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Cuadernos de Administración

ISSN: 0120-3592
revistascientificasjaveriana@gmail.com
Pontificia Universidad Javeriana
Colombia

Marín Idárraga, Diego Armando


El sujeto humano en la administración: una mirada crítica
Cuadernos de Administración, vol. 19, núm. 32, julio-diciembre, 2006, pp. 135-156
Pontificia Universidad Javeriana
Bogóta, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=20503206

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EL SUJETO HUMANO EN LA ADMINISTRACIÓN: UNA MIRADA CRÍTICA

EL SUJETO HUMANO
EN LA ADMINISTRACIÓN:
UNA MIRADA CRÍTICA*
Diego Armando Marín Idárraga**

*
Este artículo comprende un working paper de la tesis titulada Humanismo y administración: aproximación
a la concepción del sujeto humano y su comprensión en la organización (meritoria), elaborada para optar al
título de Magíster en Administración. Se expresa el agradecimiento a Juan Javier Saavedra, su director, por sus
valiosas orientaciones. El artículo se recibió el 10-06-2006 y se aprobó el 05-12-2006.

**
Magíster en Administración, Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá, 2006. Administrador de Empre-
sas, Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, 1997. Profesor investigador de tiempo completo,
Programa Administración de Empresas, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.
Correo electrónico: diego.marin@utadeo.edu.co

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DIEGO ARMANDO MARÍN IDÁRRAGA

RESUMEN ABSTRACT

La administración, como invención de la Human Beings in Administration: A Criti-


modernidad, surge en las postrimerías del cal Look
siglo XIX como una manifestación de la
razón instrumental al servicio del capitalis- Administration, a modern-age invention, was
mo industrial. Esta circunstancia permitió created towards the end of the 19th cen-
consolidar los primeros intentos por teori- tury as an expression of instrumental rea-
zar formalmente la práctica administrativa, soning at the service of industrial capitalism.
con base en los aportes de Taylor, Fayol, Afterwards, the first attempts at creating
Mayo y Weber. Sus ideas, que se orientaron formal theories for administrative practices
a buscar las mejores formas de alcanzar la were consolidated, based on contributions
eficiencia industrial, desatendieron la com- by Taylor, Fayol, Mayo, and Weber. Their
prensión ontológica del sujeto humano en la ideas, aimed at seeking how to achieve in-
organización. En el presente artículo se mira dustrial efficiency, did not include the onto-
críticamente la forma como se concibió el logical understanding of the human beings
hombre en el ámbito de las teorías de la ad- in the organization. This paper takes a criti-
ministración, sustentadas por dichos auto- cal look at how human beings are conceived
res, con el objeto de establecer un marco de in the ambit of the administration theories
reflexión acerca de lo humano organizacio- that those authors espoused, for the pur-
nal que aporte a las discusiones contempo- pose of establishing a window of reflection
ráneas que propenden por una administración regarding human beings in organizations, to
renovada. contribute to contemporary discussions that
encourage a makeover for administration.
Palabras clave: sujeto humano en la admi-
nistración, teorías de la administración, hom- Key words: Human beings in administration,
bre organizacional, críticas al taylorismo, administration theories, human beings in or-
fayolismo, relaciones humanas y burocracia. ganizations, critiques on Taylorism and
Fayolism, human relations, and bureaucracy.

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Introducción torna imperiosa una forma de garantizar la


maximización y acumulación del capital, y
El ser humano está destinado, por su capaci- para ello surgen diversos métodos para ga-
dad única de autorreflexividad, a la búsqueda rantizar una mayor eficiencia en el trabajo
de aquello que lo libere, lo emancipe de todas productivo, que dan lugar a los primeros
las formas de coerción que harían de él un apuntes teóricos acerca de lo que en adelante
ser-objeto; a la búsqueda de aquello que lo re- configuraría la disciplina administrativa.
grese a sí mismo, y lo conduzca hacia la reali-
zación de lo que él es por vocación: un ser do- De tal manera, la administración emerge de
tado de conciencia, de juicio propio y de libre una figura de razón, cuyo sentido teleológico
albedrío, que aspira a su propia elevación, en está orientado a la maximización del capital
lo que lo diferencia respecto del resto de los en un escenario corporativista. Este corpo-
seres vivos. Por este hecho, el hombre debe rativismo, en el cual se teje una pugna de in-
ser considerado como un ‘ser genérico’, crea- tereses entre capitalista, director y empleado,
dor de lo que constituye su medio, su sociedad es heredado de la Revolución Industrial, y
y en consecuencia, de sí mismo. simbólicamente ha significado el secuestro
de la idea de racionalidad humana renacen-
Omar Aktouf, La estrategia del avestruz, p. 223 tista. Además, ha conducido a socavar la le-
gitimidad del individuo como ser autónomo
El humanismo, en el sentido del privilegio en una sociedad democrática, y lo ha doble-
hacia la razón como medio para dignificar al gado al culto del interés propio en el marco
hombre, realiza un amplio tránsito histórico de una tecnocracia voraz (Saul, 1997).
desde el Renacimiento hasta el siglo XVIII,
época en la cual el ideario de la razón objeti- En el nuevo orden productivo y laboral que
va, de ser el medio de sabiduría y autorreali- establece la sociedad industrial, como lo ex-
zación humana, decae en una figura de presa Lefebvre, “el poder del hombre sobre
racionalidad instrumental fundada en el indi- la naturaleza, lo mismo que los bienes produ-
vidualismo y egoísmo utilitario, que da vida a cidos por ese poder, se hallan acaparados, y
la forma capitalista de producción a través la apropiación de la naturaleza por el hombre
de la gran industria1 . En medio de esto se social se transforma en propiedad privada de
los medios de producción” (1971, p. 40). De

1
Horkheimer (2002) define la razón objetiva como
aquella que animó el Renacimiento, con sustento a fines. En sí, se refiere a la adecuación de los
en un cierto modo de comportamiento teórico, métodos y modos de proceder a los fines; a la
inherente a la realidad, que permitía comprender capacidad de calcular probabilidades y determinar
un fin y a continuación determinarlo, haciendo los medios más adecuados para un fin dado. De tal
uso de la capacidad de intelección para dar lugar a modo, este tipo de racionalidad, calificada como
la formalización del conocimiento, de manera que instrumental, encarna un cierto juicio especulati-
mediante la filosofía, se confería un nuevo funda- vo hacia lo que es únicamente útil, aislando las
mento a las racionalidades especulativas propias formas de pensamiento que no permiten calificar
de la religión. En cuanto a la razón subjetiva, plan- cuando un objetivo, debido a su formalización, es
tea que ésta tiene que ver con la asociación medios deseable en sí mismo.

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esta forma, la racionalidad material de la in- dignidad que eleva al hombre como fin en sí
dustrialización enajena la libertad de dominio mismo (Kant, 1996)3 se reduce a un simple
que tenía el hombre sobre sí mismo y el mun- eufemismo, pues el hombre al servicio del
do. Así, la administración, como contributiva capital resulta transformado en instrumento
de esta lógica instrumental, sustrae la consi- al arbitrio de otros hombres.
deración humano-racional del individuo. En
este sentido, Aktouf (1998) reconoce que la Por consiguiente, la administración que nace
primacía por la racionalidad técnico-econó- bajo el imperativo de la racionalidad instru-
mica deshumaniza a la empresa y conduce al mental (Martínez N., 1993) ha evolucionado
empobrecimiento de los sistemas humanos y al servicio del interés económico, y su es-
sociales, cuando se tienen en cuentan única- tructura ha comprendido teorías y prácticas
mente las finalidades financieras. para entender las manifestaciones funciona-
les del binomio individuo-organización. March
Puede decirse, entonces, que la administra- y Simon (1961) reconocen tres tipos de pro-
ción surge como disfunción de la razón ob- posiciones acerca del comportamiento huma-
jetiva que muta en razón instrumental. Es no en la organización, sobre las cuales se han
de aceptar que su configuración tanto teóri- ido construyendo los estudios de la adminis-
ca como práctica, la cual ha sido construi- tración. El primer grupo de proposiciones
da desde el preludio del siglo XX sobre la asume que los empleados son instrumentos
base del interés particular, está, sin duda, pasivos capaces de realizar un trabajo y acep-
articulada en una estructura crematística tar órdenes. El segundo grupo supone que
(Aktouf, 2002 y 2004) que la alejan del ideal los individuos traen a la organización actitu-
humanista 2 . De tal modo, el hombre, en des, valores y objetivos tan particulares que
medio de unas relaciones laborales antagó- existe dificultad para alinearlos con el objeti-
nicas, pasa a ser un recurso que vende su vo general de la empresa, situación que pro-
esfuerzo, que acepta el convenio de trabajo picia conflictos internos que dan cabida al
porque las condiciones sociales no le dan estudio de los fenómenos de poder e influen-
otra oportunidad de ganarse el sustento cia en la organización. Un último conjunto de
(Braverman, 1980). En este panorama, se- presupuestos infiere que los miembros de la
gún Mayz (1974), el hombre es rebajado al organización son autores de decisiones y
estrato de tecnita, portador de la razón téc- solucionadores de problemas, y que los pro-
nica, por la cual queda convertido en un sim- cesos de percepción y pensamiento son ca-
ple medio, y la máxima kantiana de la pitales en la explicación del comportamiento
del sujeto en la organización.

Desde esta perspectiva, el hombre ha sido


2
Aktouf (2002 y 2004) recoge la idea aristotélica abordado –y hasta obviado– en su contribu-
de khrematos para designar con el concepto de
crematístico todo aquello que implica dinero, ri-
queza, búsqueda de la producción y conjunto de
bienes que pueden dar lugar a adquisiciones o valo- 3
La cita bibliográfica corresponde a una reimpre-
res, que incluso desplaza la idea formal y neutra de sión de su texto Fundamentación de la metafísi-
lo económico. ca de las costumbres.

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ción al alcance de los objetivos de las organi- de las teorías de la administración. La expo-
zaciones, ya sea como eslabón del andamiaje sición se fundamenta únicamente en una
empresa o como recurso que hay que alentar aproximación conceptual al fenómeno hom-
para que produzca más. En uno u otro caso, bre y su comprensión, por lo que no se ana-
siempre como un medio del cual servirse. lizarán las demás características de tales
Como lo expresa Sábato (1951), los patro- teorías. Así mismo, el tono de la exposición
nos, al buscar la forma de aumentar el rendi- tiende a ser crítico en lo que tiene que ver
miento mediante la densificación de la labor con la consideración del hombre en la orga-
humana, convirtieron al hombre en un en- nización, por lo que no debe significar una
granaje más de la gran maquinaria capitalis- deconstrucción del pensamiento de los au-
ta. Así, el hincapié unilateral que puso el tores mencionados, pues hay que señalar que
hombre en la técnica y el consumo material, sus aportes per se respondían a la preocu-
desvirtuó la fe religiosa y los valores huma- pación por encontrar una solución a los pro-
nistas e hizo que perdiera el contacto con él blemas de baja productividad, más que a
mismo y con la vida (Fromm, 1970). generar una teoría del sujeto humano en la
organización. De hecho, los desarrollos sub-
En virtud a que la administración ha sido secuentes, por demás escasos en lo formal-
una disciplina proclive a la aparición cons- teórico, no han logrado mejorar o superar
tante de discursos ideológicos, en el pre- las perspectivas mecanicistas y reduccio-
sente escrito se hará sólo referencia a nistas del ser humano.
aquéllos con mayor estatus teórico. En este
sentido y en aras de delimitar el análisis, se 1. ¿El sistema racional de trabajo o
observarán los aportes de Taylor, Fayol, la caracterización del hombre-cosa?
Weber y Mayo, por considerarse que repre-
sentan el bastión sobre el cual se ha cons- Sábato reconoce que el hombre que ha lle-
truido la administración, pues a pesar de la gado a inventar máquinas y a desarrollar la
aparente novedad de las formas administra-
tivas, muchas de ellas han sido desarrolla-
das con base en el pensamiento de tales humana la forma última de sujeto. Para él, el hom-
doctrinas o al menos las han tomado como bre es ante todo biológico, y como tal es una forma
primaria de sujeto, como una realidad orgánica in-
su punto de referencia (Kliksberg, 1995; consciente anterior a la conciencia. Pero más tarde
Aktouf, 1998) –en ocasiones aplicadas de se reafirma la condición de sujeto como humano
manera indiscriminada y acrítica–. cuando en el hombre se manifiesta su capacidad de
cómputo/cogitación. De tal modo se dice que el
hombre es sujeto humano porque se constituye a
Lo que sigue es un intento por construir una partir de tres niveles de emergencia: (1) el cuerpo-
idea general acerca de la forma como se ha sujeto, como organismo que se autoorganiza; (2) el
cerebro-psique, como sistema neurocerebral, y (3)
asumido el sujeto humano4 desde la óptica
la conciencia, como expresión de su individualidad.
Por lo tanto, el hombre es un ser que está enraizado
en lo biológico, pero también en lo social y lo
4
En el Método II, la vida de la vida, Edgar Morin cultural, quien a partir de un proceso de pensamien-
establece que la cualidad de sujeto es un producto to y consciencia (computación-cogitación), se ele-
conceptual del sujeto mismo, siendo la conciencia va a la calidad de sujeto humano hipercomplejo.

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ciencia ha quedado paradójicamente atrapa- Cuando la valía del hombre pasa a ser califi-
do en ellas, como un elemento inerte, como cada en la medida en que garantice el mayor
una ‘cosa’, y que se configura así el final resultado de una fórmula matemática o eco-
triste del hombre renacentista. Escribe que: nómica prescrita, se desprecia su estatus hu-
mano y se le reduce al estado de una simple
La máquina y la ciencia que orgullosamente el “cosa”, relevante sólo en la medida en que sea
hombre había lanzado sobre el mundo exte- la mejor pieza que encaje en el sistema de pro-
rior, para dominarlo y conquistarlo, ahora se ducción industrial. Es ésta una denotación
vuelven contra él, dominándolo y conquis- cercana a la concepción del individuo asumi-
tándolo como a un objeto más. Ciencia y má- da por el denominado sistema Taylor, que veía
quina se fueron alejando hacia un olimpo ma- en el hombre a una especie de objeto mecáni-
temático, dejando solo y desamparado al co al cual se le podía programar minuciosa-
hombre que les había dado vida. (1951, p. 61) mente una serie de subrutinas milimétricamente
medidas y reguladas para que entregara el
El escritor sugiere con ello que el hombre máximo de su rendimiento. El taylorismo apa-
pasa a ser “víctima de su propio invento”, rece, según Friedmann, como “la primera ten-
ya que su despertar racional acaecido en los tativa que haya pretendido fundarse en la
albores de la modernidad, que lo liberó de la ciencia para estudiar y dominar en conjunto
ignorancia y le permitió una mayor com- los problemas humanos de la gran industria”
prensión del cosmos, irónicamente le impo- (1956, p. 35).
ne la atadura de su inteligencia y lo deja
atrapado en un mundo tecnológico y meca- Un ejemplo de ello es la experiencia relatada
nizado. Como lo expresa Morin, sin duda, por Taylor (1961) acerca del manejo de
la humanidad ha producido un desarrollo lingotes de hierro en la planta industrial de la
científico y técnico fulminante que ha per- Bethlehem Steel Company, donde seleccionó
mitido el dominio de la tierra; pero, a un obrero prototipo (Schmidt) para que se
inversamente, la locura humana es más ase- sometiera a un ejercicio de prácticas siste-
sina que nunca, con posibilidades de des- máticas y racionales de trabajo en su labor
trucción y aniquilación de la especie humana de cargue y descargue de lingotes, a cambio
mucho mayores (2003. de ganar mucho más dinero por su labor. A
partir de este experimento, Taylor pudo de-
Entonces, el hombre se muestra así encar- mostrar que un obrero estaba en condicio-
nando la figura simbólica de un autodepre- nes de movilizar diariamente aproximadamente
dador, en una manifestación extrema de su 48 toneladas de lingotes de hierro, frente a
individualidad a favor de su interés egoísta. las habituales 12,7 que las cuadrillas realiza-
Quizá esta sea una representación exagera- ban. Con ello garantizaba que se alcanzaban
da o abrupta en extremo, pero es una alego- mejores resultados en la labor cuando (1) se
ría cercana a la forma como se verificaron ha elegido adecuadamente al trabajador, (2)
las relaciones laborales a propósito de los se ha creado la ciencia de hacer el trabajo y
experimentos tayloristas de principios del (3) se ha adiestrado a dicho hombre para tra-
siglo XX. bajar acorde a tal ciencia.

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Sin embargo, la conclusión de fondo no es administración será el de asegurar la máxi-


tanto la mayor eficiencia alcanzada, como ma prosperidad para el patrón conjuntamen-
sí la intensificación del trabajo (Friedmann, te con la máxima prosperidad para el
1956), además de las circunstancias en que empleado (Taylor, 1961).
se logró. El ejercicio utilizado por Taylor
para vincular al obrero holandés no dista de Esta idea de prosperidad asumida por Taylor
ser más que una confabulación premedita- es una expresión de racionalidad instrumen-
da. Primero observó que éste no se fatigaba tal, a través de la cual el empresario busca
demasiado en ir hasta su casa (una opera- ampliar el espectro utilitario de su negocio,
cionalización de vigilancia a la idea foucaul- valiéndose de la mayor absorción del traba-
tiana del panóptico). Segundo, lo separó de jo que logra extraer del obrero, al cual so-
entre el grupo para hablar sólo con él –Taylor mete hasta el límite máximo de su capacidad
reconocía que los problemas de eficiencia muscular. En este esquema, la prosperidad
no debían tratarse en masa– (disección del está más cercana al empresario que al tra-
tejido social de las relaciones informales). bajador, pues el ingreso marginal que éste
Luego le indagó que si se consideraba un alcanza por su mayor contribución al pro-
hombre de valor se sometería a su experi- ceso genera un estado de fatiga que va en
mento a cambio de un mayor pago por día detrimento de su bienestar social. Además,
(el hombre como mercancía). Y, por últi- todo su sistema de habilidades y destrezas
mo, lo sometió a la supervisión constante es expropiado por los propietarios, quienes
de un capataz quien, con reloj en mano, le deciden que la inventiva, la experiencia y la
indicaba cada una de las secuencias que creatividad de los trabajadores pasan a for-
debía realizar, incluso hasta cuándo debía mar parte de la empresa (Perrow, 1991).
tomar los descansos –control minucioso y
exagerado que se hace sobre cada una de Encontramos entonces que el pensamiento
las decisiones que han de tomarse para la taylorista aparece como una romántica qui-
realización de una tarea– (Braverman, 1980). mera. Hace recordar aquel mito griego de
Pigmalión, donde el artista dedica tanto entu-
Estos eventos no son más que una forma siasmo y dedicación a su obra anhelada que
abrupta de reducir la condición humana a la termina por esperar que ésta cobre vida5. Así,
materialización del Homo economicus
(Aktouf, 1998; Brown, 1963; Morin, 2005; 5
Según la mitología griega Pigmalión era un prodigio-
Friedmann, 1956); aquel individuo cuya ca- so escultor, rey de la república europea de Chipre,
lificación como sujeto humano está dada en quien durante mucho tiempo idealizó la mujer per-
la medida en que pueda cuantificar un de- fecta, y al no encontrarla, decidió dedicar todo su
amor y empeño en la elaboración de una esfinge de
terminado valor a su humanidad, y cuyos marfil a la cual llamó Galatea. Cuenta el poeta Ovidio,
actos están mediados por el incentivo de la en el libro X de su poema denominado “Las meta-
utilidad y el interés. Ésta es quizá la genera- morfosis”, que Afrodita al escuchar los ruegos del
escultor le concede el deseo de transformar a Galatea
lidad de la concepción asumida por Taylor
en una mujer real. La ampliación de esta historia
en su trabajo. De hecho, empieza su obra puede consultarse en: http://www.poesiadelmomento.
manifestando que el objetivo principal de la com/luminarias/mitos/51.html.

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Taylor presupone que la medición exacta de que trabaje de acuerdo con estos principios,
los movimientos y desplazamientos de los si no cuenta con la ayuda de alguien más
obreros, su selección y adiestramiento mi- instruido que él. (Taylor, 1961, p. 44)
nuciosos, su interrelación cooperativa con el
patrono, una contraprestación económica He aquí que para autolegitimar sus supues-
marginal y, en general, la aplicación de una tos, Taylor intenta atribuir a los operarios
ciencia del trabajo contribuirán a que la “obra una cierta ignorancia connatural que los
maestra” de la eficiencia sea un hecho irre- imposibilita para desempeñar eficientemen-
batible y generalizable. El problema derivado te una labor. Su pretensión era que el con-
de este símil no consiste en el error de pre- trol total de la tarea ya no fuera voluntad del
suponer que el hombre es una máquina con- obrero –como ocurría en el tradicional sis-
dicionada a la psicología de los incentivos, tema de administración por iniciativa e in-
sino en que debido a tales presupuestos se centivo–, sino que estuviera a cargo de la
desarrollan realmente técnicas que en la prác- dirección de la empresa. Con esto buscaba
tica tienden a convertirse en realidad disminuir el poder de influencia y dominio
(Mockus, 1983). que tenían los obreros en la realización del
trabajo, lo que a su juicio iba en detrimento
La idea del hombre-cosa se vislumbra en el de la productividad, pues para él los obre-
pensamiento taylorista. De hecho, para dar ros eran perezosos por naturaleza y tendían
un sustento a su teoría de la organización a la holgazanería sistemática para reducir
científica y mostrar más sólidos sus plan- deliberadamente el ritmo de trabajo general
teamientos, se vale de diversas afirmacio- (Taylor, 1961). Por lo tanto, asintiendo el
nes. En una de ellas califica categóricamente hecho inminente de la “flojera” o pereza,
que los hombres, en general, son torpes, por Taylor no recomienda confiar en la iniciati-
lo cual se les hace ininteligible su ciencia del va de los obreros, pues esta actitud implica
trabajo, ya sea por su baja instrucción o por entregarles el control de la producción y esto
su insuficiente capacidad mental. Así, al genera así el desconocimiento en la geren-
ejemplificar la actividad de manejar lingotes cia de lo que realmente constituye una jor-
de hierro, escribe: nada de trabajo justa (Braverman, 1980).

Esta labor es tan ruda y elemental que el Frente a esta situación, una de las principa-
autor cree firmemente que un gorila inteli- les ideas que se forja Taylor del hombre tra-
gente podría aprenderla de manera que lle- bajador es la de un ser que hace todo lo
gara a ser un manejador de hierro en lingotes posible por desempeñar al mínimo de es-
más eficiente de lo que pueda alcanzar a fuerzo su labor y que se preocupa perma-
serlo ningún hombre. Sin embargo, demos- nentemente por controlar que ninguna tarea
traremos que la ciencia de manejar lingotes se haga más aprisa de lo que se ha estado
de hierro es tan grande y llega a tanto, que es realizando en el pasado (Taylor, 1961). De
imposible que el hombre que está mejor do- ahí que entre sus principios básicos intro-
tado para este tipo de trabajo comprenda dujera la especialización de los trabajadores
los principios de esta ciencia, ni tan siquiera en una tarea que ha sido descompuesta has-

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ta su mínima expresión de ejecución, la cual trabajador, expresa que no se trata de un


estaba sujeta a un estándar de realización individuo extraordinario. Para él el trabaja-
previamente calculado en un estudio de tiem- dor ideal es un sujeto torpe, de buenas con-
pos y movimientos, y la cual estaría acompa- diciones físicas, que se articula fácilmente
ñada de una supervisión funcional de manera a la metodología de ritmo de trabajo pro-
que el empleado, sin someterse a distraccio- puesta. En este sentido, el obrero no es más
nes suspicaces, alcanzaría el máximo de su que un “conjunto de músculos dotado de
desempeño. un cerebro reducido al estado de sistema de
regulación motriz que le permite ejecutar las
Por lo tanto, más que estudiar las interac- secuencias de gestos que se le indican”
ciones entre las características humanas y (Aktouf, 1998, p. 63). Así lo justifica Taylor
la máquina, acabó por concentrarse al seleccionar a Schmidt:
limitadamente en las condiciones físicas del
cuerpo humano para realizar trabajos ruti- Solamente se daba el caso que era el hombre
narios (Etzioni, 1965). En esta perspectiva del mismo tipo que el buey (es decir no se
se acentúa mucho más la idea del hombre- trataba de ningún ejemplar humano raro, di-
cosa. El obrero se convierte en un autómata fícil de encontrar y que, por lo tanto, se
regulado, modelado a los movimientos de la tiene en mucha estima). Por el contrario se
herramienta, donde se expropia toda su ini- trataba del hombre tan estúpido que resulta-
ciativa y se expulsa la creatividad de los ta- ba inadecuado para hacer, ni tan siquiera, la
lleres, quedando sólo brazos sin cerebro mayor parte de las labores propias de los
(Friedmann, 1956; Braverman, 1980), y se peones. Así pues, la selección del hombre
le considera sólo un instrumento inerte que no representa que tener que encontrar algún
realiza los trabajos que le son asignados individuo extraordinario, sino simplemente
(March y Simon, 1961). separar, de entre hombres muy corrientes,
los pocos que resultan especialmente apro-
Tal es el carácter de cosificación que Taylor piados para este tipo de trabajo. (Taylor,
dirige hacia el hombre, que lo desconoce 1961, p. 60)7
como sujeto en su entera condición huma-
na6. Al hablar de la selección científica del

como sapiens, faber y economicus, sino también


6
Para Morin (1992 y 2005), la condición humana como demens, ludens y consumans. Desde su ópti-
del hombre ha de ser entendida desde una perspec- ca, Morin destaca que el hombre es un ser cuya
tiva compleja. Dicha complejidad está simbolizada humanidad se explica en una perspectiva triádica,
en varios puntos de vista. Se destaca que es comple- siendo uno y múltiple a la vez. Plantea que la com-
jo porque el sujeto que estudia a la vez es el objeto prensión de la especie humana puede hacerse más
estudiado; porque hay una asimilación de la insepa- accesible a partir de la aproximación a la trinidad
rabilidad entre unidad y diversidad humana; porque humana, la cual a su vez responde a la hipóstasis de
envuelve conjuntas las esferas biológica, física, la trinidad cerebro-cultura-mente, la trinidad indi-
sicológica, sociológica, económica e histórica; por- viduo-sociedad-especie y la trinidad razón-afecti-
que concilia la dimensión científica con la dimen- vidad-pulsión.
sión filosófica, y porque concibe a homo no sólo 7
Las cursivas son mías.

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Esto demuestra que a Taylor le preocupaba ros son utilizados en formas inhumanas,
mucho más la mejor manera de realizar el donde sus facultades críticas y conceptua-
trabajo que el hombre en sí, pues se ocupó les no importan, cuan agonizantes o dismi-
de él como un elemento de producción, sin nuidas estén, siempre serán vistas como una
una comprensión de su sentido humano en amenaza para el capital.
la industria (Kliksberg, 1995). Tal circuns-
tancia lo hizo acreedor, a su muerte, de la De este modo, asumir al sujeto como una
reputación del “mayor enemigo del trabaja- mercancía que se compra, cuyo valor entre
dor” (Morgan, 1998, p. 19). más alto significa un potencial mayor de
entrega a la labor, es desconocer la capaci-
Probablemente el pensamiento de Taylor ha dad intelectiva que el hombre pudo conquis-
contribuido al desarrollo de mejores prácti- tar en la modernidad e implica disminuir su
cas de manufactura en las plantas fabriles, condición humana –de entendimiento– a un
incluso acogidas posteriormente por Ford estado de hombre-cosa.
en sus líneas de ensamblaje y, de hecho, vi-
gentes hoy día en muchas industrias. Quizá 2. El hombre y la empresa: una
también lo que ahora conocemos como ad- relación de naturaleza funcional
ministración de organizaciones deba buena
parte de su consolidación epistemológica a Casi paralelo al trabajo de Taylor, en Francia,
las nociones tayloristas. No obstante, la pe- el ingeniero Henri Fayol se ocupaba del mis-
culiaridad de su sistema de aplicación origi- mo problema de eficiencia en las organiza-
nó el rechazo en los trabajadores y las fuerzas ciones. Sin embargo, debido al éxito del
sindicales de la época con respecto a sus pensamiento taylorista y a su propagación
experimentos, lo que generó un aumento en masiva en industrias, y hasta en otros am-
la tensión obrera y las relaciones jerárqui- bientes como el militar, los desarrollos de
cas. Pese a esto, su éxito se debe en buena Fayol sólo cobraron vida hasta la primera
parte a que está al servicio de la gran em- publicación de Administración industrial y
presa (Kliksberg, 1995). Cabe señalar, como general, en 1916. Empero, hasta 1949 entró
lo expresa Dávila (2001), que el taylorismo, realmente una traducción a Estados Unidos
a pesar de su aparente neutralidad, compren- y se instituyó como la segunda obra admi-
de un conjunto de herramientas que sirve al nistrativa en importancia (Aktouf, 1998).
propósito de la productividad industrial, por
lo que es una filosofía que está más del lado Fayol considera que los problemas de efi-
del patrono. ciencia se deben a una incorrecta distribu-
ción de los recursos y las operaciones en la
Para terminar, según lo expone Braverman organización. De ahí que estableciera reco-
(1980), la transformación de la humanidad mendaciones para fijar el modo óptimo de
trabajadora en instrumento de producción la organización formal, con base en princi-
al servicio del capita, ha sido un proceso pios, procedimientos y capacidades que se
incesante y sin fin, que viola las condicio- conformarían para garantizar un “armazón”
nes humanas del trabajo, dado que los obre- sincrónico que permitiera crear una división

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EL SUJETO HUMANO EN LA ADMINISTRACIÓN: UNA MIRADA CRÍTICA

funcional entre quienes formulan-dirigen los siendo estas últimas las más importantes para
planes y quienes ejecutan las tareas8. Según dirigir el cuerpo social (Fayol, 1961).
Fayol, “en todo género de empresa, la ca-
pacidad esencial de los agentes inferiores es Por consiguiente, el fayolismo ve a la em-
la capacidad profesional característica de la presa como un conjunto de funciones liga-
empresa, y la capacidad esencial de los al- das entre sí por el vínculo recíproco entre
tos jefes es la capacidad administrativa” autoridad y comunicación (Kliksberg, 1995),
(1961, p. 139). Por lo tanto, para él el suje- y el hecho de que no haya incluido en su
to en la organización está agrupado en dos tipología de las operaciones una categoría
campos de acción: por una parte, los obre- específica para la administración de lo hu-
ros, que únicamente poseen capacidades mano se debe a que, según Bédard (2003,
técnicas; por la otra, los jefes, dignos po- p. 73), la gestión de personal constituye una
seedores de la capacidad administrativa, la actividad común y de naturaleza general
cual entre más elevado sea el nivel jerárqui- cuya responsabilidad recae en el directivo.
co, más es de su dominio (Fayol, 1961).
Desde tal perspectiva, ¿cuál es la idea de hom-
Así, el principal problema que debe enfrentar bre asumida explícita o implícitamente por el
el fayolismo era el de la mejor manera de agru- fayolismo? Al revisar la obra de Fayol (Ad-
par los trabajos de ejecución y los de direc- ministración industrial y general), no cabe
ción por departamentos, de modo tal que las duda de que su atención la centró en el estu-
agrupaciones minimizarán el costo total de dio de la organización como un todo, al pro-
las actividades (March y Simon, 1961). Esta poner cómo debería funcionar el cuerpo
circunstancia implicó la aparición de un en- social, a partir de la óptima operatividad de
tramado jerárquico en la organización a tra- cada una de sus partes constitutivas. De ahí
vés del cual fluye la comunicación –asumida que haya recibido comúnmente la alusión de
como órdenes– y la autoridad –asumida como la teoría anatómica y fisiológica de la organi-
la probabilidad de que tales órdenes sean obe- zación. En consecuencia, es muy poca la re-
decidas–. Las funciones fueron conjuntadas ferencia que hace a la consideración del
por Fayol en seis grupos de operaciones, a sujeto humano per se. Incluso Fayol, al pre-
saber: técnicas, comerciales, financieras, de ocuparse excesivamente por el fenómeno
seguridad, de contabilidad y administrativas; funcional-estructural de la organización,
despersonaliza las relaciones de trabajo. Así,
existen sólo principios, capacidades, proce-
8
Fayol introduce catorce principios administrati-
dimientos, funciones, jerarquías, autoridad,
vos para garantizar el buen funcionamiento de la entre otros, cuya característica esencial es la
empresa, los cuales emanan de su experiencia. Ellos impersonalidad (Brown, 1963). Es decir,
son: la división del trabajo, la autoridad, la disci- siempre que exista una correcta organización
plina, la unidad de mando, la unidad de dirección,
la subordinación de los intereses particulares al interna, las personas encargadas de realizar
interés general, la remuneración, la centraliza- las tareas no son relevantes, pues la naturale-
ción, la jerarquía, el orden, la equidad, la estabili- za de las funciones no corresponde a las per-
dad del personal, la iniciativa y la unión del
personal (Fayol, 1961). sonas, sino a su correcta descripción, por lo

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DIEGO ARMANDO MARÍN IDÁRRAGA

que podrán ser movilizadas de una actividad cedió con el taylorismo. En esta teoría el
a otra sin mayores inconvenientes. sujeto pasa a ser un componente más del
constructo global de la empresa, razón por
Estas ideas son confirmadas por Kliksberg la cual Fayol no se ocupó de cómo regular
(1995), quien advierte que para el fayolismo y someter al individuo para que produzca
la empresa pasa a ser una estructura formal más. La vía fue distinta. Una vez diseñados
de relaciones funcionales, donde el carác- los procedimientos, agrupadas homogénea-
ter del hombre es secundario e instrumen- mente las funciones, establecidos los nive-
tal, pues son los encargados de ocupar y les jerárquicos y formulados los principios
ejecutar las tareas dentro de las normas de orientadores del cuerpo social, la función
desempeño que se fijen. Por consiguiente, directiva contaría con los elementos nece-
las relaciones entre los hombres no se dan sarios para garantizar el óptimo funciona-
en términos afectivos, sino de interacción miento de la organización. En este esquema
estrictamente funcional y jerárquica. la consecuencia lógica es que los emplea-
dos alcanzarán la eficiencia al quedar vin-
En tal sentido, la jerarquización, por ser un culados a una estructura funcional eficiente.
concepto inherente a la estructura funcio-
nal de la empresa, trata a las personas como Así, aunque Fayol matiza en su aporte la evi-
entes secundarios cuya adhesión no se da dente desnaturalización del empleado que se
voluntariamente por sus propios deseos y diera en el taylorismo, el análisis del hombre
necesidades, sino conforme a las demandas es un evento por demás accidental. La refe-
de la jerarquía misma (Pfiffner y Sherwood, rencia al individuo se da escuetamente cuan-
1961). De manera tal que el fayolismo des- do aparece involucrado en la descripción de
carta categóricamente la existencia del fe- algún procedimiento o normativa, de ahí que
nómeno de las relaciones informales en la el sujeto sea considerado un ente funcional
organización. No contempla que las perso- que actúa regularizado a un estándar de ope-
nas están mediadas por su arraigo cultural raciones descritas en detalle. De hecho, la
que influencia notoriamente su conducta la- mayoría de sus catorce principios adminis-
boral, situación que suscita la necesidad de trativos parecen configurar un “manual de
interacción que tiene el individuo por vivir convivencia”, cuya aplicación adecuada per-
en comunidad. mitirá que los empleados respondan favora-
blemente por su trabajo eficiente.
Ante esto hay que reconocer que el
fayolismo, por su misma condición ontoló- Sin perjuicio de ello, hay que observar, sin
gica, que significó una “idílica visión for- embargo, que el fayolismo, al igual que el
malista y mecanicista de la organización taylorismo, son postulados normativos que
donde todo funciona tal cual se planea” prescriben el “deber ser” de una organiza-
(Kliksberg, 1995, p. 212), no representó un ción y todo su colectivo adjunto, para ga-
estudio específico de cómo estandarizar la rantizar a toda costa la aplicación de un tipo
acción del hombre en la organización para de racionalidad técnica-utilitaria, donde lo
alcanzar mayor productividad, como sí su- que prima es el interés particular y egoísta

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EL SUJETO HUMANO EN LA ADMINISTRACIÓN: UNA MIRADA CRÍTICA

del capitalista. Esta lógica concibe al hom- ción muy concreta de la burocracia para
bre dentro de una óptica mecanicista, y lo esbozar la situación en la que queda el hom-
asume como un medio o instrumento del cual bre cuando ésta es aplicada –en especial
valerse en función de un fin productivo. debido a su disfunción, ya que de manera
Según Kliksberg (1995), en el sistema de arbitraria los académicos, sobre todo los
administración, tanto taylorista como anglosajones, asumen las ideas de Weber más
fayolista, el hombre es entendido estricta- como descripciones empíricas que como
mente como un recurso de producción que categorías interpretativas–.
se adquiere en el mercado de trabajo en las
mismas connotaciones que los demás re- En la actualidad, hablar de burocracia es
cursos productivos, y que se ajustará sin hacer una referencia indebida y peyorativa
inconvenientes a lo que se planee, porque a aquellos organismos ineficientes que es-
de lo contrario se le considerará inepto y se casamente operan, obstruidos en medio del
aconsejará eliminarlo de la empresa. papeleo y el desgano de los empleados
(Dávila, 2001). Pero frente a este aparente
En consecuencia, el fayolismo, al asumir al deterioro, el propósito esencial del modelo
hombre como un ente regularizable mediante burocrático weberiano es contrario, pues lo
un plan detallado de funciones, lo disminu- que busca realmente es introducir un siste-
ye a un simple estado de recurso producti- ma racional formal como un modo puro de
vo intercambiable; de este modo, se le niegan dominación (autoridad), para garantizar el
sus capacidades intelectivas y afectivas y orden en el aparato administrativo. Según lo
se olvida que posee todo un sistema de per- expone Rodríguez:
tenencias sociales heredadas de su cultura.
La interpretación de su obra en el sentido de
considerar la burocracia como la forma más
3. La connotación del hombre desde
eficiente de autoridad es totalmente erró-
la burocracia racional-legal: ¿el nea, pues su interés era primariamente des-
fomento a la incapacidad criptivo; buscaba ‘tipos’ casi puros de reali-
disciplinada? zación de las categorías básicas, […] de
hecho, el mismo Weber alerta de lo peligro-
La burocracia aparece históricamente con so que puede ser el aplauso incondicional a
los aportes de Max Weber que, aunque efec- esta maquinaria, lo mismo que lo ha sido
tuados de forma contemporánea a Taylor y aplaudir acríticamente a la maquinaria in-
Fayol, son traducidos de forma tardía de su dustrial. (1999, s. p.)
libro Economía y sociedad al inglés, en 1947,
y al francés, en 1971 (Aktouf, 1998). No se Es de advertir entonces que los postulados
trata aquí de dar una exposición específica weberianos acerca de la burocracia no son
del fenómeno burocrático, pues cabe resal- normativos, sino más bien comprensivos o
tar su complejidad y amplitud, sobre todo descriptivos de una realidad histórica. Así, la
en lo referente a las organizaciones. Por lo observancia hecha aquí de la desnaturaliza-
tanto, únicamente se intentará una introduc- ción a que es sometido el empleado a causa

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de la burocracia no es un ataque a las ideas de de autoridad legal que se legitima por el po-
Weber, sino una crítica a su posterior disfun- der que otorga la reglamentación racional-
ción, que debido a una formalización excesi- mente prescrita.
va, devino en una figura regulativa extrema.
En lo que toca al sujeto humano, éste resul-
El sistema de administración por burocracia ta inscrito en una estructura de jerarquías y
es considerado por Weber (1997) la forma actividades rutinizadas que limitan su ini-
ideal de ordenamiento que orienta la acción ciativa y creatividad, al punto que se des-
de los individuos y la racionalización de la conoce incluso su potencial cognitivo.
organización social y política propia de las Queda así regularizado a la disciplina y obe-
grandes empresas gestadas a partir del capi- diencia como una especie de artefacto
talismo de la época. En especial, la burocra- programable que se espera responda con-
cia racional-legal se basa en principios forme a una bitácora establecida, y como
normativos legales de obligatoria observan- expone Etkin: “la disciplina mata la iniciati-
cia y se convierte en una herramienta para va y la motivación [...] y la dirección no
legitimar el control sobre los empleados, el puede funcionar como la inquisición que
cual es asumido como el fundamento de la ignora la variedad de modos de pensar en la
eficiencia organizativa (Perrow, 1991). organización” (1993, p. 19).

En general, la burocracia se interesa en El intento por eliminar la irracionalidad en la


mostrar cómo pueden ser superadas las organización, paradójicamente, conlleva a
posibilidades de decisión de los empleados, formalizarla aún más. Los empleados, fren-
mediante la utilización de técnicas raciona- te a las demandas racionales, que regulan
les, que al ser aplicadas no se fijan mucho su conducta en el trabajo, aprenden a apli-
en el carácter humano del empleado (March car prácticas irracionales, verbigracia a no
y Simon, 1961). La meta final es la de llegar suministrar toda su capacidad laboral (una
a un estado de calculabilidad pura, que per- manifestación típica de la holgazanería sis-
mita que todos los comportamientos de la temática denunciada por Taylor) o, como lo
organización sean fácilmente predecibles plantea Aktouf (1998), el hombre para salir
(Kliksberg, 1995), circunstancia que hace de la miseria espiritual suscitada por la ra-
de la organización burocrática una máquina cionalidad, se refugia en una intensificación
que espera que funcione de forma rutinaria, de lo irracional manifestada en nuevos
eficiente, exacta y predecible (Morgan, misticismos. En consecuencia, subyacen
1998). respuestas reactivas del sujeto humano, que
como actor vivo poseedor de habilidades y
El esquema burocrático consiste en una se- sentimientos resulta trastocado por la for-
rie de rutinas creadas y documentadas, que malización de la tarea y la estandarización
el empleado debe seguir. La eficiencia so- del comportamiento.
breviene por la más precisa observancia
normativa y la minuciosa aplicación funcio- De manera tal que la aplicación quebrantada
nal, que estará supervisada por un cierto tipo de la burocracia en una organización que

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desconoce las características naturales del Por esto, en una organización privada un
individuo, advierte Kliksberg, conlleva con- esquema de gestión burocrático, marcado
secuencias nocivas que van desde “psico- por un funcionalismo inflexible, aunque
sis alienantes que implican pérdida de afiance la racionalización que favorezca la
contacto con la realidad, hasta resistencias aplicación de la autoridad, producirá un cli-
activas; en todos los casos con perjuicios ma laboral árido que desvirtuará las relacio-
considerables para la eficiencia” (1995, p. nes sociales informales y atomizará el
247). El intento de garantizar respuestas acuerdo sinérgico de equipo.
adecuadas de los empleados al introducir
normas detalladas que permitan la fiabilidad En todo caso, frente a las características pro-
de la tarea, desecha la autocrítica y el enri- pias de la burocracia, sustentadas principal-
quecimiento de los puestos de trabajo y li- mente en la división del trabajo, la delimitación
mita las posibilidades de adaptación a específica de tareas y competencias, la nor-
ambientes cambiantes. Termina así convir- malización de los procesos, la formalización
tiéndose la burocracia en un sistema “para- jerárquica, la impersonabilidad y afectividad
sitario” de bloqueos y embotellamientos neutra, el desarrollo de carrera y la estructu-
(Morin, 2001). ra salarial según niveles escalares, el sujeto
humano se encuentra anclado a un puesto al
Se instituye con el proceso malversado de cual ha sido ajustado ‘a la medida’, como
burocratización una especie de tecnología una pieza de rompecabezas encajable, gra-
de la dominación, que se legitima formal- cias a que ha perdido su creatividad e inven-
mente, ya sea como “reino de la racionali- tiva y a que ha quedado sometido a una
dad predictible y objetivo” (Kliksberg, 1995, rutinización progresiva, a una incapacidad
p. 244), que si bien conduce a una máxima disciplinada.
productividad, así mismo incurre en la des-
personalización del vínculo social del indi- 4. Entre las relaciones formales e
viduo, o como “reino del poder” mediante informales: ¿la humanización del
el desarrollo sin medida del principio de efi- hombre en la organización?
ciencia, que inexorablemente desemboca en
el avasallamiento del hombre (Aktouf, Gracias al auge que tomó el pensamiento
1998). De acuerdo con Kliksberg: taylorista, sus recomendaciones fueron rá-
pidamente acogidas por los empresarios de
La burocratización despilfarra los recursos la época que creyeron fielmente en sus prin-
humanos de la organización sometiéndolos cipios como la mejor forma de alcanzar la
a un bajo rendimiento sistemático, trastor- eficiencia y movilizar a los empleados para
na los medios en metas endiosando la ruti- que aportaran el máximo de su rendimiento.
nización y las rutinas, y viola aspectos tras- Sin embargo, su aplicación amplió signifi-
cendentales de la naturaleza humana, cativamente la brecha entre los intereses de
creando un clima autorrepresivo y opresi- los patronos y los de los obreros. Las reac-
vo que engendra una altísima tensión so- ciones fuertes a un sistema en el cual el in-
cial. (1995, p. 250) dividuo debe actuar en analogía a una

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máquina, motivado por un fin económico, que aunque se orientaron a considerar la va-
fueron cada vez más acentuadas hasta el riable humana en relación con las condicio-
punto de consolidarse una fuerza laboral que nes físicas de trabajo y productividad laboral,
fortalecería el movimiento sindical pues, en el fondo buscaban, además, descubrir las
según Whyte (1961), el marcado individua- causas de la alta rotación y el ausentismo del
lismo puede venerar demasiado el conflicto personal que estaban generando descensos
y desvirtuar la cooperación. abruptos en la productividad.

Así, en rechazo a la aplicación inhumana del Los estudios principales fueron desarrollados
taylorismo, aparece una triple mediación en los talleres Hawthorne de la empresa
neutralizante en la figura de los sindicatos, Western Electric, en Chicago, que contaba
las llamadas ciencias del hombre y hasta el con aproximadamente 29.000 obreros. Des-
mismo Estado (Mockus, 1983). Pero funda- pués de una serie de experimentos con gru-
mentalmente la psicología y la sociología in- pos tester –con quienes se cambiaban
dustrial entrarían a analizar el fenómeno del periódicamente las condiciones de iluminación
individuo en las relaciones obrero-patronales a las cuales trabajaban, al igual que las jorna-
y las condiciones de su vinculación al traba- das laborales, los espacios de descanso y la
jo. No obstante, según lo advierte Mockus remuneración–, no se observaron criterios de
(1983), su estudio se caracterizó por la acep- contundencia para asociar la mayor o menor
tación fatalista de las formas capitalistas de productividad a factores físicos. Entonces,
organización del trabajo, y aunque tímidamen- la principal conclusión a la que se llegó fue
te denunciaron algunos excesos, su objetivo que la eficiencia se lograba debido a otras
se enfocó en encontrar las tácticas más apro- condiciones referentes a un sistema de adhe-
piadas para implementar las prácticas racio- sión social entre los empleados. Esto sugería
nales en la labor sin mayores resistencias. la existencia de grupos informales que com-
parten una cierta ética psicosocial, aspecto
Así mismo lo señala Braverman (1980), que significaba un valor apreciable determi-
quien expone que el rasgo del capitalismo nante de la actitud del empleado hacia el tra-
es ante todo la necesidad de ajustar el obre- bajo, así como el hecho de sentirse apreciados
ro al trabajo sin rebeldía, por lo que para la por la empresa que los invitó a colaborar sin
corriente de las relaciones humanas, al con- restricciones, al darles un trato especial
trario del taylorismo, su preocupación no (Whyte, 1961; Perrow; 1991; Braverman,
fue la organización del trabajo, sino más bien 1980; Friedmann, 1956; Roca, 1998).
las condiciones desde las cuales el obrero
puede someterse con facilidad a tal organi- Con estos estudios, según Aktouf (1998),
zación. No se ocuparon propiamente de las era la primera vez que se consideraba que
condiciones objetivas del trabajo, sino de los existía algo humano al servicio de la em-
fenómenos subjetivos que éstas originan. presa capitalista y se sentaban las bases para
investigaciones posteriores acerca del papel
En este sentido, a finales de la década de del hombre en la industria. En adelante, la
1920, emergen los estudios de Elton Mayo consideración del efecto Hawthorne permi-

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EL SUJETO HUMANO EN LA ADMINISTRACIÓN: UNA MIRADA CRÍTICA

tiría entender que el ser humano no puede tección para aminorar la monotonía y el abu-
ser tratado como una máquina racional guia- rrimiento no eran compatibles con un siste-
da por el apetito de la ganancia, ya que él ma social cooperativo. (1991, p. 101)
tiene la necesidad de sentirse involucrado e
implicado en lo que hace (Aktouf, 1998). Es decir, Perrow reconoce que existe un in-
Se da entonces un reconocimiento menos terés subjetivo y hasta egoísta en el empleado
mecanicista del individuo, y se valora su fi- que no le permitirá siempre por norma gene-
liación social y cultural al reconocerse que ral compartir objetivos comunes, por lo que
es un todo integral, que aparte de su vincu- la orientación cooperativa en la organización
lación laboral, también tiene un lazo terminará dándose, en últimas, a través de
psicoafectivo con su grupo de referencia. mecanismos de sometimiento y subordinación.
Al igual que en todos los funcionamientos del
La irracionalidad vista por Weber, en la que sistema capitalista, la manipulación es esen-
el empleado no responde favorablemente a cial y la coerción es mantenida en reserva
una ordenación formal, para la escuela de las (Braverman, 1980).
relaciones humanas pasa a ser objeto de es-
tudio y se reconoce como una dimensión Así, las expectativas despertadas en función
válida en el individuo, pues está estructurada de asegurar una mejor moral para los em-
en grupos informales que resisten la lógica pleados desentrañó el objetivo implícito de
organizativa (Kliksberg, 1995). De este modo, un desempeño más elevado, que ocasionó
con dicha escuela hay una trascendencia en una serie de medidas manipuladoras en la
la comprensión de las relaciones laborales; carrera por la rentabilidad, que transforma-
de una excesiva formalización que imposibi- ron las inquietudes originales de las relacio-
lita el concurso de las aptitudes y destrezas nes humanas en una serie de herramientas
del empleado, se pasa a la posibilidad de que administrativas para la sumisión del indivi-
afloren la iniciativa y la creatividad en el mar- duo (Aktouf, 1998), y lo que parecía una
co de un ambiente social informal. cierta antinomia con el tradicionalismo, man-
tuvo intacto su pragmatismo esencial, esto
No obstante que se dio un primer paso en la es, una adaptación del mecanicismo laboral
observancia de la condición laboral del indi- (Kliksberg, 1995).
viduo, en la otra cara de la moneda se ven
las relaciones humanas como un medio de 5. Una reflexión final
regulación (más atenuado) de los dirigidos.
Así lo señala Perrow: Con lo expuesto hasta ahora cabe pregun-
tarse si ¿la administración, por nacer en el
Las relaciones humanas consideran que la seno del capitalismo, debe cargar perenne-
dirección es racional, frente a un trabajador mente el designio de inhumanidad que llega
irracional, situación que abre el camino ha- a implicar su aplicación con fines utilitarios?
cia la manipulación de este último a quien se La respuesta aunque relativa y poco con-
le percibe como un niño o persona primitiva cluyente puede contener un halo de espe-
cuyos mecanismos y esfuerzos de autopro- ranza. Si bien la administración responde a

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DIEGO ARMANDO MARÍN IDÁRRAGA

un telos particular de interés económico, es yo), será el inicio para que la acción adminis-
posible matizarlo hacia una consideración trativa atenúe la carga técnica-utilitaria que
más humana del empleado en el trabajo. heredó de la modernidad (Cruz, 2003).

La pretensión de una administración más Esto puede aparecer quimérico, pero encar-
humana debe emerger no propiamente de na la posibilidad de conciliar la contienda hu-
una crítica a lo inhumano –pues significaría mano-inhumano, puesto que al contemplar
un círculo vicioso, toda vez que está sus- al individuo en las dimensiones ontológica-
tentada teleológicamente en una racionali- epistemológica-axiológica-praxeológica, se
dad instrumental–, sino de una nueva propiciará desde la administración el recono-
reflexión de lo humano. cimiento del hombre como un sujeto integral
que comporta simultáneamente el ser (lo bio-
Lo humano a que se hace referencia aquí está lógico-social), el pensar (la razón), el sentir
en sintonía con el planteamiento de Bédard (la ética) y el hacer (la actividad fenoménica).
(2003) 9. Significa buscar un equilibrio
simbiótico desde las dimensiones ontológica Tal policromía implica la aceptación genéri-
(la naturaleza del ser humano como sujeto vi- ca del empleado como un homo complexus,
viente), epistemológica (el proceso racional e que desde la idea moriniana comprende al
intelectivo) y axiológica (el reconocimiento de homo en su “unitas multiplex”, aquel que
los valores que encumbran la dignidad), las en su unidad entraña la diversidad, tanto
cuales sustentan y orientan a una última esfe- desde el punto de vista biológico como cul-
ra: praxeológica (la práctica laboral reflexio- tural e individual10. No se trata de una ideo-
nada que entregue un sentido a la acción). De logización del hombre, pues significaría
tal forma, al reconocer al individuo desde su
esencia humana, al permitir que revindique su
capacidad racional en el trabajo y al aceptarlo 10
Con esto Morin (1992 y 2005) expone la idea de la
como el “otro” próximo compatible (un otro hipercomplejidad como una definición extremada-
mente compleja del hombre. Sus diferentes rasgos
se entrelazan para demostrar la riqueza y diversidad
humanas. El hombre es irreductible a su razón, aun-
9
Esta autora plantea que la concepción humanística que se autoidolatre en la imagen de su propia ra-
de la actividad administrativa puede ser comprendi- cionalidad. No es explicable desde su actividad
da en el marco del rombo filosófico representado productora, aunque el interés económico tienda a
por las interacciones entre la praxeología, la epis- ser su única aspiración teleológica. Y tampoco
temología, la axiología y la ontología. Para ella, puede concebirse desde su afectividad y demencia
la praxeología comprende todo lo que rodea las conspicua, pues sería una arbitrariedad asumirlo
prácticas humanas que alegóricamente representa sólo en sus estados más patéticos y neuróticos.
la parte visible de un iceberg, la cual subyace de la Complexus, entendido como aquello que está teji-
epistemología que le otorga el criterio de validez do en conjunto, donde existe la paradoja de lo uno
al conocimiento y de la axiología que legitima el y lo múltiple (Morin, 2001), sugiere que el hom-
comportamiento y la acción. Estas tres dimensio- bre es una totalidad integradora de todas sus ex-
nes se apoyan en la ontología que trata de los presiones; explica que la comprensión de su
principios fundamentales del ser y la realidad que existencia demanda una consideración holística.
sirven de matriz a las actividades humanas. Una Por consiguiente, el sujeto es accesible desde la
mayor ampliación y explicación de este modelo categoría Homo complexus, que es precisamente
puede ser consultada en Bédard (2003). la entera configuración de su humanidad.

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EL SUJETO HUMANO EN LA ADMINISTRACIÓN: UNA MIRADA CRÍTICA

conceder que es una abstracción de la natu- de construir un nuevo marco de valores que
raleza, cuando éste es la más excelsa reali- integre a dirigentes-dirigidos en una lógica de
dad viviente, y como tal según (Morin, 1983), la equidad, el respeto y el reconocimiento del
comprende una esencia egogenosocioorga- bien común, como virtudes acordes con la
nizadora, que se caracteriza por un triple esencia de la complejidad antroposocial.
ethos: (1) egocéntrico, uno mismo como
centro de referencia; (2) genocéntrico, la Lleva esto a reconocer desde la administra-
cadena hereditaria como centro de referen- ción que el hombre encarna un espíritu de
cia, y (3) etnosociocéntrico, la sociedad complejidad incomprensible desde una teo-
como centro de referencia. ría cerrada, fragmentaria y simplificadora,
que disemina del hombre su triple condición
La atención humana del hombre deviene biosociocultural. Tal situación está diezman-
desde tal hipóstasis ética, hacia un cuarto do la idea esencial del sujeto humano. Lo que
ethos definido por Morin como una antro- debe desaparecer es aquel concepto insular
poética, que trasciende la ética tanto reli- del hombre, característico por la autoidolatría,
giosa como laica, al considerar al hombre en la que el individuo se admira en la ramplo-
como un sujeto en sí mismo que fraterniza na imagen de su propia racionalidad (Morin,
con los demás como “otro yo”. Esta apre- 1992), que conduce a un reduccionismo de
ciación compleja de Morin plantea una ética lo humano en la organización.
del hombre emergente y de orden superior,
antagónica y complementaria, que a pesar Se trata entonces de edificar lo humano ad-
de su comportamiento egoísta, está dedica- ministrativo, que en una alianza fraterna con
do a la propagación de su especie y al man- la lógica intrínseca de la racionalidad instru-
tenimiento y construcción del ecosistema. mental propugne por la valoración ética en
Así, la vida es asumida a la vez como una y las relaciones de subordinación, rescatando
varias de la cual subyacen múltiples ethos. la afinidad de los agentes organizacionales,
donde la sumisión pase a ser vinculación y
Ciertamente, en el ámbito de la administra- donde se trascienda de una visión simplista
ción, ante los actos de manipulación y sojuz- del hombre hacia una conjunción holística
gamiento, se requiere una reflexión compleja con el entramado organizacional, en que se
que recaiga no sólo sobre lo racional del hom- acepte el principio hologramático (Morin,
bre (epistemología), sino además sobre su 2001) que advierta que la organización pue-
propia vida (ontología), a fin de construir de explicarse desde el hombre y, a su vez,
toda una conciencia moral que permita una que el hombre puede ser explicado desde la
ética humanista que confiera la dignidad de organización, pues ambos retroactúan de
sujeto a todo hombre (axiología). Se trata de manera recursiva. Como lo expresa Fromm:
hominizar el humanismo concibiéndolo fun-
dado en la realidad viviente del Homo Con la introducción del factor humano en el
complexus en la esfera biocultural, lo que análisis del sistema total, nos hallamos me-
instauraría una ética a favor del hombre; una jor preparados para comprender su mal fun-
antropoética (Morin, 1983). Se trata además cionamiento y para fijar normas que relacio-

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nen el funcionamiento económico sano del Sin embargo, hay que reconocer que la ad-
sistema social con el bienestar óptimo de la ministración como invención de la moderni-
gente que participa en él. (1970, p. 15) dad responde a un ethos particular enmarcado
en una racionalidad de tipo instrumental,
Lo humano administrativo deberá buscar que cuya condición teleológica comprende un in-
la empresa no sólo propicie la satisfacción terés económico, situación que tiende a con-
de las necesidades fisiobiológicas, sino ade- vertir al empleado en un recurso del cual
más aquellas estrictamente humanas (socio- valerse para el alcance de los fines.
culturales), y donde se acepte que el hombre
además de ser Faber economicus, también La atención más humana en la administra-
es ante todo sapiens y además ludens- ción subyace como una posibilidad de ate-
demens; atributos que ensalzan su cualidad nuar su énfasis instrumental y visualizar
de sujeto humano. posibilidades hacia una disciplina renova-
da. Este humanismo no se refiere a la apli-
Lo humano administrativo deberá permitir el cación de técnicas de gestión del talento
reconocimiento tanto de la individualidad humano en la organización, de común ob-
como de la intersubjetividad entre afines, de servancia en las empresas para garantizar
manera que aquel “otro” extraño sea visto un mejor bienestar laboral, pero que no son
como un mismo “yo”, para hacer de la orga- más que eufemismos para mimetizar un me-
nización una comunidad de destino regida por canismo de dominación que acredite la ad-
una ética universal o antropoética, que signi- hesión del personal a la identidad corporativa.
fique el despertar de la humanidad en cada Es un llamado a que se propicien propues-
uno y el reconocimiento en los demás. tas conducentes a reedificar el ideal huma-
nista original de encumbrar la vida y el
Conclusión pensamiento que sean aplicables en el co-
lectivo organizacional. Esto sugiere pensar
Las discusiones acerca de la consideración el fenómeno de lo humano administrativo a
del sujeto humano en la administración han partir de la búsqueda de una ética del traba-
tenido las más variadas connotaciones, la jo que entregue propuestas teóricas y meto-
mayoría de ellas tendientes a enfatizar la dológicas que contribuyan a mejorar las
necesidad de la humanización en las rela- relaciones de subordinación.
ciones de subordinación. Por ésta se ha que-
rido significar aquel comportamiento del La urgencia de una administración reno-
dirigente tendiente a reconocer la dignidad vada, que atenúe su naturaleza instrumen-
del dirigido. Pese a que desde el tiempo del tal, está en la dirección de comprender al
enfoque taylorista algunos autores alertaban hombre desde una visión multiforme que
la necesidad de desvirtuar la concepción de reconozca su estado polivalente y su ca-
máquina en el obrero y exhortaban un acuer- rácter complejo conformado por la hipós-
do laboral más amable, aún en nuestros días tasis biosociocultural, en las dimensiones
subsisten prácticas que tienden a desnatu- ontológica-epistemológica-axiológica-
ralizar y hasta cosificar al empleado. praxeológica. Esto requiere una forma de

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