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En un segundo punto, Lennox manifiesta que, aunque la Biblia no está escrita para
enseñarnos detalles de ciencia, lo que una vez dijo Stephen Jay Gould no es cierto
de que la ciencia está a un lado; y la Biblia al otro, y que no existía una coincidencia;
pues para él si hay coincidencias en algunos puntos, como en el caso de la
expresión siguiente: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”, indica que esta
es una afirmación sobre el universo físico que la ciencia estudia, el mismo universo
descrito como el bing bang. Acaso esto ¿es una evidencia de la existencia de Dios?
Indirectamente sí, ya que el bing bang terminado acuñado por Fred Hoyle, es el
nombre que se había dominado como un misterio. Hoyle creía en el estado estable
del universo. Así que “bing bang” simplemente significa que hubo un comienzo del
espacio y el tiempo.
Para concluir considero que el profesor John Lennox tiene razón al afirmar que
existen coincidencias en cuanto a la ciencia y la Biblia, pues la Santa Biblia contiene
información exacta desde el punto de vista científico, aunque no es un libro de
ciencia, en su libro génesis nos relata la creación y el principio de todo; por ello
pienso que la biblia sirve en gran parte para explicar asuntos científicos; y de alguna
manera lograr esclarecer una parte de la duda, pues como se sabe los seres
humanos vivimos por esencia con el deseo de saber dónde estamos, de dónde
venimos, a dónde vamos es parte de nuestra búsqueda incesante de la Verdad.
Esta es una de las preguntas más problemáticas y una de las más utilizadas en
contra de la fe cristiana; en virtud de ello cabe cuestionarnos, si con los avances de
la ciencia ¿ya no necesitamos a Dios para explicar nada?, si se han quedado atrás
los mitos, ¿también debe quedarse atrás el cristianismo? De acuerdo con la
Fundación RZ para el dialogo entre fe y cultura, se puede manifestar principalmente
que, si vemos a Dios como un comodín y lo utilizamos para poder explicar los
fenómenos naturales que todavía no hemos llegado a entender, metafóricamente
hablando Dios sería como un tapa-agujeros; pues a medida que avance la ciencia,
cada vez quedaría menos agujeros para Dios, y cuando la ciencia ya prácticamente
logre explicar un todo, Dios se quedaría en un estado de suspensión, no tendría
ningún trabajo en cuanto a esclarecernos nuestras incertidumbres. Por otra parte,
se explica también que, cuando leemos la Biblia, vemos que no se presenta un Dios
tapa-agujeros, pues en sus páginas se lee que no necesitamos a Dios para
sustituirlo por ninguna ley natural o para entenderla, sino que lo necesitamos a él
para explicar porque existen esas leyes, por ejemplo, si tratáramos de encontrar a
Dios dentro del mundo natural, seria así como tratar de encontrar a Henry Ford
dentro de un motor ford focus; el motor focus tiene dos tipos de explicaciones y entre
ellas no se contradicen, por un lado tendríamos el funcionamiento interno del motor
y por otro tendríamos a la gente que ha creado al motor. Ninguno de nosotros
después de descubrir cómo funciona el motor, diríamos bueno ahora que ya lo
entiendo, ya veo el funcionamiento, no necesito a Henry Ford, esto sería casi
anticientífico. En este mismo sentido, puede ser que, llegados a cierta base de la
ciencia podemos descubrir casi todo el funcionamiento del universo, de que se
compone la materia oscura, las raciones químicas que se producen en el centro del
sol; pero sería todo a cerca de los mecanismos internos, y no acerca de la gente del
universo, son dos cosas totalmente diferentes.