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CONDICIONES DE LA JUVENTUD ACTUAL

Vivimos en una era en una sociedad que se ha complicado en parte de la vida


cotidiana de todas las personas, existen ciertos signos de violencia de varios tipos ya sea
que la practique, la sufra o la observe, de cualquier forma todos estamos expuestos,
hombres, mujeres, niños incluso la naturaleza misma. ¿Qué estará sucediendo que la
violencia es parte de la cotidianidad de nuestra sociedad?

Sea cual sea el motivo lo cierto es que la violencia nos afecta de muchas formas, y lo
peor es que no somos conscientes de ello, por lo tanto seguimos conviviendo con ella y
padeciendo sus estragos.

LA VIOLENCIA JUVENIL
La OMS define violencia como:
“El uso deliberado de la fuerza física, el poder, ya sea con amenazas o efectivo,
contra uno mismo. Otra persona o un grupo de personas o comunidad, que cause o tenga
muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del
desarrollo o privaciones”.

La violencia juvenil es un fenómeno social complejo, en el que inciden un gran número y


variedad de factores que pueden propiciar su desarrollo. La presencia de algunos de
estos factores no necesariamente conlleva al desarrollo de un joven violento. Es siempre
la conjunción de varios factores la que facilita que pueda desarrollarse un perfil violento
con mayor probabilidad. Entre los más destacados, se encuentran:

Problemas psicológicos y trastornos de la personalidad:


jóvenes con una autoestima pobre, con prevalencia de sentimientos de inferioridad,
acomplejados, y con elevadas dificultades de integración entre sus compañeros.

Problemas en la juventud

En los jóvenes es donde se reflejan más los diversos problemas de la sociedad y


es quizá a esta edad, donde la población es más vulnerable y de forma adicional es
blanco de las compañías y el narcotráfico, presentándose problemas físicos o psíquicos
del desarrollo como la salud reproductiva, la salud sexual, embarazo adolescente,
control de la natalidad, educación sexual, desempleo juvenil, criminalidad juvenil,
trastornos psíquicos o la drogadicción y/o el alcoholismo estos son aspectos a los que los
jóvenes están expuestos.

Hay que recordar que los jóvenes son un recurso fundamental para el desarrollo de
México, quienes están llamados a emprender proyectos que transformen a la sociedad y
rompan paradigmas, para convertirse en los generadores de empresas y empleos que
tanto requiere nuestro país y aunque en reiteradas ocasiones como menciona la
Secretaría de Economía, se destaca que la actual administración realiza un esfuerzo para
desarrollar políticas que fomenten el desarrollo empresarial, por lo que se han creado
programas y políticas públicas para los sectores de la economía y los segmentos
empresariales, como lo es la red de incubadoras y aceleradoras de empresas, también se
ha tratado de impulsar el crecimiento del espíritu emprendedor con herramientas para
que la persona que desee emprender, lo haga encontrando el respaldo favorable y las
circunstancias para abrir un negocio.

Reconocieron el desencanto que existe en las expectativas hacia el futuro inmediato,


por las exigencias del mercado, por ello los jóvenes deben impulsar proyectos
económicos con lógica del autoempleo y dar testimonio del emprendurismo.

La juventud mexicana debe o debería estar compuesta por personas socialmente


responsables, con uno mismo primeramente, y luego con los demás, en los temas de
decisiones, comportamiento y con los semejantes. Así pues, plantearon que los jóvenes
tienen que tener iniciativa, corazón y fuerza.

En México, la juventud es una fuente inagotable de energía para el desarrollo, y


convertir a los jóvenes en empresarios implica tener vocación, competitividad y
perseverancia.

Esto demuestra la necesidad que es el estímulo para desarrollar, crecer y, emprender,


entre otros conceptos.

Con la participación también de las instituciones de educación superior asi como ahora
el reto es establecer un vínculo para que empresarios y jóvenes sean exitosos, pero
también lograr hablar el mismo idioma de ellos buscando una forma de integrar
programas que puedan beneficiar a ambas partes además de lograr enriquecer a la
sociedad y la forma de pensar en este nuevo siglo XXI en el que ahora mismo estamos
dando los primeros pasos así de esta manera tratar de lograr un política fértil para poder
desarrollar y reproducir estas ideas.

Nuestra visión es un México libre de pobreza y con una economía vigorosa, donde los
funcionarios públicos tomen decisiones con un entendimiento claro de sus diferentes
opciones y los ciudadanos tengan la información y los mecanismos necesarios para exigir
a sus gobernantes que rindan cuentas de sus decisiones y su desempeño.

Para cualquier país es fundamental que su población joven cuente con oportunidades
suficientes y apropiadas, que le permitan desarrollarse plenamente y ser ciudadanos
productivos. Esto es especialmente cierto en el caso mexicano, que está actualmente
pasando por una profunda transición demográfica.
Durante la juventud las personas toman decisiones y enfrentan oportunidades que
determinarán el rumbo del resto de su existencia: definen si comienzan su vida laboral o
si siguen su trayectoria académica y en qué área; comienzan a ver los frutos de muchos
años de inversión en su capital humano; inician su vida sexual; tienen sus primeros
acercamientos con el tabaco, el alcohol y otros tipos de drogas, legales e ilegales, y
comienzan a ejercer de forma plena los derechos y obligaciones de la ciudadanía.

La creación y ampliación constante del Seguro Popular ha ayudado a aumentar de


manera significativa la cobertura contra padecimientos de salud: 30% de las y los
jóvenes se beneficia del programa. No obstante, 36% de ellos aún no está afiliado a
ningún sistema de salud. La existencia de sistemas de salud separados e independientes
(el IMSS, ISSSTE, y el Seguro Popular) crea diversas ineficiencias que dificultan al Estado
mexicano atender de manera adecuada los retos en la materia. Uno de cada cuatro
jóvenes aún padece inseguridad alimentaria.

Relacionado con lo anterior, para atender la obesidad, el sobrepeso y la diabetes, se


identificaron intervenciones interesantes como el Programa de Prevención contra la
Obesidad, el Programa de Activación Física en el Contexto Escolar y la campaña “Un
millón de kilos”. Sin embargo, es necesario modificar los esquemas de atención de la
diabetes, privilegiando la prevención, la detección temprana y el mantenimiento de
metas de control.

Las principales causas de muerte entre las y los jóvenes son las agresiones y los
accidentes vehiculares. En este sentido, no se identificaron intervenciones importantes
de política pública federal, ni un presupuesto asignado para su atención.

Aunque Oportunidades ha logrado aumentar el nivel de educación, salud y nutrición de


quienes reciben sus apoyos, los demás indicadores de bienestar de sus beneficiarios –
sobre todo su ingreso– no mejorarán si el Estado mexicano no interviene para elevar la
calidad de la educación y se crean mayores oportunidades de empleo. Sólo la
combinación de estos factores permitirá a las y los jóvenes beneficiarios de
Oportunidades aprovechar más adecuadamente sus capacidades.

La mayoría de las intervenciones en esta materia están relacionadas con la calidad


educativa, el uso de metodologías pedagógicas innovadoras, la formación de docentes y
la promoción de la lectura.

Se identificaron tres intervenciones para atender la deserción mediante el otorgamiento


de becas para estudiantes del nivel medio superior: Prep@rate, el Programa de Becas y
Becas Impúlsate. También es importante referirse a la existencia de esfuerzos claros en
materia de cobertura e infraestructura, sobre todo para la ampliación de la oferta
educativa mediante fondos. Es el caso del Fondo Expansión de la Oferta Educativa en
Educación Media Superior y del Fondo Concursable de la Inversión en Infraestructura
para Educación Media Superior. Sin embargo, los fondos identificados cuentan con un
presupuesto limitado, o no tienen reglas de operación ni población objetivo
apropiadamente definida. Los principales retos identificados son: aumentar los
esquemas de becas, introducir mecanismos de evaluación institucional y docentes, fijar
metas claras de mejora de la calidad educativa y aumentar sustancialmente la rendición
de cuentas en las universidades y los institutos tecnológicos. Por otra parte, se
identificaron programas de becas y financiamiento con lineamientos y convocatorias
claras; intervenciones que trabajan para mejorar la calidad del profesorado de
instituciones de nivel superior, y fondos para el fortalecimiento de la infraestructura
educativa. La mayoría de éstos cuenta con una buena estructura y con información
suficiente sobre su operación y presupuesto.

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