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Cáncer de Mama y Determinación de Contingencia Laboral

Research · May 2015

DOI: 10.13140/RG.2.1.1939.6009

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1 author:

Maria Teofila Vicente-Herrero

Grupo Correos. Servicio de Prevención
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 Cáncer de mama en España: factores de riesgo y determinación de contingencia laboral REMESAT

FeNaSTAC

Artículo de Revisión

Cáncer de mama en España: factores de riesgo

y determinación de contingencia laboral
Breast cancer in Spain: risk factors and contingency determination of labor

Ma. Teófila Vicente-Herrero,* Luisa M. Capdevila García,† Ma. Victoria Ramírez Iñiguez de la Torre,‡
Ma. Jesús Terradillos García,§ Encarna Aguilar Jiménez,|| Ángel Arturo López-González¶

Resumen Abstract

El cáncer por ser una de las patologías de prevalencia
creciente en los últimos años y por el hecho de que su
máxima incidencia corresponde a la edad laboral activa
de los afectados, es un objetivo a estudiar en Medicina
del Trabajo. Si bien se ha profundizado ampliamente
en el análisis de los factores etiológicos generales
implicados fuera del ámbito laboral, es mucho menor
el número de publicaciones existentes en lo que
respecta a la repercusión que las condiciones y
exigencias laborales pudieran tener en esta patología,
tanto de forma aislada o, como es más frecuente,
asociados a otros factores implicados. El abordaje
conjunto de estos temas entre todos los implicados y el
trabajo coordinado y conjunto puede facilitar
actuaciones preventivas eficaces y optimizar los
recursos existentes.
Cancer as one of the pathologies of increasing
prevalence in recent years and the fact that its
maximum contribution corresponds to the working
population, becomes a goal to study by the occupational
medicine. Although, there is a widely and deepened
analysis of the general etiological non-occupational
factors involved, there is a much smaller number of
existing publications regarding the impact of work
conditions and work requirements may have on this
pathology, both as isolated or, as more often associated
to other factors involved. The joint approach to these
issues among all concerned and a coordinated
teamwork may facilitate effective preventive actions
and optimize existing resources.

Palabras clave: Cáncer de mama, factores de riesgo Key words: Breast cancer, occupational risk factor,
laboral, salud laboral, Medicina del Trabajo. occupational health, occupational medicine.

INTRODUCCIÓN Según lo reflejado en la bibliografía médica, afectará

El cáncer de mama es el tumor maligno más
frecuente entre las mujeres de todo el mundo, si
exceptuamos los tumores cánceres de piel no-
melanomas y, si consideramos los dos sexos, es el
segundo en frecuencia después del cáncer de
pulmón.1
a una de cada ocho mujeres a lo largo de su vida.2 En
contraposición, es un tumor bastante infrecuente en
hombres, pues representa únicamente 1% de todos
los tumores en varones.3,4
La incidencia del cáncer de mama en los países
desarrollados se ha incrementado, si bien la tasa de
mortalidad ha descendido, probablemente debido a la

* Grupo Correos-Valencia y Castellón.

†
Servicio de Prevención Mancomunado MAPFRE. Valencia. Licenciada en Medicina. Especialista en Medicina del Trabajo.
Grupo Correos-Albacete y Cuenca. Técnico Superior en prevención de Riesgos laborales- Seguridad. GIMT.
‡
INSS-Madrid.
§
INSS-Valencia.
||
Servicio de Prevención de GESMA, Universidad Illes Balears.
¶
Médico del Trabajo en Servei de Salut de les Illes Balears.

Correspondencia: Ma. Teófila Vicente Herrero.

Servicio de Medicina del Trabajo-SPP. Grupo Correos. Plaza del Ayuntamiento, 24-2º, 46002 Valencia. Tel.: 963102752.
Correo electrónico: teofila.vicente@correos.com/grupo.gimt@gmail.com

Recibido: Noviembre 19, 2012.

Aceptado: Enero 23, 2013.

REV MEX SAL TRAB 2013; 5(13): 85-95 85

 Vicente-Herrero MT y cols.
precocidad y mejora de las técnicas diagnósticas y a
un tratamiento más eficaz.5,6 Se ha observado que su
incidencia aumenta según lo va haciendo el nivel
económico y que más de la mitad de los casos se
diagnostican en los países desarrollados: 370.000 casos
al año en Europa (27.4%) y 230,000 en Norteamérica
(31.3%). La prevalencia más baja la tienen países como
Japón, Tailandia, Nigeria e India.7
La incidencia en España es baja, menor que la de
Estados Unidos y Canadá, Reino Unido, Países Bajos,
Bélgica, Alemania, Francia y Suiza, si bien es similar al
resto de países de Europa Mediterránea, Centroeuropeos,
Portugal e Irlanda. Según la Agencia Internacional de
Investigación del Cáncer (IARC), la tasa de incidencia
estandarizada en nuestro país fue de 96.5 casos por
100,000 mujeres-año en 2006, 7 frente a los 110
casos por cada 100,000 mujeres en Europa.8 Los
resultados estandarizados a nivel mundial hablan de
una tasa de incidencia en mujeres de 66.7 por
100,000 personas-año y de 0.40 por 100,000
personas-año en hombres.9
En España se diagnostican unos 22,000 casos al año,
lo que representa casi 30% de todos los tumores del
sexo femenino en nuestro país. La mayoría de los casos
se detectan entre los 35 y los 80 años, con un pico
máximo entre los 45 y los 65, por ello dentro de la edad
laboral activa, lo que adquiere especial importancia en
el mundo del trabajo.1
Actualmente son poco conocidos los determinantes
del desarrollo del cáncer de mama, tampoco se sabe
con certeza el porqué del aumento de la frecuencia de
este tipo de tumor en los países desarrollados, si bien
éste coincide con el creciente desarrollo de los países
industrializados y con la incorporación de las mujeres al
ámbito laboral, siendo ambos potenciales condicionantes
objeto de estudio.
Son varios los factores de riesgo implicados en la
aparición de este tipo de cáncer. Se habla de factor de
riesgo haciendo referencia a cualquier elemento capaz
de aumentar la posibilidad de que un individuo
desarrolle cáncer. Si bien estos factores de riesgo
pueden influir en el desarrollo del cáncer, en la mayoría
de las ocasiones no son una causa directa de esta
enfermedad, así personas que tienen varios factores
de riesgo nunca desarrollan cáncer, mientras que sí lo
hacen otras personas sin factores conocidos de riesgo.10
Los principales factores de riesgo identificados
por el momento y que afectan a la población
general explicarían sólo 40% de los casos
observados. 11 La hipótesis más probable es que el
aumento en la incidencia del cáncer durante las
últimas décadas sea, en general, consecuencia de
la acumulación de agentes medioambientales
distorsionadores del ciclo celular, en gran medida
de origen industrial y, que el envejecimiento de la
población y las campañas de detección precoz habrían
colaborado sólo parcialmente en este aumento. Por otra
parte, también se resta importancia a otros factores
carcinogénicos conocidos como son el alcohol y el
86
tabaco, ya que su incidencia en la población general
ha disminuido. 12
No obstante, la exposición ocupacional ha recibido
muy poca atención dentro de los objetivos de
investigación científica, ya que el paradigma etiológico
dominante implica factores relacionados con el estatus
hormonal que, por otra parte, y hasta hace poco, habían
sido considerados ajenos al ambiente de trabajo y al
medioambiente en general 13 especialmente en la
población femenina,14 pero la experiencia de los
estudios ocupacionales en población masculina hace
razonable sospechar, por extrapolación, la existencia
de exposiciones laborales que condicionan igualmente
un mayor riesgo de cáncer en las mujeres. En los
hombres la enfermedad es 100 veces menos frecuente
que en las mujeres,15 pero en contrapartida las variables
reproductivas no jugarían un papel confusor, lo que ha
facilitado la identificación de los posibles factores de
riesgo laborales.
FACTORES DE RIESGO GENERALES IMPLICADOS
EN EL DESARROLLO DEL CÁNCER DE MAMA
Uno de cada cuatro trabajadores en España ha
estado expuesto en su puesto de trabajo a sustancias
o factores que producen cáncer. 16 El número de
pacientes con cáncer que se vienen reconociendo en
España como de origen laboral es del orden de varios
cientos de veces inferior al resto de países europeos.17
Ello es debido a la infradeclaración existente de
enfermedades profesionales en España, que alcanza
64% y se acerca casi al 100% para el cáncer
ocupacional.18
Respecto al cáncer ocupacional, mientras la
importancia del tipo de puesto de trabajo está
claramente demostrada para el cáncer de pulmón,
vejiga, laringe, senos-nasales y mesotelioma,
angiosarcoma hepático o leucemias y linfomas, su
contribución en otras localizaciones, entre las que se
incluye la mama, está aún por determinar.17
Los agentes carcinógenos del entorno laboral ocupan
un lugar crucial en la identificación y prevención del
riesgo de cáncer en humanos por tres motivos:17
• Porque han sido los primeros en identificarse.
• Porque representan una proporción elevada sobre
el total de agentes cancerígenos.
• Porque todos ellos son evitables, siendo el cáncer
ocupacional una de las enfermedades más
prevenibles.
La exposición ocupacional constituye un primer nivel
de riesgo. Este factor de riesgo es el mejor controlado
y por ello los agentes carcinógenos de origen laboral
fueron los primeros en identificarse. Un segundo nivel
de riesgo lo constituiría la exposición de la población
residente en la vecindad inmediata a los focos de
emisión industrial. Y el tercer nivel de riesgo
correspondería a la exposición puramente ambiental
REV MEX SAL TRAB 2013; 5(13): 85-95
 Cáncer de mama en España: factores de riesgo y determinación de contingencia laboral
sin una relación geográfica con el foco emisor del
agente carcinógeno (las más de las veces de origen
industrial), en virtud de la extraordinaria ubicación del
mismo. Uno de los ejemplos más llamativos es la
acumulación en el medio ambiente de los denominados
disruptores endocrinos, moléculas sintéticas capaces de
activar receptores celulares e inducir una respuesta
proliferativa que puede escapar al control del ciclo
celular. El descenso en la edad de presentación del
cáncer de mama en la mujer no puede ser explicado
por las campañas de detección precoz y cada vez son
más las evidencias que lo vinculan con estos agentes
ambientales denominados disruptores endocrinos.12
La identificación de los cancerígenos laborales, sin
embargo, tiene limitaciones inherentes al hecho de
compartirse con otros entornos ambientales y puede
afectar también a la población general (ejemplo de ello
son el benceno, el amianto o los humos de escape de
motores diesel, etc.), y la controversia existente sobre
el porcentaje de todos los cánceres atribuibles a
exposiciones laborales.17
Queda claro que es fundamental continuar
investigando sobre los distintos factores de riesgo, tanto
los que afectarían a la población general, como los
presentes específicamente en el ámbito laboral. Si
se conocen los factores de riesgo y se realiza una
consulta profesional lo antes posible, se podrán tomar
decisiones más juiciosas sobre el estilo de vida a seguir
y los cuidados de la salud, así como implantar las
medidas preventivas a planificar en el puesto de
trabajo, labor ésta prioritaria en Medicina del Trabajo
y en Salud Laboral.
En la población general pueden elevar el riesgo de
una mujer de desarrollar cáncer de mama gran cantidad
de factores que pueden verse esquematizados en el
cuadro 1.
FACTORES DE RIESGO LABORAL A CONSIDERAR
PARA EL DESARROLLO DEL CÁNCER DE MAMA
En el momento actual y de acuerdo con la
documentación científica existente en este tema hay,
como se ha referido, una cierta controversia en
relación con el porcentaje de todos los cánceres que
se pueden atribuir a exposiciones laborales. La gran
mayoría de los investigadores y agencias evaluadoras
consideran que alrededor de 5% de todos los cánceres se
podrían atribuir directamente a exposiciones laborales. Sin
embargo, otros investigadores consideran que dicha
proporción es más alta.17
En Estados Unidos se estima que suceden
anualmente unas 20,000 muertes generadas por
procesos tumorales atribuidos al trabajo, y aparecen
40,000 casos nuevos en este mismo periodo de tiempo.
En España se considera que entre 3,000 y 4,000
muertes anuales ocurridas por cáncer se pueden
atribuir a productos o sustancias que están presentes
en el medio laboral; a pesar de ello, menos de 2%
de los productos químicos presentes en el mercado
REV MEX SAL TRAB 2013; 5(13): 85-95
ha sido sometido a pruebas para conocer su carci-
nogenicidad.12
La Agencia Internacional para la Investigación del
Cáncer (IARC) ha evaluado unos 900 agentes que podrían
actuar como factor de riesgo. De éstos, se han clasifica-
do como cancerígenos en humanos 91 (Grupo 1 de
la IARC), 66 se han clasificado como probablemen-
te cancerígenos (Grupo 2A) y 241 como posible-
mente cancerígenos (Grupo 2B). La IARC no indica si
un agente es principalmente laboral, ni siquiera propo-
ne un listado de tumores asociados con cada canceríge-
no, por lo que para definir un agente como cancerígeno
laboral y los cánceres específicos asociados con cada
exposición hay que recorrer al texto literal de estas eva-
luaciones y utilizar determinados criterios, como, por
ejemplo, el número de trabajadores expuestos, consi-
derándose laboral cuando se estiman más de 10,000 tra-
bajadores expuestos en el mundo o más de 1,000 traba-
jadores en cualquier país17 (Cuadro 2).
Las sustancias que originan procesos tumorales se
clasifican en función de si pueden producir daños en el
ADN como carcinógenos genotóxicos o como
carcinógenos epigenéticos. Entrando en el aspecto
concreto del cáncer mamario, los factores de riesgo que
se pueden denominar como establecidos (madre o
hermana con cáncer de mama, no tener hijos,
determinados tipos de enfermedad mamaria...) explican
menos de 50% de los casos.16
AGENTES DE ORIGEN LABORAL
RELACIONADOS CON EL CÁNCER DE MAMA
Los factores de riesgo laboral los hemos agrupado
didácticamente en tres grandes grupos: los riesgos
asociados a agentes químicos, los asociados a agentes físicos,
entre los que destacan las radiaciones, y los asociados a
factores de organización del trabajo, entre los que en los
últimos años ha cobrado especial relevancia la turnicidad
laboral.
Riesgos asociados a agentes químicos
La Agencia de Protección Ambiental estadounidense
y el National Toxicology Program, dedicados a revisar
el potencial carcinógeno de determinadas sustancias,
han encontrado multitud de elementos químicos que
actúan como agentes productores de cáncer de mama
en animales de laboratorio y que, por tanto, han de ser
valorados como potencialmente responsables también
de su aparición en personas.
La base de datos Enviroment and Breast Cancer:
Science Review, elaborada por el Silent Spring
Institute de EE.UU.,25 incluye información sobre 216
sustancias que incrementan la incidencia de tumores
de glándulas mamarias en estudios en animales
realizados por el US National Toxicology Program (NTP) o
incluidos en las monografías (11th Report on Carcinogens)
de la IARC y en las bases de datos Carcinogenic Potency
Database y Chemical Carcinogénesis Research Information
System. Esta base de datos incluye información concreta
87
 Vicente-Herrero MT y cols.

Cuadro 1. Factores de riesgo generales para el desarrollo del cáncer de mama.

Edad El riesgo de desarrollar cáncer de mama es directamente proporcional a la edad y,

en la mayoría de los casos, en mujeres, la enfermedad se desarrolla a partir de los
50 años.10,19
Género La relación mujer: hombre en países como Estados Unidos es de 100:1.1
Antecedentes Una mujer que ha tenido cáncer de mama en un pecho tiene una probabilidad de
Personales 1 a 2% por año de desarrollar un segundo cáncer en el otro.10,19
Especialmente si fue diagnosticado antes de los 60 años.1
Aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama los antecedentes de cáncer de
ovario,10 y en el hombre las situaciones clínicas que ocasionan ginecomastia: cirro-
sis hepática, orquitis, criptorquidea o traumatismos testiculares. La incidencia es 20
a 50 veces superior en trastornos genéticos como el Síndrome de Klinefelter.19
Antecedentes Alrededor de 20-30% de las mujeres y 15-20% de los hombres con cáncer de mama
familiares tienen historia familiar de cáncer de mama.2 Al evaluar los antecedentes familiares
se debe considerar tanto el lado paterno como el materno. Existe más riesgo de
padecer la enfermedad, especialmente si existen mutaciones de los genes BRCA1
y BRCA2.10,19
Predisposición Las mutaciones de los genes BRCA1 o BRCA2 se asocian con mayor riesgo de desa-
genética rrollar cáncer de mama u ovario.7,18 Las mujeres con uno de estos defectos tienen
hasta un 80% de probabilidades de padecer cáncer de mama
en algún momento durante su vida.2
Exposición Menarquia precoz o la menopausia tardía.21
Hormonal Primer embarazo después de los 35 años o que nunca tuvieron un embarazo a ter-
prolongada: mino.10,19
estrógenos Administración exógena de estrógenos en transexuales.19
progesterona Terapia de reemplazo hormonal posterior a la menopausia.10
Anticonceptivos orales.10,19
Raza y origen étnico Las mujeres blancas tienen más posibilidades de desarrollar cáncer de mama, pero
la mortalidad es mayor en las mujeres negras. Las mujeres de herencia judía ash-
kenazi también tienen un riesgo superior debido a una mayor frecuencia de muta-
ciones BRCA.10
Hiperplasia atípica El carcinoma lobulillar in situ (LCIS) aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama
mamaria invasivo.10
Densidad de la mama Los tumores de mama densos pueden resultar más difíciles de detectar en la mamo-
grafía. La densidad mamaria aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama.10
Radiación Las dosis altas de radiación ionizante se han relacionado con el desarrollo de algu-
nos tumores de mama.1,10,19
Obesidad Las mujeres posmenopáusicas obesas tienen mayor riesgo de padecer cáncer de
mama.
Sedentarismo El ejercicio disminuye los niveles de hormonas, modifica el metabolismo y mejora
el sistema inmunitario.
Alcohol y Tabaco Beber más de dos bebidas alcohólicas por día aumenta el riesgo de cáncer de mama.10,22
El consumo de tabaco también se ha relacionado con un aumento de incidencia.23,24

Fuente: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/.
Ref:- Revisión efectuada por el Grupo de investigación en Medicina del Trabajo (GIMT)

sobre: el potencial carcinogénico, la capacidad de oca- colorantes, disolventes, alcoholes y medicamentos. Se

sionar mutaciones, la exposición de la población en
general y de las mujeres en sus lugares de trabajo y
otras características de las sustancias, usos, fuentes
y regulaciones. En ella se encuentran incluidas, entre
otras sustancias, los hidrocarburos aromáticos, tintes,
detallan a continuación algunas de las sustancias
incorporadas en esta completa base de datos y que se
relacionan con el cáncer de mama, así como las
ocupaciones en las que hay exposición a cada una de
ellas: (Cuadro 3).

88 REV MEX SAL TRAB 2013; 5(13): 85-95

 Cáncer de mama en España: factores de riesgo y determinación de contingencia laboral

Cuadro 2. Clasificación de cancerígenos utilizada por la IARC.

Grupo 1. El agente (mezcla, actividad laboral) es cancerígeno para humanos.

Grupo 2A. El agente (mezcla, actividad laboral) es probablemente cancerígeno para humanos.

Grupo 2B. El agente (mezcla, actividad laboral) es posiblemente cancerígeno para humanos.

Grupo 3. El agente (mezcla, actividad laboral) no es clasificable como cancerígeno para humanos.

Grupo 4. El agente (mezcla, actividad laboral) probablemente no es cancerígeno para humanos.

Fuente: IARC.

Cuadro 3. Factores de riesgo laboral relacionados con el cáncer de mama: agentes químicos.

Óxido de etileno Algunos estudios26,27 muestran una incidencia aumentada de cáncer de mama en traba-
jadores expuestos a óxido de etileno como esterilizante. La IARC lo considera carcinógeno
humano probable y se ha demostrado que causa tumores mamarios en los ratones.
Cloruro de etileno Usado como desengrasante, disolvente, limpiador y pesticida. Podría relacionarse con
una mayor presencia de cáncer de mama, cerebral y hepático.28
Epoxi-1-propanol Usada como aditivo, disolvente y estabilizante, para fabricar alcohol, formaldehído, pintu-
ras, barnices, resinas, desengrasantes, quitamanchas, etc.
Isoniazida Utilizada en industrias del cuero, textiles, en la industria cosmética y farmacéutica, en la
fabricación de resinas, trabajos de fundiciones, etc.
Acrilamida Utilizada en la fabricación de productos de consumo, como textiles, lentes de contacto,
materiales de construcción, cosméticos y preparados de jabón, pinturas de base acuosa,
electrodomésticos, piezas sueltas para el automóvil, pegamentos de embalaje, papel, y
cápsulas de gelatina, etc.
Fármacos Se han relacionado con el cáncer de mama al metronidazol, la mitomicina y la adriamicina.
Trabajar en investigación biomédica podría implicar un mayor riesgo de ciertos tipos de
cáncer, como el de mama, ovario o tiroides.29
Disruptores Son sustancias químicas que actúan incrementando la susceptibilidad a padecer cáncer
endocrinos. de mama y que interfieren en el sistema hormonal, mediante los siguientes mecanismos
básicos: mimetizando la acción de las hormonas, compitiendo por el receptor hormonal,
modificando la síntesis de la hormona o alterando la síntesis del receptor.

Fuente: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/.
Ref: Revisión efectuada por el Grupo de investigación en Medicina del Trabajo (GIMT).

Un gran número de sustancias químicas presentes en tetrametilbutil)fenol, fenil-propano, Ignífugos bro-

nuestro medio pueden alterar el equilibrio en el balance
de estrógenos, andrógenos y progestágenos. En junio de
2001, la Comisión de las Comunidades Europeas presen-
tó una Comunicación al Consejo y al Parlamento Euro-
peo, relativa a la Aplicación de la estrategia comunitaria
en materia de alteradores endocrinos. Se estableció un
listado de 118 sustancias con probada capacidad, efecti-
va o potencial, para causar alteraciones endocrinas que se
agrupan en las siguientes categorías generales:
• Sustancias químicas industriales y subproductos
industriales: metales (compuestos de tributilestaño,
estanano, etc.), PCB, policarbonatos, ftalatos, fresol,
bisfenol A, hexaclorobenceno, estireno, 4-(1,1,3,3-
mados (PBB), etc.
• Plaguicidas: paration, malation, atrazina, lindano,
organoclorados (DDT dieldrín, clordecona,
endosulfán y toxafeno, clordano), etc. Son el grupo
más numeroso, si bien muchos de ellos ya no se
utilizan.
• Subproductos de la incineración de residuos:
tetrabromodibenzofurano, pentaclorodibenzofurano,
tetraclorodibenzofurano y otras dioxinas.
• Hormonas naturales, o idénticas a las naturales o
sintéticas: 17 betaestradiol, progesterona, testosterona,
acetato de melengestrol, trembolona, zeranol.
• Otras sustancias: tetracloroetileno, 4-nitrotolueno,
resorcinol, disulfuro de carbono, anilinas, etc.

REV MEX SAL TRAB 2013; 5(13): 85-95 89

 Vicente-Herrero MT y cols.

Dentro de las acciones de los disruptores endocrinos
se describe a continuación la acción de algunos de ellos:
• Dioxinas. Tienen elevada toxicidad y pueden
provocar problemas de reproducción y desarrollo,
afectar el sistema inmunitario, interferir con hormonas
y, de ese modo, causar cáncer.30,31 En cuanto a la
liberación de dioxinas al medio ambiente, la incineración
descontrolada de desechos (sólidos y hospitalarios) suele
ser la causa más grave, dado que la combustión es
incompleta. Muchos de estos xenobióticos se acumulan
en tejido adiposo.
Algunos individuos o grupos de individuos pueden
estar expuestos a mayores concentraciones de dioxinas
debido a su trabajo (por ejemplo, trabajadores de la
industria del papel y de la pasta de papel, o de plantas
de incineración y vertederos de desechos peligrosos).
En este sentido se orientan diversos estudios, 27,32 que
señalan un incremento del riesgo de determinados tipos
de tumores entre los trabajadores que utilizan fluidos de
metalistería (utilizada como lubricantes en la
manufactura de metales).
• Parabenes. Son derivados del 4-hidroxibenzoato,
ampliamente usados como preservantes en comidas,
productos cosméticos y preparaciones farmacéuticas.
Los metil-, etil-, propil-, y butil-paraben resultaron ser
todos estrogénicos en los ensayos in vitro.33 Cuando se
administraron por vía oral a ratas no provocaron efectos
estrogénicos biológicos, pero cuando se les
administraron a través de la piel, les provocaron
hipertrofia uterina. Estos productos son capaces de
acoplarse al receptor estrogénico (ER-alfa), cambiar la
actividad de los genes que son regulados normalmente
por los estrógenos e inducir la proliferación de las células
de tumores mamarios (células MCF-7) cuando han sido
cultivadas en el laboratorio. 34,35 Un grupo de
investigadores del Reino Unido (2004) demostró que
los parabenes se acumulan intactos en el cuerpo a largo
plazo aunque la dosis usada haya sido baja, y
encontraron en muestras de 20 tumores de mama. Los
autores proponen que, dada la evidencia actual y la
controversia sobre la recomendación de la continua-
ción de su uso, se impulse una investigación desde
Salud Pública, ya que su utilización se ha extendido a
la mayoría de cosméticos.
• Ftalatos (DEHP, DBP, BBP, y DINP). Son una
familia de productos químicos de los que se producen
millones de toneladas en todo el mundo y que
constituyen el principal componente de muchos
productos ampliamente usados en el trabajo, en la vida
doméstica y en los hospitales. Se usan para flexibilizar
el PVC (cloruro de polivinilo), en cosméticos, cepillos de
dientes, materiales de construcción, lubricantes,
adhesivos, y muchos otros productos, por lo que están
ampliamente dispersos en toda la naturaleza. El
principal efecto de estos disruptores endocrinos es la
interferencia en el desarrollo de los genitales de fetos
masculinos durante el embarazo.36 Se han descrito
también efectos sobre el hígado, riñón, pulmones e
incremento de trombosis sanguínea en adultos. Los
estudios sobre el cáncer de mama no son concluyentes,
aunque se sabe que en el organismo actúan como
xenoestrógenos y, en animales, se ha demostrado el
efecto sobre carcinoma de endometrio.37
• Policlorobifenilos (PCBs). Los PCBs son
considerados posibles carcinógenos humanos por la
IARC. Se utilizaron en la industria eléctrica entre 1929
y 1977, año en que se prohibió su uso, pero aún quedan
productos hechos con PCBs o sus residuos en algunos
lugares de trabajo (por ej. en instalaciones de
manufactura de condensadores, utilizados como
lubricantes/refrigerantes en transformadores de
electricidad) y en el ambiente.38
La utilización de sustancias con efectos estrogénicos,
gestagénicos o androgénicos está sujeta a las restricciones
impuestas en virtud de la Directiva 96/22/CE por la que se
prohíbe utilizar determinadas sustancias de efecto
hormonal y tireostático y sustancias b-agonistas en la cría
de ganado, pero en ocasiones se dan episodios de
contaminación accidental de aguas o piensos.
Riesgos asociados a agentes físicos
Se refieren especialmente a los asociados a la exposición
de los distintos tipos de radiaciones (Cuadro 4).

Cuadro 4. Factores de riesgo laboral relacionados con el cáncer de mama: agentes físicos.

Radiaciones Son capaces de retirar electrones de los átomos y cambiar la estructura molecular de las
ionizantes células (ADN). Son estos cambios celulares los que pueden provocar el desarrollo del
cáncer.
Radiaciones No actúan como inductores directos del cáncer de mama, dada su imposibilidad de alterar
electromagnéticas la estructura genética celular, sino como agentes promotores de dichos tumores,
mediante su capacidad de inhibir la secreción de melatonina.
Altas temperaturas Se relaciona el cáncer de mama con aumento de temperatura testicular y alteraciones
hormonales subsiguientes.

Fuente: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/
Ref: Revisión efectuada por el Grupo de investigación en Medicina del Trabajo (GIMT).

90 REV MEX SAL TRAB 2013; 5(13): 85-95

 Cáncer de mama en España: factores de riesgo y determinación de contingencia laboral
• Radiaciones ionizantes. Son uno de los cancerí-
genos humanos más estudiados y podrían estar im-
plicadas en 3% de todos los cánceres.41 En general,
las mamas, el tiroides, y la médula ósea son muy
sensibles a los efectos de la radiación ionizante. Existen
indicios contundentes de sus efectos sobre las mamas
y el desarrollo del carcinoma, derivados de diferentes
estudios39,40 y del seguimiento de los sobrevivientes de
las explosiones atómicas de Japón.
• Radiaciones electromagnéticas. Un estudio de
cohortes de carácter poblacional sobre la población
activa sueca registrada en el censo de 1970 y seguidos
durante 19 años,8 concluyó que existe un exceso de
riesgo asociado a radiaciones, en mujeres, bastante
consistente para nueve ocupaciones: médicas y
cirujanas, farmacéuticas, profesoras de nivel medio,
maestras, analistas de sistemas y programadoras,
operadoras de teléfonos, operadoras de telégrafo y
radio, galvanizadoras y recubridoras de metales,
peluqueras y esteticistas. Los resultados fueron también
positivos pero de forma menos consistente en otras tres
ocupaciones: dentistas, altos cargos del gobierno y la
administración, y agentes de compras. En general los
excesos de riesgo se concentraron en las mujeres mayores
de 50 años. No obstante, en las mujeres menores de dicha
edad se encontró un exceso de incidencia en las ingenieras
mecánicas, las analistas de sistemas y programadoras,
publicistas y peluqueras y esteticistas. Se han llevado a
cabo también otros estudios en lo que no se ha encontrado
de forma concluyente una relación entre las radiaciones
electromagnéticas y el cáncer de mama.42
En relación con el cáncer de mama masculino,
destaca la ocupación de reparadores de maquinaria,
para la que se detectó una elevada incidencia, con
resultados consistentes en los 14 casos investigados.43
Otras cuatro ocupaciones presentaron un exceso de
riesgo: bibliotecarios, personal de archivos y de museos,
empleados de banca, trabajadores de oficina y policías.
Por otra parte, los resultados fueron bastante
consistentes y estadísticamente significativos para las
ocupaciones de: otros trabajadores del procesamiento
del metal, trabajo eléctrico y electrónico, curtidores y
preparadores de pieles y oficiales de aduanas.8
El mecanismo biológico implicado en la relación
entre campos electromagnéticos y el cáncer de mama
parece tener relación con una disminución en la
producción de melatonina que elevaría los niveles
circulantes de estrógenos, estimulando la proliferación
del tejido mamario y aumentando así el riesgo de
desarrollar cáncer de mama. Se ha formulado la
hipótesis de que la luz ambiental podría ser el factor
que inhibiera la producción de melatonina.44 Basándose
en los resultados de estudios experimentales anteriores
se propuso, posteriormente, el mecanismo biológico por
el que los campos electromagnéticos y la luz nocturna
podrían contribuir en la carcinogénesis mamaria. La
disminución de melatonina secretada supone un
aumento de la concentración de estrógenos circulantes,
lo cual a su vez implica un incremento en la tasa de
REV MEX SAL TRAB 2013; 5(13): 85-95
proliferación del tejido mamario.45 Tanto los campos
electromagnéticos como la luz eléctrica inhibirían la
secreción de esta hormona en la glándula pineal. Los
estudios de laboratorio muestran una supresión de la
secreción de melatonina tras la exposición a campos
electromagnéticos.46 En humanos se ha demostrado
una disminución de la secreción urinaria de sulfato de
6-hydroxymelatonina, un metabolito de la melatonina,
en trabajadores expuestos en la industria eléctrica,
con una relación dosis-respuesta.47 Las funciones de
la melatonina incluyen la regulación de múltiples
variables fisiológicas, regulación de funciones neu-
roendocrinas, regulación de la producción de hor-
monas gonadales, regulación del sistema inmunita-
rio y además un efecto directo sobre la proliferación
celular de las células mamarias.48 Los campos electro-
magnéticos además inhibirían el efecto oncostático
directo ejercido por la melatonina sobre el tejido ma-
mario.49,50
En mayo de 2011, la IARC concluyó que los campos
electromagnéticos de baja frecuencia deben conside-
rarse como grupo 2B “posibles cancerígenos en hu-
manos”, basándose en un mayor riesgo de glioma
asociado con el uso de teléfonos móviles. Se definen
así a aquellos agentes cuyo potencial para desarro-
llar cáncer está escasamente probado en las personas
e insuficientemente probada en experimentos con ani-
males. Por lo que podemos concluir que en la actualidad
todavía no hay pruebas fiables de que la exposición cam-
pos electromagnéticos de baja frecuencia pueda ser
causa de cáncer.
• Altas temperaturas. Algunos estudios señalan
la probable relación entre cáncer de mama y la
exposición a altas temperaturas (hornos, fundiciones...),
sobre todo en hombres.51
Riesgos asociados a otros agentes
Destacar por su presencia cada vez más frecuente
en la literatura médica el asociado al trabajo a turnos o
nocturno, riesgo éste epidemiológicamente constatado
en la bibliografía médica, especialmente durante los
últimos años,52,53 donde se especifica la relación del
trabajo nocturno con la elevación del riesgo de: cáncer
de mama, próstata, endometrio, colorrectal y linfomas
no Hodgkin. En 2007 la IARC, que forma parte de la
OMS, consideró al trabajo nocturno como posible
cancerígeno.
La hipótesis de la exposición a la luz artificial
nocturna y el protagonismo del déficit de melatonina
durante el proceso de formación del cáncer, son algunas
de las explicaciones sobre los posibles mecanismos de
acción. Las interacciones de la melatonina en el sistema
endocrino, inmunológico, de respuesta inflamatoria, de
control del ciclo celular y del metabolismo lipídico, entre
otros, es compleja y con múltiples efectos, en ocasiones
contrapuestos, dejando sin duda un amplio campo de
estudio para los años próximos.
El estrés físico y mental son factores de riesgo para
el déficit de fase luteínica del ciclo menstrual, situa-
91
 Vicente-Herrero MT y cols.
ción que produce un exceso de estrógenos que, como
se ha visto, son un factor de riesgo en sí mismos. Se
acompañará de menstruaciones con cantidad abun-
dante y ciclos menstruales cortos. Pero hasta ahora no
hay estudios concluyentes que relacionen estos tres
parámetros: patrón hormonal, tipo de trabajo y cáncer
de mama.
EL CÁNCER DE MAMA COMO CONTINGENCIA
LABORAL
A pesar de los numerosos estudios publicados que
relacionan distintos factores de riesgo de origen
laboral con una mayor predisposición a padecer un
cáncer de mama, para que una enfermedad se
considere contingencia laboral la legislación exige
que deba de cumplir una serie de requisitos, el
principal hace referencia a la existencia de una
exposición laboral conforme con la causalidad de dicho
daño y también, que dicha exposición sea anterior a
la aparición de la lesión o que el periodo de latencia
sea compatible. Además deben descartarse que,
aunque existan factores extralaborales que hayan
podido contribuir a la aparición de la enfermedad
actuando como potenciadores de la misma, ninguno
de ellos ha actuado claramente como desencadenante de
su aparición.
Por tanto, los requerimientos legales necesitarán
como condición sine quanon que pueda ser demostrada
la existencia de una relación causa efecto entre
profesión y algún tipo de cáncer, que tendrá que ser
determinada por un exhaustivo análisis de los riesgos
laborales a los que está expuesto efectivamente el
trabajador. Así, cuando en 2007 la Agencia
Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) declara
el trabajo a turnos con nocturnidad como un agente
cancerígeno de nivel 2A, es decir, probable cancerígeno
en humanos, abre la puerta para su posible
consideración como enfermedad profesional.
A partir de ese momento, en algunos países como
Finlandia, el estado de Manitoba en Canadá, Nevada
en EEUU y Shanghai en China (SafetyWork, Octubre
2011), se comienza a aceptar que el cáncer de mama
pueda tener como causa exclusiva los factores
laborales. Dinamarca es el primer país que reconoce el
cáncer de pecho como enfermedad profesional. El
National Board Industrial Injuries de Dinamarca,
equivalente danés a nuestro Instituto Nacional de la
Seguridad Social, comenzó en 2008 a contemplar como
profesional el cáncer de mama en colectivos de mujeres
que desempeñaron su trabajo durante largas
temporadas a turnos con nocturnidad. Así, a 38
enfermeras y azafatas danesas que desarrollaron
cáncer de mama y no tenían otro factor de riesgo que
haber trabajado en turno nocturno, por lo menos una
vez a la semana durante los 20 años anteriores, se les
ha reconocido este cáncer como profesional.
Pero esto no significa lo mismo en las diferentes lati-
tudes. En España, donde el reconocimiento de las enfer-
92
medades profesionales no incluidas expresamente en el
listado actual conlleva importantes controversias de tras-
cendencia médico-legal, la situación es distinta y no se
reconoce el trabajo a turnos con nocturnidad, ni a otro
tipo de factores de riesgo, como agentes carcinogénicos
para el cáncer de mama, por tanto no quedan reflejados
en el actual cuadro de enfermedades profesionales (R.D.
1299/2006), y por ello habrá de ser demostrada su rela-
ción directa con la patología ajustándose a los criterios
legales contemplados en nuestra actual legislación.
En cierto modo, se plantean cuestiones sin esclare-
cer como el hecho de que el trabajo nocturno sea el
único factor de riesgo hallado para el cáncer de mama
en ese estudio de la IARC, pues parecería lógico espe-
rar que se hubieran encontrado otros agentes causales
relacionados, por ejemplo, los disruptores endocrinos
de plásticos y compuestos químicos de la atmósfera,
los cancerígenos ambientales procedentes de fábricas,
coches, compuestos del hogar, etc., o algunos factores
psicosociales, por ejemplo, la personalidad tipo I, que
según Eysenck y Grossarth-Maticek, predispone al cán-
cer por facilitar respuestas de inmunodepresión ante
situaciones psicológicas de indefensión, desesperan-
za, etc., con la consiguiente liberación de CRF y corti-
sol.54
Es decir, a pesar de los numerosos estudios
publicados que relacionan distintos factores de riesgo
de origen laboral con una mayor predisposición a
padecer un cáncer de mama, en España esta patología
es catalogada siempre como una enfermedad común.
Y ello es debido a que no ha sido demostrada una
vinculación, como nexo único o principal, entre el
cáncer de mama y el trabajo desempeñado y por tanto
no cumple con los criterios que definen a la enfermedad
profesional y no está contemplada en el cuadro de
enfermedades profesionales (R.D. 1299/2006).55
En conclusión, el cáncer de mama no se puede
considerar enfermedad profesional porque no se
encuentra incluido en el cuadro de enfermedades
profesionales y generalmente tampoco se puede declarar
accidente de trabajo, en opinión de la jurisprudencia,
porque el accidente tiene que tener una causa laboral
directa y exclusiva, si bien en esta norma existen ya
sentencias favorables, en casos muy concretos, donde
ha podido establecerse claramente esta relación. Esta
exigencia de demostrar relaciones exposiciones-efectos
exclusivas es imposible en muchos casos para la
medicina, y es lo que más dificulta el establecimiento
de este nexo, por otra parte absolutamente necesario.
Pero, a contrario sensu, si las posibles secuelas
del cáncer de mama se viesen agravadas por los
requerimientos del puesto de trabajo, la normativa
española podría permitir que dichas lesiones puedan
catalogarse como daño agravado por el trabajo y,
por tanto, dar origen a una contingencia profesional
del tipo accidente de trabajo. Hablaremos de
enfermedades agravadas por el trabajo cuando,
aunque no sea posible establecer un nexo causal
entre el trabajo y patología, sí sea factible demostrar
REV MEX SAL TRAB 2013; 5(13): 85-95
 Cáncer de mama en España: factores de riesgo y determinación de contingencia laboral
que una exposición a un factor de riesgo laboral
agrava o desencadena la reaparición de una lesión
o enfermedad. Así, con base en el artículo 115.2f de
la Ley General de la Seguridad Social (LGSS),56 se
considera accidente de trabajo a las enfermedades
o defectos, en las que existe un origen obvio no
laboral, pero cuya evolución y pronóstico se ve influido
por las condiciones de trabajo. Es decir, cuando se
ocasiona un empeoramiento o modificación de las
condiciones clínicas de una enfermedad por la exposición
a factores de riesgo laboral, pudiéndose establecer una
relación causa-efecto. Sería, por ejemplo, el caso de
una trabajadora que padeciera un linfedema
secundario al tratamiento quirúrgico del cáncer de
mama y que, tras su reincorporación laboral, dicho
linfedema empeorara clínicamente debido a las
condiciones del puesto de trabajo, esto podría
suceder por el hecho de tener que mantener el brazo
elevado durante parte de la jornada laboral. Otro
ejemplo sería la plexopatía braquial secundaria al
cáncer de mama cuya clínica se reiniciara o agravara
por la exposición a vibraciones en el puesto de
trabajo.
Para confirmar o descartar el trabajo como causante
de la agravamiento de la clínica, hay que evaluar los
datos relativos a cada una de las tareas inherentes al
puesto de trabajo, como la postura mantenida o
forzada, la manipulación de cargas, los movimientos
repetitivos, las vibraciones, la organización del trabajo,
etc., para que, una vez valorados los posibles factores
de riesgo laboral, podamos confrontar dicha
valoración con los datos clínicos y establecer la
posible relación con la actividad laboral.
Independientemente de lo anterior, algunas de las
secuelas del proceso neoplásico podrían también
posibilitar la materialización de un accidente de trabajo
en su concepto clásico, es decir, pueden predisponer
a que se produzcan lesiones ocasionadas por
traumatismos, cuya causa primaria estuviese
relacionada con el cáncer, sus secuelas o los efectos
adversos de los tratamientos farmacológicos. Un
ejemplo de ello podría ser un accidente de trabajo
condicionado por una alteración de la concentración
y/o de la memoria, clínica no infrecuente en pacientes
con cáncer de mama, ya sea como síntoma
relacionado con el trastorno depresivo que suele
acompañar al cáncer o como efecto adverso de algún
medicamento.
Otra posibilidad podría ser el acontecimiento de un
traumatismo accidental por la caída de un objeto
manipulado durante la realización de alguna de las
tareas del puesto de trabajo. Este hecho podría
perfectamente ocurrir a causa de la disminución de la
sensibilidad o la pérdida de fuerza típicas de las
neuropatías secundarias al tratamiento con
quimioterápicos, o por el dolor y las molestias que
conlleva un linfedema.
Se estima que cada año en el mundo se producen
un millón de nuevos cánceres de mama, que
REV MEX SAL TRAB 2013; 5(13): 85-95
representan 25% de todos los cánceres que sufren las
mujeres. Se trata de la causa de muerte más frecuente
en mujeres de edades comprendidas entre 40 y 55
años. 57 Este tipo de tumores está fuertemente
relacionado con el estilo de vida occidental, pero hasta
hace poco no se habían identificado factores de riesgo
concretos vinculados a la actividad laboral.
El hecho de que, aplicando los principios legales
establecidos, deba demostrarse una relación de
causalidad y temporalidad que justifique el origen y la
consecuencia del cáncer en el trabajo hace que sea
imprescindible seguir investigando los factores que
intervienen en la etiopatogenia del cáncer de mama
porque, además, los posibles factores de riesgo laboral,
se han ido multiplicando a causa de: los avances
tecnológicos, la incorporación de la mujer al ámbito
laboral en puestos cada vez más especializados y la
expansión durante las últimas décadas de sectores
nuevos con necesidad de servicios durante las 24 horas,
como la televisión, la banca, etc., lo que hacen más
probables los posibles riesgos.58
Queda pues, como se ha visto, un importante
campo de trabajo por desarrollar, si bien éste ha de
ser realizado de una forma coordinada entre todas
las especialidades médicas del ámbito asistencial
implicadas y con la ineludible colaboración de quienes,
dentro de las empresas, somos plenamente
conocedores de los aspectos ligados a los riesgos
laborales y de sus repercusiones para las personas,
pudiendo de esta forma llevar a cabo políticas
preventivas más eficaces y con beneficios para todos:
sanitarios, pacientes/trabajadores, empresas y
sociedad.
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