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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Pedagógica Experimental Libertador

Instituto Pedagógico “Rafael Alberto Escobar Lara”

Maestría en Educación Mención Educación Superior

Ensayo
(Los cuatro pilares de la educación según la UNESCO)

Integrante:

Erick Alvarado / C.I. 21.444.923

Materia:

Teoría y práctica de la enseñanza y el aprendizaje.

Profesora:

Mariana Martínez
Antes de hacer referencia a los temas planteados para este ejercicio de
ensayo, es imperioso precisar algunos elementos sobre la educación per sé. La
educación es una de las prácticas más importantes para el desarrollo del ser
humano, tanto en la dimensión individual como en la social, pues es a través de
este inmemorial proceso, que han trascendido y por ende evolucionado, todos
los conocimientos concernientes a la reproducción material e intelectual del
hombre y la mujer durante el transcurso del tiempo.

Con la modernidad, específicamente con el posicionamiento hegemónico


de la ciencia y la tecnología en la vida de la mayoría de los pobladores del
mundo, la educación ha adquirido un papel mucho más complejo; hoy en día
está fuertemente entrelazada con el progreso de las naciones, esto en la
medida en que, de su práctica no solo dependen los aspectos normativos y
culturales que mantienen a una sociedad cohesionada, también determina la
prosperidad económica y productiva de los países en función del accionar
técnico y especializado de sus ciudadanos, lo que puede contrastarse con
indicadores macroeconómicos como el producto interno bruto (PIB) y la
pobreza.

Es posible señalar entonces, que la relevancia de la educación la


convierte a su vez en una ardua tarea. En este sentido, intervienen múltiples
variables que van desde la estructura cognitiva y las condiciones
socioeconómicas de los estudiantes, hasta el diseño curricular y las
características pedagógicas del profesor. A grosso modo, el proceso educativo
inviste desde su génesis el reto de impartir conocimientos de forma efectiva, en
contextos incesantemente cambiantes.

A partir de este escenario, Jacques Delors sugiere que la educación


reposa sobre cuatro pilares fundamentales. Dichas “columnas” demandan todo
el interés de las políticas públicas dirigidas a la educación, y por lo tanto el
interés de los expertos en el área. Así, para Delors (1994), el éxito del proceso
educativo en los tiempos del siglo XXI, está determinado por cuatro asuntos
centrales: uno concerniente a la parte cognitiva, un segundo a la instrumental,
un tercero a la social y un cuarto a la personal.
En primer lugar y con respecto a la parte de la estructura cognitiva, el
autor insiste en la importancia de aprender a conocer, lo que supone en otras
palabras el “aprender a aprender”. Este aspecto reposa en la importancia que
concibe la adquisición de instrumentos de comprensión que permitan procesar
la información recibida, lo que es posible únicamente a través del ejercicio
pleno habilidades referentes a la atención, la memoria, y el pensamiento
durante el desarrollo del individuo desde la infancia.

En segundo lugar menciona el aprender a hacer, lo que abarca los


elementos prácticos que devienen del objetivo de la educación. En este
sentido, se refiere a la manera influir sobre el entorno utilizando los
conocimientos correctamente aprehendidos, adaptando al alumno (y la
enseñanza) de manera paralela a mercados laborales cambiantes, influidos de
manera directa por el incremento incesante de nuevas tecnologías.

En tercer lugar, se ubica el aprender a vivir juntos, lo que responde a la


parte social, es decir la corresponsabilidad que adquiere el educando con su
otro a partir de lo obtenido durante el proceso educativo. Esto es apropiarse de
simbólicamente de su comunidad y su país mediante la participación y
cooperación con sus conciudadanos en proyectos mancomunados,
entendiendo que la violencia es un proceso que degenera las condiciones de
prosperidad y avance de las sociedades.

Y por último pero no menos importante, Delors resalta el aprender a ser,


que es el desarrollo individual de cada persona en lo concerniente a “cuerpo y
mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual y
espiritualidad”. Este pilar esta netamente vinculado al sentir humanista de la
educación, para lo que este autor plantea utilizar el germen del individualismo
como una oportunidad para la diversidad, creatividad e innovación.

En definitiva, Delors abarca con éxito cuatro dimensiones configuradas


en un todo denominado educación. Sin embargo, más allá de limitarse a la
descripción, el autor puntualiza una serie de recomendaciones que dan
grandes pistas sobre la elaboración y reestructuración de las políticas dirigidas
a la educación, centrando la atención en la pedagogía y el rol del educador en
el desenvolvimiento de los cuatro pilares. Así pues, culmina su escrito
alertando sobre los sistemas tradicionales, señalando que persiguen de
manera directa la obtención de conocimientos, sin observar los otros aspectos
importantes en la consecución de políticas integrales que también abarquen el
aprender hacer, el aprender a vivir juntos y el aprender a ser.
Referencia

Delors, J. (1994). La educación encierra un tesoro. Paris, Francia: Santillana


Ediciones UNESCO.

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