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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA


DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO
CURSO DE INICIACIÓN
CENTRO LOCAL BARINAS

LAS CARACTERÍSTICAS DEL ADULTO EN SITUACIÓN DE


APRENDIZAJE

Autor: Ing. Mendoza José

C.I.: 18.838.103

Email: josemendo789321@gmail.com

Barinas, noviembre de 2018


ÍNDICE GENERAL

Introducción 3

CAPITULO I EL ADULTO EN SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

1.1 El proceso de aprendizaje 5

1.2 Los métodos de aprendizaje 7

1.3 Objetivos y contenidos del aprendizaje 9

CAPITULO II FACTORES QUE CONSTITUYEN EL PROCESO


ENSEÑANZA – APRENDIZAJE

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2.1 Motivación
2.2 Interés 14
2.3 El conocimiento propio
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Conclusiones 16

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 18

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INTRODUCCIÓN

El adulto como objeto de estudio en el proceso de aprendizaje constituye


un agente transformador en lo que concierne a la educación tradicional, ya
que sustituye a esta por un método mucho más innovador y practico,
necesario para cumplir con las exigencias de este grupo etario quien está
lleno de responsabilidades rutinarias como actor directo de la sociedad en la
que participa. Por lo tanto, la heterogeneidad de los grupos sociales exige
que los contenidos de aprendizaje deban ser útiles como forma de aplicación
teórico – práctica y que estos conocimientos permitan dar respuesta a
necesidades individuales, familiares, profesionales y por otra parte se dirija a
su satisfacción espiritual y a su crecimiento. La naturaleza humana, permite
al hombre cambiar sus horizontes al cambiar sus posibilidades de
rendimiento, y a partir de las nuevas experiencias y vivencias que realiza.
Frente a esta situación real se plantea como objetivos primordial describir
como se establecen cada una de las etapas en el proceso de aprendizaje,
así como también evaluar los métodos pedagógicos, para proponer los
contenidos adecuados que ha de emplearse durante la enseñanza.
Adicionalmente, se debe conocer los factores principales que interactúan en
el proceso de enseñanza - aprendizaje (motivación, interés y conocimiento
propio). En lo sucesivo se colocó en evidencia estos objetivos como base
para realizar un análisis del efecto de la enseñanza en los adultos.
Por ello se hace necesaria la caracterización de la persona adulta como
protagonista de este estudio, y como su capacidad para buscar en el hecho
de que tiene una historia vivida y un arsenal de conocimientos empíricos que
le permiten pensar, reflexionar y actuar. Es la reflexión la que constata el
grado de concordancia o de discrepancia entre el plan de acción propuesto y
el éxito o fracaso conseguido, es la que hace posible que el sujeto ante la
diversidad de situaciones, a las que se enfrenta, pueda poner en práctica los
procedimientos de actividad que corresponden y mediante estos expresar lo

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que sabe y lo que no sabe y por tanto hacia dónde dirigir el proceso de
búsqueda. Por esto, para aprender algo se evalúa como el adulto debe
plantearse previamente con entera claridad la meta a la que desea llegar,
para después comprobar si la ha logrado o no, y en qué medida. De tal
constatación surgirá el aprendizaje propiamente dicho, que permitirá al sujeto
conocerse mejor a sí mismo y enunciar más objetivamente sus metas
posteriores de actuación.
Es por ello, que en la educación que nos ocupa consiste en observar las
experiencias, y como estas logren modificar la actuación del sujeto, a partir
del contenido de lo aprendido. Sobre la base de las ideas expuestas es
necesario plantearse las siguientes interrogantes: ¿Cuáles serían los medios
adecuados para garantizar la autogestión del aprendizaje?, ¿Cómo los
contenidos académicos deben aplicarse en la educación continua? Y por
último, ¿Existen y, en tal caso, pueden ser identificados los principales
factores que influyen en el proceso enseñanza – aprendizaje?
Dentro de este marco, y con la finalidad de responder principalmente a
las interrogantes enunciadas anteriormente, se empleó como metodología de
trabajo la consulta a través de la revisión bibliográfica, tomando como base
tres lecturas recomendadas por la dirección de investigaciones y postgrado
de la Universidad Nacional Abierta para el curso de iniciación tituladas: el
adulto y su aprendizaje; el adulto y sus características en situación de
aprendizaje; y aprender a aprender. Para el cual se estructuraron dos
capítulos.
En el primer capítulo se aborda al adulto en situación de aprendizaje. En el
segundo capítulo se muestra los factores que constituyen el proceso
enseñanza - aprendizaje. Luego de las evaluaciones pertinentes en cuanto a
la inferencia sobre el tema y la argumentación a través del criterio propio se
muestran las conclusiones. Finalmente se presentan las referencias
bibliográficas, que sirven para futuras consultas permitiendo proporcionar
información extra acerca del tema en estudio.

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CAPÍTULO I
EL ADULTO EN SITUACIÓN DE APRENDIZAJE

El adulto vive de una u otra manera el proceso del aprendizaje a lo largo


de toda su vida. En tal proceso confluyen una serie de factores internos y
externos que lo aceleran o lo detienen, Velásquez y Colaboradores (2011),
argumenta que “se considera adulta a toda persona que ha adquirido un
status de edad, cierta madurez y autonomía”. El análisis de esta definición y
muchas otras recogidas en la bibliografía consultada, de una u otra manera,
consideran a este grupo etario cargado de experiencias y madurez, producto
de cotidianidad, con aprendizajes propios que permiten tomar decisiones
mas acertadas.

1.1 El proceso de aprendizaje


Todo aprendizaje siempre constituye un proceso difícil, que finalmente se
expresa en una modificación y cambio de la conducta originada por el
desarrollo hacia la adultez. Al respecto Izquierdo (2010), afirma que “el
desarrollo tiene lugar cuando se observan cambios duraderos. En la persona
coinciden el cambio y la estabilidad, dado que los cambios de las diversas
competencias personales transcurren a distintas velocidades y en su
interacción producen cierta estabilidad”, esto permite investigar la relación
entre los cambios y las distintas competencias esencialmente para este caso
lo que concierne al proceso de aprendizaje.
Sin embargo, es importante considerar que el conocimiento del proceso
de aprendizaje y sus diferentes etapas, es de relevante importancia ya que
es preciso saber que esto permite facilitar a los educando el logro de un

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aprendizaje óptimo. Todo proceso educativo se apoya en último término en
ayudar al adulto a irse formando, ampliando y mejorando constantemente.
Por lo cual, esto ha sido estudiado desde un punto de vista filosófico,
antropológico, psicológico y educativo. Pero tal vez, lo más claro de toda esta
reflexión, es que el adulto no es un ser acabado, prefabricado, si no que por
el contrario, su riqueza consiste en poder construirse a sí mismo
intelectualmente de acuerdo a sus experiencias con el ambiente que le
rodea, las cuales le exigen constantemente mantenerse flexible a los
cambios y de manera dinámica proponer y realizar cosas para obtener un
modo de vida que le permita desarrollarse interiormente.
Por ello, resulta necesario recalcar cuán importante es la
autoconstrucción de sí mismo debido a que esto se basa principalmente en
el desarrollo adecuado del proceso de aprendizaje en diferentes
circunstancias cotidianas, en un mundo que interactúa con el ser humano. El
proceso de educación de adultos en lo sucesivo contempla el logro de un
estado capaz de promover la racionalidad con autonomía y de aplicarla sobre
objetivos planteados. En ese proceso para alcanzar dichos objetivos de ese
estado adulto hay que realizar acciones de investigar, reflexionar, informar,
decidir, recibir información y organizarla, planificar, preguntar y estudiar. Son
acciones para llegar a poseer información verídica y de calidad; para
delimitar las estrategias y ajustarlas con la realidad; para enfocar nuevas
opciones o alternativas y para desechar lo que no es verídico. Como señaló
Doménech (2009), “El alumno recibe los contenidos que debe aprender en
su forma final, acabada. Éste debe asimilarlos, comprenderlos y reproducirlos
con la misma estructura organizativa que los recibió”.
Considerando lo señalado anteriormente, se puede decir que la
educación en adultos se basa en formar al ser con todas las disciplinas
apropiadas para que pueda, en buena armonía con sus semejantes,
desempeñar su rol en el mundo moderno. La división tradicional de la vida en
un período de educación, otro de trabajo y otro de jubilación ha quedado

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obsoleta dada la necesidad de renovar constantemente las competencias. Al
objeto de garantizar el perfeccionamiento personal y poner en marcha la
adaptación necesaria, cada persona ha de estar motivada para adoptar
iniciativas en la adquisición del saber. El aprendizaje no termina en una
etapa concreta, sino que debe extenderse a lo largo de toda la vida.
Sin embargo, es importante considerar que la educación continua se ha
convertido en trascendental, en una posibilidad y un derecho de todos, que, a
la vez, se percibe como una exigencia personal y colectiva. La educación de
personas adultas se plantea como una fuente de perfeccionamiento continuo
para el ser humano, desde un punto de vista tanto personal, como social y
profesional. Hoy día, se apuesta, además, por la educación integral de la
persona, la enseñanza tradicional aboga por el individualismo y la
competitividad, se plantea desde la sociedad hacia la persona, mantiene una
actitud esencialmente normativa y considera que la escuela es el único lugar
donde se puede llevar a cabo el aprendizaje.

1.2 Los métodos de aprendizaje


Resulta necesario recalcar cuán importante es, que en la educación de
personas adultas se aboga por el trabajo en equipo y el reconocimiento de
otros espacios donde se adquieren aprendizajes, y, además, se plantea
desde la persona hacia la sociedad, y no a la inversa. El proceso educativo
se concibe sin punto final y concede importancia tanto a los procesos
formales, como a los informales. Es preciso promover el desarrollo de las
competencias y destrezas necesarias para la búsqueda y la selección de la
información más relevante con el fin de poder transformarla en conocimiento.
De ahí la importancia que reviste de que la persona adulta se enfrente a
situaciones cuya solución se ve dificultada por las actividades que deben
realizar a diario tomando en consideración sus responsabilidades y rutinas,
es por ello que deben ser sometidos a procedimientos pedagógicos
adaptados a estas situaciones. Los métodos que se utilicen deben estar

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dirigidos a despertar la necesidad por el autoaprendizaje y a estimular el
desarrollo de la reflexión. Muy relacionado con los métodos, los
procedimientos seleccionados deben estar en función de que se logre la
independencia, el dominio de sí, el desarrollo de su seguridad, el dominio de
su autonomía, la identificación con la profesión que desarrollan, por lo que
las diferentes tareas a realizar deben ser organizadas, diversas y motivantes
y contribuir a una educación que tenga como base el desarrollo de un futuro
sostenible.
Por tanto, no solo se consideran la actividad individual, sino que prestan
especial atención al intercambio y la relación de los sujetos, con el objeto de
aprendizaje. Es preciso en este intercambio, en que tiene lugar la
modificación y la conformación de las ideas nuevas aprendidas que sean
incorporadas en los adultos para ponerlas en práctica en su quehacer
cotidiano. Sin embargo, es importante considerar que no se aprende de
otros, si no es incorporando aquello que el otro ofrece dentro de un proceso
de análisis, de significación y elaboración personal; todo el que está
aprendiendo, para que realmente aprenda, tiene que participar activa,
reflexiva y creadoramente en la construcción y la reconstrucción de sus
significados.
Es por ello, que la importancia que reviste comprender y entender quién
es el que aprende, cómo aprende y, sobre todo, para qué aprende, pues esa
persona adulta tiene un conocimiento muy rico que es necesario incorporar
activamente ya sea para utilizarlo, ampliarlo, enriquecerlo, o modificarlo, pero
por otra parte, aun estando en condiciones y disposición de aprender no
tiene todo el tiempo para estudiar, ni ya sus condiciones biológicas, psíquicas
y sociales se lo permiten como cuando se es niño o joven. Pero es el
aprendizaje el que provocará que ese sujeto siga creciendo y se perfeccione
desde el punto de vista individual y social, para que aporte a su medio y la
sociedad en general. Aprender no significa solamente retener lo aprendido
en la memoria, sino ante todo, aumentar continuamente la propia posibilidad

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de utilizar de tal manera las experiencias vividas y los conocimientos
apropiados, que surja de allí un comportamiento más perfecto, más humano,
y en el sentido de un mayor autodominio de la propia actuación y del mundo.
No obstante, la educación del adulto no puede considerar a este como
alguien que posee una personalidad deformada, sino que su tarea se
desenvuelve en el marco normal de una personalidad que puede cambiar de
rumbo en cualquier momento y edad. La razón de esta posibilidad concedida
a la educación del adulto, debe buscarse en el hecho de que tiene una
historia vivida y un potencial de conocimientos adquiridos que le permiten
pensar, reflexionar y actuar. Es la reflexión la que aplica en el plan de acción
y el éxito o fracaso conseguido, es la que hace posible que el sujeto ante la
diversidad de situaciones, a las que se enfrenta, pueda poner en práctica los
procedimientos de actividad que corresponden.

1.3 Objetivos y contenidos del aprendizaje


Para aprender algo el hombre debe plantearse previamente con entera
claridad la meta a la que desea llegar, para después comprobar si la ha
logrado o no, y en qué medida. Del cumplimiento de estas metas surgirá el
aprendizaje humano propiamente dicho, que permitirá al adulto conocerse
mejor a sí mismo y enunciar con mayor objetividad sus próximas metas de
actuación, Yánez (2016), expresa que “esto permite ayudarle a comportarse
conscientemente en el mundo en que vive, de modo que todas sus
experiencias las asuma con la responsabilidad de quien sabe lo que quiere y
lo que hace.” Es por esto, que en la educación en los adultos, aprender
significa hacer experiencias, sin embargo, para que una experiencia logre
modificar la actuación de este, dicha experiencia debe ser asumida en un
acto de reflexión.
De igual manera, el contenido es el elemento cuyo objetivo del proceso
de aprendizaje responde a la pregunta sobre el que enseñar y aprender, es
aquello que debe ser adquirido y se encuentre en dependencia de los

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objetivos propuestos. Es a través de los contenidos que se manifiesta el
proceso activo y creativo, donde el adulto, en la medida que va desarrollando
el programa procesa la nueva información, la enriquece a partir de los nexos
que establece con los saberes que tiene y los incorpora activándolos en el
habla.
Al tener en cuenta el contenido, los temas de los programas tienen un
carácter intencional y especializado, proporcionan un conjunto de influencias
que se ejercen sobre los procesos de asimilación para facilitar que los
participantes se mantengan interesados y motivados en sus aprendizajes.
Las experiencias y vivencias personales de los participantes constituyen un
elemento fundamental en la selección de los contenidos de los temas
tratados al permitir el intercambio de vivencias y generar la interacción entre
ellos. De esta manera confiarán más en sus avances, al sentirse estimulados
sentirán mayor seguridad, perderán poco a poco la dependencia de terceros
y reactivarán o crearán la capacidad de pensar por sí solos y actuar con
decisión y voluntad propias.
Los medios de enseñanza son los elementos facilitadores del proceso, y
están conformados por un conjunto de sistema, de objetos reales, sus
representaciones e instrumentos sirven de apoyo material para la
consecución de los objetivos. Los medios motivan el aprendizaje y constituye
los recursos que se utilizan para la formación y desarrollo de las habilidades
y para la evaluación del aprendizaje tomando en cuenta las relaciones
interpersonales. Resulta necesario en esta concepción tener presente lo
expresado por Yánez (2016), “todas las personas establecen numerosas
relaciones a lo largo de la vida, y a través de ellas, intercambia formas de
sentir, necesidades, intereses y afectos. En esa diferencia, reside la gran
riqueza de las relaciones humanas”, desde este punto de vista se considera
que las personas contribuyen con ese intercambio y construcción de nuevas
experiencias y conocimientos; pues hacen un esfuerzo para lograr
comprender y llegar a acuerdos. Esto último resulta tan complicado, tomando

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en cuenta que la mayor parte de las personas comparten algunas ideas,
necesidades e intereses comunes; por eso, las relaciones interpersonales
son una búsqueda permanente de convivencia positiva entre hombres y
mujeres, entre personas de diferente edad, cultura, religión o raza.
Resulta imprescindible expresar que la educación es un proceso de
relación, ya que implica la transmisión de conocimientos y de valores entre
las personas, por ello el tema de las relaciones interpersonales en la
enseñanza del adulto es relevante debido a que de ello dependerán los
resultados de la interacción entre quien enseña y quien aprende. El proceso
de enseñanza aprendizaje se lleva a cabo a través de relaciones
interpersonales directas y organizadas de los protagonistas, se desarrollan
para el conocimiento del grupo, su adecuada dirección y el logro de la
inclusión, es un reto indispensable para una educación libre tomando como
base el respeto a las diferencias ya sean sociales, culturales, económicas y
educativas.
En el proceso de enseñanza - aprendizaje inciden múltiples factores que
determinan la calidad del mismo, desde los componentes personales y
personalizados sin olvidar los factores externos al proceso entre los cuales
debe existir una estrecha relación. En el transcurso de este, la interacción de
sus participantes en este caso adultos se le otorga gran importancia por el
impacto que estas tienen en la vida de estos, citando a Doménech (2009), “la
coordinación del aprendizaje, con sus acciones puede propiciar que el
estudiante adulto se estimule, y forme un concepto de sí mismo,
desarrollándose intelectualmente, o contrariamente, desarrollar sentimientos
de, frustración, apatía o exclusión”.
Por lo tanto, el ambiente debe ser óptimo que genere buenas relaciones
a nivel del grupo para los aprendizajes. El proceso de enseñanza -
aprendizaje se procesa por intermedio de sus principales protagonistas, para
que su trabajo tenga éxito y los objetivos de la educación sean alcanzados,
son indudables e indispensables las relaciones que se van estableciendo

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entre ellos, si estas no existieran la educación es prácticamente imposible
aunado a la adecuación de los contenidos.
Es preciso considerar que los contenidos son un elemento decisivo de la
educación cuya caracterización se tiene que plantear fundamentalmente, en
saber lo que se debe enseñar y la facilidad que debe aplicarse para la
construcción de conocimientos. Partiendo de eso, se debe insistir que la
educación tiene un carácter social y una función socializadora. Los grupos
sociales son los que han creado prácticas educativas determinadas para que
los adultos puedan apropiarse de saberes. La apropiación de estos saberes
se considera un medio para desarrollar las capacidades que se requieren
para vivir satisfactoriamente en la sociedad, para sentirse parte de un grupo
social determinado, para conservar los beneficios alcanzados por la
experiencia humana colectiva y para ampliar y mejorar esta experiencia.
Por lo que se refiere a la cuestión del aprendizaje y de la enseñanza de
los contenidos, hay que saber que el elemento clave de todo el proceso de
aprendizaje radica en el hecho de que el adulto atribuya un significado
personal a los diferentes saberes que se le presentan para que los hagan
suyos. En este sentido, no son la competencia intelectual o el grado de
desarrollo intelectual del estudiante adulto las cualidades primordiales para
realizar aprendizajes, sino los conocimientos previos que posee y actualiza y
el sentido que da a las actividades académicas, le predisponen a enfocar
desde una forma más profunda o superficial. La aplicación de estos
contenidos serán en su medida exitoso en función del grado de motivación al
que sea sometido la persona.

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CAPITULO II
FACTORES QUE CONSTITUYEN EL PROCESO ENSEÑANZA –
APRENDIZAJE

2.1 Motivación
En el desarrollo de este complejo proceso de formación, la motivación
constituye un requisito fundamental que desencadena el aprendizaje. El
deseo de aprender, las necesidades individuales y las perspectivas futuras
impulsan al individuo a aprender más rápida y efectivamente. Algunos
pensadores como Maslow (1991), consideran que “la motivación suele ser un
proceso individual y es sentida por cada ser humano de acuerdo a su historia
personal”. Es por ello que se debe aplicar estrategias pedagógicas
adecuadas ya que cada ser humano tiene motivaciones distintas que pueden
estar influenciadas por diferentes factores, uno de ellos es la madurez para
captar algo, con la que cuenta un sujeto.
Es interesante señalar también que la intensidad de la motivación se
incrementa con las vivencias de éxito y se debilita con las vivencias de
fracaso. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que los fracasos también
pueden ocurrir, pero que deben llevarse de tal manera a que se tenga la
capacidad de superarlos, lo que generaría además un interés continuo.
Al respecto Yánez (2016), considera dos tipos: “La motivación primaria
resulta más fuerte debido a que persigue cubrir necesidades a corto plazo y
mediano plazo y la secundaria resulta más débil debido a que enfoca más
bien necesidades a largo plazo despertando el interés del estudiante adulto”.
Por lo que es esencial caracterizar el interés tal como lo expresa este autor.

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2.2 El interés
El interés dentro del proceso de aprendizaje expresa la intencionalidad
del sujeto por alcanzar algún objeto u objetivo; por ello, se dice que el
interés está íntimamente unido a las necesidades individuales, las cuales lo
condicionan.
Por consiguiente, la estimulación del interés de una persona por
aprender permite que se concentre mejor en sus pensamientos e intenciones
sobre un objeto o situación determinada, buscando conocerlo mejor y más de
cerca. Es evidente que el interés está relacionado con la esfera emocional
del individuo. Esto hace que se manifieste ante todo en la atención, un
adecuado proceso formativo deberá basarse en los intereses de cada
persona de acuerdo a su edad y experiencia para fomentar su formación
personal y crecimiento intelectual y cognoscitivo.
A su vez, en el mismo proceso de formación deberá tomarse en cuenta y
canalizar poco a poco los intereses finales que vaya formando al adulto a
terminar cada nivel de enseñanza, de tal manera que estos intereses finales
se conecten lo más armoniosamente posible con todas las exigencias del
contenido académico. Es de suma importancia que en el proceso formal de
enseñanza – aprendizaje se tomen en cuenta los intereses individuales,
aprovecharlos como elementos motivadores, que puedan tomar contacto
consciente con sus intereses y aprendan a desarrollar actividades
académicas que los cubran o satisfagan en esencia por medio del
conocimiento propio.

2.3 El conocimiento propio


El conocimiento propio representa un primer e importante paso para
lograr ser artífice de la propia vida, y quizá por eso se ha planteado como un
gran reto para el hombre a lo largo del tiempo, la observación de sí mismo
permite separarse de la subjetividad, para así verse con un poco de
distancia. El conocimiento propio constituye un punto clave para la formación

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y educación del carácter y de los sentimientos de cualquier persona, es
saber lo que realmente le sucede y porque le sucede está muy relacionado
con la capacidad de comprender bien a los demás.
En este contexto para facilitar el propio conocimiento, resulta útil analizar
los múltiples elementos que interaccionan en la vida, pues es lógico que, a lo
largo de los años, algunas de esas facetas puedan pasar por momentos de
conflicto más o menos importantes. Son situaciones dolorosas que pueden
tener su origen en cuestiones profesionales como dificultades para obtener o
mantener determinado nivel profesional, problemas de entendimiento con los
jefes o compañeros, fracasos debidos a los propios fallos o a la superioridad
de los competidores o dificultades de salud, que limitan de modo transitorio o
permanente la propia capacidad, y que pueden ir acompañados de un serio
sufrimiento. El propio conocimiento es un proceso abierto, que no termina
nunca, pues la vida es siempre incompleta, que se está haciendo
continuamente, que siempre es superable y exige por tanto una atención
constante y es a través del aprendizaje diario quien lo constituye.
Por último se puede enmarcar en todo lo antes mencionado, que la
educación en el adulto representa una gran serie de oportunidades dirigidas
a el crecimiento personal y con este al de la sociedad, esta educación
continua basada en el proceso enseñanza – aprendizaje fuera de los
paradigmas dogmáticos de la educación tradicional y más cerca de la
autogestión del conocimiento como método pedagógico eficiente, en un
mundo cada día mas cambiante influenciado por las actividades rutinarias, y
que obligan a plantear procedimientos, para que sea el adulto responsable
de la recopilación, análisis y formación de criterio propio de la información,
todo esto basado en lo ya antes expuesto como lo es el interés, la motivación
y el conocimiento de sí mismo.

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CONCLUSIONES

A lo largo del ciclo vital, las personas están sometidas a distintos


procesos o fases. Estas fases no pueden ser prefijadas para cada persona y
cada entorno. Por otro lado, tampoco pueden ser de iguales dimensiones,
porque los cambios se suceden unas veces de manera regular y otras de
manera súbita. La edad, por tanto, no solo es cuestión de cronología, sino
que está llena de obligaciones que marcan el ritmo de vida de cada uno. El
interés de esta exposición ha sido la persona adulta durante el proceso de
aprendizaje, sus recursos, contextos de su desarrollo y metas que le
acompañan.
El desarrollo de un aprendizaje formal implica el cumplimiento
generalmente consciente de varias fases entrelazadas entre sí, como la
motivación, el interés y el conocimiento propio. La ejecución cabal de estas
fases suele necesitar niveles diferentes de esfuerzo y planificación por parte
de los actores participantes; igualmente, puede decirse que estas fases son
aplicables fuera del contexto de la educación tradicional, que permitan
alcanzar los niveles de atención correspondiente al individuos e involucrarse
de lleno en el proceso, pudiendo luego adquirir, comprender y asimilar los
nuevos conocimientos de manera integral.
A partir del análisis efectuado y de las consideraciones expresadas
acerca del aprendizaje en la educación de adultos, se tiende a proponer
como estrategias principales de enseñanza aquellas donde la persona sea la
encargada de autogestionar su tiempo, además de tomar todas las bases
teóricas para crear un criterio propio e inclusive aportar nuevas ideas. Las
necesidades y deseo de aprender pone en funcionamiento las habilidades
necesarias, a más éxito se tiene más motivación y por ende mayor
aprendizaje.
Luego de una serie de reflexiones, se considera que los adultos son
autónomos y auto dirigidos, capaces de poseer creencias establecidas,

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valores y opiniones a cualquier entorno de aprendizaje, ellos están
orientados a los objetivos, aprendiendo de sus errores y son altamente
susceptibles ante el fracaso. Es por eso, que gustan de aprender de
información práctica y en especial cuando tienen éxito y puedan monitorear
su propio progreso, para esto los contenidos deben ser programados para
ellos, ya que no pueden ser forzados a aprender si así no lo desean.
En resumidas cuentas, los acontecimientos que implican cambios en la
vida los anima a buscar experiencias de aprendizaje, cuanto mayor sea el
cambio, mayor será la probabilidad de que aparezca el deseo de aprender.
Los adultos necesitan poder integrar lo que están aprendiendo con lo que
saben, por esto deben comprender los detalles y organizar los hechos para
poder relacionarlos entre sí, y poseer la capacidad de retroalimentación
sobre su desempeño.
Finalmente, todo adulto sometido a un proceso de aprendizaje, va a estar
influenciado por los medios que permitan el manejo propio de los contenidos
y por la forma en como los factores que interactúan en el binomio
enseñanza – aprendizaje repercuten en él, ya sea los efectos motivacionales,
el interés que aplique para alcanzar los objetivos planteados y el efecto que
tiene el conocimiento de sí mismo.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Abierta, Dirección de investigaciones y postgrado, Curso de iniciación.
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