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Universidad Pedgógica Nacional

Facultad de Humanidades
Departamento de Ciencias Sociales
Sistema Educativo Colombiano
Reseña: Alberto Martinez Boom, “Verdades y Mentiras sobre la Escuela” – cap 3: “La
escuela Surge para los pobres”.
Presentado por Daniela Ocampo

El Autor

Alberto Martinez Boom es poseedor, ciertamente, de una hoja de vida académica y


laboral extensa pero también diversa. Con un pregrado de Ingeniera Forestal de la UD,
maestría en Investigación Socioeducativa de la UPN y doctorado en Filosofía y Ciencias
de la Educación de la UN, Boom reunió un amplio bagaje bibliográfico que, a su vez, lo
ayudó a crear sus propios contenidos académicos e investigativos, con un claro enfoque
pedagógico que evidencia su preocupación por lo educativo y sus entidades; dándole a
la escuela el papel fundamental que merece en el proceso histórico de la educación en
Colombia (papel del cuál va a cuestionar su origen).
El autor no sólo se involucra en los procesos y contextos desde la lectura de distintas
fuentes, sino que los provee de un análisis sociológico importante correspondiente en
mayor medida a los postulados foucaultianos, siendo la realidad en Foucault una idea
compartida para Boom y que desarrolla en el recorrido histórico que aporta sobre una o
unas de las razones de creación de la institución que hoy es la escuela.

Objetos de Observación

Martinez Boom indica unos recursos bibliográficos en dos niveles; ambos le permitieron
abarcar el tema, inicialmente, desde un recorrido histórico (cómo se formó la escuela,
qué necesidades llevaron a esa formación y si corresponden a sus objetivos actuales) y
posteriormente en el capítulo trabajado, desde el papel de la pobreza en esa formación
y transformación (que, finalmente, corresponde a uno de sus orígenes).
Para el primer nivel, el autor acude en repetidas ocasiones al sociólogo Castel, del que
cita algunos postulados para señalar la importancia de retomar y estudiar la historia en
pro de observar qué cambió en la actualidad y cómo se gestaron esos cambios. Para
Castel, es clave para el presente reconocer los procesos que se dieron en el pasado, y
de esa forma Martinez Boom estudia el fenómeno de la escuela e identifica diferentes
momentos que, pareciendo exteriores a ella, por el contrario tienen que ver con su origen
e iniciales objetivos. En este punto, se acerca también a Olga Lucía Zuluaga,
involucrando directamente los estudios de la pedagogía y la escuela en el proceso
histórico nacional de los mismos. Robert Chartier es también citado, lo que hace
evidente la fuerte influencia de la historiografía para Martinez y que lo dotó de la
bibliografía (archivos, libros enteros y capítulos) necesaria para la contextualización
puntual de momentos, personas y fechas; y también para su análisis como un todo
siendo lo último lo más constante en el trabajo, que además evidencia la transversal
presencia de la filosofía y postulados foucaultianos. (acudiendo a obras como “Las
palabras y las cosas”).
Enfoque Metodológico

Como se mencionó anteriormente, Martinez Boom se apropia de una realidad


Foucaultiana para cuestionar el origen de la escuela y los posibles vacíos contextuales
e históricos que hay en él, poniendo a prueba los discursos de la verdad desde las
múltiples y diversas prácticas que formaron y aún continúan formando dicha institución.
Éste enfoque genealógico cumple, pues, con la función de deconstruir esa verdad,
mientras que en el proceso se van llenando vacíos o se toman nuevas rutas y
posibilidades que, contra todo pronóstico en la actualidad, tuvieron en efecto una gran
importancia para lo que se quiere investigar. Esa verdad, que además es descubierta
por casualidad en muchos casos, al ser cuestionada, niega y rechaza la linealidad de la
historia y su progreso en un aparente orden. Esa estructura filosófica (ligada al método
arqueológico) de los enunciados aceptados como verdad, aportó a Boom los recursos
para encontrar uno de los orígenes de la institución de la escuela, que además estuvo
y está regida por los ejercicios de poder que han cambiado y se han modificado a lo
largo de los años.

Debates Analíticos

Los debates analizados en el capítulo 3, “La escuela surge para los pobres”, buscan
precisamente deconstruir la creencia de que la escuela desde su inicio tuvo unos
propósitos pedagógicos o de acogida para un tejido social que necesitaba de la
educación para los objetivos actuales, haciéndola ver inmune e inmutable ante las
transformaciones históricas y por el contrario permanente en el tiempo. “Así, parece
natural imaginar que la escuela existió siempre, parece natural suponer que su finalidad
ha sido desde un comienzo educar a niños y jóvenes” (Martinez Boom, 2015: 17).

La aparición paulatina de lo que hoy llamamos pobreza, pobres o mendigos, supuso un


reto para la diversa sociedad colombiana. La frecuente presencia de lo que otrora eran
llamados “mendigos”, “vagos”, reconfiguró la forma del ordenamiento social que
dependía de las familias y los individuos, a la par de la creciente demanda de oferta
laboral, vivienda y oportunidades de un sostenimiento familiar. Los organismos estatales
y el Estado en sí mismo dotaron de un nuevo significado al conjunto de personas que
llevaban la nacionalidad colombiana, de forma que se empezaron a crear programas de
mejoramiento y bienestar. En medio de esos programas, Boom identificó los roles de
poder que tenían lugar en esa serie de transformaciones; más adelante la pobreza o, al
menos, parte de ella, se convertirá en un “mal necesario” cuya existencia a pesar de ser
signo de malestar, sin duda favorece ciertas intensiones y hostilidades políticas.
“ No siempre fue evidente que los miserables y pobres fueran un mal social. Lo que se
inició fue un proceso que requiere analítica genealógica: de un lado se despoja a la
pobreza de todo su halo mítico y se persigue su humanización; de otro, se perfila a los
pobres como el elemento y el mecanismo más importante para garantizar el trabajo. De
esta forma, la labor de los pobres se convirtió en la mina de los ricos, en la cantera
inagotable de los que no trabajan, pero también, se fue planteando que la miseria tenía
su origen en la ignorancia, la pereza y la ociosidad, por ello se propuso como alternativa
social el encierro en hospicios y hospitales que se fueron constituyendo en lugares de
trabajo y enseñanza, anticipando la emergencia de la escuela como el escenario donde
se cruzarán estas tensiones” (Martinez Boom, 2015: 101).

En este punto del debate planteado, Se involucra la aparición de la escuela


directamente. Para el autor, ésta no se creó en el contexto colombiano como un
organismo pedagógico con el fin de educar niños y jóvenes para el mejoramiento y
producción de ciudad y calidad de vida, sino que obedece a unos regímenes de “caridad”
“encierro” y aislamiento de personalidades incompatibles con el modelo social, personas
que no lograron por varios motivos acoplarse y seguir el ritmo de vida demandado. Los
anteriormente mencionados vagos o inoficiosos, fueron acomodados en centros de
reclusión donde a través de una serie de transformaciones, se les terminaría enseñando
quehaceres y oficios varios para así contribuir con su aporte a la sociedad y con ellos
mismos, pues se demandaba que “consiguieran su pan y el de sus familias”. Así pues,
el abandono de los pobres constituía muchas más consecuencias que llevarlos a un
“encierro” temporal y productivo.

Una de las grandes conclusiones es que, efectivamente, la escuela fue creada para
que una parte marginal de la población se convirtiera a la utilidad y a la producción de
capital y servicios, en pro de no ser una carga más para el Estado pues mantenerlos
significaba una inversión considerable.
“la escolarización es una forma de la normalización porque vuelve normales a una
porción específica de la población. Un sistema de normalidad que no se produce por el
código (la ley) sino por las prácticas que hacen que algo sea admitido como normal.”
(Martinez Boom, 2015: 128).

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