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MARIANA ARCE GODOY

VS.
CARLOS MARTÍNEZ GODÍNEZ,
MEDIOS PREPARATORIOS A JUICIO
EJECUTIVO CIVIL
C. JUEZ DE LO CIVIL

MARIANA ARCE GODOY, por mi propio derecho, señalando como domicilio para recibir
notificaciones el ubicado en Norte 64 número 7819 de la Colonia Salvador Díaz Mirón en esta
ciudad, y autorizando para oírlas en mi nombre y para recoger toda clase de documentos y
valores, interponer los recursos que procedan, ofrecer e intervenir en el desahogo de pruebas,
intervenir en la diligenciación de exhortos, alegar en las audiencias, pedir que se dicte sentencia
para evitar la consumación del término de caducidad por inactividad procesal y realizar cualquier
acto que resulte necesario para la defensa de los derechos del autorizante en los términos del
artículo 112 cuarto párrafo del Código de Procedimientos Civiles para la Ciudad de México a
Licenciada Juana Dominguez, con Cédula Profesional 150830 en los términos del artículo 112
último párrafo del ordenamiento adjetivo invocado, atentamente comparezco a exponer:

Que con fundamento en la fracción I del artículo 193 del Código de Procedimientos Civiles, vengo a
promover medios preparatorios a juicio ejecutivo civil, en contra del señor CARLOS MARTÍNEZ
GODÍNEZ, con domicilio en esta ciudad, para el efecto de que comparezca ante este H. Juzgado a
declarar bajo protesta de decir verdad, acerca de la calidad de la habitación del departamento de
mi propiedad ubicado en.

Me fundo para hacerlo en las siguientes consideraciones de hecho y de derecho:

HECHOS:

I. Según lo acredito con primer testimonio de la escritura de compraventa a mi favor,


otorgada ante la fe del Notario Público numero , tal como lo acredito con el
documento respectivo que acompaño al presente como anexo 1.
II. Que mantuve una relación de 5 años y 3 meses con el señor CARLOS MARTÍNEZ
GODÍNEZ, y a partir de la fecha 14 de febrero de 2013 cohabitamos en mi
departamento en concubinato.
III. A la fecha 23 de febrero de 2018, se da por terminada la relación de pareja que
mantuvimos por más de cinco y por temas de moral y emocionales decido abandonar
mi propio inmueble, generando así la cesación del concubinato. Aclarando nunca
abandonar mi derecho al inmueble, ni mucho menos a los muebles dentro de esta
propiedad.
IV. Desde la misma fecha en que comenzó el concubinato, 14 de febrero de 2013 hasta el
23 de febrero de 2018, yo sostuve todos los gastos de mantenimiento del
departamento y servicios de luz, agua, predial, teléfono e internet generados por
ambos, así como la manutención de ambos.
V. El día 1 de marzo de 2018, le requiero al ahora demandado CARLOS MARTÍNEZ
GODÍNEZ abandonar el inmueble para que yo pueda habitarlo y ejercer mi derecho
como dueña, a lo cual se niega y posteriormente en varias ocasiones he acudido al
departamento y a través de llamadas telefónicas extrajudiciales para que se retire del
inmueble.
VI. Sin lograr dicho cometido, el domingo 4 de marzo acudo al inmueble e intento abrir la
puerta del departamento, a lo que me encuentro con una chapa y cerradura
diferentes, siendo impedido mi acceso total a mi departamento; motivo por el cual
acudo ante esta H. Autoridad a objeto de exigir el desalojo del señor CARLOS
MARTÍNEZ GODÍNEZ por medio de la acción que se ejercita.

Código Civil 2248 Compraventa

291 BIS Concubinato

a) El pago de la cantidad de _________________________


por concepto de (ESPECIFICAR EL TIPO DE OBLIGACION QUE DIO ORIGEN AL ADEUDO) conforme a
lo estipulado en el documento suscrito por las partes con fecha ______________________ y
reconocido ante (ESPECIFICAR LOS DATOS DEL JUEZ O NOTARIO PÚBLICO ANTE EL CUAL SE HIZO
EL RECONOCIMIENTO DEL CONTENIDO Y FIRMA DEL DOCUMENTO) con fecha
_______________________.

b) El pago de la cantidad de ______________________ por


concepto de intereses moratorios generados por las cantidades adeudadas a razón del ________
por ciento (mensual o anual), fijados en el documento a que se ha hecho referencia, computados
desde la fecha ______________________ y hasta el momento en que se haga pago total del
adeudo. (NOTA: SI NO SE PACTARON INTERESES MORATORIOS CORRE EL INTERES LEGAL QUE ES
DEL NUEVE POR CIENTO ANUAL)

c) El pago de los gastos y costas que el presente juicio


origine.
Fundo mi demanda en los siguientes hechos y consideraciones de derecho:

HECHOS

1.- Con fecha ___________________ el suscrito (NOMBRE


DEL ACTOR), en mi carácter de acreedor, suscribí con el señor (NOMBRE DEL DEMANDADO), en su
carácter de deudor, un documento en virtud del cual mi contraparte se comprometió a
________________________, tal como lo acredito con el documento respectivo que acompaño al
presente como anexo 1.

2.- En el citado documento las partes pactamos que el


demandado tendría la obligación de pagar intereses moratorios para el caso de incumplimiento a
razón del ________ por ciento (mensual o anual), desde el momento de la constitución de la mora
y hasta la fecha en que hiciera pago total de las cantidades adeudadas. (NOTA: SI NO SE
PACTARON INTERESES MORATORIOS CORRE EL INTERES LEGAL QUE ES DEL NUEVE POR CIENTO
ANUAL)

3.- Es el caso de que la parte demandada reconoció el


adeudo contenido en el documento base de la acción ante (ESPECIFICAR LOS DATOS DEL JUEZ O
NOTARIO PÚBLICO ANTE EL CUAL SE HIZO EL RECONOCIMIENTO DEL CONTENIDO Y FIRMA DEL
DOCUMENTO) con fecha _______________________, tal como lo acredito con (LAS COPIAS
CERTIFICADAS DE LOS MEDIOS PREPARATORIOS A JUICIO EJECUTIVO CIVIL O EL TESTIMONIO
NOTARIAL QUE CONTIENE EL RECONOCIMIENTO) que acompaño como anexo 2.

4.- Es el caso de que el demandado incumpliendo con sus


obligaciones se ha abstenido hasta la fecha de pagar las cantidades siguientes
_________________________, razón por la cual ejercito la acción ejecutiva civil a fin de obtener el
pago de las prestaciones que han quedado señaladas y que han sido reconocidas por mi
contraparte.

DERECHO

I.- Al fondo son aplicables las disposiciones contenidas en


los artículos _____, _____, _____, _____, _____ y demás relativos y aplicables del Código Civil para
el Distrito Federal.

II.- Determinan el procedimiento los artículos 203, 443


fracción IV, 446, 447, 453 a 456 y demás relativos y aplicables del Código de Procedimientos Civiles
para el Distrito Federal.
III.- Rigen la competencia el artículo 156 fracción IV del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal y el artículo 50 de la Ley Orgánica del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal .

Por lo expuesto y fundado,

A USTED C. JUEZ, atentamente pido se sirva:

PRIMERO.- Tenerme por presentado en la forma y


términos del presente escrito, demandando en la VIA EJECUTIVA CIVIL del señor (NOMBRE DEL
DEMANDADO) las prestaciones enumeradas en el proemio de la presente demanda.

SEGUNDO.-Darle entrada a la misma y en consecuencia,


dictar auto con efectos de mandamiento en forma ordenando se requiera al demandado para que
en el acto de la diligencia haga pago de las cantidades reclamadas y no haciéndolo, decretar se le
embarguen bienes de su propiedad suficientes para garantizar lo reclamado, poniéndolos en
depósito de la persona que designe el suscrito.

TERCERO.- Hecho el embargo, emplazar al deudor para


que en un término no mayor de nueve días comparezca al juzgado a hacer el pago o a oponer las
excepciones que tuviere, siguiéndose el juicio ordinario en todos los demás trámites.
SEGUNDO.- En su oportunidad dictar sentencia
condenando al demandado al cumplimiento de las prestaciones enumeradas en el proemio y en su
caso, decretar el remate de los bienes embargados y con su producto hacer pago al suscrito.

PROTESTO LO NECESARIO.

México, D.F. a _____ de __________ de _______.

______________________________________________

AUTORIZÓ: LIC. _____________________________.

CÉDULA PROFESIONAL: _____________________.

FIRMA: _____________________________________.
CAPITULO DE PRUEBAS

I.- DOCUMENTAL PRIVADA.- Consistente en el documento denominado “PAGARE” el cual


constituye la base de la acción ejercitada; suscrito por nuestro ahora demandado a favor de mi
endosante ARMANDO SILVA CARDENAZ. Documental que se adjunta en original bajo el ANEXO
No. UNO. Dicha probanza la relaciono amén de que acrediten los puntos I , II , III y IV del Capítulo
de Hechos de la presente demanda; prueba que por si misma acredita la procedencia de nuestra
acción por ser prueba preconstituida del adeudo.

II.- CONFESIONAL.– Con cargo al señor MARIANO LOMELI DEL REAL consistente en las
posiciones que en sobre cerrado y que oportunamente se presentara a este H. Juzgado, y que
deberá absolver en forma personal y directa y no mediante apoderado, en la fecha y hora que se
señale para tal efecto, debiéndose citar y apercibir legalmente para que en el caso que no
comparezca se le declare confeso de las posiciones que se califiquen de procedentes. Relaciono
esta probanza con todos y cada uno de los puntos de hechos de la demanda por ser propios del
absolvente.

III.- INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES.- Consistente en todos y cada una de las


actuaciones derivadas del presente juicio y que favorezca a los intereses de mi Endosante. Esta
probanza la relaciono con todos y cada uno de los hechos de esta demanda, y en razón de elevarse
al rango de instrumental pública, es manifiesto que por si solo hace prueba plena.

IV.- PRESUNCIONAL LEGAL Y HUMANA.– Consistente en todas las presunciones que


establece expresamente la ley y las que se deducen necesariamente de un hecho comprobado.
Esta prueba la relaciono con todos y cada uno de los hechos que constan en la presente demanda.

DERECHO

1.- Sirve de fundamento a la presente demanda los artículos 1090, 1091, 1092, 1093, 1391
al 1414 y demás relativos del Código de Comercio.
2.- En cuanto al fondo del asunto, son aplicables los artículos 1, 3, 5, 77, 79, 80, 81, 85, 86,
88, 90, 109 al 116, 126 al 132, 150, 151, 152, 170, 171 ,174 y demás relativos y aplicables de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito.

Por lo anteriormente expuesto y debidamente fundado, A USTED C. JUEZ A QUIEN ME


DIRIJO, atentamente pido:

PRIMERO.- Tenerme por presentando demanda, documentos y copias simples que


acompaño, demandando en la vía ejecutiva mercantil, con el carácter que ostento; reclamando de
la persona que indico las prestaciones señaladas.

SEGUNDO.- Dictar auto de exequendo, con efectos de mandamiento de ejecución a fin de


que la parte demandada sea requerida de pago inmediato y de no hacerlo en el momento de la
diligencia se le embarguen bienes de su propiedad suficientes a garantizar lo reclamado,
ordenando se deje en depósito de la persona que oportunamente se designe.

TERCERO.- Autorizar expresamente al C. Diligenciario para que, en caso de ser necesario,


lleve a cabo la diligencia de exequendo conforme a las estipulaciones del vigente articulo 1393, así
como lo establecido en forma supletoria por el artículo 432 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, en el sentido de que en caso de que no se encuentre el demandado en la primera
búsqueda y que el mismo no espere el citatorio que se le deje, se entienda la diligencia con los
parientes, empleados ó domésticos de la parte demandada ó cualquier otra persona que viva en el
domicilio ó con el vecino más inmediato, Y SI SE ENCONTRARE CERRADA LA CASA O SE IMPIDA EL
ACCESO A ELLA, QUE EL EJECUTOR JUDICIAL REQUIERA EL AUXILIO DE LA POLICÍA PARA HACER
RESPETAR LA DETERMINACIÓN JUDICIAL, Y HAGA QUE EN SU CASO SEAN ROTAS LAS CERRADURAS
PARA PODER PRACTICAR EL EMBARGO DE BIENES QUE SE HALLEN DENTRO DE LA CASA, siguiendo
las reglas para el embargo.

CUARTO.- En su oportunidad, dictar sentencia definitiva, condenando al demandado por


el pago de las cantidades reclamadas, y en su caso, hacer trance y remate de los bienes
embargados, decretando que, con su producto se pague a la parte actora.

QUINTO.- Proveer lo conducente.


QUERETARO, QUERETARO., al momento de su presentación.

PROTESTO MIS RESPETOS

________________________

LIC. ALEJANDRO PEREZ PEREZ

ENDOSATARIO EN PROCURACION

http://todoelderecho.com/Apuntes/Civil/Apuntes/CONCUBINATO.htm

indemnización por ruptura

solicitar desalojo de ex pareja

atribución de la vivienda

restricción para disponer del inmueble

pension alimenticia por 5 años, mismo tiempo que yo lo mantuve


daño moral

DESOCUPACIÓN DEL INMUEBLE.

Artículo 9 – El conviviente propietario del inmueble asiento del hogar de la pareja, que
resuelve poner fin a la relación, deberá notificar al otro en forma fehaciente su voluntad de
obtener la desocupación de la vivienda. El plazo para abandonar la vivienda es de un año
desde la notificación.

Ante causas graves, en proceso sumario, el propietario podrá solicitar la exclusión del
hogar del otro conviviente.

Comentario: Si bien la doctrina tiene claro que quien ingresa a un domicilio con el
consentimiento ab initio del propietario del mismo no comete intrusión en los términos del
artículo 680 del Código Procesal de la Nación, puesto que se es intruso desde el comienzo y
no por conversión de la relación en el transcurso del tiempo, y "ni un enojo o desavenencia
de la vida en común puede dar un calificativo ulterior que no se tuvo de entrada", sería
conveniente que por razones de justicia, este concepto queda plasmado en la ley, pues no
son pocos los casos dramáticos en que, tras varios años de convivencia, uno de los
componentes de la pareja le exija al otro la desocupación del inmueble que fue asiento del
hogar, quedando el desalojado en una total situación de desamparo. Si bien sabemos que el
dominio es un título perfecto erga omnes, la solución podría pasar por conceder un tiempo
razonable a quien deba dejar el domicilio, sin abonar suma alguna desde la comunicación
que el otro conviviente haga de poner fin a la relación. Tiempo suficiente como para que
éste pueda resolver su problema de vivienda.

INDEMNIZACIÓN POR DAÑO.

Artículo 10 – Modifíquese el artículo 1084 del Código Civil por el siguiente enunciado:

Si el delito fuere homicidio, el delincuente tiene la obligación de pagar todos los gastos
hechos en la asistencia del muerto y en su funeral; además lo que fuere necesario para la
subsistencia de la viuda o conviviente e hijos del muerto, quedando a la prudencia de los
jueces, fijar el monto de la indemnización y el modo de satisfacerla.

Artículo 11 – Modifíquese el artículo 1085 del Código Civil por el siguiente enunciado:

El derecho de exigir la indemnización de la primera parte del artículo anterior, compete a


cualquiera que hubiere hecho los gastos de que allí se trata. La indemnización de la segunda
parte del artículo, podrá ser exigida por el cónyuge o el conviviente sobreviviente y por los
herederos necesarios del muerto, si no fueran culpados del delito como autores o cómplices,
o si no lo impidieron pudiendo hacerlo.
Comentario: Normalmente los convivientes comparten todos los aspectos de la vida, tanto
es así que la doctrina habla de matrimonio en apariencia y ya se sabe que muchas veces la
mujer depende del compañero para su subsistencia, como una mujer de su marido "de
forma tal que la muerte del compañero produce en los hechos la pérdida del modo en que
efectivamente hallaba atención a sus necesidades, además de provocar en los casos
normales afección a los sentimientos.

Como para terminar con las incertidumbres que acarrea la interpretación del juego de los
artículos 1077, 1079 -criterio amplio-, 1084 y 1085 –criterio restringido-, o si alcanza con
probar un daño directo y cierto, o si se tiene un interés simple o solamente procede el
interés jurídicamente protegido, es necesario reconocer expresamente la acción a los
convivientes que invocan un perjuicio cierto y directo, toda vez que el ordenamiento
jurídico no prohibe ni reprime el concubinato. Salvat consideraba que debía otorgarse
acción a la concubina, pues se confiere a toda persona perjudicada por el delito. Zanoni,
Molina y Rodriguez dicen que se considerará con derecho a indemnización a quien hubiese
vivido públicamente con la víctima en aparente matrimonio por un lapso de tiempo que
deja a consideración del juez para hacer procedente la acción.

El obstáculo sería la imposibilidad de invocar la lesión de un interés jurídicamente


protegido, se estima que la concubina –en su carácter de tal- carece de legitimación activa
iure propio para reclamar el resarcimiento del daño derivado de la muerte de su compañero.

INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL.

Artículo 12 – Modifíquese el artículo 1078 del Código Civil por el siguiente enunciado:

La obligación de resarcir el daño causado por los actos ilícitos comprende, además de la
indemnización de pérdidas e intereses, la reparación del agravio moral ocasionado a la
víctima.

La acción por indemnización del daño sólo competerá al damnificado directo: si del hecho
hubiere resultado la muerte de la víctima, tendrán derecho a la acción los herederos
forzosos y la o el conviviente que al tiempo de la muerte de la víctima hubiere vivido en
concubinato por un tiempo no inferior a cinco años.

Comentario: Por la misma afección al sentimiento que padece una esposa o un esposo, sería
equitativo asimilar al mismo régimen a la o el conviviente, razón por la cual se propone la
modificación del artículo 1078 del Código Civil que expresamente se refiere a los
herederos forzosos.
MODELO DE DEMANDA DE JUICIO DE DESAHUCIO.

C. JUEZ DE LO CIVIL EN TURNO

PRESENTE

mexicana, mayor de edad, por mis propios derechos y


señalando como domicilio para oir y recibir notificaciones el despacho
marcado en la calle________con número de esta ciudad y
autorizando para tales efectos a los C. LIC. ______________ante
usted respetuosamente comparezco para exponer:
Que por medio del presente escrito vengo a promover JUICIO DE
DESAHUCIO, en contra de ____________________________ con
domicilio en ___________________ , del cual demando las siguientes
prestaciones:

A).-La desocupación y entrega de la finca arrendada que es la casa ubicada


en la ____________________ de esta ciudad la cual es materia del
contrato base de la acción que se contiene en el documento que se anexa
al presente escrito,con todas sus accesiónes e instalaciones que por estar
incorporadas al inmueble forman parte del mismo.

B).- El pago de las mensualidades que van de la correspondiente al mes


de hasta esta fecha es decir desde la que comienza a partir
del de de hasta la que inicia
el de de , a razón de $ ( )
mensuales, que debieron pagarse también por adelantado, y que dán un
total tres mensualidades, dando un total de $ ( ).

C).-El pago de los daños y perjuicios que se me hayan ocasionado y que se


me ocasionen en el futuro con motivo de la mora en la desocupación del
inmueble arrendado.

D).-El pago de las mensualidades rentísticas que se venzan en el futuro


hasta la total desocupación del inmueble y sus accesiónes y la entrega del
mismo.

E).-El pago de los intereses que se causen por la mora en el pago de las
mensualidades omitidas.

F).-El pago de los adeudos que existan a la fecha de la desocupación ,por


concepto de agua y fuerza eléctrica consumidos por el inquilino ,con la
Comisión Federal de Electricidad y la Junta Municipal de Aguas y
Saneamiento.
G).-El pago de los gastos y costas que el presente juicio origine.

Fundo mi demanda en los siguientes hechos y consideraciones de derecho:

HECHOS:

1.- Con fecha de de celebré contrato de arrendamiento con el


señor de la casa marcada con el número de la
calle y de esta ciudad.

2.- En el contrato mencionado se pactó expresamente que la renta sería


pagada por adelantado en el domicilio del arrendador, ubicado en la casa
marcada con el número de la calle de esta ciudad, según
la cláusula , y habiéndose abstenido de pagar el inquilino
las rentas que quedaron mencionadas en el preámbulo de esta demanda,
y no obstante las múltiples gestiones que se han realizado para su cobro,
me veo obligado a promover el presente juicio el cual es procedente en
virtud de que son más de dos las mensualidades adeudadas,más las demás
prestaciónes accesorias reclamadas.

3.- En dicho contrato se estableció una pena convencional en la cláusula


sexta en caso, de que el inquilino no hiciera entrega del inmueble en la
fecha pactada para la terminación del contrato el incremento de la renta
sería de un mensual.

DERECHO

Son aplicables en cuanto al fondo los artículos y demás


relativos del Código Civil para el Estado y por lo que se refiere al
procedimiento son aplicables los artículos y demás
relativos del Código de Procedimientos Civiles vigente en el estado.
POR LO ANTES EXPUESTO Y FUNDADO A USTED C. JUEZ ATENTAMENTE
PIDO :

PRIMERO.-Tenerme por presentado con este escrito y documentos anexos


demandando al señor por las prestaciónes que han quedado
mencionadas en el preámbulo de esta demanda.

SEGUNDO.-Requerir al demandado para que justifique estar al corriente


con el pago de las rentas y en su caso se le prevenga para que en el
término de ley proceda a desocupar el bien arrendado ,apercibiéndolo de
lanzamiento a su costa en caso de no hacerlo.

TERCERO .- Se le embarguen bienes suficientes de su propiedad para


cubrir las prestaciones reclamadas y se le emplace con las copias simples
de ley que adjunto a la presente demanda.

PROTESTO LO NECESARIO

FECHA

FIRMA

Partes: Francone Carlos A. y os. c/ Roldán E. y os. s/ desalojo


Tribunal: Cámara de Apelación de Circuito de Rosario
Fecha: 8-nov-2013
Cita: MJ-JU-M-84828-AR | MJJ84828 | MJJ84828
El ex concubino no titular del inmueble en el que residió durante la convivencia y continúa
habitándolo, finiquitado el concubinato, debe probar para no ser desalojado la existencia de una
sociedad de hecho, y que el inmueble pertenece a dicha sociedad.
Sumario:
1.-Corresponde confirmar la sentencia que hizo lugar a la demanda de desalojo de la ex concubina
y su hijo, habiendo cesado el concubinato, pues éste por sí solo no es fuente de derechos de
índole patrimonial entre los integrantes de la pareja, no resultan aplicables analógicamente las
normas matrimoniales, sino que la solución de todos los conflictos entre quienes han convivido en
aparente matrimonio, se rige en el marco del derecho común, y en el caso, el concubino no titular
del inmueble, sólo es un simple tenedor, en razón de un vínculo de hospitalidad.
2.-La permanencia y estabilidad de hecho en el inmueble donde convivieron los concubinos no
altera el carácter de poseedor en el que encuentra el propietario, como tampoco eleva o cambia la
categoría a su concubino o concubina en el ejercicio de las potestades que el orden posesorio les
asigna y finiquitada la convivencia, no se genera derecho, por parte del concubino no propietario
del inmueble para continuar en el uso del mismo, ya que este último no habrá adquirido derechos
respecto a la titularidad del inmueble, aunque invoque la existencia de una sociedad de hecho con
su concubino, mientras no pruebe dicha existencia, y, además, que el inmueble pertenece a la
sociedad, lo que no sucedió en el caso.
3.-El concubinato, por prolongado que fuere, no prueba por sí mismo la existencia de una sociedad
de hecho entre los concubinos, así, es procedente la acción de desalojo entablada por los titulares
dominiales contra la ex concubina de uno de los cotitulares, que continuó en la detención material
del inmueble una vez finalizada la convivencia, por ser legitimada pasiva según el art. 517 CPCC.
al considerársela o tenedora precaria, por estar expresamente prevista en dicha norma y por su
condición de concubina, que encuadrada dentro de lo que la referida disposición ritual refiere a
cualquier otro ocupante o tenedor cuya obligación de restituir o entregar sea exigible.
4.-Debe desalojar el inmueble que habita la ex concubina finiquitada la convivencia, cuando si bien
alegó la recurrente aduce haber contribuido en la construcción del departamento -planta alta del
inmueble, donde se produjo la convivencia-, con importante cantidad de dinero, fruto de sus
diversas actividades desarrolladas la recurrente no ha efectuado la más mínima acreditación de
que haya contribuido con su propio peculio a realizar la construcción de la planta alta del inmueble
de marras.
5.-A los fines de eximirse de las costas, el codemandado que alegó haberse allanado a la
pretensión de restituir el inmueble, resulta ineficiente, sino materializó el cumplimiento de la
prestación -restitución del inmueble-, sino que se vio doblemente enervado con la negativa férrea
de su madre codemandada a restituir el inmueble a sus titulares, desde que en toda ocupación de
un inmueble por parte de quien tiene obligación de restituirlo a su legítimo poseedor, las
responsabilidades del ocupante se extienden y gravan a éste hasta el momento mismo en que se
opera la real restitución del bien a su reclamante, independientemente, de que en fecha anterior se
haya comunicado la voluntad de devolver el inmueble, y aun en el caso de abandono del mismo.
Fallo:
En la ciudad de Rosario, el día 8 de noviembre del año dos mil trece, reuniéronse en Acuerdo los
Jueces de la Cámara de Apelación de Circuito doctores Eduardo Jorge Pagnacco, Ricardo Juan
Pedro Netri y René Juan Galfré, para dictar sentencia en los caratulados “F. C. A. Y OTS. C/R. E. Y
OTS. S/DESALOJO” Expte. N° 147/13 (Expte. N° 1485/10 del Juzgado de Primera Instancia de
Circuito 5a. Nominación de Rosario).-
Se resolvió someter a sorteo el estudio de la causa, resultando el siguiente orden: doctores René
Juan Galfré, Ricardo Netri y Eduardo Jorge Pagnacco.-
Hecho el estudio de la causa, se resuelve plantear las siguientes cuestiones:
1º) ES NULA LA SENTENCIA RECURRIDA ?
2º) EN SU CASO, ES JUSTA ?
3º) QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR ?
A la primera cuestión, el doctor Galfré dijo:
Mediante la Sentencia N° 2506/12 (fs. 196/200), a cuya relación de la causa me remito por razones
de brevedad, se resolvió hacer lugar a la demanda incoada, y se condenó a la parte demandada E.
B. R. y/o G. M. P. y/u Ocupantes y/u Usurpadores, a desalojar el inmueble sito en la calle
Antequera N° 778, Planta Alta, de esta ciudad de Rosario, en el término de quince días, bajo
apercibimiento de lanzamiento en caso de incumplimiento; imponiendo las costas a la demandada
(art. 251 C.P.C.C.).-
Contra dicho pronunciamiento se alzan los codemandados E. B. R. (f. 208) y G. M. P. (f. 211),
interponiendo sendos recursos de apelación y nulidad en subsidio, los que fueron concedidos por
la Juez A-quo a fs. 210 y 223, respectivamente; y llegados los autos a esta instancia expresan
agravios a fs. 246/257 y 259/262, respectivamente; los que fueron contestados por la actora a fs.
264/271.-
Encontrándose consentida la providencia que llamó los autos para dictar sentencia (fs.273 y 274),
quedan los presentes en estado de resolver.-
Los recursos de nulidad deducidos por ambos recurrentes no han sido sustentados en esta
instancia, y tampoco resulta de lo actuado que se hayan violado u omitido las formalidades
prescriptas con carácter sustancial por la ley de rito, cuyo quebrantamiento podría autorizar la
declaración oficiosa de nulidad.-
Por ello, voto por la negativa.-
A la misma cuestión, los doctores Netri y Pagnacco dijeron:
De acuerdo con lo expuesto por el Vocal preopinante, votamos en igual sentido.-
A la segunda cuestión, el doctor Galfré dijo:
a) Apelación de la codemandada señora E. B. R. (fs. 246/257):
La recurrente reprocha, en su primera queja, que -en orden a la legitimación pasiva- la agravia lo
aseverado por la Juez A quo, habida cuenta de que “.ambos codemandados, carecen de título
hábil que les permita ocupar el inmueble y sustraerse a la obligación de restituir.”.-
Expresa que “.la Sra. R. no ostentaba la posesión a título precario, ni en carácter de locataria,
sublocataria, cesionaria de la locación, simple tenedor, intrusa, comodataria, guardadora, etc., ni
mediante acto o contrato alguno que la obligue a restituir el inmueble, la posesión, uso y goce del
mismo derivaba de su calidad de propietaria, como consecuencia directa de haberlo construido,
con los aportes económicos producto de su trabajo.”.-
Dice que “.la acción incoada no debió prosperar por cuanto el desalojo no es el remedio procesal
adecuado contra los poseedores.Mi parte mediante elementos probatorios aportados a la presente
causa ha demostrado prima facie y verosímilmente poseer a título de dueña.”.-
Acota que la relación de concubinato -ya concluída- mantenida por la recurrente con uno de los
actores -señor Raúl Alfredo Francone- se encuentra reconocida en la presente causa.-
En el segundo agravio, reprocha que la A quo haya considerado que resulta irrelevante a los fines
de analizar la pretensión de fondo, el debate planteado con relación a las mejoras realizadas en el
inmueble, como así también el hecho por el cual los coactores vieron vedado su ingreso, pues el
mismo, amen de ser objeto de un proceso de conocimiento posterior que permita su reclamo,
exorbita los límites de esta causa.-
Aduce que “.lo que la Juez A quo consideró como ‘irrelevante a las mejoras’, éstas consistieron en
nada más y nada menos que ‘la construcción total de un departamento partiendo desde cero’.”.-
En lo que podría considerarse un tercer agravio, la recurrente plantea que la “.agravia la sentencia
de la A quo cuando manifiesta que ‘la relación concubinal no le otorga, ni el derecho de propiedad
ni el de posesión del inmueble’.Mi mandante no resiste la acción de desalojo exclusivamente en
función de su condición o carácter de ex-concubina, sino, en virtud de que detenta desde hace más
de 18 años la posesión del mismo, lo que mi parte manifiesta y quiere hacer entender es que la
Sra. R. poseía el inmueble en carácter de dueña, por ser ella quien contribuyó y construyó
económicamente con dinero fruto de sus diversos trabajos la fuente de los ingresos económicos de
la Sra. R. y de su hijo Sr.P.”.-
Agrega que acreditó el animus domini con la documental detallada en la causa, y con 13 recibos
originales que acreditan que abonó Impuesto Inmobiliario que gravaba el inmueble de autos; y que
“.para mayor certeza el carácter de dueña fue sostenido por la declaración que hiciera
oportunamente la testigo Sra. Castro, vecina de las partes intervinientes en los presentes.”.-
Sostiene que “.en nuestro caso ninguno de los actores tuvo la posesión del inmueble en litigio,
salvo el Sr. Raúl Francone, cuya posesión se vio interrumpida por más de dos años cuando
abandonó a su pareja demandada Sra. R. y consecuentemente, el hogar y su posesión sobre el
inmueble construido por la pareja.”.-
Reproduce una abrumadora cantidad de jurisprudencia, trasuntada en una sucesión incoherente y
desordenada de fallos, que no contribuyen a esclarecer el íter controversial de la presente causa,
ni tampoco enriquecen la postulación de agravios que se trajo en Alzada.-
Finalmente, peticiona la revocación de la sentencia recurrida, y la imposición de costas a la parte
actora.-
b) Apelación del codemandado señor G. M. P. (fs. 259/262):
El apelante se agravia de la sentencia de Baja Instancia, respecto de lo expresado por la A quo, de
que ‘los codemandados al expedirse sobre su legitimación pasiva, sostuvieron la inexistencia de la
obligación de restituir’.-
Dice el quejoso, que “.P. no reviste ninguna de estas condiciones por haber sido demandado por el
desalojo de un inmueble que no habita.”.-
Señala, que su afirmación se ve corroborada con el Informe del Señor Oficial de Justicia (f. 28 vta.)
-en oportunidad de cumplimentar la notificación del emplazamiento a estar a derecho-, donde la
atendiente señora E. B. R. -madre del quejoso-, le refirió al notificante, “.que su hijo G. M. P. ya no
vive más en ese domicilio.”.-
Acota, que la señora R. reiteró tal información al Señor Oficial de Justicia (f.61), en ocasión de
practicarse la constatación ordenada en la causa.-
Dice también, que el recurrente -en la absolución de posiciones de fs. 109 vta infra/110 supra-
sostuvo que “yo no vivo allí”.-
Reprocha que se le hayan impuesto las costas de un proceso en el cual el apelante no está
legitimado pasivamente.-
Concluye, peticionando la revocación de la sentencia alzada, con imposición de costas a la actora.-
A fs. 264/271 la actora contesta los agravios vertidos por los dos codemandados recurrentes,
rechazándolos en todas sus partes, y solicita se confirme la sentencia recurrida por constituir una
justa composición de la litis, con costas.-
Entrando al análisis de la apelación interpuesta por la codemandada señora E. B. R., y con
referencia al primer agravio, el cual -a modo de síntesis- refiere a que la recurrente -por su
condición de ex concubina del coactor señor Raúl Alfredo Francone- ejerce la posesión del
inmueble de marras, desde el inicio del concubinato, y que, además, ostenta la calidad de
propietaria, como consecuencia directa de haberlo construido, con los aportes económicos
producto de su trabajo; lo cual no la legitima pasivamente dentro de la presente causa de desalojo,
habida cuenta de que no pesa sobre ella la obligación de restituir el inmueble.-
Adentrando a la problemática planteada -con tanta vehemencia por la recurrente-, se hace
necesario precisar la real situación de la concubina -o, en su caso del concubino- frente al
inmueble que es de propiedad -exclusiva o compartida con otros- del otro concubino, cuando el
concubinato deja de continuarse.-
En tal sentido, cabe adelantar que el concubinato por sí solo no es fuente de derechos de índole
patrimonial entre los integrantes de la pareja.-
Probada una relación concubinaria, no resultan aplicables analógicamente las normas
matrimoniales, sino que la solución de todos los conflictos entre quienes han convivido en aparente
matrimonio, debe solucionarse en el marco del derecho común.-
La mera convivencia extramatrimonial con el titular dominial de un bien, no otorga al conviviente no
titular, unavez que se produce el cese convivencial, título alguno para continuar ocupando el
inmueble de propiedad del otro, pasando a revestir la calidad de tenedor precario, contra el cual
puede el titular dominial -o sus herederos-, promover el pertinente juicio de desalojo.-
Frente a ello, no puede oponerse la idoneidad de este especial y sumario juicio, dada la
complejidad de las relaciones que deban ser solventadas en un proceso declarativo ordinario. Lo
contrario constituiría un flagrante ataque al mas elemental principio de economía procesal,
proscribiendo el juicio de desahucio ante determinadas situaciones en base a criterios
extrajurídicos.-
Ello, sin dejar de reconocer la posible existencia de una convivencia que podría dar sustento a
algún derecho a pensión.-
Así planteado el marco legal, surge indúbito que el concubino del propietario de un inmueble, hace
efectiva su ocupación sin desplazamiento del poseedor, que, debido a la relación que los une,
cohabitan el inmueble, no teniendo el concubino no propietario, título alguno para ocupar el bien.
Es por eso que éste no alcanza a ser representante del poseedor.-
El concubino no titular del inmueble, sólo es un simple tenedor, en razón de un vínculo de
hospitalidad.-
La permanencia y estabilidad de hecho no altera el carácter de poseedor en el que encuentra el
propietario, como tampoco eleva o cambia la categoría a su concubino o concubina en el ejercicio
de las potestades que el orden posesorio les asigna.-
Palacio señala que el concubino no titular sólo es un tenedor precario, por gozar del derecho de
ocupar gratuitamente un bien inmueble mediante un título que es revocable a voluntad del que le
ha concedido ese derecho, es decir, a raíz de un acto de liberalidad o tolerancia por parte de su
dueño y sin plazo alguno, razón por la cual este último puede requerir la devolución en cualquier
momento. (PALACIO, “Derecho Procesal Civil”, Edit. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1992-1994, 4a.
edic., T.VII, pág.95).-
Ello así, cabe entender que -al operarse el finiquito del concubinato- no se genera derecho -por
parte del concubino no propietario del inmueble donde habitaban los convivientes- a la
continuación en el uso de dicho inmueble, ya que este último no habrá adquirido derechos respecto
a la titularidad del inmueble, aunque invoque la existencia de una sociedad de hecho con su
concubino, mientras no pruebe dicha existencia, y, además, que el inmueble pertenece a la
sociedad.-
El concubinato, por prolongado que fuere, no prueba por sí mismo la existencia de una sociedad
de hecho entre los concubinos.-
Así las cosas -como ya lo expresara precedentemente-, si el propietario de un inmueble, ha puesto
fin a una relación concubinaria con otra persona, y pretende recuperar ese bien que se encuentra
ocupado por su ex conviviente, la condición de esta última es la de una ocupante precaria o simple
tenedora, con obligación de restituir el inmueble.-
En concordancia con ello, el Código Civil dispone:
Artículo 2463: “El simple tenedor de la cosa está obligado a conservarla, respondiendo de su culpa,
conforme la causa que le dio la tenencia de la cosa”.-
Artículo 2465: “Debe restituir la cosa al poseedor a cuyo nombre posee, o a su representante,
luego que la restitución le sea exigida conforme a la causa que lo hizo tenedor de la cosa”.-
Abundando en estos considerandos, cabe advertir que la titularidad dominial del inmueble en crisis,
también recae en cabeza de los restantes actores -Carlos Alberto Francone, José Daniel Francone
y Rosalía Vicenta Crisa viuda de Francone-, conforme obra acreditado mediante Declaratoria de
Herederos N° 2906 de fecha 04 de Diciembre de 2006, dictada por el Juzgado de Primera
Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la 7a.Nominación de Rosario (f.6), por fallecimiento
del señor José Francone.-
Por ello, la legitimación activa para accionar por desalojo, no la tiene unicamente el concubino
copropietario del inmueble ocupado por la ex conviviente -como resulta ser el señor Raúl Alfredo
Francone-, sino que, también, todos los demás cotitulares dominiales que poseen el derecho a
recuperar la tenencia de dicho bien, que, con carácter precario habían otorgado a la codemandada
R. en ocasión de su concubinato con este último condómino.-
Conforme a ello, cabe agregar que el inmueble en crisis no está sometido al régimen de Propiedad
Horizontal. Por lo que se trata de un único inmueble constituido por la planta baja y la planta alta.-
En la planta baja vive la coactora Rosalía Vicenta Crisa viuda de Francone (madre de los restantes
actores), y en su terraza -hoy planta alta- el coactor Raúl Alfredo Francone -ex concubino de la
codemandada E. B. R.- construyó la superficie edificada que ocupó con la misma, hasta que
desistió del concubinato mantenido con ésta.-
Razón por la cual los restantes coactores -madre y hermanos del concubino copropietario- no han
perdido la posesión del inmueble, puesto que el mismo está integrado por el todo de la edificación,
y mal puede admitirse la postulación de la recurrente en orden a que tiene “la posesión del
inmueble”.-
Por tanto, la legitimación pasiva de la recurrente E. B.R., emana desde dos vertientes previstas por
el artículo 517 C.P.C.C.: a) si se la considera “tenedora precaria”, por estar expresamente prevista
en dicha norma; b) en su condición de concubina, por estar encuadrada dentro de lo que la referida
disposición ritual refiere a “cualquier otro ocupante o tenedor cuya obligación de restituir o entregar
sea exigible”.-
Ergo, resulta procedente la acción de desalojo entablada por los titulares dominiales contra la ex
concubina de uno de los cotitulares, que continuó en la detención material del inmueble una vez
finalizada la convivencia.-
Este primer agravio es rechazado.-
Pasando al segundo y tercer agravios, los mismos serán tratados en forma conjunta, habida cuenta
de su estrecha afinidad.-
Excluyendo de dichos agravios, los aspectos referidos a la posesión y titularidad dominial alegados
por la recurrente, y que ya fueron tratados al considerar el primer agravio, la quejosa agrega que
no resiste la acción de desalojo exclusivamente en función de su condición o carácter de ex-
concubina, sino, en virtud de que detenta desde hace más de 18 años la posesión del mismo, y
que posee el inmueble en carácter de dueña, por ser ella quien contribuyó y construyó
económicamente con dinero fruto de sus diversos trabajos el inmueble del que se la pretende
desalojar, y que la referida contribución consistió en la construcción total de un departamento
partiendo desde cero. Agrega que acreditó el animus domini con la documental detallada en la
causa, y con 13 recibos originales que demuestran que abonó Impuesto Inmobiliario que gravaba
el inmueble de autos; y que, para mayor certeza, el carácter de dueña fue sostenido por la
declaración que hiciera oportunamente la testigo señora María Alejandra Castro, vecina de las
partes intervinientes en los presentes.-
En este aspecto -tal como se indicara en el análisis del primer agravio-, no resultan aplicables
analógicamente las normas matrimoniales (sociedad conyugal), sino las del derecho común
(verbigracia:sociedad de hecho, etc.), en cuya virtud, recae sobre la concubina o concubino no
titular del inmueble en que residieran durante la convivencia, la prueba de la existencia de dicha
sociedad de hecho, y que el inmueble pertenece a dicha sociedad.-
El concubinato no crea ni permite presumir la presencia de una sociedad de hecho, ello no significa
que no pueda acreditarse su existencia en un caso concreto, produciendo la prueba de aportes en
dinero, bienes o trabajo personal de los concubinos.-
Remitido al caso controversial, la recurrente aduce haber contribuido en la construcción del
departamento (planta alta del inmueble), con importante cantidad de dinero, fruto de sus diversas
actividades desarrolladas -hasta el presente- en emprendimientos comerciales tales como: trabajos
de imprenta, papelería comercial, venta de ropa, verdulería y diseño gráfico (expresando a f. 109
infra, que estos últimos “los cobro muy caros”); actuando como cuentapropista.-
Pero, es del caso, que la recurrente no ha efectuado la más minima acreditación de que haya
contribuido con su propio peculio a realizar la construcción de la planta alta del inmueble de
marras.-
Las facturas de materiales de construcción -obrantes a fs. 33/41- y por trabajos de albañilería -f.
65-, no se encuentran reconocidas por sus emitentes, y, aun si lo fueren, muchas de ellas no están
a nombre de la quejosa R., razón por la cual no resultan eficientes para sustentar la afirmación de
la codemandada.-
Los recibos de impuesto inmobiliario -obrantes a fs. 96/108- no acreditan que hayan sido abonados
por la recurrente demandada, habida cuenta de que, aunque se encuentren en poder de la misma -
y tal como refiere el coactor Raúl Alfredo Francone (f 110 vta. supra, respuesta a la posición
Decimosegunda) y los demás coactores (fs. 111/111 vta.)-, los mismos no le fueron permitidos
retirar de su hogar al ex concubino Francone y los retuvo la codemandada R. juntamente con
demás documentación del inmueble, tales como escritura y planos.-
Tampoco obra acreditación de que la señora R.haya realizado alguna otra actividad comercial
registrable, conforme surge de los informes emitidos por AFIP (f. 129), y ANSES (fs.167/169).-
Y, además su cuenta bancaria en Caja de Ahorros N° 118426/09 del Nuevo Banco de Santa Fe,
Sucursal Tribunales, fue cerrada el día 02/10/2003, conforme Informe de dicha entidad crediticia,
obrante a f. 114.-
Por lo que mal puede admitirse la afirmación de la codemandada Roldán en orden a que ella
construyó con bienes propios ese “importante departamento” -como ella lo califica a f. 256 infra-.-
Por todo ello, el segundo y tercer agravios, también son rechazados.-
Por consiguiente, considero que el recurso de apelación interpuesto por la codemandada E. B. R.,
debe ser rechazado.-
Las costas de Alzada se imponen a la recurrente perdidosa (art. 251 C.P.C.C.).-
A continuación se pasa a considerar la apelación interpuesta por el codemandado señor G. M. P.,
quien finca su queja en su falta de habilidad para ser legitimado pasivamente en la presente causa,
alegando como razón para efectuar tal apreciación, la circunstancia de que ha sido demandado por
el desalojo de un inmueble que él no habita. Aseveración que -según estima el recurrente- se
encuentra corroborada por diversas actuaciones que obran en la causa. Y que, como
consecuencia de ello, se le han impuesto las costas de un proceso en el cual el apelante no está
legitimado pasivamente.-
Remitido a las constancias de autos, emana de la Carta Certificada con Aviso de Recibo N° CU
36004071-1 (f. 8/8 vta.) remitida por el letrado de los actores a ambos codemandados -E. B. R. y
G. M. P.- en fecha 25 de Setiembre de 2008, mediante la cual se los intimó a efectuar la
desocupación del inmueble que o cupan a título precario, sito en la calle Antequera N° 778 Planta
Alta de Rosario.-
Respondiendo a dicha misiva, obra a f. 47/47 vta. la Carta Certificada Plegada con Aviso de
Retorno de fecha 29 de Octubre de 2008, que fuera remitida por el recurrente señor G. M.P. a la
coactora señora Rosalía Vicenta Crisa.-
En esta carta de contestación, el quejoso P., expresa textualmente: “.Acuso recibo de su Carta CU
36004071-1, la cual acepto parcialmente, allanándome a su pedido de desocupar el inmueble.
Como es de vuestro entero conocimiento, el inmueble de marras es fruto de años de trabajo y
esfuerzo de su madre B. R., quien construyó el mismo conjuntamente con su hijo Sr. Raúl Alberto
Francone mientras subsistía la relación afectiva que los unía. No obstante ello, en virtud de la
presente notifico a Ud. que procedo a desocupar el inmueble sito en la calle Antequera N° 778,
Planta Alta en el día de la fecha. Saluda atte. G. M. P. D.N.I. 31.784.536”.-
Conforme a este intercambio epistolar -y hasta allí-, sólo emana la comunicación efectuada por el
codemandado P. de su voluntad de desocupar el inmueble, pero en modo alguno esta voluntad
queda cumplimentada con la entrega material del inmueble a sus titulares -actores-.-
Esta circunstancia “nunca” ha sido cumplimentada por el co-ocupante del inmueble -señor P.-, y se
ve corroborada por su afirmación efectuada en oportunidad de absolver posiciones (fs. 109 vta.
infra/110 supra), cuando ante la pregunta a la posición Octava del pliego obrante a f.95, referida a
“Para que diga como es cierto que nunca restituyó el inmueble a sus propietarios”, respondió: “Yo
no vivo allí. Yo no le restituí el inmueble”.-
Cabe acotar que el allanamiento consiste en la declaración de voluntad del demandado de
someterse a la pretensión solicitada por el actor.-
El allanamiento debe ser incondicionado y con el cumplimiento de la prestación.-
En el presente caso, ambos codemandados constituyen un litisconsorcio necesario, razón por la
cual el allanamiento de un litisconsorte carece de eficacia, en razón de la indivisibilidad del objeto
litigioso.-
Por tanto, el “allanamiento” que expresara al codemandado G. M.P., no sólo no resulta eficiente,
habida cuenta de que no se materializó con el cumplimiento de la prestación -restitución del
inmueble-, sino que se vio doblemente enervado con la negativa férrea de su madre codemandada
señora E. B. R. (vide Carta Documento de f. 7 y las demás presentaciones que obran en la causa)
a restituir el inmueble a sus titulares.-
En toda ocupación de un inmueble por parte de quien tiene obligación de restituirlo a su legítimo
poseedor, las responsabilidades del ocupante se extienden y gravan a éste hasta el momento
mismo en que se opera la real restitución del bien a su reclamante. Ello independientemente, de
que en fecha anterior se haya comunicado la voluntad de devolver el inmueble, y aun en el caso de
abandono del mismo.-
Por todo ello, el recurrente P., no se ha liberado de su responsabilidad por la no entrega del
inmueble a sus titulares, aunque -como él lo expresa- ya no viva en dicho lugar.-
De esta forma, con su incumplimiento ha dado causa suficiente a los actores para codemandarle
en la pretensión de desalojo del inmueble.-
Pero, no obstante ello, cuando fue emplazado a comparecer en la causa, y posteriormente a
contestar la demanda impetrada por los titulares dominiales -pudiendo allanarse y entregar el
inmueble, no lo hizo-, respondió (fs. 48/49) rechazando la demanda y saliendo en defensa de los
argumentos de su madre codemandada señora E. B. R., que -como ya se viera al tratar
precedentemente el recurso de apelación de la misma- ésta resistió la devolución del inmueble.-
Bajo tales circunstancias, resultan irrelevantes las remisiones que el quejoso efectúa respecto a los
dichos de su madre al Señor Oficial de Justicia en las oportunidades de notificación del
emplazamiento a estar a derecho (f. 28 vta.) y en ocasión de practicarse la constatación ordenada
en la causa (f. 61), en el sentido de “.que su hijo G. M. P. ya no vive más en ese domicilio.”. Como
tampoco deviene eficiente la ya referida absolución del quejoso P.(f. 110 supra), donde sostuvo
que “yo no vivo allí”.-
Por tanto, el recurrente G. M. P. se encuentra legitimado pasivamente para ser accionado por
desalojo por parte de los actores titulares dominiales del inmueble en crisis, y, habiendo sido
condenado a desocupar el inmueble, debe cargar con las costas de la Baja instancia, en los
términos del art. 251 C.P.C.C.-
Los agravios del quejoso son rechazados.-
Por consiguiente, considero que el recurso de apelación interpuesto por el codemandado G. M. P.,
debe ser rechazado.-
Las costas de Alzada se imponen al recurrente perdidoso (art. 251 C.P.C.C.).-
Deviniendo de todas las consideraciones precedentes -vertidas al considerar ambos recursos de
apelación-, la sentencia recurrida, luce ajustada y debe ser confirmada, estando el desalojo
correctamente ordenado.-
Por lo expuesto, voto por la afirmativa.-
A la misma cuestión, los doctores Netri y Pagnacco dijeron:
De acuerdo a los principios y fundamentos a los que arriba el Vocal preopinante, votamos en igual
sentido.-
A la tercera cuestión, el doctor Galfré dijo:
Atento el resultado obtenido al votar las cuestiones precedentes, corresponde: I) Desestimar las
nulidades interpuestas por ambos recurrentes; II) Rechazar el recurso de apelación interpuesto por
la codemandada señora E. B. R., con costas de Alzada a su cargo (art. 251 C.P.C.C.); III)
Rechazar el recurso de apelación interpuesto por el codemandado señor G. M. P., con costas de
Alzada a su cargo (art. 251 C.P.C.C.); IV) Confirmar la Sentencia N° 2506/12 (fs.196/200).
Propongo que los honorarios de Alzada de los doctores Enrique Cosacow, Mariela Flores -éstos en
proporción de ley- y María Cristina Taibi, se fijen en el cincuenta por ciento del honorario que en
definitiva les corresponda a los profesionales de cada parte por su labor desplegada en lo principal
en sede inferior con noticia de la Caja Forense.-
Así voto.-
A la misma cuestión, los doctores Netri y Pagnacco dijeron:
El pronunciamiento que corresponde dictar es el que propicia el doctor Galfré.-
Por todo ello, la Cámara de Apelación de Circuito, RESUELVE: I) Desestimar las nulidades
interpuestas por ambos recurrentes; II) Rechazar el recurso de apelación interpuesto por la
codemandada señora E. B. R., con costas de Alzada a su cargo (art. 251 C.P.C.C.); III) Rechazar
el recurso de apelación interpuesto por el codemandado señor G. M. P., con costas de Alzada a su
cargo (art. 251 C.P.C.C.); IV) Confirmar la Sentencia N° 2506/12 (fs. 196/200). Fíjanse los
honorarios de Alzada de los doctores Enrique Cosacow, Mariela Flores -éstos en proporción de ley-
y María Cristina Taibi, en el cincuenta por ciento del honorario que en definitiva les corresponda a
los profesionales de cada parte por su labor desplegada en lo principal en sede inferior con noticia
de la Caja Forense. Insértese, hágase saber y bajen.- (AUTOS: “F. C. A. Y OTS. C/R. E. Y OTS.
S/DESALOJO” Expte. N° 147/13).-8-44
GALFRÉ
siguen las firmas.
(AUTOS: “F. C. A. Y OTS. C/R. E. Y OTS. S/DESALOJO” Expte. N° 147/13).-8-44
NETRI
PAGNACCO
MUNINI

En la actualidad, el concubinato -aunque pueda durar muchos años o para toda la vida- no genera
los mismos deberes y derechos derivados del matrimonio por el mero transcurso del tiempo.
Al contrario de lo que se cree estos últimos son muy acotados, contemplados aisladamente en la
legislación y no tienen un marco sistematizado.
Es decir, no existen los de tipo alimentarios, ni sucesorios, ni indemnización por ruptura del vínculo,
ni ninguno de los derechos y obligaciones que emanan de la celebración de un matrimonio.
De acuerdo con los especialistas consultados por iProfesional, para defenderse frente a un
reclamo patrimonial al terminar una relación, es habitual que uno de los concubinos invoque la
existencia de una sociedad de hecho. Sin embargo, es necesario probarla y, además, se debe
acreditar que el bien reclamado pertenece a la misma.
En lo que resecta a los inmuebles, el concubino no habrá adquirido derechos respecto de la
titularidad de aquél aunque invoque la existencia de la mencionada sociedad. En el caso de que
alquilen, no podrá referirse a un derecho locativo, si no acredita la existencia de un vínculo
contractual de esa índole, con prescindencia de la relación concubinaria.
Es decir, no da derechos para que una persona siga viviendo en un inmueble que es propiedad de
su concubino, salvo que haya hijos en común. En ese caso, ellos sí tienen derecho a seguir
viviendo en el inmueble, igual que si fueran hijos matrimoniales.
En este contexto, en un nuevo fallo, la Justicia remarcó que el concubinato no otorga derecho de
propiedad ni de posesión de un inmueble y sostuvo que “en una relación concubinaria no resultan
aplicables las normas matrimoniales”.
Al dejar firme una decisión de primera instancia, que hizo lugar al desalojo de la mujer que era la
concubina del dueño de la casa, el tribunal agregó que “el concubinato por sí solo no es fuente de
derecho de índole patrimonial entre los integrantes de la pareja”.
Según trascendió los jueces René Galfré, Ricardo Netri y Eduardo Pagnacco afirmaron que “la
mera convivencia extramatrimonial con el titular dominial de un bien no otorga al conviviente título
alguno para seguir ocupando la propiedad una vez que finaliza la relación de concubinato”.
El tribunal remarcó que “el concubinato no prueba por sí mismo la existencia de una sociedad de
hecho entre los concubinos”. Sin embargo, reconoció que “una convivencia podría dar sustento a
algún derecho de pensión”.
Falta de regulación
“El concubinato o las uniones de hecho son uniones entre dos personas, que carecen de vínculo
legal entre sí, pero tienen posesión de estado matrimonial”, explicó Daniela Darago, socia del
estudio Cerutti, Darago & Asociados.
“Se crea una apariencia de estado matrimonial, pero no se lo puede equiparar al mismo porque no
se encuentra contemplado por el Código Civil”, agregó.
En tanto, Fernando Millán y Leandro M. Merlo, especialistas en derecho de familia, y colaboradores
de Microjuris Argentina, indicaron que “contrario a lo que el mito popular considera, el concubinato
no genera los mismos deberes y derechos derivados del matrimonio por el mero transcurso del
tiempo”.
Es así que si bien el concubinato tiene muchas ventajas, como la disolución rápida y sin trámites
engorrosos, también cuenta con varios puntos en contra como la falta de certezas para distribuir
los bienes de la pareja.
Asimismo, ante la disolución del vínculo, cada concubino conserva los bienes que ya poseía.
En los casos en que se disuelva la unión y no exista buena fe de las partes, tratándose de bienes
registrables, como vehículos e inmuebles, la propiedad quedará para quien figure en el registro
correspondiente.
Sólo en caso de que la inscripción haya sido de manera conjunta, cada concubino tendrá derecho
a la cuotaparte que tenga en el condominio.
Por otra parte, explicaron los expertos, no genera derechos alimentarios, ni sucesorios, ni
indemnización por ruptura del vínculo, ni ninguno de los derechos y deberes que emanan de la
celebración de un matrimonio.
Y, en el caso de las deudas, se considera que deberá responder el concubino que la originó.
Al no haber patrimonio común -como sucede con los gananciales de los cónyuges- cada uno
responderá con sus bienes y por sus deudas -a menos que uno sea garante del otro.
Por otra parte, vale recordar que si se sacó un crédito hipotecario como concubinos pero la pareja
se disuelve y queda un saldo, ambos deberán responder por él.
El matrimonio concluye por una sentencia que decreta la separación formal o el divorcio o por
muerte. En cambio, el concubinato se disuelve por fallecimiento de uno de los integrantes de la
pareja, por la simple decisión de ambos o por la de uno de ellos, explicaron los especialistas.
Derechos de los concubinos
Los expertos de Microjuris Argentina mencionaron los siguientes derechos de los concubinos:
a) Derecho a continuar la locación en caso de fallecimiento de su concubino locatario.
b) Derecho a reclamar el daño material por muerte del otro.
c) La posibilidad de heredar al cónyuge si el matrimonio se celebró para regularizar un
concubinato, cuando el cónyuge falleciera dentro del mes de celebrado el enlace a raíz una
enfermedad que tenía al momento de casarse.
d) Posibilidad de alegar una sociedad de hecho para efectuar un reclamo sobre bienes. Sin
embargo, destacaron que “este supuesto debe manejarse con extrema cautela”. Los tribunales
señalan que el concubinato por sí solo, por extenso que sea, no hace presumir una sociedad de
hecho entre los concubinos.
e) Derecho de pensión: el aparente matrimonio debió durar 5 años como mínimo inmediatamente
anteriores al fallecimiento. El plazo de convivencia se reduce a dos años cuando exista un hijo
reconocido por ambos convivientes.
El o la conviviente excluye al cónyuge supérstite cuando éste hubiere sido declarado culpable de la
separación personal o del divorcio. En caso contrario, y cuando el concubino hubiere estado
pagando alimentos por haber dado causa a la separación personal o al divorcio, la prestación se
otorgará al cónyuge y al conviviente por partes iguales.
f) Indemnización laboral por muerte del concubino: la Ley de Contrato de Trabajo establece el
derecho a percibir la mitad de la indemnización por antigüedad que correspondiera, en caso de
muerte del trabajador, a “la mujer que hubiese vivido públicamente con el trabajador, en aparente
matrimonio, durante un mínimo de dos años anteriores al fallecimiento”. Este supuesto se aplica
también al hombre, cuya concubina falleciera.
g) Inclusión en la obra social: se puede incluir como beneficiarios de las obras sociales a “las
personas que convivan con el afiliado titular y reciban del mismo ostensible trato familiar”.
h) Presunción de paternidad: en un juicio de filiación donde se pretenda determinar la paternidad
del hijo nacido de una pareja de concubinos, existe una presunción sobre la paternidad del
concubino de la madre, si ambos convivían a la época en que el hijo fue concebido.
Sin embargo, esta presunción puede ser desvirtuada por el demandado por cualquier medio de
prueba.
http://www.gracielamedina.com/assets/Uploads/concubinato-y-
desalojo.pdf

Voces: DESALOJO ~ CONCUBINATO ~ INTERPRETACION ~ INTERPRETACION


JUDICIAL ~ VIVIENDA ~ CONCUBINO ~ POSESION ~ RECONVENCION ~
INMUEBLE ~ TENEDOR ~ COMODATARIO ~ EXCEPCIONES Título: Concubinato y
desalojo Autor: Medina, Graciela Publicado en: DFyP 2014 (abril), 01/04/2014, 57 Fallo
comentado: N. A. M. c. P. M. S. s/ recurso apelación exped. Interior (Civil) ~ 2013-03-27 ~
Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de 2a Nominación de Córdoba Cita Online:
AR/DOC/4258/2013 Sumario: 1. Hechos. 2. Sentencia de primera instancia. 3. Sentencia
de Cámara. 4. Proceso de desalojo. 5. La existencia de concubinato no da derecho a
continuar en la vivienda. 6. La excepción de posesión. 7. La reconvención en el juicio de
desalojo. 8. La cotitularidad sobre el bien. 9. Conclusión. 1. Hechos (1) La demandada
vivió en concubinato con el actor desde el año 1983. Finalizada la unión convivencial el
titular del inmueble toleró la ocupación de su vivienda por su ex pareja por algún tiempo y
luego solicitó el desalojo. 2. Sentencia de primera instancia El Sr. Juez de Primera Instancia
en lo Civil, Comercial Conciliación y Familia de Alta Gracia no hizo lugar a la demanda
porque consideró que se encontraría acreditado "prima facie" el carácter de poseedora del
inmueble por parte de la demandada y por tanto excluida del juicio de desalojo, debiendo
ventilarse el debate posesorio -petitorio en otro tipo de contienda. 3. Sentencia de Cámara
La Cámara Segunda de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Córdoba revocó el
pronunciamiento del Tribunal de Alta Gracia porque juzgó que la convivencia con el dueño
del inmueble, no justifica su calidad de "poseedora animus domini", ya que el concubinato
no genera posesión o co-posesión, ni constituye motivo válido para enervar el desalojo. (2)
4. Proceso de desalojo El proceso de desalojo, tiene por objeto lograr la recuperación del
uso y goce de un bien inmueble, cuando media una obligación de restituir exigible; es un
proceso especial que resulta de una acción personal. "La pretensión de desalojo se da contra
el locatario, el sublocatario, el tenedor precario, el intruso y todo otro ocupante cuyo deber
de restituir sea exigible, vale decir contra quienes reconocen en otro la titularidad del
dominio, pero no contra quien posee ‘animus domini'". (3) La cuestión reside en determinar
si el concubino o sus herederos pueden desalojar a su concubina cuando finalizada la unión
de hecho ésta continua habitando la vivienda de propiedad de su ex compañero.
Concretamente, vamos a analizar la posibilidad de que prospere el desalojo de acuerdo al
carácter por el que se detenta el inmueble, a fin de precisar si el ex concubino o sus
herederos en carácter de propietario están legitimados activamente para lograr su
desahucio. 4.1. Concubino como intruso La intrusión carece de una caracterización legal.
Seg de intruso de su ex conviviente y este niega ser intruso, pero no invoca ningún título
que lo habilite a continuar con el uso del bien. Creemos que en su caso el desalojo se debe
rechazar porque no se probó la causal que se invocó y el juez no puede desalojar por otra
causal no invocada porque se violaría el derecho de defensa del demandado. 4.2.
Concubino como tenedor Según Alsina el tenedor es quien ha entrado a ocupar un inmueble
por efecto de tradición, como consecuencia de un contrato que le acuerda la tenencia de la
cosa quedando comprendidos: el locatario, el colono parciario, el comodatario, el
depositario, mandatario, administrador, gestor, guardador, y todo aquel que reciba la cosa
con obligación de restituirla. (7) Arazi y Rojas recuerdan la opinión de Salgado quien
destacaba un aspecto importante de la figura del intruso, que era el consentimiento,
sosteniendo que si el propietario lo había dado no se podía justificar el carácter de intruso
del ocupante, pues la intrusión se genera por "Introducirse sin derecho" o por la fuerza o
vías de hecho o apoderarse de una cosa inmueble contra la voluntad de su dueño. (8) De
esto se deduce que es requisito para la tenencia, la entrega del bien y la posterior obligación
a restituirla. Por lo tanto, quien ocupa la cosa en razón de una relación concubinaria con el
propietario, no es en principio un tenedor y no pesa sobre él la obligación de restituir
correlativa impuesta por el artículo 2465 del CC. La falta de entrega del bien impide
configurar al concubino como tenedor en tanto prescribe el Art. 2460 CC. Ya que la simple
tenencia de las cosas solo se adquiere por tradición. 4.3. Concubino como comodatario Tal
como señalamos previamente, no existe en el caso del concubinato un acto de entrega del
bien. Al quedar incumplido dicho presupuesto no se accede a la cosa en los términos del
Art. 2255/6 CC aplicable al supuesto del Art. 2285 CC. (9) La Suprema Corte de la
provincia de Buenos Aires en jurisprudencia que compartimos ha sostenido que "No reviste
carácter de comodataria quien convivió con el actor como su concubina y por lo tanto no
puede ser sujeto de la acción de desalojo (arts. 1141, 2255, 2256 y concs., Cód. Civil; 676,
Cód. de Procedimiento Civil)". (10) Por otra parte me permito agregar que el comodato es
un contrato real que se perfecciona con la entrega de la cosa que se presta gratuitamente
con la facultad de usarla, mientras que en un concubinato no se entrega el inmueble en
préstamo gratuito de uso, porque las partes convivieron en el. Ello implica que con relación
a la vivienda el concubino no es un comodatario. 5. La existencia de concubinato no da
derecho a continuar en la vivienda Estamos convencidos que el concubino no es intruso, ni
comodatario, ni tenedor de lo cual se deriva que no existe a su respecto un titulo autónomo
de detención. Naturalmente tiene la cosa, pero la circunstancia no conforma el corpus
posesorio, no alcanza a la efectividad que prescribe el 2352 del Cód. Civil. No obstante no
ser intruso, comodatario, ni tenedor el concubino no propietario puede ser en principio
desalojado ya que "la amplitud de la fórmula utilizada por las disposiciones procesales que
regulan el procedimiento de desalojo, permite encuadrar como sujeto pasivo de la acción al
concubino cuando se refiere a "cualquier otro ocupante cuya obligación de restituir o
entregar sea exigible". En definitiva consideramos que el concubino no tiene título para
ocupar el inmueble por eso es susceptible de la acción de desalojo del Art. 676 del Cód.
Proc. Nac., ya que está comprendida en la categoría de "cualquier otro ocupante cuya
obligación de restituir o entregar sea exigible" del mencionado artículo. En conclusión la
mera existencia del concubinato no da derecho a uno de los concubinos a continuar
ocupando el inmueble propiedad del otro, porque el concubinato es un hecho que no genera
derechos ni de propiedad, ni de posesión sobre la vivienda del otro conviviente. (11) Por
otra parte hay que destacar que la relación convivencial no da derecho a la continuación del
uso del inmueble luego de su finalización, dado que la amplitud de la fórmula utilizada por
las disposiciones procesales que regulan el procedimiento de desalojo permite encuadrar
como sujeto pasivo de la acción al unido de hecho, cuando se refiere a cualquier otro
ocupante cuya obligación de restituir o entrega sea exigible. (12) 6. La excepción de
posesión El desalojo, no procede contra la persona que invoca y prueba un derecho real
(usufructuarios, usuarios) o contra quien resulta poseedor con ánimo de dueño -animus
domine- del bien de litigio (...) contra los poseedores, sea que medie posesión legitima o
ilegitima, de buena o mala fe caben las acciones posesorias o petitorias, pero no el desalojo
(13), pero lo que ocurre es que la concubina no es poseedora porque ha reconocido en otro
la posesión. Por otra parte hay que tener en cuenta que la prueba de la posesión no se logra
con los simples recibos de pago de impuestos de tasa municipales, impuestos y expensas
porque estos pagos no constituyen en sí actos posesorios, no revelan el contacto con la cosa
y consiguientemente nada prueban con relación al corpus © Thomson La Ley 2 posesorio.
Se ha dicho que tal acto, sí constituye prueba del animus domini, pero no consiste en un
acto posesorio, ya que no se trata de un acto material sino jurídico. El pago de impuestos
constituye una exteriorización del animus o bien una prueba complementaria de su
existencia, que debe estar acompañada por otras para la prueba de la posesión. (14) 7. La
reconvención en el juicio de desalojo Cabe preguntarse cómo puede defenderse la
concubina en el proceso de desalojo y si le es posible plantear la reconvención, para alegar
el derecho de retención o la existencia de una cotitularidad sobre el bien, que se escondió
mediante un acto simulado. Consideramos que el desalojo es un proceso especial en el que
no es admisible, en principio, la reconvención por razones de buen orden y celeridad. De
ahí que la admisibilidad de la reconvención se debe apreciar con criterio restrictivo. Por
ende el conviviente que pretende alegar que en realidad es cotitular del bien del que se lo
pretende desalojar debería en principio plantear en proceso separado la acción de división
de condominio y de simulación acompañado de una medida precautoria. Estas acciones
serán las que mejor defenderán su derecho atento a la escasa posibilidad de defensa que
presenta el proceso de desalojo. 8. La cotitularidad sobre el bien Cabe señalar que la mera
convivencia no permite presumir que exista comunidad sobre el bien que fue sede del
domicilio convivencial, aunque en algunos casos realmente existe tal copropiedad, la que
deberá ser acreditada para que se acepte su vigencia y validez. En tal sentido la Sala K de la
Cámara Civil de la Capital ha afirmado que "El título de concubina no resulta suficiente por
sí mismo, para rechazar el desalojo, pues la ley no ha reconocido derecho alguno a uno de
los concubinos sobre los bienes del otro, salvo que existieran aportes conjuntos y para
reclamar su parte". (15) En casos de existir copropiedad, perteneciendo la propiedad a
ambos concubinos, no puede solicitarse la exclusión del otro hasta tanto se materialice la
división del condominio con la venta del bien. Si los bienes se encuentran bajo el nombre
de uno de los concubinos cabe recordar que podrá investigarse si fueron comprados con
fondos comunes o si pertenecían solo a uno de ellos. (16) Si el demandado consideraba que
era condómino del bien debió iniciar la acción de división de condominio unido a la acción
por interposición de persona o simulación y solicitar en ellas una medida de no innovar con
respecto al uso del inmueble, y por supuesto probar los aportes. Cuando demandado en el
juicio de desalojo no demuestra haber iniciado otro juicio donde intente la división de la
cosa común y solo se limite a pretender que del hecho de la convivencia el juez deba
presumir el condominio, la acción de desalojo va a prosperar porque la sola existencia de
concubinato no hace presumir una sociedad de hecho, ni un condominio, ni una
cotitularidad. 9. Conclusión El fallo en comentario ha sido correctamente resuelto de
acuerdo a las reglas de derecho privado vigente, donde no existe ninguna protección al
conviviente que le otorgue derecho a la vivienda a la finalización del concubinato ni por
decisión de las partes o ni por muerte. Las uniones de hecho han merecido atención del
legislador desde hace más de cincuenta años, primero fue con relación a las leyes
previsionales que otorgaron el derecho a pensión a la concubina (17), luego con respecto a
la continuación de la locación (18) y finalmente en estos últimos años con relación a la
salud. En este aspecto el concubinato es tenido en cuenta en la ley de trasplante, en la ley de
derechos del paciente, en la ley de muerte digna y en la ley de fecundación asistida. En
cambio la familia de hecho es silenciada por la legislación que protege el derecho a la
vivienda, así no es tenida en cuenta por el régimen del bien de familia, ni por el régimen
sucesorio, ni en el régimen de la vivienda del Banco Hipotecario Nacional Ley 22.232. (19)
Creemos que estas omisiones deben ser salvadas por el legislador en el futuro ya que la
familia extramatrimonial es una realidad creciente que requiere de una regulación
equitativa que contribuya a dar una solución pacífica a los conflictos entorno a la vivienda
familiar. (1) "N. A. M. c/ P. M. S. — Recurso Apelación Exped. Interior (Civil)" —
Cámara Segunda de Apelaciones en Lo Civil y Comercial de Córdoba — 27/03/2013. (2)
En Igual sentido Cámara 3ª de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Córdoba.Balcarce,
Avelino Rafael c. Yucra Cacharana, Gladys s/ desalojo — comodato — tenencia precaria.
22/11/201. (3) KOZAK DE VALDÉS, Verónica, "Comodato, interversión de título y los
actos exteriorizantes que viabilizan su configuración", LLC, 2011-1193). (4) ÁLVAREZ
ALONSO, S, "El desalojo por intrusión, precario, comodato y usurpación.", Buenos Aires,
© Thomson La Ley 3 1966, p. 57, FERNÁNDEZ, Julia PEÑA, Santiago L.
Consideraciones sobre posesión, tenencia y derecho de atención en el proceso de desalojo
contra el concubino. Publicado en: DFyP 2012 (junio), 111 Fallo Comentado: Cámara 3ª de
Apelaciones en lo Civil y Comercial de Córdoba ~ 2011-11-22, Balcarce, Avelino Rafael c.
Yucra Cacharana, Gladys s/desalojo — comodato — tenencia precaria. (5) CNPaz, sala VI,
17/11/69, LA LEY, 140-124. (6) Juzgado de Paz Letrado de Villa Gesell. 23/06/2010.
Duarte, Ramón Mario c. Stadler, Elba Amalia. La Ley Online. AR/JUR/26255/2010,
CAUSSE, Federico "Técnica Jurídica del juicio de desalojo" publicado por La Ley Online
y "El Desalojo del concubino" LA LEY, 1997-B, 1357 y ss.). (7) ALSINA, Hugo "Tratado
Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial", T. III, p. 407, Buenos Aires
1943. (8) SALGADO, Alí, "Locación, comodato y desalojo" La Rocca, Buenos Aires,
1994, p. 289, cit. por ARAZI — ROJAS EN Código Civil Comentado, Rubinzal Culzoni, t.
III p. 340. (9) CAUSSE, Federico Javier, "El desalojo del concubino, una aproximación
necesaria", t. 1997-B Sec. Doctrina p. 1359. (10) Guevara, Teresa G. c. Puig Hugo H. (Ac.
43.952) del 5/6/90, LA LEY, 1990-D, 201. (11) El concubinato es un hecho, que como
regla no produce efectos jurídicos... Como dice Zavala Rodríguez, aunque no los genera
"per se" durante el concubinato pueden establecerse numerosos vínculos patrimoniales...
(Doctrina Judicial - Solución de casos p. 197... (CCivCom. y Cont., Adm. de Río Cuarto, 1°
Nom., "T.M.A. c. F., S. R.", LLC, 2010-342). Ver también BOSSERT, Gustavo A.,
"Régimen Jurídico del concubinato", Buenos Aires, 2006, Astrea, p. 167. (12) Cámara de
Apelaciones en lo Civil y Comercial de Lomas de Zamora, sala I. 08/06/2010. D. G., M. E.
c. P., M. LLOnline. AR/JUR/38979/2010. (13) C.Civ y Com. San Isidro, sala 1, 5/2002,
Storino, Ottavio y otros c. Trujillo, Hortencia A. s/ desalojo, FLAH, Lily R. -
SMAYEVSKY, Miriam, "Procedencia de la acción de desalojo contra el concubino", LA
LEY, 1990-D, 140. (14) Código Civil y Leyes complementarias, Zannoni, Astrea, pp.
290/291; doct. Art. 2384 del Cód. Civil; v. Areán, Beatriz, Juicio de usucapión, p. 555 y
ssgtes. En consecuencia, debe desecharse el agravio propuesto y confirmar la sentencia en
este punto. (15) Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala K Benítez, Adriana
Graciela y otro c. Jesusi Santos, María Magdalena y otro. 25/08/2010.
AR/JUR/71215/2010. (16) Alicia A. Hortolana y Carlos Enrique Rivera "Atribución de la
vivienda al concubino" p. 15. (17) MEDINA, Graciela, "Uniones de Hecho...", Rubinzal y
Culzoni, Buenos Aires, 2001, p. 105. (18) MEDINA, Graciela, "Uniones de Hecho...",
Rubinzal y Culzoni, Buenos Aires, 2001, p. 143. (19) MEDINA, Graciela, "Protección de
la vivienda familiar por ley 22.232". DFyP 2011 enero-febrero.

http://www.poderjudicialcdmx.gob.mx/anales/wp-content/uploads/340-Anales-7-
11_2016.pdf

http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/168/168971.pdf

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