revolución cancelada por elasesinato de los dirigentes más nobles, Emiliano Zapata yFrancisco Villa; corrompidos por la riqueza que les ofrecíala creciente burguesía, tenían como principal preocupaciónmantener el control del pueblo trabajador, principalmentede los obreros.Una de las formas era la corrupción de los líderessindicales que, formando un tenebroso triunvirato, gobierno, patrones y “charros”, mantenían a los sindicatos,leales y sumisos a las decisiones gubernamentales, aúncuando por lo general fueran contrarias a la gran mayoríade los mexicanos. Pero no todos estaban convencidos defacilitarles las cosas. Desde la lucha ferrocarrilera en 1958-59 pasando por las represiones campesinas en todo elpaís, el asesinato del líder agrarista Rubén Jaramillo enMorelos, la brutal represión a médicos y profesores amediados de la década de los 60´s hasta la masacre del 2de octubre en 1968 y la del 10 de junio de 1971 aestudiantes, la represión había sido la otra forma demantenerse en el poder.En la década de los 70´s la lucha tenía como principalobjetivo devolver a los sindicatos su verdadera función, lade ser una herramienta de organización y lucha de lostrabajadores contra sus explotadores . Para ello sebuscó organizar y apoyar a los trabajadores para queformaran sindicatos democráticos fueradel control de las centrales controladaspor el gobierno como la CTM y laCROC. En Yucatán fue un grupo dejóvenes estudiantes universitarios, el Frente Estudiantil Popular “JacintoCanek” quien se dio a esa tarea y por razones obvias fueron los estudiantes deleyes quienes más se involucraron distinguiéndose de entreellos Efraín Calderón Lara “El Charras” .Fueron meses de luchas intensas en donde se desbordó elmalestar político que el pueblo yucateco sentía al ver elejido henequenero destruido y los campesinos en lamiseria, los salarios que no alcanzaban para nada y laantidemocracia en el quehacer político. El voto popular erauna burla y las elecciones un carnaval. Con este panoramael pueblo dio su apoyo a las huelgas y otras formas delucha que tuvieron que adoptarse ante la cerrazón aldiálogo de patrones y gobierno. Las escuelas de laUniversidad fueron el espacio de libertad y por sus rejas,en patios y canchas deportivas, se guardaron autobusesurbanos para presionar la firma del contrato de loscamioneros, en sus aulas y auditorios fue cosa usual quese efectuaranasambleas obre-ras, sus mimeó-grafos sirvieronpara decir conmiles de volanteslo que la prensavendida ocultabay, muchas veces,los pupitres yescritorios fueronbarricada.Centenas de tra-bajadores en de-cenas de sindica-tos, acompaña-dos por miles dehombres y mujeres, fueron el principio del despertar de unpueblo que vio y sintió que hacer los cambios socialesestaba en sus manos y que juntos eran una fuerza, inclusocontra policías y ejército. Fueron meses en que todo eraposible. Patrones, gobierno y “líderes” sindicales corru ptos estabanmuy preocupados. El 13 de febrero de 1974, en la nochesecuestraron a Efraín, días después fue encontrado sucadáver con visibles huellas de tortura a 100 metros dentrodel monte, a un lado de la carretera queva a Felipe Carrillo Puerto, QuintanaRoo.Sólo la lucha popular, construida con laalianza de estudiantes, obreros, amasde casa, campesinos, hizo posible queel gobierno aceptara que los asesinoshabían salido de la policía del estado,más la presión no pudo hacer que se le finquenresponsabilidades al gobernador y que aparezcan losasesinos intelectuales, los que dieron la orden. En esesentido el asesinato ha quedado impune.37 años después la democracia avanza a paso lento, laalternan cia de dos partidos sólo nos ha mostrado que “tan malo es uno como el otro ”. Las condiciones en que se encuentran los trabajadores es ahora peor. Recordar estahistoria debe ser el punto de partida para interpretarnuestra realidad y avanzar hacia situaciones que permitanhacer los cambios que mejoren las condiciones sociales,económicas y políticas de los yucatecos y en general detodos los mexicanos. Por ello AHORA Y SIEMPRE la memoria de Efraín Calderón Lara “El Charras” debe estar PRESENTE. QUÉ QUEDA DE LAS LUCHASSINDICALES DE LOS 70 Prácticamente nada queda de las luchas sindicales de losaños setenta: no se pudo lograr el respeto duradero de losderechos laborales y sindicales de los trabajadoresasalariados, no se pudieron mantener los sindicatosindependientes; todos desaparecieron, en medio deimportantes luchas, pero desaparecieron; incluso sindicatostradicionales, corporativizados y controlados por la CTM yla CROC han desaparecido también; los pocos sindicatosque hoy día quedan son botín de líderes corrompidos ysumisos, no defienden ni representan a sus bases y son enlos hechos una carga más para los trabajadores.Las violaciones son generalizadas y sistemáticas, lospatrones imponen sus intereses sin el menor escrúpulo niconsideración. Los derechos reconocidos en laConstitución y la Ley Federal del Trabajo son letra muerta.Los empresarios todos y los gobiernos han destruidototalmente la legalidad laboral y sindical, manejándola a suantojo, imponiendo altos niveles de desempleo, subempleo,bajísimos salarios, recortando hasta casi desaparecer lasprestaciones y la estabilidad laboral; medio respetantodavía algunos derechos individuales, pero pisotean todoslos derechos colectivos y sindicales.Esto es así porque los trabajadores nos hemos dejado,dejamos de defendernos y pelear por el respeto a nuestrosderechos, como los cientos de zapateros, gasolineros,gaseros, universitarios, choferes, avicultores, cordeleros,desfibradores, siderúrgicos y otros, que lo hicieron en lossetenta y en los ochenta y todavía en 1990; hemos seguidocaminos meramente individuales, conformándonos con loque nos iban imponiendo, mientras las medidas y políticasneoliberales entregaban la riqueza y la economía a lasgrandes corporaciones trasnacionales y a lasmaquiladoras, con la promesa cumplida, de los gobiernos ylos partidos, de que se no respetarían de modo alguno losderechos laborales y sindicales reconocidos en nuestrasleyes y aplicando todas las demás leyes, para el beneficioexclusivo y desmedido de sus ganancias. Los trabajadoresde hoy día somos bárbaramente explotados comotrabajadores, como consumidores y como pagadores deimpuestos. No nos unimos, ni nos organizamos, niexigimos nuestros derechos, sólotratamos, y mal, de conformarnos y adaptarnos a lasinjusticias diarias que sufrimos.La lucha y el esfuerzo que miles de trabajadores dieron porel reconocimiento y el respeto de los derechos laborales ysindicales desde fines del siglo XIX, durante todo el sigloXX, durante los años 1973 y 1974, 1980 y 1981, 1983,1989 y 1990, ha sido echado a la basura. Ahora estamoscomo a fines del siglo XIX, sin derechos ni garantías.Miles de trabajadores que se rebelaron y combatieron,cientos de luchadores sociales como Efraín Calderón Lara,sacrificado cruelmente por el gobierno y la oligarquíayucateca, en febrero de 1974, nos están viendo, esperandoa ver cuándo dejamos de quejarnos, nos unimos, nosorganizamos, alzamos la voz y salimos a las calles a exigiry hacer respetar nuestros derechos y necesidadescolectivas e individuales como trabajadores, esperan queactuemos con dignidad y honor. ELLOS HICIERON UN GRANESFUERZO Y NOS DIERONEJEMPLO DE FIRMEZA YCOMBATIVIDAD,AHORA NOS TOCA A NOSOTROSDECIR: ESTA BOCA ES MÍA... 1.