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Maggie…

Posiblemente estás letras ya no tengan el impacto que tuvieron hace algunos meses, pero créeme que son
escritas de todo corazón, con toda sinceridad y sobre todo con todo respeto, cariño y amor.

Hoy alguien me preguntó cómo estás, y me di cuenta de que no lo sé. No podía decirle qué cosas has
estado haciendo. No podía decirle cómo pasas tus días y tampoco lo que es importante para ti
últimamente. O quién es importante en tu vida. Me di cuenta de que sólo te conocí durante algún tiempo.

El cambio es una cosa curiosa, porque yo solía saberlo todo. Solía hablar contigo todos los días, y me di
cuenta de todos tus caprichos, de tus travesuras y aventuras diarias. Caray, yo solía ser parte de ellas.
Pero ahora no lo soy, no lo he sido por un tiempo y ya no lo seré.

Te fuiste con demasiada gracia de mi vida: hiciste tu reverencia y saliste por la parte izquierda del
escenario. Yo estaba en una escena de la obra, y finalmente el telón bajo sobre mí, dejándome en la
oscuridad. Posiblemente en esa obra me equivoqué olvide un guión o intenté improvisar cuando no sabía
qué hacer, lo interesante es que por más que intenté disculparme, por el error en la obra no tuve derecho
de réplica.

¿Sabes? Yo solía echarte de menos. También nuestras bromas, las conversaciones sin sentido, el
recuento de lo que hacíamos juntos. ¡Solía extrañar tanto nuestra complicidad! lo sigo haciendo. Pero
nunca sentí que tú me extrañaras o que me echaras de menos, o que recordaras las cosas que hice por ti,
o por lo menos nunca lo demostraste. Así que, con el tiempo, iré reconstruyendo, iré guardando e iré
caminando, siempre de la mano de Dios.

También solía estar enojado. ¡Estaba tan desorientado por la forma en la que saliste de mi vida y te
olvidaste de mí! Me hiciste sentir muy triste y enojado al mismo tiempo; hasta llegué a pensar que te
odiaba… Pero Dios y su palabra me hicieron entender que:

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es


jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo,
no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza
de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta. El amor nunca deja de ser;

1 Corintios 4-8

Las obras de teatro siempre tienen un guión y escenarios muy estructurados, tal vez mi error fue actuar
en otra obra diferente a la tuya, y cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde ya había quienes se
encariñaron con la escena, ya había pequeños que recuerdan y sobre todo un actor que se enamoró y
soñó de más.

Me tomó un tiempo, pero he llegado a entender que la complicidad está, es triste ver como una obra de
teatro que tenía un guión de apoyo entre actores, de comprensión, de cariño que se iba estructurando con
forme las escenas y experiencias avanzaban se viene abajo. Con Dios como director del monologo de
uno de los actores entiendo que es momento de reiniciar, de comenzar de nuevo, no sé cómo, tampoco sé
dónde, mucho menos sé si algún día los actores hablarán, como en un dialogo teatral, donde la dialéctica,
la comprensión y sobre todo Dios dirijan esta puesta en escena, donde los actores digan y digan, pero
sobre todo comprendan y disculpen.
Para mí, te has convertido en alguien que conocí alguna vez. No sé si te percataste de ello, pero tú
simplemente dejaste de saber quién era yo. Dejaste de preguntarme cómo estaba y, en ese tiempo, he
cambiado, aceptó que me equivoque, que hice cosas por duda, por miedo, pero nunca con dolo. Apuesto
a que tú no sabes nada acerca de mis últimos tropiezos y triunfos. Y si lo sabes, nunca me has felicitado
o me has preguntado si estoy bien, has hecho inferencias sobre lo que hago que son sumamente tristes,
pero ya no es el momento de hablar de eso, acepto ese enojo, esa decepción que puede haber en tu ser y
sinceramente hoy en día lo único que quiero es que seas muy feliz y también ser feliz.

Piensas que las decisiones que he tomado son pensando solamente en mí, créeme que no, pienso en los
niños, en Mariana, Geyo, Elvira, tu mamá y sobre todo en ti, Maggie nunca voy a ser perfecto, me he
equivocado y seguiré regándola, no por inmadurez, mucho menos porque quiera llamar la atención, no
tienes ni la menor idea de cómo quisiera ir por tacos con ustedes, jugar, reír como lo hacíamos antes,
seguir en esta obra de teatro seguir improvisando para buscar una sonrisa, una sonrisa que ya no he
logrado sacar.

Las obras de teatro, llámense monologo, dialogo o puesta en escena tienen un inicio y final; algunas
tienen muchas partes y así se van construyendo y presentando hasta que los actores llegan a los brazos
de Dios; hubiera sido hermoso compartir esta obra de teatro con Dios y contigo durante toda la vida,
¡Por siempre y para siempre! pero por desgracia siento que esta obra de teatro llamada “Complicidad
Ontológica” cada día se acerca a un final que no me hubiera gustado, lo bonito de esto es que la actriz
principal, la protagonista de esta complicidad, la más buena, la más sincera, la que siempre puso las
cosas en claro, está construyendo una obra más, una obra que la hace feliz, que saca una sonrisa, que
logra una emoción.

En ese sentido creo que, no es que esté seguro, no es que lo anhele, mucho menos es algo que quiero,
pero debo cambiar un poco, sólo un poco, no sé si pueda, no es que esté jugando, como a veces lo
piensas pero de verdad quiero verte feliz, que esa historia que hoy comienzas a construir sea de
bendición y te llene de felicidad y amor de Dios; pero también quiero ser feliz, poder verte sin sentir que
mi corazón se apachurra, sin sentir dolor, sin extrañar abrazarte o leer la biblia contigo, el amor no busca
lo suyo mi pequeña cuchita, el amor nunca deja de ser. Maggie quiero que de mí siempre te acuerdes por
las cosas que hice más o menos bien, que recuerdes esas escenas donde reías, donde bailabas, donde
llorabas de emoción como cuando te di la rosa roja que tienes atrás en tu oficina; recuerda siempre esas
escenas donde cantabas, yo me quiero quedar con eso, no quiero pelear, no quiero desconfianza, no
quiero malos recuerdos y si Dios lo permite en un futuro ir construyendo más recuerdos y escenas así.

¿Recuerdas cuál era el objetivo de la obra? Ver feliz a Maggie el tiempo que Dios y ella lo permitieran y
creo que lo logré. ¡Gracias Cuchita! Los búhos siempre serán lo más simbólico que pueda regalarte y en
ese sentido es así como decidí cerrar mi participación en tu obra de teatro; con unos búhos que te
recuerden que tienes todo el potencial para buscar la sabiduría, que te recuerden que un día hubo un nerd
que te amo como nunca había amado, que te amo al grado de sólo quererte ver feliz, que aceptó la
disposición de Dios y hoy le da ¡Gracias! Por la fortuna de conocerte, de cuidarte, mimarte y hacer todo
por verte sonreír.

Sabes que cumplo mis promesas y si algún día quieres hablar, quieres jugar, quieres ir por tacos o por
crepas a ese lugar simbólico donde te di el primer anillo, ese del corazón azul, y comencé con mis
errores de dicción en los dichos y bromas, pero sobre todo, donde literal grabe tu nombre en la penca de
un maguey ahí estaré para ti, además de que tienes vales de despensa ja, ja, ja… ¡Por siempre y para
siempre! ¡Te Quiero Maggie!
Raúl Chavarría Sánchez Zúñiga

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