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Parentesco
Definición
ART 529.- Concepto y terminología. Parentesco es el vínculo jurídico existente
entre personas en razón de la naturaleza, las técnicas de reproducción humana
asistida, la adopción y la afinidad.
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Clases de parentesco
Son cuatro las clases de parentesco:
• Por naturaleza: es el que existe entre dos personas, una de las cuales
desciende de la otra o ambas de un antecesor común.
• Por técnicas de reproducción humana asistida: “El Código permite la
fertilización con material genético de la pareja o de la persona que pretende
alcanzar la maternidad o paternidad a través del uso de las técnicas, como así
también de material de donante anónimo” (Kemelmajer, 2014, pág. 8). En este
caso, el parentesco se crea en base a la voluntad procreacional.
• Por afinidad: es el que vincula a una persona con los parientes
consanguíneos o adoptivos de su cónyuge (pero no existe parentesco entre los
parientes consanguíneos de uno u otro cónyuge, ni existe parentesco entre
cónyuges).
• Adoptivo: existente entre adoptante y/o adoptantes y adoptado (adopción
simple, adopción de integración) o entre el adoptado y sus parientes y los
consanguíneos y afines de los adoptantes (en la adopción plena).
El parentesco por adopción se origina en una sentencia judicial que constituye
un vínculo jurídico familiar similar o igual al que surge de la filiación
consanguínea establecida.
Computo de parentesco
La proximidad del parentesco se establece por líneas y grados (art. 530 CCCN).
La proximidad del parentesco constituye uno de los más sólidos fundamentos de
la organización socio familiar y supone la medida del afecto presunto de las
personas aplicando la vieja idea de que el afecto desciende prioritariamente, luego
asciende y por último se extiende.
Línea: es la serie no interrumpida de grados (art. 531 CCCN).
Hay dos clases de línea: línea recta, que es la que une a los ascendientes y los
descendientes, y línea colateral, que es la que une a los descendientes de un
tronco común (art. 532 CCCN).
Tronco: es el grado de donde parten dos o más líneas, es decir el antecesor
común de dos parientes colaterales (art. 531 CCCN).
Rama: es cada una de las líneas que parten del tronco por relación a su origen
(art. 531 CCCN).
Mientras en la línea recta no hay un grado que marque el fin del parentesco, en la
línea colateral existe un hito divisorio del parentesco jurídico y la familiaridad
biológica. En general, puede decirse que, entre los colaterales, el límite más
característico reconocido en doctrina para fijar el cese del parentesco es el cuarto
grado.
Los vínculos naturales que exceden el grado límite del parentesco emplazan a las
personas en la situación de simples familiares, categoría extrajurídica pues carece
de relevancia para el derecho. Son los que comúnmente llamamos “parientes
lejanos”.
Es decir que, en la línea colateral, más allá del cuarto grado no hay efecto jurídico
(no hay vínculo jurídico, lo que hay es familiaridad).
ART 530.- Elementos del cómputo. La proximidad del parentesco se establece
por líneas y grados.
ART 531.- Grado. Línea. Tronco. Se llama:
a) grado, al vínculo entre dos personas que pertenecen a generaciones sucesivas;
b) línea, a la serie no interrumpida de grados;
c) tronco, al ascendiente del cual parten dos o más líneas;
d) rama, a la línea en relación a su origen.
ART 532.- Clases de líneas. Se llama línea recta a la que une a los ascendientes
y los descendientes; y línea colateral a la que une a los descendientes de un tronco
común.
ART 533.- Cómputo del parentesco. En la línea recta hay tantos grados como
generaciones. En la colateral los grados se cuentan por generaciones, sumando el
número de grados que hay en cada rama entre cada una de las personas cuyo
parentesco se quiere computar y el ascendiente común.
ART 543.- Proceso. La petición de alimentos tramita por el proceso más breve
que establezca la ley local, y no se acumula a otra pretensión.
ART 544.- Alimentos provisorios. Desde el principio de la causa o en el
transcurso de ella, el juez puede decretar la prestación de alimentos provisionales,
y también las expensas del pleito, si se justifica la falta de medios.
ART 545.- Prueba. El pariente que pide alimentos debe probar que le faltan los
medios económicos suficientes y la imposibilidad de adquirirlos con su trabajo,
cualquiera que sea la causa que haya generado tal estado.
ART 546.- Existencia de otros obligados. Incumbe al demandado la carga de
probar que existe otro pariente de grado más próximo o de igual grado en
condición de prestarlos, a fin de ser desplazado o concurrir con él en la
prestación. Si se reclama a varios obligados, el demandado puede citar a juicio a
todos o parte de los restantes, a fin de que la condena los alcance.
ART 547.- Recursos. El recurso contra la sentencia que decreta la prestación de
alimentos no tiene efecto suspensivo, ni el que recibe los alimentos puede ser
obligado a prestar fianza o caución alguna de devolver lo recibido si la sentencia
es revocada.
ART 548.- Retroactividad de la sentencia. Los alimentos se deben desde el día
de la interposición de la demanda o desde la interpelación al obligado por medio
fehaciente, siempre que la demanda se presente dentro de los seis meses de la
interpelación.
ART 549.- Repetición. En caso de haber más de un obligado al pago de los
alimentos, quien los haya prestado puede repetir de los otros obligados, en
proporción a lo que a cada uno le corresponde.
ART 550.- Medidas cautelares. Puede disponerse la traba de medidas
cautelares para asegurar el pago de alimentos futuros, provisionales, definitivos o
convenidos. El obligado puede ofrecer en sustitución otras garantías suficientes.
ART 551.- Incumplimiento de órdenes judiciales. Es solidariamente
responsable del pago de la deuda alimentaria quien no cumple la orden judicial de
depositar la suma que debió descontar a su dependiente o a cualquier otro
acreedor.
ART 552.- Intereses. Las sumas debidas por alimentos por el incumplimiento
en el plazo previsto devengan una tasa de interés equivalente a la más alta que
cobran los bancos a sus clientes, según las reglamentaciones del Banco Central, a
la que se adiciona la que el juez fije según las circunstancias del caso.
ART553.- Otras medidas para asegurar el cumplimiento. El juez puede
imponer al responsable del incumplimiento reiterado de la obligación alimentaria
medidas razonables para asegurar la eficacia de la sentencia.
ART 554.- Cese de la obligación alimentaria. Cesa la obligación alimentaria:
a) si el alimentado incurre en alguna causal de indignidad;
b) por la muerte del obligado o del alimentado;
c) cuando desaparecen los presupuestos de la obligación.
Caracteres
El derecho a percibir alimentos -y la correlativa obligación de prestarlos- deriva
de una relación alimentaria legal de contenido patrimonial, pero cuyo fin es
esencialmente extrapatrimonial; la satisfacción de necesidades personales para la
conservación de la vida, para la subsistencia de quien lo requiere.
• Indisponible
Esta relación no está en la esfera de disponibilidad del individuo. El derecho
alimentario se le reconoce a la persona aun en contra de su voluntad, porque no
es un puro derecho que se concede en el exclusivo interés individual, sino
que se establece jurídicamente teniendo en cuenta el interés superior de la vida
humana, que debe ser asegurada y protegida.
• Irrenunciable
Los derechos concedidos en miras al orden público son irrenunciables. En esta
categoría están encuadrados los alimentos parentales que, por estar
fundamentados en razones de solidaridad familiar, hacen a la superior
organización del Estado, de la sociedad y de la familia. La irrenunciabilidad es
una forma de resguardar al individuo contra su propia ligereza o inexperiencia.
• Imprescriptible e intermitente
Si el derecho alimentario es irrenunciable, se impone admitir su
imprescriptibilidad, ya que la prescripción de la acción podría ser un instrumento
de renuncia no querido por la ley, con sólo dejar transcurrir el lapso de
prescripción.
Como el deber se actualiza toda vez que se conjugan las circunstancias que lo
hacen exigibles jurídicamente (necesidad de quien reclama, pudiencia del obligado
y vínculo familiar); y como, en principio, no procede reclamar la satisfacción de
urgencias alimentarias del pasado, la prescripción comenzaría continuamente a
correr en el momento presente, por lo que nunca puede tenérsela por operada.
El derecho alimentario familiar es imprescriptible porque es un bien que no
integra el patrimonio de los sujetos relacionados. Esta afirmación requiere
distinguir entre el deber asistencial alimentario (que, en sí mismo y por su
naturaleza, no está sometido a ningún tipo de prescripción) del crédito por
atrasos en las mensualidades fijadas convencional o judicialmente.
• Inembargable e incompensable
Con relación a la inembargabilidad, propia de los alimentos legales, recordemos
que el sustento de la vida es el único destino de los alimentos; por ello quedan
fuera del contenido de la prenda común de los acreedores, siendo inembargables
e incompensables.
• Intransigible
La obligación alimentaria es inhábil para ser objeto de una transacción.
Parientes obligados
Los parientes se deben alimentos en el siguiente orden:
1. Los ascendientes y descendientes. Entre ellos estarán obligados
preferentemente los más próximos en grado.
2. Los hermanos bilaterales y unilaterales.
En cualquiera de los supuestos los alimentos son debidos por los que están en
mejores condiciones de proporcionarlos. Si dos o más de ellos están en
condiciones de hacerlo, están obligados por partes iguales, pero el juez puede
fijar cuotas diferentes, según la cuantía de los bienes y cargas familiares de cada
obligado.
“Entre los parientes por afinidad únicamente se deben alimentos aquellos que
están vinculados en línea recta en primer grado”.
Nuestra ley reconoce el derecho y obligación alimentaria entre afines en primer
grado.
La relación alimentaria de los afines es subsidiaria del recíproco deber alimentario
de los esposos y entre consanguíneos; por ende, el afín requerido de alimentos
podrá excepcionarse alegando la existencia del cónyuge o de consanguíneos
pudientes del necesitado.
La jurisprudencia ha entendido que los parientes por afinidad sólo se deben
alimentos entre sí en caso de que no haya consanguíneos en condición de
prestarlos.
Requisitos de exigibilidad del débito alimentario: de los artículos 537 y
siguientes del CCCN surge que:
El derecho alimentario se hace exigible cuando en los hechos convergen
simultáneamente tres requisitos: a) vínculo familiar, b) necesidad de quien lo
solicita; c) pudiencia del obligado.
a) Vínculo familiar
Se trata de un nexo de parentesco en la clase y grado que origina la obligación
alimentaria.
b) Necesidad del accionante
El pariente que requiere alimentos deberá acreditar su situación carenciada, es
decir que no está en condiciones de atender, en todo o en parte, a su propio
sostén.
En otras palabras, el pariente que demanda alimentos debe probar que con el
producido de su trabajo no puede satisfacer las exigencias vitales, sea porque sus
ingresos son insuficientes o sea porque se encuentra desocupado sin su culpa:
por incapacidad, enfermedad, o porque en el lugar de su residencia existe una
elevada tasa de desempleo.
c) Potencialidad económica del requerido
Este presupuesto significa que el requerido por alimentos debe disponer de
medios o de recursos de tal envergadura que, además de permitirle satisfacer
prioritariamente sus necesidades personales, incluidas las del grupo familiar
conviviente, y los compromisos asumidos (pago de alquiler de su vivienda,
aranceles por educación de sus hijos, impuestos, etcétera), le hagan posible
atender a la alimentación del necesitado requirente.
Monto
El monto de la prestación parental puede ser fijado por acuerdo entre las partes o
por decisión judicial. Asimismo, siempre se tendrá en cuenta la necesidad del
alimentado y la pudiencia del alimentante. En lo legados de alimentos la cuantía
se suele fijar en el testamento.
Derecho de comunicación
ART 555.- Legitimados. Oposición. Los que tienen a su cargo el cuidado de
personas menores de edad, con capacidad restringida, o enfermas o
imposibilitadas, deben permitir la comunicación de estos con sus ascendientes,
descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad en
primer grado. Si se deduce oposición fundada en posibles perjuicios a la salud
mental o física de los interesados, el juez debe resolver lo que corresponda por el
procedimiento más breve que prevea la ley local y establecer, en su caso, el
régimen de comunicación más conveniente de acuerdo a las circunstancias.
ART 556.- Otros beneficiarios. Las disposiciones del artículo 555 se aplican en
favor de quienes justifiquen un interés afectivo legítimo.
Matrimonio
El derecho se ha preocupado desde antaño por regular jurídicamente la
institución del matrimonio. Esta institución ha ido variando con el paso del
tiempo, siendo primero una institución regulada por la Iglesia, que se celebraba
obligatoriamente con formas religiosas, para luego secularizarse. Asimismo, la
esencia de la institución del matrimonio en nuestro país ha ido variando a lo largo
de los siglos, conforme los cambios culturales y sociales propios de la evolución
de cada sociedad. Comenzó como una unión permanente e indisoluble entre un
hombre y una mujer, regulada conforme los cánones de la Iglesia católica, que
sólo podía culminar con el fallecimiento de alguno de los esposos, pasando por
grandes transformaciones hasta llegar al ordenamiento jurídico actual. Hoy
concebimos el matrimonio como una unión entre personas de distinto o igual
sexo, en la cual la disolución es posible, entre otras causas, por la voluntad de
uno o ambos cónyuges a través del divorcio, sin invocación de causa y sin un
plazo establecido para solicitarlo.
Definición
Es una institución jurídica que, basada en el consentimiento mutuo, se constituye
por la unión formal, aconfesional o civil, exclusiva, exogámica, igualitaria, estable
y plena entre dos personas de distinto o igual sexo que, emplaza a los
contrayentes en el estado de familia de cónyuges o esposos del que se derivan
importantes, derechos y deberes, regidos por un estatuto legal que el estado
impone.
Se distinguen, en el concepto, dos aspectos:
• El matrimonio in fieri, referido a la celebración del matrimonio como acto
jurídico familiar.
• El matrimonio in facto esse, que es el estado de familia que surge del acto
jurídico inicial.
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Caracteres
• Formal, ya que el matrimonio se perfecciona por medio de la celebración
del acto jurídico revestido de las solemnidades que la ley impone a los
contrayentes.
• Aconfesional o civil.
• Exclusivo: el régimen monogámico excluye el comercio sexual de los
esposos con otras personas distintas de las de su cónyuge.
• Exogámico: se establecen impedimentos para contraer matrimonio cuando
haya parentesco entre los pretensos contrayentes en línea y grado prohibido.
• Heterosexual u homosexual.
• Estable, en el sentido de que se contrae con la intención de que perdure y
de que su estabilidad quede garantizada por la ley. Esto no debe ser confundido
con la indisolubilidad.
• Pleno: “…no puede someterse a modalidad alguna. Cualquier plazo,
condición o cargo se tiene por no expresado, sin que ello afecte la validez del
matrimonio”.
Fines
Nuestro ordenamiento jurídico no ha establecido cuáles son los fines del
matrimonio civil. Antes de la sanción de Código Civil y Comercial de 2014, si
bien tampoco estaban descriptos, se infería que los mismos estaban implícitos en
los derechos y deberes que tenían los cónyuges entre sí, es decir: fidelidad,
asistencia y cohabitación.
En el nuevo Código se enumeran los siguientes derechos-deberes de los
cónyuges: el deber de establecer y desarrollar un proyecto de vida en común
basado en la cooperación, el deber de convivencia, el deber moral de fidelidad
(art. 431 CCCN), de asistencia mutua (art. 431 CCCN), de alimentos (arts. 432 a
434 CCCN), de contribución (art. 455 CCCN). Sin embargo, cabe advertir que la
mayoría de ellos son incoercibles, atento a que no conllevan sanción jurídica
alguna, salvo el de contribución y el de alimentos, que tienen un contenido
patrimonial.
Por lo tanto, y al decir de la Dra. Olga Orlandi (2014, pág. 10): “La esencia del
matrimonio se constituye en el compromiso a desarrollar un proyecto de vida en
común basado en la mutua asistencia y cooperación. Los cónyuges se proponen
ejecutar, aunar fuerzas internas sustanciales para el logro de su proyecto de vida
autorreferencial”, es decir que, con los límites impuestos por la solidaridad
familiar, son los cónyuges quienes deben determinar a qué quieren obligarse
durante la relación matrimonial.
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Habilidad mental
Si bien el art. 403 inc. g establece, como impedimento matrimonial, “la falta
permanente o transitoria de la salud mental que le impide tener discernimiento
para el acto matrimonial” , a este impedimento hay que complementarlo con lo
dispuesto en el art. 405, el cual, bajo el paradigma no discriminatorio, y
respetando la ley de salud mental y los principios de Naciones Unidas para la
protección de enfermos mentales y para el mejoramiento de la atención de salud
mental, establece que las personas que padezcan afecciones en su salud mental
puedan celebrar el matrimonio, previa dispensa judicial.
Los requerimientos para otorgar dicha dispensa son:
• Intervención de equipos interdisciplinarios: los cuales emitirán un
dictamen que exprese si el pretenso contrayente comprende las consecuencias
jurídicas del acto matrimonial y si goza de la aptitud para la vida de relación
conyugal.
• Entrevista personal: la norma establece que el juez debe mantener una
entrevista personal con los futuros contrayentes, pudiendo también hacerlo con
sus representantes y/o cuidadores.
Clasificación
• Por la índole de la sanción
o Dirimentes: aquellos cuya violación habilita el ejercicio de la acción de
nulidad del matrimonio.
o Impedientes: aquellos cuya violación no da lugar a dicha sanción sino que
se resuelven en sanciones de otro tipo o bien cumplen solo una función
preventiva, de modo que si el oficial público que los conoce debe negarse a
celebrar el matrimonio, una vez contraído ninguna consecuencia jurídica produce
su inobservancia.
Impedimentos impedientes
Los impedimentos impedientes son meramente prohibitivos en el sentido de que,
si el matrimonio se celebra, es válido, aunque, por haber sido irregularmente
celebrado, conlleva sanciones para los contrayentes.
Falta de aprobación de las cuentas de la tutela (art. 404 in fine):
La dispensa para
el matrimonio entre el tutor o sus descendientes con la persona bajo su tutela
sólo puede ser otorgada si, además de los recaudos previstos en el párrafo
anterior, se han aprobado las cuentas de la administración. Si de igual modo se
celebra el matrimonio, el tutor pierde la asignación que le corresponda sobre las
rentas del pupilo…
Como vemos, en este caso no se sanciona con la nulidad, sino con pérdida de la
asignación que le hubiere correspondido sobre las rentas del pupilo.
Denuncia de impedimentos
Cualquier persona puede denunciar la existencia de algunos de los impedimentos
desde el inicio de las diligencias previas y hasta la celebración del matrimonio por
ante el Ministerio Público, para que éste deduzca, si corresponde, la
correspondiente oposición (art. 412 CCCN).
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Celebración del matrimonio
Formas ordinarias.
El art. 418 establece que el matrimonio debe celebrarse públicamente, con la
comparecencia de los futuros cónyuges, por ante el oficial público del Registro
Civil, con la presencia requerida de dos testigos de conocimiento de los que
quieren casarse, que declaren sobre su identidad y su aptitud nupcial. El número
de testigos requeridos se elevará a cuatro cuando el matrimonio se celebra fuera
de la oficina del Registro Civil.
A partir del momento en que los que pretenden casarse se han presentado ante el
oficial público encargado del Registro Civil, mediante la solicitud que prevé el art.
416, puede suscitarse la oposición al matrimonio o en su caso la denuncia de
impedimentos.
El oficial público persuadido de que no existen impedimentos matrimoniales y de
que son hábiles quienes pretenden casarse, celebrará el matrimonio.
La celebración del matrimonio se consigna en un acta que debe contener (art.
420):
a. fecha del acto;
b. nombre y apellido, edad, número de documento de identidad si lo tienen,
estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y lugar de nacimiento de los
comparecientes;
c. nombre y apellido, número de documento de identidad, nacionalidad,
profesión, y domicilio de sus respectivos padres, si son conocidos;
d. lugar de celebración;
e. dispensa del juez cuando corresponda;
f. mención de si hubo oposición y de su rechazo;
g. declaración de los contrayentes de que se toman por esposos, y del oficial
público de que quedan unidos en matrimonio en nombre de la ley;
h. nombre y apellido, edad, número de documento de identidad si lo tienen,
estado de familia, profesión y domicilio de los testigos del acto;
i. declaración de los contrayentes de si se ha celebrado o no convención
matrimonial y, en caso afirmativo, su fecha y el registro notarial en el que se
otorgó;
j. declaración de los contrayentes, si se ha optado por el régimen de
separación de bienes;
k. documentación en la cual consta el consentimiento del contrayente
ausente, si el matrimonio es celebrado a distancia.
El acta debe ser redactada y firmada inmediatamente por todos los que
intervienen en el acto o por los que lo hagan a ruego de los que no supieren o no
pudieren firmar.
El oficial público debe entregar a los cónyuges, de modo gratuito, copia del acta
de matrimonio y de la libreta de familia expedida por el Registro de Estado Civil
y Capacidad de las Personas.
“Si uno o ambos contrayentes ignoran el idioma nacional, deben ser asistidos por
un traductor público matriculado y, si no lo hay, por un intérprete de
reconocida idoneidad, dejándose debida constancia en la inscripción”
ART 416.- Solicitud inicial. Quienes pretenden contraer matrimonio deben
presentar ante el oficial público encargado del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas correspondiente al domicilio de cualquiera de ellos,
una solicitud que debe contener:
a) nombres y apellidos, y número de documento de identidad, si lo tienen;
b) edad;
c) nacionalidad, domicilio y el lugar de su nacimiento;
d) profesión;
e) nombres y apellidos de los padres, nacionalidad, números de documentos de
identidad si los conocen, profesión y domicilio;
f) declaración sobre si han contraído matrimonio con anterioridad. En caso
afirmativo, el nombre y apellido del anterior cónyuge, lugar de celebración del
matrimonio y causa de su disolución, acompañando certificado de defunción o
copia debidamente legalizada de la sentencia ejecutoriada que hubiera anulado o
disuelto el matrimonio anterior, o declarado la muerte presunta del cónyuge
anterior, según el caso.
Si los contrayentes o alguno de ellos no saben escribir, el oficial público debe
levantar acta que contenga las mismas enunciaciones.
ART 418.- Celebración del matrimonio. El matrimonio debe celebrarse
públicamente, con la comparecencia de los futuros cónyuges, por ante el oficial
público encargado del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas que
corresponda al domicilio de cualquiera de ellos.
Si se celebra en la oficina que corresponde a ese oficial público, se requiere la
presencia de dos testigos y las demás formalidades previstas en la ley. El número
de testigos se eleva a cuatro si el matrimonio se celebra fuera de esa oficina.
En el acto de la celebración del matrimonio el oficial público da lectura al artículo
431, recibe de cada uno de los contrayentes la declaración de que quieren
respectivamente constituirse en cónyuges, y pronuncia que quedan unidos en
matrimonio en nombre de la ley.
La persona que padece limitaciones en su aptitud para comunicarse en forma oral
debe expresar su voluntad por escrito o por cualquier otra manera inequívoca.
ART 419.- Idioma. Si uno o ambos contrayentes ignoran el idioma nacional,
deben ser asistidos por un traductor público matriculado y, si no lo hay, por un
intérprete de reconocida idoneidad, dejándose debida constancia en la
inscripción.
ART 420.- Acta de matrimonio y copia. La celebración del matrimonio se
consigna en un acta que debe contener:
a) fecha del acto;
b) nombre y apellido, edad, número de documento de identidad si lo tienen,
estado civil, nacionalidad, profesión, domicilio y lugar de nacimiento de los
comparecientes;
c) nombre y apellido, número de documento de identidad, nacionalidad,
profesión, y domicilio de sus respectivos padres, si son conocidos;
d) lugar de celebración;
Formas extraordinarias
ART 421.- Matrimonio en artículo de muerte. El oficial público puede
celebrar matrimonio con prescindencia de todas o de alguna de las formalidades
previstas en la Sección 1ª, cuando se justifica que alguno de los contrayentes se
encuentra en peligro de muerte, con el certificado de un médico y, donde no lo
hay, con la declaración de dos personas.
En caso de no poder hallarse al oficial público encargado del Registro del Estado
Civil y Capacidad de las Personas, el matrimonio en artículo de muerte puede
celebrarse ante cualquier juez o funcionario judicial, quien debe levantar acta de
la celebración, haciendo constar las circunstancias mencionadas en el artículo 420
con excepción del inciso f) y remitirla al oficial público para que la protocolice.
Respecto al matrimonio a distancia o entre ausentes (art. 422 CCCN), el art.
406 del CCCN exige, además del consentimiento, que éste sea prestado por ellos
personalmente ante la autoridad competente para la celebración del matrimonio.
En matrimonio entre ausentes, se admite que el consentimiento sea prestado por
uno de los contrayentes aunque el otro esté ausente, si éste, luego y ante el oficial
del Registro Civil de su domicilio o del lugar en que se encuentre, expresa
también su consentimiento; el matrimonio queda entonces válidamente
celebrado. La permisión del matrimonio entre ausentes es excepcional.
Autoridad competente
Tal como explicáramos ut supra, la autoridad competente para celebrar el
matrimonio es el oficial público encargado del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas correspondiente al domicilio de cualquiera de los
pretensos contrayentes. Sin embargo, el art. 407 del CCCN, en una clara postura
favor matrimonii, establece que “la existencia del matrimonio no resulta afectada
por la incompetencia o falta de nombramiento legítimo de la autoridad para
celebrarlo, siempre y cuando al menos unos de los contrayentes hubiera
procedido de buena fe, y aquellos ejercieran sus funciones públicamente”.
Esta norma implica que “se privilegia la existencia del matrimonio cuando el
encargado de celebrarlo aparentara contar con la competencia o con la
designación correspondiente y por lo menos uno de los cónyuges no conociera la
realidad de la situación” (Bueres, 2015, pág. 334).
Las formalidades para la celebración están expresadas en los arts. 417 a 420, para
las formas ordinarias y con las excepciones que expresamos acerca de las formas
extraordinarias de celebración del matrimonio (matrimonio in extremis y
matrimonio a distancia).
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Los deberes que surgen a raíz de la celebración del matrimonio los podemos
clasificar de la siguiente manera:
Uniones convivenciales.
Definición
ART 509.- Ambito de aplicación. Las disposiciones de este Título se aplican a
la unión basada en relaciones afectivas de carácter singular, pública, notoria,
estable y permanente de dos personas que conviven y comparten un proyecto de
vida común, sean del mismo o de diferente sexo.
Requisitos
El artículo 510 establece que para que se reconozcan los derechos establecidos
en el Código Civil y Comercial a las uniones convivenciales, éstas deben cumplir
con ciertos requisitos, los cuales analizaremos brevemente siguiendo a la Doctora
Herrera (2015):
1- Que los dos integrantes sean mayores de edad: a diferencia del
matrimonio, que en determinadas circunstancias se permite que sea celebrado
entre menores de edad, la unión convivencial, al no haber ningún tipo de
formalidad para constituirla, ni control estatal previo, se impone que involucre
solo a personas mayores de edad, es decir, personas que hayan cumplido 18 años.
2- No estén unidos por vínculos de parentesco en línea recta en todos
los grados, ni colateral hasta el segundo grado: Las uniones convivenciales
implican una relación de pareja, por ello es requisito que no estén unidos por
vínculos familiares cercanos. A través de este requisito se excluye del régimen a
otro tipo de uniones como las llamadas uniones asistenciales, en las cuales, por
ejemplo, conviven juntos dos hermanos, dos amigos, etcétera.
3- No estén unidos por vínculos de parentesco por afinidad en línea
recta: por las mismas razones expuestas en el inciso anterior, no serán
consideradas uniones convivenciales las compuestas por una persona y padres
afines, abuelos afines, hijos afines, etcétera.
4- No tengan impedimento de ligamen ni esté registrada otra
convivencia de manera simultánea: este requisito es de fácil comprobación ya
que tanto del matrimonio subsistente, como de la unión convivencial registrada
se obtienen los correspondientes certificados.
5- Mantengan la convivencia durante un período no inferior a dos
años: se entiende que este requisito tiende a materializar la publicidad,
notoriedad, estabilidad y permanencia que define las uniones convivenciales.
Registración
ART 511.- Registración. La existencia de la unión convivencial, su extinción y
los pactos que los integrantes de la pareja hayan celebrado, se inscriben en el
registro que corresponda a la jurisdicción local, sólo a los fines probatorios.
No procede una nueva inscripción de una unión convivencial sin la previa
cancelación de la preexistente.
La registración de la existencia de la unión convivencial debe ser solicitada por
ambos integrantes.
Es decir, la registración se prevé solo a los fines de facilitar la prueba de la unión,
aunque las parejas registradas tendrán un plus de reconocimiento frente a
terceros respecto de la protección de la vivienda familiar, ya que solo para el caso
de las uniones registradas, se protege la vivienda familiar y los muebles
indispensables al requerirse el asentimiento del otro conviviente en caso de
disposición, así como también se determina la inejecutabilidad por deudas
contraídas con posterioridad a la registración, excepto que hayan sido contraídos
por ambos convivientes o por uno con el asentimiento del otro.
Prueba
ART 512.- Prueba de la unión convivencial. La unión convivencial puede
acreditarse por cualquier medio de prueba; la inscripción en el Registro de
uniones convivenciales es prueba suficiente de su existencia.
Pactos de convivencia
Definición
Nuestro ordenamiento jurídico, frente a la legislación de las uniones
convivenciales, incorpora la posibilidad de realizar pactos convivenciales. Estos
pactos están destinados a regular las relaciones entre los convivientes que pueden
ser de carácter patrimonial o extra patrimonial. En principio estos pactos
prevalecen sobre las normas previstas en el Código. Sin embargo, ellos están
limitados y existen materias donde el ordenamiento legal prevalece.
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Autonomía de los convivientes
La autonomía de la voluntad es la base del contenido de los pactos
convivenciales, por lo tanto lo establecido en el Código respecto a las uniones
convivenciales se aplicará siempre y cuando los convivientes no establecieran
algo distinto en el referido pacto.
Sin embargo, hay ciertas disposiciones de orden público que el pacto de
convivencia no puede dejar sin efecto. Estas disposiciones son las referidas a:
- La asistencia que se deben los convivientes durante la convivencia.
- La obligación de contribuir a los gastos domésticos de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 455.
- La responsabilidad solidaria de los convivientes, las deudas que uno de
ellos hubiera contraído para solventar las necesidades ordinarias del hogar
o el sostenimiento y la educación de los hijos.
- Si la unión convivencial ha sido inscripta, ninguno de los convivientes
puede, sin el asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la
vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni
transportarlos fuera de la vivienda. El juez puede autorizar la disposición
del bien si es prescindible y el interés familiar no resulta comprometido.
- Si no media esa autorización, el que no ha dado su asentimiento puede
demandar la nulidad del acto dentro del plazo de caducidad de seis meses
de haberlo conocido, y siempre que continuase la convivencia.
La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después
de la inscripción de la unión convivencial, excepto que hayan sido
contraídas por ambos convivientes o por uno de ellos con el asentimiento
del otro.
Respecto a la forma que debe tener el pacto convivencial, éste debe ser hecho
por escrito y no se admite un medio distinto al establecido (Herrera, 2015).
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Como puede observarse, estas cuestiones son las que mayores conflictos suelen
traer frente a la separación de los convivientes.
Asimismo, es importante destacar que en virtud de la autonomía de la voluntad,
estos “pactos pueden ser modificados rescindidos por acuerdo de ambos
convivientes”.
Limites
Por un lado, tenemos los límites establecidos en el artículo 513, que estudiamos
ut supra y que hace referencia a aquellas cuestiones que el pacto de convivencia
no puede dejar sin efecto.
Por otro lado, el artículo 515 establece también límites a la autonomía de la
voluntad, estableciendo que: “Los pactos de convivencia no pueden ser
contrarios al orden público, ni al principio de igualdad de los convivientes, ni
afectar los derechos fundamentales de cualquiera de los integrantes de la unión
convivencial”.
Cese de la convivencia
ART 523.- Causas del cese de la unión convivencial. La unión convivencial
cesa:
a) por la muerte de uno de los convivientes;
b) por la sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento de uno de
los convivientes;
c) por matrimonio o nueva unión convivencial de uno de sus miembros;
d) por el matrimonio de los convivientes;
e) por mutuo acuerdo;
f) por voluntad unilateral de alguno de los convivientes notificada
fehacientemente al otro;
g) por el cese de la convivencia mantenida. La interrupción de la convivencia no
implica su cese si obedece a motivos laborales u otros similares, siempre que
permanezca la voluntad de vida en común.
Efectos
La ruptura de la unión convivencial trae aparejado efectos, los cuales estarán
regulados por las normas de orden público abordadas ut supra y por supuesto
por el pacto convivencial si lo hubiera.
ART 524.- Compensación económica. Cesada la convivencia, el conviviente
que sufre un desequilibrio manifiesto que signifique un empeoramiento de su
situación económica con causa adecuada en la convivencia y su ruptura, tiene
derecho a una compensación. Esta puede consistir en una prestación única o en
una renta por un tiempo determinado que no puede ser mayor a la duración de la
unión convivencial.
Puede pagarse con dinero, con el usufructo de determinados bienes o de
cualquier otro modo que acuerden las partes o en su defecto decida el juez.
Como puede observarse de la comparación entre la compensación económica
derivada del matrimonio y de la derivada de la unión convivencial, surge que en
ésta última, si la compensación se tradujera en una renta, ésta no puede superar lo
que hubiera durado la unión.
Como se expresara al momento de abordar el divorcio, la compensación no es
una figura que necesariamente se va a dar ante la ruptura de la unión
convivencial, sino que deben cumplirse los requisitos expresados en la norma.
Asimismo, conforme el artículo 525:
El juez determinará la procedencia y el monto de la compensación económica
sobre la base de diversas circunstancias, entre otras:
a) el estado patrimonial de cada uno de los convivientes al inicio y a la
finalización de la unión;
b) la dedicación que cada conviviente brindó a la familia y a la crianza y
educación de los hijos y la que debe prestar con posterioridad al cese;
c) la edad y el estado de salud de los convivientes y de los hijos;
d) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del
conviviente que solicita la compensación económica;
e) la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o
profesionales del otro conviviente;
f) la atribución de la vivienda familiar.
Sub-Eje Temático 2: REGIMEN PATRIMONIAL – MATRIMONIAL
ARGENTINO
Régimen patrimonial – matrimonial argentino. Definición y caracterización. Régimen
primario: Definición. Deber de contribución. Asentimiento conyugal. Responsabilidad
solidaria por deudas. Régimen de comunidad: Carácter supletorio. Bienes propios y
gananciales de los cónyuges. Gestión de los bienes en la comunidad. Deudas personales
y comunes de los cónyuges. Régimen de separación de bienes: Definición. Gestión de
los bienes. Prueba de propiedad de los bienes.
Características
Las características del régimen patrimonial – matrimonial argentino, según
Krasnow (2014), son:
Convencional no pleno: ya que permite que la pareja antes o en el acto de
celebración del matrimonio opte por cualquiera de las dos regímenes que ofrece
el sistema: comunidad de ganancias o separación de bienes. Ante la falta de
opción, funcionará por vía supletoria la comunidad de ganancias.
Mutable: durante la vigencia del matrimonio, los cónyuges pueden cambiar de
régimen la cantidad de veces que lo consideren necesario, con la única limitación
que permanezcan en el mismo régimen al menos un año. Es decir que al
momento de la celebración del matrimonio pueden optar los cónyuges por el
régimen de comunidad y transcurrido al menos un año, a través de una
convención matrimonial, mutar al régimen de separación de bienes o viceversa.
Limitación a la autonomía de la voluntad: si bien los cónyuges tienen autonomía
de la voluntad para la elección del régimen antes o durante la celebración del
matrimonio e incluso la facultad de modificar de régimen durante la vigencia del
matrimonio, la ley impone un régimen primario que es aplicable a ambos
regímenes, en este sentido Fanzolato expresa que:
Sin perjuicio del régimen de bienes elegido, o con vigencia forzosa o supletoria,
los ordenamientos matrimoniales actualizados contienen una normativa que rige
en toda situación. Se trata de cuestiones que, por razones de equidad y de amparo
a la familia y a los terceros, la ley no debe dejar libradas a los preceptos comunes
ni al arbitrio de los esposos sino que impone soluciones que, en conjunto,
integran una plataforma jurídica mínima, que gobierna a todos los matrimonios,
cualquiera sea el particular régimen de bienes aplicable. (2004, pág. 415).
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Principios que lo informan
Los principios que informan el régimen patrimonial – matrimonial argentino son
coincidentes con los que inspiraron el Código Civil y Comercial de 2014.
Principio de autonomía de la voluntad: que se traduce en la facultad de
opción que tienen los cónyuges para elegir entre el régimen de comunidad o el
régimen de separación de bienes.
Principio de solidaridad: enmarcado dentro del denominado “régimen primario”,
compuesto por aquellas normas que imperan más allá del régimen patrimonial
elegido. Estas normas:
se erigen en un régimen patrimonial primario, el que se
impone por sobre la voluntad autónoma de los esposos, y que halla su
justificación en la protección y plena realización de una serie de derechos de
registro constitucional reconocidos a los miembros de la pareja, a integrantes del
grupo familiar, e incluso también a terceros ajenos a ella. De tal modo, cualquier
convenio privado que contravenga su contenido no surtirá efecto alguno, con
excepción de aquellos casos en que sea el mismo código el que autorice su
realización (Herrera, 2015, pág. 454).
Principio de pluralidad: atento a que el Código reconoce distintos modelos
familiares, es claro que todas las normas de derecho de familia, incluso las
normas relativas al régimen patrimonial – matrimonial, no distinguen entre
parejas de igual o distinto sexo.
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Régimen patrimonial – matrimonial: Régimen primario.
Si bien el Código Civil y Comercial confiere a los contrayentes la posibilidad de
optar entre dos regímenes patrimoniales – matrimoniales, es decir, el régimen de
comunidad (régimen supletorio) o régimen de separación de bienes, se ha
establecido un régimen primario.
El régimen primario implica una serie de normas que se imponen por sobre la
voluntad de los esposos y que se aplican independientemente del régimen
patrimonial – matrimonial elegido, es decir, son normas de orden público que se
aplican ya sea que los cónyuges hayan optado por el régimen de separación de
bienes o se encuentren en el régimen de comunidad.
Estas disposiciones son inderogables por convención de los cónyuges, excepto
disposición expresa en contrario que prevea el Código Civil y Comercial en el art.
454.
Deber de contribución
ART 455.- Deber de contribución. Los cónyuges deben contribuir a su propio
sostenimiento, el del hogar y el de los hijos comunes, en proporción a sus
recursos. Esta obligación se extiende a las necesidades de los hijos menores de
edad, con capacidad restringida, o con discapacidad de uno de los cónyuges que
conviven con ellos.
El cónyuge que no da cumplimiento a esta obligación puede ser demandado
judicialmente por el otro para que lo haga, debiéndose considerar que el trabajo
en el hogar es computable como contribución a las cargas.
Asentimiento conyugal
El “asentimiento” significa la conformidad de un tercero que no es parte. En la
temática que nos ocupa, la calidad de tercero del cónyuge asentidor cuando
interviene como tal en un acto de disposición onerosa practicado por su
consorte, sólo tiene el sentido de que se notifica del acto y que hasta ese
momento no tiene nada que oponer, pero de ninguna manera implica reconocer
la onerosidad o la sinceridad del acto.
Esta conformidad del cónyuge no contratante del acto, es requerida a los fines de
la validez de ciertos actos, sea cual sea el régimen patrimonial – matrimonial bajo
el que se encuentren los cónyuges.
ART 456.- Actos que requieren asentimiento. Ninguno de los cónyuges
puede, sin el asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la vivienda
familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella.
El que no ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad del acto o la
restitución de los muebles dentro del plazo de caducidad de seis meses de
haberlo conocido, pero no más allá de seis meses de la extinción del régimen
matrimonial.
La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después de la
celebración del matrimonio, excepto que lo hayan sido por ambos cónyuges
conjuntamente o por uno de ellos con el asentimiento del otro.
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Requisitos del asentimiento
ART 457.- Requisitos del asentimiento. En todos los casos en que se requiere
el asentimiento del cónyuge para el otorgamiento de un acto jurídico, aquél debe
versar sobre el acto en sí y sus elementos constitutivos.
Autorización judicial
Es preciso determinar qué sucede cuando uno de los cónyuges no puede o no
quiere prestar el aludido asentimiento, ya sea por estar ausente, por ser persona
incapaz, por estar transitoriamente impedido de expresar su voluntad, o si su
negativa no está justificada por el interés de la familia (art.458).
En estos casos, el Código prevé la manera para suplir ese asentimiento,
permitiendo que el cónyuge que desee realizar el acto jurídico pueda solicitar la
autorización judicial para suplir dicho asentimiento. A su vez, la norma expresa
en el art. 458 que “el acto otorgado con autorización judicial es oponible al
cónyuge sin cuyo asentimiento se lo otorgó, pero de él no deriva ninguna
obligación personal a su cargo”.
En el caso de que uno de los cónyuges se niegue a prestar el asentimiento, quien
pretende lograr la venia judicial deberá demostrar que la falta de conformidad de
su consorte “impide la realización de los fines esenciales de la pareja matrimonial
y de su descendencia, acreditando la falta de razonabilidad de la postura sostenida
por el otro” (Herrera, 2015, p. 51).
ART 458.- Autorización judicial. Uno de los cónyuges puede ser autorizado
judicialmente a otorgar un acto que requiera el asentimiento del otro, si éste está
ausente, es persona incapaz, está transitoriamente impedido de expresar su
voluntad, o si su negativa no está justificada por el interés de la familia. El acto
otorgado con autorización judicial es oponible al cónyuge sin cuyo asentimiento
se lo otorgó, pero de él no deriva ninguna obligación personal a su cargo.
Bienes propios
ART 464.- Bienes propios. Son bienes propios de cada uno de los cónyuges:
I) Los bienes aportados al matrimonio
a) los bienes de los cuales los cónyuges tienen la propiedad, otro derecho real o la
posesión al tiempo de la iniciación de la comunidad;
II) Los bienes adquiridos a título gratuito
b) los adquiridos durante la comunidad por herencia, legado o donación, aunque
sea conjuntamente por ambos, y excepto la recompensa debida a la comunidad
por los cargos soportados por ésta.
Los recibidos conjuntamente por herencia, legado o donación se reputan propios
por mitades, excepto que el testador o el donante hayan designado partes
determinadas.
No son propios los bienes recibidos por donaciones remuneratorias, excepto que
los servicios que dieron lugar a ellas hubieran sido prestados antes de la iniciación
de la comunidad. En caso de que el valor de lo donado exceda de una equitativa
remuneración de los servicios recibidos, la comunidad debe recompensa al
donatario por el exceso;
III) Los bienes adquiridos por subrogación real con otros bienes propios.
c) los adquiridos por permuta con otro bien propio, mediante la inversión de
dinero propio, o la reinversión del producto de la venta de bienes propios, sin
perjuicio de la recompensa debida a la comunidad si hay un saldo soportado por
ésta. Sin embargo, si el saldo es superior al valor el aporte propio, el nuevo bien
es ganancial, sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge propietario; d) los
créditos o indemnizaciones que subrogan en el patrimonio de uno de los
cónyuges a otro bien propio;
e) los productos de los bienes propios, con excepción de los de las canteras y
minas;
f) las crías de los ganados propios que reemplazan en el plantel a los animales
que faltan por cualquier causa. Sin embargo, si se ha mejorado la calidad del
ganado originario, las crías son gananciales y la comunidad debe al cónyuge
propietario recompensa por el valor del ganado propio aportado;
IV) Los bienes adquiridos por título o causa anterior al matrimonio.
g) los adquiridos durante la comunidad, aunque sea a título oneroso, si el
derecho de incorporarlos al patrimonio ya existía al tiempo de su iniciación;
h) los adquiridos en virtud de un acto anterior a la comunidad viciado de
nulidad relativa, confirmado durante ella;
i) los originariamente propios que vuelven al patrimonio del cónyuge por
nulidad, resolución, rescisión o revocación de un acto jurídico;
V) Los adquiridos por accesión
j) los incorporados por accesión a las cosas propias, sin perjuicio de la
recompensa debida a la comunidad por el valor de las mejoras o adquisiciones
hechas con dinero de ella;
VI) los adquiridos por un supuesto especial de accesión
k) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya
era propietario de una parte indivisa de un bien al comenzar la comunidad, o que
la adquirió durante ésta en calidad de propia, así como los valores nuevos y otros
acrecimientos de los valores mobiliarios propios, sin perjuicio de la recompensa
debida a la comunidad en caso de haberse invertido bienes de ésta para la
adquisición;
l) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió antes del
comienzo de la comunidad, si el usufructo se extingue durante ella, así como la
de los bienes gravados con otros derechos reales que se extinguen durante la
comunidad, sin perjuicio del derecho a recompensa si para extinguir el usufructo
o los otros derechos reales se emplean bienes gananciales;
VII) los bienes propios por su naturaleza.
m) las ropas y los objetos de uso personal de uno de los cónyuges, sin
perjuicio de la recompensa debida a la comunidad si son de gran valor y se
adquirieron con bienes de ésta; y los necesarios para el ejercicio de su trabajo o
profesión, sin perjuicio de la recompensa debida a la comunidad si fueron
adquiridos con bienes gananciales;
n) las indemnizaciones por consecuencias no patrimoniales y por daño físico
causado a la persona del cónyuge, excepto la del lucro cesante correspondiente a
ingresos que habrían sido gananciales;
ñ) el derecho a jubilación o pensión, y el derecho a alimentos, sin perjuicio del
carácter ganancial de las cuotas devengadas durante la comunidad y, en general,
todos los derechos inherentes a la persona;
VIII) la situación especial de la propiedad intelectual e industrial.
o) la propiedad intelectual, artística o industrial, si la obra intelectual ha sido
publicada o interpretada por primera vez, la obra artística ha sido concluida, o el
invento, la marca o el diseño industrial han sido patentados o registrados antes
del comienzo de la comunidad. El derecho moral sobre la obra intelectual es
siempre personal del autor.
Bienes gananciales
La Dra. Méndez Costa (2011) define los bienes gananciales como aquellos
incorporados al patrimonio de uno o ambos esposos durante el régimen de
comunidad por causa onerosa, siempre que no corresponda calificarlos como
propios, presumiéndose la ganancialidad de los bienes existentes a la culminación
del régimen.
Son bienes gananciales, según el art. 465:
a) los creados, adquiridos por título oneroso o comenzados a poseer durante
la comunidad por uno u otro de los cónyuges, o por ambos en conjunto, siempre
que no estén incluidos en la enunciación del artículo 464;
b) los adquiridos durante la comunidad por hechos de azar, como lotería,
juego, apuestas, o hallazgo de tesoro;
c) los frutos naturales, industriales o civiles de los bienes propios y
gananciales, devengados durante la comunidad;
d) los frutos civiles de la profesión, trabajo, comercio o industria de uno u
otro cónyuge, devengados durante la comunidad;
e) lo devengado durante la comunidad como consecuencia del derecho de
usufructo de carácter propio;
f) los bienes adquiridos después de la extinción de la comunidad por permuta
con otro bien ganancial, mediante la inversión de dinero ganancial, o la
reinversión del producto de la venta de bienes gananciales, sin perjuicio de la
recompensa debida al cónyuge si hay un saldo soportado por su patrimonio
propio. Sin embargo, si el saldo es superior al valor del aporte ganancial, el nuevo
bien es propio, sin perjuicio de la recompensa debida a la comunidad;
g) los créditos o indemnizaciones que subrogan a otro bien ganancial;
h) los productos de los bienes gananciales, y los de las canteras y minas
propias, extraídos durante la comunidad;
i) las crías de los ganados gananciales que reemplazan en el plantel a los
animales que faltan por cualquier causa y las crías de los ganados propios que
excedan el plantel original;
j) los adquiridos después de la extinción de la comunidad, si el derecho de
incorporarlos al patrimonio había sido adquirido a título oneroso durante ella;
k) los adquiridos por título oneroso durante la comunidad en virtud de un
acto viciado de nulidad relativa, confirmado después de la disolución de aquélla;
l) los originariamente gananciales que vuelven al patrimonio ganancial del
cónyuge por nulidad, resolución, rescisión o revocación de un acto jurídico;
m) los incorporados por accesión a las cosas gananciales, sin perjuicio de la
recompensa debida al cónyuge por el valor de las mejoras o adquisiciones hechas
con sus bienes propios;
n) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya
era propietario de una parte indivisa de carácter ganancial de un bien al
extinguirse la comunidad, sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge en
caso de haberse invertido bienes propios de éste para la adquisición;
ñ) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió a título oneroso
durante la comunidad, si el usufructo se consolida después de su extinción, así
como la de los bienes gravados con derechos reales que se extinguen después de
aquélla, sin perjuicio del derecho a recompensa si para extinguir el usufructo o los
otros derechos reales se emplean bienes propios.
No son gananciales las indemnizaciones percibidas por la muerte del otro
cónyuge, incluso las provenientes de un contrato de seguro, sin perjuicio, en este
caso, de la recompensa debida a la comunidad por las primas pagadas con dinero
de ésta.
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Prueba del carácter de los bienes
Según el art. 466 del CCyCN “se presume, excepto prueba en contrario, que son
gananciales todos los bienes existentes al momento de la extinción de la
comunidad” .
Es decir que todo bien que no pueda calificarse como propio es ganancial,
perteneciendo a la masa ganancial.
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A las cosas se aplican las normas del condominio en todo lo no previsto en este
artículo. Si alguno de los cónyuges solicita la división de un condominio, el juez
de la causa puede negarla si afecta el interés familiar.
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ART 472.- Ausencia de prueba. Se reputa que pertenecen a los dos cónyuges
por mitades indivisas los bienes respecto de los cuales ninguno de ellos puede
justificar la propiedad exclusiva.
ART 473.- Fraude. Son inoponibles al otro cónyuge los actos otorgados por
uno de ellos dentro de los límites de sus facultades pero con el propósito de
defraudarlo.
ART 474.- Administración sin mandato expreso. Si uno de los cónyuges
administra los bienes del otro sin mandato expreso, se aplican las normas del
mandato o de la gestión de negocios, según sea el caso.
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Sin embargo, a este artículo hay que analizarlo conforme al Art. 461 que establece
que “los cónyuges responden solidariamente por las obligaciones contraídas por
uno de ellos para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el
sostenimiento y la educación de los hijos de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 455.
Gestión de bienes
“En el régimen de separación de bienes, cada uno de los cónyuges conserva la
libre administración y disposición de sus bienes personales, excepto lo dispuesto
en el artículo 456”. Es decir, uno de los cónyuges no puede disponer de los
derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni
transportarlos fuera de ella sin el asentimiento de su cónyuge.
Divorcio
Definición
El divorcio vincular es una de las soluciones legales frente al conflicto
matrimonial, configurando la disolución del vínculo matrimonial en vida de
ambos cónyuges mediante sentencia judicial. Es así que el divorcio “constituye el
origen de un verdadero estado de familia que restituye la aptitud nupcial de los
cónyuges”.
ART 437.- Divorcio. Legitimación. El divorcio se decreta judicialmente a
petición de ambos o de uno solo de los cónyuges.
Competencia
Según el artículo 717 del Código Civil y Comercial Nacional,
En las acciones de
divorcio o nulidad, las conexas con ellas y las que versan sobre los efectos de la
sentencia, es competente el juez del último domicilio conyugal o el del
demandado a elección del actor, o el de cualquiera de los cónyuges si la
presentación es conjunta.
En este sentido, Kielmenovich (2014) expresa que tenemos que tener en cuenta
si el pedido de divorcio es unilateral o conjunto. Si se trata del pedido unilateral
de divorcio, es decir, si uno solo de los cónyuges es quien solicita el divorcio, será
competente el juez del último domicilio conyugal o el del demandado a elección
del actor. Por otro lado, si se trata de la petición bilateral o conjunta de divorcio,
es decir, aquella que ambos cónyuges solicitan, va a ser competente el juez del
último domicilio conyugal o el de cualquiera de los cónyuges a opción de ellos.
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Nulidad de renuncia (NO ENTIENDO)
“Es nula la renuncia de cualquiera de los cónyuges a la facultad de pedir el
divorcio; el pacto o cláusula que restrinja la facultad de solicitarlo se tiene por no
escrito”.
Esta directiva ya estaba presente en el Código de Vélez Sársfield, siendo un
principio de orden público, que restringe la facultad de los cónyuges a renunciar a
la facultad de solicitar el divorcio.
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Requisitos y procedimiento
Los cónyuges, de manera conjunta o unilateral, pueden solicitar el divorcio ante
el juez competente sin tener que alegar causa ni prever plazo alguno. Esta es una
de las instituciones que mayores cambios ha tenido a partir de la sanción del
Código Civil y Comercial de 2014, teniendo en cuenta que a partir de este código
nuestro ordenamiento recepta el divorcio incausado y sin someter la posibilidad
de peticionarlo a ningún plazo.
Junto con la demanda de divorcio deberá acompañarse un convenio regulador
que contemple los efectos de la disolución del vínculo. Entre ellos podríamos
nombrar la atribución de la vivienda, distribución de los bienes, eventuales
compensaciones económicas entre los cónyuges, y en caso de haber hijos
menores, ejercicio de la responsabilidad parental, la prestación alimentaria,
etcétera. La presentación de este convenio es un verdadero requisito de
admisibilidad de la demanda, atento a que la omisión de este requisito impide dar
trámite a la misma. El convenio puede ser consensuado entre los esposos, o bien
ofrecido por uno solo de ellos. En este último caso, el otro cónyuge puede
ofrecer una propuesta reguladora distinta. Ambas propuestas van a ser evaluadas
por el juez, quien convocará a los cónyuges a una audiencia.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que en ningún caso el desacuerdo en el
convenio suspende el dictado de la sentencia de divorcio. Por ello, de existir
“desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o si el convenio regulador perjudica
de modo manifiesto los intereses de los integrantes del grupo familiar, las
cuestiones pendientes deben ser resueltas por el juez.
Convenio regulador
Como expresáramos ut supra, es un requisito al momento de solicitar el divorcio
vincular ante el juez competente que se acompañe una propuesta o convenio
destinado a regular los efectos del divorcio.
Compensación económica
La compensación económica tiene su fundamento en el principio de solidaridad
familiar y puede definirse como “la prestación económica que debe abonar un
cónyuge al otro, nacida en virtud del desequilibrio manifiesto que importa un
empeoramiento de la situación patrimonial, ocasionada por el quiebre del
matrimonio” (Veloso, 2014).
ART 441.- Compensación económica. El cónyuge a quien el divorcio produce
un desequilibrio manifiesto que signifique un empeoramiento de su situación y
que tiene por causa adecuada el vínculo matrimonial y su ruptura, tiene derecho a
una compensación. Esta puede consistir en una prestación única, en una renta
por tiempo determinado o, excepcionalmente, por plazo indeterminado. Puede
pagarse con dinero, con el usufructo de determinados bienes o de cualquier otro
modo que acuerden las partes o decida el juez.
La Doctora Pellegrini ilustra con un ejemplo típico en qué casos podría acudirse
a este instituto mencionando el siguiente caso:
si al momento de contraer nupcias
se optó por llevar adelante una familia en la cual uno solo de los cónyuges era el
proveedor económico y el otro cumplía sus funciones en el seno del hogar y en
apoyo a la profesión del otro, no sería justo que al quiebre de esa elección se deje
desamparado a aquél de los cónyuges que invirtió su tiempo en tareas que no se
traducen en réditos económicos; en este caso, se le fijará una compensación
económica que puede asumir distintas modalidades de pago: pensión, cuotas,
etcétera. (Pellegrini, 2014, pág. 349).
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ARTICULO 442.- Fijación judicial de la compensación económica. A falta
de acuerdo de los cónyuges en el convenio regulador, el juez debe determinar la
procedencia y el monto de la compensación económica sobre la base de diversas
circunstancias, entre otras:
a) el estado patrimonial de cada uno de los cónyuges al inicio y a la finalización
de la vida matrimonial;
b) la dedicación que cada cónyuge brindó a la familia y a la crianza y educación de
los hijos durante la convivencia y la que debe prestar con posterioridad al
divorcio;
c) la edad y el estado de salud de los cónyuges y de los hijos;
d) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del cónyuge que
solicita la compensación económica;
e) la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o
profesionales del otro cónyuge;
f) la atribución de la vivienda familiar, y si recae sobre un bien ganancial, un bien
propio, o un inmueble arrendado. En este último caso, quién abona el canon
locativo.
Caducidad
Art 442- La acción para reclamar la compensación económica caduca a los seis
meses de haberse dictado la sentencia de divorcio.
Es importante diferenciar la compensación económica de los alimentos, para lo
cual, siguiendo a Veloso (2014) tenemos que tener en cuenta que los alimentos
tienen como fin satisfacer las necesidades materiales y espirituales con la
extensión que corresponda según los supuestos analizados ut supra.
El objeto de la prestación económica, en cambio, surge con motivo del quiebre
del matrimonio y su objetivo es evitar el desequilibrio económico que es causado
por el mismo divorcio.
En este sentido, es fundamental tener en cuenta que cuando proceda la
compensación económica no habrá posibilidad de fijarse alimentos y viceversa.
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Clasificación de nulidades
Nulidad absoluta
La nulidad absoluta responde a una razón de orden público; de allí que el acto es
inconfirmable y la acción imprescriptible. Estos principios propios de los actos
jurídicos en general son también aplicables al matrimonio.
Cabe señalar una diferencia entre la nulidad absoluta de los actos jurídicos en
general y la propia del matrimonio. Mientras en el primer caso, el juez puede y
debe declarar de oficio la nulidad si apareciera manifiesta en el acto, en el
segundo, el juez no puede declararla de oficio pues ningún matrimonio será
tenido por nulo sin sentencia que lo anule dictada en juicio promovido por parte
legitimada para hacerlo.
Según el artículo 424 Código Civil y Comercial de la Nación “ la nulidad puede
ser demandada por cualquiera de los cónyuges y por los que hubieran podido
oponerse a la celebración del matrimonio”. Estos son:
o El cónyuge de la persona que quiere contraer otro matrimonio.
o Los ascendientes, descendientes y hermanos de cualquiera de los futuros
esposos.
o El Ministerio Público.
La acción está limitada a estas personas y no se extiende, como en el caso de los
otros actos jurídicos, a todos los que tengan interés de hacerlo.
Nulidad relativa.
Mientras la nulidad absoluta responde a razones de orden público, la nulidad
relativa tiende, fundamentalmente, a proteger el interés de las partes
intervinientes en el acto. De ahí que el acto sea confirmable y la acción
prescriptible.
La acción de nulidad no sólo está abierta para las partes, sino también a otras
personas estrechamente vinculadas con ellas.
Causales de nulidad relativa, ejercicio de la acción y supuestos de
confirmación
• Falta de edad legal (artículo 403 inciso f y 425 inciso a). En este caso,
la nulidad puede ser demandada por el cónyuge que padece el impedimento y por
los que en su representación pudieren haberse opuesto a la celebración del
matrimonio. En este último caso el juez debe oír al adolescente, y teniendo en
cuenta su edad y grado de madurez hace lugar o no al pedido de nulidad. Si se
rechaza, el matrimonio tiene los mismos efectos que si se hubiera efectuado con
la correspondiente dispensa. La petición de nulidad es inadmisible después de
que el cónyuge o los cónyuges hubiesen alcanzado la edad legal.
• Falta permanente o transitoria de salud mental (artículos 403 inciso g
y 425 inciso b): En este caso,la nulidad puede ser demandada por cualquiera de
los cónyuges si desconocían el impedimento.
La nulidad no puede ser solicitada si el cónyuge que padece el impedimento ha
continuado la cohabitación después de haber recuperado la salud; y en el caso del
cónyuge sano, luego de haber conocido el impedimento.
El plazo para interponer la demanda es de un año, que se computa, para el que
sufre el impedimento, desde que recuperó la salud mental, y para el cónyuge sano
desde que conoció el impedimento.
La nulidad también puede ser demandada por los parientes de la persona que
padece el impedimento y que podrían haberse opuesto a la celebración del
matrimonio. El plazo para interponer la demanda es de tres meses desde la
celebración del matrimonio. En este caso, el juez debe oír a los cónyuges, y
evaluar la situación del afectado a los fines de verificar si comprende el acto que
ha celebrado y cuál es su deseo al respecto.
Vicios del consentimiento (art 425 inc. c):
el matrimonio celebrado con alguno de los vicios del consentimiento el artículo
409. La nulidad sólo puede ser demandada por el cónyuge que ha sufrido el vicio
de error, dolo o violencia. La nulidad no puede ser solicitada si se ha continuado
la cohabitación por más de treinta días después de haber conocido el error o de
haber cesado la violencia. El plazo para interponer la demanda es de un año
desde que cesa la cohabitación.
ART 425.- Nulidad relativa. Legitimados. Es de nulidad relativa:
a) el matrimonio celebrado con el impedimento establecido en el inciso f) del
artículo 403; la nulidad puede ser demandada por el cónyuge que padece el
impedimento y por los que en su representación podrían haberse opuesto a la
celebración del matrimonio. En este último caso, el juez debe oír al adolescente, y
teniendo en cuenta su edad y grado de madurez hace lugar o no al pedido de
nulidad.
Si se rechaza, el matrimonio tiene los mismos efectos que si se hubiera celebrado
con la correspondiente dispensa. La petición de nulidad es inadmisible después
de que el cónyuge o los cónyuges hubiesen alcanzado la edad legal.
b) el matrimonio celebrado con el impedimento establecido en el inciso g) del
artículo 403. La nulidad puede ser demandada por cualquiera de los cónyuges si
desconocían el impedimento.
La nulidad no puede ser solicitada si el cónyuge que padece el impedimento ha
continuado la cohabitación después de haber recuperado la salud; y en el caso del
cónyuge sano, luego de haber conocido el impedimento.
El plazo para interponer la demanda es de un año, que se computa, para el que
sufre el impedimento, desde que recuperó la salud mental, y para el cónyuge sano
desde que conoció el impedimento.
La nulidad también puede ser demandada por los parientes de la persona que
padece el impedimento y que podrían haberse opuesto a la celebración del
matrimonio. El plazo para interponer la demanda es de tres meses desde la
celebración del matrimonio. En este caso, el juez debe oír a los cónyuges, y
evaluar la situación del afectado a los fines de verificar si comprende el acto que
ha celebrado y cuál es su deseo al respecto.
c) el matrimonio celebrado con alguno de los vicios del consentimiento a que se
refiere el artículo 409. La nulidad sólo puede ser demandada por el cónyuge que
ha sufrido el vicio de error, dolo o violencia. La nulidad no puede ser solicitada si
se ha continuado la cohabitación por más de treinta días después de haber
conocido el error o de haber cesado la violencia. El plazo para interponer la
demanda es de un año desde que cesa la cohabitación.
Filiación
Definición
La filiación es el vínculo jurídico, determinado por la procreación entre los
progenitores y sus hijos. En un principio, el Código Civil no solo estableció
originariamente la categoría de hijos legítimos e ilegítimos sino que además entre
estos últimos distinguía los hijos sacrílegos, incestuosos, adulterinos y naturales.
• Los sacrílegos eran los hijos de clérigos de órdenes mayores o de padre o
madre ligados por voto solemne de castidad en orden religiosa aprobada por la
Iglesia Católica. Esta categoría desapareció con la sanción de la ley 2.393.
• Los incestuosos eran los nacidos de quienes eran hermanos, ascendientes
o descendientes.
• Los adulterinos eran aquellos cuyos padres no podían casarse a la época
de la concepción del hijo por tener, uno de ellos o ambos, impedimento de
ligamen.
Respecto a todos ellos, la ley proclama que no tenían padre ni madre, ni derecho
a investigar la paternidad o la maternidad. Sólo se les permitía reclamar alimentos
hasta los 18 años de edad si habían sido reconocidos voluntariamente y estaban
imposibilitados para proveer sus necesidades.
• Los hijos naturales nacidos de quienes habrían podido contraer
matrimonio al tiempo de la concepción del hijo, tenían cierto estado de familia ya
que se les permitía demandar por reclamación de filiación, solicitar alimentos y
tenían porción hereditaria a la muerte de sus padres, aunque concurriendo con
hijos legítimos, esa porción equivalía a un cuarto de la parte de éstos.
La ley 14.367 de 1954 eliminó las calificaciones entre los
hijos extramatrimoniales y les confirió a todos, los derechos que hasta ese
momento tenías los hijos naturales, además elevó su porción hereditaria de la
cuarta parte a la mitad de la que correspondería a un hijo matrimonial.
La ley 23.264 (de Código Civil y Código de Comercio) de 1985 estableció que la
filiación matrimonial y extramatrimonial producen los mismos efectos; sin
embargo, las categorías de hijos matrimoniales y extramatrimoniales se
mantienen, pero no para crear distingos entre unos y otros en cuanto a derechos
reconocidos, sino porque es diversa la forma de establecer la paternidad en el
caso de hijos matrimoniales y extramatrimoniales, según veremos.
Fuentes de filiación
La filiación es el vínculo jurídico que une a una persona con sus progenitores.
Tres son las clases de filiación que se conocen:
• Filiación por naturaleza o biológica: la que tiene su origen en la unión
sexual de un hombre y una mujer.
• Adoptiva: es la que no corresponde a la realidad biológica sino a un
vínculo paterno–filial creado por el derecho. Puede ser simple o plena, según se
extinga o no el vínculo biológico, respectivamente.
Dispone a este respecto el artículo 558 del Código Civil y Comercial: “La filiación
puede tener lugar por naturaleza, mediante técnicas de reproducción humana
asistida, o por adopción”.
• Técnicas de reproducción humana asistida: esta tercera fuente de
filiación se ha incorporado con la aprobación del nuevo Código Civil y
Comercial, no existiendo esta como tal con anterioridad.
• Legitimación activa:
1) El hijo: es el primer interesado en establecer su filiación y puede
reclamarla en todo tiempo, siendo mayor o menor de edad y no se fija plazo de
caducidad.
2) Los herederos del hijo: comprende a herederos legítimos e instituidos por
testamento. Estos pueden continuar la acción iniciada por él, así como también
pueden entablarla si el hijo hubiera muerto en la menor edad, o siendo incapaz.
Pueden invocarla:
o Si el hijo muere siendo menor de edad.
o Si el hijo muere siendo incapaz.
o Si el hijo muere antes de transcurrir un año desde que alcanzó la mayoría de
edad o la plena capacidad, o durante el primer año siguiente al descubrimiento de
las pruebas en que se haya de fundar la demanda por todo el tiempo que falta
para completar esos plazos.
Caducidad
La acción caduca de pleno derecho para los herederos solo en caso de que el hijo
fallezca siendo mayor de edad y capaz, que haya transcurrido un año de ella y si
las pruebas eran ya conocidas desde antes.
Legitimación pasiva
Ambos padres, si uno ha muerto sus herederos.
Prueba
o a) al nacimiento del hijo de la madre contra la cual se reclama la filiación.
o b) el matrimonio de los progenitores contra los cuales se acciona.
o c) el nacimiento dentro del matrimonio de los progenitores.
o d) en caso de controvertirse la paternidad por vía de reconocimiento, las
pruebas tenderán a acreditar que el hijo lo es del padre contra el cual se reclama la
filiación.
Cabe destacar que el artículo 585 establece una presunción: “La convivencia de la
madre durante la época de la concepción hace presumir el vínculo filial a favor de
su conviviente, excepto oposición fundada”.
Cabe destacar que en el supuesto en el que está determinada solo la maternidad,
el artículo 583 establece que:
El Registro Civil debe comunicar al Ministerio
Público, el cual debe procurar la determinación de la paternidad y el
reconocimiento del hijo por el presunto padre. A estos fines, se debe instar a la
madre a suministrar el nombre del presunto padre y toda información que
contribuya a su individualización y paradero. La declaración sobre la identidad del
presunto padre debe hacerse bajo juramento; previamente se hace saber a la
madre las consecuencias jurídicas que se derivan de una manifestación falsa.
Antes de remitir la comunicación al Ministerio Público, el jefe u oficial del
Registro Civil debe citar a la madre e informarle sobre los derechos del niño y los
correlativos deberes maternos, de conformidad con lo dispuesto en la ley
especial. Cumplida esta etapa, las actuaciones se remiten al Ministerio Público
para promover acción judicial.
Voluntad procreacional
ART 562.- Voluntad procreacional. Los nacidos por las técnicas de
reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la
mujer que también ha prestado su consentimiento previo, informado y libre en
los términos de los artículos 560 y 561, debidamente inscripto en el Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas, con independencia de quién haya
aportado los gametos.
Adopción
La adopción es una institución del derecho de familia en virtud de la cual, y por
medio de una sentencia judicial, se crea entre personas no ligadas por lazos
biológicos próximos un vínculo jurídico de parentesco idéntico o similar al que
surge de la filiación consanguínea establecida.
A su vez, el Código Civil y Comercial 2014 incorpora en su articulado una
definición de adopción, estableciendo que:
ART 594.- Concepto. La adopción es
una institución jurídica que tiene por objeto proteger el derecho de niños, niñas y
adolescentes a vivir y desarrollarse en una familia que le procure los cuidados
tendientes a satisfacer sus necesidades afectivas y materiales, cuando éstos no le
pueden ser proporcionados por su familia de origen.
La adopción se otorga sólo por sentencia judicial y emplaza al adoptado en el
estado de hijo, conforme con las disposiciones de este Código.
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Principios generales.
El artículo 595 detalla los principios de la adopción, los cuales explicaremos a
continuación. La adopción se rige por los siguientes principios:
• “a) el interés superior del niño”: Es el eje en torno al cual gira toda la
adopción de menores. Respecto al contenido del interés superior del niño, resulta
muy significativo un importante fallo en el que luego de preguntarse a qué se
refiere el interés superior del niño reiterado por la Convención, responde:
el principio es de contenido indeterminado sujeto a la comprensión y
extensión propios de cada sociedad y momento histórico de modo tal que
(aquello que) hoy se estima beneficia al niño o joven mañana se puede pensar
que lo perjudica. Constituye un instrumento técnico que otorga poderes a los
jueces quienes deben apreciar tal interés en concreto de acuerdo a las
circunstancias del caso.
• “b) El respeto por el derecho a la identidad”: el adoptante se ha
comprometido a hacer conocer al adoptado su realidad biológica. El adoptado
tendrá derecho a conocer su realidad biológica y podrá acceder al expediente de
adopción.
Es responsabilidad de los padres no engañar a sus hijos adoptivos, pero
corresponde a ellos elegir con entera libertad la forma y oportunidad adecuada de
revelar la verdad, de acuerdo con el nivel de comprensión y madurez que
paulatinamente presencien en el niño. Como el incumplimiento de este
compromiso carece de sanción legal, podría decirse que se trata de un deber
moral.
• “c. El agotamiento de las posibilidades de permanencia en la familia de
origen o ampliada”: La adopción tiende a brindar al niño desamparado la
oportunidad de una integración familiar indispensable para la formación y
desarrollo de su personalidad, evitando la internación y tratamiento del menor
desvalido en una institución pública o privada.
La subsidiariedad de la adopción significa que ella sólo debe aflorar, o
actualizarse como posibilidad jurídica, cuando la familia biológicanuclear o
ampliada- no está determinada o, hallándose determinada, se encuentra impedida
de contener en su seno al menor en las condiciones mínimas que exigen su
desarrollo físico y formación integral; o cuando el grupo lo rechaza o cuando sus
padres biológicos abdican de sus funciones y responsabilidades, de sus derechos-
deberes paternos, a través de actos u omisiones que evidencian el estado de
desamparo en el que ha caído el menor. En tales situaciones es el propio interés
superior del menor el que reclama su inserción en un grupo familiar subsidiario.
• “d) la preservación de los vínculos fraternos, priorizándose la adopción de
grupos de hermanos en la misma familia adoptiva o, en su defecto, el
mantenimiento de vínculos jurídicos entre los hermanos, excepto razones
debidamente fundadas”.
• “e) el derecho a conocer los orígenes”: Este principio va de la mano con el
derecho a la identidad. El niño tiene derecho a saber que es adoptado y los
padres adoptivos tienen el deber de hacérselo saber.
• “f) el derecho del niño, niña o adolescente a ser oído y a que su opinión
sea tenida en cuenta según su edad y grado de madurez, siendo obligatorio
requerir su consentimiento a partir de los diez años”.
Cabe destacar que en esos dos supuestos las personas solo pueden adoptar si lo
hacen conjuntamente, y excepcionalmente la adopción por personas casadas o en
unión convivencial puede ser unipersonal si:
- El cónyuge o conviviente ha sido declarado persona incapaz o de
capacidad restringida, y la sentencia le impide prestar consentimiento
válido para este acto. En este caso debe oírse al Ministerio Público y al
curador o apoyo y, si es el pretenso adoptante, se debe designar un
curador o apoyo ad litem;
- Los cónyuges están separados de hecho;
- Por una única persona.
Respecto a la edad;
el adoptante debe ser por lo menos dieciséis años mayor que
el adoptado, excepto cuando el cónyuge o conviviente adopta al hijo del otro
cónyuge o conviviente.
En caso de muerte del o de los adoptantes u otra causa de extinción de la
adopción, se puede otorgar una nueva adopción sobre la persona menor de edad.
ART 599.- Personas que pueden ser adoptantes. El niño, niña o adolescente
puede ser adoptado por un matrimonio, por ambos integrantes de una unión
convivencial o por una única persona.
Todo adoptante debe ser por lo menos dieciséis años mayor que el adoptado,
excepto cuando el cónyuge o conviviente adopta al hijo del otro cónyuge o
conviviente.
En caso de muerte del o de los adoptantes u otra causa de extinción de la
adopción, se puede otorgar una nueva adopción sobre la persona menor de edad.
Requisitos en el adoptado
ART 597.- Personas que pueden ser adoptadas. Pueden ser adoptadas las
personas menores de edad no emancipadas declaradas en situación de
adoptabilidad o cuyos padres han sido privados de la responsabilidad parental.
Excepcionalmente, puede ser adoptada la persona mayor de edad cuando:
a) se trate del hijo del cónyuge o conviviente de la persona que pretende adoptar;
b) hubo posesión de estado de hijo mientras era menor de edad, fehacientemente
comprobada.
Tipos de adopción
El Código prevé tres tipos de adopción (artículos 619 y 620):
• Adopción plena: es aquella que “confiere al adoptado la condición de hijo
y extingue los vínculos jurídicos con la familia de origen”. “El adoptado tiene en
la familia adoptiva los mismos derechos y obligaciones de todo hijo”. El
adoptado deja de pertenecer a su familia de sangre y se extingue el parentesco
con los integrantes de ésta, así como todos sus efectos jurídicos, a excepción de
los impedimentos matrimoniales.
• Adopción simple: “confiere el estado de hijo al adoptado, pero no crea
vínculos jurídicos con los parientes ni con el cónyuge del adoptante” (excepto
disposición en contrario que expresamente establezca el Código).
• Adopción de integración: este tipo de adopción fue incorporada con el
Código Civil y Comercial de la Nación 2014 y “se configura cuando se adopta al
hijo del cónyuge o del conviviente”.
Apellido
Conforme el artículo 626,
el apellido del hijo por adopción plena se rige por las
siguientes reglas:
a) si se trata de una adopción unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido
del adoptante; si el adoptante tiene doble apellido, puede solicitar que éste sea
mantenido;
b) si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas
al apellido de los hijos matrimoniales;
c) excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a
petición de parte interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apellido de
origen al apellido del adoptante o al de uno de ellos si la adopción es conjunta;
d) en todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madurez
suficiente, el juez debe valorar especialmente su opinión.
Adopción simple
Como hemos estudiado, la adopción simple es aquella que confiere el estado de
hijo al adoptado, pero no crea vínculos jurídicos con los parientes ni con el
cónyuge del adoptante.
Efectos
Revocación
A diferencia de la adopción plena, la adopción simple es revocable.
Adopción de integración
La adopción de integración se configura cuando se adopta al hijo del cónyuge o
del conviviente.
Efectos
ART 631.- Efectos entre el adoptado y el adoptante. La adopción de
integración produce los siguientes efectos entre el adoptado y el adoptante:
a) si el adoptado tiene un solo vínculo filial de origen, se inserta en la familia del
adoptante con los efectos de la adopción plena; las reglas relativas a la titularidad
y ejercicio de la responsabilidad parental se aplican a las relaciones entre el
progenitor de origen, el adoptante y el adoptado;
b) si el adoptado tiene doble vínculo filial de origen se aplica lo dispuesto en el
artículo 621.
Reglas particulares
ART 632.- Reglas aplicables. Además de lo regulado en las disposiciones
generales, la adopción de integración se rige por las siguientes reglas:
a) los progenitores de origen deben ser escuchados, excepto causas graves
debidamente fundadas;
b) el adoptante no requiere estar previamente inscripto en el registro de
adoptantes;
c) no se aplican las prohibiciones en materia de guarda de hecho;
d) no se exige declaración judicial de la situación de adoptabilidad;
e) no se exige previa guarda con fines de adopción;
f) no rige el requisito relativo a que las necesidades afectivas y materiales no
puedan ser proporcionadas por su familia de origen de conformidad con lo
previsto en el artículo 594.
Revocación
ART 633.- Revocación. La adopción de integración es revocable por las
mismas causales previstas para la adopción simple, se haya otorgado con carácter
de plena o simple.
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Nulidades
ART 634.- Nulidades absolutas. Adolece de nulidad absoluta la adopción
obtenida en violación a las disposiciones referidas a:
a) la edad del adoptado;
b) la diferencia de edad entre adoptante y adoptado;
c) la adopción que hubiese tenido un hecho ilícito como antecedente necesario,
incluido el abandono supuesto o aparente del menor proveniente de la comisión
de un delito del cual hubiera sido víctima el menor o sus padres;
d) la adopción simultánea por más de una persona, excepto que los adoptantes
sean cónyuges o pareja conviviente;
e) la adopción de descendientes;
f) la adopción de hermano y de hermano unilateral entre sí;
g) la declaración judicial de la situación de adoptabilidad;
h) la inscripción y aprobación del registro de adoptantes;
i) la falta de consentimiento del niño mayor de diez años, a petición exclusiva del
adoptado.
Figuras legales
ART 640.- Figuras legales derivadas de la responsabilidad parental. Este
Código regula:
a) la titularidad y el ejercicio de la responsabilidad parental;
b) el cuidado personal del hijo por los progenitores;
c) la guarda otorgada por el juez a un tercero.
Cuidado personal
Definición
ART 648.- Cuidado personal. Se denomina cuidado personal a los deberes y
facultades de los progenitores referidos a la vida cotidiana del hijo.
Clases
Cuando los padres no conviven, el cuidado personal puede ser de dos maneras:
• Puede ser asumida por un solo progenitor.
• Puede ser asumida por ambos progenitores.
Regla general/principio.
ART 651.- Reglas generales. A pedido de uno o ambos progenitores o de
oficio, el juez debe otorgar, como primera alternativa, el cuidado compartido del
hijo con la modalidad indistinta, excepto que no sea posible o resulte perjudicial
para el hijo.
Plan de parentalidad
El ordenamiento jurídico actual respeta la autonomía de la voluntad de los
progenitores a quienes incentiva a elaborar un plan de parentalidad para decidir
cómo organizar la convivencia con el hijo en el caso de no convivencia de los
padres.
En el plano familiar, es lógico que lo ideal sería el acuerdo entre los progenitores,
la presentación de dicho acuerdo ante el juez competente y la consiguiente
homologación del acuerdo. Sin embargo,
¿Qué sucede si no hay acuerdo o si habiéndolo no se ha
homologado judicialmente?
En dicho casos, “el juez debe fijar el régimen de cuidado de los hijos y como ya
hemos visto, “priorizar la modalidad compartida indistinta, excepto que por
razones fundadas resulte más beneficioso el cuidado unipersonal o alternado.
Asimismo, se aclara que:
Cualquier decisión en materia de cuidado personal del
hijo debe basarse en conductas concretas del progenitor que puedan lesionar el
bienestar del niño o adolescente no siendo admisibles discriminaciones fundadas
en el sexo u orientación sexual, la religión, las preferencias políticas o ideológicas
o cualquier otra condición.
Legitimación
En caso de que el progenitor falte a la prestación de alimentos podrá ser
demandado por:
a) el otro progenitor en representación del hijo;
b) el hijo con grado de madurez suficiente con asistencia letrada;
c) subsidiariamente, cualquiera de los parientes o el Ministerio Público.
Hijo no reconocido
ART 664.- Hijo no reconocido. El hijo extramatrimonial no reconocido tiene
derecho a alimentos provisorios mediante la acreditación sumaria del vínculo
invocado. Si la demanda se promueve antes que el juicio de filiación, en la
resolución que determina alimentos provisorios el juez debe establecer un plazo
para promover dicha acción, bajo apercibimiento de cesar la cuota fijada mientras
esa carga esté incumplida.
Mujer embarazada
ART 665.- Mujer embarazada. La mujer embarazada tiene derecho a reclamar
alimentos al progenitor presunto con la prueba sumaria de la filiación alegada.
Progenitor afín
Definición
ART 672.- Progenitor afín. Se denomina progenitor afín al cónyuge o
conviviente que vive con quien tiene a su cargo el cuidado personal del niño o
adolescente.
Conforme los fundamentos de la reforma,
se reconoce el vínculo afectivo que se
genera entre el progenitor y los hijos de su pareja cuando conviven, otorgando
ciertos derechos a los primeros sin excluir los derechos y deberes de los
progenitores como principales responsables de los hijos.