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Licenciatura en Filosofía.
Las matemáticas y la física son los dos conocimientos teóricos de la razón que
deben determinar sus objetos a priori, las matemáticas es la forma pura, la física
está determinada a los diferentes conocimientos de la razón.
Instituto Científico Técnico y Educativo (ICTE)
Licenciatura en Filosofía.
Por ello Kant en este prologo inicia exponiendo que algunas clases de
conocimientos han entrado en “el camino seguro de la ciencia” (los de lógica,
matemática, física); no así los conocimientos referidos a la Metafísica ya que
estos, a diferencia de los conocimientos de las ciencias ya nombradas, son
conocimientos especulativos de la Razón que nada toma de la experiencia y sólo
se sirven de conceptos donde la razón debe ser su “propio discípulo”.
La Metafísica, no pudo entrar en el seguro camino de una ciencia, ya que el
camino que ella traza no es seguro, prueba de esto es el constante andar y
desandar de los metafísicos basándose sólo en conceptos. Reconoce Kant, que la
Metafísica ha intentado regular los conocimientos por el objeto de análisis (postura
realista); y que siendo su objeto de estudio algo que está más allá de la
experiencia sensible, es necesario hacer un giro y aceptar que “los objetos sean
los que deban reglarse por nuestros conocimientos”. Esto puedo hacerse con la
Metafísica en lo relacionado a la intuición de los objetos. Porque si la intuición se
regla por la naturaleza de nuestra facultad intuitiva, se podrá saber algo de ella a
priori.
El ser humano solamente puede tener seguridad en sus conocimientos que
traten sobre los fenómenos, pero cuando intenta conocer la cosa en sí, no puede
tener la seguridad con la que conoce algún fenómeno cualquiera, ya que la cosa
en sí se escapa a la sensibilidad. Y lo que no impulsa a ir más allá de los límites
de la experiencia y de todos los fenómenos es lo incondicionado, con justa razón
para lo condicionado; exigiendo la sería completa de condiciones. Negada la
posibilidad de un conocimiento de la cosa en sí para la razón especulativa, sólo le
queda reconocer a Kant que los conocimientos de la Metafísica son válidos para la
razón práctica.
Las cosas en sí, si bien no podemos conocerlas, al menos podemos
pensarlas. Pero como el pensar es muy amplio y para que la razón, en su
búsqueda incesante de lo incondicionado, no marche por cualquier camino, el
límite que Kant pone a la facultad de la razón es la de no pensar algo que sea
contradictorio. La Crítica de la Razón Pura permitirá encaminar la metafísica hacia
el camino seguro dela ciencia, afirmando como necesarios (para la razón práctica)
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INTRODUCCION.
Los juicios sintéticos son aquellos en que se piensa dicho lazo sin identidad.
Por ejemplo el predicado B se encuentra fuera del sujeto A. por lo tanto los
juicios de experiencia son sintéticos.
V. Todas las ciencias teóricas de la razón contienen juicios sintéticos a
priori como principios.
Los juicios matemáticos son todos sintéticos, considerando que las
proposiciones matemáticas son siempre juicios a priori y no empíricos.
La física contiene juicios sintéticos a priori como principios, ya que la
materia no se piensa como permanencia sino solo su presencia
temporal en el espacio.
La metafísica, su tarea a pesar de no ser una ciencia en su totalidad
considerando a la razón humana como naturaleza ya que no solo
analiza conceptos a priori si no que los explica analíticamente,
componiendo de proposiciones sintéticas a priori.
VI. Problema general de la razón pura.
El problema radica cuando se buscan respuestas sobre preguntas que no es
posible comprobar o emitir juicios a través de la experiencia, de principio
tales preguntas son:
¿Cómo son posibles los juicios sintéticos a priori?,
¿Cómo es posible la matemática pura?,
¿Cómo es posible la ciencia natural pura?,
¿Cómo es posible la metafísica como disposición natural?,
Y ¿Cómo es posible la metafísica como ciencia?
Todas las ciencias proceden de la razón humana, por ello es importante una
ciencia de la cual se pueda cortar su tronco cada vez que aparece, pero
nunca cortar su raíz.
VII. Idea y división de una ciencia especial con el nombre de crítica de la
razón pura.
Esta ciencia especial puede llamarse la Crítica de la ración pura, ya que
razón es la facultad que proporciona los principios del conocimiento a priori.
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De ahí que razón pura sea aquella que contiene los principios mediante los
cuales conocemos algo absolutamente a priori.
Un órganon de la razón pura sería la síntesis de aquellos principios
de acuerdo con los cuales se pueden adquirir y lograr realmente todos los
conocimientos trascendentales.
Llamo trascendental todo conocimiento que se ocupa, no tanto de los
objetos, cuanto de nuestro modo de conocerlos, en cuanto que tal modo ha
de ser posible a priori. Un sistema de semejantes conceptos se llamaría
filosofía transcendental.
La filosofía trascendental es la idea de una ciencia cuyo plan tiene
que ser enteramente esbozado por la crítica de la razón pura de modo
arquitectónico, es decir, a partir de principios, garantizando plenamente la
completud y la certeza de todas las partes que componen este edificio.
Por lo tanto, pertenece a la crítica de la razón pura todo lo que
constituye la filosofía trascendental. Dicha crítica es la idea completa de la
filosofía trascendental, pero sin llegar a ser esta ciencia misma, ya que la
crítica sólo extiende su análisis hasta donde lo exige el examen completo del
conocimiento sintético a priori.
En la división de una ciencia semejante hay que prestar una
primordial atención a lo siguiente: que no se introduzcan conceptos que
posean algún contenido empírico o, lo que es lo mismo, que el conocimiento
a priori sea completamente puro.
Si queremos dividir, desde el punto de vista de sistema en general, la
ciencia que ahora exponemos, ésta debe contener, en primer lugar, una
doctrina elemental y, en segundo lugar, una doctrina del método de la razón
pura.
A parecer solo existen dos troncos del conocimiento humano, los
cuales proceden acaso de una raíz común, pero desconocida para nosotros:
la sensibilidad y el entendimiento.
A través de la primera se nos dan los objetos. A través de la segunda
los pensamos. Así, pues, en la medida en que la sensibilidad contenga
representaciones a priori que constituyan la condición bajo la que se nos dan
los objetos, pertenecerá a la filosofía trascendental.