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Exilio Revista de Poesía

Giovanni Quessep: Poeta colombiano nacido en San Onofre,


Sucre, el 31 de diciembre de 1939. Después de sus estudios de
bachillerato en su tierra natal, se radicó en Bogotá, donde adelanto sus
estudios de Filosofía y Letras en la Universidad Javeriana. En el
Instituto Caro y Cuervo se tituló en Literatura Hispanoamericana y
luego consolidó su formación académica en Italia, especializándose en
Poesía del Renacimiento y Lectura Dantis. Durante algunos años fue
profesor de literatura en la Universidad Javeriana, pero añorando una
ciudad más pequeña se radicó en la colonial Popayán, en donde se
desempeñó como profesor de literatura en la Universidad del Cauca,
institución que le otorgó en 1992 el título de Doctor Honoris Causa en
Filosofía y Letras.

Giovanni Quessep
En el año 2004 la Casa de Poesía Silva le otorgó el Premio Nacional de
Poesía José Asunción Silva, distinción que esta institución otorga por
reconocimiento a toda una obra como máxima representación de la
Antología Poesía Mar Abierto poesía colombiana.

Dentro del legado de la poesía hispanoamericana, la poesía de Giovanni


Quessep ocupa un privilegiado lugar gracias a su fidelidad a ritmo y
textura que recuerdan y evidencian la herencia clásica de la lírica árabe
y española, pero también a la originalidad de cantar en estos tiempos,
desde una patria caribe, una fábula de perpetua ensoñación y de
absoluta contemplación ante el hecho poético. Dentro del ámbito de la
Lengua Castellana, su voz poética es un punto de encuentro entre
pasado y presente que revela de forma pura y magistral una obra
Santa Marta – Colombia literaria cantada y decantada para el porvenir de la riqueza de nuestro
Ediciones Exilio idioma cervantino.

Del libro Después del paraíso (1961)

1
YO PREGUNTO
Pregunto par la luz cuando navega
El arpa de los labios en la tarde.
Por los astros nacidos
De la blanca corteza, lentos cedros.
Por la honda materia
De viento cenital, casi en la fuga
De tus manos al sueño, pues enciendes EL SER NO ES UNA FABULA
Ahora nuestra lengua
De olas encrespadas en la noche, El ser no es una fábula. Este sol
Y rasgas nuestra carne como un agua Que nos mueve en silencio incendia todo.
Que se viera poblada, de repente, ¿No somos inocentes? Cada sueño
De algas tristes y peces en la arena. Tiene su duro encanto. Aquí la lluvia
Pregunto por la luz con un remoto Perdió sus hadas y su blanca sombra,
Abandono en la arcilla, desde siempre. Aquí, a la orilla en que Dios esta solo
Como destino, en la noche del viento.
Vuelan tardes y frutos, ruedan cuerpos
ALTURA DE LA NOCHE Por la luz en declive, por el agua.
Esta noche profunda me estremece Apenas recordamos la caída
Y arde mi soledad en su hermosura. Donde la muerte se llenó de pájaros
Esta dorada voz de un agua pura Y alguien gritó que el cielo es imposible.
En declive de sueños resplandece. Pero nosotros no queremos dar.
El salto. Nos negamos a la dicha.
Celeste sol al cosmos engrandece El ser no es una fábula, se vive
Destellando en mi humana quemadura, Como se cuenta, al fin de las palabras.
Encadenada por la roca dura
Al polvo y la ceniza donde crece.
La belleza en los astros adivino
A través de mi vuelo diamantino
Que su torrente agobiador sepulta.
Y bajo el peso de su clara esencia,
Mi pequeñez extática evidencia
La misma eternidad que se le oculta.

Giovanni Quessep
Antología Poesía Mar Abierto
Del libro El ser no es una fábula (1968)

2
TU PURA NADA
MAR Y NOMBRES
Todo te pertenece en esperanza:
El mar empuja noche, quema sueños
El canto de los pájaros, el nombre
Con su tiempo hacia abajo. Azul. Voraces
De tu destine (Oh pozo sin orillas,
Pájaros en la sombra. El mar pronuncia
Piedra y silencio). ¿Dónde la memoria
Los nombres, los escoge: el nuestro. Nunca
De lo soñado, la secreta forma
Fueron soñados peces, nunca flores.
¿De ser entre la muerte y las palabras?
Nunca el mar tuvo tiempo de leyenda.
Todo te pertenece, casi olvido,
Callamos. El otoño es casi imagen.
Blanca corriente que va de tus manos
El agua se deshoja. Recomienza.
Al resplandor de la tarde o al mar
Donde se dice tormenta, imposible.
Eres la soledad, tú pura nada,
Tu ausencia de unos pasos en la tierra.
Nunca los sueños, nunca el paraíso:
LO QUE IGNORAMOS
Todo te pertenece, en sombra y agua.
Aquí no hay un celeste. Nunca. Llegas
Empujado por días, par palabras,
Por el viento que sube del otoño
CAUCE DE TIEMPO
Dándote niebla, lluvia entre los pasos.
Solo tu negación. El tiempo. Siempre
No se detiene el agua que te busca,
Se te podrá cantar: la vida no es
Que te nombra los sueños y las manos.
El volumen de ser en lo que sueñas.
Al fondo transparente vuelan piedras oscuras.
La vida es esto que madura en sombra.
El agua te persigue como en un pozo blanco.
¿Quién se vuelve destino, piedra, fecha?
El día entra a tu cuerpo. Lo ilumina.
¿Quién va de nunca ha olvidado mañana?
(Ah doble cauce de tiempo encarnado).
Lo que ignoramos, ay, lo que sabemos
No se cierran sus olas, su claridad no olvida.
Entre voces perdidas en el polvo.
El mar deja en el viento su clepsidra esperando
Cruda esperanza que incendia la piel.
Los días y las casas sin nosotros.

Giovanni Quessep
Antología Poesía Mar Abierto Del libro Duración y leyenda (1972)

3
ALGUIEN SE SALVA POR ESCUCHAR
PARA GRABAR A LA ENTRADA AL RUISEÑOR
DEL JARDÍN DESTRUIDO
Digamos que una tarde
Todo esto fue la alondra El ruiseñor cantó
Y hoy es polvo Sobre esta piedra
Toda ausencia del laurel y la rosa Porque al tocarla
Pero si descendieras El tiempo no nos hiere
Hasta el color o el vuelo No todo es tuyo olvido
Verías crecer la luna Algo nos queda
Las nubes que son otra Entre las ruinas pienso
De las formas del tiempo Que nunca será polvo
Quien vio su vuelo
O escuchó su canto

EN LA LUNA QUE HE CONTADO


LA ALONDRA Y LOS ALACRANES
En la luna que he contado
Leve de nombre y memoria Acuérdate muchacha
En la rosa casi historia Que estás en un lugar de Suramérica
Del jardín imaginado No estamos en Verona
Todo ilumina en pasado No sentirás el canto de la alondra
Todo florece en perdido Los inventos de Shakespeare
Músicas de lo que ha sido No son para Mauricio Babilonia
O irrealidad del que cuenta Cumple tu historia suramericana
Blanca luna o rosa cruenta Espérame desnuda
Contar es ir al olvido Entre los alacranes
Y olvídate y no olvides
Que el tiempo colecciona mariposas

Giovanni Quessep
Antología Poesía Mar Abierto
Del libro Canto del extranjero (1976)

4
LECTURA DE OMAR KAYYAN
ELEGÍA
Vendrá la noche en que esta luna
Ha de buscarme y me hallará Quisiera ver la luna
Con la mirada del insomne Que ha nevado en sus ojos
Que refleja un cielo mortal Para un dolor o música
Bellos países en el polvo
De algún tiempo de maravillas
Me llamarán para que vuelva
¿Quién ha visto pasar
Tal vez quien hace esta penumbra
El tiempo de las hadas?
O la que duerme entre violetas
Dadle una hoja de cedro
El insomne sabe la historia O melodiosa o blanca
Del otro azul de la desdicha
Ah de la noche de esa luna Quisiera ver la luna
Mi corazón calla y olvida De nevadas violetas
Sobre este cuerpo solitario
Palabras que se lleva el viento
Que un día entró a la niebla
Músicas a punto de otoño
En la tiniebla caen las hojas
Y me contaba en el idioma
Para otro cántico del polvo
De su lejana Biblos
Donde hay un ánfora que guarda
Una alondra color de vino
CERCANÍA DE LA MUERTE
El hombre solo habita Quisiera ver la luna
Una orilla lejana Callada del que duerme
Mira la tarde gris cayendo La soledad de piedra
Mira las hojas blancas De esa otra Biblos que es la muerte
Rostro perdido del amor
¿Quién se ha quedado a solas
Apenas canta y mueve
Con demonios y hadas?
La rueda del azar
Aquí estuvo el edén
Que lo acerca a la muerte
Sólo hay olvido o fábula
Extranjero de todo
La dicha lo maldice Dadle una hoja de cedro
El hombre solo a solas habla De rumoroso azul
De un reino que no existe Para un dolor o cántico
Bella palabra de Benut

Antología Poesía Mar Abierto Giovanni Quessep

5
MADRIGAL
¿De dónde es esta rueca
Ni siquiera tus pasos recordados,
Mortal? ¿Su vino amargo?
Ese blanco rumor que te acercaba
Vuela vuela madeja oscura
Por el cielo nocturno,
Que el polvo pide un dátil blanco
Por la oscura vigilia;
Quisiera ver la luna Ni siquiera esa música de hoja desprendida,
Callada del que duerme Tu música que amé
La soledad de piedra Como en sueños he amado
De esa otra Biblos que es la muerte Las desoladas hojas de la muerte;
Ni siquiera la orilla del encanto imposible
A mi padre
Que miraban mis ojos.
No sé qué soledades
Florecen en tu alma,
EL OTRO ENCANTO No sé qué cielo impronunciable.

¿Quienes habitan la nocturna rosa


Que pierdo no sé dónde, CANTO DEL EXTRANJERO
Si vengo de tan lejos
Penumbra de castillo por el sueño
Y nadie me conoce?
Torre de Claudia aléjame la ausencia
Penumbra del amor en sombra de agua
Alguien cruza el jardín
Blancura lenta
Desvelado de fábulas,
No recuerdo sus ojos Dime el secreto de tu voz oculta
Ni su túnica blanca. La fábula que tejes y destejes
Dormida apenas por la voz del hada
Quiero encontrar de nuevo Blanca Penélope
A los que amé y me amaron,
Como entrar a tu reino si has cerrado
Volver a mi morada
La puerta del jardín y te vigilas
Que es tarde y por el sueño va nevando.
En tu noche se pierde el extranjero
Blancura de isla
¿Quiénes me llaman a estas horas
De la vida y la muerte? Pero hay alguien que viene por el bosque
Vendrán por mi alma y hablan De alados ciervos y extranjera luna
Del otro camino del que nadie vuelve. Isla de Claudia para tanta pena
Viene en tu busca

Antología Poesía Mar Abierto


Giovanni Quessep

6
Cuento de lo real donde las manos Maravilloso cuerpo te deshaces
Abren el fruto que olvidó la muerte Y el cielo es tu fluir en lo contado
Si un hilo de leyenda es el recuerdo Sombra de algún azul de quien te sigue
Bella durmiente Manos y labios
La víspera del tiempo a tus orillas Los pasos en el alba se repiten
Tiempo de Claudia aléjame la noche Vuelves a la canción tú misma cantas
Cómo entrar a tu reino si clausuras Penumbra de castillo en el comienzo
La blanca torre Cuando las hadas
Pero hay un caminante en la palabra A través de mi mano por tu cauce
Ciega canción que vuela hacia el encanto Discurre un desolado laberinto
Dónde ocultar su voz para tu cuerpo Perdida fábula de amor te llama
Nave volando Desde el olvido
Nave y castillo es él en tu memoria Y el poeta te nombra sí la múltiple
El mar de vino príncipe abolido Penélope o Alicia para siempre
Cuerpo de Claudia pero al fin ventana El jardín o el espejo el mar de vino
Del paraíso Claudia que vuelve
Si pronuncia tu nombre ante las piedras Escucha al que desciende por el bosque
Te mueve el esplendor y en él derivas De alados ciervos y extranjera luna
Hacia otro reino y un país te envuelve Toca tus manos y a tu cuerpo eleva
La maravilla La rosa purpura
¿Qué es esta voz despierta por tu sueño? ¿De qué país de dónde de qué tiempo
¿La historia del jardín que se repite? Viene su voz la historia que te canta?
¿Dónde tu cuerpo junto a que penumbra Nave de Claudia acércame a tu orilla
Vas en declive? Dile que lo amas
Ya te olvidas Penélope del agua Torre de Claudia aléjale el olvido
Bella durmiente de tu luna antigua Blancura azul la hora de la muerte
Y hacia otra forma vas en el espejo Jardín de Claudia como por el cielo
Perfil de Alicia Claudia celeste
Dime el secreto de esta rosa o nunca Nave y castillo es él en tu memoria
Que guardan el león y el unicornio El mar de nuevo príncipe abolido
El extranjero asciende a tu colina Cuerpo de Claudia pero al fin ventana
Siempre más solo Del paraíso

Antología Poesía Mar Abierto Giovanni Quessep


Del Libro Madrigales de vida y muerte (1978)

7
ME PIERDE LA CANCIÓN
QUIERO APENAS UNA CANCIÓN QUE ME DESVELA

Estoy cansado de llamar ¿Quién se ha puesto de veras


A la puerta de los que amo, A cantar en la noche y a estas horas?
Mi camino se cubre de violetas ¿Quién ha perdido el sueño
Y de sombras perdidas de mi canto. Y lo busca en la música o la sombra?
Se ha ido la estación de la azucena ¿Qué dice esa canción entretejida
Por la muerte que fue una bella fábula; De ramas de ciprés por la arboleda?
Ahora nadie me conoce, Ay de quien hace su alma de esas hojas,
Todos se alejan de mi alma. Y de esas hojas hace sus quimeras.
No sé qué camino seguir ¿De dónde vienes, madrigal, que todo
Ni a quien decirle que me ame, Lo has convertido en encantada pena?
Mi corazón tanto ha sufrido Ay de mí que te escucho en la penumbra,
Y estoy cansado y se hace tarde. Me pierde la canción que me desvela.
Quiero apenas una canción
Que me traiga tus manos de hada,
EN EL JARDÍN PROFUNDO
Una canción para la vida
Bajo esta llama de ciprés tan blanca. Ya no puedo escucharte
En el jardín profundo,
Quiero vivir o morir, lo mismo
Donde solías empezar un sueño
Me debe ser la muerte que la vida.
De naves blancas por el mar oscuro;
¿Quisieras tú decirme la canción
De la esperanza o la desdicha? Hoy pierdo la memoria
De tus ojos de fábula violeta,
Solo te pido una palabra
Y ahora sólo olvido
Y algo del cielo de tu música:
Cubre mis ojos que la muerte espera.
Aguardaré a la sombra de mi otoño
Cubierto por las flores y la luna. Ah, si tu voz tornara
Por el hilo de leve encantamiento,
Estoy cansado de llamar,
Si la luna dorada
Pero nadie me abre sus puertas;
Te dijera las músicas del tiempo.
Acuérdate de mí en la noche,
Azucena de un valle que perdiera. Nada hay que responda
Del ayer de tus pasos,
Ni la viola de mi alma por los patios de piedra,
Ni la pasión del enlutado canto.

Antología Poesía Mar Abierto


Giovanni Quessep

8
ENCANTADORA
CALLAR ES BELLO DE LAS HOJAS BLANCAS
Si de la muerte fueras
Callar es bello, a veces,
Infierno o paraíso,
En la desdicha, cuando el alma
Si vinieras de un tiempo
Reconoce sus flores
De doloroso olvido,
En la muerte encantada;
No serías la música
Y oír apenas esa música
De innumerables alas,
De los jardines en desvelo,
Ni te vería en el jardín de polvo
Mientras caen los pétalos
Oh encantadora de las hojas blancas.
Que nos llevan, insomnes, a otro tiempo.
Si no fueras entonces
Callar es bello, entonces,
Pétalo amado de la rosa,
Oír el polvo amado
Si tu rueca invisible
Que pasa por un cielo de violetas
No hilara un vuelo de celeste alondra,
En la noche mortal o el desencanto.
No tendría mi corazón
Nada decir, mirar en sueños
Ese rumor del desvelado
La penumbra del bosque,
Que nos hace encontrar lo que perdimos
Como un ala que se abre
Ya vuelto maravilla por el canto.
Desde el azul profundo de sus flores.
Oh tu que reinas en la noche,
Rosa del paraíso que no vuelves, TORNAS AÚN DEL SORTILEGIO
Déjame oír tu mágico embeleso
¿A dónde descendiste,
Por los caminos de la nieve.
A que región oscura,
Dime, ¿qué azul me guardará en tu cuerpo Para salvarme de la muerte,
Perdido, dime, hay otra forma Violeta por la luna?
De no morir si no es el canto
Pétalo de lo blanco
Que se desvela a solas?
Donde principia el cielo,
Callar es bello en la desdicha Las músicas hallaste
Bajo la sombra enajenada, Y el amoroso encantamiento.
Y esperar a que cierre nuestros ojos
En la mortal noche perpetua
El cielo interminable de las fábulas.
O en el alba desamparada,
Tornas aún del sortilegio,
Fabuladora de mi alma.

Antología Poesía Mar Abierto Giovanni Quessep

9
EN SOLEDAD ESCRITO

Solo, a veces, de noche


Tu blancura que reina
Aún en los cipreses
O en el patio mortal de lo que sueñas, ELEGÍA
Deja en mi corazón Nada tiene ese azul
Y en soledad escrito Para darte la dicha,
Lo que pudo ser nombre Nadan esos árboles donde habitan
De un tiempo que cantara el paraíso. Princesas que no son de la tierra.
Solo, a veces, presiento Escuchas una sonata de Mozart, y piensas
Que a los cielos del alma Que sólo el sufrimiento redime,
Ya no los teje nadie y son apenas Pero no has mirado tu corazón
El polvo de tus fábulas. Entre un bosque de lirios.
Nada tiene esa luz con sonido de rama antigua,
AMARA YO EL OLVIDO
Con tristeza de pájaro caído en la nieve,
Felicidad en ruinas Que pueda entre sus mallas purificarte,
Lo que han visto mis ojos Darle a tu vida un tiempo amoroso.
Volver al tiempo amado
Sabes que ya has perdido,
Ya fugitiva música del polvo
Y aún conservas la esperanza, un vuelo;
(Nada tendrá el amor ¿De dónde te viene ese poder
Si en jardines o nieve Que miras cara a cara a la muerte?
La Quimera le cuenta
Buscas tu canto, el amor que te salve,
Del valle de la muerte)
Felicidad en ruinas Infatigable en tu ascenso por reinos de la aurora;
Lo que ha visto mi alma en el encanto Nada tiene ese azul y nada encuentras
Amara yo el olvido Sino es un cuerpo abandonado entre nubes.
Y el reino de las hojas que he encontrado

Giovanni Quessep
Antología Poesía Mar Abierto

10
QUIEN AMA LA PENUMBRA PARA HACERTE A LA MÚSICA
MELODIOSA Necesitas de todo, de los caminos grises,
La desdicha me acerca a mi destino De las hondas penumbras
Y a mí naturaleza verdadera, O las luces del alba,
La desdicha, que hace fantasía y palabras De pájaros que cantan aún en el silencio;
Del telar rumoroso de la vida.
Necesitas del cielo
Esperanzas no tengo sino es en la leyenda, Y la hoja de otoño,
Vive el poeta a solas y su canto es su cielo. De unas manos vacías o el amor que no vuelve,
Quien ama la penumbra melodiosa De la blancura de la nieve;
Despertará del polvo entre alas y violetas.
Necesitas de todo para el sueño,
Por eso hoy quiero estar tan solo como nunca Para hacerte a la música de los azules más distantes,
Y ver las maravillas de la muerte: Para que al fin tú alma
Afuera hay un jardín y alguien, en sueños, Tenga confianza en la muerte.
Me da un ramo de flores y se aleja cantando.

LA NOCHE DEL CIELO


PRIMERA MARAVILLA No quiero sino el amor
Que me acerca a los míos,
Miro el jardín, los niños juegan
O la noche del cielo
Ala ronda, el almendro de corteza blanca y dorada
Don de me espera la barca desierta de flores.
Les da su reino, y todos saben
Que están en el umbral del paraíso. Juzgadme si queréis,
Pero deseo irme
Nada inquieta esos ojos abiertos
Al mágico Jardín que en nuestra vida
A la primera maravilla del mundo,
Teje y desteje la invisible rosa.
Nada detiene el vuelo
Desvanecido en músicas y nubes. Solo quiero el amor,
Lo celeste, lejos de todo;
Sólo mis ojos guardan
¿No existo acaso por tu música
Dolor y muerte, -sólo la miseria del tiempo
Perdida calle del alma?
Convierte en polvo la ronda que amamos-,
Y no hallan paz en lo bello del canto. Una cosa bella es un goce eterno
En mis ojos de fábulas y polvo;
Por la noche del cielo
Me lleva la barca desierta de flores.

Antología Poesía Mar Abierto Giovanni Quessep

11
Del libro Muerte de Merlín (1985)

CANCIÓN DEL QUE PARTE


Por la virtud del alba EPIFANÍA DEL AZUL
Quieres cambiar tu vida,
Y aferrado a la jarcia Hay un color azul detrás de la casa,
Partes sin rumbo conocido. Pero no sabes ya de dónde ha venido:
Todo es propicio, los acantilados De una barca sembrada de violetas
Y el arrecife duermen en la espuma, O del almendro que se abre como un palomar.
Tan solo una gaviota espera Entonces ya no sabes de dónde vino todo,
Sobre el palo mayor de caoba y de luna. Quién hizo el vuelo de los pájaros
Quizá te aguarden para darte O los sueños de la bella que duerme,
El amor y la palma del vino ¿Quién te mira escondido detrás de la memoria?
O en la orilla sin nombre, En el color te acercas hasta el origen
Pescadores vestidos de un luto azul. De lo que ya no tiene huella,
Vas solo con tu alma, barajando Sales al patio y tocas su epifanía
Canciones y presagios Que sube por tus manos como la vez primera.
Que hablan del bosque don de la hierba es tenue,
Lejos de la desgracia que en ti se confabula.
MEMORIA
A tu paso verás las islas
Que otorgan el sonido de un caracol, Persigo la memoria de algún jardín nocturno,
Verás tu casa, el humo Las ramas del olivo;
Que ya aspiraron otros en la aurora. Para vivir me basta lo que he amado
Mas, ay, si te detienes A pesar del hechizo de este cielo.
Tal vez allí se acabe tu destino; Escucho un canto cerca, hada o demonio,
¿Y quién podrá salvarte, Entre las hojas, por el insomnio destruidos;
Quién te daría lo que buscas entre hadas? ¿No será lo que viene para siempre
Duro es partir a la fortuna; De la desgracia de los cielos?
El hombre solo cierra los ojos ante el cielo Tan solo un reino o cántico
Y oye su propia historia Y una quietud del aire
Si se rompe el encanto. Donde morar, entre azucenas, mientras pasa
La noche que me nombra el fin, lo imperdonable.
Pero, si quieres seguir, sigue
Con la felicidad entre tu barca,
Todo está a tu favor, el cielo, la lejanía que se abre
Con el amor, como la muerte.

Antología Poesía Mar Abierto Giovanni Quessep

12
Del libro Un jardín y un desierto (1993)

LECTURA DE WILLIAM BLAKE


Estoy feliz a pesar de la muerte
Que me acecha desde las araucarias, HIEDRA
Mi alegría proviene de otro cielo
Donde los pájaros adoran la mirada del tigre. Destino de la hiedra
Que va aferrada al tiempo, al blanco muro:
Tigre, tigre, quemante joya Penetrar en la piedra
En las florestas de la noche, Y revelar los lirios de lo oscuro.
¿Qué hada se ha posado en tus ojos,
Qué jardín en tu piel de luna manchada? ¿Qué silencios persigue?
¿De qué músicas huye?
Estoy feliz, aunque la ruina ¿No hay ala que hacia el cielo la desligue?
Amenace las puertas de mi casa; Vuela un pájaro en torno, el agua fluye.
Nadie podría detenerme, nadie
Que no tenga el secreto de mis palabras.

ENTRE ARBOLES VIGILIA


Si eres tú la que busco
Ven en la noche de perdidos reflejos, Pasos en el jardín. El vigilante
Si eres el cuerpo amado Golpea la corteza del manzano
Ven entre árboles, entre canciones. Y hay pájaros que huyen, quedan otros
Enjaulados en tiempo y luz de plata.
Aquí te espera un tiempo Fábulas no me encanten; velar quiero
Desposeído de sus fábulas, Mis armas esta noche o adentrarme
Un cuerpo castigado por la vida Por el jardín y oír bajo mis pasos
Y las zarzas de los caminos. Los tréboles que guardan en el polvo
Si eres tú la que vienes Las maravillas de la blanca torre.
Déjame una señal entre los árboles: Debajo del manzano y a mi lado
Un velo blanco, una huella en el polvo Una mujer hojea un viejo libro:
Me bastarán en mi miseria. Demonios hay en torno y una fuente
Refleja un ciervo, un tigre de Bengala.
Ven que la muerte espera, Los pasos van y vienen y no saben
Como floresta magnífica espera la muerte; Quién es el vigilante, el vigilado.
Si eres tú la que busco
Ven protegida por un cielo.

Antología Poesía Mar Abierto


Giovanni Quessep

13
MEDIANOCHE
PIEDRA BLANCA
Medianoche, no encuentro
Los caminos que dan al patio, El agua, hasta la orilla,
Ni al pozo de agua viva Trae el doliente son de las barcas,
Don de bajan las nubes y el pasado. Mece ciprés y cedro en cada remo
Digo canciones a una sombra ¿De qué lejanos países habla?
Para volver siquiera soñando,
Su rumor, a la sombra
Pues solo en sueños la muerte
De la palma de vino blanca,
Nos deja entrar en su barco
Sabe del fin del mundo.
Sin dar al polvo lo que es del polvo
Yo veo mi rostro en su fluir de plata.
Ni a la mar los remos blancos.
Pierdo la casa (prodigios No sé si voy en tu memoria
De encantadores) y no me hallo O por la mar ancha y amarga;
Sino en el patio que daba al cielo Vendrá la noche y nunca
Y en el agua del pozo y el naranjo. Padre hallarte en su almena: de hojas altas.
El agua se detiene,
Golpea la piedra ¿quién la canta?
LUNA MENGUANTE
¿Dónde el patio que daba al puerto?
¿Al cielo de la floresta quién lo guarda?
U n cerco azul que hiere mi desvelo
Arde el jardín en el espejo oscuro Estamos solos en la vida
El golpe de una rama contra el cielo Y en la muerte, solos en el jardín y en el alba,
La salamandra por el blanco muro Nos rondan animales,
El tigre, el pez espada.
Quizá un color venido de otra hora
La fábula enemiga que en mí vive Lo demás es el aire
El arco de la luna se desdora Y el doliente son de las barcas;
La floresta que asciende del aljibe Luna, espejo del tiempo,
Oh antigua pesadumbre, oh piedra blanca.
Los ojos que me miran y que miro
La mano del escriba hielo y llama
La clepsidra de oro y de zafiro
A punto de ser pájaro la rama

Antología Poesía Mar Abierto Giovanni Quessep

14
UN VERSO GRIEGO PARA OFELIA
UMBRAL DE LA MUERTE
La tarde en que yo supe de tu muerte
De madrugada el viento, azul y fuerte, Fue la más pura del verano, estaban
Golpea la ventana. Había estrellas Los almendros crecidos hasta el cielo,
Y temor y tormento. Cosas bellas Y el telar se detuvo en el noveno
Había. Vendrá la muerte. Color del arco iris. ¿Cómo era
Su movimiento por la blanca orilla?
Vendrá la muerte y en su fondo, acaso,
¿Cómo tejió tu vuelo de ese hila
Hallemos el tesoro
Que daba casi el nombre del destino?
Que hemos buscado por el arca de oro.
Las músicas halladas van de paso. Sólo las nubes en la luz decían
La escritura de todos, la balada
Van de paso la luna, lo perdido,
De quien ha vista un reino y otro reino
Lo que nombra y escoge, lo que ha sido,
Y se queda en la fábula. Llevaron
Todo lo que en el tiempo es cosa vana.
Tu cuerpo como nieve entre la rama
Nadie sabe los hilos de la historia De polvo que ya ha oído el canto y guarda
Que gira en la ventana, La paz del ruiseñor de los sepulcros.
Ni el viento azul, ni la terrible noria.
Cerré la verja del jardín, las altas
Ventanas del castillo. Apenas quise
Dejar que entrara el trovador que hacia
POR ÍNSULAS EXTRAÑAS
Agua y laúd y flor de la madera.
Tuve todo en mi casa, Dijo su canto: el tiempo ha destejido
El cielo y la raíz, la rama oculta Lo que tejió el Señor, tapiz de plata
Que hace las estaciones Que ya sucede y anda por la luna,
Y el vuelo de los pájaros. No había Tapiz que a la madeja vuelve. Sola
Podrás hallar la forma que te espera.
Nada que no viniera basta mis manos;
Pero yo nada quise, y me fui lejos No sé qué azul de pronto estuvo solo,
Por caminos, por ínsulas extrañas No sé cuál bosque dio a la luna amarga
En busca de los ojos Su sortilegio, el girasol hallado
Bajo la nave en viajes que recuerdan
Del tigre y el rumor
Las claras aguas del Mediterráneo.
De una fuente
La tarde en que yo supe que te ibas
Que no era de mi mundo.
Fue la más pura de la muerte: estabas
En el atardecer lo deje todo
En mi memoria hablándome, olvidada
Por una sombra y un alcázar, y hoy Entre las azucenas y en un verso
Perdido en un amargo De san juan de la Cruz. Que cielo había,
Laberinto de hojas, Que mana hilaba lenta, que canciones
Veo las nubes que se van, la vida. Traían el dolor, la maravilla

Antología Poesía Mar Abierto Giovanni Quessep

15
Que se asombra de ser en esa hora
En que estalló la luna en los almendros
Y quemó los jazmines. Tú venías
Por el lado del mar donde se oye
Una canción, tal vez de alguna ahogada
Virgen como tus pasos en la tierra. RESURRECCIÓN
Entre flo res, ell eve
Luego te fuiste por mi alma, reina
esqueleto de un pajaro,
De fábulas antiguas y de polvo
yenelprado
Semejante a las naves que sembraron
lashojas
De sándalo y de cedro el mar de vino.
caen del cielo. i.Quienes ·
Sola te ibas, bella y en silencio,
vela ban por sus alas
Bella como la piedra; había en tu hombro
cuandoroz6
Un violín apagado. Los almendros
lastorres
Del patio y los jazmines anunciaban
ylafrente
Una tormenta de verano. El cielo
de la doncella?
Quebró el espejo de mi casa y honda
Angeles o demonios
Sonó la muerte en el aljibe. Estuve
le tejian las horas.
Así, perdido en esa zarza ardiente
i.Quien el hilo
Que en la memoria oculta a los que amamos.
depolvo
Vestí de luto azul y quede solo
que enamora las fabulas y el canto?
En vísperas del día más extenso. i.Quien lo llam6 en la tarde
yenelalba?
i.Quien le dijo: "Ven, huesped de la luna,
juguemonos el arte
LECTURA de vi vir o morir?"
i.Acaso fue la sola
Algo hay en la casa y no sabemos
deli cia
De dónde viene; hay duelo y hojas secas
de asomarse al abismo,
Y colores quemados, y hay un libro
de estar siempre
Que no podemos leer, nuestro tesoro.
a pun to de no ser mas que su sombra
Vendrá la hora de la luna y los duendes volviendose cristal
Y buscaremos el dibujo más bello. en el espejo,
Alguien dice que vamos a morir... fruto en la blanca mano
Y no saber si lo ha leído o lo ha soñado. de qui en lo amaba,
dicha tan alta?
lO, acaso huia a ciegas
del triste dios
que hace del azul un patio blanco?

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