Você está na página 1de 3

UN PROYECTO DE LEY INVIABLE.

Cuando la Comisión Bicameral para reforma de la Educación Superior tomó la


iniciativa de preparar un borrador para anteproyecto de ley sobre la educación superior,
muchos nos sentimos felices de que alguien tomara la iniciativa de responder a una
necesidad apremiante e incluso a una exigencia de la ley general de educación (Art 47
de la ley n.1264 del 98) incumplida que hace doce años decía que la educación superior
se regirá por una ley propia. Para los miembros del Consejo Nacional de Educación y
Cultura (CONEC) fue mayor la dicha, ya que los varios intentos del CONEC por
preparar un borrador con ese mismo objetivo, fueron fallidos por pasividad o reacciones
negativas de algunos congresistas.
A medida que ha pasado el tiempo y hemos podido conseguir el texto de los
distintos borradores, la felicidad se ha convertido en frustración, las expectativas y
esperanzas en desilusión y tristeza.
El modo de proceder de los consultores encargados de la redacción del borrador
y de la bicameral no ha sido ni está siendo lo que en nuestra opinión debe ser, cuando se
trata de una ley de tanta trascendencia.
La educación superior es la pieza del sistema educativo de mayor trascendencia
para el presente y el futuro de todos los profesionales, para el desarrollo y la economía
del país, para el desarrollo cultural y moral, para el potencial desarrollo social y
político, el desarrollo humanístico, sanitario, científico y artístico…, sin duda, la ley de
mayor trascendencia para la juventud.
La ley que normalice este ámbito de nuestra vida nacional tiene que ser una ley
inspirada e inspiradora, integradora, abierta, seria, actualizada y consensuada, que
ponga orden en el actual caos y la creciente corrupción de la educación superior y abra
horizontes seguros para el futuro.
Los responsables de esos borradores se han cerrado en sí mismos, pretenden
desde su burbuja imponer un texto que tiene demasiados errores y que ciertamente no
responde a lo que necesitamos y tenemos derecho, dan por válidas y como de apoyo a
su trabajo, ciertas audiencias públicas precipitadas y con sospechas de manipulación,
no escuchan realmente lo que piensan y expresan instituciones públicas y privadas del
ramo y muchos grupos organizados implicados en todos los espacios de la educación
superior que están en desacuerdo con esta propuesta.
El Consejo Nacional de Educación y Cultura (CONEC) ha organizado nueve
talleres de consulta sobre dichos borradores a rectores de universidades, a directores de
institutos superiores , de institutos de formación docente, de institutos técnicos
profesionales de tercer nivel, a profesores representantes de todas esas instituciones, a
alumnos organizados de universidades e institutos superiores, a sindicatos y gremios, a
asociaciones sociales incluidos los campesinos, a empresarios, a secretarios de
educación de las gobernaciones, etc. Todos ellos han manifestado sus fuertes y
razonados cuestionamientos a los borradores del anteproyecto de ley y han demostrado
grave preocupación por lo que se pretende presentar y aprobar con media sanción.
El texto borrador para esta ley elimina las principales responsabilidades del
Estado (Art 3), del Ministro y el Ministerio de Educación y Cultura (no hay un solo
capítulo dedicado a ellos), hace desaparecer de un golpe a los institutos de formación
docente (Art. 2), sin haberles consultado a ellos, le adjudica a las universidades oficiales
y privadas y a los institutos superiores oficiales y privados responsabilidades que son
ineludibles para el Ministerio de Educación y Cultura (Art. 15), se crean arbitrariamente
dos clases de institutos superiores, unos con autonomía y otros sin ella (Art.10), se
propone un concepto de autonomía que toca responsabilidades de soberanía, sobre todo
al no vincular las responsabilidades de las instituciones con las responsabilidades del
Estado y del Ministerio de Educación y Cultura (Art. 11), y para hacerlo breve…se crea
un “Consejo Nacional de Educación Superior” que invade y se apropia
responsabilidades específicas del Estado y del Ministerio que la Constitución Nacional
le adjudica exclusivamente a éstas dos últimas y máximas instituciones.
Este borrador de anteproyecto de ley es inconstitucional, desde el momento
que se exime a la educación superior de ser organizada y administrada, como
componente del sistema educativo nacional por parte del Ministro y Ministerio de
Educación y Cultura (Art 76 de la CN, párrafo segundo) y peor aún, desde el momento
que crea una instancia (el Consejo Nacional de Educación Superior) que se atribuye
funciones que la Constitución Nacional da solamente al Ministro de Educación y
Cultura, tal como se define en los artículos 240 y 242 de la CN.
Es insólito que un grupo de redactores se constituya en intérprete de la
Constitución y pretenda que el derecho público sea interpretado haciéndole decir lo que
expresamente no ha querido decir en la Constitución. En ninguna parte de la
Constitución se dice que los Institutos Superiores sean universitarios, es más se llaman
superiores para distinguirlos de las universidades (Art. 79 párrafo primero), y
ciertamente su dedicación a una sola rama del saber los excluye del universo de las
letras y las ciencias.
Tampoco se dice que los Institutos Superiores sean autónomos. La CN explicita
la autonomía para las universidades, omitiendo expresamente a los Institutos
Superiores. Textualmente dice: “Las universidades son autónomas”. Punto. (Artículo 79
párrafo segundo) Igualmente, en ninguna parte se dice que los Institutos Superiores
deban ser creados por ley, lo que sí se dice expresamente de las universidades,
excluyendo claramente a los Institutos Superiores (Art. 79 párrafo tercero)..
La Constitución no puede ser interpretada por cualquier ciudadano o grupo de
ciudadanos, haciéndole decir lo que no dice. Y los ciudadanos, incluidos los
legisladores no pueden crear instancias, instituciones y consejos para usurpar
responsabilidades y funciones del Estado que la misma Constitución le obliga al
Presidente de le República y sus Ministros.

Hay no pocos argumentos más para considerar inviable este borrador de


anteproyecto de ley, como por ejemplo, el llamativo silencio sobre los derechos y
deberes de los estudiantes e incluso los de los profesores, la no vinculación al Estado ni
al Gobierno del Consejo Nacional de Educación Superior al no tener que dar cuentas a
nadie del ejercicio de sus responsabilidades y funciones, etc..
Los miembros del CONEC queremos que salga una ley de educación superior
que sea una buena ley y cuanto antes, pero rechazamos por consenso este borrador y
consideramos que ni siquiera tiene calidad suficiente como para considerarlo texto base
para el debate. Pensamos que se debe reiniciar el proceso de construcción para
dicha ley.
Pensamos que la iniciativa para presentar el anteproyecto de ley al Congreso
debe partir del Poder Ejecutivo, concretamente del Ministerio de Educación y Cultura,
que es quien sabe de educación y la administra, como hacen todos los demás países
organizados.
El MEC debe hacer todas las consultas necesarias y pertinentes, a las
instituciones del Estado comprometidas en la educación y más específicamente en la
educación superior, como son el CONEC, la ANEAES, el CONSEJO DE
UNIVERSIDADES, la ASOCIACIÓN DE UNIVERSIDADES DEL ESTADO y a
otras instituciones e instancias mixtas o civiles afectadas también por la educación
superior, como la APUP, el GRUPO IMPULSOR de educación superior de la agenda
nacional de la competitividad, vinculado directamente a la Secretaría Técnica de
Planificación y al Ministerio de Industria y Comercio; las asociaciones, gremios y
sindicatos de profesores y alumnos, de padres y madres, de profesionales, de
empresarios de distintos grupos sociales, incluidos los campesinos que ya tienen
universidad en marcha por iniciativa privada y están en la elaboración de proyectos de
otras, etc.
Reconozcamos de una vez en los hechos que estamos construyendo democracia
y promovamos no sólo la democracia representativa, sino también la democracia
participativa.
Si desgraciadamente prosperara el actual borrador que presenta la bicameral
estaremos desestructurando el Estado y el sistema de educación nacional, estaremos
alimentando la anarquía actual, campo abierto para tantas formas de corrupción nada
menos que en el ámbito de la educación superior, estaremos atando las manos al
gobierno, especialmente al poder ejecutivo, para poder realizar ante todos y para todos
los ciudadanos la responsabilidad que le corresponde y que debemos exigirle, estaremos
dejando a los jóvenes indefensos ante los abusos actuales y previsibles, estaremos dando
la imagen de que esta borrador de ley responde a los intereses personales de muchos
diputados y senadores que ya son propietarios y otros que quieren serlo de la mayoría de
las universidades e institutos superiores del país.
Estamos a tiempo de hacer las cosas bien.

Você também pode gostar