se p erd ió , qu é ha cía la jo -
qu e r equieren a la s m u jeres q ue p iens en y reda cten co m o los hom - ven n a tiva que lo p erdió , c ómo deb ía se r vivir e n Little Ra p id s, La
bres, a l m en os este reotíp ica m en te , si qu ieren salir adel an te . S i los hi s to ria se a poya en un profu ndo co n oc im ie n to de la d ocume n ta -
h ombres ha n sido socializad os co nforme a esta m en talidad desd e c ión hist ór ica y a rqu eo lógica dispon ible, pe ro es t á reda ct a d a co m o
q u e nacen, d ice n las fem in is ta s, ¿sorp re nde qu e sea n «m ejores » si fu era u n rel a to q ue trata de e vocar la s em ociones y la form a d e
qu e la s m uj ere s en est a p a rtida que es la form ac i ón a cad émica ser d e los habitantes d el luga r en aqu el en tonces .
u niv ersi taria? Spec to r contras ta la historia qu e cue n ta co n los t rabaj os a r-
Lo que se n ecesita , sugieren la s feminis ta s, es un con ju nto de qu eo lógicos exis te n tes sob re lezna s . La s tip ol ogía s que se e nc u en -
re g las di s tint a s . (.Por q ué no most rar las e m oc iones cua n do se re- tra n sobre mangos de leznas, se ña la S pcctor, se presenta n co m o cla-
d a cta un tra b a jo? ¿Por qu é no se pued en esc r ibir h istor ias so bre sifica ci on es obje tiva s y neutras, per o en re alid ad so n tendenciosas
162 TFORL\ ,W.Ul.~I-'.()IJ)(;I('..\. ['N . \ Ir--..Tl~()lll ('(J()~ \1{Ul ¡",(JI,(J('I\ Y (,!-,'\I'OI(() I (,~

ele clasificación v en Jos cuadros esruchsticos. lleva a considerar a los


L:jClllplos C1H'OjlC()S corno indicadorc-, de la inllucncia i...'umpC<:l s()hr~_'
los indios, hasta llegar a la desintegración ele la cultura nativa. Para
los indios que ulilivahan lcv.nax. una conclusión así hubiera sido
una cosa insuh amc. molesta o quizás solo clTÓ1Wé1, espcci ulmcnte
fKH',-\ las rnujcrcs que t,':J-a\'aban los nungos de LlS k'/.nas con n-otiv o.,
para dar muestra de .";lIS habilidades (SpedorI993: ,11-32).

Spcctor incluso cuenta 2U1L'Cdota~; sobre la cxcavaci ón , el des-


cubrimiento del mango de lezna hecho ck asta, las ditcrcntc-, ex-
pcrirnrias vividos por los micmbrr», de! equipo, :v aualiz« con ran í

que'!,a las tensiones vividas ~' la cooperación ohtenida ele los nati-
vos Lbkota duraruc el (kSLlITollo elel prnYI.::ctu.
Es sorprendente cómo la PlTSlx'cti\',J claranlcnlL' lcminis:« eh:
SpCCLo]" la lleva ~1 acentuar lo que pa.rccc nimio, \- Hjarsc en lo per-
sonal (lo que el rnango signirica para su propietaria, no la ubicn
cióu del mango en el sistema de mtcrcarnb¡o; las pcrsonalidad,»,
de los componentes del provecto. su cntusiaxrno). Tarihiún sor-
prende CÓl110 b narración lcrninista de Spcctor pasa a ocuparse
inmediauunente y de Iorrn.. casi inevitable de cuestiones que íic-
nen que ver con la política)' las idcnudadcs, \' en particular de las
relaciones entre nativos v bJa11UJs.

/-:'5 interesante lodo esto, pero estcrv o!.r,o COI/fundido con la tcrniinoírwiu
(ell¡iuisw?
('h',',"!o misluo orc¡uc(){ogI(J del [.!.r'¡¡em (¡ue a!"(¡w!olu/=j,íu

No ncccsariarucr.tc. Está fuera de duda que el interés por la


problemática del géncr» creció con el movimiento fcmi rrista a lo
Fto. 8,1. IJ J]I{Ulgo de lemu excavado JN)!" el equill() de S17('C/Oi: SPCCIOF (lSOCI(I el suan- Jargo de Jos últimos veinte anos. Pero hav que recordar que es ca-
go a su propieuina, la íoven. ,Vfa::.{/()h'_,ill'¡n, que vivio n ahncntc en Littlc Rapids \' dchirj si indiscutible el hecho ck' que toda arqueología h ace presunciones
perder Sil Icina hacía I X4(j (S!JL'¡"fiJi: 19(3). con respecto al género. Si es un hecho la necesidad de indagar en
el género en el pasado, no lo es que exista alguna razón prioritaria
que imponga para ello una perspectiva feminista.
tanto en relación a la ctnicicad corno al género. Las tipologías Gero y Conkcy (1991, 1997) argumen tan que la arqueología del
convencionales tratan a la leznas sobre todo corno mercancías in- género cada ve! muestra posiciones tcorcticas de origenl1lús di-
troducidas por los europeos y no corno objetos relacionados con verso; así, muestran cómo la sociobiologfa, el coristructivismo so-
las actividades de las mujeres nativas: cial, el evolucionismo cultural .v biológico, la cconorrua poiitica y
la teoría de la estructuración han sido utilizados para organizar la
Una prcsurcion no explicitada pero importante .. es que las lcz- investigación sobre el género a partir del registro arqueológico.
nas metálicas producidas en Europa son mas importantes que las Estas autoras señalan las profundas d iicrcricias en las presuncio-
producidas pOI' los indios naí.ivox. Esta idea, metida en los sistemas nes tcoréticas, perceptibles detrás de cada uno de estos sistema». l'
164 T EORiA A K-Ol: EO LÓ(; ICA. e N:\ INT ROI H I( n o " ¡\ 1 ~ () \ 1 1 ·: () 1.0 ( ; 1i\ y ( i E N ERO l bS

in siste n en que muchos es tud ios so bre e! gé ne ro no parten de las p unto de vista fem in ista es e! que cuestio na m ás a fondo la pr ác ti-
crít icas del fem inismo , ni se apoyan en ellas . ca ha bitu al.
Naturalmente qu e todo dep en de de la definición de femin is-
mo que adoptem os. ( Nunc a fu i ca paz de averigu ar en q ué co n- De acu erdo, parece que /1 0 podernos asegurar qué liacian en el pasa-
siste exactamente el femini sm o: sólo sé que la gente me llama do hombres :V muieres. Pero entonces, ¿cómo podem os empe zar a habla r de
Fem in ista cada vez q u e ex preso sen timientos q ue m e diferencian de género?
una prosti tu ta » (Re becca Wes t, 191 3; citado en Hu m m , 1992: 34).
Más espec íllca mcrue, Conk ey y Gcro se a poyan en las crít i- Tu pregun ta plantea el pro blema del esencialismo , Según cier-
cas fcminist.as a la ciencia para se ñalar que existen cua tro área s tas Ie mi ni stu s. no h av nad a de esencia l en la «na turaleza fern en i-
que , en su opinión , di stin guen a la i.nvestigaci ón Iemini sta e n ar- na ». Por lo tanto, rech az an «el esen ciali smo bio l ógi co », es decir, la
qu eología : preten sió n de definir ro les de género comunes a todas las cu ltura s ,
basados en hechos b iológicos tales como la su perior fu erza co rp o-
1. El reconocim iento de qu e «la po lít ica y los productos esen- mi de lus ho m bres o el pa pel de la m uj er en la procreació n y cría
ciales de] co nocimiento so n cosas fu nda me n ta lmente insepara- de los hij os. Pien san q ue es tos hechos so n u na co nstruc ción socia l.
b les »: Por ejemp lo , cuestio na n la forma bi naria de present a r la s d ifere n-
2. El reconoci m iento de que la racionalidad es un «globo m i- ci a s de gé ne ro e n los es tu d ios biológico s.
tific ado que en la realidad de la práctica cient ífica cotid iana nun- El prob lema qu e plan teas es que si no po demos determ in ar co n
ca aparece »: cer teza qu é tipo de actividades realiza cad a gé ne ro, en to nces no
3. «La relación con un es tilo de conocim ien to que favo re ce hay m an era de decir nad a positivo sobre la cons trucción social del
una aproxim a ci ón a lo «íntimo» y "una co m prensión mati zada de géner o en una sociedad con creta, particularmente si és ta es prehis --
los datos, 111ás q ue con el pensam ien to ca tegó rico »: tórica.
4. Un d esa fío al «o rden di sci plin ari o básico » .v el es tím u lo de Una for ma de salir de es te em bro llo es ela borar un arg u men to
pu ntos de vista a lternativos (Co nkcy v Gero, 1997: 427-4 28). contex tual. Liv Gibbs (1987 ), por ejemplo, in dag ó en Dina marca
Conkcy y Gero arguyen q ue la arq ue ología femini sta es , o de- qué o bjetos se a sociaba n a ca d a gé nero e n los e n terra mien to s
bería ser, un ejerci cio peligroso y t ransform ador: Ella s re h úvcn tra- prehi stó ricos, lu ego am plió la investigaci ón examinand o los mis-
ta r «sobre el género en los estud ios pre históric os sin a ntes ca m - mas t ipos de o bjetos en con textos domésticos. Otra forma de avu n-
biar la arqu eología ) e insist en : zar es apoyarse en un ese ncialism o lim itad o: por eje mplo, tra baj a r
con la hipót esis de que la cría de los hij os im plica una relación es-
Una a rq ueo logía que se to ma al feminism o en se rio ha de cam- trecha de la mujer co n los co ntexto s domésti cos.
bia rse a s í m ism a y ser colectiva. De la teoría feminista s urge n csr u- Antcs se ha d icho que la problemáti ca de! género a tra viesa
d io s ra dica les: rigurosos, erud itos , in form ados y bien o rie n tados. rransvcrs al ment e las categorías teoré ticas. Pero a m í m e pa rece q ue
precisa m ent e porqu e las idea s y los va lo res tra d icio na les apa rece n
se rel acion a sobre to do co n la arqu eolog ía pos tprocesual. Am bos
profu ndamente difer entes cu ando son contemplados desd e u na
movim ie n to s p onen e n relaci ón la arqueolo gía con la p o lít ic a , am-
perspe ctiva ce ntrada en la mujer. Algun os han qu erido lla m ar a esto
(ver el gén ero en todas pali es » y le han ap licado el térmi no d csprc- bos tratan de es tud iar los conflictos y las desigu aldades, ambos tra-
c.iativo de «gende liriu m». Pero el gcndelir ium es un térm in o igu a l- tan de escrib ir narra tivas que íncluyan el ámbito de lo personal. ..
m en te ap io con el q ue critica r el a nd rocc ntr ism o de Occident e, co n La arqueo logía del g énerov la arqu eología po stprocesua l se rela-
sus reglas cua d ra das d irigidas a garantizar u na ú nic a ma nera de ver cion an est recha men te y tam bién co n el pensamiento Fem in ista. Mu-
las co sas (Co nkey y Gcro, t997: 424 y 430). chos de los jóvenes arqueólogos de los aíi os ochen ta mantuvieron
rel aci on es , y aún siguen m an teni éndolas , con ambos m o virn ien to s,
As í pues, para Conkey y Gero , los es tud ios arqu eol ógicos de l especialm ente en Gran Bretaña. H ay una seri e de cu estiones co-
género , aunque proven gan de tin a gran variedad de enfoque s, el m un es q ue asu m en, especi almen te : al una am pliaci ón de la noción
16h rI':ORIA i\R()líl':()L(H ;]( '1\. 111\;\ I'\JTI·UlIH '( '( '1( li\. \I{()\ rr ll()( 01,'\ 1 (; I <; r:« I I () /

de «política»; b) un énfasis en los contextos menores, locales o do- E xis te una crítica relacionada con todo esto: la critica de la in-
mésticos; e) un énfasis en las experiencias personales de la vida y" clusión. Las tcministas a menudo tienen la irnprcsión de que se
c'n las conciencias i ndividuales: d) un énfasis en los conflictos de la tiende a secuestrar sus argumentos, es decir que se sobrccnticndo
vida diaria, v el un énfasis en la legitimidad de la diversidad de en- que forman parle de «argumentos más amplios», m.uxisras o Pl"O-
foques tcorcticos. No obstante, sospecho que cuando se escriba la píos de la arqucologfa post procesual, por 10 que t ieuden a ser sub-
historia del postprocesualisrno de los aClOS ochenta se verá que no surnidos v fiualmerue ignorados . Piensan que esto sucede especial-
se ha reconocido suficicntcmr-nto el papel representado por las fe- mente cuando los postproccsualistas hombres éllTcdcn a pos icio--
rnirristas. nes académic-as de nivel.
! !(}V, la mavoría está de acuerdo en que la corrección del sesgo Para rcxurnir, tanto en la nrqucologia del género como en el ~~e·"
sexista en el lenguaje científico es algo perfectamente 1cgítirno e no del movimiento Icminis.a conviven una gj'~lll divcrsid:«! ele en-
incluso al~o hmdamcntal. Se ha realizado mucho esfuerzo en ese foques que en ocasiones se traducen en tcnxioncs. IVlllch~\s de cs·"
sentido. De modo parecido, se piensa que no debe producirse nc- tas tensiones se reflejan en la teoría arqtlco!úgica eJi su conjunto:
ces.uiarnente conflicto entre la defensa de puntos ele vista posit i- otras iudicun el camino a seguir para descubrir idcus !1\ICVaS con
vistas en ciencia :v la exigencia de plantear problemas relacionados las que superar algunos de los debates mas cstér.Ies de jos Ú]UlllOS
con la Iorma de proporcionar trabajo a los arqucólngox, o el CU111- tiempos.
plirnicnro del principio de In igualdad de derechos. Es perfecta-
mente factible reclamar que en arqueología se adopte el «método
científico» V al mismo tiempo reconocer que la profesión necesita
plantearse los problemas de la discriminación. Sin embargo, de
acuerdo con el método positivista, la posición de cada cual con
respecto a las cuestiones de contenido político, corno el principio
de igualdad, 11a de rnante ncrse separada de Jos juicios acadérnicos
personales.
Algunas feministas. en particular en las ciencias humanas, se
pronuncian con rirrneza contra lo que entienden arnhigua )" resba-
ladiza forma de abordar determinados ternas por parte de los se-
guidores del postproccsual ismo, en el sentido de dar cancha exce-
siva a un multifacctismo que desdibuja la percepción de la explota-
ción y el dcsarnparo en el que vivían las mujeres en el pasado. No
deja de ser irónico, señalan, que ahora que I3s mujeres empiezan a
cambiar las cosas :v él tornar su parte del pastel, se descubra que to-
do se reduce a una cuestión de lenguaje. Alison Wvlie escribe que

las posiciones relativistas .v consu-uctivistas duras encar-nan lo que


p~lrecc ser una ¡l1L'o]ogía de los poderosos. Sólo el mas poderoso, el
que más éxito obtiene en la lucha por el control del m u n do , puede
escoger. Cualqu icr a que no tenga Tal poder o que le falte la invcsti-
dura que le capacite pa ra CLTcr en su poder se vuelve .iolorosnmen-
k conscicntc lk que ha de afrontar una rca. idad in lransigcntc que
el-oca contra su vida en cada esquina (Wvl¡c. 1 CJ92h: 2.::;).
CAPÍTULO 9

ARQUEOLOGÍA Y EVOLUCIÓN

En este capítulo pretendo examinar cómo plantean los distin-


tos enfoques teoréticos la cuestión de la evolución. De forma simi-
lar a C0l110 ocurría con la arqueología del género descubriremos
qué actitudes diferenciadas en torno a la evolución revelan puntos
de vista diferentes sobre la teoría y la práctica arqueológicas en su
conjunto. Y también qué actitudes distintas dentro de la arqucolo-
gía encuentran sus paralelos en una gama similar de actitudes que
conviven en el conjunto de las ciencias socia1cs.
La palabra evolución no tiene una definición fácil; se trata de
un concepto que ha soportado una enorme cantidad de significa-
dos, muchos de ellos contradictorios entre sí. La forma mejor de
conocer tan distintos significados es explorar la historia de la ar-
queología y de la l11i5111a evolución.
Los orígenes de las ideas evolucionistas se remontan al Renaci-
miento )' en particular a los primeros encuentros entre europeos :y
representantes de otros pueblos, en distintas partes del planeta. Si
penSaI110S en esos orígenes descuhrimos que las primeras ideas so-
bre evolución están estrechamente relacionadas con el desarrol1o
de la arqueología como disciplina. Antes del siglo xv, los ancestros
eran vistos como gente muy parecida a la gente de cualquier otra
época. La idea de que la gente del pasado vivía de una manera dis-
tinta, tenía otra cultura y otro sistema de creencias, y por lo tanto,
que todo ello tenía que ser interesante de conocer, no formaba par-
te de los planteamientos que se hacia la gente antes del Renací-
miento.
Los exploradores europeos de los siglos xv y XVI se dieron de
bruces con una paradoja intelectual cuando encontraron a los pri
meros nativos, especialmente en América. Los nativos eran distin-
11 11 /1-,( JR L \ ,\ ¡{ U I :I :t )L o { ; I{ 1\ . 1 N A I '\ T I{ ( lIlll t \ u », A l, l )! ! ',l JI ( )( . ),\ , l'.\ 'í 11 .1'( 1( 1, 11 1

Jo s . Los in tele c tu a le s eur o pe os de e n to nces descu b rie ro n q ue ex is - ten der un u idea del In undo se gún la c ua l los e uro peos es ta ba n des-
Lía n in d ivid u os q u e no pr ac t ica ba n n ingu na de la s a rt es de la c ivi - tin a d os a go bernar so bre los pueblos men os desa rrollados. No só-
liza ción : iba n des n udos. 110 se regía n p or nin gún c ód igo de leyes, lo te nía n a la relig i ón c ri s tiuna y a l o rd en mor a l de ~ 1I p a r te , sino
no ten ía n u na o rgnn iza c ión cs ta ia l v so bre lod o no pro fesaba n re que adern.is ve ían co ulirm udas sus creenc ias po r lo s descu brí-
cr ist ia na a lg u na , y ({ pesa r de ello, uqucllos «salvaies» :'!'(! comporta- rni e nto s d e la s c ie n c ias na tura les. Lo s pu eblo s na ti vos , C0 I110 lo s
hu" de [o n ua no blev ci vilizada . 1.: 1''' d ifíc il d e' ex p lica r todo a q ue llo d o m in a do s por e l Impe r io b ri tarri co . e ra lóg ico q lle as pi rasen a
q ue se YC ú .l con los csquerua s m c n ta lc» de la é po ca . U n:'1 lo rru a de progresa, ' e n b d ire cció» d e lo s l'~ I ¡l cJ (J S c ivilil.ud os , pero es te pro -
sa lir del a tol la d ero fue su ge r il' u na id ea po de ro sa : (J /(i::.ds, « 1JO S ()- greso bien orie n ta do podí u tar dar mu c ho en lleg a r, de m an era qu e
I IDS», lo.'; civílirados pueblo ,') europeo.. ·. , / (/1 l1b h :11 [u i.n os as'¡' ('/1 u u l }(l - los av a nces era n im percept ib les p ara el observado r COn LC.l11p Or Ú-
-,, ({(lu lejano, O uj /.3S, (~ n o tra s p a lab ra s . e s to s ( s..i lva jcs » re present a- neo, ta l CUJn o 10 hab ía n s ido e n Jo s m is mr », 01'Íg l'l\ l~ ~ de la c ivili-
han aigún tipo d e C;J.sc an te rior o 1I n o rde n in te ri o r d e la ex is te nci a zaUOll.
hu rnu n a . d e 18 c u a l evolu ci on ó e l se r h uma n o a c ru a l. Val e la p en a dec ir a lgu na cos a máx so bre es te últi m o pun to . Se
Co rn o rcs u l uido d e csu- en c ue n t ro co lo n ia l y d e l reto in tc k -ciua l ha su geri do que la s idea s cvol ucio n is tus . q ue couci bc r: la h is toriu
qu e supu so p..l ra e l p ensami ento e u ro peo d e la C'pOCD., los prime ro s c orn o la «t a b la d e clas ifica ci ón de u n c a m p eo n a to» so bre el p ro-
.u u icunrir», c m pcvu ru n ¡l im a ginnr UIl pa sa d o prc h ist rui co m uv le- gr eso , h a n go za d () c.k' a mp lia re so na nc iu cua nd o lo s Iu u d a rn cn to s
ja n o ~' a l mi s m o tiem po a pe nsa r e n 1I 1W id ea q ue es fun d.un cnr ul iru clcc tu a lcs d e la cu lt u ra q u e la s p r opu g ll ¡1 se s ie n te In u ) ' s eg u r»
pa ra di stint as ve rs io nes de l cvo luc io u ixm o social () c ult u ral: es de- de sí m isma . Po r d io las cree nc ia s e n el prog reso go za r o n d e g ra n
c ir, q u e gen l es dist in tas e// sitir« dis t i ntos del nu nu lo atraviesen: /N'{J·· popu la rid ad e n la época vic to ria na , a u nq u e se d esva nec iero n e n el
cesos y cmnbios socia /es si inilu.vs , De ma nera s imp lificad a , es ta siglo XX , en E uro pa , a l c a lo r d e la s do s gu er ra s mu nd ia le s y el fin
id ea se c o nc ib i ó (."01110 ia lo rrn a d e uu n s ici ón ent re e l «(s..ilvaj ism o» d e los impe rios : e n cam bio , en Es ta dos L n idos s ig u iero n si e nd o
."" la «c ivi liza c ión», e n tr e «e llos » .v «uo so uos ». ["H UY popula res hasta la cl écada de los sesen ta, p ara pe rder su
En e l s ig lo XIX, e s ta i '!.:;:l tu n cl e m e n tn í fu e c la bo ra du por 1)(' 11 - a tract ivo co n la de rrot a e n Vietn am .
sado res C0 1110 He rbert S rK' n c C''I' ~' Ch a rles Dn rvvin .

Darwin y la evol u ció n biol óg ic a


Spen ce r y la e volución c u ltura l
Cha rl es Da rwi n es la figura m ás im p or ta n te rel a cionada con la
Sp ence r es li no de los re s po ns ables de la idea de qu e [odas la s his to ri a in tc lc c tu a l d e 1<1 noci ón d e «evo luci ón» . La s idea s d e Dar-
socied a d es h umana s evo lu c io n an (k u n esta do d e m eno r co rn p lc - w in, sin e mbargo . hall s ido a m enu do co n te m plnd a s co rn o al go
jidad a otr o d e m avor com plej ida d , ." la nso ci ó 3 la s nocio nes de s us ran cia lm cru.e c1 i~t illto a las id ea s de S pe nce i: Es ta co n s u u a ci ón
m o ral id a d y progreso h u m a n o s . Pa ra S pe n cc r, la soc ie d a d «c ivi li- es im po rta nte, pu esto q ue , CO ITl O ve re m os . de a hí s urgen e n la ar-
zad a » es m o ra lm en te m ej o r q ue la soci eda d «sa lvaj e »: a te n c i ón q u co log ía m od e rn a d os pli n tos de vis ta m uv d i fere nt es so bre In
porq ue a ú n ho v a mbos t érmi nns co n lle va n un a ca rga d e mnbigllc- evo luc ió n : evo /II. CiOll isl1lO cll/rll.nl! ;.' el'o l l/ c iu n is1J H. } b iológ ic u. El
da d . Pero Spe nccr \'a 11lÚS lejos .\' s ug ier e q Ul' la idea de P rogreso e volu c io n is mo cu h u ra l se n 'nlon la ~l S pe nce r .Y 111ÜS a tnls, 111ie n -
es a lgo n lá s q ue ti lla c ree nc ia In o ra !. L¡l llu ev a Cie nci a po sit i\' ista tra s q ue e l cvo luci o ni s mo b iológico se re m o nt a a Délfw in . El haber
n os ha p ro po rci o na do , d ice, la posi bilid ad de m ed ir ob jetiva m e nte, trat a do alll bos ln o viJJli c lll OS COll1n s i fu er a n u na so la c o sa ha pro-
)-' de confirnla r, Il u c sl l'¡) c re l'n t:in e n d pl'Dgrc so . De a hí q u e Spcn - voca do nH lch a co n fus ió n ,
ce r ot orgu e a la c reencia en el p rn gTl'So la hl l.~T7.:l etc lI11 precepto La s id eas d e Da rwi n se bas a ro n e n la obser vac ió n de la s es pe-
cientí fico . cies anün aJcs y vcgc lnh... s en su lll Cdio n a tu ral. Da rw in seflaló qUl'
E st a s idea s tuvi ero n tllll p l ia a Cl.:.~ p t ación d Ur3111e la ('p oca d el los orga n iSlT10S q u e se l'cp n .Khl Ce n sexu a ln w l1lc. l',\jx:ri n w flt<ln n un ··
imp er ia lism o , El p en sa mi en to de Spcncer y o tros co n lr ibu v(, a cx- bias de u n a gener a ci6n é) ]a sigui en te : cad a or ga n is n1o individua l
172 TF ( H~ I ¡\ ¡\ I{ U l; U ) U )( i l('¡\ . 1!0J A I I\iTI{ (H Jl ( '( >]( )N i\ RO I JF.( )I J )( iiA v E V( » .l JCl (r, 173

crea d o es ligera m ente di st into de s us padre s. Más ta rd e los ci en tífi- Iere nte » de los hum ano s. Co nt em p la n tal es pronun ciamientos co n
cos exp lic arían es ta s di feren cia s co n re la ción a la s m ut aci on es ge - circunspecci ón, pu es to qu e los co nce ptú a n co mo si se basasen en
n éticas ori gin a da s . Es tas mu ta ciones, d e cará cter aleato ri o} se pr e- criterios m eta físico s o sem i-re ligio sos sobre la «esenc ia » de la hu -
se n ta n en muy d istint as Iormus, pe ro algu na s d e ella s si rven p ara manid ad V no en co ns ta ta cio nes c ien tífica s. Por lo tanto, no ca be
a dap tar se mej or al med io , cap a ci tan do a los individ uos para sobre- d uda d e que existe n estrecho s vín cu los mire el positivismo (la co n -
vivir y re p ro duc ir se e n m ejore s co nd ici o nes. E s el típi co eje m p lo de vicci ón d e que las ci enc ias humanas ha n dc co p ia r el m odelo cien -
la s jirafas q ue ha n des a rrollad o u n cu ello la rgo co n e l que p ued en tífico d e las c ienc ias na tura les: ca p ítulo 3) y la teoiia evolucionista.
a lca nza r los tall os 111 ÚS nitos d e los esca sos árboles de la sa ba na ; s i Un a tercera im pl icac i ón se re fie re a q ue , m ien tras la s visio nes
n o fuera así, la s jirafas n o podrían a limenta rse a decu ada m ente e n idea lista s del mundo dirigen su a te nció n a la s norm a s d e co n d uc-
a quel 111 Cdio, n o po drían aparea rse tan a men udo y pOI' 10 ta nt o , pa- ta ~v a la s creencias de la gen te, lo s p untos de vista d arwin iun os
sarí an con much a s m ás dificultades su s gen es a la generació n si- cent r an su a tenció n en la re producc ión , la ad apta ci ón v la selec-
gu ie n te. El m edi o natu ral , pu es, selecci on a unas d et ermi n ad a s lor- c ió n natura l, es d eci r en cues tio nes profu nda m en te m at eri ali st a s.
mas ele m u ta ció n en vez d e o tra s , p re cisa m en te las qu e ha n de se r- Los argum entos d nrwi nianos e n fa tiza n una idea de cu ltu ra qu e
vil' para faci lita r la perpetuaci ón d e la es pecie . respond e él (d a fo rn w h um ana cx traso rn ática de adap taci ón »,
La teoría de Darwin so bre la evo luci ó n bi ol óg ic a e n el mundo mi e ntr as q ue los ra sgos c ultura les so n exp licados en t érmin os d e
n at u ra l se ce n tró , pues , en los c oncep tos de variacion aleatoria . su co n trib uc ión es pe c ífica a ad aptar a los se res h u m a no s él S ll re -
adaptacion y selccciou nat ura l so bre lo s qu e el lecto r pue d e pro fun - d ue lo ecológico p a rt icular , Los fa ct or es co gnitivos pu ed en a dq u iri r
d izar recu rrie nd o a la liter a tura es pecia lizada . En est e capít ulo pre- relevanc ia seg ún este e n foq u e, a un qu e sólo e n su fu nci ón d e «d is-
tendo atraer la a te nción sobre a lgunos de los aspect os D1ÚS ge ne ra - positivos para h a cer fre nte » él la s con d ici on es d el mund o e xte ri o r:
les del im p a ct o del darwini sm o e n el pen sami ento a rq ueológico. Por lo ta n to , las ideas so bre la evolu ció n tiend en a relacionarse con
La p rimera im plicac i ón es obvia : la a mpl ia ci ón d e la es ca la las [ilosoiias materialista s .
temporal para los or íge nes }lLl111anOS .\' co nsecu e n te m en te para los Tanto la s id eas so bre la evolución cu lt ural co mo sob re la evo-
p ro cesos que es tud ia la arqu eo logía . La idea de que el mun do ha - lu ci ó n bio l óg ic a es tu viero n relacionadas co n a lgu nos de los prc -
b ía e m p ez a d o e n el a ño 4004 an tes de Cr isto fue re e mp lazad a pOI ' s u p ues tos de la Nueva Arq u eología . Vimos cómo la s idea s rnan i-
la idea d e un mun do con m illon es d e añ o s de vid a . En es te se nt i- Iiestarnen te evolu c ion ista s de Leslie W hite influ en cia ro n m uy en
do , las ideas del geólo go Lycll, q ui en había interpre ta do el regis tro par! icul a r el pe nsam ie nto d e Bi n ford y otros. Y a la inve rsa, ta m -
geológico com o el p roducto d e proces os muy la rgos en d tiem p o , b ién con st a tam os c ómo la oposición a la s ideas evoluc io n ista s
preparó la escen a pa ra q ue Da rwi n des tr o zar a el punto de vis ta bí- aplicada s a la c u ltu ra h u m an a se relacionaba con las d ive rsas ra-
b lico sob re la Creació n, a sí co mo s us implicacio nes co n respe c to a m a s del pe n sam ien to postpro cesua l. Pero en tes d e pro fund iza r e n
la esca la tempor al para la evoluc i ón física de la ra za human a . 1\!1u- la s cr ít icas a l evoluc ion is m o es importa n te di s t in g u ir la s d istintas
" has a rq ueólo gos pe n sa ron q ue , por ana logía, la evoluc i ón cu lt u r a l forma s qu e a dq u irió la teoría e vo luc ion is ta . Por ello, exa m in a re -
debía tener lu ga r tambi én a u n ritmo le nto y gradual. De a hí la mas prim er o la s di stinta s tipología s elel evoluci on ism o cultural,
existencia de U l10 relació n estrecha entre las ideas sobre evolucio n para segui r luego co n m á s det alle la disti n ci ón en tre evo lución
natu ral y las ideas sobre los procesos cu ltu rales , tal co mo se ha di s- biológica y evolución cu ltu ra l.
cu tido en los capí tu los 2 y 5.
La seg unda im plicación es sim ple y básica: el gé ne ro hu m ano es
pa rl e del m ed io natural igua l qu e la s demá s es pecies. P OI' lo ta nt o , Evoluci ón cultural
no ex iste ra zón a lguna por la cu a l la s teorías y m ét odos de la s cie n-
cias naturales n o puedan a p licarse a la es pec ie hu m a na . Los pen- Si re troced em os al Ren acimi ento y a la figu ra de Spen ce r y to-
sa dores vincul a dos a la tradici ó n darwinian a él m enudo SOll ITlU V m a mos la id ea d e que las socieda de s atraviesan por eta p a s de de -
escé pticos an te manifes ta ciones so b re el car á cte r «esp ecial» o «di- sarrollo similar veremos qu e va n a pa r ecie n do d isti n tos es qu emas
174 ' l'I ~ (J R 1/\ ,\ !{ U L!":O !. O C IC/\ . t l'\ l\ rvrr« JI)! ( '( ' 11 ):'\1 ¡\ I{ U I :E I H I J{ ,l,\ Y rvu r i .c u », 17.'>

de d esarroll o so cial d e ca r ác te r «evo luc io n is ta» , a unq u e 110 nccc- Algun os ej emplos e vol ucioni st a s so n nniliueales : e s d ecir, sugie-
sa ri a m cn tc se lla m en a sí. r en q ue ha y u n gr an patró n general o tend enci a que rige la evolu -
El m arxism o cl ásico , por e je m plo, es ta b lece que todas las so - ción cu ltu ra l. Otros son m uh ílínca lcs, esto es , a ho gan por un a d i-
cie da des atraviesa n po r las mi sma s fa ses d e d es arrollo: co rn u n ís- versida d de das evol utivas p .ua la s secu e nci as cu ltu rales. E st os es-
1110 pri m iti vo , a n l ig üed a d, fe uda lis m o . ca p u a lis m o . Ma rx ~. Engeb q uema s mu ltilinealcs pueden di vergir o converger (fig ura 9.1) .
c o noc ía n el pens am ien to d e varios pe nsa dores evo luc io n ista s del Co n tras temos . po r ejem plo , los dos e s q ue nl a s unil inca lcs de lo s
s iglo X IX, es pec ia lm en te de Ma in e y Mo rg a n, ele q ui en es reci bier o n antrop ólogos cu ltu ra les Elman Sc rv ice y Mort o n Fiicd. am bos
u n a profu n da in flu en c ia . En la cláx icn o bra d el pc ns.un ie n to ma r- m uv in flu yen te s e n a rqu cologfn. Sc rvi cc Jl OS ofrece una tip ología
xis ta ded icada a las soc ied a d es aut igu a x, t itulad a lo:.. · v J"Ígt'l les de fa de c ua tro fa ses q ue van de la m ás s im ple a la rnüs c o m p leja: han-
[ antilla, III propiedod privada ." el Estado , I'ngel s nrg umen ta , utili- da, tribu , icf(¡IUra y Es lado , Frkxl no s o frece u n es q ue m a a lte rn a -
za n d o tes tim o n io s e t nog rú [icos (que resu lt a ron fa lsos) d e so cie d a - tiv o co n la s Iascs s ig u ic m cs: socied a d ig ua lita ria , soricda d de ran -
des «prim it iva x». qu e las tres form a s so c iales objeto d e es tu d io (la gos, socicd " d e s l r a t ific a da ,v E s ta do . N()tese qu e a un q u e ambos d i·
fa milia n u clear, la prop iedad pri vadu v el Es ta d o cc u nu lizad o) no [iorc n e n la tc rrn ino logfu . la s desc r ipcion es d e S crvice v F ricd
exis tía n e n lBs soc ieda des p rc -modern ns. co m parten m a ni fiestam ent e un m is m o fund am ent o. Ambos e rn-
Much os es q ue ma s so br e evo lución cult u ral tiend en ~\ clasifica r a pic va n ~. term inuu en el rni sm o p un to (emp iezan co n las so c icd a-
la s sociedad es so h re una mi sm « es ca la que va de las rn ás s iln plcs des cnz a d o ra s-reco lcc torns . aunque su s defini c io nes sobre es ta s
a las m ás co m p le jas . fundamenlá nd osc en la rea lid ad em pf ri ca de so cied a des difieran . y termin an co n el Est ad o m ode rno). Tamb ié n
la propia hi s to ria de la s so ci ed a d es h u m a na s: de los «s im p les » ca- ambos co m pa rten una m etod o log ía s im ila r.
L.mJo r cs-rcco lcc to n: s de h ac e m ilen ios. a las soci ed ades «co m p lc- Nól csc qu e es tos ej e m p lo s tambi én pon e n d e man ifies to c óm o
jas » del prese nt e . Para Leslie W hitc , es ta ev o lució n d e lo s im ple a la a rq ueología ha rccih ido inl luenc ia s d e o tras d isciplinas. En la
lo co rn p lcj o se ex p licó con JO un a te nd en c ia a la cou sc rvac i ón de prácti ca. g ra n parte de la arq u co log íu q ue hehe de la t ra dici ón de
m ayo re s ca n tida des d e en ergía po r más tiempo , a l fa vo t-ccur Jos la evoluci ón cu ltu ral sigu e e l m é todo d e d et ermi nar las eviden ci a s
sucesivos s is te mas e l cnuopi sm o y un a mejor int eg ra ci 6 n glo ba l. a rqueol ógi ca s qu e se correl aci o nan con la s Ia scs e st a blecida s, pa -
La s idea s d e Durkh ei rn v de Sp c ncc r so b re e vo luci ón se d eca n ta- ra luego intenta r des c ub ri rlas en el regi s tro a rq ueo lógico .
ro n ta m b ién po r una direcc i ón cspccl fica de la lín ea e vo lu tiva . En PUl' eje m p lo , S ervicc s u g iere q u e las je fa tu ras h a brán d e ClIITI-
much a s ve rs ion es d e la teorí a evo lu tiva , s in e m ba rg o . no hay un a plir, c u tre o t ras , co n las s igu ie ntes ca ra cterís t icas : un a jerar q uía de
ra z ón ap r io ríst ica qu e exp liq u e p o r q u é la s form a s soci a le s no pu e- as entam ie nt os . red es de in tercam bio rcdi st ributi vns , co m p lej id a d
d en moverse , bajo dct errn inada s circuns ta ncias . en ot r as direcc io- rel ig iosa h a sta el pu nt o de implica r la co nst rucci ón de edi fic ios
nes d ist inta s d e la es tip ulada , q ue \ ''1 de lo simple a lo co m p lejo . monum ental es . e tc , Co n sec uen te mente se ha ded icado mucho es-
Algo así e s 10 qu e serviría p a ra exp lica r e l colap so de a lg u nos sis- fu erzo a rq ueo l ógico e n aj us tar es to s criterios y en bu sca r tcstirn o-
ternas cu ltu r al es y su «re tr oc es o» ha cia forma s d e socieda d m ás nios m ateria les que los prueben , incl uy e ndo los trabajos d e Ren -
ele men ta les . co mo se r ía el ca so d e la a n tig ua ci vi lizaci ón maya Ircw so b re cI neolitico v la Ed ad del B ro nce y d e Tirn Earl c so b re
d espués del «co la pso m aya » o de los a nces t rales pu e blos del ca- la s jcfa ru ras en Sudarn éri c a y e n la Po lin es ia .
ñó n del Ch a co , Tam poc o exis tir ía u n razó n t coré tica ap ri o rí s tica N ótc n sc también los es trec h os par aleli s m os ex is ten tes entre el
qu e exp lica se po r q ué' forma s de socied a d más co m plejas s e a d a p - pen sa m ie nto evo lucio n ista y el pe ns a m ie ruo marx is ta . Cicrta m en -
tan m ej o r al e n torn o na tural, q ue fo rm as m enos co m plej a s. Si la te , Lc slie Whi te fu e vícl ima d e a la q ues du r'an te la pa ran oia Ma l'-
m ode rna so c ied a d ca p italis ta fu era des tru ida , d iga m os, po r u n ex - Car li s ta por 111nrxisla, a u n q ue lu ego fu era acusa do por Mau ri cc
ceso de contmni na ci ó n , se p on d r ía en evid en ció qu e la s fo r m a s d e B loch , e ntr e o lro s, de a glln r su Illarx isn 1o ,
socied a d huma na m ás «s ül lples », ba sada s e n kl ag r icu lt ura de s u b- E l evolu c io n is m o socia l cOlll pnr le ta m b ié n muchos de los p ro ·
s is len ci a o en la cal,a y r eco lecci c'>Jl , se a da p ta n ln e.io r a l e n to r n o h le ln a s del nl <'Hx i.snlO clásico . Co ncr ct a rnc ntc , se ac us a a su le n-
del p la neta q u e la s «com ple ja s» socie da des ind us tria les. den c ia 11l1 ilineal tí p ic a de co n ceder ape na s lln es pa ci o p at'é1 lo s
176 TEORÍA ARQUEOLÓGICA. I.:NA II\TIH)llll(,(,lllN ¡\I~()I.IU)J.o{;I,'\ y 1':VUI,I'CI()\i 177

contactos entre sociedades. Si las sociedades evolucionan de un


estadio a otro, ¿.qué papel le queda entonces al contacto cultural y
él la difusión? Otros arguven que es demasiado simplista proponer
un único esquema evolutivo. Corno respuesta a esta crítica han 110-
recido los esquemas mululincales que contemplan la posibilidad
de evolucionar siguiendo caminos diferenciados. En los últimos
años, sin crnhargo, la teoría evolucionista ha respondido a esas y
otras críticas de maneras rnuv distintas.

La crítica a la evolución cultural

Muchas de las criticas a la evolución cultural se han cocido en pa-


ralelo él las críticas del postproccsualismo a la arqueología en gene-
Fig. 28a. Arbol de la filogenia orgánica Fig.28b. Arbol de la filogenia cultural ral. Shanks y Tillev, por ejemplo, escribieron: «Los conceptos de fun-
con su forma característica de ramas con su característico ramaje
que se bifurcan. reticulado.
ción, adaptación v evolución no sirven para explicar lo social, por lo
Fuente: Kroeber, 1948, p. 260. Fuente: Kroeber. 1948, p. 260. que deben ser () completamente abandonados o reducidos a simple
vocabulario descriptivo» (1987: 210). ¿Qué quieren decir con ello)
BCD
Fig. 28c. Sección de un tronco
ñfoqenétlco orgánico en tres 1. Se dice que los esquemas evolucionistas aplican criterios
dimensiones, una relerida al tiempo extraídos de «fuera». Polinesia, Wessex, la Dinamarca de la Edad
y las otras dos a las disparidades
tenétlcas. La "sombra" del tronco del Hierro o los anasazi son tratados COlTIO si compartieran un mis-
en la base indica que las ramas 1110 estadio evolutivo, estudiándose en cada contexto los DliSlTI0S
mantienen una relación puramente
fenética. factores y mecanismos de cambio -conflictos de clase, fatiga am
Fuente Sokal y Sneath, 1963, bien tal, desarrollo de una elite dirigente, etc.-. Se argumenta, por
p.234.
/~~o lo tanto, que los modelos culturales evolucionistas «achatan» las
/¿t
Q-f?
sociedades del pasado. Las ideas de los pueblos del pasado sobre sí
mismos no se consideran Y las particularidades o especificidades
de las culturas no se conceptúan C01110 elementos importantes, ca-
paces de producir generalizaciones. En resumen, que encuentran
difícil abarcar la particularidad de las secuencias históricas. Hemos
Fig. 28d. Sección de un tronco
filogénico cultural en tres
visto críticas muy parecidas al pensamiento sistémico (capítulo 5).
dimensiones. una referida al 2. Los modelos culturales evolucionistas no contemplan la
tiempo y las otras dos a las
disparidades ten étlcas. La contingencia ni el accidente histórico. Da la impresión de que to-
"sombra" del tronco en la base das las sociedades evolucionan de forma inexorable hacia la for-
indica que las ramas mantienen
una relación puramente fenética mación de un Estado, sin conceder ninguna posibilidad a la ex-
cepción ni a una historia que adopte otros derroteros. Existe una
variante de este tipo de crítica que sostiene que los modelos evo-
lucionistas son implícitamente teleologicos, Un enfoque teleológico
FIl.;. 9.1. Comparación entre la evolución orgánica y la cvolucíon cultural, por Clarke de la historia es aquel que tiende a contemplar la humanidad en
(a par/ir de Kroebet; 1948). curso inexorable hacia una meta predefinida )" predeterminada.
17S ¡r O I' !.\ /\ ¡{ (J I 1 ,~ t I J ( ) ( ; I l' : \ . ( ,,\ ,\ I Y J'I{( ) l ll (( ' ](J " ,\ I{O I ·I,'¡ l l.( )( .l :\ ' 1': \ (JI .l ¡ ' ]( I1'. [ 7 ()

3. Los m o de los evolucio n is ta s tiende n a ig no ra!' t.'¡ co n tac to le nguaje, po r eje mplo, se ha n b uscad o e n la fOI111.a q ue tie ne n los
cu ltu ral y el d ilu si ouis m o . S i ca da socie dad a tra viesa po r UIl co n- pri ma tes de a searse unos a ot ros , co nducta s q ue co nt rrb uve n :3 la
ju nto parecid o d e e ta pas hi s t óri ca s. ¿t1u0 pa p el se co nce d e a l con- solid a rida d intc rg ru pa l. A falta d e es te tipo de cost u m bre , los h u-
ta cto en t re socieda d es? ¿Cónl o in fluyen Jus co n tac tos co n relación manos utilizan el le ng ua je pa ra fin es pa reci do s , tn nd a m cn ta lnu...-nrc
a los ca m bios socia les"! pa ra crea r la zos de un ió n en tre los m ie mbros de l grupo . l.a soci o-
4. S e ig n o r« a de má s ¡J I ind ivid uo . I ,l):-; se res hu m a nos se con - h Iol o g ía es u na teo ría d e la c ult ura es pec ia lm en te co n novcrtid a ,
te ln p ia n corno s i rn p lr-s peones SU.il"(OS a p roceso s evo luc ion is ta s p uesto q ue s it úa en los gen es el ori ge n d e la s di ferenci a s so ci a les ,
inexorables sobre los que : no ejerce n n in gún co n t ro l. De 11 11(' \ "0 , Jo s cosa q ue se inte rp re ta por pa rte de su s o p o nentes co mo tina posi-
mod clo« evoluc io n istas , 1.,' 1.1 p a ra lelo a l pensu m ic n to sis t ém ico , son ció n rac ista o sexist a , Po r ejem plo, a lg un os so ciobi ólogos cre en qu e
obj e to de at a ques por part e d e tnt clccru a les co rno H a berm as . tal existe un fund am en to a da p ta tivo en e l hech o de que los m a c hos di -
co rno vimos en el ca p üu io S. scrnincn s us g'c nc s ge ne rosa men te a s u a lrc dcd orv se re p ro d u zca n
Como rcsu lt nd o eje CSt<I S crí ticns . lus mod c lo-, rn.is e lcm c rua k», ta n to corn o son c a J1<.lCCS ; los p ri m n tc s h cm bra . po r c o n tras te . s()lo
de evolu ci o nism o cult u ra l h a n s ido co m p leta m en te a ba nd o na dos. p ue den te ner u n n ( II11 (,I" O l im i tado de cría s, ~. ncccsit nn a dc ma s el e
Los arqu eólogos interesa dos e n el evo luci o n is mo han xcg u ido lino u n mach o establ e q ue In,'" p ro teja de Ins prcd ad o rcsv el e o tras ame-
de c~ lns dos ca m inos: o han nbaud onado to ta lm cut e la s teo ría s na zas mcd io.uubicru al cs . Po r In ta n to, se argn mc mu, las muje res
evolucio n is ta s ( CO ll IO ha n hecho m uchos postp ro cexua list ax ) () ha n e n la s socieda des mod ern as oc c idc n t ~dl's l's t<.Í n gL'J)t' t ica 11 11' n tL' pre-
d esa rrolla do 1l 1l C \'::l S i d l' ~I S e n la líncu d el cvol ucion isrno cu ltu ra l di spues ta s a la s rcl a clou cs es ta bles, m ie n tra s q ue los homb res es -
q u e in cor poran la s c r ít ica s rvc ib id a s. 1lc rn os " is to vu (c a p ítulo ,:;) tá n gen érica men te p re dis pues tos a yace r co n ta nt a s pareja s di s tin -
a lg u nas d e es tas va ri a n tes q ue Se rvluc io na n cs trcc ha m c u¡« L'O Il las ta s co m o les se.. I pos ib k-. La soc io bio log ía es u na es cu ela dl' pcns a-
m odi fica ciones ex pc rune u ta das po r el pe n sa m ie n to s is h."lll ico pa ra mi e nt o pertenec ie n te a l evoluci o n is mo muy po pul a r; no obs ta nte ,
luch a r co ntr a la s crít icas rec ib id a s, so n 111UY ra ro s Jos es tud ios d e a rqu co logfu p ublicad os q ue a do p ten
explic uam eute U I la perspect i V,'I socio biol ógica.
O tr a va r ia nte es t {l p ro tago n izada p ur Ro bcrt Dun nc ll. Du nn cll
Evo lu ció n bioló gica recha za la ide a n Ü S1l1 <.l de In evolución cu ltu ra l por «acl c n rffica ».
puesto q u e , según él, no ti en e nad a qu e ver co n l o ~; m od elos bioló-
Para los se guid or es del evo luci o nis m o cu ltura l, la u nid ad bás ica gicos. Dunnell sep ara com ple ta me n te las d os VÜl S d el p ensa m ient o
de análisis es el g ru po cu ltu ra l o soci eda d . Las socieda des hu m an a s d ecimon ón ico que lle van al evo luci o nis mo m od er no: el én fasis de
ev olu cio nan , p ro gresan, c.1 CC8C' 1l , desa par ece n o se uu us lo rrna u: p or Sp encer en la s glo ba lidades soc ia le s q ue co nd uc e n a la evolución
Jo qu e se pu eden ord enar e n ta b la s d e c la s ificaci ón. Segú n el evol u- cuh ural v los a rgu m ent os ad a p ta t ivos d e ü arwi n . Só lo el ú ltim o,
ci o ni s rn o biol ógico , la u n idad ele selecció n es m uc ho m e no r: en d e- proc lama Du n nel l, L'S «c u-n u lico» . El evo luci o nis m o cu ltu ra l es
termi nada s vers io ne s s ólo p uede se r el in di vid uo : es ca da ind ivid uo a cic n u li co por va r ias rlJ 1Ul)CS: «cru p k:a noci o nes di sti n ta s d e ca u-
el q ue vive V se re prod uce . Igu al q ue sucede co n la evol ució n cu ltu- sa , adole ce d e teo rí a en el sen t ido ha bit ua l del térm in o y emplea
ra l, ex is te una g ra n d ivers ida d de tend en c ia s dent ro del evoluc io- estr a tegia s d e in vest iga ci ón to ta lm e n te d is t int a s :.l la s q ue la ci en-
n is mo bio lógico , po r lo q u e es ca si imposi b le g·ene ra liza r y h a b la r cia utili za » (Du n nell 1989 : 38 ). Du nncl l rcc hav a ta m bi én la socio-
de la «escuel a evolucio n is ta » C0 l110 si se t ra ta ra de una ú nica cos a, biol ogía po r n egar q ue par te d e la tra nsm is i ón d t' ca ruc terfs ticas
Un a va ria n te d el evo luc io nis m o bio lógico es la soc iobiolog ta . La de u n h u mano a o tro te nga un o ri gen c ult ura l,
soci o biología p retcn d.... exp lica r los r a sgos d ist in ti vo s de lu co ud uc- E n vez de co nsider a r a l ind ivid uo co m o la un id ad bási cn d e la
ta hu m a na C O lll O consec uen c ia d e f<.lc lo rcs gc nético-bio]t>gico s y n o sel ecc ión n at ural, D unn c ll h abla d e «fc nor ipos ». Los fen o tipos so n
de fac tor es s ocia les . Sugkn; q L H.~ cie r tos co rnp o rt::llllic n tos son fn¡- lu s elenlen tos físic us y de CUJ.11p u r ta m icll to L1 e Jús ur ga nis nl0s; ,1Sí,
to dc u na prop e nsió n or igina da a n ivel gen ét ico q ue e ll cicl'tu n10- en la l'sp ccic hUl1.J<ln tL, «los obje tos p ro d u ci dos cuns tituyen .l a s par -
men to dd p a sa d o se tr an sfo r mó en a da p ta tiva . Los o l'Íge lle s del les dura s d el segmen to d e co mpo rt a m ie n to d e Jos fenotipos », de la
IKO T EORí A i\ IH ) I IJ'( ) I .c')( i1( '¡\ . l JN A I N 'll { (/I)[I ( '(t( l ' ,\ lH ,Jl Q'.( )I. ( )( ,1:\ Y 1 '~ \' {)I ,l ('lO 1\: IK1

m isma manera qu e la s co nc ha s o los n id os lo so n pa ra o tras cs pe- se basa en la obse rvaci ón sigu ien te : para en ten der la a d a p tación a l
cies . S i Du n n cll tie ne ra zón, d eberíamo s dejar de la d o gra n pa rle medio , la productividad to ta l del mi smo n o es tan importante co -
de la a rq ue o logía tradicio na l, incl u id as lo qu e él lla m a <da s des- mo el n ivel dc r iesgo q ue hay que a su mi r. La s com u n id a des a grí-
cr ipc iones d e m odelos » O fa ses , la s nociones de cu ltu ra y período colas del ne olít ico , por e jem plo , posib lemente se preocupaban me-
y la «r eco ns tr u cci ó n d e co m po rt a m ien tos». nos d e la p ro d u cci ó n de su ficie n tes produ ctos a li me nticios qu e d e
Los p la n tea rni cn tos de Dun ncll gozan d e muv pocos es tud ios lo q u e podría s ucede r d u ra nte el «mi o m a lo » de desastres y ham-
ser io s y de ta lla dos que pued a n a poyarlos . Beui nger y Ecrk en s ven, br e que se guro q ue ib a a IIcga r. No tiene sentido qu e u n po bla d o
sin em barg o , «u n paralelismo poco a for tu nado en tre la arqueolo- produzca com ida su ficie n te para 500 pe rsonas nueve de ca d a diez
gía evolu tiva y el c lima: todo el mun do habla d e e llos pero nadie años, si en el dé ci m o año só lo es ca paz d e produci r com ida p ara
hace nada p or a rreglarlos » ( 1')') 7: 177). A pesar d e tod o , m odelos lOO person a s. Ant ropól ogos y arq u eó logo s h an in terpretado la
corno el de Dunn ell goza n de un a crecien te es tima, partic u la r men- existencia d e redes de rela c io nes, de con tac tos com er cia les y d e lu -
te en la arqu eología n orteam eri ca n a. gar es de alm acen a m ie n to el e co m id a, corn o estra teg ias pa ra miti -
gar cJ ri esgo de cr isis d e su bs isten cias. M uchas estra teg ias eco rió -
m ica s, sociales e in clu so re ligiosas se pu eden entender en to n ces
Adaptación, r acion alidad y eeología c u lt u ral corno medidas para min imi znr el riesgo . S i ralt a co m id a un HIl o se
p uede recur rir a los prim o s lej an os, o a co ntac tos co m ercia les co n
La s id ea s sob re a dap tación y selecci ón ha n in fluid o e n la re- de udas pendien tes por salda r, o a tribu s a la s q ue se ha p roporcio-
fle xió n que hay det rás del co nj u n to de t éc n ica s que uti liza la a r- n ado parejas para m atrírnonios. Así, red es sociales muy elabo ra -
queología 1l1od cr n a. Esta re flexi ón p uede co n te rn p larsc m uy próxi- das corno las qu e ex is ten e n tre los a bo ríge nes au stra lianos o e n tre
ma a Jos p la n teamientos de la ecolog ía cu ltura l. La ecolog ía c u ltu ra l los in u it del extremo norte de Am érica pueden se r ex p lica d a s co -
contempla a la s socieda des e n fun ción de su a da p tación a l medi o en m o r espues ta s a dap tativas a m ed íos de a lto r iesgo co rn o son el de-
que viven, por lo qu e las ca rac tcn s ticas que presen tan pu ed en expli- sicrt o de Aust ralia o la tun d ra dcl Án ico.
carse atendiendo a su grado de a dap ta ci ón. Los es tudios so bre es tae iona lid ad tienen q ue ver con e l interés
La ec ología cu lt u ral es una esc uela de pensam ien to a sociada a p or con ocer la s es trategias de supervivencia de la s po b la ciones a
Julian Steward , qu e ejerció una profu nda influen ci a en la Nu eva lo largo del a ño . Pu ede qu e du ra nt e la m ayor pa r te del mio el m e-
Arqueología (véase capítulo 2) . Mu chos d e sus partid a ri os son an - dio propor ci on e sufi cientes r ec ursos, pero ¿.qué se saca ría de e llo
tropólogos qu e tr ab aja n co n soc ieda de s modern as . En tr e los eje m - si hubiese do s m ese s m ort íferos? Pet er Rowl ey-Con wy es tu dió la
plos de id e a s sacadas d e la ec olog ía c ult u r al qu e ha n sid o ut iliza - cultura Ertebolle de Din amarca y sugirió qu e la reco lec ci ón d e
das por los arqueól ogos ca bría c itar el a n álisis de áreas d e ca p ta - m arisco , aunque no fu er a im p ort an te e n térm inos de aporta ción
ción, la teoría de los forrajeros e fici en te s, el anális is d el riesgo y el calorífica g lo bal. era a bsolut a m e nt e c ruc ial du rante ci erta p a rte
estudi o de lo s problem a s relacionados co n la es tacio na lidad. de ! a ñ o cu an d o a pe nas ha bía o tro s rec ursos d e los qu e ec har m a -
El análisis de á reas de cap tación implica el em p leo de un con - n o . E sta o bservación , a s u vez, ayu dó a Rowlev-Co nwy a e n te n de r
ju n to d e técnicas ba sada s e n la ca r togra fía de los re cu rsos s ituados la sit uac ió n d e lo s asent am ientos, a de más de otros a spectos del
a lrede dor de u n yacim ien to . La idea su byacen te es que lo s p ueblos comportam ien to de es te p ue blo .
tienden a explotar el pa isaje a s u a lrede dor d e una form a «racio-
nal », p or lo que u tiliza rá n los re c u rsos del m edi o procurand o ma-
xim iza r los rendimientos. La téc n ica co ns is te en d ibujar en el m apa CASO 5: ARTE PALE OL í n c o
una lín ea a lrededor del ya ci m ie n to de manera qu e en su in te r ior
q uede comprendido un espaci o que rued a recorrerse fáci lm en te, Un buen eje m plo d e có m o ideas d erivadas de la eco logía cultu -
es decir, cuyo Iímite qu ede a dos, tr es o cua t ro hora s CO lll O m áxi- ral han afectado a la interp ret ac ión a rq ueológica se e nc ue n tra en la
mo de distan ci a a pi e de l p unto d e partida . E l in terés por el ri esgo explicación o fr ecida p or St cven Mith en del arte rupestre pal eol íti-
182 T EO RÍ A ARQL E ULÓG IC;\. t !NA INTRO OUCCl Ó.\l ARQL EO I.OG í. y EVO! I.:ct (,,, 183

en . Mi t h en su giere qu e la c reat ivida d d el ar te ru pe st re es u n a res - Sh a n ks y Til lev r oza n a l re ch a zo total <1 es los m od elos . E s tos
p ue sta a d a pta tiva a un e nto rn o lleno de riesgos .v ca m bio s, en el autores rec ha za n c u a lqu ie r t ip o d e teo rí a evo luc ion ista o ec o l ógi-
c ua l, a unque a m e n udo exista u n a g ra n ca n t idad el e ca za , de pron- ca so b re la ba se de los m is m o-, argu men tos qu e les sir ven para re-
to ést a pu ede des a pa re ce r. Miihen d iri ge la ntcn c í ón a l con te nido ch a zar la tcoría d e si s tc m ax. Co nce ptos C0 1110 ah orro de t ie mpo ,
del arte ru p estre - inui.ge ncs de a ni m a les q u e e n su opi n i ón co d i- r iesgo ~' aná lisis cos te -be neficio so n , pa ra S han ksv Tille.\', id ea s d e-
fican inlorm a ción m uv va liosa para los ca va d orcs-i- , .v a su di st r i- ri va da s de la eco n o mín moderna q ue sirven aG1S0 pura el es tu dio
bu ción - u n úrea rica en ca za y posi b lemen te densa e n pobla ci ó n de las socied a des ca p ita lis ta s. Pi e n sa n q ue s i la ge n te te nía e n el
en a q u el período- o M ith cn sugiere q ue est e 1ipo de a r te se rel a- pasad o s ixtc m a -, d e va lo res c u ltura les , és tos ten ían q ue se r m uv
ci o na con los mom e ntos crít icos del ca m b io de la s es trat cglu s de d is ti n to s de los q Ut.' fu ncionan e n el n1 1111do cap ita lis t«, por In q ue
Ca za , cu an do m oditt ca ci on es en el medi o fu erza n a los ca zad ores re s ul ta n inap licab les al pas ado lejan o. De hec ho, ca be ir m ás le jos :
a a dap ta rs e , pasa n do d e las a cti vid ad es d e ca za en gr u po a la caza si los a rqu c ólouos re ivindica n la vali de z de tules a ná lisis, Jo qu e es -
e n so li aiio . E l a r te, pu es , p r e pararía a lo s c a za d o re s a aíron tar el
í l á n ha ci en d o es p rocl am a r q u e lo s va lo res C:lp il[ll ista s so n vál idos
ca m bio , caza d o res q ue segu ra m e n te ya s ab ía n q ue se prod uci r ían pa ra c ua lq u ie r tie mpo ~' luga r. L" ec o logía c ult u ra l es, p ues , u na
osci lacio nes en el tam a ño de la s m a nada s pero que ignora ban ideo log ía , y tal co rn o d iscu tirnos e n ('1 ca p ü ulo ó, tina ideol og í::l es
cu án d o se da rían. u n sis tem a d e c reenc ias que ha ce qu e de term inados val or es a pa -
Lo que sorprende d el en foqu e de Miíh cn es el us o qu e h a ce de re zca n com o universales, no rmales :'-' n a tu ra les .
ideas di s tinta s, Utiliza id ea s r e la ci o na d a s co n la ad ap taci ó n a u n l... os eco logis ta s c u ltu ra les respond en que , s i mirarnos a o tras
ca mb io m ed ioa m bien ta l para ex p lica r l'enólll c no s ~--e1 a rt e- que cu lt u ra s , ve rnos que s us c ree nci as t icn cn tilla ra c io n a lid ad q uc
no rmalm en te no s e co nte m pla n co rno ad ecua dos par a u n e n foque p ued e va riar d e m en or a m ayor. pero q ue en cu a lq u ie r ca so 110
a da ptativo . M ith en insis te en que crea tivid a d ~' ad ap ta ción n o so n pue de n ega rs e , So st ien en q ue los m odernos es tu d ios crno gr a f'i co s
facto re s mu tu a m ent e cx cluve nt cs. Y a ña d e: rnues t rau qu e' to d a s o la m av oría d e la s cu ltu r as con rcm p la n de u n
modo racion a l a su e n truno . por lo qu e es ta c tiblc a pl ica r con cc p-
J\-1t:' p regu n to sobre la posible con exión e n tre el acto creativo eh- los ra c ion a les mode rn os .
p rod uci r im ágen es .\' las ideas c rea tiva s sobre el mod o de ca za r tltl l ' El a rg u m e nto que es ta rn os dis cutic nd o no pu ede por el m o -
tales im ágen es ayud a n a gen erar: Te ngo la imp resión de que unas uli . m en t o za njarsc, pero es interesan te s e ña la r que su s oríge n e s se
me ntan a las otras en un a espi ra l ele crea tivida d qu e no s ha legad o .-n cu e ntran e n ln a n t ro pologfa econ óm ica . E n los arios se sen ta o\'
los esplendores del aru- paleolítico vq uc pc t-ru iti ó a los caz ad ores dd seten ta , di ve rs o s a n tropólogo s q u e es tu d ia ba n la cco n om ia de la s
palcol üico ada p ta rs e a u n m u nd o inc iert o (Mit hen . 1990: 13 ). soc ied a des m od e rn a s no occide n ta les seña la ro n qu e es te tipo de
so cied a d es sab ín va lo ra r ~: escoge r e n t re di stinta s opciones eco nó -
micas r a ci o n a le s q ue se les pu d ier a n prcscn uu, p o r 10 que se pod ía
Críticas a la eco logía c ultu r al lo' onl p r encicr mej o r su for m a de vid a ut ilizand o la s ideas y el voca -
b u la ri o ex tra íd o d e 18 cc ono m ía occide nt a l: co st es margin a le s, flu -
Es d ifícil des lindar la s crit ica s a la eco logía , C 0 l11 0 vimos , la jos de e ne rg ía , ri esgo , el e . Es te m o vimiento r eci b ió el n0I11bn..' d e
p ropia escuela de p en sa m ien to ecologis ta se nos presenta co rno 1111 ¡'scu e1a [onn alista d e a n t ro po log ía econ óm ica . Lo s fo rma lis ta s se
conju n to de pun tos d e vista abiga rra do y co m plejo . Las crírica« d i 1lpo nía n a los susrantivistas , que pe nsaban q u e las id ea s del mu n -
r igidas, p o r ejemp lo, a la e c o log ía cult u ra l de Stcwar d se des vu u: ; 1 lIq occid e n ta l er a n inapro ptadas p ara el es tu d io de las op ci o nes
m enu do haci a ci e r to s as pecto s de la evo luc i ón b io l ógi c« . Si se n: t'{'(mú ln ic as de o tr a s c u ltu ra s" E l deb a te «Fo rm a lis ta s c o n tr a ~ US 4
fic rcn a lo s m odel o s dn rw in ia no-, d e e vo lu ci ón , d ifie re n c u lo q in - t.un ivixtus » ha perdid o in terés ho v d ía , a u nq ue sigu e p lanea ndo
co nsidera n q u e de be se r la unidad ap ro p ia da de a núlis is k l i l h l i \o¡ ·,;)h n...' lo s < k h~ IIl' S till e a fec ta n a la eco lo g ía c ll lLlI l"a l.
duo , la cu lt ura, el fe nntjp o ); a sí, la cri tica a u n 11 10 d l..'l(), tl(l 11( '( ( ' S ; 1 FI t"( 1lIS I1'l ll ¡ i, lS11l11 s Ol' ia l. la crít.icn so cia ln la ciencia q U t' cs lu -
o

rian1cn Le se a p lica a los d Clll ÚS . ;q ll l l ¡\() ~ 1;II11h l (" l l 11;\ ll p tl c sto <.Il ·t! ln n ent o s re 1ncio-
, 11; l l ll (l " , ' 11 ,,1 l o
184 TE() l{í l\ ,\ RO l fE( ) LOG ICi\. LN,\ I ~TR ()Il L< T llJ l\i

nados con lo q ue aca bamos de ver, a la evo lución y a la ec o logía .


Si sc di ce qu e u n a cultu ra sc h a ad apt a d o a un medio externo , ¿có-
mo p o d re mos conocer c óm o era rea lm en te es te m edio? Los rec ur-
sos y los riesgos de es te med io se perfilan m edian te técn icas pro-
ce dentes de la c ienci a occi de n ta l. Pero s i es tas técnicas so n una
construcción socia l, ¿c6 nl o se pu ed e afi rmar que sirven para car-
togr afiar de un a fo rm a neutra y obj eti va los recursos qu e ofrec e el
medio? Una 1'0 1'111 3 distin ta de hacer la m ixrna o bjeci ón es a tacar
el esell cía lis ll l() : s i se d esmo nta la id ea de qu e el cue rpo humano C APiT lI LO 10
tiene ciertas necesidades .y deseos «na tura les » o (, biológ icos », el
me d io a m bient e ya no pod rá in terp re ta r se co m o un co nj unt o d e ARQ UE OLOGÍA E HI STORIA
recursos , m uc ho s de los cuale s sirven pre ci sanh.~ n le pa ra saciar ta-
les ncces id.u tes .v deseo s .
Una terce ra o bjeció n que se diri ge de forma específica a los En Nortea rnérica pred o mina la idea d e que la di sciplina he r-
model os de la evolución bio lógica sos tiene que es 1l1U.V di fícil es- mana de la arq ueología es la antro po logía ; para mu chos a llí, la a r-
pec ificar c u ál es la «unidad de sc lecc l ón » aprop iada, y de qué fo r- qu eo logía, o es antropología o no es nada . En Eu ropa, la mayor ía
m a se tran s m iten los ca r a c ter es cu lt urales. Algunos afir m a n , si- de los arqueólo go s piensan que la di sciplina h erm ana de la ar-
gu iend o a Da rw in , que la única unid ad de selec c i ón vá lida es el in - queologí a es la h is to ria . Esta dife ren cia refl eja u na interpre ta ci ón
d ivid uo. Pero es d il'ícil ve r de q u é for ma los ca ra cteres c u lt u ra les d ist int a de lo q u e es el objeto de la arqu eo log ía. La a rqu co logía en
pasan de un a ge neraci ó n a la si gu ien te s i rech a zamos la idea de la No rtcam éríca es p rehistoria ba st a las primera s co lo nias europeas
sociob iolo gía d e qu e la transmisi ó n es tam bi én gen é tica . Algu nos de lo s siglos XV , XV I Y XVII . Exi st e allí u na floreciente y vibra nte
evolucion ista s com o Du nnell a r gu yen que la u n id ad de sel ec ci ón «ar queolo gía hi s tó rica » del p er iodo in ici al de las colonias y d e los
es el Icnotipov n o el ind ividu o , y qu e la t ra nsm isió n de ca rac te res s iglos s ubs igu ie nte s ha sta el XIX, pero num éricam ente la arqueolo -
es c u lt u ra l en vez de ge né tica . Éste es un de bat e que sig ue vivo e n gía hi s tór ica es mino ri taria frente a la a rq ueología d e la p reh ist o-
el se no de la a rq ueo logía evo lu c io n is ta . ria. En ca m b io, el hori zonte histór ico es mucho más tem p rano e n
El deba te sobre evolu ci ón y ecol ogía es, en mi op in ión , un b u en E ur opa. Los es tu diosos de la hi s tori a eu rope a di sp on en de textos
e jem p lo de la falta de com un ica c ión en tre la s difer e n tes escuelas hi s tóricos qu e ha blan de la E dad d el Hi erro , y los a rqueólogos es-
del pensamient o arqu eo lógico d e los a ñ os noven ta . E n un co ngre- p eci ali zad os en es te o en posteri ores period os to ta liz an a lgo 111ás
so de arqueo logía recie n te men te celebra do ex is tía la pos ib ilidad d e de la mitad del p e rsona l que tra baj a e n la s u n iversidades bri t áni-
e sco ge r en tre as is tir a un a ses ión so bre «Da rw in , sexo y aJin1Cn la- c as o Po d ria m o s es tim a r que la mitad a proximad a m en te de las ex-
ció n », por u n la do , .Y so b re «Herm en éu tica d el cue r po », por o tro. cavacion es que tien en luga r en Europa se reali zan en ya cimi ent os
Difí ci lmcntc se veía n las m isr na s caras en las dos se siones; así, los arqueológicos de los pe ríodos rom ano y posterior es. Tod os es tos
protagon istas del debat e en am b os lad os ten ía n la im pres ión d e a rq u eó logos utilizan textos his tóric os y se relacionan con departa-
qu e tod a la razón es taba de s u pa rte y de que no n ecesita han sus- m enta s de h is tor ia a ntigua. La his toria d e la di verge ncia entre los
c ita r el tipo de cr íticas qu e haría el o tro lado . a r queólo gos e uropeos y nort eamericanos va a lgo m á s all á de la
sim ple a dscripción departamenta l (l d el tipo de alia dos qu e preci-
san . CO!1l 0 vimos en el capít ulo 2, esta d iscord ante configu ra ción
di scipl in ari a co nt ri b uyó a que la Nu eva Arq ueología imp a cta ra d e
fo r m a di stinta e n a m bos mund os. Asim ismo, exp lica la cont inu a-
da p rospe ri dad y va rie dad de e n foques lrist ór ico-cu uu ralcs tradi ..
cio nales en Gran Bretañ a.
10(1 I I 'J HU ,. \ ,\ !{ U l ' I ': ( l] .f h ; j( . \ . 1 , .\ 1\ 'j'I, tltll '( ( 'lll t\; \¡ , (II II Ji ( )l ,I ·\ r: II L' ;I()I{I ,\ I Ki

En es te capítu lo pr et en d o ex a mina r a lgu no s d I..' lo s e n foqu es La E scu ela d e lo s Anua le s


tcoré ti cos di fere nciado s q ue pro d uce la relaci ó n e n tre la a rq u colo -
g ía :v la h is to ria . Pero a n te s d ebemos [ija rn os e u la s d ifere ntes E n p ri m e r luga r, la Escu..: la d e lo:; An ual es a m p lió los int e reses
perspec ti va s que presen ta la teo r ía y la pract ica d e la h is to r ia . l.a s de los his to r ia do res ha st a el p u n to d l' iu c lui r lod os lo s a s pe c tos de
pos ic iones tco réticas e n tre los h ist oriado res s o n ta n va r ia d as C0 l110 la s socieda des del pa sado . No só lo d e b ía in te resa r la maq u ina ció n
las que presenta n lo s a rq ueól og os. Y has ta c ie rto pu n to. JO :-j d cha - po lítica de Ia:-; el ites . sino tarnbi én la cconom fu , la soc ied a d v el
tes in te rno s so bre teo ría his tóri ca corren e n p a rale lo :t los d ebates pe nsam ien to . E n es te se n tido . los AIlIl(J /c!."; cor u ri b uvc ro n a que la
suscita d os den tro de la a rq u eo lo g ía . h is tor ia fu era rllús a nt ro po lóg ica y p ro ce su al , es to cs, que se p reo-
cupara por la comprensi ón del co nj u nto dd sis te m a c u ltu ra l y n u
só lo de explicar ci ertos s ucesos pol ít ico s.
La historia t radiciona l En segund o lu gar; la Esc ud a d e los An unh-s amp lió e l int e ré s
históri co ha ci a la comprens i ón d e la na tu raleza del tie mpo . Los
!\ mu c ho s hi s to ri ud o rc -, k·~ ~ tlS! ¡ 1 s itu a r la s ]'~\Í~: l: S de su d isc i- histo r iadores rr a d icio n ules t e udia u a co nte m p lar la s u ce si ón te ru-
p lina en el sigl o XIX, ju n to a fig llra s com o l' l hi xu ni ado r a lem án p ora l en lérnlillos de lx u ullns, trn tad os. na ci m ie n tos , co ronacione s
Rankc. Ranke ..ulo p t ó lo q ue hoy po dría cons ide ra rse UII c m p iri- v tu lk -cimi cru o s d e 1I1 () I HlrC <.l ~ . La l a n .'''1 d e los h ís to riudores se li-
c is rno estrec ho : pret endi ó ex p lica r [.. 1 hi st ori a «141 1 U H Il O realm e n te mi taba a d csci'ibir es te tipo de a co n tec iu u e utos. La E sc uel a de los
s uced ió ». La ta re a de los h istori udo re » de final es del :-: ig lo X'IX CO Il- Ann a lcs lla m ó la a tenc ión sob re los pr o cesos 111ás profundos q ue
s is t ió en a m a sa r m ont a ña s d e hec hos. se s ucede n e n el la r go p la zo v que e nglo lx u : lo s a co ntec im ie ru ox
Asocia d o con el e n foq ue cm p iricis ta ~. cícrr a rue n re i nduc ti vi sra part ic nla rc s . Bajo el man to su pe rfi c ia l de ha ta lla s v trat ados d es -
se desarroll ó u n a hi storia conce bid a co m o narrati va ce nt rada en c u b r ieron tende n ci a s ~-' ci clos d e s ig ni fica d o eco nóm ico . a m b ie n ta l
los aco n tec im ient os pnl íticos . Los histori ad ores tra d icio na les co n- )' d e m o g rá fico . Según Hraud c l, la his to ri a pod ía co n te m p la rse evo -
taban la his toria ; de m anera que mu c ho s lib ros de h isto r ia tra d i- luc ionando e n tre s esca las o ci clo s:
cionales pres en tan a m u elo de gu i ón u n in ic io, u n des a rrol lo ~I un
desenlace. Cierta m en te pu ed e urgu m cn ta rs c qu e mien t ra s los h is - 1. La escala d e los a contc cirni cn tos . o histoire cve neinentielle .
toria d o re s tradici on ale s n egaban (v s igue n negando ) s u ads crip- 2. Los ciclo s a m ed io plazo, C0 111 0 p or e jem p lo los cic los eco-
ción ZI supu esto te órico a lgu n o, en la realid ad seguían la s rc g las de nómicos,
la narrativa y' la s t éc n ica s del gu io n ist a , Cosa s q ue han s id o int eli- 3. Los ci clos la rgos o «estru ct u ra s de lar ga du r ación » (la /OJl -
gentem ente caracte ri zada s por el his t o r iador H avden Whi tc . gu« tlu n:« de lo s c a mb ios c lim áticos . ge og rá Ficos ).
La his toria políti ca tra d ici o nal co n tin úa escri b ién dose hoy día .
Sin embargo , e n el p re.... c ru c siglo se h a produc ido un a a m p liaci ón Nótese la si rn ilitu r] e nt re la n oción de lar ga du ra c i ón de los AIl-
del h orizo nte del pe nsa m ie n to h is tórico ha c ia d is ti nt a s d irec c io nes n ales con el co nc e p to arq ueo lógico d e p roces o COlllO ten den cia
d e tal mag n itud. q ue e n este m o men to es im posible d a r c u m p lid a su byace n te a la va r iab ilidad es pecí fic a (capítu lo 2)_ N ótc nsc asi-
c uen ta de tod o . Un ejem plo d e es ta a m pl iació n de la s pe rs pec t ivas m ismo las dos áre a s d e d eba te s usci t ad as po r el pensami ento d e
es la escu ela d e hi s to riud u rcs lran ccscs d e los ' 1 111U I1t' ....· (d e no m ina - lo s Annales co n cla ros para lelos e n la teoría a rqueo l ógica :
d a así por s u publi caci ón .1.III1(/les: Fc o nonr ias.., Sociedadc... -. Civil i-
raciones¡ que inclu ve a h ist ori ad ores d e la ta lla d e Ma rc Bloch , L ¿C uá l de la s tres escala s tem po ra les es d ominan te ? Ca d a
Fcrd ina nd Llrau dcl, E m m a n uel Le Rov-Lad urie y J a cqu cs Le, Go ff. esca la te mpo ra l pu ede tener su propia ló gica : au nq ue p ueden in-
La Escuela de los Anua les ha s id o ci t a da 11l U Y a m en u do po r los ar- tcrsccc ion ar e n coy u ntu ra s determ in a da s. Brau dc l t endi ó a creer
queó logos C0 1110 u na fuen te de inspiraci ón para la a rq u eo lo gía, que la larga du ra ci ó n m ed ia tiza b a los otros dos cic los : en ca m b io ,
por lo qu e es aco ns ejab le r evisar, a u nq u e s ea de form a b reve , sus ot ros h is to r ia d or es d e Annnles pen sa ron qu e lo s t re s ci clos in ter a c-
teorías. cionaban entre s í, p OI' lo q ue nin gun o de los tres er a do m in ant e.
I~~ I EOR I!\ i\ 1< U IJU JI.i'H ;1 ( '1 \, 1' '...:\ 1 ''I'I~()l ll :( '( 'J( lN ,\ I{ ( Jl Ol :, ( I I ,( )( ;[ ¡\ J': 111.'-i'l'l l l{ l , \ I K \)

2. ¿ Qu é p apel reser vam os a la co nc ie ncia d e los ind ividuos? base d e sa ca r pa rtido a l a pa ra to es ta d ístico . ce n tránd ose en proce -
Algu nos histor iad ore s s u g ir ieron q ue lo qu e el lo s de n ominaba n sos com o los cielos demográfi co s, la evo lución d e la s ta sas de fer-
mentalidad p odía co ns t itu ir u n o de los e lemen tos n et amente im - tilidad , ct c. , y utili zando u n lengu aj e sa ca do de la teoría d e siste -
p lica dos e n e l c icl o d c la r ga d u ra ci ón . Por e jem p lo, Lc Go ff se re- m a s para co m pre nde r las relacion es e n tre las va ria bles e n j ue go .
fería a u n a «m en ta lid a d medi e val ) q ue abar ca ba ci nco s iglos , de La s ana logías interculru rales fueron utilizada s por eje m plo pa ra
forma q ue ha bía est r uc t u rad o la s a ct itu d es de la ge n te de la E dad co m pa ra r la Euro pa d e a n tes de la revolu ci ón ind us tr ial v la Eu -
Media co n r el a c ió n a la s realidades econ óm icas v el mund o n a - ropa en pl en o proceso indust ri al , con las soc ieda de s mode rna s «e n
tu r a l. desarrollo ».
Emmanuel Le Roy-L a d urie , e n su libro dedi cado a lo s ca m pe- Pero la N ueva Hi s tor ia S oci a l se clio cue n ta ráp ida m en te de
sinos d el Langu edoe n os propo rciona un ejem p lo in teres a n te de las que los elemen tos cla ve d e la s res pues tas a la s c ues tio ne s que se
a p orta ciones d e los Anuales . Le Roy- La d u ri e es tu d i ó la vid a de hacía d eb ía en co n tr arlos en el «se n tim ie n to», e n la «m e n ta lida d »,
las comunidades campesinas d el su r de Fr a ncia, uti liza n d o abu n - es decir , en el do mi ni o de la co nc ie ncia. Un bu en eje m plo de ello
dante eviden cia c uantit a tiva, por eje mplo so bre la nu t rici ón de los es la pretensi ón d e 1<.-1 Nu eva Hi st o r ia So cia l d e pro fund iza r en los
campesinos y so bre los jo rn al es d ia rios pe r cib ido s . Utilizó u n m o- cam b ios de p a trón de lus cas a m icn ros . No hab ría mane ra d e e n-
del o vagam ente sistém ico pa ra profund iza r en la evo lución d e la tender bien lo s res ul ta dos es tud rs ticos q U l' mu estran ca m b io s e n la
población, fijándose e n lo s c iclo s de crec im ie n to , es ta blida d y edad d e con tr aer 111 atri rno n iu s in a ten der a los ca m bios de ac titu-
con tra cc ió n, IIcga ndo a la co ncl u sión d e que la s va ri a bles m edio- des y a la evo lu c ión d e Jo s se n tim ie n tos (p o r ejem p lo, el c a m b io de
a m bien ta les , fund ament a lm entc el cl ima , ten ían una g ra n im p or- a ctitud con rel a ci ón a los hij os ilegítim os , o ha ci a el papel del pa-
tanc ia. S u in fl uye n te lib ro Montaillou se convirt ió e n un h ito d e la dre, o el asce nso d e la noci ón moderna d e a mor rom ánuco) .
lite rat ur a h istó r ica por s u ej em p la r recon s tr u cci ón d e las mcn ta li- Como re s u lta do de to do ello , los hi st oria dor es d irigie ro n su
dades de los ca mp es inos. El tra baj o de Le Rov-Laduri c, y e n ge ne - atenci ón ha cia otras formas d e e vid e ncia con el tln d e ex plora r la s
r al el pen sami ent o de los An nales , sitú a e n el ce n tro d e lo s deba - a ctitudes de las ge ntes. Así. se incl uye ro n CO ll10 lu erues no es ta -
tes sobre la hist oria la ten s ión e n tre m ed io a m bie n te y sociedad dís ticas la s pub lica ci o nes so bre modales v com po rt um ieru o, los in-
que la arqueología y la s cie ncias hu m an a s e n ge n e ra l ta mb i én co n - formes judicia le s y ec lesiás ticos o la s de scri pci o ne s literar ia s .v
tem pla n . poé tica s sobre se ntim ie n tos y cond uc tas.
Al mi s m o tie mpo , los hi stori a d ores se hi ciero n eco d el arg u -
mento que reivindicaba la in e xist e nc ia de una verdad hi st ór ica ob-
La revolución lingüís ti c a jetiva . Si los se ntimi entos que su byacían en el hech o d e casa rse de-
bí an ser explorados, n o había lu ga r a discusión de qu e difer ir ían
En los úl timo s tiem pos ha habido un ca m b io qu e n os ha lleva - d e una p erson a a o tra . Po r lo ta n to , n o p od ía exis tir una ú n ica po-
d o más Jeja s aún d el di scur so h is tórico tradicional : la llamada «re - sib le re spu esta co r rec ta a la p regun ta ¿.qué representab a ca sa r se
voluc ió n lingü ís tica ». Un a buena form a d e explica r es te ca m b io es e n Ingla ter ra e n el s iglo XV II ?, p ues to que podía haber tanta s idea s
seguir la evolu ción de la lla m ada «histo r ia soc ia l" en In glaterra . y exper ienci as d is u rua s co rno pe rso nas a fec ta das . Cualqu ier inter-
En los a ños sesen ta , e n paralelo co n la Nueva Arqueo logía y 1" pretac ió n sob re la fo r m a d e pe nsar d e la gen te con res pe c to a rea-
Nueva Ge ografía , y baj o 1" infl uenci a d e la Esc uela de lo s An u a les . lida d es co tid ia nas co mo u na boda só lo podía ser su b je tiva , cu a nd o
los h istoriadores qu e trabajaban e n la ór bita d el lla m a do G ru po de m á s que se ha cí a d esde un a época, la socied a d actua l, ta n d istin ta
Ca m b ri dge para el Es tud io de la Pobla ción y la Estru ct u ra Soc ia l y con id eas sob re e l m atrimon io tan diferentes a las de en to nce s.
d irigieron la a te nci ón ha ci a n uevas á re as de co noc im ie n to , m uy Los h is tor ia d o res sociales con te m p la ro n la d iso lu ción de los
alejadas de la hi stori a tradi cion a l. Algu nos lla m aro n a es te movi- hechos obj eti vo s has ta el p u n to d e que a lgu nos , en tra ba jo s r e-
m ie nto la «Nueva Hi stori a Socia l». La Nueva His to ri a Socia l bus- ci entes, han llega do a ce r ti fica r la « lTI U C I1c)) de la hi stor ia social.
có una respues ta a las di n á m ica s de la s sociedades d el pasado a Diversos hi s to ria d ores a rguyen qu e no se p uede d ispon er de n in -
IYU TU}]{J..,\ ,\RUl'I'J>IJH,ll'i\. [,'\.;\ j"ll~() lll((I()N
AROI:EOL()(;L\ F IIlSTOI{IA I () I

guna «realidad social», va que «lo que pasaba» en cualquier situa- dosa. Y fue precisamente la forma que tuvo Gordon Childe de con-
ción histórica dada esLú abierto a múltiples interpretaciones, ~/ la cebir sus primeros trabajos de historia cultural, que luego al final
vida social de la gente se construía en el marco de creencias y' for- de su vida describió críticamentc en su Retrospect (1958).
mas de entender el mundo, de signo cultural y' por 10 tanto, varia- Algunos arqueólogos de nuestros días vuelven otra vez a las
ble. Siendo creencias e ideas un elemento variable, podían « leerse» ideas y métodos de la Escuela de Jos Annales para encontrar la ins-
de forma distinta, de la I11iS111é\ manera que podía «leerse» de for- piración que les falta. Enfatizan el interés de los /vnnales por las
111<1 distinta el ma terial arqueológico, tal corno vimos en el capítu-
diferen tes escalas temporales ~y por las interacciones entre los 1113-
lo 7. En vez de una sociedad objetiva dotada de una existencia teriales :y el mundo de las mentalidades, en el que ningún rasgo es
concreta, temamos un conjunto an101'rO de creencias culturales. Y dominante. Finalmente, muchos postprocesualistas, cnrre los que
C01110 deua» de la «realidad social. existe la percepción cultural, me incluyo, han encontrado inspiración en los métodos y teorías
de la Nueva Historia Social nació ... la Nueva Historia Cultural. de los historiadores involucrados en la Nueva Historia Cultural.
Esta incursión por la teoría histórica csLú siendo breve e in-
cornplcta en extremo. Sin embargo, quisiera señalar, llegados a
este punto, dos cosas en especial: Arqueología histórica
!,i
1. La historia del pensarniento arqueológico corre en paralelo En la prinlera parte de este capítulo me fijé en la relación entre I

a la historia del pcnsumieuto histórico \' a la de las ciencias hu- historia y arqueología en abstracto; en este apartado quiero aten-
manas en genera l, aunque la tenninologia usada pueda variar. der a sus interacciones en la práctica, a partir de distintos enfo-
2. Hay distintas forma-, de penxarn iento histórico y teorías ques de la arqueología de los períodos históricos. Mí definición de
muv distintas sobre el método histórico. Por lo tanto, no basta con arqueología histórica difiere de la de muchos arqueólogos nortea-
decir «dcbcriamos rechazar cualquier Iorma de hacer historia» o mericanos, para quienes se refiere exclusivamente al periodo que
alternativamente, «deberíamos adoptar métodos históricos conve- sigue al año lSUü. Yo, en cambio, examinaré también ejemplos sa-
nientemente seleccionados y contrastados», sin especificar qué 1I
cados de la arqucología antigua y medieval.
métodos tenernos en mente \' sin examinar estos métodos denrro Gran parte de la arqucología tradicional se ha visto aliada de la
de su propio contexto disciplinario. Si bien las teorías de otras dis- historia tradicional. En particular, los arqueólogos que estudian el ji
I •
ciplinas pueden constituir una fuente fructífera de ideas frescas, mundo antiguo o la Alta Edad Meclia europea tratan con ámbitos 1,
:11
no hay posibilidad de salvacián para el pensatniento arqueologico del discurso histórico que, con excepciones, son todavía conside- 11'
que se interesa por los métodos de otras disciplina.',' si la unidad de rablementc tradicionales, fundamentalmente en lo que se refiere al
nietodos protesado por estas otras disciplinas es ilusoria, se eslé ha- alcance dc la disciplina. En muchos casos, los arqueólogos a los
blando de los métodos de las ciencias naturales, de la historia o de 1,1
que nos referimos estudiaron lenguas clásicas o historia y llegaron
la crítica literaria. a la arqueología movidos por el deseo de atacar problemas histó-
ricos quc venian delimitados de antemano por la metodología his- :il'
I1
Como era de esperar, contemplamos C61110 distintas escuelas de tórica (tradicional): ¿Qué rey está enterrado en Sutton Hoo? ¿Có- I!
teoría arqueológica se han vuelto en busca de aliados. hacia la rno era el foro dc Roma? ¿Cuándo fue abandonada esta aldea me-
práctica vigente de la historia. Jacquctta l Iawkes escribir: una idea dieval?
sobre la arqueología que se ha hecho famosa: «sean cuales sean I 1
Subordínación a los relatos históricos ha significado subordi- I

los métodos científicos empleados. la m era final de la disciplina si- nación a los modelos tradicionales de la historia cultural y a un
gue siendo histórica: la descripción en el tiernpo de acoritccirnicn- enfoque normativo de la cultura. El típico ejemplo es la historia de
I

tos" (JIawkcs, 1968: 258). Incluso en el momento ele escribir esta la colonización anglosajona de Inglaterra. El historiador del si-
JI
[rase se trataba va de la descripción de una de las posibilidades ele glo VITT, Beda, nos cuenta quc tres grupos de colonos distintos lle-
la práctica histórica. y no precisamente de la más amplia o nove- garon a Inglaterra en el siglo v: los anglos, los sajones y los jutos.
192 T EO Rl i\ ,\ RV l.I H H ,( )(;¡ ( '1\, ti NA J\JTI {OIll I( '( ' I( ) '\I !\ IH ) (.' !: I )I, ( )( ; I A r: JI IST O R I,\ 1'1.1

Beda n os e xp lica dón de se es ta b leci ero n y qué re ino s Fundaron . cri ta com o do cume nt a ci ó n d e alca nce m ed io. Recordem os qu e
Un a ge neraci ón d e a rque ólogos tradi cionales se d ed icó H ex a m ina r Bin ío rd ha b ía ha b lado de la p os ib ilida d dc co ns u lt a r fu e ntes de in -
lo s aju ares de los en te rra m ie n to s en las áreas señal ada s y los in- form a ci ón indepen die n tes p a ra elab or a r argu m e ntos ( r ob u stos »
ter p r e tar on comparán dolos co n los en terra m ien tos h a llados en el (capítul o 4). E n el paleolít ico, B infor d estu dió el co m po r tam ie n to
norte de Alem a n ia y el s u r d e Din am arca . Pu esto que Beda nos ex- de pla n tas y animales. Algo p a r ecido podía h ace rse para los pe río-
plicó que e l co ndado d e Kent fue colo niza do por lo s j u ta s , el m a - dos h is tó r icos , pe ro e n es te caso se ría n lo s docum entos escr ito s los
teria l arq u eo lógi co proced ente d e Ke nl fue e tiq ue ta do com o «Ju - que de berían servir; Los reg is tros de a d uana s y pue rt os, por ejem -
ta », y se busca r on y e nc o n tra ro n parale los es tilís ticos d e lec ha si- plo, exp lica n lo q ue se im po rt a ba y lo qu e se export a ba y los pre-
mi lar o ligera m en te m ás te mpra na e n m a teri al es descubiertos en c io s qu e se pa gaban , un a d ocurnentaci ón q ue pu ed e co m pa ra rse
la Jutla ndia dan esa. con los r est os dc m ercan cía s y d e s u s em bala jes que descu bri m os
Aunque se t r a ta dc hi stori a c ultu ra l basada en teorías sobre en lo s vert ed eros.
procesos m igr a to ri os ,v 110 en e l d ifu sion is rn o , lo s paral eli sm os co n Ot r os arqu eól ogos. e n cambio, se interesaro n m ás po r la o fer ta
la h istoria cu lt ural d e la p rehi st o r ia son obvios . Tra bajos rec ien tes del p en sa m ie n to po stproccsu al , e inte r pretati vo pa ra o bt ene r' m o -
han c rit ica do es te m odel o , sea bu scando minimiza r el impa cto y el de los al ternativos de integra ci ó n de la ar q ueología y la historia .
número d e posible s colo n lza d o rcs llegados en el s iglo v, se a en fa- Pa ra el pensam ien to p ostproce sua l el context o es s u m a mente im -
tizando el ca m b io soc ia l ocurrid o a n ivel d e la s es tru ct uras d e es- por ta nt e , co rn o se re corda rá . Los docu me ntos interpre tado s d e c~ ­
ca la m enor y n o ta nto debid o a las mi gracio n es a gra n esca la. ta Form a p od rían p roporcionar u n tipo es pecial d e in formac i ón
contcxtual , po r eje m p lo, so b re las p ersona s in d ivid ua les o so bre
sus idea s sob re el género . Hem os visto ya u n eje m p lo d e es te tip o
La arqueologí a hlst úrica y los te xtos de trab a jos : mi d iscusión so bre el hall de aquella ca sa inglesa de la
E dad Med ia ta rd ía (ca p ítu lo 7). Sob re este tip o de e n foq ue se ha
Durante los años sesen ta y se te nta , un gr u po de a rq u eó log os trabaja do m ucho ú ltimamente, es pecia lm en te e n países co n irn-
norteameri canos se ded icó a ada p ta r la s idea s el e la Nue va Ar- pronta co lon ia l como Su d áfri ca y Estados Un idos .
queol ogía a l es tu d io arq ueo lógico d e períodos h istó ri co s, sigu ien - La arqu eo lo gí a his tór ica en ge ne ral no se d ej a, sin e mb arg o,
do el co n sejo de Bin io rd de q u e: «los es p eci a lista s en este ca m po enc asilla r fácilm en te por etiqu etas tcor ética s como las qu e a m e -
deber ía n uti liza r los m étodos d e con t r a sta c í ón y evalu a ción qu e nudo id en tifica n a los a rqu eólo gos de la pr eh is to r ia . La arqu eo lo-
so n habitual es e n tre los a rque ólogos d e la prehistor ia » ( 1977 : 169). gía d e los cas tillos nos proporc ion a un bu en ejem p lo de cómo la
Vimos un e je mp lo d e es te en roq ue cn el trab ajo real izad o por arqueología hi st óric a no sigue fá c ilme n te las regla s es ta bleci das .
Ho dges y su a n álisis sis té mi co d el co m er cio dura nte la Alta Edad
Me d ia . (ca p ítu lo 3).
Los tra ba jos resu ltantes fueron innovadore s en el se ntido de q ue CASO 6: El. CASTILLO B ODIAM
intentaron h a cer ge ne r alizaci o ne s y adop tar u na visión cercan a a la
an tro p ologí a qu e h u ía de las d escripciones histór ica s tradici onal es. E n In gla ter r a se d eb at e desd e hace much o tiempo la fu nció n el e
Por ejemplo , el tra baj o ele Kathleen Deagan y otro s e n Sa ínt Au- los castill os med ie vales . Los ca stillos eran grandes co ns tr ucci o nes
gu stin e, Flor id a - u n a ciu da d qu e en los siglos XV II y XVIll es ta ba desti n a d as a los pod erosos , que co m b in a ba n unos usos res ide ncia-
ha bitada por di stin tos gru pos é tn icos-, b uscó en los m a te r ia les ar- les para los se ño re s y s u corte de servidore s, con u n os u sos d efen-
q ueológ icos tipologías a soc iada s a estos di stin tos gru pos étn icos . El sivo s ejemplificados por la s torr es , los mu ro s a lm ena dos , los pu en-
objetivo era, e n pa rt e , elaborar una d efin ición de e tn ic id a d más r i- tes levad izos y el foso .
gu rosa , basada en la identifica ci ón d e varia bles cu an tita tivas . La in ter p re taci ón tradicional de los cas tillos ha ven ido de la
Una de la s posib ilida des u tilizada s por la arqueol ogí a hi stórica m ano d e er u d i tos con cie rta form a ción milit ar, La evo l uc i ón d e
pa ra atender al r e to de renova ció n fu e tr atar la docum enta ci ón es- la arqu it ect u ra de los cas tillos ha sid o interp r e ta da en re lació n al
194 TEüRf A AROtir:OLÓ(';ICA. I JN,\ I N 'II{(II Jl ;( '( '[ O N /\]{(JlJEutUG ]A E I I JS'l'U R. I A I YS

progreso expe rimen tado po r las técni cas de ataque y defensa; así,
parece que de form a in in te rru mpida a lo largo de los a ñ os , a taque
y defen sa experim e n ta n un prog reso tecnológico que los lle va el un
a lto nivel de so fistica c ió n. Para explica r la hi s to ria de los cas tillos
se ha u tilizado d o c u m en ta c i ón h ist órica (narracio nes sobre cual-
q u ier aspecto ) y docum en tac ión a rq ueo lóg ica (evo lució n de la 101'-
ma de la s to rres , muros .v puerta s...) vert idas ca si literal ment e. No
es de ext rañ a r, por ello , q ue m uch os lihro s so bre cas tillos co ns is-
ta n en u na na rraci ón de co nte nido hist óri co en la qu e los castillos
in divid ualizados se muestran cn im ágenes vívidas y co loris tas.
E n estas histor ias, los documen tos co ns tituyen el m eo llo. Así,
pueden a menudo empezar co n una defin ición so bre lo que es un
castillo, basada en textos (gen era lm ente en la tín) e n los qu e se de-
finen los co ncep tos de castrun i y castellum. Luego vien e e! estud io
de los rasgos de carác ter m ilitar; Los aspectos resid encia les reci -
li le.; . 10. 1. fl1w}.;.en [rontal del castillo Bodiam .
ben m en os a tención y el pa isaje alred edor - las a ldeas y gra n jas
fuera de las murall as- todavía menos a tención.
Simplifica ndo, podr ía mos decir q ue los cas tillos se abordan gc-
neral mente desde la perspectiva hist órico-cultura l, enfatizando as -
pect os co mo infl ue ncia , co n tac ro y d ilu sión de ide as n uevas so bre Los es tud iosos militares han llamado la at enció n so bre la pro -
arquitectura milit a r; Esta narrativa, basada especia lment e en la do - life ra ci ó n de ele m entos m ilit ares : las sae te ras que dom in an la s
cu m eruaci ón esc rita, ra ra m ente se cues tiona y m en os se co ntrasta. vías de a proximación , las to rres gemelas que fl anquea n la entra da ,
Na da pa recido a un en fo que «p roce su al» a lo s estudios sobre cas- etcétera Pero en part icular lla m a la atenció n el hech o de qu e el
tillos se ha intentado n unca . castillo se sitúe dentro de un pequ eñ o la go rec ta ng u lar artificial-
En los últim os a ños, algu nos hist oriad ores y arqueólogos ha n mente creado. E l lago es una m uestr a de sta cada de ingeniería hi-
em pezado a pregu n tar se cosa s co m o: ¿y la d im ensión social de dráulica, puesto qu e las ag uas están con ten idas por gruesos muros
es os castillos?, ¿podrían ser las fun cion es señoriales (jurídicas, re- de tierra prensada a ambos lados, que o bran co mo re presa. Aparen-
sidenciales) tan important es co mo las es tric ta me nte m ilita re s o es- tem ente const ituye un form idable obstácu lo para cualquier a ta -
tr atégica s? Algun os ha n id o m ás lejos v se han preguntad o sobre la cante . La princip al entrad a al cas tillo se sitúa mi rando en ohlicu o
d imens i ón sim bó lica de es te tipo de es tructu ra s: ¿no se rá que mu- a un co stado del lago, por lo que los a ta cantes q ue da n expuestos al
TO S a lmenados y torres , en vez de tener que ver con necesidad es fu ego lanzado desde los muros alm enados.
m ilita res ti enen que ver co n el ima ginari o ca ba lleresco de la elite Est e ti po de a nálisis ya es aparen temen te co nvincente de su ca -
m ilitar? rácter de fo rt a leza ; sin e mba rgo, aú n q ueda la prue ba fina l que
El cas tillo Bod iam , a di ez m illas de la costa sur de Inglaterra , pro ced e de la documentaci ón h ist ó rica: una licencia de fo rtifica-
en Sussex (fig uras 10.1 .Y 10.2) fue co nstru ido en la déca da de mil ció n . Traduci do del la tín , es ta blece sin género de dudas que s ir
trescientos ochenta por s ir Edward Dalyn gry gge , un a n tiguo so l- Ed ward Dalyn grygge obtuvo u na licencia en octu bre de 1385 «pa -
dado en la gue r ra de los Cien A ños , La interpretación del cas tillo ra fortificar con muro de pied ra la casa ele la propiedad de Bo-
se centró en la pregun ta: ¿se tr a ta de un cas tillo-fo rta leza verda- d iarn , situ ada ju nto al mar... y co nstr uir y cu bri r un cas tillo para la
deram ente defensivo, co m o pret enden los estu diosos mili ta res , o defensa de! campo ad yacent e y para p od er resistir a los enem igos
se trata de una construcci ón s im bó lic a CO Il1ü últ i rn a rn e n te apun- del rey ". Se trata de un documento claro e irr efuta ble sob re el pro-
tan algunos estudioso s? pósito m ilitar del castillo.
196 TE ORíA A RQ UEO L{) ( i1C \ . lJ ~ A I I\:T I{ OJ}l ( "( "l! l f\; ARU L' r.O I.oG iA E HIST O R IA 1\17

Pero reci entemen te se ha n leva n ta d o voces co n tra es ta int er-


', ~
. ¡;j tl
~· p retaci ón, que han procedido de tres fu entes distin ta s:

1. De un a rc lcc tura d e la a r qu it ect u r a d el ca s tillo . Ch a rle s


Co u lson h a d em ost rado co nv incen tem en te qu e la s ca ra c ter is tica s
ap arente me n te m ilita re s del ca s tillo era n una s im u lac ión . Las sae -
tera s n o está n b ien em pla za d a s. pues to qu e no do minan u n ca m po
d e fuego s u fic ie n te men te efec tivo , Otras a be rt u ra s del m uro son
impra ct icables pa ra e l u so d e la ba llesta o e l arco; e l parapeto no
es fá cilm ente a cce sib le d esd e el in teri or, et c.
2. De u n es tu d io d e tallado del p a isaje alred ed o r del ca stillo ,
llevad o a cabo de [arma in de pend ien te, que h a m os tr ado cos as in -
200 i:1
50
te resantes. Pr ime ro , qu e la represa es del todo inde fe ndi ble; se gú n
600 1;1
...",., va ri as es timaciones , p odría provocarse una ro tura e n u n a sola no -
.--_.,,,,-. ~; ¡
c he por una doce n a d e ho m b res , E l la go no es jo s u ficien temen te
i . . , -<1;,_-.-.., ,., ",. p rofu nd o a e rec tos d e de fe nsa , m ás bi en se tra ta de u na ca pa su - ,'1
¡,:
~ ,~·· :;'. d-/ !
.--~~_. - ~,~I\ .'..:~'''~. ~;.1;' ~. , .<\, . ,;,:..;i\,,¡ "' - ..--- ~~
1 / '\ '"...... . ,. p er fic ial de a gu a co m o las que se ve n e n los jard in es orn a men ta les ,1,
:
"';;'" 11 J. del sigl o XVllL Mús a llá d e l la go se ve el zócalo de r ell en o d e un 'j

/ "'Ifii\ , \\ ' ''---';''' : .1, .i ' , gr a n jardín , qu e in c luye un a platafor m a de sde la cual el cas tillo 1, 1

"~ " j
,-''''' ',,,··.:2'',";; ./ \: \ , p od ía co n templa rs e desde una posición sobrcclcvada.

:'". ' ' ' .;Y'~ \ ''. \\


!I";I
\ " ;: :".. n ! '.' '\ 3 . De u n a re lcct ura del permi so de fortifica ci ón , Bod ia rn n o
,l·,

/);;-1 :' KJí


l ' ' U-~~'I
L:.: \ ." es tá «ju n to a l m a r» , s ino a d ie z m illa s de la cos ta . Docu m e ntos de :1:

~Jt~~~:/; ", , ~:' ."'':Ir,:\l;,~\,1'


es te tipo no pued en tomarse a l pie de la let ra co m o p odría n s upo-
n er lo s p re h is to ria d orcs . Cou lso n s ugiere que la p rodu cci ón d e es-
te ti po d e docum en tos es ta ba r ela ci on a da con el siste m a ca ba lle-

,i\~\al
resco d e conceder h onore s, y que la s referencia s a la fu nc ión de-
fen siva d el ca s tillo formaban pa r le de l código de los va lo res cab a -
F" \ . " . . . : ', ' . ·",·,' llerescos . Es cribe Cou lso n:
~v' ~.•,,,::::. ~ :.~..- ,
hJ
,:'ó' t»:• • " -; ,
" ' I\"'\~~~
\: ¡;;;:~ .:;,-;;:~. ..:" ..:-:'. lr,nt~~ , ~
I - -

:: El pe nsar m ecánicament e en los efectos ilu so riam cn te de fens ivos


I F'" c- ,"
~ . .._-., i
I .
,n,
•• j1 .
pa ra im a gina r unas ca us as mil itares ha llevado en el cas o del casti-
llo ello: Bod ia m a ha cer una lec tura literal ele la famosa licen cia el e o c-

,~..
§ ,
t u b re de 1385... Como que no se han est ud iad o ele m od o siste m á ti-
I!' li'
. ~,'.: : ..... :'.' :.' . ... .~ .: ¡ ~"
lfZ¡ . '\ ;."" . .. . ""'" co este tipo de licen cias de for tifi cación [...] se I/(U1 realizado m u ch os
, 11\\ --" ju icios equivocado s, eH parte ta m b ién por una [alta de contpren si án
;. \I~ ) ...------.J:"::'-<.':';".' .. del valor del contex to (Coulson, 1992: la curs iva es m ía) .

''''''''E
,,;-; .. \I~
'' ' ?j ~.......---
..;¿:~' ~~
' " ' ~'' ~ : ~~:;,~;~:,? ~~i7::.. ~ ~~'
.. .' '. " ,~.
'~'" ......~- - '"""--
E l conocim iento deta llado d e la docu m en ta ción m edi eval d e
. BOO,'. ""9' ' -- ~.~.,~ ~ ...... "~"¡.",
"'"~,." ~ ~'..::" _ ____ .............. ..,,, ,5 . .... Co u lson y su exp er ien cia , a d qu irid a indu c tiva m en te co m o p a rl e d e
s u prácti ca CO ll10 h isto r ia dor, co nlleva que ten ga u n m ejor «oj o»
FIG. 10.2. Castillo Bodiain: " fallo del entorno del castill o. qu e otros autor es en el m anej o d e d ic h a docu m enta c ió n ,
198 T EOR IA AR Q UEOLÓ<.i ICI\ , I JN I' I NT1U JlIl H "( "I( ')N AI{I) I II'Ol,( le ¡l A E I UST O R IA ILJ LJ

Pero esta interpret a ci ón no es u na m a ne ra de de cir qu e (d o Este d ebate so bre el castillo d e Bodi am y la m á s exte nsa tra di-
sim bólico es m á s impo rt ante qu e lo milita n >: c ión paisajista de la c ua l forma p a rl e n o sigue la s reglas es ta b leci-
das por la teorí a arq ueo lógica . Aunqu e qu e a lgunos e nfoques so n
Lo m ás in teli gen te es re sist ir se a la ten tación d e califica r co rn o de con ten ido m á s o m e nos hi s tó r ico-cu ltu ral, no p uede d eci rse
sim ul ación este elem en to o es te o t ro , () tomarlo s po r pu rament e Iuu - que exista nin guna aprox imac i ón «procesual» al caso de Bodí am .
cionales (e n el se ntido de res ponder a la fu nci ón de fe ns iva ). Se uu - Na d ie ha intent ado fo r malmen te caracte r izar Bodi am e n relación
la d e u na habili do sa co mb inación q ue exp resa ... to d as las co mplejas a la jerarquía d e los asen ta m ie n tos ha b ido s. Tampoco se ha in ten-
aso cia ci o nes se ñorial es d e la id ea m edi eval d e cas tillo , que in cluye n tado estudiar d e forma sis te má tica el p ai sa je alred ed or del castillo.
la disu asión an te cualqu ier a taq ue... las p uertas dob les de las ha b i- Tampoco Coulson es un post pro cesua list a reconocid o: su arg u -
taciones, lo s «ag ujeros asesino s », los tr es ras trillo s, son p u ra íun fa-
men tac ión está sa lp icad a d e juici o s d e va lor es téticos, apro p ia d os
t-rona d a cuando la s puer tas la te ral es so n ta n d ébiles. No resp o nd e ti
la ló gica militar el hech o de tri plica r lo s pri ncipa les ce rrojos cua ndo
al discu r so de u n a hi stor ia d e la arquitectura trad ici onal q ue sue-
se deja un acceso corto y directo a u na pue rta traser a m uy sencilla . na bas ta nte ex trañ o a a lgu ie n co n fo rm ación de a rq ueólogo de la
En cualquier caso, e l co nju n to responde a una lóg ica psicológica prehistoria (Bodi a m es un ca s tillo d e «agrad a b les p roporcio nes »,
muy p otente : es t á más ce rca d e Jea n Fro issart (q u izás ta m bién de «ele gan te », «a p ar ca do co n gusto »), E n mi op in ió n . los a rg u men tos
Fran z Kafka ) qu e de Vcgetius o d e Monsicur d e Va ub a n . El elernc n- de Coulson ga n a rí a n peso si hu b iese co nc ed ido má s a te nció n a la
lo mágico es aq uí alus ivo y rom án tico ... La idea ele «Fort ifica ci ón» teoría, es d ecir. si hubie ra co nsi derado , p OI' eje mp lo. qu é gru pos
er a tan m et afí sica co mo ma teri a l; u na cue sti ón d e imaginer ía y tic sociales h a b r ía n s ido ca paces de in terpre ta r el sim bolis mo de 8 0-
simbolismo y no sólo de tecnología (Co ulso n. 1992: 66, 83) . d ia m , o es tu d iad o con m ás pro fund id ad el a n ta goni s mo e ntre
cam pes inos y se ñores .
¿Qué lecci o ne s teor éticas podemos sa ca r de la h is toria de 8 0-
di am? Primera , que los a rg u mentos se ce n tra n en el a ná lis is formal
m ás que en el cua nt ita tivo . En o tras pala bra s. que los es t u d io sos Co n clusión
discuten, no sobr e los n úmero s, como hi ciero n cu a ndo trata ban de
las proporciones r elativa s de d iferen tes tipos de útiles en u n d eter- La teo rí a a rqu eológica cas i se h a agota do deba tie ndo cier tos
mina do complej o m u s te riense , como vim os en el ca pítu lo 3, sino ca sos típicos (como el d e los megalitos , el d el a r re rupest r e o la
sobr e la form a . r efi érase a la forma del lago o a la de la s sae teras. cuestión musteri ense). Ha ten dido a r efu giar se en la preh istoria
Esta form a de es tud iar la s cosas d eriva de una tradici ó n a rqueoló- p or vari a s r a zo n es. En p rim er lu gar , p orqu e la pr ehist ori a se p er -
gica que en este lib ro se trata poco. La lla m ad a «t ra d ici ó n d el pa i- ci be como «pura » a r queo logía . E n segu ndo lu gar, porqu e la m ayo-
saje histórico inglés » es una escuel a d e p ensamient o que tie ne po r ria de la s histori a s de la a rq ueo logía con te mpla n [os perí odos hi s-
referencia a l historia do r loca l W. G. Hoski ns, s u fundad or, La tra- tóricos com o a lgo secu ndario con relación a l núcleo de la cu es-
di ci ón pai sajist a resalta la im porta ncia de l aná lisis em p ír ico y de - tión, que es el desarroll o de la c ro nología d e la preh istoria. Es in te-
tall a do de p orc iones del pai saje . qu e la s con te m p la corno docu- resante notar. ya que sa le e l tem a de pasada , qu e tal es hi st oria s de-
m entos co m p lejos en lo s qu e están «in scr ita s» la s di s tin ta s rases b erían r eescribi rse: por ejem plo , los m ed ieva listas europeos del si-
d e su ocupaci ón , in tegrándose así los e n foques hi s tó ri co . a rq u eo- glo X IX c on ocían perfecta m ent e la es tra tigra fía d e los ed ifici os ,
lógico y geográ fico. El m éto do es inductivo y s us prac tica ntes mos trada c u idad osame nt e por la a rq ue ología y la documenta ron .
mues tran cierta hostilid a d a la «gr a n teo r ía ». Este pu n to de vista En tercer lu gar. la insist enci a d e la Nueva Arq ueo logía e n los pro-
tiene sus puntos fuer tes y sus pun to s débi les: enfatiza la in terdi s- cesos a la rgo pla zo tendi ó a m argi n ar la s pe rspectivas a corto pla -
cip lin a r ied ad y la a ten ción a l d eta lle , p or u n lado, per o es a n ecd ó- zo del a rqu eól ogo h istó rico .
tico en su enfoqu e. Es to es, ha ce u so de eje mplos bi en tra baja dos La historia d e la a rqueología h ist órica mu estr a que no es n ec e-
pero co n ced e poca import ancia a su re presenta tiv ida d. E n defini - sar io que nos a fer r emos a la idea d e la pre h istoria como «p ur a»
tiva , adolece de ri gor teóri co . arqueología , y que la a rqueología de los perí od os históricos ta rn-
200 TEOIÚA ARQUEOL()(;ICA. LN/\ l'\1TIHlIH,I('('I()\l

bién pone de relieve la existencia de complejos problemas de in-


terpretación. Además, la in!lueneia transversal de disciplinas dife-
rentes (arqueología, historia, literatura, ctc.) abre la posibilidad de
desarrollar debates teoréticos inesperados que enriquezcan el dis-
curso arqueológico en su conjunto.

CAPÍTUJ.O 11

ARQUEOLOGÍA EN UN MUNDO POSTMODERNO

Estoy contundido. Esuuuos a pt ntto de acabar el libro .v la palabra que


más circula en es/os tiempos, «postniodernismo», apenas ha sido nombra-
da. Oigo continuamente hablar de postnuulernismo, pero nadie me ha expli-
cado {/[lrl lo que significa exactamente, .\' mucho menos por qué es impor-
tante para la arqueología.

Bien, es cuestión de ponerse manos a la obra y explicar todo


eso, aunque sea brevemente. Pero antes, corno siempre, debo pa-
sar por la teoría, si no, no habrá manera de aclarar las implicacio-
ncs del postmodernismo para con la arqueología.
La «condición postmodcrna» ha sido definida por el filósofo
francés Francoi« Lyotard como de incredulidad hacia las metana-
rrativas, Lvotard sugiere que la condición postmoderna es jo que
caracteriza al conocimiento en las sociedades capitalistas occiden-
tales.
Una metanarrativa es un discurso serio que se plantea como
reivindicación de la posesión de una verdad absoluta. Pongarnos
algunos ejemplos de metanarrativas:

1. La creencia en el progreso científico, en que nuestra visión


del mundo mejora de forma progresiva gracias al uso del método
racional. En este sentido, el postrnodernismo contempla la fe en la
Ciencia como una metanarrativa.
2. Cualquier sistema total sobre la evolución social que per-
mite contemplar a las sociedades evolucionando de una fase a
otra. Por ejemplo, la creencia en el marxismo científico que sos-
tiene que mediante una ciencia objetiva de las sociedades se pue-
de contemplar la evolución de estadios sucesivos en la historia hu-
202 'I'E Uf{ íl\ AROU EO L()( ;WI\. U NA 1J\: 'J'R O I)\ ,I('C] ON ARQUEOLOGiA E N 1I'1 MUNDO POSTMOlJ H ZV ) 203

mana co nd ucen tes inexorablem ente a una fase fina l lla mada co- co m un ism o. Para la Ilustra ción podría ser el gra d ua l desp liegue de 1, '
munism o. O ta m bién , la clasifi caci ón de las sociedades en bandas, la Razón en paralelo al pro greso de la h isto ria hu mana .
tribus, je fatu ras y Es tados. 3. La creencia en la exis tencia de prop iedades ese ncia les del
I
3. La creenci a en un s istema moral a bsoluto derivado de la «m undo rea l" fuera del mism o , de m anera qu e se pued en es tud iar
reli gión, la nación o la et ni a, ver dadero en cualquier parle y en independi entem en te del texto, ind epend ien temente de io qu e deci-
cualq uier épo ca . m os del mism o. Si existe es te m und o real, los significa dos pueden
4 . Cua lqu ier esq uem a de progreso en la histori a huma na , sea Iijarse . Pero para los crí tico s de la m od ernidad no hav posibil idad
de naturaleza estét ica , artística o tecn o lógica . Por eje m p lo, gr an de hacerlo , pu esto qu e este m und o es s ólo pura ap a riencia . Para
parte de la hi storia de l a rt e tradicional presupone qu e h ist óri ca- J a cqu es De rrida , «n o h ay n ad a fuera d el texto »; sól o otros textos .
m ente los artist as han m ejorado "le forma progresiva en su a fá n de En otras pa labra s, el texto se refiere aparentem en te al mundo real, 1;1'
repres en tar a la naturaleza . O qu e los seres humanos poseen una pero cuando m irarnos a l m u ndo real vernos que tam bi é n co nsiste , l'
1

tecnolog ía cada vez mej or y m ás com pleja. Los pos tmodel'l1istas I '
en un co n ju nto d e signifi cadores qu e se refieren a algo d ist into . La
sos tienen qu e es te tipo dc presun ciones acerca del progreso, im - pa la bra vasija se re fie re a un a cosa co ncre ta h echa d e t ierra con
pl ícit amente enfa tizan muchas tip olo gías apare n tem ente at eóri cas a sa s, p er o la mi sma cosa hech a de ti e r ra co n as a s se re fie re a o t ras
(por ejem plo , en la historia del ar te se evolu cion a de lo precl ásic o cosas. Cad a m anifestaci ón sobre un h ech o , eviden te en si 111i s 111 3 ,
a lo c lásico y del gó tico a l Rena c im iento, o c ua n d o en arqueo logía pu ede desgaj arse del hech o por su propia l óg ica in tern a , pue sto ,
se su pone qu e los progresos técn icos en una cu ltura dan lugar a qu e no pued e re feri rse a Ull m undo extern o estable: los significa- , 1'1
avan ces generali zados). dores adquieren, pues, vida p rop ia. Derrid a demue stra , mediante ' 1
Para los postmod ern istas, todas estas idea s se re montan a las la técn ica de la d econ strucción , qu e po r más eviden te qu e parezca !"I
p re sunciones bás icas de la Ilu st ra ción del siglo XVII I. Los filósofos un texto, sus significados pu eden volverse co ntra lo que el tex to
l.'
de la Ilustración p ens a b a n q ue m edian te el uso de la Ra zó n se po- pretende dar a en te n d er;
dría acceder a cua lq uier prob lema humano de forma raciona l y Com o resu ltado de todo ello se di ce que la cond ició n post rno-
¡j.,
I, /;!
o bjetiva . La filos ofí a de la Ilust ra ción impli ca ba : dcrna con te m pla u n mu nd o que flu ye lleno de signi fic ad os inesta-
bles sin ningún pun to de referencia fin a l. No existe la posibil idad
l . La creenc ia en alguna clase de u to pía . Si la Razó n pu ede de profundizar en los eleme ntos esen ciales, en las cnractc rísü cas !i
a plicarse al estu d io de los p roblemas h um anos, ta m bi én deb erá Fundam ent ale s de los fen ómenos, p uesto qu e s610 exist e un ir y ve-
poder aplicarse a sus form as de organización. Por lo tanto, pod e- nir sin fin qu e nota po r e ncim a de la su pe rficie de la s cosas.
m os soñar en un a for ma de estad o perfectamente o rgan izada , y ló- 4 . Una pu esta en cuestión de la disciplinariedad , En el si -
gica mentc p od ern os cam inar hacia esta m eta aú n cuando pen se - glo XVTJJ , el es tud io del mund o re al se co m pa rt im en t ó en d istintas
m os qu e no la alca nzaremos noso tros, pero qui zás sí nues tro s des- d isci p linas p a ra abarcar fen óm enos di stinto s. Así , la fís ic a y la
cend ierues. Pu ed e tratars e de un objetivo qu e sa bem os pe rfecta- qu ím ica trataron sobre los procesos físicos , m ientra s qu e la bi o-
mente qu e n o alc anzaremos, pero qu e al ser un ideal m ere ce la logía se inter esó por los o rga n ism os. Pero si tod os los text os se re-
pen a perseguirlo , co m o el id ea l del conocim ien to cie n tífico per fec- fieren a cosas di st in ta s de los su pue s tas . si la ca dena de sign ifica -
to del mundo natural. Para Marx, la meta sería el co m un ismo; pa- dores fluye y no se fija , el lenguaje no no s puede proporci onar la
ra Fukuya ma, el ca pitalism o bu rgués; para los positiv istas, un a teo- po sibilida d de ser ci er tos, no nos pu ed e pro porcion a r ningún
ría defin itiv a cJelun iverso físic o. pu nto d e refe re nc ia definiti vo , no no s per m ite fijar una interpre-
2. La noció n de teleología en los asuntos h umanos. Teleo logía tació n definiti va . Po r lo tanto , no pued e haber d isciplin as distin-
es su po ner la existe nc ia de un gra n proc es o su byac en te qu e tiene ta s que atie ndan a cam pos de est ud io di stintos. La d ivisión d isci-
un pu n to de partid a .v un fin al perfectamente definidos ; por ejem - plinar es arbi trar ia depen diendo de un a cci d ente hi stóri co: de
p lo, en el m arxismo , la tendencia hac ía una mayor de sigualdad y CÓm o la hi st oria de los sistemas de pensamiento eclos ionó dura nte
a lienación que cu lm ina en la ú ltim a revolución , la qu e da paso al la llustra ci ón .
204 T EORí A ¡\ ROUFU LOGICA. W\A I i\:T KU l ll T CI ( )" ¡\ I{CII. F e l! I IC;I,\ E N \ 11\ ¡\J ( ' N IHI 1'(J ST l\.ll lIlI J { ' 11 2 11~

Algu nos in telec tua les po stm od ern o s h an desm o n tad o la ha- qu e es a lgo así CO TllO u n es tado general, qui zás la m anera d e se r
ITera e n tre h is tori a .Y li terat ura . Pues to q ue todos los d o cumc n- del m u ndo a l Iin a l d el m ilen io.
los históri cos so n tambi én textos lit erar ios .Y t od os lo s historia- Al p ensa mi e nt o postm oderno se le su p o ne n d o s «h éroes» :
dores escriben narrati vas . .Y toda lit era tu ra se es cr ib e enmarcada Nietszeh e y Witt ge nst ein , d os fil óso fos . El p r im e ro se en fre ntó a
po r un ci er to con tex to hist óric o , p ue d e n o exis tir a. pr io ri n in gu - la Ilustr a ción , a rgu men tan do en con tra d e la prim ací a de la Ra -
na distinc ión en tre' h is toria y ficci ón . Arg uye n lo s postrnodern is- zón. El segundo em pezó su ca r re ra in telec tua l co m o Iil ósofo lógi -
tas que n o se pued e con fia r e n a bsolu to e n lo s text os ; es m u y ra- co-posi tivista (véase cup üu lo 3) . In tentó crea r u n len guaje fi losó -
r o e ncon trar un a novela e n la c ua l Was h ing to n no sea la ca p ital fico co m pleta men te n eu tro , un le ng u a je que d esc r ib iera el mu ndo
d e Es ta d o s Uni dos, o q ue los se res h u manos n o te nga n d os b ra- ex te ri o r de Iorm a tot alme nt e objet iva . Cuando se dio c ue n ta de s u
zo s .Y dos pierna s. E n la p rá c tica, di sciplin as como la h isto r ia o fracaso, Wittge nst ei n «vio la lu z» .Y de d icó el resto ele s u vida a de -
la li te r atu r a se co ns tru ven sin establecer cntre ellas diferen cias mostrar que la co m u n ica ción era un sim pl e «jue go lin g üís tico »
sus ta n cia les pOI ' lo q ue se r efiere a l LCIna. La s d iferen ci a s qu e con reglas arb itra ri as , p ero con el qu e siempre esta mos di spues-
reivin d ic a n s us pruc tica n te s d eberían s u e nt ida d a u n In u n d o ex - tos a jugar.
te rn o qu e n o tien e Iroru erus fija s o es ta b les (la " fa la cia logoc én- Qui ero , pa ra acaba r, ci ta r en parti cul ar a u n pensa dor co n te m -
ui ca »). po rá neo muy influye n te en e! d esarrollo del pen sa mi e n to postrno-
A final es d el sig lo xx, piensan los postmoderni stas , el pe nsa- dcrno , hast a el p lin to de q ue es e! pensad or más citado por la a r-
mien to occide nt a l ha en trado en la «co nd ició n pos trn odcrna». Hi s- qu eo logía co n te m po rá nea : Mic h el Fo ucault . Foucault estu d ió las
t óricarnente , tod as las gra ndes narrativas, así corn o las fro n te ras p ro p ue stas d e progres o de div ersas instituc io nes d e la Ilustra ci ón
discip lina res , han caído; ya n o q uedan historias verd ad e ra s ni ccr- en las qu e lo s valores ilustra dos de la Razó n pred omina ban por
tezas en las qu e confi a r, El eje m p lo más o bvio es el marxism o . E n enci ma d e tod o . E n tre ellas destaca n la re forma de las prisi ones.
J 90 0, los marxis ta s po d ían co n fia r en qu e la histor ia de l m un d o con la qu e se pre tend ió sustitu ir los m étodos «bá rbaros » d e casti-
habia tornad u la se nda d e la re vol ución y e! co m u n ismo. Te n ían u n go por un siste m a pen al racio nal e ilu strad o ; el desarro llo d e la
siste m a con el q ue exp lica r e l mundo, q ue parecía q u e funcio naba m edi cina científica moderna y la prácti ca clí nic a: el tra tamien to
.Y q ue les p ro po rcio na ba indi ca d ores sobre la m aner a d e pe nsar y d e la lo cu ra y el desa rro llo de la id ea ilu strada d e q ue la locu ra e ra
ac tu a r: H oy día , nada es tan cla ro co m o en ton ces. una en fer me dad que pod ía tratarse mó dicamen te, In ten tó dem os -
Los postm od ern istas no ce n tra n s us cr ít icas en u n so lo sis tem a : trar que, lejos d e representar un «p rogreso», tod as esas institucio-
apu nta n a la erosi ón de la co n fia nza en un único «méto do cie n tí- nes se lim ita ro n a d esarrollar nuevas formas de opresión en lo que
Iico », tal corno vimos en el ca pí tu lo 3, así como al decl ive d e las llam ó un a «socied ad di scip lin aria ».
id eas decimonónica s so bre el pro greso evolu tivo (ca p ítu lo 9). El seg u nd o te m a de Fouca ult consistió en un a ta q ue a l esencia-
E l pos t rno d crn ismo es u na reflex ión qu e ha a fec tado a fondo a l l i5 1110 . La Ilustración c re ía q ue los seres hum anos accedían a un
pensamiento occidenta l. E n arqu itec tura, los m oderni stas c re ía n conju n to d e fa culta des «no rm a les » o «n a tu ra les »: la posesión de la
en la vigencia de una a rqu itectu ra sujeta a los prin cip ios de! ra - Razón , una cierta forma de sex u a lid ad , una aspi ra ción a la p riva-
cion alismo , corno contribució n a la so luc ión de pr o ble mas soc ia- cidad y a la libe rt ad persona l. E n cada casu, Foucault d em ostró
les com o la m asifica ció n d e! ce n tro de las ciudades .Y co rno forma cómo cada época histó rica tiene sus propias ideas acerc a de lo qu e
de luchar co n tr a la m arginaci ón . La qu ie br a de estas cre encias , es «nor m al » y «na tu ra l». Por lo tanto , no pu ede h acerse r eferencia
a legan lo s postmodern istas, refl eja la quiebra in telectu al d e las a n in gún fun dam ento cie n tífico para justificar nin gu na (o ri en ta -
su byacen tes filosofías modernistas . c ió n sex ual», p u esto qu e no ex iste una de fin ició n intcrcu ltural q ue
Hasta cierto p un to , d eberíamos ha blar no tanto de post rnoder- va lide tal fundam en to.
nismo como de condicion postniodetna: se alega qu e el declive d e
la co n fia nza e n la Ilustr ación , e n la perfectibilída d hum an a, o en
una Verdad int rínseca, n o es a lgo suscep tib le de ser debatido , sino
206 T EO Rl A ARQUEOLÚGTCA. U1\.A I"lTROll UCCIÚN ARO lJEO LOGf.A E N U1\ N1U1\ DO P O S'L~lO D E R N O 207

Fantástico; p ero ¿q u é ti ene que ver todo esto neas de co nexión» o con algu nos nativos a m eri canos que tienen ~ 1I
con la arqueol ogía ? propia versi ó n del pasado, porque sigu en reglas que no so n est ric -
tamente las de la arqueología com o disciplin a ac adémica; no obs-
Prim er o, gran parte del pensam ien to postp ro cesualis la com - tante, deb em os respetarlos y to mar en serio sus a rg umentos . No
parte con el pos tmodernismo ideas im po r tan tes co mo las sigui en- podem os sim plem en te seguir es cribiendo so bre el pas ad o co m o
tes : la pérdida de co n fia nza en la Cie ncia , la crítica al ese nc ia lis- «pensa mos q ue debió ocurri r », independienteme nte del presen te.
mo, el én fasi s en la d iversidad de lecturas y la d ificult ad de fijar el En defini tiva , de bemos a tende r al co ntex to social, político y cu ltu-
s ign ifica do . ral de la a rqueo logía .
S in embargo, quis iera llam ar la a tención al lec to r para q ue no
caiga en la tentació n fácil de hacer eq uivalen tes a mbas líneas de
pensam iento. El cam bio prot ago nizado por el postprocesu alism o La arqueologí a no se hace en el vacío
en a rq u eol ogía n o der iva sino que cor re en p a ral el o a l ca m b io pro-
tago ni zad o por el postrnodcrn ism o en el co n ju nto de las ciencias Al ma rgen de las posicio nes tcoré tica s que ca da cual ocupa, la
humanas. En o tras pal a bras , los ca m bios q ue tuviero n lugar en el mayo ría co inci de en se ñalar que la int erpret ació n arq ueológica no
pe ns a m ie n to arq u eo lógico d u ra n te lo s a ños oc he n ta y noventa , exist e en el vacío, a islada del rest o del mundo. Antes de salir al tra-
fue ro n un eje m plo m ás de los pro fu ndos ca m bios que reco rrieron bajo el a rq ue ólogo lee los pe riód icos y se preocupa de la si tu ación
todo el es pectro de las cienc ias h umanas. qu e vive el m und o. En el traba jo, las rel aciones en tre profesores y
Segundo, la pues ta en cue stió n de la díscipli n a ried a d por pa r- alumnos man tien en las reglas establecidas y en la excavación el d i-
te del POSL1110 d e r n is 111ü ha susci tado u n interé s genera l por derri- re ctor de exca vació n es quien to rna las decisiones so bre qué exca -
bar la s fro nt era s d isci plina res. Al m ism o ti empo ha im plicado la var y có m o ha cerl o , des pués de ha berl o con sultad o co n los es pe-
fragment aci ón del m é todo. Si ya no hay un a ú ni ca Verdad a llí cialistas q ue fo rma n parte del eq uipo, Es decir. guste o no gus te. la
fuera , espera ndo q ue a lguien la descu bra, es d i fíeil en tender có mo tom a de deci siones so bre la m anera de proced er en el trabajo a r-
pued e haber un a for ma co rrecta y o tra incorrecta de hacer a r- queológico vie ne enm arcada por un conjunt o de relacion es so c ia-
q ue olo gía. Ics y políti ca s .
Las implicaciones para la arque o logía se r CSU 111 e n por lo tanto ¿Cóm o a fec ta es te ento rno a la interp retació n arqueológ ica?
en los sigui en tes interrogant es: a) ¿podem os rea lm ente ha blar de Suced e que a men ud o no so m os conscientes de es te ti po de me -
un "método arqueológico " especí fico, distin to del de o tras d isci- dia tización . Tóm ese, por e jemplo, el estudio de la expa ns ió n del
plinas ?, b) i.existe rea lment e en a rq uc o logía al go parecido a un Im peri o ro m ano . La m ayorí a de los hist oriado res tr adicion al es
mét od o unificado? protestaría n con e nojo an te cua lq u ier crí tica que sos tuviera qu-..~
Tercero , el postrn od ern isrn o sug iere '-lIJ C hay qu e co m pro m ete r- sus es tud ios sobre la roma nización , que d ios pretenden q ue S O Il
se con otra s formas de con oci m ien to fue ra de la esfera de lo qu e de scripci on es a ju sta da s a los «hech os que ocu rriero n », es tá n 1'1.,' "
tradicionalm ente se co noce po r «ar queología » o «ciencia» . Co rno pletas de prejuici os conscien tes . Hay autores que se ñalan '1 11<'
mínimo tendríam os qu e pensar det enida y seri am en te en tod o lo aquell os estu d ios os no eran de hecho con scien tes de tale s preju i
que queda fu era de la prácti ca profesio nal y ac adémica de la a r- cio s, sino q ue nunca llegaro n a plantears e el interro gante sigu il'lI-
que o log ía y no desautorizar in media ta y sis temática men te o tras te: ¿p or qué los nat ivos esta ban d ispuestos a asi m ilar tan rápid.i -
formas de co n templar el pasad o con el califica tivo de «lu n át ica s ». m ente q ue formaban parle de un sistem a imperi al? Ello C ll p:lll( '
El postrnoder nism o sugiere que si no pu ede exis ti r un m ét odo se debe a l hech o de qu e para aq ue lla ge neraci ón los bc nc ficiox lid
neu tro , formas a lternat iva s de co n tem plar el pasad o pu ed en tener im p erio era n 111U Y claros; en ca m b io , para nues tra ge llt' r: H.' il 'H I c ~
validez, no m ereciend o el anatema sim pl em en te 1'01' no respon der algo q u e- d l, h~ ' ra zn na rxc.
a los procedim ien tos estableci dos por el métod o arqueológico . Po r Pe)!' \1 ) l ill ll l l , .iunq u c In a rqu eolog ía prochu nc SlI m -utru l irl.ul .
l',jl'lllp!O, q u izús no es temos de acue rdo con los huscadcll·c... d(' « [í - cst{l pn lllll ltl.\ll ll 'll k I I \l'di <lt i I. Hd ,\ :
208 TI;ORí A A]{OLII-':OL()( ;rl'¡\ . U ~ ¡\ I I\. T R O [) [ ;('(' J() N
¡\ I{ O [ ;I :,(l] .( H ; J/\ I·:t\ l i ' .\ 11l:\ I H ) I'U ST M U J> E R:'>J ( ) 20')

La arqueología se entiende mejo r com o narrativa , co mo una 1'01' ('ASO 7: E L CEME I'TE RJO AI'RICANO
ma panicular y po tente de m itología de lo s o ríge nes que e m pe z ó t'n
pleno s iglo X IX para to m a r cada H ':I. m a yo r envergadura co mo ve-
h fc u lo de va lidaci ó n de los grupos soci ales co m pro metidos co n e l Du ranle el siglo XIX, ent re 10 .000 Y 20 .000 perso nas d e o r ige n
a fr ica no fu eron en te rrad as e n u n á rea de Nueva York qu e pasó a ,.
desarro llo indus trial. In ac u m u lac i ón de cap ital 'y' la expans ió n colo -
nial (Hinsley, J 989: 79-80). ser conocida co mo el Ce men ter io Africano . Según un a estim aci ón,
«por 10 m eno s la m itad de la pob lació n actua l norteame ricana d es -
La arqueo logía como a ctivi dad c ultural es s iempre una fo rma de ce n die n te de africa nos, probab leme nt e tuvo por' lo m e nos a u n a n -
hacer po líti ca y una man era de co mu nicar valores mo rales (Sha nks tepasado en terrad o a quí ". Es ta áre a cayó e n d esuso d es pu és de
y Till e)', 1987: 212). 1795 , fue rellenada y se co ns truyó en c im a . La ex iste ncia de escla-
vos de origen afr ican o en el Nu eva York del siglo xvu r se fue olvi-
Política es aquí a lgo m ás q ue h a cer p artidi smo. Tie ne qu e ver dando. Se gú n Mich acl B1 ak ey:
con el ejerci cio d el pod er en s u sen tido más a mp lio , q ue va de las
polít icas y las prá cticas d el a pa ra to d el Esta do h asta las m ás se n -
cillas interaccion es hum an as . En este sen tido, tod o lo que ha ce-
La existen cia de un cem enterio africa no en la dudad colo nial de ~ 11

m o s y de ci m os es en cierto scru id o político , Cuan do el d irect or de


N ueva York plant eó el probl ema ch.' la existenci a de una falsa repre-
sen tación h is tór-ica . La mayoría de los n ort ea m e ri ca n o s instru ido s
l'
I
exca vac ió n da in s lrucci ones a su eq uipo , c uando ded illos que un habían aprc.-ndi do que a pe nas había habido presenc ia africana en la
a rgu m en to es m uv «se rio» , cu a ndo esc oge rno s qué proyec to de ex- ciuda d. duran te el período co lon ial. y que en las co lo nias no rteñas no
ca vac ión m e rece s er subve nciona do, cuando un es tud ia n te 111UY habla habido es clavitud. El cementerio america no ay udó a most rar
seguro de s í m ismo gana la punida e n un de ba le a o tro m ás inse- que estas noci o nes fo rmaba n pa rle de tina especie de m ito nacional
guro , todo son acci o nes o deci si on es polHicas. (Bla kev 1995: 54 6).
Todo esto es muy emotivo y con tro vertido. Mu ch os es tud ia ntes
di cen que no les gusta la po lítica .Y que p rec isamen te por ello ha n En 1991 fu e redesc u bier to y pa rci a lme n te excavado es te ce-
escogid o la arqueología . El a u tor clás ico Livio escribió s u Historia m en t er io a nte la urgen cia d e l in ici o de de termi nado s p ro yect os u r-
también con este obje tivo. Pe ro ya hem os visto repe tid as veces e n ba n ísticos. Se estu d ia ro n 400 tumbas a n tes de que la op in ión pú-
este libro cómo, al fina l, au nq ue exp re se mos d iferen tes puntos de blica pidi era que se regu la se por ley el uso d el luga r y se s us pc n -
vis ta filosófico s, siem p re vo lvemos a l prese n te . E n cl ca pítu lo 2 vi- dieran los trabaj o s d e excavación co n el fin de p ro tegerl o y m os-
mos que los d atos eran m udos, qu e el pasad o n o exislía y q ue lo trarlo al p úblico .
que decíam os acerca del p asado lo dec íam os d esd e el a hora y a q uí. La in icia tiva d e a brir a l público el lu gar vi n o de m iem bros de la
En el cap ílu lo 6 di scu tim o s el co ncep to dc ideología , y e n a l 5 vi- comunidad nlroameri can a de Nueva York. La naturaleza de esta
m os c óm o los teóricos crítico s condenaban la te oría de s iste m a s preocu pac ió n p úb lica y la man era en qu e afectó a los tra bajos a r-
por s u se sgo id eol ógico . E n e l ca p ítu lo 8 vimos la c r ítica fe m in ista queol ógicos es revelad ora . En pri m er luga r, la s de ma nd as form ales
al discu rso a ca d ém íco en ge ne ra l y al a rq ucológtco en particu lar, a n te la j us ticia, a rg uyen do que el lu ga r deb ía se r p reservado, en -
por s u fa locentrism o . con traron poca acogid a en u na legislació n vige nt e 'lue había sido
Estas cr iticas tienen algo en co m ún que es m uy sim p le de c n - redact ada co n visi ón es trec ha so bre lo qu e de bía ser co nsidera do
tender: cu a nd o un arqueól ogo re ivind ica qu e su posici ón es neu- «a rqueo lógica me n te sign ifica tivo », y qu e, por lo ta n to, n o te n ía en
tral y ap olítica , ¿qué trata d e esco nde rn os ? cuenta la s asoc iaciones c u ltura les que p ud iese tener Un lu ga r a r-
q u eológico pa ra de ter m inad os gr upos étn icos. Estas de mandas
Fu ero n ap oyadas p or ac tivistas de la com u n idad negra , p r inci pal-
m ente p or el mayo r Dinkins y el Ca u cus Co ngresio na l Negro, El
bloqueo d el lu gar du rant e u na jorn ada im p id ió qu e se ini ciara n los
trabajos urban ísti cos.
2 11l T E ORíA AR {) l JE O Ll ) ( iJ CA. lIN A INT RO lH JCC[ON i\R U lI l ':OI .() (¡í/\ EN ( JN ¡",t U N D O POSTIvl O DFRNO 2 11

La in ves tigación arqueo lógica ca m bió co m pletam ente. Los pri- c os, pro voca ran el ca m bio de n om b re (a u nq ue en el m omento en
me ro s estudi os de los huesos fu eron reali zad os por un equipo de que escribo es to los tradici onalista s de l New York Tim es y la New
antropólogos forense s de la ciudad (MFAT), pero ante la persisten- York Histo rical Soci ety con tinúen utili zando la den omin ac ión
cia de la presión ciudadana, a finales de 1993 los huesos fueron antigu a).
trans ferid os a l Cohb Biological Labora tory de la Universidad de El d ía 19 de abri l de 1993 el cementerio fue design ado "Sit io
Howard. El equ ipo de investigac ión, lidera do por el bi oarque ólogo H istórico Naci o nal» y los p lane s urban ísticos qu e debían hacerlo
a fro a mcri ca no Michacl Blak ey, pu blicó pronto unos resulta d os desaparecer fuero n definitivamente o lvidados.
qu e impactaro n a la opin ión p ública : exce so de carga de trabajo, La impli cación m ayo r de todo ello para la prá ct ica de la ar-
malnu trici ón v enfer m eda des infan tiles . queología es que, dad o q ue lo qu e h ace mos es in evita blemente po-
El análisis -de los huesos no se puso en m anos de un equ ipo d is- líti co, cam biar la form a de hacerlo no es un asunto fáci l. En es te
tinto po rq ue sí: se trata ba de asegurar un proyecto de investiga- caso, no se trataba tan to de re escri bir el proyecto de investig ació n,
ción qu e tu viera o tro di se ño , qu e vin cu lase cie rtas p reocupaciones sino de hacerlo pú blico pa ra in terés de los q ue no SO Il arqueólo -
po líticas (¿qu ién co ntrola los restos") con llu eva s idea s sobre c tni- gos: de la gente qu e ocupa una posición problem át ica dent ro de su
cidad y qu e ado ptara nuevas técnicas de trabajo . Según Tcrence cornun ldad . No existía una forma «co rre cta - o «incorrecta » de m a-
E ppcrso n: nejar la co ntroversia del Ceme nterio Africano, a unque sí exis tía n
form as m ej ores que otra s. H a st a cier to pu n to , un a fo rm a C O lTI -
El e nfoque de l MFAT se ba sa ba en u na co ncepció n escn cia lis ta y prensiva y sensible de man eja r la interpretaci ó n arqu eológic a con-
biogc n éti ca d e ra za . Cu a nd o se pasó el trabaj o a la Uni vers id ad d e siste en el recon o ci mi ento de que exis te una multiplicidad de pu n-
H owa rd , es te en roq ue fue s usti tuid o po r u n pa radigma inves tigador tos de vista .
qu e en fa tizaba 13 a fin ida d ge n ética y la ide nti dad cu ltura l, po r lo
qu e s e agran daba la re leva nc ia so cial y la im po rtancia cie ntífica del
p royecto . Po r ejem plo, el proyecto rea liza es tud ios in novad o res mi-
tocondri a lcs y nuclea r es (ADN) par a exa m in ar los orígenes ge né-
La cuestión del rel ativismo
ticos d e la población .v lo s ca m bios exp erim en ta d os con el paso del
tie mpo . Para relacionar lo s indi viduo s co n lus d istin tos o rígenes po- Bien, me parece (jite hemos alcanz ado 1m im passe. PI post11lode rni.sJ}lo
sibles , cultura les y region al es , en África se u tilizan m étut!os d iver- ha m i/lado nuestra co niianza en la racionalid ad cientülca. Hem os visto
sos , co mo tu gen ética basa da en el ADN, la est ructu r a. ana tómica y que cualquier versión del pasado es política eu cierto sentido, Parece pues qu e
q uí m ica , el rastre o d e hu ell as q u ím ica s de o r igen m ed ioa mbie nta l sólo ofrecemos la version que nos conviene, que conviene al presen te po -
y lo s ra sgos c u lturales... Co mo q ue se t rata d e u na investiga ci ón que lírico.
co nsidera la et n icid ad co m o un a constr ucci ón socia l m ás que com o
un fenómeno biogcn érico, el d ise ñ o de l proyecto puede servi r pa ra No , es to no co nviene preci samen te. Hay in ter pretac io ne s del
m ejora r n ues tra com p rensió n de l fen ómeno de la - eruogé ncs is» . la pasado mejores y peo res. No conozco a ning ún arqueólogo que
cr eació n a ctiva, y la re invenci ón de la identidad cultural baj o u nas quisiera desm en tirl o. Incluso Jacques Der rida se a treve a decir : «la
co ndiciones d e domi na ción (E pperson. en p ren sa) . definició n rela tivista de d eco ns trucci ón es falsa (cie rto: falsa, no
verdadera) y endeble; su po ne una mala (ciert o: m ala , no h ue lla) y
No sólo camb ió la fo rma de investigar los restos; el eq uipo de endeb le lectura de los textos, en prim er lugar m ía » (J 988 : 136-7)
la Universidad de Howard pu blicó las bases del nuevo mét odo de in- Se ha n leva ntad o muchas crít icas a l rela tivismo des boc ado, crí-
ves tigació n para que pud iera ser ju zgado y modificad o por los ticas qu e tienen mucho de ir refut ables . Se pue de demost rar que es
m iem bros de la co m u nidad negra. In cluso el no m b re del lugar y fals o sos te ne r que la arqueología no ha «progr esad o ». Ya no cree-
el del mis m o proyecto se tr ansformó en un tema de discu si ón. El mos qu e el mundo se creó en el a ño 4004 a ntes de nu estra era. El
lu ga r era co noci d o corno e l «cem en teri o de los n egro s », a n tes d e relativismo im plica una falacia lógica : «lodos los puntos de vista
qu e las obj eci on es de la gen te , jun to a los argu m en tos a ca d ém i- tienen el m ismo valo r: incluso és te». E l relativismo recorta el valo r
2 12 T EOR íA ARQ lJI'O LÓ( ; ICA. U»;A I "TR(Jl>ti ( TI ON /\ 1{( ,ll l n I I.lH; I I\ F I\ l l \l ,11\ 11 \' 1)( ) I' l l S l' l\lll )W I<'\JO 2 13

de la arqueol ogía co rn o [ orill a d e conoc im ie n to . Par a m uc ha ge n- fuera n uccrt udns, ind icarían lo cu idados os qu e deben ser los in vestí -
te, la crítica m ás import an te y da ñin a al relativismo es qu e destru- ga dorcs pa ra asegurarse de qu e la s influen cias de l momen to n o les
ye nuest ra capacida d de luch ar contra o p in ion es políticamente in - aparten de hipó tesi s a lte r na tivas o limiten el tipo de da tos qu e reco -
d esea bles e incluso detest a b les a cerca de l pa sado . Un e jem p lo de gen (SahlolI, 1990: 166-1 67).
ello es la nega ción del Holocausto . Pod emos des ea r reconocer la
va lidez de d iferen tes puntos de vista sobre el Cemen ter io Afr ica n o. Dich o de o tra forma, el enfoque procesu a l ace pta que todo lo
pero ¿quién su gerirí a qu e ello signifi ca qu e h em os de dar pá b ul o a que deci m os es político e n cier to sen tido , pe ro q ue gracias a l m é-
los pu ntos de vis ta ra cistas ? to do ci entífi co pod em os hacer a lgu na con tr ib u c ió n m ás que es cri-
Los pensad o res de n uestro tiempo tom a n ru ta s di versas para b ir simple litera tu ra so b re el pa sad o .
sa lir d e este im passe. Much os siguen ins istie ndn en que la mayoría Últimamen te se ha di scutid o basta n te so b re este pro blema co n
de los datos arq ueo lógicos y su inter p retación es tá por encim a de la el fin d e dar co n un ca m in o inter med io en tre el positivism o y e l re-
pol ítica . La po lítica no dej a de jugar su parte en es te pu n to de vis ta , lativism o . Bruce Tri gger ha su gerido qu e el de sa rro llo d e la ar -
pcro a l ni vel del d eba te te orético que se s usci ta d es pués d e la in- queolo gí a se ve impu lsado tanto por el co n texto p olít ico co rn o por
terpret a ción in ic ial : coge rnos n uestr a cerá m ica y nos pre OCU p U111 0 S un co noci m ie n to cada vez mejor de los d a tos que proporciona .
de la polít ica a la h ora de int erpre ta rla . Tr igger es part id a ri o de un a versió n m od ificad a d e la teoría de a l-
Un procesu a lisia podría m uy b ien decir: " Po r su pu es to qu e es- cance medi o ca paz de dar cuent a del papel jugado p or la s di stin-
tamos in flu id os p or las id eas de n uest ro tiempo . No p od r ía ser de tas clases de i n flu encia. Alisan Wylie su gi er e que la for ma de rc la-
o tr a form a : nuestra s h ip ó tesi s sobre los p rocesos del pasado es tá n clo nar la teor ía co n los d a tos ha de varia r de ac ue rdo co n el co n -
en m a rca das por e l presen te , por d efini c i ón. Pero la es e ncia de la text o o lu gar en el qu e se esté tra baja nd o:
ci encia es el uso d e proced imien to s r igu roso s d e co n t rastaci 6n
para ir m ás lejos de la simp le o bse rv a c i ón di rec ta de l registro a r- Los int errogantes sobre qu é posici ón ep istem oló gic a es ap ro -
queológico . Por ello es tan im p or tante el d esa rro llo de la teorí a de pi ad a ... deb er ían solucionarse local men te , a la luz de lo qu e vamos
co nocien do so bre te m as esp ecí ficos y so bre los r ecurso s de que d is-
a lca n ce Inedi a . Sólo d esarrolla n d o m ét odos d e co n tras ta c i ón co n -
po ne mos pa ra la inves tiga ció n . Deherta mos poder resistir la pres ión
sis ten tes pod remos logra r h a cer a lgo más q u e sim p le litera tu r a so- de ad opta r u na posición ep is te mológ ica ge nera l vá lida para cua l-
bre cl pasa d o . Pa ra el científico, n o importa d e dónde se saqu e una quier cosa (Wylie, 1992b: 35) .
idea. Lo im port a nte es q u e la id ea pu eda co n trasta rse cie n tífica-
m en te. Tú pu ed es ten er u na gran id ea pero d ebes con ver tirla en Eli za beth Brum ficl nos prop orci ona la últim a opinión sobre es-
una hip ót esi s r igurosa y lu ego co n trasta rla co n el mate ria l que o b- ta c uesti ón cu a nd o exa m ina la ca lidad d e los textil es en México .
se rvas. Es la forma q ue tie ne la cie n cia d e trabajar, y es la for ma En el período p re co lon ial, las m ujeres so me tidas a los a ztecas de-
q ue se h a co mprobado q ue fu nc io na .» b ían entregar u n tr ibuto en form a ele tejidos . La opinión fem inista
Así, por ejem p lo , Jc rry Sablofl, a u nque se siente feliz de ver de la autora le hi zo ser escép tic a a n te la p o sib ilid a d de qu e las m u-
que el tr a bajo de Wilk so b re las di stintas explic a cion es del co lapso jeres se dej aran "e m bau can , p or la id eol ogía , por lo qu e co n fió en
maya d e la época clá sica llama la atenc i ón so bre el influjo d e los que, co n el tie mpo , «la calida d del tributo en tejid os se iría det e-
acon teci m ie n tos po l üicos co n tem p orá ne os , se cu ida bien d e s uge- riorando ... ya que las mujeres in di as res istiría n la p resió n. Las mu-
ri r Cóm o esto p uede ayu d a r nos a realizar u na ciencia m ejor: jeres ind ias de lib e radamente producirían unos tejidos m ás descu i-
d ados y sen cillos com o forma de prot es ta a la exacció n tribu ta ria ».
Aun qu e las correlacion es qu e Wilk es ta blece so n interes a nt es, n o Sin embargo, la evid en cia arqu eol ógica sugiere que la ca lida d de
pru e ban q ue la s tendencias int electual es vige ntes det erm ine n qu é ti. los teji d os no d ecl in ó. E l «rech azo d e la h ip ótesi s », no obst ante, n o
po de pu ntos de vist a del co la pso fue ro n m ás aceptados, ni q ue ha - provocó que Brumfiel rech a za ra el marco en tero d e proposicion es
ya a lgo necesa ria m en te "m alo » en que los a rq ueó logos se dejen in- teo ré ticas del que d er iva ba»; a l con tra r io, h izo las m od ificaciones
fluir por la s ten den cias po lític as. Sin emba rgo, si estas correla ci on es opor tu nas de su teoría: "la resiste ncia a la exp lo tación n o puede
2 14 TEORiA AROU EOLÓ GICA . UNA INTRO D UCCi Ó N ARQ UEOl. OG íA EN U'< MUN DO POSTM ODE Rc,O 2 15

man ifest arse cua ndo las actividades ... so n vulnerables a la su per- tratar se de pura te star udez por su parte, Peo r aú n, su negativa tes-
visión y con tro l de la cla se dominan te. Esto m e permite se gu ir taru d a en r eco n ocer lo s datos n o se co n tem pl a , por parte d e la co-
pens ando qu e los q ue co nceden pesa a la dom inació n ideológica munid ad académ ica en su co njunto, po r lo que cs . As í, m ientras
ti enden a m en ospreciar la frecu encia de los ac tos de re sistenci a y «nosotros » somos re ce ptivos a la resistencia de l dato, «su» form a
la imp ortancia de la coerción pa ra m antener el do m inio » (Bru m- de contem plar los datos es la de u n arr oga nte ind ifer ent e. Y no soy
fi el, 1996: 4 54, 458). tod o lo im pert inen te que po dría se r :
Concluye Bru m fiel: "
11
Cua ndo Ga nana th Ob cycsckere pu blicó su lib ro Thc Apotlt eosis i
Much o a n tes q ue d e que lin o op te, en fu nció n d e los d a los d ispo- of Captui n Cook... [este a u to r] ha bía j unta do un a h is to ria tan ende-
nibles , ent re coerció n y d o mina ción ideol óg ica, la m ism a necesidad
de optar queda elim in ada gracias a un d iscern im ien to te orético qu e
bJe, q ue esta ba seguro qu e lus críti co s de las p ub licac io nes es pe cia-
liz ada s lo a pa rtar ían de sus m esas , ya que se d aría n cuen ta de las
i
cla ri fica la rel ac i ón co mplemen taria ex iste nt e en tre los d os fenó me- t ra mpas q ue ha b ía hech o u tilizando m i p ro pi o trabaj o. Me eq uivo -
I
nos. In clu so e nto nc es los datos s iguen teni endo una gra n importan- qu é. La Amer ican So ciet y 01' Eight een th Ce n turv Stud ics o to rgó a
cia ... Por eje m plo , aq u ellas observaciones so b re la calid ad del tribu to The Apo th eosis al"Captain Cook el pre mio Louis Go tt schalk co r res-
en tej id os.., me ha n p ro porci on ado u na llueva vía d e in vestigació n pondient e a t992 (Sahlins 1995: ix).
so b re el grado d e vu lne rab ilidad a l que se ven so me tid os ho mbres y
m ujeres ante la coer ción eje r cid a po r el Estado , grad o qu e difi ere se -
gú n la locali zació n del t ra baj ad o r o el tipo d e bi enes prod ucidos 2. Mu ch os de los au tores involu cr ados en la lu cha co n tra el
para el Estado. Lo q ue he obte nido de es ta in ves tiga ción a fect a rá mi rel ativismo han ju gado su papel en el proceso de rc lat iviza ci ón
manera d e co nte m plar las formas de do m ina ció n ide ológica .v de re - q ue se perci be en el di scurso arqueológico . La insistencia de Mark
sistencia, en futuros estudios (Brumlicl. 1996: 459). Leon e en la teo ría de alcance me d io llega despu és de ha ber de sa-
rro llado u na arque ología ab iert amente m at eria lista. Brum fiel y
Mi propi a opin ión so br e el as unto coincide co n la de Brurnfiel, Wyllie so n Ierninist as dest acadas. Kohl ha es crito sob re la po litiea
pero con un añadido: Brumfiel, Wylie, Triggcr y ot ros fa brican su s de la arqu eología. Los tra baj os de Trigger a princip ios de 1980 se
a r g u men tos en forma de «ré plica » a la «critica postprocesua l». Sin ci ta ban ruti nariamcn te co mo ejem plos de la nat uraleza inevit able-
em ba rgo, p ienso q ue hay muy po ca cosa en sus argumentos q ue m ente pol ítica del di scurso arqueológico (su trabajo de 1980 sobre
contradiga los principios de la arqueolog ía pos tproces ua l, Cierta- los «in di os am erican os » fu e u na de las prim eras alu siones qu e lle-
mente , no co no zco a ni ngún arqueólogo qu e declare abiert am ente gó a mi s m anos s iendo estudiante, sobre las relac iones existen tes
su a dicción a un rela t iv is m o sin m atices , entre arq ueol ogia Y pol ít ica).
De hecho, la paz se ha rot o en el reino de la epistemología . Con
la notable excepci ó n de los positivist as de lín ea d ura y de los ar-
I
El context o del r elativismo queólogos co nd uctistas, po co s desa u tori zarían la idea de qu e es ta-
rnos inevitabl em ente in fluen ciados por las circu nstancias políticas
Considero interesa nte in dagar los motivos que inducen a m os- .v socia les , y de que los "datos en bruto » no existen lib res de sesg o,
trar tanta pr eocu p ación por los peligro s del rel a tivismo. Cre o, en influen cia o pro blem as . A la inversa, pocos dirían qu e los dat os ca-
cu a lq u ier caso, que exis te n vari as razo n es. rece n de im po rt an cia, ya qu e com o m íni m o tejen u na red de re sis-
tencia a las interpre taciones q ue deseamos darl es . La ma yoría de
1. El r ela tivism o está desa for tu nadamente muy presen te en no sotros diría q ue esta red es muy fuert e y qu e los m ét odos de qu e
gra n parte de la actividad arq ueológica de n uestro tiempo. A pesa r nos valem o s sirven para forta lecerla aún m ás.
de los dato s huérfanos de respuest a que recopila mos de form a Lo s d eba tes ac t u a les tienen, s os p ec ho, mucho q u e ver co n
ne utral y objetiva , n uestros o po nen tes siguen sin rec onoc er la rcc - I:\s ]X' IT l 'PI.' jol ll' S , u-mores e in certidumbres propios de un mund o
t it ud d e nu e s tr o s a r gu m en tos y la in correc ci ó n d e los S I IVClS ; d e l» - PO Slll IlHkl ' lll l. 1' 11 p.ur icnl a r p or el lu g a r in ci erto que o cupa la
2 16 TE ORi A ARO LJ EO U)C ICA . UN A I NT IH JI) I I( 'e H )N

arque ología en la p r áct ica intelect ual y aca démica. Más qu e rép li-
cas o refu taciones a la Iilosolta po st rnodern ista , estos debates so n
sin tom á ticos de la s difi cult ades que con lleva tra ba jar baj o la in-
fluencia de In co nd ición postrnodcrn a . Todos los p art ici pantes de
es tos de ba tes han cont em plado las cosas a tr avés del cri stal de las
ce rt id u m bres ingenuas de la retór ica posi tivista y han experimen-
tado las realidades de un m undo que es in ciert o y d ifíci l de vivir;

C APíT ULO 12

CONCLUSIÓN: CON F U CTO y CONS ENS O

Un momento, por [ avor . Ahora me doy L'l I t'!11 a de que ha hab ido llI la
gran omisión que rlO podem os penuitir qu e siga. ¡ Qué es tcoria? No pode-
mos acabar sin haber deiinido el térmi no teoria,

Bien , vim os en el ca pít ulo 1 que h a bía diferen tes defini ciones
de tcorí a . Según su pu nto de vista teo rét ico, cada uno es coge la
que m ás le gusta.
Reco rdemos la figu ra 4. l . Para muchos positivis tas , la teoría es
un conjun to de fin ido de proposi cio nes que pueden presentarse y
co n trastarse co n relación a los da tos . Pa ra los proponen tes dc la
teo r ía de alcance m ed io exis ten u na seri e de méto dos qu e permi-
ten co ntrasta r la teoría co n los da tos .
Según este pu nto de vista , la te oría se define de fo rma estrecha
y p reci sa . Se tr ata de un co n jun to de p ro posicion es generales, que
pu ede co ns istir en ge neraliza ciones acerca del regist ro arqu eo lógi-
co («la formació n de los Estados se correlaciona co n la ap ari ción
de redes rc d istri butivas de iruercarnb io ») o so bre có mo deb emos
abo rdar el trabaj o arqu eológico (vren em os qu e convertir la co n-
trast abilid ad en el cri teri o ce n tra l de n uest ra ep istcm olog ía »). Los
datos que m an ip ul a mos n o pue den cam biarse, según esta perspec-
tiva : existen independ ientemente de la teoría qu e u tilicemos . Mu-
ch as de las cosas que hacem os co mo arqueólogos (m uestreos . re -
cu peraci ón de rest os esparcidos de cerám ica...) SO Il si mples técn i-
cas. Las cuestiones que las técnic as so lucionan pueden tener un
co n tenido teó r ico , pero las técnicas en sí y los datos q ue dan fuera
del d omi n io de la teoría .
En el o tro extremo se mueve el pun to de vista qu e piens a que
to da la arqueo logía es teoré tíca, por lo qu e la teoría es definida de
2 1S I' U J ({ [¡\ ,I\ J{() IJl :U U H II ( 'I\ . [ 1:-.l A I r\ T R ( I J H j ( ' ( ' ]{ ) ~ ('{ l NC I.L S IO N : CON I:U l " ]'() y c<Y\SI :,\lS{) 2 1')

fo rma m u y ge neral. Co mo vimos, los postprocesua lis tas piensan car te oSerás e tique tado d e «extre m ista» o de «m ode ra d o », de «con-
qu e la s técn ica s y los dat os co n lle va n un a ca rga te óri ca qu e o bliga form e » o d e «m a rg ina l», d e «e m p tri co ingenuo » o de «rel a t ivis ta
a los arq ueó logo s a es ta r prcpnrados para teoriza r en c ua lqu ier r esba la d izo ». segú n la opción qu e to m es . ¿Qu ié n se e nc a rg a de d e-
m o m ento d el trabajo. Algunos incl uso va n m á s lejos y sigu ie nd o la fin ir lo q ue es ca d a cosa? ¿Q u ié n dec ide qué d irecc i ón ha de to-
teoría cri tica a rguye n que mucha s técnicas p resenta da s corno neu- m a r la teoría ?
tras co n tie nen tin a e norme ca rga teó r ica. Recuérd ese que para los Quiero presen ta r a l respect o cuatro p u ntos d e vis ta di s tin to s:
pos tcs tru ct u ra hs tus, incl uso u na fra se ba nal sobre la rea lida d de
los h ech os, co rno d eci r "h a y 23 mo lares d e ce rd o e n cI n ivel 346 », La c ie nc ia tra baja de fo r m a respo nsable. Cr eamos n ues tros da -
rep resen ta u n a su en e de decla ra ci ó n , p erte n eci ent e a U I1 text o, tos en el pr esen te . Pr ocu ram os media n te el uso de aná lis is de r-cco-
q ue puede ser d econ s trui da . Los pos tprocesua lis tas pu ed en tom ar no cim iento d e p at ro nes o b te ne r u n co n oc im ie n to sobre la forma
otr a línea d e a taq u e: "Por .s u pues to qu e el nú mero de molares de de organiza ción del pasad o. Propon emos id ea s sobre la na tu ra leza de
ce rd o es una a firm a ci ón sobre u nos hechos: p ero ¿po r qu é apar e- las organ izaci o nes del pasado y so bre su evo luc ión , En es ta sit u a-
ce donde apar ece en es te te xto ? ¿Por qu é el d ir ector de exc a vac ión ción , el ci entífi co ad q u iere res pon sa bilidad so bre el pro ceso de
decidi ó p on er tanto én fas is e n la re co ns tru cc i ón eco nó m ica d e es- adqu isic ió n de expe r ie nci as co n el fin de poder propo rci ona r com-
pro baci o nes rea les sobre la pr ecisión .v u tilidad de sus id eas . Un
te yac im ie n to h asta el pu nt o d e exc lu ir ot ros e le m en tos>, De la
apren dizaj e respo nsabl e dep ende de hast a q ué punto el per fil de la
mi sma man era que las fem ini stas pi ensan qu e la d esigual dad pe- inves tigac ió n ex po ne a l inves tiga d o r a amb ig üed a des . inadecuacio-
n etra a fo ndo la vida co tid ia n a , y tanto s o t ros qu ie re n ha cer en - nes e im prec isiones en la s ideas yuc gu ía n ta nto la prod ucci ó n de
ten d er la importancia de la políti ca, es te pu n to de vista sos tie ne da tos co m o las tenta tivas pa ra co m p re nde rlos. Pero la cl a ve pa ra
que toda o casi toda actividad a rq ueológica cae d e n tro del ám bi to co nse gu ir el éxito en n ues tro tra ba jo es el mu nd o de la ex pe r ie nc ia .
de la teo ría . E l m u ndo ex terno e xis te P (W d erecho p ropi o y ello incl u ye la s pro -
Sha nk s y Tilley escri be n: p iedades d el regis tro a rq ueoló gico... Pre tender qu e nu estras herra -
mientas co gnit iva s no s a isla n del In u nd o exteri o r es una fa lsed ad
La te oría es tota lm en te su bje tiva . No es u n prod ucto técn ico (Bin fu rd , t 987: 403) .
cual quie ra de un especia lis ta , sino una producc i ón delimitad a y lo ca-
liz ada que surge de un a int era cción esp ecífic a y contex tua liza da e n- Du rante los años set ent a , es n-uctu ra lis tns, po stestru cturulis tas y
tre lo s individ uos, las exp er ie nc ias que tra en con sigo es tos indivi- Juego «postprocesu ulis tas » rea cciona ro n co ntra el Iu nciona lisrno de
duos, la manera en qu e inte ra ctúa su vida y su trab aj o, y la forma e n la Nu eva Ar q ueología , pidi en do un mayo r én fas is en la s id eas y la s
que los a rqueólogos se las com po ne n para llegar a di sponer de un creen cias d e las socieda des del pas ado y cri tic a nd o la id ea de la ne-
cuadro del p a sa do basado en los re s tos de ma teriales co nt ingen tes ce si da d d e con tras tar tod as las hipót esis, pu est o que to do conoc í-
(Sha nks y Tillcy, 19R7: 2 12-21 3), miento es su b jet ivo. Los proccsn alis tas resp on dieron reaf irm an d o la
im porta ncia ele la co n tm s tac ión - ¿d e q ué o tra forma pod r ía m os es-
coger en tre teor ías opucst asr-e-, a u nq ue ace p ta ro n la necesidad de
He in tentado se r co m p re ns ivo co n la s di fe ren te s p osic io nes indaga r s in prej uici os e n las idea s y la s cre encias, en los aspec tos
teor éticas, por lo que cu a lqu ie ra que se a la opción teor ética q ue co gnitivos de una cult ura , y desurrollur u na meto do log ía aco rde co n
decida s a dop tar; ya es cos a tu ya . la neces idad de re conocer el pa pel del ind ivid uo y de la es tru ctura-
ción en el co m ienzo del camb io . Una n ueva s íntes is cog nitivo-pro-
ces ual pa rece q ue ha su rgido e n la d écada de los no ven ta. (Re nfre w
Definir una posición i n tcrm c d ia y Bah n . 1996: 473 ).

La experie ncia eu rope a d emu estra q ue podemos aceptar sin pro-


¿Lo és r ealmente ? Es tu o pción , p e ro h ay m u ch a s pos ib ilid a - b lemas qu e el pasad o y la arqueo log ía están soci a lme nte deter m ina -
d es de que la opción qu e escojas sea ca teg nriza da e interpret ada d o s y al mis m o tiem po que n o hay qu e renu nciar a ma nt ener U JI
a n tes de que tenga s la op ortunidad d e abrir la boca p ara jus tifi- co mpro m iso rigu roso co n el m ét od o ci en tífico ... Como arq ueó log os.
22 0 1'I':O IÚ,\ i\ 1{() I Jl ~() L()(; rCJ\ . Ut\:A I NT I<OI H :CCJO N ( Cl N( I.I I S I() ~ : CO .\ i I·"I.Il.:'I U y CU NSENSO 22 1

n o hace fa lta dej arse llevar por el p esi m ism o de pens a r qu e la única libro, ya no qued an fu erzas par a in clinarse por otros pun tos de
altern a tiva a la arqueolo gía procesu al pos itivis ta es el relati vism o y
vista o di scuti r su s argu m en t os.
el cau s o Las tradic iones eu ropea s d em ues tra n qu e exi ste un a ga m a
Arribos a u tores se enza r za n en un a retórica de la co niro ntacion ,
d e po sibili da d es satisfacto r ias en tre los d os ext rem os (Ho d de r,
1991,,; 21-22). Si no se es tá de acuerdo co n Shanks y Tilley es q ue tcoré ticam cn-
te u no está perd ido, se es a lgo así co mo un d inosaurio int electual.
Si no se es tá de ac ue rd o con Binfo rd, simp lemente es qu e uno n o
Para el idealismo su bjet ivo de la a rq ueolog ía cicn tifi ci sta su sti-
tuim o s el propósito de la d isciplina por u na cienc ia di al éct ica del es un científico.
pa sa d o y de l p resen te inform a da po r un a hermen éutica a bso luta - Hodder y Ren fre w y Bahn so n más su tiles en su enfoq ue . En
m ente co m p rens iva qu e persi gu e la intelecci ó n d e las cual idad es po - a mbos textos se cu idan de elegir un a h ue ste de aliados po dero sos
Iival ern cs de un m u ndo so cia lmen te co ns tr-u ido co m o el que ha bi ta- en su s ca m pos resp ect ivos. Ambos optan por una retórica de la
mos. Nosot ros m ant en ern os el rec ha zo ha cia un a visión del pasado con ciliacicm : recon ocen que otr os puntos de vista tam b ién tienen
qu e se presen ta co mo una realidad o b jetiva a travé s de lo s te xtos a r- ciert a va lidez, a unque por supuest o q ue también hay o pinio ne s
qu eo ló gico s 0 , al te t'nm iva m cnte , co rno a lgo su bjetivo. No se tra ta de qu e real mente so n absolu ta me nt e margin ales.
es coger e n tre un a cosa ti o tra . La teo rfu .Y la p rá ct ica arq ueol óg ica s, Hoddcr fu ndamenta su pu nto de vista en un artícul o in tro du c-
en ta n to q ue cre ac i ón en el presen te, u'axcicu d e n co mp leta men te cs- [Olio del libro Archa eological Theory il1 Europe: The Ú W Three De-
la división artificial (Shanks y Tilloy 1992; 243).
cades. El ensayo se en m a rca en la re tórica de lo s ideales euro peos :
certifi ca la exis te ncia de un a vibran te trad ición teoréti ca eu ro pea
¿Ha cia dónde se d irige la teo ría arqueo lógica ? Cada una de la s .Y se ñala q ue la teoría, más qu e nunca es tá en boga en Europa.
opiniones citadas muestra un punto de vista disti n to. En ellos hay Hodder co ntrasta es ta opinión so bre la situació n en Europa con
im plícita una for ma distin ta de en tend er qué ha sid o la teo ría y' una visi ón pes imi s ta so bre lo qu e es tá suced iendo en América del
qué es en est os momentos. Cada u na seña la una «corrien te prin ci- Norte, donde la es terilidad se im pone, en parte fruto del domini o
pal» y di stin tos ram ales vistos como m argina les o pe r iféricos. Ca - que ejerce all í el procesualisrno. Es sorprende nte que Hod der cite
da fra se es mi ejem plo de retórica. a Renlrew para a poyar sus pun tos de vista , crea ndo así una pod e-
Los paral elismos ret ó ricos no so n aje nos a ningu no de los ban- rosa a lianza q ue irru mpe en m ed io de las di visorias teo rét icas. Es
dos teor étícos. Para Binford y Sha nks y Tillcy no hay luga r a las com o s i Hod de r d ijera "fijaro s , lo qu e di go aq uí no es lo que d i-
medias ti n tas : o se es de un bando o del otro. La cie ncia es lo q ue ría en una re u n i ón de postpro cesual ist as: una figura imp ortante
es porque lo di ce Binfo rd . Tómese el me jor y más accesib le libro y prestigiosa de un ban d o di sti n to ha d icho prácti cam ent e lo
de Binford, 111 Pursuit of tlte Past (EI1 busca del pasado, en su ver- mi sm o ».
sión en españo l): la cuestión de la definición de cie nc ia y de mét o- Hodder crea o tras alia nzas leo réticas y so cio polít icas, mi entras
do cie n tífico se so luciona Con una no ta a p ie de página . En el e n- posiciona sus ideas de for ma muy cuidados a para no herir alguno s
sayo citado, la palabra «cien cia » se me ncio na m ás de cincu en ta sentim ient os muy d ifu ndid os dentro de la teoría arqueológica . Si
veces; sin em ba rgo, ni una sola ve z se ha ce re fere ncia a los pun tos eres un escép tico con relación a las ingen ui dades de la Nu eva Ar-
de vis ta no posit ivist as, com o si no ex istieran . Por lo tanto , los lec- queo logía , sfgue me. Si cre es en la idea de un a arqueología e urope a
tores que afrontan por primera vez u n di scurso sobre teo ría ar- di stin tiva , a bo mina del positivism o , acepta la s ubj etividad y abra -
queológ ica co n la lógica insegu ridad del que se sabe p oco du cho za la h istoria : resum iendo, acepta en tér m inos generales m i posi -
en la m ater ia y sin las sufi cient es credencia les no tie nen ot ro re- ción teor ética , Es ta deci sión no va a costa rt c mu ch os sacri fic ios ,
me dio que toma rlo a pie s ju ntillas , o aba ndo nar. Lo que Binfo rd puesto que ya no hace falta co ntar con las teo rías que deja s atrá s:
so stiene , o se acep ta o se recha za , no hay térm ino m edio . Algo si- en cierta mane ra , es lo que has estado haciendo a lo largo de tu ca -
mil ar pasa con Shanks y TilIey. De entra da , hay q ue so brepone rse rrera, a n tes de que la Nueva Arq ueo logía a parec iese.
a la jerga q ue u tilizan. Una vez hech a la inversi ón en tiemp o y es- Hodder tiene cuidado en acop lar es te arg umen to arqueo lóg ico
fuerzo intelectual reque ri do s para llega r has ta la página 24 2 de su con la descripción de lo que políti camente está su ced ien do. En-
222 I F I >ldl' ;\ 1{C)11l;.( 11 ,1)1 i l( "l\.. 1;N /\ I ~·f nU) I>I !(: 1 ' J( )N l' ONl' LLS IOr-:: CO:-J FLll'TO y CONSENSO 223

vu e lve e l ca pítu lo correspond ie n te co n refer enc ia s a lo s es critos de c hos ex ám enes , La m ayor ía de lectores . p u es, se mues tra poco in-
Gustav Kossin a, el arqueó logo a lemán cuyas ide as prestaron apo- clinad a a to rnarse el tie mpo y e l esfuerzo ne cesa ri os para abri r
yo a las idea s fa sci st a s sobre la supremacía aria , Si la u ni versidad co n ven ien temente la «ca ja n egr a » Y ver 10 qu e h ay d en tro . Ha rían
y la política se r ela ci o na n ta n to, su apela c ión a u n a clase media algo parecido con sólo ir a la sección dedica da a la bibl iografía co-
académ ica europea inflama da de se ntimie n tos liberales e interna- m en ta d a. Allí e nc o ntr a rí a n que la e xisten cia d e esta llue va esc uel a
cionalistas no deja lu ga r a duda s. S i eres un «b u en eu ro peo », tan- cen t ra l qu e r epr esenta se r la arqueología cog n itivo -proces ua l só lo
l O e n tu tr a baj o co mo arq u eólogo com o e n tu forma de vivir la c u l- es apoya da po r c inc o refere ncia s, una de la s cu a les s ólo tie ne la fe-
tura y la po lítica, d ebes hacer a rq ue o logía post procesual , c ha d e pu b licac i ón e n la década d e los no ve n ta (es decir, una ve?
Rcnfrcw y Ba h n tambi én p rocu ra n o cu pa r un té r m ino m ed io se ha producido el im pa c to de la s id ea s postprocesunles). Y, a l re-
equ id is ta n te de un os extre m o s que se con cep t ú a n como d es eq uili- vés, los estudian tes e ncuen tran qu e la s r eferencias en la bi blio grafía
brad os y poco razo nab les . Ob sér vese e l con texto d e los comen ta- del libro de Re n fre w Y Buhn des tinadas a apoyar lo que los autores
rios d e es tos aut or es, Su j u icio se sitúa de n t ro de un di scu r so más interpretan C0l110 una reacción de los añ os seten ta a la Nu eva Ar-
gen er a l so bre el d esa rroll o d el pensa mien to a rqueol ógico, Es te queolog ia, de hecho se or igina n en la década po steri or. Esta falta de
d iscurso tiene una estr u c tu ra m a rcad ament e progresi va , ya q ue ri gor en las fechas si se a p licase a l cu ida do de la cro nología prc his-
com ie n za en los orígenes d e la arq ueolo gía para segu ir con los t órica co m portarfa que toda vía crey ésemos en la di fu sión dc los
gra nd es descubrimient os de la d isc ipli na , a sí como con la s figu ra s m ega lito s,
que hici ero n é po ca , E l desa rroll o ú ltimo d e la teoría , qu e seña la Al mi sm o tie m po, a l situ a r sus com en ta r ios en u n texto «m er a-
claramen te un p r ogr eso co n r especto a lodo lo ant er ior, es para m erite» in tr od u cto rio , Rcn frc w y Bah n no tien en qu e proporcio nar
ellos la arqu eología cog n it ivo- p rocesu a l. Aqu í la teoría se exp lica u na docu m en ta ci ón a cad ém ica detalla d a sobre es te nu evo consen-
C0010 si se d irigier a a co nsegu ir un nuevo co nsenso , «q ue ace p ta so a lr ede dor de una arqueo logía cognitivo -pr oc es ual. Lo qu e les es
de b ue n grado obtener co noci m ie n tos de cu a lqu ie r desa rro llo m uy ú ti l, ya que e n mi o p inió n, tal co nsen so no existe. El té r m ino
postproce sua l apropi ado » [¿q u ié n defi ne q ué cr ite rios seña la n lo cogn itivo-p ro cesua l o la exp res ió n procesualis m o cogn itivo no es
q ue es y lo q ue no es a prop ia d o ?], a u nq ue «no acepta el re c hazo m ás q ue un recurso s lin gü íst ico p ara ocu par el t érmino m ed io
"revo luci on a r io» d e lo s logr os po siti vo s de la Nu eva Arq ueología » mi entras se mini m izan lo s d em ás en foq u es .
[¿quié n decide qu é re ivind ica c iones son r evolu cionarias o n o lo El segundo golpe es pec tac u la r de Renfrew y Ba h n co n sis te en
son?], reco noce r la exis te ncia de u na divers ida d de pu n tos d e vista, E llos
Renfr ew y Bahn se muestran co m o verd a dero s m a estro s cu a n - se levan tan po r en cima d e la s pequeñas intr igas d e los teó ricos pa-
do escogen d ónde situar esta s o pin iones: un manu al d e primer ra poder lan za r m e jo r' s us op in io ne s a utoriza das, Y, sorpresa para
cu rso de carrera . Se tra ta de un libro excelen te qu e h a teni do una lo s le ctore s, s us co men ta r ios im parcia les sob re lo que piensan que
gra n acogida, E llo los co loca en la posición adecuada p ara o rgani - es la d ir ecci ó n que toma hoy d ía la teor ía ¡co inci de con los ca m-
za r a lianz as fu ertes y exte nsas, Los primeros a lia dos ha de ser cvi- pos d e in vest iga ci ó n q ue a ct ualm ente co ns tit uyen el o bjeto p r inci-
de n te m en te la nueva ge n era ci ón d e es tu dian tes de arqu eol ogía, Al- p al de s u inve stiga ci ón !
gu nos de e llos constituirá n la n u eva gener a ción de arqu eó logo s; ¿Cu ál d e los cua tro en foques sobre la te or ía arqu eológica es
otros, después d e h aber pa sado por u n cu r so de introd u cci ó n , se- más "hon es to »? En cierto sent ido, es el de Binfor d , puesto qu e es
gu ir á n adelante para co nve r tirse en protagon istas in telec tuales , el único a utor que hace a lguna a lu si ón a sus impresio nes al te ner
c u lt u ra les o po lítico s de la fu t u ra soci eda d britán ica o nortcarne ri- co nc ie nc ia de que las co r rie ntes teó ric as de l m omen to se a pa r tan
cana. Paralelamente, a l aparecer e n un m an ua l de prim er curso de s u s tesis , ¿Q u ié n es e l que se lleva el gat o a l a gua? Re nfrew y
pueden encerrar sus op iniones en u na es pecie de ( caja negra », Los Bahn, quie ne s acier ta n s im ult áneamen te a reconocer y a m arginar
estu d ia ntes d e lo s cu rsos in ici ales tiend en a a ceptar lo que leen lo s otros pu nt o s d e vista , y a l mi smo tie mpo a di simu la r s u papel
como verdadero s h ech os, o com o mínimo com o doctri n a ob ligada d e protagon ista s mi entras aparec en CO l1l0 u n os comen ta rista s im -
por proced er de exp ertos , Ademá s, tienen otr as asign a tu ra s y m u - parci ales .
224 TFORIA AI{()l:H)],O(;](';\. l,NA IN'I'R(l1H,'('{'[()\. CO:\CUJSI()\::: CO,\];UCTO y L()\,1S[~NSO 22.')

Bien, debo decir que parece que hay ulgo más que un soplo de hípovrv- ligiosa es la figura o el propio editor del estudio, más banal y vul-
sia en todo ello. En primer lugar, Renirew señala que el misnüsímo tcrnn. gar parece el resultado. Recientemente, un colega me explicó con
no «postprocesual. )'a es arrogante en tanto que presupone que rcemptn :n cierto orgullo que había impartido un seminario internacional en
algo que ya ha pasado .v que por lo tanto sobra; añadíria que se trota de 1II1 e! que atacó a cierta escuela de pensamiento tras haber Icído un
ejemplo de retórica eH 111m sola palabra. En segundo lugar, me parece que
solo libro sobre el tema, pero contando con el apoyo de "varias
su libro hace exactamente lo mismo que ataca de Renire-» y Baírn y los de-
conversaciones de bar». ¿Se atrevería a escribir este señor un tra-
más. Enmascara como argumento autorizado lo que solo es Wl punto de
vista personal. bajo de clase puntuablc, después de haber leído un solo libro so-
bre, pongamos, la Edad del Broncc europea? Este debate, general-
mente de escaso nivel, significa que las posiciones defendidas sin
Bien, yo no ataqué a Renlrew y Bahn; intenté explorar su ma- base suficiente )" los lugares comunes abundan demasiado en to-
nera de situarse en una posición tal que ensalza sus alianzas y mi- dos los bandos. También se observa la presunción de que la posi-
nimiza sus oponentes. Todos hacemos lo mismo }' este libro no es ción de uno sale victoriosa intelectualmente en la medida en que
una excepción. los especialistas del otro lado son unos lindos dinosaurios o unos
Este libro presenta la teoda arqueológica como una narra- embaucadores y no unos arqueólogos serios con preocupaciones
ción. Intenté conscientemente con este método relacionar de una intelectuales genuinas.
Iorrna clara teoría, práctica y contexto intelectual; por ejemplo, Tengo la impresión de que existe un ámbito en el que el con-
cuando relacioné la arqueología postprocesual y el pensamiento senso surge fácilmente: la epistemología. Por un lado, pocos sus-
representado por la teoría social en la década de los ochenta. cribirían hoy un punto de vista estrechamente positivista y la
Claro que una narrativa así dehe presentar a la arqueología post- mayoría estaría de acuerdo en que la exigencia de comprobación
procesual COTIlü la «definitiva», tal corno Renfrew y Bahn hacen o contrastación conlleva muchos más problemas de lo que pare-
con respecto a la arqueología cognitivo-procesual. Para dar tal ce a primera vista. La proliferación de estudios sobre la teoría de
punto de vista puse de mi lado a una cadena de aliados: los cam- alcance medio y sobre tafonomía, que discutí en el capítulo 3,
bios habidos en la teoría del conjunto dc las ciencias humanas, pueden entenderse claramente bajo este prisma. También pocos
lo que viene sucediendo en el mundo ajeno a la arqueología. Al- se atreverían a afirmar que nuestras interpretaciones del registro
gunas líneas de pensamiento, aunque tratadas, han sido 111a[- arqueológico están libres de influencia social y política. En cam-
ginadas en el análisis al ser enviadas a los últimos capítulos (por bio, no conozco a ningún arqueólogo que se declare abiertamen-
ejemplo, la teoría feminista y la arqueología del género, que han te relativista; la verdad es quc todo el mundo niega hasta la sa-
tenido una enorme influencia sobre el postprocesualismo, apa- cieclad ser un relativista puro y simple. El relativismo es un es-
recen según el orden de los capítulos, como si hubiesen sido pectro que atemoriza a la arqueología y al conjunto de las cien-
influidas por éste). Pero ya es hora de fijar el punto de vista per- cias sociales, aunque la bestia parece que pasa la mayor parte del
sonal. tiempo acechando en las sombras, como algo desdibujado, sin
La arqueología sigue sin tener conciencia de sus propios fun- mostrarsc a la luz claramente. En este sentido, tal como dijimos
damentos teoréticos; gran parte de la actividad arqueológica sigue al concluir el último capítulo, resulta muv revelador del pensa-
despreocupada por los debates teoréticos que tienen lugar en inien lo contemporáneo este miedo universal al relativismo) como
nuestro tiempo. Sin embargo, parecc que en los últimos años se le sucedía al ateísmo en el siglo xvu o al comunismo en los años
han visto signos esperanzadores de que esto está cambiando. cincuenta, es algo que debe denunciarse ritualmente por todo el
El debate teorético, cuando existe, tiene un perfil intelectual mundo.
bastante bajo. Algunos análisis al respecto, realizados por figuras Este consenso, que se mueve por algún lugar entre un estrecho
prestigiosas de! mundo de la arqueología, denotan un conocimien- positivismo y un relativismo a rienda suelta, se descubre aliado de
to muy limitado de la literatura que citan en apoyo de sus puntos las filosofías post-positivistas de la ciencia corno el «realismo» y el
de vista, o para atacar o caricaturizar los ajenos. Cuanto 111ás pres- «constructivismo social blando».
226 TI~()J{li\ AR()L1I~OL()(;I(',\. [1\;/\ I\:T¡.{()lltl('{'I()N CONC1,[ ,'SlON: CON II.JCTO Y C(),\SENSO 227

Tengo dos cosas que decir acerca del debate sobre la cpistemo- vitalidad intelectual de la arqueología empezó a restaurarse. Aun-
Iogía. Primero, que varía según se refiera a la teoría o a la prácti- que haya abundante teoría poco aprovechable por su limitada ca-
ca. Lo que sorprende es que la insistencia en la prirnacta episte- lidad, también es cierto que existe una notable cantidad de traba-
mológica de los datos no se corresponda necesariamente con el jos nuevos verdaderamente interesan tes que se sirven dc una gama
uso de estos datos. Para clarificar este punto con el riesgo de per- apreciable de enfoques distintos. Estas novedades proceden a me-
sonalizar el problema diré que Chris Tillcv podría ser tildado de nudo ele jóvenes especialistas que no se contentan con refugiarse
relativista de miras estrechas; sin embargo, hay en sus dos libros en un 11larCO de estrechas afinidades tcoréticas. Destaca especial-
recientes más «datos» trabajados en detalle y de forma critica que merite el hecho de que estos nuevos trabajos combinan los datos
en toda la carrera profesional de algunos de sus críticos. con la teoría: se profundiza en la teoría sin dejar de lado las rcfe-
Segundo, pienso, a riesgo de parecer ligero, quc los debates so- rencias críLicas al material arqueológico, siendo los enfoques 111U)i
bre epistemología, aunque seguramente necesarios, no dejan de variados, de manera que se evidencia una falta de complejos ante
ser muv aburridos. Hay otras cosas en la teoría que me parecen el eclecticismo.
más interesantes, por ejemplo, la naturaleza de los cambios socia- Me inicié en la arqueología de forma parecida al personaje
les, las cuestiones relacionadas con la estructuración y la estructu- que ha estado cucstionándomc a lo largo del libro, como un ar-
ra social, el contexto cultural de la actividad arqueológica, la ar- queólogo práctico siempre metido en el tajo, con polvo hasta las
queología del género, las relaciones entre arqueología y teoría lite- cejas. Todos los arqueólogos con los que trabajé antes de dedicar-
raria, la aparición de la complejidad social y los distintos modelos me a la universidad se mostraban desdeñosos ante la teoría: a fi-
sobre evolucionismo cultural. nales de los años setenta, la arqueología de urgencias estaba en
Un aspecto particularmente sorprendente de los debates de los su cenit, por lo que había demasiados yacimientos que excavar
últimos tiempos es ver cómo la discusión teorética viaja de un la- corno para preocuparse por cosas demaxiado abstrusas. Mi pri-
do a otro del océano atlántico y CÓJllO este ir Y venir genera unas rner año en la universidad confirmó mis sospechas. Un evolucio-
dinámicas entre generaciones de especialistas lTIUY interesantes. n isrno cultural de miras estrechas y la Nueva Arqueología domi-
Por ejemplo, es más interesante lo que sucede ahora en Norte- naban la escena. Los grandes esquemas evolucionistas me pare-
américa con relación a los estudios que se enmarcan en el evolu- cieron aburridos v poco relevantes en relación con las particula-
cionismo cultural que lo que ocurre en Gran Bretaña. En parte, ridades que presentaba la práctica arqueológica. Leí cosas sobre
ello es debido a que muchos departamentos de arqueología en historia y sociología histórica, pues corno también pensaba Bruce
Gran Brctaña están concentrados en el debate requerido para di- Trigget~ me pareció especialmente sospechoso el rechazo de la
gerir el cambio provocado por el pcnsamiento postprocesual. En historia. Seguramente, visto retrospectivamente, hice una lectura
este contexto, muchos especialistas jóvenes piensan que la arqueo- sesgada y parcial de la literatura que cayó en mis manos. pero es
logía procesual es una tradición rnoribunda que no debe prcocu- así COlllO lo vi entonces.
parles, aunque expresen distintos grados de escepticismo con rela- Esta visión se reforzó con experiencias sobre la teoría ajenas a
ción a las alternativas que se les ofrecen. lo que entonces 'era la corriente dominante. Mi trabajo en la lla-
mada «escuela inglesa» de historia del paisaje y 111is contactos
con la teoría histórica generaron que me diese cuenta de la gran
Conclusión diversidad de planteamientos teoréticos y metodológicos que
mostraban disciplinas hermanas. En estc sentido, la iclea de que
Al empezar a pensar cómo escribiría este libro tuve la imprc- los argumentos nunca se evalúan en condiciones de plena objeti-
sión de que la teoría arqueológica estaba alcanzando un impasse, vidad, sino que se consideran y Iormulan enmarcados en un de-
una especie de punto y aparte. Al indagar sobre ello y en particu- terminado medio social, no constituyó para mí una lección teoró-
lar al leer sobre diversos casos interesantes sobre períodos )/ temá- tica sino práctica, derivada de la relación establecida y del traba-
ticas sobre los que no tcnía la suficiente información, mi fe en la jo continuado con arqueólogos, historiadores, historiadorcs .k-l
221\ r l':<)IU ,\ ARO t ll ;,( H ,()(i1Ci\ . C :--J A I '\Tl tí l ll l l( "( 'IC I f\ l 'o , n II S I O I\ : ("O '\ !"I .I { T U \ ('( ' '\ S!·:N :--.o /,~q

arte y ge ógrafos. De nu evo [ue la expe r ien cia p ráctica y no la d e- sign ifica la c rí tica se r ia , y. s in e m h a rgo co m p re ns iva . de las posi-
m os tr a ci ón teo r ético lo que d ir igi ó m i a tenci ón hacia la frag rn e n - ciones teo ré ticas d e u no m ismo y de los demás .
ta ció n del m ét odo dentro del co nju nto de la di sci p lin a a rq ueoló - Tal com o oí una vez a alguie n decir en un polvori ento bar en al-
gica . Veo que ex iste po co e n com ún en tre el m étodo y la teo rí a guna parte del oes te de Texas, «n o hav nad a en m edi o del cam in o,
d e, d igamos , la a r q ueolo gía d el su do este amer ica n o y la d e la excepto las lín eas b la n cas de los armad illos mu ertos " . Y algunos
igles ia e uropea m ed ieva l. Ambas probablemen te co ns ide r a rí a n el curiosos te ó rico s d e la arqueología.
m étodo d e la o tra com o a lgo tota lm e n te im p rod u c t ivo . S i el «teó -
rico » tie n e a lgún papel que re p re se n ta r en a rq uco logta . se gura -
m e n te es e l de mediar: mostrar cóm o a m b as escu elas tienen su
prop ia valide z, sus propi as cre d e nc ia les int e lectu a les y exp licar
po r qué deben resp etarse mutuamen te v tomarse el tiempo ne ce-
sario par a h ab lar se.
El p rin cip al objetivo qu e m e planteé al escribir este lib ro fue
pers ua d ir al lector del in terés , im portanc ia v relevan cia d e la teoría,
as í com o es timu la r le a ad op tar u na a cti tu d co nscie n te me n te cr i-
tica h a cia tod o lo que lo s gra n d es es pecia lis ta s, los «expe r tos» , le
cu en ta n sobre la teo rí a y la prá c tica de la disciplin a . Qui si era
que lo s estudia ntes se animaran a a bri r las «cajas n egras» e n vez
de dejarl as int ocadas . Detr ás de tod o ello exi ste por mi par te la
creen c ia , qu izá s a lgo in gen u a , d e que la d iversid a d d e p lan tea -
m icn tos y enfoqu es es a lgo esen ci a lm en te bu en o , que la in tera c-
c ió n d e lo s d iferentes e n fo ques tiende a p rodu cir resu lta dos más
inte re s aru es y ricos . e n d e fin it iva , q u e nu estra cr ó n ic a so bre el
pasa d o ga n a e n b rill o y e n ve racid a d d e esa man er a . Co n te m p la-
do d e fo rm a má s ge ne ra l, pi enso q ue el va lo r intrínseco d e los es -
tu dio s aca d é m ic os c n hum a n id ad es reside en el desarro llo d e
una a c ti tud cr ítica po sitiva hada uno mi smo y ha ci a el co nj u n to
d c la soci ed a d y la cu ltu r a . No me p reocu p a qu é tipo d e «ism o »
va n a e nc o ntrar m ás a tra c tivo las ge ne raci o n es fu tu ras d e ar-
qu eó logo s, s iem p re qu e eleve y es tim u le las a ctitudes c r ít ic as. E n
c l momento e n qu e la teoría arq ueológ ica em p iece a parecer u n
lib ro de rece tas , e n to nces es q ue está segurame nt e sob re vivie ndo
a su utilid a d .
Me preocu p a en esto s m omen tos la falta de pen sa m iento crí ti -
co seri o qu e mu estra gr a n part e d e la li te ratura qu e se publi ca. Los
a rticulos qu e fina lizan co n la d eprimen te con cl us ión ba na l de que
«a m b as post u ras tie nen c osa s q ue a po rt a r» o q ue «de be n a mos in-
tentar a vanza r por el ca mino d el med io » de be r ía n ser a p a r ta d os d e
la circulac ió n, no porqu e el tér m in o medio sea malo en sí m ismo ,
sin o porqu e la b úsqueda de es te ca min o del m edio , de m asiado a
me nu do se conviert e en un fácil rceam b io del tr a bajo duro que
GLO SARI O

«Señ o r, le he enco n trado un argu men to; pero no estoy


obligado a encon u-arl c un ent en dirnicn to .»
(El doct or Jo h nso n a un int errogado r
aburrido; Boswell, junio de 178 4)

Mu chos d e los té rm inos que s igu en a co n tin uac ión pued en pro-
voca r cie rta confusió n, puesto qu e sign i[ica n cosas di fe ren tes para
algunas personas . T érm in os co mo «clase» , «cult ur a », «evolu ción »,
«p ro ceso », «tipo) y «poden ) pueden parecer bastante simples, pero
a m enudo tiend en a co n fu n d ir; p uest o que se usan por part e del
autor e n un se n tid o y se leen en otro. Un bu en eje m plo de e llo es
el térm in o «teor ía .. (véase más ad ela n te ). Parte del problem a qu e
suscitan es tos t érm inos consiste en que ca m bia su significad o segú n
el con texto o la fo rmac ión disciplina ria . Por ejem p lo , el término
«m a te r ia lismo c ultu ral » tiene u n sign ificado d ia metralmen te opues-
to segú n lo use la a n tro po logía c u ltu ra l o la teoría literaria .
En es te glo sar io só lo he in c luido los té rm in os que aparecen en
el texto qu e precisan de aclar ación . E m pecé con la idea d e co mp i-
lar un glo sario co m pleto de tod os los t érrn inos especializ ados que
la teoria arq u eol ógica u tiliza, pero p ronto me d i c uen ta de que es-
te ejercici o requ eriría añadir un seg undo volumen al libro, La
Analytical Archaeology de Clark c ( 1972) con tien e u n buen glosa r io
de térmi n os utilizad o s por la teoría de sis te mas y ámbitos afi nes .
Hodder el al. ( 1995) in cluye un glo sa rio muy útil . Para las ci encias
hu m anas en ge ne ra l es ú til consulta r el glosa r io que in cluye John -
so n ( 1995 ), mi entras que Hurn m (l 992 ) proporciona u n glosa r io
de términos qu e u tili za el pensami ento femini sta. Lech te (1994)
ofrece breves d iscusi ones sobre los pensad ores de nuestro tiempo.
232 INTR OJJCCC IÓ N A LA TEOR fA ARQUEOLÓG ICA G LOSA R IO 7:' 3

El libro Kevwords (ed ici ó n de 1988) d e Rayrn ond Willia m s es u na Co n t r a d ic c ió n . T érmin o co n co n no tacio n es m arx is ta s : véa se Dl A-
le ctura fascinante . E l apén di ce de Cu llcr ( 1997) ofrece op inione s I.ÉCTTCA.
con cisas sobre las principa les esc uelas de la teoría literaria .
Los t ér m in os que si gu en ofrece n u n a exp licaci ó n simplifica da Co si fi c a ció n . Es 10l11ar u n a idea y tr a tarl a corn o u n a cosa defini-
en ex ceso . La m ejo r m an era de ap recia r el sig n ifica d o co m ple to y tiva . Así, ta n to ({el neol íti co » CO lll O «la ar q u eo logía pos t proce su al »
el co nte xto de la m a yo rí a de ellos es leer el cap ít u lo co rre spo n- so n cosificaci o nes. A menu do se usa pev o rativa mcntc co rn o cu a nd o
di e n te, puesto que lo s tér mino s sólo se pu ed en comp render h ie n se d ice : «N o exis te eso de la escue la co g n itivo- p roc es ualist u. Se tr a-
e n m a rcad os en el co n tex to d el m o vim ie nto intelec tu al de! q u e for- ta de una cosifica ci ón hech a a pa rt ir una s p ocas rese ñas d ispares.»
man palie . Los tér min os ta mb ién ca m b ian d e sig ni fica do . Segu ra-
m en te, en e! tiem po qu e pasa ent re qu e escr ib o estas p al ab ra s y so n Cu lt u r a . Un a c ultu ra a rq u eo lógica se presen ta c ua ndo se ad vicr-
leída s, muchos d e es to s términ os habr án cam b ia d o d e sig n ifica do. te r ep et id am ente so bre un es p acio di scon tin u o y a lo la rg o d el
tiem po un co njunto rec u r ren te de ca ra c te rí s tica s especí ficas en la
Arq u e o lo gía feminist a . Sos t ien c q ue los roles de gé ne ro son o b- cerám ica , la Iorrna de la s casas , la s prá ctica s funera ri a s, e tc, E n
je to de co nst ru cció n soci a l. sea co mp leta o pa rc ia lm ente . .Y no vic- un se n tid o muy a m p lio, u na c u lt u ra pu ed e con temp la rse desd e .,
nc n d o ta dos por la bi ología . Las femin ista s p ien san q ue la s m ujeres di s tin tos pu n tos de vis ta , C0 1l10:
a lo la rgo de la hist o r ia han su frido e n el mundo occidental un a
o pres ió n social es p eci a l. Es to im pli ca q ue a ) los arqu eólogos tien e n ltu n conju n to d e id ea s y c ree n ci a s co m p a r tidas (p u nto de vis-
qu e fi ja rs e en los roles de gé n ero y la s d esig u a ldades q u e se da u ta norm at ivo ):
dentro de la profesión ; b) la n ecesi da d dc ser más críticos co n r ela - • un sistem a «ex iraso m árico» adap ta d o al m ed io externo (p un -
ci ó n a los sesgos y su p ues tos en los q ue se ca e cu an d o se es tu dia n to de vis ta sist émi co ):
la s sociedad es a n tiguas, y e ) la n eces ida d d e c uest io na r la Io rma e n • u na es tru ct ura o có d igo a ná logo a l le nguaj e;
q u e ha s id o construid o hist óricam ente el co noci m ien to a cadém ico • un a t r ib uto del co m po rt a m ie nto c iviliza d o , C0 l1 10 cua n do se
(baj o el do min io m asculino o de m odo «fulocrá tico» ). No todos los d ic e «tod a s la s per so nas c u ltas d eberían te n e r a lg ún co noc í-
arq u eólogos inte resad os por la a rqu eología del género se llama n ,¡ mi ent o el e a rq ueo logia ».
sí m ism os Icmin ista s, y no tod a s la s fe m in istas t ien en necesar ia -
m en te qu e estar abso lu tamen te de acu erdo co n el punto c ). De construcción. In str um e n to dia léctic o perten ecien te a l apara-
to d el postestru ctu rali sm o . Los postcs truc tur a listas seña la n que

~l
Cibe rnét ica . Cien ci a de los llujos d e la e nergía , asoci ada a m e- cad a pa labra o fr a se t ie ne muc hos s ig n ifica dos y que estos s ig n ifi-
nu do a la teoría de s is temas . ca dos, a s u vez , se refi ere n a una mult ip lic idad de o tros s ig nific a-
dos d el len g uaje . Ca d a texto , a u nq ue parezca u n texto o bvio o b a - '1
Cons t r uc t ivis rn o social. Sugie re q u e el co n ocim ien to c ie n tlfko na l, puede «dcc o n s tru irse». es decir, po ner se en ev id encia la mul-
no co nstituye u n corp us n eu tr o de da tos indep en dien te d e I,¡s tiplici d ad dc sig nifica d os di stint os del sign ifica d o qu e a pare n ta . La
p rác tic as cultu r a les y los valores , s in o qu e se origin a en eJ sen u tll' dec o ns trucc ió n pued e u tili zarse cn el di sc ur so políti co r a d ical (p a-
la s oc ieda d , con lo q ue elJo co nlleva . P o r lo tanto , los da to s y I"s ra m ostrar, p or ejem plo. de q ué form a la voz «m a sculi n o » es in es -
p rá cticas de la c iencia, o s o n co ns trucci o n es s ocia les e n su tu tuli table y a l mism o tiem po privilegia d a ), au n qu e tambi én p u ed e co n -
dad (co ns t ruct ivis mo d uro) o lo son e n p arte (co n s tru c tivis mo d uc ir a un rel a t ivis m o polít icamente ne utro e in capaci tan te .
b la n do) . En la práctica , el co ns truc tivis m o soc ia l se int eres.. por e-l
trab aj o en el la bo rator io , la s p ublic aci ones cien tí ficas y los Ilu ju, Di a crónico. A lo la rgo del tiempo (o pu es to a SI ~CRÓNTCO) .
de in formaci ón en ta n to q ue proces os q ue d eben es tud inr:« : dl's d l'
una p er sp ectiva sociológica y n o sólo en téTnlino s pn r. uu .-u r« Ilialéctica. ' 1't 'T lI l i ll Cl c(J m plejo p ro ced en te del pen sa m ient o h e-
(cient íficos ». la s (' () ll l r~H. li c ci o n c s o con llk-tos d e
)' i , l i ; \ l ]( ) \' 111 ; 11, j '. !; 1 Sl ' l' i ,li l'l'l ' :1
234 I NTI{OlJ L C CI ( )N ¡\ L A T f ~(}R I /\ I\I{Ül.l !':( 1I.(I(; 1('/\ ( i ]. USI\ K J() 2 \~

ideas o de gr u pos que se ge ne ra n en un dete rm inado marco de re- Escu e la de lo s Anuales. Escue la fra ncesa de pe nsa m ie n to his-
laci o ncs . Este marco a caba por q ue b ra r debid o a las te nsiones in - tórico qu e en fa tiza las inte rrela ciones e n tre las dife rentes esca las
teri ores que soporta , da ndo lu ga r a la Io rmac ión de nu evas formas del tiempo (la longue durée o c iclo la rgo , e l ciclo med io y el ciclo
so ciales o in tel ectua les que ti s u vez d esa rrolla n llueva s con trad ic- cor to d e lo s aconteci m ient o s de la histo r ia evenctnent ielle). Los hi s-
cio ncs. Así, por eje m p lo , la e xp licaci ón q ue da Marx de l fcudali s- toriadores d e Anna les también se preocu pa n por el es tud io de las
1110 es dia léc tica en el sen tido d e qu e ve ía co n t rad icci o nes dentro m entalidades. Véase ca p ít u lo 10.
d el siste ma feudal q ue con dujero n a S tl ca ída y desapa rición, para
dar lu ga r a la Iorrnac i ón d e u n nuevo sist e ma . el n aci e nt e ca p iia - E se n ciali smo. La creencia en que existen ciert as act it u d es o
Iismo con SLlS nu eva s co n trad icciones. Un e n foq ue di aléc tico de l C1110ci0l1CS que so n «n a tu rales . o d otadas b iol ógicam ente . sea en
ca m bio social o del d es ar rollo intelect ual es s uscep tib le de ser co n- el género humano en gene ra l o en lino de Jos sex os. E l fem inismo,
tras ta d o con el enfoqu e evo lu ci o n is ta o progre sivo. por ejemp lo, debate espe cialm en te es tos p ro blem as. Así, la afirma-
ci ón «en la prehi st or ia los hom bres deb en h a ber sido m ás a gres i-
Difusión. Se refi ere a la propaga c ión de ideas e n tre g ru pos cu l- vos, dado qu e ado lecía n de l inst in to ma ternal» es una a firm ació n
tundes. esen cialista . Las reivindicacio nes ese nc ia listns se a poy a n a m enu-
do en a rg u men tos biol ógico s (por eje m plo, q ue los cere bros de
Diletantis mo d e a nticuario. E n es te lib ro, es ta ex pres ió n se re- hombres y mujeres están es tr uc tu ra dos d e for ma di st int a ): la s pre-
fiere sólo a l puro co leccion is mo d e obje tos a n tiguos sin relacio- su nc iones esencialist as a menudo tienen un fu nd a me n to e n la so -
na rlos con los proceso s del pasa d o. E l d ilct ant ismo d e a n ticua r io c iob iología () e n escue la s afines d e pe nsa m iento. E n ocasio nes de-
d e los siglos XVt-XVI11 fue u na actividad muc ho má s sofis ticada de ri van d e l hu rna n is m o .
lo que aq uí se d a a e n te n der, por lo q ue es te tema d e ma nda u n tra-
ra rni e nto much o m ás co m plejo.
Est ructura. So n las relaciones sociales o cu lturales q ue pe rma-
n ecen en el tiemp o . Los Iunciona listns u veces u tilizan es te té r m i-
Di s c urso. Conjunto de reg las so bre la forma de esc r ibir y razo- no para si gn ifica r «siste rn a» . Pa ra Jos marx ist as y lo s estr uc t ura -
n a r es p ecífico para cada di sciplin a o in st it u ción : así, «todo el apa- listas, la estruc tu ra fu nda m ent a el sistem a so cia l.
r ato del di scurso cmpi ri ci st a Se p onen en Iun c ion a m ie n to en est e
artículo ... », Términ o 111UY soco rri do por los a rqueó logo s inf1u id os
por Fouc au lt . Estructuración. Se refiere a l problema de in ter p ret a r las accio-
nes intencional es y Jos re cursos n ec esarios para poder a ctuar, co -
mo cuando deci rn os «el cstruc turalism o adolec e de una teoría d e
Empiricism o. La creencia en que los d atos « hablan por sí mi s-
la es tructuración " (es deci r, e l cst ruc tural ísmo no p uede exp lica r
111os » s in el benefi cio d e teo ría s que m edie n . A me n udo es usa d o
por qué los individ uos actúan de for mas m uy di versas cn vez de
in te ncion a da men te para s ign ificar in genui dad teor ética en ge ne-
segu ir ciegamente un mod elo de co m po rta m ie n to p reconcebi do).
ral. A veces ra m b i én se u sa a b us iva y co n lusumen ro en lu ga r d e ro-
SITIV ISM O .
A menudo se asocia co n ESTlUXTURA.

E pistemología . Sobre cómo llegam os a co nocer lo qu e conoce- E structuralism o. Es cree r q ue la c ultura es regida por reglas
mos; en otras palabras, se refi e re a la va lid ez d e nuestra s pret en- análogas a las reglas qu e r ige n el le ngua je.
s io nes de conoc im ie nto Po r eje m p lo, la cu es t ió n «¿p nt!rcl1)os a l-
gú n d ía saber qué pensaba la ge n te e n tal m orn en to ?» es una pre- Etn o centrismo. E xis ten d os sign ifica dos: la c ree nc ia en que los
gu n ta ep ist em oláeica , va lores y atributo s propios ha n sid o lo s vige ntes e n cualqu ier épo-
ca y lu gar ; y/o la creencia en qu e la cu ltu ra propia n o sólo es dis-
Escu e la de Frankfurt. Véase T EOR íA cxrrrc«. tinta sino qu e es moralm ente superior a las o tras.
236 1:'\'I' I{ ( )I) LT U Ó!\ A I. A TI 'J )I{I ,\ ,\ k U l :U JI.l H ; I( "¡\ ( ; I ,( )SARI() 2.17

E volu ció n . Tér m ino derivado hi stóricamente d e Darwi n y Spc n- rrela ci on a p osi tivamente co n la s situ aciones m edi oam biental es
cer; Cuando se u sa en arqueol ogía su sign ifica do va ría. Pu ede in- margi nales . .
cl u ir u na de las sigu ientes p osi bilidades o tam b ién parle de las dos :
1. La aplic aci ón de los principi os darwin ianos d e la muta ción Historia c u lt u ra l. Tér m in o u sado en Nort earu érica p a r a r efer ir -
a lea to r ia y la sele cc ión nat ural a los seres hum a n os e n el p asado. se a l e n foqu e trad ic io nal q ue a tien de a la di st ribu ci ón de la s c u l-
lI ay q u ien pi ensa q ue la ún ica unidad válid a de se lección es el in - turas y a la infl uen c ia c ult u r a l.
d ividuo , p ero otros p ien sa n qu e la s prá ctica s c u ltu rales O in cluso
la s cu lt u r as co m o un to d o ta m bién so n unida d es a propiadas. Historicismo. Tiene va r ios sign ific ado s. Por ejem p lo , la nueva
2. La id ea d e qu e la s soc iedade s hu m ana s pu ed en cla sificarse teo ría litera r ia hi stor icista es «u n m ovim ien to crí tico que insist e
seg ú n un a esca la d e co m p le jida d . y q ue a lo largo del tie mpo se cn el lu ga r p ri o ri ta rio q ue ocu pa el co n tex to h istóri co para la in -
produ ce u n desarroll o en la s so ci ed a des que la s ha ce evo lu cion ar terpr eta ci ó n de tod a clase de text os» (Hamilton , 1996: 2).
de lo simpl e a lo co m ple jo . Esta s id ea s se r ela ci on an co n los plan -
tearnien to s que co n te m pla n el p rogreso c o rn u a lgo in heren te a la s Historiografía. Tiene va rios sign ifica dos . incluye ndo la teor fa
socied a des h umana s y a la mi S111a vid a . h is tó r ica y la historia d el pe nsa mi ento hist ó r ico .

Fcn o m e n o logia . Es e! est udi o d e la exp erienc ia y la co nc ien c ia Humanismo. La cree nci a e n que existe un a «co nd ición hu m a-
humana s en la vid a diaria . na » ese nci a l por e ncim a de la s ci rcu ns ta ncias h istóricas .

Formalismo, Escu ela de teo rí a ec o nóm ica que s ug ie re q ue se Idealismo, El us o teor ét ico d e es ta pala bra d ifie re del u so co-
pueden ext ende r a l rest o d e! mund o las id ea s occi den ta les de ra- 1l1Ún . Un ideali s ta c ree que los p cnsamieruo s a n teced en a las ac -
c io na lid a d ec o nóm ica. cio nes; e n o tras pal a b ras. q ue el m undo de la co nc ie nc ia es más
im porta nt e que el m u n do mater ia l. Sc gú n e l idea lismo h istóric o
F unciorralismo. La cr een cia en qu e las distin tas ins tl lu cion es y de Coll ingwood , el m ét od o bá sico par a la in terp r etaci ón hi st ór ica
p rá c tica s d c un g rupo h umano se int errclacio na n d e una forma y a rq ueol ógica es procura r volve r a p en sa r m ediante la e rnpat ía la
a náloga a co m o s uc ed e en u n orga nis m o como el c ue r po. de m a - fo rm a d e pen sar de los pueblos d el pasado .
n er a que la form a de una de e llas pu ed e exp licarse po r la s relacio-
nes fun ciona les qu e mantiene con las otras. Ideolo gía. Véase cap ít u lo 6. Co n jun to d e creenc ias im plíci ta s o
d e punt os d e vista so bre el mundo . Segú n e! m arxismo, la id eolo -
Hermenéutica. Es el e stu d io d e la lo rrn a d e o torgar sig nifica d o gía sirve para legitim a r o e n m a sc a ra r la situaci ó n rea l de la s rel a -
a los produc tos cu ltu rale s, o sobre la m anera de int erpreta r las a c- cione s soc ia les .
cion es h um a n a s y su s r es u ltad os (p or ejem p lo, los textos escr itos.
la s actividad es sociales. el arte o la p rod ucc ión de o bjeto s) . Indívlduallsmo metodoló gico. Es cre er que la s socied a des es -
tán for m a d a s po r una suma de individ uos, PO I" lo q ue só lo se pue-
Heurística. Indaga r¡ a pr en d er; sac a r a la luz id ea s nu evas, c o rno den exp lica r los fen óm eno s sociales por m edio del es tu d io dc la
cuan do d ecim os «n o dim os con u na teor ía im p or ta nt e a p a r tir d e p sicología in d ividual.
la sim u la ción . pu esto q ue lo hi c im os co n un propósito he u rls tico:
sa lieron a la lu z nu evas id ea s y pos ib les n uevas in terpret a ci ones Inductivismo. Es p en sa r qu e la investiga ci ón a rqueológica e m -
qu e pr ecis ába mos para poder segu ir tr abajan do en ello» . pieza co n la ob se rv a ción d e los datos di sp on ibl es, pa ra elabor a r a
p a r tir d e és tos un di scu r so ge ne ral (en con tras te con el m odelo
Hipótesis . Predicc ión so b re la s re la ciones e n tre va ria bles , co m o que sos tiene que la recogida de datos e n sí misma p resu pone la s
c uand o d eci m os «rni hipótesis es qu e la a su n ció n de r iesgos se co- hipótesis fu turas) .
2.\~ l ~ n{( )I l\ )( ' ( ' Il) 1\i i\ 1,/\ T I-'.I )Rl i\ A I{ l) I IF,CI I .( )( ' I( "¡\ GI.OSAR I() 23 l )

Le gitimación. Véase IllEO LOGiA. m e to dolog ía es parte d e la teoría, m ien tra s que o tro s insi sten e l)
que h a n de manten erse sepa radas .
Logocentrismo . Pa ra los post c struct ura list a s, el logoce nt ri sm o
es la il usión es tim u la d a po r la cie nc ia p osit ivis ta d e que exis te un Modernismo. Se u sa p a ra referi rse a la confi anza e n la Cie n c ia .
m u ndo real m ás all á de los texto s. a l qu e és to s p u eden referir se, y la Verd ad y el Progreso .
que los signi ficados pued e n co ns ec u en te men te fijarse sobre u na
«re a lid a d » definitiva . Los p ost est ru ct u ral ist a s p ie nsa n qu e los sig - Multlcultnralism o. S e r efi ere a la co nsid er aci ón fa vo rable q u e
ni fica dos nun ca se fija n de esta for m a . por lo qu e n iegan lo que m ere ce la d iversidad é tn ic a .
llam an «la Iala cia Iogoc éntrica ».
Multilinear. E s un m odel o teó rico que su gi ere que p uede se gu ir-
se más de un cu rs o posible. por ejem plo . en la evolu c ión social.
Marxiano. Es te térmi n o se u sa en d os se ntid os d isti n to s. Algu -
nos a rq ue ólog os norteam eri canos lo usa n r ara re feri rs e a la inves-
N o r m a ti vo. La pres u nci ón de q ue los o bjet os produci dos por Jos
tiga ci ón a ca d émi ca rea lizada a p artir de los tex tos d e Mar x pres-
sere s h u m anos so n ex p res io nes de ide as o n o rmas c u lt urales.
c indiendo d e s u s c o nnotac io nes po lítica s (desc ri ta s corno marx is-
ta s). Por o tr o la d o, a lgu nos teó r icos soci a les usan la voz m a rx iano
Paradigma, Conj u n to d e cre encias o p resu nciones q u e sust e n-
p a r a refe rir se a la amp lia trad ic ión del p e nsa m ie n to inspirado por
tan la manera cor rect a de hacer «ciencia ). El t érm ino fu e inventa-
la o b ra de Ma rx.
d o por Kuh n, quien su gir ió qu e la cie nci a se carac te r iza ba por ex-
peri m en ta l' lar gos pe ríodos de es tab ilid a d sa lpicad os p or «ca m b ios
Materialismo. Tie n e d isti ntos significados. Li te ra lm ente . m ate- p a rad igm tu ico s » revolu cio na r ios , por ejem p lo . e n tre la física d e
ri a lis ta serí a qui en cree qu e el mundo físico, m ate ri a l. tiene mayor Ncw ton .Y la física de Ei n st e in . Se h a deb a tid o a bu n da ntem e nt e
im por tancia q u e el m u ndo d e la s idea s . Algunos m arxist as u sa n a ce rca d e si e l di a gn ó sti co d e Kuh n er a cor recto O n o . Si a sí fu er a ,
lo s t érmi nos «m a rx ismo» y «materi alismo ) de [orrna in d istinta. la Nu eva Arqu eol og ía (o la a rq u eo log ía p os tp ro ccs ua l) marcaría ~. i
Tam bi én se lisa por p a rte de a rqueólogo s norteamer ica nos <:0 1110 LIn verdadero «ca m bio parad igm ático ).
con tr a seña para re ferirse a l m a rx is mo si n co nn otac io n es p olí ticas .
li'I
Para los teóricos de la lite ratura . el té rmino materia lismo c u lt u ral Politético. Qu e tiene varias ca ra ct erí s ticas o que r esp onde a va -
re fleja la idea d e que hi sto ria y cu ltur a so n dos reali d a des relacio- r ios crit erios.
na d a s dial écti camcnte. A veces se en tie nde com o «la vers ión bri tá -
ni ca del Nuevo H ístori cism o» . Fin a lmen te. el término m a teria lis- Postmodcr'nismo. Segú n Lyotard . el pos trnod e rn ís m o es «inc re-
010 se usa p a ra descri b ir un a m entalid a d asociad a a los orí genes
duli dad fre nte a la s m e tanarrativa s ».
d el ca pita lis mo . co m o c uan do se d ice: «el m ayor co n fo r t d e las ca -
sa s e n el siglo XVlt re flej a el nu evo es p ír itu d el m a teri a lismo ». Procesual. E scu ela d el pensam iento a rqueológico q ue en fa tiza
la idea d e proceso. tien de a ge nera liza r y a d opta u n la to en foque
M étodo histórico directo. Tér m ino u sa d o en Nort ca m érica p a - p ositivist a . El p ro ces ualis m o pu ed e en te n derse co m o u na va r iante
ra refe r ir se a l m étodo de d elinea ci ón d e gru pos cu ltu ra les en la d esarrollada y m ad ura de la Nu eva Arqueolo gía.
preh istor ia a part ir de gru pos «con ocid os» en e tnogr afía y e t-
noh ist oria . Estos gru pos sirve n d e ba se d e partida d esde la que re- Procesuatismo c o gnitivo. Escuela d e pensami en to qu e rei vindi -
m on ta rse a l pasa d o pr oto hist ór ico y pre h is tórico, ca la co mbin a ci ó n de un a m plio fund amento procesual con el r e-
co n ocim ie n to de la im por tan cia de observar los fac tores cog ni ti-
Me todologia. Conju nt o de técn icas y m é tod os u sados p a ra re u- vos. «Es una altern a tiva a la ori en ta ción m a teri al is ta del en foq ue
n ir e in te rpretar los da tos arq ueol ógic os, Algunos pi en san que la proces ua l-fu n cional pr eocupad a p or: 1) la in tegración de lo cogn i-
240 I '\ T RI'I H IC('lO N /\ I. A T F O RI ¡\ A){U I ' I:.( )I.( H , W t\ G LOSMHO 24 1

tivo y 10 simb ólico con otros aspectos d e las so c iedades pr imi tivas; Sociobiología. Sost iene que las prác tic as cu ltu rales tien en u n
2) el papel d e la ideol ogía com o a ct iva fue rza estruc turan tc. Utili- fu n da m en to b iológico , por lo qu e no cons tituye n una const ru cció n
za el en fo qu e teoré tico d el individ uali smo m e tod ológico » (Ren - soc ia l.
trew y Ba h n , 1995).
Sustantivismo. Escue la de teor ía econó mic a qu e so stiene qu e
Re alismo. Filo so fía d e In cien cia si tu a da «en tre» el posit ivismo y n u es tras ideas so bre lo que significa «racion a lid ad ) econ óm ica no
el co nstr uctivismo . Los realistas ma n tie nen que ex iste u n m u n do so n aplica bl es a o tras c ul tu r a s.
real exter n o , por lo que in te ntan b usca r exp licaci o nes ca usa les a
los fenó me nos . Teleología. Na rra tiva C I IYO des a rrollo es tá p red ete rm in ad o: por
e jem p lo , la visión m a r xista trad ic ion al de la h ist o ria es teleologica
Rcduccionismo , Es creer que los pr ob le mas co m plejos pued en en el sen tid o de q u e su gie re un p r ogreso inexorab le h acia el co-
ser explica d os a base de red ucirlo s a u n conju n to d e va ria bles sim- mu ms rn o .
ples: a menud o se re lacio na co n el es enc ia lis mo o co n los a rg u-
m entos soc iob io lógicos . E n o ca sio nes se usa pa ra significar abuso . Teoría. La definici ón ge neral se enc uen tra en el ca p ít ulo 12. El
Así, «sugerir qu e podem os explicar la presencia de a rruas en es tas tér m in o h a sido tambi én u tilizad o de for m a es pe cí fica para r cfc-
tumbas simpl em e n te refir iénd o nos al instin to a gresivo de los h om - ri rs e a un a varia n te del m a rx ism o-csuu ctu ra lista formu lad a por
br es es reduccio n ista y ese nc ialista ». Althuscr y o tro s. Así, e l ensayo de E, P. Thompson t itu lad o TI,e Po-
ver/y oiTheory es un a ta qu e a l ma r xism o a lt huse r ia no más qu e u n
Rel ativismo. Es cree r qu e tod o lo que pu ed e deci rse sob re e l pa- a ta q ue a la teoría en sí.
sado es igu al m ente vá lido en sus p rop ios tér min os, por lo qu e no
hay form a n eu tra u objetiva d e juzgar qué versió n es me jor. En an- Teoría crítica . Véase cap ít ulo 6. Escuela de pensam iento de r iva-
trop ología se u tiliza pa ra d istin gu ir el punto ele vista qu e p ie nsa da en parte d e l marxism o , asociad a co n Adorno , Ha berm as y Ma r-
que o tras cu lturas no so n me jores n i peores, sino sim p le men te di - cuse, a m enud o co nocid a com o Escu ela de Fra n kfu rt. Los teóricos
feren tes , cr ít icos pretenden desenmascarar el funcion a mien to in terno d e la s
socied aeles qu e, según su opin ión , permanece oc u lt o por obra de
Sem ió tica . E s el es tu d io d e los sign os. la id eolo gía .

S incrónico. E n u n m ismo es pacio d e tiempo (o puesto a Dl ACRÓ- Teoría d e la es truct uración. Ter m in ología asocia da a Gid de ns
NtCO) . p a ra d escribi r d e qu é ma nera los a gen tes soci a les o los individ uo s
se relacion a n con las estruct uras so c iales . Gid d cns su gier e q ue las
Sistema. Pued e usarse en var ios sentidos , q ue van desde un sen- perso nas , a pes a r d e ver se constreñi d as po r los en torn os soci a les,
tid o ge n er al ( << el s is te ma socia l del Im peri o roma no e m pezó a Ba- persigu en es tra tegias ac tivas prop ias . El con flic to resu lta nt e de la
estr uc tu ración es el o r ige n d e los ca m bios e n las estructu ras so -
,
quea r en e l siglo IJI») a o tro muy partic u lar , E n s us va r ia n tes
particu la res, la teo rí a d e siste ma s ap a rece p r óxim a a la id ea fun .. cia les .
c io nalista d e que las cu ltu ras pu eden conceb ir se co m o orga ni smos
- siste mas en sí mismos-e- formados por dis tintos su bsiste mas. El Totalizador. Esq u em a el e pensa mi e n to que pretende si tu a r un
ca m b io en u n subsis tema p ro d u ce rea cciones de dos tip os e n lo s co nju n to d e ex per ie nc ias d iversas d en tro de u n ú nico es q u e ma
d emás su bsiste m as : resp uestas negat ivas cond u ce n tes a u n a nueva a p licable en cu a lq u ier tie m po y luga r; Por ejem plo , los modelos
situación d e e qu ilibrio lla m ada horncostasi s o respu esta s positivas socia les evo lucion is ta s p u ed en con sid erarse totali zad ores en ta n-
qu e llevan a cam b ios gen er ales e in cluso al cola pso gen er al. to que sit ú a n a tod as las soc iedad es hu m an as d en tro d e un est a-
24 2 l N T RO DUCC1ÓN 11 l.A T EOR.ÍA ARQ UEO LÓG ICA

d io u o tro del g ran esq ue ma evo luc io nis ta . Genera lmente, los
co ntrar ios a las ideas to ta lizad ora s utili zan el término en se n tido
d e c rítica .

Unilin e ar. Que sigue un ún ico curs o, co rno oc urre co n el evo lu-
c io n is mo so ci al.

BIBLIOGRA FíA COMENTADA

Cuestiones ge nerales

Cuand o se pretend e leer u n libro so bre arq ucologfa es bueno


consultar las rese ñas del mismo en publicaci on es especializa das
com o A ntiquity, American Antiqtuty, American A nthropologist, CII -
rrent Anthropolog» o Archaeological Jourual. A men udo las res eñas
dan cue nt a sobre tod o de los prejuic ios de Jos críticos l/u e las es -
cribe n, rn áx q ue del co n tenid o del lib ro reseñado ; con tod o, leer las
reseñas de las revi stas espe ci a liza das es u na bu en a int roducci ón a
los te rn a s m ás en boga, facilitando la iden tificación oc las áreas
su sceptibles de de bat e.
Las revistas qu e cubren In teo ría como Antlqu itv han con stitu i-
do durante la úl t im a década un destino ape tecib le para los artíc u-
los sobre teoría. Aun qu e la ca lidad varíe, puede decirse, vista la in-
sis tenc ia editorial en abarcar In m ayor aud ie nci a pos ible, que si-
guen apareciendo cosas re la tiva me n te in teresantes , American Anti-
qu itv y Am erican Anthropologist suelen co n tene r a lgunos artíc ulos
in ter esan tes, aunque predomina el mat erial empírico . El Journal
u{ Archaeological Method tI",1 Theory ma n t iene una gra n calidad y
el nuevo Jou rn al uf Mat erial Culture pa rece una in icia tiva mu y pro-
metedora.
Jornada s y congre sos co ns tituye n o tra forma h abitual de poner-
se al d ía . Existen gr upos com o el hrit áni co Theorctical Archaeo-
lagy Grou p (TAG). qu e ce lebra unas jo rna das de debat e ca da año
en dicicrnbr e en un a universidad difer ente. En Estados Unidos,
la Societv [or American Arclia eol ogv y la American Anth ropolo-
gical Assacia tia n (SAA y AAA) cele bran sim p os ios de conten id o
teorético.
244 n~()RíA AR OL' I'.I>rÜG 1(',\ . l. " " INT RO IHI CC! () N Ul ll LlOGR I\F II\ U ).\11;, Vl'AD A 24)

La b ibliografía que se co men ta a con tin uac ió n es parci a l y se- la ep istemolo g ía. las cu es tio n es a lrededo r de la co n tra stac i ón de
g u ra rn eru e p a r ecerá ya a nticuada cua ndo s e lea . Es restringida u hipó tesi s . la a rqueología evo lucio n ista y la a rq nco logía del co m-
publicacio nes en le n gu a in glesa que son fá ci lment e acces ib les a porta m ie nto ad olece n d e u n a a decuada presencia en el texto ,
a m bos lad o s del Atl án tico. Ca p ítu lo a ca p ítu lo . he consigna do p ri - Cuatro lec tu ras o frecen una bu e na a pro ximaci ón a l co nju n to
m ero las lecturas in trod u c to rias y lu ego he hech o suge re nc ias pa - de la teoría arqu eo lógi ca a ru eri ca n isl a: Redman ( 199 1J. Trigger
ra p ro fun di za r en tos te rn as . La intenci ón no es proporci onar una ( 199 1), Bru mfi cl (1992 ) y Cowg jll ( 1993). Todas ellas es tá n resu-
e nc iclo ped ia co m p leta so bre ca d a lem a sino indi car el or ige n d e midas en Wat son ( 1995).
los argumentos qu e se h an id o desa r ro lla n do a lo largo del texto y
fa c ilita r e l a cceso a bibliografía más es pecia lizada.
PRErACIO: Las contradicciones d e la teoría

Textos introductorios Las sospech as p opulares en co n tra de los «in te lec tuales» son
co nsecuencia d e u n vago tem o r a l int elect o p or part e el e la gen te
No existen , qu e yo sep a , bu ena s int r oducci on es ge ne r ales a la de la ca lle: véase Car ey ( 1992) . Pa ra segu ir los d cha tes so bre «teo-
te o r ía . Para una visión ge ne ra l h is tóri ca , jo mej or es Tr igger ría» y sobre «COITcc CÍón p ollt íca » co ns últe nse los debat es d el Ne w
( 1989b) . La parte q ue Trigger d ed ica a la a rq u co lo g ta so viética es- York Review (JI' Books ,
tá un poco a nticuada , y algo parecido ocurre en relación co n los úl-
timos capítulos. Pero el co nju n to d e 1" o bra es aceptable por cua n -
to acier ta dar el to no adecuado a l co ntra pesa r las in fluen cias de la CAPÍTULO l . El sen t id o c o m ún n o b a sta
a rq ueología acad cmi ca con o tro tipo de in flu encias más a mplias.
Ren lrcw y Bahn (edición d e 1996) y T homas ( 1998) ofrecen Flannery (1982 ) nos o fre ce u n relato có mi co sob re los es tereo -
bu enas introd uc ciones gene ra les a la arqueolog ía co n el mérito tip os teoréticos q ue sigue d e actua lidad a finales d e la d écad a de ,1
añadido de re conocer q ue las c ues tio ne s tco réti cas so n parte in te- los noven ta. Com o la mayor ía piensa qu e este tip o de debate son
gr a l del qu eh a cer de la d isci plina . Ambas, sin em b a rgo, sim plifi- irrelevantes, pocos a uto res at eóri cos ha n d ad o seña les de vida
can en exceso la realidad, so bre to do con rela c ió n a la a rq u eología brindando sus comcruarlos a l re sp ecto . Elto n ( 199 1) o frece un a lú -
pos tproccsual. cida y apasion ad a co nde na de la «tco r'ía» en la histo r ia . Elton pre-
In Pursuit o{ rh e Past , el e L. R. Bin ford ( 1983a), es un libro m u y sidió el comité qu e r ed act ó e l Currícu lu m Nac ional so bre Histori a
bie n escr ito, fá cil d e leer, que ofrece una explica c ión pote n te y en In glaterr a, el med io pr inci pa l a tra vé s d el cual los est ud ia ntes
convincen te de lo s puntos d e vista de l autor. Nót ese que lu c cs cri- de la enseñanza n o un iversi tari a h ab rán d e co n tac ta r co n la d isci -
lo por Jo hn Ch erry y Ro bín To rrence a partir d e las tra ns c r ipci o- p lina a rqueológi ca .
n es de una serie d e co n fere nci as leída, por Binford en Gra n Bre- Me h a interesado en part icular el ca p ítu lo 1 elel libro de Cu ller
ta ña y Hol anda. Bin ford es un co n ferencia nte bri llante co n mu c ho ( 1997) sobre las difi cultad es de la teoría en otras d isciplinas. Mu -
ca ri s m a. c hos de los com e ntarios de Ea gleto n ( 199 1) sob re la idcolo gía m e
Reading the Past , de 1. Hoddcr (1 9 85) , es u n lib ro q ue tiene han par ecid o rea lm ente destacables.
fama de di fícil, a unque yo pienso q ue es muy directo, Su crí uc a a
dete rm inadas fo rmas de ha cer arqueo logí a q u ed a hoy dí a un poco
anticuada. La segunda ed ici ó n co n tie ne a lgu nas cor reccio nes : véa- CAPÍTU LO 2. La «N u e va Arqueología »
se la reseña dc Griffi n ( 199 1).
Contem porarv Arclui eology in Tlteory : A Reader, de R. Preu cel y Lvrnan el al . (l 997a , 1997b ) son , res pec tiva m en te . u na introd uc -
L Hodder (eds. ) (1996 ), es una co lec ció n de 26 a r tícu los so b re as- ción a la "histori a cu ltu ra l" amer icanis ta y u na reed ición de ar-
pectos clave dc la teoría arqu eol ógica . Quizá s se podría alegar qu e tículos seleccion ado s. He evita d o entrar a fondo e n la hi stori a d e
246 ThORJA AIZOLEOLÓGICA, UNA ¡'.;TR()JH('('I()r'\,
IllI111()(;I":,\JIi\ ('{)¡V11',~'I'i\I)i\ 2·l'i

la Nueva Arqueología; si lo hubiera intentado, habría tenido que los cambios en la' lorma de entender monumentos destacados co-
estudiar las inf1uencias de la antropología norteamericana de la mo los megalitos. La Analytical Arcliaeology de Clarke (1978: se-
mano de White, Steward, Willey y Philips por un lado, y las in- gund» edición revisada por Bob Chapman) es un libro difícil pero
fluencias de la historia económica británica procedentes de Chil- esencial. La influencia que ha ejercido es extraordinaria. El artícu-
de, Higgs y .Iarrnan, Grahame Clark y David Clarke, por otro. Agra- lo de Clark puhlicado en 1973 tamhién tuvo un amplio impacto a
dezco a Bolo Preucel el haberme clarificado estas cosas. la hora de estahlecer las bases teoréticas de la Nueva Arqueologia
El pensamiento de Chilcle es resumido por McNairn (1980: 46- conjuntamente con los desarrollos paralelos en los métodos y las
47). Hay que decir que Childe cambió su forma de entender la cul- técnicas.
tura a lo largo cle su vida -véase su artículo de 1958-. El pensa- Con respecto a los megalitos, es interesante comparar el libro
miento de G. Clark evolucionó desde un énfasis en lo económico de Renfrew (1973a) con las interpretaciones postprocesuales más
(por ejemplo, Clark, 1952) a uu humanismo políticamente reaccio- recientes de Thornas (1999), Braelley (1993) y Tilley (1994).
nario (por ejemplo, Clark, 1982). Hawkes (1968) hace una crítica, en mi opinión mal entendida,
Meltzer (1979) y Paterson (1986) ofrecen buenas introduccio- de la Nueva Arqueología desde la perspectiva de la arqueología
nes a la Nueva Arqueología. Leone (1972) da una visión vibrante tradicional británica.
de la primera época de la Nueva Arqueología. Los primeros traba-
jos cle Hinlord reeditados en su AIl Archaeological Perspective
(1972) constituyen una lectura esencial para cualquiera que quie- CAPíTLLO 3. La Arqueología como Ciencia
ra entender los orígenes del movimiento )" sus presupuestos fun-
damentales. Watson, Le BJanc y Redman (1984) establecen lo que ha de ser
El volumen compilado por Flannery tt« Early Mesoainerican una ciencia dc la arqueología. La tcorta de sistemas ;' la pcrspcct i-
Village (1972) contiene un conjunto de estudios que sigue siendo va ecológica están bien desarrolladas en el libro, que además da
todavía, tras un cuarto de siglo de su publicación, 111UY válido pa- una excelente idea de cómo se han ido desarrollando dentro de la
ra cualquier especialista en arqueología. Los casos que incluye disciplina las ideas acerca de la real ización de las tareas de COllJ-
muestran él la Nueva Arqueología en acción. Flannery enlaza las probación/contrastación.
elistintas secciones del volumen con brillantes diálogos entre un Giddens (1974) constituye una buena introducción al positivis-
arqueólogo mcsoamericano de la vieja escuela, un estudiante uni- mo. Bell (1994) propone una refutación del positivismo desde una
versitario escéptico y un gran divulgador. Los diálogos plantean posición comprometida con esta doctrina.
claramente los problemas aireados por la Nueva Arqueología y La desconfianza del humanismo en la ciencia se basa a menudo
evocan con gran fuerza el ardor «revolucionario» del movimiento, en la premisa implícita de que es precisamente lo que la ciencia ig-
También vale la pena leer algunos de los textos que llamaron la nora (cultura, arte, religión) lo que nos hace distintos a los huma-
atención de los nuevos arqueólogos. El libro The Science o{ Cultu- nos; consecuentemente, un uso acrítico de la ciencia separaría la
re (1949) ele White prefigura el énfasis ele la arqueología procesual arqueología del «estudio adecuado de la humanidad», o sea, «del
en la ciencia y los sistemas. El capítulo dedicado a Akenaton reba- propio ser humano». Véansc C. Hawkes (1954) y J. Hawkes (1968).
te de forma brillante la idea de que las acciones de los individuos La filosofía de la ciencia de Kuhn (1962) es un libro difícil de
son aleatorias, impredecibles o decisivas para la historia. Gran leer, pero es un clásico al que recurrir. Para profundizar en el sig-
parte ele la Nueva Arqueología fue anticipada por Waltcr Taylor en nil'icado de la aportación de Kuhn a las cicncias humanas en ge-
su A Study al' Archaeologv (1948); su énfasis en un enfoque «con- neral véase Fuller (1992).
juntivo» anuncia los ternas clave del funcionalismo. Gihbon (1989) ofrece una amplia crítica arqueológica al positi-
Beiore Civilisatirm (1 973a), de Renfrew, es el libro más accesi- visrno Y una lúcida interpretación de la posición «realista». Cour-
ble sobre el impacto de la Nueva Arqueología en Europa. Rcnfrew bin (1988) argumenta detalladamente sobre la inexistencia de
muestra cómo los avances científicos tienen mucho que ver con ejemplos en arqueología que muestren que la contrastación de hi-
24K I'¡':O I<IA i\ I( C)I IF( Il.l )(; 1( .\ . L N A I NTI{( ll ll l( ' C J(I ~ B I B I ,IIl( i l<,\ H ¡\ ( -( 11\-1 ' '''"1',\ 11/\ . ~ ,-jl )

pótcsis fun cion e en la práct ica . Los esc ri tos de Alison Wylie sllhrl' ( 198 1). E l Tucson Garbage Proje ct se encuen tra explicado en Ra th -
e pistem ología, aunq ue d ifíci les de leer, son de cisivos sin ningún jc el al. ( 1992) .
gé ner o de d u d a s. Los pri m ero s tr aba jos de Hodd cr se encu en tran en Hod der
Latou r (19 87) escribe una in tr oducció n accesible y pr ovocativa ( 1982a ), aunqu e para u na m ejor in trodu cción a la etnoarq ueo logía
a l punto de vista co ns tru c tivista en ciencia , que debe leerse ad c- hay qu e leer su otra publi cación de mi sm o a ño . H od der cri tica el
m ás C0 l11 0 una guía para p ensar crí tica men te so bre la m a nera de u so qu e hace Bin fo rd dc la a na logía ( 1982b: 20-24 ).
hacer inves tigació n en el co n jun to de las ciencias hu ma nas y na - Los es tud ios intenlisciplinari os so bre la cult ura ma teria l m o-
tura les . Véa nse también La iou r y Woolgar (1979), Kn orr -Ccti na y de rna experimenta n un gra n auge: véase Mi ller (1 987, 1995 ). Su
M u lka v (1983) v Lvnch (1985). Los crít icos al co ns tru ct ivis rno so-
" ,.' . ,
lib ro de 1985 t rata es pcc tficam en te «la cult ura ma teri al del pre -
cial cuen tan en su nóm ina co n Holton (19 93), Gross v Levit ( 1994) se n t e ».
y especialm en te con Lewis Wolpert (199 2). Dclanty ( J 997) In ten ta
encon trar un lu gar a m ed io cam ino en tre el const ru ct ívisrno )' el
r Ca liS1110 , m ie n t ra s re ch a za co m ple ta men te el p ositivism o . CA l' í'l' L'I.O 5. La c u ltu ra corno s istem a
El cons rruc u vísm o soci al en a rq ue ología ra ramen te se expresa
en térm inos explícita ment e co nsl ruc tivistas: véas e Eppers on ( 1996) Pa ra los oríge nes intelectu ales del pcnsar n ie ru o sis t ém ico, véa-
Y P lu c ic nnik ( 1996) so bre ra za y ADN. se las hi sto rias de la Nueva Arq ueo logía ci ta das m ús a rri ba .
Ren frc w ( 1973<1) es una bu en a intr oducció n a l pensamiento sis-
lémico; su s vo l úm enes de 1972 y 1984 a bordan co n m ás profundi-
C APÍT L LO 4. Contra st ar la tcorfa d e alcance medio dad e! tema . Los estudios de Fla n ne ry de 1972 y 1973<1 represen tan
y la c tn onrq u eo log ía ho y día dos casos clás icos de es tu dios s is tém icos d e p ri mera hor a .
Hod ges ( 1982) aborda el es tud io de la Alta Ed ad Medi a euro pea
La d iscusió n so bre las a na logías es deud o ra en primer luga r de! desde la perspectiva sistém ica , a u nque no sie mpre m antiene la co-
tra bajo de Orm e (198 1), qu e enfa tiza la es pec ia l co nt ri bución de la herencia en sus princi pios u lo largo de la obra .
a na log ía etnográfica al co n junto de la arqueo logía , sea de en foque Yoffee y Cowgill (1988) aborda n e! cola pso del sistema . Wilks
trad icional o no. En segu nd o luga r es de udora del trabajo de Wy- ( 1985) ofrece una interesant e perspectiva sobre cómo la evolució n
lie ( 1985), que dem uest ra que no existe u na alternativa cla ra a l de las in terpre tacio nes de la arqueología sobre el colapso cultural re-
pen sam ien to analógico pa ra la in te rp r etaci ón en arqu eología . flcjan los problem as pol íticos y am bientales del momento. Para se-
El mejo r libro para co noce r a Binford es In Pu rsu it 01' tlie Pas t guir la literatura más rec ien te sobre el caso maya véa se Fash (1994).
( 1983a) ; tambi én pued en leerse Sones (J 98 1b) '1 Debat i ng Arclt aeo - Shan ks y Tilley (198 7) critica n a fondo el pensam iento sis tém i-
logv ( 1989). El primer ensayo de Binfo rd sobre a nalogía es de 1967. co. La crí tic a de Ha bermas es más gene ra l, pu est o q ue se extiende
Su tra bajo co n los n una miut se d iscut e en los libros pu blicados en a la na tural eza de la ideología en la sociedad ca pita lista co nte m-
1983a y 1978. Sobre el debat e mu s terien se véase Binford ( 1983h), poránea.
capítulos 4 y 5. Una buena crítica de las ideas de Binford so bre la Rcnfr cw ( 1986) , Brumfiel (199 2) y Eh re nre ich el al , entre
teoría de alcance m edi o se encue ntra en Raab y Goodvear (1984). otros, di scu ten sobre el concepto de h eterarqu ía. Flan nerv .v Mar-
Wh ittaker ( 1994) di scu te sobre arque ología experim ental co n cus (19 83) tratan de co mpensar el en foque sistémi co co n un énfa-
ú tiles de p iedra . sis en la exce pciona lidad histó rica .
Entre los estud ios de etuoa rq ueolog ía sobre procesado de ce - La teo rí a del sis tema mu nd o prn viene dc Wallerst ein ( 1974),
reales qu e hay que co noce r incluyo: Hillrnan y Jo ncs, en Zeist ~¡ pero sus a plicacio nes a la arque ología se pueden co ns u ltar en Ko hl
Caspar ie ( 198 4), Hasto rf ( 1988) y Miksicek ( 1987). ( 1987 ) '1 Krist ia nsen y La rsen ( J 98 7). Pa ra Mesoa mérica véase
La arqu eología del co m portam ien to nos re m ite a las o bras de Schortrnan v Urba n (1994).
Schiffer (19 76, 1987, 1995), Sk ibo el al. (19 95) y Gould y Schiffer La teor ía de! caos se pu ede seguir en Kohler (1993), entre o tro s.
2~ () I 'I :,( JI{J . \ A I<U I :I :,( lI ,( )I;j ¡ '¡\ , ( ''' 1\ I N T R( Jl Jl ,'l ( 'HI N IlII IJ .lt )(;¡ { ,\I 1;\ « (l M I ': \:' 'j' /\ ll l\ 20 1

CilPíTL LO 6. Leer los pensamientos CAPíTULO 7. Arqueolog ía post procesual y arqueolo gía
interpretativa
Hawk cs ( 195 4), co n sus sie te «niveles de in ferencia » sien ta las
bases del pro blema y reflexiona sobre la di [icul tad qu e la cuest ión Hodder ( 1985 ) ex plica algu na cos a sob re los o rígenes de la ar-
en t r a ña . qu eolog ía post pro ccsu al : Hodder e l al. ( 1995) ofrecen un a pcrs-
Los puntos de vis ta d e Binford sobre lo inad m isi ble de ace ptar pecLiva excele n te so b re la ac tivid a d a rqu eológica d e n uest ro ticm-
la co nc ienc ia co mo facto r di scernible en la e xp lic a c i ón a rq ueoló- po. Mu cho s d e los a rtículo s bás ico s sob re pos tprncesualismo " .
gica se expresa n perfectamente en M a/1 ( 1986) . en cuentra n reu nidos e n Wh itlev ( 1998).
Muc hos de los art ículos clav e sobre ar q u eo logía cog nitiva y Pa ra co no cer los pro b lem as que co nlleva la con tras tac i ón y la
postproeesual se en cu en tra n en Wh itlev ( 199 8) . E l trabaj o de Mit- simulación en arqueología véase Hodd er y Orton ( 1976). El trabaj o
hcn (1990 Y 1997) es es pecial m ente import ante . E l texto de Ren - ctnoarqu eol ógico de Il odder se pu ed e seguir en !l od der ( 1982b ).
frew de 1982 es m uy instructi vo . Recu érdese qu e se tra ta de un a El artículo de Wat so n ( 199 1) me lla mó la a tenció n po rque señala
con fer en c ia inau gu ral en la Un ivers ida d d e Ca ru bri dge. Diri gién - la exi sten cia de paralel ism os sorp re nde n tes en el desarrollo inte-
do se a una a ud iencia de sabi os de tod as las di sciplin as, Rcnfrcw lectual de do s gra ndes co mo Bin fo rd y Hod der.
hace un a reivind icació n pot ente del es tatus int electual .Y políti co El libro de Hoddcr publi cad o en 1998 es m uy interesante no
que debe tener la arq ueolo gía dentro de la uni vers idad . sólo porque explica c ómo ha y qu e hacer a rq ueo logía postproce-
Flann crv .Y Marcus (1993) bosq uejan un enfoq ue cog nitivo q ue sual, sin o tam b i én por s us descripc io nes teó r icas so bre la manera
se m antien e aleja do de las inqu iet udes pos tprocesualcs . Rcnfre w .Y de pro ced er en la práct ica de la mayoría de los a rque ólogos, así
Zu brow (199 4) o frecen u na co lecció n de a rtícu los q ue rel1exiona co mo so bre su fo r ma de a poyarse en la teo ría .
so bre la co ncienci a in dividual desde un a óptica proc es ual. Pa ra Shanks y Tilley (198 7 Y 1988) han teni do un gran impacto. Aun-
profundi zar e n algu nos estud ios co nc re tos véa ns c Fla nnerv y qu e s us lib ro s so n difíci les, so n a bsoluta me n te im presci nd ibles pa -
Marcus ( 1976) , David son y Noble ( 1996 ), Mcllars y Gibso n ( 1997) . ra co mprender la arqueo logía postprocesu al, McGu ire ( 1993), ade-
Mi th en (1990 , 1995 Y 1996) exa mina la conc ienci a den tro del co n- 111ás de esc ribir so bre m ar xismo , o fr ece u na gu ía ú til sobre las r e-
texto de la evolución hu mana . un terna act ua lm ent e en auge . laciones entre la s diferent es r am as del pe nsamien to postp ro eesuaJ
Tillev (1990) reúne un a ser ie de estud ios de pen sad ores de ten - Y su co ntexto acad émico y social.
dencia estructu r al ista sobre las cie nc ias humana s qu e tiene un La ob ra de Collin gwood Idea o( Il ist ory ( 1946) es un texto defi -
gran valor corn o in tr o d u cci ó n a la fonna en qu e esos lni s1110 S pen - nitivo para conocer el idea lismo hi st órico.
sador es han infl uido so bre e] co n junto de la liter atura pos iprocc- La noción de es truc tu raci ón .v el pap el del indi viduo son dos
sual. El anál isis est ru ctu ra l se evide ncia en Glass ie (197 5), Deet z cuestiones cen trales q ue atraen la a tención ta n to del postproce-
(1977) y Wash burn ( 198 3). Ba pt y y Yat es ( 1990) explora n las im - su ali smo como de la arque ología procesu al. El int erés por la no-
pl icaciones de l posiestru ctura lism o . ción de es truct u ra ci ón tiene sus o rígene s en Bourdieu ( 1977) .Y
Gidde n s ( 1979) proporcion a un bu en resum en so bre las clave s Gidde ns (19 79, 1984 ; véase Held y Thompsnn [1 989] para una ú til
del marxism o clá sico . McG uire ( 1992) o frece una explicac ión mu y cr ítica .v una excele n te bibliograffa) . En m i opinión, el tra ba jo de
sofisticada . Ch íld e es el arqueó logo marxista má s fam oso . Supo Erving Go lTm an (1959, 197 1) es de lo m ás ú til y lúcido qu e co noz-
com binar un mod elo m at eria lis ta pr óximo al m arxismo c l ásico co so bre es tru c tu ra c i ón, por lo que lo reco m iend o a modo de in -
con el eleme nto d ifusion ista . Véa se Childe (1958, 1979) Y las d is- tro ducción a los problema s que su sc ita la noción d e es tructu raci ón.
cusiones so bre su figura en McNnirn ( 1980) Y Tri gger (1980) . La trad ició n fenomeno lógica se reco ge en Gosd en ( 199 4), Tillev
Mark Leone ( 1984 , 1988, 199 5) ofre ce el mejor estud io del pa- (1994 ) y Thom as ( 199 9). Los cr íticos al po stpro cesualismo cuen-
pel de la ideología en arqueología . Su proyecto Anna polis es fun- tan entre sus hu estes a Kri sti ansen ( 1988) , Pauersou ( 1990) , Schil-
damental para exp lora r los problemas de la ideología en relación Ier (198 8), Wylie (l 992a ) .v Binford (1987). Casi tod os ellos tuv ic-
con la arqueología popula r (Leon e el al., 1987 ; Pouer, 1994 ). ron una respu esta ini cial por part e de Hodder y Sh anks .v Tillcv
2S2 1'I'",{)f{Ii\ ARUII!·:()[.{)(jl('!\. [,1\.;\ I\1TR()]H:('(']()N HI111 .I()( ,RA 1"1 i\ ('( ),'vlI;,NTi\ 1)/\ L e)1

Watson (1990, 1991) critica a Shanks y Tilley desde el poxitivixmo. ofrecen otros estudios especialmente interesantes. Hager (1997)
El debate entre Thomas y Mithen es revelador (Thornas [1988J v estudia las mujeres y la evolución humana.
1991; Mithen, 1991). Englestad (1991) y Smith (1994) realizan cri-
ticas al postprocesualismo desde el feminismo. Knapp (1996) Y
Preucel (199S) ofrecen las últimas valoraciones sobre el movi- CAPíTt:LO 9. Arqueología y evolución
miento.
Johnson (1993, 1996) concentra mis tentativas de aplicar pun- La discusión sobre los orígenes del pensamie-nto evolucionista
tos de vista postprocesuales a la arqueología medieval. Tilley está en deuda con Orine (1981).
(1991,1994) aplica respectivamente un enfoque textual y un enfo- Para seguir el terna de la evolución en el conjunto de las cien-
que fenomenológico a la información arqueológica de la prehisio- cias humanas hay! que acercarse en primer lugar a la figura de
na europea. Darwin. Los debates en el seno del pensamiento darwiniano actual
se pueden seguir en Jay Gould (1989,1997) Y Dawkins (1989). Es-
tos dos pensadores tan influyentes son I11UY claros y fáciles de leer.
CAPíTULO 8. Arqueología y género Jay Gould enfatiza el papel de la contingencia y del accidente his-
tórico en la evolución; sus escritos han contribuido a que se redi-
Hay una plétora de libros sobre feminismo en general. Humrn señen muchos modelos evolucionistas que eran excesivamente rí-
(1992) ofrece una antología de textos muy diversa. McNay (1992) gidos. Fabian (1998) ofrece un volumen de artículos muy accesible
ofrece una crónica anti-esencialista muy intensa sobre las preocu- que proporciona una buena idea de la riqueza y variedad del pen-
paciones del feminismo en el momento actual. Moore (1988) ex- samiento evolucionista actual. Ridley (1997) constituye una buena
plora los problemas de fondo en antropología, constituyendo lectura introductoria. Para un enfoque crítico véansc Midgley
además esta obra una útil síntesis del pensarnicnto antropológico. (1985) Y Giddens (1984).
Véase las aportaciones de di Leonardo (1991) y Harding (1990) en Para introducirse cn el tema evolución y complejidad social
sendos volúmenes recopilatorios sobre el debate feminista en tor- véanse Wason (1994), Fash (1994), KoJb (1994) y Spencer (1997).
no al postmodernismo. La crítica de la evolución social se recoge en Mc Guire (1983).
Gero y Conkey (1991) ofrecen una colección de artículos ex- Los modelos darwinianos de evolución biológica son objeto dc
traordinaria sobre arqueología y género, precedida de una inteligen- atención por parte de Dunnell (1980,1989) Y Rindos (1989). 'Iels-
te introducción a los problemas en discusión. Gero y Conkey (1997) ter (1995) ofrece una colección de artículos que tratan sobre los
repasan en este volumen la literatura reciente con gran acierto y problemas metodológicos de Jos enfoques selcccionistas.
ofrecen una inestimable bibliografía. Gilpin y Whitlcy (1998) ofre- Amold el al. (1997) y Raab y Larson (1997) ofrecen dos pers-
cen una excelente colección de artículos reeditados sobre el tema. pectivas distintas sobre la interpretación del mismo conjunto de
Para la historia de las mujeres en la disciplina arqueológica datos medioambientales.
véansc Díaz-Andreu y Sorensen (1998), Joyce (1994), Claasen (1994). Sobre riesgo véase Halstead y O'Shea (1989).
La crítica a la práctica de la arqueología dcsde el feminismo se Sobre la teoría de los forrajeadores eficientes véase Mithen,
recoge en Gero (1985,1991) Y Wylie (1993). quien brinda un enfoque centrado en el individuo a la ecología
Gimbutas escribió un famoso estudio sobre la arqueología de cultural. Véase también el debate entre Mithen y Thomas (Thomas,
las mujeres en 1989. 1988, 199J; Mithen, 1991). Mithen (1989) estudia el arte desde la
Sobre sexo y género véase Meskell (1999). perspectiva ecológica.
Para conocer un enfoque procesual al terna véase Brumbach y Algunos estudios específicos sobre el tema: Larson y Michael
Jarvcnpa (1997). sen (1990) y Larson el al. (1996). En los últimos años ha apareci-
Scifcrt (J 991) ofrece una colección de estudios de arqueología do una gran variedad de estudios sobre el medio ambiente que bus-
del género excelente. Gibbs (1987); Spector (1993) y Wall (1994) can el equilibrio entre el enfoque social y el enfoque ecológico; por
254 BI B I .!( )( ,:R:\ 1:11\ ( '( ) .r¡"I I ~N I i\ I lA 2SS
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Sch iffer ( 1996) di scut e la nccc stdad de rapprochem ent ent re la ar - (19 98 ). Yentsch ( 199 4 ) p ro p on e un es tu dio clásico de a rqu eolo gía
queología d el co rnpo rtamie n to y la arqueología evoluci on is ta . hi stórica . Ligh tfoo t el al . (1998) ofrecen un estudio fasci n ante so-
Las críti ca s D1ÚS in ter esantes a l evolu c ion ism o cu lt u ral e n ar- bre p r ác tica s c id en tidades.
q uc ología se en cuent ra n e n Yoffee ( 1979), Trigger ( 1984, 1997), Ca s tillo Bodia m : Co u lsori ( 1992 ) y Taylor el al . ( 1990 ).
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C APÍT ULO 11. Arq ueo logfa e n un mundo postruod erno


CA PíTU I.O 10 . Arq ucolo g ín e hi storia
La condi ci ón p os tm od erna vie ne referida en I.yota n! (1984 ).
Bc n t lcy (1 997) o frece en es ta colecci ón de articu los u n panora- Harvev ( 1989) h a ce U II exa me n cr ít ico de 1 po stm od ern ism o d esd e
m a co m p leto so bre teoria h ist óri ca . Elto n (1991 ) Y Evan s ( 199 7) la perspe ctiva marxista . V éanse ta m bién Roriv ( 1980 , 1985).
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La Escuela de los Anua les prese n ta e n el li bro de Le Golf y No - re la c io nes e ntre poxtm ode rni smo e hi s to ri a .
ra ( 1985) un a comple ta y va ri a d a colecc ió n d e a rt ícu los re p rese n- Foucaul t tie ne una fama in m ere c id a d e au tor difíci l. Co m o m u -
tativos del m ovim iento , qu e in cl uye tra baj os so br e cl im a , d c mo- c hos escri to re s pos tmodcrni xta s, esc r ibe fr ecu en teme nt e en un es -
gr a fía , métodos c uan tita tivos ':i es t ud ios sobre el p apel dc la ideo - tilo retórico m á s q ue a nalítico, u tilizan do am plia s m et áforas (la
logia y las estru ct uras m en ta les . Br audcl (198 0) p r esen ta e n es te li- más fam o sa es la d e la pro pia a rqu eologí a ). Fou c ault no se d eja
bro su s ar tículos m ás destac a dos. La arqu eología in flu e nc ia d a p or e tiq ue tar fá cilme n te. Re co mi endo ab iert a m en te la lec tu ra d e a lgu-
los Anu a les se p one de m a n ifies to e n el lib ro de Kn a p p ( 1992), que nos de sus libros más co no ci dos, es p eci a lmente Una arqueolo g ía
incl uye ademá s un tra bajo de Mo rcl and que argu m en ta e n co n tra del con ocimi ento ':i El orden de las cosas (versión española) .
ele la u tilid ad d el pensami e n to de los An uales p a ra la inves tigac ió n En el libro coo rd ina do por Hodder y Preucel (J996) se h a bl a a
a rq ue o l ógica , Véa se ta m bié n Blin tliff (199 1). fo ndo d e la s rel ac ion es e nt re a rq ueo logía y polí tica . Com p áre se cl
La revolu ci ón lin g ü ís ti ca se ev ide n cia e n Joyce ( 1995) Y Eas t- e ns ayo d e Tri ggcr con s u a ruc u lo de 1989 . El lcr (1997) o frece una
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fun d a m en ta l p a ra co nocer la crític a a la historia como narrativa. muh ic ult u r al ism o . I on es ( 1997) narra de form a fascin an te la s in-
Véase tambi én Jen kin s ( 1995 , 1997). Hunt (198 9) ofrece u na in - terpreta cion es susci ta das a lo la rgo d e la hi storia por Ch ic he n It za ,
trodu cc i ón muv útil " la Nuev a His toria Cu ltu ral. Fe rguson (1996) exa m ina la literatura re cien te sobre nalivos no r-
El e n foq ue procesual a la a rq ueolog ía hi st órica c ue n ta con los teameri canos y a rq ueolo gía.
traba jos d e Sou th (l 977a , 1977b ) y Binford (1977 ). El Proyec to An na polis es un caso p a ra di g m át ico so bre co n-
Oee tz ha ejerc ido u na gra n in fluencia co n su aplica ci ó n d el es- cienciació n del p úblico hacia el pa sado . Al r esp ecto v éanse Lcone
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gotten (1977), uno d e mi s Iih ro s de arque ología favo rit os, m ue stra p ero deb e leer se con se ntido crítico .
d e forma clara ':i sin m erma de la necesar ia p rofu n d id a d teor ética El n aci on a lism o es un tema que preocupa p or ra zon es obvias a
cóm o se p u ede utiliza r e l estru ctu ralisrn o en arqu eol ogía . V éanse los arqu eólogos eu ro peo s. Véa nse H arnilak ís y Yalouri ( 1996) Atk in-
tam bié n Deet z ( 1988) v Yen tsc h v Beaudry ( 1992) . so n el al. (1996). Día z And reu y Cham p ion (1996) y Khol y Fawcett
La arqucolog ín h isiór ica d el 'capi taJis~1() experime n ta hoy dí a (1996 ) ofr ecen bue nas co lecciones de ar tícu los sobre ca sos relacio-
u n g ra n a uge. Pa ra u na in trod u cci ó n a l tema véa nse Leone (1995), nados con el te ma. Coopc r el al. ( 1995) Y Walsh ( 1992 ) d iscuten la s
Orse r ( 1996), J oh n so n ( 1996) y Delle (1998). ba ses teoré tica s d e la ges tión d el pa tri m on io cu ltural e n Gra n Bre-
Para entr ar en es tudio s co ncr etos sobr e arqueología h is tórica tañ a . Arnold ( 1990), Arn old ..y Hassman n ( 1995), Ha r ke .V Wolfram
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Algu nos trabajos del libro de Kh ol y Faw cctt (1996) id entifican
po stproces ualisrn o co n relati vismo. Trigger (l989b), Wylie (1 992b)
y Brurnf iel (1996) proponen una «nueva síntesis ». Fotiadi s ( 1994)
se reafirm a en qu e tal es reivindicaciones de obje tivid ad son ilus o-
ria s. Davis (1992 ), Go sde n (19 92) v Saitta ( 1992 ) o fre ce n una dis-
cusión muy inten sa so bre as pectos relacio nados co n este debate .
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254 Ch ikh: , V. G., 33, 46, 47 , 19 1, 246 ,2 50
arq ue o logía sov i~ l ica . 24 4 ci ber né tk a , 103 . 232
a l-q uco log ía y g é n ~ ro . 151-167. 252 cienda normal. 66
278 [i'iTRODUCCJÓN A LA TEORÍA AROUEOLÓOTCA ÍNDICE ANALÍTICO 279
cicncia. 27, 38, 55, 219, 220 cronología, 35, 50 Eppcrson, T., 210,256 Froissart. J., 198
arqueología de base científica, 10 cuestión mustcricnsc. 77-79, 84,133,198, equiñnulidad. 132 Fukuvamu. F., 202
ciencia normal, 66 199 escuela ele Frankfurt, 127,234 funci~'l11, 97,103,122,177
como SIOgUll, 38, 53 cultura de la cerámica de bnndas (13KK), escuela de los Anuales. 44, 186 188, 191, Iuncionalismo. 103, 104, 121, 122,236
financiación de, 56 34-36 235 ,254
independencia con respecto él la mora- cultura de los vasos de cuello de embudo escuela inglesa de historia del paisaje.
lidad,59-60 (TRBK), 34-36 198,227 Galileo, 67
método científico, 204 cultura material moder-na. 249 esencialismo, 115, us, 165, 184,205,235 Garrod. D., 157 , !

objeción romántica a la ciencia, 64-65 cuhuru. 45,182-183,231,233 especialización artesana, 43-44, 63 generalización, 42, 59, 6 1-64, 99
técnicas cienüflcas. 43. 55-57 como adaptación, 40-42, 95 cstacionalidnd. 180 género, 127, 152, 154,224,226
ciencias na turales, 32, 38, 60-61 como sistema. 91-114 estadística. 45, 56 Y sexo, 158
cientificismo, 61,220 concepto politdüco de, 34, 239 estático versus dinámico. 72 geofísica, téc nicas, 56-57
civilización azteca, 2 13 enfoque normativo de, 34-35, 92-94 cstraügruf'ía. 199 geología, 56, 6,'), 79-80
civilización minoica. 100, 101 punto de vista acuático de la, 36,40 estructura, 235 Gcro. J., 153, 163-164,252
Clark. Grahamc, 46, 246, 247 Cunninghur». v., 9 estructuración, 163,219226,235, 259 Gibbon. G., 247
CL1Tkc, D., 33, 37, 38, 39, 45, 47. 56. 57, ,v estructura. 138 Gibbs, L., ! 65
76,93,131,176,231,246,247 csu-ucturulismo. 121-123,235,250 Giddcns. A., 70,109,138
clase, 124-125, 199,231 Dakora. 163 estudios actualfsricos, 76, 82 Glassic, n., 123
cognición, 110, 120, 122, 152, 1RB, 219, Dulyngryggc. Sir Edvvard. 194, 195 estudios sobre ¡\DN, 210 Gcff J. Le, 186, 1S8
250 Daniel, G., 50 ctnoarqucofogfu, 71-89,132,140 Goffman. E., 119
arqueología cognitiva, 116- [20 Darwin. C, 40, 170, 171 172, 179 ctnoccnu-ismo. 118,235 Gosdcn. C., 149
'
Cohcn. G. A., 104 datación, 57 etnogénesis. 210 gótico, 202
colapso Maya, 100, 101, 174 Dawkins. R., 253 ctnograña. 75, 86, 87,156-157 Could. S. J., 253
Collingwood, R. G., 12,137 Dcagun. K., 192 evolución biológica, 171-173, 174, 178- gramática, 122-123, 140
complejidad social, 226. 253 deconstrucción. 122, 140, 142, 203, 211, 180, 253 gramá tica trunsformacional. 123
comportamiento versus acción, 109 233 evolución cultural, 170-171, 173 178,226, Griffin. \V., 39, 40
Comtc, 1v1. , 55, 60, 6 1,70, 104 Dcctz. J. F., 42, 254 227, 254 Grupo de Cambridge par"a el Estudio de
comunismo, 125, 202, 203, 204 Derrida, J., 122,203,211 evolución rnuhilincar; 175, 239 la Población .v la Estructuro. Social,
Conkey i\tl., 153, 163-164,252 Desearles, R, 120 evolución unilinenr, 175,242 lSS
conocimiento de los objetos, 33 diacronb,233 evolución, 40, 43, 76, 85, 128, 163,177, Grupo Teorético de Arqueología ClAG),
como expresiones de ideas comparti- dialéctica, 125,220,233-234 201,232,236,253 10,243
das, 35 difusión, 35, 36, 46, 50, 178, 194,234 arqueología y, 169-184
como fósiles, 128 dilctantlsmo de anticuario, 31, 234
como ideología, 128 discipliuaricdad. 190, 203 Habermas, J., 108,178, 249
objetos como expresiones de normas discurso. 234 Ialoccnu-ismo. 160,208 hall abierto. 142-148, 193
culturales, 34 división clcl uubajo. 159 fascismo, 222 Harding. S" 25
consu-uctivismo social, 68-70, 232 Dunnell, R., 179 , 180 Fuwcctt. e, 256 Harvcy D., 255
constructivismo, 68, 135, 163, 166, 183, Durkhcim. E., 70, 104, 174 Feminismo. 70, 153, 154, 163, 164,213, Hastorf C. A., 254
225, 248 218, 224, 252 l Iawkcs. C., 86, 250
contexto. 83, 84,141,147, 148,149,150, fenomenología. 11, 148 - 14 9 , 23 6 , 25 1, 252 Hnwkes. J., 57,157,190,247
193 , 2 07 , 2 14-2 16 Engleton, B., 245 fenotipo, 182, 184 Hegel, E, 120
contingencia, 177,253 Earlc. T, 152, 175 Ferguson. T. J., 255, 256 Heidegger, 149
couu-adicción. 125, 128, 129,233 eclecticismo, 227 fcüchismo.Bv hermenéutica, 65,136,184,236
conu-astación. 17-18,32,43,53-54,59,61- ecología cultural, 47, 180-18 1, 182- 184 Fcvcrabcnd. P., 6,')-68 hctcrarquía. 110,249
62, 64, 69, 71-89, 132, 136, 2 12, 217, ecología. 80, 103, 180-181 Iilosoña Ilustrndn, 202, 203, 204, 205 hipótesis, 236-237
219,239,245,247,251 economía política, 163 Flanncry, K., 42, 45, 95, 107, 110, 120-121, hístoíre evenementielle, 187
Coopcr, 1\'1. A., 155-156 Eerkens. J., 180 246,249,250 historia cultural, 44, 185, 194,199,237
c-orrección de sesgo, 154-157 Elton, E. G", 245 formalismo, 147,236 historia de la filosofía, 12-13
l'OITl'1<lck111,9S cmic versus ctic. 109 versus sustantivismo. 147 historia ele las mujeres en arqueología,
(·()c;ificlCi(·)]l. 1.':;l, 2,1.1 cmpir-lcismo. 17, 69,186,234 Eoucaulr, 1\1., 205, 255 252
('jlc;llllllll!',i;¡, 121 enfoque normativo, 34-35, 96, 231) fragmentación del método, 206, 228 historia,
('0)11\",1111.(' l'n 19i) Engcls. F., 174 Frcud, S., 115 arqueología como sirvienta de, 49
c, «ul.¡u. 1'" .lTI entorno mc-dioatnlricnlnl , 24, 42, ')6, hU, Fried, :v1., 175 historia y literatura. 204
, ()\III 11111.1. 1 ,'u 171-172,IX2 frisios,98 historicisrno, 237
'1, .1I1\i.l,I.I. lS.' ,·pi,c;h'lllollJ)'.í;I, (,q, :',1), ?l(), .1'\.1 fl'j:-;() (lcll';(I'tcn{l!l, 16 hisrortogrnña. 237
280 iNTRODUCcrÓK A LA TEORíA ARQUEOLÓGiCA
ÍNDICE ANALÍTICO 281

muestreo. 45-46 Preuccl, R. W., 153,244,256


Hodder; 1., 86, 87. 88,131-133, 137,138, Laduric. E.1e Roy, 186, 188
mulriculturalismo, 239, 255 primates, 179
221, 224, 249 La/out; B., 24R, 2.'i6
problema de la inferencia, 57
museo Smithsonian. 48
Hodgcs, R., 98, 99, 192,249 LeBlanc, S. 1\., 110
proceso cul tural. 43-44
Holocausto, 212 legitimación. 238
proceso. 51, 187, 194,231
horneosrasis. 96, 97 lenguaje, 24-25, 122, 179
nacionalismo, 49, 255 arqueología procesual, 50, 62, 226, 239
Hoskins. v: G., 198 Lconc, i'1-'1., 134,215, 246, 250
Nnmforsen. 142 enfoque procesual al género, 252
humanismo, 56-57, 64, 237, 247 Lévi-Srrauss. C.,120
narrativa. 186, 194,208 procesualismo cognitivo, 120, 219, 222"
Humm. M., 252 ley de la gravedad, 59
Hunt, L., 254
nativos americanos, 30, 48, 128,141-142, 225,239,250
libertad y esclavitud, 114
161,16.<',169-170,207,255 producción, 124
Husserl, E., 149 licencias de fortificar; 195
Nelsou. 11.,137,149 proyecto Annnpolis de arqucologfn. 134,
líneas de conexión, 1~-20, 20A-207
Nietzsche, r.. 205 250, 255
Liulc Rapids. 161-163
Nortcumérica. 185, 191, 193,221 psicólogos, 70
iconografía, 121 Linle Red Riding Hood. 150
Nuba. 87, 133,138 pueblo Anasazi ancestral, 86, 177
idealismo histórico, 187,251 Livio, 208
Nueva Arqueología, 12, 13,27,29-53,56,
idealismo, 92, 119-120, 137, 173, 220. logocentrismo.Rdx
61-64,131,134,141,180,185,188, 199,
237 falacia logocénn-ica, 204
221,227,245,247 quarks. 68
ideología vulgar; 126-127 longnc dunie, 187
Nueva Geografía, 38,131,188
ideología, lOS, 121, 126 [29, 147, 183, Lubbock, Sil' John, 77
Nueva Hist:lria Cultural, 190, 191,254
20S, 213,214, 237 Lycll. J., SO, 172
Nueva Historia Social, 188-189 racionalidad, 30, 69,180-181,183
impcriulismo. 170-171 Lyotard. F., 201,255
Nunamiut. 77, 79 Rankc, 186
Imperio Británico. 171 Ratbjc. v«, 88
Imperio Romano, 32, 92, 100,207,240 razas, 68-69, 209
cultura romauo-británicu, 23 Maine. Sir Hcru-y, 174
Obcycsckcrc. G., 215 razón, 202, 205
roro, 191 Major, J" 148
objetividad, 126,211-214 realismo, 225, 240
Malínowsky B., 104
fortificaciones, 137, 149
Marakwet. 87
observación. 64, 99 Rcdman. c..
110
romanización, 98-99, 207 Oldllvai,82-83 rcduccio nismo. 240
yacimientos, 185 Marcus. J" 95,120-121,249,250 rela tivismo, 149, 166, 211-216, 220, 225,
ordenadores, 56
indios Zapotecas. 120 Marx, C., 123, 124, 125,202
orígenes de la agricultura, 107 240,256
individualismo metodológico, 237 Marxismo, 111, 121, 12.1-128, 134, 174,
Ormc. B., 248 religión. 94,121
individuo, 113, 137- 138, 155, 178, 182, 175,201,204,238,250 Y ciencia, 59
Orton, C., 132
219 masculinidad, 194
Orwcll. G., 148 Renacimiento. 155, 169, 173,202
materialismo cul tural. 23 1
inductivismo. 186,237 Rcnfrcvo, A. c.. 37, 47, 50-53, 66, 120, 132,
infraestructura y superestructura, 126 materialismo, 124, 173,215,238 135, 152, 157, 175,221, 222, 240, 246,
intelectuales, 9, 245 McGuu-e. R., 250, 251
paisaje, 136, 184, 194 247,250
intencionalidad,65 Md\ay, L., 252
paradigmas, 66, 239 resistencia, 214
intercambio, 63, 97,132 megalitos, 50-53, 199,247
particular-ismo, 35, 39, 98,107,177 retórica de la conciliación, 221
Inuit, 77,181 Mellars. P, 84
Puu-ik. L. E., 256 de la confrontación, 221
mentalidad, 153, 188
Paync. S., 82 Revolución Industrial, 189
mcntalisrno, 93, 94, 98, 100, 116
p ér d ida de la inocencia, 39, 61 revolución lingüística, 11, lS8 191,254
método histórico directo, 86, 238
jerga, 11,24,25,26 Plckcring. A., 68 riesgo, 180-181, 183-184,253
rnctodologfn, 16-17,238-239
Johancsscn. S" 254 piedra d e Roserta, 75-76 romanticismo, 114
Y teoría, 16
Johnson. M. H., 252 Platón, 120 Rortv, R., 255
migración, 35, 46
Iones. L., 255 política, 60, 67, 69, 70, \07, 125, 126, 207, Rowlcy-Conwy P., 18 1
Miller, D., 249,
jutas, 191-192 208, 255
Mithen. S., 121, 181-182
corrección política, 9, 245
modelo heurístico, 59, 236
positivismo, 58-61, 135, 166, 173, 202, Saami,142
modelo hipotdico-declllctivo-nomo1ógic(),
215-216,220,225,247 Sabloff J., 212-213
Kafka, F, 198 60,61
positivismo lógico, 61-62 Sahlins. M.2 I5
Kant, L, 120 modernismo, 239
postmodemismo. 150,201,216,239,255 Saitt::l., D., 256
Kider; A., 46 en arquitectura, 204
práctica arqueológica, 50, 56, 151, 157, salidas profesionales para la mujeres, 252
Knapp, B., 254 Moorc. R., 87, 252
251 Santorini. 100-10 1
Koh1. P., 215, 256 moralidad, 55, 60, 202
Kossina. G., 222 prúcüca de la urqueologfa. 49, 50, 73 SaUSSUl"C, F de, 120, 122
Morclund. J., 254
,ljl'll;1 ;¡ LI l\'nria. 214 Schiffcr.Jvt. 1--3., 10, 11, SS, 254
Krol'lwr, 1\., 17A Morg.m. ] '. 11., 174
Pll'll;ll;j'-¡'lIl ,1"1 !'I:III(', x! Schoruu.m. 1.. 1\-1., 2.'--i·t
Kului. T., c.S·(lS, :~·17 nnn-rtc del .tttlr 11', l'fO
2H2 I NT ]{ () !H ll 'C] () N 1\ I ,A 'I' UlI d A !\]{()lI l ;.<JL<'J(;lCA

Sc hut z. A., 149 reort n literaria , 226


sele cc ión nacion a l, 172 leo ría, defin ició n de teoría . Ió · I8. 241
sem iótica, 240 co mo tra d ucción . 228
sen tid o co m ú n , 15-26, 74 , 117~ 1 t S dificul ta d d e la teoría , 25 -26
se ñores y ca m p esinos, 126 , 199 evaluació n J~ la.') in terpre tac iones. 19-
Scrvicc, E., 175 20
sesgo mac h is ta , 47, 154 hi s toria de , 32··U
d om ini o m asc u lino, 156 ju stifica ción p O I· la arqueo logía, 18
sexis mo, uso se xis ta d el le nguaje , 154 relac iones co n el método. 16-17. 21 5
se xo y gé nero. 252 sc pnrnc lón de l mé todo , 59 íNDI CE
Shakespearc . vV., t 49 texto s. 32, 139·14 2, 192-193
Sh a nks, ]\ 1., 69, 177, 183, 220 -22 1, 251 , Tho ruas. J., 149
2'12 Th ompson . E . P., 24 1 Prólogo a la edición esp a ñola 5
sim ula ción , 96,112 , 251 tiem po . 30 ,187
sinc ro n ía, 104-105,240 ah or ro del üem po. 184 PRH1\CTO. Las contr a d ic ci on e s d e la t eo r -ía 9
sis temas . 240 Tillcy. C.. li9. 142. 177. 183. 220-22 1, 226,
cola pso de los, 24 9 25 11 ,25 1.252 CAP íT UL O 1. E l se n tido com ú n n o h as ta 15
m odcla ci ón de, 112 tipo logía , 44, SU, 117, 23 1
Defi ni cion es d e «tcortn» , 16
pe nsami en to . 4 1, 95 -98 , 100·1 14, 12 1, tota lizador, 24 1
249 Com p re nder la teo rí a. 27
tri bu s, 40
sis té mico, 122 Triggct; B. , 128, 2 13, 2 14 , 2 15. 227
soc ied ades com plej as , 63 , 110-1 11 Tucs on Cnrbage Pro¡ ....c t. SR CAPíTIJLO 2. La " ll u eva a rq u eo lo gta » . . . , , . 29
soci edad es de ba nd as. 40 An tes lk la Nueva Arq ue o logía . . . . . . . . . . . . . . ... . , 32
soci ed ades de j ef aturas, 40 Lo s or íge nes d e la Nuev a Arqucol ogfu ,. . . 38
socio b iología , 163, 178 , 24 1 Ud a, P.. 255 Asp ec tos clave de la Nueva Arqucolog fu ,.,. 40
sociolog ía , 60-6 1 Urb a n. P. 1\., 254 Conclu sión . .. . ... . ... ... ... . ... ... .... . . , 53
ma nd o s ociológico . 70 uso se xis ta de l le nguaje. 1S4
Spc ctor; J ., 16 1- 163 ut op fns. 202
S pcn ccr. H .. I04 , 170-17 1. 173· 174 , [79 CAPíTULO 3. La a r q ueolo g ía como c ic n c! a . ..... . , . , . , ..... 55
Ste wa rd. J .. 47, ISO. 182 De finic ion es de C ienci a . , , . . . . ... . , .. Sí
Sto nc hcngc , 48 vad ab ilid ad , 4.í E l pos iti vismo .. , . .. 58
sub jetividad , 126 varia ción alea toria . J 72 El posi tivismo lógico . .,. 61
subs istencia , 95 Vaub au. S. d e. 198 Eje m plos 62
Sud a frica . 193 Vcgc tiu s. 198 Objeci ones a la idea de «Ciencia ". 64
su ic id io, 113 verificación , 116 Kuhn v Fevcra bcn d , , . 65
s u s ta n ti vi sm o , 183,241 Vico, 120 68
El construc u vísrn o so c ial .
Sutton Hao, 191 Viet n am, 17 1
C \l'í TULO 4. Contr as ta r la te o ría d e a lca n ce med io y la c tu oarqu eo -
ta fo nom ¡a. 82, 225 Iogía , .. . .,, .. . . .. , . . 71
Wallc rs tciu . E .. 11 I
Ta yloi; \V.• 47 wa tktns. A., 19·20 Bínford V la te oría de a lcance medio ... 72
teleología , 177, 24 1 w et son . r. J ., 110, 25 1, 252 I nt erp ret ar el mustcricn sc . , . í7
teorí a crí tica , 108 , 127, 134 , 2 1S, 24 1 W h ltc. H.. 18b La s p r es uncio n es u ni fo r mi z rd oras . . . . . . . . .. . . í9
teorí a de alcan ce m ed io, 72 · 89, 193, 21 2, whne. L.. 47, 1i 3. 174, 175, 246 Pro blem as co n lu teoría lit: alc an ce med io . . 84
2 13.217. 22 5 Wilk. R.. 2 12 Co ncl u si ón .. .... .. ... ... .. .... .., . 88
ind ep end enc ia d e la tcorfu general , 79 Williumso n . T., 20
p resuncio nes u niformi za doru s. 79-82 wissc nschafr. Sd CAPÍTl; LO 5 _ L¡l c u ltu ra c o m o sis te ma , . . . . , , . 91
teo r-ía d e la es tr uctura ci ón, 138, 241 Wittgens tein , L., 205
teor-ía tic [o s forrajeado re s eficie ntes , 180, Tco d a d e s ls temus: su ma rio. . . . . ............. .,,., . 95
w yl¡c. A ., 86 , 157 , 166, 2 13. 2 1-1 , 2 15, 24 ~
253 Eje m p lo : sistemas al rededor de l mar del Norte . . ..,. ,, . 98
teor-ía d el caos, 8 1, 249 P u ntos fue rtes d d pens amiento s isté mic o ' ,. . . 100
teoría d el sis tem a del m u ndo , 111, 249 Zim ba bw e.1 5 E l con texto del pensa mien to sisté m ico. 10 3
teor-ía gen era l de sis temas. 103 Zubro w, E .. 120, 250 Pu ntos déb iles de l pensamiento s ist émic o 105
E l pensa m ien to sist ém ico mo di fica do 109
El pensam iento si st ém ico y los in d ividu os . 11 3
Z¡;4 T I :.ORí A ARO UE OL()GI CA. UNA I N TR O V lJ C Cl () ~

C APiTU LO 6 . Lee r lo s pensamient os . 115


Lee r los pe ns a m ie n tos _ . 116
Arq ueo log ía cognit iva . 120
E l es tru cturalis mo 121
l'\i1ar....ism o " " " ' . . .. , . . . . . . .." . 123
La ideología , . 126
Co nclusión _ . 129

CAPiTULO 7 . Ar q u eo lo gía postpr-ocesual y arq ueo logía inte rp r-et a tiva . 131
La urqucologfa post proccsual , ' " . 134
Im pres o e n el m es d e j u n io d e 2000
C,\PITU LO 8. Ar'qucolo gfn y gé ne ro . 15 1 e n A"M GRÁFIC. S . L.
El g énero . 154
Pol ígo n o Ind u s tr ia l «La Flori da .
La co rrecc ión del sesgo .. 154
Crí tica de la práctica arqu eo lógica . 157 08 130 S a n ta Perp etua d e M ogo d a
Arqueologías del género . 158 (Barce lo na )
Hom bres. m ujeres y conoc imi en to . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160

CAPITULO 9. Arqu e o lo gía yevolu ci ón . " . . 169


S pe ncer y la evoluc ió n cult ur al 170
Darw in y la evo luci ón bio lógica . . . . . . . . . . .................... 17 1
Evolu ción cultura l . . . . . . . . . . . . . . . .... 173
Lu crítica a la evolu ción cultura l .... .. 177
Evol uc ión bi ológica . . , . , . . ... ..... 178
Ada p taci ón , raciona lidad y ecolog ía cu lt u ra l .. .. ... .. ... .. ... .. . 180
Cr íticas a la ecol ogía cu ltu ra l . . . . . . . . . . . . . . . . .. 182

CAP1'l'U LO JO. Ar q u e ología e h istoria. . ... . , . 18 5


b \ hist or ia tra di ciona l . , . . . . . . . . . . ..
.... . . . . . . . .. . . . . . . .. .. 186
La Escuela de los Anua les ... _. . . . . ..
.... . . . . . . . .. . . . . . . .. .. 187
La revo lució n lin gü ística . , . . . . . . . . ..
.... . . . . . . . .. . . . . . . .. .. 188
Arqu eolo gía hi st ór ica . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .. . . . . . . . 19 1
La arqu eología h is tóri ca y los te xtos " .. .. . . . . . . .. .. 192
Co ncl usión 199

CAPfTULO 11. Ar qu e ol ogía en u n mundo postmoderno 20 I


Fantás tico ; per o ¿qué ti ene que ver todo esto co n la arqueología ? 206
La a rqu eología n o se hace ~ n el va cío .. . ........ .... 207
La c uestión de l re la tivism o .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 11
El cont exto del relat ivism o . . . .. 2 14

CAPln 'LO 12. Co n cl u s ió n : conflic to y co ns enso .,.... 2 17


Definir u na posic ión int ermed ia 2t8
Co ncl us ión _. . .. . . . . . .. . . ...... .. . . . . . .... ..... .. . . . . . . . 226

Glo sa ri o 231
Bil rllog ra fí a come nt a d a . 243
Bib lio gra fía ge nera l . 257
índice a na lí tic o 277

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